Porción interna del riñón constituida por masas cónicas estriadas; las pirámides renales cuyas bases están adyacentes a la corteza y los vértices que forman las prominencias papilares que se proyectan hacia la luz de los cálices menores.
Órgano del cuerpo que filtra la sangre para la secreción de ORINA y que regula las concentraciones de iones.
Proteína específica de los canales de agua que se expresa en los TÚBULOS COLECTORES RENALES. La translocación de la acuaporina 2 a la MEMBRANA PLASMÁTICA apical está regulada por la VASOPRESINA, y se han implicado a las MUTACIONES de AQP2 en diersos trastornos renales, como la DIABETES INSÍPIDA.
Porción externa de los RIÑONES, se localiza debajo de la cápsula, constituida por los GLOMÉRULOS RENALES; TÚBULOS RENALES, DISTALES; y TÚBULOS RENALES, PROXIMALES.
Acuagliceroporina que se encuentra principalmente en los TÚBULOS COLECTORES RENALES. La proteína AQP6 funciona como canal específico de aniones.
Acido (11 alfa,13E,15S)-11,15-Dihidroxi-9-oxoprosta-13-en-1-oico (PGE(1)); ácido (5Z,11 alfa,13E,15S)-11,15-dihidroxi-9-oxoprosta-5,13-dien-1-oico (PGE(2)); y ácido (5Z,11 alfa,13E,15S,17Z)-11,15-dihidroxi-9-oxoprosta-5,13,17-trien-1-oico (PGE(3)). Tres de las seis prostaglandinas que se encuentran en la naturaleza. Son consideradas primarias en el sentido de que ninguna se deriva de otra en los organismos vivientes. Fueron aisladas originalmente de las vesículas y el fluido seminal de la oveja, se encuentran en muchos órganos y tejidos y desempeñan un importante rol en la mediación de varias actividades fisiológicas.
Túbulos rectos que comienzan en la parte radiada de la corteza renal donde reciben las terminaciones curvadas de los túbulos contorneados distales. En la médula los túbulos colectores de cada pirámide convergen para unirse en un túbulo central (conducto de Bellini) el cual se abre en el ápice de la papila.
Parte más inferior del TRONCO ENCEFÁLICO. Está ituado debajo del PUENTE y es anterior al CEREBELO. El bulbo raquídeo es una estación de cambio entre el cerebro y la médula espinal y contiene los centros para la regulación de las actividades respiratoria, vasomotora, cardiaca y reflejas.
El ácido araquidónico es un ácido graso omega-6 poliinsaturado, encontrado en algunos tejidos animales y humanos, que desempeña un papel importante en la inflamación y homeostasis de los lípidos.
Especie Oryctolagus cuniculus, de la familia Leporidae, orden LAGOMORPHA. Los conejos nacen en las conejeras, sin pelo y con los ojos y los oídos cerrados. En contraste con las LIEBRES, los conejos tienen 22 pares de cromosomas.
Procesos patologicos del REÑON o de componentes de su tejidos.
Transferencia de un riñón humano o animal a otro.
Son largos conductos que salen de la CÁPSULA GLOMERULAR. La porción inicial al corpúsculo renal se denomina túbulo contorneado proximal por seguir un curso tortuoso. Después el túbulo se endereza y forma el ASA NEFRÓNICA que toma un curso recto hacia el centro del riñón, haciendo un giro en forma de horquilla y volviendo en línea recta hacia su correspondiente corpúsculo renal. Es ahora que forma el túbulo contorneado distal, el cual se continúa con el túbulo colector. Seis o siete túbulos colectores confluyen formando los conductos papilares de Bellini que abocan a la superficie de las papilas renales. (Netter, F.H..Riñones, Uréteres y V. Urinaria. Anatomía y Fisiología. Barcelona, Salvat, p. 6)
Abrupta reducción de la función renal. La lesión renal aguda abarca todo el espectro del síndrome incluyendo insuficiencia renal aguda; NECROSIS TUBULAR AGUDA y otras condiciones menos graves.
Estadio final de la INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA. Se caracteriza por daño renal irreversible grave (según la medida del nivel de PROTEINURIA) y la reducción de la TASA DE FILTRACIÓN GLOMERULAR a menos de 15 ml por minuto (Adaptación del original: Kidney Foundation: Kidney Disease Outcome Quality Initiative, 2002). Estos pacientes generalmente requieren HEMODIÁLISIS o TRASPLANTE DE RIÑÓN.
Capacidad del riñón para excretar en la orina altas concentraciones de solutos del plasma sanguíneo.
Capilares en forma de penachos que se proyectan hacia las terminaciones dilatadas o las cápsulas de cada uno de los túbulos renales, los cuales en conjunto son rodeados por una cápsula (cápsula glomerular) lo que da lugar al corpúsculo renal. (Dorland, 27th ed)
Tumores o cánceres del RIÑÓN.

La médula renal, en términos médicos, se refiere a la parte interior del riñón. Es el sitio donde se llevan a cabo los procesos finales de filtración de la sangre por parte del riñón para producir orina. La médula renal está compuesta por varias pirámides, conocidas como pirámides renales, que están rodeadas por el tejido del córtex renal. Cada pirámide contiene cientos de tubos diminutos llamados nefrones, que son las unidades funcionales básicas del riñón.

Las nefrones reciben el flujo sanguíneo filtrado a través de la arteriola aferente y eliminan los desechos y el exceso de líquido a través de la arteriola efferente en un pequeño saco, llamado glomérulo. A continuación, este fluido se canaliza a través de una serie de tubos, donde se reabsorben los nutrientes y el agua, antes de que el líquido residual se drene en los túbulos colectores y, finalmente, se elimine del cuerpo como orina.

La médula renal también desempeña un papel importante en la regulación de los niveles de electrolitos y fluidos en el cuerpo, así como en la producción de hormonas que ayudan a regular la presión arterial y la formación de glóbulos rojos.

El riñón es un órgano vital en el sistema urinario de los vertebrados. En humanos, normalmente hay dos riñones, cada uno aproximadamente del tamaño de un puño humano y ubicado justo arriba de la cavidad abdominal en ambos flancos.

Desde el punto de vista médico, los riñones desempeñan varias funciones importantes:

1. Excreción: Los riñones filtran la sangre, eliminando los desechos y exceso de líquidos que se convierten en orina.

2. Regulación hormonal: Ayudan a regular los niveles de varias sustancias en el cuerpo, como los electrolitos (sodio, potasio, cloro, bicarbonato) y hormonas (como la eritropoyetina, renina y calcitriol).

3. Control de la presión arterial: Los riñones desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la presión arterial normal mediante la producción de renina, que participa en el sistema renina-angiotensina-aldosterona, involucrado en la regulación del volumen sanguíneo y la resistencia vascular.

4. Equilibrio ácido-base: Ayudan a mantener un equilibrio adecuado entre los ácidos y las bases en el cuerpo mediante la reabsorción o excreción de iones de hidrógeno y bicarbonato.

5. Síntesis de glucosa: En situaciones de ayuno prolongado, los riñones pueden sintetizar pequeñas cantidades de glucosa para satisfacer las necesidades metabólicas del cuerpo.

Cualquier disfunción renal grave puede dar lugar a una enfermedad renal crónica o aguda, lo que podría requerir diálisis o un trasplante de riñón.

La acuaporina 2 (AQP2) es una proteína integral de membrana que actúa como un canal selectivo de agua. Se localiza principalmente en las membranas apicales de los túbulos contorneados distales y los túbulos colectores del riñón, donde desempeña un papel crucial en la reabsorción de agua y el mantenimiento del equilibrio hídrico en el cuerpo. La AQP2 es regulada por la hormona antidiurética (ADH) secretada por la glándula pituitaria, la cual estimula su traslocación desde los compartimentos intracelulares a la membrana apical, aumentando así la permeabilidad al agua y promoviendo la reabsorción de agua en los túbulos renales. La disfunción o mutaciones en el gen que codifica para la AQP2 pueden conducir a diversas patologías, como la diabetes insípida nefrogénica, una enfermedad caracterizada por la incapacidad de concentrar la orina y poliuria severa.

La corteza renal es la capa externa del riñón, donde se llevan a cabo las primeras etapas del proceso de filtración de la sangre para formar orina. Está compuesta por glomérulos, tubos contortos y vasos sanguíneos que ayudan en la reabsorción de agua, glucosa, aminoácidos y otras sustancias útiles, mientras que eliminan desechos y toxinas del cuerpo. La corteza renal también participa en la regulación de la presión arterial y el equilibrio hormonal.

La acuaporina 6, también conocida como AQP6, es una proteína integral de membrana que actúa como canal selectivo para el transporte de agua y pequeñas moléculas hidrófilas a través de la membrana celular. Pertenece a la familia de las acuaporinas, un grupo de proteínas que facilitan la difusión regulada del agua a través de las membranas celulares.

La AQP6 se expresa principalmente en células renales, específicamente en el interior de los túbulos contorneados distales y en los conductos colectores medulares, donde desempeña un papel importante en la reabsorción de agua y la homeostasis del equilibrio hídrico. Además de su función como canal de agua, la AQP6 también puede participar en el transporte de aniones, como el bicarbonato y el cloruro.

La regulación de la AQP6 está controlada por diversos factores, incluyendo el pH y los niveles de calcio intracelular. La fosforilación de residuos específicos en la proteína puede modificar su actividad y permeabilidad a diferentes iones y moléculas.

Las mutaciones en el gen que codifica para la acuaporina 6 se han asociado con diversas patologías renales, como la nefrogenica diabetes insípida, una enfermedad caracterizada por la incapacidad de concentrar la orina y la consiguiente poliuria y polidipsia.

Las prostaglandinas E (PGE) son un tipo específico de prostaglandinas, que son hormonas lipídicas paracrinas y autocrinas involucradas en una variedad de funciones fisiológicas. Las prostaglandinas se sintetizan a partir de ácidos grasos esenciales poliinsaturados (como el ácido araquidónico) mediante la acción de las enzimas COX-1 y COX-2 (ciclooxigenasa-1 y -2).

Las prostaglandinas E se caracterizan por su capacidad para activar los receptores acoplados a proteínas G (GPCR) de la familia de los receptores de prostaglandina E/D/F2α, que incluyen los subtipos EP1, EP2, EP3 y EP4. Estos receptores se expresan en una variedad de tejidos y desempeñan diversas funciones fisiológicas.

Las prostaglandinas E tienen efectos vasodilatadores, antiagregantes plaquetarios, proinflamatorios y analgésicos dependiendo del tipo de receptor al que se unen y de la vía de señalización involucrada. Algunas de las funciones más importantes de las prostaglandinas E incluyen:

1. Modulación del dolor y la inflamación: Las PGE sensibilizan los nociceptores (receptores del dolor) y promueven la vasodilatación y la permeabilidad vascular, lo que contribuye al enrojecimiento, calor y hinchazón asociados con la inflamación.
2. Regulación de la función gastrointestinal: Las PGE protegen la mucosa gástrica del daño inducido por los ácidos gástricos y promueven la secreción de moco y bicarbonato, lo que ayuda a mantener un ambiente protector en el estómago.
3. Regulación de la función reproductiva: Las PGE desempeñan un papel importante en la regulación del ciclo menstrual y en la preparación del útero para la implantación embrionaria.
4. Control de la presión arterial: Las PGE pueden actuar como vasodilatadores, lo que ayuda a regular la presión arterial y a mantener un flujo sanguíneo adecuado en los tejidos.
5. Regulación del sistema inmunológico: Las PGE promueven la activación de células inmunitarias y la producción de citoquinas, lo que ayuda a coordinar las respuestas inmunes.

En resumen, las prostaglandinas E son un grupo de mediadores lipídicos que desempeñan diversas funciones fisiológicas importantes en el organismo. Su síntesis y acción están controladas por una serie de enzimas y receptores específicos, y su equilibrio es crucial para mantener la homeostasis y prevenir enfermedades.

Los túbulos renales colectores son estructuras tubulares en el riñón que desempeñan un papel crucial en la concentración y el equilibrio del agua y los electrolitos en el cuerpo. Hay dos tipos de túbulos colectores: los cortos y los largos.

Los túbulos colectores cortos se originan a partir de la unión de los túbulos contorneados distales y desembocan en los túbulos colectores largos. Estos túbulos son responsables del reabsorber hasta el 10-15% del agua filtrada, junto con sodio, potasio y cloro, bajo la influencia del hormona antidiurética (ADH).

Los túbulos colectores largos son los más grandes y más largos de los túbulos renales. Se originan en la unión de los túbulos colectores cortos y desembocan en la pelvis renal, donde el fluido se une a la orina primaria para formar la orina final. Los túbulos colectores largos son permeables al agua, lo que permite una mayor reabsorción de agua bajo la influencia de la ADH. También participan en la secreción y reabsorción de iones, especialmente potasio e hidrógeno, lo que ayuda a regular el pH de la orina.

En resumen, los túbulos renales colectores son estructuras importantes en el riñón que desempeñan un papel clave en la concentración y el equilibrio del agua y los electrolitos en el cuerpo, bajo la influencia de diversas hormonas.

El bulbo raquídeo, también conocido como médula oblongada, es la parte inferior del tronco encefálico y se conecta con la médula espinal. Es responsable de controlar funciones vitales importantes, como la respiración, la frecuencia cardíaca y la digestión. También desempeña un papel importante en el control de los músculos que controlan las expresiones faciales y el movimiento de la cabeza y el cuello. El bulbo raquídeo contiene importantes grupos de neuronas y centros nerviosos, como el centro respiratorio y el centro vasomotor, que controlan la presión arterial y el flujo sanguíneo.

Los ácidos araquidónicos son ácidos grasos insaturados de cadena larga que contienen 20 átomos de carbono y cuatro dobles enlaces (por lo tanto, se les denomina omega-6). Se encuentran en algunas grasas animales y en los aceites vegetales de ciertas semillas, como la cártamo y la girasol.

El ácido araquidónico es un precursor importante de las eicosanoides, que son moléculas reguladoras del organismo involucradas en la inflamación, la respuesta inmunitaria y otros procesos fisiológicos. Entre los eicosanoides derivados del ácido araquidónico se encuentran las prostaglandinas, las tromboxanos y los leucotrienos.

Es importante señalar que el ácido araquidónico también puede desempeñar un papel en la patogénesis de algunas enfermedades, como la artritis reumatoide y el asma, ya que sus metabolitos pueden contribuir al desarrollo de la inflamación y la hiperreactividad bronquial. Por esta razón, se han investigado diversos fármacos que inhiben la producción de ácido araquidónico o de sus eicosanoides derivados como posibles tratamientos para estas enfermedades.

No hay una definición médica específica para "conejos". Los conejos son animales pertenecientes a la familia Leporidae, que también incluye a los liebres. Aunque en ocasiones se utilizan como mascotas, no hay una definición médica asociada con ellos.

Sin embargo, en un contexto zoológico o veterinario, el término "conejos" podría referirse al estudio de su anatomía, fisiología, comportamiento y cuidados de salud. Algunos médicos especializados en animales exóticos pueden estar familiarizados con la atención médica de los conejos como mascotas. En este contexto, los problemas de salud comunes en los conejos incluyen enfermedades dentales, trastornos gastrointestinales y parásitos.

Las Enfermedades Renales se refieren a cualquier condición o trastorno que cause daño a uno o ambos riñones y disminuya su capacidad para funcionar correctamente. Los riñones desempeñan un papel vital en mantener la salud general del cuerpo, ya que ayudan a filtrar los desechos y líquidos sobrantes de la sangre, producen hormonas importantes y regulan los niveles de electrolitos.

Existen diversas categorías de enfermedades renales, incluyendo:

1. Enfermedad Renal Aguda (ERA): Ocurre cuando los riñones sufren un daño repentino e intensivo, lo que puede llevar a una disminución grave o falla total de la función renal. La ERA puede ser reversible si se diagnostica y trata a tiempo. Algunas causas comunes incluyen infecciones severas, deshidratación, trauma, insuficiencia cardíaca congestiva, obstrucción del tracto urinario y exposición a ciertos medicamentos tóxicos.

2. Enfermedad Renal Crónica (ERC): Se caracteriza por un deterioro gradual y progresivo de la función renal durante un período prolongado, generalmente meses o años. La ERC puede resultar de diversas afecciones subyacentes, como diabetes, hipertensión arterial, enfermedades glomerulares, enfermedades poliquísticas renales y pielonefritis recurrente. A medida que la enfermedad avanza, los riñones pueden perder su capacidad de filtrar adecuadamente los desechos y líquidos, lo que puede conducir a complicaciones graves, como insuficiencia renal, anemia, hiperpotasemia e hiperfosfatemia.

3. Enfermedades Glomerulares: Estas enfermedades afectan los glomérulos, unidades funcionales del riñón responsables de la filtración de sangre. Las enfermedades glomerulares pueden ser primarias (afectar exclusivamente al riñón) o secundarias (resultado de otras afecciones sistémicas). Algunos ejemplos incluyen la nefropatía diabética, la glomerulonefritis rápidamente progresiva y el síndrome nefrótico.

4. Enfermedades Renales Hereditarias: Existen varias enfermedades renales hereditarias que pueden causar daño renal progresivo, como la enfermedad poliquística autosómica dominante (ADPKD), la enfermedad poliquística autosómica recesiva (ARPKD) y la nefropatía hereditaria de von Hippel-Lindau.

5. Enfermedades Renales Infecciosas: Las infecciones del tracto urinario (ITU) son comunes y, en la mayoría de los casos, se pueden tratar con éxito con antibióticos. Sin embargo, las ITU recurrentes o complicadas pueden provocar daño renal permanente. Otras infecciones renales incluyen la pielonefritis y la glomerulonefritis postinfecciosa.

6. Enfermedades Renales Inmunológicas: Las enfermedades renales inmunológicas son causadas por una respuesta anormal del sistema inmunitario que daña el riñón. Algunos ejemplos incluyen la glomerulonefritis membranosa, la glomerulonefritis membrano-proliferativa y la nefropatía lúpica.

7. Enfermedades Renales Toxicas: La exposición a sustancias tóxicas, como los medicamentos nefrotóxicos o el envenenamiento por metales pesados, puede causar daño renal agudo o crónico.

8. Enfermedades Renales Vasculares: Las enfermedades renales vasculares afectan el suministro de sangre al riñón y pueden ser causadas por hipertensión arterial, diabetes mellitus o enfermedades del tejido conectivo. Algunos ejemplos incluyen la nefropatía diabética, la nefrosclerosis y la glomeruloesclerosis focal segmentaria.

9. Enfermedades Renales Congénitas: Las enfermedades renales congénitas son aquellas que están presentes al nacer y pueden incluir anomalías estructurales, como el riñón poliquístico o la agenesia renal.

10. Enfermedades Renales Neoplásicas: Las enfermedades renales neoplásicas son aquellas que involucran el crecimiento anormal de células cancerosas en el riñón. Algunos ejemplos incluyen el carcinoma renal, el sarcoma renal y el linfoma renal.

En conclusión, existen diversas causas de enfermedades renales que pueden afectar la función renal y provocar complicaciones graves si no se tratan a tiempo. Es importante conocer los factores de riesgo y acudir al médico regularmente para detectar cualquier problema renal a tiempo.

Un trasplante de riñón es un procedimiento quirúrgico en el que un riñón sano y funcional se transplanta a un paciente cuestos riñones ya no funcionan correctamente o han fallado. Esto generalmente se realiza cuando los riñones del paciente no pueden cumplir con su función principal de filtrar los desechos y líquidos del cuerpo, lo que puede ser causado por una variedad de condiciones, como la diabetes, la enfermedad poliquística renal o la glomerulonefritis.

El riñón transplantado generalmente se obtiene de un donante fallecido o vivo compatible. Después de la cirugía, el paciente necesitará tomar medicamentos inmunosupresores durante el resto de su vida para prevenir el rechazo del nuevo riñón por parte de su sistema inmunitario.

El trasplante de riñón puede mejorar significativamente la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes con insuficiencia renal en etapa terminal, sin embargo, también conlleva riesgos y complicaciones potenciales, como infecciones, coágulos sanguíneos y rechazo del injerto.

Los túbulos renales son estructuras tubulares dentro del riñón responsables del procesamiento final de la sangre filtrada. Después de que el glomérulo en el riñón filtra la sangre, el líquido resultante, llamado fluido tubular, entra en los túbulos renales.

Los túbulos renales consisten en dos partes principales: el túbulo contorneado proximal y el túbulo contorneado distal, conectados por el asa de Henle. El túbulo contorneado proximal reabsorbe la mayoría de los nutrientes, como glucosa, aminoácidos y sales, junto con agua del fluido tubular. La asa de Henle ayuda en la concentración del orina al permitir que el gradiente de sal se forme a lo largo del túbulo. El túbulo contorneado distal regula los niveles finales de sales y bicarbonato en el cuerpo y participa en la secreción de iones hidrógeno para ayudar a regular el pH sanguíneo.

El líquido que ha pasado por todo el procesamiento a través de los túbulos renales se convierte en orina, que finalmente se excreta del cuerpo. Los túbulos renales desempeñan un papel crucial en mantener la homeostasis del cuerpo al regular los niveles de líquidos y electrolitos en la sangre.

La Lesión Renal Aguda (LRA) se define como una disminución repentina en la función renal que generalmente ocurre dentro de las 48 horas y es reversible. Se caracteriza por un aumento agudo en los niveles séricos de creatinina y urea, así como alteraciones en otras pruebas de laboratorio relacionadas con la función renal. La LRA puede ser causada por diversos factores, incluyendo hipovolemia, sepsis, obstrucción urinaria, enfermedades glomerulares, nefropatía tóxica y isquemia renal. El diagnóstico se realiza mediante análisis de orina y sangre, ecografías y otros estudios de imagen, así como biopsias renales en algunos casos. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medidas de soporte, terapia de reemplazo renal y medicamentos específicos para tratar la afección subyacente.

El fracaso renal crónico (CRF, por sus siglas en inglés) es un término médico que se utiliza para describir la pérdida progresiva e irreversible de la función renal. Generalmente, esto significa que los riñones han perdido más del 50% de su capacidad funcional y no pueden eliminar adecuadamente los desechos y líquidos del cuerpo.

La CRF se caracteriza por una serie de complicaciones, como la acumulación de toxinas en la sangre, desequilibrios electrolíticos, hipertensión arterial no controlada, anemia y trastornos mineralósidos óseos. Estas complicaciones pueden afectar gravemente la calidad de vida del paciente e incluso poner en peligro su vida si no se tratan adecuadamente.

La CRF es una enfermedad progresiva que puede tardar años en desarrollarse y que generalmente es irreversible. Sin embargo, con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, es posible ralentizar su avance y mejorar la calidad de vida del paciente. El tratamiento suele incluir cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y control del peso, así como medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones. En etapas avanzadas, puede ser necesaria la diálisis o un trasplante de riñón.

La capacidad de concentración renal se refiere a la habilidad del riñón para producir orina con una concentración elevada de solutos, en respuesta a la disminución del volumen de fluido corporal total o a la estimulación de hormonas como la vasopresina. Esta capacidad es un indicador importante de la función renal y la homeostasis del agua y los electrolitos en el cuerpo. Una capacidad de concentración renal reducida puede ser un signo de diversas afecciones renales, como la diabetes insípida o la enfermedad renal crónica.

Los glomérulos renales, también conocidos como glomérulos renales o glomérulos de Malpighi, son un componente crucial del sistema de filtración de la sangre en los riñones. Cada riñón contiene aproximadamente un millón de glomérulos, que se encuentran dentro de las nefronas, las unidades funcionales básicas de los riñones.

Un glomérulo renal está compuesto por una red intrincada de capilares sanguíneos enrollados, llamados vaso afferens y vaso efferens, que están rodeados por una membrana especializada llamada cápsula de Bowman. La sangre rica en oxígeno fluye hacia el glomérulo a través del vaso afferens y sale del glomérulo a través del vaso efferens.

La función principal de los glomérulos renales es filtrar la sangre y eliminar los desechos y líquidos sobrantes, mientras que retiene las proteínas y células sanguíneas vitales. Este proceso se denomina filtración glomerular. La presión arterial impulsa el plasma sanguíneo a través de la membrana glomerular altamente porosa en la cápsula de Bowman, lo que resulta en la formación de un líquido primario llamado filtrado glomerular.

El filtrado glomerular contiene agua, sales, pequeñas moléculas y desechos metabólicos, como urea y creatinina. Posteriormente, este líquido pasa a través de la tubulación contorneada proximal, el túbulo contorneado distal y el túbulo colector, donde se reabsorben selectivamente agua, sales y nutrientes esenciales en el torrente sanguíneo. El líquido residual no reabsorbido se convierte en orina y se elimina del cuerpo a través de la uretra.

La disfunción glomerular puede provocar diversas enfermedades renales, como la nefropatía diabética, la glomerulonefritis y la proteinuria, que pueden conducir a insuficiencia renal si no se tratan adecuadamente. Por lo tanto, el mantenimiento de una función glomerular saludable es crucial para garantizar un correcto equilibrio hídrico y electrolítico y la eliminación eficaz de los desechos metabólicos del cuerpo.

Las neoplasias renales, también conocidas como tumores o cánceres renales, se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los riñones. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las neoplasias renales más comunes son el carcinoma de células claras, el carcinoma papilar y el carcinoma de células renales de células escamosas. Los síntomas pueden incluir sangre en la orina, dolor de espalda o costado, pérdida de peso y fiebre. El tratamiento depende del tipo y estadio de la neoplasia y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas.

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