Tumores o cánceres del OJO.
El órgano de la vista constituido por un par de órganos globulares compuestas de una estructura más o menos esférica de tres capas especializada para recibir y responder a la luz.
Enfermedades que afectan a los ojos.
Movimientos oculares voluntarios o controlados por reflejos.
Tumores o cáncer del PÁNCREAS. Según los tipos de CÉLULAS DE LOS ISLOTES PANCREÁTICOS presentes en los tumores, pueden secretarse varias hormonas: GLUCAGÓN de las CÉLULAS SECRETORAS DE GLUCAGÓN, INSULINA de las CÉLULAS SECRETORAS DE INSULINA y SOMATOSTATINA de las CÉLULAS SECRETORAS DE SOMATOSTATINA. La mayoria son malignos, excepto los tumores productores de insulina (INSULINOMA).
Crecimiento anormal y nuevo de tejido. Las neoplasias malignas muestran un mayor grado de anaplasia y tienen la propiedad de invasión y metástasis, comparados con las neoplasias benignas.
Daño o trauma causado al ojo por medios externos. El concepto incluye tanto las lesiones superficiales como las intraoculares.
Neoplasias que contienen formaciones semejantes a quistes o que producen mucina o suero.
Sequedad de la córnea y de la conjuntiva debido a la producción deficiente de lágrimas, que se presenta predominantemente en mujeres menopáusicas y post-menopáusicas. La queratitis filamentaria o la erosión del epitelio de la córnea pueden ser producidas por estos trastornos. Puede existir sensación de la presencia de un cuerpo extraño en el ojo y sensación quemante.
Tumores o cánceres de la PIEL.
Dos o más crecimientos anormales de tejidos que ocurren simultáneamente y que se suponen tener origenes apartadas. Las neoplasias pueden ser histológicamente las mismas o diferentes y pueden encontrarse en el mismo sitio o en sitios diferentes.
Ausencia congénita o defectos en las estructuras del ojo; también puede ser hereditaria.
Lesión de cualquier parte del ojo por calor extremo, agentes químicos, o radiación ultravioleta.
Remoción quirúrgica del globo del ojo dejando intactos los músculos oculares y el resto del contenido orbital.
Tumores o cánceres del RIÑÓN.
Crecimientos anormales de tejido que siguen a una neoplasia previa pero que no son una metástasis de ésta. La segunda neoplasia puede tener el mismo o diferente tipo histológico y puede ocurrir en los mismos o diferentes órganos que la neoplasia previa pero en todos los casos surgen a partir de un evento oncogénico independiente. El desarrollo de la segunda neoplasia puede o no relacionarse con el tratamiento para la neoplasia prévia ya que el riesgo genético o los factores predisponentes pueden ser en realidad la causa.
Color del iris.
Adenocarcinoma que produce mucina en cantidad importante. (Dorland, 28a ed)
Tumores o cánceres de la GLÁNDULA TIROIDES.
Afecciones que causan proliferación de tejidos con actividad hematopoyética o de tejidos que poseen potencial embrionario hematopoyético. Todas ellas producen alteraciones en la regulación de las CÉLULAS PROGENITORAS MIELOIDES, muy frecuentemente por causa de una mutación en la PROTEINA TIROSINA QUINASA JAK2.
Centros para almacenamiento de diferentes partes del ojo para uso futuro.
ADN presente en el tejido neoplásico.
Tumores o cánceres del PULMÓN.
Tumores o cánceres de la GLÁNDULA PAROTIDA.
Neoplasia histológicamente benigna derivada de epitelio glandular en la que se forman acumulaciones quísticas de secreciones retenidas; en algunos casos, partes considerables de la neoplasia e incluso toda la masa pueden ser quísticas. (Stedman, 25a ed)
Neoplasias que se desarrollan a partir de alguna estructura del tejido conectivo y subcutáneo. El concepto no se refiere a las neoplasias localizadas en el tejido conectivo o blando.
Neoplasias asociados a la proliferación de un único clon de CÉLULAS PLASMÁTICAS y caracterizados por la secreción de PARAPROTEÍNAS.
Tumores o cánceres del APÉNDICE.
Tumores o cánceres de HÍGADO.
Localización histoquímica de sustancias inmunorreactivas mediante el uso de anticuerpos marcados como reactivos.
Tumor multilocular con epitelio secretor de mucina. Se encuentra más a menudo en el ovario, pero se puede encontrar también en el páncreas, la apéndice, y raramente, en el retroperitoneo y en la vejiga urinaria. Se considera que tiene un potencial de malignidad de grado bajo.
Tumores o cáncer del OVARIO. Estos tumores pueden ser benignos o malignos. Se clasifican según el tejido de origen, como el EPITELIO superficial, las células endocrinas del estroma y las CÉLULAS GERMINATIVAS totipotentes.
La claridad o nitidez de la VISIÓN OCULAR o la capacidad del ojo para ver detalles finos. La agudeza visual depende de las funciones de la RETINA, la transmisión neuronal, y la capacidad interpretativa del cerebro. La agudeza visual normal se expresa como 20/20 que indica que se puede ver a 20 pies lo que normalmente debería ser visto a esa distancia. La agudeza visual también puede ser influenciada por el brillo, el color y el contraste.
Tumores o cánceres de las GLÁNDULAS ENDOCRINAS.
Tumores o cáncer del TRACTO GASTROINTESTINAL, desde la BOCA al CANAL ANAL.
Crecimiento anormal muevo inducido experimentalmente de TEJIDOS en animales para proporcionar modelos para el estudio de neoplasias humanas.
Carcinoma que se origina en los CONDUCTOS PANCREÁTICOS. Representa la mayor parte de los tumores malignos del PÁNCREAS.
Neoplasias compuestas por tejido vascular. Este concepto no se refiere a neoplasias localizadas en los vasos sanguíneos.
Procesos y propiedades del OJO como un todo o de cualquiera de sus partes.
Tumores o cánceres de la NARIZ.
Órgano sensible a la luz de los ARTRÓPODOS constituido por un gran número de omatidios, cada uno de los cuales funciona como una unidad fotorreceptora independiente.
Tumores o cánceres de las GLÁNDULAS SALIVALES.
Dispositivos personales para protección de los ojos contra impacto, objetos, encandilamiento, líquidos o radiación dañosa.
Tumores, cánceres o otras neoplasias producidas por la exposición a radiaciones ionizantes o no ionizantes.
Adenocarcinoma que contiene procesos digitiformes de tejido conectivo vascular cubierto por un epitelio neoplásico, que se proyecta dentro de los quistes o de la cavidades de glándulas o folículos; aparece más frecuentemente en el ovario y en el tiroides. (Stedman, 25a ed)
Neoplasia maligna caracterizada por la formación de numerosas proyecciones digitales irregulares de estroma fibroso cubierto por una capa superficial de células epiteliales neoplásicas. (Stedman, 25a ed)
Tumores o cánceres del TESTÍCULO. Tumores de células germinales (GERMINOMA) del testículo constituyen el 95 por ciento de las neoplasias testiculares.
Neoplasias compuestas por tejido muscular: esquelético, cardíaco o liso. El concepto no se refiere a las neoplasias localizadas en los músculos.
Neoplasias compuestas por tejido glandular, agregado de células epiteliales que elaboran secreciones, y de cualquier tipo de epitelio. El concepto no se refiere a neoplasias localizadas en las diversas glándulas o en el tejido epitelial.
Tumor epitelial benigno con organización glandular.
Tumor quístico o semisólido maligno que ocurre con mayor frecuencia en el ovario. Raramente es sólido. Este tumor puede desarrollar un cistoadenoma mucinoso, o puede ser maligno al inicio. Los quistes están recubiertos por células epiteliales columnares altas; en otros, el epitelio está constituido por muchas capas de células que han perdido totalmente su estructura. En los tumores más indiferenciados, se pueden ver capas y nidos de células tumorales que recuerdan muy poco a la estructura de las células que los originaron.
Neoplasias de cualquier tipo u origen, que ocurren en el entramado del tejido conectivo extraesquelético del organismo incluidos los órganos de la locomoción y las diversas estructuras componentes, como son los nervios, vasos sanguíneos, linfáticos, etc.
Proteínas que en las expresiones anormales (ganancia o pérdida)se asocian al desarrollo, crecimiento o progresión de las NEOPLASIAS. Algunas proteínas de neoplasias son ANTÍGENOS DE NEOPLASIAS, es decir, inducen una reacción inmune en su tumor. Muchas proteínas de neoplasias han sido caracterizadas y se utilizan como marcadores tumorales (MARCADORES BIOLÓGICOS DE TUMOR), cuando son detectables en células y líquidos corporales en el control de la presencia o crecimiento de tumores. La expresión anormal de PROTEÍNAS ONCOGÉNICAS está implicada en la transformación neoplásica, mientras que la pérdida de la expresión de las PROTEÍNAS SUPRESORAS DE TUMOR están relacionadas con la pérdida del control y progresión del crecimiento de la neoplasia.
Neoplasias localizadas en la sangre y en los tejidos que la forman (médula ósea y tejido linfático). Las formas más comunes son los diversos tipos de LEUCEMIA, o LINFOMA, y las formas progresivas y que ponen en peligro la vida de los SÍNDROMES MIELODISPLÁSTICOS.
Tumores o cánceres del ÚTERO.
Tumores o cánceres de los INTESTINOS.
Métodos que tratan de expresar en términos reproducibles la extensión de las neoplasias en pacientes.
Neoplasias compuestas por tejido sebáceo o por glándulas sudoríparas o por tejido de otros apéndices cutáneos. El concepto no se refiere a neoplasias localizadas en las glándulas sebáceas o sudoríparas o en otros apéndices cutáneos.
Neoplasias localizadas en el sistema vascular, como ARTERIAS y VENAS. Se diferencian de las NEOPLASIAS DE TEJIDO VASCULAR, como el ANGIOFIBROMA o HEMANGIOMA.
Término general de diversas neoplasias del tejido linfoide.
Es la décima membrana de tejido nervioso del ojo. Se continúa con el NERVIO ÓPTICO, recibe las imágenes de los objetos externos y transmite los impulsos visuales hacia el cerebro. Su superficie exterior se encuentra en contacto con la COROIDES y su superficie interna con el CUERPO VÍTREO. La capa más externa es pigmentada, en tanto las nueve capas internas son transparentes.
Neoplasias de las glándulas sudoríparas son crecimientos anormales y generalmente no funcionales que se originan en las glándulas sudoríparas, variando en su potencial para la progresión local o a distancia.
Tumores o cánceres localizados en el tejido óseo o en HUESOS específicos.
Tumores o cánceres del PALADAR, incluidos aquellos del paladar duro, paladar blando y ÚVULA.
Neoplasias compuestas de más de un tipo de tejido neoplásico.
Componentes de proteínas, glicoproteínas, o lipoproteínas que se encuentran en la superficie de las células tumorales que son usualmente identificados por anticuerpos monoclonales. Muchos de ellos son de origen embrionario o viral.
Tumores o cánceres de la MANDÍBULA.
Neoplasia maligna derivada de epitelio glandular con formación de acumulaciones quísticas de secreciones retenidas; las células neoplásicas manifiestan grados variables de anaplasia e invasividad, y hay extensión local y metástasis; los cistoadenocarcinomas son frecuentes en los ovarios, donde se reconocen tipos seudomucinosos y serosos. (Stedman, 25a ed)
Tumores o cánceres de los CONDUCTOS BILIARES.
Capacidad de las neoplasias de infiltrar y destruir activamente al tejido circundante.
La presión exercida por los fluidos en el ojo.
Lesiones intraoculares profundas perforantes o punzantes.
Tumores o cánceres del TIMO.
Enfermedades del perro doméstico (Canis familiaris). Este término no incluye a enfermedades de los perros salvajes, LOBOS, ZORROS y otros Canidae para los que CARNIVOROS es usado.
Tumores o cánceres del BAZO.
Soluciones estériles que están destinados para la instilación en el ojo. No incluye de limpieza de anteojos o SOLUCIONES PARA LENTES DE CONTACTO.
Tumores en cualquier parte del corazón. Incluyen los tumores primarios y los tumores metastásicos en el corazón. Su interferencia con las funciones cardiacas normales puede causar una amplia variedad de síntomas como INSUFICIENCIA CARDIACA, ARRITMIAS CARDÍACAS o EMBOLIA.
Tumor quístico del ovario que contiene líquido seroso transparente y amarillo, y cantidad variable de tejido sólido, con potencial maligno varias veces superior al del CISTOADENOMA MUCINOSO. (Dorland, 28a ed)
Cáncer o tumores del MAXILAR o mandíbula superior.
Tumores o cánceres del COLON.
Objetos inanimados que puedan estar encerrado en el ojo.
Métodos y procedimientos para registrar los MOVIMIENTOS OCULARES.
Posicionamiento y acomodación de los ojos que permite que la imagen sea traída a su lugar en la FOVEA CENTRAL de cada ojo.
Los dos tercios posteriores del ojo que incluye a la membrana hialoidea anterior y a todas las estructuras ópticas detrás de él: HUMOR VÍTREO; RETINA; COROIDES y NERVIO ÓPTICO.
Enfermedad ocular, que se presenta en muchas formas, su característica fundamental es el incremento inestable o mantenido de la presión intraocular que el ojo no puede soportar sin que se dañen sus estructuras o se afecte su función. Las consecuencias del incremento de la presión pueden manifestarse a través de un conjunto de síntomas, dependiendo del tipo y severidad, entre ellos, excavación del disco óptico, dureza del globo ocular, anestesia corneal, reducción de la agudeza visual, visión de un halo de colores alrededor de las luces, trastornos en la adaptación a la oscuridad, defectos en el campo visual, y cefaleas.
Sustancia semigelatinosa transparente que llena la cavidad que está detras del CRISTALINO y que está delante de la RETINA. Está contenida dentro de una fina membrana hiode y constituye alrededor de 4/5 partes del globo ocular.
Productos moleculares metabolizados y segregados por el tejido neoplásico y que se caracterizan bioquímicamente en células o líquidos corporales. Son indicadores de la etapa del tumor y de su grado, así como utiles para monitorear la respuesta al tratamiento y para predecir las recurrencias. Muchos grupos químicos están representados, entre los que se incluyen hormonas, antígenos, aminoácidos y ácidos nucleicos, enzimas, poliaminas, y proteínas y lípidos específicos de las membranas celulares.
Túnica externa blanca, opaca y fibrosa del globo ocular, que lo cubre completamente, con excepción del segmento cubierto anteriormente por la córnea. Esencialmente es avascular pero contiene aperturas para el paso de vasos, linfáticos y nervios. Recibe los tendones para la inserción de los músculos extraoculares y contiene, en la unión corneoescleral, el seno venoso de la esclera [anteriormente denominado canal de Schlemm]. (Traducción libre del original: Cline et al., Dictionary of Visual Science, 4th ed)
Tumores o cánceres de la glándula anal.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Neoplasias compuestas por CÉLULAS GERMINALES de las GÓNADAS o por elementos de las capas germinales del EMBRIÓN DE MAMÍFERO. El concepto no se refiere a las neoplasias localizadas en las gónadas o presentes en el embrión o el FETO.
Neoplasias localizadas en la médula ósea. Se diferencian de las neoplasias compuestas por células de la médula ósea, como el MIELOMA MÚLTIPLE. La mayor parte de las neoplasias de la médula ósea son metastásicas.
Procesos neoplásicos benignos y malignos que surgen en las meninges o que secundariamente involucran a las cubiertas meníngeas del cerebro y de la médula espinal.
Neoplasias compuestas por tejido adiposo o conectivo constituidas por adipocitos en una malla de tejido areolar. El concepto no se refiere a las neoplasias localizadas en el tejido adiposo.
Infección, de moderada a severa, causada por bacterias, hongos o virus que se presenta en la superficie externa del ojo o intraocularmente con probable inflamación, dificultad visual o ceguera.
Tumores o cánceres del COLON o del RECTO o de ambos. Los factores de riesgo para el cáncer colorrectal incluyen la COLITIS ULCEROSA crónica, poliposis familiar del colon, exposición a ASBESTO y la irradiación del CUELLO UTERINO.
Distancia entre los polos anterior y posterior del ojo, medido por ULTRASONOGRAFÍA o por interferometría de coherencia parcial.
Tumores o cánceres del DUODENO.
Espacio del ojo, lleno de humor acuoso, limitado anteriormente por la córnea y una pequeña porción de la esclera y posteriormente por una pequeña porción del cuerpo ciliar, el iris, y aquella parte del lente cristalino que se presenta a través de la pupila.
Error de refracción en el que los rayos luminosos que entran en el OJO paralelos al eje óptico, son enfocados por delante de la RETINA, cuando la acomodación (ACOMODACIÓN OCULAR) está relajada. Esto es consecuencia de una CÓRNEA muy curvada o de un globo del ojo demasiado largo de la frente hacia atrás. Esto también se llama vista corta.
Tumores o cánceres de la CORTEZA SUPRARRENAL.
Tumores o cánceres de la BOCA.
Tumorses o cánceres del MEDIASTINO.
Tumores o cánceres de la LENGUA.
Tumores o cáncer en el ILEON región del intestino delgado (INTESTINO DELGADO)
Neoplasias de la órbita ósea y de su contenido con excepción del globo ocular.

Neoplasia es un término general que se refiere al crecimiento celular anormal o a la formación de un tumor. Cuando se utiliza en relación con el ojo, "neoplasias del ojo" se refiere a los diversos tipos de tumores que pueden desarrollarse en cualquier parte del ojo o sus estructuras adyacentes. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias del ojo se clasifican según la parte específica del ojo en la que se originan. Algunos ejemplos comunes de neoplasias oculares incluyen:

1. Nevo: Un tumor benigno formado por células pigmentadas llamadas melanocitos. Puede desarrollarse en la conjuntiva (membrana que recubre el exterior del ojo) o en la úvea (la capa media del ojo, compuesta por iris, cuerpo ciliar y coroides).

2. Melanoma uveal: Un tumor maligno que se origina en los melanocitos de la úvea. Es el tipo más común de cáncer primario del ojo en adultos.

3. Retinoblastoma: Un cáncer agresivo y raro que afecta a las células fotorreceptoras de la retina, especialmente en niños menores de 5 años. Puede ser hereditario o esporádico (ocurre sin antecedentes familiares).

4. Linfoma intraocular: Un tipo raro de cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos y afecta al humor vítreo o a la úvea.

5. Carcinoma de células escamosas: Un tumor maligno que se desarrolla a partir de las células epiteliales que recubren la superficie del ojo, como la conjuntiva.

6. Hemangioma: Un tumor benigno compuesto por vasos sanguíneos anormales que puede crecer en el iris, el cuerpo ciliar o la coroides. En raras ocasiones, puede volverse maligno y transformarse en un hemangiosarcoma.

El tratamiento de los tumores oculares depende del tipo, tamaño, localización y grado de malignidad. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, termoterapia o terapias dirigidas específicas para el tipo de cáncer. La detección temprana y la atención médica especializada pueden mejorar significativamente los resultados del tratamiento y preservar la visión en la medida de lo posible.

El ojo, también conocido como glóbulo ocular, es el órgano sensorial responsable de la recepción y procesamiento de estímulos visuales en humanos y animales. Se compone de varias partes que trabajan juntas para permitir la visión:

1. La córnea: es la parte transparente y externa del ojo que protege el interior y ayuda a enfocar la luz.
2. El iris: es el anillo de color alrededor de la pupila que regula la cantidad de luz que entra en el ojo, dilatándose o contraiéndose.
3. La pupila: es la abertura negra en el centro del iris a través de la cual la luz entra en el ojo.
4. El cristalino: es una lente biconvexa situada detrás de la pupila que ayuda a enfocar la luz en la retina.
5. La retina: es la membrana interna del ojo donde se encuentran los fotorreceptores (conos y bastones) que convierten la luz en impulsos nerviosos.
6. El nervio óptico: es el haz de fibras nerviosas que transmite los impulsos nerviosos desde la retina al cerebro, donde se interpretan como imágenes visuales.
7. El humor acuoso y el humor vítreo: son líquidos claros que llenan diferentes partes del ojo y ayudan a mantener su forma y función.

La salud ocular es fundamental para una buena visión y calidad de vida, por lo que es importante someterse a exámenes oftalmológicos regulares y proteger los ojos de lesiones y enfermedades.

Las oftalmopatías se refieren a enfermedades o trastornos que afectan los músculos, nervios y tejidos circundantes del ojo. Pueden causar problemas en el movimiento ocular, la apariencia de los ojos y la función visual. Un ejemplo común de oftalmopatía es la enfermedad de Graves, que a menudo provoca inflamación e hinchazón de los músculos oculares y el tejido graso alrededor de los ojos. Otros síntomas pueden incluir sequedad ocular, dolor, visión doble y enrojecimiento. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la afección y puede incluir medicamentos, terapia o cirugía.

Los Movimientos Oculares, también conocidos como MO, son movimientos involuntarios y voluntarios de los ojos que nos permiten enfocar, seguir y explorar visualmente estímulos en nuestro campo visual. Estos movimientos pueden ser categorizados en dos tipos básicos: Movimientos Sacádicos y Movimientos Lissajous.

Los Movimientos Sacádicos son rápidos, balísticos y se producen en direcciones variables para centrar la fijación de la mirada en un objetivo específico. Por lo general, duran alrededor de 20 a 100 milisegundos y pueden alcanzar velocidades de hasta 900 grados por segundo.

Por otro lado, los Movimientos Lissajous, también llamados Movimientos Suaves o Drift, son lentos y continuos, y ocurren cuando el ojo se desplaza sin un objetivo específico. Estos movimientos ayudan a mantener la imagen enfocada en la fóvea, la parte central de la retina responsable de la visión más aguda.

Los trastornos en los movimientos oculares pueden estar asociados con diversas condiciones neurológicas y oftalmológicas, como la enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, lesiones cerebrales traumáticas o parálisis oculomotora. La evaluación de los movimientos oculares puede ser útil en el diagnóstico y monitoreo de estas afecciones.

Las neoplasias pancreáticas se refieren a crecimientos anormales y no controlados de células en el páncreas, que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos no suelen ser mortales, pero si siguen creciendo, pueden causar problemas debido a la presión física que ejercen sobre los órganos cercanos.

Por otro lado, las neoplasias malignas, también conocidas como cáncer de páncreas, son muy graves y potencialmente letales. El cáncer de páncreas se divide en dos tipos principales: adenocarcinoma exocrino y tumores neuroendocrinos pancreáticos (TNE). El adenocarcinoma exocrino es el tipo más común y representa alrededor del 90% de todos los cánceres de páncreas. Se origina en las glándulas que producen los jugos digestivos. Los TNE, por otro lado, se desarrollan en las células productoras de hormonas del páncreas y suelen crecer más lentamente que el adenocarcinoma exocrino.

El cáncer de páncreas es una enfermedad muy agresiva y difícil de detectar en sus etapas iniciales, lo que hace que el pronóstico sea generalmente malo. Los factores de riesgo incluyen tabaquismo, obesidad, diabetes, edad avanzada y antecedentes familiares de cáncer de páncreas.

Neoplasia es un término médico que se refiere al crecimiento anormal y excesivo de tejido en el cuerpo, lo que resulta en la formación de una masa o tumor. Este crecimiento celular descontrolado puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso).

Las neoplasias benignas suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Por lo general, pueden ser extirpadas quirúrgicamente y rara vez representan un peligro para la vida. Ejemplos de neoplasias benignas incluyen lipomas (tumores grasos), fibromas uterinos y pólipos intestinales.

Por otro lado, las neoplasias malignas tienen el potencial de invadir tejidos adyacentes y propagarse a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o circulatorio, un proceso conocido como metástasis. Estos tipos de neoplasias pueden ser altamente agresivos y dañinos, pudiendo causar graves complicaciones de salud e incluso la muerte. Ejemplos de neoplasias malignas incluyen carcinomas (cánceres que se originan en los tejidos epiteliales), sarcomas (cánceres que se originan en el tejido conectivo) y leucemias (cánceres de la sangre).

El diagnóstico y tratamiento tempranos de las neoplasias son cruciales para garantizar los mejores resultados posibles en términos de salud y supervivencia del paciente.

Una lesión ocular se refiere a cualquier daño que ocurre en la estructura del ojo. Esto puede incluir daños en la córnea, el iris, el cristalino, la esclerótica, la retina o los vasos sanguíneos dentro del ojo. Las lesiones oculares pueden ser causadas por una variedad de factores, que incluyen traumatismos mecánicos, químicos o térmicos, infecciones o enfermedades sistémicas.

Los síntomas de una lesión ocular pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación de la lesión. Algunos síntomas comunes incluyen dolor o molestia en el ojo, enrojecimiento, lagrimeo, visión borrosa, sensibilidad a la luz, manchas flotantes en el campo visual, y dolores de cabeza.

El tratamiento para las lesiones oculares dependerá del tipo y la gravedad de la lesión. Algunas lesiones menores pueden sanar por sí solas con descanso y cuidados personales, mientras que otras pueden requerir intervención médica o quirúrgica. Es importante buscar atención médica inmediata después de sufrir una lesión ocular, especialmente si hay dolor severo, pérdida de visión, o si el objeto que causó la lesión todavía está en el ojo.

Prevenir las lesiones oculares es siempre mejor que curarlas. Se recomienda usar protección ocular durante actividades que puedan representar un riesgo para los ojos, como trabajos de bricolaje, jardinería, deportes de contacto, y uso de productos químicos domésticos.

Neoplasias quísticas, mucinosas y serosas son términos utilizados en patología para describir diferentes tipos de crecimientos anormales o tumores. A continuación, se presenta una definición médica breve de cada uno:

1. Neoplasias quísticas: Son tumores que contienen uno o más espacios huecos llenos de líquido u otro material. Estos espacios pueden ser grandes en relación con el tamaño total del tumor. Las neoplasias quísticas pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

2. Neoplasias mucinosas: Son tumores que producen y acumulan una sustancia llamada mucina, la cual es un componente normal del moco. Estos tumores pueden crecer dentro de los órganos o por fuera de ellos, comprimiendo los tejidos circundantes. Las neoplasias mucinosas también pueden ser benignas o malignas.

3. Neoplasias serosas: Son tumores que secretan un líquido claro y acuoso similar al líquido sinovial o pleural. Estos tumores suelen desarrollarse en la membrana serosa que recubre los órganos huecos, como el estómago, los intestinos delgado y grueso, y los pulmones. Las neoplasias serosas pueden ser benignas o malignas, aunque las formas malignas son más comunes.

En resumen, las neoplasias quísticas, mucinosas y serosas son diferentes tipos de tumores que se caracterizan por la presencia de espacios llenos de líquido, acumulación de mucina o secreción de un líquido claro, respectivamente. Pueden ser benignas o malignas y requieren evaluación médica para determinar su naturaleza exacta y el plan de tratamiento más adecuado.

El síndrome de ojo seco es un trastorno multifactorial de la superficie ocular y del sistema lagrimal que se caracteriza por síntomas de sequedad ocular, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento, picazón, dolor, fatiga y visión borrosa. La disfunción de las glándulas lagrimales y la evaporación excesiva de las lágrimas son los principales factores que contribuyen a este síndrome. Las causas pueden incluir el envejecimiento, el uso prolongado de dispositivos digitales, el uso de lentes de contacto, ciertos medicamentos, enfermedades sistémicas y trastornos del sistema inmunológico. El diagnóstico se realiza mediante una evaluación completa de la historia clínica, los síntomas y un examen físico de los ojos. El tratamiento puede incluir el uso de lubricantes oftálmicos, inmunomoduladores tópicos, dispositivos de cierre temporal de los párpados, puntos de presión térmica y, en casos graves, cirugía para mejorar la función del sistema lagrimal.

Las neoplasias cutáneas, también conocidas como crecimientos anormales o tumores de la piel, se refieren a un amplio espectro de condiciones donde las células de la piel proliferan de manera descontrolada. Estas lesiones pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias cutáneas benignas incluyen diversos tipos de lunares, verrugas, fibromas y quistes. Por lo general, crecen lentamente, permanecen localizadas y rara vez representan un peligro para la vida si se diagnostican y tratan a tiempo.

Por otro lado, las neoplasias cutáneas malignas más comunes son el carcinoma basocelular, el carcinoma escamoso y el melanoma. Estos tipos de cáncer de piel pueden invadir los tejidos circundantes e incluso diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis), lo que puede poner en peligro la vida del paciente.

El diagnóstico y el tratamiento oportunos son cruciales para garantizar una buena evolución clínica de los pacientes con neoplasias cutáneas. La prevención, mediante la protección adecuada contra los rayos ultravioleta (UV) del sol y el reconocimiento precoz de las lesiones sospechosas, juegan un papel fundamental en la reducción de la incidencia y mortalidad asociadas con estas afecciones.

Neoplasias Primarias Múltiples (NPM) es un término médico que se refiere a la presencia simultánea o sucesiva de más de un cáncer primario en el organismo, es decir, dos o más tumores malignos independientes en diferentes localizaciones anatómicas, que no guardan relación entre sí y no son metástasis del mismo.

Las NPM pueden ser sincrónicas, cuando los tumores se diagnostican al mismo tiempo, o metacrónicas, cuando hay un intervalo de tiempo entre el diagnóstico de cada uno de ellos. Las NPM pueden deberse a diferentes factores de riesgo, como la predisposición genética, la exposición a radiaciones o determinados agentes químicos y ambientales, o hábitos tóxicos como el consumo de tabaco y alcohol.

El diagnóstico y tratamiento de las NPM requieren una evaluación multidisciplinar y un enfoque personalizado, ya que cada tumor puede presentar diferentes características biológicas y clínicas, y precisar de un tratamiento específico. Además, es importante establecer un seguimiento a largo plazo para detectar precozmente la aparición de nuevos tumores y mejorar el pronóstico y la supervivencia de los pacientes.

Las anomalías o trastornos oculares son condiciones médicas que afectan la estructura, la función o el desarrollo normal del ojo y pueden causar problemas visuales o ceguera. Estas anomalías pueden presentarse en cualquier parte del ojo, desde el párpado hasta el nervio óptico.

Algunos ejemplos comunes de anomalías oculares incluyen:

1. Estrabismo: también conocido como ojos vagos, es una condición en la que los ojos no alinean correctamente y apuntan en diferentes direcciones.
2. Hipermetropía: también conocida como hiperopía o vista corta, es un defecto de refracción en el que el paciente tiene dificultad para ver objetos cercanos.
3. Miopía: es un defecto de refracción en el que el paciente tiene dificultad para ver objetos lejanos.
4. Astigmatismo: es un defecto de refracción en el que la curvatura corneal no es uniforme, lo que hace que la visión se distorsione.
5. Cataratas: opacidad del cristalino que dificulta la visión y puede causar ceguera si no se trata.
6. Glaucoma: aumento de la presión intraocular que daña el nervio óptico y puede causar pérdida de visión o ceguera.
7. Degeneración macular: enfermedad degenerativa que afecta la mácula, la parte central de la retina, y puede causar pérdida de visión central o ceguera.
8. Retinopatía diabética: daño en los vasos sanguíneos de la retina causado por la diabetes, que puede conducir a la pérdida de visión o ceguera.
9. Ptosis: caída del párpado superior que puede obstruir parcial o completamente la visión.
10. Aniridia: ausencia congénita del iris que puede causar problemas de visión y aumentar el riesgo de desarrollar glaucoma.

El tratamiento de estas afecciones varía según la gravedad y la causa subyacente, y puede incluir medicamentos, cirugía o terapia de rehabilitación visual. Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha alguna de estas condiciones para prevenir complicaciones y preservar la visión.

Las quemaduras oculares se refieren a lesiones en los ojos causadas por exposición a sustancias químicas irritantes, líquidos calientes, vapor o radiación, como la luz ultravioleta intensa. Estas lesiones pueden dañar varias capas del ojo, incluyendo la córnea (la superficie transparente que cubre el iris y la pupila), el cristalino (la lente natural del ojo) y la conjuntiva (el tejido delicado que recubre el blanco del ojo).

Los síntomas de las quemaduras oculares pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión. Pueden incluir enrojecimiento, dolor, lagrimeo, sensibilidad a la luz, visión borrosa y, en casos graves, pérdida de la visión. El tratamiento temprano es crucial para prevenir daños permanentes. Los primeros auxilios generalmente implican enjuagar el ojo con agua limpia durante al menos 15 minutos. Después de esto, se recomienda buscar atención médica inmediata. El tratamiento adicional puede incluir medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación, y en casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

La enucleación ocular es un procedimiento quirúrgico en el que todo el contenido del globo ocular se extrae, pero el músculo extraocular y la membrana externa del ojo (esclerótica y conjuntiva) se dejan intactos. Esta cirugía se realiza generalmente para tratar cánceres oculares avanzados, como el retinoblastoma, donde existe un riesgo de que el cáncer se disemine a otras partes del cuerpo. También puede ser considerada en casos raros de traumatismos graves en los que el ojo no puede ser salvado. Después de la cirugía, se coloca un implante ocular dentro de la cavidad para ayudar a mantener la forma y apariencia normales del ojo y la movilidad ocular limitada puede ser restaurada mediante la reparación de los músculos extraoculares.

Las neoplasias renales, también conocidas como tumores o cánceres renales, se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los riñones. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las neoplasias renales más comunes son el carcinoma de células claras, el carcinoma papilar y el carcinoma de células renales de células escamosas. Los síntomas pueden incluir sangre en la orina, dolor de espalda o costado, pérdida de peso y fiebre. El tratamiento depende del tipo y estadio de la neoplasia y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas.

En patología, el término "neoplasia primaria secundaria" se refiere a un tumor que se desarrolla en un sitio distinto al del tumor primario original (la neoplasia primaria inicial), pero en el mismo individuo. Este nuevo crecimiento anormal de células es independiente y no derivado directamente del tumor primario, sino que resulta de la capacidad de las células cancerosas para diseminarse a través del cuerpo, un proceso conocido como metástasis.

En otras palabras, una neoplasia primaria secundaria no es una recidiva o recurrencia del tumor original, sino un nuevo tumor maligno que se ha originado independientemente en otra parte del cuerpo. Este fenómeno puede ocurrir como resultado de la exposición a factores de riesgo comunes, como el tabaquismo o la exposición a radiaciones, o debido a la diseminación previa y clínicamente no detectada de células cancerosas.

Es importante distinguir entre neoplasias primarias secundarias y recidivas locales o metástasis, ya que cada uno de estos procesos tiene implicaciones diferentes en términos de pronóstico y manejo clínico.

La "color del ojo" se refiere al color que observamos en el iris del ojo humano. El iris es la parte coloreada y circular del ojo, ubicado entre la córnea (la cubierta transparente frontal del ojo) y la cristalino (una lente pequeña dentro del ojo). Los vasos sanguíneos y melanocitos (células que contienen pigmento) en el iris determinan su color.

El color del ojo humano puede variar significativamente entre las personas, desde tonos claros como el azul, verde o avellana hasta tonos más oscuros como el marrón. La cantidad y distribución de melanina en los melanocitos del iris determinan principalmente el color del ojo. Los genes también desempeñan un papel importante en la determinación del color del ojo, con ciertos genes heredados que influyen en la cantidad y distribución de melanina en los melanocitos del iris.

Es importante tener en cuenta que el color del ojo puede cambiar ligeramente durante los primeros años de vida, ya que la producción de melanina continúa después del nacimiento. Además, algunas condiciones médicas y medicamentos pueden afectar el color del ojo, como la inflamación o lesión en el iris, que puede causar un aumento temporal o permanente en la producción de melanina.

El adenocarcinoma mucinoso es un tipo raro de cáncer que se forma en las glándulas y produce una sustancia llamada mucina. La mucina es un líquido similar al moco que se encuentra normalmente en las membranas mucosas, como la nariz, los pulmones y el estómago.

En un adenocarcinoma mucinoso, las células cancerosas producen una gran cantidad de mucina, lo que hace que el tumor sea blando y gelatinoso al tacto. Este tipo de cáncer puede ocurrir en varias partes del cuerpo, incluyendo los pulmones, el páncreas, el colon y el recto.

Los síntomas del adenocarcinoma mucinoso dependen del lugar donde se encuentre el tumor. Por ejemplo, si el cáncer está en el pulmón, los síntomas pueden incluir tos persistente, dificultad para respirar y dolor en el pecho. Si el cáncer está en el colon o el recto, los síntomas pueden incluir sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales y dolor abdominal.

El tratamiento del adenocarcinoma mucinoso depende del tamaño y la ubicación del tumor, así como de si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Los tratamientos pueden incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de estos. La supervivencia a largo plazo para las personas con adenocarcinoma mucinoso varía ampliamente y depende de varios factores, como el estadio del cáncer en el momento del diagnóstico y la respuesta al tratamiento.

Las neoplasias de la tiroides se refieren a crecimientos anormales en la glándula tiroidea, que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). La glándula tiroidea está ubicada en la parte frontal del cuello y es responsable de producir hormonas importantes para el metabolismo, crecimiento y desarrollo del cuerpo.

Existen varios tipos de neoplasias de la tiroides, incluyendo:

1. Adenomas: Son tumores benignos que se originan en las células foliculares o en las células C de la glándula tiroidea. Los adenomas no son cancerosos y raramente causan síntomas, aunque algunos pueden crecer lo suficiente como para ser palpables o visibles.
2. Carcinomas: Son tumores malignos que se originan en las células de la glándula tiroidea. Existen varios tipos de carcinomas de tiroides, incluyendo el carcinoma papilar, el carcinoma folicular, el carcinoma medular y el carcinoma anaplásico. El tratamiento y el pronóstico dependen del tipo y del estadio del cáncer.
3. Linfomas: Son tumores malignos que se originan en los glóbulos blancos (linfocitos) de la glándula tiroidea. Los linfomas de tiroides son raros y suelen ocurrir en personas mayores de 60 años. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.
4. Sarcomas: Son tumores malignos que se originan en el tejido conectivo o en los vasos sanguíneos de la glándula tiroidea. Los sarcomas de tiroides son extremadamente raros y suelen ser agresivos. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.

El diagnóstico y el tratamiento de los tumores de tiroides requieren la evaluación y la atención de un equipo multidisciplinario de especialistas, incluyendo endocrinólogos, cirujanos, radiólogos, patólogos y oncólogos.

Los trastornos mieloproliferativos (TMP) son un grupo de condiciones cancerosas en las que se produce un crecimiento excesivo y anormal de ciertos tipos de glóbulos sanguíneos en la médula ósea. La médula ósea es el tejido esponjoso dentro de los huesos grandes donde se producen las células sanguíneas.

Hay varios tipos de TMP, incluyendo:

1. Leucemia mieloide crónica (LMC): Caracterizada por un aumento en el número de glóbulos blancos inmaduros (llamados blastos) en la médula ósea y en la sangre.

2. Policitemia vera: Una afección en la cual hay un exceso de glóbulos rojos en la sangre, lo que puede provocar coágulos sanguíneos y aumentar el riesgo de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular.

3. Trombocitemia esencial: Un trastorno en el que hay un número excesivo de plaquetas (componentes sanguíneos involucrados en la coagulación) en la sangre, lo que puede provocar sangrado o coágulos sanguíneos.

4. Mielofibrosis primaria: Una afección en la cual se produce cicatricial anormal en la médula ósea, dificultando la producción de células sanguíneas normales y provocando anemia, fatiga e infecciones frecuentes.

5. Neoplasia mieloide aguda (AML): Una forma agresiva y rápidamente progresiva de cáncer en la que se produce un gran número de células sanguíneas anormales y no funcionales en la médula ósea.

Estos trastornos pueden causar una variedad de síntomas, como fatiga, debilidad, pérdida de peso, sudoración nocturna, fiebre e infecciones frecuentes. El tratamiento depende del tipo y gravedad del trastorno y puede incluir terapia con medicamentos, radioterapia o trasplante de células madre.

Los bancos de ojos son instituciones dedicadas a la recolección, procesamiento, almacenamiento y distribución de tejidos oculares donados con fines terapéuticos. Estos bancos desempeñan un papel fundamental en la recuperación de la visión para aquellas personas que padecen enfermedades oculares graves e irreversibles, como el glaucoma, degeneración macular, traumatismos o ciertos tipos de cáncer ocular.

Los tejidos más comúnmente donados y trasplantados son la córnea, el cristalino y la esclera. La córnea es la parte transparente del ojo que se encuentra en la superficie frontal; su principal función es permitir el paso de la luz hacia la retina. El cristalino es una lente biconvexa situada detrás de la córnea, responsable de enfocar los rayos luminosos sobre la retina. La esclera es la capa blanca y dura que recubre el exterior del ojo, proporcionando protección y soporte estructural.

El proceso de donación de tejidos oculares implica una cuidadosa evaluación médica y social del donante para garantizar la seguridad y calidad del tejido. Tras la extracción, el tejido se somete a diversos procedimientos de limpieza, desinfección y conservación antes de ser almacenado en condiciones específicas que preservan su integridad y viabilidad.

La distribución de los tejidos oculares se realiza mediante un riguroso proceso de selección y asignación, atendiendo a las características del receptor y la compatibilidad inmunológica entre donante y receptor. Los cirujanos especializados en oftalmología realizan el procedimiento quirúrgico de implantación del tejido trasplantado, con el objetivo de restaurar o mejorar la función visual del paciente.

La donación de tejidos oculares representa una valiosa oportunidad para aquellas personas que padecen enfermedades o lesiones oculares graves y requieren de un trasplante para recuperar o preservar su visión. Al mismo tiempo, la investigación científica se beneficia del estudio de los tejidos donados, contribuyendo al avance del conocimiento médico y a la mejora de las técnicas quirúrgicas y terapéuticas en oftalmología.

El ADN de neoplasias se refiere al material genético que constituye el material genético anormal en una célula cancerosa o neoplásica. Las mutaciones en el ADN pueden causar un crecimiento y división celular descontrolado, lo que lleva al desarrollo de una neoplasia o tumor.

Las neoplasias se clasifican como benignas o malignas, según su capacidad para invadir tejidos circundantes y metastatizar a otros órganos. Las mutaciones en el ADN pueden ocurrir espontáneamente, ser heredadas o estar asociadas con factores ambientales, como la exposición a radiación ionizante o productos químicos cancerígenos.

El análisis del ADN de neoplasias puede proporcionar información valiosa sobre el tipo y origen del cáncer, así como sobre las posibles opciones de tratamiento y pronóstico. La secuenciación del genoma completo o la detección de mutaciones específicas en genes particulares pueden ayudar a determinar la sensibilidad de un tumor a ciertos fármacos, lo que permite una terapia dirigida más precisa y eficaz.

Las neoplasias pulmonares, también conocidas como cánceres de pulmón, se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los tejidos del pulmón. Pueden ser benignas o malignas. Las neoplasias pulmonares malignas se clasifican en dos categorías principales: carcinomas de células pequeñas y carcinomas de células no pequeñas, que a su vez se subdividen en varios tipos histológicos.

Los factores de riesgo para desarrollar neoplasias pulmonares incluyen el tabaquismo, la exposición a agentes químicos cancerígenos como el asbesto o el arsénico, y la contaminación del aire. Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo y el estadio de la neoplasia, pero algunos de los más comunes incluyen tos crónica, dolor en el pecho, dificultad para respirar, sibilancias, hemoptisis (toser sangre), fatiga y pérdida de peso involuntaria.

El diagnóstico se realiza mediante una serie de pruebas que pueden incluir radiografías de tórax, tomografías computarizadas, broncoscopias, biopsias y análisis de sangre. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia pulmonar y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas. La tasa de supervivencia varía ampliamente dependiendo del tipo y el estadio de la enfermedad en el momento del diagnóstico.

Las neoplasias de la glándula parótida se refieren a un crecimiento anormal o tumor en la glándula salival más grande del cuerpo, conocida como la glándula parótida. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los tumores benignos son los más comunes y suelen crecer lentamente, siendo asintomáticos en muchos casos. Sin embargo, si crecen lo suficiente, pueden causar molestias o dificultad para masticar, hablar o incluso deglutir.

Por otro lado, los tumores malignos son menos frecuentes pero más preocupantes porque tienen el potencial de extenderse (metástasis) a otras partes del cuerpo. Los síntomas asociados con estos tumores pueden incluir dolor, hinchazón rápida, dificultad para mover los músculos faciales y parálisis facial.

El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia. Para los tumores benignos, el tratamiento generalmente implica la extirpación quirúrgica. En cambio, para los tumores malignos, el tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

Es importante destacar que si bien cualquier persona puede desarrollar un tumor en la glándula parótida, fumar aumenta el riesgo de padecer este tipo de neoplasias. Además, ciertas afecciones genéticas también pueden incrementar la probabilidad de sufrir estos tumores.

Un cistoadenoma es un tipo de tumor que se desarrolla en las glándulas y está compuesto por células epiteliales que producen fluidos. Este tumor forma uno o más quistes llenos de líquido, y puede ser benigno o canceroso (maligno). Los cistoadenomas suelen ocurrir en las glándulas mamarias, los ovarios y el hígado. Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del tumor y pueden incluir dolor, hinchazón o un bulto palpable en la región afectada. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el tumor, especialmente si es canceroso o causa molestias significativas.

Las neoplasias de los tejidos conjuntivo y blando se refieren a un grupo heterogéneo de tumores que surgen en los tejidos conectivos y blandos del cuerpo humano. Estos tejidos incluyen el tejido adiposo (grasa), muscular liso, fibroso, vasculatura, neural y otros tejidos sueltos.

La palabra "neoplasia" significa crecimiento anormal de tejido, por lo que estas neoplasias se caracterizan por el crecimiento excesivo y descontrolado de células en los tejidos conjuntivos y blandos. Pueden ser benignas o malignas (cáncer).

Las neoplasias benignas suelen crecer lentamente, no invaden los tejidos circundantes y rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo. Por otro lado, las neoplasias malignas, también conocidas como sarcomas, tienen el potencial de invadir estructuras adyacentes y pueden diseminarse (metástasis) a otros órganos y tejidos a través del sistema circulatorio o linfático.

El tratamiento y pronóstico de estas neoplasias dependen del tipo específico, el grado de diferenciación celular, la localización, el tamaño y la extensión del tumor, así como de la edad y el estado general de salud del paciente. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

Las neoplasias de células plasmáticas son un tipo de cáncer que se origina en las células plasmáticas, un tipo de glóbulo blanco que forma parte del sistema inmunitario y produce anticuerpos. Estos tipos de cáncer incluyen mieloma múltiple, gammapatía monoclonal de significado incierto (MGUS) y macroglobulinemia de Waldenstrom.

El mieloma múltiple es una enfermedad en la cual las células plasmáticas cancerosas se multiplican descontroladamente en la médula ósea, donde pueden dañar los huesos y comprometer la producción de glóbulos rojos y blancos sanos.

La gammapatía monoclonal de significado incierto (MGUS) es una afección pre-maligna en la que hay un aumento anormal de células plasmáticas en la médula ósea, pero no hay evidencia de daño a los órganos o tejidos. Sin embargo, algunas personas con MGUS pueden desarrollar mieloma múltiple u otros tipos de cáncer de células plasmáticas.

La macroglobulinemia de Waldenstrom es un tipo raro de linfoma no Hodgkin que afecta a las células plasmáticas y se caracteriza por la producción excesiva de una proteína anormal llamada inmunoglobulina M (IgM). Esta enfermedad puede causar diversos síntomas, como anemia, fatiga, pérdida de peso y moretones fáciles.

El tratamiento de las neoplasias de células plasmáticas depende del tipo y grado de la enfermedad, así como de la salud general del paciente. Puede incluir quimioterapia, terapia dirigida, trasplante de células madre y radioterapia.

Las neoplasias del apéndice se refieren a crecimientos anormales y descontrolados de tejido en el apéndice, que puede ser benigno o maligno (cáncer). El tipo más común de neoplasia benigna es el tumor de hamartoma, mientras que los tumores carcinoides son los tumores malignos más frecuentes. Otros tipos de cáncer que pueden afectar al apéndice incluyen el adenocarcinoma, el sarcoma y el linfoma. Los síntomas de las neoplasias del apéndice pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de peso y sangre en las heces. El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia y puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia.

Las neoplasias hepáticas se refieren a un crecimiento anormal o tumoración en el hígado. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias hepáticas benignas más comunes incluyen hemangiomas, que son tumores formados por vasos sanguíneos, y adenomas hepáticos, que se desarrollan a partir de células hepáticas. Estos tipos de tumores suelen ser asintomáticos y no representan un peligro inmediato para la salud, aunque en algunos casos pueden causar complicaciones si crecen demasiado o se rompen.

Por otro lado, las neoplasias hepáticas malignas más frecuentes son el carcinoma hepatocelular (CHC) y el colangiocarcinoma. El CHC se origina a partir de células hepáticas dañadas, especialmente en presencia de cirrosis o hepatitis viral crónica. El colangiocarcinoma se desarrolla en los conductos biliares dentro o fuera del hígado. Ambos tipos de cáncer son potencialmente letales y requieren tratamiento agresivo, que puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia.

La detección temprana de estas neoplasias es crucial para mejorar el pronóstico del paciente. Por lo tanto, se recomienda realizar exámenes periódicos, especialmente en personas con factores de riesgo como la infección por virus de la hepatitis B o C, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad y la exposición a sustancias químicas tóxicas.

La inmunohistoquímica es una técnica de laboratorio utilizada en patología y ciencias biomédicas que combina los métodos de histología (el estudio de tejidos) e inmunología (el estudio de las respuestas inmunitarias del cuerpo). Consiste en utilizar anticuerpos marcados para identificar y localizar proteínas específicas en células y tejidos. Este método se utiliza a menudo en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades, incluyendo cánceres, para determinar el tipo y grado de una enfermedad, así como también para monitorizar la eficacia del tratamiento.

En este proceso, se utilizan anticuerpos específicos que reconocen y se unen a las proteínas diana en las células y tejidos. Estos anticuerpos están marcados con moléculas que permiten su detección, como por ejemplo enzimas o fluorocromos. Una vez que los anticuerpos se unen a sus proteínas diana, la presencia de la proteína se puede detectar y visualizar mediante el uso de reactivos apropiados que producen una señal visible, como un cambio de color o emisión de luz.

La inmunohistoquímica ofrece varias ventajas en comparación con otras técnicas de detección de proteínas. Algunas de estas ventajas incluyen:

1. Alta sensibilidad y especificidad: Los anticuerpos utilizados en esta técnica son altamente específicos para las proteínas diana, lo que permite una detección precisa y fiable de la presencia o ausencia de proteínas en tejidos.
2. Capacidad de localizar proteínas: La inmunohistoquímica no solo detecta la presencia de proteínas, sino que también permite determinar su localización dentro de las células y tejidos. Esto puede ser particularmente útil en el estudio de procesos celulares y patológicos.
3. Visualización directa: La inmunohistoquímica produce una señal visible directamente en el tejido, lo que facilita la interpretación de los resultados y reduce la necesidad de realizar análisis adicionales.
4. Compatibilidad con microscopía: Los métodos de detección utilizados en la inmunohistoquímica son compatibles con diferentes tipos de microscopía, como el microscopio óptico y el microscopio electrónico, lo que permite obtener imágenes detalladas de las estructuras celulares e intracelulares.
5. Aplicabilidad en investigación y diagnóstico: La inmunohistoquímica se utiliza tanto en la investigación básica como en el diagnóstico clínico, lo que la convierte en una técnica versátil y ampliamente aceptada en diversos campos de estudio.

Sin embargo, la inmunohistoquímica también presenta algunas limitaciones, como la necesidad de disponer de anticuerpos específicos y de alta calidad, la posibilidad de obtener resultados falsos positivos o negativos debido a reacciones no específicas, y la dificultad para cuantificar con precisión los niveles de expresión de las proteínas en el tejido. A pesar de estas limitaciones, la inmunohistoquímica sigue siendo una técnica poderosa y ampliamente utilizada en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades.

Un cistoadenoma mucinoso es un tipo específico de tumor que se forma en los órganos con revestimiento de mucosa, como el ovario, la glándula salival o el pulmón. Este tumor está compuesto por células que producen y secretan una sustancia viscosa y gelatinosa llamada mucina.

El cistoadenoma mucinoso se caracteriza por tener una estructura quística, con uno o varios sacos llenos de líquido mucinoso. La pared del quiste está formada por células epiteliales que producen y secretan mucina.

La mayoría de los cistoadenomas mucinosos son benignos, pero en algunos casos pueden ser cancerosos o tener el potencial de volverse cancerosos con el tiempo. Los síntomas más comunes asociados con este tipo de tumor incluyen dolor abdominal, hinchazón y alteraciones menstruales en las mujeres.

El tratamiento del cistoadenoma mucinoso depende del tamaño y localización del tumor, así como de si es benigno o canceroso. En la mayoría de los casos, el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor.

La definición médica de 'Neoplasias Ováricas' se refiere al crecimiento anormal y desregulado de células en uno o ambos ovarios, lo que resulta en la formación de tumores. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las neoplasias ováricas pueden originarse directamente en los tejidos ováricos (tumores primarios) o spread a los ovarios desde otros órganos (tumores secundarios o metastásicos).

Existen varios tipos de neoplasias ováricas, incluyendo tumores epiteliales, tumores germinales y tumores del estroma. Los tumores epiteliales son el tipo más común y pueden ser benignos o malignos. Los tumores germinales se originan en las células que producen los óvulos y suelen presentarse en mujeres más jóvenes. Por último, los tumores del estroma surgen de las células que producen hormonas en el ovario.

El tratamiento de las neoplasias ováricas depende del tipo y grado de malignidad, así como del estadio de la enfermedad. La cirugía es a menudo el pilar del tratamiento, seguida de quimioterapia y/o radioterapia en los casos de neoplasias malignas. La detección temprana de estas neoplasias es crucial para mejorar el pronóstico y aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento.

La agudeza visual es una medida de la capacidad del sistema visual para distinguir los detalles finos y la fineza de la visión. Se define generalmente como la medida más pequeña de un objeto o símbolo que las personas pueden identificar correctamente a una distancia específica, bajo condiciones estándar de luz y con su mejor corrección óptica. La agudeza visual normal es típicamente 20/20 en los Estados Unidos, lo que significa que una persona puede ver a 20 pies lo que la mayoría de las personas promedio pueden ver a la misma distancia. Una agudeza visual peor que 20/20 indica que la visión es peor que la normal, mientras que una agudeza visual mejor que 20/20 significa que la visión es mejor que la normal.

Las neoplasias de las glándulas endocrinas se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en las glándulas endocrinas, que son parte del sistema endocrino y producen hormonas. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las glándulas endocrinas más comunes afectadas por neoplasias incluyen:

1. Glándula tiroides: La glándula tiroidea produce hormonas que regulan el metabolismo, crecimiento y desarrollo. Los tumores en la glándula tiroides pueden ser foliculares, papilares, medulares o anaplásicos, y pueden ser benignos (adenomas) o malignos (carcinomas).

2. Glándulas suprarrenales: Las glándulas suprarrenales producen hormonas esteroides y catecolaminas. Los tumores en las glándulas suprarrenales pueden ser benignos (adenomas) o malignos (feocromocitomas).

3. Páncreas: El páncreas produce hormonas como insulina y glucagón, así como enzimas digestivas. Los tumores en el páncreas pueden ser benignos (islet cell adenoma) o malignos (insulinoma, glucagonoma, VIPoma).

4. Paratiroides: Las glándulas paratiroideas producen hormona paratiroidea, que regula los niveles de calcio en la sangre. Los tumores en las glándulas paratiroideas pueden ser benignos (adenomas) o malignos (carcinomas).

5. Hipófisis: La hipófisis produce varias hormonas, incluyendo la hormona del crecimiento, prolactina, tirotropina, corticotropina y gonadotropinas. Los tumores en la hipófisis pueden ser benignos (prolactinoma, acromegalia) o malignos (carcinomas).

6. Timo: El timo produce linfocitos T y otras hormonas. Los tumores en el timo pueden ser benignos (timoma) o malignos (carcinomas).

Los síntomas de los tumores endocrinos dependen del tipo de tumor y la glándula afectada. Algunos tumores no producen síntomas hasta que se han extendido, mientras que otros pueden causar síntomas graves incluso en etapas tempranas. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia dirigida.

Las neoplasias gastrointestinales se refieren a un crecimiento anormal y desregulado de tejidos en el tracto gastrointestinal, que puede ser benigno o maligno (cáncer). Estos crecimientos celulares se denominan neoplasias o tumores.

En el tracto gastrointestinal, las neoplasias pueden ocurrir en cualquier parte, desde la boca hasta el ano. Algunos tipos comunes de neoplasias gastrointestinales incluyen:

1. Adenomas: crecimientos benignos que a menudo se encuentran en el colon y el recto. Sin embargo, algunos adenomas pueden volverse cancerosos con el tiempo.

2. Carcinoides: tumores neuroendocrinos que generalmente se desarrollan en el intestino delgado, pero también pueden ocurrir en el estómago, el colon y el recto. La mayoría de los carcinoides son benignos, pero algunos pueden ser cancerosos y diseminarse a otras partes del cuerpo.

3. Linfomas: tumores que se desarrollan en el sistema inmunológico y afectan a los glóbulos blancos. Pueden ocurrir en cualquier parte del tracto gastrointestinal, pero son más comunes en el estómago y el intestino delgado.

4. Cánceres: incluyen carcinomas de células escamosas, adenocarcinomas y sarcomas. Los cánceres gastrointestinales pueden ser muy agresivos y crecer rápidamente, invadiendo tejidos circundantes y diseminándose a otras partes del cuerpo.

Los síntomas de las neoplasias gastrointestinales varían según la ubicación y el tipo de tumor. Algunos síntomas comunes incluyen sangrado rectal, dolor abdominal, cambios en los hábitos intestinales, pérdida de apetito y pérdida de peso inexplicable. El tratamiento depende del tipo y la etapa del tumor y puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de estos.

En la medicina y la biomedicina, el término "neoplasias experimentales" se refiere al crecimiento anormal y descontrolado de tejidos vivos cultivados en un entorno de laboratorio. Estas neoplasias son generadas a propósito por investigadores científicos para estudiar los procesos biológicos subyacentes al desarrollo del cáncer y probar nuevas estrategias terapéuticas.

El término "neoplasia" se utiliza en medicina para describir el crecimiento descontrolado de células que puede dar lugar a tumores benignos o malignos. En el contexto de investigaciones experimentales, estas neoplasias se desarrollan mediante la manipulación genética y química de células vivas en cultivo.

Los científicos utilizan diferentes técnicas para inducir la formación de neoplasias experimentales, como la introducción de oncogenes (genes que promueven el crecimiento celular descontrolado) o la inactivación de genes supresores de tumores (genes que regulan la división celular y previenen la formación de tumores). También se pueden emplear productos químicos y radiaciones para inducir mutaciones y promover el crecimiento anormal de células.

El estudio de neoplasias experimentales es fundamental para comprender los mecanismos moleculares que conducen al desarrollo del cáncer y para evaluar la eficacia y seguridad de nuevos tratamientos contra esta enfermedad. Los investigadores pueden observar de cerca el crecimiento y comportamiento de estas neoplasias, analizar las vías moleculares alteradas y probar diferentes estrategias terapéuticas, como fármacos, inmunoterapias o terapias génicas.

En resumen, las neoplasias experimentales son crecimientos anormales de tejidos cultivados en laboratorio, generadas intencionalmente para estudiar los mecanismos del cáncer y evaluar nuevos tratamientos contra esta enfermedad.

El carcinoma ductal pancreático es un tipo específico de cáncer que se forma en los conductos que transportan los jugos digestivos desde el páncreas hasta el intestino delgado. Este tipo de cáncer se desarrolla a partir de las células que recubren los conductos, conocidas como células ductales.

El carcinoma ductal pancreático es el tipo más común de cáncer de páncreas, representando aproximadamente el 90% de todos los casos de cáncer pancreático. Es una enfermedad agresiva y generalmente se diagnostica en etapas avanzadas, lo que dificulta su tratamiento y reduce las posibilidades de éxito del tratamiento.

Los síntomas del carcinoma ductal pancreático pueden incluir dolor abdominal superior persistente, pérdida de apetito, pérdida de peso involuntaria, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), y heces de color claro. El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia, dependiendo del estadio y la localización del cáncer en el momento del diagnóstico.

Neoplasia de tejido vascular es un término general que se utiliza para describir el crecimiento anormal y descontrolado de células en los vasos sanguíneos o linfáticos. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias benignas de tejido vascular incluyen hemangiomas, que son tumores formados por vasos sanguíneos, y linfangiomas, que se componen de vasos linfáticos. Estos tipos de tumores suelen crecer durante el desarrollo fetal o en la infancia, pero a veces pueden aparecer en adultos. La mayoría de los hemangiomas y linfangiomas no requieren tratamiento, ya que pueden desaparecer por sí solos con el tiempo. Sin embargo, algunos casos pueden causar problemas estéticos o funcionales y pueden necesitar ser tratados con cirugía, láser o medicamentos.

Las neoplasias malignas de tejido vascular se denominan angiosarcomas y sarcomas de los vasos linfáticos. Estos tumores son raros pero agresivos y pueden crecer rápidamente, invadir tejidos circundantes y diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis). El tratamiento suele incluir cirugía para extirpar el tumor, seguida de radioterapia o quimioterapia para destruir las células cancerosas restantes.

En general, las neoplasias de tejido vascular pueden causar síntomas como dolor, hinchazón, sangrado o cambios en la piel. Si se sospecha una neoplasia de tejido vascular, es importante buscar atención médica especializada para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Los fenómenos fisiológicos oculares se refieren a las respuestas y procesos normales y naturales que ocurren en el ojo y el sistema visual. Estos incluyen una variedad de funciones como la acomodación (cambio de enfoque para ver objetos claros a diferentes distancias), convergencia (movimiento de los ojos hacia adentro para ver objetos cercanos), divergencia (movimiento de los ojos hacia afuera para ver objetos lejanos), y la capacidad de percibir la luz, los colores y las profundidades.

Otros fenómenos fisiológicos oculares incluyen el reflejo fotomotor (pestañeo o contracción de la pupila en respuesta a la luz), el ciclo de sueño-vigilia, y la producción de líquido lacrimal para mantener la humectación ocular. La mayoría de estos fenómenos están controlados por los músculos del ojo y los nervios craneales, y son esenciales para una visión normal y saludable.

Las neoplasias nasales se refieren a un crecimiento anormal de tejido en la nariz y el área nasal. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas). Las neoplasias benignas tienden a crecer más lentamente y no se diseminan a otras partes del cuerpo, mientras que las neoplasias malignas pueden crecer rápidamente, invadir tejidos circundantes y propagarse a otros órganos.

Existen varios tipos de neoplasias nasales, incluyendo adenocarcinomas, carcinomas de células escamosas, melanomas, sarcomas y tumores neuroendocrinos. Los síntomas más comunes incluyen obstrucción nasal, sangrado nasal, dolor facial, dificultad para respirar, ronquidos, pérdida del olfato y dolor de oído.

El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia, su localización y extensión, así como de la salud general del paciente. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos enfoques. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden mejorar significativamente el pronóstico y la calidad de vida del paciente.

El ojo compuesto de los artrópodos es un órgano sensorial especializado en la percepción visual, compuesto por cientos a miles de unidades fotorreceptoras individuales llamadas ommatidios. Cada ommatidio contiene células fotorreceptoras, pigmento y una lente pequeña, lo que permite al artrópodo percibir la luz y los patrones de luz en su entorno desde múltiples ángulos simultáneamente.

Este tipo de ojo proporciona a los artrópodos un campo visual amplio y una alta resolución en movimiento, lo que es particularmente útil para detectar depredadores u objetos en movimiento rápido. Los ojos compuestos se encuentran comúnmente en insectos, crustáceos y algunos otros grupos de artrópodos. La estructura y la función de los ojos compuestos pueden variar entre diferentes especies, adaptándose a sus hábitats y modos de vida específicos.

Las neoplasias de las glándulas salivales se refieren a un crecimiento anormal (tumor) en las glándulas salivales. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las glándulas salivales principales se encuentran dentro y alrededor de la boca y la cara, incluyendo las glándulas parótidas, submandibulares y sublinguales. También hay pequeñas glándulas salivales en todo el revestimiento del tracto digestivo desde la boca hasta el intestino grueso.

Los tumores benignos suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Sin embargo, pueden seguir creciendo y causar problemas locales, como dificultad para masticar o hablar, dolor o infección.

Por otro lado, los tumores malignos pueden invadir tejidos circundantes y diseminarse a otros órganos (metástasis). Los síntomas de un tumor maligno pueden incluir hinchazón, dolor, dificultad para tragar o movimiento facial anormal.

El tratamiento depende del tipo y el estadio del tumor. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. El pronóstico también varía según el tipo y el estadio del tumor.

Los Dispositivos de Protección de los Ojos (DPO) son equipos de seguridad diseñados para proteger los ojos y la zona circundante del rostro contra lesiones y riesgos potenciales. Estos dispositivos pueden incluir gafas de seguridad, caretas, protectores faciales y viseras.

Las gafas de seguridad suelen tener monturas resistentes y lentes construidas con materiales que puedan soportar impactos fuertes. Algunas incluyen filtros especiales para proteger contra radiación específica, como la luz ultravioleta o infrarroja.

Las caretas y protectores faciales cubren todo el área de los ojos, la nariz y la boca, brindando una protección más completa contra líquidos peligrosos, partículas sólidas en suspensión y objetos voladores.

Las viseras son placas planas transparentes que se utilizan a menudo en trabajos donde hay riesgo de salpicaduras químicas o impactos de objetos pequeños.

El uso apropiado de los DPO depende del tipo de riesgo al que está expuesto el usuario, por lo que es importante seleccionar el dispositivo adecuado según las recomendaciones de un profesional médico o de seguridad.

Las neoplasias inducidas por radiación se refieren a los crecimientos anormales o tumores que se desarrollan como resultado de la exposición a dosis elevadas y dañinas de radiación. La radiación, especialmente cuando es de alta intensidad y frecuencia, puede dañar el ADN celular, alterando su capacidad de replicarse y regenerarse correctamente. Este daño genético puede conducir al desarrollo de células cancerosas, que pueden multiplicarse sin control y formar tumores malignos.

Existen diferentes tipos de neoplasias inducidas por radiación, dependiendo del tipo y la ubicación de las células afectadas. Algunos de los más comunes incluyen el cáncer de pulmón, leucemia, cáncer de mama y tumores cerebrales. El riesgo de desarrollar estas neoplasias aumenta con la dosis y la duración de la exposición a la radiación.

Es importante destacar que la exposición a dosis bajas y moderadas de radiación, como las recibidas durante los exámenes médicos o de seguridad, no se consideran suficientemente dañinas para inducir neoplasias. Sin embargo, es fundamental minimizar la exposición innecesaria a la radiación y seguir siempre las recomendaciones y precauciones establecidas por los profesionales médicos y de seguridad.

El adenocarcinoma papilar es un tipo específico de cáncer que se forma en las glándulas del tejido. Más comúnmente, este tipo de cáncer se desarrolla en los pulmones, pero también puede ocurrir en otros órganos como la tiroides y el colon.

En el caso del adenocarcinoma papilar de pulmón, las células cancerosas tienden a crecer en forma de dedo o papila, lo que lleva al nombre de este tipo de cáncer. Los síntomas pueden incluir tos persistente, dificultad para respirar, dolor en el pecho y sibilancias.

El adenocarcinoma papilar de tiroides, por otro lado, es el segundo tipo más común de cáncer de tiroides y a menudo se presenta como un bulto o nódulo en el cuello. Los síntomas pueden incluir hinchazón en el cuello, dificultad para tragar y cambios en la voz.

El tratamiento para el adenocarcinoma papilar depende del tipo y la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia dirigida. Es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha la presencia de este tipo de cáncer.

El carcinoma papilar es un tipo específico de cáncer que se forma en las glándulas. Más comúnmente, este tipo de cáncer se desarrolla en la glándula tiroides y se conoce como carcinoma papilar de tiroides. Este tipo de cáncer comienza en las células llamadas células foliculares o células de la cápsula, que son las células que recubren los lóbulos de la glándula tiroides.

El carcinoma papilar de tiroides se caracteriza por crecer y diseminarse de manera lenta y a menudo no presenta síntomas en sus etapas iniciales. Los síntomas pueden incluir un bulto o nódulo en el cuello, dificultad para tragar, dolor en el cuello o garganta, y cambios en la voz, como ronquera.

El tratamiento del carcinoma papilar de tiroides puede incluir cirugía para extirpar parte o toda la glándula tiroides, seguida de terapia con yodo radiactivo para destruir cualquier tejido canceroso restante. La radioterapia y la quimioterapia también pueden ser recomendadas en algunos casos.

Es importante destacar que el pronóstico del carcinoma papilar de tiroides es generalmente bueno, con una tasa de supervivencia a 5 años superior al 90%. Sin embargo, el pronóstico puede variar dependiendo del estadio y la edad del paciente en el momento del diagnóstico.

Las neoplasias testiculares se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los testículos, lo que resulta en la formación de tumores. Pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores testiculares son relativamente raros, representando alrededor del 1% de todos los cánceres en hombres. Sin embargo, es el cáncer más común en hombres entre las edades de 15 y 35 años.

Hay dos tipos principales de tumores testiculares: germinales y no germinales. Los tumores germinales se originan a partir de células que producen espermatozoides y representan la gran mayoría de los casos de cáncer testicular. Dentro de esta categoría, existen dos subtipos principales: seminomas y no seminomas. Los tumores no germinales se originan en otras células de los testículos y son mucho menos comunes que los tumores germinales.

Los síntomas de las neoplasias testiculares pueden incluir un bulto o aumento de tamaño en uno o ambos testículos, dolor o molestia en el escroto, dolor abdominal, dolor de espalda y agrandamiento de los ganglios linfáticos en la ingle. El diagnóstico generalmente se realiza mediante una combinación de examen físico, ultrasonido testicular, análisis de sangre y, en algunos casos, biopsia.

El tratamiento depende del tipo y estadio del tumor testicular. La cirugía para extirpar el testículo afectado (orquiectomía) es el tratamiento principal para la mayoría de los tipos de cáncer testicular. Otras opciones de tratamiento pueden incluir quimioterapia y radioterapia, dependiendo del tipo y estadio del tumor. La tasa de supervivencia a largo plazo para la mayoría de los tipos de cáncer testicular es alta, especialmente si se detecta y trata tempranamente.

Las neoplasias de tejido muscular, también conocidas como tumores musculares, se refieren a un crecimiento anormal de células en el tejido muscular. Pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Existen dos tipos principales de tejido muscular: el tejido muscular liso, que se encuentra en las paredes de los vasos sanguíneos, el tracto gastrointestinal y otros órganos internos; y el tejido muscular esquelético, que cubre y mueve los huesos.

Las neoplasias del tejido muscular liso se llaman leiomiomas (benignos) o leiomiosarcomas (malignos). Por otro lado, las neoplasias del tejido muscular esquelético se denominan rabdomioma (benigno) o rabdomiosarcoma (maligno).

Los rabdomiosarcomas son los tumores malignos más comunes en los niños y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Los leiomiosarcomas, por otro lado, suelen ser más frecuentes en adultos y se desarrollan a menudo en el tracto gastrointestinal o en los vasos sanguíneos.

El tratamiento de estas neoplasias depende del tipo, la ubicación y la etapa del tumor. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

Neoplasia glandular y epitelial se refiere a un crecimiento anormal y excesivo de tejidos que revisten las superficies internas y externas del cuerpo (epitelio) o forman glándulas. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias glandulares se desarrollan a partir de células que recubren las glándulas y producen sustancias como líquidos, moco o enzimas. Un ejemplo común es el adenoma, un tumor benigno que crece en una glándula.

Por otro lado, las neoplasias epiteliales se originan a partir de células epiteliales y pueden manifestarse como crecimientos anormales en la piel, el revestimiento de los órganos huecos o las vías respiratorias, digestivas o urinarias. Un ejemplo común es el carcinoma, un tumor maligno que se desarrolla a partir de células epiteliales y puede invadir tejidos adyacentes y diseminarse a otras partes del cuerpo.

En resumen, las neoplasias glandulares y epiteliales son crecimientos anormales de tejidos que pueden ser benignos o malignos, y se desarrollan a partir de células que recubren glándulas o superficies internas y externas del cuerpo.

Un adenoma es un tipo de tumor benigno (no canceroso) que se forma en las glándulas. Puede ocurrir en cualquier glándula del cuerpo, pero son más comunes en las glándulas situadas en el revestimiento del intestino delgado y en la próstata de los hombres.

Los adenomas suelen crecer muy lentamente y a menudo no causan ningún síntoma. Sin embargo, algunos tipos de adenomas pueden convertirse en cancerosos con el tiempo, especialmente si son grandes o si han existido durante mucho tiempo.

El tratamiento de un adenoma depende del tamaño y la ubicación del tumor. En algunos casos, se puede observar el crecimiento del tumor con exámenes regulares. En otros casos, se pueden necesitar cirugía o otras terapias para extirpar el tumor.

Es importante acudir al médico si se presentan síntomas como sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales o dolor abdominal inexplicable, ya que pueden ser señales de un adenoma o de otra afección médica grave.

El cistadenocarcinoma mucinoso es un tipo raro y agresivo de cáncer que se forma en las glándulas del cuerpo. Se caracteriza por la producción y acumulación de una sustancia llamada mucina, que está presente en el líquido sinovial y el moco. Esta afección generalmente afecta las glándulas endocrinas, como el páncreas y los ovarios, pero también se puede desarrollar en otras partes del cuerpo.

El crecimiento tumoral suele ser lento, pero tiene una alta tendencia a diseminarse o metastatizar a otros órganos, lo que dificulta su tratamiento y empeora el pronóstico. Los síntomas varían según la ubicación del tumor y pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito y peso, y cambios en los hábitos intestinales o urinarios.

El diagnóstico se realiza mediante una combinación de pruebas de imagenología, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y análisis de tejidos obtenidos a través de biopsias. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el tumor, quimioterapia y radioterapia para destruir las células cancerosas restantes. Sin embargo, debido a su naturaleza agresiva y propensión a la metástasis, el pronóstico para este tipo de cáncer es generalmente malo.

Las neoplasias de los tejidos blandos se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los tejidos blandos del cuerpo. Los tejidos blandos son aquellos que conectan, soportan o protegen otras estructuras corporales y no incluyen huesos, dientes ni cartílagos. Estos tejidos incluyen músculos, tendones, ligamentos, grasa, nervios y vasos sanguíneos.

Las neoplasias de los tejidos blandos pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas). Las tumoraciones benignas suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Por otro lado, las neoplasias malignas, también conocidas como sarcomas de tejidos blandos, tienen el potencial de invadir los tejidos circundantes y propagarse (metástasis) a otros órganos y sistemas corporales.

Los sarcomas de tejidos blandos se clasifican según el tipo de célula afectada y el tejido blando en el que se originan. Algunos tipos comunes de sarcomas de tejidos blandos incluyen liposarcoma (que se origina en las células grasas), leiomiosarcoma (que se origina en el músculo liso), rabdomiosarcoma (que se origina en el músculo esquelético) y fibrosarcoma (que se origina en el tejido conectivo).

El tratamiento de las neoplasias de los tejidos blandos depende del tipo, tamaño, localización y grado de malignidad. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos enfoques. La detección y el tratamiento precoces son cruciales para mejorar el pronóstico y la supervivencia de los pacientes con sarcomas de tejidos blandos.

Las proteínas de neoplasias son aquellas proteínas que se expresan anormalmente en las células cancerosas o neoplásicas. Estas proteínas pueden ser producidas por genes oncogénicos mutados, genes supresores de tumores inactivados o por alteraciones en la regulación génica y traduccional. Las proteínas de neoplasias pueden desempeñar un papel crucial en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento del cáncer.

Algunos ejemplos de proteínas de neoplasias incluyen la proteína del antígeno prostático específico (PSA) que se utiliza como marcador tumoral en el cáncer de próstata, la proteína HER2/neu que se overexpresa en algunos tipos de cáncer de mama y se puede tratar con terapias dirigidas, y la proteína p53 que es un supresor tumoral comúnmente mutado en muchos tipos de cáncer.

El estudio de las proteínas de neoplasias puede ayudar a los médicos a entender mejor los mecanismos moleculares del cáncer y a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas más efectivas y específicas para tratar diferentes tipos de cáncer.

Las neoplasias hematológicas se refieren a un grupo de trastornos relacionados con la producción y el funcionamiento de las células sanguíneas en el sistema hematopoyético. Esto incluye diferentes tipos de cáncer que afectan a los glóbulos blancos (leucemias), los glóbulos rojos (mielomas y macroglobulinemias) y las plaquetas (trombocitopenias).

Estas enfermedades se caracterizan por un crecimiento y división celular descontrolado, lo que lleva a la acumulación anormal de células inmaduras o maduras en la médula ósea, el torrente sanguíneo o los ganglios linfáticos. La proliferación de estas células anormales puede interferir con la producción y función normal de las células sanguíneas sanas, lo que provoca diversos síntomas y complicaciones clínicas.

Los subtipos específicos de neoplasias hematológicas incluyen leucemias agudas y crónicas, mieloma múltiple, macroglobulinemia de Waldenström, linfomas Hodgkin y no Hodgkin, y diversas formas de trastornos mieloproliferativos y mielodisplásicos. El diagnóstico y el tratamiento de estas enfermedades requieren un enfoque multidisciplinario que involucre a especialistas en hematología, oncología, patología y otros campos médicos relacionados.

La definición médica de 'Neoplasias Uterinas' se refiere al crecimiento anormal y desregulado de células en el útero, lo que resulta en la formación de tumores. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las neoplasias uterinas más comunes son miomas uterinos (tumores benignos del músculo liso uterino), adenomiosis (crecimiento anormal del tejido endometrial dentro del músculo uterino) y cáncer de útero o cérvix. Los factores de riesgo para el desarrollo de neoplasias uterinas incluyen menopausia tardía, obesidad, tabaquismo, uso de terapia hormonal sustitutiva y antecedentes familiares de cáncer. El diagnóstico puede incluir exámenes pélvicos, ultrasonidos, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y biopsias del endometrio. El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia uterina y puede incluir vigilancia activa, cirugía, radioterapia o quimioterapia.

Neoplasia intestinal se refiere a un crecimiento anormal y desregulado de células en el interior del intestino, que puede ser benigno o maligno. Existen varios tipos de neoplasias intestinales, pero el más común es el adenocarcinoma, que se origina en las glándulas que recubren el revestimiento interno del intestino.

Las neoplasias intestinales pueden desarrollarse como resultado de una serie de factores, incluyendo la edad avanzada, antecedentes familiares de cáncer colorrectal, enfermedades inflamatorias intestinales crónicas (como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn), dieta rica en grasas y pobre en fibra, tabaquismo y obesidad.

Los síntomas de las neoplasias intestinales pueden variar dependiendo del tipo y la ubicación de la lesión, pero algunos de los signos más comunes incluyen sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales (como diarrea o estreñimiento), dolor abdominal, pérdida de peso involuntaria y anemia ferropénica.

El diagnóstico de neoplasias intestinales generalmente se realiza mediante una combinación de pruebas, como la colonoscopia, la sigmoidoscopia, las pruebas de sangre en heces para detectar sangrado oculto y la tomografía computarizada o resonancia magnética para evaluar la extensión del cáncer.

El tratamiento de neoplasias intestinales depende del tipo y la etapa del cáncer, pero puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia y terapias dirigidas. La prevención se centra en la detección temprana a través de pruebas regulares de detección de cáncer colorrectal y en mantener un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.

La estadificación de neoplasias es un proceso mediante el cual se evalúa y clasifica la extensión del crecimiento canceroso (neoplasia) en un paciente. Este proceso es crucial para determinar el pronóstico del paciente, planificar el tratamiento más adecuado y comunicar de manera efectiva la gravedad de la enfermedad entre los profesionales médicos.

El sistema de estadificación más ampliamente utilizado es el TNM (Tumor, Nodo, Metástasis) desarrollado por la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) y la Asociación Americana de Cancer Registries (AACR). Este sistema se basa en tres componentes principales:

1. Tumor (T): Describe el tamaño del tumor primario y si ha invadido los tejidos circundantes. Las categorías van desde Tis (carcinoma in situ) hasta T4 (tumor invasivo de gran tamaño).

2. Nodo (N): Indica si el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos adyacentes y, en caso afirmativo, hasta qué punto. Las categorías van desde N0 (ningún ganglio linfático afectado) hasta N3 (ganglios linfáticos ampliamente involucrados).

3. Metástasis (M): Determina si el cáncer se ha diseminado a otras partes distantes del cuerpo. Las categorías son M0 (sin evidencia de metástasis) y M1 (evidencia de metástasis a distancia).

Los diferentes tipos de cáncer pueden tener sistemas de estadificación ligeramente modificados, pero el principio básico sigue siendo el mismo. La estadificación puede ser revisada durante el curso del tratamiento si cambia el estado clínico del paciente. Esto permite a los médicos adaptar el plan de tratamiento en función de la progresión de la enfermedad.

Neoplasia es un término general que se refiere al crecimiento celular anormal o a las masas tumorales. Cuando hablamos de "neoplasias de anexos y apéndices de piel", nos referimos específicamente a los tumores benignos o malignos que surgen en las estructuras especializadas (anexos) de la piel, como glándulas sudoríparas, glándulas sebáceas, folículos pilosos y apéndices cutáneos (como por ejemplo, el apéndice mamario).

Estos tumores pueden presentarse en diversas formas y tamaños. Algunos ejemplos de neoplasias benignas de anexos y apéndices de piel incluyen quistes sebáceos, tricomas, nevus adnexal (tumor de glándula sudorípara), mientras que los ejemplos de neoplasias malignas pueden ser el carcinoma de células escamosas, carcinoma de células basales, y diversos tipos de cánceres de glándulas sudoríparas y sebáceas.

El tratamiento y pronóstico de estas neoplasias dependen del tipo específico de tumor, su localización, tamaño y grado de diseminación (si es maligno). Por lo general, el tratamiento implica la extirpación quirúrgica del tumor, aunque en algunos casos puede ser necesaria la radioterapia o quimioterapia adicional.

Las neoplasias vasculares son crecimientos anormales y desregulados de tejido vascular. Pueden ser benignos o malignos (cáncer). Los tumores vasculares benignos más comunes son los angiomas, que se componen principalmente de vasos sanguíneos. Los hemangiomas son tumores vasculares benignos compuestos de células endoteliales que crecen rápidamente durante el primer año de vida y luego suelen involutionar (revertir a un estado normal) en la mayoría de los casos.

Los angiosarcomas son tumores vasculares malignos raros que se desarrollan a partir de las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos o linfáticos. Estos tumores pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en la piel, los senos, el hígado y los músculos esqueléticos. Su crecimiento es agresivo y tienden a metastatizar (diseminarse) rápidamente a otros órganos.

El tratamiento de las neoplasias vasculares depende del tipo, el tamaño, la localización y si son benignas o malignas. Pueden requerir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos tratamientos.

El linfoma es un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, que forma parte del sistema inmunológico del cuerpo. Se desarrolla cuando las células inmunitarias llamadas linfocitos se vuelven cancerosas y comienzan a multiplicarse de manera descontrolada. Estas células cancerosas pueden acumularse en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y otros órganos, formando tumores.

Existen dos tipos principales de linfoma: el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin. El linfoma de Hodgkin se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg, mientras que en el linfoma no Hodgkin no se encuentran estas células.

Los síntomas del linfoma pueden incluir ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso y fatiga. El tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o trasplante de células madre, dependiendo del tipo y etapa del linfoma.

La retina es una membrana delgada y transparente que recubre la parte interna del ojo y desempeña un papel crucial en el proceso de visión. Está compuesta por varias capas de células sensibles a la luz, llamadas fotorreceptores (conos y bastones), que captan la luz entrante y la convierten en impulsos nerviosos.

Estos impulsos viajan a través del nervio óptico hasta el cerebro, donde se interpretan como imágenes visuales. La retina también contiene otras células especializadas, como los ganglios y las células amacrinas, que ayudan a procesar y analizar la información visual antes de enviarla al cerebro.

La parte central de la retina, llamada mácula, es responsable de la visión central y detallada, mientras que las áreas periféricas de la retina proporcionan una visión más amplia pero menos nítida. La preservación de la salud y la función retinales son esenciales para mantener una buena visión y detectar temprano cualquier enfermedad o trastorno relacionado con la retina, como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), el desprendimiento de retina o la retinopatía diabética.

Las neoplasias de las glándulas sudoríparas son crecimientos anormales y no controlados de células en las glándulas sudoríparas, que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las glándulas sudoríparas son responsables de producir sudor para ayudar a regular la temperatura corporal.

Existen dos tipos principales de glándulas sudoríparas: las ecrinas, que se encuentran en toda la piel y son más numerosas, y las apocrinas, que se encuentran principalmente en las axilas y los genitales. Las neoplasias de las glándulas sudoríparas pueden afectar a cualquiera de estos dos tipos de glándulas.

Los tumores benignos de las glándulas sudoríparas incluyen el mixedema, la hidroadenoma y el spiradenoma. Estos crecimientos suelen ser pequeños y no invasivos, y rara vez causan problemas de salud graves. Sin embargo, en algunos casos, pueden causar molestias o complicaciones estéticas, y pueden requerir tratamiento quirúrgico para su eliminación.

Los tumores malignos de las glándulas sudoríparas son más raros que los benignos, pero también son más graves. El tipo más común de cáncer de glándula sudorípara es el carcinoma de células escamosas, seguido del adenocarcinoma y el sarcoma. Estos tumores suelen crecer rápidamente y pueden invadir los tejidos circundantes, causando dolor, hinchazón y otros síntomas. También tienen una mayor probabilidad de diseminarse (metástasis) a otras partes del cuerpo, lo que puede provocar graves complicaciones de salud e incluso la muerte.

El tratamiento de las neoplasias de las glándulas sudoríparas depende del tipo y el estadio del tumor. En general, los tumores benignos se pueden tratar con cirugía o con otras técnicas menos invasivas, como la crioterapia o la electrodesecación. Los tumores malignos suelen requerir tratamientos más agresivos, como la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. En algunos casos, también se pueden utilizar terapias dirigidas u otras opciones de tratamiento experimental.

Las neoplasias óseas se refieren a un crecimiento anormal o tumoración en el tejido óseo. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas). Las neoplasias óseas benignas suelen crecer lentamente y rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo, aunque pueden comprimir tejidos adyacentes y causar problemas. Por otro lado, las neoplasias óseas malignas tienen el potencial de invadir tejido circundante y diseminarse (metástasis) a otras partes del cuerpo, lo que las hace más graves y difíciles de tratar.

Existen diversos tipos de neoplasias óseas, cada una con características particulares en términos de localización, histología, comportamiento clínico y tratamiento. Algunos ejemplos comunes incluyen el osteoma (benigno), el condrosarcoma (maligno) y el mieloma múltiple (maligno). El diagnóstico y manejo de estas afecciones requieren la evaluación por parte de especialistas en medicina oncológica, ortopedia y radiología.

Las neoplasias palatinas se refieren a los crecimientos anormales de tejido en el paladar, que es el techo de la boca. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias benignas del paladar incluyen quistes, granulomas, fibromas y mixomas. Por lo general, son crecimientos lentos y no se diseminan a otras partes del cuerpo. Aunque suelen ser inofensivos, pueden causar problemas si interfieren con la función normal de la boca, como la deglución o el habla.

Las neoplasias malignas del paladar son más graves y se conocen comúnmente como cánceres del paladar. Los tipos más comunes incluyen carcinoma de células escamosas y sarcoma. Estos crecimientos pueden invadir los tejidos circundantes y los ganglios linfáticos, y a veces se diseminan (metastasean) a otras partes del cuerpo. El tabaquismo y el consumo de alcohol son factores de riesgo conocidos para el cáncer del paladar.

El tratamiento depende del tipo y la etapa de la neoplasia. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. El pronóstico también varía según el tipo y la etapa de la neoplasia.

Neoplasias complejas y mixtas son términos utilizados en patología para describir tumores que contienen una mezcla de diferentes tipos celulares o tejidos. Estos tumores no encajan completamente en una sola categoría histológica y suelen mostrar características de más de un tipo de neoplasia.

Las neoplasias complejas a menudo se refieren a los tumores que contienen una combinación de componentes epiteliales y mesenquimales. Un ejemplo común es el carcinoma sarcomatoide, que es un tipo raro de cáncer de pulmón que contiene tanto células epiteliales (carcinoma) como células del tejido conectivo (sarcoma).

Por otro lado, las neoplasias mixtas suelen describir tumores que contienen dos o más tipos de células epiteliales diferentes. Un ejemplo común es el tumor mixediofílico, un tipo raro de tumor de glándula salival que contiene células claras y oscuras.

Es importante tener en cuenta que estos términos se utilizan principalmente en patología y requieren un examen histológico cuidadoso para su diagnóstico. Además, el tratamiento y el pronóstico de estas neoplasias pueden variar dependiendo del tipo y la proporción de células presentes en el tumor.

Los antígenos de neoplasias son sustancias extrañas (generalmente proteínas) que se encuentran en las células cancerosas y que no están presentes o están presentes en cantidades mucho más pequeñas en células normales. Estos antígenos pueden ser producidos por el mismo tumor o por la reacción del cuerpo a la presencia del tumor.

Algunos antígenos de neoplasias son específicos de un tipo particular de cáncer, mientras que otros se encuentran en varios tipos diferentes de cáncer. Estos antígenos pueden ser detectados por el sistema inmunológico y desencadenar una respuesta inmune, lo que puede ayudar al cuerpo a combatir el crecimiento y la propagación del cáncer.

La detección de estos antígenos en sangre o tejidos puede ser útil en el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del tratamiento del cáncer. Sin embargo, no todos los cánceres producen antígenos detectables y su presencia no siempre indica la existencia de un cáncer activo o agresivo. Por lo tanto, la detección de antígenos de neoplasias debe ser interpretada junto con otros factores clínicos y diagnósticos.

Neoplasia mandibular se refiere a un crecimiento anormal o tumor en la mandíbula. Puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso). Los tumores benignos no suelen ser mortales, pero pueden causar problemas si crecen lo suficiente como para presionar contra los tejidos circundantes y dañarlos. Los tumores malignos, por otro lado, pueden invadir y destruir los tejidos cercanos y se pueden extender a otras partes del cuerpo (metástasis).

Existen varios tipos de neoplasias mandibulares, algunas de las más comunes incluyen: ameloblastoma, mixoma, osteoma, fibroma, queratoquiste odontogénico y carcinomas. Los síntomas más comunes son dolor, hinchazón, dificultad para masticar o hablar, movilidad dental y úlceras en la boca que no cicatrizan. El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia y puede incluir cirugía, radioterapia o quimioterapia.

El cistadenocarcinoma es un tipo raro de cáncer que se forma en las glándulas del cuerpo. Por lo general, comienza como un tumor benigno llamado cistoadenoma, pero con el tiempo puede convertirse en maligno y transformarse en cistadenocarcinoma.

Este tipo de cáncer se puede desarrollar en cualquier glándula del cuerpo, aunque es más común en los ovarios y el páncreas. Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del cáncer, pero algunos síntomas comunes incluyen dolor abdominal, hinchazón, pérdida de apetito y pérdida de peso inexplicable.

El tratamiento para el cistadenocarcinoma puede incluir cirugía para extirpar el tumor, quimioterapia y radioterapia. El pronóstico depende del estadio y la ubicación del cáncer en el momento del diagnóstico, así como de la respuesta al tratamiento.

Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas inexplicables o persistentes, especialmente aquellos que afectan el sistema digestivo o reproductivo. Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden mejorar las posibilidades de un resultado favorable.

Las neoplasias de los conductos biliares se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los conductos biliares, que son tubos delgados que conectan el hígado y la vesícula biliar con el intestino delgado. Estos conductos permiten que la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, fluya hacia el intestino delgado para ayudar en la digestión de las grasas.

Existen dos tipos principales de neoplasias de los conductos biliares: tumores benignos y malignos (cáncer). Los tumores benignos, como los adenomas y los papilomas, suelen ser menos comunes y generalmente no representan un riesgo inmediato para la vida. Sin embargo, pueden causar problemas si crecen lo suficiente como para bloquear el flujo de bilis o causar hemorragias internas.

Por otro lado, los tumores malignos o cánceres de los conductos biliares son más graves y potencialmente letales. Estos se dividen en dos categorías: carcinoma intrahepático de los conductos biliares (CIHCB) y colangiocarcinoma extrahepático (CEC). El CIHCB se origina en los conductos biliares dentro del hígado, mientras que el CEC se desarrolla en los conductos biliares fuera del hígado.

El cáncer de los conductos biliares puede ser difícil de diagnosticar y tratar debido a su localización y a la falta de síntomas específicos en las etapas iniciales. El tratamiento dependerá del tipo y del estadio del cáncer, pero puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia.

La invasividad neoplásica es un término médico que se refiere a la capacidad de un tumor o crecimiento anormal (neoplasia) para invadir tejidos circundantes y destruirlos. Esto sucede cuando las células cancerosas se diseminan más allá del sitio original del tumor, atravesando las membranas que normalmente mantienen a las células en su lugar. La invasividad neoplásica es una característica común de muchos tipos de cáncer y puede conducir al desarrollo de metástasis, lo que significa que el cáncer se propaga a otras partes del cuerpo. Cuanto más invasivo sea un tumor, mayor será el riesgo de que se disemine y cause daño adicional a los tejidos y órganos circundantes.

La presión intraocular (PIO) se define como la presión que existe dentro del ojo, específicamente en el interior del espacio comprendido entre la córnea y el cristalino, llamado cámara anterior. Esta presión es generada por el humor acuoso, un líquido transparente producido constantemente por una estructura llamada cuerpo ciliar, localizado detrás del iris. El humor acuoso circula a través de la cámara anterior y se drena hacia los conductos de Schlemm, ubicados en el ángulo iridocorneal.

La presión intraocular normal varía entre 10-21 mmHg (milímetros de mercurio). Valores por encima de este rango pueden indicar glaucoma, una enfermedad que daña el nervio óptico y puede causar pérdida de visión irreversible. Es importante realizar mediciones periódicas de la presión intraocular como parte del examen oftalmológico regular para detectar precozmente cualquier alteración y establecer un tratamiento adecuado.

Las lesiones oculares penetrantes se definen como traumatismos en los que un objeto penetra y traspasa el globo ocular, causando daño a las estructuras internas del ojo. Estas lesiones pueden variar en gravedad desde pequeñas perforaciones hasta lesiones masivas que involucran múltiples estructuras oculares.

El objeto que causa la lesión puede ser algún tipo de proyectil, como astillas de madera, metales o vidrio, u objetos afilados como cuchillos o alambres. También pueden ser el resultado de accidentes industriales o domésticos.

Las lesiones penetrantes pueden dañar cualquiera de las estructuras internas del ojo, incluyendo la córnea, el iris, el cristalino, la retina y el nervio óptico. Pueden provocar hemorragias intraoculares, inflamación, aumento de la presión intraocular e incluso ceguera si no se tratan adecuadamente.

El tratamiento de estas lesiones depende de su gravedad y extensión. Puede incluir medicamentos para controlar la inflamación y la infección, así como cirugía para reparar los daños en las estructuras oculares. En algunos casos, incluso con un tratamiento adecuado, las lesiones penetrantes pueden causar daños permanentes en la visión.

Las neoplasias del timo, también conocidas como tumores del timo, se refieren a un crecimiento anormal de células en el timo, que es una glándula situada detrás del esternón y entre los pulmones. El timo desempeña un papel importante en el sistema inmunológico, especialmente en la infancia y adolescencia, ya que ayuda a formar y madurar los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que combaten las infecciones.

Existen dos tipos principales de neoplasias del timo: tumores benignos (tumores no cancerosos) y malignos (cáncer). Los tumores benignos, como los hamartomas y los quistes, suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Por otro lado, los tumores malignos, como el timoma y el carcinoma de células escamosas del timo, tienen un comportamiento más agresivo y pueden invadir tejidos adyacentes y diseminarse a otros órganos (metástasis).

Los síntomas de las neoplasias del timo pueden variar ampliamente y dependen del tipo y el tamaño del tumor. Algunas personas con tumores benignos no presentan síntomas, mientras que otras pueden experimentar dolor en el pecho, dificultad para respirar o toser, fatiga y pérdida de peso. Los tumores malignos suelen causar síntomas similares, pero también pueden provocar complicaciones más graves, como la compresión de los vasos sanguíneos y los nervios cercanos, lo que puede dar lugar a dolor referido o debilidad en los brazos y las piernas.

El diagnóstico de las neoplasias del timo se realiza mediante una combinación de pruebas de imagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN), y la biopsia del tejido tumoral. El tratamiento depende del tipo y el estadio del tumor, pero puede incluir la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. La supervivencia a largo plazo es generalmente buena para las personas con tumores benignos, mientras que las tasas de supervivencia para los tumores malignos son más variables y dependen del estadio y el grado de diferenciación del tumor en el momento del diagnóstico.

No existe una sola definición médica específica para "Enfermedades de los Perros" ya que las enfermedades caninas pueden ser muy diversas y abarcan un amplio espectro de padecimientos. Sin embargo, podríamos definirlo como el conjunto de condiciones médicas que afectan a los perros y que requieren atención veterinaria.

Algunas categorías comunes de enfermedades en perros incluyen:

1. Enfermedades infecciosas: Estas son causadas por virus, bacterias, hongos o parásitos. Algunos ejemplos son la parvovirosis canina, el moquillo canino, la leptospirosis y la enfermedad de Lyme.

2. Enfermedades degenerativas: Estas se refieren a condiciones que involucran un deterioro progresivo de las estructuras corporales. La artrosis y la enfermedad degenerativa del disco son ejemplos comunes.

3. Enfermedades neoplásicas: También conocidas como cáncer, se refieren al crecimiento anormal y descontrolado de células. Algunos tipos comunes en perros incluyen el linfoma y el osteosarcoma.

4. Enfermedades hereditarias: Estas son condiciones que se transmiten genéticamente de padres a hijos. Ejemplos incluyen la displasia de cadera, la atrofia retinal degenerativa y la enfermedad de von Willebrand.

5. Enfermedades traumáticas: Estas son lesiones causadas por accidentes o eventos traumáticos, como fracturas óseas, luxaciones y contusiones.

6. Enfermedades autoinmunes: Se refieren a condiciones en las que el sistema inmunitario ataca los propios tejidos del cuerpo. El lupus eritematoso sistémico canino y la anemia hemolítica autoinmune son ejemplos.

7. Enfermedades infecciosas: Son enfermedades causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos. El parvovirus canino y la leptospirosis son ejemplos comunes.

Las neoplasias del bazo, también conocidas como tumores del bazo, se refieren a un crecimiento anormal de células en este órgano. Pueden ser benignas o malignas (cáncer). Las neoplasias benignas del bazo son raras y suelen no causar síntomas. Por otro lado, las neoplasias malignas del bazo, que incluyen diferentes tipos de linfasomas y leucemias, pueden provocar aumento de tamaño del bazo (esplenomegalia), dolor en la parte superior izquierda del abdomen, fatiga, pérdida de peso y otras manifestaciones clínicas. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagenología y confirmado con biopsia o cirugía. El tratamiento depende del tipo y estadio de la neoplasia.

Las soluciones oftálmicas son medicamentos líquidos estériles especialmente formulados para su aplicación en los ojos. Estas soluciones contienen una variedad de fármacos, como antibióticos, antivirales, esteroides u otros agentes terapéuticos, destinados a tratar diversas afecciones oculares, aliviar los síntomas oculars y promover la salud ocular.

Las soluciones oftálmicas se presentan en diferentes concentraciones y volúmenes, dependiendo del medicamento y de la dosis prescrita. Algunas deben administrarse varias veces al día, mientras que otras pueden ser de uso diario o eventual, según lo determine el profesional médico.

Estas soluciones oftálmicas deben manipularse con cuidado y esterilidad para evitar la contaminación y garantizar su eficacia terapéutica. Además, antes de aplicar cualquier medicamento en forma de solución oftálmica, se recomienda lavarse las manos y limpiar cuidadosamente el área alrededor del ojo para minimizar el riesgo de infección o irritación.

En resumen, las soluciones oftálmicas son medicamentos líquidos estériles específicamente diseñados para su aplicación en los ojos con el objetivo de tratar diversas afecciones oculares, aliviar los síntomas y promover la salud ocular.

Las neoplasias cardíacas se refieren a un crecimiento anormal de tejido dentro del corazón que no es normal ni benigno. Pueden ser tanto benignas (no cancerosas) como malignas (cancerosas). Las neoplasias benignas tienden a crecer más lentamente y rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo, mientras que las neoplasias malignas, o sarcomas cardíacos primarios, tienen un potencial de invasión y metástasis más alto.

Las neoplasias cardíacas primarias son raras, representando menos del 1% de todos los tumores sólidos. Los tipos más comunes de neoplasias benignas son los mixomas, que se originan en la capa interna del corazón, y los lipomas, que se desarrollan a partir de células grasas. Por otro lado, los sarcomas cardíacos primarios suelen ser muy agresivos y de crecimiento rápido, con el angiosarcoma siendo el tipo más frecuente.

Las neoplasias cardíacas secundarias o metastásicas son mucho más comunes que las primarias. Estos tumores se diseminan al corazón desde otros órganos afectados por cáncer, como el pulmón, mama, riñón y colorrectal.

Los síntomas de las neoplasias cardíacas pueden variar ampliamente dependiendo del tamaño, localización y tipo de tumor. Algunos síntomas comunes incluyen dificultad para respirar, dolor en el pecho, fatiga, ritmos cardíacos irregulares o arritmias, y signos de insuficiencia cardíaca congestiva. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagen como ecocardiogramas, resonancias magnéticas e incluso tomografías computarizadas. El tratamiento depende del tipo y estadio del tumor y puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de estos.

Un cistoadenoma seroso es un tipo específico de tumor benigno que se desarrolla en las glándulas del cuerpo, más comúnmente en el ovario. Este tipo de tumor está lleno de un líquido claro y contiene múltiples compartimentos separados por tabiques finos.

La característica distintiva de un cistoadenoma seroso es la presencia de células productoras de líquido, llamadas células secretoras, en la superficie del tumor. Estas células secretoras producen un líquido similar al suero, lo que le da al tumor su nombre "seroso".

Aunque la mayoría de los cistoadenomas serosos son benignos y no cancerosos, en algunos casos pueden convertirse en malignos o cancerosos. Los síntomas asociados con este tipo de tumor pueden incluir dolor abdominal, hinchazón o distensión abdominal, y cambios en los hábitos intestinales o urinarios.

El diagnóstico de un cistoadenoma seroso generalmente se realiza mediante una combinación de exámenes físicos, análisis de sangre, estudios de imágenes y, en algunos casos, biopsia o extirpación quirúrgica del tumor. El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor, seguida de un seguimiento cuidadoso para detectar cualquier recurrencia o propagación del cáncer.

Neoplasia maxilar se refiere a un crecimiento anormal de tejido en la región maxilar o los huesos que forman la mandíbula. Puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso). Las neoplasias maxilares pueden originarse en cualquiera de los tejidos que conforman la estructura ósea y de soporte blando, incluyendo el hueso, los dientes, los vasos sanguíneos, los nervios, los músculos o los tejidos conectivos.

Los síntomas más comunes de las neoplasias maxilares son dolor de mandíbula, hinchazón facial, dificultad para masticar o tragar, movimiento limitado de la mandíbula, úlceras en la encía que no cicatrizan, dientes flojos o protuberancias en la boca o la cara. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia maxilar y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

Es importante mencionar que si bien este término se refiere a un crecimiento anormal en la región maxilar, existen diferentes tipos de neoplasias que pueden presentarse en esta zona, con características y comportamientos clínicos distintos. Por lo tanto, es fundamental una evaluación y diagnóstico preciso por parte de un profesional médico especializado en el área.

Las neoplasias del colon, también conocidas como cáncer colorrectal, se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en el revestimiento del colon (intestino grueso) o recto. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias benignas incluyen pólipos adenomatosos y pólipos hiperplásicos. Los pólipos adenomatosos tienen el potencial de transformarse en cáncer si no se eliminan quirúrgicamente.

Las neoplasias malignas, o cánceres colorrectales, pueden invadir los tejidos circundantes y propagarse (metástasis) a otros órganos del cuerpo. Los cánceres colorrectales suelen originarse a partir de pólipos adenomatosos que se han vuelto cancerosos.

Los factores de riesgo para el desarrollo de neoplasias del colon incluyen la edad avanzada, antecedentes personales o familiares de pólipos adenomatosos o cáncer colorrectal, enfermedades inflamatorias intestinales crónicas, dieta rica en grasas y pobre en fibra, tabaquismo y obesidad.

El diagnóstico se realiza mediante pruebas de detección como la colonoscopia, sigmoidoscopia flexible, pruebas de sangre oculta en heces y tomografías computarizadas. El tratamiento depende del estadio y la localización de la neoplasia y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas.

Un cuerpo extraño en el ojo se refiere a la presencia no deseada e involuntaria de un objeto o sustancia en el ojo que puede causar incomodidad, dolor, irritación, lagrimeo excesivo o incluso lesiones o infecciones oculares. Estos objetos pueden variar en tamaño y forma, desde partículas diminutas de polvo o arena hasta objetos más grandes como astillas de madera o fragmentos metálicos.

Los cuerpos extraños pueden entrar al ojo de diferentes maneras, como por ejemplo mediante el roce con una sustancia áspera o afilada, por un golpe directo en el ojo, o simplemente al posarse allí arrastrados por el viento o la gravedad. En algunos casos, los cuerpos extraños pueden quedar atrapados bajo las pestañas o incrustados en la superficie del ojo, mientras que en otros casos pueden penetrar más profundamente en el interior del ojo.

El tratamiento para la presencia de un cuerpo extraño en el ojo dependerá del tipo y gravedad de la lesión. En algunos casos, simplemente lavando el ojo con agua o suero fisiológico puede ser suficiente para eliminar la partícula. Sin embargo, si el objeto está incrustado en el ojo o ha causado una lesión grave, puede ser necesario acudir a un médico especialista en oftalmología para recibir tratamiento y evitar complicaciones mayores.

Las Medidas del Movimiento Ocular, también conocidas como Oculometría, se refieren a un conjunto de técnicas y procedimientos utilizados para medir y analizar los movimientos oculares, es decir, el modo en que los ojos se mueven al seguir estímulos visuales o durante el proceso natural de exploración visual. Estas medidas pueden incluir la velocidad, la dirección, la amplitud y la duración de los movimientos oculares, así como la frecuencia y duración de los periodos de parpadeo.

Existen diferentes métodos para realizar las Medidas del Movimiento Ocular, incluyendo el uso de sistemas de video que rastrean la posición de la pupila y el reflejo corneal, y sistemas electrónicos que utilizan sensores de contacto o infrarrojos para medir los movimientos oculares.

Las Medidas del Movimiento Ocular se utilizan en una variedad de aplicaciones clínicas y de investigación, incluyendo el diagnóstico y monitoreo de trastornos neurológicos y desórdenes del sistema visual, la evaluación de la función cognitiva y atencional, la investigación de la percepción visual y la interacción hombre-máquina.

La fijación ocular, en términos médicos, se refiere a la capacidad del sistema oculomotor de mantener la mirada fija en un objeto específico y mantenerlo centrado en la retina durante un período de tiempo. Esto involucra una compleja interacción de músculos oculares, sistemas nerviosos y mecanismos cognitivos para proporcionar estabilidad visual y percepción adecuada. La fijación ocular es fundamental para realizar tareas como la lectura, conducir un vehículo o simplemente ver y reconocer objetos en nuestro entorno. Los déficits en la fijación ocular pueden indicar problemas neurológicos o musculoesqueléticos.

El segmento posterior del ojo, también conocido como el polo posterior del ojo, es la parte posterior del globo ocular que alberga estructuras cruciales para la visión. Estas estructuras incluyen el nervio óptico, el humor vítreo, el cuerpo ciliar, la coroides y la retina, especialmente la mácula y la fóvea. El nervio óptico transmite los impulsos nerviosos desde las células fotorreceptoras de la retina al cerebro, donde se interpretan como imágenes visuales. Cualquier condición médica o patología que afecte al segmento posterior del ojo puede tener graves consecuencias para la visión, incluyendo pérdida de visión parcial o total.

El glaucoma es un término médico que se utiliza para describir un grupo de condiciones oculares que dañan el nervio óptico, lo que puede llevar a la pérdida permanente de la visión. La mayoría de los casos de glaucoma están asociados con un aumento de la presión intraocular (PIO), también conocida como presión ocular. Sin embargo, es importante destacar que el glaucoma puede ocurrir en individuos con niveles normales de PIO.

La PIO se mide en milímetros de mercurio (mmHg). Los valores considerados normales suelen estar entre 10 y 21 mmHg. Cuando la PIO supera los 21 mmHg, existe un mayor riesgo de desarrollar glaucoma. No obstante, algunas personas pueden tener niveles de PIO por encima de este rango sin presentar daño en el nervio óptico ni pérdida de visión.

Existen varios tipos de glaucoma, entre los que se incluyen:

1. Glaucoma de ángulo abierto: Es el tipo más común de glaucoma y ocurre cuando el ángulo de drenaje del ojo está abierto pero no funciona correctamente, lo que provoca un lento aumento de la PIO y daño al nervio óptico.

2. Glaucoma de ángulo cerrado: Sucede cuando el ángulo de drenaje del ojo se estrecha o se cierra completamente, causando un rápido aumento de la PIO y daño al nervio óptico. Este tipo de glaucoma es menos común pero puede ser más agresivo y provocar pérdida de visión rápidamente si no se trata a tiempo.

3. Glaucoma congénito o de desarrollo: Se presenta en bebés nacidos con defectos en el sistema de drenaje del ojo, lo que provoca un aumento de la PIO y daño al nervio óptico.

4. Glaucoma secundario: Es el resultado de una lesión o enfermedad que afecta el sistema de drenaje del ojo, como inflamación, tumores, desprendimiento de retina, diabetes o uso prolongado de esteroides.

5. Glaucoma de pigmento: Ocurre cuando pequeños fragmentos de pigmento se desprenden de la parte posterior del iris y bloquean el sistema de drenaje del ojo, aumentando la PIO y dañando el nervio óptico.

El glaucoma es una enfermedad silenciosa, ya que generalmente no presenta síntomas iniciales y puede pasar desapercibida hasta que se produce una pérdida significativa de la visión. Por esta razón, es importante realizar exámenes oftalmológicos regulares para detectar early el glaucoma y recibir tratamiento a tiempo para prevenir daños irreversibles en la vista. El tratamiento del glaucoma puede incluir medicamentos, láser o cirugía, según la gravedad de la enfermedad y la respuesta al tratamiento.

El cuerpo vítreo, también conocido como humor vítreo, es la parte gelatinosa y transparente del ojo que llena el espacio entre el cristalino y la retina. Ocupa aproximadamente el 80% del volumen total del ojo y ayuda a mantener la forma y la posición de los elementos internos del ojo. Es una estructura compleja formada por agua, colágeno, proteoglicanos y otras moléculas especiales que le dan propiedades únicas, como su alta transparencia y resistencia a la compresión. El cuerpo vítreo desempeña un papel importante en el proceso de refracción de la luz y en el mantenimiento de la integridad estructural del ojo. A medida que envejecemos, el cuerpo vítreo puede sufrir cambios físicos y químicos, como la formación de opacidades (conocidas como "moscas volantes") o la separación parcial de sus componentes, lo que puede afectar nuestra visión.

Los marcadores biológicos de tumores, también conocidos como marcadores tumorales, son sustancias que se encuentran en el cuerpo y pueden indicar la presencia de cáncer. La mayoría de los marcadores tumorales son proteínas producidas por células cancerosas o por otras células del cuerpo en respuesta al cáncer.

Los marcadores tumorales se utilizan más comúnmente como una herramienta auxiliar en el diagnóstico, pronóstico y monitoreo del tratamiento del cáncer. Sin embargo, no se utilizan como pruebas definitivas de cáncer, ya que otros procesos médicos o condiciones de salud también pueden causar niveles elevados de marcadores tumorales.

Algunos ejemplos comunes de marcadores tumorales incluyen el antígeno prostático específico (PSA) para el cáncer de próstata, la alfa-fetoproteína (AFP) para el cáncer de hígado y el CA-125 para el cáncer de ovario. Es importante destacar que los niveles de marcadores tumorales pueden aumentar y disminuir con el tiempo, por lo que es necesario realizar pruebas repetidas en intervalos regulares para evaluar su comportamiento.

Además, los marcadores tumorales también se utilizan en la investigación oncológica para desarrollar nuevas terapias y tratamientos contra el cáncer. La identificación de nuevos marcadores tumorales puede ayudar a detectar el cáncer en etapas más tempranas, monitorizar la eficacia del tratamiento y predecir la recurrencia del cáncer.

La esclerótica es la parte fibrosa y blanca del ojo que forma la mayor parte del exterior del globo ocular. Es opaca, resistente y menos elástica en comparación con la conjuntiva, la membrana transparente que recubre la esclerótica y es visible en el borde de los párpados. La esclerótica ayuda a mantener la forma del ojo y proporciona un soporte estructural para los músculos extraoculares que controlan los movimientos oculares. Aunque generalmente es blanca, su color puede variar en diferentes individuos, y ciertas condiciones médicas pueden causar cambios en el color de la esclerótica.

Las neoplasias (tumores) de las glándulas anales son crecimientos anormales y generalmente descontrolados de tejido en las glándulas situadas alrededor del canal anal. La mayoría de estos tumores son benignos (no cancerosos), pero algunos pueden ser malignos (cancerosos) y potencialmente invasivos.

Los tumores benignos más comunes en esta zona son los adenomas, que surgen de las glándulas anales. Aunque no suelen ser graves, pueden causar problemas si crecen lo suficiente como para bloquear el canal anal o provocar síntomas desagradables como dolor, sangrado o secreción.

Los tumores malignos de las glándulas anales son relativamente raros y se denominan carcinomas de las glándulas anales. Suelen ser agresivos y pueden extenderse a los tejidos circundantes y a los ganglios linfáticos cercanos. El tratamiento generalmente implica cirugía, radioterapia y quimioterapia.

Es importante destacar que cualquier crecimiento o cambio en la zona anal debe ser evaluado por un profesional médico para determinar su naturaleza y planificar el tratamiento adecuado.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

Las neoplasias de células germinales y embrionarias son tipos raros de cáncer que se originan a partir de las células germinales (células reproductivas) o células embrionarias. Estos tumores pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, pero generalmente se encuentran en los ovarios, testículos, mediastino, retroperitoneo y sacro.

Existen dos categorías principales de neoplasias de células germinales y embrionarias: tumores germinales y tumores no germinales (también conocidos como tumores embrionarios). Los tumores germinales se originan a partir de las células germinales y pueden ser benignos o malignos. Los tumores no germinales, por otro lado, se desarrollan a partir de células embrionarias y siempre son malignos.

Los tumores germinales más comunes incluyen el seminoma y el nonseminoma. El seminoma es un tumor que se desarrolla en los testículos y es más frecuente en hombres entre las edades de 25 y 45 años. Los tipos de tumores no germinales incluyen el teratoma, el coriocarcinoma y el tumor del saco vitelino.

El tratamiento de estas neoplasias depende del tipo y la etapa del cáncer, así como de la edad y la salud general del paciente. La cirugía, la quimioterapia y la radioterapia son algunos de los tratamientos más comunes para estos tumores.

Es importante tener en cuenta que, aunque las neoplasias de células germinales y embrionarias son raras, pueden ser muy agresivas y requieren un tratamiento especializado. Si se sospecha la presencia de uno de estos tumores, es fundamental buscar atención médica especializada lo antes posible.

Las neoplasias de la médula ósea se refieren a un crecimiento anormal y desregulado de células en la médula ósea, que es el tejido esponjoso dentro de los huesos donde se producen las células sanguíneas. Estas neoplasias pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias malignas de la médula ósea más comunes son los tumores hematológicos, como leucemias y linfomas. Estas afecciones se caracterizan por un crecimiento descontrolado de células sanguíneas inmaduras o anormales que interfieren con la producción de células sanguíneas normales y saludables.

Por otro lado, las neoplasias benignas de la médula ósea incluyen tumores como el hemangioma y el cordoma. Estos tumores suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Sin embargo, pueden causar problemas si comprimen los tejidos circundantes o dañan la médula ósea.

El tratamiento de las neoplasias de la médula ósea depende del tipo y grado de malignidad, así como de la edad y el estado de salud general del paciente. Puede incluir quimioterapia, radioterapia, trasplante de células madre o terapias dirigidas específicamente a las células anormales.

Las neoplasias meníngeas se refieren a tumores que se originan en las meninges, las membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal. Estos tumores pueden ser benignos o malignos (cancerosos) y su crecimiento puede comprimir estructuras vitales del sistema nervioso central, lo que provoca una variedad de síntomas neurológicos.

Existen varios tipos de neoplasias meníngeas, incluyendo meningiomas, hemangioblastomas, neurinomas, sarcomas y linfomas, entre otros. El tratamiento dependerá del tipo y grado del tumor, así como de su localización y extensión. Puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.

Las neoplasias de tejido adiposo, también conocidas como tumores grasos, son crecimientos anormales en el tejido adiposo (grasa) del cuerpo. Pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

1. Neoplasias Benignas: Las más comunes son los lipomas, que se caracterizan por células grasas maduras y crecen lentamente. Suelen ser redondos, móviles y no causan dolor a menos que estén en una ubicación que provoque irritación. Otras neoplasias benignas incluyen el angiolipoma (grasa con vasos sanguíneos), lipoblastoma (más común en niños) y hibernoma (células grasas marrones).

2. Neoplasias Malignas: La forma más común de cáncer de tejido adiposo es el liposarcoma, que se origina a partir de células anormales en el tejido graso. Pueden ser de crecimiento rápido o lento y tienen la capacidad de invadir tejidos circundantes e incluso diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis). Existen varios subtipos de liposarcomas, cada uno con diferentes características y pronósticos.

El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia. La extirpación quirúrgica es el tratamiento principal para ambos tipos de tumores grasos. En algunos casos de liposarcomas avanzados, puede ser necesaria radioterapia o quimioterapia antes o después de la cirugía. La monitorización regular con resonancia magnética o tomografía computarizada es importante para detectar cualquier recurrencia temprana.

Las infecciones oculares son condiciones médicas en las que diversos microorganismos, como bacterias, virus, hongos o parásitos, invaden y se multiplican en cualquier parte del ojo o sus alrededores. Esto puede causar inflamación, enrojecimiento, picazón, dolor, lagrimeo y visión borrosa. Algunos tipos comunes de infecciones oculares incluyen conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva), blefaritis (inflamación del borde de los párpados) y queratitis (inflamación de la córnea). El tratamiento varía dependiendo del tipo y la gravedad de la infección, pero generalmente implica el uso de medicamentos como antibióticos, antivirales o antifúngicos. En casos graves, puede ser necesaria la intervención quirúrgica. Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha una infección ocular para prevenir complicaciones y posibles daños permanentes en la visión.

Las neoplasias colorrectales se refieren a crecimientos anormales en el revestimiento del colon o recto. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los ejemplos de neoplasias benignas incluyen pólipos adenomatosos y los ejemplos de neoplasias malignas son los carcinomas colorrectales.

Los pólipos adenomatosos son crecimientos no cancerosos que a veces pueden convertirse en cáncer con el tiempo si no se eliminan. Los carcinomas colorrectales son cánceres que se han desarrollado en el revestimiento del colon o recto. Estos tipos de cáncer suelen comenzar como un pólipo pequeño y benigno, pero a medida que crecen, pueden invadir los tejidos circundantes y propagarse (metástasis) a otras partes del cuerpo.

Los factores de riesgo para las neoplasias colorrectales incluyen la edad avanzada, antecedentes familiares de cáncer colorrectal o pólipos adenomatosos, enfermedades inflamatorias intestinales crónicas como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, dieta rica en grasas y pobre en fibra, tabaquismo, obesidad y falta de ejercicio.

La detección temprana y el tratamiento oportuno de las neoplasias colorrectales pueden mejorar significativamente los resultados del paciente. Las pruebas de detección recomendadas incluyen colonoscopia, sigmoidoscopia flexible y pruebas de sangre oculta en heces.

La longitud axial del ojo, también conocida como eje óptico, se refiere a la distancia entre dos puntos específicos del ojo: el punto anterior, que es la superficie frontal central de la córnea, y el punto posterior, que es el punto en la retina donde se encuentra la fóvea, la cual es la parte de la retina responsable de la visión central más aguda.

Esta medida es importante en oftalmología y optometría ya que está relacionada con el poder refractivo del ojo y ayuda a determinar la corrección óptica necesaria para obtener una visión clara y nítida. La longitud axial del ojo generalmente se mide durante un examen oftalmológico utilizando diferentes métodos, como el ultrasonido o la biometría óptica.

Las neoplasias duodenales se refieren a las condiciones en las que se forman crecimientos anormales (tumores) en el duodeno, que es la primera parte del intestino delgado. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los tumores benignos comunes en el duodeno incluyen pólipos adenomatosos, leiomiomas y lipomas. Por otro lado, los tipos más comunes de cáncer que se desarrollan en el duodeno son el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma.

Los factores de riesgo para el desarrollo de neoplasias duodenales incluyen la edad avanzada, la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística, la poliposis adenomatosa familiar y ciertos trastornos genéticos.

El diagnóstico de las neoplasias duodenales se realiza mediante una variedad de pruebas, como la endoscopia digestiva alta, la tomografía computarizada o la resonancia magnética. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia y puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia.

La cámara anterior, también conocida como cámara anterior del ojo o cámara anterior del cristalino, es un espacio acuoso dentro del ojo que se encuentra entre el iris (la parte coloreada del ojo) y la córnea (la cubierta transparente en el frente del ojo). Esta cámara está llena de un líquido claro llamado humor acuoso, que ayuda a proporcionar nutrientes a los tejidos oculares circundantes y mantiene la presión intraocular dentro de un rango normal. La cámara anterior desempeña un papel importante en el proceso de enfoque y acomodación del ojo, ya que ayuda a mantener la forma y la posición adecuadas del cristalino para una visión clara.

La miopía es un defecto refractivo del ojo, lo que significa que hay un problema con la forma en que el ojo enfoca la luz. En la miopía, el ojo es más largo de lo normal desde el frente hacia atrás o el cristalino tiene una curvatura excesiva. Esto hace que la luz se enfoque delante de la retina en lugar de directamente sobre ella, haciendo que los objetos lejanos aparezcan borrosos. La miopía generalmente se diagnostica durante la infancia o la adolescencia y puede empeorar con el tiempo. A menudo se corrige con anteojos o lentes de contacto. En algunos casos, la cirugía refractiva también puede ser una opción.

Las neoplasias de la corteza suprarrenal se refieren a un crecimiento anormal de tejido en la corteza de las glándulas suprarrenales. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos se llaman adenomas, mientras que los tumores malignos se conocen como feocromocitomas o carcinomas de la corteza suprarrenal.

Los adenomas son el tipo más común de neoplasia suprarrenal y generalmente no causan síntomas a menos que produzcan hormonas excesivas. Los feocromocitomas, por otro lado, secretan catecolaminas, como la adrenalina y la noradrenalina, lo que puede provocar hipertensión arterial, taquicardia, sudoración, temblores y ansiedad.

Los carcinomas de la corteza suprarrenal son raros pero muy graves. Se diseminan con frecuencia a otros órganos y tienden a tener un mal pronóstico. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, pérdida de peso y debilidad.

El diagnóstico de estas neoplasias suele implicar pruebas de imagen, como TC o RMN, junto con análisis de sangre y orina para medir los niveles hormonales. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia. La cirugía es el tratamiento principal para la mayoría de estos tumores.

Las neoplasias de la boca, también conocidas como lesiones orales premalignas o malignas, se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de tejidos en la cavidad oral. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias benignas suelen ser crecimientos no invasivos que no se propagan a otras partes del cuerpo. Por otro lado, las neoplasias malignas, como el carcinoma de células escamosas, pueden invadir los tejidos circundantes y propagarse (metástasis) a otros órganos y tejidos distantes, lo que puede ser potencialmente letal.

Los factores de riesgo para las neoplasias orales incluyen el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, una dieta deficiente en frutas y verduras, la infección por virus del papiloma humano (VPH), el uso de betel y otras sustancias estimulantes, y la exposición a ciertos productos químicos.

El diagnóstico de las neoplasias orales generalmente se realiza mediante una biopsia, en la que se extrae una pequeña muestra de tejido para su examen bajo un microscopio. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia, pero puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas. La prevención es importante y se centra en reducir los factores de riesgo y realizar exámenes dentales regulares para detectar tempranamente cualquier crecimiento anormal en la boca.

Las neoplasias del mediastino se refieren a un crecimiento anormal de células en el tejido del mediastino, que es la región central del tórax ubicada entre los pulmones y detrás del esternón. Este espacio contiene varios órganos y tejidos, como el corazón, los grandes vasos sanguíneos, el timo, glándulas endocrinas (como la tiroides y las glándulas suprarrenales), linfáticos y nervios.

Las neoplasias del mediastino pueden ser benignas o malignas (cáncer). Las neoplasias benignas suelen crecer más lentamente, no se diseminan a otras partes del cuerpo y por lo general son menos invasivas. Por otro lado, las neoplasias malignas tienen un comportamiento más agresivo, pueden invadir estructuras adyacentes y metastatizar (diseminarse) a otros órganos y tejidos.

Las neoplasias del mediastino se clasifican según su localización anatómica y el tipo de células afectadas. Algunos ejemplos comunes incluyen:

1. Neoplasias del mediastino anterior:
- Timomas (tumores del timo): La mayoría son benignos, pero algunos tipos como el timoma de células B grandes o los linfomas de células T pueden ser malignos.
- Teratomas: Son tumores que contienen tejido derivado de los tres germinativos embrionarios (ectodérmico, mesodérmico y endodérmico). Pueden ser benignos o malignos.

2. Neoplasias del mediastino medio:
- Lipomas: Son tumores benignos formados por células grasas.
- Quistes bronquiales: Son sacos llenos de líquido que se desarrollan anormalmente en el tejido pulmonar y pueden expandirse hacia el mediastino.

3. Neoplasias del mediastino posterior:
- Neurofibromas y schwannomas: Son tumores benignos de las células nerviosas que se originan en los ganglios nerviosos simpáticos o parasimpáticos.
- Ganglioneuromas: Son tumores benignos derivados de células del sistema nervioso autónomo.

El diagnóstico y tratamiento de las neoplasias del mediastino dependen del tipo, localización y estadio del tumor. La evaluación puede incluir estudios de imagenología como tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética nuclear (RMN), biopsia guiada por TC y análisis histopatológico. El tratamiento puede involucrar cirugía, radioterapia, quimioterapia u otros procedimientos según sea necesario.

Las neoplasias de la lengua se refieren a un crecimiento anormal de tejidos en la lengua que puede ser benigno o maligno. Los tumores benignos suelen ser menos agresivos y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo, mientras que los tumores malignos, también conocidos como cáncer de lengua, pueden invadir los tejidos circundantes y extenderse a otros órganos.

El cáncer de lengua es el tipo más común de neoplasia en la cavidad oral y generalmente se presenta como una úlcera o un engrosamiento en la superficie de la lengua que no desaparece después de dos semanas. Otros síntomas pueden incluir dolor de garganta persistente, dificultad para masticar o tragar, movilidad limitada de la lengua y ganglios linfáticos inflamados en el cuello.

El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son los principales factores de riesgo asociados con el cáncer de lengua. Otras causas incluyen infección por el virus del papiloma humano (VPH), una dieta deficiente en frutas y verduras, y la presencia de células anormales en la mucosa de la boca (leucoplasia o eritroplasia).

El tratamiento de las neoplasias de la lengua depende del tipo, tamaño y localización del tumor, así como de la etapa de avance de la enfermedad. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia dirigida con fármacos específicos que ataquen las células cancerosas. La rehabilitación y el seguimiento médico son esenciales para garantizar una buena calidad de vida después del tratamiento.

Las neoplasias del íleon se refieren a un crecimiento anormal de tejido en la porción final del intestino delgado, conocida como íleon. Este crecimiento puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso).

Las neoplasias benignas comunes del íleon incluyen pólipos y lipomas. Los pólipos son crecimientos pequeños y redondos que sobresalen de la superficie interna del intestino. La mayoría de los pólipos no son cancerosos, pero algunos tipos pueden convertirse en cáncer con el tiempo. Los lipomas son tumores benignos formados por grasa.

Las neoplasias malignas del íleon son más graves y se conocen como adenocarcinoma de intestino delgado, carcinoides, linfomas y sarcomas. El adenocarcinoma es el tipo más común de cáncer de intestino delgado y se origina en las glándulas que recubren el interior del íleon. Los carcinoides son tumores neuroendocrinos que producen hormonas y pueden causar síntomas como diarrea, dolor abdominal y enrojecimiento de la cara. Los linfomas y sarcomas son tipos raros de cáncer que comienzan en los tejidos del sistema inmunológico o en el tejido conectivo del íleon.

El tratamiento de las neoplasias del íleon depende del tipo, tamaño y localización del tumor, así como de la salud general del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de estos.

Las neoplasias orbitales se refieren a un crecimiento anormal de tejidos en la región orbitaria, que es el área circundante al ojo. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas), y su crecimiento puede comprimir los nervios y vasos sanguíneos locales, afectando la función visual y el movimiento ocular.

Las neoplasias orbitales pueden originarse en cualquiera de los tejidos que conforman la órbita, incluyendo el músculo, grasa, nervios, vasos sanguíneos, glándulas lacrimales y linfáticas. También pueden extenderse a la órbita desde estructuras adyacentes, como los senos paranasales o el cerebro.

Los síntomas más comunes de las neoplasias orbitales incluyen protrusión ocular, limitación del movimiento ocular, dolor ocular, enrojecimiento ocular, pérdida de visión y cambios en la apariencia del párpado o del globo ocular. El tratamiento depende del tipo y grado de malignidad de la neoplasia y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

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Retinoblastoma: Neoplasia maligna del ojo (retina) que afecta generalmente a niños menores de 6 años. Se diagnostica con mayor ...
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C00-D49) NEOPLASIAS. *. (D50-D89) ENFERMEDADES DE LA SANGRE Y ÓRGANOS HEMATOPOYÉTICOS Y CIERTOS TRASTORNOS QUE AFECTAN AL ... H00-H59) ENFERMEDADES DEL OJO Y SUS ANEXOS. *. (H60-H95) ENFERMEDADES DEL OÍDO Y DE LA APÓFISIS MASTOIDES. ...
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Los pólipos o neoplasias en el recubrimiento del colon o el recto pueden estar asociados con el cáncer y en ocasiones pueden ... Cáncer del ojo. *Melanoma. *Cáncer paratiroideo. *Cáncer de la hipófisis. *Cáncer de riñón ...
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Neoplasia de la médula espinal ... Cuidado de los ojos, Miopía, Ojo perezoso. * Mohamad H. Yamani ...
  • El cáncer cerebral es una neoplasia intracraneal del sistema nervioso central. (rincondelvago.com)
  • Aunque la mayoría de los pacientes con metástasis sistémicas fuera del sistema nervioso central (SNC) se pueden curar, el pronóstico de los pacientes con enfermedad intracraneal es muy desalentador. (cancer.gov)
  • Evalúe sus conocimientos sobre Sarcoma de Ewing en la edad pediátrica El sarcoma de Ewing es un tumor altamente maligno que afecta a niños y adolescentes, fue descrito por primera vez en 1921 por James Ewing, quien describió un tumor óseo maligno de origen nervioso. (medscape.com)
  • Protrusión del ojo: Prolapso del globo ocular. (librosvets.cl)
  • Su función principal consiste en brindar protección contra factores externos que puedan afectar el ojo, al mismo tiempo que colabora en el proceso de lubricación ocular al generar tanto lágrimas como mucosidad. (advance-affinity.com)
  • como por un atropello o golpe fuerte en la cabeza, ataque de un animal más grande, neoplasias, abscesos en la parte posterior del globo ocular, etc. (magnesol.pe)
  • Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo un a Licencia Creative ocular protrusion and paralysis of the third pair of the right eye. (bvsalud.org)
  • El glaucoma es una enfermedad que puede afectar a muchísimas especies animales, incluidos los humanos. (toppercan.es)
  • Qué es el glaucoma en perros? (toppercan.es)
  • El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa causada por un conjunto de enfermedades que cursan con degeneración y muerte de las células ganglionares de la retina, degeneración de axones del nervio óptico y excavación papilar. (toppercan.es)
  • El 50% de los perros que padecen de glaucoma primario, ven afectados su segundo ojo dos años siguientes al primero. (toppercan.es)
  • Entre los ejemplos de enfermedad que pueden desarrollar glaucoma se encuentran las uveítis , el desplazamiento del cristalino, neoplasia, hemorragia o un trauma en el ojo, entre otras muchas. (toppercan.es)
  • el glaucoma congénito es aquel que se da en animales recién nacidos o en los primeros meses de vida, debido a malformaciones durante la gestación. (toppercan.es)
  • en el glaucoma la PIO es superior a 20 mm Hg. (toppercan.es)
  • Se debe hacer hincapié en que la presión intraocular aumentada no es lo mismo que glaucoma. (toppercan.es)
  • EL glaucoma es una enfermedad que puede acabar el pérdida de visión. (toppercan.es)
  • En términos generales, comienza en la mitad de las tres capas de la pared del ojo: la exterior incluye la esclerótica blanca (la 'parte blanca del ojo') y la córnea transparente en la parte frontal del ojo. (hospitaluvrocio.es)
  • Te has planteado "Mi gato tiene un ojo malo" y crees que tu gato puede tener conjuntivitis? (advance-affinity.com)
  • Conjuntivitis en gatos: ¿qué es? (advance-affinity.com)
  • Las conjuntivitis en gatos pueden ser de múltiples tipos en función de las causas, si bien es cierto que a menudo ocurre una presentación mixta debido a la intervención de más de un agente al mismo tiempo. (advance-affinity.com)
  • En la progresión habitual de este tipo de conjuntivitis verás que, al principio, tu gato tiene afectado solamente un ojo , pero, a medida que avanza el proceso vírico, acaba afectando al otro ojo también. (advance-affinity.com)
  • La conjuntivitis folicular se caracteriza por la formación de folículos linfoides en la conjuntiva, que generalmente aparecen en la zona bulbar de la membrana nictitante, pero no necesariamente es así, como se muestra en las imágenes adjuntas. (diagnosticoveterinario.com)
  • Retinoblastoma: Neoplasia maligna del ojo (retina) que afecta generalmente a niños menores de 6 años. (olegario.mx)
  • El retinoblastoma es un tumor infantil relativamente poco frecuente que se origina en la retina y representa alrededor del 3 % de los cánceres en los niños menores de 15 años. (cancer.gov)
  • 23]​[24]​ Primera unidad especializada en el tratamiento láser de lesiones, neoplasias y malformaciones vasculares, en 1985. (wikipedia.org)
  • Las úlceras corneales de origen infeccioso son una emergencia oftalmológica que amenaza la visión y la integridad estructural del ojo, causando ceguera en 1,5 a 2 millones de casos al año por lo que requiere tratamiento inmediato. (bvsalud.org)
  • Linfoma: Este cáncer ataca el sistema linfático, el cual es una red de órganos y tejidos responsables también de la defensa del organismo y su tratamiento es generalmente con quimioterapia. (olegario.mx)
  • En pacientes adultos con trombocitopenia e infección crónica por el virus de la hepatitis C, cuando el grado de la trombocitopenia es el principal factor que impide el inicio o limita la capacidad de mantener un tratamiento basado en interferón de forma óptima. (vademecum.es)
  • Finalmente, dependiendo de la fase en la que se encuentre la enfermedad, los especialistas podrán determinar si es posible extirpar los tumores por medio de cirugía o planificar un tratamiento. (informador.mx)
  • La oftalmología es la especialidad médico-quirúrgica que trata la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y anomalías del ojo y las estructuras perioculares como los párpados o las glándulas lagrimales. (clinicaveterinariaalbeitar.es)
  • El objetivo del tratamiento del retinoblastoma es salvar la vida del paciente y conservar la visión útil. (cancer.gov)
  • En los pacientes que presentan retinoblastoma extraocular, es probable que el tratamiento con quimioterapia sistémica y radioterapia sea curativo. (cancer.gov)
  • Utilidad de rituximab en el tratamiento de linfoma no Hodgkin B Rituximab combinado con quimioterapia muestra ser buena alternativa en el tratamiento de linfoma no-Hodgkin en niños y adolescentes, debido en gran parte a su buena tolerancia, que es casi inmediata. (medscape.com)
  • Para empezar, han abordado el tratamiento de los melanomas uveales, que son los tumores malignos que afectan al ojo. (hospitaluvrocio.es)
  • El único tratamiento de la Macroglobulinemia de Waldenström con posibilidades curativas es el trasplante hematopoyético . (fcarreras.org)
  • La mucormicosis es una infección con una alta mortalidad, el pronóstico está en relación con el diagnóstico precoz, el tratamiento quirúrgico y antimicótico. (bvsalud.org)
  • Cuando esta multiplicación celular se realiza de forma desordenada se produce un tumor, y cuando este crecimiento celular se realiza de forma incontrolada y anormal, el resultado es un tumor de carácter maligno, que tiende a invadir el tejido circundante y metastatizar a puntos distantes del organismo. (rincondelvago.com)
  • según las descripciones de los antiguos anatomistas, al retirar el tejido externo del ojo, quedaba una estructura similar a la uva por debajo de la cáscara. (scielo.sa.cr)
  • La almohadilla plantar (pulpejo) de los perros es una zona de tejido especializada. (elmundodelperro.net)
  • Si las células continúan dividiéndose sin control cuando no se necesitan células nuevas, se forma una masa de tejido llamada neoplasia o tumor. (epnet.com)
  • Para confirmar el diagnóstico del cáncer de vesícula, se debe llevar a cabo una biopsia , que es la extracción de una muestra de tejido para su evaluación. (epnet.com)
  • La conclusión a la que llegaron los autores de este estudio es que la extirpación quirúrgica del carcinoma de células escamosas en o cerca del ojo, o en otros lugares del cuerpo, parece tener un buen pronóstico. (portalveterinaria.com)
  • Los lunares pueden aparecer cerca del ojo. (msdmanuals.com)
  • 23]​[24]​ En 1981 se realiza el primer trasplante de glándula salivar en ojo seco del mundo. (wikipedia.org)
  • Melanoma El melanoma es un cáncer de piel que comienza en las células productoras de pigmento de la piel (melanocitos). (msdmanuals.com)
  • Es fundamental para el personal médico reconocer síntomas y signos clínicos de inflamación del tracto uveal, pues la pronta referencia al especialista en Oftalmología es un factor determinante en la evolución y el pronóstico de la enfermedad. (scielo.sa.cr)
  • La enfermedad ósea metabólica (EOM), es una de las enfermedades más comunes en reptiles. (aevaveterinaria.com)
  • La enfermedad ósea metabólica es el resultado de un equilibrio inadecuado de calcio y fósforo, debido frecuentemente a un manejo inadecuado. (aevaveterinaria.com)
  • Por último, es importante recalcar que la enfermedad metabólica ósea también se puede producir de manera secundaria a afecciones orgánicas del riñón, tiroides, paratiroides, síndrome de malabsorción, esteatorrea y cirrosis biliar. (aevaveterinaria.com)
  • No obstante, una analítica sanguínea normal no es excluyente de enfermedad ósea metabólica. (aevaveterinaria.com)
  • A través de un comunicado se informó que el ejemplar es distribuido en las unidades médicas de primer y segundo nivel de atención, así como en las Estancias de Bienestar y Desarrollo Infantil (EBDI), toda vez que la detección oportuna es fundamental para poder tratar la enfermedad, destacó el organismo en un comunicado. (olegario.mx)
  • Otros factores que se asocian con el desarrollo de la enfermedad son: sobrepeso, padecer diabetes o pancreatitis crónica, síndrome de neoplasia endocrina múltiple, síndrome de Von Hippel-Lindau, por mencionar algunos. (informador.mx)
  • La tarea del clínico es determinar si el olor corporal en cuestión es un signo de enfermedad o si se encuentra dentro de lo normal en el animal en cuestión. (elmundodelperro.net)
  • Numerosas patologías generales del organismo pueden afectar al ojo, pudiendo ser el primer síntoma que nos haga sospechar de una enfermedad determinada, como por ejemplo la uveítis causada por Leishmaniosis en el perro. (clinicaveterinariaalbeitar.es)
  • La invasión focal de la coroides es frecuente, aunque la invasión masiva se produce en casos de enfermedad avanzada. (cancer.gov)
  • enfermedad hereditaria que ocasiona el deterioro de los receptores que permiten captar la luz en el ojo. (misanimales.com)
  • Es una enfermedad autoinmunitaria a la que los caniches están predispuestos. (misanimales.com)
  • Ante la sospecha de mucormicosis, es indispensable contar con los estudios de imágenes apropiados como la resonancia magnética para documentar la extensión de la enfermedad, seguida de una intervención quirúrgica. (bvsalud.org)
  • La fibrocondrogénesis es una enfermedad grave del crecimiento óseo. (ivami.com)
  • El cáncer de la vesícula biliar es una enfermedad en la cual las células cancerosas crecen en ella. (epnet.com)
  • Un factor de riesgo es aquello que incrementa su probabilidad de contraer una enfermedad o condición. (epnet.com)
  • Esta enfermedad cursa con eosinofilia y es una de las pocas causas de FOD en la que la velocidad de eritrosedimentacion se aproxima a 0 mm/h. (clinica-unr.com.ar)
  • Caso Clínico: Leucocoria derecha en preescolar de 4 años La paciente de 4 años 3 meses de edad presenta leucocoria y proptosis en el ojo derecho. (medscape.com)
  • Fue valorado inicialmente por el Servicio de Oftalmología objetivando exoftalmos moderado en ojo derecho, inflamación, hiperemia y tumefacción palpebral superior e inferior derecha moderadas, limitación en todas las posiciones de de la mirada y diplopia. (isciii.es)
  • La presión intraocular (PIO) del ojo derecho era de 20 mmHg. (isciii.es)
  • parálisis del tercer par del ojo derecho. (bvsalud.org)
  • E n Perú, el cáncer de mama es la segunda neoplasia que demanda mayor atención en los hospitales del Ministerio de Salud (Minsa), solo después del cáncer de cuello uterino. (ojo-publico.com)
  • El tumor de Wilms: Afecta a los riñones y es más común en niños de 2 a 4 años presentándose como grandes masas abdominales. (olegario.mx)
  • Neoplasias como el TUMOR DE LOS PÁRPADOS denominado Tumor de las glándulas de Meibomius que crece formando un nódulo en el borde del párpado. (clinicaveterinariaalbeitar.es)
  • Mini Examen Clínico: Evalúe sus conocimientos sobre osteosarcoma El osteosarcoma es el tumor óseo maligno más frecuente en la edad pediátrica. (medscape.com)
  • Quimioterapia intraarterial en retinoblastoma El retinoblastoma es el tumor maligno intraocular más común en pediatría. (medscape.com)
  • Es un GRD médico que agrupa a pacientes ingresados por bronquitis aguda, asma, traqueitis o bronquiolitis y que, además, tienen otro diagnóstico etiquetado de complicación o comorbilidad mayor como insuficiencia respiratoria aguda. (gestion-sanitaria.com)
  • Considero que ésta ultima situación es la que sucede en el paciente, por lo tanto descarto una infección aguda por VEB. (clinica-unr.com.ar)
  • La uveítis es un proceso de inflamación intraocular de etiologías muy diferentes, que representa una importante causa de pérdida visual a nivel mundial. (scielo.sa.cr)
  • en este caso, al ángulo iridocorneal es normal, pero los canales de drenaje del humor acuoso están obstruidos y el líquido sale más lentamente, lo que provoca un incremento de la presión intraocular y daños en el nervio óptico. (toppercan.es)
  • Retinoblastoma: neoplasia intraocular más común en la edad pediátrica El retinoblastoma es el cáncer maligno intraocular más común en la edad pediátrica. (medscape.com)
  • El retinoblastoma es un cáncer infantil que exige una cuidadosa integración de la atención multidisciplinaria. (cancer.gov)
  • es una inversión del parpado que comienza a frotar la zona del ojo, por lo que se ocasiona inflamación, dolor, úlceras y ceguera. (misanimales.com)
  • Ojo rojo, úlceras orales, inflamación pabellón auricular. (clinica-unr.com.ar)
  • En la mayoría de los casos, el animal es ciego del ojo afectado. (toppercan.es)
  • pérdida de la transparencia del cristalino, lo cual se observa como una placa blanca en el ojo que obstruye la visión del can. (misanimales.com)
  • Normalmente el ojo lo realiza de forma fisiológica y automática para controlar la cantidad de luz que entra en el ojo, incrementado el diámetro en lugares oscuros. (toppercan.es)
  • A pesar de las terapias que se implementan para salvamento, se ha incrementado el riesgo de segundas neoplasias. (medscape.com)
  • La conjuntiva es la membrana que recubre el área blanca del ojo (esclerótica) y el interior de los párpados. (advance-affinity.com)
  • De igual manera, la directora de la CPC, doctora Laura Salvestrini, señaló que contar con el videoendoscopio digestivo con AI, Fuji Serie 7000, "significa estar a la vanguardia en el diagnóstico de patologías", ya que el software reconoce y alerta sobre la presencia de lesiones tan pequeñas que se escapan al ojo humano. (sociedadanticancerosa.org)
  • Es por ello que la Macroglobulinemia de Waldenström clásicamente se cataloga como una gammapatía monoclonal, pero desde el punto de vista clínico es más parecida a un linfoma no-hodgkiniano de células B de tipo indolente (linfoma linfoplasmocítico) . (fcarreras.org)
  • En algunos casos, puede haber una secreción constante de lágrimas (epífora) y sensación de dolor, que se manifiesta como el cierre involuntario del ojo (blefaroespasmo). (advance-affinity.com)
  • Dolor de espalda detrás de los pulmones Quien experimenta dolor en la espalda al respirar puede sentirse preocupado, pero a veces no es más que una punzada pasajera. (obelion.org)
  • Córnea, enfermedades del ojo externo y cirugía refractiva VII. (moam.info)
  • la PIO del ojo izquierdo fue de 10 mmHg. (isciii.es)
  • Los pólipos o neoplasias en el recubrimiento del colon o el recto pueden estar asociados con el cáncer y en ocasiones pueden ser parte de trastornos heredados. (medlineplus.gov)
  • El conocimiento empírico sobredichos trastornos es escaso. (bubok.es)
  • Es sumamente importante saber que las pulgas son responsables de la producción y transmisión de varias enfermedades en el ser humano y sus mascotas. (elmundodelperro.net)
  • Síndrome del lóbulo frontal El cerebro humano es magnífico y complejo. (obelion.org)
  • Bacterias con apariencia de ojos de buey En el hígado puede aparecer una amplia gama de neoplasias tanto benignas como malignas. (obelion.org)
  • Porción anterior y transparente de la cubierta fibrosa del ojo constituida por cinco capas: epitelio escamoso estratificado (epitelio anterior), la LÁMINA LIMITANTE ANTERIOR (membrana de Bowman), el estroma (sustancia propia, tela conectiva), LÁMINA LIMITANTE POSTERIOR (membrana de Descemet) y el endotelio mesenquimatoso (mesotelio). (bvsalud.org)
  • Se puede observar una especie de "moco" blanco amarillento en el ojo. (misanimales.com)
  • Exploración neurológica y fondo de ojo normal. (neurorecordings.com)
  • La exploración del fondo de ojo era normal. (isciii.es)
  • El estudio requerirá además de una analítica completa con hemograma, bioquímica (glucemia, ionograma, perfil renal y perfil hepático) y estudio de coagulación, estudio inmunofenotípico citogenético y molecular de la sangre y medula ósea (aspirado medular), estudio del fondo del ojo para valorar hiperviscosidad y una prueba TC torácica abdominal si se sospecha de adenopatías o de una gran masa tumoral. (fcarreras.org)
  • En un cuestionario telefónico se pidió a los propietarios información relacionada con la supervivencia, el sacrificio, la integración en el rebaño después del alta de la clínica, la cicatrización de heridas y recurrencia de neoplasias. (portalveterinaria.com)
  • Esta constituida por 3 capas  Su irrigación es variada  inervación es llevada a cabo por el sistema motor y sensitivo. (slideshare.net)
  • El ojo contiene un líquido, denominado humor acuoso , producido por los cuerpo ciliares. (toppercan.es)
  • La vesícula biliar es un órgano pequeño, en forma de pera que se localiza debajo del hígado y donde se almacena la bilis hasta que ésta es necesitada por el sistema digestivo. (epnet.com)
  • Estructuralmente se continua con la esclera, es avascular, y recibe su nutrición por permeabilidad a través de los espacios existentes entre las láminas. (bvsalud.org)
  • Se continua estructuralmente con la ESCLERA, es avascular, recibe sus nutrientes por permeación a través de espacios entre las lamelas y es inervada por la división oftálmica del NERVIO TRIGÉMINO, a través de los nervios ciliares y los que rodean la conjuntiva, que conjuntamente forman plexos (Adaptación del iriginal: Cline et al. (bvsalud.org)
  • El Consejo Internacional de Oftalmología es consciente de la gran variabilidad de estándares y patrones educativos, de la prevalencia de las enfermedades y de las estructuras sociales para la prestación de atención oftalmológica en las distintas regiones geográficas y, por lo tanto, estimula la modificación continua de estos programas de estudio para adaptarse a las necesidades de las diferentes comunidades globales. (moam.info)
  • La tomografía computarizada también es de ayuda para determinar si el cáncer se ha diseminado a los nódulos linfáticos o al hígado (los dos lugares más frecuentes a los que se expande el cáncer de la vesícula biliar). (epnet.com)
  • El síntoma principal de la anisocoria en felinos es la presencia de un ojo más pequeño o más grande que otro. (vidaconmascotas.com)
  • PIEL Es una estructura compleja que sirve de frontera entre el cuerpo y el ambiente exterior. (slideshare.net)
  • Es normal que en ciertas zonas del cuerpo exista una mayor pigmentación, como en pezones, genitales externos o alrededor de orificios naturales. (slideshare.net)
  • Los perros suelen adaptarse bien a la pérdida de la visión si es progresiva. (misanimales.com)
  • La doctora Salvestrini agregó que los pacientes que necesiten ser atendidos en la CPC para realizarse el estudio con dicho videoendoscopio con AI, deben solicitar una cita previa con un gastroenterólogo, el cual indicará si es necesario que se sometan a ese examen. (sociedadanticancerosa.org)
  • El colágeno de tipo XI también es parte del oído interno, el vítreo y el núcleo pulposo. (ivami.com)
  • El colágeno defectuoso debilita los tejidos conectivos afectando a la formación de los huesos a lo largo del esqueleto y provocando cambios en el ojo y el oído interno que dan lugar a problemas de visión y audición. (ivami.com)
  • Un mejor diagnóstico gracias al análisis de imágenes por parte de los radiólogos es otro de los descubrimientos conseguidos por parte de la inteligencia artificial, tal y como relata Fácila: "La tecnología permite describir por probabilidades qué características tiene el paciente. (redaccionmedica.com)
  • Es dura y acartonada paciente con esclerodermia. (slideshare.net)
  • Presentamos un paciente de 54 años que es diagnosticado de cáncer prostático diseminado tratado mediante bloqueo androgénico completo. (isciii.es)
  • Es un grupo de personas que tiene experiencia con el cáncer desde diferentes posiciones: médicos, enfermeras, psicólogos, nutricionistas, personal de enlace, etc. (bvsalud.org)
  • La mayoría de las personas tienen lunares pero la tendencia a desarrollar lunares atípicos es, a menudo, hereditaria. (msdmanuals.com)
  • Un total de 7 personas al año en Andalucía contraen esta patología rara, por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos del ojo. (hospitaluvrocio.es)
  • Sin embargo, independientemente de la causa que provocó esta condición en el felino, es necesario comuníquese con su veterinario inmediatamente de tal forma que se salve no solo la salud de los ojos del felino sino también la vista de nuestro peludo amigo. (vidaconmascotas.com)
  • El cáncer prostático es la neoplasia urogenital más frecuente y supone la tercera causa de muerte por cáncer en el varón tras el pulmonar y colorrectal. (isciii.es)
  • La causa exacta del cáncer de la vesícula biliar es desconocida. (epnet.com)