Enfermedades del nervio o núcleo oculomotor que producen debilidad o parálisis del recto superior, recto inferior, recto medio, oblicuo inferior, o músculo elevador palpebral, o trastornos de la inervación parasimpática de la pupila. Con parálisis oculomotora completa, el párpado se paralizará, el ojo estará en posición inferior y de abducción, y con marcada dilatación pupilar. Las afecciones que se asocian comúnmente incluyen neoplasias, TRAUMA CRANEOCEREBRAL, isquemia (especialmente en asociación con DIABETES MELLITUS), y compresión de un aneurisma.
El 3er par craneal. El nervio oculomotor (o motor ocular común) envía fibras motoras hacia los músculos elevadores del párpado, hacia los rectos superiores e inferiores y hacia los músculos oblicuos inferiores del ojo. También envía eferentes parasimpáticos (via el ganglio ciliar) hacia los músculos que controlan la constricción y la acomodación pupilar. Las fibras motoras se originan en los núcleos oculomotores del mesencéfalo.
Lesiones traumáticas del NERVIO OCULOMOTOR. Pueden dar lugar a disfunción en diversos movimientos oculares.
Parálisis de uno o más de los músculos oculares debido a trastornos de los músculos del ojo, de la unión neuromuscular, del tejido blando de soporte, tendones o de la inervación de los músculos.
Dilatación, mayor de 6 mm, de las pupilas que se combina con un defectos de las pupilas a contraerse cuando se estimulan con luz. Esta afección puede ocurrir por lesiones de las fibras pupilares en el nervio oculomotor, en el glaucoma agudo de ángulo cerrado, y en el SÍNDROME DE ADIE.
Cuarto nervio craneal. El nervio troclear transporta la inervación motora de los músculos oblicuos superiores del ojo.
Sexto nervio craneal, el cual se origina en el NÚCLEO DEL NERVIO ABDUCENS del PUENTE y envía fibras motoras a los músculos rectos laterales del OJO. El daño del nervio o su núcleo interrumpe el control del movimiento horizontal del ojo.
Tamaño desigual de la pupila, que puede ser producido por una variante fisiológica benigna o ser una manifestación de enfermedad. La anisocoria patológica refleja una anomalía en la musculatura del iris (ENFERMEDADES DEL IRIS) o de las vías parasimpáticas o simpáticas que inervan la pupila. La anisocoria fisiológica se refiere a una asimetría del diámetro pupilar, usualmente menor de 2 mm, que no se asocia a una enfermedad.
En el contexto médico, 'tinta' se refiere a un agente de contraste utilizado en procedimientos diagnósticos, como radiografías, para mejorar la visibilidad de los tejidos u órganos internos.
Fibras nerviosas que se proyectan desde los ganglios parasimpáticos hasta la sinapsis de los órganos diana. Las fibras parasimpáticas posganglionares utilizan la acetilcolina como transmisor. También pueden liberar péptidos cotransmisores.
Caída del párpado superior debido al desarrollo deficiente o a la parálisis del músculo elevador del párpado.
Músculos del ojo que incluyen a los musculos bulbares (extraoculares), los músculos orbiculares del ojo (párpados) y los músculos orbitales. Estos controlan al ojo y a sus estructuras circundantes.(From Dorland, 27th ed; Stedman, 25th ed)
Neoplasias benignas y malignas que surgen en uno o más de los doce nervios craneales.
Anastomosis poligonal en la base del cerebro formada por la carótida interna (ARTERIA CARÓTIDA INTERNA), las partes proximales de las arterias cerebrales anterior, media y posterior (ARTERIA CEREBRAL ANTERIOR, ARTERIA CEREBRAL MEDIA, ARTERIA CEREBRAL POSTERIOR), la arteria comunicante anterior y las arterias comunicantes posteriores.
Compresión mecánica, de causa interna o externa, de los nervios o raíces nerviosas. Ésta puede ser resultado de un bloqueo de la conducción de los impulsos nerviosos (debido a disfunción de la VAINA DE MIELINA) o de pérdida axonal. La lesión del nervio y de la vaina nerviosa puede ser producida por ISQUEMIA; INFLAMACIÓN; o por un efecto mecánico directo.
Enfermedades del sexto nervio craneal (abducens) o de su núcleo en el puente. El nervio puede estar lesionado a lo largo de su curso en el puente, intracranealmente a medida que viaja a lo largo de la base del cerebro, en el seno cavernoso, o a nivel de la fisura orbital superior u órbita. La disfunción del nervio genera debilidad del músculo recto lateral, lo que produce diplopia horizontal que es máxima cuando el ojo afectado está en abducción y ESOTROPIA. Las afecciones comunes asociadas con la lesión de este nervio incluyen HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL HIPERTENSIÓN; TRAUMA CRANEOCEREBRAL; ISQUEMIA; y NEOPLASIAS INFRATENTORIALES.
Espacio venoso de forma irregular en la duramadre, a cada lado del hueso esfenoides.
Herramientas o implementos accionados por las manos utilizados por los profesionales de la salud para la realización de tareas quirúrgicas.
Contracción de la pupila en respuesta a la estimulación por la luz de la retina. Se refiere también a cualquier reflejo en el que participa el iris, lo que produce alteración del diámetro de la pupila.
Trastornos de uno o más de los doce nervios craneales. Con la excepción de los nervios óptico y olfatorio, este incluye trastornos de los núcleos del tronco cerebral de donde se originan o terminan estos nervios craneales.
Forma de ausencia de alineación ocular en la que los ejes visuales divergen de forma no apropiada. Por ejemplo, la debilidad del músculo recto medial puede producir esta afección ya que el ojo afectado se desviará lateralmente al intentar fijar la vista hacia adelante. La extropia ocurre debido a la fuerza, no opuesta relativamente, que se ejerce sobre el ojo por el músculo recto lateral, empuja al ojo en dirección externa.
Bolsa externo anormal en la pared de los vasos sanguíneos intracraneales. Los aneurismas saculares son la variante más común y tienden a formarse en los puntos de ramificación arterial en el POLÍGONO DE WILLIS en la base del encéfalo. La rotura vascular da lugar a HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA o HEMORRAGIA INTRACRANEAL. Los aneurismas gigantes (mayores que 2,5 cm de diámetro) pueden comprimir las estructuras adyacentes, como el NERVIO OCULOMOTOR. (Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, p841).
Nervio que se origina en la médula espinal lumbar y sacra (L4 a S3) y proporciona inervación motora y sensorial a las extremidades inferiores. El nervio ciático, el cual es la continuación principal del plexo sacro, es el nervio más grande del cuerpo y presenta dos ramas principales, el NERVIO TIBIAL y el NERVIO PERONEAL.
Cirugía que se realiza en el sistema nervioso o sus partes.
Acumulación de sangre en el ESPACIO SUBDURAL con comienzo tardío de los síntomas neurológicos. Los síntomas pueden incluir pérdida de conciencia, CEFALEA intensa y deterioro del estado mental.
La abertura en el iris a través de la cual pasa la luz.
Porción densa, a modo de roca del hueso temporal que contiene el OÍDO INTERNO. El hueso petroso está localizado en la base del cráneo. Combinado con la APÓFISIS MASTOIDES se denomina porción petromastoidea del hueso temporal.
Nervios fuera del cerebro y la médula espinal, incluidos los nervios autonómicos, craneal y espinal. Los nervios periféricos contienen células no neuronales y tejidos conjuntivos así como axones. Las capas de tejidos conjuntivos incluyen, de afuera hacia dentro, el epineuro, el perineuro y el endoneuro.
Segundo nervio craneal, el cual transmite la información visual desde la RETINA hasta el cerebro. Este transporta los axones desde las CÉLULAS GANGLIONARES DE LA RETINA que se organizan en el QUIASMA ÓPTICO y continúan a través del TRACTO ÓPTICO hacia el cerebro. La mayor proyección se realiza hacia los núcleos geniculados laterales; otros objetivos incluyen a los COLÍCULOS SUPERIORES y al NÚCLEO SUPRAQUIASMÁTICO. Aunque conocido como el segundo par craneal, se considera parte del SISTEMA NERVIOSO CENTRAL.
Prolongaciones delgadas de las NEURONAS, incluyendo los AXONES y sus cubiertas gliales (VAINA DE MIELINA). Las fibras nerviosas conducen los impulsos nerviosos a y desde el SISTEMA NERVIOSO CENTRAL.
Ganglios del sistema nervioso parasimpático, incluidos los ciliares, pterigopalatino, submandibular y ótico en la región craneal y los ganglios intrínsicos (terminales) asociados con los órganos dianas en el tórax y el abdomen.
Método no invasivo para demostrar la anatomía interna basado en el principio de que los núcleos atómicos bajo un campo magnético fuerte absorben pulsos de energía de radiofrecuencia y la emiten como radioondas que pueden reconstruirse en imágenes computarizadas. El concepto incluye las técnicas tomografía del spin del protón.
Forma de meningitis bacteriana causada por el MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS o raramente el MYCOBACTERIUM BOVIS. El organismo se implanta en las meninges y forma microtuberculomas que posteriormente se rompen. El curso clínico tiende a ser subagudo, con progresiones que ocurren a lo largo de un período de varios días o más. La cefalea y la irritación meníngea puede preceder a CONVULSIONES, neuropatías craneales, déficits neurológicos focales, somnolencia y eventualmente COMA. La enfermedad puede ocurrir en individuos inmunocompetentes o como INFECCIÓN OPORTUNISTA en el SÍNDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA y en otros síndromes de inmunodeficiencia. (Traducción libre del original de: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp717-9)
Rama de la arteria carótida común la cual abastece a la parte anterior del cerebro, los ojos y sus apéndices, la frente y la nariz.
Radiografía del sistema vascular del cerebro luego de la inyección de un medio de contraste.
Separación y aislamiento de tejidos con propósitos quirúrgicos o para el análisis o estudio de sus estructuras.
Renovación o reparación fisiológica del tejido nervioso dañado.
Intervención quirúrgica para reducir la presión de un compartimiento corporal. (Dorland, 28a ed)
Interrupción de la CONDUCCIÓN NERVIOSA en los nervios periféricos o troncos nerviosos por la inyección de una solución anestésica local.(por ejemplo LIDOCAINA; FENOL; TOXINAS BOTULÍNICAS) para manejar o tratar el dolor.
Terminaciones ramificadas de las FIBRAS NERVIOSAS, sensoriales o NEURONAS motrices. Las terminaciones de las neuronas sensoriales son el comienzo de la vía aferente al SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. Las terminaciones de las neuronas motrices son las terminales de los axones en las células musculares. Las terminaciones nerviosas que liberan neurotransmisores son llamadas TERMINALES PRESINÁPTICAS.
Rama del nervio tibial que suministra inervación sensorial a partes del extremo inferior de la pierna y del pie.
Nervio principal de las extremidades superiores. En los seres humanos, las fibras del nervio mediano se originan en la médula espinal cervical inferior y torácica superior (generalmente desde C6 hasta T1) viajan a través del plexo braquial y proporcionan inervación motora y sensitiva a partes del antebrazo y las manos.
Séptimo par craneal. El nervio facial tiene dos partes, la gran raíz motora la cual puede ser denominada el nervio facial propiamente y la raíz sensitiva intermedia más pequeña. Juntos, brindan la inervación eferente a los músculos de la expresión facial y a la glándulas lagrimal y las GLÁNDULAS SALIVALES, y conducen la información aferente para el GUSTO desde los dos tercios anteriores de la LENGUA y para el TACTO desde el OÍDO EXTERNO.
Tratamiento de músculos y nervios bajo presión como resultado de lesiones por aplastamiento.
Lesiones de los NERVIOS PERIFÉRICOS.
Ramificación terminal media del nervio ciático. Las fibras nerviosas tibiales se originan en los segmentos lumbar y sacro espinal (L4 a S2). Abastecen de inervación motora y sensorial a partes de la pantorrilla y el pie.
Importante nervio de las extremidades superiores. En los seres humanos las fibras del nervio ulnar o cubital se originan en la médula espinal cervical inferior y en la torácica superior (usualmente de C7 a T1), viajan a través del cordón medial del plexo braquial y proporcionan inervación sensitiva y motora a partes de la mano y el antebrazo.
Afecciones que afectan a las ARTERIAS CARÓTIDAS, incluidas las arterias carótida común, interna y externa. La ATEROSCLEROSIS y los TRAUMATISMOS son causas relativamente frecuentes de patología de la arteria carótida.
Nervio que se origina en la médula espinal lumbar (generalmente desde L2 hasta L4) y que va a través del plexo lumbar para brindar inervación motora a los extensores del muslo e inervación sensitiva a partes del muslo, parte inferior de la pierna, el pie, y a las articulaciones de la cadera y la rodilla.

El nervio oculomotor, también conocido como nervio III craneal, es el nervio más grande que sale directamente del cerebro. Es responsable del movimiento de los músculos extraoculares y la pupila del ojo. Las enfermedades o trastornos del nervio oculomotor pueden causar diversos síntomas visuales y motores.

Una condición médica específica que afecta al nervio oculomotor se denomina parálisis del nervio oculomotor. Esta afección se caracteriza por la debilidad o pérdida de movimiento en los músculos controlados por el nervio, lo que puede provocar diplopía (visión doble), estrabismo (ojos desalineados) y ptosis (párpado caído). Además, la parálisis del nervio oculomotor puede causar midriasis (dilatación de la pupila) e irregularidades en la respuesta a la luz.

La parálisis del nervio oculomotor puede ser el resultado de diversas condiciones, como lesiones cerebrales traumáticas, tumores cerebrales, aneurismas, infecciones, inflamaciones y enfermedades neurológicas degenerativas. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o terapia de rehabilitación.

El nervio oculomotor, también conocido como nervio III, es el tercer par craneal en la nomenclatura anatómica. Es un nervio mixto, lo que significa que contiene fibras motoras somáticas, fibras viscerales efferentes y fibras sensoriales afferentes.

Las funciones principales del nervio oculomotor son la innervación de los músculos extraoculares responsables del movimiento ocular y la provisión de las vías parasimpáticas para la accomodación y la miosis. Los músculos que inerva incluyen el músculo elevador del párpado superior, el músculo recto medial, el músculo recto inferior y el músculo oblicuo inferior.

La porción parasimpática del nervio oculomotor controla la constricción de la pupila a través del ganglio ciliar y el músculo esfínter de la pupila, así como también regula la acomodación del cristalino para el enfoque cercano.

La lesión o daño en el nervio oculomotor puede causar diversos síntomas, como la ptosis (párpado caído), estrabismo (ojos desalineados), midriasis (dilatación de la pupila) y diplopía (visión doble).

El nervio oculomotor, también conocido como nervio III, es el nervio craneal más grande y controla la mayoría de los músculos que movilizan el ojo. Los traumatismos del nervio oculomotor se refieren a lesiones o daños en este nervio, usualmente causados por un trauma contundente o penetrante a la órbita del ojo.

La lesión puede resultar en diversos grados de parálisis o paresia del músculo elevador del párpado superior y los músculos que movilizan el ojo hacia adentro, arriba y abajo. Los síntomas comunes incluyen ptosis (párpado caído), estrabismo (desalineación de los ojos), diplopía (visión doble) y anisocoria (asimetría en el tamaño de las pupilas).

Los traumatismos del nervio oculomotor pueden ser completos, con la pérdida total de la función del nervio, o incompletos, con algún grado de preservación de la función. El tratamiento depende de la gravedad y la causa subyacente de la lesión, y puede incluir observación, medicamentos para manejar los síntomas o cirugía reconstructiva en casos graves.

La oftalmoplejía es un término médico que se refiere a la parálisis o paresia (debilidad) de los músculos extraoculares. Estos son los músculos responsables del movimiento de los ojos. La afección puede afectar a uno o ambos ojos y puede causar problemas para mover los ojos hacia arriba, abajo, a los lados o en cualquier dirección.

La oftalmoplejía puede ser congénita (presente desde el nacimiento) o adquirida (desarrollada más tarde en la vida). Las causas comunes de la oftalmoplejía adquirida incluyen trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple, un accidente cerebrovascular, una infección del sistema nervioso o tumores que comprimen los nervios que controlan los músculos extraoculares. También puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o drogas tóxicas.

Los síntomas de la oftalmoplejía pueden variar dependiendo de su gravedad y extensión. Pueden incluir diplopía (visión doble), estrabismo (ojos desalineados), limitación del movimiento ocular, caída del párpado (ptosis) y visión borrosa. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapia física, cirugía o cambios en los medicamentos que están causando el problema.

La midriasis es un término médico que se refiere al aumento del tamaño de la pupila, más allá de su tamaño normal y reactivo. La pupila es la abertura circular en el centro del iris, que controla la cantidad de luz que entra en el ojo. Normalmente, las pupilas se contraen (midrasis) en respuesta a la luz brillante y se dilatan (midriasis) en condiciones de poca luz.

Sin embargo, ciertas condiciones médicas o sustancias pueden causar una midriasis anormal e involuntaria, independientemente de las condiciones de iluminación. Esto puede ser el resultado de lesiones en el sistema nervioso central o periférico, trastornos neurológicos, farmacológicos (como los efectos secundarios de ciertos medicamentos), reacciones alérgicas o intoxicaciones.

La midriasis puede ser un signo clínico importante en el diagnóstico y la evaluación del estado de salud general de un paciente. Los médicos pueden utilizar diversas técnicas, como colirios con agentes midriáticos o equipos especializados para medir el tamaño de la pupila, para evaluar la midriasis y determinar su causa subyacente. El tratamiento de la midriasis dependerá de la afección subyacente que la cause y puede incluir medicamentos, terapia o intervenciones quirúrgicas en casos graves.

El nervio troclear, también conocido como nervio patético, es el cuatro de los seis nervios craneales. Se designa con la abreviatura "IV" y su nombre en latín significa "girar". Este nervio es exclusivamente motor y controla el movimiento del músculo oblicuo superior del ojo.

El nervio troclear se origina en el mesencéfalo, más concretamente en el núcleo troclear, que está situado en la parte superior de este. Después de originarse, el nervio cruza la línea media y asciende a través del espacio subdural antes de entrar en la órbita por el canal óptico. Una vez dentro de la cavidad orbitaria, el nervio se divide en varias ramas que inervan al músculo oblicuo superior del ojo.

La función principal del nervio troclear es permitir la rotación del globo ocular hacia adentro y hacia abajo, lo que nos permite mirar hacia abajo y hacia los lados mientras movemos la cabeza en dirección opuesta. Los déficits en el funcionamiento de este nervio pueden causar diplopía (visión doble) y dificultad para mantener la fijación visual durante los movimientos oculares.

El sexto par craneal, también conocido como el nervio abducente, es un nervio motor que desempeña un papel crucial en el control de los movimientos oculares. Se origina en el bulbo raquídeo en la región cervicomedular del tronco encefálico.

El nervio abducente innerva al músculo recto lateral, que es responsable de la abducción ocular, es decir, el movimiento del ojo hacia afuera desde la posición central. Los déficits en la función del nervio abducente pueden resultar en una condición llamada parálisis del sexto nervio, donde el paciente experimenta diplopia (visión doble) y strabismus (desalineación ocular).

La lesión del nervio abducens puede deberse a diversas causas, que incluyen traumatismos craneales, compresiones nerviosas por tumores o aneurismas, enfermedades infecciosas como meningitis o neuritis, y procesos degenerativos como la esclerosis múltiple.

Anisocoria es una condición médica en la que un paciente tiene diferentes tamaños de pupilas en cada ojo. La pupila es la parte negra del centro del ojo que se dilata y contrae en respuesta a la luz. Normalmente, las pupilas de ambos ojos son del mismo tamaño y se adaptan juntas a los cambios en la luz. Sin embargo, en anisocoria, una pupila puede ser más grande que la otra, incluso cuando están expuestas a la misma cantidad de luz.

La anisocoria puede ser causada por varias condiciones diferentes, algunas de las cuales son benignas y otras que pueden ser graves. Algunas de las causas más comunes incluyen lesiones oculares, glaucoma, inflamación o infección del ojo, migrañas y el uso de ciertos medicamentos. En algunos casos, la anisocoria puede ser un signo de una afección neurológica grave, como un tumor cerebral o una lesión en la cabeza.

El tratamiento para la anisocoria dependerá de la causa subyacente. Si se identifica y trata la causa subyacente, la anisocoria generalmente desaparecerá por sí sola. En algunos casos, el uso de gotas oculares que contraen la pupila puede ayudar a reducir los síntomas. Si la anisocoria es causada por una afección neurológica grave, el tratamiento puede incluir cirugía o radioterapia.

En general, la anisocoria no es una emergencia médica, pero si nota un cambio repentino en el tamaño de sus pupilas o experimenta otros síntomas como dolor de cabeza, visión doble o pérdida de visión, debe buscar atención médica inmediata.

En la terminología médica, 'tinta' generalmente se refiere a un tipo específico de tinta utilizada en el campo de la dermatología y la medicina forense. Se trata de la tinta permanente de depósito profundo, también conocida como tinta indeleble, que se utiliza en procedimientos como la dactiloscopia (impresión digital) o en tatuajes temporales con fines médicos o identificativos.

Este tipo de tinta contiene pigmentos y un vehículo (generalmente agua, alcohol o aceite) que permite su aplicación. A diferencia de las tintas comunes, las tintas permanentes están diseñadas para ser resistentes al desvanecimiento y a la eliminación, lo que garantiza la legibilidad y persistencia de las marcas durante un largo período.

En el contexto médico, la tinta se utiliza en diversas situaciones, como:

1. Marcar sitios quirúrgicos: Antes de realizar una cirugía, los profesionales médicos pueden usar tinta para marcar el área específica del cuerpo donde se realizará el procedimiento. Esto ayuda a garantizar la precisión y minimiza el riesgo de errores.
2. Dactiloscopia: La dactiloscopia es una técnica utilizada para identificar y verificar la identidad de las personas en función de sus huellas digitales. La tinta permanente se aplica sobre los pliegues cutáneos de los dedos, y luego se transfiere a un soporte (como papel o una tarjeta) para crear una impresión duradera de las huellas dactilares.
3. Medicina forense: En casos de investigación forense, la tinta permanente puede ayudar a recopilar y analizar evidencia, como rastros de sangre, semen u otros fluidos corporales, que pueden ser difíciles de ver a simple vista. La tinta se aplica sobre el área sospechosa, y luego se examina bajo luz ultravioleta o luz infrarroja para revelar la presencia de sustancias biológicas.
4. Marcado temporal de pacientes: En algunas situaciones, los profesionales médicos pueden usar tinta para marcar temporalmente a un paciente con fines de identificación o seguimiento. Por ejemplo, se puede usar tinta para indicar que un paciente ha recibido un medicamento específico o ha sido examinado por un especialista particular.

En resumen, la tinta permanente es una herramienta útil en el campo médico y forense, ya que ayuda a los profesionales a realizar procedimientos quirúrgicos con precisión, identificar y verificar la identidad de las personas, recopilar y analizar evidencia forense y marcar temporalmente a los pacientes.

En la terminología médica, las fibras parasimpáticas posganglionares se refieren a los nervios que forman parte del sistema nervioso parasimpático y se originan en los ganglios (nódulos de neuronas) ubicados near o junto a la estructura diana. Después de pasar por el ganglio, las fibras posganglionares viajan a su objetivo final para transmitir los impulsos nerviosos y desencadenar respuestas específicas.

El sistema nervioso parasimpático es una rama del sistema nervioso autónomo que controla funciones involuntarias en el cuerpo humano. Sus efectos generalmente son los opuestos a los del sistema nervioso simpático y están asociados con la conservación de energía, relajación y digestión.

Las fibras parasimpáticas posganglionares se originan en los ganglios ubicados cerca o dentro de los órganos diana, como el músculo liso intestinal, glándulas salivales y corazón. Después de pasar por estos ganglios, las fibras posganglionares viajan a su objetivo final para transmitir los impulsos nerviosos y desencadenar respuestas específicas, como la secreción de saliva, contracciones peristálticas en el intestino o disminución de la frecuencia cardíaca.

En resumen, las fibras parasimpáticas posganglionares son nervios que se originan en los ganglios cercanos a los órganos diana y transmiten impulsos nerviosos para controlar diversas funciones involuntarias relacionadas con la conservación de energía, relajación y digestión.

La blefaroptosis es una afección ocular en la que el párpado superior se encuentra caído o colgando de manera excesiva, cubriendo parcial o completamente la pupila y parte del iris. Esta condición puede afectar a uno o ambos ojos y puede ser leve o grave, dependiendo de la cantidad de párpado que cuelgue.

La blefaroptosis puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo el envejecimiento natural, lesiones, enfermedades neurológicas o musculares, y algunas veces es congénita (presente desde el nacimiento). En algunos casos, la causa puede ser desconocida.

El tratamiento para la blefaroptosis dependerá de su causa subyacente. Si la afección es leve y no interfiere significativamente con la visión o la actividad diaria, el tratamiento puede no ser necesario. Sin embargo, si la afección es grave y afecta la visión o la apariencia estética, el tratamiento generalmente implica una cirugía para reposicionar el músculo que eleva el párpado (el músculo levantador de la ceja).

En resumen, la blefaroptosis es una afección en la cual el párpado superior se encuentra caído o colgando excesivamente, lo que puede interferir con la visión y la actividad diaria. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir cirugía para reposicionar el músculo levantador del párpado.

Los músculos oculomotores, también conocidos como los músculos extraoculares, son seis pares de músculos que controlan los movimientos de los ojos. Estos músculos trabajan juntos para permitir la capacidad de ver objetos en diferentes posiciones y seguir su movimiento. Cada par de músculos está controlado por diferentes nervios craneales:

1. El músculo recto superior y el oblicuo inferior son inervados por el III par craneal (nervio oculomotor).
2. El músculo recto inferior es inervado por el III par craneal (nervio oculomotor) y el IV par craneal (nervio troclear).
3. El músculo recto medial es inervado por el III par craneal (nervio oculomotor).
4. El músculo recto lateral es inervado por el VI par craneal (nervio abducens).
5. El oblicuo superior es inervado por el IV par craneal (nervio troclear).

Estos músculos permiten una variedad de movimientos oculares, incluyendo la elevación, depresión, aducción (movimiento hacia la nariz), abducción (movimiento hacia afuera), y rotaciones laterales e internas del globo ocular. La coordinación de estos músculos es crucial para mantener una visión binocular normal y la percepción de profundidad.

Las neoplasias de los nervios craneales se refieren a tumores benignos o malignos que se desarrollan en los nervios craneales, que son los nervios que emergen directamente del tronco encefálico y la base del cráneo y suministran funciones sensoriales, motoras y autónomas a la cabeza y el cuello.

Existen doce pares de nervios craneales, numerados del I al XII. Cada uno de estos nervios puede verse afectado por neoplasias primarias o secundarias (metastásicas). Las neoplasias primarias son relativamente raras y pueden ser benignas (como schwannomas y neurinomas) o malignas (como los neurofibrosarcomas y los astrocitomas periféricos).

Las neoplasias de los nervios craneales pueden causar diversos síntomas, dependiendo del nervio afectado y la ubicación del tumor. Estos síntomas pueden incluir dolor de cabeza, debilidad o parálisis de los músculos faciales, pérdida de sensibilidad en la cara, trastornos del equilibrio y la audición, dificultad para tragar o hablar, y problemas visuales.

El tratamiento de las neoplasias de los nervios craneales depende del tipo y el tamaño del tumor, así como de su localización y la extensión de la enfermedad. La cirugía es a menudo el pilar del tratamiento, con o sin radioterapia adyuvante o quimioterapia. En algunos casos, la radioterapia o la quimioterapia pueden ser las opciones de tratamiento preferidas, especialmente si el tumor es inoperable o se ha diseminado a otras partes del cuerpo.

El círculo arterial cerebral, también conocido como polígono de Willis, es una estructura anatómica importante en el cerebro. Se trata de un círculo formado por la unión de las principales arterias que suministran sangre al encéfalo.

Este círculo está compuesto por:

* La arteria cerebral anterior, que se divide en dos ramas que se dirigen hacia atrás y hacia los lados de la cabeza.
* La arteria comunicante anterior, que conecta las dos arterias cerebrales anteriores entre sí.
* La arteria carótida interna, que se divide en dos ramas: la arteria cerebral anterior y la arteria comunicante anterior.
* La arteria comunicante posterior, que conecta la arteria cerebral posterior con la arteria basilar.
* La arteria cerebral posterior, que se dirige hacia atrás y hacia los lados de la cabeza.

El círculo arterial cerebral permite que la sangre circule por el cerebro de forma continua, incluso si una de las arterias que lo forman se obstruye o se estrecha. De esta manera, garantiza el suministro constante de oxígeno y nutrientes al tejido cerebral, lo que es fundamental para su correcto funcionamiento.

Los síndromes de compresión nerviosa, también conocidos como neuropatías por compresión o enfermedades de los túneles nerviosos, se refieren a un grupo de condiciones en las que un nervio o grupos de nervios se dañan como resultado de la compresión o presión prolongada. Esta presión puede ser causada por huesos, ligamentos, tejidos grasos o tumores que ejercen una fuerza sobre el nervio.

Los síntomas pueden variar dependiendo del nervio afectado y la gravedad de la compresión, pero generalmente incluyen dolor, entumecimiento, hormigueo, debilidad muscular o pérdida de reflejos. Algunos de los síndromes de compresión nerviosa más comunes incluyen el túnel carpiano (compresión del nervio mediano en la muñeca), la ciática (compresión del nervio ciático en la parte inferior de la espalda) y el síndrome del túnel cubital (compresión del nervio cubital en el codo).

El tratamiento puede incluir medicamentos para aliviar el dolor, fisioterapia, cambios en las actividades diarias para reducir la presión sobre el nervio y, en algunos casos, cirugía para liberar la compresión. La prevención es importante y puede incluir mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y tomar descansos frecuentes durante las actividades que involucren repetitivas acciones o posturas que puedan poner en riesgo la compresión nerviosa.

El sexto par craneal, también conocido como el nervio abducens, es un nervio motor que controla los músculos responsables de la movimiento lateral de los ojos. La enfermedad del nervio abducens se refiere a cualquier condición que dañe o interrumpa la función normal de este nervio, resultando en una dificultad para mover el ojo hacia afuera.

Esta afección médica puede presentarse de diferentes maneras, dependiendo de la causa subyacente. Los síntomas más comunes incluyen:

1. Diplopia (visión doble): debido a que el músculo lateral no funciona correctamente, los ojos pueden desalignarse, causando visión doble.
2. Estrabismo: este es el término médico para describir los ojos desalineados. Puede ser intermitente o constante, dependiendo de la gravedad de la afección del nervio abducens.
3. Dolor de cabeza: algunos pacientes pueden experimentar dolores de cabeza debido al esfuerzo excesivo por alinear los ojos y compensar la falta de movimiento lateral.
4. Inestabilidad visual: dificultad para mantener una visión estable, especialmente durante el movimiento rápido de los ojos o cabeza.

Las causas más comunes de las enfermedades del nervio abducens incluyen:

1. Neuritis (inflamación del nervio): a menudo asociada con infecciones virales, como paperas o gripe.
2. Lesión cerebral traumática (LCT): una lesión en la base del cráneo puede dañar el nervio abducens.
3. Compresión del nervio: tumores o aneurismas pueden comprimir el nervio, interrumpiendo su función.
4. Enfermedades degenerativas: esclerosis múltiple (EM), diabetes y otras enfermedades que afectan el sistema nervioso central pueden causar daño al nervio abducens.
5. Otras causas: aneurismas, hipertensión intracraneal benigna o edema cerebral pueden comprimir el nervio y provocar síntomas.

El diagnóstico de las enfermedades del nervio abducens implica una evaluación clínica completa, seguida de estudios de imagenología, como resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC), para identificar posibles causas estructurales. También se pueden realizar pruebas adicionales, como electromiogramas (EMG) y potenciales evocados visuales (PEV), para evaluar la función del nervio. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cirugía o fisioterapia.

El seno cavernoso es una estructura en forma de cavidad localizada en el cuerpo humano, más específicamente en la cabeza. Es parte del sistema venoso craneal y está situado dentro de los huesos temporales de la base del cráneo. Este seno está compuesto por espacios llenos de tejido esponjoso y se comunica con las venas oftálmicas y la vena facial.

Su función principal es drenar sangre desoxigenada desde los ojos y la nariz hacia la vena yugular interna, que lleva esta sangre de regreso al corazón. El seno cavernoso también contiene al nervio trigémino (el quinto par craneal), el cual es responsable de la sensibilidad facial y algunos músculos de la masticación.

Es importante mencionar que, debido a su proximidad con estructuras vitales como el ojo y el cerebro, el seno cavernoso puede verse afectado por diversas patologías, como infecciones, tumores o trombosis, las cuales pueden ocasionar complicaciones serias si no son tratadas adecuadamente.

Los instrumentos quirúrgicos son dispositivos especialmente diseñados y fabricados que se utilizan durante procedimientos quirúrgicos para realizar diversas funciones, como cortar, coagular, grasping (sujeción), retracción (apertura de espacios), desoclusión (despejar obstrucciones), dilatación (ampliación de orificios) y disección (separación de tejidos). Estos instrumentos son esenciales en la práctica de la cirugía y están fabricados con materiales que permiten su esterilización, como el acero inoxidable. Algunos ejemplos comunes incluyen bisturíes, tijeras, pinzas, expandidores, especulums y catéteres. El uso adecuado de los instrumentos quirúrgicos requiere entrenamiento y habilidad especializados para garantizar la seguridad y el éxito del procedimiento quirúrgico.

El reflejo pupilar, también conocido como respuesta fotomotora o reacción pupilar, es un tipo de reflejo involuntario que ocurre cuando la pupila del ojo se contrae o dilata en respuesta a los cambios en la luz. La estimulación de la retina por la luz provoca una señal nerviosa que viaja a través del nervio óptico y el haz corticotectal hasta el núcleo parasimpático del III par craneal (nervio oculomotor), lo que resulta en la constricción de la pupila. Por otro lado, la ausencia de luz o la estimulación del sistema simpático provoca la dilatación de la pupila. Esta respuesta ayuda a regular la cantidad de luz que entra en el ojo y mejora la capacidad visual. La evaluación del reflejo pupilar es una herramienta común en los exámenes neurológicos para evaluar el estado funcional de los nervios craneales y el sistema nervioso central.

Las enfermedades de los nervios craneales se refieren a un grupo de trastornos que afectan a los doce pares de nervios que emergen directamente del cerebro, también conocidos como nervios craneales. Estos nervios desempeñan diversas funciones vitales, como la conducción de señales sensoriales desde el ojo, el oído y la cara al cerebro; el control de los músculos involucrados en la movimiento de los ojos, la masticación, la deglución y los movimientos faciales; y la regulación de ciertas funciones autónomas, como la sudoración, las glándulas salivales y el tamaño de las pupilas.

Las enfermedades o afecciones que afectan a estos nervios pueden causar una variedad de síntomas, dependiendo del nervio o nervios específicos involucrados y la gravedad de la afección. Algunos ejemplos de enfermedades de los nervios craneales incluyen:

1. Neuropatía del III par craneal (nervio oculomotor): Esta afección puede causar debilidad o parálisis de los músculos que controlan el movimiento del ojo, lo que lleva a la diplopia (visión doble), ptosis (párpado caído) y estrabismo (ojos desalineados).

2. Neuropatía del IV par craneal (nervio troclear): Esta afección provoca debilidad o parálisis de los músculos que controlan el movimiento del ojo, resultando en diplopia y dificultad para mirar hacia abajo y hacia adentro con el ojo afectado.

3. Neuropatía del VI par craneal (nervio abducens): Esta afección causa debilidad o parálisis de los músculos que controlan el movimiento del ojo hacia afuera, resultando en diplopia y dificultad para mirar hacia los lados con el ojo afectado.

4. Neuropatía del VII par craneal (nervio facial): Esta afección provoca debilidad o parálisis de los músculos faciales, resultando en asimetría facial, dificultad para cerrar el ojo, pérdida del gusto y sequedad de la boca.

5. Neuropatía del VIII par craneal (nervio vestibulococlear): Esta afección puede causar pérdida auditiva, vértigo, zumbidos en los oídos e inestabilidad.

6. Neuropatía del IX y X par craneal (nervios glosofaríngeo y vago): Estas afecciones pueden provocar dificultad para tragar, hablar, sentir el sabor y experimentar dolor en la garganta y los oídos.

7. Neuropatía del XII par craneal (nervio hipogloso): Esta afección puede causar debilidad o parálisis de los músculos de la lengua, resultando en dificultad para hablar y tragar.

El tratamiento de las neuropatías craneales depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, fisioterapia, cirugía o cambios en el estilo de vida. Si experimenta síntomas de una neuropatía craneal, es importante buscar atención médica lo antes posible para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La exotropía es un tipo de estrabismo, que es una condición ocular donde los ojos no están alineados correctamente. Más específicamente, la exotropía se refiere a cuando uno o ambos ojos desvían hacia afuera, mirando hacia fuera o lateralmente, en lugar de estar centrados y mirando hacia adelante. Esta condición puede ser intermitente o constante y puede variar en gravedad.

La exotropía a menudo se nota por primera vez en la infancia y puede estar presente desde el nacimiento o desarrollarse más tarde en la vida. Los síntomas pueden incluir visión doble, confusión visual, fatiga ocular, dolores de cabeza y dificultad para mantener la atención en objetos cercanos o lejanos.

El tratamiento de la exotropía generalmente implica el uso de gafas, parches o ejercicios oculares para fortalecer los músculos oculares y ayudar a alinear los ojos. En casos más graves, la cirugía puede ser necesaria para corregir el problema de alineación de los ojos. El objetivo del tratamiento es mejorar la alineación ocular, prevenir complicaciones como ambliopía (ojo vago) y preservar la visión en ambos ojos.

Un aneurisma intracraneal es una dilatación localizada y focal de un vaso sanguíneo en el cerebro, que se produce como consecuencia de una debilidad en la pared del vaso. Esta dilatación puede ir aumentando de tamaño con el paso del tiempo, lo que incrementa el riesgo de rotura y hemorragia cerebral. Los aneurismas intracraneales suelen presentarse en las arterias cerebrales situadas en la base del cerebro.

La ruptura de un aneurisma intracraneal puede dar lugar a una hemorragia subaracnoidea, que es una acumulación de sangre en el espacio entre las membranas que rodean el cerebro. Esta situación representa una emergencia médica y requiere tratamiento inmediato, ya que puede provocar graves daños cerebrales o incluso la muerte.

Los factores de riesgo asociados con el desarrollo de aneurismas intracraneales incluyen la hipertensión arterial, el tabaquismo, las enfermedades cardiovasculares, las lesiones craneanas y los antecedentes familiares de aneurismas. Algunos aneurismas pueden no presentar síntomas hasta que se rompen, mientras que otros pueden causar dolores de cabeza, visión doble o alteraciones en la consciencia. El diagnóstico se realiza mediante técnicas de imagen como la angiografía por resonancia magnética (ARM) o la angiografía por catéter.

El tratamiento de los aneurismas intracraneales puede incluir cirugía abierta para clipar el aneurisma y evitar que se rompa, o endovascular, mediante la colocación de un stent o espiral metálico dentro del vaso sanguíneo para reforzar su pared. La elección del tratamiento dependerá del tamaño, la localización y la forma del aneurisma, así como de las condiciones médicas generales del paciente.

El nervio ciático, en términos médicos, es el nervio más largo y grande del cuerpo humano. Se origina en la región lumbar de la columna vertebral a partir de los segmentos nerviosos L4 a S3 (es decir, las raíces nerviosas de las vértebras lumbares 4, 5 y sacras 1-3). El nervio ciático se compone de dos divisiones principales: la división posterior (formada por el nervio tibial y el nervio fibular profundo o peroneo) y la división anterior (que contiene ramas cutáneas y articulares).

Este nervio desciende por la parte posterior del muslo, pasando entre los músculos isquiotibiales y luego se divide en dos partes: el nervio tibial y el nervio fibular profundo o peroneo. El nervio tibial continúa su curso hacia la pantorrilla e inerva los músculos de la pierna y el pie, así como también proporciona sensibilidad a la planta del pie y la mayor parte de los dedos. Por otro lado, el nervio fibular profundo o peroneo se distribuye en los músculos anterolaterales de la pierna y el dorsal del pie, brindando inervación motora y sensibilidad a la región lateral del pie y los dedos laterales.

El nervio ciático es responsable de la inervación sensorial y motora de partes importantes de la extremidad inferior, como la pierna, la pantorrilla, el tobillo, el empeine y la mayor parte del pie. La irritación o compresión de este nervio puede causar dolor, entumecimiento, debilidad muscular e incluso pérdida de reflejos en las áreas inervadas, lo que se conoce como ciatalgia o neuralgia ciática.

Los procedimientos neuroquirúrgicos se refieren a los métodos quirúrgicos utilizados para tratar condiciones y enfermedades del sistema nervioso, que incluye el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Estos procedimientos son realizados por neurocirujanos, médicos especializados en el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las afecciones del sistema nervioso.

Algunos ejemplos de procedimientos neuroquirúrgicos incluyen:

1. Cirugía de la columna vertebral: utilizada para tratar problemas en la columna, como hernias discales, estenosis espinal y tumores.

2. Descompresión craneal: se realiza para aliviar la presión sobre el cerebro debido a un hematoma, tumor u otra causa.

3. Cirugía de Parkinson: utilizada para tratar los síntomas del Parkinson avanzado, como temblores y rigidez.

4. Cirugía de la epilepsia: se realiza para controlar las convulsiones incontrolables que no responden a otros tratamientos.

5. Cirugía vascular cerebral: utilizada para tratar aneurismas cerebrales y malformaciones arteriovenosas (MAV).

6. Tratamiento quirúrgico de tumores cerebrales: se realiza para extirpar o reducir la presión de los tumores cerebrales benignos o malignos.

7. Cirugía de la neuralgia del trigémino: utilizada para aliviar el dolor facial intenso asociado con esta afección.

8. Estimulación cerebral profunda: se utiliza para tratar una variedad de condiciones, como enfermedad de Parkinson, distonía y trastornos del movimiento.

9. Cirugía de la esclerosis múltiple: utilizada para aliviar los síntomas de esta afección crónica del sistema nervioso central.

10. Cirugía de columna vertebral: se realiza para tratar diversas afecciones de la columna vertebral, como hernias discales y estenosis espinal.

Un hematoma subdural crónico es una acumulación de sangre (hematoma) en el espacio entre la duramadre, que es la membrana externa que recubre el cerebro, y el cerebro mismo. Este espacio se denomina espacio subdural. La palabra "crónico" se refiere a un proceso que ha estado ocurriendo durante un período de tiempo prolongado, en este caso, generalmente se define como más de 21 días.

Los hematomas subdurales crónicos suelen ser el resultado de lesiones cerebrales traumáticas menores, especialmente en personas mayores o individuos con problemas de coagulación sanguínea. Después de la lesión, se produce una pequeña cantidad de sangrado entre la duramadre y el cerebro. A medida que la sangre se descompone, puede formarse tejido cicatricial (membrana) alrededor del hematoma. Con el tiempo, esta membrana puede comenzar a producir líquido cerebroespinal, lo que hace que el hematoma aumente de tamaño lentamente y provoque una presión adicional sobre el cerebro.

Los síntomas de un hematoma subdural crónico pueden variar ampliamente, dependiendo del tamaño y la ubicación del hematoma. Pueden incluir dolores de cabeza persistentes, mareos, confusión, debilidad en un lado del cuerpo, convulsiones, problemas de equilibrio, cambios en el comportamiento o personalidad, y, en casos graves, coma o incluso la muerte. El tratamiento puede incluir cirugía para drenar el hematoma y aliviar la presión sobre el cerebro, seguida de rehabilitación para ayudar a restaurar las funciones neurológicas perdidas.

La pupila es el orificio circular situado en el centro del iris, la parte coloreada del ojo, que regula el tamaño y permite el paso de la luz a través del interior del ojo. La pupila se dilata (aumenta de tamaño) en condiciones de poca luz para permitir que entre más luz y se contrae (disminuye de tamaño) en condiciones de mucha luz para reducir la cantidad de luz que entra. Este proceso se denomina miosis (contracción de la pupila) e hiposis (dilatación de la pupila). La respuesta de la pupila a la luz y a la proximidad de objetos cercanos al ojo se controla mediante el sistema nervioso parasimpático y simpático, respectivamente.

El hueso petroso es un término utilizado en anatomía para referirse a una porción robusta y compacta del hueso temporal localizada en la base de cráneo. Su nombre proviene del latín "petrosus" que significa "piedra-como", refiriéndose a su naturaleza dura y resistente.

Este hueso desempeña un rol importante en la protección de varias estructuras vitales del cráneo. Contribuye a formar el conducto auditivo interno y ayuda a proteger al cerebro. También proporciona inserción para varios músculos, incluyendo algunos involucrados en la masticación.

El hueso petroso se divide en tres partes: la parte posterior o tronco petroso, la parte lateral o ala petrosa y la parte anterior o techo de la cavidad glenoide. Cada una de estas partes tiene funciones específicas y está involucrada en diferentes articulaciones y estructuras anatómicas.

En resumen, el hueso petroso es un componente crucial del cráneo humano, brindando protección, soporte y punto de inserción para músculos y ligamentos importantes.

Los nervios periféricos son parte del sistema nervioso periférico y se encargan de conectar el sistema nervioso central (el cerebro y la médula espinal) con el resto del cuerpo. Se componen de fibras nerviosas, vainas de mielina y tejido conectivo que transmiten señales eléctricas entre el sistema nervioso central y los órganos sensoriales, las glándulas y los músculos esqueléticos. Los nervios periféricos se clasifican en nervios sensitivos (que transportan información sensorial al sistema nervioso central), nervios motores (que transmiten señales para controlar el movimiento muscular) y nervios autónomos (que regulan las funciones involuntarias del cuerpo, como la frecuencia cardíaca, la digestión y la respiración). Los daños o trastornos en los nervios periféricos pueden causar diversos síntomas, como entumecimiento, hormigueo, dolor, debilidad muscular o pérdida de reflejos.

El nervio óptico es la segunda neurona (un tipo de célula nerviosa) en la vía visual y se encarga de transmitir los estímulos visuales desde los fotorreceptores presentes en la retina hasta el cerebro. Es responsable de transferir la información visual captada por nuestros ojos al centro de procesamiento visual del cerebro, conocido como corteza cerebral primaria o corteza visual primaria.

El nervio óptico está formado por aproximadamente un millón de fibras nerviosas (axones de las neuronas ganglionares de la retina) agrupadas en haces, rodeadas por tejido conectivo y revestidas por una capa de mielina que permite un rápido y eficiente transporte de señales eléctricas. Este nervio se origina en la parte posterior de cada ojo, en un área conocida como papila o disco óptico, donde no hay fotorreceptores (conos y bastones), por lo que produce un punto ciego en nuestro campo visual.

Después de salir del globo ocular, el nervio óptico se dirige hacia atrás para formar parte del sistema nervioso central. En humanos, los dos nervios ópticos se cruzan parcialmente en una región del cerebro llamada quiasma óptico, lo que permite a cada hemisferio cerebral procesar información visual de ambos lados del campo visual. Luego, las fibras nerviosas continúan hacia el tracto óptico y se dirigen a la parte posterior del tálamo (núcleo geniculado lateral), donde ocurre una segunda sinapsis antes de que los estímulos visuales se transmitan a la corteza cerebral primaria.

La integridad anatómica y funcional del nervio óptico es fundamental para mantener una visión normal, ya que cualquier daño o enfermedad que afecte este nervio puede provocar diversos déficits visuales, como pérdida de agudeza visual, alteraciones en el campo visual y deficiencias en la percepción del color. Algunas de las condiciones que pueden dañar el nervio óptico incluyen glaucoma, neuropatía óptica isquémica anterior (NOIA), esclerosis múltiple, neuritis óptica y traumatismos craneales.

Las fibras nerviosas, en términos médicos, se refieren a las prolongaciones citoplasmáticas de los neuronios (células nerviosas) que transmiten señales químicas o eléctricas. Estas fibrras son conductos para el impulso nervioso, también conocido como potencial de acción.

Hay dos tipos principales de fibras nerviosas: mielínicas y amielínicas. Las fibras nerviosas mielínicas están recubiertas por una capa aislante llamada mielina, formada por glía (células de soporte de los tejidos nerviosos). Este revestimiento permite que la señal eléctrica salte de gap a gap (un proceso conocido como conducción saltatoria), lo que hace que estas fibras sean más rápidas en la transmisión del impulso nervioso.

Por otro lado, las fibras nerviosas amielínicas no poseen este recubrimiento de mielina, por lo que su velocidad de conducción es mucho más lenta. Aunque sean más lentas, todavía desempeñan funciones vitales en nuestro sistema nervioso, especialmente en lo que respecta a los sentidos discriminativos, como la percepción del tacto fino y la propiocepción (conciencia de la posición y el movimiento del cuerpo).

Los daños o trastornos en las fibras nerviosas pueden dar lugar a diversas condiciones médicas, desde entumecimientos y hormigueos hasta parálisis completa. Esto puede ser resultado de diversos factores, como lesiones traumáticas, enfermedades degenerativas o trastornos metabólicos.

Los ganglios parasimpáticos son parte del sistema nervioso autónomo, específicamente del componente parasimpático. Se trata de pequeños cúmulos de neuronas que se encuentran a lo largo del sistema nervioso periférico. Su función principal es controlar las respuestas involuntarias del cuerpo encaminadas hacia el reposo, la relajación y la digestión.

Existen dos principales grupos de ganglios parasimpáticos: los ganglios craneales y los ganglios sacros. Los ganglios craneales se ubican en la cabeza y el cuello, y están conectados directamente a los nervios craneales. Por otro lado, los ganglios sacros se localizan en la parte inferior de la columna vertebral y se relacionan con los nervios sacros.

Las fibras preganglionares (que se originan en el sistema nervioso central) se unen a las postganglionares (que inervan los órganos diana) en estos ganglios, transmitiendo señales que desencadenan diversas acciones, como la disminución de la frecuencia cardiaca, la relajación de los músculos lisos y la estimulación de las glándulas secretorias. Todo esto contribuye a mantener el equilibrio interno del organismo y a regular procesos vitales como la digestión, la excreción y la reproducción.

La Imagen por Resonancia Magnética (IRM) es una técnica de diagnóstico médico no invasiva que utiliza un campo magnético potente, radiaciones ionizantes no dañinas y ondas de radio para crear imágenes detalladas de las estructuras internas del cuerpo. Este procedimiento médico permite obtener vistas en diferentes planos y con excelente contraste entre los tejidos blandos, lo que facilita la identificación de tumores y otras lesiones.

Durante un examen de IRM, el paciente se introduce en un túnel o tubo grande y estrecho donde se encuentra con un potente campo magnético. Las ondas de radio se envían a través del cuerpo, provocando que los átomos de hidrógeno presentes en las células humanas emitan señales de radiofrecuencia. Estas señales son captadas por antenas especializadas y procesadas por un ordenador para generar imágenes detalladas de los tejidos internos.

La IRM se utiliza ampliamente en la práctica clínica para evaluar diversas condiciones médicas, como enfermedades del cerebro y la columna vertebral, trastornos musculoesqueléticos, enfermedades cardiovasculares, tumores y cánceres, entre otras afecciones. Es una herramienta valiosa para el diagnóstico, planificación del tratamiento y seguimiento de la evolución de las enfermedades.

La tuberculosis meníngea es una forma grave de tuberculosis que involucra la membrana protectora del cerebro y la médula espinal, conocida como meninges. Se produce cuando Mycobacterium tuberculosis, el bacilo que causa la tuberculosis, se disemina a través del torrente sanguíneo desde un foco infeccioso en otro lugar del cuerpo, como los pulmones, y llega a las meninges.

Los síntomas de la tuberculosis meníngea pueden incluir dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello, fiebre, sudoración nocturna, sensibilidad a la luz, confusión, convulsiones y, en casos graves, coma. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio, como análisis de líquido cefalorraquídeo (LCR) y cultivo de M. tuberculosis, así como estudios de imagenología, como resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) de la cabeza.

El tratamiento de la tuberculosis meníngea implica la administración de múltiples antibióticos antituberculosos durante un período prolongado, típicamente de 9 a 12 meses. Los medicamentos más comunes utilizados incluyen isoniacida, rifampicina, etambutol y pirazinamida. En algunos casos, especialmente en pacientes con síntomas graves o complicaciones, se puede considerar la administración de corticosteroides para reducir la inflamación y prevenir daños adicionales al cerebro. La intervención quirúrgica también puede ser necesaria en casos raros donde hay acumulación de líquido o pus en el cerebro, lo que se conoce como hidrocefalia o absceso cerebral.

La tuberculosis meníngea es una afección grave y potencialmente mortal, especialmente en países en desarrollo y en personas con sistemas inmunológicos debilitados. La prevención es clave para reducir el riesgo de infección y enfermedad, lo que implica la vacunación contra la tuberculosis, el diagnóstico y tratamiento oportunos de las infecciones latentes y la mejora de las condiciones socioeconómicas y sanitarias en las poblaciones vulnerables.

La arteria carótida interna es una arteria importante en el cuello y el cerebro. Se origina en la bifurcación de la arteria carótida común, que a su vez se deriva de la aorta archi-cerebral. La arteria carótida interna suministra sangre oxigenada al cerebro, el ojo y la glándula timo. Se divide en varias ramas que proporcionan irrigación sanguínea a diferentes partes del cerebro y la cabeza. La obstrucción o el estrechamiento de esta arteria pueden causar accidentes cerebrovasculares, lo que puede resultar en síntomas neurológicos graves o incluso la muerte.

La angiografía cerebral es un procedimiento diagnóstico que utiliza rayos X y una sustancia de contraste para producir imágenes detalladas de los vasos sanguíneos en el cerebro. Durante el procedimiento, un agente de contraste se inyecta en la arteria principal del cuello, lo que permite que los vasos sanguíneos del cerebro se visualicen claramente en las radiografías.

Este procedimiento se utiliza a menudo para identificar anomalías en los vasos sanguíneos del cerebro, como aneurismas, estenosis (estrechamiento), oclusión (obstrucción) y malformaciones vasculares. También se puede usar para planificar tratamientos endovasculares, como la colocación de stents o la embolización de aneurismas.

La angiografía cerebral generalmente se realiza en un hospital o centro médico especializado y requiere la administración de anestesia local. Después del procedimiento, es posible que sea necesario permanecer en observación durante unas horas para asegurarse de que no haya complicaciones. Las complicaciones graves son poco frecuentes pero pueden incluir reacciones al agente de contraste, sangrado excesivo, infección o daño a los vasos sanguíneos.

En la terminología médica, una disección se refiere al proceso de separar o dividir tejidos u órganos dentro del cuerpo. Puede ser intencional, como en el caso de una cirugía para explorar, inspeccionar o corregir un problema de salud; o puede ser un evento no deseado y potencialmente peligroso, como en la disección espontánea de los vasos sanguíneos, que es una complicación rara pero grave de ciertas afecciones médicas.

En el contexto de la anatomía o la patología, una disección también puede referirse al proceso metódico y detallado de examinar un cadáver o un órgano para estudiar su estructura y función. Esto implica cortar y separar los tejidos con precisión para revelar las relaciones entre diferentes partes del cuerpo.

En resumen, la palabra "disección" se utiliza en el lenguaje médico para describir una variedad de situaciones en las que se divide o separa tejido u órganos, ya sea como parte de un procedimiento quirúrgico intencional, una complicación patológica o un método de estudio anatómico.

La regeneración nerviosa es un proceso biológico en el que los axones dañados o seccionados de un nervio pueden volver a crecer y restablecer la conectividad con las células diana. Después de una lesión nerviosa, los procesos citoplasmáticos dentro del axón, llamados neuroblastos, comienzan a multiplicarse y formar nuevos extremos en crecimiento. Estos nuevos brotes axonales crecen hacia adelante, reinnervando gradualmente las células musculares o sensoriales previamente inervadas por el nervio dañado.

La velocidad y la eficacia de esta regeneración pueden variar dependiendo del tipo de nervio afectado, la gravedad de la lesión y varios factores ambientales y moleculares que influyen en el proceso de crecimiento axonal. La regeneración nerviosa completa puede resultar en la restauración funcional parcial o total después de una lesión nerviosa, aunque en algunos casos persisten déficits neurológicos significativos.

Es importante destacar que no todos los tipos de células nerviosas tienen la capacidad de regenerarse por sí mismas. Por ejemplo, las neuronas del sistema nervioso central (SNC), como las del cerebro y la médula espinal, generalmente tienen una capacidad limitada para regenerar sus axones después de una lesión. Este hecho contrasta con las neuronas del sistema nervioso periférico (SNP), que poseen una mayor capacidad intrínseca para regenerarse.

La descompresión quirúrgica es un procedimiento médico que se utiliza para aliviar la presión sobre los tejidos, nervios o vasos sanguíneos comprimidos en el cuerpo. Esta situación de presión excesiva puede ser causada por diversas afecciones, como hernias discales, tumores, inflamaciones o infecciones.

En el caso de una hernia discal, por ejemplo, el disco intervertebral sobresale y comprime la raíz nerviosa adyacente, lo que provoca dolor, entumecimiento o debilidad en un área específica del cuerpo. La descompresión quirúrgica en esta situación implica la extracción parcial o total del disco herniado para liberar la presión sobre el nervio afectado.

Otros ejemplos de descompresión quirúrgica incluyen la craneotomía decompressiva utilizada en el tratamiento de tumores cerebrales o hemorragias subaracnoideas, donde se abre el cráneo para aliviar la presión intracraneal y facilitar la cirugía del tumor o la reparación de vasos sanguíneos dañados.

En resumen, la descompresión quirúrgica es una intervención médica que tiene como objetivo reducir la presión sobre tejidos u órganos afectados por diversas patologías, con el fin de mejorar los síntomas y preservar o restaurar la función normal.

Un bloqueo nervioso es un procedimiento médico en el que se inyecta un anestésico local alrededor de un nervio específico para bloquear la transmisión de señales de dolor a el cerebro. También puede contener otros medicamentos, como corticosteroides o agentes neurolyticos, que pueden ayudar a prolongar el efecto del bloqueo.

Existen diferentes tipos de bloqueos nerviosos, dependiendo de la ubicación y el propósito del procedimiento. Algunos ejemplos incluyen bloqueos nerviosos para el control del dolor crónico o agudo, bloqueos nerviosos regionales para la anestesia durante una cirugía o procedimiento médico, y bloqueos nerviosos diagnósticos para ayudar a identificar el origen de un dolor específico.

El éxito del bloqueo nervioso depende de varios factores, como la habilidad del médico que realiza el procedimiento, la ubicación y el tamaño del nervio, y la causa subyacente del dolor. Los riesgos asociados con los bloqueos nerviosos incluyen reacciones alérgicas a los medicamentos utilizados, daño nervioso temporal o permanente, infección, sangrado y hematoma.

Antes de realizar un bloqueo nervioso, se realiza una evaluación cuidadosa del paciente para determinar si es un candidato adecuado para el procedimiento. Esto puede incluir una historia clínica completa, un examen físico y pruebas diagnósticas adicionales, como radiografías o resonancias magnéticas. Después del procedimiento, se monitorea al paciente cuidadosamente para detectar cualquier complicación y garantizar una recuperación segura.

En términos médicos, las terminaciones nerviosas se refieren a la parte final de los axones de los nervios periféricos. Estas estructuras sensoriales especializadas transmiten información sensorial al sistema nervioso central desde diversos receptores localizados en la piel, mucosas, órganos internos y músculos esqueléticos.

Existen diferentes tipos de terminaciones nerviosas, entre las que se incluyen:

1. Terminaciones libres: Son ramificaciones terminales simples sin envoltura de mielina ni capa de células de Schwann. Se encuentran en la piel y son responsables de la transmisión del dolor, la temperatura y el tacto ligero.

2. Terminaciones encapsuladas: Están rodeadas por una o más capas de células de Schwann y pueden ser clasificadas en varios subtipos, como los corpúsculos de Pacini, Ruffini, Meissner y Krause. Cada uno de estos tipos está adaptado a detectar diferentes tipos de estimulación, como la vibración, la presión o el cambio de temperatura.

3. Terminaciones nerviosas musculares: Se encuentran en los músculos esqueléticos y son responsables de la transmisión de señales relacionadas con el movimiento y la postura. Estos incluyen las terminaciones neuromusculares, que forman sinapsis con fibras musculares individuales, y los husos neuromusculares, que detectan la tensión y el estiramiento del músculo.

Las alteraciones en las terminaciones nerviosas pueden dar lugar a diversas patologías, como neuropatías periféricas, pérdida de sensibilidad o dolor crónico.

El nervio sural es un nervio mixto (motor y sensitivo) que se origina como una rama común del tibial y el fibular comunicante (peroneo). Se encuentra en la parte posterior de la pierna. La porción sensitiva del nervio proporciona inervación a la piel sobre la parte lateral de la pantorrilla y la región lateral de la parte inferior de la pierna, incluyendo el maléolo lateral. La porción motora inerva al músculo gemelo lateral y al músculo sóleo, desempeñando un papel en la flexión dorsal del pie y la eversión. El nervio sural también se utiliza a menudo como fuente de tejido para realizar biopsias nerviosas.

El nervio mediano es un importante nervio mientérico y somático en el cuerpo humano, que desempeña un papel crucial en la inervación sensorial y motora de varias partes del cuerpo.

Se origina a partir del fascículo lateral del plexo branquial en el cuello y desciende a través del brazo hasta la mano. En el brazo, el nervio mediano proporciona inervación motora a los músculos pronadores redondos y cubitales anteriores, así como al músculo flexor superficial de los dedos y al músculo flexor largo del pulgar.

En la mano, el nervio mediano inerva sensorialmente la piel de la palma lateral, la parte palmar de los tres primeros dígitos y la mitad lateral del cuarto dedo, así como también una pequeña porción de la piel en la muñeca. Además, el nervio mediano es responsable de la función motora fina de los músculos intrínsecos de la mano, lo que permite la oposición del pulgar y la pinza pulgar-índice.

La lesión o la compresión del nervio mediano pueden causar diversos síntomas, como debilidad muscular, entumecimiento, hormigueo o dolor en las áreas inervadas por el nervio. Un ejemplo común de una lesión del nervio mediano es el síndrome del túnel carpiano, que se produce cuando el nervio se comprime en el túnel carpiano de la muñeca.

El nervio facial, también conocido como el séptimo par craneal, es un nervio mixto (conducta fibras motores y sensoriales) que desempeña un papel vital en la función del rostro humano. Las funciones motoras principales del nervio facial incluyen la inervación de los músculos de la expresión facial, los músculos de la masticación accesorios y el músculo estilogloso en la lengua.

Además de sus funciones motoras, el nervio facial también contiene fibras sensoriales que proporcionan información sobre la sensibilidad gustativa de la parte anterior de dos tercios de la lengua. También transporta las señales parasimpáticas responsables de la secreción de las glándulas salivales y lacrimales en la cara.

El nervio facial emerge del tronco cerebral a nivel del bulbo raquídeo y se distribuye a través de varias ramas que inervan diferentes regiones de la cabeza y el cuello. La lesión o daño en este nervio puede causar diversos déficits, como parálisis facial, pérdida del gusto y sequedad de los ojos y la boca.

La compresión nerviosa, también conocida como neuropatía por compresión o síndrome de pinzamiento, se refiere a la presión excesiva e irritación sobre un nervio, lo que causa dolor, entumecimiento, hormigueo o debilidad en el área del cuerpo donde el nervio está dañado. La compresión nerviosa puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo lesiones, hinchazón, tumores, hernias discales, artritis y posturas o movimientos repetitivos que ejercen presión sobre los nervios.

El tratamiento para la compresión nerviosa depende de la gravedad y la causa subyacente del problema. En algunos casos, el descanso, la fisioterapia o la modificación de las actividades pueden aliviar los síntomas. Sin embargo, en otros casos, puede ser necesario un tratamiento más invasivo, como medicamentos, inyecciones de esteroides o cirugía para reducir la presión sobre el nervio y aliviar los síntomas.

Si experimenta síntomas persistentes de compresión nerviosa, es importante buscar atención médica para determinar la causa subyacente y desarrollar un plan de tratamiento adecuado. El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno pueden ayudar a prevenir daños permanentes al nervio y reducir el riesgo de complicaciones a largo plazo.

Los traumatismos de los nervios periféricos se refieren a lesiones físicas directas o indirectas que dañan la estructura y la función de los nervios fuera del sistema nervioso central (es decir, el cerebro y la médula espinal). Estos nervios, conocidos como nervios periféricos, transmiten señales entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo.

Los traumatismos de los nervios periféricos pueden ser causados por una variedad de eventos, incluyendo:

1. Contusiones o moretones: Lesiones directas que comprimen o magullan los nervios.
2. Laceraciones o cortes: Heridas que cortan o seccionan los nervios.
3. Estrangulación o compresión: Presión excesiva sobre un nervio, como por el uso prolongado de equipo restrictivo o por tumores.
4. Luxaciones o esguinces: Lesiones en las articulaciones que pueden dañar los nervios circundantes.
5. Estiramiento excesivo o tracción: Forzar un nervio más allá de su longitud normal, como durante accidentes de tránsito o caídas.
6. Descompresión quirúrgica: Lesiones iatrogénicas (causadas por el médico) durante procedimientos quirúrgicos que involucran los nervios periféricos.

Los síntomas de un traumatismo del nervio periférico dependen de la gravedad y la ubicación de la lesión, pero pueden incluir:

1. Dolor o sensaciones anormales en el área afectada.
2. Entumecimiento o adormecimiento.
3. Debilidad muscular o parálisis.
4. Pérdida de reflejos tendinosos profundos.
5. Atrofia muscular (pérdida de masa muscular) con el tiempo.

El tratamiento de un traumatismo del nervio periférico depende de la gravedad y la causa subyacente de la lesión. Puede incluir:

1. Inmovilización o inmovilización para reducir la tensión en el nervio.
2. Analgésicos o antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar el dolor y la hinchazón.
3. Fisioterapia o terapia ocupacional para ayudar a mantener la fuerza y la movilidad.
4. Cirugía para reparar el nervio dañado, especialmente en casos graves o cuando hay una pérdida de función importante.
5. Terapia del dolor para tratar el dolor crónico asociado con lesiones nerviosas.

El nervio tibial es una rama terminal del nervio ciático que provee inervación a los músculos de la pierna posterior y parte inferior de la pantorrilla, así como también a la planta del pie. Este nervio controla los movimientos de flexión dorsal y plantar del pie, además de la inversión y eversión. También es responsable de la sensibilidad en la mayor parte de la planta del pie, excepto para la zona que está inervada por el nervio plantar lateral. El nervio tibial desciende por detrás de la rodilla, pasando a través del compartimento posterior de la pierna hasta dividirse en dos ramas terminales: el nervio plantar medial y el nervio plantar lateral, en la región del tobillo.

El nervio cubital, también conocido como nervio ulnar, es un nervio periférico que se origina en el plexo braquial en el cuello y desciende a lo largo del brazo hasta la mano. Este nervio es responsable de la inervación de los músculos flexores en la parte interior del antebrazo y los pequeños músculos intrínsecos de la mano que controlan los movimientos finos de los dedos. Además, el nervio cubital suministra sensibilidad a la piel en la mitad medial de la palma de la mano, la parte inferior de los anteúltimo y meñique, y la región hipotenar del dorso de la mano. La lesión o compresión del nervio cubital puede causar debilidad muscular y trastornos sensoriales en las áreas inervadas, como el síndrome del túnel cubital o la parálisis del manguito querático.

Las enfermedades de las arterias carótidas se refieren a condiciones médicas que involucran el estrechamiento o bloqueo de las arterias carótidas, las principales vías de suministro de sangre al cerebro. Estas arterias corren a lo largo de cada lado del cuello y se dividen en ramas más pequeñas que suministran sangre al rostro, el cuero cabelludo y el cerebro.

La causa más común de las enfermedades de las arterias carótidas es la aterosclerosis, un proceso en el cual se acumulan depósitos grasos, colesterol, calcio y otras sustancias en la pared interna de las arterias. Con el tiempo, estos depósitos, llamados placa, pueden endurecerse y engrosarse, reduciendo el flujo sanguíneo a través de la arteria o incluso bloqueándola por completo.

Existen dos enfermedades principales de las arterias carótidas: estenosis carotidea y disección carotidea.

1. Estenosis carotidea: Se trata del estrechamiento o bloqueo de la arteria carótida, generalmente causado por la aterosclerosis. La estenosis carotidea puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) o ataque isquémico transitorio (AIT), especialmente si partes importantes del cerebro no reciben suficiente sangre. Los síntomas de la estenosis carótida pueden incluir debilidad o entumecimiento en el rostro, los brazos o las piernas; dificultad para hablar o comprender el lenguaje; problemas de visión, como visión doble o pérdida de visión en un ojo; y dolores de cabeza.

2. Disección carotidea: Es una condición en la que se produce un desgarro en la capa interna de la arteria carótida, lo que permite que la sangre se acumule entre las capas internas y externas de la pared arterial. La disección carotidea puede restringir el flujo sanguíneo o incluso provocar un ACV. Los síntomas pueden incluir dolor de cuello intenso, mareos, desmayos, visión doble, dificultad para hablar o tragar, y entumecimiento o debilidad en la cara, los brazos o las piernas.

El tratamiento de las enfermedades de las arterias carótidas depende de su gravedad y del riesgo de accidente cerebrovascular. Puede incluir medicamentos para controlar los factores de riesgo, como la presión arterial alta y el colesterol alto, o procedimientos quirúrgicos, como endarterectomía carotidea o stenting carotideo, para abrir o mantener abierta la arteria. La rehabilitación y los cambios en el estilo de vida también pueden ser importantes para prevenir complicaciones y promover la salud cardiovascular general.

El nervio femoral, también conocido como nervio crural, es el mayor nervio que suministra inervación a los músculos anteriores del muslo y a la piel que cubre themuslo y la región anterior de la rodilla. Se origina en el paquete femoral (una zona de la pelvis donde pasan varios vasos sanguíneos y nervios) a partir de las ramas anteriores de los nervios lumbar L2, L3 y L4.

El nervio femoral desciende por la parte anterior del músculo psoas mayor y, una vez que sale por debajo de este músculo, entra en el triángulo de Scarpa (una región anatómica del muslo) donde se divide en varias ramas. Estas ramas incluyen:

1. Rama muscular: innerva al músculo sartorio, cuádriceps femoral y a los músculos aductores medios.
2. Rama cutánea anterior: proporciona sensibilidad a la piel de la región anteromedial del muslo y la región anterior de la rodilla (porción interna de la parte delantera de la rodilla).
3. Rama articular: inerva las articulaciones de la cadera y la rodilla.

El nervio femoral es esencial para la función motora y sensorial en la región anterior del muslo y la rodilla, y su lesión o daño puede causar debilidad muscular, pérdida de sensibilidad y otros problemas funcionales en la extremidad inferior.

El nervio oculomotor, nervio motor ocular común (M.O.C.) o III par craneal es un nervio craneal. Tiene una función motora y ... y su función es básicamente el movimiento del globo ocular junto con el nervio troclear y nervio abducens. El nervio oculomotor ... Nervio Nervio facial Sistema nervioso periférico Tejido nervioso Quemestesis Wilson-Pauwels, Linda (2003). Nervios craneales: ... El nervio oculomotor sale sobre la superficie anterior del mesencéfalo. Se dirige hacia delante entre las arterias cerebral ...
II Nervio óptico. Exclusivamente sensorial, transporta la información visual desde el ojo al encéfalo. III Nervio oculomotor. ... nervio axilar, nervio musculocutáneo, nervio radial, nervio mediano, nervio cubital. Plexo lumbar: nervio iliohipogástrico, ... Plexo sacro: nervio del obturador interno, nervio pudendo, nervio del cuadrado femoral, nervio glúteo superior, nervio glúteo ... nervio ilioinguinal, nervio genitofemoral, nervio cutáneo femoral lateral, nervio obturador, nervio femoral. ...
Nervio olfatorio (1). Nervio óptico (2). Nervio oculomotor (3) o nervio motor ocular común. Nervio troclear (4) o nervio ... Nervio trigémino (5). Nervio abducens (6) o nervio motor ocular externo. Nervio facial (7) o nervio intermediofacial. Nervio ... Nervio vago (10) o nervio cardioneumogastroentérico. Nervio accesorio (11). Nervio hipogloso (12). Datos: Q334143 Multimedia: ... El nervio glosofaríngeo (también, IX par craneal) es un nervio mixto (sensitivo y motor) que emerge del bulbo raquídeo del ...
Está inervado por la rama superior del nervio oculomotor. En el párpado superior existe también un pequeño músculo de fibra ...
... por parálisis del nervio oculomotor[3]​ (III par craneal). Ptosis mecánica: por compresión causada por edema o hematoma ... Trigémino oculomotor que ataña los músculos elevadores del párpado y los de la masticación. Se muestra la ptosis acompañada a ...
De los siete de nervios craneales, estos son los que tienen componentes somáticos: 1. El Nervio Oculomotor ocular común que ... 4. El Nervio Abducens externo que mueve el músculo recto del ojo. 5. El Nervio Facial mueve los músculos de la cara. 6. El ... 2. El Nervio Patético Troclear mueve el músculo oblicuo mayor del ojo. 3. El Nervio Trigémino mueve el maxilar inferior y otros ... El sistema nervioso somático está compuesto por treinta y un nervios que emergen de la médula espinal y siete de los nervios ...
... nervios craneales nervio oculomotor nervio óptico ojo visión Bisaria KK. Cavernous portion of the trochlear nerve with special ... El nervio troclear (del latín trochlea, polea, también llamado nervio patético o IV par craneal) es un nervio craneal pequeño ... donde se une con los otros dos nervios extraoculares (III y VI), la arteria carótida interna, y las porciones del nervio ... El núcleo del nervio troclear se encuentra en el mesencéfalo caudal bajo el acueducto cerebral. Está inmediatamente por debajo ...
Nervio olfatorio (I) Nervio óptico (II) Nervio oculomotor (III) o nervio motor ocular común . Nervio troclear (IV) o nervio ... Nervio trigémino (V) Nervio abducens (VI) o nervio motor ocular externo. Nervio facial (VII) o nervio intermediofacial. Nervio ... Nervio glosofaríngeo (IX) Nervio vago (X) o nervio cardioneumogastroentérico. Nervio accesorio (XI) Datos: Q319577 Multimedia: ... El nervio hipogloso (también, nervio hipogloso mayor o XII par craneal) es un nervio craneano que se encarga especialmente de ...
Describió el nervio óptico para ver y el nervio oculomotor para los movimientos oculares. A través de su disección del ojo, ... El análisis de los nervios del cráneo le permitió diferenciar entre nervios y vasos sanguíneos y descubrir las diferencias ... Creía que los nervios sensoriales y motores salían disparados del cerebro y que las transmisiones neuronales se producían por ... Profundizó en la red de nervios situada en el cráneo. Herófilo estaba particularmente interesado en el ojo. ...
Nervio olfatorio (I) Nervio óptico (II) Nervio oculomotor (III) o nervio motor ocular común . Nervio troclear (IV) o nervio ... Nervio trigémino (V) Nervio abducens (VI) o nervio motor ocular externo. Nervio facial (VII) o nervio intermediofacial. Nervio ... El nervio accesorio, nervio espinal accesorio o nervio accesorio espinal es el undécimo par craneal. Es un nervio motor que ... Nervio glosofaríngeo (IX) Nervio vago (X) o nervio cardioneumogastroentérico. Nervio hipogloso (XII) Datos: Q271987 Multimedia ...
El contenido de la fosa interpeduncular incluye el nervio oculomotor y el círculo de Willis. La fosa interpeduncular se ...
La inervación del recto inferior viene dado por el III nervio craneal, llamado nervio oculomotor. El recto inferior del ojo es ... Después de separarse del resto de los músculos rectos, el recto inferior sigue de atrás adelante por debajo del nervio óptico, ... uno de varios músculos del ojo inervado por el III nervio craneal. La única arteria que provee irrigación sanguínea a la órbita ...
La inervación del recto superior viene dado por el III nervio craneal, llamado nervio oculomotor. El recto superior del ojo es ... Las fibras del músculo tiene relación con el nervio frontal, con fibras del oblicuo mayor, varias arterias y venas y, por ... debajo, con el nervio óptico. Al final de su recorrido, el músculo recto superior termina en un tendón aplanado que se inserta ... uno de varios músculos del ojo inervado por el III nervio craneal. La única arteria que provee irrigación sanguínea a la órbita ...
La inervación del recto interno viene dado por el III nervio craneal, llamado nervio oculomotor. El recto interno es uno de los ... Sus haces externos tienen relación con el nervio óptico, del que está separado por el tejido adiposo de la órbita. Las fibras ... músculos inervado por el III nervio craneal. La única arteria que provee irrigación sanguínea a la órbita es la arteria ...
Está inervado por el nervio oculomotor patético o también llamado nervio troclear. 6. Músculo oblicuo inferior del ojo: Se ... Está inervado por el nervio oculomotor externo, también llamado nervio abducens. 5. Músculo oblicuo superior del ojo: Se ... Existe un conjunto de nervios que recogen la sensibilidad de la fosa orbitaria. El nervio trigémino es un nervio sensible que ... Está inervado por el nervio oculomotor común. 3. Recto medial (o interno): Se inserta por la parte anterior en la esclerótica, ...
Contiene el núcleo de origen para los nervios craneales III (nervio oculomotor) y IV (nervio troclear). Un movimiento lateral ... En la base de cada pedúnculo cerebral se encuentra el origen del nervio oculomotor (par III craneal).[4]​ Rostralmente a la ... Por otra parte, una afección en el núcleo parasimpático accesorio del nervio oculomotor provoca que la pupila se encuentre ... Los núcleos oculomotor y troclear pueden verse afectados. Si ocurre en el núcleo oculomotor puede afectar al músculo elevador ...
Esto recibe el nombre de hernia y puede dar midriasis debido a que presiona el nervio oculomotor. La hernia tentorial es un ...
Surco oculomotor, surco del nervio oculomotor, surco medial del pedúnculo cerebral, surco medial de los pedúnculos cerebrales, ... proporciona conexión a las fibras del nervio glosofaríngeo, el nervio vago y el nervio accesorio. Surco medio posterior del ... Surco longitudinal de la cara medial de la parte ventral del pedúnculo cerebral que aloja al nervio oculomotor. Surco medio del ... el nervio facial y el nervio vestibulococlear. Surco lateral posterior del bulbo raquídeo, surco dorsolateral del bulbo ...
Nervio óptico (II) Nervio oculomotor (III) o nervio motor ocular común. Nervio troclear (IV) o nervio patético. Nervio ... Nervio facial (VII) o nervio intermediofacial. Nervio vestibulococlear (VIII) o nervio auditivo o estatoacústico. Nervio ... El nervio vago (del lat. nervus vagus) o nervio neumogástrico es el décimo de los doce pares craneales (nervios craneales). ... Toda esta información es controlada y gestionada por un nervio craneal conocido como nervio vago. El nervio vago suministra ...
... los aneurismas más comunes son los de la arteria comunicante anterior y pueden provocar parálisis del nervio oculomotor.[3]​ El ... Presenta ramas hacia el quiasma óptico, el nervio motor ocular común, el tálamo, el hipotálamo y la cola del núcleo caudado.[1 ...
Los nervios craneales se afectan en el 2 % de los casos (oculomotor, troclear, facial y acústico). La afectación del sistema ...
... específicamente activando el músculo recto interno del ojo a través del nervio oculomotor. Otro camino (no mostrado en la ... Una vía se proyecta directamente al músculo recto externo del ojo a través del nervio abducens.Otra vía nerviosa se proyecta ... Allí se proyectan y estimulan el músculo recto externo del ojo izquierdo por el nervio abducens. En adición, las interneuronas ... el núcleo del nervio abducens por las neuronas internucleares del abducens o interneuronas del abducens al núcleo oculomotor, ...
Los axones pregangliónicos del núcleo de Edinger-Westphal viajan por el nervio oculomotor y forman sinapsis con las células. ... Los axones posgangliónicos se ejecutan en los nervios ciliares cortos e inervan dos músculos de los ojos: El músculo esfínter ... Un traumatismo en la órbita puede dañar los nervios ciliares cortos. Cualquier cosa que denervase al ganglio ciliar produce una ...
Oculomotor).[1]​ IV par craneal, nervio troclear o patético.[1]​ V-1 o primera rama del trigémino, llamada nervio oftálmico, y ... Entre los nervios podemos encontrar cuatro pares craneales y una porción simpática: III par craneal o nervio motor ocular común ... por donde pasan numerosos nervios (N. troclear, N. abducens, N. lagrimal, N. oculomotor, N. nasociliar, N. frontal) y la vena ...
Los resultados anormales indican daños en el oído interno, en el nervio auditivo o el oculomotor, o en otras partes del cerebro ... cuando se estimula el oído interno y los nervios circundantes al verter agua caliente (o tibia) y fría en el conducto auditivo ... la electricidad emitida por los nervios de la retina cuando el sujeto mira a una luz destellante. La prueba se realiza en ... que transforma los sonidos en señales eléctricas estimulando en nervio auditivo. Este tratamiento ha dado buenos resultados en ...
... del nervio oculomotor, CN III), el núcleo troclear (del nervio troclear, CN IV) y el núcleo motor ocular externo (del nervio ... Conecta los núcleos del nervio oculomotor (CN III), el nervio troclear (CN IV) y el nervio motor ocular externo (CN VI).[2]​ ... El fascículo longitudinal medial es la principal conexión central para el nervio oculomotor, el nervio troclear y el nervio ... Contiene el núcleo intersticial de Cajal, responsable del control oculomotor, la postura de la cabeza y el movimiento ocular ...
... entre ellos el nervio motor ocular común, nervio facial, nervio vago y nervio glosofaringeo, también en los nervios pélvicos ... Fibras que recorren el motor ocular común u oculomotor (III par craneal). Los núcleos nerviosos están dentro de la sustancia ... Aparato gastrointestinal: La inervación parasimpática del intestino discurre por el nervio vago y los nervios sacros de la ... Está integrado por varios nervios que nacen del encéfalo y otros que surgen de la médula espinal a nivel de las raíces sacras ...
Desde la zona lateral de la fosa, emerge el nervio oculomotor (III), el cual se dirige anteriormente entre las arterias ...
... el nervio oculomotor. Transcurre de manera oblicua, justo por debajo del músculo recto superior y el oblicuo superior hasta ... El nervio nasal produce las siguientes ramas: Nervio etmoidal posterior Nervios ciliares largos Nervio infratroclear Rama larga ... Nervio nasociliar en relación con los nervios del septum nasal. Nervios de la órbita, vista superior. El nasociliar por debajo ... el nervio frontal y el nervio lagrimal y se ubica más profundamente que los otros dos. El nervio nasociliar entra la órbita ...
Se caracteriza por parálisis ipsilateral del nervio oculomotor, hemiparesia, temblor y coreoatetosis como consecuencia de ... una parálisis ipsilateral del nervio oculomotor, incluyendo dilatación de la pupila, ya que también se ve afectada la vía ... lesión en el nervio oculomotor, núcleo rojo del mesencéfalo, tracto espinotalámico y lemnisco medial. Está relacionado con el ...

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