Grupo heterogéneo de síndromes de inmunodeficiencia que se caracterizan por hipogammaglobulinemia de la mayoría de los isotipos, variables defectos de las células B, y presencia de infecciones bacterianas recurrentes.
Estado de deficiencia inmunológica que se caracteriza por nivel extremadamente bajo, en general, de todas las clases de gamma globulinas sanguíneas.
Disgammaglobulinemia que se caracteriza por deficiencia de IgA.
Disgammaglobulinemia que se caracteriza por deficiencia de IgG.
Síndromes en los que hay deficiencia o defecto en los mecanismos de la inmunidad, tanto celular como humoral.
Preparados de inmunoglobulinas que se usan en infusión intravenosa, que contienen principalmente INMUNOGLOBULINA G. Se emplean para tratar distintas enfermedades asociadas con niveles reducidos o anormales de inmunoglobulina, incluyendo el SIDA pediátrico, HIPERGAMMAGLOBULINEMIA primaria, INMUNODEFICIENCIA COMBINADA SEVERA, infecciones por CITOMEGALOVIRUS en receptores de trasplantes, LEUCEMIA LINFOCÍTICA CRÓNICA, síndrome de Kawasaki, infecciones en recién nacidos y PÚRPURA TROMBOCITOPÉNICA IDIOPÁTICA.
Estado de deficiencia inmunológica que se caracteriza por la deficiencia selectiva de una o más, pero no de todas, las clases de inmunoglobulinas.
Miembro de la superfamilia de receptores del factor de necrosis tumoral, que se expresa en los LINFOCITOS-B periféricos. Posee especificidad para el ANTÍGENO DE MADURACIÓN DE LAS CÉLULAS B y para el MIEMBRO 13 DE LA SUPERFAMILIA DE LIGANDOS DEL FACTOR DE NECROSIS TUMORAL.
Dilatación anormal persistente de los bronquios.
Células linfoides relacionadas con la inmunidad humoral. Son células de vida corta semejantes a los linfocitos derivados de la bursa de las aves en su producción de inmunoglobulinas al ser estimuladas adecuadamente.
Subunidad múltiple de proteinas con función en la INMUNIDAD. Son producidas por los LINFOCITOS B desde los GENES DE INMUNOGLOBULINAS. Están compuestas de dos cadenas pesadas (CADENAS PESADAS DE INMUNOGLOBULINA) y dos ligeras (CADENAS LIGERAS DE INMUNOGLOBULINA), con cadenas de polipéptidos complementarias adicionales, dependiendo de sus isoformas. Las isoformas incluyen formas monoméricas y poliméricas y formas transmembrana (RECEPTORES DEL ANTÍGENO DE LA CÉLULA B)o formas secretadas (ANTICUERPOS). Según la secuencia de aminoácidos de sus cadenas pesadas se dividen en cinco clases (INMUNOGLOBULINA A, INMUNOGLOBULINA D, INMUNOGLOBULINA E, INMUNOGLOBULINA G e INMUNOGLOBULINA M) y varias subclases.
Una clasificación de los linfocitos B que se basa en diferencias estructurales o funcionales de las poblaciones de células.
Crecimiento del bazo.
Afecciones resultantes de anomalias en las ramas arteriales que parten de la AORTA ASCENDENTE, en la parte del cayado aórtico. Tales síndromes son el resultado de la oclusión o flujo anormal de sangre a la cabeza-cuello o a la región de las extremidades superiores, lo que determina la aparición de deficiencias neurológicos y debilidad en un brazo. Estos síndromes están asociados a malformaciones vasculares, ATEROSCLEROSIS, TRAUMATISMOS, y coágulos de sangre.
Clase de inmunoglobulina que lleva cadenas mu (CADENAS MU DE INMUNOGLOBULINA). La IgM puede fijar las PROTEINAS DEL SISTEMA COMPLEMENTO. La designación IgM se escogió por su alto peso molecular y originalmente se llamaba macroglobulina.
Grupo de trastornos de curso benigno con características clínicas e histológicas que sugieren un linfoma maligno. Seudolinfoma es caracterizado por infiltración benigna de células linfoides o histiocitos que, al observarlas con el microscopio, se parecen a un linfoma maligno. (Dorland, 28a ed; Stedman, 25a ed)
Depleción reproducible de linfocitos CD4+ por debajo de 300 por milímetro cúbico en ausencia de infección por VIH o de otra causa conocida de inmunodeficiencia. Este es un síndrome heterogéneo y raro y no parece ser producido por un agente transmisible.
Alteración morfológica de pequeños LINFOCITOS B o LINFOCITOS T en cultivo que se convierten en grandes células blastoides capaz de sintetizar ADN y ARN y de dividirse mediante mitosis. Es inducida por INTERLEUCINAS; MITÓGENOS tales como las FITOHEMAGLUTININAS y ANTÍGENOS específicos. También puede ocurrir in vivo, como en el RECHAZO DE INJERTO.
El fragmento menor que se forma cuando el complemento C4 es dividido por el COMPLEMENTO C1S. Es una anafilotoxina que causa sintomas de HIPERSENSIBILIDAD INMEDIATA, pero su actividad es más débil que la del COMPLEMENTO C3A o el COMPLEMENTO C5A.
Reordenamiento génico del linfocito B que conduce a una sustitución del tipo de región constante de cadena pesada que se expresa. Esto permite que la respuesta efectora cambie mientras que la especificidad de unión del antígeno (región variable) se mantiene igual. La mayoría de los cambios de clase ocurre por un evento de recombinación del ADN, pero también puede tener lugar a nivel del procesamiento del ARN.
Lesión inflamatoria nodular relativamente pequeña que contiene fagocitos mononucleares agrupados, producidos por agentes infecciosos y no infecciosos.
Principal clase de isotipo de inmunoglobulina en el suero humano normal. Existen algunas subclases del isotipo de IgG, como por ejemplo, IgG1, IgG2A e IgG2B.
Miembro de la superfamilia de los factores de necrosis tumoral que se encuentra en los MACRÓFAGOS, CÉLULAS DENDRÍTICAS y LINFOCITOS T. Se da como proteína transmembranaria que puede ser desdoblada para liberar una forma segregada que se une de modo específico a la PROTEÍNA ACTIVADORA TRANSMEMBRANA E INTERACTORA CAML y al ANTÍGENO DE MADURACIÓN DE LAS CÉLULAS B.
Linfocitos responsables de la inmunidad celular. Se han identificado dos tipos: citotóxico (LINFOCITOS T CITITÓXICOS)y linfocitos T auxiliares (LINFOCITOS T COLABORADORES-INDUCTORES). Se forman cuando los linfocitos circulan por el TIMO y se diferencian en timocitos. Cuando son expuestos a un antigeno, se dividen rápidamente y producen un gran número de nuevas células T sensibilizadas a este antigeno.
Proceso de clasificación de células del sistema inmune basado en las diferencias estructurales y funcionales. El proceso se emplea comunmente para analizar y clasificar linfocitos T en subgrupos basados en antígenos CD mediante la técnica de citometría de flujo.
Representa el 15-20 por ciento de las inmunoglobulinas de suero humano, sobre todo como el polímero de cadena 4 en seres humanos o en otros mamíferos dímero. La IgA secretora (INMUNOGLOBULINA A SECRETORA) es la inmunoglobulina principal en las secreciones.
Infección causada por un organismo que se convierte en patógeno bajo ciertas circunstancias, ejemplo, durante la inmunosupresión.
Especie típica de LENTIVIRUS y agente etiológico del SIDA. Se caracteriza por su efecto citopático y afinidad por el linfocito T4.
Miembro de la superfamilia del receptor del factor de necrosis tumoral que se encuentra en la mayor parte de LINFOCITOS T. La activación del receptor por los resultados de ANTÍGENO CD70 en el aumento de LINFOCITOS T CD4-POSITIVOS y LINFOCITOS T CD8 POSITIVOS. La señalización por el receptor activado se produce a través de su asociación con los PÉPTIDOS Y PROTEÍNAS ASOCIADOS A RECEPTORES DE FACTORES DE NECROSIS TUMORAL.
Estado alterado de la capacidad de respuesta inmunológica como consecuencia del contacto inicial con el antígeno, que permite que el individuo produzca anticuerpos más rápidamente y en mayor cantidad en respuesta a un estímulo antigénico secundario.
Anomalías congénitas, hereditarias o adquiridas del SISTEMA CARDIOVASCULAR, incluidos el CORAZÓN y los VASOS SANGUÍNEOS.
Sustancia soluble elaborada por los LINFOCITOS T estimulados por antígenos o mitógenos que induce la síntesis de ADN en los linfocitos vírgenes (naive).
Conteo del número de LINFOCITOS por unidad de volúmen de SANGRE.
Anemia hemolítica adquirida producida por la presencia de AUTOANTICUERPOS que aglutinan o producen lisis de los ERITROCITOS del propio paciente.
Diverso grupo de enfermedades pulmonares que afectan a la parénquima pulmonar. Se caracterizan por una inflamación inicial de los ALVÉOLOS PULMONARES que se extiende al intersticio y llevan hacia la FIBROSIS PULMONAR difusa. Las enfermedades pulmonares intersticiales son clasificadas según su etiología (causa conocida o desconocida), y características radiológicas y patológicas.
Defecto adquirido de la inmunidad celular asociado con la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), un conteo positivo de linfocitos T CD4 inferior a 200 células/microlitro o menos de 14 por ciento del total de linfocitos junto a un aumento en la susceptibilidad a infecciones oportunistas y enfermedades malignas. Las manifestaciones clínicas incluyen también emaciación y demencia. Dichos elementos reflejan los criterios para diagnosticar el SIDA de acuerdo con el CDC en 1993.
Especie del género LENTIVIRUS, subgénero de virus de inmunodeficiencia de primates (INMUNODEFICIENCIA VIRUS, PRIMATES), que inducen al síndrome de la inmunodeficiencia adquirida en monos y simios (SAIDS). La organización genética del SIV es virtualmente idéntica al VIH.
Proporción de LINFOCITOS T que expresan el ANTÍGENO CD4 y los que expresan el ANTÍGENO CD8. Este valor es normalmente evaluado en el diagnóstico y la determinación de las enfermedades que afectan al SISTEMA INMUNOLÓGICO, incluidas las INFECCIONES POR VIH.
Proceso mediante el cual el sistema inmune reacciona contra los tejidos del propio organismo. La autoinmunidad puede producir o es causada por las ENFERMEDADES AUTOINMUNES.
Procedimiento quirúrgico que implica la remoción parcial o completa del bazo.
Subpoblación crítica de linfocitos T involucrados en la inducción de la mayoría de las funciones inmunológicas. El virus del HIV tiene un tropismo selectivo para las células T4 que expresan el marcador fenotípico CD4, un receptor para el HIV. De hecho, el elemento clave en la inmunosupresión profunda que se observa en la infección por el HIV es el agotamiento de este subconjunto de linfocitos T.
Invasión y multiplicación de microorganismos en el organismo huésped que pueden causar enfermedades o afecciones.
La producción de ANTICUERPOS por la proliferación de los LINFOCITOS B diferenciados bajo la estimulación de los ANTÍGENOS.
Antígenos de diferenciación que residen sobre los leucocitos de mamíferos. El CD (del inglés, "cluster of differentiation") representa un grupo de diferenciación, que se refiere a grupos de anticuerpos monoclonales que muestran una reactividad similar con ciertas subpoblaciones de antígenos de una línea celular particular o una etapa de diferenciación. Las subpoblaciones de antígenos también se conocen por la misma designación de CD.
Una clasificicación de los linfocitos T, en subconjuntos especializados, auxiliares / inductores, supresores / efectores y citotóxicos que se basa en diferencias estructurales o funcionales.
Técnica que emplea un sistema instrumental para realizar, procesar y exhibir una o más mediciones de células individuales obtenidas de una suspensión celular. Las células generalmente son coloreadas con uno o más tintes fluorescentes específicos para los componentes celulares de interés, por ejemplo, el ADN, y la fluorescencia de cada célula se mide cuando atraviesa rápidamente el haz de excitación (láser o lámpara de arco de mercurio). La fluorescencia brinda una medición cuantitativa de varias propiedades bioquímicas y biofísicas de la célula como base para diferenciación celular. Otros parámetros ópticos mensurables incluyen la obsorción y la difusión de la luz, aplicándose esta última a la medición del tamaño, forma, densidad, granularidad de la célula y su absorción del colorante.
Invasión del SISTEMA RESPIRATORIO del huésped por microorganismos, generalmente llevando a procesos patologicos o enfermedades.
Trastornos que se caracterizan por proliferación, general o inespecífica, del tejido linfoide.
Una clasificación de los linfocitos que se basa en diferencias estructurales o funcionales de las poblaciones de células.
Incluye el espectro de infecciones por el virus de la inmunodeficiencia humana que van desde los seropositivos asintomáticos, pasa por el complejo relacionado con el SIDA (ARC), hasta el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).

La Inmunodeficiencia Variable Común (IVC) es un trastorno del sistema inmunitario en el que la respuesta a las infecciones se ve comprometida debido a niveles bajos o disfuncionales de uno o más componentes de los sistemas inmunológicos humoral e intrincado. Es una enfermedad heterogénea, lo que significa que puede presentarse de diferentes maneras en diferentes personas.

La IVC se caracteriza por un inicio en la infancia o adolescencia temprana y afecta predominantemente a los hombres. Los síntomas más comunes incluyen infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior e inferior, otitis media (infección del oído medio), sinusitis (inflamación de los senos paranasales) y neumonías. También pueden ocurrir infecciones gastrointestinales, genitourinarias y dérmicas.

La enfermedad se debe a mutaciones en más de 30 genes diferentes, cada uno de los cuales desempeña un papel importante en el desarrollo o la función de las células inmunes. Estas mutaciones conducen a una disminución en la cantidad o función de los linfocitos B, células encargadas de producir anticuerpos protectores contra bacterias e infecciones virales. Como resultado, los pacientes con IVC tienen niveles bajos de anticuerpos en su sangre y son más susceptibles a las infecciones.

El diagnóstico de la IVC se realiza mediante pruebas de laboratorio que evalúan la cantidad y función de los diferentes componentes del sistema inmunitario. El tratamiento suele consistir en terapia de reemplazo de inmunoglobulinas, que ayuda a restaurar los niveles normales de anticuerpos en el cuerpo y a prevenir las infecciones recurrentes. En algunos casos, también pueden ser necesarios antibióticos profilácticos para tratar o prevenir las infecciones bacterianas.

La Agammaglobulinemia es una rara condición genética que afecta al sistema inmunológico. Se caracteriza por niveles muy bajos o ausentes de gammaproteínas (inmunoglobulinas) en la sangre, especialmente las inmunoglobulinas G (IgG), A (IgA) y M (IgM). Estas proteínas son esenciales para el funcionamiento normal del sistema inmunológico, ya que ayudan a combatir infecciones.

Existen dos tipos principales de agammaglobulinemia: la forma congénita o primaria, también conocida como agammaglobulinemia ligada al cromosoma X (XLA), y la forma adquirida o secundaria. La XLA es una enfermedad hereditaria que afecta predominantemente a los hombres y se debe a mutaciones en el gen BTK, que codifica para la proteína tirosina quinasa de Bruton. Por otro lado, la agammaglobulinemia adquirida puede ser el resultado de diversas condiciones médicas, como ciertos tipos de leucemia y linfoma, infecciones virales graves o la exposición a quimioterapia y radioterapia.

Los síntomas más comunes de la agammaglobulinemia incluyen infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior e inferior, como sinusitis, bronquitis y neumonía, así como diarrea crónica y dermatitis. Estas infecciones suelen presentarse en los primeros meses de vida, una vez que el nivel de anticuerpos maternos ha disminuido. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre que muestren niveles muy bajos o indetectables de inmunoglobulinas séricas, especialmente IgG, IgA e IgM.

El tratamiento de la agammaglobulinemia consiste en la administración regular de inmunoglobulina intravenosa o subcutánea para reemplazar los anticuerpos faltantes y prevenir las infecciones recurrentes. Además, se pueden prescribir antibióticos profilácticos para reducir el riesgo de infecciones bacterianas. Aunque no existe una cura para la agammaglobulinemia, el tratamiento con inmunoglobulina y antibióticos puede ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

La deficiencia de IgA (inmunoglobulina A) es un trastorno del sistema inmunitario en el que se produce una cantidad insuficiente o ausente de la proteína inmunitaria IgA. La IgA es una importante clase de anticuerpos que ayudan a prevenir infecciones en el cuerpo, especialmente en las membranas mucosas que recubren los pulmones, el tracto digestivo y la boca.

Existen diferentes grados de deficiencia de IgA, desde niveles muy bajos hasta una completa ausencia de esta proteína. Las personas con deficiencia de IgA pueden tener un mayor riesgo de infecciones recurrentes en los oídos, la nariz, la garganta y los pulmones, así como en el tracto digestivo. Algunas personas con deficiencia de IgA también pueden desarrollar enfermedades autoinmunes o reacciones adversas a la transfusión de sangre.

Es importante destacar que muchas personas con deficiencia de IgA no presentan síntomas y llevan una vida normal. Sin embargo, si se sospecha de esta afección, es importante buscar atención médica para realizar pruebas diagnósticas y recibir tratamiento si es necesario.

La deficiencia de IgG, también conocida como déficit de inmunoglobulina G, se refiere a un trastorno del sistema inmunitario en el que los niveles séricos de IgG están significativamente disminuidos. La IgG es el tipo más común de anticuerpo en el cuerpo humano y desempeña un papel crucial en la protección contra infecciones.

Existen diferentes subclases de IgG (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4), y una deficiencia puede afectar a una o más de estas subclases. Las personas con déficit de IgG son más susceptibles a infecciones recurrentes, especialmente en las vías respiratorias superiores e inferiores, el tracto gastrointestinal y la piel.

La deficiencia de IgG puede ser congénita o adquirida. Las causas congénitas incluyen mutaciones genéticas que afectan la producción o la función de los anticuerpos IgG. Las causas adquiridas pueden incluir enfermedades como la leucemia, el linfoma o la infección por VIH, así como tratamientos médicos como quimioterapia o radioterapia.

El diagnóstico de deficiencia de IgG generalmente se realiza mediante análisis de sangre que miden los niveles de anticuerpos en el suero. El tratamiento puede incluir terapias de reemplazo de inmunoglobulinas, vacunación y antibióticos profilácticos para prevenir infecciones recurrentes.

Los síndromes de inmunodeficiencia se refieren a un grupo de trastornos en los que el sistema inmunitario está deprimido o ausente, lo que hace que una persona sea más susceptible a las infecciones. Estas enfermedades pueden ser presentes desde el nacimiento (congenitales) o adquiridas más tarde en la vida.

Los síndromes de inmunodeficiencia congénita incluyen, entre otros, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), causado por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), y el déficit de adenosina desaminasa (ADA). El SIDA se caracteriza por una destrucción gradual del sistema inmunitario, haciendo que la persona sea vulnerable a diversas infecciones oportunistas y ciertos tipos de cáncer. El déficit de ADA es una enfermedad hereditaria que afecta la capacidad del cuerpo para producir glóbulos blancos normales, aumentando el riesgo de infección.

Los síndromes de inmunodeficiencia adquiridos pueden ser el resultado de diversas causas, como enfermedades, medicamentos o infecciones. Por ejemplo, algunos tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, pueden dañar las células del sistema inmunitario y debilitar su función. Algunas enfermedades, como la diabetes y la fibrosis quística, también pueden aumentar el riesgo de infección al afectar negativamente al sistema inmunológico.

En general, los síndromes de inmunodeficiencia se manifiestan con una mayor susceptibilidad a las infecciones, que pueden ser recurrentes o más graves de lo normal. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir antibióticos, terapia de reemplazo de células sanguíneas o medicamentos para estimular el sistema inmunitario.

Las inmunoglobulinas intravenosas (IGIV) se definen médicamente como preparaciones de anticuerpos protectores que se obtienen de la plasma sano de donantes y se administran a los pacientes por vía intravenosa. Están compuestas principalmente por inmunoglobulina G (IgG), que es el tipo más común de anticuerpo en la sangre humana.

Las IGIV se utilizan en el tratamiento de diversas afecciones médicas, como los trastornos del sistema inmunitario primarios e incluso algunos secundarios, infecciones recurrentes, pacientes con ciertos déficits inmunológicos, enfermedades autoinmunes y neurológicas. También se emplean en la profilaxis contra las infecciones en individuos expuestos a enfermedades infecciosas como el tétanos o la hepatitis A y B.

Este tratamiento puede ayudar a reducir el riesgo de infección, neutralizar toxinas y virus, regular respuestas inmunes excesivas y proporcionar protección inmunitaria temporal en pacientes con déficits inmunitarios. Es importante recalcar que las IGIV deben ser administradas bajo estricta supervisión médica debido a los posibles efectos adversos, como reacciones alérgicas o trastornos renales.

La disgammaglobulinemia es un trastorno inmunológico caracterizado por niveles bajos o ausentes de gammaproteínas (inmunoglobulinas G, IgG) en la sangre. También puede haber déficits de otros tipos de inmunoglobulinas. Este trastorno debilita el sistema inmunitario, haciendo que una persona sea más susceptible a las infecciones, especialmente las causadas por bacterias.

Existen diferentes tipos de disgammaglobulinemia, incluyendo la primaria (congénita o idiopática) y la secundaria (adquirida). La forma primaria es una condición genética rara en la que el cuerpo no produce suficientes anticuerpos IgG. Por otro lado, la disgammaglobulinemia secundaria puede desarrollarse como resultado de otras afecciones médicas, como la leucemia, el linfoma o el VIH/SIDA, que dañan las células productoras de anticuerpos en el sistema inmunológico.

Los síntomas más comunes de la disgammaglobulinemia incluyen infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior e inferior, infecciones de los oídos y sinusitis. El tratamiento suele incluir terapias de reemplazo de inmunoglobulinas para ayudar a prevenir las infecciones. La detección y el tratamiento precoces son importantes para prevenir complicaciones graves y mejorar la calidad de vida del paciente.

La proteína activadora transmembrana y reactiva con el CAML, también conocida como T cell activation RhoGTPase-activating protein (TRAP) o proteína activadora de GTPasa Rho de células T (CRAG), es una proteína involucrada en la regulación de la activación y proliferación de las células T. Es un miembro de la familia de las proteínas activadoras de GTPasa que contienen dominios DBL y PH.

La proteína CAML (calmodulina-lin7a-proteína relacionada con el linaje) se une y activa a la proteína TRAP, lo que lleva a la inactivación de las GTPasas RhoA, Rac1 y Cdc42. Esta inactivación desencadena una cascada de señalización que resulta en la activación de las células T y su posterior proliferación.

La proteína TRAP se expresa predominantemente en los linfocitos T y se ha demostrado que juega un papel importante en la activación de las células T dependiente de antígenos, así como en la regulación de la actividad citotóxica de los linfocitos T citotóxicos. Además, se ha sugerido que la proteína TRAP puede estar involucrada en la patogénesis de diversas enfermedades autoinmunes y neoplásicas.

La bronquiectasia es una afección pulmonar en la que los bronquios, los tubos que transportan el aire hacia y desde los pulmones, se dilatan y engrosan permanentemente. Esta dilatación hace que sea más difícil para el moco y las bacterias ser eliminados de los pulmones, lo que puede conducir a infecciones recurrentes y daño pulmonar adicional.

Los síntomas de la bronquiectasia pueden incluir tos crónica con flema, dificultad para respirar, sibilancias, fatiga y dolor en el pecho. La afección puede ser causada por una infección pulmonar, una enfermedad subyacente como fibrosis quística o asma, o un trastorno del sistema inmunológico.

El tratamiento de la bronquiectasia generalmente implica el control de los síntomas y la prevención de infecciones pulmonares recurrentes. Puede incluir terapia de aerosol con medicamentos para ayudar a aflojar y eliminar el moco, antibióticos para tratar las infecciones, vacunas contra la neumonía y la gripe, y oxígeno suplementario si es necesario. En algunos casos, puede ser necesaria una cirugía para extirpar parte del tejido pulmonar dañado.

Los linfocitos B son un tipo de glóbulos blancos, más específicamente, linfocitos del sistema inmune que desempeñan un papel crucial en la respuesta humoral del sistema inmunológico. Se originan en la médula ósea y se diferencian en el bazo y los ganglios linfáticos.

Una vez activados, los linfocitos B se convierten en células plasmáticas que producen y secretan anticuerpos (inmunoglobulinas) para neutralizar o marcar a los patógenos invasores, como bacterias y virus, para su eliminación por otras células inmunitarias. Los linfocitos B también pueden presentar antígenos y cooperar con los linfocitos T auxiliares en la respuesta inmunitaria adaptativa.

Las inmunoglobulinas, también conocidas como anticuerpos, son proteínas especializadas producidas por el sistema inmunitario en respuesta a la presencia de sustancias extrañas o antígenos, como bacterias, virus, hongos y toxinas. Están compuestas por cuatro cadenas polipeptídicas: dos cadenas pesadas (H) y dos ligeras (L), unidas por enlaces disulfuro para formar una molécula Y-shaped.

Existen cinco tipos principales de inmunoglobulinas, designadas IgA, IgD, IgE, IgG e IgM, cada una con funciones específicas en la respuesta inmune. Por ejemplo, la IgG es el anticuerpo más abundante en el suero sanguíneo y proporciona inmunidad humoral contra bacterias y virus; la IgA se encuentra principalmente en las secreciones de mucosas y ayuda a proteger los tejidos epiteliales; la IgE está involucrada en las reacciones alérgicas y la defensa contra parásitos; la IgD participa en la activación de células B y la respuesta inmune; y la IgM es el primer anticuerpo producido durante una respuesta primaria y se encarga de aglutinar y neutralizar patógenos.

Las inmunoglobulinas pueden administrarse terapéuticamente para tratar diversas afecciones, como déficits inmunitarios, enfermedades autoinmunes, intoxicaciones y algunos tipos de cáncer.

Los subgrupos de linfocitos B son diferentes categorías de linfocitos B, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico adaptativo. Los linfocitos B son responsables de producir anticuerpos para neutralizar o marcar patógenos invasores como bacterias y virus para su eliminación por otras células del sistema inmune.

Existen varios subgrupos de linfocitos B, cada uno con diferentes funciones y características distintivas. Algunos de los subgrupos más importantes de linfocitos B incluyen:

1. Linfocitos B virgenes o naives: Son células B inmaduras que se encuentran en el bazo, médula ósea y ganglios linfáticos. Aún no han sido expuestas a antígenos extraños y están listas para activarse y diferenciarse en células plasmáticas cuando entran en contacto con un patógeno desconocido.

2. Linfocitos B de memoria: Después de que una célula B ha sido expuesta e interactúa con un antígeno específico, se diferencia en una célula B de memoria. Estas células tienen una vida más larga y pueden sobrevivir durante años o incluso décadas. Cuando el mismo patógeno vuelve a infectar al organismo, las células B de memoria pueden activarse rápidamente y producir anticuerpos específicos para neutralizarlo, lo que proporciona inmunidad adquirida a largo plazo.

3. Linfocitos B plasmáticos: Son células B diferenciadas y especializadas en la producción de anticuerpos. Después de la activación y estimulación por un antígeno, las células B naives o de memoria se diferencian en linfocitos B plasmáticos, que secretan grandes cantidades de anticuerpos específicos del antígeno para neutralizarlo.

4. Linfocitos B reguladores: También conocidos como células B regulatorias o células B-2, desempeñan un papel importante en la modulación y el control de las respuestas inmunes. Pueden producir citocinas que ayudan a regular la activación y diferenciación de otras células inmunitarias, como los linfocitos T helper.

5. Linfocitos B B-1: Son un subconjunto de células B que se encuentran principalmente en el tejido linfoide asociado a la mucosa y desempeñan un papel importante en la protección contra las infecciones bacterianas. Pueden producir anticuerpos de baja afinidad pero con una amplia especificidad, lo que les permite reconocer y neutralizar una variedad de patógenos.

En resumen, los linfocitos B desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria adaptativa, ya que pueden diferenciarse en varios subconjuntos con funciones especializadas. Estas células son esenciales para la producción de anticuerpos y la modulación de las respuestas inmunes, lo que ayuda a proteger al organismo contra las infecciones y otras amenazas.

La esplenomegalia es un término médico que se refiere al aumento del tamaño del bazo más allá de sus límites normales. El bazo es un órgano situado en el lado superior izquierdo del abdomen, debajo de las costillas, que desempeña un papel importante en la función inmunológica y en la eliminación de glóbulos rojos viejos o dañados.

La esplenomegalia puede ser causada por diversas condiciones médicas, como infecciones (por ejemplo, mononucleosis infecciosa, endocarditis bacteriana), enfermedades hematológicas (por ejemplo, anemia de células falciformes, leucemia), trastornos del hígado (por ejemplo, cirrosis, hepatitis), afecciones malignas (por ejemplo, linfoma, cáncer de médula ósea) y enfermedades autoinmunes (por ejemplo, artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico).

Los síntomas asociados con la esplenomegalia pueden variar dependiendo del tamaño del bazo y de la causa subyacente. Algunos pacientes pueden no presentar ningún síntoma, mientras que otros pueden experimentar dolor o molestias en el lado izquierdo superior del abdomen, sensación de plenitud después de comer pequeñas cantidades de alimentos, fatiga, anemia, infecciones frecuentes y dificultad para respirar (si el bazo agrandado comprime los pulmones).

El diagnóstico de esplenomegalia generalmente se realiza mediante un examen físico, seguido de estudios de imágenes, como ecografías o tomografías computarizadas, para confirmar y evaluar la gravedad del agrandamiento del bazo. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida o, en casos graves, una intervención quirúrgica para extirpar el bazo (esplenectomía).

El síndrome del arco aórtico es un término médico que se utiliza para describir una serie de anomalías congénitas en la aorta, la principal arteria que transporta sangre oxigenada desde el corazón al resto del cuerpo. El arco aórtico es la porción curva inicial de la aorta que sale del ventrículo izquierdo del corazón.

Existen varios tipos de síndromes del arco aóortico, pero los más comunes incluyen:

1. Coartación de la aorta: Es una estrechez en el lumen (luz) de la aorta, generalmente localizada justo después del origen de las arterias subclavias. Esta estrechez puede causar hipertensión arterial proximal y hipotensión distal, lo que puede llevar a un aumento del riesgo de insuficiencia cardíaca e infarto de miocardio.

2. Doble arco aórtico: En este caso, la aorta se divide en dos ramas que se unen por detrás de la tráquea y el esófago, formando un anillo completo alrededor de estos órganos. Puede comprimir la tráquea y el esófago, causando dificultad para respirar y tragar.

3. Interrupción del arco aórtico: Se produce cuando falta una porción del arco aórtico, lo que resulta en una comunicación anormal entre la aorta y la arteria pulmonar. Esta anomalía puede causar cianosis (color azulado de la piel) y dificultad para respirar.

Los síndromes del arco aórtico suelen requerir tratamiento quirúrgico, ya que pueden provocar complicaciones graves si no se tratan a tiempo. El pronóstico depende del tipo de anomalía y de la rapidez con que se realice el diagnóstico y el tratamiento.

La Inmunoglobulina M (IgM) es un tipo de anticuerpo que desempeña un papel crucial en el sistema inmunitario humano. Es la primera línea de defensa del cuerpo contra las infecciones y actúa rápidamente después de que una sustancia extraña, como un virus o bacteria, ingresa al organismo.

Las IgM son grandes moléculas producidas por los linfocitos B (un tipo de glóbulo blanco) en respuesta a la presencia de antígenos, que son sustancias extrañas que desencadenan una respuesta inmunitaria. Las IgM se unen específicamente a los antígenos y ayudan a neutralizarlos o marcarlos para su destrucción por otras células del sistema inmunitario.

Las IgM están compuestas de cinco unidades idénticas de moléculas de inmunoglobulina, lo que les confiere una alta avidez (afinidad) por el antígeno y una gran capacidad para activar el sistema del complemento, una serie de proteínas plasmáticas que trabajan juntas para destruir las células infectadas.

Las IgM se encuentran principalmente en el plasma sanguíneo y los líquidos corporales, como la linfa y el líquido sinovial. Su producción aumenta rápidamente durante una infección aguda y luego disminuye a medida que otras clases de anticuerpos, como las IgG, toman el relevo en la defensa contra la infección.

En resumen, la Inmunoglobulina M es un tipo importante de anticuerpo que desempeña un papel fundamental en la detección y eliminación de sustancias extrañas y patógenos del cuerpo humano.

El término médico "seudolinfoma" se refiere a un agrandamiento benigno (no canceroso) de los ganglios linfáticos que imita la apariencia de un linfoma, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático. Los seudolinfomas suelen ser causados por una respuesta exagerada del sistema inmunológico a una infección viral crónica, una enfermedad autoinmune o una reacción a ciertos medicamentos.

A diferencia de los linfomas, los seudolinfomas no presentan células malignas ni tienen el potencial de diseminarse a otras partes del cuerpo. Sin embargo, su apariencia similar a un linfoma puede causar confusión y requerir pruebas adicionales para establecer un diagnóstico preciso. El tratamiento del seudolinfoma generalmente implica abordar la causa subyacente, como el tratamiento de una infección o la interrupción de un medicamento que pueda estar contribuyendo al problema.

La Linfocitopenia-T idiopática CD4-positiva es un trastorno poco común del sistema inmunológico en el que se observa una disminución persistente y significativa en el número de linfocitos T CD4 positivos (un tipo específico de glóbulos blancos) en la sangre periférica. Aunque el recuento total de linfocitos puede parecer normal o ligeramente bajo, la proporción de linfocitos T CD4 positivos es marcadamente baja.

Esta afección se diagnostica después de excluir otras causas conocidas de disminución de los linfocitos T CD4 positivos, como infecciones por VIH, enfermedades autoinmunes, neoplasias malignas y tratamientos inmunosupresores. La causa subyacente de la Linfocitopenia-T idiopática CD4-positiva sigue siendo desconocida, de ahí el término "idiopática".

Los síntomas pueden variar ampliamente y, en algunos casos, no se presentan síntomas clínicos. En otros casos, los pacientes pueden experimentar infecciones recurrentes, especialmente de las vías respiratorias superiores e inferiores, fatiga crónica, sudoración nocturna y pérdida de peso involuntaria.

El tratamiento de la Linfocitopenia-T idiopática CD4-positiva se centra en el manejo de los síntomas y las complicaciones infecciosas asociadas con la afección. Se pueden considerar terapias de reemplazo de células T, como la infusión de linfocitos T autólogos (propios) o alogénicos (de un donante), en casos graves y persistentes. Sin embargo, el pronóstico a largo plazo sigue siendo incierto debido a la naturaleza rara y poco estudiada de esta enfermedad.

La activación de linfocitos es un proceso fundamental del sistema inmunológico en el que se activan los linfocitos T y B para desencadenar una respuesta inmune específica contra agentes extraños, como virus, bacterias o sustancias extrañas.

Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos que juegan un papel clave en la respuesta inmunitaria adaptativa del cuerpo. Cuando un antígeno (una sustancia extraña) entra en el cuerpo, es capturado y presentado a los linfocitos T y B por células presentadoras de antígenos, como las células dendríticas.

Este proceso de presentación de antígenos desencadena la activación de los linfocitos T y B, lo que lleva a su proliferación y diferenciación en células efectoras especializadas. Las células T efectoras pueden destruir directamente las células infectadas o producir citocinas para ayudar a coordinar la respuesta inmunitaria. Por otro lado, las células B efectoras producen anticuerpos específicos que se unen al antígeno y lo neutralizan o marcan para su destrucción por otras células del sistema inmune.

La activación de linfocitos está regulada cuidadosamente para garantizar una respuesta inmunitaria adecuada y evitar la activación excesiva o no deseada, lo que podría conducir a enfermedades autoinmunes o inflamatorias.

El complemento C4a es una proteína del sistema inmune que desempeña un papel en la respuesta inmunitaria y el procesamiento antigénico. Cuando se activa el componente clásico o de la vía alterna del sistema del complemento, C4 se divide en dos fragmentos, C4a y C4b.

El fragmento C4a es una proteína pequeña con actividad anafilatoxica, lo que significa que puede desencadenar la liberación de histamina y otras mediadores químicos de la inflamación a partir de células como los mastocitos y los basófilos. Esto conduce a una respuesta inflamatoria aguda en el sitio de la infección o la lesión.

El C4a también puede desempeñar un papel en la regulación del sistema inmune, ya que puede interactuar con células inmunes y otras proteínas del complemento para ayudar a controlar la respuesta inmunitaria y prevenir una respuesta excesiva o dañina.

Es importante tener en cuenta que los niveles elevados de C4a pueden estar asociados con ciertas condiciones médicas, como enfermedades autoinmunitarias, infecciones y reacciones alérgicas graves. Por lo tanto, el análisis de sangre de C4a puede utilizarse como un marcador de la actividad del sistema del complemento y la inflamación en algunos contextos clínicos.

El cambio de clase de inmunoglobulina, también conocido como "switch de isotipo", es un proceso en la respuesta inmune adaptativa en el que una célula B activada cambia la producción de su anticuerpo (inmunoglobulina) de un tipo o clase a otro. Las inmunoglobulinas se clasifican en cinco isotipos principales (IgA, IgD, IgE, IgG, y IgM), cada uno con funciones específicas en la respuesta inmune.

El cambio de clase de inmunoglobulina se produce cuando una célula B activada somáticamente experimenta una recombinación de genes de cadena pesada (H) en su cromosoma 14, lo que resulta en la expresión de un nuevo gen de cadena pesada y, por lo tanto, la producción de un anticuerpo de un isotipo diferente. Este proceso está regulado por factores de transcripción específicos y citocinas secretadas por células T helper (Th) durante la respuesta inmune adaptativa.

El cambio de clase de inmunoglobulina permite a las células B producir anticuerpos con diferentes funciones en diferentes etapas de una respuesta inmune, como por ejemplo, el paso de la producción de IgM temprana y de baja afinidad a la producción de IgG de alta afinidad más tarde durante la respuesta. También es importante en la protección de mucosas, ya que las inmunoglobulinas A secretadas (IgA) pueden neutralizar patógenos y toxinas antes de que invadan los tejidos subyacentes.

Un granuloma es una acumulación específica de células inflamatorias, principalmente macrófagos, en un proceso de reacción inflamatoria crónica. Estas células se agrupan juntas para aislar y neutralizar materiales extraños o sustancias nocivas que no pueden ser eliminadas fácilmente por los mecanismos normales del sistema inmunológico. Los granulomas suelen ocurrir en respuesta a bacterias persistentes, como la tuberculosis y la lepra, aunque también pueden formarse en respuesta a otros estímulos, como partículas extrañas, sustancias químicas tóxicas o incluso enfermedades autoinmunes. La apariencia histopatológica de un granuloma típicamente incluye una capa de macrófagos activados llamados células epitelioides rodeadas por linfocitos y células plasmáticas. En ocasiones, los granulomas pueden evolucionar hacia cicatrización y fibrosis.

La Inmunoglobulina G (IgG) es un tipo de anticuerpo, una proteína involucrada en la respuesta inmune del cuerpo. Es el tipo más común de anticuerpos encontrados en el torrente sanguíneo y es producida por células B plasmáticas en respuesta a la presencia de antígenos (sustancias extrañas que provocan una respuesta inmunitaria).

La IgG se caracteriza por su pequeño tamaño, solubilidad y capacidad de cruzar la placenta. Esto último es particularmente importante porque proporciona inmunidad pasiva a los fetos y recién nacidos. La IgG desempeña un papel crucial en la neutralización de toxinas, la aglutinación de bacterias y virus, y la activación del complemento, un sistema de proteínas que ayuda a eliminar patógenos del cuerpo.

Hay cuatro subclases de IgG (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4) que difieren en su estructura y función específicas. Las infecciones bacterianas y virales suelen inducir respuestas de IgG, lo que hace que este tipo de anticuerpos sea particularmente importante en la protección contra enfermedades infecciosas.

La designación "Miembro 13 de la Superfamilia de Ligandos de Factores de Necrosis Tumoral" (TNFSF13, también conocido como APRIL, por sus siglas en inglés: A Proliferation-Inducing Ligand) se refiere a una proteína que pertenece a la superfamilia de factores de necrosis tumoral (TNFSF). Los miembros de esta familia son conocidos por su capacidad de unirse a receptores específicos y desencadenar respuestas biológicas, como la activación de vías de señalización celular que conducen a procesos inflamatorios, inmunes y homeostáticos.

En particular, TNFSF13 se une al receptor TNFRSF17 (también conocido como BCMA, por sus siglas en inglés: B-cell maturation antigen) y al receptor secundario TACI (también conocido como TNFRSF13B). Estos receptores se expresan principalmente en células B maduras y plasmablastos, lo que sugiere un papel importante de TNFSF13 en la regulación de la respuesta inmunitaria adaptativa.

TNFSF13 está involucrado en la supervivencia, proliferación y diferenciación de células B, así como en la activación de células presentadoras de antígenos (APC). La sobreproducción o disfunción de TNFSF13 se ha relacionado con diversas enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide, así como con ciertos tipos de cáncer. Por lo tanto, comprender el papel de TNFSF13 en la fisiología y patología humanas puede ayudar a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para tratar estas condiciones.

Los linfocitos T, también conocidos como células T, son un tipo importante de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico adaptativo. Se originan y maduran en el timo antes de circular por todo el cuerpo a través de la sangre y los ganglios linfáticos.

Existen varios subconjuntos de linfocitos T, cada uno con diferentes funciones específicas:

1. Linfocitos T citotóxicos (CD8+): Estas células T pueden destruir directamente las células infectadas o cancerosas mediante la liberación de sustancias tóxicas.

2. Linfocitos T helper (CD4+): Ayudan a activar y regular otras células inmunes, como macrófagos, linfocitos B y otros linfocitos T. También desempeñan un papel importante en la respuesta inmune contra patógenos extracelulares.

3. Linfocitos T supresores o reguladores (Tregs): Estas células T ayudan a moderar y equilibrar la respuesta inmunológica, evitando así reacciones excesivas o daño autoinmune.

4. Linfocitos T de memoria: Después de que un organismo ha sido expuesto a un patógeno específico, algunos linfocitos T se convierten en células de memoria a largo plazo. Estas células pueden activarse rápidamente si el mismo patógeno vuelve a infectar al individuo, proporcionando inmunidad adaptativa.

En resumen, los linfocitos T son un componente esencial del sistema inmunológico adaptativo, responsables de la detección, destrucción y memoria de patógenos específicos, así como de la regulación de las respuestas inmunitarias.

La inmunofenotipificación es una técnica de laboratorio utilizada en patología y hematología clínicas para identificar y caracterizar diferentes tipos de células inmunes, como los leucocitos (glóbulos blancos), mediante el análisis de sus marcadores celulares de superficie. Esta técnica se basa en la utilización de anticuerpos monoclonales marcados con moléculas fluorescentes, que se unen específicamente a los marcadores de superficie de las células.

La inmunofenotipificación permite determinar el fenotipo celular, es decir, el perfil de expresión de proteínas de membrana y citoplásmicas que identifican a cada tipo de célula inmunitaria. De esta manera, se pueden diferenciar y cuantificar los distintos subconjuntos de células inmunes presentes en una muestra, como por ejemplo, linfocitos T, linfocitos B, células NK, monocitos, macrófagos, eosinófilos, basófilos y neutrófilos.

Esta técnica es especialmente útil en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades hematológicas y oncohematológicas, como leucemias y linfomas, ya que permite identificar las células neoplásicas y determinar su grado de madurez, diferenciación y proliferación. Además, también se utiliza en el estudio de enfermedades autoinmunes, infecciosas y alergias, así como en la evaluación de la respuesta a los tratamientos inmunoterápicos.

La Inmunoglobulina A (IgA) es un tipo de anticuerpo que desempeña un papel crucial en el sistema inmunitario. Se encuentra principalmente en las membranas mucosas que recubren los sistemas respiratorio, gastrointestinal y urogenital, así como en las lágrimas, la saliva y la leche materna.

Existen dos subclases principales de IgA: IgA1 e IgA2. La IgA1 es la más común y se encuentra predominantemente en las secreciones externas, mientras que la IgA2 es más abundante en el tejido linfoide asociado a las mucosas y en los fluidos corporales internos.

La función principal de la IgA es proteger al cuerpo contra las infecciones bacterianas y víricas que intentan invadir a través de las membranas mucosas. Lo hace mediante la aglutinación de los patógenos, impidiendo así su adhesión y penetración en las células epiteliales. Además, puede neutralizar toxinas y enzimas producidas por microorganismos nocivos.

La IgA también participa en la respuesta inmunitaria adaptativa, colaborando con los leucocitos (glóbulos blancos) para eliminar los patógenos del cuerpo. Cuando se produce una infección, las células B (linfocitos B) producen y secretan IgA en respuesta a la presencia de antígenos extraños. Esta respuesta específica proporciona protección localizada contra infecciones recurrentes o futuras por el mismo patógeno.

En definitiva, la Inmunoglobulina A es un componente vital del sistema inmunitario, desempeñando un papel fundamental en la defensa contra las infecciones y la protección de las membranas mucosas.

Las infecciones oportunistas (IO) se definen como infecciones que ocurren predominantemente en individuos con un sistema inmunológico debilitado y no suelen causar enfermedades en personas sanas. Estas infecciones son ocasionadas por diversos patógenos, incluidos bacterias, virus, hongos y parásitos.

Las IO aprovechan la disminuida capacidad del sistema inmunológico para controlar su crecimiento y propagación, lo que resulta en una variedad de síntomas e incluso puede poner en peligro la vida del paciente. Las personas con VIH/SIDA, aquellas que reciben terapias inmunosupresoras después de un trasplante de órganos o aquellas con trastornos genéticos que afectan el sistema inmunitario son particularmente susceptibles a las IO.

El tratamiento de las IO generalmente implica el uso de antibióticos, antivirales, antifúngicos u otros medicamentos específicos para el patógeno causante, junto con medidas para fortalecer el sistema inmunológico del paciente. La prevención es especialmente importante en aquellos con sistemas inmunes debilitados y puede incluir vacunación, higiene adecuada y evitar el contacto con personas enfermas.

El VIH-1 (Virus de Inmunodeficiencia Humana tipo 1) es un subtipo del virus de la inmunodeficiencia humana que causa la enfermedad conocida como SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). El VIH-1 se transmite a través del contacto con fluidos corporales infectados, como la sangre, el semen, los líquidos vaginales y la leche materna. Se trata de un retrovirus que ataca al sistema inmunológico, especialmente a los linfocitos CD4+ o células T helper, lo que resulta en una disminución progresiva de su número y, por ende, en la capacidad del organismo para combatir infecciones e incluso algunos tipos de cáncer. El VIH-1 se divide en diferentes subtipos o clados (designados con letras del alfabeto) y diversas variantes o circulating recombinant forms (CRFs), dependiendo de su origen geográfico y genético.

El diagnóstico del VIH-1 se realiza mediante pruebas serológicas que detectan la presencia de anticuerpos contra el virus en la sangre, aunque también existen pruebas moleculares más específicas, como la PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), que identifican directamente el material genético del VIH-1. Actualmente, no existe cura para la infección por VIH-1, pero los tratamientos antirretrovirales combinados (TAR) han demostrado ser eficaces en controlar la replicación del virus y mejorar la calidad de vida y esperanza de vida de las personas infectadas.

Los antígenos CD27 son marcadores proteicos encontrados en la superficie de células T y células B maduras. La proteína CD27 pertenece a la familia de las proteínas TNF-R (Tumor Necrosis Factor Receptor) y desempeña un papel importante en la activación y diferenciación de células inmunes.

La presencia del antígeno CD27 en células T indica que estas células son efectoras o de memoria, lo que significa que han sido expuestas previamente a un antígeno y pueden desencadenar una respuesta inmune específica. Por otro lado, la ausencia del antígeno CD27 en células T indica que se trata de células naivas o inmaduras.

En las células B, el antígeno CD27 se utiliza como un marcador para identificar células B de memoria y plasmablastos. Las células B de memoria son células B que han sido expuestas previamente a un antígeno y pueden responder rápidamente a una re-exposición al mismo antígeno. Los plasmablastos son células B diferenciadas que producen grandes cantidades de anticuerpos.

En resumen, los antígenos CD27 son proteínas importantes en la activación y diferenciación de células inmunes y se utilizan como marcadores para identificar diferentes subconjuntos de células T y B.

La memoria inmunológica es un fenómeno en el sistema inmune donde las células inmunitarias conservan una "memoria" de los patógenos (como bacterias o virus) que el cuerpo ha enfrentado previamente. Esto permite al sistema inmunitario montar una respuesta más rápida y eficaz si el mismo patógeno es detectado nuevamente en el futuro.

Este proceso está mediado principalmente por dos tipos de glóbulos blancos: los linfocitos B y los linfocitos T. Después de la exposición inicial a un patógeno, algunas de estas células se convierten en células de memoria. Estas células de memoria pueden permanecer en el cuerpo durante períodos prolongados, incluso años.

Cuando una segunda exposición al mismo patógeno ocurre, las células de memoria pueden activarse rápidamente, dividirse y secretar anticuerpos específicos (en el caso de los linfocitos B) o destruir directamente las células infectadas (en el caso de los linfocitos T citotóxicos). Esta respuesta más rápida y eficaz es la base de la vacunación, donde se introduce una forma inofensiva del patógeno en el cuerpo para inducir la producción de células de memoria.

Es importante destacar que la memoria inmunológica también puede ser dañada o comprometida en algunas condiciones médicas, como las enfermedades autoinmunes y la inmunodeficiencia, lo que puede resultar en un sistema inmunitario menos capaz de combatir infecciones.

Las anomalías cardiovasculares se refieren a las condiciones médicas en las que el corazón o los vasos sanguíneos presentan defectos estructurales, malformaciones o trastornos funcionales. Estas anormalidades pueden variar desde leves a graves y pueden causar problemas de salud significativos, dependiendo de su complejidad y localización.

Algunos ejemplos comunes de anomalías cardiovasculares incluyen:

1. Comunicación interventricular (CIV): un orificio en la pared que separa los dos ventrículos del corazón.
2. Defecto del septo auricular (DSA): un agujero en la pared que separa las dos aurículas del corazón.
3. Estenosis valvular: el estrechamiento o endurecimiento de las válvulas cardíacas, lo que dificulta el flujo sanguíneo adecuado.
4. Insuficiencia valvular: la incapacidad de las válvulas cardíacas para cerrarse correctamente, lo que hace que la sangre fluya en dirección incorrecta.
5. Persistencia del conducto arterioso (PDA): un vaso sanguíneo persistente entre la aorta y la arteria pulmonar que normalmente se cierra después del nacimiento.
6. Enfermedad de las arterias coronarias: la acumulación de placa en las arterias que suministran sangre al músculo cardíaco, lo que puede provocar angina o un ataque cardíaco.
7. Cardiopatía congénita: una serie de defectos estructurales del corazón presentes al nacer, como el tetralogía de Fallot o la transposición de los grandes vasos.
8. Hipertensión arterial pulmonar: un aumento de la presión en las arterias pulmonares que puede causar dificultad para respirar y dolor en el pecho.
9. Mixoma cardíaco: un tumor benigno que se desarrolla en el corazón y puede interferir con el flujo sanguíneo normal.
10. Fibrilación auricular: una arritmia cardíaca que hace que las cámaras superiores del corazón latan de forma irregular e ineficiente.

Estos son solo algunos ejemplos de las muchas afecciones y enfermedades que pueden afectar el sistema cardiovascular. Si tiene algún síntoma o preocupación relacionada con su corazón o sistema circulatorio, es importante que consulte a un profesional médico capacitado para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La interleucina-2 (IL-2) es una citokina que desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmune, especialmente en la activación y proliferación de las células T, un tipo importante de glóbulos blancos involucrados en la respuesta inmunitaria. Es producida principalmente por las células T helper (Th) 1 activadas.

La IL-2 se une a su receptor específico, el complejo IL-2R, que está compuesto por tres subunidades: alfa (CD25), beta (CD122) y gamma (CD132). La unión de la IL-2 a este receptor desencadena una cascada de señalización que promueve la proliferación y diferenciación de las células T, así como también la activación y supervivencia de otros tipos de células inmunes, como los linfocitos NK (natural killers) y los linfocitos B.

La IL-2 también tiene propiedades antiinflamatorias y participa en la regulación de la tolerancia inmunológica, ayudando a prevenir reacciones autoinmunes excesivas. Sin embargo, un uso excesivo o inapropiado de la IL-2 puede contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes y procesos inflamatorios crónicos.

En medicina, la IL-2 se utiliza como terapia inmunológica en el tratamiento de algunos cánceres, especialmente del melanoma y el carcinoma renal metastásico. La administración de IL-2 puede estimular el sistema inmune para atacar y destruir las células cancerosas, aunque este tratamiento también puede causar efectos secundarios graves relacionados con la activación excesiva del sistema inmune.

El recuento de linfocitos es un término médico que se refiere al número total de glóbulos blancos llamados linfocitos que se encuentran en una muestra de sangre. Los linfocitos son un componente crucial del sistema inmunológico, ya que ayudan a combatir infecciones y enfermedades.

Un recuento normal de linfocitos varía dependiendo de la edad, el sexo y otros factores, pero generalmente se considera que está dentro del rango normal si es de 1.000 a 4.800 linfocitos por microlitro (μL) de sangre en adultos. Un recuento bajo de linfocitos se denomina linfopenia, mientras que un recuento alto se conoce como linfocitosis.

Un recuento de linfocitos puede realizarse como parte de un panel de hemogramas completo para evaluar la salud general de un individuo o para ayudar a diagnosticar y monitorear ciertas condiciones médicas, como infecciones, enfermedades autoinmunes, cánceres y trastornos del sistema inmunológico.

La anemia hemolítica autoinmune es un tipo de anemia en la que los propios anticuerpos del cuerpo atacan y destruyen los glóbulos rojos sanos. Esto provoca una disminución en el número de glóbulos rojos, lo que lleva a una reducción en la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno adecuadamente.

Hay dos tipos principales de anemia hemolítica autoinmune:

1. Anemia hemolítica autoinmune adquirida: Esta forma ocurre cuando el sistema inmunológico produce anticuerpos que atacan y destruyen los glóbulos rojos. Puede ser causada por una infección, medicamentos, enfermedades del tejido conectivo o trastornos linfoproliferativos.
2. Anemia hemolítica autoinmune hereditaria: También conocida como anemia hemolítica familiar, es una afección genética que hace que los glóbulos rojos sean más vulnerables a la destrucción por los anticuerpos. Hay varios subtipos de esta enfermedad, cada uno con diferentes patrones de herencia y gravedad.

Los síntomas de la anemia hemolítica autoinmune pueden incluir fatiga, debilidad, palidez, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, fiebre y esplenomegalia (agrandamiento del bazo). El diagnóstico generalmente se realiza mediante análisis de sangre que muestren evidencia de hemólisis (destrucción de glóbulos rojos) y la presencia de anticuerpos específicos en la sangre. El tratamiento puede incluir corticosteroides, inmunoglobulinas, terapia de intercambio de plasma y, en algunos casos, esplenectomía (extirpación del bazo).

Las Enfermedades Pulmonares Intersticiales (EPI) se refieren a un grupo diverso de más de 200 enfermedades pulmonares que afectan el tejido conectivo, o intersticio, del pulmón. Este tejido conectivo forma una red que proporciona soporte estructural a las estructuras pulmonares vitales para la función respiratoria, como los alvéolos (sacos de aire) y los capilares sanguíneos.

En las EPI, este tejido conectivo se inflama e incluso puede endurecerse o cicatrizarse (fibrosis), lo que hace que los pulmones se engrosen y rigidicen. Esta rigidez impide que los pulmones se expandan completamente, resultando en la dificultad para respirar.

Las causas de las EPI pueden ser variadas, incluyendo exposiciones ambientales o laborales a polvo, humo o gases; infecciones; medicamentos; enfermedades del tejido conectivo y trastornos autoinmunes. En aproximadamente un tercio de los casos, la causa es desconocida, lo que se denomina EPI idiopática.

El diagnóstico de las EPI generalmente requiere una combinación de historial clínico, exploración física, radiografías de tórax, pruebas de función pulmonar y, a menudo, biopsia pulmonar. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir terapias para reducir la inflamación o fibrosis, oxígeno suplementario y, en algunos casos, un trasplante de pulmón.

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es una afección médica grave y progresiva causada por la infección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Este virus ataca al sistema inmunitario, destruyendo los glóbulos blancos llamados linfocitos CD4 o células T auxiliares, que son esenciales para proteger el cuerpo contra diversas infecciones y enfermedades.

La destrucción de estas células debilita progresivamente el sistema inmunitario, lo que hace que la persona infectada sea vulnerable a infecciones oportunistas y ciertos tipos de cáncer que normalmente no causarían problemas en personas con sistemas inmunológicos saludables.

El SIDA se diagnostica cuando la persona infectada por el VIH desarrolla una o más infecciones o cánceres definidos como "opportunistas", o cuando el recuento de células CD4 desciende por debajo de un umbral específico. Aunque actualmente no existe cura para el VIH/SIDA, los medicamentos antirretrovirales pueden controlar la replicación del virus y ralentizar el avance de la enfermedad, permitiendo a las personas con VIH vivir una vida larga y saludable.

El Virus de la Inmunodeficiencia de los Simios (VIS) es un lentivirus que afecta a varias especies de primates, incluyendo monos africanos. Es similar al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en su capacidad para causar un deterioro gradual del sistema inmunitario, lo que hace que el organismo sea más susceptible a diversas infecciones y ciertos tipos de cáncer.

El VIS se clasifica en diferentes serotipos según la especie de primate que infecta, como el VIS-SM (de monos macacos), VIS-MNE (de monos de Campbell) y VIS-AGM (de monos aulladores africanos verdes). A diferencia del VIH, el VIS no se considera una enfermedad zoonótica, lo que significa que no se transmite fácilmente de primates a humanos. Sin embargo, se han reportado casos excepcionales de infección accidental en laboratorios donde los científicos trabajan con estos virus.

El mecanismo de infección del VIS es similar al del VIH. El virus infecta principalmente a los glóbulos blancos, especialmente los linfocitos CD4+, que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmune. Una vez dentro de las células, el virus integra su material genético en el del huésped, lo que permite que el virus persista a largo plazo y cause daño al sistema inmunológico.

Aunque el VIS no representa una amenaza importante para la salud humana, su estudio es fundamental para comprender mejor los lentivirus en general y desarrollar estrategias de prevención y tratamiento contra el VIH.

La relación CD4-CD8 es un parámetro utilizado en la medición del estado inmunológico, especialmente en el contexto de infecciones por VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana).

Las células CD4 y CD8 son dos tipos importantes de glóbulos blancos o linfocitos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario. Las células CD4, también conocidas como células T helper o linfocitos T colaboradores, ayudan a coordinar la respuesta inmunitaria al identificar y combatir diversas amenazas para el organismo. Por otro lado, las células CD8, también llamadas células citotóxicas o linfocitos T supresores, destruyen directamente las células infectadas o cancerosas.

La relación CD4-CD8 se calcula como el número de células CD4 dividido entre el número de células CD8 en una muestra de sangre. En individuos sanos, esta relación suele ser superior a 1, lo que indica un sistema inmunológico funcional y equilibrado. Sin embargo, durante la infección por VIH, el virus preferentemente infecta y destruye las células CD4, lo que lleva a una disminución de su número y, en consecuencia, a una relación CD4-CD8 desequilibrada o inferior a 1.

El seguimiento de la relación CD4-CD8 es útil para monitorizar el progreso de la infección por VIH y evaluar la eficacia del tratamiento antirretroviral (TAR). Una relación CD4-CD8 normalizada o aumentada puede indicar una respuesta favorable al tratamiento, mientras que una relación persistentemente baja puede sugerir la necesidad de ajustar el plan de tratamiento.

La autoinmunidad es un estado anormal en el que el sistema inmunitario del cuerpo humano, que normalmente defiende al organismo contra los invasores externos como bacterias y virus, comienza a atacar y dañar células, tejidos y órganos propios. Esto ocurre cuando el sistema inmunitario identifica erróneamente a las proteínas y moléculas presentes en las células y tejidos del cuerpo como extraños y produce anticuerpos y células inmunes específicas para atacarlos.

Este trastorno puede causar una variedad de enfermedades autoinmunes, que varían en gravedad e impacto en la salud. Algunas de estas enfermedades son leves y solo afectan a un órgano específico, mientras que otras pueden ser sistémicas y dañar múltiples órganos y tejidos.

Algunos ejemplos comunes de enfermedades autoinmunes incluyen la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la esclerosis múltiple, la diabetes tipo 1, la enfermedad de Graves y la tiroiditis de Hashimoto. El tratamiento de las enfermedades autoinmunes generalmente implica la supresión del sistema inmunitario para controlar los síntomas y prevenir el daño adicional a los tejidos y órganos.

La esplenectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa el bazo. El bazo es un órgano situado en la parte superior izquierda del abdomen, detrás del estómago y junto al diafragma. Desempeña varias funciones importantes en el cuerpo, como filtrar los glóbulos rojos viejos y dañados, almacenar glóbulos rojos y plaquetas adicionales, y combatir infecciones.

Existen diversas razones por las que se puede realizar una esplenectomía, entre ellas:

1. Trauma: Si el bazo sufre lesiones graves debido a un traumatismo abdominal, como en un accidente de coche o durante un contacto deportivo, se puede requerir una esplenectomía para detener las hemorragias internas y prevenir complicaciones.

2. Enfermedades hematológicas: Algunas afecciones que afectan la producción y función de los glóbulos rojos, como las anemias hemolíticas (como la esferocitosis hereditaria o la talasemia), pueden justificar una esplenectomía para reducir la destrucción de glóbulos rojos y mejorar los síntomas.

3. Cáncer: En algunos casos, se puede extirpar el bazo como parte del tratamiento quirúrgico del cáncer, especialmente si el cáncer se ha extendido al bazo (metástasis).

4. Infecciones: Las infecciones recurrentes o graves por bacterias que el bazo normalmente ayuda a combatir, como Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae, pueden requerir una esplenectomía para prevenir futuras infecciones.

Tras la esplenectomía, el cuerpo pierde parte de su capacidad para combatir ciertos tipos de infección, lo que aumenta el riesgo de desarrollar sepsis por estas bacterias. Por esta razón, se recomienda a los pacientes que hayan sido esplenectomizados recibir vacunas contra Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae, así como tomar antibióticos profilácticos antes de procedimientos dentales o quirúrgicos invasivos.

Los linfocitos T CD4-positivos, también conocidos como células T helper o Th, son un tipo importante de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico adaptativo. Se llaman CD4 positivos porque expresan la proteína CD4 en su superficie celular.

Estas células T ayudan a coordinar y modular las respuestas inmunitarias específicas contra diversos patógenos, como virus, bacterias e incluso células cancerosas. Lo hacen mediante la activación y regulación de otras células inmunes, como los linfocitos B (que producen anticuerpos) y los linfocitos T citotóxicos (que destruyen directamente las células infectadas o anormales).

Cuando un linfocito T CD4 positivo se activa después de reconocer un antígeno presentado por una célula presentadora de antígenos (APC), se diferencia en varios subconjuntos de células T helper especializadas, como Th1, Th2, Th17 y Treg. Cada uno de estos subconjuntos tiene un perfil de citoquinas distintivo y funciones específicas en la respuesta inmunitaria.

Una disminución significativa en el número o función de los linfocitos T CD4 positivos puede debilitar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones e incluso conducir a enfermedades graves, como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Una infección, en términos médicos, se refiere a la invasión y multiplicación de microorganismos patógenos en el cuerpo humano, que desencadenan una respuesta inflamatoria o inmunitaria. Estos microorganismos incluyen bacterias, virus, hongos y parásitos. Las infecciones pueden causar diversos síntomas y complicaciones, dependiendo del tipo de patógeno, la ubicación de la infección y la salud general del individuo afectado. Algunas infecciones pueden resolverse por sí solas o con el tratamiento adecuado, mientras que otras pueden ser graves o potencialmente mortales, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

La formación de anticuerpos, también conocida como respuesta humoral, es un proceso fundamental del sistema inmune adaptativo que involucra la producción de moléculas proteicas específicas llamadas anticuerpos o inmunoglobulinas. Estos anticuerpos son sintetizados por células B (linfocitos B) en respuesta a la presencia de un antígeno extraño, el cual puede ser una sustancia extraña que ingresa al cuerpo, como una bacteria, virus, toxina o proteína extraña.

El proceso de formación de anticuerpos comienza cuando un antígeno se une a un receptor específico en la superficie de una célula B. Esta interacción activa a la célula B, lo que resulta en su proliferación y diferenciación en dos tipos celulares distintos: células plasmáticas y células B de memoria. Las células plasmáticas son las encargadas de sintetizar y secretar grandes cantidades de anticuerpos idénticos al receptor que inicialmente se unió al antígeno. Por otro lado, las células B de memoria permanecen en el organismo durante largos periodos, listas para responder rápidamente si el mismo antígeno vuelve a entrar en contacto con el cuerpo.

Los anticuerpos secretados por las células plasmáticas tienen la capacidad de unirse específicamente al antígeno que indujo su producción, marcándolo para ser eliminado por otros componentes del sistema inmune, como los fagocitos. Además, los anticuerpos pueden neutralizar directamente a ciertos tipos de patógenos, impidiendo que se unan a las células diana o bloqueando su capacidad para infectar y dañar las células del huésped.

En resumen, la formación de anticuerpos es una parte crucial de la respuesta inmune adaptativa, ya que proporciona al organismo una memoria inmunológica que le permite reconocer y responder rápidamente a patógenos específicos que han infectado el cuerpo en el pasado.

Los antígenos CD son marcadores proteicos encontrados en la superficie de las células T, un tipo importante de glóbulos blancos involucrados en el sistema inmunológico adaptativo. Estos antígenos ayudan a distinguir y clasificar los diferentes subconjuntos de células T según su función y fenotipo.

Existen varios tipos de antígenos CD, cada uno con un número asignado, como CD1, CD2, CD3, etc. Algunos de los más conocidos son:

* **CD4**: También llamada marca de helper/inductor, se encuentra en las células T colaboradoras o auxiliares (Th) y ayuda a regular la respuesta inmunológica.
* **CD8**: También conocida como marca de supresor/citotóxica, se encuentra en las células T citotóxicas (Tc) que destruyen células infectadas o cancerosas.
* **CD25**: Expresado en células T reguladoras y ayuda a suprimir la respuesta inmunológica excesiva.
* **CD3**: Es un complejo de proteínas asociadas con el receptor de células T y participa en la activación de las células T.

La identificación y caracterización de los antígenos CD han permitido una mejor comprensión de la biología de las células T y han contribuido al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas en el tratamiento de diversas enfermedades, como infecciones, cáncer e inflamación crónica.

Los subgrupos de linfocitos T, también conocidos como células T helper o supresoras, son subconjuntos especializados de linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos) que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Se diferencian en dos categorías principales: Linfocitos T colaboradores o ayudantes (Th) y linfocitos T supresores o reguladores (Ts).

1. Linfocitos T colaboradores o ayudantes (Th): Estas células T desempeñan un papel clave en la activación y dirección de otras células inmunes, como macrófagos, linfocitos B y otros linfocitos T. Se dividen en varios subgrupos según su perfil de expresión de citocinas y moléculas coestimuladoras, que incluyen:

a. Th1: Produce citocinas como IFN-γ e IL-2, involucradas en la respuesta inmunitaria contra patógenos intracelulares como virus y bacterias.

b. Th2: Secreta citocinas como IL-4, IL-5 e IL-13, desempeñando un papel importante en las respuestas de hipersensibilidad retardada y contra parásitos extracelulares.

c. Th17: Genera citocinas proinflamatorias como IL-17 y IL-22, implicadas en la protección frente a patógenos extracelulares, especialmente hongos y bacterias.

d. Tfh (Linfocitos T foliculares auxiliares): Ayuda a los linfocitos B en la producción de anticuerpos y su diferenciación en células plasmáticas efectoras.

e. Th9: Secreta citocinas como IL-9, involucrada en la respuesta inmunitaria contra parásitos y alergias.

f. Treg (Linfocitos T reguladores): Produce citocinas antiinflamatorias como IL-10 e IL-35, manteniendo la homeostasis del sistema inmune y previniendo enfermedades autoinmunes.

## Referencias

* Murphy KE, Travers P, Walport M, Janeway CA Jr. Janeway's Immunobiology. 8th edition. Garland Science; 2012.*
* Abbas AK, Lichtman AH, Pillai S. Cellular and Molecular Immunology. 8th edition. Saunders; 2014.*

La citometría de flujo es una técnica de laboratorio que permite analizar y clasificar células u otras partículas pequeñas en suspensión a medida que pasan a través de un haz de luz. Cada célula o partícula se caracteriza por su tamaño, forma y contenido de fluorescencia, lo que permite identificar y cuantificar diferentes poblaciones celulares y sus propiedades.

La citometría de flujo utiliza un haz de luz laser para iluminar las células en suspensión mientras pasan a través del detector. Los componentes celulares, como el ADN y las proteínas, pueden ser etiquetados con tintes fluorescentes específicos que emiten luz de diferentes longitudes de onda cuando se excitan por el haz de luz laser.

Esta técnica es ampliamente utilizada en la investigación y el diagnóstico clínico, especialmente en áreas como la hematología, la inmunología y la oncología. La citometría de flujo puede ser utilizada para identificar y contar diferentes tipos de células sanguíneas, detectar marcadores específicos de proteínas en células individuales, evaluar el ciclo celular y la apoptosis, y analizar la expresión génica y la activación de vías de señalización intracelular.

En resumen, la citometría de flujo es una técnica de análisis avanzada que permite caracterizar y clasificar células u otras partículas pequeñas en suspensión basándose en su tamaño, forma y contenido de fluorescencia. Es una herramienta poderosa en la investigación y el diagnóstico clínico, especialmente en áreas relacionadas con la hematología, la inmunología y la oncología.

Las infecciones del sistema respiratorio (ISR) se refieren a un grupo diverso de enfermedades infecciosas que afectan los órganos y tejidos involucrados en el proceso de la respiración. Esto incluye nariz, garganta, bronquios, bronquiolos, pulmones y pleura (membrana que recubre los pulmones).

Las ISR pueden ser causadas por una variedad de agentes patógenos, incluidos virus, bacterias, hongos y parásitos. Algunos de los ejemplos más comunes son el resfriado común (generalmente causado por virus), la bronquitis (que a menudo es causada por bacterias o virus), neumonía (puede ser causada por bacterias, virus u hongos) y la tuberculosis (causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis).

Los síntomas varían dependiendo de la gravedad e incluso del tipo específico de infección. Sin embargo, algunos síntomas generales incluyen tos, producción de moco, dificultad para respirar, dolor de pecho, fiebre, fatiga y malestar general.

El tratamiento depende del agente causal y la gravedad de la infección. Puede incluir medicamentos como antibióticos (para las infecciones bacterianas), antivirales (para las infecciones virales) o antifúngicos (para las infecciones fúngicas). El manejo también puede involucrar medidas de soporte, como oxígeno suplementario o hidratación intravenosa. La prevención es crucial y se logra mediante vacunaciones regulares, una buena higiene personal y evitar el humo del tabaco y otros contaminantes ambientales.

Los trastornos linfoproliferativos (TLP) son un grupo de enfermedades que se caracterizan por una proliferación anormal o desregulada de células del sistema linfático, que incluyen linfocitos B, linfocitos T y células NK (natural killer). Estos trastornos pueden afectar a los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, la médula ósea y otros órganos.

Los TLP se clasifican en diferentes categorías según su presentación clínica, histopatológica y genética. Algunas de las categorías incluyen:

1. Trastornos linfoides benignos: Estos trastornos son reversibles y no tienen potential oncogénico. Incluyen enfermedades como la reacción inflamatoria aguda, la hiperplasia reactiva y el linfoma linfocítico cutáneo benigno.
2. Trastornos linfoides preneoplásicos: Estos trastornos tienen un potencial oncogénico intermedio y pueden evolucionar a neoplasias linfoides. Incluyen enfermedades como la leucemia linfocítica crónica de células B, la enfermedad de Castleman y el síndrome de activación de Linfocitos T.
3. Trastornos linfoides malignos: Estos trastornos son neoplásicos y se caracterizan por una proliferación clonal de células linfoides. Incluyen enfermedades como el linfoma no Hodgkin, el linfoma de Hodgkin y la leucemia linfocítica aguda.

Los TLP pueden presentarse con una variedad de síntomas clínicos, dependiendo del tipo y la extensión de la enfermedad. Los síntomas más comunes incluyen ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso y fatiga. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de examen físico, análisis de sangre, estudios de imagen y biopsia de tejido. El tratamiento depende del tipo y la etapa de la enfermedad y puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida y trasplante de células madre.

Los subgrupos linfocitarios son categorías específicas de células inmunes llamadas linfocitos, que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Los linfocitos se dividen principalmente en dos tipos: linfocitos T y linfocitos B. Los linfocitos T se subdividen adicionalmente en varios subgrupos basados en su fenotipo y función, que incluyen:

1. Linfocitos T helper (Th): también llamados CD4+ T cells, desempeñan un papel importante en la activación y regulación de otras células inmunes. Se subdividen en varios subgrupos adicionales, como Th1, Th2, Th17 y Tfh, cada uno con funciones específicas.

2. Linfocitos T citotóxicos (Tc): también llamados CD8+ T cells, son responsables de destruir células infectadas o cancerosas directamente.

3. Linfocitos T supresores o reguladores: ayudan a moderar la respuesta inmunitaria y previenen la activación excesiva del sistema inmune.

4. Linfocitos T de memoria: después de una infección, algunos linfocitos T se convierten en células de memoria que pueden responder rápidamente a futuras exposiciones al mismo patógeno.

Los linfocitos B también tienen subgrupos basados en su función y fenotipo, como células B de memoria, células plasmáticas y células B reguladoras. La identificación y el análisis de estos subgrupos linfocitarios son importantes para comprender los mecanismos del sistema inmune y desarrollar terapias inmunológicas efectivas.

La infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH, por sus siglas en inglés) es una afección médica causada por un virus que ataca al sistema inmunitario y gradualmente debilita su capacidad de combatir las infecciones y ciertos tipos de cáncer. El VIH se transmite mediante contacto con fluidos corporales infectados, como la sangre, el semen, los líquidos vaginales y la leche materna.

La infección avanza a través de tres etapas principales:

1. La fase aguda de infección por VIH: Durante este período, que ocurre aproximadamente un mes después de la exposición al virus, las personas pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, fatiga, dolores musculares y erupciones cutáneas. Sin embargo, algunas personas no presentan síntomas en absoluto.

2. La etapa clínica asintomática: Después de la fase aguda, el virus continúa multiplicándose pero a un ritmo más lento. Durante este tiempo, las personas infectadas con VIH pueden no mostrar ningún síntoma y sentirse bien durante muchos años. Sin embargo, el virus sigue destruyendo células CD4+ (glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico) y continúa debilitando el sistema inmunitario.

3. SIDA: El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es la etapa final y más avanzada de la infección por VIH. Se diagnostica cuando el recuento de células CD4+ disminuye a 200 células/mm3 o menos, o si se desarrollan ciertas infecciones o cánceres relacionados con el SIDA. En esta etapa, las personas infectadas con VIH corren un mayor riesgo de contraer enfermedades graves y potencialmente mortales.

El tratamiento antirretroviral altamente activo (TARAA) puede ayudar a controlar el virus y prevenir la progresión de la infección por VIH a SIDA. El TARAA implica tomar una combinación de medicamentos contra el VIH que funcionan juntos para reducir la cantidad del virus en el cuerpo, lo que permite que el sistema inmunológico se recupere y funcione mejor. Con un tratamiento adecuado y oportuno, las personas infectadas con VIH pueden vivir una vida larga y saludable.

La inmunodeficiencia común variable (IDCV) o variable común (IDVC) es un grupo heterogéneo de trastornos que se caracterizan ... Common Variable Immunodeficiency Disorders». The Journal of Allergy and Clinical Immunology: In Practice (en inglés) 4 (1): 38- ... Common Variable Immunodeficiency: Epidemiology, Pathogenesis, Clinical Manifestations, Diagnosis, Classification, and ...
Inmunodeficiencia común variable (IDCV) - Etiología, fisiopatología, síntomas, signos, diagnóstico y pronóstico de los Manuales ... Signos y síntomas de la inmunodeficiencia común variable Los pacientes con inmunodeficiencia común variable (IDCV) tienen ... La inmunodeficiencia variable común (IDVC) es un trastorno de inmunodeficiencia primaria Inunodeficienciencias primarias Los ... La inmunodeficiencia común variable (IDCV) se parece a la agammaglobulinemia ligada al X Agammaglobulinemia ligada al X La ...
Base celular y molecular de la Inmunodeficiencia Común Variable.. Y además. Este grupo de investigación puede ofrecer los ...
Inmunodeficiencia Común Variable. *Síndrome de DiGeorge. *Deficiencia De Adhesión Leucocitaria. *Trastornos Linfoproliferativos ... Trastornos Hereditarios del Sistema Inmunológico - Inmunodeficiencia Combinada Severa (SCID) *SCID con Deficiencia de Adenosina ...
Una enfermedad genética con la que nació, como el trastorno de inmunodeficiencia común variable ... Es posible que necesite una prueba de inmunoglobulinas si su inmunodeficiencia es hereditaria, o si su profesional de la salud ... Si tiene muy pocas inmunoglobulinas, usted tiene una inmunodeficiencia.. En general, los síntomas de niveles bajos de ...
Inmunodeficiencia primaria moderada o grave (p. ej., la enfermedad de inmunodeficiencia común variable, la inmunodeficiencia ...
Inmunodeficiencia variable común.. Comentario:. La respuesta correcta es la 1. El síndrome de Wiskott-Aldrich asocia ... inmunodeficiencia, trombopenia y dermatitis atópica con el estudio inmunológico descrito en el enunciado. ...
IF-20.. ESTUDIO DE MORBILIDAD NO INFECCIOSA EN PACIENTES CON INMUNODEFICIENCIA COMÚN VARIABLE ... IF-10.. MANIFESTACIONES AUTOINMUNES DE LA INMUNODEFICIENCIA COMÚN VARIABLE Y SU TRATAMIENTO ...
Manifestaciones gastrointestinales y hepatobiliares en pacientes con inmunodeficiencia común variable: a propósito de 3 casos ... Ambos agentes tienen en común: tiempo de replicación lento, infección primaria muchas veces asintomática y diseminación silente ...
La causa subyacente tanto de su CEP como de su cáncer era la inmunodeficiencia variable común. Un trasplante de médula ósea ...
Esto abre la puerta a que se investiguen nuevas terapias contra la inmunodeficiencia variable común y otros trastornos. ... Por qué la inmunodeficiencia afecta solo a un gemelo idéntico. 1 abril 2022 11:44 ...
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Caracterización de los linfocitos NKT invariantes en sangre periférica de pacientes con inmunodeficiencia común variable Lucía ... La anormalidad celular más común es la carencia de linfocitos B (LB) de cambio de isotipo ..." ...
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... inmunodeficiencia variable comun; deficiencias selectivas de subclase de IgA, IgM e IgG; e inmunodeficiencia adquirida por ... inmunodeficiencia variable comun; deficiencias selectivas de subclase de IgA, IgM e IgG; e inmunodeficiencia adquirida por ... Los esquemas mas comunes son macrolidos (azitromicina, 500 mg tres veces por semana; eritromicina, 500 mg cada 12 h), dosis ... Los esquemas mas comunes son macrolidos (azitromicina, 500 mg tres veces por semana; eritromicina, 500 mg cada 12 h), dosis ...
Inmunodeficiencia común variable: también conocida como inmunodeficiencia humoral. La inmunodeficiencia común variable es un ... La inmunodeficiencia común variable también se asocia con un mayor riesgo de desarrollar trastornos autoinmunes, enfermedades ... Las causas subyacentes de la inmunodeficiencia común variable se desconocen en gran medida. Los pacientes con esta afección son ... Algunos de estos casos eventualmente progresan a inmunodeficiencia común variable. El tratamiento implica antibióticos ...
Pacientes con déficit de IgA o inmunodeficiencia común variable.. *Niños menores de 2 años. ... Que los niños menores de dos años pueden padecer una inmunodeficiencia transitoria que condicione también esta situación ( ... En ellos su prevalencia es variable, pero oscila entre un 2-5%. ... como puede ser la EC o déficit congénito que es el menos común ... negativo de la serología en un paciente con sospecha fundada de EC representa un desafío clínico ya que un porcentaje variable ...
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Un estudio identifica la causa genética en pacientes con inmunodeficiencia común variable ... de uso común y lectura mecánica, cuando técnicamente fuera posible. 5. Derecho a no ser objeto de una decisión basada ...
"Sufre de una condición llamada enfermedad común variable de inmunodeficiencia, ¿qué significa esto? Sus glóbulos blancos no son ... "Sufre de una condición llamada enfermedad común variable de inmunodeficiencia, ¿qué significa esto? Sus glóbulos blancos no son ...
También permitirá excluir desórdenes como lupus eritematoso sistémico, inmunodeficiencia variable común, síndrome ... Como las especies de un mismo género tienen por lo común -aunque no, en modo alguno, constantemente- mucha semejanza en ... En Australia, la abeja común importada está exterminando rápidamente la abeja indígena, pequeña y sin aguijón. Se ha conocido ... La visión actual de las enfermedades por inmunodeficiencia primaria (IDP) incluye un número creciente de síndromes que están ...
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Las más frecuentes son la inmunodeficiencia común variable (CVID), agammaglobulinemia ligada al X (XLA), síndrome de híper IgM ... 4 deficiencias aisladas de IgG y una inmunodeficiencia común variable. No se observaron diferencias significativas al comparar ... The most frequent are the common variable immunodeficiency (CVID), X-linked agammaglobulinaemia (XLA), hyper IgM syndrome (HIgM ... Se identificaron casos de DPA cuyas frecuencias concuerdan con datos de otros países con DIgA y CVID como las más comunes. Es ...
La EPIGL es una complicación no infecciosa que se desarrolla en pacientes con Inmunodeficiencia Común Variable y se relaciona ... en pacientes afectos de Inmunodeficiencia Común Variable (ICDV), que integra y considera al mismo tiempo parámetros clínicos, ...

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