Forma de linfoma no hodgkiniano que suele tener un patrón difuso, con linfocitos pequeños y medianos y pequeñas células hendidas. En Estados Unidos y Europa respresenta alrededor del 5 por ciento de los linfomas no hodgkinianos de los adultos. La mayoría de los linfomas de células del manto se asocian a traslocación t(11;14) que da lugar a sobreexpresión del gen de la CICLINA D1 (GENES BCL-1).
Término general de diversas neoplasias del tejido linfoide.
Cualesquiera de un grupo de tumores malignos del tejido linfoide que difieren de la ENFERMEDAD DE HODGKIN, porque son más heterogéneos con respecto a la línea de células malignas, el curso clínico, el pronóstico y el tratamiento. La única característica común entre estos tumores es la ausencia de células gigantes de REED-STERNBERG, características de la enfermedad de Hodgkin.
Grupo de tumores linfoides heterogéneos que expresan generalmente uno o más antígenos de las células B o que representan transformaciones malignas de los linfocitos B.
Grupo de tumores linfoides heterogéneos que representan transformaciones malignas de los linfocitos T.
Linfoma maligno constituido por células linfoides B grandes cuyo tamaño nuclear puede ser superior al de los núcleos de los macrófagos normales o más del doble del tamaño de un linfocito normal. El patrón es predominantemente difuso. La mayoría de estos linfomas representan la contrapartida maligna de los linfocitos B en estadio intermedio de diferenciación.
Linfoma maligno en el que las células linfomatosas se agrupan en nódulos identificables dentro de los GANGLIOS LINFÁTICOS. Los nódulos se asemenjan hasta cierto punto a los CENTROS GERMINALES de los folículos de los ganglios linfáticos y probablemente representan la proliferación neoplásica de los LINFOCITOS B de los centros foliculares de los ganglios linfáticos.
Anticuerpos obtenidos de un solo clon de células cultivadas en ratones o ratas.
Alcaloide antitumoral aislado de la CATHARANTHUS. (Traducción libre del original: Merck, 11th ed.)
Análogo del monofosfato de adenosina en el que la ribosa se reemplaza por una molécula de arabinosa. Es el éster monofosfato de la VIDARABINA con propiedades antivirales y posiblemente antineoplásicas.
Forma de linfoma maligno indiferenciado que se encuentra usualmente en África central, pero que también se ha encontrado en otras partes del mundo. Se manifiesta habitualmente como una gran lesión osteolítica en la mandíbula o como una masa abdominal.Los antígenos de las células B se expresan en las células inmaduras que constituyen el tumor, virtualmente en todos los casos de linfoma de Burkitt. El virus de Epstein-Barr (HERPESVIRUS 4 HUMANO) se ha aislado en linfomas de Burkitt en África y está implicado como agente causal en estos casos; sin embargo, la mayoría de los casos no africanos son VEB-negativos.
Ester del CLORAMBUCIL y la PREDNISOLONA utilizado como una combinación de agente alquilante y esteroide sintético para tratar varias leucemias y otras neoplasias. Ocasiona toxicidad gastrointestinal y en la médula ósea.
Linfoma extraganglionar del tejido linfoide asociado a las mucosas que están en contacto con antígenos exógenos. Muchos de los sitios afectados por estos linfomas, como el estómago, las glándulas salivales y la glándula tiroides, normalmente carecen de tejido linfoide, y adquieren el tejido linfático asociado a las mucosas (MALT) como resultado de un trastorno mediado inmunológicamente.
Precursora de una mostaza nitrogenada alquilante antineoplásica e inmunosupresora que debe ser activada en el HÍGADO para formar la aldofosfamida activa. Ha sido utilizada en el tratamiento del LINFOMA y la LEUCEMIA. Su efecto colateral, la ALOPECIA, ha sido utilizado en la esquila de las ovejas. La ciclofosfamida también puede causar esterilidad, defectos congénitos, mutaciones y cáncer.
Glucocorticoide antiinflamatorio sintético, derivado de la CORTISONA. Es biológicamente inerte y en el hígado se convierte en PREDNISOLONA.
Antibiótico antineoplásico obtenido del Streptomyces peucetis. Es un derivado hidroxilado de la DAUNORRUBICINA.
Acto o proceso terapéutico que inicia una respuesta hacia la remisión completa o parcial.
Uso simultáneo o secuencial de dos o más productos en el tratamiento con drogas de las neoplasias. No es necesario que la vía de administración sea la misma.
Grupo de linfomas que muestran expansión clonal de los linfocitos T malignos interrumpidos en diferentes etapas de la diferenciación así como maligna infiltración de la piel. MICOSIS FUNGOIDE, SÍNDROME DE SÉZARY, PAPULOSIS LINFOMATOIDE y LINFOMA CUTÁNEO PRIMARIO DE CÉLULAS GRANDES ANAPLÁSICAS son las más caracterízticas de estos trastornos.
Grupo de linfomas malignos que se piensa que se derivan de los linfocitos T periféricos que están en los ganglios linfáticos y en otros sitios no linfoides. Incluyen un amplio espectro de morfología linfocitaria, pero en todos los casos expresan a marcadores de células T mezclados con histiocitos epitelioides, células plasmáticas, y eosinófilos. Aunque marcadamente similares al linfoma inmunoblástico de células grandes (LINFOMA INMUNOBLÁSTICO DE CÉLULAS GRANDES), las características únicas de este grupo garantizan el tratamiento por separado.
Tumores linfoides de células B que existen en asociación con SIDA. Los pacientes a menudo se presentan en una etapa avanzada de la enfermedad y con subtipos muy malignos, como el LINFOMA DE BURKITT, LINFOMA INMUNOBLÁSTICO DE CÉLULAS GRANDES, LINFOMA DE EFUSIÓN PRIMARIA y LINFOMA DIFUSO DE CÉLULAS B GRANDES. Con frecuencia los tumores están diseminados y afectan a zonas extraganglionares poco habituales y a menudo presentan anomalías cromosómicas. Es probable que la proliferación de las células B policlonales en el SIDA, sea un complejo resultado de la infección por el VEB, la estimulación antigénica por el VIH y de la activación del VIH dependiente de células T.
Linfoma maligno sistémico no hodgkiniano de células grandes caracterizado por células de aspecto pleomórfico que expresan el ANTÍGENO CD30. Las denominadas células clave tienen un núcleo indentado y lobulado. Este linfoma se confunde con frecuencia con los carcinomas metastásicos y con la HISTIOCITOSIS MALIGNA.
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Enfermedad maligna caracterizada por agrandamiento progresivo de los ganglios linfáticos, bazo y tejido linfático en general. En la variante clásica existen células gigantes, generalmente multinucledas, de Hodgkin y CÉLULAS DE REED-STERNBERG; en la variante de predominio linfocítico, nodular, se ven linfocitos e histiocitos.
Tratamiento de una enfermedad o afección por varios medios diferentes de forma simultánea o secuencial. Con mayor frecuencia se ven la quimioinmunoterapia, RADIOINMUNOTERAPIA, quimioradioterapia, crioquimioterapia, y la TERAPIA RECUPERATIVA, pero sus combinaciones y la cirugía se utilizan también.
Los anticuerpos producidos por un solo clon de células.
La proporción de superviventes en un grupo por ejemplo de pacientes estudiados y seguidos en un dado periodo. La proporción de personas en un grupo específico de vivos al inicio de un intervalo de tiempo y que sobreviven al final del intervalo. É frecuentemente estudiado usando métodos de tablas de vida.
Transferencia de CÉLULAS MADRE HEMATOPOYÉTICAS de la MÉDULA ÓSEA o de la SANGRE entre individuos de la misma especie (TRASPLANTE HOMÓLOGO) o transferencia en el mismo individuo (TRASPLANTE AUTÓLOGO). El trasplante de células madre hematopoyéticas se ha empleado como alternativa al TRASPLANTE DE MÉDULA ÓSEA en el tratamiento de diversos tumores.
Sustancias que iniben o previenen la proliferación de NEOPLASIAS.
Período, luego de un tratamiento exitoso, en que no aparecen síntomas o efectos de la enfermedad.
Programa de tiempo para la administración de un medicamento para lograr la efectividad y conveniencia óptimas.
Linfoma maligno caracterizado por la presencia de inmunoblastos con núcleos de uniformemente redondos a ovales, uno o más nucleolos prominentes, y abundante citoplasma. Esta clase puede subdividirse en tipo plasmacitoide y de células claras debido a sus características citoplasmáticas. Una tercera categoría, la pleomorfa, puede ser análoga a algunos de los linfomas periféricos de células T (LINFOMA DE CÉLULA T, PERIFÉRICO) registrado en Estados Unidos y en Japón.
Fosfoproteínas no glicosiladas que sólo se expresan en las células B. Son reguladores de la conductancia transmembrana del Ca2+ y se piensa que desempeñan un rol en la activación y proliferación de las células B.
Tipo de aberración cromosómica que se caracteriza por ROTURA CROMOSÓMICA y transferencia de la porción fragmentada a otro lugar, a menudo a un cromosoma diferente.
Neoplasia extraganglionar generalmente con fenotipo de células NK, asociada al VIRUS DE EPSTEIN-BARR. Estos linfomas presentan un amplio espectro morfológico, frecuentes áreas de necrosis, invasión vascular y suelen localizarse en la región media de la cara, pero también en otros sitios extraganglionares.
Par específico de los CROMOSOMAS DEL GRUPO D de la clasificación de los cromosomas humanos.
Miembro de la superfamilia de receptores de factores de necrosis tumoral, que pueden tener un papel en la regulación de FN-KAPPA B y la APOPTOSIS. Normalmente se presentan in vivo en un pequeño número de células de los NÓDULOS LINFÁTICOS y de la TONSILA, pero que también son capaces de ser inducidos en un amplio rango de células in vitro. Son clínicamente útiles como marcadores tumorales para el linfoma Ki-1 (LINFOMA DE CÉLULAS GRANDES KI-1) y en algunos casos de PAPULOSIS LINFOMATOIDE, MICOSIS FUNGOIDE y ENFERMEDAD DE HODGKIN.
Especie típica de LINFOCRIPTOVIRUS, subfamilia GAMMAHERPESVIRINAE, que infecta a las células B en humanos. Se considera que es un agente causante de la MONONUCLEOSIS INFECCIOSA y está intimamente asociado con la LEUCOPLASIA VELLOSA oral, LINFOMA DE BURKITT y otras patologías.
Células linfoides relacionadas con la inmunidad humoral. Son células de vida corta semejantes a los linfocitos derivados de la bursa de las aves en su producción de inmunoglobulinas al ser estimuladas adecuadamente.
Proceso de clasificación de células del sistema inmune basado en las diferencias estructurales y funcionales. El proceso se emplea comunmente para analizar y clasificar linfocitos T en subgrupos basados en antígenos CD mediante la técnica de citometría de flujo.
Par específico de CROMOSOMAS E de la clasificación de cromosomas humanos.
El reordeamiento ordenado de las regiones del gen mediante recombinación del ADN, como aquellas que ocurren normalmente durante el desarrollo.
Proteína de unión del ADN que reprime la TRANSCRIPCIÓN GENÉTICA de genes diana mediante captación de HISTONA-DESACETILASAS. La expresión de Blc-6 aberrante está asociada con ciertos tipos de LINFOMA DE LINFOCITOS B humano.
Tumores o cánceres del TIMO.
Predicción de las probables consecuencias de una enfermedad que se basa en las condiciones individuales y en el curso usual de la enfermedad que ha sido visto previamente en situaciones similares.
Procesos neoplásicos benignos y malignos que surgen de o que secundariamente afectan al cerebro, médula espinal o meninges.
Grandes células de origen desconocido, generalmente multinucleadas, cuya presencia es la característica histológica común de la ENFERMEDAD DE HODGKIN clásica.
Cuerpos ovales o en forma de alubia (1-30 mm. de diámetro)localizados a lo largo del lsistema linfático.
Localización histoquímica de sustancias inmunorreactivas mediante el uso de anticuerpos marcados como reactivos.
Tumores o cánceres del OJO.
Leucemia crónica caracterizada por proliferación de linfocitos B anormales y con frecuencia linfadenopatías generalizadas. Cuando se presenta con afectación predominante en la sangre y médula ósea se denomina leucemia linfocítica crónica (LLC); cuando predominan las adenopatías se denomina linfoma de linfocitos pequeños. Estos términos representan el espectro de la misma enfermedad.
Grupo de trastornos de curso benigno con características clínicas e histológicas que sugieren un linfoma maligno. Seudolinfoma es caracterizado por infiltración benigna de células linfoides o histiocitos que, al observarlas con el microscopio, se parecen a un linfoma maligno. (Dorland, 28a ed; Stedman, 25a ed)
Tumores o cánceres de la NARIZ.
Infección con herpesvirus 4 (HERPESVIRUS 4, HUMANO) que puede facilitar el desarrollo de varias enfermedades linfoproliferativas. Entre las que se incluyen el LINFOMA DE BURKITT (tipo africano), LA MONONUCLEOSIS INFECCIOSA, y la leucoplasia pilosa oral (LEUCOPLASIA, PILOSA).
Linfoma crónico maligno de linfocitos T de la piel. En las fases avanzadas se afectan los GANGLIOS LINFÁTICOS y las vísceras.
Las cadenas polipeptídicas mas largas de las inmunoglobulinas. Contienen 450 a 600 residuos de aminoácidos por cadena y tienen pesos moleculares de 51-72 kDa.
Muerte resultante de la presencia de una enfermedad en un individuo, tal y aparece en un reporte de un solo caso o un número limitado de pacientes. Debe diferenciarse de MUERTE, el cese fisiológico de la vida y de MORTALIDAD, un concepto epidemiológico o estadístico.
Tumores o cánceres de la PIEL.
Trasplante de tejido de un individuo de un sitio a otro sitio.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Centro activo de un folículo linfoide en el tejido linfoide secundario donde los LINFOCITOS B son estimulados por antígenos y por las células T auxiliares (LINFOCITOS T, AUXILIARES-INDUCTORES) para generar células de memoria.
Complejo de antibióticos glicopeptídicos relacionados obtenidos del Streptomyces verticillus, constituído por bleomicina A2 y B2. Inhibe el metabolismo del ADN y es utilizado como antineoplásico, especialmente en tumores sólidos.
Enfermedad maligna progresiva de los órganos hematopoyéticos caracterizada por una proliferación y desarrollo distorsionados de los leucocitos y de sus precursores en la sangre y medula ósea. Las leucemias fueron denominadas originalmente como agudas o crónicas atendiendo a la esperanza de vida, pero en la actualidad se clasifican de acuerdo a la madurez celular. Las leucemias agudas constan predominantemente de células inmaduras; las leucemias crónicas están compuestas de células maduras. (The Merck Manual, 2006)
Un tipo de procedimiento estadístico para estimar la función de supervivencia (en función del tiempo, a partir de una población 100 por ciento sana en un determinado momento y el porcentaje de la población todavia sana después de haber transcurrido un cierto periodo de tiempo). El análisis de supervivencia se usa por lo to tanto, para concluir sobre los efectos de un tratamiento, factor de prognóstico, exposición e otras covariaciones de la función.
Trastornos que se caracterizan por proliferación, general o inespecífica, del tejido linfoide.
ADN presente en el tejido neoplásico.
Métodos que tratan de expresar en términos reproducibles la extensión de las neoplasias en pacientes.
Derivado semi-sintético de la PODOFILOTOXINA que muestra actividad antitumoral. El etopósido inhibe la síntesis de ADN formando un complejo con la topoisomerasa II y el ADN. Ese complejo induce rupturas en el ADN de doble cuerda e impide la reparación mediante el enlace de la toposimerasa II. Rupturas acumuladas en el ADN impiden la entrada en la fase mitótica de la división celular y conduce a la muerte celular. El etopósido actúa primariamente en las fases G2 y S del ciclo celular.
Células cultivadas in vitro a partir de tejido tumoral. Si pueden establecerse como una LINEA CELULAR TUMORAL, pueden propagarse indefinidamente en cultivos celulares.
Tipo de HIBRIDACION IN SITU en que las secuencias dianas se tiñen con colorante fluorescente de manera que se pueda determinar su localización y tamaño mediante el empleo de microscopía fluorescente. Esta coloración es lo suficientemente distintiva como para que la señal de hibridización pueda ser vista tanto en las difusiones de la metafase como en los núcleos de la interfase.
Una línea celular derivada de células de tumor cultivadas.
Tumorses o cánceres del MEDIASTINO.
Método in vitro para producir grandes cantidades de fragmentos específicos de ADN o ARN de longitud y secuencia definidas a partir de pequeñas cantidades de cortas secuencias flanqueadoras oligonucleótidas (primers). Los pasos esenciales incluyen desnaturalización termal de las moléculas diana de doble cadena, reasociación de los primers con sus secuencias complementarias, y extensión de los primers reasociados mediante síntesis enzimática con ADN polimerasa. La reacción es eficiente, específica y extremadamente sensible. Entre los usos de la reacción está el diagnóstico de enfermedades, detección de patógenos difíciles de aislar, análisis de mutaciones, pruebas genéticas, secuenciación del ADN y el análisis de relaciones evolutivas.
Productos moleculares metabolizados y segregados por el tejido neoplásico y que se caracterizan bioquímicamente en células o líquidos corporales. Son indicadores de la etapa del tumor y de su grado, así como utiles para monitorear la respuesta al tratamiento y para predecir las recurrencias. Muchos grupos químicos están representados, entre los que se incluyen hormonas, antígenos, aminoácidos y ácidos nucleicos, enzimas, poliaminas, y proteínas y lípidos específicos de las membranas celulares.
Genes que codifican las subunidades diferentes de las INMUNOGLOBULINAS, por ejemplo los GENES DE LAS CADENAS LIGERAS DE LAS INMUNOGLOBULINAS y los GENES DE LAS CADENAS PESADAS DE LAS INMUNOGLOBULINAS. Estos genes están presente como segmentos en las células germinales. Los genes completos se forman cuando los segmentos son barajados y reunidos (REORDENAMIENTO GÉNICO DE LINFOCITO B) durante la maduración de los LINFOCITOS B. Los segmentos génicos de los genes germinales de cadena ligera y pesada se simbolizan por V (variable), J (de joining, en inglés o unidos)y C (constante). Los genes germinales de cadena pesada tienen un segmento adicional D (diversidad).
Familia de secuencias de ADN asociadas con el retrovirus (myc) originalmente aislado de un virus de mielocitomatosis de las aves. El protooncogen myc (c-myc) codifica para una proteína nuclear que interviene en el metabolismo del ácido nucléico y en la mediatización de la respuesta celular a los factores de crecimiento. Para la tumorigenicidad es crucial ue el primer exon - el cual parece regular la expresión s-myc - esté trunco. El gen c-myc humano está localizado en 8q24 del brazo largo del cromosoma 8.
Toma de muestra y examen patológico de las mismas en forma de pequeños fragmentos de tejido del cuerpo vivo.
Radioterapia donde radionúclidos citotóxicos se enlazan a anticuerpos con el fin de distribuir directamente toxinas a los tumores diana. El tratamiento con radiación dirigida es mejor que los anticuerpos dirigidos a las toxinas (INMUNOTOXINAS) pues tiene la ventaja de que las células adyacentes al tumor, que no tienen las determinantes antigénicas apropiadas, pueden ser destruidas por radiación cruzada. La radioinmunoterapia es llamada a veces radioterapia a la diana, pero este último término puede referirse también a radionúclidos unidos a moléculas no inmunes (ver RADIOTERAPIA).
Proteínas de membrana codificadas por los GENES BCL-2 y que sirven como inhibidores potentes de la muerte celular por APOPTOSIS. Las proteínas se encuentran en sitios de las membranas mitocondriales, microsomales y de la MEMBRANA NUCLEAR dentro de muchos tipos de células. La sobrexpresión de las proteínas bcl-2, debido a la translocación del gen, se asocia con el linfoma folicular.

El linfoma de células del manto es un tipo raro de cáncer que se origina en las células B del sistema inmunológico, específicamente en las células del manto, que son células inmaduras situadas justo por debajo de la capa exterior de los nódulos linfáticos. Estas células desempeñan un papel importante en la producción de anticuerpos y en la respuesta inmunitaria del cuerpo.

El linfoma de células del manto se caracteriza por el crecimiento anormal y la acumulación de estas células en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y, a veces, en otros órganos y tejidos. La enfermedad suele manifestarse con síntomas no específicos como fatiga, pérdida de peso y fiebre, así como con la presencia de ganglios linfáticos agrandados y otras anomalías en los estudios de imagenología.

La causa exacta del linfoma de células del manto es desconocida, aunque se sabe que está relacionada con alteraciones genéticas y cromosómicas específicas. Algunos factores de riesgo asociados a este tipo de linfoma incluyen la edad avanzada, el sexo masculino y la exposición a determinados agentes químicos y radiación.

El diagnóstico del linfoma de células del manto se realiza mediante una biopsia de los ganglios linfáticos o de otros tejidos afectados, seguida de análisis de laboratorio e inmunohistoquímicos para confirmar el tipo y la extensión de la enfermedad. El tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida y trasplante de células madre, dependiendo del estadio y la agresividad de la enfermedad, así como de las condiciones generales del paciente.

El linfoma es un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, que forma parte del sistema inmunológico del cuerpo. Se desarrolla cuando las células inmunitarias llamadas linfocitos se vuelven cancerosas y comienzan a multiplicarse de manera descontrolada. Estas células cancerosas pueden acumularse en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y otros órganos, formando tumores.

Existen dos tipos principales de linfoma: el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin. El linfoma de Hodgkin se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg, mientras que en el linfoma no Hodgkin no se encuentran estas células.

Los síntomas del linfoma pueden incluir ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso y fatiga. El tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o trasplante de células madre, dependiendo del tipo y etapa del linfoma.

El Linfoma no Hodgkin (LNH) es un tipo de cáncer que se origina en los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunológico. Los linfocitos pueden encontrarse en diversos tejidos y órganos del cuerpo, como el bazo, los ganglios linfáticos, el timo, la médula ósea y los tejidos linfoides asociados al intestino.

El LNH se caracteriza por el crecimiento y multiplicación descontrolada de células linfocíticas anormales, que tienden a acumularse y formar tumores en los ganglios linfáticos y otros tejidos. A diferencia del Linfoma de Hodgkin, el LNH no presenta la célula característica de Reed-Sternberg.

Existen más de 60 subtipos de Linfoma no Hodgkin, clasificados según su apariencia celular, patrones de crecimiento y marcadores moleculares específicos. Algunos de los tipos más comunes incluyen el linfoma difuso de células B grandes, el linfoma folicular y el mieloma múltiple.

El tratamiento del Linfoma no Hodgkin dependerá del tipo y etapa del cáncer, así como de la edad y salud general del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia o trasplante de células madre. La supervivencia a largo plazo varía significativamente según el subtipo y la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico.

El linfoma de células B es un tipo de cáncer que se origina en los linfocitos B, un tipo de glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunológico y ayudan a combatir las infecciones. Este tipo de cáncer afecta al tejido linfoide, que se encuentra principalmente en el bazo, los ganglios linfáticos, la médula ósea y los órganos del sistema inmunológico como el timo y los toniles.

En el linfoma de células B, las células cancerosas se multiplican de manera descontrolada y acaban por formar tumores en los ganglios linfáticos o en otros órganos. Existen varios subtipos de linfoma de células B, entre los que se incluyen el linfoma no Hodgkin y el linfoma de Hodgkin.

Los síntomas del linfoma de células B pueden incluir hinchazón en los ganglios linfáticos, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso inexplicable y fatiga. El tratamiento dependerá del tipo y estadio del cáncer y puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o trasplante de células madre.

El linfoma de células T, también conocido como linfoma de células T periférico, es un tipo de cáncer que se origina en los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico. Este tipo de linfoma se desarrolla más comúnmente en la médula ósea, los ganglios linfáticos y el tejido linfoide asociado a los órganos (por ejemplo, el bazo).

Los linfocitos T cancerosos pueden acumularse en varios órganos y tejidos, lo que provoca una amplia gama de síntomas, como fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso involuntaria, fatiga y dolores articulares. El linfoma de células T también puede afectar la piel (linfoma de células T cutáneas) o el sistema nervioso central (linfoma de células T cerebrales).

El diagnóstico del linfoma de células T se realiza mediante una biopsia, seguida de pruebas adicionales para determinar el tipo y la etapa del cáncer. El tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o trasplante de células madre, dependiendo de la edad del paciente, su estado de salud general y la extensión del linfoma.

El linfoma de células B grandes difuso (DLBCL por sus siglas en inglés) es un tipo agresivo y relativamente común de cáncer que se origina en el sistema linfático. Este tipo de cáncer afecta a los linfocitos B, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico al ayudar a combatir las infecciones.

En DLBCL, las células B se vuelven cancerosas y crecen fuera de control, formando tumores en los ganglios linfáticos (los órganos que forman parte del sistema linfático y que ayudan a combatir las infecciones). A diferencia de otros tipos de linfoma no Hodgkin, DLBCL se caracteriza por la acumulación de células B grandes y anormales en los tejidos. Estas células cancerosas se diseminan rápidamente a través del cuerpo, lo que puede provocar una variedad de síntomas graves.

DLBCL se puede presentar en cualquier parte del cuerpo donde haya tejido linfático, incluyendo los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, los pulmones y los huesos. Los síntomas más comunes de DLBCL incluyen fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso inexplicable, fatiga y dolores en el cuerpo. El tratamiento para DLBCL generalmente implica quimioterapia, radioterapia o terapia dirigida, dependiendo del estadio y la extensión de la enfermedad.

El linfoma folicular es un tipo específico de linfoma no Hodgkin, que se origina en las células B del sistema inmunológico. Más concretamente, se desarrolla a partir de los linfocitos B maduros que se encuentran en los ganglios linfáticos y otras estructuras linfoides.

Este tipo de cáncer se caracteriza por la presencia de un patrón distintivo en el tejido afectado, donde las células neoplásicas forman nódulos o "agregados" alrededor de los folículos linfoides. Las células neoplásicas suelen ser de tamaño pequeño a mediano y pueden mostrar una diferenciación anormal.

El linfoma folicular se clasifica según el grado, que refleja la agresividad de la enfermedad y el tamaño de las células neoplásicas. Los grados 1 y 2 se consideran de bajo grado, con crecimiento lento y una mejor pronóstico, mientras que los grados 3A y 3B son de alto grado, con crecimiento más rápido y peor pronóstico.

Los síntomas del linfoma folicular pueden incluir ganglios linfáticos agrandados, fatiga, pérdida de peso inexplicable, sudoración nocturna y picazón en la piel. El diagnóstico se realiza mediante biopsia de los ganglios linfáticos o de otros tejidos afectados, seguido de análisis de laboratorio e histopatológicos para confirmar el tipo y grado de linfoma.

El tratamiento del linfoma folicular depende del estadio y grado de la enfermedad, así como de la edad y condición general del paciente. Las opciones de tratamiento pueden incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida e inmunoterapia, individualizadas para cada caso particular. La monitorización y seguimiento periódicos son esenciales para evaluar la respuesta al tratamiento y detectar recaídas tempranas.

Los anticuerpos monoclonales de origen murino son una forma específica de anticuerpos producidos en laboratorio a partir de células madre de ratón. Estos anticuerpos se utilizan ampliamente en investigación y medicina, especialmente en el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades, como cánceres y trastornos autoinmunes.

Los anticuerpos monoclonales son proteínas producidas por células B específicas del sistema inmune que se unen a antígenos (sustancias extrañas) para ayudar a neutralizar o eliminar las amenazas para el cuerpo. Los anticuerpos monoclonales de origen murino se producen al fusionar células B de ratón con células tumorales inmortalizadas, creando una línea celular estable que produce un solo tipo de anticuerpo específico para un antígeno dado.

Debido a su especificidad y pureza, los anticuerpos monoclonales de origen murino se han convertido en herramientas valiosas en la investigación biomédica y en el desarrollo de terapias dirigidas contra diversos objetivos moleculares. Sin embargo, también pueden desencadenar reacciones inmunes adversas en humanos, ya que son reconocidos como extraños por nuestro sistema inmune. Por lo tanto, se han desarrollado técnicas para modificar genéticamente estos anticuerpos y hacerlos menos reconocibles por el sistema inmune humano, aumentando así su seguridad y eficacia terapéutica.

La vincristina es un agente quimioterapéutico alcaloide aislado de la planta Vinca rosea (pervinca). Se une específicamente a la tubulina, inhibiendo así la polimerización de los microtúbulos y resultando en la interrupción del proceso mitótico durante la división celular. Esto conduce a la apoptosis o muerte celular programada, especialmente en células rápidamente proliferativas como las células cancerosas.

La vincristina se utiliza comúnmente en el tratamiento de varios tipos de cáncer, incluidas las leucemias agudas linfoblásticas y los linfomas no Hodgkinianos. Se administra generalmente por inyección intravenosa y suele presentarse en forma de sulfato de vincristina.

Los efectos secundarios comunes incluyen neurotoxicidad, que puede manifestarse como parestesias, neuropatía periférica y, en dosis altas, parálisis; supresión de la médula ósea, lo que aumenta el riesgo de infecciones; náuseas y vómitos; alopecia (pérdida del cabello); y estreñimiento. La vincristina también puede causar daño hepático y renal con dosis prolongadas o altas.

El fosfato de vidarabina, también conocido como adenina arabinosida monofosfato (AMP) o Vira-A, es un fármaco antiviral utilizado en el tratamiento de ciertas infecciones virales. Es un análogo de nucleósidos sintéticos que se convierte en un inhibidor de la ADN polimerasa después de su fosforilación intracelular.

Se utiliza principalmente en el tratamiento del virus herpes zóster oftálmico (VZV) y el virus varicela-zoster (VZV) en pacientes inmunodeprimidos, como aquellos con VIH/SIDA. También se ha utilizado en el tratamiento de citomegalovirus (CMV) retinitis en pacientes con SIDA.

El fosfato de vidarabina se administra generalmente por vía intravenosa y puede causar efectos secundarios graves, como supresión de la médula ósea, daño hepático y nefrotóxico. Por lo tanto, su uso está reservado para casos graves o cuando otros antivirales hayan resultado ineficaces.

El linfoma de Burkitt es un tipo agresivo y rápidamente progresivo de cáncer que se origina en los linfocitos B, un tipo de glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunitario. Se caracteriza por la presencia de crecimientos tumorales en los ganglios linfáticos, el bazo, hígado, intestinos y otros órganos. Existen tres subtipos principales: endémico, esporádico y HIV-asociado. El tipo endémico se observa predominantemente en África central y oriental, especialmente en niños, y tiene una fuerte asociación con la infección por el virus de Epstein-Barr (VEB). Los tipos esporádico e HIV-asociado ocurren en todo el mundo y no muestran una preferencia por raza o género. El tratamiento suele incluir quimioterapia intensiva, a menudo followed by autologous stem cell transplantation (ASCT) or allogeneic stem cell transplantation (alloSCT). La radioterapia también puede ser considerada en algunos casos. Early diagnosis and treatment are crucial for improving outcomes, as the disease can be fatal if left untreated.

La prednimustina es un fármaco citotóxico utilizado en quimioterapia, específicamente es un agente alquilante. Se trata de una combinación de dos fármacos, la pregabalina y la mustina, ambos unidos por un enlace de disulfuro. La pregabalina es un derivado del esteroide prednisolona, mientras que la mustina es un agente alquilante.

Tras la administración, el enlace de disulfuro se descompone y permite que las dos moléculas se separen e interactúen con el ADN celular. La pregabalina actúa como un corticosteroide, reduciendo la inflamación y mejorando la respuesta del paciente a la terapia, mientras que la mustina alquila los grupos guanina en el ADN, impidiendo su replicación y transcripción, lo que resulta en la citotoxicidad y muerte de las células cancerosas.

La prednimustina se utiliza principalmente en el tratamiento del cáncer de ovario avanzado y recidivante, aunque también puede emplearse en otros tipos de cáncer como el linfoma no Hodgkin y el cáncer de mama. Los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, vómitos, pérdida del apetito, diarrea, estreñimiento, fatiga y cambios en el estado de ánimo o nivel de conciencia.

El linfoma de células B de la zona marginal es un tipo de cáncer que se forma en los linfocitos B, un tipo de glóbulos blancos que ayudan a combatir las infecciones. Más específicamente, este tipo de cáncer comienza en las células de la zona marginal del bazo, los ganglios linfáticos y otras partes del sistema inmunológico.

Este linfoma se caracteriza por el crecimiento anormal y acumulativo de células B maduras en la zona marginal, lo que puede provocar un agrandamiento de los órganos linfoides (como el bazo y los ganglios linfáticos) y la formación de tumores.

Los síntomas más comunes del linfoma de células B de la zona marginal incluyen fatiga, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso involuntaria, dolor en el pecho, dificultad para respirar y sensación de plenitud o incomodidad abdominal.

El tratamiento del linfoma de células B de la zona marginal depende del estadio y la gravedad de la enfermedad, y puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o un trasplante de células madre. La supervivencia a largo plazo varía según el tipo y el estadio del linfoma, pero en general es buena para los pacientes diagnosticados y tratados a tiempo.

La ciclofosfamida es un fármaco que se utiliza en el tratamiento de diversos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunes. Es un agente alquilante, lo que significa que funciona interrumpiendo el ADN de las células en crecimiento y división rápida, como las células cancerosas.

En la medicina, la ciclofosfamida suele administrarse por vía oral o intravenosa. Se utiliza a menudo en combinación con otros fármacos para tratar diversos tipos de cáncer, como el linfoma de Hodgkin y el cáncer de mama. También se puede usar para tratar enfermedades autoinmunes, como la vasculitis y el lupus eritematoso sistémico.

Como todos los fármacos, la ciclofosfamida puede causar efectos secundarios. Algunos de los más comunes incluyen náuseas, vómitos, pérdida del apetito, diarrea y cambios en el color del cabello y la piel. También puede aumentar el riesgo de infecciones, sangrado y daño a los tejidos sanos, especialmente en altas dosis o con un uso prolongado.

Es importante que la ciclofosfamida se administre bajo la supervisión de un médico capacitado y que se sigan cuidadosamente las instrucciones de dosificación y administración. El médico también puede recetar medicamentos para ayudar a prevenir o controlar los efectos secundarios.

La prednisona es un glucocorticoide sintético, un tipo de corticosteroide, utilizado comúnmente en el tratamiento de diversas afecciones inflamatorias y autoinmunes. Tiene propiedades antiinflamatorias y también puede suprimir la respuesta inmune del cuerpo. Se receta a menudo para enfermedades como asma, artritis reumatoide, enfermedad inflamatoria intestinal, psoriasis, lupus eritematoso sistémico y otras condiciones donde se necesite reducir la inflamación o suprimir el sistema inmunológico.

La prednisona funciona modulando la actividad de los genes relacionados con la inflamación y la respuesta inmune, disminuyendo así la producción de sustancias químicas que causan inflamación e inhibiendo la actividad de las células inmunes.

Al igual que con otros corticosteroides, la prednisona puede tener efectos secundarios graves si se utiliza a largo plazo o en dosis altas. Estos efectos secundarios pueden incluir aumento de peso, presión arterial alta, diabetes, glaucoma, cataratas, osteoporosis, retraso del crecimiento en niños y adolescentes, y mayor susceptibilidad a infecciones. Por lo tanto, la prednisona generalmente se receta en las dosis más bajas posibles durante el período de tiempo más corto posible para minimizar los riesgos asociados con su uso.

Es importante que cualquier persona que use prednisona siga cuidadosamente las instrucciones de dosificación y se comunique regularmente con su proveedor de atención médica sobre cualquier efecto secundario o preocupación relacionada con el medicamento.

La doxorrubicina es un fármaco citotóxico, específicamente un agente antineoplásico, utilizado en el tratamiento de varios tipos de cáncer. Es un antibiótico antitumoral de la familia de las antraciclinas, aislado originalmente de la bacteria Streptomyces peucetius var. caesius.

La doxorrubicina funciona intercalándose dentro del ADN y evitando que la célula cancerosa replique su material genético, lo que finalmente lleva a la muerte celular. También produce especies reactivas de oxígeno que dañan los lípidos de la membrana mitocondrial y otras estructuras celulares, contribuyendo a su acción citotóxica.

Este medicamento se utiliza en el tratamiento de una variedad de cánceres, incluidos linfomas, leucemias, sarcomas y carcinomas. Sin embargo, también tiene efectos secundarios importantes, como la posibilidad de dañar el corazón, especialmente con dosis altas o tratamientos prolongados. Por esta razón, su uso debe ser cuidadosamente controlado y monitorizado por un profesional médico.

La inducción de remisión es un términino médico que se utiliza en el campo de la medicina, específicamente en áreas como la neurología, la psiquiatría y la oncología, entre otras. Se refiere al proceso intencional de utilizar diversos tratamientos o terapias para llevar a un paciente con una enfermedad aguda o grave a un estado de remisión clínica o completa.

En el contexto de la neurología y la psiquiatría, la inducción de remisión puede implicar el uso de fármacos específicos, como antipsicóticos en el tratamiento de trastornos mentales graves, con el objetivo de controlar rápidamente los síntomas y estabilizar al paciente.

En oncología, la inducción de remisión se refiere a la fase inicial del tratamiento del cáncer, donde el objetivo es reducir la enfermedad lo más posible antes de comenzar un tratamiento de mantenimiento o consolidación. Esto puede implicar el uso de quimioterapia intensiva, radioterapia o una combinación de ambos.

En resumen, la inducción de remisión es el proceso intencional y controlado de utilizar diversos tratamientos para llevar a un paciente con una enfermedad grave a un estado de remisión clínica o completa, reduciendo los síntomas y mejorando su calidad de vida.

Los protocolos de quimioterapia combinada antineoplásica se refieren a los regímenes estandarizados y sistemáticos del tratamiento del cáncer que involucran la administración de dos o más fármacos citotóxicos (quimioterapéuticos) con el objetivo de potenciar la eficacia terapéutica, reducir la resistencia a los medicamentos y mejorar los resultados clínicos en comparación con el uso de un solo agente quimioterapéutico.

La combinación de fármacos con diferentes mecanismos de acción puede atacar al tumor desde múltiples vías, interrumpir los procesos celulares cruciales para la supervivencia y proliferación de las células cancerosas y, por lo tanto, aumentar la tasa de respuesta tumoral, la enfermedad libre de progresión y la supervivencia global.

La quimioterapia combinada se utiliza a menudo en el tratamiento de diversos tipos de cáncer, incluidos, entre otros, el linfoma de Hodgkin, el linfoma no Hodgkin, el cáncer de mama, el cáncer de ovario, el cáncer de pulmón y el cáncer colorrectal. La selección de fármacos específicos para una combinación determinada y la programación de su administración (dosis, intervalos, duración del tratamiento) se basan en los principios farmacológicos, las pruebas clínicas y los datos de eficacia y seguridad publicados previamente.

Es importante tener en cuenta que la quimioterapia combinada también puede aumentar la toxicidad y los efectos secundarios en comparación con la monoterapia, lo que requiere un manejo cuidadoso y ajustes individualizados de la dosis para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios terapéuticos.

El Linfoma Cutáneo de Células T (LCC T) es un tipo raro de cáncer que se origina en los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico. Cuando estas células se vuelven malignas, comienzan a multiplicarse y acumularse de forma descontrolada en la piel, formando tumores.

Existen varios subtipos de LCC T, siendo los más comunes el Mixto Linfoma Cutáneo de Células T y Natural Killer (MLCTNK), el Linfoma de Células T Periféricas Primario (LTCPP) y el Linfoma de Células T Cutáneo Paget (LCTCP).

Los síntomas del LCC T pueden variar, pero generalmente incluyen la aparición de lesiones cutáneas persistentes, como placas rojas, escamosas o con costras, que pueden ser pruriginosas o dolorosas. Estas lesiones suelen aparecer en áreas expuestas al sol, como la cara, el cuello, las manos y los brazos.

El diagnóstico del LCC T se realiza mediante una biopsia de la piel afectada y un análisis histopatológico de la muestra. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapias dirigidas específicas contra las células cancerosas. La elección del tratamiento depende del subtipo de LCC T, su extensión y la salud general del paciente.

El Linfoma de Células T Periférico (LCPT) es un tipo raro y agresivo de cáncer del sistema linfático que afecta a los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico. A diferencia de otros tipos de linfoma no Hodgkin, que generalmente se originan en los ganglios linfáticos, el LCPT suele comenzar en otros órganos o tejidos como la piel, las mucosas, los pulmones o el tracto gastrointestinal.

La enfermedad se caracteriza por un crecimiento anormal y acelerado de células T maduras (periféricas) que se vuelven malignas y se multiplican descontroladamente, formando tumores o lesiones en diferentes partes del cuerpo. Estos tumores pueden invadir los tejidos circundantes y diseminarse a través del torrente sanguíneo o el sistema linfático, lo que puede provocar la afectación de órganos vitales y la progresión de la enfermedad.

Existen varios subtipos de LCPT, cada uno con características clínicas y patológicas distintivas. Algunos de los subtipos más comunes incluyen el linfoma de células T cutáneo, el enteropático y el hepatosplénico. El diagnóstico del LCPT se realiza mediante una combinación de estudios de imagen, análisis de sangre y biopsias de tejido afectado, y su tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia, trasplante de células madre o terapias dirigidas específicas contra las células cancerosas.

El linfoma relacionado con el SIDA (LRS) es un tipo de cáncer que afecta al sistema inmunológico y se considera un indicador avanzado de la enfermedad del SIDA. Se desarrolla en personas cuyo sistema inmunitario está dañado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), lo que los hace más susceptibles a infecciones y ciertos tipos de cáncer.

El linfoma relacionado con el SIDA se produce cuando las células B, un tipo de glóbulo blanco que forma parte del sistema inmunológico, se vuelven cancerosas y comienzan a multiplicarse sin control. Estas células cancerosas pueden acumularse y formar tumores en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado o los tejidos del sistema nervioso central.

Existen dos tipos principales de linfoma relacionado con el SIDA: el linfoma no Hodgkin y el linfoma de Hodgkin. El linfoma no Hodgkin es mucho más común en personas con VIH y representa alrededor del 95% de los casos de LRS. Los síntomas pueden incluir fiebre, sudoración nocturna, fatiga, pérdida de peso, ganglios linfáticos inflamados y dolorosos, y problemas para respirar o tragar, dependiendo del lugar donde se haya desarrollado el tumor.

El tratamiento del linfoma relacionado con el SIDA puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida y trasplante de células madre. La elección del tratamiento depende del tipo y la etapa del cáncer, así como del estado general de salud de la persona. A pesar del tratamiento, el pronóstico para las personas con linfoma relacionado con el SIDA sigue siendo relativamente pobre, ya que este cáncer a menudo es más agresivo en personas con VIH y puede ser difícil de controlar.

El Linfoma Anaplásico de Células Grandes (LAGC) es un tipo agresivo y raro de linfoma, que se origina en los linfocitos B, un tipo de glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunitario. Se caracteriza por la presencia de células malignas grandes y distintivas, llamadas células anaplásicas o células de Reed-Sternberg, en el tejido linfático afectado. Estas células tienen un aspecto inusual con núcleos irregulares y multiploides, y citoplasma abundante.

El LAGC puede presentarse en cualquier parte del cuerpo donde exista tejido linfático, incluyendo los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, los pulmones y la piel. Los síntomas más comunes son fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso, fatiga y dolor en los sitios afectados. El diagnóstico se realiza mediante biopsia y análisis de células malignas, así como con pruebas de imagenología y laboratorio para evaluar la extensión de la enfermedad.

El tratamiento del Linfoma Anaplásico de Células Grandes generalmente implica quimioterapia intensiva, a menudo combinada con terapia dirigida o inmunoterapia, y posiblemente radioterapia en casos seleccionados. El pronóstico del LAGC es variable y depende de varios factores, como la edad del paciente, el estado general de salud y la extensión de la enfermedad al momento del diagnóstico. Aunque algunos pacientes pueden responder bien al tratamiento inicial, el Linfoma Anaplásico de Células Grandes tiene una tendencia a recidivar (volver), por lo que es importante un seguimiento cuidadoso y un enfoque multidisciplinario en el manejo del paciente.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

La Enfermedad de Hodgkin, también conocida como linfoma de Hodgkin, es un tipo de cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos, que son parte del sistema inmunológico. La enfermedad afecta principalmente los ganglios linfáticos, aunque también puede involucrar otros órganos y tejidos.

La característica distintiva de esta enfermedad es la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg. Estas células son grandes, con núcleos divididos y abundante citoplasma, y se pueden ver bajo el microscopio durante un examen de tejido linfático.

Los síntomas más comunes incluyen ganglios linfáticos inflamados e indoloros en el cuello, las axilas o la ingle; fiebre; sudoración nocturna; pérdida de peso involuntaria; fatiga y picazón en la piel.

El tratamiento puede incluir radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida o un trasplante de células madre. El pronóstico depende del tipo y estadio de la enfermedad, así como de la edad y salud general del paciente. Muchas personas con Enfermedad de Hodgkin pueden ser curadas con el tratamiento adecuado.

La Terapia Combinada, en el contexto médico, se refiere al uso simultáneo o secuencial de dos o más tratamientos, estrategias terapéuticas o fármacos diferentes para el manejo de una enfermedad, condición de salud o síndrome complejo. El objetivo de la terapia combinada es lograr un efecto terapéutico superior al que se obtendría con cada uno de los tratamientos por separado, mejorando así la eficacia, minimizando las resistencias y potentializando los beneficios clínicos.

La terapia combinada puede implicar una variedad de enfoques, como la combinación de fármacos con diferentes mecanismos de acción para el tratamiento del cáncer, la combinación de terapias conductuales y farmacológicas para el manejo de trastornos mentales o neurológicos, o la combinación de intervenciones quirúrgicas, radioterapia y quimioterapia en el tratamiento del cáncer.

Es importante destacar que la terapia combinada requiere una cuidadosa planificación, monitoreo y ajuste para garantizar su eficacia y seguridad, ya que puede aumentar el riesgo de efectos adversos o interacciones farmacológicas indeseables. Por lo tanto, la terapia combinada debe ser administrada e indicada por profesionales médicos calificados y con experiencia en el manejo de la afección de salud específica.

Los anticuerpos monoclonales son un tipo específico de proteínas producidas en laboratorio que se diseñan para reconocer y unirse a determinadas sustancias llamadas antígenos. Se crean mediante la fusión de células de un solo tipo, o clon, que provienen de una sola célula madre.

Este proceso permite que todos los anticuerpos producidos por esas células sean idénticos y reconozcan un único antígeno específico. Los anticuerpos monoclonales se utilizan en diversas aplicaciones médicas, como la detección y el tratamiento de enfermedades, incluyendo cánceres y trastornos autoinmunes.

En el contexto clínico, los anticuerpos monoclonales pueden administrarse como fármacos para unirse a las células cancerosas o a otras células objetivo y marcarlas para su destrucción por el sistema inmunitario del paciente. También se utilizan en pruebas diagnósticas para detectar la presencia de antígenos específicos en muestras de tejido o fluidos corporales, lo que puede ayudar a confirmar un diagnóstico médico.

La tasa de supervivencia es un término médico que se utiliza para describir la proporción de personas que siguen vivas durante un período determinado después del diagnóstico o tratamiento de una enfermedad grave, como el cáncer. Se calcula dividiendo el número de personas que sobreviven por el total de personas a las que se les diagnosticó la enfermedad durante un período específico. La tasa de supervivencia puede ser expresada como un porcentaje o una proporción.

Por ejemplo, si se diagnostican 100 personas con cáncer de mama en un año y cinco años después 60 de ellas siguen vivas, la tasa de supervivencia a los cinco años sería del 60% (60 sobrevividos / 100 diagnosticados).

Es importante tener en cuenta que la tasa de supervivencia no siempre refleja las posibilidades de curación completa, especialmente en enfermedades crónicas o degenerativas. Además, la tasa de supervivencia puede variar dependiendo de factores como la edad, el estado de salud general y la etapa en que se diagnostique la enfermedad.

Un trasplante de células madre hematopoyéticas (HCT) es un procedimiento médico en el que se infunden células madre hematopoyéticas (cuya función principal es formar elementos celulares sanguíneos) en un paciente para restaurar la producción de células sanguíneas sanas. Esta terapia se utiliza a menudo para reemplazar el sistema hematopoyético dañado o destruido por enfermedades como leucemias, linfomas y trastornos congénitos del metabolismo.

Las fuentes comunes de estas células madre incluyen la médula ósea, la sangre periférica y el cordón umbilical. El proceso implica la recolección de células madre de un donante compatible (generalmente un familiar cercano), seguido del procesamiento y almacenamiento adecuados antes de su infusión en el receptor. Después del trasplante, las células madre viajan hasta la médula ósea del receptor donde comienzan a producir nuevas células sanguíneas.

El éxito del HCT depende de varios factores como la edad del donante y el receptor, el tipo y grado de enfermedad, el grado de coincidencia entre los tejidos del donante y el receptor, y la presencia o ausencia de complicaciones durante y después del procedimiento. Aunque este tratamiento puede ser eficaz contra ciertas condiciones, también conlleva riesgos significativos, como infecciones graves, rechazo del injerto y efectos secundarios a largo plazo asociados con la exposición a dosis altas de quimioterapia y/o radioterapia.

Los antineoplásicos son un grupo de fármacos utilizados en el tratamiento del cáncer. Su objetivo principal es interferir con la capacidad de las células cancerosas para crecer, dividirse y multiplicarse. Estos medicamentos se dirigen a las características distintivas de las células cancerosas, como su rápido crecimiento y división celular, para destruirlas o impedir su proliferación.

Existen diferentes clases de antineoplásicos, entre los que se incluyen:

1. Quimioterapia: Son fármacos citotóxicos que dañan el ADN de las células cancerosas, impidiendo su división y crecimiento. Algunos ejemplos son la doxorrubicina, cisplatino, metotrexato y fluorouracilo.
2. Inhibidores de la angiogénesis: Estos fármacos impiden la formación de nuevos vasos sanguíneos que suministran nutrientes a los tumores, dificultando así su crecimiento y diseminación. Ejemplos de estos medicamentos son bevacizumab y sunitinib.
3. Inhibidores de la señalización celular: Estos fármacos interfieren con las vías de señalización intracelulares que controlan el crecimiento y supervivencia de las células cancerosas. Algunos ejemplos son imatinib, gefitinib y erlotinib.
4. Inmunoterapia: Estos tratamientos aprovechan el sistema inmunitario del paciente para combatir el cáncer. Pueden funcionar aumentando la respuesta inmunitaria o bloqueando las vías que inhiben la acción del sistema inmune contra las células cancerosas. Algunos ejemplos son los anticuerpos monoclonales, como pembrolizumab y nivolumab, y los fármacos que estimulan el sistema inmunológico, como interleucina-2 e interferón alfa.
5. Terapia dirigida: Estos tratamientos se basan en la identificación de alteraciones genéticas específicas en las células cancerosas y utilizan fármacos diseñados para atacar esas alteraciones. Algunos ejemplos son trastuzumab, lapatinib y vemurafenib.

La elección del tratamiento depende de varios factores, como el tipo de cáncer, la etapa en que se encuentra, las características genéticas del tumor, la salud general del paciente y los posibles efectos secundarios de cada opción terapéutica. Los médicos pueden combinar diferentes tipos de tratamientos o utilizar terapias secuenciales para lograr mejores resultados en el control del cáncer.

La supervivencia sin enfermedad, también conocida como supervivencia libre de progresión o supervivencia libre de recaída, es un término médico utilizado en oncología para describir el período de tiempo durante el cual un paciente con cáncer no muestra signos ni síntomas de la enfermedad después del tratamiento. Esto significa que no hay evidencia de progresión o empeoramiento de la enfermedad, aunque no necesariamente implica que el cáncer haya desaparecido por completo. La duración de la supervivencia sin enfermedad puede variar mucho dependiendo del tipo y estadio del cáncer, así como de la respuesta individual al tratamiento.

Un esquema de medicación, también conocido como plan de medicación o régimen de dosificación, es un documento detallado que especifica los medicamentos prescritos, la dosis, la frecuencia y la duración del tratamiento para un paciente. Incluye información sobre el nombre del medicamento, la forma farmacéutica (como tabletas, cápsulas, líquidos), la dosis en unidades medidas (por ejemplo, miligramos o mililitros), la frecuencia de administración (por ejemplo, tres veces al día) y la duración total del tratamiento.

El esquema de medicación puede ser creado por un médico, enfermero u otro profesional sanitario y se utiliza para garantizar que el paciente reciba los medicamentos adecuados en las dosis correctas y en el momento oportuno. Es especialmente importante en situaciones en las que el paciente toma varios medicamentos al mismo tiempo, tiene condiciones médicas crónicas o es vulnerable a efectos adversos de los medicamentos.

El esquema de medicación se revisa y actualiza periódicamente para reflejar los cambios en el estado de salud del paciente, las respuestas al tratamiento o la aparición de nuevos medicamentos disponibles. Además, es una herramienta importante para la comunicación entre profesionales sanitarios y pacientes, ya que ayuda a garantizar una comprensión clara y precisa del tratamiento médico.

El Linfoma Inmunoblástico de Células Grandes (LICG) es un tipo agresivo y raro de linfoma, un cáncer que se origina en el sistema linfático. Este tipo de cáncer afecta principalmente a los linfocitos B maduros.

Los linfocitos son glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario, ayudando a combatir las infecciones. Cuando se desarrolla un linfoma, estas células se dividen y crecen de manera descontrolada, formando tumores en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, los pulmones o los huesos.

En el caso del Linfoma Inmunoblástico de Células Grandes, las células cancerosas son inmunoblastos, grandes linfocitos B que tienen un núcleo grande y redondo con cromatina suelta y uno o más nucléolos prominentes. Estas células también presentan una cantidad abundante de citoplasma basófilo (de color azul) con numerosos mitocondrios y ribosomas, lo que les confiere un aspecto característico en las pruebas de laboratorio.

El LICG puede manifestarse clínicamente con síntomas sistémicos como fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso inexplicable (síndrome B), además de la presencia de masas o tumores en diferentes localizaciones del cuerpo. El diagnóstico definitivo se realiza mediante biopsia y análisis citológicos e inmunohistoquímicos, que permiten identificar las células cancerosas y determinar su origen (linfocitos B o T).

El tratamiento del Linfoma Inmunoblástico de Células Grandes generalmente incluye quimioterapia, radioterapia y, en algunos casos, trasplante autólogo o alogénico de células madre hematopoyéticas. La elección del tratamiento depende de diversos factores como la edad del paciente, su estado general de salud, la extensión de la enfermedad y los resultados de las pruebas de laboratorio.

Los antígenos CD20 son marcadores proteicos encontrados en la superficie de ciertas células B maduras del sistema inmunitario. La proteína CD20 desempeña un papel importante en la activación y proliferación de estas células B.

La importancia clínica de los antígenos CD20 radica en su uso como objetivo para el tratamiento del cáncer de células B, como la leucemia linfocítica crónica y el linfoma no Hodgkin. Los fármacos monoclonales, como rituximab, ofatumumab y obinutuzumab, se unen a los antígenos CD20 en la superficie de las células B y desencadenan una respuesta inmunitaria que conduce a la destrucción de estas células.

Es importante señalar que los antígenos CD20 no se encuentran en todas las células del sistema inmunitario, como los linfocitos T o las células madre hematopoyéticas, lo que limita el impacto de la terapia dirigida a estos marcadores en otras partes del sistema inmunológico.

La translocación genética es un tipo de reordenamiento cromosómico en el que fragmentos de material genético se mueven de un cromosoma a otro. Esto puede ocurrir como resultado de errores durante la meiosis o mitosis, donde los cromosomas intercambian segmentos entre sí. Existen dos tipos principales de translocaciones: recíprocas y Robertsonianas.

1. Translocación Recíproca: Este tipo implica el intercambio de fragmentos iguales o desiguales entre dos cromosomas no homólogos. No altera el número total de cromosomas, pero cambia su estructura y puede resultar en una disposición anormal de genes, posiblemente conduciendo a anomalías genéticas o predisposición a ciertas enfermedades.

2. Translocación Robertsoniana: Este tipo es menos común y se produce cuando los brazos largos de dos cromosomas acrocéntricos (con los centrómeros ubicados cerca de uno de los extremos) se fusionan, resultando en un solo cromosoma con forma de "X". Aunque el número total de cromosomas disminuye en una unidad, la mayoría de los genes se conservan intactos. Sin embargo, esta alteración puede causar problemas durante la división celular y aumentar el riesgo de desarrollar ciertas afecciones genéticas.

Las translocaciones genéticas pueden ser asintomáticas y detectarse solo mediante pruebas citogenéticas, como el cariotipo. Sin embargo, algunas personas con translocaciones pueden experimentar infertilidad, abortos espontáneos o tener hijos afectados por enfermedades genéticas, especialmente si la translocación involucra genes importantes o regiones cromosómicas críticas.

El linfoma extranodal de células NK-T, también conocido como linfoma nasal tipo o ENKTL (por sus siglas en inglés), es un tipo raro y agresivo de cáncer del sistema linfático que generalmente se origina en las células natural killer (NK) en los tejidos blandos fuera de los ganglios linfáticos. Aproximadamente el 80-90% de los casos se presentan en la nariz y en las regiones adyacentes del tracto respiratorio superior, lo que se conoce como linfoma nasal tipo. Sin embargo, también puede afectar otros órganos como el hígado, los pulmones, los ojos y la piel.

Este tipo de linfoma es más común en Asia y América Latina y se diagnostica con mayor frecuencia en adultos mayores de 50 años. Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del tumor, pero algunos de los signos más comunes incluyen obstrucción nasal, sangrado nasal, hinchazón facial y dolor de cabeza.

El diagnóstico se realiza mediante una biopsia y el examen de tejidos bajo un microscopio, seguido de pruebas adicionales para determinar el tipo y la etapa del cáncer. El tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o trasplante de células madre, dependiendo del estadio y la extensión del cáncer en el momento del diagnóstico.

Los cromosomas humanos par 14, también conocidos como cromosomas 14, son uno de los pares de cromosomas homólogos en el cariotipo humano. Cada persona normalmente tiene dos copias de cada cromosoma, una copia heredada de la madre y una copia heredada del padre, lo que significa que tenemos 23 pares de cromosomas en total, incluyendo los cromosomas sexuales (X e Y).

Los cromosomas humanos par 14 son submetacéntricos, es decir, tienen un brazo corto (p) y un brazo largo (q), con una proporción de longitud del brazo que varía entre los individuos. El brazo corto contiene aproximadamente 50 millones de pares de bases y alberga genes relacionados con la síntesis de proteínas ribosomales, mientras que el brazo largo contiene alrededor de 100 millones de pares de bases y codifica genes involucrados en diversas funciones celulares, como el metabolismo, desarrollo y diferenciación celular, y respuesta al estrés.

Las anomalías numéricas o estructurales en los cromosomas humanos par 14 pueden causar diversas condiciones genéticas y trastornos de desarrollo. Por ejemplo, la pérdida completa del cromosoma 14 (monosomía 14) es letal y causa abortos espontáneos en etapas tempranas del embarazo. La duplicación parcial o total del cromosoma 14 (trisomía 14) se asocia con retraso mental, rasgos dismórficos faciales y anomalías estructurales en diversos órganos y sistemas corporales. Además, las translocaciones o inversiones cromosómicas en el par 14 pueden predisponer a la aparición de cáncer y otras enfermedades genéticas.

Los antígenos CD30 son marcadores proteicos encontrados en la superficie de ciertas células del sistema inmune, específicamente los linfocitos. La proteína CD30 pertenece a la familia de receptores TNF (factor de necrosis tumoral) y desempeña un papel importante en la activación y proliferación de células T y B.

La expresión de CD30 está asociada con una variedad de procesos fisiológicos e inmunopatológicos, incluyendo respuestas inmunitarias agudas y crónicas, así como en diversos tipos de linfomas, especialmente el linfoma de Hodgkin y los linfomas cutáneos T CD30-positivos.

El análisis de la expresión de CD30 puede ser útil en el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del tratamiento de estas enfermedades. La detección de CD30 se realiza mediante inmunofenotipificación, una técnica que utiliza anticuerpos marcados fluorescentemente para identificar y cuantificar diferentes tipos de células y proteínas en muestras de tejido o sangre.

El Herpesvirus Humano 4, también conocido como Epstein-Barr Virus (EBV), es un tipo de virus herpes que causa la enfermedad del linfocito B infectada. Es parte de la familia Herpesviridae y el género Lymphocryptovirus.

La infección por EBV se produce más comúnmente durante la infancia y puede ser asintomática o causar una enfermedad leve similar a una mononucleosis infecciosa (conocida como "enfermedad del beso"). Sin embargo, cuando la infección se adquiere en la adolescencia o edad adulta, puede causar un cuadro más grave de mononucleosis infecciosa.

El EBV se transmite a través del contacto cercano con la saliva o fluidos corporales infectados, como por ejemplo mediante el intercambio de besos o el uso común de utensilios o vasos sucios. Una vez que una persona está infectada con EBV, el virus permanece inactivo (latente) en el cuerpo durante toda la vida y puede reactivarse en momentos de estrés o enfermedad, aunque generalmente no causa síntomas durante este estado latente.

El EBV se ha relacionado con varios tipos de cáncer, como el linfoma de Burkitt, el carcinoma nasofaríngeo y los linfomas de Hodgkin y no-Hodgkin. Además, se ha asociado con enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple y el lupus eritematoso sistémico.

Los linfocitos B son un tipo de glóbulos blancos, más específicamente, linfocitos del sistema inmune que desempeñan un papel crucial en la respuesta humoral del sistema inmunológico. Se originan en la médula ósea y se diferencian en el bazo y los ganglios linfáticos.

Una vez activados, los linfocitos B se convierten en células plasmáticas que producen y secretan anticuerpos (inmunoglobulinas) para neutralizar o marcar a los patógenos invasores, como bacterias y virus, para su eliminación por otras células inmunitarias. Los linfocitos B también pueden presentar antígenos y cooperar con los linfocitos T auxiliares en la respuesta inmunitaria adaptativa.

La inmunofenotipificación es una técnica de laboratorio utilizada en patología y hematología clínicas para identificar y caracterizar diferentes tipos de células inmunes, como los leucocitos (glóbulos blancos), mediante el análisis de sus marcadores celulares de superficie. Esta técnica se basa en la utilización de anticuerpos monoclonales marcados con moléculas fluorescentes, que se unen específicamente a los marcadores de superficie de las células.

La inmunofenotipificación permite determinar el fenotipo celular, es decir, el perfil de expresión de proteínas de membrana y citoplásmicas que identifican a cada tipo de célula inmunitaria. De esta manera, se pueden diferenciar y cuantificar los distintos subconjuntos de células inmunes presentes en una muestra, como por ejemplo, linfocitos T, linfocitos B, células NK, monocitos, macrófagos, eosinófilos, basófilos y neutrófilos.

Esta técnica es especialmente útil en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades hematológicas y oncohematológicas, como leucemias y linfomas, ya que permite identificar las células neoplásicas y determinar su grado de madurez, diferenciación y proliferación. Además, también se utiliza en el estudio de enfermedades autoinmunes, infecciosas y alergias, así como en la evaluación de la respuesta a los tratamientos inmunoterápicos.

El par de cromosomas humanos 18, también conocido como cromosomas 18, son una de las 23 parejas de cromosomas que constituyen el cariotipo humano. Cada persona normalmente tiene dos copias de cada cromosoma, una heredada de la madre y otra del padre, para un total de 46 cromosomas en todas las células somáticas del cuerpo.

Los cromosomas humanos par 18 son submetacéntricos, lo que significa que su centrómero se encuentra desplazado hacia uno de los extremos del cromosoma. Cada cromosoma 18 contiene miles de genes que proporcionan instrucciones para la producción de proteínas y otras moléculas importantes necesarias para el desarrollo, el crecimiento y el mantenimiento de las funciones corporales.

Las anomalías en el número o estructura de los cromosomas 18 pueden causar diversas condiciones médicas graves. Por ejemplo, la trisomía del par 18, que se produce cuando una persona tiene tres copias del cromosoma 18 en lugar de dos, se asocia con el síndrome de Edwards, una afección caracterizada por retraso mental grave, rasgos faciales distintivos, defectos cardíacos y otros problemas de salud. Por otro lado, las deleciones o duplicaciones parciales del cromosoma 18 pueden causar diversos trastornos genéticos como el síndrome de Angelman o el síndrome de Prader-Willi.

El reordenamiento génico, también conocido como reorganización cromosómica o reestructuración genética, se refiere a cambios estructurales en el material genético (ADN) de un individuo que involucran la alteración de la disposición y orden regular de los genes en un cromosoma. Esto puede resultar en la ganancia, pérdida o cambio en la expresión de los genes afectados.

Existen diferentes tipos de reordenamientos génicos, incluyendo:

1. Inversiones: Suceden cuando un segmento del cromosoma se rompe en dos puntos y luego se invierte, quedando en sentido opuesto antes de volver a unirse al resto del cromosoma. Las inversiones pueden ser pericéntricas (afectan el centro del cromosoma) o paracéntricas (afectan los extremos).

2. Deleciones: Ocurren cuando se elimina un segmento de ADN en un cromosoma, resultando en la pérdida de genes y posiblemente en una disminución de la función normal del gen o el desarrollo de nuevas funciones anormales.

3. Duplicaciones: Se dan cuando se produce una copia adicional de un segmento de ADN en un cromosoma, llevando a una mayor expresión de los genes duplicados y posiblemente a efectos adversos sobre el fenotipo.

4. Translocaciones: Son intercambios recíprocos de fragmentos entre dos cromosomas no homólogos. Las translocaciones pueden ser balanceadas (sin pérdida o ganancia de material genético) o desequilibradas (con pérdida o ganancia de material genético).

5. Duplicaciones invertidas: Suceden cuando un segmento de ADN se duplica y luego se invierte antes de insertarse en el cromosoma, resultando en una copia adicional del segmento en sentido opuesto al original.

Estos eventos genéticos pueden ocurrir espontáneamente o ser inducidos por agentes mutagénicos y tienen diversas consecuencias sobre el fenotipo, dependiendo de la localización y el tamaño del cambio estructural. Algunos de estos eventos pueden conducir a enfermedades genéticas o aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.

La proteína proto-oncogénica c-BCL6 es un factor de transcripción que regula la expresión génica y desempeña un papel importante en la diferenciación y proliferación celular normal. Sin embargo, cuando se altera su regulación normal, puede contribuir al desarrollo de cáncer. La proteína c-BCL6 se sobreexpresa o se sobreactivada en algunos tipos de linfoma, lo que lleva a una disfunción celular y promueve la transformación cancerosa. Por lo tanto, la proteína c-BCL6 se considera un oncogén potencial, y su inhibición es un objetivo terapéutico prometedor en el tratamiento del cáncer.

Las neoplasias del timo, también conocidas como tumores del timo, se refieren a un crecimiento anormal de células en el timo, que es una glándula situada detrás del esternón y entre los pulmones. El timo desempeña un papel importante en el sistema inmunológico, especialmente en la infancia y adolescencia, ya que ayuda a formar y madurar los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que combaten las infecciones.

Existen dos tipos principales de neoplasias del timo: tumores benignos (tumores no cancerosos) y malignos (cáncer). Los tumores benignos, como los hamartomas y los quistes, suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Por otro lado, los tumores malignos, como el timoma y el carcinoma de células escamosas del timo, tienen un comportamiento más agresivo y pueden invadir tejidos adyacentes y diseminarse a otros órganos (metástasis).

Los síntomas de las neoplasias del timo pueden variar ampliamente y dependen del tipo y el tamaño del tumor. Algunas personas con tumores benignos no presentan síntomas, mientras que otras pueden experimentar dolor en el pecho, dificultad para respirar o toser, fatiga y pérdida de peso. Los tumores malignos suelen causar síntomas similares, pero también pueden provocar complicaciones más graves, como la compresión de los vasos sanguíneos y los nervios cercanos, lo que puede dar lugar a dolor referido o debilidad en los brazos y las piernas.

El diagnóstico de las neoplasias del timo se realiza mediante una combinación de pruebas de imagen, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN), y la biopsia del tejido tumoral. El tratamiento depende del tipo y el estadio del tumor, pero puede incluir la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. La supervivencia a largo plazo es generalmente buena para las personas con tumores benignos, mientras que las tasas de supervivencia para los tumores malignos son más variables y dependen del estadio y el grado de diferenciación del tumor en el momento del diagnóstico.

El término 'pronóstico' se utiliza en el ámbito médico para describir la previsión o expectativa sobre el curso probable de una enfermedad, su respuesta al tratamiento y la posibilidad de recuperación o supervivencia del paciente. Es una evaluación clínica que tiene en cuenta diversos factores como el tipo y gravedad de la enfermedad, la respuesta previa a los tratamientos, los factores genéticos y ambientales, la salud general del paciente y su edad, entre otros. El pronóstico puede ayudar a los médicos a tomar decisiones informadas sobre el plan de tratamiento más adecuado y a los pacientes a comprender mejor su estado de salud y a prepararse para lo que pueda venir. Es importante señalar que un pronóstico no es una garantía, sino una estimación basada en la probabilidad y las estadísticas médicas disponibles.

Las neoplasias del sistema nervioso central (SNC) se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en el tejido cerebral, la médula espinal o los nervios craneales. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los tumores benignos tienden a crecer más lentamente y suelen ser menos invasivos, aunque todavía pueden causar problemas considerables según su localización. Por otro lado, los tumores malignos tienen un comportamiento más agresivo, invadiendo estructuras adyacentes y teniendo a menudo capacidad de diseminarse o metastatizar a otras partes del cuerpo.

Las neoplasias del SNC se clasifican según el tipo de tejido donde se originan. Algunos ejemplos incluyen gliomas (que surgen de las células gliales que soportan y protegen las neuronas), meningiomas (que se desarrollan en las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal), y neurinomas (que se forman a partir de los nervios periféricos).

El tratamiento depende del tipo, tamaño, localización y grado de malignidad del tumor. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. La rehabilitación también puede ser necesaria para ayudar a recuperar las funciones neurológicas perdidas después del tratamiento.

Las células de Reed-Sternberg son un tipo específico de célula grande y anormal que se asocia con el linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. Estas células tienen un núcleo grande y multilobulado o bilobulado, con una apariencia característica en forma de "dos olivas" o "rueda de carreta".

Las células de Reed-Sternberg se consideran células tumorales maduras y pueden presentarse solas o en grupos. Su presencia es un criterio clave para el diagnóstico del linfoma de Hodgkin, aunque también pueden encontrarse en algunos tipos de linfomas no Hodgkin.

La identificación de estas células se realiza mediante técnicas de microscopía y tinción inmunohistoquímica, que permiten detectar marcadores específicos en la superficie celular. El tratamiento del linfoma de Hodgkin dependerá del tipo y estadio de la enfermedad, y puede incluir quimioterapia, radioterapia o trasplante de células madre.

Los ganglios linfáticos son estructuras pequeñas, ovaladas o redondeadas que forman parte del sistema linfático. Se encuentran dispersos por todo el cuerpo, especialmente en concentraciones alrededor de las áreas donde los vasos linfáticos se unen con las venas, como el cuello, las axilas e ingles.

Su función principal es filtrar la linfa, un líquido transparente que drena de los tejidos corporales, antes de que regrese al torrente sanguíneo. Los ganglios linfáticos contienen células inmunes, como linfocitos y macrófagos, que ayudan a combatir las infecciones al destruir los gérmenes y otras sustancias extrañas que se encuentran en la linfa.

Cuando el sistema inmunitario está activado por una infección o inflamación, los ganglios linfáticos pueden aumentar de tamaño debido al incremento del número de células inmunes y vasos sanguíneos en respuesta a la invasión de patógenos. Este proceso es normal y desaparece una vez que el cuerpo ha combatido la infección o inflamación.

La inmunohistoquímica es una técnica de laboratorio utilizada en patología y ciencias biomédicas que combina los métodos de histología (el estudio de tejidos) e inmunología (el estudio de las respuestas inmunitarias del cuerpo). Consiste en utilizar anticuerpos marcados para identificar y localizar proteínas específicas en células y tejidos. Este método se utiliza a menudo en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades, incluyendo cánceres, para determinar el tipo y grado de una enfermedad, así como también para monitorizar la eficacia del tratamiento.

En este proceso, se utilizan anticuerpos específicos que reconocen y se unen a las proteínas diana en las células y tejidos. Estos anticuerpos están marcados con moléculas que permiten su detección, como por ejemplo enzimas o fluorocromos. Una vez que los anticuerpos se unen a sus proteínas diana, la presencia de la proteína se puede detectar y visualizar mediante el uso de reactivos apropiados que producen una señal visible, como un cambio de color o emisión de luz.

La inmunohistoquímica ofrece varias ventajas en comparación con otras técnicas de detección de proteínas. Algunas de estas ventajas incluyen:

1. Alta sensibilidad y especificidad: Los anticuerpos utilizados en esta técnica son altamente específicos para las proteínas diana, lo que permite una detección precisa y fiable de la presencia o ausencia de proteínas en tejidos.
2. Capacidad de localizar proteínas: La inmunohistoquímica no solo detecta la presencia de proteínas, sino que también permite determinar su localización dentro de las células y tejidos. Esto puede ser particularmente útil en el estudio de procesos celulares y patológicos.
3. Visualización directa: La inmunohistoquímica produce una señal visible directamente en el tejido, lo que facilita la interpretación de los resultados y reduce la necesidad de realizar análisis adicionales.
4. Compatibilidad con microscopía: Los métodos de detección utilizados en la inmunohistoquímica son compatibles con diferentes tipos de microscopía, como el microscopio óptico y el microscopio electrónico, lo que permite obtener imágenes detalladas de las estructuras celulares e intracelulares.
5. Aplicabilidad en investigación y diagnóstico: La inmunohistoquímica se utiliza tanto en la investigación básica como en el diagnóstico clínico, lo que la convierte en una técnica versátil y ampliamente aceptada en diversos campos de estudio.

Sin embargo, la inmunohistoquímica también presenta algunas limitaciones, como la necesidad de disponer de anticuerpos específicos y de alta calidad, la posibilidad de obtener resultados falsos positivos o negativos debido a reacciones no específicas, y la dificultad para cuantificar con precisión los niveles de expresión de las proteínas en el tejido. A pesar de estas limitaciones, la inmunohistoquímica sigue siendo una técnica poderosa y ampliamente utilizada en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades.

Neoplasia es un término general que se refiere al crecimiento celular anormal o a la formación de un tumor. Cuando se utiliza en relación con el ojo, "neoplasias del ojo" se refiere a los diversos tipos de tumores que pueden desarrollarse en cualquier parte del ojo o sus estructuras adyacentes. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias del ojo se clasifican según la parte específica del ojo en la que se originan. Algunos ejemplos comunes de neoplasias oculares incluyen:

1. Nevo: Un tumor benigno formado por células pigmentadas llamadas melanocitos. Puede desarrollarse en la conjuntiva (membrana que recubre el exterior del ojo) o en la úvea (la capa media del ojo, compuesta por iris, cuerpo ciliar y coroides).

2. Melanoma uveal: Un tumor maligno que se origina en los melanocitos de la úvea. Es el tipo más común de cáncer primario del ojo en adultos.

3. Retinoblastoma: Un cáncer agresivo y raro que afecta a las células fotorreceptoras de la retina, especialmente en niños menores de 5 años. Puede ser hereditario o esporádico (ocurre sin antecedentes familiares).

4. Linfoma intraocular: Un tipo raro de cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos y afecta al humor vítreo o a la úvea.

5. Carcinoma de células escamosas: Un tumor maligno que se desarrolla a partir de las células epiteliales que recubren la superficie del ojo, como la conjuntiva.

6. Hemangioma: Un tumor benigno compuesto por vasos sanguíneos anormales que puede crecer en el iris, el cuerpo ciliar o la coroides. En raras ocasiones, puede volverse maligno y transformarse en un hemangiosarcoma.

El tratamiento de los tumores oculares depende del tipo, tamaño, localización y grado de malignidad. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia, termoterapia o terapias dirigidas específicas para el tipo de cáncer. La detección temprana y la atención médica especializada pueden mejorar significativamente los resultados del tratamiento y preservar la visión en la medida de lo posible.

La leucemia linfocítica crónica de células B (LLC-B), también conocida como leucemia linfática crónica, es un tipo de cáncer en la sangre que origina en el tejido linfático. Comienza en las células madre sanguíneas que se encuentran en la médula ósea. Normalmente, las células madre sanguíneas maduran para convertirse en glóbulos blancos llamados linfocitos B. En la LLC-B, las células madre sanguíneas se convierten en linfocitos B anormales que no funcionan correctamente.

Estas células cancerosas se acumulan gradualmente con el tiempo. Al principio, la LLC-B puede no causar síntomas y puede diagnosticarse a través de exámenes de sangre rutinarios que muestran un recuento anormalmente alto de glóbulos blancos. Con el tiempo, los linfocitos B cancerosos pueden acumularse en la médula ósea, el bazo, los ganglios linfáticos y el torrente sanguíneo, lo que puede provocar complicaciones graves, como infecciones, anemia o hemorragias.

La LLC-B es un tipo de cáncer que generalmente progresa lentamente y afecta predominantemente a adultos mayores. No existe una cura conocida para la LLC-B, pero los tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas y prolongar la vida. El tratamiento puede incluir quimioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia o trasplante de células madre.

El término médico "seudolinfoma" se refiere a un agrandamiento benigno (no canceroso) de los ganglios linfáticos que imita la apariencia de un linfoma, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. Los seudolinfomas suelen ser causados por una respuesta exagerada del sistema inmunológico a una infección viral crónica, una enfermedad autoinmune o una reacción a ciertos medicamentos.

A diferencia de los linfomas, los seudolinfomas no presentan células malignas ni tienen el potencial de diseminarse a otras partes del cuerpo. Sin embargo, su apariencia similar a un linfoma puede causar confusión y requerir pruebas adicionales para establecer un diagnóstico preciso. El tratamiento del seudolinfoma generalmente implica abordar la causa subyacente, como el tratamiento de una infección o la interrupción de un medicamento que pueda estar contribuyendo al problema.

Las neoplasias nasales se refieren a un crecimiento anormal de tejido en la nariz y el área nasal. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas). Las neoplasias benignas tienden a crecer más lentamente y no se diseminan a otras partes del cuerpo, mientras que las neoplasias malignas pueden crecer rápidamente, invadir tejidos circundantes y propagarse a otros órganos.

Existen varios tipos de neoplasias nasales, incluyendo adenocarcinomas, carcinomas de células escamosas, melanomas, sarcomas y tumores neuroendocrinos. Los síntomas más comunes incluyen obstrucción nasal, sangrado nasal, dolor facial, dificultad para respirar, ronquidos, pérdida del olfato y dolor de oído.

El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia, su localización y extensión, así como de la salud general del paciente. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos enfoques. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden mejorar significativamente el pronóstico y la calidad de vida del paciente.

El Virus de Epstein-Barr (VEB) es responsable de una variedad de infecciones, siendo la más común la mononucleosis infecciosa o "enfermedad del beso". La infección por VEB se caracteriza por fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos, fatiga y dolores musculares. Ocasionalmente, también puede causar erupciones cutáneas, inflamación del hígado e incluso la inflamación del bazo.

El VEB pertenece a la familia de herpesvirus y se transmite principalmente a través del contacto con la saliva infectada, como besar o compartir utensilios personales. Después de la infección inicial, el virus permanece latente en las células del sistema inmunológico durante toda la vida, lo que significa que puede reactivarse y causar síntomas nuevamente en situaciones de estrés o debilidad del sistema inmunitario.

En algunos casos, la infección por VEB se ha relacionado con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, como el linfoma de Burkitt y el carcinoma nasofaríngeo. Sin embargo, estas complicaciones son relativamente raras y generalmente ocurren en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

El diagnóstico de la infección por VEB se realiza mediante análisis de sangre que detectan anticuerpos específicos contra el virus. En algunos casos, también se puede utilizar la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar el ADN del virus en la sangre o tejidos afectados.

El tratamiento de la infección por VEB es sintomático y generalmente no requiere medicamentos antivirales específicos, ya que el sistema inmunológico suele ser capaz de controlar la infección por sí solo. Se recomienda descanso y líquidos suficientes para ayudar al cuerpo a combatir la infección. En casos graves o en personas con sistemas inmunológicos debilitados, se pueden considerar medicamentos antivirales y tratamientos de soporte adicionales.

La micosis fungoide es un tipo raro y crónico de cáncer de la piel que se origina en los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico. Se clasifica como un linfoma cutáneo de células T periféricas y generalmente se manifiesta primero como parches rojos secos y escamosos en la piel, a menudo en áreas que están cubiertas por ropa, como el tronco.

La micosis fungoide avanza típicamente a través de varias etapas, cada una con características distintivas. Después de los parches iniciales, la enfermedad puede progresar a placas (parches más grandes y elevados) y luego a tumores, que son crecimientos anormales en la piel. En las etapas tardías, la micosis fungoide puede diseminarse a los ganglios linfáticos y otros órganos, lo que resulta en una afección más grave y difícil de tratar llamada síndrome de Sézary.

Aunque no se conoce la causa exacta de la micosis fungoide, los factores de riesgo pueden incluir la edad (la mayoría de los casos ocurren en personas mayores de 50 años), el género (los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de desarrollar la afección) y la raza (las personas negras tienen un riesgo ligeramente mayor que las personas de otras razas).

El diagnóstico de micosis fungoide generalmente se realiza mediante biopsia de piel, análisis de sangre y estudios de imagenología para evaluar la extensión de la enfermedad. El tratamiento puede incluir terapias tópicas, fototerapia, quimioterapia, inmunoterapia y terapias dirigidas, y el plan de tratamiento se personaliza según la gravedad y la extensión de la enfermedad, así como las preferencias y la salud general del paciente.

Las cadenas pesadas de inmunoglobulinas son proteínas que forman parte de la estructura de los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas. Existen diferentes tipos de cadenas pesadas, designadas como alfa (α), delta (δ), gamma (γ) y epsilon (ε), y cada tipo se asocia con un tipo específico de inmunoglobulina.

Las cadenas pesadas están compuestas por varios dominios, incluyendo un dominio variable (V) en el extremo N-terminal y uno o más dominios constantes (C) en el extremo C-terminal. El dominio variable es responsable de la especificidad de un anticuerpo para un antígeno particular, mientras que los dominios constantes determinan las funciones efectoras de la inmunoglobulina, como la activación del complemento o la unión a células presentadoras de antígenos.

Las mutaciones en los genes que codifican para las cadenas pesadas pueden dar lugar a la producción de inmunoglobulinas anormales, lo que puede desencadenar diversas patologías, como la gammapatía monoclonal de significado incierto (MGUS) o mieloma múltiple. Además, ciertos trastornos genéticos, como el síndrome de hiper IgM, pueden estar asociados con defectos en la expresión o función de las cadenas pesadas de inmunoglobulinas.

En términos médicos, un "resultado fatal" se refiere a un desenlace desfavorable de un diagnóstico, condición de salud, procedimiento o tratamiento que resulta en la muerte del paciente. Es un término formal y objetivo utilizado para describir una situación en la cual los esfuerzos terapéuticos no han podido revertir el curso de una enfermedad grave o lesión, y desafortunadamente conduce al fallecimiento del individuo.

Es importante mencionar que este término se utiliza con precaución y respeto, dada la naturaleza delicada y sensible de la situación. La comunicación de un resultado fatal a los familiares o cuidadores del paciente suele ser una parte difícil del trabajo médico, y se realiza siempre con empatía y compasión.

Las neoplasias cutáneas, también conocidas como crecimientos anormales o tumores de la piel, se refieren a un amplio espectro de condiciones donde las células de la piel proliferan de manera descontrolada. Estas lesiones pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias cutáneas benignas incluyen diversos tipos de lunares, verrugas, fibromas y quistes. Por lo general, crecen lentamente, permanecen localizadas y rara vez representan un peligro para la vida si se diagnostican y tratan a tiempo.

Por otro lado, las neoplasias cutáneas malignas más comunes son el carcinoma basocelular, el carcinoma escamoso y el melanoma. Estos tipos de cáncer de piel pueden invadir los tejidos circundantes e incluso diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis), lo que puede poner en peligro la vida del paciente.

El diagnóstico y el tratamiento oportunos son cruciales para garantizar una buena evolución clínica de los pacientes con neoplasias cutáneas. La prevención, mediante la protección adecuada contra los rayos ultravioleta (UV) del sol y el reconocimiento precoz de las lesiones sospechosas, juegan un papel fundamental en la reducción de la incidencia y mortalidad asociadas con estas afecciones.

Un trasplante autólogo, también conocido como autoinjerto, se refiere a un procedimiento médico en el que los tejidos o células sanas de un paciente se extraen, se procesan y luego se reinsertan en el mismo individuo. Este tipo de trasplante es diferente al alogénico (procedencia de otro donante) o xenogénico (de origen animal).

En este caso, como los tejidos o células provienen del propio paciente, no hay riesgo de rechazo. Estos trasplantes se utilizan a menudo en diversas especialidades médicas, incluyendo oncología (trasplante de células madre), cirugía reconstructiva (piel, tendones, etc.), oftalmología (córnea) y cardiología (vasos sanguíneos).

El objetivo principal del trasplante autólogo es reemplazar tejidos dañados o ausentes con los propios del paciente para ayudar a restaurar la función perdida, reducir el dolor o mejorar la apariencia estética sin la necesidad de encontrar un donante compatible y sin el riesgo de rechazo.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

El término "centro germinal" se utiliza en histología y embriología para referirse a una región específica dentro de un tejido u órgano donde ocurre la producción y maduración de células reproductoras, también conocidas como gametos.

En el caso del sistema reproductivo femenino, los centros germinales se encuentran en los ovarios y son llamados folículos. Dentro de estos folículos, las células madre ováricas, llamadas ovogonias, se dividen y maduran para convertirse en óvulos o cigotos.

Por otro lado, en el sistema reproductivo masculino, los centros germinales se encuentran en los testículos y son conocidos como túbulos seminíferos. Dentro de estos túbulos, las células madre espermáticas, llamadas espermatogonias, también se dividen y maduran para convertirse en espermatozoides.

En resumen, el centro germinal es una zona especializada dentro de los órganos reproductivos donde tienen lugar la producción y maduración de las células reproductoras.

La bleomicina es un fármaco antineoplásico, perteneciente al grupo de las antibióticas antitumorales. Se obtiene a partir del hongo Streptomyces verticillus y se utiliza en el tratamiento de diversos tipos de cáncer, como el carcinoma de células escamosas, el linfoma de Hodgkin y el síndrome de Kaposi. Su acción se basa en la producción de radicales libres que dañan el ADN de las células cancerosas, inhibiendo su crecimiento y multiplicación. Sin embargo, también puede afectar a células sanas, especialmente aquellas con una alta tasa de división celular, como las del tejido pulmonar, lo que puede ocasionar efectos secundarios graves, como fibrosis pulmonar intersticial. Por este motivo, su uso requiere una estrecha vigilancia médica y un ajuste cuidadoso de la dosis.

La leucemia es un tipo de cáncer que se origina en el sistema de formación de células sanguíneas del cuerpo, que se encuentra dentro de los huesos largos. Es causada por una alteración genética en las células madre hematopoyéticas, lo que resulta en la producción excesiva y anormal de glóbulos blancos inmaduros o no funcionales.

Existen varios tipos de leucemia, clasificados según el tipo de glóbulo blanco afectado (linfocitos o granulocitos) y su velocidad de progresión (aguda o crónica). La leucemia aguda se desarrolla rápidamente, mientras que la leucemia crónica evoluciona más lentamente.

Los síntomas comunes de la leucemia incluyen fatiga, fiebre, infecciones recurrentes, moretones o sangrados fáciles, pérdida de peso y sudoración nocturna. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre completos, que revelan un recuento anormalmente alto de glóbulos blancos inmaduros o anormales. La confirmación del diagnóstico y el tipo específico de leucemia requieren estudios adicionales, como una biopsia de médula ósea.

El tratamiento de la leucemia depende del tipo y grado de avance de la enfermedad, así como de la edad y salud general del paciente. Puede incluir quimioterapia, radioterapia, trasplante de células madre o terapias dirigidas específicas para ciertos tipos de leucemia. El pronóstico varía ampliamente según el tipo y etapa de la enfermedad, pero muchos tipos de leucemia pueden ser tratados con éxito, especialmente si se detectan y tratan temprano.

El análisis de supervivencia es una técnica estadística utilizada en medicina y otras ciencias para examinar la distribución de tiempos hasta que ocurra un evento específico, como el fallecimiento, la recaída de una enfermedad o el fracaso de un tratamiento.

Este análisis permite estimar la probabilidad de que un individuo sobreviva a un determinado tiempo después del evento inicial y proporciona información sobre la duración de los efectos del tratamiento, la eficacia de las intervenciones y la identificación de factores pronósticos.

La curva de supervivencia es una representación gráfica comúnmente utilizada en este análisis, donde se muestra el porcentaje de individuos que siguen vivos a diferentes puntos en el tiempo. La pendiente de la curva indica la tasa de mortalidad o falla del evento en función del tiempo transcurrido.

El análisis de supervivencia también puede utilizarse para comparar la eficacia de diferentes tratamientos o intervenciones mediante el uso de pruebas estadísticas, como el test log-rank, que permiten determinar si existen diferencias significativas en la supervivencia entre grupos.

En resumen, el análisis de supervivencia es una herramienta importante en la investigación médica y clínica para evaluar la eficacia de los tratamientos y predecir los resultados de los pacientes.

Los trastornos linfoproliferativos (TLP) son un grupo de enfermedades que se caracterizan por una proliferación anormal o desregulada de células del sistema linfático, que incluyen linfocitos B, linfocitos T y células NK (natural killer). Estos trastornos pueden afectar a los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, la médula ósea y otros órganos.

Los TLP se clasifican en diferentes categorías según su presentación clínica, histopatológica y genética. Algunas de las categorías incluyen:

1. Trastornos linfoides benignos: Estos trastornos son reversibles y no tienen potential oncogénico. Incluyen enfermedades como la reacción inflamatoria aguda, la hiperplasia reactiva y el linfoma linfocítico cutáneo benigno.
2. Trastornos linfoides preneoplásicos: Estos trastornos tienen un potencial oncogénico intermedio y pueden evolucionar a neoplasias linfoides. Incluyen enfermedades como la leucemia linfocítica crónica de células B, la enfermedad de Castleman y el síndrome de activación de Linfocitos T.
3. Trastornos linfoides malignos: Estos trastornos son neoplásicos y se caracterizan por una proliferación clonal de células linfoides. Incluyen enfermedades como el linfoma no Hodgkin, el linfoma de Hodgkin y la leucemia linfocítica aguda.

Los TLP pueden presentarse con una variedad de síntomas clínicos, dependiendo del tipo y la extensión de la enfermedad. Los síntomas más comunes incluyen ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso y fatiga. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de examen físico, análisis de sangre, estudios de imagen y biopsia de tejido. El tratamiento depende del tipo y la etapa de la enfermedad y puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida y trasplante de células madre.

El ADN de neoplasias se refiere al material genético que constituye el material genético anormal en una célula cancerosa o neoplásica. Las mutaciones en el ADN pueden causar un crecimiento y división celular descontrolado, lo que lleva al desarrollo de una neoplasia o tumor.

Las neoplasias se clasifican como benignas o malignas, según su capacidad para invadir tejidos circundantes y metastatizar a otros órganos. Las mutaciones en el ADN pueden ocurrir espontáneamente, ser heredadas o estar asociadas con factores ambientales, como la exposición a radiación ionizante o productos químicos cancerígenos.

El análisis del ADN de neoplasias puede proporcionar información valiosa sobre el tipo y origen del cáncer, así como sobre las posibles opciones de tratamiento y pronóstico. La secuenciación del genoma completo o la detección de mutaciones específicas en genes particulares pueden ayudar a determinar la sensibilidad de un tumor a ciertos fármacos, lo que permite una terapia dirigida más precisa y eficaz.

La estadificación de neoplasias es un proceso mediante el cual se evalúa y clasifica la extensión del crecimiento canceroso (neoplasia) en un paciente. Este proceso es crucial para determinar el pronóstico del paciente, planificar el tratamiento más adecuado y comunicar de manera efectiva la gravedad de la enfermedad entre los profesionales médicos.

El sistema de estadificación más ampliamente utilizado es el TNM (Tumor, Nodo, Metástasis) desarrollado por la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC) y la Asociación Americana de Cancer Registries (AACR). Este sistema se basa en tres componentes principales:

1. Tumor (T): Describe el tamaño del tumor primario y si ha invadido los tejidos circundantes. Las categorías van desde Tis (carcinoma in situ) hasta T4 (tumor invasivo de gran tamaño).

2. Nodo (N): Indica si el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos adyacentes y, en caso afirmativo, hasta qué punto. Las categorías van desde N0 (ningún ganglio linfático afectado) hasta N3 (ganglios linfáticos ampliamente involucrados).

3. Metástasis (M): Determina si el cáncer se ha diseminado a otras partes distantes del cuerpo. Las categorías son M0 (sin evidencia de metástasis) y M1 (evidencia de metástasis a distancia).

Los diferentes tipos de cáncer pueden tener sistemas de estadificación ligeramente modificados, pero el principio básico sigue siendo el mismo. La estadificación puede ser revisada durante el curso del tratamiento si cambia el estado clínico del paciente. Esto permite a los médicos adaptar el plan de tratamiento en función de la progresión de la enfermedad.

El Etopósido es un agente citotóxico, un fármaco quimioterapéutico que se utiliza en el tratamiento de varios tipos de cáncer. Es un éster del ácido tenipolícoico y un derivado semi-sintético del producto natural podofiloxitina.

Etopósido funciona al inhibir la topoisomerasa II, una enzima que es crucial para el proceso de replicación del ADN en las células. Al interferir con esta enzima, el etopósido provoca roturas de doble hebra en el ADN de las células cancerosas, lo que lleva a su muerte celular programada (apoptosis).

Este medicamento se utiliza comúnmente para tratar diversos tipos de cáncer, como el linfoma de Hodgkin y no Hodgkin, leucemia, cáncer testicular, pulmonar y gastrointestinal. Se administra por vía intravenosa o por vía oral, dependiendo del tipo de cáncer y la preferencia del médico tratante.

Como todos los fármacos quimioterapéuticos, el etopósido puede causar efectos secundarios graves, como náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de apetito, caída del cabello y mayor susceptibilidad a las infecciones. También puede dañar los tejidos sanos, especialmente aquellos con una alta tasa de renovación celular, como la médula ósea, el revestimiento del sistema digestivo y los folículos capilares. Por lo tanto, es importante que el etopósido se administre bajo la estrecha supervisión de un especialista en oncología y con un seguimiento cuidadoso de los efectos secundarios.

Las "Células Tumorales Cultivadas" son células cancerosas que se han extraído de un tumor sólido o de la sangre (en el caso de leucemias) y se cultivan en un laboratorio para su estudio y análisis. Esto permite a los investigadores y médicos caracterizar las propiedades y comportamientos de las células cancerosas, como su respuesta a diferentes fármacos o tratamientos, su velocidad de crecimiento y la expresión de genes y proteínas específicas.

El cultivo de células tumorales puede ser útil en una variedad de contextos clínicos y de investigación, incluyendo el diagnóstico y pronóstico del cáncer, la personalización del tratamiento y el desarrollo de nuevos fármacos y terapias. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las células cultivadas en un laboratorio pueden no comportarse exactamente igual que las células cancerosas en el cuerpo humano, lo que puede limitar la validez y aplicabilidad de los resultados obtenidos en estudios in vitro.

La hibridación fluorescente in situ (FISH, por sus siglas en inglés) es una técnica de microscopía molecular utilizada en citogenética y genómica para identificar y localizar la presencia o ausencia de secuencias específicas de ADN dentro de células fijadas y tejidos. Esta técnica combina los principios de la hibridación del ADN con el uso de sondas marcadas fluorescentemente, lo que permite una detección sensible y precisa de secuencias diana en un contexto espacial dentro de la célula.

El proceso FISH implica la desnaturalización de las moléculas de ADN dentro de las células, seguida de la hibridación de sondas fluorescentemente marcadas específicas para secuencias diana de interés. Las sondas pueden ser segmentos simples de ADN o secuencias complejas, como bibliotecas de ADNc (complementario al ARN) que se unen a regiones codificantes de genes. Tras la hibridación y lavado para eliminar exceso de sondas no unidas, las células se examinan mediante microscopía de fluorescencia. La localización y el número de puntos de hibridación dentro del núcleo celular proporcionan información sobre la presencia, integridad, estructura y copy number de los genes o secuencias diana en cuestión.

La técnica FISH ha demostrado ser particularmente útil en aplicaciones clínicas y de investigación, como el diagnóstico y seguimiento de enfermedades genéticas, cánceres y trastornos cromosómicos; la identificación de reordenamientos génicos y translocaciones cromosómicas; y el análisis de expresión génica y organización del genoma. Además, FISH se puede combinar con otras técnicas microscópicas y de imagen para obtener una mejor comprensión de los procesos biológicos subyacentes y la dinámica celular.

Una línea celular tumoral es una población homogénea y estable de células cancerosas que se han aislado de un tejido tumoral original y se cultivan en condiciones controladas en un laboratorio. Estas líneas celulares se utilizan ampliamente en la investigación oncológica para estudiar los procesos biológicos del cáncer, probar fármacos y desarrollar terapias antitumorales. Las células de una línea celular tumoral tienen la capacidad de dividirse indefinidamente en cultivo y mantener las características moleculares y fenotípicas del tumor original, lo que permite a los científicos realizar experimentos reproducibles y comparar resultados entre diferentes estudios. Las líneas celulares tumorales se obtienen mediante diversas técnicas, como la biopsia, la cirugía o la autopsia, y posteriormente se adaptan a las condiciones de cultivo en el laboratorio.

Las neoplasias del mediastino se refieren a un crecimiento anormal de células en el tejido del mediastino, que es la región central del tórax ubicada entre los pulmones y detrás del esternón. Este espacio contiene varios órganos y tejidos, como el corazón, los grandes vasos sanguíneos, el timo, glándulas endocrinas (como la tiroides y las glándulas suprarrenales), linfáticos y nervios.

Las neoplasias del mediastino pueden ser benignas o malignas (cáncer). Las neoplasias benignas suelen crecer más lentamente, no se diseminan a otras partes del cuerpo y por lo general son menos invasivas. Por otro lado, las neoplasias malignas tienen un comportamiento más agresivo, pueden invadir estructuras adyacentes y metastatizar (diseminarse) a otros órganos y tejidos.

Las neoplasias del mediastino se clasifican según su localización anatómica y el tipo de células afectadas. Algunos ejemplos comunes incluyen:

1. Neoplasias del mediastino anterior:
- Timomas (tumores del timo): La mayoría son benignos, pero algunos tipos como el timoma de células B grandes o los linfomas de células T pueden ser malignos.
- Teratomas: Son tumores que contienen tejido derivado de los tres germinativos embrionarios (ectodérmico, mesodérmico y endodérmico). Pueden ser benignos o malignos.

2. Neoplasias del mediastino medio:
- Lipomas: Son tumores benignos formados por células grasas.
- Quistes bronquiales: Son sacos llenos de líquido que se desarrollan anormalmente en el tejido pulmonar y pueden expandirse hacia el mediastino.

3. Neoplasias del mediastino posterior:
- Neurofibromas y schwannomas: Son tumores benignos de las células nerviosas que se originan en los ganglios nerviosos simpáticos o parasimpáticos.
- Ganglioneuromas: Son tumores benignos derivados de células del sistema nervioso autónomo.

El diagnóstico y tratamiento de las neoplasias del mediastino dependen del tipo, localización y estadio del tumor. La evaluación puede incluir estudios de imagenología como tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética nuclear (RMN), biopsia guiada por TC y análisis histopatológico. El tratamiento puede involucrar cirugía, radioterapia, quimioterapia u otros procedimientos según sea necesario.

La Reacción en Cadena de la Polimerasa, generalmente conocida como PCR (Polymerase Chain Reaction), es un método de bioquímica molecular que permite amplificar fragmentos específicos de DNA (ácido desoxirribonucleico). La técnica consiste en una serie de ciclos de temperatura controlada, donde se produce la separación de las hebras de DNA, seguida de la síntesis de nuevas hebras complementarias usando una polimerasa (enzima que sintetiza DNA) y pequeñas moléculas de DNA llamadas primers, específicas para la región a amplificar.

Este proceso permite obtener millones de copias de un fragmento de DNA en pocas horas, lo que resulta útil en diversos campos como la diagnóstica molecular, criminalística, genética forense, investigación genética y biotecnología. En el campo médico, se utiliza ampliamente en el diagnóstico de infecciones virales y bacterianas, detección de mutaciones asociadas a enfermedades genéticas, y en la monitorización de la respuesta terapéutica en diversos tratamientos.

Los marcadores biológicos de tumores, también conocidos como marcadores tumorales, son sustancias que se encuentran en el cuerpo y pueden indicar la presencia de cáncer. La mayoría de los marcadores tumorales son proteínas producidas por células cancerosas o por otras células del cuerpo en respuesta al cáncer.

Los marcadores tumorales se utilizan más comúnmente como una herramienta auxiliar en el diagnóstico, pronóstico y monitoreo del tratamiento del cáncer. Sin embargo, no se utilizan como pruebas definitivas de cáncer, ya que otros procesos médicos o condiciones de salud también pueden causar niveles elevados de marcadores tumorales.

Algunos ejemplos comunes de marcadores tumorales incluyen el antígeno prostático específico (PSA) para el cáncer de próstata, la alfa-fetoproteína (AFP) para el cáncer de hígado y el CA-125 para el cáncer de ovario. Es importante destacar que los niveles de marcadores tumorales pueden aumentar y disminuir con el tiempo, por lo que es necesario realizar pruebas repetidas en intervalos regulares para evaluar su comportamiento.

Además, los marcadores tumorales también se utilizan en la investigación oncológica para desarrollar nuevas terapias y tratamientos contra el cáncer. La identificación de nuevos marcadores tumorales puede ayudar a detectar el cáncer en etapas más tempranas, monitorizar la eficacia del tratamiento y predecir la recurrencia del cáncer.

Los genes de inmunoglobulinas, también conocidos como genes de anticuerpos o genes de immunoglobulinas (Ig), se refieren a un grupo específico de genes que participan en la formación y diversidad de los anticuerpos en el sistema inmunitario. Los anticuerpos son proteínas especializadas producidas por células B, un tipo de glóbulo blanco, para reconocer y neutralizar agentes extraños, como bacterias, virus y toxinas.

La estructura de los genes de inmunoglobulinas es única y compleja. Están organizados en tres regiones principales: variable (V), diversa (D) y jointe (J). Cada región contiene una serie de segmentos de genes que pueden unirse o recombinarse durante el desarrollo de las células B para crear una gran diversidad de secuencias de aminoácidos en la región variable de los anticuerpos. Además, hay una cuarta región, llamada región constante (C), que determina las propiedades funcionales específicas del anticuerpo, como su capacidad para activar el sistema del complemento o unirse a células inmunes efectoras.

Durante la maduración de las células B, los segmentos de genes V, D y J se seleccionan y ensamblan en una configuración única mediante un proceso llamado recombinación V(D)J. Este proceso crea una gran diversidad de secuencias de aminoácidos en la región variable del anticuerpo, lo que permite reconocer y unirse a una amplia gama de antígenos extraños. Posteriormente, los genes de la región constante se ensamblan con la región variable recién formada para producir un transcrito maduro que codifica el anticuerpo completo.

La diversidad génica de inmunoglobulinas es crucial para el funcionamiento del sistema inmunitario adaptativo, ya que permite a las células B reconocer y neutralizar una amplia gama de patógenos. Los defectos en la recombinación V(D)J o la expresión de genes de inmunoglobulinas pueden dar lugar a trastornos del sistema inmunitario, como la agammaglobulinemia ligada al X y el síndrome de Wiskott-Aldrich.

Los genes Myc se refieren a un grupo de genes que codifican para las proteínas Myc, que son factores de transcripción importantes en la regulación del crecimiento celular, la proliferación y la diferenciación. La familia de genes Myc incluye c-Myc, N-Myc y L-Myc. Estos genes pueden actuar como oncogenes cuando se sobreexpresan o presentan mutaciones, lo que puede conducir al desarrollo de diversos tipos de cáncer.

La proteína Myc forma un complejo con la proteína Max y une el ADN en sitios específicos conocidos como E-box, donde regula la transcripción de genes diana involucrados en la proliferación celular, la metabolía, la apoptosis y la angiogénesis. La activación inapropiada de los genes Myc se ha relacionado con el crecimiento tumoral, la invasión y la metástasis en diversos tipos de cáncer, como el cáncer de mama, pulmón, ovario y vejiga.

Por lo tanto, los genes Myc desempeñan un papel crucial en el control del crecimiento celular y la diferenciación, y su alteración puede contribuir al desarrollo y progresión de diversos tipos de cáncer.

Una biopsia es un procedimiento médico en el que se extrae una pequeña muestra de tejido corporal para ser examinada en un laboratorio. Este procedimiento se realiza con el fin de evaluar si el tejido extraído presenta signos de enfermedad, como cáncer o inflamación.

Existen diferentes tipos de biopsias, dependiendo de la ubicación y el método utilizado para obtener la muestra de tejido. Algunas de las más comunes incluyen:

1. Biopsia por aspiración con aguja fina (FNA): se utiliza una aguja delgada y hueca para extraer células o líquido del bulto o área sospechosa.
2. Biopsia por punción con aguja gruesa (CNB): se emplea una aguja más grande para obtener una muestra de tejido sólido.
3. Biopsia incisional: se realiza una pequeña incisión en la piel y se extrae una parte del tejido sospechoso.
4. Biopsia excisional: se extirpa todo el bulto o área anormal, junto con una porción de tejido normal circundante.

Los resultados de la biopsia suelen ser evaluados por un patólogo, quien determinará si el tejido muestra signos de enfermedad y, en caso afirmativo, qué tipo de enfermedad es. La información obtenida de una biopsia puede ayudar a guiar el tratamiento médico y proporcionar información importante sobre la gravedad y extensión de la enfermedad.

La radioinmunoterapia es un tratamiento oncológico combinado que utiliza radiación y terapia inmunológica. Implica la modificación de anticuerpos monoclonales (típicamente producidos en laboratorio) para transportar pequeñas cantidades de material radiactivo directamente a las células cancerosas, con el objetivo de destruirlas.

Este tratamiento se diseña específicamente para aprovechar la capacidad del sistema inmunológico del cuerpo para identificar y atacar células anormales. Los anticuerpos modificados se unen a las moléculas presentes en la superficie de las células cancerosas, lo que permite que el material radiactivo se acumule directamente en estas células, reduciendo así los daños colaterales a las células sanas.

La radioinmunoterapia ofrece una alternativa prometedora a los tratamientos convencionales de radiación y quimioterapia, ya que puede dirigirse específicamente a las células cancerosas, lo que reduce los efectos secundarios sistémicos y mejora la eficacia general del tratamiento. Sin embargo, como cualquier otro tratamiento médico, también conlleva riesgos potenciales y requiere un cuidadoso monitoreo por parte de profesionales médicos calificados.

Las proteínas proto-oncogénicas c-bcl-2 pertenecen a una familia de proteínas reguladoras de la apoptosis, es decir, del proceso de muerte celular programada. La proteína BCL-2 específicamente, se identificó por primera vez como un gen que contribuye a la formación de tumores en el cáncer de células B en humanos.

La proteína BCL-2 normalmente se encuentra en la membrana mitocondrial externa y desempeña un papel crucial en el control del proceso de apoptosis. Ayuda a inhibir la activación de las caspasas, que son enzimas clave involucradas en la ejecución de la apoptosis. Por lo tanto, cuando hay niveles elevados de BCL-2, las células pueden volverse resistentes a la muerte celular programada y esto puede contribuir al desarrollo de cáncer.

En condiciones normales, los proto-oncogenes como c-bcl-2 ayudan en procesos celulares importantes, como el crecimiento y la división celular. Sin embargo, cuando se dañan o mutan, pueden convertirse en oncogenes, promoviendo así el crecimiento y la proliferación celular descontrolados que caracterizan al cáncer.

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