Inflamación de la úvea anterior que comprende al iris, estructuras del ángulo, y el cuerpo ciliar. Las manifestaciones de este trastorno incluyen inyección ciliar, exudados en la cámara anterior, cambios del iris, y adherencias entre el iris y el lente (sinequia posterior). La presión intraocular puede estar aumentada o disminuida.
Inflamación de la coroides y también de la retina y del cuerpo vítreo. Usualmente se presenta alguna forma de trastorno visual. Las características más importantes de la uveítis posterior son las opacidades del vítreo, coroiditis, y corioretinitis.
Inflamación de la pars plana, cuerpo ciliar, y de las estructuras adyacentes.
Inflamación en la que tanto los segmentos anteriores como posteriores de la úvea están afectados y donde no es aparente un foco específico. A menudo es severa y extensa y es un serio peligro para la visión. Las causas incluyen enfermedades sistémicas como la tuberculosis, sarcoidosis, y sífilis, así como neoplasias malignas. El segmento intermedio del ojo no se afecta.
Líquido claro y acuoso que llena las cámaras anterior y posterior del ojo. Tiene un índice refractario más bajo que el lente del cristalino, a quien rodea, e interviene en el metabolismo de la córnea y del lente cristalino.
Inflamación aguda o crónica del iris y del cuerpo ciliar que se caracteriza por presentar exudados en la cámara anterior, dislocación del iris, y pupila contraída y perezosa. Los síntomas incluyen dolor que se irradia, fotofobia, e interferencia con la visión.
Infección intraocular causada principalmente por bacterias productoras de pus y raramente por hongos. La infección puede ser producida por heridas traumáticas o quirúrgicas (exógenas) o por émbolos sépticos en enfermedades como la endocarditis bacteriana o la meningococcemia.
Infección tuberculosa del ojo, principalmente del iris, cuerpo ciliar y la coroides.
Enfermedad inflamatoria crónica rara, que implica a los vasos sanguineos pequeños. Es de etiología desconocida y se caracteriza por ulceración mucocutánea en la boca y la región genital y uveitis con hipopion. La forma neurocular puede causar ceguera y la muerte. T También puede producirse SINOVITIS, TROMBOFLEBITIS, úlceras gastrointestinales, VASCULITIS RETINIANA y ATROFIA ÓPTICA.
Inflamación de la vasculatura de la retina de distintas etiologías, incluyendo enfermedad infecciosa, LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO, ESCLEROSIS MÚLTIPLE, SINDROME DE BEHÇET y CORIORRETINITIS.
La porción anterior de la capa uveal que separa la cámara anterior de la posterior. Consta de dos capas - el estroma y el epitelio pigmentado. El color del iris depende de la cantidad de melanina en el estroma y la reflexión del epitelio pigmentado.
Trastornos que se caracterizan por la producción de anticuerpos que reaccionan con los tejidos del hospedero o con las células efectoras inmunes que son autorreactivas a péptidos endógenos.
Síndrome caracterizado por UVEÍTIS granulomatosa bilateral con IRITIS y GLAUCOMA secundario, ALOPECÍA prematura, VITILIGO simétrico, poliosis circunscrita (banda de pelo despigmentado), TRASTORNOS DE LA AUDICIÓN, y signos meníngeos (rigidez de nuca y cefalea). El examen del líquido cefalorraquídeo revela un patrón consistente con la MENINGITIS, ASÉPTICA.
Artritis de los niños, con inicio antes de los 16 años de edad. Los términos artritis reumatoide juvenil y artritis idiopática juvenil se refieren a los sistemas de clasificación para la artritis crónica en los niños. Sólo un subtipo de artritis reumatoide juvenil (inicio poliarticular, factor reumatoide positivo) recuerda clínicamente a la artritis reumatoide del adulto y se considera su equivalente en la infancia.
Subtipo específico del antígeno de superficie HLA-B. Los miembros de este subtipo contienen cadenas alfa que son codificadas por la familia alela HLA-B*27.
Sustancia semigelatinosa transparente que llena la cavidad que está detras del CRISTALINO y que está delante de la RETINA. Está contenida dentro de una fina membrana hiode y constituye alrededor de 4/5 partes del globo ocular.
Infección producida por el parásito protozoario TOXOPLASMA en el cual hay intensa proliferación en el tejido conectivo, la retina que rodea las lesiones permanece normal, y los medios oculares se mantienen claros. La corioretinitis puede asociarse con todas las formas de toxoplasmosis, pero usualmente es una secuela tardía de la toxoplasmosis congénita. Las lesiones oculares severas en lactantes pueden llevar a ceguera.
Las Ratas Consanguíneas Lew se definen como una cepa de ratas inbred que desarrollan naturalmente placas amiloides y ovillos neurofibrilares, similares a los observados en el cerebro de pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Proteína de 48-Kd del segmento externo de los conos de la retina y componente de la cascada de fototransducción. La arrestina reprime la activación de la proteína G al unirse a la rodopsina fotolizada fosforilada. La arrestina produce una uveítis autoinmune experimental cuando se inyecta en animales de laboratorio.
Un anillo de tejido que se extiende desde el espolón de la esclerótica hasta la ora serrata de la RETINA. Consta de la porción uveal y la porción epitelial. El músculo ciliar está en la porción uveal y los procesos ciliares están en la porción epitelial.
Inflamación de la coroides en donde la retina sensorial se torna edematosa y opaca. Las células inflamatorias y los exudados pueden salir de la retina sensorial para enturbiar al cuerpo vítreo.
Túnica vascular pigmentada que recubre al globo ocular, constituida por la COROIDES, el CUERPO CILIAR, y el IRIS, los que se continúan uno tras otro.
Infecciones del ojo causadas por agentes intracelulares minúsculos. Estas infecciones pueden producir inflamación severa en varias partes del ojo - conjuntiva, iris, párpados, etc. Varios virus han sido identificados como agentes causales. Entre ellos están Herpesvirus, Adenovirus, Poxvirus, y Myxovirus.
Proteínas que se unen al RETINOL. La proteína de unión al retinol que se encuentra en el plasma tiene una movilidad alfa-1 en la electroforesis y un peso molecular de aproximadamente 21 kDa. El complejo retinol-proteína (PM= 80-90 kDa) circula en el plasma en forma de complejo proteína-proteína con prealbúmina. La proteína de unión al retinol que se halla en los tejidos tiene un peso molecular de 14 kDa y transporta retinol como ligando unido de modo no covalente.
Infección, de moderada a severa, causada por bacterias, hongos o virus que se presenta en la superficie externa del ojo o intraocularmente con probable inflamación, dificultad visual o ceguera.
La claridad o nitidez de la VISIÓN OCULAR o la capacidad del ojo para ver detalles finos. La agudeza visual depende de las funciones de la RETINA, la transmisión neuronal, y la capacidad interpretativa del cerebro. La agudeza visual normal se expresa como 20/20 que indica que se puede ver a 20 pies lo que normalmente debería ser visto a esa distancia. La agudeza visual también puede ser influenciada por el brillo, el color y el contraste.
Inflamación de la retina. Raramente se limita a la retina, comúnmente se asocia a enfermedades de la coroides (CORIORETINITIS) y del nervio óptico (neuroretinitis). La enfermedad puede presentarse en un sólo ojo, pero como generalmente depende de un factor constitucional, casi siempre es bilateral. Puede tener un curso agudo, pero por regla general dura de semanas a varios meses.
Enfermedades que afectan a los ojos.
Trastorno granulomatoso sistémico, inflamatorio e idiopático, que está constituido por células gigantes multinucleadas y epitelioides con poca necrosis. Usualmente invade los pulmones con fibrosis y puede afectar también a los ganglios linfáticos, piel, hígado, bazo, ojos, huesos de las falanges, y glándulas parótidas.
Las proteínas oculares se refieren a las diversas proteínas presentes en los tejidos del ojo, como la córnea, el iris, la retina y el humor vitreo, que desempeñan varias funciones estructurales, reguladoras y enzimáticas esenciales para mantener la homeostasis y la función visual normal.
Derivado glucocorticoide utilizado de forma tópica en el tratamiento de distintas alteraciones de la piel. Generalmente se emplea como crema, gel, loción o pomada. También se ha usado tópicamente en el tratamiento de ojos y oídos inflamados, y en trastornos nasales (Traducción libre del original: Martindale, The Extra Pharmacopoeia, 30th ed, p732).
Inflamación de la coroides.
Espacio del ojo, lleno de humor acuoso, limitado anteriormente por la córnea y una pequeña porción de la esclera y posteriormente por una pequeña porción del cuerpo ciliar, el iris, y aquella parte del lente cristalino que se presenta a través de la pupila.
Opacidad del cristalino o de su cápsula, parcial o completa, de uno o ambos ojos, debilitando la visión o causando ceguera. Los numerosos tipos de cataratas se han clasificado atendiendo a su morfología (tamaño, forma, situación) o etiología (causa y momento de aparición). (Dorland, 28a ed)
Retinitis vaso-oclusiva, de leve a fulminante-necrotizante, que se asocia con una alta incidencia de desprendimiento de la retina y que produce pobre visión.
Sangramiento en la cámara anterior del ojo.
Enfermedades de caballos salvajes o domésticos de la especie Equus caballus.
Forma de uveitis granulomatosa que se produce en la región de la pars plana. Este trastorno es una afección común sin enfermedad focal detectable. La misma produce proliferación fibrovascular en la ora serrata inferior.
Artropatía inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones axiales, como la ARTICULACIÓN SACROILIACA y otras articulaciones intervertebral o costovertebral. Se da predominantemente en varones jóvenes y es caracterizada por dolor y rigidez de las articulaciones (ANQUILOSIS) con inflamación en las inserciones de los tendones.
Es la décima membrana de tejido nervioso del ojo. Se continúa con el NERVIO ÓPTICO, recibe las imágenes de los objetos externos y transmite los impulsos visuales hacia el cerebro. Su superficie exterior se encuentra en contacto con la COROIDES y su superficie interna con el CUERPO VÍTREO. La capa más externa es pigmentada, en tanto las nueve capas internas son transparentes.
El órgano de la vista constituido por un par de órganos globulares compuestas de una estructura más o menos esférica de tres capas especializada para recibir y responder a la luz.
Enfermedades animales que se producen de manera natural o son inducidas experimentalmente, con procesos patológicos bastante similares a los de las enfermedades humanas. Se utilizan como modelos para el estudio de las enfermedades humanas.
Uveitis granulomatosa que se produce en un ojo luego de una lesión penetrante en el otro ojo; el ojo que se afecta secundariamente se llama ojo simpatizante, y el ojo lesionado se llama ojo excitador o activador.
Infecciones en el ojo interno o externo causada por microorganismos que pertenecen a varias familias de bacterias. Algunos de los géneros más comunes encontrados son los Haemophilus, Neisseria, Staphylococcus, Streptococcus, y Chlamydia.
Fármacos que reducen la función inmunitaria mediante distintos mecanismos de acción. Los inmunosupresores citotóxicos clásicos actúan inhibiendo la síntesis de ADN. Otros pueden actuar activando los LINFOCITOS T o inhibiendo la activación de los LINFOCITOS T COLABORADORES-INDUCTORES. En el pasado, la inmunosupresión se llevaba a cabo principalmente para impedir el rechazo de los órganos trasplantados; hoy en día están apareciendo nuevas aplicaciones que implican la mediación de los efectos de las INTERLEUCINAS y de otras CITOCINAS.
Visualización de un sistema vascular luego de la inyección intravenosa de una solución de fluoresceína. Las imágenes pueden fotografiarse o televisarse. Se usa especialmente en el estudio de los vasos retineanos y uveales.
Región cóncava interior del ojo, que está formada por la retina, la coroides, la esclera, el disco óptico y los vasos sanguíneos, y que se observa a través de oftalmoscopio.
Acumulación de líquido en la capa externa de la MÁCULA LÚTEA que es consecuencia de daños intraoculares o sistémicos. Puede desarrollarse en forma de patrón difuso en el que la mácula se muestra engrosada o puede adquirir el característico aspecto petaloide que recibe la denominación de edema macular cistoide. Aunque el edema macular puede asociarse con diversas afecciones de base, se observa más comúnmente después de una intervención quirúrgica intraocular, enfermedad oclusiva venosa, RETINOPATÍA DIABÉTICA, y una enfermedad inflamatoria del segmento posterior. (Traducción libre del original: Survey of Ophthalmology 2004; 49(5) 470-90)
Sustancias que reducen o eliminan la INFLAMACIÓN.
Inflamación de las articulaciones de la COLUMNA VERTEBRAL, específicamente la articulación intervertebral.
Enfermedad relativamente grave de corta duración.
"Enfermedades del cristalino" referido en oftalmología, comprende un grupo variado de trastornos que afectan la estructura, claridad o posición correcta del lente natural del ojo, como cataratas, displasia del cristalino y deslizamiento del cristalino.
Tumores o cánceres del OJO.
Se refiere a cualquier inflamación de la esclera entre las que se incluyen la epiescleritis, afección benigna que sólo afecta a la epiesclera, que generalmente tiene una vida corta y que se trata fácilmente. La escleritis clásica, por otra parte, afecta tejidos más profundos y se caracteriza por tasas elevadas de pérdida de la agudeza visual y aún de mortalidad, particularmente en su forma necrotizante. Su síntoma característico es el dolor de cabeza general. La escleritis se ha asociado también con una enfermedad sistémica del colágeno. La etiología es desconocida pero se piensa que se produce una respuesta inmune local. El tratamiento es difícil e incluye la administración de agentes anti-inflamatorios e inmunosupresores como los corticoestereoides. La inflamación de la esclera también puede ser secundaria a una inflamación de los tejidos adyacentes, como la conjuntiva.
Constituyentes de tejidos endógenos que tienen la capacidad de interactuar con AUTOANTICUERPOS y producir una respuesta inmune.
Grupo de CORTICOSTEROIDES que afectan al metabolismo de los carbohidratos (GLUCONEOGÉNESIS, depósito de glicógeno hepático, elevación de la GLUCEMIA), inhiben la secreción de CORTICOTROPINA y poseen actividad antiinflamatoria pronunciada. También desempeñan un papel en el metabolismo lipídico y protéico, en el mantenimiento de la presión arterial, en la alteración de la respuesta del tejido conjuntivo a las heridas, la reducción del número de linfocitos circulantes y en el funcionamiento del sistema nervioso central.
Presión intraocular anormalmente baja que con frecuencia se relaciona con una inflamación crónica (uveitis).
Toxinas íntimamente asociadas con el citoplasma vivo o las paredes celulares de ciertos organismos, que en realidad no difunden en el medio de cultivo, pero que son liberadas por la lisis de las células.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Remoción de todo o parte del cuerpo vítreo cuando se está tratando la endoftalmitis, la retinopatía diabética, el desprendimiento de retina, cuerpos extraños intraoculares y algunos tipos de glaucoma.
Inmmunoensayo que utiliza un anticuerpo marcado con una enzima marcadora como es la peroxidasa del rábano picante (horseradish peroxidase). Mientras la enzima o el anticuerpo están unidas a un sustrato inmunoadsorbente, ambas retienen su actividad biológica; el cambio en la actividad enzimática como resultado de la reacción enzima-anticuerpo-antígeno es proporcional a la concentración del antígeno y puede ser medida espectrofotométrica o visualmente. Se han desarrollado muchas variantes del método.
Infecciones producidas por bacterias del género LEPTOSPIRA.
República del Africa occidental, al sur de GUINEA y oeste de LIBERIA. Su capital es Freetown.
Infección viral del ganglio Gasseriano y de sus ramas nerviosas caracterizada por dolor y erupciones vesiculares con mucho edema. La afectación ocular usualmente es precedida por una vesícula en la punta de la nariz. Esta área es inervada por el nervio nasociliar.
Glucocorticoide con las propiedades generales de los corticoides. Es la droga adecuada para todas las afecciones en las cuales está indicada la terapia corticoide sistémica, excepto en los estados de deficiencia suprarrenal.
La administración de sustancias en el ojo con una jeringa hipodérmica.
Procedimiento en el que se extrae líquido de una cavidad corporal u órgano por medio de un trócar o cánula, aguja, u otro instrumento hueco.
Grupo heterogéneo de enfermedades artríticas con características clínicas y radiológicas comunes. Están asociadas con el ANTÍGENO HLA-B27 y algunas de ellas con una infección desencadenada. Los más implicados son las articulaciones axiales en la columna vertebral, en particular la ARTICULACIÓN SACROILIACA, pero también puede implicar a las articulaciones periféricas asimétricas. Subgrupos incluyen ESPONDILITIS ANQUILOSANTE.
Deficiencias visuales que limitan una o más de las funciones básicas del ojo: agudeza visual, adaptación a la oscuridad, visión de colores o visión periférica. Estas pueden producirse por OFTALMOPATÍAS; ENFERMEDADES DEL NERVIO ÓPTICO; enfermedades de las VÍAS VISUALES; enfermedades del LÓBULO OCCIPITAL; TRASTORNOS DE LA MOTILIDAD OCULAR y otras afecciones. (Traducción libre del original: Newell, Ophthalmology: Principles and Concepts, 7th ed, p132)
Complejo de lípido y polisacárido. Componente principal de la pared celular de las bacterias gramnegativas; los lipopolisacáridos son endotoxinas e importantes antígenos específicos de grupo. La molécula de lipopolisácarido consta de tres partes. El LÍPIDO A, un glicolípido responsable de la actividad endotóxica, y la cadena específica de los ANTÍGENOS O. El lipopolisacárido de Escherichia coli es un mitógeno de células B frecuentemente empleado (activador policlonal) en el laboratorio de inmunología. (Dorland, 28a ed)
Proceso patológico que consiste en la formación de pus.
Regreso de un signo, síntoma o enfermedad luego de una remisión.
Enfermedades que tienen una o más de las siguientes características: son permanentes, dejan incapacidad residual, son causadas por alteración patológica no reversible, requieren entrenamiento especial del paciente para rehabilitación, se puede esperar requerer un largo periodo de supervisión, observación o atención.
Aplicación de preparados farmacológicos en las superficies corporales, sobre todo en la piel (ADMINISTRACIÓN CUTÁNEA) o las mucosas. Este método de tratamiento se utiliza para evitar los efectos secundarios generales cuando se requieren altas dosis en una zona localizada o como una alternativa a la vía de administración sistémica, por ejemplo para evitar el metabolismo hepático.
Extirpación quirúrgica del CRISTALINO opacificado.
Inflamación del iris que se caracteriza por inyección circumcorneal, acuosa brillante, precipitados queratóticos, y pupila contraída y perezosa junto con la decoloración del iris.
El tercio anterior del globo ocular que comprende las estructuras entre la superficie anterior de la córnea y la superficie anterior del CUERPO VÍTREO.
Barrera selectivamente permeable, en el OJO, formada por la capa no pigmentada del EPITELIO del CUERPO CILIAR y el ENDOTELIO de los VASOS SANGUÍNEOS del IRIS. UNIONES ESTRECHAS juntan células adyacentes dejando continuidad en la barrera entre las células.
Infecciones leves a graves del ojo y de sus estructuras adyacentes (anexas) por protozoos adultos o por sus larvas o por parásitos metazoarios.
Derivados del pregnano que contienen dos enlaces dobles en cualquier lugar dentro de las estructuras en anillo.
Introducción de sustancias en el cuerpo mediante el uso de una aguja y una jeringa.
Género de espiroquetas helicoidales y aerobias algunas de sus especies son patógenas, otras tienen vida libre o son saprofíticas.
Forma de cáncer maligno que se produce dentro del globo ocular.
Subtipo específico de antígeno de superficie HLA-B. Miembros de este subtipo contienen cadenas alfa que son codificadas por la familia del alelo HLA-B*51.
Inflamación del tejido intersticial del riñón. Este término generalmente es usado para la inflamación primaria de los TÚBULOS RENALES y/o del intersticio alrededor. Para la inflamación primaria del interticio glomerular, vea GLOMERULONEFRITIS. La infiltración de las células inflamatorias para el intersticio causa el EDEMA, espacios aumentados entre los túbulos, y la disfunción renal tubular.
Incapacidad de ver o pérdida o ausencia de la percepción de los estímulos visuales. Esta afección suele ser el resultado de ENFERMEDADES OCULARES, ENFERMEDADES DEL NERVIO ÓPTICO, enfermedades del QUIASMA ÓPTICO, o ENFERMEDADES CEREBRALES que afectan a las VÍAS VISUALES o al LÓBULO OCCIPITAL.
Artritis inflamatoria y aséptica, no infecciosa, que se desarrolla tras una infección extraarticular primaria, característicamente del TRACTO GASTROINTESTINAL o del SISTEMA GENITOURINARIO. Los patógenos desencadenantes suelen ser SHIGELLA, SALMONELLA, YERSINIA, CAMPYLOBACTER o CHLAMYDIA TRACHOMATIS. La artritis reactiva muestra fuerte asociación con el ANTÍGENO HLA-B27.
Agentes que dilatan la pupila. Pueden ser simpaticomiméticos o parasimpaticolíticos.
Grandes mamíferos con cascos de la familia EQUIDAE. Los caballos permanecen activos día y noche, durante gran parte del día se dedican a buscar y consumir alimentos. Los picos de alimentación se producen temprano en la mañana y al final de la tarde, y hay varios períodos diarios de reposo.
Inserción de un lente artificial para sustituir el CRISTALINO natural después de la EXTRACCIÓN DE CATARATAS o para complementar al cristalino natural si este se deja en su sitio.
Situación polisintomática que los ecologistas clínicos creen se desarrolla por la disregulación inmune producida por alimentos comunes, alergenos y productos químicos, y que producen varios trastornos físicos y mentales. La comunidad médica ha permanecido por mucho tiempo escéptica acerca de la existencia de esta "enfermedad", debido a la plétora de síntomas que se atribuyen a enfermedades del medio ambiente, la falta de anomalías reproducibles en el laboratorio, y al uso de tratamientos no comprobados para tratar a esta afección. (Traducción libre del original: Segen, Dictionary of Modern Medicine, 1992)
Sorda o aguda sensación dolorosa asociada con las estructuras interiores o exteriores del globo ocular, que puede tener diferentes causas.
Enfermedad ocular, que se presenta en muchas formas, su característica fundamental es el incremento inestable o mantenido de la presión intraocular que el ojo no puede soportar sin que se dañen sus estructuras o se afecte su función. Las consecuencias del incremento de la presión pueden manifestarse a través de un conjunto de síntomas, dependiendo del tipo y severidad, entre ellos, excavación del disco óptico, dureza del globo ocular, anestesia corneal, reducción de la agudeza visual, visión de un halo de colores alrededor de las luces, trastornos en la adaptación a la oscuridad, defectos en el campo visual, y cefaleas.
Membrana delgada, muy vascula, que cubre la mayor parte de la región posterior del ojo entre la RETINA y la ESCLERA.
Glicoproteína sérica producida por los MACRÓFAGOS activados y otros LEUCOCITOS MONONUCLEARES de mamíferos. Tiene actividad necrotizante contra las líneas de células tumorales e incrementa la capacidad de rechazar trasplantes de tumores. También es conocido como TNF-alfa y es solo un 30 por ciento homólogo de TNF-beta (LINFOTOXINA), pero comparten RECEPTORES DE TNF.
Remoción quirúrgica del globo del ojo dejando intactos los músculos oculares y el resto del contenido orbital.
Principal clase de isotipo de inmunoglobulina en el suero humano normal. Existen algunas subclases del isotipo de IgG, como por ejemplo, IgG1, IgG2A e IgG2B.
Proteínas, que no son anticuerpos, segregadas por leucocitos inflamatorios y por algunas células no leucocitarias, y que actúan como mediadores intercelulares. Difieren de las hormonas clásicas en que son producidas por un número de tejidos o tipos de células en lugar de por glándulas especializadas. Generalmente actúan localmente en forma paracrina o autocrina y no en forma endocrina.
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Órgano neuroendocrino sensible a la luz, unido al techo del TERCER VENTRÍCULO cerebral. La glándula pineal secreta MELATONINA, otras AMINAS BIOGÉNICAS y NEUROPÉPTIDOS.
Estudios en los que individuos o poblaciones son seguidos para evaluar el resultado de exposiciones, procedimientos, o los efectos de una característica, por ejemplo, la aparición de una enfermedad.
Los corticosteroides son un tipo de hormona esteroidea sintetizada a partir del colesterol, que se produce naturalmente en el córtex suprarrenal y tiene propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras.
Modelos animales experimentales para ENFERMEDADES AUTOINMUNES DEL SISTEMA NERVIOSO. Incluye el SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRE (ver NEURITIS EXPERIMENTAL AUTOINMUNE), MIASTENIA GRAVIS (ver MIASTENIA GRAVIS AUTOINMUNE EXPERIMENTAL) y ESCLEROSIS MÚLTIPLE (ver ENCEFALOMIELITIS EXPERIMENTAL AUTOINMUNE).
Un derivado de la PREDNISOLONA con elevada actividad de glucocorticoide y baja actividad mineralocorticoide. Absorbido a través de la piel más rápido que FLUOCINONIDA, que se utiliza tópicamente en el tratamiento de la PSORIASIS, pero puede causar una marcada supresión de la cortico suprarrenal.
Barrera de transporte especializada, en los OJOS, formada por el EPITELIO del pigmento retiniano y el ENDOTELIO de los VASOS SANGUÍNEOS de la RETINA. UNIONES ESTRECHAS unen células adyacentes que mantienen la barrera entre las células de manera contínua.
Sustancias que son reconocidas por el sistema inmune y que inducen una reacción inmune.
Técnica que emplea un sistema instrumental para realizar, procesar y exhibir una o más mediciones de células individuales obtenidas de una suspensión celular. Las células generalmente son coloreadas con uno o más tintes fluorescentes específicos para los componentes celulares de interés, por ejemplo, el ADN, y la fluorescencia de cada célula se mide cuando atraviesa rápidamente el haz de excitación (láser o lámpara de arco de mercurio). La fluorescencia brinda una medición cuantitativa de varias propiedades bioquímicas y biofísicas de la célula como base para diferenciación celular. Otros parámetros ópticos mensurables incluyen la obsorción y la difusión de la luz, aplicándose esta última a la medición del tamaño, forma, densidad, granularidad de la célula y su absorción del colorante.
Un antiinflamatorio antipirético y analgésico similar en modo de acción a la INDOMETACINA. Ha sido propuesto como agente antirreumático.
Subserie de linfocitos T auxiliares-inductores que sintetizan y secretan interleucina-2, ganma interferón y la interleucina-12. Debido a su capacidad de matar células que presentan antígenos y su actividad efectora mediada por linfoquina, las células Th1 están asociadas con las reacciones vigorosas de hipersensibilidad del tipo retardadas.
Citocina proinflamatoria producida primariamente por los linfocitos T o sus precursores. La IL-17 es homóloga a fases de lectura abierta en el Herpesvirus saimiri.
Polimeros insolubles de derivados de TIROSINA, que se encuentran en la piel y que causan oscurecimiento de la piel (PIGMENTACIÓN DE LA PIEL), pelo y plumas, proporcionando protección contra QUEMADURA SOLAR inducida por la LUZ SOLAR. Los CAROTENOS contribuyen a la coloración amarilla y roja.
La artritis es una afección médica que implica inflamación e hinchazón en uno o más articulaciones, causando dolor, rigidez y dificultad para moverse.
Inflamación supurativa de los tejidos de las estructuras internas del ojo frecuentemente asociada a alguna infección.

La uveítis anterior, también conocida como iritis o iridociclitis, es un tipo específico de uveítis que afecta la parte frontal del ojo, incluyendo la íris y el cuerpo ciliar. La uveítis se refiere a la inflamación de la úvea, que es la capa media del ojo que contiene vasos sanguíneos.

La iritis es usualmente causada por una respuesta inmunológica anormal, aunque también puede ser el resultado de una lesión o infección. Los síntomas más comunes incluyen dolor o sensibilidad a la luz (fotofobia), enrojecimiento del ojo, visión borrosa y dolor al mover el ojo. El tratamiento generalmente implica el uso de esteroides y dilatadores para reducir la inflamación y relajar los músculos del ojo. Es importante tratar la uveítis anterior a tiempo para prevenir complicaciones potencialmente graves, como el glaucoma, el desprendimiento de retina o la pérdida permanente de la visión.

La uveítis posterior es un término médico que se refiere a la inflamación de la úvea, una estructura del ojo que comprende el iris, el cuerpo ciliar y la coroides, específicamente en su parte posterior. La úvea es rica en vasos sanguíneos y desempeña un papel importante en el suministro de nutrientes al ojo.

En la uveítis posterior, la inflamación afecta principalmente a la coroides y el nervio óptico, aunque también puede involucrar a la retina. Los síntomas comunes incluyen visión borrosa, manchas flotantes, pérdida de visión, dolor ocular, fotofobia (sensibilidad a la luz) y enrojecimiento ocular.

La uveítis posterior puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo enfermedades autoinmunes, infecciones, traumatismos y trastornos sistémicos subyacentes. El tratamiento suele incluir medicamentos para reducir la inflamación y prevenir daños adicionales al ojo, como corticosteroides, inmunomoduladores y fármacos biológicos. La detección y el tratamiento tempranos son importantes para prevenir complicaciones y preservar la visión.

La uveítis intermedia, también conocida como uveítis pars planitis, es un tipo específico de inflamación ocular que afecta la parte intermedia del ojo llamada pars plana. La uveítis se refiere a la inflamación de la úvea, la capa media del ojo que consiste en el iris, el cuerpo ciliar y la coroides.

La uveítis intermedia generalmente afecta a personas entre las edades de 20 y 50 años, y es más común en hombres que en mujeres. Los síntomas pueden incluir visión borrosa, manchas flotantes en el campo de visión, sensibilidad a la luz, dolor ocular y enrojecimiento.

La causa exacta de la uveítis intermedia es desconocida, aunque se cree que está relacionada con una respuesta autoinmune del sistema inmunológico del cuerpo. En algunos casos, puede estar asociada con enfermedades sistémicas subyacentes, como la esclerosis múltiple o enfermedades infecciosas.

El tratamiento de la uveítis intermedia generalmente implica el uso de medicamentos antiinflamatorios, como corticosteroides, para reducir la inflamación y prevenir daños adicionales en el ojo. En casos graves o persistentes, se pueden considerar otros tratamientos, como inmunomoduladores o terapia biológica. Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha uveítis intermedia, ya que un tratamiento oportuno puede ayudar a prevenir complicaciones graves y posibles daños permanentes en la visión.

La panuveítis es una afección ocular que involucra la inflamación en toda la úvea, que es la capa media del ojo. La úvea se compone del iris (la parte coloreada del ojo), el cuerpo ciliar (que produce el líquido dentro del ojo) y la coroides (una capa de vasos sanguíneos que nutren los tejidos del ojo).

La panuveítis puede causar síntomas como enrojecimiento ocular, dolor, sensibilidad a la luz, visión borrosa y disminución de la agudeza visual. Puede ser el resultado de una infección, una enfermedad autoinmune u otras afecciones subyacentes. El tratamiento generalmente implica medicamentos para reducir la inflamación y, si es necesario, tratar cualquier causa subyacente. Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha panuveítis, ya que la inflamación no tratada puede dañar permanentemente el ojo y afectar la visión.

El humor acuoso, en términos médicos, se refiere al líquido transparente que llena el espacio entre la córnea y el cristalino en el ojo. Este fluido es producido por el cuerpo ciliar y drena hacia la cavidad posterior del ojo a través de la trabecula meshwork. El humor acuoso desempeña un papel crucial en proporcionar nutrientes a los tejidos oculares y ayudar a mantener la presión intraocular dentro de rangos normales. Un desequilibrio en la producción o drenaje del humor acuoso puede conducir a condiciones oftalmológicas como el glaucoma.

La iridociclitis, también conocida como uveítis anterior, es una afección inflamatoria que afecta la parte frontal del ojo (uveítis). Se caracteriza por la inflamación del iris (la parte coloreada del ojo) y la ciliarpálpebra (un anillo de músculo detrás del iris). Puede causar enrojecimiento, dolor, fotofobia (sensibilidad a la luz), visión borrosa y disminución de la agudeza visual. La iridociclitis puede ser causada por una variedad de factores, como infecciones, traumatismos, sistemas autoinmunes o enfermedades sistémicas. El tratamiento suele incluir medicamentos antiinflamatorios y, a veces, antibióticos o antivirales, según la causa subyacente. La falta de tratamiento puede provocar complicaciones graves, como glaucoma, cataratas u opacidad del cristalino, por lo que es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha iridociclitis.

La uveítis supurativa, también conocida como uveítis aguda supurativa o uveitis purulenta, es un tipo específico de uveítis (inflamación del ojo que afecta la úvea, la capa media del ojo que consiste en iris, cuerpo ciliar y coroides) caracterizada por una inflamación intensa con infiltrado de leucocitos (glóbulos blancos), particularmente neutrófilos, en los tejidos oculares. Esto resulta en la presencia de pus o material purulento en el humor vítreo (líquido gelatinoso dentro del ojo).

La causa más común es una infección bacteriana, especialmente debido a organismos como Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa. Otras posibles causas pueden incluir traumatismos graves al ojo o procedimientos quirúrgicos intraoculares recientes.

Los síntomas suelen ser repentinos e incluyen dolor intenso en el ojo, enrojecimiento severo, fotofobia (sensibilidad a la luz), visión borrosa y disminuida, y a veces dolor de cabeza. El diagnóstico generalmente se realiza mediante un examen oftalmológico detallado, que puede revelar la presencia de pus en el humor vítreo o en la cámara anterior del ojo.

El tratamiento suele implicar antibióticos administrados sistémicamente (por vía oral o intravenosa) y/o tópicamente (gotas oftálmicas o ungüento), así como medicamentos antiinflamatorios para controlar la inflamación. En casos graves o recurrentes, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para eliminar el pus y desbridar los tejidos afectados.

La tuberculosis ocular es una afección rara en la que la tuberculosis (TB), una infección bacteriana causada generalmente por Mycobacterium tuberculosis, afecta el ojo y sus estructuras circundantes. La forma más común es la tuberculosis conjunctival, donde la membrana que recubre el interior de los párpados (conjuntiva) se inflama. Otras formas incluyen tuberculosis corneal, tuberculosis episcleral, tuberculosis uveítica y tuberculosis neuroretinitis. Estas afecciones pueden causar síntomas como enrojecimiento ocular, dolor, sensibilidad a la luz, visión borrosa y pérdida de visión. La tuberculosis ocular a menudo se diagnostica mediante pruebas especializadas que incluyen exámenes oftalmológicos, análisis de líquido del ojo y pruebas cutáneas o sanguíneas para detectar la presencia de anticuerpos contra el M. tuberculosis. El tratamiento generalmente implica antibióticos específicos para combatir la infección, como la isoniacida, la rifampicina y la etambutol, durante un período prolongado de tiempo. En algunos casos, también pueden ser necesarios corticosteroides o cirugía.

El síndrome de Behçet es una enfermedad inflamatoria crónica y multisistémica, caracterizada por la presencia de lesiones recurrentes en la piel y las mucosas. Afecta principalmente a los vasos sanguíneos pequeños y medianos, lo que provoca una variedad de síntomas inflamatorios en diferentes órganos y tejidos del cuerpo.

Los signos clínicos más comunes del síndrome de Behçet incluyen:

1. Aftas orales recurrentes: úlceras dolorosas en la boca, similar a las llagas que se ven con el herpes simple, pero sin brotes virales asociados.
2. Lesiones genitales: úlceras dolorosas en los genitales, tanto en hombres como en mujeres.
3. Eritema nodoso: nódulos inflamatorios dolorosos en la piel, especialmente en las piernas.
4. Uveítis: inflamación del ojo que puede causar visión borrosa, dolor ocular y sensibilidad a la luz.
5. Afectación vascular: trombosis venosa y arterial, aneurismas y flebitis superficiales.
6. Afectación articular: artralgias y artritis aguda o crónica, especialmente en las articulaciones de los miembros inferiores.
7. Afectación neurológica: meningitis, encefalitis, vasculitis cerebral y trastornos del movimiento.
8. Afectación gastrointestinal: dolor abdominal, diarrea, sangrado intestinal y úlceras intestinales.

La causa exacta del síndrome de Behçet sigue siendo desconocida, aunque se cree que está relacionada con una respuesta autoinmune exagerada en personas genéticamente predispuestas. El diagnóstico se basa en los criterios clínicos y puede confirmarse mediante pruebas de laboratorio e imágenes. No existe cura para el síndrome de Behçet, pero el tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas y prevenir complicaciones graves. El tratamiento suele incluir antiinflamatorios no esteroideos (AINE), corticosteroides, inmunomoduladores y fármacos biológicos.

La vasculitis retiniana es una afección médica ocular que implica la inflamación de los vasos sanguíneos en la retina, la parte sensible a la luz en la parte posterior del ojo. La retina contiene delicados vasos sanguíneos que pueden verse afectados por diversas condiciones sistémicas o enfermedades autoinmunes.

La vasculitis retiniana puede presentarse de manera aguda o crónica y puede causar una variedad de síntomas, como visión borrosa, manchas negras flotantes (moscas volantes), pérdida de visión periférica o central, y en casos graves, ceguera.

Esta afección puede ser primaria, lo que significa que solo afecta la retina, o secundaria, lo que indica que es una complicación de otra enfermedad subyacente, como artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, sífilis o enfermedad de Behçet.

El diagnóstico de vasculitis retiniana generalmente se realiza mediante un examen oftalmológico completo, que puede incluir dilatación de la pupila y angiografía fluoresceínica, una prueba en la que se inyecta un tinte especial en el torrente sanguíneo para observar el flujo sanguíneo en la retina.

El tratamiento de la vasculitis retiniana depende de la gravedad de los síntomas y de si existe una enfermedad subyacente que cause la afección. Puede incluir corticosteroides, inmunosupresores o terapias dirigidas específicamente a la enfermedad sistémica subyacente. La atención temprana y el tratamiento agresivo pueden ayudar a prevenir daños graves y pérdida permanente de visión.

En términos médicos, el iris se refiere a la parte coloreada del ojo que se encuentra entre la córnea (la cubierta transparente frontal del ojo) y la cristalino (la lente biconvexa dentro del ojo). El iris es parte del sistema de músculos del ojo llamado el músculo del esfínter del iris y el músculo dilatador del iris, que controlan el tamaño del orificio central llamado pupila.

La función principal del iris es regular la cantidad de luz que entra en el ojo al ajustar el tamaño de la pupila. En condiciones de poca luz, el músculo del esfínter del iris se contrae para hacer que la pupila se dilate y permita que entre más luz. Por otro lado, cuando hay mucha luz, el músculo dilatador del iris se contrae para hacer que la pupila se constriña y disminuya la cantidad de luz que entra en el ojo.

El color del iris varía entre las personas y puede ser marrón, azul, verde, gris, avellana o una combinación de estos colores. La genética desempeña un papel importante en determinar el color del iris, aunque factores ambientales como la exposición a la luz solar también pueden influir en su apariencia.

Es importante tener en cuenta que ciertas condiciones médicas, como la inflamación o lesión del ojo, pueden afectar el aspecto y la función del iris. Por lo tanto, si se experimenta algún cambio inusual en el color, forma u otra característica del iris, es recomendable buscar atención médica de un profesional oftalmológico capacitado.

Las enfermedades autoinmunes son condiciones médicas en las que el sistema inmunitario del cuerpo, que generalmente combate las infecciones y los agentes extraños, malinterpreta a sus propios tejidos como amenazas y desencadena una respuesta inmunitaria contra ellos. Esto puede conducir a una variedad de síntomas y complicaciones, dependiendo del tipo y la gravedad de la enfermedad autoinmune.

En una respuesta inmunitaria normal, el cuerpo produce anticuerpos para atacar y destruir los antígenos, que son sustancias extrañas como bacterias o virus. Sin embargo, en las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunitario produce autoanticuerpos que atacan a los tejidos y células sanos del cuerpo.

Hay más de 80 tipos diferentes de enfermedades autoinmunes, incluyendo la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple, diabetes tipo 1, enfermedad inflamatoria intestinal y tiroiditis de Hashimoto, entre otros. Los síntomas y signos varían ampliamente dependiendo del tipo de enfermedad autoinmune, pero a menudo incluyen fatiga, fiebre, dolor articular o muscular, erupciones cutáneas, hinchazón y rigidez.

La causa exacta de las enfermedades autoinmunes sigue siendo desconocida, aunque se cree que pueden estar relacionadas con una combinación de factores genéticos y ambientales. El tratamiento generalmente implica la supresión del sistema inmunitario para controlar los síntomas y prevenir daños adicionales a los tejidos corporales. Esto puede incluir medicamentos como corticosteroides, inmunosupresores y fármacos biológicos.

El síndrome uveomeningoencefálico es un trastorno extremadamente raro que involucra anomalías en tres sistemas corporales: el sistema nervioso central (encéfalo), el sistema urinario (meninges) y el ojo (uvea).

La uvea es la parte media del ojo que contiene los vasos sanguíneos. Las meninges son las membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal.

Este síndrome se caracteriza por la presencia de anomalías congénitas en estos tres sistemas. Los síntomas pueden variar ampliamente, pero generalmente incluyen problemas oculares (como cataratas congénitas, glaucoma y anormalidades en la pigmentación del iris), problemas en el sistema urinario (como infecciones recurrentes del tracto urinario y anomalías estructurales en los riñones) y problemas neurológicos (como retrasos en el desarrollo, convulsiones y anormalidades en la estructura del cerebro).

La causa exacta de este síndrome es desconocida, aunque se cree que puede ser resultado de una mutación genética. El diagnóstico generalmente se realiza mediante una evaluación clínica y pruebas de imagen, como resonancia magnética nuclear (RMN) y ecografías oculares. El tratamiento es sintomático y depende de los síntomas específicos presentes en cada individuo.

La artritis juvenil, también conocida como artritis idiopática juvenil, es una enfermedad que afecta a los niños y adolescentes y se caracteriza por la inflamación de las articulaciones. Es el tipo más común de artritis en este grupo de edad.

La artritis juvenil puede causar dolor, rigidez y hinchazón en una o más articulaciones, lo que puede llevar a la limitación de la movilidad. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves y pueden aparecer gradualmente o repentinamente.

Aunque la causa exacta de la artritis juvenil es desconocida, se cree que está relacionada con una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunos tipos de artritis juvenil pueden estar asociados con problemas en el sistema inmunológico.

El tratamiento de la artritis juvenil generalmente implica una combinación de medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida. Los medicamentos recetados pueden ayudar a controlar el dolor y la inflamación, mientras que la fisioterapia puede ayudar a mantener la movilidad y la fuerza muscular. En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria para reparar o reemplazar articulaciones dañadas.

Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha artritis juvenil, ya que un diagnóstico y tratamiento precoces pueden ayudar a prevenir daños articulares permanentes y mejorar la calidad de vida del niño o adolescente afectado.

El antígeno HLA-B27 es un marcador genético que se encuentra en la superficie de las células blancas de la sangre. HLA significa Antígenos Leucocitarios Humanos, y son proteínas que ayudan al sistema inmunológico a distinguir entre las propias células del cuerpo y los organismos extraños, como bacterias y virus.

El antígeno HLA-B27 es uno de los muchos tipos de antígenos HLA que existen, y se asocia con un mayor riesgo de desarrollar ciertas enfermedades autoinmunes, como la espondilitis anquilosante, la artritis reactiva y la uveítis. Sin embargo, solo una pequeña fracción de las personas que poseen el antígeno HLA-B27 desarrollarán estas enfermedades.

Es importante destacar que la presencia del antígeno HLA-B27 no es suficiente para diagnosticar ninguna de estas enfermedades, y se necesitan otros criterios clínicos y de laboratorio para hacer un diagnóstico preciso. Además, el antígeno HLA-B27 puede heredarse de los padres a los hijos, por lo que su presencia en la sangre puede ser útil en el contexto de la evaluación del riesgo genético de desarrollar ciertas enfermedades.

El cuerpo vítreo, también conocido como humor vítreo, es la parte gelatinosa y transparente del ojo que llena el espacio entre el cristalino y la retina. Ocupa aproximadamente el 80% del volumen total del ojo y ayuda a mantener la forma y la posición de los elementos internos del ojo. Es una estructura compleja formada por agua, colágeno, proteoglicanos y otras moléculas especiales que le dan propiedades únicas, como su alta transparencia y resistencia a la compresión. El cuerpo vítreo desempeña un papel importante en el proceso de refracción de la luz y en el mantenimiento de la integridad estructural del ojo. A medida que envejecemos, el cuerpo vítreo puede sufrir cambios físicos y químicos, como la formación de opacidades (conocidas como "moscas volantes") o la separación parcial de sus componentes, lo que puede afectar nuestra visión.

La toxoplasmosis ocular es una enfermedad inflamatoria del ojo causada por la infección del parásito Toxoplasma gondii. Esta afección generalmente afecta el humor vítreo y la retina del ojo, pudiendo provocar lesiones y cicatrices en estas áreas si no se trata adecuadamente. La toxoplasmosis ocular es una complicación de la infección sistémica por Toxoplasma gondii, que generalmente se adquiere al ingerir alimentos contaminados con los quistes del parásito o al entrar en contacto con heces de gatos infectadas.

Los síntomas de la toxoplasmosis ocular pueden variar y pueden incluir: dolor ocular, enrojecimiento, sensibilidad a la luz, visión borrosa, puntos ciegos o manchas flotantes en el campo visual. En algunos casos, la toxoplasmosis ocular puede provocar complicaciones más graves, como pérdida permanente de la visión o glaucoma. El tratamiento suele incluir medicamentos antiparásitos, como la sulfadiazina y el pyrimethamine, junto con corticosteroides para controlar la inflamación. La prevención es fundamental, especialmente en personas inmunodeprimidas o mujeres embarazadas, ya que la infección durante el embarazo puede causar graves anomalías congénitas en el feto.

La frase "Ratas Consanguíneas Lew" se refiere a un linaje específico de ratas de laboratorio que han sido inbread durante muchas generaciones. Fueron inicialmente criadas por el Dr. N.L. "Brad" Bradford en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) en la década de 1960.

Las ratas consanguíneas Lew, a veces denominadas Lewis, se han utilizado ampliamente en la investigación médica y biológica debido a su genética relativamente simple y uniforme. Son particularmente útiles para el estudio de enfermedades donde la genética desempeña un papel importante, como la diabetes, la esquizofrenia y otras enfermedades mentales, así como en estudios inmunológicos y de trasplante de órganos.

Debido a su estrecha relación genética, las ratas consanguíneas Lew también se utilizan a menudo como controles en los experimentos, ya que sus reacciones predictibles pueden ayudar a iluminar las diferencias entre los grupos de prueba y control.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si bien las ratas consanguíneas Lew son genéticamente uniformes, siguen siendo organismos vivos complejos con una gran cantidad de variabilidad fenotípica y respuestas a diferentes estímulos. Por lo tanto, los resultados de los estudios con ratas consanguíneas Lew no siempre se pueden generalizar directamente a otros linajes de ratas o a humanos.

La arrestina es una proteína que se une y desactiva a las proteínas G activadas, lo que inhibe su capacidad para transmitir señales. Las proteínas G son moléculas importantes en la transducción de señales dentro de las células y están involucradas en una variedad de procesos celulares. La arrestina juega un papel importante en la regulación negativa de los sistemas de señalización que utilizan proteínas G.

Existen diferentes tipos de arrestinas, siendo las más conocidas la arrestina-1 y la arrestina-2 (también llamada arrestina-β). La arrestina-1 se une específicamente a la subunidad alfa de las proteínas G activadas en los receptores acoplados a proteínas G (RAPG), mientras que la arrestina-2 se une a varios tipos de subunidades alfa.

La unión de la arrestina a las proteínas G activadas provoca una serie de cambios estructurales que impiden que la proteína G vuelva a su forma inactiva y, por lo tanto, inhibe su capacidad para continuar transmitiendo señales. Además, la arrestina puede dirigir las proteínas G activadas hacia los compartimentos intracelulares donde se degradan, lo que ayuda a terminar rápidamente la respuesta de señalización.

La regulación de la actividad de las proteínas G es crucial para mantener el equilibrio adecuado de señales dentro de la célula y garantizar que las respuestas celulares sean apropiadas. La arrestina desempeña un papel importante en este proceso, ayudando a garantizar que las vías de señalización se activen y desactiven correctamente.

El cuerpo ciliar es una estructura del ojo que desempeña un papel importante en el proceso de acomodación, por el cual el ojo se enfoca en objetos situados a diferentes distancias. Se encuentra dentro del ojo, justo detrás del iris (la parte coloreada del ojo) y consiste en músculos y tejidos conectivos modificados.

La función principal del cuerpo ciliar es producir el humor acuoso, un líquido transparente que llena la cámara anterior del ojo entre el cristalino y la córnea. El humor acuoso nutre las estructuras dentro del ojo y ayuda a mantener su forma y tamaño constantes. La producción de humor acuoso está controlada por los músculos del cuerpo ciliar, que pueden contraerse y relajarse para regular la cantidad de líquido producido.

Cuando el ojo se enfoca en objetos cercanos, los músculos del cuerpo ciliar se relajan, lo que hace que el cristalino se haga más esférico y aumente su poder de refracción, permitiendo al ojo ver claramente los objetos cercanos. Cuando el ojo se enfoca en objetos lejanos, los músculos del cuerpo ciliar se contraen, lo que hace que el cristalino se aplane y disminuya su poder de refracción, permitiendo al ojo ver claramente los objetos lejanos.

El malfuncionamiento del cuerpo ciliar puede llevar a diversas afecciones oculares, como la presbicia (pérdida de la capacidad de acomodación con la edad), el glaucoma (aumento de la presión intraocular) y las cataratas (opacificación del cristalino).

La coriorretinitis es una enfermedad ocular que involucra la inflamación de la coroides (una capa vascular situada entre la retina y la sclera) y la retina, específicamente en la zona conocida como coriorretina. Puede causar daño a la visión y llevar a cicatrices en la retina.

Esta afección puede ser causada por diversos factores, entre ellos infecciones (como toxoplasmosis, citomegalovirus o histoplasmosis), enfermedades autoinmunes (como el lupus eritematoso sistémico o la artritis reumatoide) o reacciones a determinados medicamentos.

El tratamiento de la coriorretinitis dependerá de su causa subyacente. Puede incluir antibióticos, antivirales o corticosteroides, según sea necesario. En algunos casos, también puede ser necesaria la cirugía. Es importante buscar atención médica especializada si se sospecha de esta afección, ya que un diagnóstico y tratamiento precoces pueden ayudar a prevenir daños graves en la vista.

La úvea, también conocida como túnica vasculosa, es el nombre dado a la parte media del ojo compuesta por tres estructuras: iris, cuerpo ciliar y coroides. Es la capa vascular del ojo que contiene melanocitos (células pigmentarias) y se extiende desde la parte posterior del ojo hasta el borde frontal donde se une con la esclerótica (la parte blanca del ojo). La úvea desempeña un papel importante en el suministro de nutrientes y oxígeno a los tejidos oculares, así como en la regulación del tamaño de la pupila. Los trastornos de la úvea pueden dar lugar a diversas condiciones oftalmológicas, como uveítis (inflamación de la úvea), melanoma uveal (cáncer de úvea) o hemorragia subconjuntival.

Referencias:
1. "Anatomy and Physiology of the Eye." Merck Manual, www.merckmanuals.com/professional/eye-disorders/biology-of-the-eye/anatomy-and-physiology-of-the-eye.
2. "Uvea." StatPearls [Internet]., U.S. National Library of Medicine, 16 Jan. 2023, www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK542278/.

Las infecciones virales oculares son condiciones médicas en las que un virus invade y se multiplica en alguna parte del ojo, causando síntomas desagradables. Los virus más comunes que causan infecciones oculares incluyen el adenovirus, el virus del herpes simple y el virus varicela-zóster.

Existen diferentes tipos de infecciones virales oculares, dependiendo de la parte específica del ojo afectada:

1. Conjuntivitis Viral: También conocida como "ojo rosado", es una inflamación del revestimiento transparente de los párpados y el blanco del ojo (conjuntiva). Los síntomas suelen incluir enrojecimiento, picazón, lagrimeo, descarga mucosa y sensibilidad a la luz.

2. Queratitis Herpética: Esta infección viral afecta la córnea (la parte transparente y delgada en la parte frontal del ojo). Puede causar dolor, fotofobia (sensibilidad a la luz), lagrimeo excesivo, visión borrosa y úlceras corneales.

3. Ojo de Culebra: Es una complicación rara pero grave de la infección por virus varicela-zóster (el mismo virus que causa la varicela y el herpes zóster). Los síntomas pueden incluir dolor intenso, enrojecimiento severo, hinchazón y formación de úlceras en la córnea.

El tratamiento de las infecciones virales oculares generalmente implica aliviar los síntomas con medidas de soporte, como compresas frías o calientes, lubricantes oculares y analgésicos suaves. En algunos casos graves, se pueden recetar antivirales específicos para ayudar a combatir la infección.

Es importante buscar atención médica si se sospecha una infección viral en el ojo, especialmente si los síntomas son graves o persisten durante más de unos pocos días. Las infecciones virales no tratadas pueden causar complicaciones graves y posiblemente conducir a la pérdida permanente de la visión.

Las proteínas de unión a retinol (RBP, por sus siglas en inglés) son un tipo específico de proteínas que se unen y transportan la molécula de retinol (una forma de vitamina A) en el cuerpo. La RBP es sintetizada principalmente en el hígado y se secreta al torrente sanguíneo, donde se une al retinol y lo transporta a los tejidos diana, como la retina y las glándulas mamarias.

La RBP es una proteína de unión de bajo peso molecular y forma un complejo con el retinol que protege al retinol de la oxidación y facilita su transporte a través de la membrana basal capilar hacia los tejidos diana. La deficiencia de proteínas de unión a retinol puede conducir a diversos trastornos, como la ceguera nocturna y la xeroftalmia, una enfermedad ocular que se caracteriza por sequedad y descamación de los párpados y las membranas mucosas. Además, la RBP también desempeña un papel importante en el metabolismo y la homeostasis del retinol en el cuerpo.

Las infecciones oculares son condiciones médicas en las que diversos microorganismos, como bacterias, virus, hongos o parásitos, invaden y se multiplican en cualquier parte del ojo o sus alrededores. Esto puede causar inflamación, enrojecimiento, picazón, dolor, lagrimeo y visión borrosa. Algunos tipos comunes de infecciones oculares incluyen conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva), blefaritis (inflamación del borde de los párpados) y queratitis (inflamación de la córnea). El tratamiento varía dependiendo del tipo y la gravedad de la infección, pero generalmente implica el uso de medicamentos como antibióticos, antivirales o antifúngicos. En casos graves, puede ser necesaria la intervención quirúrgica. Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha una infección ocular para prevenir complicaciones y posibles daños permanentes en la visión.

La agudeza visual es una medida de la capacidad del sistema visual para distinguir los detalles finos y la fineza de la visión. Se define generalmente como la medida más pequeña de un objeto o símbolo que las personas pueden identificar correctamente a una distancia específica, bajo condiciones estándar de luz y con su mejor corrección óptica. La agudeza visual normal es típicamente 20/20 en los Estados Unidos, lo que significa que una persona puede ver a 20 pies lo que la mayoría de las personas promedio pueden ver a la misma distancia. Una agudeza visual peor que 20/20 indica que la visión es peor que la normal, mientras que una agudeza visual mejor que 20/20 significa que la visión es mejor que la normal.

La retinitis es un término médico que se refiere a la inflamación de la retina, que es la capa más interna y sensible a la luz en el fondo del ojo. La retina contiene células fotorreceptoras llamadas bastones y conos que convierten la luz en impulsos nerviosos, los cuales son enviados al cerebro y procesados como vision.

La retinitis puede afectar a personas de todas las edades y puede ser causada por diversas condiciones médicas, como infecciones virales o bacterianas, enfermedades autoinmunes, tumores oculares, traumatismos oculares y exposición a sustancias tóxicas.

Los síntomas de la retinitis pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación de la inflamación en la retina. Algunos de los síntomas más comunes incluyen visión borrosa o disminuida, destellos de luz, manchas flotantes, pérdida de visión periférica o central, y cambios en la sensibilidad al contraste y a la luz.

El tratamiento de la retinitis depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos antimicrobianos, corticosteroides, inmunomoduladores o terapia fotodinámica. En algunos casos, la retinitis puede causar daño permanente en la retina y conducir a una pérdida de visión irreversible. Por lo tanto, es importante buscar atención médica inmediata si se experimentan síntomas de retinitis.

Las oftalmopatías se refieren a enfermedades o trastornos que afectan los músculos, nervios y tejidos circundantes del ojo. Pueden causar problemas en el movimiento ocular, la apariencia de los ojos y la función visual. Un ejemplo común de oftalmopatía es la enfermedad de Graves, que a menudo provoca inflamación e hinchazón de los músculos oculares y el tejido graso alrededor de los ojos. Otros síntomas pueden incluir sequedad ocular, dolor, visión doble y enrojecimiento. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la afección y puede incluir medicamentos, terapia o cirugía.

La sarcoidosis es una enfermedad inflamatoria sistémica que puede afectar a varios órganos del cuerpo, especialmente los pulmones y la piel. Se caracteriza por la formación de granulomas, pequeños grupos de células inflamatorias, en diferentes tejidos. Aunque la causa exacta de la sarcoidosis sigue siendo desconocida, se cree que está relacionada con una respuesta exagerada del sistema inmunológico a algún tipo de sustancia extraña, como un virus o una bacteria, aunque esto no se ha confirmado.

Los síntomas más comunes de la sarcoidosis incluyen fatiga, fiebre leve, dolores musculares y articulares, tos seca y dificultad para respirar. Algunas personas con sarcoidosis también pueden experimentar erupciones cutáneas, inflamación de los ganglios linfáticos y enrojecimiento e hinchazón de los ojos. En casos graves, la sarcoidosis puede afectar el corazón, el cerebro, los riñones y otros órganos, lo que puede provocar complicaciones potencialmente mortales.

El diagnóstico de la sarcoidosis se basa en una combinación de síntomas, historial médico, examen físico y pruebas de laboratorio e imágenes. No existe un tratamiento específico para la sarcoidosis, y el plan de tratamiento depende de los síntomas y la gravedad de la enfermedad. En muchos casos, la sarcoidosis puede resolverse por sí sola sin tratamiento, aunque algunas personas pueden necesitar medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones a largo plazo.

En la terminología médica, no existe una categoría o concepto específico llamado "proteínas del ojo". Sin embargo, el ojo contiene varias proteínas importantes para su estructura y función. Algunas de ellas son:

1. Proteínas estructurales: Estas ayudan a dar forma al ojo y mantener su integridad, como las cristalinas (que forman parte del lente) y las colágenas (presentes en el tejido conectivo).

2. Proteínas enzimáticas: Ayudan en diversos procesos metabólicos dentro del ojo, como la catalasa, que descompone los peróxidos en agua y oxígeno, y la superóxido dismutasa, que protege al ojo de los daños causados por radicales libres.

3. Proteínas transportadoras: Ayudan a mover moléculas importantes dentro del ojo, como la opsina, una proteína que se une con el retinal en los bastones y conos para detectar luz.

4. Proteínas receptoras: Estas proteínas participan en la transducción de señales, como las rodopsinas en los bastones y los conopsinas en los conos, que desencadenan respuestas nerviosas cuando se exponen a la luz.

5. Proteínas inmunológicas: Ayudan a proteger el ojo de infecciones y lesiones, como las inmunoglobulinas (anticuerpos) y diversas citocinas proinflamatorias.

6. Otras proteínas funcionales: Existen otras proteínas con diferentes funciones importantes en el ojo, como la melanopsina, involucrada en la regulación del ciclo sueño-vigilia y la fototransducción no visual.

En resumen, las "proteínas del ojo" se refieren a un conjunto diverso de proteínas que desempeñan diversas funciones esenciales en el ojo, como la detección de luz, la transducción de señales, la inmunidad y la protección.

La Fluocinolona Acetonida es un glucocorticoide sintético potente, utilizado en forma de cremas, lociones, pomadas, ungüentos, soluciones inyectables e incluso pastillas, dependiendo del problema a tratar. Es un fármaco antiinflamatorio y antiprurítico (contra las picazones) muy eficaz, que se receta en el tratamiento de diversas afecciones dermatológicas como eccemas, psoriasis, dermatitis seborreica o liquen plano, entre otras. También puede utilizarse para tratar algunos problemas ginecológicos y oftalmológicos.

Su uso tópico debe ser controlado por un médico, ya que el abuso o un uso prolongado pueden producir efectos secundarios como atrofia dérmica, estrías, telangiectasias (dilatación permanente de pequeños vasos sanguíneos) o infecciones secundarias. En casos sistémicos (por vía oral), los posibles efectos adversos pueden ser más graves e incluyen supresión adrenal, glaucoma, cataratas, úlceras gástricas y duodenales, entre otros.

Como con cualquier medicamento, es importante seguir las indicaciones médicas estrictamente y consultar al profesional de la salud si se presentan dudas o efectos no deseados.

La coroiditis es una enfermedad ocular que involucra la inflamación de la coroide, una capa de vasos sanguíneos situada entre la retina y la sclera (la parte blanca del ojo). La coroiditis puede causar problemas visuales, como visión borrosa o disminuida, manchas flotantes, destellos de luz y pérdida de visión central. Puede ser causada por diversas afecciones, como infecciones, enfermedades autoinmunes o trastornos genéticos. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir medicamentos para reducir la inflamación y prevenir daños adicionales en el ojo.

La cámara anterior, también conocida como cámara anterior del ojo o cámara anterior del cristalino, es un espacio acuoso dentro del ojo que se encuentra entre el iris (la parte coloreada del ojo) y la córnea (la cubierta transparente en el frente del ojo). Esta cámara está llena de un líquido claro llamado humor acuoso, que ayuda a proporcionar nutrientes a los tejidos oculares circundantes y mantiene la presión intraocular dentro de un rango normal. La cámara anterior desempeña un papel importante en el proceso de enfoque y acomodación del ojo, ya que ayuda a mantener la forma y la posición adecuadas del cristalino para una visión clara.

En la medicina, una catarata se refiere a la opacificación del cristalino natural del ojo, que es una lente transparente situada detrás del iris (la parte coloreada del ojo). La función principal del cristalino es enfocar la luz en la retina para producir una visión clara. Sin embargo, cuando el cristalino se vuelve opaco debido a la formación de cataratas, la luz no puede pasar correctamente a través de él, lo que resulta en una visión borrosa o distorsionada.

Las cataratas son un proceso gradual y normal del envejecimiento ocurre en aproximadamente el 50% de las personas mayores de 60 años y el 70% de las personas mayores de 75 años. Sin embargo, también pueden ocurrir en personas más jóvenes como resultado de una lesión o trauma ocular, exposición a radiación, uso prolongado de ciertos medicamentos, enfermedades sistémicas como diabetes o por factores genéticos.

Los síntomas comunes de las cataratas incluyen visión borrosa o nublada, dificultad para ver al conducir, especialmente durante la noche, sensibilidad a la luz, halos alrededor de las luces, disminución de los colores vibrantes y doble visión en un ojo. El tratamiento más común para las cataratas es la cirugía, en la que se extrae el cristalino opacificado y se reemplaza con una lente artificial llamada lente intraocular. La cirugía de cataratas es una intervención quirúrgica segura y efectiva que puede ayudar a restaurar la visión y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta afección.

El síndrome de necrosis retiniana aguda (SNRA), también conocido como síndrome de Parsonage-Turner o neuropatía del hombro doloroso, es una afección neurológica que se caracteriza por la inflamación y daño repentinos e inexplicables de los nervios que van desde el cuello hasta los brazos. Aunque no afecta directamente a la retina, recibió su nombre debido a una publicación errónea en la literatura médica histórica.

El SNRA se manifiesta principalmente con un dolor intenso y agudo en el hombro y el brazo, seguido de debilidad y atrofia muscular progresivas en los músculos que controlan el movimiento del hombro, el brazo y la mano. En algunos casos, también pueden presentarse síntomas sensoriales como entumecimiento o hormigueo.

La causa exacta del SNRA sigue siendo desconocida, aunque se han sugerido diversas teorías, incluyendo infecciones virales, trastornos autoinmunitarios y lesiones nerviosas espontáneas. El diagnóstico generalmente se realiza mediante una combinación de exámenes físicos, estudios de conducción nerviosa y resonancia magnética. El tratamiento suele incluir fisioterapia, medicamentos para el dolor y, en algunos casos, inmunoterapia. La mayoría de los pacientes con SNRA experimentan una recuperación completa o parcial con el tiempo, aunque esto puede llevar varios meses o incluso años.

El hipema es un término médico que se refiere a la presencia de sangre en el humor acuoso del ojo, específicamente en la cámara anterior entre el iris y la córnea. Esta condición suele ser causada por traumatismos o lesiones oculares severas, como resultado de una rotura de los vasos sanguíneos dentro del ojo. El hipema puede variar en gravedad desde un pequeño manchón de sangre hasta una cantidad significativa que llena completamente la cámara anterior.

En algunos casos, el hipema puede resolverse por sí solo a medida que el cuerpo reabsorbe la sangre. Sin embargo, en otros casos, puede ser necesario un tratamiento médico o quirúrgico para prevenir complicaciones como el glaucoma, la formación de cataratas o daños permanentes en la visión. La gravedad y el pronóstico del hipema dependen de varios factores, como la cantidad de sangre presente, la causa subyacente y la existencia de otras lesiones oculares.

Las enfermedades de los caballos, también conocidas como enfermedades equinas, se refieren a un amplio espectro de condiciones médicas y patológicas que afectan a los équidos. Estos incluyen, pero no se limitan a, problemas internos, externos, musculoesqueléticos, respiratorios, digestivos, reproductivos y neurológicos. Algunos ejemplos específicos pueden incluir colic, laminitis, enfermedades respiratorias recurrentes, artritis, infecciones virales como la influenza equina o la rinoneumonitis equina, y parásitos internos como las lombrices y los gusanos redondos. El tratamiento y la prevención de estas enfermedades requieren el cuidado y la atención de profesionales veterinarios calificados y especializados en medicina equina.

La pars planitis es una enfermedad inflamatoria ocular que afecta específicamente a la parte posterior del ojo llamada "pars plana", que se encuentra entre la córnea y el cristalino. Es un tipo de uveítis intermedia, lo que significa que la inflamación se produce en la parte media del ojo.

La pars planitis se caracteriza por la presencia de células blancas y nubosidades (exudados) en el humor vítreo y a veces también en la membrana pigmentaria periférica. Puede causar problemas visuales, como visión borrosa o disminuida, y puede llevar a complicaciones más graves, como desprendimiento de retina o glaucoma.

La causa exacta de la pars planitis es desconocida, aunque se cree que está relacionada con una respuesta autoinmune anormal del cuerpo. El tratamiento generalmente implica el uso de corticosteroides y otros medicamentos inmunomoduladores para controlar la inflamación y prevenir complicaciones. La pars planitis afecta predominantemente a adultos jóvenes y su curso clínico puede ser variable, desde formas leves y autolimitadas hasta enfermedades crónicas y recurrentes que requieren tratamiento prolongado.

La Espondilitis Anquilosante es una enfermedad inflamatoria crónica del sistema locomotor, específicamente afectando las articulaciones de la columna vertebral y el sacro, así como a veces otras articulaciones y estructuras. Es una forma de artritis que usualmente se desarrolla gradualmente durante un período de varios meses o años.

La inflamación crónica en la columna vertebral puede causar dolor, rigidez y posible fusión (ankilosis) de las vértebras. Otras áreas comúnmente afectadas incluyen la articulación sacroiliaca (donde la columna se conecta con el hueso ilíaco), las caderas, las costillas y los hombros. La espondilitis anquilosante también puede afectar los ojos, los pulmones, el corazón y los riñones en algunos casos.

La causa exacta de la espondilitis anquilosante no se conoce completamente, pero se cree que existe una predisposición genética, especialmente entre las personas que heredan un gen específico llamado HLA-B27. Sin embargo, solo una pequeña proporción de las personas con el gen HLA-B27 desarrollarán la enfermedad.

El diagnóstico generalmente se realiza mediante una combinación de historial clínico, examen físico, pruebas de laboratorio (como análisis de sangre para detectar la presencia del gen HLA-B27 y marcadores de inflamación) e imágenes médicas (como radiografías o resonancias magnéticas).

El tratamiento de la espondilitis anquilosante generalmente incluye medicamentos para controlar el dolor, reducir la inflamación y mantener la movilidad articular. La fisioterapia y el ejercicio también pueden desempeñar un papel importante en el manejo de la enfermedad. En casos graves o resistente al tratamiento, se pueden considerar opciones adicionales, como terapias biológicas.

La retina es una membrana delgada y transparente que recubre la parte interna del ojo y desempeña un papel crucial en el proceso de visión. Está compuesta por varias capas de células sensibles a la luz, llamadas fotorreceptores (conos y bastones), que captan la luz entrante y la convierten en impulsos nerviosos.

Estos impulsos viajan a través del nervio óptico hasta el cerebro, donde se interpretan como imágenes visuales. La retina también contiene otras células especializadas, como los ganglios y las células amacrinas, que ayudan a procesar y analizar la información visual antes de enviarla al cerebro.

La parte central de la retina, llamada mácula, es responsable de la visión central y detallada, mientras que las áreas periféricas de la retina proporcionan una visión más amplia pero menos nítida. La preservación de la salud y la función retinales son esenciales para mantener una buena visión y detectar temprano cualquier enfermedad o trastorno relacionado con la retina, como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), el desprendimiento de retina o la retinopatía diabética.

El ojo, también conocido como glóbulo ocular, es el órgano sensorial responsable de la recepción y procesamiento de estímulos visuales en humanos y animales. Se compone de varias partes que trabajan juntas para permitir la visión:

1. La córnea: es la parte transparente y externa del ojo que protege el interior y ayuda a enfocar la luz.
2. El iris: es el anillo de color alrededor de la pupila que regula la cantidad de luz que entra en el ojo, dilatándose o contraiéndose.
3. La pupila: es la abertura negra en el centro del iris a través de la cual la luz entra en el ojo.
4. El cristalino: es una lente biconvexa situada detrás de la pupila que ayuda a enfocar la luz en la retina.
5. La retina: es la membrana interna del ojo donde se encuentran los fotorreceptores (conos y bastones) que convierten la luz en impulsos nerviosos.
6. El nervio óptico: es el haz de fibras nerviosas que transmite los impulsos nerviosos desde la retina al cerebro, donde se interpretan como imágenes visuales.
7. El humor acuoso y el humor vítreo: son líquidos claros que llenan diferentes partes del ojo y ayudan a mantener su forma y función.

La salud ocular es fundamental para una buena visión y calidad de vida, por lo que es importante someterse a exámenes oftalmológicos regulares y proteger los ojos de lesiones y enfermedades.

Los Modelos Animales de Enfermedad son organismos no humanos, generalmente mamíferos o invertebrados, que han sido manipulados genéticamente o experimentalmente para desarrollar una afección o enfermedad específica, con el fin de investigar los mecanismos patofisiológicos subyacentes, probar nuevos tratamientos, evaluar la eficacia y seguridad de fármacos o procedimientos terapéuticos, estudiar la interacción gen-ambiente en el desarrollo de enfermedades complejas y entender los procesos básicos de biología de la enfermedad. Estos modelos son esenciales en la investigación médica y biológica, ya que permiten recrear condiciones clínicas controladas y realizar experimentos invasivos e in vivo que no serían éticamente posibles en humanos. Algunos ejemplos comunes incluyen ratones transgénicos con mutaciones específicas para modelar enfermedades neurodegenerativas, cánceres o trastornos metabólicos; y Drosophila melanogaster (moscas de la fruta) utilizadas en estudios genéticos de enfermedades humanas complejas.

La oftalmía simpática, también conocida como síndrome de Horner ocular, es un trastorno nervioso que afecta el ojo y el párpado del mismo lado de la cara. Se caracteriza por una pupila pequeña (miosis), ptosis (caída del párpado) leve y enrojecimiento conjuntival. Ocurre cuando hay un daño o disfunción en el sistema simpático, uno de los sistemas nerviosos que controlan las funciones involuntarias del cuerpo.

La oftalmía simpática puede ser congénita (presente desde el nacimiento) o adquirida (desarrollada más tarde en la vida). Las causas comunes de la forma adquirida incluyen lesiones en el cuello o tórax, cirugías cardiovasculares y neurológicas, tumores y afecciones vasculares.

El diagnóstico de oftalmía simpática generalmente se realiza mediante una evaluación clínica y pruebas especializadas, como la prueba de pharmacologic drop, que involucra el uso de gotas para los ojos que estimulan o bloquean el sistema simpático. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o simplemente observación y manejo de los síntomas.

Las infecciones bacterianas del ojo son un tipo de trastorno ocular común que puede causar inflamación y daño a los tejidos oculares. Estas infecciones pueden afectar diferentes partes del ojo, incluyendo la superficie del ojo (conjuntiva e córnea), el espacio entre el párpado y el ojo (orbita) o incluso el interior del ojo.

Las bacterias más comunes que causan infecciones oculares son Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Pseudomonas aeruginosa. Estas bacterias pueden ingresar al ojo por diferentes vías, como tocar o frotarse los ojos con las manos sucias, usar lentes de contacto contaminadas o experimentar una lesión en el ojo.

Los síntomas de las infecciones bacterianas del ojo pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación de la infección. Algunos síntomas comunes incluyen enrojecimiento, dolor, sensibilidad a la luz, secreción purulenta, visión borrosa y sensación de cuerpo extraño en el ojo.

El tratamiento para las infecciones bacterianas del ojo generalmente implica antibióticos, ya sea en forma de gotas oftálmicas, pomadas o tabletas orales. En casos graves o complicados, se puede requerir hospitalización y administración intravenosa de antibióticos. Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una infección bacteriana del ojo, ya que el retraso en el tratamiento puede conducir a complicaciones graves y posibles daños permanentes en la visión.

Los inmunosupresores son fármacos, medicamentos o sustancias químicas que se utilizan para suprimir o reducir la respuesta del sistema inmunitario. Se emplean en diversas situaciones clínicas, pero especialmente después de un trasplante de órganos para prevenir el rechazo del injerto al disminuir la capacidad del cuerpo de montar una respuesta inmunitaria contra el tejido extraño. También se utilizan en el tratamiento de algunas enfermedades autoinmunitarias y procesos inflamatorios crónicos, donde el propio sistema inmune ataca los tejidos del cuerpo.

Los inmunosupresores actúan a diferentes niveles del sistema inmunitario, como la inhibición de la producción o función de células T y B, la disminución de la activación de macrófagos, la reducción de la secreción de citocinas o la interferencia con la respuesta humoral (inmunoglobulinas). Algunos ejemplos comunes de inmunosupresores incluyen glucocorticoides, ciclosporina, tacrolimús, micofenolato mofetilo, azatioprina y diversos agentes biológicos.

Debido a que los inmunosupresores disminuyen la capacidad del organismo de combatir infecciones y enfermedades, su uso conlleva un mayor riesgo de desarrollar complicaciones infecciosas y neoplásicas (cáncer). Por esta razón, se busca utilizar las dosis más bajas posibles y combinarlos con otros tratamientos cuando sea necesario.

La angiografía con fluoresceína es un procedimiento diagnóstico que utiliza una sustancia llamada fluoresceína y una cámara especial para capturar imágenes del sistema de vasos sanguíneos en el ojo. Durante el procedimiento, se inyecta una pequeña cantidad de fluoresceína en una vena del brazo del paciente. La sustancia viaja a través del torrente sanguíneo y se ilumina cuando se expone a una luz especial durante el examen.

La cámara especial, llamada cámara de fundus o angiografía, captura imágenes en tiempo real mientras la fluoresceína circula por los vasos sanguíneos del ojo. Estas imágenes permiten al médico evaluar la salud de los vasos sanguíneos y detectar cualquier anormalidad, como pérdida de fluidez, fugas, crecimientos anormales o bloqueos.

Este procedimiento se utiliza a menudo para diagnosticar y monitorear enfermedades oculares, como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), la retinopatía diabética y la retinosquisis periférica. La angiografía con fluoresceína es un procedimiento seguro y mínimamente invasivo, aunque pueden ocurrir reacciones alérgicas a la fluoresceína en raras ocasiones.

El fondo de ojo, también conocido como examen del fondo de ojo, es un procedimiento médico en oftalmología y optometría que implica el uso de un instrumento especial, llamado oftalmoscopio, para observar la estructura interna del ojo. Específicamente, este examen permite al profesional de la visión mirar directamente a la parte posterior del ojo, incluyendo la retina, el disco óptico (donde se une la nervio óptico a la retina), los vasos sanguíneos y la mácula (zona central de la retina responsable de la visión aguda).

El fondo de ojo puede ayudar a diagnosticar diversas condiciones oftalmológicas y sistémicas, como:

1. Degeneración macular relacionada con la edad
2. Desprendimiento de retina
3. Glaucoma
4. Hipertensión arterial
5. Diabetes mellitus
6. Enfermedades vasculares y otras afecciones sistémicas

Este procedimiento es indoloro y no invasivo, aunque el paciente puede experimentar una leve molestia o sensación de presión durante su realización. Es recomendable realizar exámenes periódicos del fondo de ojo para mantener un seguimiento adecuado de la salud ocular y detectar posibles problemas a tiempo.

El edema macular es una afección médica oftalmológica que se caracteriza por la acumulación anormal de líquido en la mácula, la parte central de la retina responsable de la visión aguda y detallada. Esta condición puede causar hinchazón y engrosamiento de la mácula, lo que a su vez puede conducir a distorsiones en la visión central y, en casos graves, incluso a la pérdida de visión.

El edema macular se asocia comúnmente con diversas condiciones oculares subyacentes, como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), la diabetes y la obstrucción de las venas retinianas. El tratamiento del edema macular depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos antiinflamatorios, inyecciones intravitreales, fotocoagulación con láser o cirugía. La detección y el tratamiento tempranos son cruciales para prevenir daños permanentes en la visión.

Los antiinflamatorios son un tipo de medicamento que se utiliza para reducir la inflamación, el dolor y la fiebre. Existen diferentes tipos de antiinflamatorios, pero la mayoría funciona inhibiendo la acción de enzimas llamadas ciclooxigenasa-1 y ciclooxigenasa-2, que desempeñan un papel importante en el proceso inflamatorio del organismo.

Algunos ejemplos comunes de antiinflamatorios incluyen el ibuprofeno, el naproxeno y el diclofenaco. Estos medicamentos suelen recetarse para tratar una variedad de afecciones, como la artritis reumatoide, la osteoartritis, la tendinitis, la bursitis y otras enfermedades inflamatorias.

Es importante tener en cuenta que los antiinflamatorios pueden tener efectos secundarios graves si se utilizan durante un período prolongado o en dosis altas. Algunos de estos efectos secundarios incluyen úlceras gástricas, sangrado estomacal, daño renal y aumento del riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Por esta razón, es importante utilizarlos solo bajo la supervisión de un médico y seguir cuidadosamente las instrucciones de dosificación.

La Espondiloartritis es un término utilizado en medicina para describir un grupo de enfermedades inflamatorias que afectan principalmente a la columna vertebral y a las articulaciones sacroilíacas (las articulaciones donde la columna se conecta con el hueso ilíaco de la pelvis). Estas enfermedades también pueden afectar a otros órganos, como los ojos, la piel y el intestino.

Las espondiloartropatías incluyen condiciones como la Espondilitis Anquilosante, la Artritis Psoriásica, la Artritis Reactiva y la Enfermedad Inflamatoria Intestinal asociada (como la Colitis Ulcerosa o la Enfermedad de Crohn).

Los síntomas comunes incluyen dolor e hinchazón en las articulaciones, especialmente en la columna vertebral y la base del esqueleto axial, rigidez matutina que puede mejorar con el ejercicio, y a veces inflamación de los ojos (uveítis). Algunas personas también pueden experimentar fatiga, pérdida de apetito y fiebre.

El diagnóstico generalmente se realiza mediante una combinación de historial clínico, examen físico, pruebas de laboratorio (como análisis de sangre para detectar marcadores inflamatorios o anticuerpos específicos) e imágenes médicas (como radiografías o resonancias magnéticas). El tratamiento puede incluir medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), fármacos modificadores de la enfermedad (FME) como metotrexato o sulfasalazina, y biológicos que bloquean ciertas proteínas inflamatorias. La fisioterapia y el ejercicio también pueden ser beneficiosos para mantener la movilidad articular y reducir el dolor.

La enfermedad aguda se refiere a un proceso de enfermedad que comienza repentinamente, evoluciona rápidamente y generalmente dura relativamente poco tiempo. Puede causar síntomas graves o molestias, pero tiende a desaparecer una vez que el cuerpo ha combatido la infección o se ha recuperado del daño tisular. La enfermedad aguda puede ser causada por una variedad de factores, como infecciones virales o bacterianas, lesiones traumáticas o reacciones alérgicas. A diferencia de las enfermedades crónicas, que pueden durar meses o años y requerir un tratamiento a largo plazo, la mayoría de las enfermedades agudas se resuelven con el tiempo y solo necesitan atención médica a corto plazo.

Las enfermedades del cristalino se refieren a un grupo de trastornos que afectan al cristalino, el lente natural del ojo. Estas enfermedades pueden causar opacidad (cataratas), desplazamiento (luxación o subluxación del cristalino) o crecimiento anormal (miopía magna).

1. Cataratas: Es la opacificación parcial o total del cristalino, que normalmente es transparente. Esta condición provoca visión borrosa o disminuida y puede ser presente desde el nacimiento (cataratas congénitas) o adquiridas más tarde en la vida debido a diversos factores como traumatismos, enfermedades sistémicas, exposición a radiación o simplemente por el proceso de envejecimiento.

2. Luxación/Subluxación del cristalino: Se produce cuando el cristalino se desplaza de su posición normal dentro del ojo. Puede ser congénita o adquirida debido a traumatismos, cirugías previas, enfermedades sistémicas como el síndrome de Marfan o la hipertensión ocular. Los síntomas incluyen visión doble, halos alrededor de las luces, fotofobia y disminución de la agudeza visual.

3. Miopía magna: Es un crecimiento anormalmente grande del cristalino, lo que hace que el ojo sea más largo de lo normal. Esta afección provoca una miopía severa e incluso progresiva. A menudo se asocia con otras anomalías oculares y síndromes genéticos.

El tratamiento para las enfermedades del cristalino depende del tipo y gravedad de la afección. La cirugía generalmente es el método preferido para tratar las cataratas y la luxación/subluxación del cristalino, mientras que la miopía magna puede requerir lentes especiales o incluso una cirugía refractiva adicional.

Neoplasia es un término general que se refiere al crecimiento celular anormal o a la formación de un tumor. Cuando se utiliza en relación con el ojo, "neoplasias del ojo" se refiere a los diversos tipos de tumores que pueden desarrollarse en cualquier parte del ojo o sus estructuras adyacentes. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias del ojo se clasifican según la parte específica del ojo en la que se originan. Algunos ejemplos comunes de neoplasias oculares incluyen:

1. Nevo: Un tumor benigno formado por células pigmentadas llamadas melanocitos. Puede desarrollarse en la conjuntiva (membrana que recubre el exterior del ojo) o en la úvea (la capa media del ojo, compuesta por iris, cuerpo ciliar y coroides).

2. Melanoma uveal: Un tumor maligno que se origina en los melanocitos de la úvea. Es el tipo más común de cáncer primario del ojo en adultos.

3. Retinoblastoma: Un cáncer agresivo y raro que afecta a las células fotorreceptoras de la retina, especialmente en niños menores de 5 años. Puede ser hereditario o esporádico (ocurre sin antecedentes familiares).

4. Linfoma intraocular: Un tipo raro de cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos y afecta al humor vítreo o a la úvea.

5. Carcinoma de células escamosas: Un tumor maligno que se desarrolla a partir de las células epiteliales que recubren la superficie del ojo, como la conjuntiva.

6. Hemangioma: Un tumor benigno compuesto por vasos sanguíneos anormales que puede crecer en el iris, el cuerpo ciliar o la coroides. En raras ocasiones, puede volverse maligno y transformarse en un hemangiosarcoma.

El tratamiento de los tumores oculares depende del tipo, tamaño, localización y grado de malignidad. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, termoterapia o terapias dirigidas específicas para el tipo de cáncer. La detección temprana y la atención médica especializada pueden mejorar significativamente los resultados del tratamiento y preservar la visión en la medida de lo posible.

La escleritis es una enfermedad inflamatoria que afecta la esclera, la capa blanca y dura del ojo. Puede causar dolor intenso, enrojecimiento y sensibilidad al tacto en el área afectada. A veces también puede provocar visión borrosa. Los síntomas suelen ser más graves que los de la episcleritis (una inflamación menos profunda) y pueden durar varias semanas o meses si no se tratan.

La escleritis puede ser primaria, cuando ocurre sin causa conocida, o secundaria, cuando está asociada con otras afecciones sistémicas como artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, escleroderma o enfermedad de Wegener. El tratamiento generalmente implica medicamentos para reducir la inflamación y aliviar el dolor, como antiinflamatorios no esteroideos (AINE), corticosteroides o inmunosupresores. En casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

Los autoantígenos son moléculas presentes en el cuerpo humano que pueden desencadenar una respuesta inmunitaria autoinmune cuando son reconocidas por el sistema inmunológico como extrañas. Bajo circunstancias normales, el sistema inmunológico distingue entre las propias moléculas del cuerpo (autoantígenos) y las moléculas extrañas, como bacterias o virus. Sin embargo, en algunas situaciones, este mecanismo de discriminación puede fallar, lo que lleva al sistema inmunológico a atacar tejidos y órganos sanos.

Los autoantígenos pueden ser proteínas, carbohidratos, lípidos o ácidos nucleicos presentes en células u organelas celulares. Cuando el sistema inmunológico produce anticuerpos contra estos autoantígenos o activa células T específicas para atacarlos, se produce una respuesta autoinmune que puede causar diversas enfermedades autoinmunes, como lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, diabetes tipo 1 y esclerosis múltiple.

La causa de la pérdida de tolerancia a los autoantígenos y el desarrollo de enfermedades autoinmunes no se comprende completamente, pero se cree que pueden desempeñar un papel factores genéticos, ambientales y hormonales. El diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades autoinmunes a menudo requieren una evaluación cuidadosa de los síntomas clínicos y los resultados de pruebas de laboratorio, como análisis de sangre para detectar anticuerpos contra autoantígenos específicos.

Los glucocorticoides son una clase de corticoesteroides hormonales producidas naturalmente en el cuerpo por las glándulas suprarrenales. La más importante y conocida es el cortisol, que desempeña un papel crucial en el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y lípidos, además de tener propiedades antiinflamatorias y antialérgicas.

Tienen efectos significativos sobre el sistema cardiovascular, nervioso, inmunológico y esquelético. Los glucocorticoides también se utilizan como medicamentos para tratar una variedad de condiciones, incluyendo enfermedades autoinmunes, asma, alergias, artritis reumatoide y ciertos tipos de cáncer.

El uso de glucocorticoides puede tener efectos secundarios importantes si se utilizan durante un largo período de tiempo o en dosis altas, como aumento de peso, presión arterial alta, diabetes, osteoporosis, cataratas y cambios en el estado de ánimo.

La hipotensión ocular, también conocida como presión intraocular baja, se refiere a un nivel anormalmente bajo de presión dentro del ojo. La presión intraocular normal suele estar entre 12 y 22 milímetros de mercurio (mmHg). Una presión por debajo de 10-12 mmHg se considera hipotensión ocular.

Esta condición no suele causar síntomas notables, pero en algunos casos puede estar asociada con enfermedades oculares como el glaucoma de presión normal o la neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica. En raras ocasiones, una hipotensión ocular marcada puede contribuir a la desprendimiento de retina.

Es importante destacar que el diagnóstico y el seguimiento de la presión intraocular deben realizarse bajo la supervisión de un oftalmólogo, ya que las fluctuaciones de la presión intraocular pueden tener importantes implicaciones para la salud ocular.

Las endotoxinas son componentes tóxicos de la membrana externa de ciertos tipos de bacterias gramnegativas. Se liberan cuando estas bacterias mueren y se descomponen. Las endotoxinas están compuestas por lipopolisacáridos (LPS), que consisten en un lipido llamado lipid A, un núcleo de polisacárido y un antígeno O polisacarídico. El lipid A es el componente tóxico responsable de la actividad endotoxica.

Las endotoxinas pueden desencadenar una respuesta inmune fuerte e inflamatoria en humanos y animales, lo que puede llevar a una variedad de síntomas clínicos, como fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, fatiga, náuseas y vómitos. En casos graves, la exposición a endotoxinas puede causar shock séptico, insuficiencia orgánica y muerte.

Las endotoxinas son una preocupación importante en la medicina y la salud pública, especialmente en situaciones donde hay un alto riesgo de exposición a bacterias gramnegativas, como en el tratamiento de pacientes con quemaduras graves, infecciones severas o enfermedades sistémicas. También son una preocupación importante en la industria alimentaria y farmacéutica, donde pueden contaminar los productos y causar enfermedades en humanos y animales.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

La vitrectomía es un procedimiento quirúrgico oftalmológico en el que se extrae parcial o totalmente el humor vítreo, el gel transparente que llena el espacio entre el cristalino y la retina del ojo. Este gel contiene fibras finas y puede volverse opaco o desplazarse hacia adelante debido a diversas condiciones oculares, como una hemorragia, un desprendimiento de retina, una inflamación o una infección.

Durante la vitrectomía, el oftalmólogo realiza pequeñas incisiones en la superficie del ojo para acceder al humor vítreo. Luego, utiliza instrumentos especializados, como una vitrectoma (una sonda hueca con una cuchilla en su punta), para cortar y succionar el gel vítreo. Después de retirar el humor vítreo, el médico puede realizar otras intervenciones quirúrgicas, como eliminar tejidos dañados o escariar la córnea, dependiendo de las necesidades específicas del paciente. Finalmente, se inserta una burbuja de gas o aceite de silicona en el espacio vítreo para ayudar a mantener la forma del ojo y promover la correcta colocación de la retina.

La vitrectomía puede ayudar a restaurar la visión y prevenir complicaciones adicionales en diversas condiciones oftalmológicas. Sin embargo, como cualquier procedimiento quirúrgico, conlleva riesgos, como infección, sangrado, inflamación y desprendimiento de retina, por lo que es importante evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos antes de decidir someterse a la cirugía.

El ensayo de inmunoadsorción enzimática (EIA), también conocido como ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), es un método de laboratorio utilizado para detectar y medir la presencia o ausencia de una sustancia específica, como un antígeno o un anticuerpo, en una muestra. Se basa en la unión específica entre un antígeno y un anticuerpo, y utiliza una enzima para producir una señal detectable.

En un EIA típico, la sustancia que se desea medir se adsorbe (se une firmemente) a una superficie sólida, como un pozo de plástico. La muestra que contiene la sustancia desconocida se agrega al pozo y, si la sustancia está presente, se unirá a los anticuerpos específicos que también están presentes en el pozo. Después de lavar el pozo para eliminar las sustancias no unidas, se agrega una solución que contiene un anticuerpo marcado con una enzima. Si la sustancia desconocida está presente y se ha unido a los anticuerpos específicos en el pozo, el anticuerpo marcado se unirá a la sustancia. Después de lavar nuevamente para eliminar las sustancias no unidas, se agrega un sustrato que reacciona con la enzima, produciendo una señal detectable, como un cambio de color o de luz.

Los EIA son ampliamente utilizados en diagnóstico médico, investigación y control de calidad alimentaria e industrial. Por ejemplo, se pueden utilizar para detectar la presencia de anticuerpos contra patógenos infecciosos en una muestra de sangre o para medir los niveles de hormonas en una muestra de suero.

La leptospirosis es una enfermedad infecciosa causada por bacterias del género Leptospira. Se transmite generalmente a través del contacto con agua o suelo contaminados con orina de animales infectados, como ratones, perros, ganado o cerdos. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves e incluyen fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. En casos más severos, puede causar insuficiencia renal o hepática, meningitis e incluso la muerte. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan la presencia de anticuerpos contra la bacteria en la sangre o la orina. El tratamiento temprano con antibióticos es efectivo para prevenir complicaciones y reducir la duración de la enfermedad.

Lo siento por la confusión, pero "Sierra Leona" no es un término médico. Sierra Leona es en realidad el nombre de un país en África Occidental, conocido oficialmente como la República de Sierra Leona. Se encuentra en la costa atlántica y limita con Liberia al este y Guinea al norte y noreste. Su capital y ciudad más grande es Freetown.

Si está buscando un término médico, por favor verifique si ha cometido un error en la ortografía o si desea una explicación sobre un procedimiento médico o una afección específica. Estoy aquí para ayudarle con información precisa y confiable.

El herpes zóster oftálmico, también conocido como culebrilla ocular, es una complicación del virus varicela-zoster que causa la infección por chickenpox en la infancia. Después de recuperarse de la varicela, el virus permanece inactivo en el cuerpo y puede reactivarse décadas más tarde, causando herpes zóster.

Cuando el virus se reactiva y afecta al nervio oftálmico, que es el nervio craneal más largo y está conectado al ojo, provoca herpes zóster oftálmico. Esta afección se manifiesta como un grupo de ampollas dolorosas en uno o ambos lados del rostro, especialmente alrededor del ojo y la frente.

El herpes zóster oftálmico puede causar complicaciones graves, como inflamación de la córnea, úlceras corneales, glaucoma e incluso pérdida de visión si no se trata adecuadamente. Por lo tanto, es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha de esta afección. El tratamiento temprano con medicamentos antivirales y analgésicos puede ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.

La prednisolona es un glucocorticoide sintético, un tipo de corticosteroide, que se utiliza comúnmente en el tratamiento de diversas afecciones médicas. Tiene propiedades antiinflamatorias y también puede suprimir la respuesta inmune del cuerpo.

Se utiliza para tratar una variedad de condiciones, como asma, enfermedades inflamatorias intestinales, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, psoriasis y otras afecciones dermatológicas, enfermedades del tejido conectivo, trastornos endocrinos, ciertos tipos de cáncer y trasplantados de órganos para prevenir el rechazo.

La prednisolona actúa imitando las hormonas naturales producidas por las glándulas suprarrenales (como el cortisol), reduciendo la inflamación y suprimiento del sistema inmunológico. Sin embargo, su uso a largo plazo o en dosis altas puede dar lugar a efectos secundarios graves, como aumento de peso, presión arterial alta, diabetes, osteoporosis, glaucoma y cataratas, entre otros. Por lo tanto, su uso debe ser supervisado cuidadosamente por un profesional médico.

Una inyección intraocular es un procedimiento médico en el que se introduce un medicamento directamente dentro del ojo, más específicamente en el humor vítreo (el líquido gelatinoso que llena la mayor parte del globo ocular). Este método de administración permite que los fármacos lleguen directamente al tejido ocular afectado, aumentando su eficacia y reduciendo al mismo tiempo los efectos secundarios sistémicos.

Las inyecciones intraoculares se utilizan principalmente para tratar diversas condiciones oftalmológicas, como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), la retinopatía diabética y las edemas maculares. También pueden ser utilizadas en el tratamiento del glaucoma y de algunos tipos de infecciones o inflamaciones oculares.

Entre los fármacos más comúnmente administrados por vía intraocular se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los corticosteroides y los fármacos antineovascularizantes, como el ranibizumab o el bevacizumab.

A pesar de ser un procedimiento seguro cuando se realiza por personal médico calificado, existen riesgos asociados a las inyecciones intraoculares, incluyendo infección, hemorragia y aumento de la presión intraocular. Por lo tanto, es fundamental que este tratamiento sea administrado bajo estrictas condiciones de esterilidad y asepsia.

La paracentesis es un procedimiento médico en el que se introduce una aguja hueca estéril a través de la pared abdominal para drenar líquido ascítico (acumulación excesiva de fluido en el espacio peritoneal) acumulado en la cavidad abdominal. Este procedimiento se realiza con fines diagnósticos, para analizar el líquido y determinar su composición, o con fines terapéuticos, para aliviar los síntomas asociados con la acumulación de líquido, como dolor abdominal, dificultad para respirar o problemas digestivos. La paracentesis se lleva a cabo bajo guía imagenológica, utilizando ultrasonido o tomografía computada, para garantizar la seguridad y precisión del procedimiento. Después de retirar el líquido, a menudo se administra un agente albuminatrico para prevenir complicaciones relacionadas con la hipovolemia (disminución del volumen sanguíneo).

Las espondiloartropatías son un grupo de trastornos inflamatorios articulares que afectan predominantemente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas, aunque también pueden involucrar otras articulaciones y estructuras. Estas condiciones comparten características clínicas y genéticas comunes, particularmente la asociación con el antígeno leucocitario humano HLA-B27.

Los tipos más comunes de espondiloartropatías incluyen:

1. Espondilitis anquilosante: Una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas, causando rigidez y dolor. En etapas avanzadas, puede resultar en fusión de los huesos de la columna.

2. Artritis psoriásica: Una forma de artritis asociada con la psoriasis, una afección cutánea caracterizada por parches rojos y escamosos. La artritis psoriásica puede causar inflamación en las articulaciones, los dedos y los dedos de los pies, así como en la columna vertebral.

3. Artritis reactiva: Una forma de artritis que ocurre como reacción a una infección en otra parte del cuerpo, generalmente el tracto intestinal o genitourinario. Los síntomas pueden incluir inflamación articular, dolor y rigidez.

4. Enfermedad inflamatoria intestinal asociada a espondiloartropatía: Las personas con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa pueden desarrollar espondiloartropatías como complicación de su enfermedad intestinal.

Los síntomas comunes de las espondiloartropatías incluyen dolor y rigidez en la espalda baja y las articulaciones, hinchazón y enrojecimiento en los ojos (uveítis), fatiga y fiebre. El tratamiento puede incluir medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), corticosteroides, fármacos modificadores de la enfermedad (DMARD) y terapias biológicas. La fisioterapia y el ejercicio también pueden ser útiles para mantener la movilidad articular y aliviar el dolor.

Los Trastornos de la Visión se refieren a una variedad de condiciones que afectan la capacidad del ojo para enfocar, alinear y coordinar movimientos o percibir la calidad y cantidad de luz. Estos trastornos pueden causar visión borrosa, doble, distorsionada o limitada, así como también problemas con el enfoque, la alineación y la sensibilidad a la luz. Algunos ejemplos comunes de trastornos de la visión incluyen:

1. Miopía: Es un defecto refractivo en el que la imagen se forma delante de la retina en lugar de directamente sobre ella, haciendo que los objetos lejanos aparezcan borrosos.

2. Hipermetropía: También conocida como hiperopía, es un defecto refractivo en el que la imagen se forma detrás de la retina en lugar de directamente sobre ella, haciendo que los objetos cercanos aparezcan borrosos.

3. Astigmatismo: Es un defecto refractivo en el que la curvatura corneal o del cristalino no es uniforme, causando una distorsión en la visión tanto de objetos cercanos como lejanos.

4. Presbiopía: Es un proceso natural relacionado con el envejecimiento en el que el cristalino pierde flexibilidad, dificultando la capacidad de enfocar objetos cercanos.

5. Estrabismo: También conocido como ojo vago, es una condición en la que los ojos no están correctamente alineados y apuntan en diferentes direcciones, lo que puede causar visión doble o confusa.

6. Ambliopía: También llamada ojo perezoso, es una afección en la que el cerebro favorece la información visual de un ojo sobre el otro, lo que lleva a una disminución de la visión en el ojo desfavorecido.

7. Nistagmo: Es un movimiento involuntario e incontrolable de los ojos, generalmente de lado a lado, pero también puede ser vertical u oblicuo. Puede causar visión borrosa o doble.

8. Degeneración macular relacionada con la edad (DMAE): Es una enfermedad ocular progresiva que afecta la mácula, el área central de la retina responsable de la visión nítida y detallada. Puede causar pérdida de visión central y distorsiones visuales.

9. Glaucoma: Es un grupo de enfermedades oculares que dañan el nervio óptico y pueden causar pérdida de visión permanente. La presión intraocular alta es a menudo, pero no siempre, un factor contribuyente.

10. Cataratas: Es una opacidad del cristalino que causa visión borrosa, deslumbramiento y dificultad para ver en condiciones de poca luz. Las cataratas generalmente se asocian con el envejecimiento, pero también pueden ocurrir como resultado de una lesión ocular, ciertas enfermedades o el uso prolongado de medicamentos como corticosteroides.

Estas son solo algunas de las afecciones oftalmológicas más comunes que pueden afectar la visión y la salud ocular. Si experimenta síntomas o cambios en su visión, es importante programar una cita con un oftalmólogo para un examen completo y un diagnóstico preciso. El tratamiento oportuno puede ayudar a prevenir complicaciones y preservar la visión.

Los lipopolisacáridos (LPS) son un tipo de molécula encontrada en la membrana externa de las bacterias gramnegativas. Están compuestos por un lipido A, que es responsable de su actividad endotóxica, y un polisacárido O, que varía en diferentes especies bacterianas y determina su antigenicidad. El lipopolisacárido desempeña un papel importante en la patogénesis de las infecciones bacterianas, ya que al entrar en el torrente sanguíneo pueden causar una respuesta inflamatoria sistémica grave, shock séptico y daño tisular.

La supuración es el proceso de producción y expulsión de pus, que es un líquido espeso y amarillento o verdoso formado por glóbulos blancos muertos, tejidos dañados y microorganismos patógenos (generalmente bacterias). Se produce como resultado de una infección aguda o crónica en el cuerpo. La supuración puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero comúnmente se observa en heridas abiertas, abscesos, forúnculos, folículos pilosos infectados u otras áreas donde haya una infección. El pus contiene enzimas y toxinas que pueden causar más daño al tejido circundante si no se trata adecuadamente. Los síntomas asociados con la supuración incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor e inflamación localizados en el sitio de infección. El tratamiento generalmente implica procedimientos médicos o quirúrgicos para drenar el pus y antibióticos para tratar la infección subyacente.

La recurrencia, en el contexto médico, se refiere al retorno o reaparición de síntomas, signos clínicos o una enfermedad después de un periodo de mejoría o remisión. Esto sugiere que el tratamiento previamente administrado no logró eliminar por completo la afección y ésta ha vuelto a manifestarse. La recurrencia puede ocurrir en diversas condiciones médicas, especialmente en enfermedades crónicas o aquellas que tienen tendencia a reaparecer, como el cáncer. El término también se utiliza para describir la aparición de nuevos episodios en trastornos episódicos, como la migraña o la epilepsia. Es importante monitorizar y controlar a los pacientes con alto riesgo de recurrencia para garantizar un tratamiento oportuno y evitar complicaciones adicionales.

La medicina define una enfermedad crónica como una afección de larga duración y generalmente progresiva. No se refiere a una enfermedad específica, sino más bien a un patrón con el que varias enfermedades pueden presentarse. Las enfermedades crónicas suelen ser tratables pero incurables, lo que significa que una vez desarrollada la afección, el paciente la tendrá de por vida.

Las enfermedades crónicas a menudo están asociadas con síntomas recurrentes o persistentes que pueden interferir con las actividades diarias normales y disminuir la calidad de vida. A menudo requieren un manejo continuo y posiblemente una terapia de rehabilitación a largo plazo. Algunos ejemplos comunes de enfermedades crónicas son la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y la esclerosis múltiple.

Es importante destacar que el término 'crónico' no debe confundirse con 'grave'. Aunque algunas enfermedades crónicas pueden ser graves, otras pueden ser controladas relativamente bien con el tratamiento y la gestión adecuados. Además, muchas personas con enfermedades crónicas llevan vidas productivas y activas.

La administración tópica es una ruta de administración de medicamentos o sustancias en la que se aplican directamente sobre la piel, membranas mucosas, o las membranas mucocutáneas. Esto permite que el fármaco o sustancia se absorba localmente en el sitio de acción, reduciendo así la cantidad de droga que ingresa al torrente sanguíneo en comparación con otras rutas de administración, como la oral o parenteral.

La administración tópica puede realizarse mediante diversas formas farmacéuticas, tales como cremas, lociones, ungüentos, geles, parches transdérmicos, soluciones, colirios, y sprays. La eficacia de la administración tópica depende de varios factores, incluyendo la ubicación y el estado de la piel o membrana mucosa, la forma farmacéutica utilizada, y las propiedades físico-químicas del fármaco.

La administración tópica se utiliza comúnmente en el tratamiento de diversas afecciones dermatológicas, como el eczema, la psoriasis, el acné, y las infecciones cutáneas. También se emplea en el alivio del dolor localizado, el control de hemorragias menores, y la reducción de inflamación. Además, algunos medicamentos, como los parches de nicotina o de fentanilo, se administran tópicamente para ayudar a las personas a dejar de fumar o a controlar el dolor crónico.

La extracción de cataratas es un procedimiento quirúrgico en el que se extrae el cristalino natural opaco del ojo, conocido como catarata, y se reemplaza por una lente intraocular artificial. El objetivo de esta cirugía es restaurar la claridad visual y mejorar la calidad de vida del paciente. La operación generalmente se realiza bajo anestesia local y tiene un alto índice de éxito y seguridad en la mayoría de los casos.

La iritis es una afección inflamatoria que afecta la parte anterior del ojo, específicamente el iris, que es la parte coloreada del ojo. Médicamente, se define como una inflamación de la úvea (membrana pigmentaria vascular) que involucra predominantemente al iris.

Esta inflamación puede causar enrojecimiento ocular, dolor, fotofobia (sensibilidad a la luz), visión borrosa y disminución de la agudeza visual. La iritis puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo infecciones, traumatismos, sistemas autoinmunes o enfermedades autoinflamatorias, y a veces puede ocurrir sin causa aparente (idiopática).

El tratamiento generalmente implica el uso de esteroides y dilatadores pupilares para reducir la inflamación y aliviar los síntomas. En algunos casos, también pueden recetarse antibióticos o antivirales si se sospecha una infección como causa subyacente. Es importante buscar atención médica temprana si experimenta síntomas de iritis, ya que la inflamación no tratada puede provocar complicaciones graves y posiblemente conducir a daños permanentes en la visión.

El segmento anterior del ojo es la porción frontal del ojo que está ante el iris y comprende varias estructuras importantes. Estas incluyen:

1. Córnea: La parte transparente y externa de la pared del ojo a través de la cual entra la luz.
2. Humor acuoso: El líquido claro que llena el espacio entre la córnea y el iris, llamado cámara anterior, y también el espacio entre el iris y el cristalino, llamado cámara posterior. Ayuda a mantener la forma del ojo y proporciona nutrientes a los tejidos oculares.
3. Iris: La parte coloreada del ojo que regula el tamaño de la pupila para controlar la cantidad de luz que entra al ojo.
4. Pupila: El orificio circular en el centro del iris a través del cual la luz entra al ojo.
5. Cristalino: La lente biconvexa natural del ojo que ayuda a enfocar la luz en la retina.

El segmento anterior del ojo es importante en el diagnóstico y tratamiento de diversas condiciones oftalmológicas, como cataratas, glaucoma, queratitis y uveítis anterior.

La barrera hematoacuosa es una expresión utilizada en medicina y biología para referirse a la separación funcional que existe entre los vasos sanguíneos y el líquido extravascular de los tejidos, especialmente en el sistema nervioso central (SNC). Esta barrera está formada por células endoteliales unidas estrechamente y una membrana basal, lo que limita el paso de sustancias entre la sangre y el espacio intersticial del tejido cerebral.

La integridad de esta barrera es crucial para mantener un entorno controlado y protegido en el SNC, ya que regula el intercambio de nutrientes, gases y otras moléculas entre la sangre y el tejido cerebral. Además, actúa como una defensa contra posibles patógenos y toxinas presentes en la sangre.

Sin embargo, existen ciertas condiciones que pueden alterar la permeabilidad de la barrera hematoacuosa, como enfermedades inflamatorias, infecciosas o tumorales, lo que puede provocar el paso de células y moléculas dañinas al tejido cerebral y desencadenar diversas patologías neurológicas.

Las infecciones parasitarias del ojo son condiciones médicas en las que diferentes tipos de parásitos invaden y se multiplican en diversas partes del ojo, causando una variedad de síntomas y complicaciones. Estas infecciones pueden afectar tanto al tejido ocular como al sistema lagrimal.

Existen varios parásitos que pueden causar este tipo de infecciones, entre los cuales se encuentran:

1. Acanthamoeba: Son protozoos que comúnmente viven en agua dulce, agua de mar y suelo húmedo. Pueden infectar el ojo a través del uso de lentes de contacto contaminadas o exposición a agua contaminada. La infección por Acanthamoeba puede causar queratitis (inflamación de la córnea) y potencialmente conducir a pérdida de visión si no se trata adecuadamente.

2. Toxoplasma gondii: Es un parásito intracelular que se encuentra comúnmente en los gatos y sus heces, así como en la carne poco cocida o vegetales contaminados. La infección por Toxoplasma gondii puede causar uveítis (inflamación del iris y cuerpo ciliar) y posiblemente daño a la retina, especialmente en individuos inmunodeprimidos.

3. Leishmania: Son protozoos transmitidos por la picadura de mosquitos hematófagos infectados (como el flebotomo). Pueden causar conjuntivitis y queratitis, especialmente en personas con sistemas inmunes debilitados.

4. Onchocerca volvulus: Es un nemátodo (gusano redondo) transmitido por la picadura de mosquitos infectados. Puede causar oncocercosis ocular, una enfermedad que afecta el tejido conjuntivo del ojo y puede provocar ceguera si no se trata.

5. Loiasis: Es una filariasis (enfermedad parasitaria) causada por la lombriz Loa loa, transmitida por la picadura de moscas infectadas. Puede causar conjuntivitis y queratitis en personas con carga parasitaria alta.

El tratamiento de estas infecciones oculares parasitarias dependerá del tipo de parásito involucrado, la gravedad de la enfermedad y el estado del sistema inmunológico del paciente. El médico especialista en oftalmología trabajará junto con otros especialistas, como los infectólogos, para determinar el mejor plan de tratamiento. Los medicamentos antiparasitarios, las terapias antiinflamatorias y, en algunos casos, la cirugía pueden ser necesarios para tratar estas infecciones oculares parasitarias.

Los pregnanedioles son metabolitos esteroides que se producen en el cuerpo después de la ovulación y durante la fase lútea del ciclo menstrual en las mujeres. Se forman a partir de la descomposición de los progesteronos, un tipo de hormona esteroide que desempeña un papel importante en el mantenimiento del embarazo.

Los pregnanediolos se miden a menudo en muestras de orina para evaluar la producción de progesterona y determinar la viabilidad del embarazo. Un nivel elevado de pregnanediolos en la orina puede indicar un embarazo en curso, mientras que un nivel bajo puede sugerir un problema con la producción de progesterona o un posible aborto espontáneo.

Es importante destacar que los pregnanediolos también pueden estar presentes en personas que no están embarazadas, ya que se producen naturalmente durante el ciclo menstrual. Sin embargo, los niveles suelen ser más altos durante el embarazo.

Una inyección, también conocida como vacunación o immunización, es un procedimiento médico en el que un líquido, generalmente una solución o suspensión de medicamento, vitaminas, minerales u otras sustancias terapéuticas, se administra directamente en un tejido corporal, normalmente utilizando una aguja y una jeringa. Las inyecciones pueden administrarse en diferentes lugares del cuerpo, dependiendo de la dosis, el tipo de medicamento y la preferencia del médico o paciente. Algunos de los sitios comunes para las inyecciones incluyen los músculos (inyección intramuscular), debajo de la piel (inyección subcutánea) o directamente en una vena (inyección intravenosa). Las inyecciones se utilizan con frecuencia porque permiten que las sustancias activas se distribuyan rápidamente y eficazmente en el torrente sanguíneo, evitando los procesos de absorción que pueden retrasar o disminuir la biodisponibilidad del medicamento cuando se administra por vía oral. Además, las inyecciones pueden ser útiles para administrar fármacos que irritan el revestimiento gastrointestinal o son destruidos por los jugos digestivos.

La Leptospira es un género de bacterias helicoidales gramnegativas, aerobias o microaerófilas, con flagelos polares que les permiten moverse, y son las agentes causantes de la leptospirosis en humanos y animales. Estas bacterias tienen un largo delgado y una forma espiralada distintiva, a menudo se ven retorciéndose con movimientos de rotación. Se encuentran ampliamente distribuidas en la naturaleza, particularmente en ambientes húmedos y cálidos, y pueden sobrevivir en el agua y el suelo durante semanas o incluso meses. Los seres humanos y los animales se infectan generalmente a través del contacto con agua u objetos contaminados con orina de animales infectados.

El linfoma intraocular es un tipo raro de cáncer que se desarrolla en el ojo. Más específicamente, se origina en los tejidos del sistema linfático dentro del ojo, como la conjuntiva (la membrana mucosa que recubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo) o el humor vítreo (el líquido gelatinoso que llena el espacio entre el cristalino y la retina).

Existen dos tipos principales de linfoma intraocular: el linfoma primario del vitreorretino, que se origina en el humor vítreo y la retina; y el linfoma conjuntival, que se desarrolla en la conjuntiva.

Los síntomas más comunes del linfoma intraocular incluyen visión borrosa, manchas flotantes en el campo visual, pérdida de visión periférica y sensibilidad a la luz. El diagnóstico generalmente se realiza mediante una biopsia y un análisis de tejidos para confirmar la presencia de células cancerosas. El tratamiento puede incluir radioterapia, quimioterapia o inmunoterapia, dependiendo del tipo y el estadio del cáncer.

El antígeno HLA-B51 es un marcador genético que forma parte del sistema mayor de histocompatibilidad (HLA) de clase I en humanos. El sistema HLA es responsable de presentar péptidos al sistema inmune, lo que permite la identificación y respuesta a agentes extraños como virus y bacterias.

El antígeno HLA-B51 se asocia con una mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades autoinmunes, especialmente la enfermedad de Behçet, una afección inflamatoria crónica que afecta varios órganos y tejidos del cuerpo. Sin embargo, es importante destacar que el simple hecho de poseer este antígeno no garantiza el desarrollo de la enfermedad, ya que se necesitan otros factores genéticos y ambientales para desencadenarla.

La presencia del antígeno HLA-B51 se determina mediante pruebas de laboratorio especializadas, como la tipificación de HLA por reacción en cadena de polimerasa (PCR) o por ensayos de citometría de flujo. Estas pruebas suelen solicitarse cuando un médico sospecha la presencia de una enfermedad autoinmune o quiere evaluar la compatibilidad de órganos para un trasplante.

La nefritis intersticial es un tipo de inflamación renal que afecta los tejidos entre los túbulos renales, que son pequeños tubos en forma de embudo dentro de los riñones responsables de filtrar los desechos y líquidos del torrente sanguíneo. Esta condición puede causar daño renal y afectar la capacidad del riñón para funcionar correctamente.

La nefritis intersticial puede ser aguda o crónica, dependiendo de si dura menos de tres meses o más de tres meses, respectivamente. La forma aguda suele ser el resultado de una infección, exposición a toxinas o medicamentos, mientras que la forma crónica puede ser causada por enfermedades autoinmunes, trastornos genéticos o exposiciones ambientales prolongadas.

Los síntomas de la nefritis intersticial pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, escalofríos, fatiga, pérdida de apetito, sangre en la orina y micción frecuente o dolorosa. El diagnóstico generalmente se realiza mediante análisis de orina y sangre, ecografías renales y biopsias renales. El tratamiento puede incluir antibióticos para tratar infecciones, medicamentos para reducir la inflamación y manejar los síntomas, y cambios en el estilo de vida, como evitar toxinas y medicamentos que puedan dañar los riñones. En casos graves, puede ser necesario un tratamiento de diálisis o un trasplante de riñón.

La ceguera es una condición visual en la que una persona tiene una visión significativamente reducida o completamente ausente. La gravedad de la ceguera puede variar desde una disminución parcial de la agudeza visual hasta una pérdida total de la visión.

Existen diferentes grados y tipos de ceguera, dependiendo de la causa subyacente y del alcance de los daños en el sistema visual. Algunas personas pueden tener ceguera legal, lo que significa que su agudeza visual en el mejor ojo con corrección es inferior a 20/200, o que su campo visual se ha reducido a una amplitud de 20 grados o menos en el mejor campo visual.

La ceguera puede ser el resultado de diversas causas, incluyendo enfermedades oculares (como la degeneración macular, el glaucoma o la retinitis pigmentosa), lesiones oculares, trastornos neurológicos y defectos congénitos. En algunos casos, la ceguera puede ser reversible o mejorada con tratamientos médicos, cirugías u otros dispositivos de asistencia visual. Sin embargo, en otras situaciones, la pérdida de visión puede ser permanente e irreversible.

Las personas ciegas pueden enfrentar desafíos significativos en su vida diaria, pero con el apoyo adecuado y los recursos disponibles, muchas pueden llevar vidas plenas y productivas. La rehabilitación visual, la tecnología asistiva, el entrenamiento en movilidad y la orientación, y la educación especial pueden ayudar a las personas ciegas a desarrollar habilidades adaptativas y a maximizar su independencia y calidad de vida.

La artritis reactiva es una forma de artritis que ocurre como reacción a una infección en otro lugar del cuerpo. Por lo general, afecta las articulaciones más grandes, como las rodillas y los tobillos, y causa hinchazón, dolor e inflamación. La artritis reactiva suele aparecer de 2 a 4 semanas después de una infección en otro lugar del cuerpo, como el tracto intestinal, la vejiga o las vías urinarias.

La causa más común de artritis reactiva es una infección bacteriana, especialmente causada por tipos específicos de bacterias como Salmonella, Shigella, Yersinia y Campylobacter. Estas bacterias se pueden adquirir a través de alimentos o agua contaminados.

Los síntomas de la artritis reactiva suelen incluir dolor e hinchazón en una o más articulaciones, rigidez matutina, fiebre y fatiga. Los síntomas pueden durar varias semanas o meses, pero por lo general desaparecen por completo con el tratamiento adecuado de la infección subyacente.

El tratamiento de la artritis reactiva suele incluir antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar el dolor y la hinchazón, y antibióticos si la causa es una infección bacteriana. En algunos casos, se pueden recetar corticosteroides o medicamentos modificadores de la enfermedad para ayudar a controlar los síntomas.

Es importante buscar atención médica si experimenta dolor e hinchazón persistentes en las articulaciones, especialmente si ha tenido una infección reciente. El diagnóstico y tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir complicaciones y reducir el riesgo de daño articular permanente.

Los midriáticos son un tipo de fármacos utilizados en oftalmología que tienen como acción principal la dilatación de la pupila, es decir, la apertura del orificio central del iris. Esto se logra al inhibir el músculo constrictor de la pupila.

Los midriáticos se emplean en diversos exámenes oculares para permitir una mejor visualización y evaluación del interior del ojo, especialmente del fondo de ojo. También pueden utilizarse en algunos procedimientos quirúrgicos oftalmológicos.

Es importante tener en cuenta que el uso de midriáticos puede causar efectos secundarios como visión borrosa, fotofobia (sensibilidad a la luz), sequedad ocular y enrojecimiento del ojo. Por lo general, estos efectos son temporales y desaparecen una vez que la acción del fármaco ha terminado. Sin embargo, antes de administrar cualquier midriático, se debe considerar cuidadosamente el beneficio esperado frente al potencial riesgo de efectos secundarios, especialmente en pacientes con afecciones médicas preexistentes o aquellos que estén tomando otros medicamentos.

No existe una definición médica específica para la palabra "caballos". Puede haber confusión con el término, ya que podría referirse a dos situaciones diferentes:

1. En un contexto clínico, "caballos" se utiliza a veces como una abreviatura para "caballitos de cocaína", que son pequeñas cantidades de cocaína empaquetadas en forma de dátiles o bolas para su consumo por vía nasal.

2. En otro contexto, "equinos" se refiere a los caballos como animales y puede haber referencias médicas relacionadas con la salud o el cuidado de los caballos.

Si está buscando información sobre cómo tratar a un caballo enfermo o herido, consulte a un veterinario u otra fuente confiable de atención veterinaria. Si sospecha que alguien está usando drogas ilícitas como los "caballitos de cocaína", busque asesoramiento y apoyo médicos o de salud mental inmediatos.

La implantación de lentes intraoculares (IOL, por sus siglas en inglés) es un procedimiento quirúrgico en oftalmología donde se introduce una lente artificial dentro del ojo para reemplazar la lente natural que ha sido extraída durante una cirugía de cataratas o como una corrección electiva para la presbicia o hipermetropía.

Existen diferentes tipos de lentes intraoculares, como las monofocales (corrigen la visión a distancia), multifocales (corrigen la visión a diversas distancias) y toricas (corrigen el astigmatismo). La selección del tipo más apropiado dependerá de las necesidades visuales y preferencias individuales del paciente.

La implantación de estas lentes se realiza mediante técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, como la facoemulsificación o el método femtosegundo, en los que se hace una pequeña incisión en la córnea para acceder al interior del ojo y retirar la lente natural opacificada. Posteriormente, se introduce la lente intraocular plegable a través de la incisión, la cual se despliega y se coloca en su posición definitiva dentro del ojo. Tras el procedimiento, el paciente puede necesitar usar gafas graduadas para obtener una visión nítida a ciertas distancias, aunque esto dependerá del tipo de lente intraocular implantada.

Las Enfermedades Ambientales se definen como condiciones médicas que resultan directa o indirectamente de la interacción entre los seres humanos y el medio ambiente en el que viven. Esto incluye una amplia gama de problemas de salud, desde afecciones respiratorias como el asma hasta cánceres relacionados con sustancias químicas tóxicas.

El término "medio ambiente" abarca todo lo que nos rodea, incluyendo el aire que respiramos, el agua que bebemos, el suelo en el que vivimos, los alimentos que comemos, y las condiciones climáticas y geográficas bajo las cuales existimos. Las enfermedades ambientales pueden ser causadas por una variedad de factores, incluyendo la exposición a contaminantes atmosféricos, productos químicos tóxicos, radiación, alérgenos, infecciones y factores relacionados con el estilo de vida.

Es importante destacar que no todas las enfermedades consideradas "ambientales" son necesariamente causadas por agentes externos nocivos. Algunas condiciones de salud pueden ser exacerbadas o desencadenadas por factores ambientales, incluso si no son la causa principal de la enfermedad. Además, la susceptibilidad individual a los factores ambientales puede variar ampliamente, dependiendo de factores genéticos, inmunológicos y otros factores de salud subyacentes.

El estudio y prevención de las enfermedades ambientales es un área importante de la medicina y la salud pública, ya que muchas de estas afecciones pueden prevenirse o mitigarse mediante cambios en el medio ambiente o en los comportamientos individuales.

El término médico "dolor ocular" se refiere a una condición en la cual una persona experimenta molestia, incomodidad o dolor en el ojo. Este dolor puede variar en intensidad, desde un leve ardor o picazón hasta un dolor agudo y severo. Puede ser descrito como punzante, agudo, sordo, opresivo o punzante.

El dolor ocular puede ser el resultado de una variedad de causas, que van desde afecciones menores como la sequedad ocular y las alergias, hasta problemas más graves como infecciones, inflamaciones, lesiones o enfermedades oculares subyacentes. Algunas condiciones que pueden causar dolor ocular incluyen glaucoma, úlceras corneales, neuritis óptica y uveítis.

El tratamiento para el dolor ocular depende de la causa subyacente. Puede incluir medicamentos recetados o de venta libre, compresas frías o calientes, descanso visual o, en casos más graves, intervención quirúrgica. Si experimenta dolor ocular persistente o severo, es importante buscar atención médica inmediata para determinar la causa y recibir un tratamiento adecuado.

El glaucoma es un término médico que se utiliza para describir un grupo de condiciones oculares que dañan el nervio óptico, lo que puede llevar a la pérdida permanente de la visión. La mayoría de los casos de glaucoma están asociados con un aumento de la presión intraocular (PIO), también conocida como presión ocular. Sin embargo, es importante destacar que el glaucoma puede ocurrir en individuos con niveles normales de PIO.

La PIO se mide en milímetros de mercurio (mmHg). Los valores considerados normales suelen estar entre 10 y 21 mmHg. Cuando la PIO supera los 21 mmHg, existe un mayor riesgo de desarrollar glaucoma. No obstante, algunas personas pueden tener niveles de PIO por encima de este rango sin presentar daño en el nervio óptico ni pérdida de visión.

Existen varios tipos de glaucoma, entre los que se incluyen:

1. Glaucoma de ángulo abierto: Es el tipo más común de glaucoma y ocurre cuando el ángulo de drenaje del ojo está abierto pero no funciona correctamente, lo que provoca un lento aumento de la PIO y daño al nervio óptico.

2. Glaucoma de ángulo cerrado: Sucede cuando el ángulo de drenaje del ojo se estrecha o se cierra completamente, causando un rápido aumento de la PIO y daño al nervio óptico. Este tipo de glaucoma es menos común pero puede ser más agresivo y provocar pérdida de visión rápidamente si no se trata a tiempo.

3. Glaucoma congénito o de desarrollo: Se presenta en bebés nacidos con defectos en el sistema de drenaje del ojo, lo que provoca un aumento de la PIO y daño al nervio óptico.

4. Glaucoma secundario: Es el resultado de una lesión o enfermedad que afecta el sistema de drenaje del ojo, como inflamación, tumores, desprendimiento de retina, diabetes o uso prolongado de esteroides.

5. Glaucoma de pigmento: Ocurre cuando pequeños fragmentos de pigmento se desprenden de la parte posterior del iris y bloquean el sistema de drenaje del ojo, aumentando la PIO y dañando el nervio óptico.

El glaucoma es una enfermedad silenciosa, ya que generalmente no presenta síntomas iniciales y puede pasar desapercibida hasta que se produce una pérdida significativa de la visión. Por esta razón, es importante realizar exámenes oftalmológicos regulares para detectar early el glaucoma y recibir tratamiento a tiempo para prevenir daños irreversibles en la vista. El tratamiento del glaucoma puede incluir medicamentos, láser o cirugía, según la gravedad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.

La coroide es una membrana vasculosa situada entre la retina y la sclera en el ojo. Forma parte de la capa externa del ojo y se encarga de suministrar oxígeno y nutrientes a las células de la retina, especialmente a la región macular donde se encuentra la máxima agudeza visual. La coroide contiene una gran cantidad de vasos sanguíneos y su color característico es rojo-amarronado. Las enfermedades que afectan a la coroide pueden causar pérdida de visión o ceguera.

El Factor de Necrosis Tumoral alfa (TNF-α) es una citocina que pertenece a la familia de las necrosis tumoral (TNF). Es producido principalmente por macrófagos activados, aunque también puede ser secretado por otras células como linfocitos T helper 1 (Th1), neutrófilos y mast cells.

La TNF-α desempeña un papel crucial en la respuesta inmune innata y adaptativa, ya que participa en la activación de células inflamatorias, la inducción de apoptosis (muerte celular programada), la inhibición de la proliferación celular y la estimulación de la diferenciación celular.

La TNF-α se une a dos receptores distintos: el receptor de muerte (DR) y el receptor tipo 2 de factor de necrosis tumoral (TNFR2). La unión de la TNF-α al DR puede inducir apoptosis en células tumorales y otras células, mientras que la unión a TNFR2 está involucrada en la activación y proliferación de células inmunes.

La TNF-α también se ha relacionado con diversas patologías inflamatorias y autoinmunes, como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la psoriasis y el síndrome del shock tóxico. Además, se ha demostrado que la TNF-α desempeña un papel importante en la fisiopatología de la sepsis y el choque séptico.

La enucleación ocular es un procedimiento quirúrgico en el que todo el contenido del globo ocular se extrae, pero el músculo extraocular y la membrana externa del ojo (esclerótica y conjuntiva) se dejan intactos. Esta cirugía se realiza generalmente para tratar cánceres oculares avanzados, como el retinoblastoma, donde existe un riesgo de que el cáncer se disemine a otras partes del cuerpo. También puede ser considerada en casos raros de traumatismos graves en los que el ojo no puede ser salvado. Después de la cirugía, se coloca un implante ocular dentro de la cavidad para ayudar a mantener la forma y apariencia normales del ojo y la movilidad ocular limitada puede ser restaurada mediante la reparación de los músculos extraoculares.

La Inmunoglobulina G (IgG) es un tipo de anticuerpo, una proteína involucrada en la respuesta inmune del cuerpo. Es el tipo más común de anticuerpos encontrados en el torrente sanguíneo y es producida por células B plasmáticas en respuesta a la presencia de antígenos (sustancias extrañas que provocan una respuesta inmunitaria).

La IgG se caracteriza por su pequeño tamaño, solubilidad y capacidad de cruzar la placenta. Esto último es particularmente importante porque proporciona inmunidad pasiva a los fetos y recién nacidos. La IgG desempeña un papel crucial en la neutralización de toxinas, la aglutinación de bacterias y virus, y la activación del complemento, un sistema de proteínas que ayuda a eliminar patógenos del cuerpo.

Hay cuatro subclases de IgG (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4) que difieren en su estructura y función específicas. Las infecciones bacterianas y virales suelen inducir respuestas de IgG, lo que hace que este tipo de anticuerpos sea particularmente importante en la protección contra enfermedades infecciosas.

Las citocinas son moléculas de señalización que desempeñan un papel crucial en la comunicación celular y el modular de respuestas inmunitarias. Se producen principalmente por células del sistema inmunológico, como los leucocitos, aunque también pueden ser secretadas por otras células en respuesta a diversos estímulos.

Las citocinas pueden ser clasificadas en diferentes grupos según su estructura y función, entre los que se encuentran las interleuquinas (IL), factor de necrosis tumoral (TNF), interferones (IFN) e interacciones de moléculas del complemento.

Las citocinas desempeñan un papel fundamental en la regulación de la respuesta inmunitaria, incluyendo la activación y proliferación de células inmunes, la diferenciación celular, la quimiotaxis y la apoptosis (muerte celular programada). También están involucradas en la comunicación entre células del sistema inmune y otras células del organismo, como las células endoteliales y epiteliales.

Las citocinas pueden actuar de forma autocrina (sobre la misma célula que las produce), paracrina (sobre células cercanas) o endocrina (a distancia a través del torrente sanguíneo). Su acción se lleva a cabo mediante la unión a receptores específicos en la superficie celular, lo que desencadena una cascada de señalización intracelular y la activación de diversas vías metabólicas.

La producción y acción de citocinas están cuidadosamente reguladas para garantizar una respuesta inmunitaria adecuada y evitar reacciones excesivas o dañinas. Sin embargo, en algunas situaciones, como las infecciones graves o enfermedades autoinmunitarias, la producción de citocinas puede estar desregulada y contribuir al desarrollo de patologías.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

La glándula pineal, también conocida como epífisis, es una pequeña glándula endocrina del tamaño de un guisante situada en el cerebro. Se encuentra cerca del centro del cerebro entre los dos hemisferios cerebrales, colgando de la parte posterior del techo del tercer ventrículo, en un área conocida como el espacio subaracnoideo.

Aunque su tamaño es pequeño, su función es importante. La glándula pineal produce y secreta melatonina, una hormona que ayuda a regular los ciclos de sueño-vigilia en humanos y otros mamíferos. La producción y secretión de melatonina están reguladas por la luz y la oscuridad a través del sistema nervioso simpático. Cuando es de día y hay luz, la producción de melatonina se reduce, y cuando es de noche y está oscuro, los niveles de melatonina aumentan para promover el sueño.

La glándula pineal también puede desempeñar un papel en otros procesos fisiológicos, como la regulación de la presión arterial, la temperatura corporal y las funciones inmunes. Además, se ha relacionado con el envejecimiento y los trastornos del estado de ánimo, aunque aún no están claras sus funciones completas y su papel en estos procesos.

Los estudios de seguimiento en el contexto médico se refieren a los procedimientos continuos y regulares para monitorear la salud, el progreso o la evolución de una condición médica, un tratamiento o una intervención en un paciente después de un período determinado. Estos estudios pueden incluir exámenes físicos, análisis de laboratorio, pruebas de diagnóstico por imágenes y cuestionarios de salud, entre otros, con el fin de evaluar la eficacia del tratamiento, detectar complicaciones tempranas, controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. La frecuencia y el alcance de estos estudios varían dependiendo de la afección médica y las recomendaciones del proveedor de atención médica. El objetivo principal es garantizar una atención médica continua, personalizada y oportuna para mejorar los resultados del paciente y promover la salud general.

Los corticosteroides son una clase de esteroides que imitan las acciones de hormonas esteroides producidas naturalmente en el cuerpo humano por la glándula suprarrenal. Las hormonas corticosteroides más importantes son el cortisol y la aldosterona.

Los corticosteroides se utilizan en medicina para reducir la inflamación y suprimir el sistema inmunológico. Se recetan a menudo para tratar una variedad de condiciones, como asma, artritis reumatoide, enfermedades inflamatorias del intestino, psoriasis, dermatitis y otras afecciones autoinmunes o alérgicas.

Los corticosteroides pueden administrarse de varias maneras, incluyendo oralmente, inhalados, inyectados, tópicamente en la piel o por vía intravenosa. Los efectos secundarios de los corticosteroides pueden variar dependiendo de la dosis, duración del tratamiento y ruta de administración. Algunos de los efectos secundarios comunes incluyen aumento de apetito, acné, incremento de peso, debilidad muscular, insomnio, cambios de humor y presión arterial alta.

Aunque los corticosteroides pueden ser muy eficaces en el tratamiento de diversas afecciones, su uso a largo plazo puede causar efectos secundarios graves, como osteoporosis, diabetes, glaucoma y aumento del riesgo de infecciones. Por lo tanto, los médicos suelen recetar la dosis más baja posible durante el menor tiempo posible para minimizar los riesgos asociados con su uso.

La Enfermedad Autoinmune Experimental del Sistema Nervioso (EAE, por sus siglas en inglés) es un modelo animal ampliamente utilizado en la investigación de enfermedades desmielinizantes autoinmunes del sistema nervioso central (SNC), como la esclerosis múltiple (EM) en humanos. La EAE no es una enfermedad que afecte a los seres humanos, sino más bien un modelo de investigación para estudiar las respuestas autoinmunes y los mecanismos patogénicos asociados con la desmielinización del SNC.

La EAE se induce inyectando a animales (generalmente ratones o ratas) con antígenos específicos del SNC, como el proteolipoproteínico (PLP), la mielina oligrómera (MOG) o la proteína basal de la mielina (MBP), en combinación con adyuvantes y agentes inflamatorios, como la freón y la caseína o el pertussis toxoide. Estos componentientes promueven la activación y migración de células inmunes, particularmente linfocitos T CD4+, hacia el SNC, donde desencadenan una respuesta autoinmune exagerada que conduce a la inflamación, la desmielinización y la neurodegeneración.

La EAE se caracteriza clínicamente por una serie de síntomas neurológicos progresivos, como pérdida de equilibrio, parálisis de extremidades y disfunción urinaria, que varían en gravedad y duración dependiendo del modelo específico de EAE, la cepa del animal y otros factores experimentales. La EAE ha sido instrumental en el descubrimiento y desarrollo de numerosos tratamientos potenciales para la EM y otras enfermedades desmielinizantes autoinmunes del SNC.

En resumen, la EAE es un modelo animal ampliamente utilizado en la investigación de enfermedades neuroinflamatorias y neurodegenerativas, particularmente aquellas que involucran la desmielinización y la disfunción inmunológica. Aunque no refleja perfectamente la patogénesis y las características clínicas de la EM humana, la EAE ha proporcionado información valiosa sobre los mecanismos moleculares y celulares subyacentes a estas enfermedades y ha contribuido significativamente al desarrollo de nuevas terapias y tratamientos.

Clobetasol propionate es un potente corticosteroide tópico que se utiliza en el tratamiento de diversas afecciones dermatológicas inflamatorias y alérgicas graves. Se encuentra disponible en forma de cremas, lociones, pomadas, soluciones y ungüentos.

La acción farmacológica de clobetasol propionate se produce mediante la unión a los receptores glucocorticoides en las células cutáneas, lo que da como resultado una disminución de la respuesta inflamatoria y alérgica. Esto incluye la reducción de la eritema (enrojecimiento), edema (hinchazón), picor y dolor asociados con las afecciones cutáneas inflamatorias.

Sin embargo, el uso prolongado o excesivo de clobetasol propionate puede dar lugar a efectos secundarios graves, como la atrofia dérmica (adelgazamiento y fragilidad de la piel), telangiectasia (dilatación permanente de los vasos sanguíneos cutáneos), estrías y aumento del riesgo de infecciones cutáneas. Por lo tanto, se recomienda utilizar este medicamento bajo la supervisión y dirección de un médico capacitado.

Algunas de las indicaciones comunes para el uso de clobetasol propionate incluyen:

* Dermatitis atópica grave y recalcitrante
* Psoriasis en placas
* Lichen planus
* Quemaduras solares graves
* Eccema dishidrótico
* Reacciones de contacto alérgicas severas

Es importante tener en cuenta que clobetasol propionate no está indicado para su uso en niños menores de 12 años, ya que pueden ser más susceptibles a los efectos secundarios sistémicos y locales del medicamento. Además, se recomienda evitar el uso prolongado o excesivo de este medicamento, así como la aplicación en áreas grandes del cuerpo, para minimizar el riesgo de efectos adversos.

La barrera hemato-retinal es una expresión utilizada en el campo oftalmológico para referirse al sistema de protección que separa la sangre que fluye a través de los vasos sanguíneos de la retina, del espacio vitreo que contiene el humor vítreo. Está compuesta por dos partes: la barrera endotelial y la barrera pigmentaria.

La barrera endotelial está formada por células endoteliales unidas herméticamente en los vasos sanguíneos de la retina, lo que limita el paso de sustancias entre la sangre y el tejido retinal. Por otro lado, la barrera pigmentaria está compuesta por células epiteliales pigmentadas unidas herméticamente en la capa externa de la retina, lo que también limita el paso de sustancias entre el espacio subretinal y el humor vítreo.

La integridad de esta barrera es fundamental para mantener la salud ocular y prevenir enfermedades oculares, como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) o la retinopatía diabética. Cuando la barrera hemato-retinal se daña o se altera, las sustancias tóxicas presentes en la sangre pueden penetrar en el tejido retinal y causar inflamación, edema y muerte celular, lo que puede llevar a una pérdida de visión irreversible.

Los antígenos son sustancias extrañas al organismo que pueden ser detectadas por el sistema inmunitario, desencadenando una respuesta inmunitaria. Estas sustancias se encuentran normalmente en bacterias, virus, hongos y parásitos, pero también pueden provenir de células u tejidos propios del cuerpo en caso de enfermedades autoinmunitarias.

Los antígenos están compuestos por proteínas, carbohidratos o lípidos que se unen a anticuerpos específicos producidos por los linfocitos B, lo que lleva a la activación del sistema inmune y la producción de células efectoras como los linfocitos T citotóxicos y las células asesinas naturales.

La respuesta inmunitaria contra los antígenos puede ser humoral, mediante la producción de anticuerpos, o celular, mediante la activación de linfocitos T citotóxicos que destruyen células infectadas o cancerosas. La capacidad de un organismo para reconocer y responder a los antígenos es fundamental para su supervivencia y protección contra enfermedades infecciosas y otras patologías.

La citometría de flujo es una técnica de laboratorio que permite analizar y clasificar células u otras partículas pequeñas en suspensión a medida que pasan a través de un haz de luz. Cada célula o partícula se caracteriza por su tamaño, forma y contenido de fluorescencia, lo que permite identificar y cuantificar diferentes poblaciones celulares y sus propiedades.

La citometría de flujo utiliza un haz de luz laser para iluminar las células en suspensión mientras pasan a través del detector. Los componentes celulares, como el ADN y las proteínas, pueden ser etiquetados con tintes fluorescentes específicos que emiten luz de diferentes longitudes de onda cuando se excitan por el haz de luz laser.

Esta técnica es ampliamente utilizada en la investigación y el diagnóstico clínico, especialmente en áreas como la hematología, la inmunología y la oncología. La citometría de flujo puede ser utilizada para identificar y contar diferentes tipos de células sanguíneas, detectar marcadores específicos de proteínas en células individuales, evaluar el ciclo celular y la apoptosis, y analizar la expresión génica y la activación de vías de señalización intracelular.

En resumen, la citometría de flujo es una técnica de análisis avanzada que permite caracterizar y clasificar células u otras partículas pequeñas en suspensión basándose en su tamaño, forma y contenido de fluorescencia. Es una herramienta poderosa en la investigación y el diagnóstico clínico, especialmente en áreas relacionadas con la hematología, la inmunología y la oncología.

La tolmetina es un fármaco antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que se utiliza en el tratamiento del dolor leve a moderado y la inflamación. Actúa inhibiendo la acción de las enzimas ciclooxigenasa-1 y ciclooxigenasa-2, lo que resulta en una disminución de la producción de prostaglandinas, sustancias responsables del dolor e inflamación. Se utiliza comúnmente en el alivio de los síntomas de la artritis reumatoide, osteoartritis y otras afecciones musculoesqueléticas.

La tolmetina se administra por vía oral y suele presentarse en forma de comprimidos o cápsulas. Los efectos secundarios comunes incluyen dolor de estómago, náuseas, diarrea, erupciones cutáneas y mareos. Al igual que otros AINE, la tolmetina puede aumentar el riesgo de sangrado gastrointestinal, úlceras y perforaciones, especialmente en personas mayores o con antecedentes de trastornos gastrointestinales. Además, su uso prolongado o a dosis altas puede estar asociado con un mayor riesgo de efectos adversos renales, cardiovasculares y hepáticos.

Es importante consultar a un profesional médico antes de utilizar tolmetina u otros AINE, especialmente en caso de padecer alguna enfermedad subyacente o estar tomando otros medicamentos, ya que pueden interactuar con la tolmetina y aumentar el riesgo de efectos secundarios adversos.

Las células TH1 son un tipo de linfocitos T helper, que son glóbulos blancos del sistema inmunológico. Se diferencian de otras subpopulaciones de células T helper, como las células TH2 y TH17, en su función y los tipos de citokinas que producen.

Las células TH1 juegan un papel importante en la respuesta inmune adaptativa contra patógenos intracelulares, como virus y bacterias. Se activan en presencia de citokinas como la interleucina-12 (IL-12) y producen citokinas proinflamatorias, como el interferón gamma (IFN-γ), que ayudan a coordinar la respuesta inmune contra los patógenos.

Las citokinas producidas por las células TH1 también pueden contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes y crónicas inflamatorias, como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, cuando se activan en respuesta a autoantígenos o por una regulación inadecuada del sistema inmune.

La interleucina-17 (IL-17) es una citocina proinflamatoria que desempeña un papel crucial en la respuesta inmune del huésped. Es producida principalmente por las células T auxiliares de helper 17 (Th17), aunque también puede ser secretada por otros tipos de células, como los linfocitos innatos γδ y los neutrófilos.

La IL-17 es una pequeña proteína formada por 154 aminoácidos que existe en varias isoformas, siendo las más estudiadas la IL-17A y la IL-17F. Esta citocina media sus efectos mediante la unión a su receptor específico, el complejo IL-17RA/IL-17RC, lo que provoca la activación de diversas vías de señalización intracelular y la producción de otras citocinas, quimiocinas y mediadores inflamatorios.

La IL-17 desempeña un papel importante en la defensa del huésped contra patógenos extracelulares, como bacterias y hongos, al reclutar neutrófilos al sitio de infección e inducir la producción de péptidos antimicrobianos. Sin embargo, un exceso o persistencia de la respuesta IL-17 puede contribuir a diversas enfermedades autoinmunes e inflamatorias crónicas, como la artritis reumatoide, la psoriasis y la esclerosis múltiple.

Por lo tanto, el equilibrio adecuado de las vías IL-17 es fundamental para mantener la homeostasis inmunológica y prevenir enfermedades.

Las melaninas son un tipo de pigmento que se encuentra naturalmente en la piel, el cabello y los ojos de los seres humanos y otros animales. También se encuentran en algunas plantas y hongos. Las melaninas son producidas por células especializadas llamadas melanocitos.

Hay dos tipos principales de melanina: eumelanina y feomelanina. La eumelanina es de color marrón o negro, mientras que la feomelanina es de color rojo o amarillo. Las personas con piel más clara tienden a tener menos melanina en sus células de la piel y a producir más eumelanina que feomelanina. Por otro lado, las personas con piel más oscura suelen tener más melanina en sus células de la piel y a producir cantidades aproximadamente iguales de eumelanina y feomelanina.

La función principal de las melaninas es proteger la piel de los daños causados por la luz solar, especialmente por la radiación ultravioleta (UV). La exposición a la luz solar hace que los melanocitos produzcan más melanina para ayudar a proteger la piel. Esto explica por qué la piel se vuelve morena después de tomar el sol.

Las melaninas también desempeñan un papel importante en la visión, ya que ayudan a determinar el color del iris y a proteger el ojo de los daños causados por la luz solar. Además, se ha demostrado que las melaninas tienen propiedades antioxidantes y pueden ayudar a proteger las células del cuerpo contra el estrés oxidativo y otros daños.

La artritis es una afección médica que causa inflamación e hinchazón en uno o más articulaciones del cuerpo. Esta inflamación puede causar dolor, rigidez y dificultad para mover las articulaciones afectadas. Existen diversos tipos de artritis, incluyendo la artritis reumatoide, la osteoartritis y la artritis psoriásica, cada una con diferentes causas y síntomas específicos.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que ocurre cuando el sistema inmunológico ataca accidentalmente los tejidos sanos del cuerpo, especialmente las membranas sinoviales que recubren las articulaciones. Esto puede causar inflamación crónica y daño articular progresivo.

La osteoartritis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que se produce cuando el cartílago que protege los extremos de los huesos se desgasta con el tiempo, lo que lleva a la fricción entre los huesos y causa dolor e inflamación.

La artritis psoriásica es una forma de artritis que ocurre en personas con psoriasis, una afección cutánea crónica que causa enrojecimiento, picazón y descamación de la piel. En algunas personas con psoriasis, la inflamación también puede afectar las articulaciones, causando artritis psoriásica.

El tratamiento de la artritis depende del tipo y gravedad de la enfermedad. Puede incluir medicamentos para aliviar el dolor y reducir la inflamación, fisioterapia, ejercicio y cambios en el estilo de vida. En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria para reemplazar o reparar articulaciones gravemente dañadas.

La endoftalmitis es una afección ocular grave que involucra la inflamación intraocular del humor vítreo dentro del ojo. Normalmente, es el resultado de una infección bacteriana, pero también puede ser causada por hongos o otros microorganismos. La infección puede alcanzar el ojo a través de diversas vías, como traumatismos, cirugía ocular (particularmente después de una cirugía de cataratas), o spread sistémico (desde otra parte del cuerpo).

Los síntomas de la endoftalmitis pueden incluir dolor ocular intenso, enrojecimiento ocular, disminución de la visión, sensibilidad a la luz, y la aparición de puntos flotantes o nubosidad en el campo visual. La afección requiere atención médica inmediata y tratamiento agresivo, que generalmente implica antibióticos administrados por vía intravítrea (inyección directa dentro del ojo), junto con posibles antibióticos orales o intravenosos. En algunos casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica adicional para eliminar el tejido infectado y reducir la presión intraocular. Si no se trata a tiempo, la endoftalmitis puede conducir a ceguera permanente o incluso pérdida del ojo.

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  • En concreto, el proyecto HérculeS, realizado específicamente para una de las enfermedades que se agrupan dentro de las IMID, la hidradenitis supurativa, ya había establecido recomendaciones para cada grupo de profesionales implicado en el cuidado del paciente y para el propio sistema sanitario. (hoyunclick.es)
  • Entre las IMID se encuentran la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la psoriasis, la espondilitis anquisolante, la hidradenitis supurativa, el lupus o la uveítis. (hoyunclick.es)
  • Mayor susceptibilidad para desarrollar hidradenitis supurativa. (unican.es)
  • Por qué la terapia farmacológica es importante para el tratamiento de las enfermedades de la piel? (medicinaysaludpublica.com)
  • Puede acompañarse de manifestaciones extra articulares, como uveítis, o de enfermedades asociadas, como la enfermedad inflamatoria intestinal. (bvsalud.org)
  • Cabe mencionar que la psoriasis no solamente es una enfermedad de la piel, sino que también compromete el sistema inmune, llevando al organismo a padecer otras comorbilidades como la artritis psoriásica, uveítis, síndrome metabólico y la Enfermedad Inflamatoria Intestinal. (medicinaysaludpublica.com)
  • También puede suceder que la artritis se padezca antes que las lesiones cutáneas e incluso que ambas afecciones aparezcan a la vez, pero es mucho menos frecuente. (janssencontigo.es)
  • en vómito inducido por quimioterapia y artritis Yo uso prednisona porque es más fácil de conseguir aquí. (overload.si)
  • La espondilitis anquilosante (EA) es una forma crónica de artritis de origen desconocido que forma parte del grupo de las espondiloartritis. (bvsalud.org)
  • GENTAX OFTALMICO es un tratamiento para infecciones bacterianas externas del ojo (conjuntiva y córnea), en perros y gatos, causadas por bacterias, con acción Antibiótica, antiinflamatoria combate las bacterias susceptibles a la Gentamicina. (didopet.com)
  • El hospital sueco es pionero en la implantación del abordaje multidisciplinar de las patologías IMID, basándose en la colaboración estrecha entre especialistas y en la creación de procesos asistenciales clínicos definidos para los pacientes. (hoyunclick.es)
  • Hay 13 estados de la nación americana donde el acceso a los tratamientos para la psoriasis es inferior a Puerto Rico y me siento orgulloso de contribuir en gran medida a eso, creando un grupo de apoyo puertorriqueño que ha agrupado a muchos pacientes para mejorar el acceso', destacó el especialista. (medicinaysaludpublica.com)
  • Evidencia de alta calidad muestra que adalimumab, en pacientes con EA activa y respuesta inadecuada o intolerancia a la terapia habitual, es superior al placebo más terapia habitual en el control de la actividad de la enfermedad, medida a través de escalas clínicas validadas. (bvsalud.org)
  • La psoriasis es una enfermedad que evoluciona en brotes . (janssencontigo.es)
  • La psoriasis es una enfermedad compleja porque tiene unos aspectos genéticos que son los que determinan como la enfermedad se manifiesta. (medicinaysaludpublica.com)
  • Hidradenitis supurativa activa (acné inverso) de moderada a grave en ads. (vademecum.es)
  • 12 años con una respuesta inadecuada a la terapia convencional sistémica de hidradenitis supurativa. (vademecum.es)
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  • Puede acompañarse de manifestaciones extra articulares, como uveítis, o de enfermedades asociadas, como la enfermedad inflamatoria intestinal. (bvsalud.org)
  • Evidencia de alta calidad muestra que adalimumab, en pacientes con EA activa y respuesta inadecuada o intolerancia a la terapia habitual, es superior al placebo más terapia habitual en el control de la actividad de la enfermedad, medida a través de escalas clínicas validadas. (bvsalud.org)