Movimientos involuntarios del ojo que se dividen en dos tipos, periódico y pendular. El nistagmo periódico tiene una fase lenta en una dirección seguido por una fase correctora rápida en sentido opuesto, y usualmente es producido por una disfunción central o periférica vestibular. El nistagmo pendular se caracteriza por oscilaciones que son de igual velocidad en ambas direcciones y esta afección se asocia a menudo con la existencia de ceguera a edades tempranas de la vida.
Nistagmo presente al nacer o que es ocasionado por lesiones que se producen en el útero o al momento del parto. Usualmente es del tipo pendular, y se asocia con ALBINISMO y afecciones que se caracterizan por pérdida temprana de la visión central. Los patrones de herencia pueden estar vinculados al cromosoma X,, o ser autosómicos, dominantes, o recesivos.
Movimientos rítmicos involuntarios de los ojos en una persona normal. Estos pueden ocurrir naturalmente como en el nistagmo de posición final (posición final, etapa final o de desviación) inducido por el tímpano optocinético (NISTAGMO, OPTOCINÉTICO), prueba calórica o una silla giratoria.
Nistagmo normal producido al mirar los objetos que se mueven a través del campo de visión.
Registro de nistagmo basado en cambios en el campo eléctrico que rodea al ojo producido por la diferencia en potenciales entre la córnea y la retina.
Registro de la amplitud promedio del potencial en reposo que surge entre la córnea y la retina por la adaptación a la luz y a la oscuridad a medida que los ojos toman una distancia estándar a derecha e izquierda. El incremento del potencial con la adaptación a la luz se usa para evaluar la condición del pigmento del epitelio retineano.
Movimientos oculares voluntarios o controlados por reflejos.
Albinismo que afecta al ojo, el pigmento de los cabellos y de la piel es normal o sólo ligeramente disminuido. El tipo clásico está vinculado al cromosoma X (Nettleship-Falls), pero también existe una forma autosómica recesiva. Las anomalías oculares pueden incluir reducción de la pigmentación del iris, nistagmo, fotofobia, estrabismo, y disminución de la agudeza visual.
Provocación de un nistagmo rotatorio por la estimulación de los canales semicirculares con agua o aire con temperatura superior o inferior a la del cuerpo. Con estimulación calórica tibia se desarrolla un nistagmo rotatorio que se desarrolla hacia el lado del oido estimulado; en frío, se aleja del lado estimulado. La ausencia de nistagmo indica que el laberinto no funciona.
Ilusión de movimiento, bien del mundo externo que se mueve alrededor del individuo o del individuo que se mueve en el espacio. El vértigo puede estar asociado con trastornos del OIDO INTERNO, NERVIO VESTIBULAR, TRONCO ENCEFÁLICO y CORTEZA CEREBRAL. Las lesiones en el LÓBULO TEMPORAL y el LÓBULO PARIETAL pueden asociarse con CONVULSIONES focales, que pueden ocasionar vértigo como manifestación ictal (Adaptación del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp300-1).
Inflamación idiopática del NERVIO VESTIBULAR caracterizada clínicamente por un comienzo agudo o subagudo de VÉRTIGO, NÁUSEA y desequilibrio. El NERVIO COCLEAR está típicamente presevado y no suele haber HIPOACUSIA ni ACÚFENOS. Los síntomas suelen resolverse durante un período de días a semanas. (Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, p304)
Una serie de pruebas para determinar si la parte del cerebro o el equilibrio del oído interno están causando mareos.
Tres largos canales (anterior, posterior y lateral) del laberinto óseo. Están dispuestos en ángulo recto cada uno con respecto al otro y están situados en posición posterosuperior al vestíbulo del laberinto óseo (LABERINTO VESTIBULAR). Los canales semicirculares tienen cinco aberturas al vestíbulo, una de éstas compartida por los canales anterior y posterior. Dentro de estos canales están los CONDUCTOS SEMICIRCULARES.
Enfermedades genéticas que estan ligadas a mutaciones en genes del CROMOSOMA X de los seres humanos (CROMOSOMA X HUMANO) o al CROMOSOMA X de otras especies. En este concepto se incluyen los modelos animales de enfermedades humanas ligadas al cromosoma X.
Reflejo en el cual los impulsos son llevado desde las cúpulas de los CANALES SEMICIRCULARES y de la MEMBRANA OTOLÍTICA del SÁCULO y el UTRÍCULO a través de los NÚCLEOS VESTIBULARES del TALLO CEREBRAL y el fascículo medio longitudinal a los núcleos del NERVIO OCULOMOTOR. Funciona para mantener una imagen estable en la retina durante la rotación de la cabeza generando los MOVIMIENTOS OCULARES compensatorios apropiados.
Trastornos que se caracterizan por deficiencias en los movimientos oculares como manifestación primaria de la enfermedad. Estas afecciones pueden dividirse en trastornos infranucleares, nucleares, y supranucleares. Las enfermedades de los músculos del ojo o de los nervios craneales oculomotores (III, IV, y VI) se consideran infranucleares. Los trastornos nucleares son originados por enfermedades de los núcleos oculomotores, trocleares, o abducenos en el TRONCO CEREBRAL. Las trastornos supranucleares son producidos por disfunción de sistemas sensoriales y motores de mayor grado que controlan los movimientos oculares, incluidas las redes neurales en la CORTEZA CEREBRAL; GANGLIOS BASALES; CEREBELO; y TRONCO CEREBRAL. La tortícolis ocular se refiere a una torsión de la cabeza que es producida por mala alineación ocular. El opsoclono se refiere a oscilaciones rápidas, conjugadas, de los ojos en múltiples direcciones, que pueden ocurrir como una afección parainfecciosa o paraneoplásica (ejemplo, SÍNDROME DE OPSOCLONO-MIOCLONO). (Traducción libre del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, p240)
Mala alineación de los ejes visuales de los ojos. En el estrabismo concomitante el grado de no alineación ocular no varía con la dirección en que se fije la mirada. En el estrabismo no concomitante el grado de no alineación varía dependiendo de la dirección en que se fije la mirada o cuál ojo está fijando al objetivo.
Una pequeña cámara ósea ovalada del oído interno, parte del laberinto óseo. Se continua con la CÓCLEA ósea anteriormente y con los CANALES SEMICIRCULARES posteriormente. Ell vestíbulo contiene dos sacos comunicados (el utrículo y el sáculo) que forman parte del aparato del sentido del equilibrio. En su pared lateral la ventana oval está ocupada por la base del ESTRIBO del OÍDO MEDIO.
Procesos patológicos del LABERINTO VESTIBULAR que contiene parte del aparato del equilibrio. Los pacientes con enfermedades vestibulares muestran inestabilidad y se hallan en riesgo de frecuentes caídas.
La claridad o nitidez de la VISIÓN OCULAR o la capacidad del ojo para ver detalles finos. La agudeza visual depende de las funciones de la RETINA, la transmisión neuronal, y la capacidad interpretativa del cerebro. La agudeza visual normal se expresa como 20/20 que indica que se puede ver a 20 pies lo que normalmente debería ser visto a esa distancia. La agudeza visual también puede ser influenciada por el brillo, el color y el contraste.
Grupo heterogéneo de trastornos autosómicos recesivos que comprenden al menos cuatro tipos reconocidos, todos tienen en común grados variables de hipopigmentación de la piel, pelos, y ojos. Los dos más comunes son los tipos tirosinasa positiva y tirosinasa negativa.
Enfermedades que afectan la estructura del cerebelo. Entre las manifestaciones cardinales de la disfunción cerebral se encuentran dismetría, ATAXIA DE LA MARCHA e HIPOTONÍA MUSCULAR.
Músculos del ojo que incluyen a los musculos bulbares (extraoculares), los músculos orbiculares del ojo (párpados) y los músculos orbitales. Estos controlan al ojo y a sus estructuras circundantes.(From Dorland, 27th ed; Stedman, 25th ed)
Membrana gelatinosa que cubre la mácula acústica del SÁCULO Y UTRÍCULO. Contiene minúsculas particulas cristalinas (otolitos) de CARBONATO DE CALCIO y proteinas sobre su superficie externa. En respuesta al movimiento de la cabeza, los otolitos se desplazan, causando deformación de las células ciliadas vestibulares, que convierte las señales nerviosas del CEREBRO para la interpretación del equilibrio.
Posicionamiento y acomodación de los ojos que permite que la imagen sea traída a su lugar en la FOVEA CENTRAL de cada ojo.
Torcedura o rotación anormal de una parte del cuerpo o de un miembro sobre su eje.
Las cuatro masas celulares en el piso del cuarto ventrículo de donde surge un sistema sensorial especial, ampliamente diseminado. Incluyen el NUCLEO VESTIBULAR LATERAL, superior, medial e inferior.
Procesos patológicos del oído interno (LABERINTO) que contiene el aparato esencial de la audición (CÓCLEA) y del equilibrio (CONDUCTOS SEMICIRCULARES).
Forma de no alineación ocular caracterizada por una convergencia excesiva de los ejes visuales, que produce la apariencia de "ojos cruzados". Un ejemplo de esta afección ocurre cuando la parálisis del músculo recto lateral produce una desviación anormal hacia dentro de un ojo al tratar de fijar la vista.
La mezcla de las imágenes separadas vistas por cada ojo en una sola imagen compuesta.
Imágenes vistas con un ojo.
La parte superior del cuerpo humano, o la parte frontal o superior del cuerpo de un animal, típicamente separada del resto del cuerpo por un cuello, y que contiene los órganos del cerebro, la boca, y de los sentidos.
Área con un diámetro aproximado de 1.5 milímetros que se encuentra dentro de la mácula lútea en el lugar donde la retina se torna muy delgada debido al desplazamiento oblicuo de todas las capas excepto la capa epitelial de pigmento. Incluye las paredes inclinadas de la fovea (clivus) y contiene unos pocos bastoncillos en la periferia. En su centro (foveola) están los conos más adaptados para dar elevada agudeza visual, cada cono está conectado sólo a una célula ganglionar. (Traducción libre del original: Cline et al., Dictionary of Visual Science, 4th ed)
Descoordinación de los movimientos voluntarios que se produce como manifestación de ENFERMEDADES CEREBELOSAS. Entre los elementos característicos se incluyen una tendencia a que los movimentos de las extremidades sobrepasen o no alcancen el objetivo (dismetría), temblor que se da mientras se intenta realizar movimientos (TEMBLOR intencional), trastornos de la fuerza y del ritmo de diadococinesia (movimientos rápidos alternantes) y ATAXIA DE LA MARCHA (Adaptación del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, p90).
Anomalía congénita en la que sólo hay un iris rudimentario. Esta es producida por un fallo en el crecimiento de la bolsa óptica. La aniridia ocurre también en forma hereditaria, usualmente autosómica dominante.
Métodos y procedimientos para registrar los MOVIMIENTOS OCULARES.
Término impreciso que puede referirse a una sensación de desorientación espacial, movimiento del entorno, o sensación de mareo.
Término general para un número de defectos hereditarios del metabolismo de los aminoácidos en los que hay deficiencia o ausencia del pigmento de los ojos, piel o pelos.
Una serie de pruebas utilizadas para evaluar diversas funciones de los ojos.
Cambio abrupto y voluntario de la fijación ocular de un punto a otro, como ocurre durante la lectura.
Un antagonista muscarínico que tiene efectos tanto sobre el sistema nervioso central como el periférico. Ha sido utilizado en el tratamiento del parkinsonismo arteriosclerótico, idiopático y postencefálico. Ha sido también utilizado para aliviar los síntomas extrapiramidales inducidos por los derivados de la fenotiazina y reserpina.
El 3er par craneal. El nervio oculomotor (o motor ocular común) envía fibras motoras hacia los músculos elevadores del párpado, hacia los rectos superiores e inferiores y hacia los músculos oblicuos inferiores del ojo. También envía eferentes parasimpáticos (via el ganglio ciliar) hacia los músculos que controlan la constricción y la acomodación pupilar. Las fibras motoras se originan en los núcleos oculomotores del mesencéfalo.
Movimiento voluntario o involuntario de la cabeza que puede ser relativo o independiente del cuerpo. Incluye a animales y humanos.
Dislocación de las líneas de visión unas hacia otras.
Movimientos oculares lentos, contínuos que se conjugan y ocurren cuando un objeto fijo es movido lentamente.
Procesos patológicos del oído, de la audición y del sistema del equilibrio del organismo.
Enfermedad del oído interno (LABERINTO) caracterizada por HIPOACUSIA NEUROSENSORIAL, ACÚFENOS, VÉRTIGO episódico y sensación de ocupación del oído afectado. Es la forma más común de hidropesía endolinfática.
Deficiencias visuales que limitan una o más de las funciones básicas del ojo: agudeza visual, adaptación a la oscuridad, visión de colores o visión periférica. Estas pueden producirse por OFTALMOPATÍAS; ENFERMEDADES DEL NERVIO ÓPTICO; enfermedades de las VÍAS VISUALES; enfermedades del LÓBULO OCCIPITAL; TRASTORNOS DE LA MOTILIDAD OCULAR y otras afecciones. (Traducción libre del original: Newell, Ophthalmology: Principles and Concepts, 7th ed, p132)
Movimiento de un objeto en el que uno o más puntos de una línea son fijos. También es el movimiento de una partícula alrededor de un punto fijo. (McGraw-Hill Dictionary of Scientific and Technical Terms, 4th ed)
Afección caracterizada por la formación de CALCULOS y concresiones en los órganos huecos o conductos del cuerpo. Aparecen con más frecuencia en la vesícula biliar, riñón y tracto urinario bajo.
Orificio temporal o persistente en la membrana timpánica (MEMBRANA TIMPÁNICA). Los signos clínicos dependen del tamaño, localización y afeccción patológica asociada.
Afección ocasionada por deficiencia en la formación de melanina o por pérdida de la melanina pre-existente o melanocitos. Puede ser parcial o completa y puede producirse por trauma, inflamación, y ciertas infecciones.
Ácidos ciclohexanocarboxílicos son compuestos orgánicos que contienen un grupo carboxilo (-COOH) unido a un anillo de ciclohexano, formando un ácido monocarboxílico cíclico con propiedades ácidas.
Extensión carnosa en la parte posterior del paladar blando que cuelga encima de la abertura de la garganta.
Contracciones involuntarias de un músculo o grupo de músculos que tienen forma semejante a un shock, con ritmo y amplitud irregular, seguidas por relajación. Esta afección se presenta en algunas ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL (ejemplo, EPILEPSIA, MIOCLÓNICA). La mioclonia nocturna puede representar un evento fisiológico normal u ocurrir como el evento principal del SÍNDROME DE MIOCLONIA NOCTURNA. (Traducción libre del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp102-3)
Trastorno ocupacional que se produce a consecuencia de la exposición prolongada a las vibraciones y afecta a los dedos de las manos, manos y antebrazos. Aparece en trabajadores que usan regularmente herramientas vibratorias como martillos neumáticos, motosierras, remachadoras, etc. Entre los síntomas está el blanqueamiento episódico de los dedos, ENTUMECIMIENTO, hormigueo y disminución de la sensibilidad.
Parte del encéfalo que conecta los hemisferios cerebrales (vea CEREBRO) con la MÉDULA ESPINAL. Está constituido por el MESENCÉFALO, PUENTE y el BULBO RAQUÍDEO.
Genes que estan localizados en el CROMOSOMA X.
Posición o actitud del cuerpo.
Parte posterior del hueso temporal. Es una proyección del hueso petroso.
Registro de descendencia o ascendencia en especial de una característica particular o rasgo, que indica cada miembro de la familia, su relación y su situación en relación a este rasgo o característica.
Cuatro acumulaciones de neuronas localizadas en lo profundo de la SUSTANCIA BLANCA del CEREBELO; comprenden: núcleo dentado, núcleo emboliforme, núcleo globoso y núcleo fastigio.
Estructura en forma de X formada por el cruce de los nervios ópticos. En el quiasma óptico las fibras de la parte media de cada retina se cruzan para proyectar hacia el otro lado del cerebro mientras que las fibras laterales de la retina continúan en el mismo lado. Como resultado de esto, cada mitad del cerebro recibe información acerca del campo visual contralateral desde ambos ojos.
Atrofia del disco óptico que puede ser congénita o adquirida. Este estado indica una deficiencia en el número de fibras nerviosas que surgen en la RETINA y que convergen para formar el DISCO ÓPTICO, NERVIO ÓPTICO, QUIASMA ÓPTICO y tractos ópticos. Causas relativamente comunes de este estado son el GLAUCOMA, ISQUEMIA, inflamación, elevación crónica de la presión intracraneal, toxinas, compresión del nervio óptico y alteraciones heredadas (ver ATROFIAS ÓPTICAS HEREDITARIAS).
La ausencia o restricción de la estimulación sensorial externa a la cual el individuo responde.
Percepción de la tridimensionalidad.
El movimiento real o aparente de los objetos a través del campo visual.
Complejo de síntomas característicos.
Enfermedades del nervio o núcleo oculomotor que producen debilidad o parálisis del recto superior, recto inferior, recto medio, oblicuo inferior, o músculo elevador palpebral, o trastornos de la inervación parasimpática de la pupila. Con parálisis oculomotora completa, el párpado se paralizará, el ojo estará en posición inferior y de abducción, y con marcada dilatación pupilar. Las afecciones que se asocian comúnmente incluyen neoplasias, TRAUMA CRANEOCEREBRAL, isquemia (especialmente en asociación con DIABETES MELLITUS), y compresión de un aneurisma.

El nistagmo patológico es un tipo de movimiento involuntario y rítmico de los ojos que puede ser causado por diversas afecciones médicas. Se caracteriza por oscilaciones anormales y repetitivas de las pupilas, tanto horizontales como verticales o incluso rotatorias. Puede manifestarse en diferentes situaciones clínicas, como trastornos del sistema vestibular, neurológicos o oculares.

Estos movimientos anómalos de los ojos pueden provocar visión doble, mareos, dificultad para enfocar y, en casos graves, pérdida de la visión. El nistagmo patológico se diferencia del fisiológico en que este último es un movimiento ocular normal que ocurre cuando el ojo se mueve más allá de su rango natural de movimiento y sirve como mecanismo de realineación.

El tratamiento del nistagmo patológico depende de la causa subyacente. Puede incluir medicamentos, cirugía o terapia de rehabilitación vestibular, entre otras opciones. Es importante que un profesional médico especializado en oftalmología o neurología diagnostique y trate este trastorno para minimizar sus efectos negativos en la calidad de vida del paciente.

El nistagmo congénito es un tipo de movimiento involuntario y rítmico de los ojos que está presente desde el nacimiento o se desarrolla en los primeros meses de vida. Se caracteriza por oscilaciones oculares repetitivas y sincronizadas en horizontal, vertical u oblicuo. Puede ser leve o grave, unilateral (en un solo ojo) o bilateral (en ambos ojos).

Este trastorno puede ser causado por diversas afecciones, como anomalías del sistema nervioso central, problemas en el área del cerebelo, infecciones congénitas o defectos genéticos. En algunos casos, el nistagmo congénito puede estar asociado con otros trastornos oculares, como la estrabismo (desalineación de los ojos) o la ambliopía (disminución de la agudeza visual en uno o ambos ojos).

El nistagmo congénito puede afectar la visión y la capacidad para enfocar y seguir objetos en movimiento. En general, el tratamiento se centra en identificar y tratar cualquier causa subyacente, así como en mejorar la función visual y reducir los síntomas asociados al nistagmo, como mareos o dificultad para mantener la atención. En algunos casos, el uso de lentes especiales o cirugía puede ser recomendado para mejorar la visión y la alineación ocular.

El nistagmo fisiológico es un tipo de movimiento ocular involuntario que ocurre en condiciones normales y no está asociado con ninguna patología. Se manifiesta como una pequeña oscilación rápida y regular de los ojos, generalmente de izquierda a derecha, aunque también puede ser vertical u oblicuo. Este fenómeno se observa comúnmente en situaciones donde hay un cambio brusco en la orientación del plano visual, como al voltear la cabeza rápidamente o al subirse a una montaña rusa.

El nistagmo fisiológico se produce como resultado de los reflejos vestibulares y sacádicos que trabajan juntos para mantener la estabilidad visual durante el movimiento. El sistema vestibular, ubicado en el oído interno, detecta los cambios en la posición y el movimiento de la cabeza, mientras que el sistema sacádico controla los movimientos rápidos e involuntarios de los ojos. Cuando se produce un desplazamiento repentino de la cabeza, el sistema vestibular envía señales al cerebro, lo que provoca una respuesta sacádica para mover los ojos en dirección opuesta al movimiento de la cabeza. Después de este movimiento rápido, los ojos regresan lentamente a su posición original gracias a un proceso llamado smooth pursuit, o persecución suave.

El nistagmo fisiológico es diferente del nistagmo patológico, que se asocia con diversas condiciones médicas, como trastornos neurológicos, enfermedades del oído interno, intoxicación por sustancias tóxicas o lesiones cerebrales. El nistagmo patológico puede presentarse de forma constante o intermitente y puede ser provocado por diversos estímulos, como movimientos oculares, cambios en la posición de la cabeza o exposición a patrones visuales específicos.

En general, el nistagmo fisiológico es un fenómeno normal y benigno que no requiere tratamiento. Sin embargo, si experimenta síntomas persistentes o inusuales, como visión doble, mareos, náuseas o dificultad para mantener el equilibrio, debe consultar a un médico especialista en oftalmología o neurología para descartar cualquier causa subyacente más grave.

El nistagmo optoquinetico es un tipo de movimiento ocular involuntario que ocurre en respuesta a estímulos visuales en movimiento. Se desencadena cuando una persona mira un patrón repetitivo y en movimiento, como las rayas verticales o el pasar de un tren.

Este tipo de nistagmo se produce porque el sistema nervioso intenta estabilizar la imagen en la retina. Cuando los ojos siguen el estímulo visual en movimiento, el sistema nervioso activa un movimiento reflejo en sentido opuesto para mantener la visión clara y enfocada.

El nistagmo optoquinetico se puede medir y evaluar mediante pruebas oftalmológicas especializadas, como la prueba de seguimiento ocular o la prueba de estimulación optokinetica. En algunos casos, el nistagmo optoquinetico puede ser un signo de trastornos neurológicos o del sistema vestibular, aunque en la mayoría de los casos es normal y no indica ninguna afección subyacente.

La electrónica nistagmografía (ENG) es un procedimiento diagnóstico utilizado en el campo de la otorrinolaringología y neurología para registrar y analizar los movimientos oculares. Es una técnica objetiva que mide la actividad muscular del ojo mediante electrodos adheridos a la piel alrededor de los ojos.

Este método se utiliza principalmente para evaluar el sistema vestibular, que es responsable del mantenimiento del equilibrio y la orientación espacial. La ENG puede ayudar a diagnosticar diversas afecciones, como vértigo, mareos, trastornos del equilibrio o lesiones cerebrales.

Durante el procedimiento, se presentan estímulos visuales y vestibulares al paciente mientras se registran sus movimientos oculares. Estos datos permiten identificar posibles anomalías en el sistema vestibular o en los músculos oculares. La ENG también puede utilizarse para monitorizar la eficacia del tratamiento de ciertas condiciones.

La electrooculografía (EOG) es un método de registro y medición de los potenciales eléctricos que se generan en los movimientos oculares. Consiste en colocar electrodos alrededor de los ojos para detectar estos pequeños potenciales, lo que permite evaluar la función del sistema visual y detectar posibles problemas relacionados con los músculos extraoculares o el nervio óptico.

La técnica se basa en el fenómeno fisiológico de que cuando los ojos se mueven, hay una distribución diferente de carga eléctrica entre la parte anterior y posterior del globo ocular. Esto genera un potencial eléctrico que puede ser detectado y medido por los electrodos colocados en el párpado superior e inferior.

La EOG se utiliza en diversas aplicaciones clínicas, como en el diagnóstico de enfermedades neuromusculares que afectan al sistema ocular, como la miastenia gravis o la distrofia muscular ocular, y también en el estudio de trastornos del sueño y la conciencia. Además, se emplea en investigación científica para estudiar los mecanismos fisiológicos implicados en los movimientos oculares y su relación con procesos cognitivos y perceptuales.

Los Movimientos Oculares, también conocidos como MO, son movimientos involuntarios y voluntarios de los ojos que nos permiten enfocar, seguir y explorar visualmente estímulos en nuestro campo visual. Estos movimientos pueden ser categorizados en dos tipos básicos: Movimientos Sacádicos y Movimientos Lissajous.

Los Movimientos Sacádicos son rápidos, balísticos y se producen en direcciones variables para centrar la fijación de la mirada en un objetivo específico. Por lo general, duran alrededor de 20 a 100 milisegundos y pueden alcanzar velocidades de hasta 900 grados por segundo.

Por otro lado, los Movimientos Lissajous, también llamados Movimientos Suaves o Drift, son lentos y continuos, y ocurren cuando el ojo se desplaza sin un objetivo específico. Estos movimientos ayudan a mantener la imagen enfocada en la fóvea, la parte central de la retina responsable de la visión más aguda.

Los trastornos en los movimientos oculares pueden estar asociados con diversas condiciones neurológicas y oftalmológicas, como la enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, lesiones cerebrales traumáticas o parálisis oculomotora. La evaluación de los movimientos oculares puede ser útil en el diagnóstico y monitoreo de estas afecciones.

El albinismo ocular es una afección genética que afecta específicamente la producción y distribución del pigmento en el ojo. Esta condición se caracteriza por una cantidad reducida o ausente de melanina en los ojos, lo que puede resultar en una serie de síntomas visuales y cambios en la apariencia del ojo.

Las personas con albinismo ocular pueden experimentar los siguientes síntomas:

1. Nistagmo: Movimientos involuntarios e incontrolables de los ojos, generalmente de lado a lado.
2. Fotofobia: Sensibilidad excesiva a la luz, especialmente a la luz brillante y solar directa.
3. Estrabismo: Desalineación de los ojos, lo que puede causar visión doble o cruzada.
4. Baja agudeza visual: Dificultad para ver detalles finos y leer a distancias cercanas.
5. Anomalías en la estructura del ojo: Iridis coloboma (parte de iris faltante), pupilas dilatadas y asimétricas, y displasia escleral (desarrollo anormal de la capa blanca del ojo).

El albinismo ocular se hereda como un rasgo autosómico recesivo, lo que significa que una persona debe heredar dos copias defectuosas del gen responsable de producir melanina (uno de cada padre) para desarrollar la afección. Existen varios tipos de albinismo ocular, y cada uno está asociado con diferentes genes específicos.

Aunque el albinismo ocular no tiene cura, los síntomas visuales pueden tratarse mediante dispositivos de corrección de la visión como anteojos o lentes de contacto, y en algunos casos, cirugía para corregir el estrabismo. La protección contra la luz solar excesiva también es importante para minimizar los síntomas de fotofobia y mejorar la calidad de vida de las personas con albinismo ocular.

Las pruebas calóricas son un tipo de prueba utilizada en el campo de la otoneurología, que es la rama de la medicina que estudia el sistema vestibular del oído interno y su conexión con el cerebro. Las pruebas calóricas se realizan para evaluar la función del sistema vestibular lateral, que está involucrado en el mantenimiento del equilibrio y la orientación espacial.

Durante una prueba calórica, agua o aire a diferentes temperaturas (generalmente frío y calor) se introduce en el conducto auditivo externo mientras el paciente está recostado con la cabeza inclinada a un ángulo de 30 grados. Esto hace que el líquido dentro del conducto coclear se mueva, estimulando los canales semicirculares del oído interno y desencadenando una respuesta vestibular.

La respuesta vestibular se mide mediante la observación de los movimientos oculares del paciente (nistagmo) utilizando una videonistagmografía o una electronistagmografía. La intensidad y la dirección del nistagmo proporcionan información sobre la función del sistema vestibular lateral.

Las pruebas calóricas pueden ayudar a diagnosticar diversas afecciones del oído interno y del cerebro, como la enfermedad de Ménière, lesiones cerebrales, infecciones del oído interno y trastornos vestibulares.

El vértigo es un síntoma médico que describe la ilusión o sensación falta de estabilidad en la que una persona o su entorno parece girar o moverse, aun cuando está inmóvil. Puede ser acompañado por náuseas, vómitos y dificultad para mantener el equilibrio. El vértigo es diferente al mareo y la sensación de desmayo. Es típicamente causado por problemas en el sistema vestibular del oído interno, aunque también puede ser un síntoma de una variedad de condiciones médicas que afectan al cerebro y los nervios, incluyendo migrañas, lesiones en la cabeza, infecciones, tumores cerebrales y enfermedades neurológicas. El tratamiento depende de la causa subyacente del vértigo.

La neuronitis vestibular es una afección del oído interno que involucra la inflamación del nervio vestibular. Este nervio es responsable de transmitir señales al cerebro sobre el equilibrio y el movimiento del cuerpo. Cuando se inflama, puede causar vértigo intenso (una sensación de girar o inclinación), náuseas, vómitos e inestabilidad.

La neuronitis vestibular suele presentarse repentinamente, sin causa aparente ni otros síntomas auditivos asociados, a diferencia de la laberintitis, que también puede causar pérdida de audición o zumbidos en los oídos. La neuronitis vestibular generalmente se resuelve por sí sola en unas pocas semanas, pero algunas personas pueden experimentar episodios recurrentes o síntomas persistentes que afectan su vida diaria.

El tratamiento puede incluir medicamentos para aliviar los síntomas, como antiinflamatorios no esteroideos (AINE), antihistamínicos y sedantes. La fisioterapia vestibular también puede ser útil para ayudar a readaptar el sistema de equilibrio del cuerpo después de la enfermedad. En casos graves o persistentes, pueden considerarse otras opciones de tratamiento, como la terapia con esteroides o la cirugía.

Las pruebas de función vestibular son un conjunto de procedimientos diagnósticos utilizados para evaluar el sistema vestibular, que es responsable del mantenimiento del equilibrio y la orientación espacial. Estas pruebas pueden ayudar a identificar cualquier disfunción o daño en los órganos vestibulares, los canales semicirculares y el nervio vestibular.

Las pruebas de función vestibular generalmente incluyen:

1. **Prueba de Romberg**: El paciente se para con los pies juntos y los ojos cerrados. La incapacidad de mantener el equilibrio puede indicar una disfunción vestibular.

2. **Prueba de Dix-Hallpike**: El médico mueve rápidamente la cabeza del paciente hacia atrás y luego lo acuesta sobre un lado. La presencia de nistagmus (movimientos involuntarios de los ojos) indica una posible afectación del sistema vestibular.

3. **Pruebas calóricas**: Se introduce agua caliente o fría en el oído del paciente para estimular el sistema vestibular. La respuesta desigual entre los dos oídos puede sugerir un problema en el sistema vestibular.

4. **Posturografía**: El paciente se para sobre una plataforma especial que registra los movimientos corporales mientras se le presentan diferentes estímulos visuales y auditivos. Esta prueba mide la capacidad del paciente para mantener el equilibrio en diversas situaciones.

5. **Pruebas de seguimiento ocular**: Se utilizan para evaluar la capacidad de los músculos oculares para seguir objetos en movimiento, lo que está controlado por el sistema vestibular.

Estas pruebas ayudan al médico a diagnosticar condiciones como la enfermedad de Ménière, la neuritis vestibular, la laberintitis y los daños en el oído interno o en el nervio vestibular.

Los canales semicirculares son parte del sistema vestibular en el oído interno y desempeñan un papel importante en el mantenimiento del equilibrio y la detección de movimientos espaciales. Están formados por tres tubos semicirculares llenos de líquido, ubicados en tres planos diferentes (horizontal, superior-anterior y posterior-inferior) dentro del laberinto vestibular.

Cuando la cabeza se mueve, el líquido dentro de estos canales también se mueve, estimulando los receptores sensoriales en sus paredes. Estos receptores envían señales al cerebro sobre la velocidad y dirección del movimiento, lo que ayuda al cuerpo a mantener el equilibrio y orientarse en el espacio.

Los canales semicirculares funcionan junto con otros componentes del sistema vestibular, como el utrículo y el sáculo, para proporcionar información precisa sobre la posición y el movimiento del cuerpo. Las afecciones que dañan los canales semicirculares o el sistema vestibular en general pueden causar vértigo, mareos, inestabilidad y dificultad para mantener el equilibrio.

Las Enfermedades Genéticas Ligadas al Cromosoma X (X-Linked Diseases) se refieren a un grupo de trastornos genéticos causados por genes mutados en el cromosoma X. Los hombres suelen ser más afectados que las mujeres, ya que los hombres tienen una sola copia del cromosoma X y una copia del cromosoma Y, mientras que las mujeres tienen dos copias del cromosoma X.

Si un gen en el cromosoma X de un hombre tiene una mutación que causa una enfermedad, él desarrollará la enfermedad porque no tiene otra copia funcional del gen para compensar. Las mujeres que hereden la misma mutación tienen otra copia normal del gen en su otro cromosoma X, por lo que generalmente son menos afectadas o no presentan síntomas en absoluto.

Ejemplos de enfermedades genéticas ligadas al cromosoma X incluyen la hemofilia, la distrofia muscular de Duchenne, el daltonismo y la enfermedad de Fragile X. Estas condiciones pueden afectar gravemente la vida y tienen diferentes grados de severidad. La herencia de estas enfermedades se produce siguiendo un patrón recesivo ligado al cromosoma X, lo que significa que para que un hombre desarrolle la enfermedad, solo necesita heredar el gen anormal de su madre. Las mujeres, por otro lado, necesitan heredar el gen anormal de ambos padres para desarrollar la enfermedad.

El reflejo vestibulo-ocular (RVO) es un reflejo involuntario del cuerpo que ayuda a estabilizar la imagen en la retina durante el movimiento de la cabeza. Está mediado por el sistema vestibular en el oído interno y los músculos oculares. Cuando la cabeza se mueve, los canales semicirculares en el oído interno detectan este movimiento y envían señales al cerebro. El cerebro luego envía señales a los músculos oculares para contraerse y mover los ojos en dirección opuesta al movimiento de la cabeza, lo que ayuda a mantener la imagen enfocada y estable en la retina. De esta manera, el RVO es fundamental para la visión y el equilibrio.

Los trastornos de la motilidad ocular se refieren a condiciones que afectan el movimiento y control de los músculos que mueven los ojos. Estos trastornos pueden causar una variedad de síntomas, como visión doble (diplopía), visión borrosa, deslumbramiento, movimientos oculares involuntarios y dificultad para mantener la fijación visual en un objeto.

Hay varios tipos de trastornos de la motilidad ocular, incluyendo:

1. Estrabismo: Es una condición en la que los ojos no están alineados correctamente y apuntan en diferentes direcciones. Puede ser congénito o adquirido más tarde en la vida.
2. Nistagmo: Son movimientos oculares involuntarios repetitivos y rítmicos de los ojos. Pueden ser horizontales, verticales o rotatorios y pueden causar visión borrosa o doble.
3. Oftalmoparesia: Es una condición en la que hay parálisis o debilidad en los músculos oculares, lo que dificulta el movimiento de los ojos. Puede ser causada por diversas afecciones, como lesiones cerebrales, enfermedades neurológicas o infecciosas.
4. Insuficiencia de convergencia: Es una dificultad para coordinar los músculos oculares al mirar objetos cercanos, lo que puede causar visión doble o fatiga visual.
5. Parálisis de movimientos oculares rápidos (Parálisis de saccadas): Es una afección en la que hay dificultad para realizar movimientos oculares rápidos y precisos, lo que puede causar problemas al leer o seguir objetos en movimiento.

El tratamiento de los trastornos de la motilidad ocular depende de la causa subyacente y puede incluir ejercicios oculares, dispositivos correctores, medicamentos o cirugía.

El estrabismo es una afección ocular en la que los ojos no se alinean correctamente. Un ojo puede mirar directamente hacia adelante mientras que el otro apunta hacia afuera (divergente), hacia dentro (convergente), hacia arriba o hacia abajo. La desviación ocular puede ser constante o intermitente, y la magnitud de la desviación puede variar.

El estrabismo a menudo se asocia con una disfunción en los músculos extraoculares, que son los músculos responsables del movimiento ocular. La afección puede ser causada por problemas neuromusculares, genéticos o ambientales. En algunos casos, el estrabismo puede ser un síntoma de una afección subyacente más grave, como una lesión cerebral traumática o una enfermedad neurológica.

El estrabismo puede causar problemas de visión doble (diplopia) y, en los niños, puede llevar al desarrollo de ambliopía, también conocida como "ojo perezoso", en la que la visión en uno o ambos ojos se vuelve deficiente. El tratamiento del estrabismo puede incluir el uso de anteojos, parches oculares, ejercicios oculares y, en algunos casos, cirugía o inyecciones de toxina botulínica para corregir la desviación ocular.

El vestíbulo del laberinto, en términos médicos, se refiere a la estructura de la oreja interna. Es la parte inicial y más ancha del conducto auditivo interior y conduce al canal semicircular lateral. El vestíbulo del laberinto contiene los utrículo y sáculo, que son órganos del equilibrio. Estas estructuras contienen líquido y cilios que ayudan a detectar la posición y el movimiento de la cabeza. Los cambios en la posición o el movimiento de la cabeza hacen que el líquido se mueva, lo que hace que los cilios se doblen y envíen señales al cerebro sobre el movimiento. Esta información es procesada junto con las señales visuales y propioceptivas para mantener el equilibrio y la postura del cuerpo.

Las enfermedades vestibulares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema vestibular, que es responsable del mantenimiento del equilibrio y la orientación espacial. Este sistema incluye los órganos del equilibrio en el oído interno, los nervios que conectan estos órganos con el cerebro, y las partes del cerebro que procesan la información recibida.

Las enfermedades vestibulares pueden causar síntomas como vértigo (una sensación de giratorio o movimiento), desequilibrio, mareos, náuseas, vómitos y dificultad para concentrarse o recordar cosas. Pueden ser el resultado de una lesión, infección, envejecimiento, o incluso algunos medicamentos. Algunos ejemplos comunes de enfermedades vestibulares incluyen la enfermedad de Ménière, laberintitis, neuronitis vestibular, y la enfermedad de los canales semicirculares.

El tratamiento para las enfermedades vestibulares depende del tipo y gravedad del trastorno. Puede incluir maniobras de reposicionamiento, fisioterapia vestibular, medicamentos para aliviar los síntomas, o incluso cirugía en casos graves. Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas de una enfermedad vestibular, ya que pueden aumentar el riesgo de caídas y lesiones.

La agudeza visual es una medida de la capacidad del sistema visual para distinguir los detalles finos y la fineza de la visión. Se define generalmente como la medida más pequeña de un objeto o símbolo que las personas pueden identificar correctamente a una distancia específica, bajo condiciones estándar de luz y con su mejor corrección óptica. La agudeza visual normal es típicamente 20/20 en los Estados Unidos, lo que significa que una persona puede ver a 20 pies lo que la mayoría de las personas promedio pueden ver a la misma distancia. Una agudeza visual peor que 20/20 indica que la visión es peor que la normal, mientras que una agudeza visual mejor que 20/20 significa que la visión es mejor que la normal.

El albinismo oculocutáneo es una condición genética hereditaria que afecta la producción y distribución del pigmento melanina en el cuerpo. Esta afección se manifiesta en varios tejidos, especialmente en los ojos, el pelo y la piel.

Las personas con albinismo oculocutáneo tienen una cantidad significativamente reducida o ausente de melanina en sus ojos, lo que puede causar problemas visuales graves, como fotofobia (sensibilidad a la luz), nistagmo (movimientos involuntarios y rápidos de los ojos) y baja agudeza visual. También pueden tener estrabismo (desalineación de los ojos) y discromatopsia (dificultad para distinguir entre diferentes colores).

La piel de las personas con albinismo oculocutáneo es generalmente blanca y sin manchas, aunque puede tener un ligero tono rosado debido a la exposición de los vasos sanguíneos bajo la piel. El cabello también es blanco o muy claro, y no se oscurece con la edad como lo hacen en las personas sin albinismo.

El albinismo oculocutáneo es una condición hereditaria autosómica recesiva, lo que significa que una persona debe heredar dos copias del gen anormal (uno de cada padre) para desarrollar la afección. Los padres de un niño con albinismo oculocutáneo suelen ser portadores asintomáticos del gen anormal, lo que significa que tienen una copia normal y una copia anormal del gen.

Aunque no existe cura para el albinismo oculocutáneo, las personas con esta afección pueden recibir atención médica y educativa especializada para ayudar a gestionar sus problemas visuales y garantizar una buena calidad de vida. La protección solar es particularmente importante para las personas con albinismo oculocutáneo, ya que tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel debido a la falta de melanina en su piel y ojos.

Las enfermedades cerebelosas se refieren a un grupo diverso de trastornos y afecciones que afectan al cerebelo, la parte del sistema nervioso central responsable de controlar los movimientos musculares finos, el equilibrio y la coordinación. Estas enfermedades pueden ser debidas a diversas causas, como infecciones, trauma, tumores, déficits nutricionales, exposición tóxica o trastornos genéticos.

Algunos síntomas comunes de las enfermedades cerebelosas incluyen:

1. Ataxia: Inestabilidad y dificultad para coordinar movimientos musculares voluntarios, como caminar, hablar o realizar tareas manuales precisas.
2. Nistagmo: Movimientos involuntarios e incontrolables de los ojos, que pueden afectar la visión.
3. Disartria: Problemas al hablar, con voz entrecortada o vacilante y dificultad para articular palabras claramente.
4. Tremores: Movimientos musculares involuntarios e incontrolables, especialmente durante tareas intencionales.
5. Hipotonía: Disminución del tono muscular o flacidez excesiva.
6. Disdiadococinesia: Dificultad para realizar movimientos rápidos y alternos, como tocar el dedo índice con el pulgar.
7. Inestabilidad postural: Problemas al mantener una postura erguida o sentarse derecho.

Ejemplos de enfermedades cerebelosas incluyen:

1. Enfermedad de Friedreich: Trastorno genético que provoca ataxia progresiva, debilidad muscular y otros síntomas.
2. Ataxia espinocerebelosa: Grupo de trastornos hereditarios que afectan al cerebelo y la médula espinal.
3. Esclerosis múltiple: Enfermedad autoinmune que daña el sistema nervioso central, incluyendo el cerebelo.
4. Parálisis cerebral: Daño en el cerebro antes, durante o después del nacimiento que afecta el movimiento y la postura.
5. Tumores cerebelosos: Crecimientos anormales en el cerebelo que pueden comprimir tejidos circundantes y causar síntomas.
6. Enfermedad de Huntington: Trastorno hereditario que provoca deterioro cognitivo, movimientos involuntarios e inestabilidad emocional.
7. Accidente cerebrovascular: Daño en el cerebro causado por una interrupción del flujo sanguíneo o hemorragia cerebral.
8. Intoxicación etílica aguda: Consumo excesivo de alcohol que puede dañar el cerebelo y causar síntomas como ataxia, hipotonía y disartria.

Los músculos oculomotores, también conocidos como los músculos extraoculares, son seis pares de músculos que controlan los movimientos de los ojos. Estos músculos trabajan juntos para permitir la capacidad de ver objetos en diferentes posiciones y seguir su movimiento. Cada par de músculos está controlado por diferentes nervios craneales:

1. El músculo recto superior y el oblicuo inferior son inervados por el III par craneal (nervio oculomotor).
2. El músculo recto inferior es inervado por el III par craneal (nervio oculomotor) y el IV par craneal (nervio troclear).
3. El músculo recto medial es inervado por el III par craneal (nervio oculomotor).
4. El músculo recto lateral es inervado por el VI par craneal (nervio abducens).
5. El oblicuo superior es inervado por el IV par craneal (nervio troclear).

Estos músculos permiten una variedad de movimientos oculares, incluyendo la elevación, depresión, aducción (movimiento hacia la nariz), abducción (movimiento hacia afuera), y rotaciones laterales e internas del globo ocular. La coordinación de estos músculos es crucial para mantener una visión binocular normal y la percepción de profundidad.

La membrana otolítica, también conocida como membrana otoconial o membrana de los otolitos, es una estructura pequeña y gelatinosa dentro del utrículo y el sáculo en el sistema vestibular del oído interno de los mamíferos. Está compuesta por una capa de células epiteliales cubiertas por una matriz extracelular rica en otoconias, que son pequeños cristales de carbonato de calcio.

La función principal de la membrana otolítica es ayudar en el mantenimiento del equilibrio y la detección de la aceleración lineal y la gravedad. Cuando la cabeza se mueve, los otolitos desplazan la membrana, estimulando las células ciliadas circundantes y enviando señales al cerebro sobre la posición y el movimiento del cuerpo.

La disfunción o daño en la membrana otolítica puede llevar a diversos síntomas de vértigo, desequilibrio y náuseas.

La fijación ocular, en términos médicos, se refiere a la capacidad del sistema oculomotor de mantener la mirada fija en un objeto específico y mantenerlo centrado en la retina durante un período de tiempo. Esto involucra una compleja interacción de músculos oculares, sistemas nerviosos y mecanismos cognitivos para proporcionar estabilidad visual y percepción adecuada. La fijación ocular es fundamental para realizar tareas como la lectura, conducir un vehículo o simplemente ver y reconocer objetos en nuestro entorno. Los déficits en la fijación ocular pueden indicar problemas neurológicos o musculoesqueléticos.

La anomalía torsional es una afección en la que el útero se encuentra torcido o inclinado de forma anormal. Esta condición puede ser congénita (presente desde el nacimiento) o adquirida más tarde en la vida, y puede variar en gravedad. En algunos casos, la anomalía torsional puede causar problemas de fertilidad o provocar dolor pélvico. El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas y puede incluir medicamentos para aliviar el dolor o cirugía para corregir la posición del útero.

Es importante tener en cuenta que la información proporcionada está diseñada con fines informativos y educativos, y no pretende sustituir el consejo de un profesional médico. Si usted cree que puede experimentar esta afección o cualquier otro problema de salud, debe buscar atención médica de inmediato.

Los núcleos vestibulares son grupos de neuronas situadas en el tronco del encéfalo que reciben información sensorial del sistema vestibular, el cual está compuesto por los órganos de equilibrio localizados en el oído interno. Los núcleos vestibulares procesan esta información y la utilizan para controlar los reflejos que nos ayudan a mantener el equilibrio y la postura, así como también para generar respuestas oculares que estabilizan las imágenes en la retina durante los movimientos de la cabeza. Existen cuatro núcleos vestibulares principales: el núcleo vestibular superior, el núcleo vestibular inferior, el núcleo medial y el núcleo lateral.

Las enfermedades del laberinto, también conocidas como enfermedades del oído interno, se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema vestibular y el sistema auditivo dentro del oído interno. El término "laberinto" se utiliza para describir la compleja estructura en forma de laberinto dentro del oído interno que contiene los canales semicirculares y el vestíbulo, responsables del equilibrio y la detección de movimientos.

Existen varias enfermedades que pueden afectar al laberinto, entre ellas se incluyen:

1. Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): Es el trastorno del oído interno más común y se caracteriza por episodios breves de vértigo (sensación de mareo o inestabilidad) desencadenados por cambios en la posición de la cabeza.

2. Enfermedad de Ménière: Es una afección del oído interno que provoca episodios recurrentes de vértigo, pérdida auditiva, zumbidos en los oídos (tinnitus) y sensación de plenitud o presión en el oído afectado.

3. Neuronitis vestibular: Es una inflamación del nervio vestibulococlear que causa repentinos y severos episodios de vértigo, náuseas, vómitos e inestabilidad, acompañados de pérdida auditiva temporal o permanente.

4. Laberintitis: Es una inflamación del laberinto causada por una infección viral o bacteriana que puede provocar vértigo, náuseas, vómitos, inestabilidad y pérdida auditiva.

5. Síndrome de superficie vestibular: Es un trastorno del sistema vestibular que se caracteriza por una disfunción en la detección de los movimientos de la cabeza y el cuerpo, lo que puede causar vértigo, inestabilidad y desequilibrio.

El tratamiento de estas afecciones dependerá de su causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapia física, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, cirugía. Si experimenta síntomas como vértigo, inestabilidad, zumbidos en los oídos o pérdida auditiva, es importante que consulte a un especialista en otorrinolaringología (ORL) para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La esotropía es un tipo de estrabismo, que es una condición ocular en la cual los ojos no están alineados correctamente. En casos de esotropía, uno o ambos ojos se desvían hacia adentro, mirando hacia la nariz. Este desvío puede ocurrir constantemente o intermitentemente. La esotropía a menudo se manifiesta en bebés y niños pequeños, aunque también puede desarrollarse en adultos.

Existen diferentes grados y tipos de esotropía, incluyendo la esotropía concomitante (donde el desvío ocurre en todas las direcciones de mirada) y la esotropía inconstante (donde el desvío se produce solo en ciertas direcciones de mirada). La esotropía puede ser causada por problemas estructurales en los músculos que controlan los movimientos oculares, anomalías en la forma del globo ocular, afecciones neurológicas subyacentes o factores genéticos.

El tratamiento de la esotropía generalmente implica el uso de corrección visual con gafas, parches o lentes de contacto, y ejercicios o terapia de visión. En algunos casos, la cirugía estrábica puede ser necesaria para corregir los músculos desalineados y mejorar el alineamiento ocular. El objetivo del tratamiento es restaurar la alineación ocular normal, prevenir complicaciones como la pérdida de visión binocular y promover un desarrollo visual adecuado en niños.

La visión binocular es un término médico que se refiere a la capacidad del sistema visual de los ojos para converger en un punto específico y enfocar simultáneamente, permitiendo percibir una imagen tridimensional (3D) y profundidad. Esto es posible gracias a la alineación y coordinación de ambos ojos, los cuales trabajan en conjunto para procesar la información visual. La visión binocular ayuda a evaluar las distancias y los tamaños relativos de los objetos, mejorando así la precisión y eficacia de nuestras acciones y movimientos.

La visión monocular es un término médico que se refiere a la capacidad de ver con un solo ojo, en oposición a la visión binocular, que implica el uso simultáneo de ambos ojos. En condiciones normales, los humanos y muchos animales poseen visión binocular, lo que les permite percibir profundidad y distancia gracias a la discrepancia en las imágenes captadas por cada uno de sus ojos.

Sin embargo, existen ciertas situaciones en las que una persona puede experimentar visión monocular temporal o permanente. Algunos ejemplos incluyen el uso de un parche ocular para cubrir un ojo herido o con problemas de visión, o bien, en individuos que han perdido la visión en uno de sus ojos debido a enfermedades o lesiones oculares.

Aunque la visión monocular limita la percepción de profundidad y distancia, no suele afectar significativamente la agudeza visual general si el ojo restante se encuentra sano. No obstante, es importante realizar exámenes oftalmológicos regulares para garantizar un correcto cuidado y mantenimiento de la salud ocular en personas con visión monocular.

La cabeza es la parte superior del cuerpo humano que contiene el cerebro, los ojos, las orejas, la nariz y la boca. Está conectada al tronco a través del cuello y protegida por el cráneo. La cabeza contiene también glándulas importantes como la glándula pituitaria y el hipotálamo, que desempeñan un papel crucial en el control y regulación de varias funciones corporales importantes. Además, la cabeza alberga los músculos de la masticación, los senos paranasales y los vasos sanguíneos y nervios que suministran sangre y innervan la cabeza y el cuello.

La fóvea central, en términos médicos, se refiere a una pequeña depresión en la parte central de la mácula, que es la porción más sensible de la retina en el ojo. La fóvea contiene solo conos, los fotorreceptores responsables de la visión aguda y del color, y está completamente desprovista de bastones, que son responsables de la visión periférica y de baja luz.

La fóvea central es el área de mayor resolución visual y permite la percepción de detalles finos y la discriminación de colores. Debido a su alta concentración de conos, la fóvea central proporciona la visión más nítida y es crucial para actividades como leer, conducir y reconocer rostros. La densidad de los conos disminuye gradualmente hacia afuera desde el centro de la fóvea, lo que resulta en una disminución correspondiente de la agudeza visual en las áreas periféricas de la visión.

La ataxia cerebelosa es un trastorno del movimiento que se caracteriza por una falta de coordinación y control muscular, lo que puede afectar la capacidad de una persona para caminar, hablar, tragar o realizar movimientos precisos con las manos. La causa más común de ataxia cerebelosa es la degeneración del cerebelo, la parte del cerebro responsable de controlar los movimientos musculares finos y la coordinación.

Los síntomas de la ataxia cerebelosa pueden incluir:

* Inestabilidad y caídas frecuentes
* Marcha inestable o tambaleante
* Movimientos ojerosos involuntarios (nistagmo)
* Habla arrastrada o tartamudez
* Dificultad para coordinar los movimientos de las manos y los brazos
* Temblor en reposo o temblor intencional
* Problemas para tragar o masticar

La ataxia cerebelosa puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo lesiones en el cerebelo, infecciones, tumores, exposición a toxinas o enfermedades genéticas. En algunos casos, la causa de la ataxia cerebelosa puede ser desconocida.

El tratamiento de la ataxia cerebelosa depende de la causa subyacente del trastorno. En algunos casos, el tratamiento puede incluir fisioterapia, terapia del habla y terapia ocupacional para ayudar a mejorar la coordinación y la fuerza muscular. También pueden recetarse medicamentos para controlar los síntomas, como los temblores o la espasticidad muscular. En casos graves, se puede considerar la cirugía.

La ataxia cerebelosa puede ser una afección debilitante y progresiva, pero con el tratamiento y la rehabilitación adecuados, muchas personas pueden aprender a adaptarse a sus síntomas y mantener una buena calidad de vida.

Aniridia es una condición rara y congénita que afecta al iris del ojo, que es la parte de color alrededor de la pupila. La palabra "aniridia" proviene del griego y significa "sin iris".

Las personas con aniridia nacen sin un iris desarrollado completamente o tienen un iris parcialmente formado. Esto puede hacer que sus pupilas se vean más grandes de lo normal y pueden ser más sensibles a la luz (fotofóbica) debido a la falta de protección del iris para restringir la cantidad de luz que entra en el ojo.

Además de los problemas de sensibilidad a la luz, la aniridia también puede estar asociada con otros problemas oculares, como glaucoma, cataratas, nistagmo (movimientos involuntarios e incontrolables de los ojos), defectos en la córnea y deficiencias en la visión central. Algunas personas con aniridia también pueden tener problemas de desarrollo y retrasos en el aprendizaje.

La aniridia es una condición genética hereditaria, lo que significa que se transmite de padres a hijos a través de los genes. La mayoría de los casos de aniridia están asociados con mutaciones en el gen PAX6. Sin embargo, algunos casos pueden ser adquiridos más tarde en la vida como resultado de una lesión o enfermedad ocular.

El tratamiento para la aniridia puede incluir el uso de gafas de sol o lentes de contacto especiales para proteger los ojos de la luz excesiva, así como la administración de medicamentos para controlar el glaucoma y la presión intraocular. En algunos casos, se pueden considerar procedimientos quirúrgicos para corregir defectos en la córnea o colocar un implante artificial de iris para reducir la sensibilidad a la luz.

Las Medidas del Movimiento Ocular, también conocidas como Oculometría, se refieren a un conjunto de técnicas y procedimientos utilizados para medir y analizar los movimientos oculares, es decir, el modo en que los ojos se mueven al seguir estímulos visuales o durante el proceso natural de exploración visual. Estas medidas pueden incluir la velocidad, la dirección, la amplitud y la duración de los movimientos oculares, así como la frecuencia y duración de los periodos de parpadeo.

Existen diferentes métodos para realizar las Medidas del Movimiento Ocular, incluyendo el uso de sistemas de video que rastrean la posición de la pupila y el reflejo corneal, y sistemas electrónicos que utilizan sensores de contacto o infrarrojos para medir los movimientos oculares.

Las Medidas del Movimiento Ocular se utilizan en una variedad de aplicaciones clínicas y de investigación, incluyendo el diagnóstico y monitoreo de trastornos neurológicos y desórdenes del sistema visual, la evaluación de la función cognitiva y atencional, la investigación de la percepción visual y la interacción hombre-máquina.

El mareo, también conocido como vértigo o sensación de desequilibrio, es una afección médica que causa la ilusión de movimiento o spinning, junto con náuseas y debilidad. Puede ser el resultado de varias condiciones médicas subyacentes, como enfermedades del oído interno, trastornos del sistema nervioso, deshidratación, uso de ciertos medicamentos o incluso estrés y ansiedad. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves e incluso pueden provocar caídas y lesiones. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir maniobras posicionales, fisioterapia, medicamentos o, en casos graves, cirugía.

El albinismo es una condición genética hereditaria que afecta la producción de melanina, el pigmento que da color al cabello, la piel y los ojos. Las personas con albinismo carecen o tienen muy poca melanina, lo que resulta en apariencia física distintiva: piel blanca, cabello blanco o rubio muy claro y ojos de color claro (azul, verde o grisáceo). También pueden tener problemas de visión, como fotofobia (sensibilidad a la luz), nistagmo (movimientos involuntarios rápidos de los ojos) y baja agudeza visual. El albinismo se hereda como un rasgo recesivo, lo que significa que una persona debe heredar dos copias del gen anormal, uno de cada padre, para desarrollar la afección. No existe cura para el albinismo, pero los tratamientos pueden ayudar a abordar los problemas de visión asociados con la condición.

Las pruebas de visión, también conocidas como exámenes o evaluaciones oftalmológicas, son procedimientos médicos realizados por un optometrista u oftalmólogo para determinar la capacidad visual y la salud general de los ojos. Estas pruebas pueden incluir:

1. Agudeza Visual: Medición de la capacidad más lejana del ojo para ver detalles finos y claros. Se realiza utilizando una tabla de Snellen o una cartilla similar con letras o símbolos decrecientes en tamaño.

2. Examen de Refracción: Determinación del tipo y grado de error refractivo (miopía, hipermetropía, astigmatismo) que pueda existir, utilizando diferentes lentes para corregir la visión borrosa y encontrar la mejor combinación para cada individuo.

3. Examen del Campo Visual: Evaluación de la amplitud total de la visión periférica o lateral de cada ojo, midiendo cuánto se puede ver alrededor del punto de fijación directa.

4. Pruebas de Acomodación y Convergencia: Evaluación de la capacidad del ojo para enfocar en objetos cercanos y distantes, así como su habilidad para moverse juntos al ver objetos cerca (convergencia).

5. Examen del Segmento Anterior: Observación directa del ojo utilizando una lámpara de hendidura para evaluar la córnea, iris, cristalino y humor vítreo.

6. Examen del Fondo del Ojo: Dilatación de las pupilas followed by examination of the retina, optic nerve and blood vessels at the back of the eye using an ophthalmoscope.

7. Tests de Salud Ocular Adicionales: Evaluación de la presión intraocular (tonometría), integridad estructural del ojo y movimientos oculares, detección de cataratas, glaucoma u otras afecciones oculares.

These comprehensive eye examinations help detect vision problems, eye diseases and general health issues early on, allowing for timely treatment and management to preserve and maintain optimal vision and overall well-being.

Los movimientos sacádicos son rápidos y bruscos movimientos oculars que ocurren en direcciones variables. Su función principal es cambiar la dirección de la fijación de la mirada hacia una nueva localización. Estos movimientos son controlados por un grupo especializado de células nerviosas en el tronco del encéfalo llamadas núcleo paraponto.

Existen dos tipos principales de movimientos sacádicos:

1. Movimientos sacádicos reflejos: Son involuntarios y desencadenados por estímulos externos, como cuando nuestra atención se dirige hacia un objeto que aparece repentinamente en nuestro campo visual.

2. Movimientos sacádicos voluntarios: Son controlados conscientemente y utilizamos para explorar el entorno, leer o realizar tareas que requieren enfocar la atención en diferentes partes del campo visual.

Los trastornos en los movimientos sacádicos pueden estar asociados con diversas condiciones neurológicas, como enfermedades degenerativas, lesiones cerebrales o trastornos del movimiento, como el Parkinson. Estos trastornos pueden manifestarse como movimientos sacádicos anormales en frecuencia, amplitud, velocidad o dirección, afectando negativamente la capacidad de ver y procesar información visual correctamente.

El biperideno es un fármaco anticolinérgico que se utiliza en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y los síntomas extrapiramidales asociados con algunos medicamentos antipsicóticos. Actúa bloqueando los receptores muscarínicos del sistema nervioso central, reduciendo así los efectos excitatorios de la acetilcolina.

La dosis usual de biperideno es de 2 a 4 mg al día, divididos en dos o tres tomas. Los efectos secundarios comunes incluyen boca seca, visión borrosa, mareos, somnolencia y estreñimiento. En algunas personas, el biperideno puede causar confusión, agitación o alucinaciones, especialmente en dosis altas o en pacientes mayores.

Es importante que el biperideno se use bajo la supervisión de un médico y que se sigan las instrucciones de dosificación cuidadosamente para minimizar los riesgos de efectos secundarios. Además, es importante informar al médico sobre cualquier condición médica preexistente o medicamento que esté tomando, ya que el biperideno puede interactuar con otros fármacos y exacerbar ciertas afecciones de salud.

El nervio oculomotor, también conocido como nervio III, es el tercer par craneal en la nomenclatura anatómica. Es un nervio mixto, lo que significa que contiene fibras motoras somáticas, fibras viscerales efferentes y fibras sensoriales afferentes.

Las funciones principales del nervio oculomotor son la innervación de los músculos extraoculares responsables del movimiento ocular y la provisión de las vías parasimpáticas para la accomodación y la miosis. Los músculos que inerva incluyen el músculo elevador del párpado superior, el músculo recto medial, el músculo recto inferior y el músculo oblicuo inferior.

La porción parasimpática del nervio oculomotor controla la constricción de la pupila a través del ganglio ciliar y el músculo esfínter de la pupila, así como también regula la acomodación del cristalino para el enfoque cercano.

La lesión o daño en el nervio oculomotor puede causar diversos síntomas, como la ptosis (párpado caído), estrabismo (ojos desalineados), midriasis (dilatación de la pupila) y diplopía (visión doble).

En términos médicos, los "movimientos de la cabeza" se refieren a las diversas formas en que una persona puede mover su cabeza en diferentes direcciones y rangos de movimiento. Estos movimientos son posibles gracias a la compleja interacción entre los músculos del cuello, los huesos del cráneo y la columna vertebral superior (la parte conocida como el Atlas yAxis), los ligamentos y los nervios.

Hay cuatro movimientos principales de la cabeza:

1. Flexión: Este es un movimiento hacia adelante, como cuando una persona inclina la cabeza para mirar hacia abajo.
2. Extensión: Se trata de un movimiento hacia atrás, como cuando alguien mira hacia arriba.
3. Rotación: Es el movimiento de giro de la cabeza a un lado u otro, como cuando una persona dice "no" o simplemente mira sobre su hombro.
4. Inclinación lateral: Se trata del movimiento de inclinar la oreja hacia el hombro, como cuando una persona escucha atentamente o simplemente mira hacia un lado.

Cualquier problema o condición que afecte los músculos, huesos, ligamentos o nervios en el cuello puede causar limitaciones o restricciones en estos movimientos de la cabeza. Por lo tanto, los médicos y fisioterapeutas a menudo evalúan los rangos y calidad de movimiento de la cabeza al realizar un examen físico.

La convergencia ocular es un movimiento coordinado de los ojos en el que ambos se mueven hacia adentro, hacia la línea media del cuerpo, para poder enfocar y ver claramente objetos cercanos. Esta capacidad permite que las dos imágenes captadas por cada ojo se fusionen en una sola imagen tridimensional y nítida en el cerebro.

La convergencia ocular es un mecanismo reflejo controlado por el sistema nervioso central, específicamente por los músculos extraoculares y los nervios craneales que los inervan. La dificultad para realizar este movimiento se conoce como insuficiencia de convergencia y puede causar problemas en la visión, como dolores de cabeza, fatiga visual y dificultad para leer o ver objetos cercanos.

Es importante mantener una buena salud ocular y realizar ejercicios oculares regulares para fortalecer los músculos extraoculares y prevenir posibles problemas de convergencia ocular. En caso de presentar síntomas persistentes o graves, se recomienda consultar a un oftalmólogo o optometrista para evaluar el estado de la visión y recibir un tratamiento adecuado.

El seguimiento ocular uniforme, también conocido como persecución ocular suave, es un movimiento ocular que permite a los ojos seguir de manera fluida y sin interrupciones un objeto en movimiento a través del campo visual. Este tipo de movimiento ocular es controlado por el sistema nervioso y requiere la correcta coordinación entre los músculos oculares y el cerebro.

La capacidad de realizar un seguimiento ocular uniforme es esencial para actividades cotidianas como leer, escribir, conducir y ver la televisión. Las dificultades en el seguimiento ocular uniforme pueden ser un signo de diversos trastornos neurológicos o del sistema visual, como los problemas de desarrollo del cerebro en los niños, lesiones cerebrales traumáticas, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson y otras afecciones que afectan al sistema nervioso.

El seguimiento ocular uniforme se evalúa mediante pruebas especializadas realizadas por optometristas u oftalmólogos. Si se detectan problemas en el seguimiento ocular, pueden ser necesarios tratamientos específicos, como terapia visual o ejercicios de entrenamiento ocular, para mejorar la función y la coordinación de los músculos oculares.

Las Enfermedades del Oído se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan el sistema auditivo y el equilibrio, localizadas en el oído externo, medio e interno. Estas enfermedades pueden causar pérdida auditiva, zumbidos en los oídos (tinnitus), vértigo o sensación de mareo, infecciones y otros síntomas desagradables.

1. Oído Externo: Las afecciones comunes en el oído externo incluyen otitis externa, también conocida como "oreja de nadador", que es una inflamación e infección del conducto auditivo externo, generalmente causada por bacterias o hongos. La excesiva acumulación de cerumen puede ser otra afección en este área.

2. Oído Medio: La enfermedad más común en el oído medio es la otitis media, una infección que provoca la acumulación de líquido detrás del tímpano. Puede ser aguda (de corta duración) o crónica (persistente), y puede causar dolor de oídos, pérdida auditiva temporal y fiebre. La enfermedad de Ménière es un trastorno del oído interno que puede causar episodios recurrentes de vértigo, pérdida auditiva y zumbidos en los oídos.

3. Oído Interno: Este es el área más profunda del oído, que contiene el laberinto, un complejo sistema de tubos llenos de líquido responsable de la audición y el equilibrio. Las afecciones en este área pueden incluir la neuronitis vestibular, una inflamación del nervio vestibular que causa vértigo severo y dificultad para mantener el equilibrio, y la laberintitis, una infección o inflamación del laberinto que puede causar pérdida auditiva, zumbidos en los oídos y problemas de equilibrio.

La prevención y el tratamiento temprano son clave para minimizar las complicaciones y prevenir daños permanentes en el sistema auditivo. Las medidas preventivas pueden incluir evitar la exposición a ruidos fuertes, mantener una buena higiene del oído y recibir vacunas contra enfermedades que puedan afectar el oído, como la gripe y la neumonía. El tratamiento puede incluir antibióticos para las infecciones bacterianas, medicamentos para aliviar los síntomas y, en casos graves, cirugía.

La Enfermedad de Menière es un trastorno del oído interno que causa ataques recurrentes de vértigo (un sentido de girar o balanceo), pérdida auditiva, zumbidos en los oídos (tinnitus) y sensación de plenitud o presión en el oído afectado. La enfermedad de Menière generalmente afecta a un oído, pero puede ocurrir en ambos. Los episodios de vértigo pueden ser graves, durando desde minutos hasta horas y provocando náuseas, vómitos y sudoración. La pérdida auditiva asociada con la enfermedad de Menière suele ser permanente y puede empeorar después de cada episodio. Aunque la causa exacta de la enfermedad de Menière es desconocida, se cree que está relacionada con un aumento anormal de líquido en el oído interno. No existe cura para la enfermedad de Menière, pero los tratamientos pueden ayudar a controlar sus síntomas.

Los Trastornos de la Visión se refieren a una variedad de condiciones que afectan la capacidad del ojo para enfocar, alinear y coordinar movimientos o percibir la calidad y cantidad de luz. Estos trastornos pueden causar visión borrosa, doble, distorsionada o limitada, así como también problemas con el enfoque, la alineación y la sensibilidad a la luz. Algunos ejemplos comunes de trastornos de la visión incluyen:

1. Miopía: Es un defecto refractivo en el que la imagen se forma delante de la retina en lugar de directamente sobre ella, haciendo que los objetos lejanos aparezcan borrosos.

2. Hipermetropía: También conocida como hiperopía, es un defecto refractivo en el que la imagen se forma detrás de la retina en lugar de directamente sobre ella, haciendo que los objetos cercanos aparezcan borrosos.

3. Astigmatismo: Es un defecto refractivo en el que la curvatura corneal o del cristalino no es uniforme, causando una distorsión en la visión tanto de objetos cercanos como lejanos.

4. Presbiopía: Es un proceso natural relacionado con el envejecimiento en el que el cristalino pierde flexibilidad, dificultando la capacidad de enfocar objetos cercanos.

5. Estrabismo: También conocido como ojo vago, es una condición en la que los ojos no están correctamente alineados y apuntan en diferentes direcciones, lo que puede causar visión doble o confusa.

6. Ambliopía: También llamada ojo perezoso, es una afección en la que el cerebro favorece la información visual de un ojo sobre el otro, lo que lleva a una disminución de la visión en el ojo desfavorecido.

7. Nistagmo: Es un movimiento involuntario e incontrolable de los ojos, generalmente de lado a lado, pero también puede ser vertical u oblicuo. Puede causar visión borrosa o doble.

8. Degeneración macular relacionada con la edad (DMAE): Es una enfermedad ocular progresiva que afecta la mácula, el área central de la retina responsable de la visión nítida y detallada. Puede causar pérdida de visión central y distorsiones visuales.

9. Glaucoma: Es un grupo de enfermedades oculares que dañan el nervio óptico y pueden causar pérdida de visión permanente. La presión intraocular alta es a menudo, pero no siempre, un factor contribuyente.

10. Cataratas: Es una opacidad del cristalino que causa visión borrosa, deslumbramiento y dificultad para ver en condiciones de poca luz. Las cataratas generalmente se asocian con el envejecimiento, pero también pueden ocurrir como resultado de una lesión ocular, ciertas enfermedades o el uso prolongado de medicamentos como corticosteroides.

Estas son solo algunas de las afecciones oftalmológicas más comunes que pueden afectar la visión y la salud ocular. Si experimenta síntomas o cambios en su visión, es importante programar una cita con un oftalmólogo para un examen completo y un diagnóstico preciso. El tratamiento oportuno puede ayudar a prevenir complicaciones y preservar la visión.

En el contexto médico, la rotación se refiere al movimiento en el que un objeto gira o se mueve alrededor de un eje fijo. Este término se utiliza a menudo en anatomía y fisiología para describir el movimiento de ciertas partes del cuerpo. Por ejemplo, la rotación del antebrazo ocurre cuando el hueso inferior del brazo (el radio) gira alrededor de su eje, cambiando la orientación del antebrazo y la mano en el espacio.

También se utiliza en farmacología para describir el cambio en la posición de un paciente durante el tratamiento con terapias específicas, como la terapia intratecal o la quimioterapia, con el fin de maximizar su eficacia y minimizar los efectos secundarios.

En otro contexto, la rotación se refiere al proceso de asignar a los estudiantes de medicina y a los residentes a diferentes unidades clínicas o especialidades durante sus estudios y formación, con el objetivo de adquirir una amplia gama de habilidades y experiencia clínica.

Litiasis es un término médico que se refiere a la formación de cálculos o piedras en los órganos huecos del cuerpo. Estos cálculos generalmente se forman cuando las sustancias presentes en los líquidos corporales, como el oxalato de calcio, fosfato y uratos, se concentran y solidifican. Las piedras o cálculos pueden desarrollarse en varios órganos, incluyendo los riñones (nefrolitiasis), vesícula biliar (colelitiasis), páncreas (pancreatolitiasis) y vejiga urinaria (vesiculitis).

Los síntomas de la litiasis varían dependiendo del tamaño y ubicación de los cálculos. Algunos cálculos pequeños pueden pasar sin causar dolor o incomodidad, mientras que otros más grandes pueden bloquear el flujo de líquidos corporales, lo que provoca cólicos nefríticos (dolor intenso en la parte inferior de la espalda), náuseas, vómitos y fiebre. El tratamiento depende del tamaño, número y localización de los cálculos, y puede incluir medidas conservadoras, como hidratación y medicamentos para aliviar el dolor, o procedimientos médicos invasivos, como la litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC) o la cirugía.

La perforación de la membrana timpánica, también conocida como tímpano roto o perforación del tímpano, es una afección médica en la que existe un agujero o rotura en la membrana timpánica, que es la fina membrana que separa el canal auditivo externo del oído medio. Esta condición puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo infecciones del oído medio, trauma acústico, cambios de presión bruscos (como los que ocurren durante el despegue y aterrizaje de un avión), lesiones en la cabeza o introducción de cuerpos extraños en el canal auditivo.

Los síntomas más comunes de una perforación timpánica incluyen dolor de oído, zumbido o tinnitus, pérdida de audición parcial o total, y sensibilidad al ruido o a la presión atmosférica. En algunos casos, puede haber también flujo de líquido o pus del oído. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir antibióticos para tratar infecciones, antiinflamatorios para reducir la inflamación y el dolor, y en casos graves o crónicos, cirugía para reparar la membrana timpánica.

La hipopigmentación es un término médico que se refiere a una condición en la cual hay una disminución anormal o reducción en la producción y distribución del pigmento melanina en la piel. La melanina es el pigmento responsable de dar color a nuestra piel, cabello y ojos. Cuando hay una producción insuficiente de melanina, se produce hipopigmentación, resultando en áreas más claras o incluso blancas en la piel en comparación con el tono de piel circundante.

Esta condición puede ser el resultado de varios factores, que incluyen afecciones genéticas, como el vitíligo; enfermedades inflamatorias de la piel, quemaduras, lesiones cutáneas, infecciones fúngicas y bacterianas, y ciertos tratamientos médicos, como la terapia con luz ultravioleta o el uso de ciertos medicamentos. En algunos casos, la hipopigmentación puede ser temporal y reversible, mientras que en otros puede ser permanente.

Los ácidos ciclohexanocarboxílicos son una clase de compuestos orgánicos que consisten en un anillo de ciclohexano con un grupo carboxilo (-COOH) unido a él. El grupo carboxilo le da al compuesto propiedades ácidas, lo que significa que puede donar un protón (un ion de hidrógeno, H+) y formar un anión (una especie cargada negativamente).

Existen varios isómeros estructurales de ácidos ciclohexanocarboxílicos, dependiendo de la posición del grupo carboxilo en el anillo de ciclohexano. El más simple y común es el ácido ciclohexanocarboxílico, donde el grupo carboxilo está unido al carbono número 1 en el anillo.

Estos ácidos tienen varias aplicaciones en la industria química y farmacéutica, como intermedios en la síntesis de productos más complejos. También pueden encontrarse naturalmente en algunas plantas y microorganismos.

En el cuerpo humano, los ácidos ciclohexanocarboxílicos no desempeñan ninguna función conocida, y su exposición puede ocurrir a través del contacto con productos químicos que contienen estos compuestos. La exposición excesiva a algunos de estos ácidos puede causar efectos adversos en la salud, como irritación de la piel y los ojos, náuseas y vómitos, y daño hepático y renal.

La úvula, en términos médicos, se refiere a la parte colgante del tejido situada en la parte posterior de la cavidad oral, específicamente en el fondo de la garganta. Forma parte de la región known as orofaringe y está compuesta por mucosa y tejido muscular.

Su función principal es ayudar en el proceso de deglución, produciendo saliva y manteniendo la humedad en la garganta. Además, desempeña un papel importante en la protección de las vías respiratorias al elevarse durante el sueño y cerrar la entrada a la nasofaringe, evitando así que los alimentos o líquidos entren en ella accidentalmente.

La úvula también juega un rol en la producción de sonidos y palabras, ya que al vibrar durante el habla contribuye a la articulación de ciertos fonemas.

La mioclonia es un síndrome que se caracteriza por movimientos musculares bruscos e inesperados, conocidos como descargas mioclónicas. Estas descargas pueden involucrar a un solo músculo o a un grupo de músculos y suelen manifestarse como sacudidas o espasmos rápidos e involuntarios.

La mioclonia puede ser causada por una variedad de condiciones médicas, incluyendo enfermedades neurológicas, trastornos metabólicos, infecciones y lesiones cerebrales. También puede ocurrir como efecto secundario de ciertos medicamentos o drogas. En algunos casos, la mioclonia puede ser un síntoma de una afección más grave, como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob o la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

El diagnóstico de la mioclonia generalmente se realiza mediante una evaluación clínica y pruebas adicionales, como electromiografía (EMG) y estudios de imagen cerebral. El tratamiento de la mioclonia depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapia física o cambios en el estilo de vida. En casos graves o refractarios al tratamiento, se pueden considerar opciones más invasivas, como la estimulación cerebral profunda.

Los defectos de la visión cromática, también conocidos como deficiencias o anomalías cromáticas, se refieren a condiciones en las que una persona tiene dificultad para distinguir entre diferentes colores o tonalidades. Esto es causado por un problema con los conos, los fotorreceptores en la retina del ojo que detectan diferentes longitudes de onda de luz y nos permiten experimentar el color.

Existen varios tipos de defectos de la visión cromática:

1. Dicromacia: Una persona con dicromacia tiene solo dos tipos funcionales de conos en lugar de los tres normales. Esto significa que pueden distinguir entre algunos colores, pero tienen dificultad para distinguir entre otros. Hay tres tipos de dicromacia: protanopia (dificultad para distinguir entre rojo y verde), deuteranopia (dificultad para distinguir entre amarillo y azul) y tritanopia (dificultad para distinguir entre azul y amarillo).

2. Anomalía tricromática: Una persona con anomalía tricromática tiene tres tipos de conos, pero uno de ellos está desplazado en su sensibilidad al color. Esto significa que pueden distinguir entre más colores que aquellos con dicromacia, pero aún tienen dificultad para distinguir entre ciertos colores. Hay dos tipos de anomalía tricromática: protanomalia (dificultad para distinguir entre rojo y verde) y deuteranomalia (también conocida como daltonismo, es la dificultad más común y se caracteriza por una percepción reducida del verde).

3. Tetracromacia: Una persona con tetracromacia tiene cuatro tipos funcionales de conos en lugar de los tres normales. Esto les permite distinguir entre un rango mucho más amplio de colores y tonalidades. Sin embargo, esta condición es muy rara y solo se ha documentado en algunas mujeres.

La mayoría de las personas con anomalías del color no presentan problemas graves en su vida diaria. Sin embargo, algunos pueden tener dificultades para distinguir entre ciertos colores, especialmente en situaciones donde la iluminación es pobre o el contraste es bajo. En estos casos, las personas con anomalías del color pueden beneficiarse de usar lentes especiales o dispositivos que ayuden a mejorar su percepción del color.

El tronco encefálico, también conocido como el bulbo raquídeo o el tronco cerebral, es la parte inferior y más central del encéfalo (el sistema nervioso central del cerebro). Se extiende desde la médula espinal hasta el cerebro y se compone de tres partes: el mesencéfalo, la protuberancia annular (puente de Varolio) y el bulbo raquídeo.

El tronco encefálico contiene importantes centros nerviosos que controlan funciones vitales como la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Además, contiene los nuclei de los nervios craneales (excluyendo el I y II par), que son pares de nervios que inervan los músculos de la cabeza y el cuello, así como las glándulas y órganos sensoriales de la cabeza.

El tronco encefálico también actúa como una vía importante para la conducción de señales nerviosas entre la médula espinal y el cerebro. Lesiones o daños en el tronco encefálico pueden causar graves problemas de salud, incluyendo dificultades para respirar, parálisis, pérdida de sensibilidad y trastornos del sueño.

Los genes ligados al cromosoma X, también conocidos como genes ligados al sexo, se refieren a los genes que se encuentran en el cromosoma X y que muestran un patrón de herencia diferente al de los genes autosómicos (los que no están en los cromosomas sexuales).

En humanos, las mujeres tienen dos cromosomas X (XX), mientras que los hombres tienen un cromosoma X y un cromosoma Y (XY). Debido a esta diferencia en el número de cromosomas X, los genes ligados al cromosoma X pueden mostrar un patrón de herencia distinto en hombres y mujeres.

Los genes ligados al cromosoma X se transmiten de padres a hijos de manera diferente a como se transmiten los genes autosómicos. En general, los hombres solo reciben su cromosoma X de su madre, por lo que si un gen ligado al cromosoma X presenta una mutación dañina, el hombre la heredará directamente de su madre. Las mujeres, por otro lado, pueden heredar genes ligados al cromosoma X de ambos padres, lo que puede reducir la probabilidad de que desarrollen enfermedades causadas por mutaciones en estos genes.

Las enfermedades genéticas ligadas al cromosoma X pueden afectar tanto a hombres como a mujeres, pero su expresión clínica y gravedad pueden ser diferentes entre los dos sexos. Algunos ejemplos de enfermedades ligadas al cromosoma X incluyen la hemofilia, la distrofia muscular de Duchenne, el daltonismo y la enfermedad de Fragile X.

La postura se refiere a la posición y alineación del cuerpo humano durante el movimiento o la inmovilidad, en relación con los segmentos corporales y la gravedad. Implica la interacción entre varios sistemas, incluyendo el sistema muscular esquelético, el sistema nervioso y los factores psicológicos. Una postura adecuada implica una alineación equilibrada y eficiente de las partes del cuerpo, lo que puede ayudar a minimizar la fatiga y el riesgo de lesiones. Por otro lado, una postura incorrecta o deficiente puede provocar desequilibrios musculares, dolor y diversas afecciones de salud a largo plazo.

La apófisis mastoides es una proyección prominente y ósea ubicada en la parte posterior e inferior del cráneo, justo por detrás del hueso temporal. Es parte de la estructura del hueso temporal y tiene forma de pirámide.

Esta apófisis sirve como punto de inserción para varios músculos, incluyendo el esternocleidomastoideo y el trapecio. También alberga la glándula timpánica y el conducto auditivo externo. La apófisis mastoides es una estructura importante en la anatomía de la cabeza y el cuello, y desempeña un papel clave en la función y movimiento de estas regiones.

En situaciones clínicas, la apófisis mastoides puede ser examinada para evaluar posibles infecciones o inflamaciones del oído medio, como la mastoiditis, que pueden causar hinchazón e irritación en esta área.

En el contexto de la medicina y la biología, un linaje se refiere a una sucesión o serie de organismos relacionados genéticamente que descienden de un antepasado común más reciente. Puede hacer referencia a una secuencia particular de genes que se heredan a través de generaciones y que ayudan a determinar las características y rasgos de un organismo.

En la genética, el linaje mitocondrial se refiere a la línea de descendencia materna, ya que las mitocondrias, que contienen su propio ADN, se transmiten generalmente de madre a hijo. Por otro lado, el linaje del cromosoma Y sigue la línea paterna, ya que los cromosomas Y se heredan del padre y se mantienen intactos durante la meiosis, lo que permite rastrear la ascendencia masculina.

Estos linajes pueden ser útiles en la investigación genética y antropológica para estudiar la evolución y la migración de poblaciones humanas y otras especies.

Los núcleos cerebelosos se refieren a grupos específicos de neuronas (células nerviosas) ubicadas en el interior del cerebelo, un órgano situado en la parte posterior del encéfalo. Existen varios núcleos diferentes, cada uno con funciones distintivas pero interconectados estrechamente.

Los cuatro principales núcleos cerebelosos se denominan:

1. Núcleo fastigial: Es el más medial de los cuatro y recibe la mayoría de sus aferencias (conexiones entrantes) desde la corteza cerebelosa anterior y lateral, así como también del vestíbulocerebelo. Sus eferencias se proyectan principalmente al tronco encefálico y a los núcleos vestibulares, desempeñando un papel importante en la regulación de la postura, el equilibrio y los movimientos oculares.

2. Núcleo globoso: Se encuentra lateral al núcleo fastigial y recibe aferencias principalmente de la corteza cerebelosa anterior y lateral. Sus eferencias se proyectan al mesencéfalo, el puente troncoencefálico y la médula espinal, participando en el control del movimiento y la coordinación muscular.

3. Núcleo emboliforme: Está situado entre los núcleos globoso y dentado y recibe aferencias de la corteza cerebelosa lateral. Sus eferencias se dirigen al mesencéfalo, el puente troncoencefálico y la médula espinal, contribuyendo al control del movimiento y la coordinación muscular.

4. Núcleo dentado: Es el más lateral de los cuatro núcleos y es el mayor en tamaño. Recibe aferencias principalmente de la corteza cerebelosa posterior y lateral, así como también del propio cerebelo. Sus eferencias se proyectan al tálamo y a la corteza cerebral, desempeñando un papel en el procesamiento sensorial y motor.

Además de estos núcleos principales, existen otros núcleos más pequeños dentro del cerebelo, como los núcleos interpositus (que se dividen en núcleos intermedio y parvocelular) y los núcleos vestibulares. Estos núcleos desempeñan funciones específicas en el control motor, la coordinación oculomotora y el procesamiento sensorial.

En resumen, los núcleos cerebelosos son regiones especializadas dentro del cerebelo que reciben información de diversas partes del sistema nervioso central y desempeñan un papel crucial en la coordinación y control de movimientos voluntarios, el equilibrio, la postura, las respuestas oculomotoras y el procesamiento sensorial.

El quiasma óptico es un punto anatómico en el sistema visual donde las fibras nerviosas de los nervios ópticos se cruzan. Más específicamente, se refiere al lugar justo en la parte frontal del cerebro donde los dos nervios ópticos se encuentran y comparten información.

Este punto es crucial porque las mitades internas (nasales) de ambos nervios ópticos, que transportan señales visuales desde cada lado izquierdo y derecho de la parte más externa (temporal) de nuestro campo visual, se cruzan en el quiasma óptico. Por lo tanto, las fibras nerviosas que provienen de la mitad nasal de un ojo se cruzan y continúan hacia el lado opuesto del cerebro, mientras que las fibras nerviosas de la mitad temporal viajan sin cruzar al mismo lado del cerebro desde donde originaron.

Esta configuración permite que nuestro cerebro procese correctamente la información visual recibida, ya que los estímulos provenientes del lado izquierdo de nuestro campo visual se procesen en el hemisferio derecho del cerebro y viceversa. Anomalías en el quiasma óptico pueden conducir a diversas condiciones visuales, como la pérdida de visión en ciertas áreas del campo visual (hemianopsia).

La atrofia óptica es una afección médica en la cual el nervio óptico, que transmite las señales visuales desde el ojo al cerebro, se deteriora o se daña. Esto puede resultar en pérdida de visión parcial o total, dependiendo de la gravedad y la ubicación del daño en el nervio óptico.

La atrofia óptica puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo enfermedades neurológicas, traumatismos, deficiencias nutricionales, intoxicaciones y trastornos oculares como el glaucoma. También puede ser un síntoma de envejecimiento natural.

Los síntomas más comunes de la atrofia óptica incluyen una disminución de la agudeza visual, pérdida del campo visual, cambios en los colores y la percepción de la luz, y dolor o fatiga ocular. El diagnóstico generalmente se realiza mediante un examen oftalmológico completo, que puede incluir pruebas de agudeza visual, evaluación del campo visual y examen del fondo del ojo.

El tratamiento para la atrofia óptica depende de la causa subyacente. En algunos casos, el daño al nervio óptico puede ser irreversible, pero en otros, el tratamiento temprano y adecuado puede ayudar a prevenir una mayor pérdida de visión.

La privación sensorial es un término médico que se refiere a la restricción o reducción deliberada de los estímulos ambientales y sensoriales, como sonido, luz, tacto, gusto y olfato. Este procedimiento se utiliza a veces en contextos clínicos y de investigación para inducir estados alterados de conciencia, evaluar la función cognitiva, o como forma de terapia en el tratamiento de trastornos psiquiátricos.

En un entorno controlado, la privación sensorial puede provocar una variedad de experiencias perceptuales, cognitivas y emocionales, desde una mayor sensibilidad a los estímulos residuales hasta alucinaciones y distorsiones temporales del tiempo y el espacio. Sin embargo, es importante señalar que la privación sensorial prolongada o extrema puede tener efectos negativos en la salud mental y física, incluyendo ansiedad, confusión, agresividad, deterioro cognitivo y afectaciones al sistema nervioso.

Por lo tanto, su uso debe ser supervisado por personal médico calificado y se recomienda que sea de corta duración y bajo condiciones controladas.

La percepción de profundidad es la capacidad de interpretar y juzgar las distancias relativas entre objetos en el entorno visual. Implica la utilización de varios estímulos visuales, como el tamaño relativo, la perspectiva, la sombreado, la ocultación parcial (oclusión) y los movimientos ocurridos tanto en el observador como en los objetos observados. También puede involucrar señales monoculares (provenientes de un solo ojo) y binoculares (provenientes de ambos ojos). La percepción de profundidad es fundamental para la navegación espacial, el reconocimiento de objetos y la interacción con el entorno. Los déficits en esta habilidad pueden conducir a problemas en la coordinación motora y en la capacidad de realizar tareas que requieran juicios precisos sobre distancias y espacios.

La percepción de movimiento en términos médicos se refiere a la capacidad del sistema nervioso central, particularmente el cerebro y los ojos, de interpretar y comprender las señales recibidas sobre el cambio de posición o la trayectoria de los objetos en el entorno. Esto involucra procesos neurofisiológicos complejos que implican la interacción de diferentes sistemas sensoriales, como la vista (visión), el oído (audición) y el sistema propioceptivo (que proporciona información sobre la posición y el movimiento del cuerpo).

En el contexto de la visión, la percepción de movimiento se produce cuando los receptores en la retina detectan cambios en la luz que incide sobre ellos. Este estímulo visual es procesado por el cerebro, lo que lleva a la experiencia consciente del movimiento. La percepción correcta del movimiento es fundamental para muchas actividades cotidianas, como conducir un coche, atrapar una pelota o simplemente caminar sin tropezar.

Los trastornos en la percepción de movimiento pueden ser síntomas de diversas afecciones neurológicas, como la enfermedad de Parkinson, los accidentes cerebrovasculares o las lesiones cerebrales traumáticas. Estos trastornos pueden manifestarse como alucinaciones visuales (ver movimiento donde no lo hay), déficits en la capacidad para juzgar velocidades y distancias, o dificultades para mantener el equilibrio y coordinar movimientos.

En términos médicos, un síndrome se refiere a un conjunto de signos y síntomas que ocurren juntos y pueden indicar una condición particular o enfermedad. Los síndromes no son enfermedades específicas por sí mismos, sino más bien una descripción de un grupo de características clínicas.

Un síndrome puede involucrar a varios órganos y sistemas corporales, y generalmente es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales o adquiridos. Algunos ejemplos comunes de síndromes incluyen el síndrome de Down, que se caracteriza por retraso mental, rasgos faciales distintivos y problemas de salud congénitos; y el síndrome metabólico, que implica una serie de factores de riesgo cardiovascular como obesidad, diabetes, presión arterial alta e hiperlipidemia.

La identificación de un síndrome a menudo ayuda a los médicos a hacer un diagnóstico más preciso y a desarrollar un plan de tratamiento apropiado para el paciente.

El nervio oculomotor, también conocido como nervio III craneal, es el nervio más grande que sale directamente del cerebro. Es responsable del movimiento de los músculos extraoculares y la pupila del ojo. Las enfermedades o trastornos del nervio oculomotor pueden causar diversos síntomas visuales y motores.

Una condición médica específica que afecta al nervio oculomotor se denomina parálisis del nervio oculomotor. Esta afección se caracteriza por la debilidad o pérdida de movimiento en los músculos controlados por el nervio, lo que puede provocar diplopía (visión doble), estrabismo (ojos desalineados) y ptosis (párpado caído). Además, la parálisis del nervio oculomotor puede causar midriasis (dilatación de la pupila) e irregularidades en la respuesta a la luz.

La parálisis del nervio oculomotor puede ser el resultado de diversas condiciones, como lesiones cerebrales traumáticas, tumores cerebrales, aneurismas, infecciones, inflamaciones y enfermedades neurológicas degenerativas. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o terapia de rehabilitación.

Anomalías congénitas de corazón. Nistagmo, estrabismo. Mayor sudoración. Hipertiroidismo, hipotiroidismo. Posibles riesgos de ...
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Development 137, 2587-2596 (2010) doi:10.1242/dev.043745 Datos: Q2823332 (Enfermedades raras, Errores congénitos del ... y nistagmo. No existe tratamiento curativo, las medidas terapéuticas se basan en mejorar los síntomas.[1]​[2]​ Orphanet: ...
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