Acumulación de sangre en el ESPACIO SUBDURAL entre la DURAMADRE y la capa aracnoidea de las MENINGES. Esta afección se produce principalmente sobre la superficie de un HEMISFERIOR CEREBRAL, pero puede desarrollarse en el conducto raquídeo (HEMATOMA SUBDURAL RAQUÍDEO). Puede clasificarse el hematoma subdural de forma aguda y de forma crónica, con un comienzo de síntomas inmediato o tardío, respectivamente. Los síntomas pueden incluir pérdida de conciencia, CEFALEA intensa y deterioro del estado mental.
Cavidad potencial que separa la ARACNOIDES de la DURAMADRE.
Acumulación de sangre en el ESPACIO SUBDURAL con comienzo tardío de los síntomas neurológicos. Los síntomas pueden incluir pérdida de conciencia, CEFALEA intensa y deterioro del estado mental.
Colección de sange fuera de los VASOS SANGUÍNEOS. El hematoma puede estar localizado en un órgano, un espacio o un tejido.
Acumulación de sangre en el ESPACIO SUBDURAL con comienzo agudo de síntomas neurológicos. Los síntomas pueden incluir pérdida de conciencia, CEFALEA intensa y deterioro del estado mental.
Proceso supurativo intracraneal o raramente intraespinal que invade al espacio que se encuentra entre la superficie interna de la DURAMADRE y la superficie externa de la ARACNOIDES.
Salida y acumulación de LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO en el espacio subdural que puede asociarse con un proceso infeccioso; TRAUMAS CRANEOCEBRALES; HIPOTENSIÓN INTRACRANEAL; y otras afecciones.
Acumulación de sangre en el ESPACIO EPIDURAL entre el CRÁNEO y la DURAMADRE, con frecuencia como consecuencia de hemorragia de las ARTERIAS MENÍNGEAS asociadas con fractura del hueso temporal o del hueso parietal. El hematoma epidural tiende a expandirse rápidamente, comprimiendo la duramadre y localizándose por debajo del encéfalo. Las características clínicas pueden incluir CEFALEA, VÓMITOS, HEMIPARESIA y alteración de la función mental.
HEMATOMA SUBDURAL del CONDUCTO ESPINAL.
Estructura larga casi cilíndrica, alojada en el conducto vertebral y que se extiende desde el agujero magno en la base del cráneo hasta la parte superior de la región lumbar. Componente del sistema nervioso central, la médula del adulto tiene un diámetro aproximado de 1 cm y una longitud media de 42 a 45 cm. La médula conduce impulsos desde y hacia el encéfalo, y controla numerosos reflejos. Tiene un núcleo central de sustancia gris formado principalmente por células nerviosas, y está rodeada por tres membranas meníngeas protectoras: duramadre, aracnoides y piamadre. La médula es una prolongación del bulbo raquídeo y termina cerca de la tercera vértebra lumbar. (Diccionario Mosby. 5a ed. Madrid: Harcourt España, 2000, p.795)
Un hematoma epidural raro en el espacio epidural espinal, generalmente debido a una malformación vascular (MALFORMACIONES VASCULARES del SISTEMA NERVIOSO CENTRAL) o TRAUMA. El hematoma epidural espinal espontánea es una emergencia neurológica debida a un rápido desarrollo de MIELOPATIA COMPRESIVA.
Acumulación de sangre en el ESPACIO SUBDURAL sobre el HEMISFERIO CEREBRAL.
Lesiones penetrantes y no penetrantes de la médula espinal resultantes de fuerzas traumáticas externas (ejemplo, HERIDAS, HERIDAS DE ARMAS DE FUEGO; LESIONES POR LÁTIGO; etc.).
Cualquier operación sobre el cráneo; incisión de cráneo. (Dorland, 28a ed)
La más externa de las tres MENINGES, una membrana fibrosa de tejido conjuntivo que rodea al encéfalo y a la médula espinal.
Tomografía que utiliza transmisión de rayos x y un algoritmo de computador para reconstruir la imagen.
Lesiones traumáticas que afectan las estructuras craneales e intracraneales (es decir, CEREBRO, NERVIOS CRANEALES; MENINGES; y otras estructuras). Las lesiones pueden clasificarse de acuerdo a si exite penetración del cráneo o no (es decir, penetrante vs. no penetrante) o si hay asociada una hemorragia.
Hemorragia en uno o ambos HEMISFERIOS CEREBRALES con inclusión de los GANGLIOS BASALES y de la CORTEZA CEREBRAL. Se asocia con frecuencia con HIPERTENSIÓN y TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO.
Cavidades intracraneales o espinales que contienen un líquido semejante al cefalorraquídeo, cuyas paredes están constituidas por células aracnoideas. Están frecuentemente relacionadas con el desarrollo o con un trauma. Los quistes aracnoideos intracraneales ocurren usualmente adyacentes a la cisterna aracnoidea y pueden presentarse con HIDROCEFALIA; CEFALEA; CONVULSIONES; y signos neurológicos focales. (Traducción libre del original: Joynt, Clinical Neurology, 1994, Ch44, pp105-115)
Afecciones que se caracterizan por daños o disfunción de la MÉDULA ESPINAL, entre los que se incluyen trastornos en los que participan las meninges y los espacios perimeníngeos que rodean a la médula espinal. Las lesiones traumáticas, enfermedades vasculares, infecciosas y procesos inflamatorios/autoinmunes pueden afectar a la médula espinal.
Lesiones traumáticas del cráneo donde no se compromete su integridad y en la que no hay fragmentos óseos u otros objetos que penetren en el cráneo y en la dura madre. Estas se producen frecuentemente por lesiones mecánicas que se transmiten a las estructuras intracraneales que pueden producir lesiones cerebrales traumáticas, hemorragias, o lesiones de los nervios craneales.
Procedimiento en el que un anestésico se inyecta directamente en la médula espinal.
Afecciones agudas y crónicas que se caracterizan por compresión mecánica externa de la MÉDULA ESPINAL producidas por neoplasias extramedulares; ABCESOS EPIDURALES; FRACTURAS DE LA COLUMNA VERTEBRAL; deformaciones óseas de los cuerpos cerebrales; y otras afecciones. Las manifestaciones clínicas varían con el sitio anatómico de la lesión y pueden incluir dolor localizado, debilidad, pérdida sensorial, incontinencia e impotencia.
Introducción de agentes terapéuticos en la región de la columna utilizando una aguja y una jeringa.
Cirugía que se realiza en el sistema nervioso o sus partes.
Eliminación de un disco circular del cráneo.
Método no invasivo para demostrar la anatomía interna basado en el principio de que los núcleos atómicos bajo un campo magnético fuerte absorben pulsos de energía de radiofrecuencia y la emiten como radioondas que pueden reconstruirse en imágenes computarizadas. El concepto incluye las técnicas tomografía del spin del protón.
Delicada membrana que rodea al encéfalo y médula espinal. Está situada entre la PIAMADRE y la DURAMADRE. Está separada de la piamadre por el espacio subaracnoideo, ocupado por el LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO.
Treinta y un pares de nervios periféricos formados por la unión de las raíces espinales dorsales y ventrales provenientes de cada segmento de la médula espinal. También se incluyen los plexos de los nervios espinales y las raíces espinales.
Reducción de la presión del LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO, que se caracteriza clínicamente por CEFALEA que es máxima en posición de pie y ocasionalmente por parálisis del nervio abducente (ver ENFERMEDADES DEL NERVIO ABDUCENTE), rigidez de nuca, SORDERA, NÁUSEAS y otros síntomas. Este estado puede ser espontáneo o secundario a PUNCIÓN ESPINAL, PROCEDIMIENTOS NEUROQUIRÚRGICOS, DESHIDRATACIÓN, UREMIA, trauma (ver también TRAUMATISMOS CRANEOCEREBRALES) y otros procesos. La hipotensión crónica puede asociarse a HEMATOMA SUBDURAL o higromas (Traducción libre del original: Semin Neurol 1996 Mar;16(1):5-10; Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp637-8).
Una condición clínica que resulta de las lesiones físicas y psicológicas reiteradas infligidas en un niño por los padres o cuidadores.
Extracción de líquidos o descargas desde el cuerpo, como desde una herida, úlcera o cavidad.
Procesos patológicos que afectan a la columna vertebral.
La cavidad dentro de la COLUMNA VERTEBRAL a través del cual pasa la MÉDULA ESPINAL.
Fracturas del cráneo que pueden producirse por lesiones de la cabeza, penetrantes o no penetrantes, o raramente por ENFERMEDADES ÓSEAS (ver también FRACTURAS, ESPONTÁNEAS). Las fracturas de cráneo pueden clasificarse por su localización (ejemplo, FRACTURAS DE CRÁNEO, BASILAR), apariencia radiológica (ejemplo, lineal), o basada en la integridad del cráneo (ejemplo, FRACTURA DE CRÁNEO, DEPRIMIDA).
Neoplasias benignas y malignas que ocurren dentro de la sustancia de la médula espinal (neoplasias intramedulares) o en el espacio entre la dura y la médula espinal (neoplasia extramedular intradural). La mayoría de los tumores espinales intramedulares son neoplasias primarias del SNC incluidos ASTROCITOMA; EPENDIMOMA; y LIPOMA. Las neoplasias intramedulares a menudo están asociados con SIRINGOMIELIA. Los tipos histológicos más frecuentes de tumores intradural-extramedular son MENINGIOMA y NEUROFIBROMA.
Lesiones cerebrales producto de la agitación vigorosa de un niño o bebé tomado por el tórax, hombros, o extremidades que causan una extrema aceleración craneal. Se caracteriza por las hemorragias intracraneales e intraoculares sin evidente trauma externo. Los casos graves pueden terminar en muerte.
Escala que evalúa la respuesta a estímulos en pacientes con lesiones cráneocerebrales. Los parámetros son la apertura de los ojos, la respuesta motora y la respuesta verbal.
Haces pares de FIBRAS NERVIOSAS que entran y salen en cada segmento de la MÉDULA ESPINAL. Las raíces nerviosas dorsales y ventrales se unen para formar los nervios espinales mixtos de los segmentos. Las raíces dorsales son, generalmente, aferentes formadas por las proyecciones centrales de las células sensoriales de los ganglios espinales (raíz dorsal) y las raíces ventrales eferentes compuestas por los axones de las FIBRAS AUTÓNOMAS PREGANGLIONARES y motoras espinales.
Procedimiento quirúrgico destinado a extirpar toda una lámina vertegral seleccionada (laminectomía) o parte de ella (laminotomía) para reducir la presión de la MÉDULA ESPINAL, de las RAÍCES NERVIOSAS ESPINALES o de ambas. La lámina vertebral es la fina pared posterior aplanada del arco vertebral que forma el agujero vertebral a través del cual pasan la médula espinal y las raíces nerviosas.
Compartimiento infratentorial que contiene al CEREBELO y el TRONCO ENCEFÁLICO. Está formado por el tercio posterior de la superficie superior del cuerpo del hueso esfenoides (HUESO ESFENOIDES), el occipital, las porciones petrosa y mastoide del HUESO TEMPORAL y el ángulo posteroinferior del HUESO PARIETAL.
Tumores y cáncer localizados en la columna vertebral.
Estrechamiento del canal espinal.
Hemorragia en el interior de uno o ambos HEMISFERIOS CEREBRALES debida a traumatismo. La hemorragia puede afectar a cualquier parte de la CORTEZA CEREBRAL y a los GANGLIOS BASALES. Dependiendo de la intensidad de la hemorragia, las características clínicas pueden incluir CONVULSIONES, AFASIA, TRASTORNOS VISUALES, TRASTORNOS DEL MOVIMIENTO, PARÁLISIS y COMA.
Intervención quirúrgica para reducir la presión de un compartimiento corporal. (Dorland, 28a ed)
Inmovilización o anquilosis quirúrgica de dos o más vértebras, por fusión de los cuerpos vertebrales con un corto injerto óseo o habitualmente con discectomia o laminectomía.
El espacio entre la membrana aracnoides y PIAMADRE, llenos de LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO. Contiene grandes vasos sanguíneos que irrigan el CEREBRO y la MÉDULA ESPINAL.
Disminución o la eliminación espontánea de una enfermedad en el tiempo, sin un tratamiento formal.
Sangrado en el interior del CRÁNEO, que incluye hemorragias en el encéfalo y en las tres membranas de las MENINGES. El escape de sangre lleva con frecuencia a la formación de un HEMATOMA en los espacios epidural, subdural y subaracnoideo del cráneo.
Conductores eléctricos colocados quirúrgicamente cuya ESTIMULACIÓN ELÉCTRICA que entregan se registra desde un punto específico dentro del cuerpo.
Sintoma de DOLOR en la región craneal. Puede ser un síntoma aislado y benigno o una manifestación de una gran variedad de TRASTORNOS DE CEFALALGIA.
Presencia de aire o gas dentro de la cavidad intracraneal (ejemplo, espacio epidural, espacio subdural, intracerebral, etc.) lo que puede producir lesiones traumáticas, formación de un tracto de fístula, erosiones del cráneo por NEOPLASIAS o infecciones, PROCEDIMIENTOS NEUROQUIRÚRGICOS, y otras situaciones.
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Muerte resultante de la presencia de una enfermedad en un individuo, tal y aparece en un reporte de un solo caso o un número limitado de pacientes. Debe diferenciarse de MUERTE, el cese fisiológico de la vida y de MORTALIDAD, un concepto epidemiológico o estadístico.
Traumatismos que afectan la columna vertebral.
Procesos patológicos que afectan a los pacientes después de un procedimiento quirúrgico. Pueden o no estar relacionados a la enfermedad por la cual se realiza la cirugía y pueden o no ser el resultado directo de la cirugía.
Colección circunscrita de exudado purulento en el cerebro, producida por bacterias u otras infecciones. La mayoría son causadas por diseminación de material infectado desde un foco de supuración en cualquier parte del cuerpo, principalmente los SENOS PARANASALES, OÍDO MEDIO), CORAZÓN (ver también ENDOCARDITIS BACTERIANA) y PULMÓN. Este estado también puede estar asociado con TRAUMA CRANEOCEREBRAL penetrante y PROCEDIMIENTOS NEUROQUIRÚRGICOS. Las manifestaciones clínicas incluyen CEFALEA, CONVULSIONES, déficits neurológicos focales y alteraciones de la conciencia (Traducción libre del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp712-6).
Una de una serie de bandas de tejido elástico amarillo (del latín flavum) que se extiende entre las porciones ventrales de las láminas de dos vértebras adyacentes a las cuales está fijada, desde la unión del axis y la tercera vértebra cervical hasta la unión de la quinta vértebra lumbar y el sacro. Contribuyen a mantener o recobrar la posición erecta y sirven para cerrar los espacios entre los arcos. (Dorland, 27th ed)
Las tres membranas que rodean al ENCÉFALO y la MÉDULA ESPINAL. Son la duramadre, la piamadre y la aracnoides.
Grupo de trastornos que se caracterizan por degeneración progresiva de las neuronas motoras de la médula espinal lo que genera debilidad y atrofia muscular, usualmente sin evidencias de lesión de los tractos corticoespinales. Entre las enfermedades de esta categoría se incluyen la enfermedad de Werdnig-Hoffmann y las ATROFIAS MUSCULARES ESPINALES DE LA INFANCIA de comienzo tardío, la mayoría de las cuales son hereditarias. La variante que comienza en la edad adulta se conoce como atrofia muscular progresiva.
Las siete primeras VERTEBRAS de la COLUMNA VERTEBRAL, la cual corresponde a las VERTEBRAS del CUELLO.
Punción del espacio subaracnoideo en la región lumbar, entre la tercera y cuarta vértebra lumbar.
Escala que evalua el resultado de lesiones craneocerebrales graves, basada en el nivel de la función social recuperada.
Cefalea secundaria atribuida a la disminución de la presión del LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO causada por la PUNCIÓN ESPINAL, generalmente tras punción de la dura o lumbar.
Radiografía del sistema vascular del cerebro luego de la inyección de un medio de contraste.
VERTEBRAS en la región inferior de la ESPALDA por debajo de las VERTEBRAS TORÁCICAS y por encima de la SACRAS VERTEBRAS.
Región de la espalda incluyendo las VERTEBRAS LUMBARES, el SACRO y las estructuras cercanas.
Sangrado que se localiza en el interior del ESPACIO SUBARACNOIDEO, consecuencia fundamentalmente de la rotura de un ANEURISMA INTRACRANEAL. Puede producirse después de lesiones traumáticas (HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA TRAUMÁTICA). Las características clínicas incluyen CEFALEA, NAÚSEA, VÓMITOS, rigidez de nuca, déficits neurológicos variables y reducción del estado mental.
Visualización por rayos x de la médula espinal luego de la inyección de medio de contraste en el espacio aracnóideo espinal.
Lesiones agudas y crónicas (ver también LESIÓN ENCEFÁLICA CRÓNICA) del encéfalo, incluidos los hemisferios cerebrales, CEREBELO, y TRONCO ENCEFÁLICO. Las manifestaciones clínicas dependen de la naturaleza de la lesión. Un trauma difuso al encéfalo se asocia con frecuencia a la LESIÓN AXONAL DIFUSA o al COMA POSTRAUMÁTICO. Las lesiones localizadas pueden asociarse con MANIFESTACIONES NEUROCONDUCTUALES; HEMIPARESIAS, u otras alteraciones neurológicas focales.
Salida de material diagnóstico o terapéutico desde los vasos que se introduce en el tejido o la cavidad corporal que lo rodea.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Flujo sanguíneo reducido a la médula espinal que se suministra por la arteria espinal anterior y las arterias espinales posteriores. Esta afección puede asociarse con ARTERIOESCLEROSIS, trauma, émbolos, enfermedades de la aorta, y otras enfermedades. La isquemia prolongada puede llevar al INFARTO del tejido de la médula espinal.
Inyección de sangre autóloga en el espacio epidural, bien sea como tratamiento profiláctico inmediatamente después de una punción epidural o para el tratamiento de la cefalea que se produce como consecuencia de la punción epidural.
Dispositivos que detectan las imágenes de rayos x que hacen que una imagen enfocada de las estrucutras del cuerpo descanse en un plano predeterminado desde donde su computarizan imágenes más complejas.
Ganglios sensoriales localizados en la raíces dorsales espinales de la columna vertebral. Las células de los ganglios espinales son pseudounipolares. La ramificación primaria única se bifurca para enviar un proceso periférico que lleva la información sensorial desde la periferia y una rama central, la cual transmite esa información hacia la médula espinal o el cerebro.
Un grupo de doce VERTEBRAS conectadas a las costillas que apoyan la región superior del tronco.
Sangramiento de los vasos de la retina.
Pérdida severa o completa de la función motora en las extremidades inferiores y en las porciones inferiores del tronco. Esta afección se asocia a menudo con ENFERMEDADES DE LA MÉDULA ESPINAL, aunque también pueden ocasionarla ENFERMEDADES CEREBRALES; ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO; ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES; y ENFERMEDADES MUSCULARES pueden ocasionar también debilidad bilateral de las piernas.
Remoción de secreciones, gas o líquido de órganos huecos o tubulares, o cavidades, mediante un tubo o dispositivo que actúa a base de presión negativa.
Canal estrecho del MESENCÉFALO que conecta al tercero y cuarto VENTRÍCULOS CEREBRALES.
Hemorragia en el interior de las regiones subcorticales de los hemisferios cerebrales (GANGLIOS BASALES). Se asocia con frecuencia con HIPERTENSIÓN o MALFORMACIONES ARTERIOVENOSAS. Las manifestaciones clínicas pueden incluir CEFALEA, DISCINESIAS y HEMIPARESIA.
Acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo dentro del cráneo el cual puede asociarse a dilatación de los ventrículos cerebrales, HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL; CEFALEA; letargia; INCONTINENCIA URINARIA; y ATAXIA.
Desgarro o ruptura de un órgano, vaso u otra parte blanda del cuerpo, que ocurre en ausencia de una fuerza externa.
Especialidad quirúrgica que se ocupa del tratamiento de las enfermedades y desórdenes del cerebro, médula espinal y sistema nervioso simpático.
Neoplasias de la parte ósea del cráneo.
Fractura de cráneo que se caracteriza porque existe depresión de un fragmento o sección del hueso del cráneo, que a menudo comprime al cerebro y a la dura madre que están debajo. Las fracturas craneales con depresión, que se caracterizan por poseer heridas en la piel que se comunican con fragmentos de cráneo, se conocen como fracturas craneales compuestas deprimidas.
Trauma mecánico o anóxico que sufre un recién nacido durante el parto o el nacimiento.
Columna vertebral o espinal.
Enfermedades que tienen una o más de las siguientes características: son permanentes, dejan incapacidad residual, son causadas por alteración patológica no reversible, requieren entrenamiento especial del paciente para rehabilitación, se puede esperar requerer un largo periodo de supervisión, observación o atención.
Neuronas que activan CÉLULAS MUSCULARES.
Parte del SISTEMA NERVIOSO CENTRAL contenida dentro del CRÁNEO. Procedente del TUBO NEURAL, el encéfalo embrionario consta de tres partes principales: PROSENCÉFALO (cerebro anterior), MESENCÉFALO (cerebro medio) y ROMBENCÉFALO (cerebro posterior). El encéfalo desarrollado consta de CEREBRO, CEREBELO y otras estructuras del TRONCO ENCEFÁLICO.
Enfermedad relativamente grave de corta duración.
Un gran músculo aplanado que se extiende a todo lo largo del abdómen y hacia ambos lados. Posibilita la flexión de la columna vertebral, en particular la porción lumbar; también tensa la pared abdominal anterior y participa en la compresión del contenido abdominal. Es sitio frecuente de hematomas.Con frecuencia se utiliza en la cirugía reconstructiva para crear, colgajos miocutaneos.(Gray's Anatomy, 30th American ed, p491)
Ejecución por vía quirúrgica de una apertura en el ventrículo cerebral.
Osteítis o caries de las vértebras, ocurren usualmente como complicación de la tuberculosis en los pulmones.
Tubos que se insertan para crear una comunicación entre el ventrículo cerebral y la vena yugular interna. Su emplazamiento permite el drenaje del líquido cerebroespinal par aliviar la hidrocefalia u otras condiciones que provoquen acumulación de líquido en los ventrículos.
Elementos de intervalos de tiempo limitados, que contribuyen a resultados o situaciones particulares.
Compartimento que contiene los extremos anteriores y la mitad de la superficie inferior de los lóbulos temporales(LÓBULO TEMPORAL)de los hemisferios cerebrales. Situado en la parte posterior e inferior de la FOSA CRANEAL ANTERIOR, está formada por parte del HUESO TEMPORAL y el HUESO ESFENOIDES. Esta separada de la FOSA CRANEAL POSTERIOR por crestas formadas por los bordes superiores de las partes petrosas de los huesos temporales.
Accidentes en las calles, caminos, carreteras que involucren a conductores, pasajeros, peatones o vehículos. Los accidentes de tránsito se refieren a los AUTOMÓVILES (carros de pasajeros, autobuses y camiones), BICICLETAS y MOTOCICLETAS, pero no a los VEHÍCULOS MOTORIZADOS RECREACIONALES, TRENES o vehículos para la nieve.
Parte posterior y base del CRÁNEO que encierra el FORAMEN MAGNO.
Afecciones que se caracterizan por descargas neuronales paroxísticas y recurrentes que surgen en una región focal del cerebro. Las convulsiones parciales se dividen en simples y complejas, dependiendo de si se altera (convulsión parcial compleja) o no, la conciencia (convulsión parcial simple). Ambos tipos pueden presentar una amplia variedad de síntomas motores, sensoriales, y autonómicos. Las convulsiones parciales pueden clasificarse por las características clínicas asociadas o por la localización anatómica del foco convulsivo. Una convulsión secundaria generalizada se refiere a una convulsión parcial que se extiende para afectar difusamente al cerebro .
Procesos neoplásicos benignos y malignos que surgen en las meninges o que secundariamente involucran a las cubiertas meníngeas del cerebro y de la médula espinal.
Agentes que previenen la coagulación.
Desgarro o estallido de la pared debilitada de un saco aneurismático, que suele acompañarse de súbito e intensísimo dolor. El mayor riesgo de la rotura de un aneurisma es la gran cantidad de sangre que se vierte en los tejidos y cavidades vecinas, lo que causa SHOCK HEMORRÁGICO.
Neoplasia del SISTEMA NERVIOSO CENTRAL, relativamente común, que procede de las células aracnoideas. La mayoría son tumores vasculares bien diferenciados que crecen lentamente y que tienen un bajo potencial invasivo, aunque existen subtipos malignos. Los meningiomas tienen predilección a originarse en la región parasagital, la convexidad cerebral, el puente esfenoidal, el bulbo olfatorio y el CONDUCTO VERTEBRAL (Adaptación del original: DeVita et al., Cancer: Principles and Practice of Oncology, 5th ed, pp2056-7).
Espacio entre la duramadre y las paredes del canal vertebral.
Presión dentro de la cavidad craneana. Esta influenciada por la masa cerebral, el sistema circulatorio, la dinámica del LCR y la rigidez del cráneo.
Bolsa externo anormal en la pared de los vasos sanguíneos intracraneales. Los aneurismas saculares son la variante más común y tienden a formarse en los puntos de ramificación arterial en el POLÍGONO DE WILLIS en la base del encéfalo. La rotura vascular da lugar a HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA o HEMORRAGIA INTRACRANEAL. Los aneurismas gigantes (mayores que 2,5 cm de diámetro) pueden comprimir las estructuras adyacentes, como el NERVIO OCULOMOTOR. (Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, p841).
Deformidades de la columna vertebral caracterizada por anormalidades en la flexión de la espina dorsal. Pueden ser de flexión hacia delante (CIFOSIS), hacia atrás (LORDOSIS), o de costado (ESCOLIOSIS).
Incremento de los fluídos intra o extracelulares en el tejido encefálico. El edema encefálico citotóxico (hinchazón debido al incremento del líquido intracelular) indica un trastorno del metabolismo celular, y se asocia comúnmente con lesiones hipóxicas o isquémicas (ver HIPOXIA ENCEFÁLICA). El incremento del líquido extracelular puede ser producido por un incremento de la permeabilidad capilar encefálica (edema vasogénico), gradiente osmótico, bloqueo local en las vías de los líquidos intersticiales, o por obstrucción del flujo del LCR (es decir, HIDROCEFALIA obstructiva).
Radiografía del sistema ventricular del cerebro luego de la inyección de aire o de otro medio de contraste directamente en los ventrículos cerebrales. Se utiliza también para tomografía computarizada por rayos x de los ventrículos cerebrales.
Venas que drenan el cerebro.
Neuronas del ASTA POSTERIOR DE LA MEDULA ESPINAL, cuyos cuerpos celulares y procesos están totalmente confinados en el SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. Ellas reciben terminaciones colaterales o directas de las fibras de la raíz dorsal. Ellas envían sus axones directamente a las CÉLULAS DEL ASTA ANTERIOR o a las fibras longitudinales ascendentes o descendentes de la SUSTANCIA BLANCA.
Presión elevada dentro de la cavidad craneana. Esta puede producirse por varias afecciones, entre las que se incluyen HIDROCEFALIA; EDEMA CEREBRAL; tumores intracraneales; HIPERTENSIÓN sistémica severa; PSEUDOTUMOR CEREBRAL; y otros trastornos.
ESQUELETO de la CABEZA que incluye los HUESOS FACIALES y los huesos que encierran el CEREBRO.
Evaluación de las respuestas y reflejos sensoriales y motores que se utiliza para determinar el deterioro del sistema nervioso.
Trastorno que se caracteriza por episodios recurrentes de paroxismos de disfunción cerebral debido a una descarga neuronal súbita, desordenada y excesiva. Los sistemas de clasificación de la epilepsia se basan generalmente en: (1) las características clínicas de los episodios convulsivos (ejemplo, convulsión motora), (2) etiología (ejemplo, post-traumática), (3) sitio anatómico donde se origina la convulsión (ejemplo, convulsión del lóbulo frontal), (4) tendencia a diseminarse a otras estructuras encefálicas, y (5) patrones temporales (ejemplo, epilepsia nocturna).
Trastorno mental orgánico en el que hay una deficiencia en la capacidad de mantener el estado de conciencia de si mismo y del medio ambiente y de responder a los estímulos ambientales. La disfunción de los hemisferios cerebrales o de la FORMACIÓN RETICULAR del tronco cerebral puede generar esta afección.
Protrusión congénita o adquirida de las meninges, que no se acompaña de tejido neural, a través de un defecto óseo en el cráneo o la columna vertebral.
Pérdida leve a moderada de la función motora bilateral de las extremidades inferiores, lo que puede ser manifestación de ENFERMEDADES DE LA MÉDULA ESPINAL, ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO, ENFERMEDADES MUSCULARES, HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL, lesiones cerebrales parasagitales y otras afecciones.
Caídas causadas por resbalar o tropezar y que pueden producir lesión.
Pérdida severa o completa de la función motora en las cuatro extremidades que puede originarse por ENFERMEDADES CEREBRALES; ENFERMEDADES DE LA MÉDULA ESPINAL; ENFERMEDADES DEL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO; ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES; o raramente ENFERMEDADES MUSCULARES. El síndrome "encerrado" se caracteriza por quadriplejía en combinación con parálisis de los músculos craneales. La conciencia se conserva y la única actividad motora voluntaria puede ser movimientos oculares limitados. Esta afección usualmente es producida por una lesión en la parte superior del TRONCO CEREBRAL que afecta a los tractos corticoespinal y corticobulbar descendentes.
Arterias que abastecen a la duramadre.
Afecciones que acometen al ENCÉFALO, que está compuesto por los componentes intracraneales del SISTEMA NERVIOSO CENTRAL. Este incluye (pero no está limitado a) la CORTEZA CEREBRAL; sustancia blanca intracraneal; GANGLIOS BASALES; TÁLAMO; HIPOTÁLAMO; TRONCO ENCEFÁLICO; y CEREBELO.
Hendidura estrecha inferior del CUERPO CALLOSO, dentro del DIENCÉFALO, entre los tálamos pareados. Su suelo está formado por el HIPOTÁLAMO, su pared anterior por la lámina terminalis, y su techo por el EPÉNDIMO. Se comunica con el CUARTO VENTRÍCULO por el ACUEDUCTO DEL MESENCÉFALO, y con los VENTRÍCULOS LATERALES por el agujero interventricular.
Registro de las corrientes eléctricas desarrolladas en el cerebro por medio de electrodos aplicados sobre el cráneo, a la superficie del cerebro, o colocados dentro de la sustancia cerebral.
Afecciones que afectan la estructura o función de la pupila del ojo, se incluyen trastornos de la inervación de los músculos que dilatan o contraen la pupila, y trastornos de los reflejos pupilares.
Agentes que causan coagulación.
Grupo de enfermedades hereditarias recesivas que se caracterizan por atrofia muscular progresiva e hipotonía. Se clasifican como tipo I (Enfermedad de Werdnig-Hoffman), tipo II (forma intermedia), y tipo III (enfermedad de Kugelberg-Welander). El tipo I es fatal en la infancia, el tipo II tiene un comienzo infantil tardío y se asocia con una supervivencia hasta la segunda o tercera década de la vida. El tipo III tiene su comienzo en la infancia, y es lentamente progresiva.
Ruptura de huesos en la columna vertebral.
Regreso total o parcial a la actividad fisiológica normal o correcta de un órgano o parte después de una enfermedad o trauma.
Abuso de niños en la familia o en otras instituciones.
La escisión de una parte del cráneo. Este procedimiento se utiliza para tratar la presión intracraneal que no responde al tratamiento convencional.
Un deporte de nieve que emplea esquíes para deslizarse sobre la nieve. No incluye los esquíes acuáticos.
Cepa de ratas albinas utilizadas ampliamente para fines experimentales debido a que son tranquilas y fáciles de manipular. Fue desarrollada por la Compañía Sprague-Dawley Animal.
La parte inferior de la MÉDULA ESPINAL formada por las raíces nerviosas lumbares, sacras y coccígeas.
Area que ocupa el lado más posterior de la CAVIDAD ABDOMINAL. Está limitado lateralmente por los bordes de los músculos cuadrados lumbares y se extiende desde el DIAFRAGMA hasta el borde de la verdadera PELVIS,donde se continúa como espacio pélvico extraperitoneal.
Hernia del tejido encefálico a través de un defecto congénito o adquirido en el cráneo. La mayoría de los encefaloceles congénitos ocurren en las regiones occipital o frontal. Las características clínicas incluyen una masa protuberante y que puede ser pulsátil. La cantidad y localización del tejido neural herniado determina el tipo y grado de defecto neurológico. Con frecuencia ocurren defectos visuales, retraso del desarrollo psicomotor, y deficiencias motoras persistentes.
Sangrado en el interior del CRÁNEO causada por HIPERTENSIÓN sistémica, por lo general en asociación con ARTERIOSCLEROSIS INTRACRANEAL. Las hemorragias hipertensivas son más frecuentes en los GANGLIOS BASALES, CEREBELO, PROTUBERANCIA y TÁLAMO, pero pueden afectar también a la CORTEZA CEREBRAL, sustancia blanca subcortical y otras estructuras encefálicas.
Cualquier condición adversa en un paciente que se produce como resultado del tratamiento indicado por un médico, cirujano, u otro profesional de la salud, especialmente infecciones adquiridas por el paciente durante el curso del tratamiento.
Estudios proyectados para la observación de hechos que todavia no ocurrieron.
El lavado de una cavidad o superficie del cuerpo por corrientes de agua o solución para el tratamiento o diagnóstico.
Reparación de la función neuronal dañada después del TRAUMATISMO o ENFERMEDADES DE LA MÉDULA ESPINAL.
Procesos patológicos en el ESÓFAGO.
La metahemoglobina es una forma de hemoglobina donde el hierro en el grupo hemo ha sido oxidado de su estado ferroso (Fe2+) a férrico (Fe3+), incapaz de transportar oxígeno eficazmente.
Regreso de un signo, síntoma o enfermedad luego de una remisión.
Sensación desagradable inducida por estímulos nocivos que son detectados por las TERMINACIONES NERVIOSAS de los NOCICECPTORES.
Respuesta eléctrica evocada en la CORTEZA CEREBRAL por la estimulación de VÍAS AFERENTES de los NERVIOS PERIFÉRICOS al CEREBRO.
Estudios en los que individuos o poblaciones son seguidos para evaluar el resultado de exposiciones, procedimientos, o los efectos de una característica, por ejemplo, la aparición de una enfermedad.
Lesión producida por impacto con un objeto contundente donde no hay penetración de la piel.
Un anticoagulante que actúa inhibiendo la síntesis de factores de la coagulación dependientes de vitamina K. La warfarina es indicada para la profilaxis y/o tratamiento de la trombosis venosa y su extensión, embolismo pulomonar y fibrilación auricular con embolización. Es también utilizada como un adjunto en la profilaxis del embolismo sistémico después del infarto del micardio. La warfarina es también utilizada como rodenticida.

Un hematoma subdural es una acumulación de sangre entre la duramadre, que es la membrana externa más interna del cráneo, y la superficie del cerebro. Este espacio se denomina espacio subdural. Los hematomas subdurales suelen ser el resultado de lesiones en la cabeza que causan roturas en los vasos sanguíneos. La sangre se acumula lentamente y puede comprimir el cerebro, lo que provoca diversos síntomas neurológicos, como dolor de cabeza, confusión, convulsiones o incluso coma e incluso la muerte en casos graves. El tratamiento puede incluir cirugía para aliviar la presión sobre el cerebro y detener la hemorragia.

El espacio subdural es un espacio potencialmente existente entre la duramadre, la membrana exterior más dura que rodea el cerebro y la médula espinal, y la aracnoides, la membrana intermedia. Normalmente, este espacio es muy pequeño y contiene solo una pequeña cantidad de líquido. Sin embargo, cuando se produce un trauma craneal o ciertas condiciones médicas, como hemorragias o infecciones, el espacio subdural puede llenarse con sangre (hematoma subdural), pus (absceso subdural) o líquido cerebroespinal (hidrocefalia subdural), lo que puede comprimir el cerebro y causar diversos síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, convulsiones, déficits cognitivos o incluso coma e incluso la muerte en casos graves. La cirugía puede ser necesaria para aliviar la presión y tratar la afección subyacente.

Un hematoma subdural crónico es una acumulación de sangre (hematoma) en el espacio entre la duramadre, que es la membrana externa que recubre el cerebro, y el cerebro mismo. Este espacio se denomina espacio subdural. La palabra "crónico" se refiere a un proceso que ha estado ocurriendo durante un período de tiempo prolongado, en este caso, generalmente se define como más de 21 días.

Los hematomas subdurales crónicos suelen ser el resultado de lesiones cerebrales traumáticas menores, especialmente en personas mayores o individuos con problemas de coagulación sanguínea. Después de la lesión, se produce una pequeña cantidad de sangrado entre la duramadre y el cerebro. A medida que la sangre se descompone, puede formarse tejido cicatricial (membrana) alrededor del hematoma. Con el tiempo, esta membrana puede comenzar a producir líquido cerebroespinal, lo que hace que el hematoma aumente de tamaño lentamente y provoque una presión adicional sobre el cerebro.

Los síntomas de un hematoma subdural crónico pueden variar ampliamente, dependiendo del tamaño y la ubicación del hematoma. Pueden incluir dolores de cabeza persistentes, mareos, confusión, debilidad en un lado del cuerpo, convulsiones, problemas de equilibrio, cambios en el comportamiento o personalidad, y, en casos graves, coma o incluso la muerte. El tratamiento puede incluir cirugía para drenar el hematoma y aliviar la presión sobre el cerebro, seguida de rehabilitación para ayudar a restaurar las funciones neurológicas perdidas.

Un hematoma es un colección localizada de sangre fuera de los vasos sanguíneos, que ocurre como resultado de una lesión o trauma en los tejidos blandos. Esto puede causar inflamación, sensibilidad y moretones en la zona afectada. Los hematomas pueden variar en tamaño y gravedad, dependiendo de la cantidad de sangre que se haya filtrado y del área del cuerpo donde haya ocurrido la hemorragia. En casos más graves, los hematomas pueden comprimir estructuras adyacentes, como nervios y vasos sanguíneos, lo que podría causar dolor, pérdida de función o incluso necrosis tisular. El tratamiento de un hematoma dependerá de su localización, tamaño y severidad, e incluye medidas de control del dolor, compresión, elevación y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas.

Un hematoma subdural agudo es una acumulación de sangre entre la duramadre (la membrana externa que recubre el cerebro) y el cerebro, dentro del espacio subdural. Se produce como resultado de un trauma craneal grave que causa la rotura de vasos sanguíneos. La sangre se acumula rápidamente en este espacio, lo que puede comprimir el cerebro y provocar diversos síntomas neurológicos, como dolor de cabeza, confusión, convulsiones, déficits neurológicos focales o coma. Este tipo de hematoma es una emergencia médica y requiere un tratamiento inmediato, que puede incluir cirugía para aliviar la presión en el cerebro.

El empiema subdural es una afección médica que involucra la acumulación de pus en el espacio subdural, que es el área entre la duramadre (la membrana externa que recubre el cerebro) y la dura mater (la membrana interna). Esta condición generalmente ocurre como complicación de una infección craneal, como meningitis o absceso cerebral, o después de un traumatismo craneal severo que cause una rotura en el espacio subdural.

Los síntomas del empiema subdural pueden incluir dolor de cabeza, rigidez de cuello, confusión, debilidad muscular, convulsiones y, en casos graves, coma. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagenología, como tomografía computarizada o resonancia magnética, que pueden mostrar la presencia de líquido infeccioso en el espacio subdural.

El tratamiento del empiema subdural generalmente implica cirugía para drenar el pus acumulado y administración de antibióticos para tratar la infección subyacente. En algunos casos, se puede requerir un procedimiento de lavado quirúrgico repetido para asegurarse de que todo el pus se haya drenado completamente. La recuperación depende de la gravedad de la infección y del estado general de salud del paciente.

La efusión subdural es un término médico que se refiere a la acumulación anormal de líquido en el espacio subdural, que es el pequeño espacio entre la duramadre (la membrana externa que recubre el cerebro) y la dura mater interna (una capa delgada y flexible entre la duramadre y el cerebro). Este líquido puede ser sangre (hematoma subdural), pus (absceso subdural) o líquido cefalorraquídeo (hidrocefalia o hipertensión intracraneal).

La efusión subdural puede ocurrir como resultado de una lesión traumática en la cabeza, infección, tumores cerebrales, complicaciones durante la cirugía craneal o trastornos hemorrágicos. Los síntomas pueden variar dependiendo de la causa y la cantidad de líquido acumulado, pero generalmente incluyen dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, convulsiones, debilidad o entumecimiento en los brazos o las piernas, cambios en el estado mental o nivel de conciencia, y trastornos del habla o visión. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagenología, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN). El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, medicamentos o reposo en cama.

Un hematoma epidural craneal es un tipo específico de lesión cerebral traumática. Se trata de una acumulación de sangre entre el hueso del cráneo y la duramadre, que es la membrana más externa que recubre el cerebro. Esta condición suele ser causada por un trauma contundante en la cabeza, especialmente aquellos que resultan en una fractura de cráneo.

El sangrado en un hematoma epidural craneal proviene generalmente de las arterias meninges, las cuales son las arterias que irrigan las membranas que recubren el cerebro. La acumulación de sangre puede comprimir el cerebro y provocar diversos síntomas, como dolor de cabeza intenso, vómitos, convulsiones, alteraciones visuales, hemiparesia (debilidad en un lado del cuerpo), trastornos del habla, confusión y pérdida de la conciencia.

El tratamiento suele requerir cirugía para aliviar la presión sobre el cerebro y detener el sangrado. Sin un tratamiento oportuno y adecuado, un hematoma epidural craneal puede ser potencialmente letal.

Un hematoma subdural espinal es un tipo específico de sangrado en el espacio entre la duramadre (la membrana externa que rodea el sistema nervioso central) y la aracnoides (una membrana interna más delicada) en la médula espinal. Este espacio se conoce como el espacio subdural.

Este tipo de hematoma puede ocurrir después de una lesión traumática, como un accidente o una caída severa, que cause daño a los vasos sanguíneos en este área. La sangre se acumula en el espacio subdural y forma un coágulo, lo que puede comprimir la médula espinal y causar diversos síntomas neurológicos, dependiendo de la ubicación y el tamaño del hematoma.

Los síntomas pueden incluir dolor de espalda, debilidad o entumecimiento en las extremidades, problemas con la función intestinal o vesical, e incluso parálisis en casos graves. El diagnóstico generalmente se realiza mediante imágenes médicas, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada de la columna vertebral. El tratamiento puede incluir cirugía para aliviar la presión sobre la médula espinal y detener el sangrado.

La médula espinal, en términos médicos, es el cordón largo y delgado de tejido nervioso que se extiende desde el cerebro hacia abajo through la columna vertebral. Es protegida por los huesos de la columna vertebral y contiene millones de neuronas (células nerviosas) que transmiten mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo.

La médula espinal desempeña un papel crucial en la coordinación y control de muchas funciones corporales, incluyendo el movimiento muscular, el sentido del tacto, la temperatura, el dolor y la propiocepción (conciencia del cuerpo sobre su posición y movimiento).

También contiene centros reflejos que pueden generar respuestas rápidas a estímulos sin necesidad de involucrar al cerebro. Además, regula funciones vitales como la respiración, la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Cualquier daño o lesión en la médula espinal puede causar diversos grados de déficits neurológicos y discapacidades.

Un hematoma espinal epidural, también conocido como extradural o hematoma epidural espinal, es una acumulación de sangre en el espacio epidural de la columna vertebral. El espacio epidural se encuentra justo fuera de la duramadre, que es la membrana más externa que rodea y protege la médula espinal y el líquido cefalorraquídeo. Este espacio contiene grasa, vasos sanguíneos y nervios raquídeos.

Los hematomas espinales epidurales suelen ser el resultado de una lesión traumática en la columna vertebral, como fracturas o esguinces, que dañan los vasos sanguíneos en el espacio epidural y causan hemorragia. Otras posibles causas pueden incluir procedimientos quirúrgicos espinales, trastornos de coagulación sanguínea o tumores espinales.

Los síntomas del hematoma espinal epidural pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación del hematoma, pero generalmente incluyen dolor de espalda intenso, debilidad muscular, entumecimiento o parálisis en las extremidades, pérdida de control de esfínteres (vejiga e intestinos), y disminución o ausencia de los reflejos tendinosos profundos.

El tratamiento temprano y adecuado del hematoma espinal epidural es crucial para prevenir daños permanentes en la médula espinal. La cirugía es el tratamiento más común, que implica la evacuación del hematoma y la estabilización de la columna vertebral si es necesario. El pronóstico depende de la gravedad de la lesión y la rapidez con que se reciba el tratamiento.

Un hematoma intracraneal subdural es una acumulación de sangre entre la duramadre (la membrana externa que recubre el cerebro) y el lado interno de la calavera. Este tipo de hemorragia se produce generalmente como resultado de un trauma craneal, cuando los vasos sanguíneos se dañan y causan que la sangre se acumule en este espacio. Los síntomas pueden variar desde dolores de cabeza y confusión hasta convulsiones o coma, dependiendo del tamaño del hematoma y de la rapidez con la que se produzca. El tratamiento puede incluir cirugía para aliviar la presión sobre el cerebro o simplemente observación y manejo médico conservador, dependiendo también del caso específico.

Los traumatismos de la médula espinal se definen como lesiones físicas a la columna vertebral que causan daño al tejido de la médula espinal y a los nervios dentro. Estas lesiones pueden ocurrir como resultado de un trauma contundente, como en un accidente automovilístico o una caída, o como resultado de un trauma penetrante, como una herida de bala.

Los síntomas de un traumatismo de la médula espinal pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación de la lesión. Pueden incluir debilidad o parálisis en alguna parte del cuerpo, pérdida de sensibilidad, espasmos musculares, dificultad para respirar o controlar los intestinos o la vejiga.

El tratamiento inmediato de un traumatismo de la médula espinal es crítico para minimizar el daño y mejorar el resultado final. Por lo general, esto implica la inmovilización de la columna vertebral para evitar más lesiones y la estabilización de la condición general del paciente. La cirugía puede ser necesaria para aliviar la presión sobre la médula espinal o reparar fracturas óseas.

Desafortunadamente, los traumatismos de la médula espinal a menudo conducen a discapacidades permanentes y pueden requerir atención de por vida, como fisioterapia, terapia ocupacional y asistencia para el cuidado personal.

Craneotomía es un procedimiento quirúrgico en el cual se realiza un abertura o hueco en el cráneo para acceder al cerebro. Este procedimiento se lleva a cabo por diversas razones, como por ejemplo: aliviar la presión intracraneal, extraer tumores cerebrales, reparar vasos sanguíneos rotos o lesionados en el cerebro, o colocar dispositivos para monitorear o estimular el cerebro.

La cirugía comienza con una incisión en el cuero cabelludo y la separación de los tejidos blandos del cráneo. Después, se realiza un agujero en el hueso craneal utilizando herramientas especiales, como taladros o sierras. El hueso se retira y se coloca a un lado, formando una "tapa" que puede volver a colocarse después de la cirugía.

La craneotomía requiere una planificación cuidadosa y precisión quirúrgica para minimizar el riesgo de complicaciones, como infección, sangrado o daño al cerebro. Después de la cirugía, es posible que se necesiten medicamentos para controlar el dolor y prevenir la infección. La recuperación puede variar dependiendo del tipo y la extensión de la cirugía, pero generalmente requiere un tiempo de reposo en cama y limitar las actividades durante varias semanas o meses.

La duramadre, también conocida como dura mater en terminología latina, es la capa más externa y resistente de las meninges, las membranas que recubren el sistema nervioso central. Está compuesta principalmente por tejido conectivo denso y rico en colágeno, proporcionando una protección mecánica importante al cerebro y la médula espinal.

La duramadre se adhiere firmemente a las estructuras esqueléticas que rodean el cerebro y la médula espinal, como el cráneo y la columna vertebral. A diferencia de las otras meninges (la aracnoides y la piamadre), la duramadre no tiene un revestimiento celular interno, lo que la hace menos propensa a sufrir lesiones o inflamaciones.

Entre la duramadre y la aracnoides existe un espacio potencial llamado espacio epidural, donde se pueden acumular líquidos o sangre en caso de traumatismos o patologías específicas, como hemorragias o infecciones. La correcta integridad estructural y funcional de la duramadre es crucial para mantener la homeostasis del sistema nervioso central y preservar su integridad fisiológica.

La tomografía computarizada por rayos X, también conocida como TC o CAT (por sus siglas en inglés: Computerized Axial Tomography), es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza radiación para obtener detalladas vistas tridimensionales de las estructuras internas del cuerpo. Durante el procedimiento, el paciente se coloca sobre una mesa que se desliza dentro de un anillo hueco (túnel) donde se encuentran los emisores y receptores de rayos X. El equipo gira alrededor del paciente, tomando varias radiografías en diferentes ángulos.

Las imágenes obtenidas son procesadas por un ordenador, el cual las combina para crear "rebanadas" transversales del cuerpo, mostrando secciones del tejido blando, huesos y vasos sanguíneos en diferentes grados de claridad. Estas imágenes pueden ser visualizadas como rebanadas individuales o combinadas para formar una representación tridimensional completa del área escaneada.

La TC es particularmente útil para detectar tumores, sangrado interno, fracturas y otras lesiones; así como también para guiar procedimientos quirúrgicos o biopsias. Sin embargo, su uso está limitado en pacientes embarazadas debido al potencial riesgo de daño fetal asociado con la exposición a la radiación.

Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) se definen como lesiones traumáticas del cerebro que pueden resultar de diversos mecanismos, incluyendo golpes contundentes, aceleraciones y desaceleraciones bruscas o penetración de objetos en el cráneo. Estas lesiones pueden causar una amplia gama de secuelas, desde leves hasta graves, dependiendo de la localización, extensión y gravedad de la lesión.

Los TCE se clasifican en función de su severidad como leves, moderados o graves. Los traumatismos craneoencefálicos leves suelen cursar con pérdida de conciencia breve (menos de 30 minutos), amnesia postraumática y otros síntomas leves como cefalea, náuseas o vómitos. Los TCE moderados se caracterizan por una pérdida de conciencia más prolongada (entre 30 minutos y 24 horas), así como por la presencia de signos neurológicos focales o alteraciones en las pruebas de imagen cerebral. Por último, los TCE graves se asocian a una pérdida de conciencia prolongada (más de 24 horas) y a la presencia de graves déficits neurológicos o lesiones estructurales en el cerebro.

El tratamiento de los traumatismos craneoencefálicos depende de su gravedad y puede incluir medidas de soporte vital, cirugía para eliminar hematomas o fragmentos óseos, rehabilitación y cuidados paliativos en los casos más graves. La prevención es fundamental para reducir la incidencia de estas lesiones, especialmente mediante el uso de dispositivos de seguridad como cinturones de seguridad, cascos y sistemas de retención infantil adecuados.

La hemorragia cerebral, también conocida como hemorragia intracraneal, es un tipo de accidente cerebrovascular que ocurre cuando se rompe un vaso sanguíneo en el cerebro y causa sangrado en los tejidos circundantes. Esto puede comprimir el tejido cerebral cercano, interrumpiendo su funcionamiento normal y dañándolo.

Hay diferentes tipos de hemorragia cerebral, dependiendo de dónde ocurre el sangrado:

1. Hemorragia intraparenquimatosa: Se produce cuando el sangrado se origina dentro del tejido cerebral mismo.
2. Hemorragia subaracnoidea: Ocurre cuando el sangrado se produce entre las membranas que rodean el cerebro, llamadas meninges, en un espacio conocido como el espacio subaracnoideo.
3. Hemorragia epidural: Se refiere al sangrado que ocurre entre el cráneo y la duramadre, la membrana exterior más dura que rodea el cerebro.
4. Hemorragia subdural: Sucede cuando el sangrado se produce entre la duramadre y la siguiente membrana más interna, llamada aracnoides.

Los síntomas de una hemorragia cerebral pueden variar dependiendo del tipo y la gravedad del sangrado, pero generalmente incluyen dolor de cabeza intenso, convulsiones, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender el lenguaje, problemas de visión, pérdida del equilibrio o coordinación, y cambios en el nivel de conciencia o alerta.

El tratamiento de una hemorragia cerebral dependerá de la causa subyacente y puede incluir cirugía para aliviar la presión sobre el tejido cerebral, medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones, rehabilitación para ayudar a recuperar las funciones perdidas, o una combinación de estas opciones.

Los quistes aracnoides son sacos llenos de líquido que se forman entre las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. Más específicamente, los quistes aracnoides se desarrollan en la capa interna de las meninges, llamada aracnoides.

Estos quistes están llenos del líquido cefalorraquídeo (LCR), que normalmente rodea y protege el cerebro y la médula espinal. Los quistes aracnoides pueden variar en tamaño, desde pequeños a muy grandes, y suelen ser asintomáticos, especialmente si son pequeños.

Sin embargo, cuando los quistes crecen y ejercen presión sobre el cerebro o la médula espinal, pueden causar diversos síntomas, como dolores de cabeza, problemas visuales, alteraciones del equilibrio, debilidad en las extremidades, rigidez en el cuello, zumbidos en los oídos y, en casos más graves, convulsiones e incluso daño neurológico.

Los quistes aracnoides pueden ser congénitos (presentes desde el nacimiento) o adquiridos (desarrollados más tarde en la vida). El tratamiento puede incluir observación y control periódicos, o intervención quirúrgica para drenar o eliminar el quiste, dependiendo de su tamaño, localización y los síntomas asociados.

Las enfermedades de la médula espinal se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan la estructura y función de la médula espinal. La médula espinal es una vía crucial de comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, transmitiendo señales que controlan los movimientos musculares y sensaciones como tacto, temperatura e incluso dolor.

Estas enfermedades pueden ser congénitas (presentes desde el nacimiento) o adquiridas (desarrolladas más tarde en la vida). Pueden resultar de traumatismos, infecciones, tumores, degeneración debido al envejecimiento o trastornos genéticos y autoinmunes.

Algunos ejemplos comunes de enfermedades de la médula espinal incluyen:

1. Mielopatías: Daño a la sustancia blanca de la médula espinal, que contiene fibras nerviosas que transmiten mensajes entre el cerebro y el cuerpo. La esclerosis múltiple es una conocida mielopatía.

2. Radiculopatías: Compresión o irritación de las raíces nerviosas al salir de la médula espinal, a menudo causada por hernias discales o estenosis espinal.

3. Lesiones de la médula espinal: Daño físico a la médula espinal, generalmente resultante de traumatismos graves, como accidentes automovilísticos o deportivos.

4. Enfermedades inflamatorias: Condiciones donde el sistema inmunológico ataca la médula espinal, como la esclerosis múltiple, neuromielitis óptica y síndrome de Guillain-Barré.

5. Infecciones: Incluyen meningitis, abscesos epidurales y mielitis transversa, que pueden dañar la médula espinal directamente o indirectamente a través de la inflamación.

6. Tumores: Crecimientos benignos o malignos dentro o alrededor de la médula espinal pueden comprimirla y causar daño.

7. Enfermedades degenerativas: Condiciones como artrosis y osteoporosis pueden conducir a estenosis espinal, una estrechez del canal raquídeo que comprime la médula espinal.

El tratamiento de las enfermedades de la médula espinal depende de la causa subyacente. Puede incluir medicamentos, fisioterapia, cirugía o terapias de rehabilitación. En algunos casos, el daño a la médula espinal puede ser irreversible, lo que lleva a discapacidades permanentes.

Los traumatismos cerrados de la cabeza se definen como lesiones en las que el cráneo y los tejidos blandos circundantes (como el cuero cabelludo) son lastimados, pero el encéfalo en sí no está directamente expuesto. Estos tipos de traumatismos pueden ocurrir como resultado de una variedad de eventos, incluyendo accidentes automovilísticos, caídas, lesiones deportivas y actos violentos.

Los síntomas de un traumatismo cerrado de la cabeza pueden variar ampliamente, dependiendo de la gravedad de la lesión. Algunos síntomas comunes incluyen dolor de cabeza, mareo, náusea, vómitos, visión borrosa, zumbido en los oídos y sensibilidad a la luz o el sonido. En casos más graves, una persona con un traumatismo cerrado de la cabeza puede experimentar pérdida de memoria, confusión, dificultad para hablar o caminar, convulsiones o pérdida del conocimiento.

Es importante buscar atención médica inmediata después de sufrir un traumatismo cerrado de la cabeza, incluso si los síntomas parecen leves. Las lesiones cerebrales graves a veces pueden no presentar síntomas obvios en las primeras horas después de la lesión, y el retraso en el tratamiento puede empeorar significativamente el resultado. El tratamiento temprano y apropiado puede ayudar a prevenir complicaciones graves y mejorar las posibilidades de una recuperación completa.

La anestesia raquídea, también conocida como anestesia espinal o epidural, es un tipo de anestesia regional que se utiliza a menudo durante los procedimientos quirúrgicos en las áreas inferiores del cuerpo, como la parte inferior de la espalda, el abdomen inferior, los muslos y las piernas. Durante este procedimiento, un anestésico local se inyecta en el líquido que rodea la médula espinal a través de una aguja insertada en la columna vertebral.

Hay dos tipos principales de anestesia raquídea: anestesia epidural y anestesia subaracnoidea o intratecal. En la anestesia epidural, el anestésico se inyecta en el espacio epidural, que está fuera del saco dural que rodea la médula espinal. Esto permite un bloqueo nervioso más duradero y una dosis más baja de anestésico. En la anestesia subaracnoidea o intratecal, el anestésico se inyecta directamente en el líquido cefalorraquídeo dentro del saco dural que rodea la médula espinal. Esto proporciona un bloqueo nervioso más rápido y profundo, pero puede causar efectos secundarios como dolores de cabeza y visión borrosa.

La anestesia raquídea se utiliza a menudo en cirugías como cesáreas, histerectomías, reparaciones de hernias inguinales y cirugías de cadera o rodilla. También puede utilizarse para aliviar el dolor durante el parto y el trabajo de parto. Los efectos secundarios más comunes de la anestesia raquídea incluyen dolores de cabeza, náuseas, vómitos, mareos y dificultad para orinar. En raras ocasiones, pueden producirse complicaciones graves, como daño nervioso o infección.

La compresión de la médula espinal se refiere a una condición médica en la cual hay presión ejercida sobre la médula espinal, generalmente debido al estrechamiento del canal espinal o por un tumor, un disco herniado u otras estructuras que comprimen la médula. Esta presión puede causar diversos síntomas, como dolor de espalda, entumecimiento, debilidad, problemas de coordinación y en casos graves, parálisis. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, fisioterapia, cirugía u otros procedimientos.

Una inyección espinal, también conocida como bloqueo nervioso epidural o simplemente bloqueo epidural, es un procedimiento en el que se inyecta un anestésico local, usualmente combinado con un corticosteroide, en el espacio epidural de la columna vertebral. El espacio epidural es el área que rodea la médula espinal y contiene los nervios raquídeos.

Este procedimiento se utiliza a menudo para aliviar el dolor causado por condiciones como hernias discales, ciática, síndrome de dolor facetario, espondilolistesis y otras afecciones de la columna vertebral. También se puede usar durante el parto para aliviar el dolor del trabajo de parto y el parto.

La inyección generalmente se administra en el área lumbar de la espalda, pero también puede administrarse en el cuello o la parte media de la espalda, dependiendo de dónde esté localizado el dolor. El medicamento bloquea los nervios que transmiten señales de dolor al cerebro, lo que puede proporcionar alivio temporal o incluso permanente del dolor.

Como con cualquier procedimiento médico, existen riesgos e inconvenientes asociados con las inyecciones espinales, como dolor en el sitio de la inyección, infección, daño a los nervios y, raramente, parálisis. Es importante discutir estos riesgos con un médico antes de decidir si una inyección espinal es adecuada para un individuo en particular.

Los procedimientos neuroquirúrgicos se refieren a los métodos quirúrgicos utilizados para tratar condiciones y enfermedades del sistema nervioso, que incluye el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos. Estos procedimientos son realizados por neurocirujanos, médicos especializados en el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las afecciones del sistema nervioso.

Algunos ejemplos de procedimientos neuroquirúrgicos incluyen:

1. Cirugía de la columna vertebral: utilizada para tratar problemas en la columna, como hernias discales, estenosis espinal y tumores.

2. Descompresión craneal: se realiza para aliviar la presión sobre el cerebro debido a un hematoma, tumor u otra causa.

3. Cirugía de Parkinson: utilizada para tratar los síntomas del Parkinson avanzado, como temblores y rigidez.

4. Cirugía de la epilepsia: se realiza para controlar las convulsiones incontrolables que no responden a otros tratamientos.

5. Cirugía vascular cerebral: utilizada para tratar aneurismas cerebrales y malformaciones arteriovenosas (MAV).

6. Tratamiento quirúrgico de tumores cerebrales: se realiza para extirpar o reducir la presión de los tumores cerebrales benignos o malignos.

7. Cirugía de la neuralgia del trigémino: utilizada para aliviar el dolor facial intenso asociado con esta afección.

8. Estimulación cerebral profunda: se utiliza para tratar una variedad de condiciones, como enfermedad de Parkinson, distonía y trastornos del movimiento.

9. Cirugía de la esclerosis múltiple: utilizada para aliviar los síntomas de esta afección crónica del sistema nervioso central.

10. Cirugía de columna vertebral: se realiza para tratar diversas afecciones de la columna vertebral, como hernias discales y estenosis espinal.

La trepanación es un procedimiento quirúrgico que implica la perforación intencional de los huesos craneales o, más raramente, del tórax, para aliviar la presión intracraneal o como parte de rituales médicos y espirituales en diversas culturas a lo largo de la historia. En la medicina moderna, se realiza bajo estrictas condiciones sanitarias y con fines terapéuticos específicos, como el tratamiento de abscesos cerebrales o ciertos tipos de tumores cerebrales. Sin embargo, su uso generalizado en el pasado ha sido objeto de debate académico y se asocia a prácticas médicas antiguas y tradicionales en varias sociedades.

La Imagen por Resonancia Magnética (IRM) es una técnica de diagnóstico médico no invasiva que utiliza un campo magnético potente, radiaciones ionizantes no dañinas y ondas de radio para crear imágenes detalladas de las estructuras internas del cuerpo. Este procedimiento médico permite obtener vistas en diferentes planos y con excelente contraste entre los tejidos blandos, lo que facilita la identificación de tumores y otras lesiones.

Durante un examen de IRM, el paciente se introduce en un túnel o tubo grande y estrecho donde se encuentra con un potente campo magnético. Las ondas de radio se envían a través del cuerpo, provocando que los átomos de hidrógeno presentes en las células humanas emitan señales de radiofrecuencia. Estas señales son captadas por antenas especializadas y procesadas por un ordenador para generar imágenes detalladas de los tejidos internos.

La IRM se utiliza ampliamente en la práctica clínica para evaluar diversas condiciones médicas, como enfermedades del cerebro y la columna vertebral, trastornos musculoesqueléticos, enfermedades cardiovasculares, tumores y cánceres, entre otras afecciones. Es una herramienta valiosa para el diagnóstico, planificación del tratamiento y seguimiento de la evolución de las enfermedades.

La arachnoide es una membrana del sistema nervioso central que forma parte de los meninges, las membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal. Más específicamente, la arachnoide es la membrana intermedia entre la duramadre (la membrana más externa) y la piamadre (la membrana más interna que está en contacto directo con el tejido cerebral).

La aracnoides tiene una consistencia similar a la de un filtro de papel, es muy delgada y frágil. Está llena de espacio y contiene líquido cefalorraquídeo (LCR), que proporciona protección y amortiguación a los tejidos cerebrales y medulares. La aracnoides está adherida a la duramadre, pero se separa de la piamadre por el espacio subaracnoideo, donde circula el LCR.

La aracnoiditis es una enfermedad que involucra la inflamación y la irritación de la membrana aracnoidea, lo que puede causar dolor, rigidez, debilidad muscular e incluso problemas neurológicos graves. La aracnoiditis puede ser causada por diversos factores, como infecciones, traumatismos, cirugías o la exposición a sustancias químicas tóxicas.

Los nervios espinales, también conocidos como nervios raquídeos, son un componente fundamental del sistema nervioso periférico. Se originan a partir de los segmentos de la médula espinal dentro de la columna vertebral y desempeñan un papel crucial en la transmisión de señales nerviosas entre el cuerpo y el cerebro.

Cada nervio espinal se forma por la unión de una raíz dorsal (posterior) y una raíz ventral (anterior). La raíz dorsal transporta información sensorial desde el cuerpo hacia la médula espinal, mientras que la raíz ventral conduce los impulsos motores desde la médula espinal hacia los músculos y órganos efectores.

Los nervios espinales emergen de entre las vértebras a través de forámenes intervertebrales, aberturas naturales en la columna vertebral. Después de salir de la columna, los nervios espinales se dividen en ramas que inervan diferentes regiones del cuerpo. Estas ramas incluyen:

1. Ramos posteriores: Proporcionan innervación sensorial a la piel y los tejidos profundos de la parte posterior del cuerpo.
2. Ramos anteriores: Suministran fibras nerviosas a los músculos esqueléticos y órganos internos.
3. Ramos comunicantees: Conectan los nervios espinales con los ganglios simpáticos, que forman parte del sistema nervioso simpático y desempeñan un papel en la respuesta de lucha o huida.

Existen 31 pares de nervios espinales en total, numerados según su correspondencia con los segmentos de la médula espinal y las vértebras asociadas. Estos se clasifican en cuatro grupos principales:

1. Ocho pares de nervios cervicales (C1-C8)
2. Doce pares de nervios torácicos (T1-T12)
3. Cinco pares de nervios lumbares (L1-L5)
4. Cinco pares de nervios sacros (S1-S5) y un par de nervios coccígeos (Co1)

Los nervios espinales desempeñan un papel crucial en la transmisión de información sensorial y motora entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo. Cualquier disfunción o daño en estos nervios puede dar lugar a diversas condiciones neurológicas y musculoesqueléticas, como ciática, síndrome del túnel carpiano, y neuropatía periférica.

La hipotensión intracraneal (HI) se define como una presión de líquido cefalorraquídeo (LCR) inferior a 70 mm de H2O en adultos y 18 cm de agua en niños, medida generalmente en posición decúbito supino. La presión intracraneal normalmente varía entre 10-15 mm de Hg en reposo.

La HI es una afección clínica que puede presentar síntomas como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, convulsiones, alteraciones visuales y neurológicas. Puede ser causada por diversos factores, incluyendo deshidratación, pérdida de sangre, meningitis, enfermedades que afectan la producción o reabsorción del LCR, o el uso de medicamentos que disminuyen la presión intracraneal.

Es importante distinguir la HI de otras condiciones que pueden presentar síntomas similares, como la hipertensión endocraneal, por lo que se requiere un examen clínico cuidadoso y, en ocasiones, estudios diagnósticos adicionales, como resonancia magnética nuclear o punción lumbar. El tratamiento de la HI depende de su causa subyacente y puede incluir hidratación, administración de medicamentos o cirugía.

El Síndrome del Niño Maltratado, también conocido como Síndrome de la Batería Infantil, es un término utilizado para describir un conjunto de signos y síntomas físicos y/o conductuales que pueden sugerir a un médico o profesional de la salud que un niño ha sido abusado o maltratado. No se trata de una enfermedad o condición médica real, sino más bien una serie de indicadores que pueden desencadenar una investigación más profunda sobre el bienestar del niño.

Los signos físicos pueden incluir moretones, quemaduras, fracturas u otras lesiones inexplicables, especialmente si son repetidas o graves. Los signos conductuales pueden incluir comportamientos regresivos como enuresis (orinarse encima) o encopresis (defecarse encima) en niños mayores, cambios bruscos en el apetito o el sueño, ansiedad extrema, miedo inexplicable, depresión o intentos de suicidio.

Sin embargo, es importante destacar que la presencia de estos síntomas no prueba automáticamente que un niño ha sido maltratado; pueden tener otras causas perfectamente válidas. Por lo tanto, siempre se debe llevar a cabo una evaluación cuidadosa e integral antes de llegar a conclusiones definitivas. Además, el diagnóstico y la intervención temprana son cruciales para garantizar la seguridad y el bienestar del niño.

En el contexto médico, el término "drenaje" se refiere al proceso de eliminar líquidos o materiales extraños acumulados en un cuerpo humano, como ser pus, sangre, fluido seroso o linfa, de una cavidad, órgano o tejido dañado o infectado. Esto se realiza generalmente mediante la colocación de un catéter o tubo de drenaje para facilitar la salida del líquido no deseado y promover la curación.

El objetivo principal del drenaje es prevenir la acumulación de líquidos, que de otro modo podrían causar inflamación, infección o daño adicional a los tejidos circundantes. Además, el análisis del líquido drenado puede proporcionar información valiosa sobre la naturaleza y el grado de la lesión o enfermedad subyacente, guiando así el plan de tratamiento apropiado.

Existen diferentes tipos de procedimientos de drenaje, como el drenaje quirúrgico, que implica la incisión quirúrgica para eliminar los líquidos acumulados; drenaje percutáneo, que involucra la inserción de agujas finas o catéteres para drenar líquidos de cavidades corporales; y drenaje de fistula, donde se crea una conexión artificial entre un órgano o tejido hueco y la superficie de la piel para permitir que el líquido drene espontáneamente.

Las Enfermedades de la Columna Vertebral se refieren a un grupo diverso de trastornos y condiciones que afectan la columna vertebral, también conocida como la espina dorsal. La columna vertebral es una estructura compleja formada por huesos (vértebras), discos intervertebrales, ligamentos, músculos, nervios y vasos sanguíneos.

Este sistema de soporte y movilidad puede verse afectado por diversas afecciones, que incluyen:

1. Espondilosis: Desgaste natural de los discos intervertebrales con la edad, lo que puede llevar a espolones óseos y estrechamiento del canal espinal.

2. Hernia de Disco: Protrusión o rotura de los discos intervertebrales, causando presión sobre los nervios adyacentes y provocando dolor, entumecimiento o debilidad en un brazo o una pierna.

3. Estenosis Espinal: El estrechamiento del canal espinal, generalmente en la región lumbar (parte baja de la espalda), comprime los nervios y produce dolor, entumecimiento o dificultad para caminar.

4. Escoliosis: Curvatura anormal lateral de la columna vertebral, más comúnmente durante el crecimiento adolescente, aunque también puede presentarse en adultos como resultado del envejecimiento o debilitamiento muscular.

5. Espondilolistesis: Deslizamiento anterior de una vértebra sobre la vértebra inferior adyacente, generalmente en la región lumbar, que puede comprimir los nervios y causar dolor o rigidez.

6. Osteoporosis: Enfermedad sistémica que causa pérdida de densidad ósea y debilitamiento de los huesos, aumentando el riesgo de fracturas vertebrales y otras fracturas óseas.

7. Infecciones Espinales: Pueden ocurrir como resultado de una cirugía espinal, traumatismos o diseminación hematógena desde otra fuente infecciosa, provocando dolor, fiebre y otros síntomas.

8. Tumores Espinales: Crecimientos anormales en la columna vertebral que pueden ser benignos o malignos, comprimiendo los nervios y causando dolor, entumecimiento o debilidad.

9. Esquistosomiasis: Enfermedad parasitaria tropical que afecta el tejido conectivo alrededor de la columna vertebral, produciendo espasmos musculares, dolor y rigidez en la espalda.

10. Dolor Mecánico: Dolor causado por sobrecarga o uso excesivo de los músculos y ligamentos que soportan la columna vertebral, como resultado de malas posturas, levantamiento incorrecto de objetos pesados o actividades repetitivas.

El conducto vertebral es una estructura anatómica que se encuentra en la columna vertebral. Se forma por los agujeros posteriores de cada vértebra, que se alinean para formar un canal a lo largo de la columna.

Este conducto protege la médula espinal y las raíces nerviosas que salen de ella. La pared del conducto vertebral está formada por los cuerpos vertebrales, los arcos vertebrales y los ligamentos que conectan las vértebras.

La integridad estructural del conducto vertebral es importante para la protección de la médula espinal y el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Lesiones, enfermedades degenerativas o anomalías congénitas pueden afectar al conducto vertebral y causar diversos problemas de salud, como dolor de espalda, ciática, debilidad muscular o pérdida de sensibilidad.

Las fracturas craneales se refieren a roturas o fracturas en los huesos que forman el cráneo. Estas lesiones pueden variar en gravedad, desde fracturas simples sin daño adicional, hasta fracturas compuestas que involucran laceraciones de la piel y exposición del cerebro.

Las causas más comunes de las fracturas craneales son traumatismos contundentes o penetrantes a la cabeza, como los que podrían ocurrir durante accidentes automovilísticos, caídas, actos violentos o deportes de contacto.

Los síntomas asociados con las fracturas craneales pueden incluir dolor de cabeza, moretones alrededor de la zona afectada, hematomas (moretones) debajo de la piel, hemorragia nasal o auditiva, pérdida de conciencia, confusión, visión doble, convulsiones y dificultad para hablar o tragar.

El tratamiento depende del tipo y gravedad de la fractura. Algunas fracturas simples pueden sanar por sí solas con reposo y cuidados conservadores, mientras que otras pueden requerir intervención quirúrgica para estabilizar los huesos rotos y prevenir complicaciones.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una fractura craneal, ya que estas lesiones pueden ser potencialmente graves e incluso mortales si no se tratan adecuadamente. Además, los daños en el cerebro asociados con las fracturas craneales pueden provocar diversas secuelas neurológicas y cognitivas a largo plazo.

Las neoplasias de la médula espinal se refieren a tumores que se originan en la médula espinal o en las meninges (las membranas que recubren la médula espinal). Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos raramente suelen ser mortales, pero pueden causar problemas significativos en la función neurológica debido al crecimiento del tejido que comprime la médula espinal. Por otro lado, los tumores malignos tienden a crecer más rápidamente y suelen invadir estructuras adyacentes, lo que puede provocar daños graves e incluso la muerte.

Las neoplasias de la médula espinal se clasifican en dos categorías principales: extramedulares y intramedulares. Los tumores extramedulares se desarrollan fuera de la médula espinal, en las meninges o en los nervios que salen de la columna vertebral. Los tumores intramedulares se originan directamente en la médula espinal y pueden ser primarios (originados en la médula espinal) o secundarios (extensión de un cáncer desde otra parte del cuerpo).

Los síntomas más comunes de las neoplasias de la médula espinal incluyen dolor de espalda, debilidad muscular, pérdida de sensibilidad, problemas de coordinación y veces parálisis. El tratamiento depende del tipo y localización del tumor, así como de su grado de malignidad. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos enfoques.

El Síndrome del Bebé Sacudido (SBS), también conocido como Trauma Craneoencefálico Infantil Inducido por Agitación (TCIA) o Daño Cerebral No Accidental (DNCA), es una forma grave de lesión cerebral traumática causada por agitar violentamente a un bebé o niño pequeño. Durante este acto, la cabeza del niño se mueve rápidamente de un lado a otro, lo que hace que el cerebro se mueva dentro del cráneo y se dañe como consecuencia de los impactos contra la pared interna del cráneo.

Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves e incluso letales. Pueden incluir vómitos, somnolencia, falta de apetito, irritabilidad, convulsiones, rigidez corporal y dificultad para respirar. En casos más severos, puede haber daño en el tejido cerebral, hemorragias internas, inflamación cerebral e incluso la muerte. El SBS es considerado una forma de abuso infantil y se asocia a menudo con padres o cuidadores que están bajo estrés o intoxicados por alcohol o drogas.

La Escala de Coma de Glasgow (GCS, por sus siglas en inglés) es un sistema ampliamente utilizado en la medicina de emergencia y cuidados intensivos para evaluar el nivel de consciencia y la gravedad de una lesión cerebral. Fue desarrollada en 1974 por los neurocirujanos británicos Graham Teasdale y Bryan J. Jennett.

La escala consta de tres parámetros principales:

1. Respuesta a los estímulos verbales (V): evaluando la capacidad del paciente para obedecer comandos, orientación, confusión y palabras incoherentes o ausencia total de respuesta verbal. Se puntúa de 1 a 5, donde 1 indica ninguna respuesta y 5 indica una conversación coherente.

2. Respuesta a los estímulos motrices (M): evaluando la capacidad del paciente para seguir órdenes o retirar miembros en respuesta a un estímulo doloroso. Se puntúa de 1 a 6, donde 1 indica ninguna respuesta y 6 indica que el movimiento es normal.

3. Estado de los ojos (E): evaluando la apertura espontánea o en respuesta a un estímulo verbal o doloroso. Se puntúa de 1 a 4, donde 1 indica ausencia total de apertura y 4 indica apertura espontánea.

La puntuación total se obtiene sumando los valores de V, M y E, con un rango entre 3 y 15. Cuanto menor es la puntuación, más grave es el estado de coma del paciente. Una puntuación inferior a 8 generalmente indica un estado de coma profundo o inconsciencia.

La GCS se ha convertido en una herramienta importante para los profesionales médicos al evaluar y monitorizar la gravedad de las lesiones cerebrales, así como para tomar decisiones sobre el tratamiento y el pronóstico del paciente.

Las raíces nerviosas espinales, también conocidas como radículas, se refieren a los fascículos de fibras nerviosas que emergen desde el lado anterior (ventral) de la médula espinal. Cada raíz nerviosa espinal está formada por axones de neuronas que transportan señales entre el sistema nervioso central y el resto del cuerpo.

Las raíces nerviosas espinales se agrupan en pares, cada par correspondiendo a un nivel específico de la columna vertebral. Cada par está compuesto por una raíz anterior (motora) y una raíz posterior (sensitiva). La raíz anterior contiene axones que se originan en los núcleos motorios de la médula espinal y llevan señales hacia los músculos efectores. Por otro lado, la raíz posterior está formada por axones procedentes de las neuronas pseudounipolares del ganglio raquídeo adyacente, responsables de transmitir información sensorial desde la piel, músculos y articulaciones hacia el sistema nervioso central.

Las raíces nerviosas espinales se unen para formar los nervios espinales, que salen del conducto vertebral a través de los forámenes intervertebrales y llevan señales a y desde diferentes regiones del cuerpo. Los problemas en las raíces nerviosas espinales pueden causar diversos síntomas neurológicos, como dolor, entumecimiento, debilidad muscular o pérdida de reflejos, dependiendo del nivel y la gravedad del daño.

La laminectomía es un procedimiento quirúrgico de la columna vertebral donde se elimina o se extrae parcial o totalmente la lámina, que es la parte posterior y protectora del arco óseo de una vértebra. Esto se realiza generalmente para aliviar la presión sobre la médula espinal o las raíces nerviosas, una condición conocida como estenosis espinal, o para acceder a la duramadre y el midollo espinal en operaciones más complejas. También se puede realizar para tratar hernias discales graves, tumores de columna vertebral o infecciones. La laminectomía puede realizarse en cualquier parte de la columna vertebral, desde el cuello hasta la zona lumbar.

La fosa craneal posterior, también conocida como la fosa cerebral posterior o fosa cranial occipital, es una depresión profunda y curva en la base del cráneo. Es la fosa craneal más baja de las tres fosas (las otras son la fosa craneal anterior y la fosa craneal media) y se encuentra en la parte posterior del cerebro.

La fosa craneal posterior alberga principalmente el cerebelo, el tronco del encéfalo y la mayor parte del bulbo raquídeo. También contiene importantes estructuras vasculares como la vena jugular interna, la arteria vertebral y la arteria basilar. La fosa craneal posterior se define anatómicamente por los huesos que la forman, que incluyen el occipital, el temporal y el parietal.

Las neoplasias de la columna vertebral se refieren a crecimientos anormales y no controlados de tejido en la columna vertebral. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos raramente se diseminan a otras partes del cuerpo y su crecimiento suele ser más lento, mientras que los tumores malignos pueden invadir los tejidos circundantes y tienen una mayor probabilidad de diseminarse o metastatizar.

Las neoplasias de la columna vertebral se clasifican según su localización anatómica como extradurales (fuera del duramadre, la membrana más externa que rodea la médula espinal), intradurales-extramedulares (entre las meninges o membranas que rodean la médula espinal pero fuera de la sustancia gris y blanca de la médula espinal) e intramedulares (dentro de la sustancia gris y blanca de la médula espinal).

Los síntomas varían dependiendo de la localización y el tipo del tumor, pero pueden incluir dolor de espalda, debilidad muscular, rigidez, pérdida de sensibilidad, problemas de control de esfínteres o parálisis. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. La elección del tratamiento depende del tipo y la etapa del tumor, la edad y el estado de salud general del paciente.

La estenosis espinal se refiere a un estrechamiento anormal del canal espinal, que es el conducto protegido por las vértebras de la columna vertebral y contiene la médula espinal y los nervios raquídeos. Este estrechamiento puede comprimir la médula espinal o los nervios raquídeos, lo que puede causar diversos síntomas neurológicos dependiendo de la gravedad y la ubicación de la estenosis.

La causa más común de estenosis espinal es el desgaste relacionado con la edad, especialmente en personas mayores de 50 años. Con el tiempo, los discos intervertebrales se desgastan y pierden su altura, lo que hace que las vértebras se acerquen más unas a otras. La artritis también puede causar crecimientos óseos anormales llamados osteofitos, que pueden sobresalir en el canal espinal y reducir su tamaño.

Los síntomas de la estenosis espinal incluyen dolor de espalda, rigidez y entumecimiento, debilidad o hormigueo en las piernas, especialmente al caminar o estar de pie durante períodos prolongados. Algunas personas también pueden experimentar pérdida de control de la vejiga o los intestinos. El tratamiento puede incluir fisioterapia, medicamentos para el dolor y la inflamación, inyecciones epidurales de esteroides y, en algunos casos, cirugía.

La hemorragia cerebral traumática, también conocida como hemorragia intracraneal, es un tipo de lesión cerebral traumática (LCT) que ocurre cuando hay una ruptura de vasos sanguíneos en el cerebro, lo que provoca la acumulación de sangre en los tejidos cerebrales o en el espacio entre las membranas que rodean el cerebro.

Esta condición puede ser causada por diversos mecanismos traumáticos, como accidentes automovilísticos, caídas, lesiones deportivas o cualquier otro tipo de trauma craneal. La gravedad de la hemorragia cerebral traumática varía desde lesiones leves hasta graves, que pueden ser fatales.

Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza intenso, vómitos, mareos, visión borrosa, debilidad o entumecimiento en extremidades, dificultad para hablar, confusión, somnolencia extrema y pérdida del conocimiento. El tratamiento temprano es crucial para prevenir complicaciones y reducir el riesgo de daño cerebral permanente. La evaluación y el manejo adecuados de la hemorragia cerebral traumática requieren la intervención de profesionales médicos especializados en neurología y neurocirugía.

La descompresión quirúrgica es un procedimiento médico que se utiliza para aliviar la presión sobre los tejidos, nervios o vasos sanguíneos comprimidos en el cuerpo. Esta situación de presión excesiva puede ser causada por diversas afecciones, como hernias discales, tumores, inflamaciones o infecciones.

En el caso de una hernia discal, por ejemplo, el disco intervertebral sobresale y comprime la raíz nerviosa adyacente, lo que provoca dolor, entumecimiento o debilidad en un área específica del cuerpo. La descompresión quirúrgica en esta situación implica la extracción parcial o total del disco herniado para liberar la presión sobre el nervio afectado.

Otros ejemplos de descompresión quirúrgica incluyen la craneotomía decompressiva utilizada en el tratamiento de tumores cerebrales o hemorragias subaracnoideas, donde se abre el cráneo para aliviar la presión intracraneal y facilitar la cirugía del tumor o la reparación de vasos sanguíneos dañados.

En resumen, la descompresión quirúrgica es una intervención médica que tiene como objetivo reducir la presión sobre tejidos u órganos afectados por diversas patologías, con el fin de mejorar los síntomas y preservar o restaurar la función normal.

La fusión vertebral es un procedimiento quirúrgico ortopédico en el que se une permanentemente uno o más discos intervertebrales y los huesos adyacentes (vértebras) en la columna vertebral. Esto se hace generalmente para aliviar el dolor de espalda crónico, corregir una deformidad como la escoliosis o estabilizar la columna vertebral después de una lesión o cirugía previa. Durante la fusión, los discos dañados o desgastados y las vértebras circundantes se eliminan parcial o totalmente. Luego, se inserta un injerto óseo en el espacio vacío para promover el crecimiento de nuevo hueso. A medida que este nuevo hueso crece, une los dos extremos de la vértebra fusionándolos permanentemente. A veces, se utilizan dispositivos médicos adicionales, como tornillos, barras y cables, para mantener la alineación adecuada y estabilizar la columna vertebral mientras se produce la fusión.

El espacio subaracnoides es un espacio anatómico dentro del sistema nervioso central. Se encuentra entre las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, llamadas meninges. Más específicamente, se localiza entre la piamadre (la meninge más interna que está en contacto directo con la superficie del cerebro y la médula espinal) y la aracnoides (una membrana delgada y aterciopelada).

Este espacio contiene líquido cefalorraquídeo (LCR), un fluido claro y transparente que actúa como amortiguador protegiendo al cerebro y la médula espinal de posibles traumatismos. Además, el LCR también desempeña funciones importantes en el intercambio metabólico entre el sistema nervioso central y el torrente sanguíneo, así como en la eliminación de desechos metabólicos.

Es importante mencionar que ciertas condiciones clínicas pueden afectar al espacio subaracnoides, como las hemorragias subaracnoideas (sangrado en este espacio) o la meningitis (infección de las meninges), las cuales requieren atención médica inmediata.

La remisión espontánea, en términos médicos, se refiere a la resolución o desaparición de los síntomas de una enfermedad o condición sin tratamiento médico específico. Sucede por sí sola y puede ser temporal o permanente. Es más comúnmente observada en ciertas afecciones inflamatorias, infecciosas y algunos tipos de cáncer. Sin embargo, es importante señalar que aunque los síntomas hayan desaparecido, la enfermedad subyacente puede seguir existiendo, por lo que se recomienda continuar con los controles médicos regulares.

Las hemorragias intracraneales se refieren a los sangrados que ocurren dentro del cráneo. Estos sangrados pueden producirse en el espacio entre el cerebro y el cráneo (hemorragia subdural), en el espacio entre las membranas que rodean al cerebro (hemorragia epidural), o directamente dentro del tejido cerebral (hemorragia intraparenquimatosa).

La causa más común de estas hemorragias es la rotura de vasos sanguíneos debido a un traumatismo craneal. Sin embargo, también pueden ser causadas por diversas condiciones médicas, como hipertensión arterial no controlada, aneurismas cerebrales, malformaciones vasculares, tumores cerebrales o trastornos de coagulación sanguínea.

Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo y la ubicación de la hemorragia, pero generalmente incluyen dolor de cabeza intenso, vómitos, convulsiones, debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo, problemas de visión, dificultad para hablar o tragar, y cambios en el nivel de conciencia o comportamiento.

El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, medicamentos para controlar la presión intracraneal y prevenir convulsiones, y rehabilitación para ayudar a recuperar las funciones perdidas.

Los electrodos implantados son dispositivos médicos que se insertan quirúrgicamente en el cuerpo humano. Se conectan generalmente a un generador de impulsos situado bajo la piel, que envía estimulaciones eléctricas a través de los electrodos. Estos impulsos eléctricos pueden modular la actividad nerviosa, alterando así diversas funciones fisiológicas.

Este tipo de terapia es utilizada principalmente en el tratamiento de enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson, la distonía o la epilepsia. También se emplea en el control del dolor crónico, especialmente cuando es difícil de aliviar con medicamentos.

Los electrodos pueden ser unipolares (un solo electrodo rodeado por tejido no conductor) o multipolares (varios electrodos en una misma sonda). Su forma y tamaño varían dependiendo del objetivo terapéutico y del lugar donde van a ser implantados.

La intervención para colocar los electrodos requiere precisión quirúrgica y se guía por imágenes médicas como la resonancia magnética o la tomografía computada. Después de la cirugía, se realiza una prueba de estimulación para ajustar los parámetros del generador de impulsos y optimizar la respuesta terapéutica.

La cefalea es el término médico para designar a un dolor de cabeza. Puede manifestarse como una sensación pulsátil o sorda en una parte o ambos lados de la cabeza, acompañada a menudo de náuseas y molestias a la luz o al ruido. Existen diferentes tipos de cefaleas, entre las que se incluyen la migraña, la cefalea tensional y la cefalea en brotes. El tratamiento varía dependiendo del tipo y la gravedad de la cefalea. En algunos casos, los medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor, mientras que en otros casos, se requieren cambios en el estilo de vida o terapias preventivas.

Neumocefalo es un término médico que se refiere a la presencia de aire o gas en los espacios subaracnoideos alrededor del cerebro. Este fenómeno suele ser patológico y puede resultar de diversas condiciones, como una lesión traumática craneal, una infección (como la meningitis), un procedimiento quirúrgico o una enfermedad vascular cerebral. El neumocefalo puede ser asintomático, pero también puede causar diversos síntomas, como dolor de cabeza, rigidez de nuca, convulsiones u otros signos de aumento de la presión intracraneal. El diagnóstico se realiza mediante técnicas de imagenología médica, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir antibióticos, cirugía o descompresión.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

En términos médicos, un "resultado fatal" se refiere a un desenlace desfavorable de un diagnóstico, condición de salud, procedimiento o tratamiento que resulta en la muerte del paciente. Es un término formal y objetivo utilizado para describir una situación en la cual los esfuerzos terapéuticos no han podido revertir el curso de una enfermedad grave o lesión, y desafortunadamente conduce al fallecimiento del individuo.

Es importante mencionar que este término se utiliza con precaución y respeto, dada la naturaleza delicada y sensible de la situación. La comunicación de un resultado fatal a los familiares o cuidadores del paciente suele ser una parte difícil del trabajo médico, y se realiza siempre con empatía y compasión.

Los traumatismos vertebrales se refieren a lesiones físicas o daños en los huesos (vértebras) que forman la columna vertebral. Estas lesiones pueden variar desde moretones y esguinces hasta fracturas y dislocaciones graves. Los traumatismos vertebrales a menudo se asocian con accidentes automovilísticos, caídas, deportes de contacto o cualquier evento que implique una fuerza repentina o impacto en la columna vertebral.

Los síntomas pueden incluir dolor de espalda intenso, rigidez, hinchazón, moretones, debilidad muscular, entumecimiento o hormigueo en las extremidades, y en casos graves, problemas para controlar los intestinos o la vejiga. El tratamiento depende de la gravedad de la lesión y puede incluir reposo, fisioterapia, medicamentos para el dolor, inmovilización con un collar cervical o férula, cirugía o rehabilitación.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha un traumatismo vertebral, ya que estas lesiones pueden causar daños permanentes en la médula espinal y otros tejidos circundantes, lo que podría conducir a discapacidades graves o incluso la muerte.

Las complicaciones posoperatorias se refieren a problemas o eventos adversos que surgen después de una cirugía y pueden estar relacionados con el procedimiento quirúrgico, la anestesia o los cuidados posoperatorios. Estas complicaciones pueden variar en gravedad y pueden incluir infecciones, reacciones a la anestesia, hemorragias, coágulos sanguíneos, neumonía, insuficiencia orgánica o incluso la muerte.

Las complicaciones posoperatorias pueden ser el resultado de una serie de factores, incluyendo la salud general del paciente antes de la cirugía, el tipo y la complejidad del procedimiento quirúrgico, la habilidad y experiencia del equipo quirúrgico, y los cuidados posoperatorios adecuados.

Algunas complicaciones posoperatorias pueden ser prevenidas o minimizadas mediante una evaluación preoperatoria exhaustiva, una técnica quirúrgica meticulosa, el uso apropiado de antibióticos y otros medicamentos, y la atención cuidadosa durante el período posoperatorio. Los pacientes también pueden tomar medidas para reducir su riesgo de complicaciones posoperatorias, como dejar de fumar, mantener una dieta saludable y hacer ejercicio regular antes de la cirugía.

Un absceso encefálico es una acumulación localizada de pus dentro del tejido cerebral, causada generalmente por la infección y multiplicación de bacterias u hongos en el cerebro. Esto puede ocurrir como resultado de una infección que se disemina desde otra parte del cuerpo o como consecuencia de una infección directa en el cerebro, por ejemplo, después de una lesión traumática o quirúrgica.

Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza, fiebre, confusión, convulsiones, debilidad en un lado del cuerpo y trastornos visuales. El tratamiento generalmente implica antibióticos o antifúngicos para eliminar la infección, junto con procedimientos quirúrgicos para drenar el pus acumulado. Si no se trata a tiempo, un absceso encefálico puede causar daño cerebral severo e incluso la muerte.

Después de mi investigación, puedo informarte que no existe una estructura anatómica o un concepto médico específico conocido como "ligamento amarillo". Es posible que pueda haber alguna confusión con el término "ligamento amarillento", que se utiliza en patología para describir la coloración amarillenta de los ligamentos en algunas afecciones, como la artrosis séptica o la inflamación crónica. Sin embargo, no hay un ligamento específico que se conozca como el "ligamento amarillo". Si puedes proporcionar más contexto o información sobre dónde has encontrado este término, estaré encantado de seguir investigando para ofrecerte una respuesta más precisa.

Las meninges son membranas protectoras del sistema nervioso central en los humanos y otros animales. Ellas recubren el cerebro y la médula espinal desde el interior del cráneo y la columna vertebral. Hay tres capas de meninges: la duramadre (la más externa y resistente), la aracnoides (la intermedia) y la piamadre (la más interna, que está en contacto directo con el tejido cerebral). Estas membranas ayudan a proteger el sistema nervioso central de lesiones y infecciones, proporcionan un suministro de sangre a través de vasos sanguíneos y contienen líquido cefalorraquídeo, que actúa como amortiguador y facilita la circulación de nutrientes y desechos.

La Atrofia Muscular Espinal (AME) es un grupo de trastornos genéticos que afectan la motoneurona inferior, que es la neurona responsable de controlar los músculos esqueléticos. La enfermedad se caracteriza por una disminución progresiva en el tono muscular y la fuerza, lo que lleva a una debilidad muscular generalizada.

Existen varios tipos de AME, clasificados según la edad de inicio de los síntomas y su gravedad. Los tipos más comunes son la AME tipo I, también conocida como Werdnig-Hoffmann, que se manifiesta en los primeros seis meses de vida y es la forma más grave; la AME tipo II, que se presenta entre los 6 y los 18 meses de edad y tiene un curso más lento; y la AME tipo III, también llamada Kugelberg-Welander, que comienza después de los 18 meses y es la forma menos grave.

La causa de la AME es una mutación en el gen SMN1 (supervivencia del motoneurona 1), que produce una proteína necesaria para el mantenimiento y desarrollo normal de las motoneuronas. La falta de esta proteína lleva a la muerte progresiva de estas células nerviosas, lo que resulta en la pérdida de conexiones entre el cerebro y los músculos.

Los síntomas de la AME incluyen debilidad muscular progresiva, hipotonía (bajo tono muscular), fasciculaciones (contracciones musculares involuntarias), atrofia muscular, dificultad para respirar y deglutir, y en los casos más graves, parálisis.

El diagnóstico de la AME se realiza mediante estudios genéticos y neurológicos, como electromiografía y resonancia magnética. No existe cura para la enfermedad, pero el tratamiento puede ayudar a mejorar los síntomas y prevenir complicaciones. El tratamiento incluye fisioterapia, terapia del habla y deglución, dispositivos de apoyo como sillas de ruedas y ventiladores, y en algunos casos, medicamentos para aliviar los espasmos musculares y mejorar la función respiratoria.

Las vértebras cervicales se refieren a los siete huesos individuales (denominados C1 a C7) que constituyen la parte superior y más flexible de la columna vertebral, también conocida como el cuello. Cada vértebra cervical tiene un cuerpo vertebral anterior, un arco neural posterior con procesos articulares y transversos, y un agujero espinal a través del cual pasa la médula espinal.

La primera vértebra cervical, conocida como Atlas (C1), es única ya que no tiene cuerpo vertebral; en su lugar, articula directamente con el cráneo para soportar su peso. La segunda vértebra cervical, conocida comoAxis (C2), contiene un proceso odontoides o "diente" que sobresale desde el cuerpo vertebral y se conecta con el Atlas, permitiendo el movimiento de rotación del cuello.

Las vértebras cervicales inferiores (C3-C7) tienen cuerpos vertebrales más grandes y similares, así como agujeros espinales que se hacen más pequeños a medida que desciende la columna. Estos huesos brindan protección a la médula espinal y permiten una amplia gama de movimientos, como flexión, extensión, rotación y inclinación lateral del cuello.

Las vértebras cervicales también presentan discos intervertebrales entre ellas, excepto entre el Atlas y el Axis, que actúan como amortiguadores para absorber los impactos y permitir un movimiento suave. Además, están conectadas por ligamentos y músculos que brindan soporte y facilitan la estabilidad y el movimiento del cuello.

La punción espinal, también conocida como punción lumbar o punción sacra, es un procedimiento médico en el que se inserta una aguja especialmente diseñada entre dos vértebras en la columna vertebral para recolectar líquido cefalorraquídeo (LCR) u otros fines diagnósticos o terapéuticos. El LCR rodea el cerebro y la médula espinal y actúa como un amortiguador protector.

El procedimiento generalmente se realiza en una posición fetal lateral, con el paciente acostado de lado y doblado hacia adelante. Después de esterilizar el área y administrar anestesia local, el médico inserta la aguja en el espacio subaracnoideo (el espacio entre la duramadre y la piamadre) en el extremo inferior de la columna vertebral. Una vez que la aguja está en posición, se puede recolectar una muestra del líquido cefalorraquídeo para análisis o se pueden administrar fármacos directamente al espacio subaracnoideo.

La punción espinal se utiliza a menudo para ayudar a diagnosticar enfermedades que afectan el sistema nervioso central, como la meningitis, la esclerosis múltiple o los hemorragias subaracnoides. También puede utilizarse para aliviar la presión intracraneal en ciertas condiciones y para administrar anestésicos epidurales durante el parto.

Aunque la punción espinal es generalmente segura cuando se realiza por un profesional médico capacitado, pueden ocurrir complicaciones, como dolores de cabeza post-punción, infecciones, sangrados y daños a los nervios raquídeos.

La Escala de Consecuencias de Glasgow (GCS, por sus siglas en inglés) es un método ampliamente utilizado en la evaluación de la gravedad de una lesión cerebral traumática. Fue desarrollada en 1974 por los neurocirujanos Graham Teasdale y Bryan J. Jennett en la Universidad de Glasgow. La escala mide el nivel de respuesta de un paciente en tres aspectos: abrir los ojos, respuesta verbal y respuesta motora.

Aquí está la definición médica de cada categoría de la Escala de Consecuencias de Glasgow:

1. **Abriendo los ojos (O):**
- 1 punto: No abre los ojos.
- 2 puntos: Abre los ojos en respuesta a la estimulación dolorosa.
- 3 puntos: Abiertos espontáneamente.

2. **Respuesta verbal (V):**
- 1 punto: No hace ningún sonido.
- 2 puntos: Sonidos incomprensibles.
- 3 puntos: Palabras desorientadas y/o irrelevantes.
- 4 puntos: Respuesta coherente, orientada.

3. **Respuesta motora (M):**
- 1 punto: Sin respuesta a los estímulos dolorosos.
- 2 puntos: Extensión a la estimulación dolorosa (decerebración).
- 3 puntos: Flexión a la estimulación dolorosa (decorticación).
- 4 puntos: Retira respuesta localizada a la estimulación dolorosa.
- 5 puntos: Obedece comandos.

La puntuación total de GCS se obtiene sumando los valores de cada categoría (O + V + M), y puede variar entre 3 y 15. Cuanto mayor sea la puntuación, menor es el grado de disfunción neurológica. Las puntuaciones de GCS se utilizan comúnmente en el manejo de pacientes con traumatismos craneoencefálicos para evaluar y monitorizar su estado neurológico.

La cefalea pospunción de duramadre, también conocida como dolor de cabeza post-dural punción o síndrome de post-punción dural, es un tipo de dolor de cabeza que puede ocurrir después de una punción lumbar (una prueba diagnóstica en la cual se inserta una aguja en el espacio subaracnoideo para recolectar líquido cefalorraquídeo).

Este tipo de cefalea suele presentarse como un dolor intenso y punzante en la parte posterior de la cabeza y el cuello, que puede empeorar al sentarse o pararse. También puede estar acompañado de náuseas, vómitos, mareos, sensibilidad a la luz y al sonido, y rigidez en el cuello.

La cefalea pospunción de duramadre se produce cuando se produce una fuga de líquido cefalorraquídeo después de la punción lumbar, lo que hace que la presión del líquido disminuya y provoque dolor de cabeza. La mayoría de las veces, este tipo de cefalea desaparece por sí sola en unos días o semanas, pero en algunos casos puede persistir durante más tiempo y requerir tratamiento médico adicional.

El tratamiento para la cefalea pospunción de duramadre puede incluir reposo en cama, hidratación adecuada, medicamentos contra el dolor y la náusea, y en casos graves o persistentes, puede requerir una cirugía para reparar la fuga de líquido cefalorraquídeo.

La angiografía cerebral es un procedimiento diagnóstico que utiliza rayos X y una sustancia de contraste para producir imágenes detalladas de los vasos sanguíneos en el cerebro. Durante el procedimiento, un agente de contraste se inyecta en la arteria principal del cuello, lo que permite que los vasos sanguíneos del cerebro se visualicen claramente en las radiografías.

Este procedimiento se utiliza a menudo para identificar anomalías en los vasos sanguíneos del cerebro, como aneurismas, estenosis (estrechamiento), oclusión (obstrucción) y malformaciones vasculares. También se puede usar para planificar tratamientos endovasculares, como la colocación de stents o la embolización de aneurismas.

La angiografía cerebral generalmente se realiza en un hospital o centro médico especializado y requiere la administración de anestesia local. Después del procedimiento, es posible que sea necesario permanecer en observación durante unas horas para asegurarse de que no haya complicaciones. Las complicaciones graves son poco frecuentes pero pueden incluir reacciones al agente de contraste, sangrado excesivo, infección o daño a los vasos sanguíneos.

Las vértebras lumbares se refieren a los cinco segmentos vertebrales localizados en la parte inferior de la columna vertebral, entre las vértebras torácicas y el sacro. Estas vértebras son relativamente más grandes y robustas en comparación con otras regiones de la columna, reflejando su función principal en la provisión de estabilidad y soporte para el peso del tronco y la transmisión de fuerzas desde el torso hacia las piernas.

Cada vértebra lumbar consta de un cuerpo vertebral anterior, un arco neural posterior y varios procesos. El cuerpo vertebral es la parte más robusta y proporciona una superficie articular para la unión con las vértebras adyacentes. Los arcos neurales forman los agujeros vertebrales, que alineados crean el canal espinal por donde viajan el midollo espinal y los nervios raquídeos. Finalmente, los procesos (como los processos transversos y spinosos) sirven como puntos de unión para los ligamentos y músculos que estabilizan y movilizan la columna vertebral.

Las vértebras lumbares también presentan una curvatura lordótica, lo que significa que se curvan hacia adentro, formando una concavidad anterior. Esta configuración ayuda a distribuir las fuerzas de compresión y flexión durante el movimiento y las actividades diarias.

Debido a su localización y estructura, las vértebras lumbares son propensas a sufrir lesiones y padecimientos degenerativos como hernias discales, espondilolistesis o artrosis facetaria, entre otros.

La región lumbosacra es un término médico que se refiere a la parte inferior de la espalda, justo por encima del coxis o hueso sacro. Esta área está compuesta por cinco vértebras lumbar (L1-L5) y el sacro, que es un hueso triangular grande formado por la fusión de varias vértebras sacras. La función principal de esta región es soportar el peso del cuerpo y permitir el movimiento de flexión, extensión e inclinación lateral de la columna vertebral. También alberga importantes estructuras nerviosas, como los nervios lumbares y sacros, que suministran inervación a las piernas y los órganos pélvicos.

La hemorragia subaracnoidea (HSA) es un tipo específico de hemorragia intracraneal donde se produce un sangrado en el espacio subaracnoideo, que es el espacio entre las membranas que rodean al cerebro. Este espacio está lleno de líquido cefalorraquídeo (LCR) y normalmente proporciona protección al cerebro.

La causa más común de una HSA es la rotura de un aneurisma cerebral, una dilatación localizada y debilitada en una arteria cerebral. Otras causas menos frecuentes pueden incluir traumatismos craneales graves, malformaciones vasculares, tumores cerebrales o infecciones.

Los síntomas más comunes de una HSA incluyen dolor de cabeza intenso y repentino (conocido como "el peor dolor de cabeza de mi vida"), rigidez en el cuello, vómitos, alteraciones visuales, sensibilidad a la luz, convulsiones, confusión, somnolencia o coma. La HSA es una condición médica grave y potencialmente letal que requiere atención inmediiata y tratamiento en un centro médico especializado. El tratamiento puede incluir cirugía para reparar el aneurisma roto, control de la presión intracraneal, manejo de las convulsiones y prevención de complicaciones como la hidrocefalia o el vasoespasmo cerebral.

La mielografía es un procedimiento de diagnóstico por imagen que involucra la inyección de un contraste de colorante en el espacio subaracnoideo que rodea la médula espinal. Luego, se toman radiografías o imágenes de resonancia magnética para observar la columna vertebral y el canal raquídeo. Esta prueba se utiliza a menudo para evaluar problemas en los discos intervertebrales, como hernias discales, o estrechamientos del canal espinal (estenosis espinal) que puedan estar causando dolor, debilidad o entumecimiento. Es importante mencionar que, como cualquier procedimiento médico, la mielografía conlleva ciertos riesgos y complicaciones potenciales, por lo que debe ser realizada por un profesional médico calificado y bajo estrictas precauciones.

Los traumatismos encefálicos, también conocidos como lesiones cerebrales traumáticas, se refieren a daños o lesiones en el tejido cerebral que resultan de un trauma físico. Estos traumas pueden ser causados por una variedad de eventos, como accidentes automovilísticos, caídas, lesiones deportivas, actos violentos o incluso explosiones militares.

Existen dos tipos principales de traumatismos encefálicos: los traumatismos cerrados y los abiertos. Los traumatismos cerrados ocurren cuando el cerebro se mueve violentamente dentro del cráneo después de un impacto, pero el cráneo permanece intacto. Por otro lado, los traumatismos encefálicos abiertos, también llamados penetrantes, suceden cuando un objeto penetra directamente en el cráneo y el tejido cerebral.

Los síntomas de un traumatismo encefálico pueden variar ampliamente dependiendo de la gravedad y la ubicación de la lesión. Algunos síntomas comunes incluyen dolores de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, confusión, somnolencia, dificultad para hablar, pérdida de memoria, visión doble o borrosa, zumbido en los oídos y sensibilidad a la luz o el sonido. En casos graves, las personas pueden experimentar convulsiones, coma o incluso la muerte.

El tratamiento de un traumatismo encefálico depende de su severidad. Puede incluir medicamentos para aliviar el dolor y reducir la inflamación, reposo y observación en un entorno hospitalario, terapia física o de rehabilitación, cirugía para eliminar coágulos sanguíneos o reparar fracturas craneales, o incluso cuidados paliativos en casos graves. La prevención es clave para reducir el riesgo de sufrir un traumatismo encefálico, lo que implica usar cinturones de seguridad y sistemas de retención infantil, usar cascos al montar bicicletas o motocicletas, y tomar precauciones al practicar deportes de contacto.

La extravasación de materiales terapéuticos y diagnósticos se refiere al accidental escape o fuga de un agente terapéutico (como un medicamento) o un agente de diagnóstico (como un medio de contraste) fuera del vaso sanguíneo previsto durante un procedimiento médico invasivo, como una infusión intravenosa. Esto puede ocurrir si la aguja o el catéter no están correctamente posicionados dentro de la vena y penetran en los tejidos circundantes.

La extravasación puede causar diversos efectos adversos, dependiendo del tipo y cantidad del material involucrado, así como de la sensibilidad del paciente a este. Los efectos pueden variar desde leves (como enrojecimiento e hinchazón en el sitio de inyección) hasta graves (como necrosis tisular, daño nervioso y disfunción orgánica).

El manejo de la extravasación dependerá del agente involucrado y del grado de la lesión. Puede incluir el uso de antídotos, terapia tópica o sistémica, o incluso cirugía en casos severos. La prevención es clave para minimizar los riesgos asociados con la extravasación, lo que implica un cuidado adecuado durante el procedimiento y una vigilancia estrecha del paciente durante y después de la administración del agente.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

La isquemia de la médula espinal se refiere a una condición médica en la cual el flujo sanguíneo inadecuado hacia la médula espinal resulta en un suministro insuficiente de oxígeno y nutrientes a las células de la médula espinal. Esto puede conducir a daños celulares y potencialmente a la muerte de las células, lo que podría dar lugar a diversos déficits neurológicos, dependiendo de la gravedad e intensidad de la isquemia, así como de la región específica de la médula espinal afectada.

La causa más común de isquemia de la médula espinal es una disminución repentina y drástica en el suministro de sangre a la médula espinal, que puede deberse a diversos factores, como por ejemplo: un accidente cerebrovascular, una lesión de la columna vertebral, una disección arterial, una estenosis espinal o una embolia.

Los síntomas de isquemia de la médula espinal pueden variar ampliamente y dependerán del nivel y extensión de la lesión. Algunos de los síntomas más comunes incluyen: debilidad, entumecimiento o parálisis en las extremidades, pérdida de reflejos tendinosos profundos, disfunción vesical o intestinal, y trastornos sensoriales.

El tratamiento de la isquemia de la médula espinal requiere una evaluación y manejo inmediatos e intensivos por parte de un equipo multidisciplinario de especialistas en neurociencias, con el objetivo de restaurar el flujo sanguíneo a la médula espinal lo antes posible. El tratamiento puede incluir medidas de soporte vital, oxigenación y circulación adecuadas, administración de fármacos vasodilatadores o trombolíticos, y en algunos casos, cirugía para reparar lesiones vasculares o descomprimir la médula espinal.

Un parche de sangre epidural, también conocido como hematoma epidural espinal, es una acumulación de sangre que se forma entre el hueso de la columna vertebral (vértebra) y la duramadre, que es la membrana más externa que rodea y protege la médula espinal. Este tipo de hemorragia suele ser el resultado de una lesión traumática en la columna vertebral, como un accidente automovilístico o una caída grave, que causa la rotura de vasos sanguíneos en esta zona.

La sangre acumulada forma un coágulo (el parche) que comprime la médula espinal y los nervios raquídeos, lo que puede provocar diversos síntomas neurológicos, como dolor intenso en la espalda, debilidad muscular, entumecimiento o pérdida de sensibilidad en las extremidades, dificultad para caminar y, en casos graves, parálisis. El tratamiento suele requerir cirugía inmediata para aliviar la presión sobre la médula espinal y prevenir daños irreversibles.

Es importante tener en cuenta que un parche de sangre epidural es una afección médica grave que requiere atención urgente; si se sospecha de su existencia después de haber sufrido una lesión en la columna vertebral, es fundamental buscar asistencia médica inmediata.

Los tomógrafos computarizados por rayos X, también conocidos como TC o CAT (por sus siglas en inglés), son dispositivos médicos que utilizan radiación ionizante para obtener imágenes detalladas y cruzadas de las estructuras internas del cuerpo humano.

El proceso de adquisición de imágenes se realiza mediante la rotación de una fuente de rayos X alrededor del paciente, mientras que a la vez se registra la atenuación de los rayos X que atraviesan el cuerpo en diferentes ángulos. Luego, un ordenador procesa esta información y construye imágenes transversales del cuerpo, las cuales pueden ser visualizadas en diferentes planos (axial, sagital, coronal) o reconstruidas en tres dimensiones.

Los TC son ampliamente utilizados en el diagnóstico y seguimiento de una variedad de condiciones médicas, incluyendo traumatismos, tumores, infecciones, enfermedades vasculares y otras afecciones que requieren un alto nivel de detalle anatómico. Sin embargo, su uso está limitado por el riesgo potencial de exposición a la radiación ionizante y por lo tanto se recomienda utilizarlos solo cuando sea clínicamente indicado y después de evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos potenciales.

Los ganglios espinales, también conocidos como ganglios de la raíz dorsal o ganglios sensoriales, son estructuras nerviosas localizadas en la raíz dorsal de los nervios espinales. Forman parte del sistema nervioso periférico y desempeñan un papel crucial en la transmisión de señales nerviosas sensoriales desde el cuerpo hacia la médula espinal y, finalmente, al cerebro.

Cada ganglio espinal contiene neuronas pseudounipolares, cuyos axones se dividen en dos ramas: una rama central que ingresa a la médula espinal a través de la raíz dorsal y una rama periférica que transmite información sensorial desde el cuerpo.

Las fibras nerviosas que emergen de los ganglios espinales transmiten diversos tipos de información sensorial, como tacto, temperatura, dolor y propiocepción (conciencia del movimiento y posición de las articulaciones). Estos impulsos nerviosos viajan a través de la médula espinal hasta alcanzar el sistema nervioso central, donde son procesados y utilizados para generar respuestas apropiadas.

Es importante mencionar que los ganglios espinales no deben confundirse con los ganglios linfáticos, que son estructuras diferentes relacionadas con el sistema inmunológico y la respuesta inflamatoria del cuerpo.

Las vértebras torácicas son doce vértebras situadas en la parte media y superior de la columna vertebral, entre las vértebras cervicales y lumbares. Numeradas del T1 al T12, cada vértebra torácica tiene un cuerpo vertebral anterior, un arco neural posterior y varios procesos.

Las características distintivas de las vértebras torácicas incluyen:

1. Cuerpos vertebrales: Son los segmentos más grandes y robustos de cada vértebra. Su forma es ovalada, con el eje mayor orientado verticalmente. Los cuerpos vertebrales de las vértebras torácicas son más anchos que altos y presentan una superficie articular anterior y posterior para la unión con las vértebras adyacentes.

2. Arco neural: Es la parte posterior de cada vértebra, formada por varias partes óseas: el pedículo, el lámina, los procesos articulares superiores e inferiores y los processus spinosi.

- Pedículos: Son segmentos cortos y robustos que conectan el cuerpo vertebral con la lámina.

- Láminas: Se unen a los pedículos para formar el techo del canal espinal, donde se encuentran las meninges y la médula espinal.

- Processus articulares superiores e inferiores: Son pequeñas protuberancias que conectan las láminas y sirven como puntos de unión para los ligamentos y músculos circundantes. También participan en la formación de las articulaciones facetarias entre vértebras adyacentes.

- Processus spinosi: Son extensiones dorsales del arco neural, que se unen para formar una columna ósea central a lo largo de la columna vertebral. Los processus spinosi de las vértebras torácicas son generalmente cortos y bajos, mientras que los de las vértebras lumbares son más largos y prominentes.

- Foramen vertebrale: Es un orificio situado entre el pedículo y la lámina de cada lado del arco neural. A través de este foramen pasan las raíces nerviosas espinales y los vasos sanguíneos que irrigan los tejidos circundantes.

- Foramen intervertebrale: Es el espacio existente entre dos vértebras adyacentes, a través del cual discurre la raíz nerviosa espinal y los vasos sanguíneos correspondientes. Está limitado por los processus articulares superiores e inferiores de las vértebras y el ligamento amarillo, que previene su colapso durante la flexión y extensión de la columna vertebral.

Las vértebras torácicas tienen una forma distintiva, con un cuerpo vertebral más pequeño y plano en comparación con las vértebras lumbares o cervicales. Además, presentan dos apófisis costales a cada lado del cuerpo vertebral, que sirven como puntos de inserción para los músculos intercostales y ayudan a estabilizar la columna vertebral durante la respiración.

Las vértebras torácicas también tienen un proceso espinoso más corto y menos prominente que las vértebras lumbares, lo que les confiere una apariencia generalmente más pequeña y menos robusta. Estas características estructurales se adaptan a la función principal de la columna torácica, que es proporcionar soporte y protección a los órganos internos del tórax, como el corazón y los pulmones.

En resumen, las vértebras torácicas son un componente importante de la columna vertebral, que desempeñan un papel crucial en el soporte y la protección de los órganos internos del tórax. Su estructura única, con un cuerpo vertebral más pequeño, apófisis costales y procesos espinosos menos prominentes, se adapta a las demandas funcionales específicas de la región torácica del cuerpo.

La hemorragia retiniana es un término médico que se refiere a la presencia de sangre en la parte interna del ojo, específicamente en el tejido sensible a la luz llamado retina. La retina contiene células fotorreceptoras que captan la luz y envían señales al cerebro, permitiéndonos ver imágenes.

La hemorragia retiniana puede ocurrir por varias razones, como la diabetes no controlada, el glaucoma, la degeneración macular relacionada con la edad, lesiones oculares, desprendimiento de retina o incluso por actividades físicas vigorosas, entre otras causas.

Cuando se produce una hemorragia retiniana, los vasos sanguíneos que suministran oxígeno y nutrientes a la retina se dañan o rompen, lo que hace que la sangre se acumule en el espacio entre las capas de la retina. Esto puede interferir con la visión normal y, en casos graves, incluso provocar la pérdida permanente de la visión.

Los síntomas de la hemorragia retiniana pueden incluir manchas flotantes, visión borrosa o distorsionada, destellos de luz, sombras en el campo visual o incluso una disminución repentina de la visión. Si experimenta alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica inmediata para determinar la causa subyacente y recibir un tratamiento adecuado.

La paraplejía es un término médico que se utiliza para describir la parálisis de las piernas y, a veces, el área pélvica. Por lo general, esto ocurre como resultado de una lesión en la médula espinal en la parte inferior de la columna vertebral o debido a ciertas afecciones médicas que dañan el tejido nervioso. La paraplejía generalmente no afecta las manos y los brazos, a diferencia de la tetraplejía (también conocida como cuadriplejia), donde toda la parte superior e inferior del cuerpo se ve afectada.

Los síntomas de la paraplejía pueden variar dependiendo de la gravedad de la lesión o enfermedad subyacente, pero generalmente incluyen debilidad o pérdida completa del movimiento en las piernas, pérdida de sensación por debajo del nivel de la lesión, problemas con la vejiga y los intestinos, y, en algunos casos, dolor neuropático.

La paraplejía puede ser clasificada como completa o incompleta, dependiendo de si hay alguna preservación del funcionamiento nervioso por debajo del nivel de la lesión. En la paraplejía completa, hay una pérdida total de movimiento y sensación por debajo del nivel de la lesión. En la paraplejía incompleta, hay algún grado de preservación de la función nerviosa, lo que puede resultar en algún grado de movimiento o sensación por debajo del nivel de la lesión.

El tratamiento para la paraplejía depende de la causa subyacente y puede incluir fisioterapia, terapia ocupacional, medicamentos para el manejo del dolor y dispositivos de asistencia, como sillas de ruedas. En algunos casos, la cirugía puede ser recomendada para tratar complicaciones relacionadas con la lesión, como úlceras por presión o contracturas musculares.

La succión en términos médicos se refiere al proceso de extraer fluidos, líquidos o gases de un cuerpo u órgano mediante la creación de un vacío parcial. Esto se logra a menudo mediante el uso de dispositivos especializados como tubos o bombas de succión. La succión se utiliza en diversos contextos médicos, como la eliminación del exceso de líquido de los pulmones, la limpieza de heridas o la extracción de materiales extraños de una cavidad corporal. También es un proceso natural e importante en el desarrollo temprano, como cuando los bebés succionan leche materna o de botella durante la alimentación.

El acueducto del mesencéfalo, también conocido como acueducto de Silvio, es una estructura anatómica en el cerebro. Se trata de un conducto hueco dentro del mesencéfalo, que es parte del tronco encefálico y conecta la tercera ventrículo con el cuarto ventrículo. El líquido cefalorraquídeo fluye a través de este conducto. Una estrechez o bloqueo del acueducto del mesencéfalo puede resultar en un aumento de la presión intracraneal y una enfermedad llamada hidrocefalia.

La hemorragia de los ganglios basales es un tipo específico de hemorragia intracraneal que se produce en las estructuras profundas del cerebro conocidas como ganglios basales. Los ganglios basales desempeñan un papel crucial en el control de los movimientos musculares y también contribuyen a varias funciones cognitivas.

La hemorragia en esta región puede ocurrir como resultado de una variedad de factores, que incluyen:

1. Hipertensión arterial no controlada (presión arterial alta)
2. Traumatismos craneoencefálicos
3. Malformaciones vasculares, como aneurismas o angiomas
4. Enfermedades cerebrovasculares, como la enfermedad de las arterias cerebrales pequeñas
5. Uso de drogas que afectan la coagulación sanguínea, como la warfarina o el coumadin

Los síntomas de una hemorragia de los ganglios basales pueden variar ampliamente y dependen de la gravedad y la ubicación exacta de la hemorragia. Algunos síntomas comunes incluyen:

1. Dolor de cabeza intenso y repentino
2. Náuseas y vómitos
3. Debilidad o parálisis en un lado del cuerpo
4. Confusión o alteración del nivel de conciencia
5. Visión doble o pérdida de visión
6. Problemas para hablar o tragar
7. Pérdida del equilibrio o coordinación
8. Cambios en el comportamiento o la personalidad

El diagnóstico de una hemorragia de los ganglios basales generalmente se realiza mediante estudios de imagenología, como tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM). El tratamiento puede incluir medicamentos para controlar la presión arterial y reducir el riesgo de más sangrado, cirugía para drenar el hematoma y reparar vasos sanguíneos dañados, o terapia de rehabilitación para ayudar a recuperar las funciones perdidas. La tasa de supervivencia y la recuperación dependen de la gravedad de la hemorragia y la rapidez con que se reciba el tratamiento.

La hidrocefalia es una afección médica en la cual se acumula un exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) en los espacios (ventrículos) dentro del cerebro. Este aumento de presión puede comprimir el tejido cerebral y dañar el cerebro.

El LCR es un líquido claro que circula alrededor del cerebro y la médula espinal, proporcionando protección y manteniendo en equilibrio la presión dentro de estas áreas. Cualquier condición que cause un bloqueo en el flujo normal del LCR o un aumento en la producción de este líquido puede resultar en hidrocefalia.

Los síntomas varían dependiendo de la edad del paciente y la causa subyacente, pero pueden incluir agrandamiento de la cabeza (en bebés), vómitos, irritabilidad, falta de apetito, ojos mirando hacia abajo (signo de "solenoide"), alteraciones en el crecimiento y desarrollo, dolores de cabeza, dificultad para caminar, convulsiones y cambios en el comportamiento o personalidad.

El tratamiento generalmente involucra la derivación quirúrgica del exceso de líquido cerebral Spencer a otro lugar del cuerpo donde pueda ser absorbido, como por ejemplo, los ventrículos peritoneales (derivación ventriculoperitoneal). En algunos casos, se pueden utilizar dispositivos endoscópicos para crear nuevos caminos para el flujo del LCR. El pronóstico depende de la causa subyacente y la gravedad de los daños cerebrales.

La rotura espontánea, también conocida como ruptura espontánea de tendón o ligamento, se refiere a la condición médica en la cual un tendón o ligamento se rompe sin una lesión traumática previa. Esto puede ocurrir cuando el tejido se ha debilitado significativamente, ya sea por enfermedad, edad avanzada, uso excesivo o deficiencia nutricional. Los tendones más comúnmente afectados son los de la pantorrilla (tendón de Aquiles) y el manguito rotador del hombro. La rotura espontánea es una condición grave que puede causar dolor intenso, inflamación, moretones y dificultad para mover la articulación afectada. El tratamiento generalmente requiere de reposo, inmovilización, fisioterapia y en algunos casos, cirugía.

La neurocirugía, también conocida como cirugía neurológica o cirugía del sistema nervioso, es una rama de la medicina que se especializa en el diagnóstico, evaluación, tratamiento quirúrgico y rehabilitación de las afecciones y enfermedades del sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal) y periférico (nervios y músculos). Esto incluye una variedad de condiciones como tumores cerebrales, aneurismas, epilepsia, esclerosis múltiple, enfermedades degenerativas del sistema nervioso, lesiones traumáticas en la cabeza y columna vertebral, y trastornos vasculares cerebrales. Los neurocirujanos utilizan una variedad de técnicas quirúrgicas avanzadas, como cirugía microscópica, neuronavegación, estimulación cerebral profunda y cirugía endovascular, para brindar atención médica especializada a sus pacientes.

Las neoplasias craneales se refieren a tumores cerebrales o del cráneo. Pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos generalmente crecen más lentamente y son menos propensos a extenderse al tejido circundante, mientras que los tumores malignos crecen más rápidamente y tienen un mayor potencial de diseminarse.

Las neoplasias craneales pueden originarse en el cerebro o el cráneo (tumores primarios) o spread to the brain from another part of the body (metastatic brain tumors). Primary brain tumors can develop from different types of cells within the brain, such as gliomas, meningiomas, pituitary adenomas, and schwannomas.

Symptoms of cranial neoplasms depend on their size, location, and growth rate. They may include headaches, seizures, nausea or vomiting, changes in vision or hearing, balance or coordination problems, confusion, memory loss, changes in behavior or personality, and weakness or paralysis on one side of the body.

Treatment options for cranial neoplasms depend on several factors, including the type, size, location, and stage of the tumor, as well as the patient's age and overall health. Treatment may include surgery, radiation therapy, chemotherapy, or a combination of these modalities. Regular follow-up care is essential to monitor for recurrence or development of new neoplasms.

Una fractura craneal deprimida es un tipo específico de lesión en el cráneo donde una porción del hueso del cráneo se ha hundido o fragmentado hacia dentro. Esto suele ocurrir como resultado de un traumatismo severo, como un golpe contundente o una caída grave. La fuerza del impacto es tan grande que hace que el hueso se astille y se hunda hacia el interior del cráneo.

Este tipo de fractura puede ser particularmente peligrosa porque los fragmentos óseos pueden dañar el tejido cerebral subyacente, lo que podría provocar hemorragias internas, inflamación y lesiones en el cerebro. Además, dado que el cráneo está deprimido, existe un mayor riesgo de infección ya que puede haber una conexión directa entre el exterior y el interior del cráneo a través del sitio de la fractura.

El tratamiento generalmente implica cirugía para aliviar la presión sobre el cerebro y reposicionar los fragmentos óseos. A veces, también se necesita una reconstrucción craneal para restaurar la estructura original del cráneo. Después del tratamiento quirúrgico, suele ser necesario un período de recuperación y rehabilitación para permitir que el cerebro y los tejidos circundantes sanen correctamente.

Los traumatismos del nacimiento se refieren a lesiones físicas que un bebé puede sufrir durante el proceso de parto. Estas lesiones pueden ser causadas por diversos factores, como la presentación anormal del feto, el uso de instrumentos médicos durante el parto o por un parto particularmente difícil o prolongado.

Los tipos más comunes de traumatismos del nacimiento incluyen:

1. Hematomas subdurales y subgaleales: Son colecciones de sangre en el espacio entre el cráneo y el cerebro. Los moretones subdurales son menos comunes y más graves, ya que implican daño a los vasos sanguíneos del cerebro.

2. Fracturas de clavícula y húmero: Las fracturas de clavícula son las más comunes en los recién nacidos, especialmente en aquellos que han tenido partos difíciles o presentaciones anómalas. Las fracturas de húmero pueden ocurrir cuando se utiliza fuerza excesiva al extraer al bebé.

3. Lesiones nerviosas: El plexo braquial, un grupo de nervios que controlan los movimientos del brazo y la mano, puede resultar dañado durante el parto, especialmente en nacimientos difíciles o cuando se utilizan fórceps o ventosa. Esto puede causar parálisis temporal o permanente del brazo afectado.

4. Luxaciones de cadera: Ocurren cuando la cabeza del fémur se desliza fuera de su cavidad en la pelvis. Pueden ser congénitas o adquiridas durante el parto.

5. Contusiones y laceraciones: Las contusiones son moretones que pueden ocurrir cuando el bebé es comprimido durante el parto. Las laceraciones son cortes o rasguños en la piel del bebé, generalmente causadas por instrumentos médicos utilizados durante el parto.

La mayoría de estas lesiones suelen ser leves y desaparecen por sí solas después de un tiempo. Sin embargo, algunas pueden requerir tratamiento médico y, en casos raros, pueden causar daños permanentes o discapacidades. Los padres deben estar atentos a cualquier signo de lesión durante las primeras semanas después del nacimiento y consultar a un médico si tienen alguna preocupación.

La columna vertebral, también conocida como la espina dorsal, es una estructura compleja y vital en el cuerpo humano. Se trata de una serie de huesos llamados vértebras que se apilan uno sobre otro formando una columna, con discos intervertebrales entre ellas que actúan como amortiguadores.

La columna vertebral tiene varias curvas naturales que le proporcionan fuerza y flexibilidad, permitiéndonos mantener el equilibrio, caminar erguidos y realizar una gran variedad de movimientos. Además, protege la médula espinal, el haz de nervios que transmite mensajes entre el cerebro y el resto del cuerpo.

Está dividida en cinco regiones: cervical, torácica, lumbar, sacra e ilíaca. Cada región desempeña funciones específicas y se adapta a las demandas de cada parte del cuerpo. Por ejemplo, la región cervical es más móvil para permitir el movimiento de la cabeza, mientras que la región lumbar soporta gran parte del peso del torso.

La salud de la columna vertebral es crucial para nuestra calidad de vida, ya que problemas en esta área pueden derivar en dolores de espalda, limitaciones de movimiento e incluso afectar órganos internos si se daña la médula espinal. Por lo tanto, mantener una buena postura, realizar ejercicios regularmente y evitar sobrecargas son medidas preventivas importantes para preservar su correcto funcionamiento.

La medicina define una enfermedad crónica como una afección de larga duración y generalmente progresiva. No se refiere a una enfermedad específica, sino más bien a un patrón con el que varias enfermedades pueden presentarse. Las enfermedades crónicas suelen ser tratables pero incurables, lo que significa que una vez desarrollada la afección, el paciente la tendrá de por vida.

Las enfermedades crónicas a menudo están asociadas con síntomas recurrentes o persistentes que pueden interferir con las actividades diarias normales y disminuir la calidad de vida. A menudo requieren un manejo continuo y posiblemente una terapia de rehabilitación a largo plazo. Algunos ejemplos comunes de enfermedades crónicas son la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y la esclerosis múltiple.

Es importante destacar que el término 'crónico' no debe confundirse con 'grave'. Aunque algunas enfermedades crónicas pueden ser graves, otras pueden ser controladas relativamente bien con el tratamiento y la gestión adecuados. Además, muchas personas con enfermedades crónicas llevan vidas productivas y activas.

Las neuronas motoras son un tipo específico de neuronas en el sistema nervioso periférico que desempeñan un papel crucial en la activación de los músculos esqueléticos. Estas neuronas tienen su cuerpo celular (soma) localizado en la médula espinal o en el tronco encefálico, y sus axones (fibras nerviosas) se extienden hasta los músculos esqueléticos, donde forman sinapsis con las fibras musculares.

Las neuronas motoras reciben señales de otras neuronas en forma de potenciales de acción dentro del sistema nervioso central, particularmente desde las motoneuronas superiores y los interneuronos en la médula espinal. Una vez que reciben esta estimulación, generan su propio potencial de acción, lo que provoca la transmisión de un impulso nervioso a través del axón hacia el músculo esquelético.

La conexión entre las neuronas motoras y los músculos esqueléticos se denomina uniones neuromusculares. En estas uniones, la liberación de neurotransmisores (como el acetilcolina) desde los botones terminales de las neuronas motoras desencadena una respuesta en los receptores postsinápticos del músculo esquelético, lo que finalmente conduce a la contracción muscular.

La lesión o enfermedad de las neuronas motoras puede dar lugar a diversos trastornos neurológicos y musculares, como atrofia muscular, parálisis o distrofias musculares.

El encéfalo, en términos médicos, se refiere a la estructura más grande y complexa del sistema nervioso central. Consiste en el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo. El encéfalo es responsable de procesar las señales nerviosas, controlar las funciones vitales como la respiración y el latido del corazón, y gestionar las respuestas emocionales, el pensamiento, la memoria y el aprendizaje. Está protegido por el cráneo y recubierto por tres membranas llamadas meninges. El encéfalo está compuesto por billones de neuronas interconectadas y células gliales, que together forman los tejidos grises y blancos del encéfalo. La sangre suministra oxígeno y nutrientes a través de una red de vasos sanguíneos intrincados. Cualquier daño o trastorno en el encéfalo puede afectar significativamente la salud y el bienestar general de un individuo.

La enfermedad aguda se refiere a un proceso de enfermedad que comienza repentinamente, evoluciona rápidamente y generalmente dura relativamente poco tiempo. Puede causar síntomas graves o molestias, pero tiende a desaparecer una vez que el cuerpo ha combatido la infección o se ha recuperado del daño tisular. La enfermedad aguda puede ser causada por una variedad de factores, como infecciones virales o bacterianas, lesiones traumáticas o reacciones alérgicas. A diferencia de las enfermedades crónicas, que pueden durar meses o años y requerir un tratamiento a largo plazo, la mayoría de las enfermedades agudas se resuelven con el tiempo y solo necesitan atención médica a corto plazo.

El término "recto del abdomen" se refiere a una estructura anatómica específica dentro del cuerpo humano. Médicamente, el recto es definido como la porción final del intestino grueso que desciende desde el colon sigmoide y termina en el ano. Tiene aproximadamente 12 a 15 cm de longitud en los adultos y su función principal es almacenar y eliminar los desechos sólidos del cuerpo (heces fecales).

El recto se extiende desde la unión con el colon sigmoide a nivel de la tercera sacra vertebral hasta el borde inferior del hueso sacro, donde se continúa con el canal anal y el ano. Durante el proceso de defecación, los músculos del suelo pélvico y el recto trabajan juntos para permitir la expulsión de las heces a través del ano.

Es importante tener en cuenta que cualquier condición médica o patología que afecte al recto puede causar diversos síntomas, como dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, sangrado rectal o incluso cambios en los hábitos intestinales. Por lo tanto, si una persona experimenta algún síntoma anormal relacionado con el recto, debe buscar atención médica especializada para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

La ventriculostomía es un procedimiento médico invasivo en el que se crea un orificio quirúrgico en uno o más ventrículos cerebrales, que son cavidades llenas de líquido dentro del cerebro. Este procedimiento generalmente se realiza para aliviar la presión intracranial elevada y drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo (LCR) acumulado en los ventrículos cerebrales. La fuga de LCR y la infección son algunas de las complicaciones potenciales de este procedimiento.

En la mayoría de los casos, se coloca un catéter flexible llamado derivación ventricular a través del orificio creado durante la ventriculostomía. La punta del catéter se sitúa en el ventrículo lateral del cerebro, y el otro extremo se dirige hacia el exterior de la cabeza, donde el exceso de LCR puede ser drenado continuamente o periódicamente según sea necesario.

La ventriculostomía se utiliza a menudo en el tratamiento de diversas condiciones neurológicas, como hidrocefalia, hemorragia subaracnoidea grave, tumores cerebrales y traumatismos craneoencefálicos graves. Aunque este procedimiento puede ser una intervención vital para reducir la presión intracraneal y prevenir daños adicionales al tejido cerebral, también conlleva riesgos significativos y, por lo tanto, generalmente se considera solo después de que otros tratamientos menos invasivos hayan resultado ineficaces.

La tuberculosis de la columna vertebral, también conocida como tuberculosis espinal o Pott's Disease, es una afección específica de la columna vertebral causada por la infección con el bacilo de Koch (Mycobacterium tuberculosis). La enfermedad generalmente se propaga a través del torrente sanguíneo desde otras partes del cuerpo, especialmente de los pulmones, donde es más común que se origine la tuberculosis.

La infección causa destrucción del tejido óseo de las vértebras adyacentes, lo que lleva a la formación de abscesos y posible desestabilización de la columna vertebral. Los síntomas pueden incluir dolor de espalda, rigidez, debilidad o entumecimiento en las piernas, pérdida de peso y fiebre. En casos graves, puede haber deformidades de la columna vertebral, como cifosis (joroba) o gibosidad.

El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagenología, como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, y análisis de muestras obtenidas mediante biopsia o punción lumbar. El tratamiento generalmente implica un largo curso (seis a nueve meses) de múltiples antibióticos antituberculosos. En casos severos, puede ser necesaria la cirugía para estabilizar la columna vertebral o drenar abscesos.

La prevención incluye el tratamiento oportuno y adecuado de cualquier caso de tuberculosis, así como la vacunación con la BCG (Bacillus Calmette-Guérin), que ofrece cierta protección contra la enfermedad grave.

Las derivaciones del líquido cefalorraquídeo (LCR) se refieren a procedimientos quirúrgicos en los que se crea una nueva ruta o camino para el drenaje del LCR desde el espacio subaracnoideo hacia otro lugar del cuerpo. Estos procedimientos se realizan con el objetivo de aliviar la presión intracraneal y protectora alrededor del cerebro y la médula espinal, reduciendo así el riesgo de daño a los tejidos nerviosos.

Existen diferentes tipos de derivaciones del LCR, entre las que se incluyen:

1. Shunt ventricular peritoneal (VPS): Es el tipo más común de derivación del LCR. Consiste en la inserción quirúrgica de un catéter flexible (tubo) desde uno o más ventrículos cerebrales hacia la cavidad abdominal (peritoneo). El exceso de líquido cefalorraquídeo fluye a través del catéter y se absorbe por el tejido peritoneal.

2. Shunt ventrículo-atrial (VAS): Este tipo de derivación implica la inserción quirúrgica de un catéter desde uno o más ventrículos cerebrales hasta el atrio derecho del corazón, a través de una vena (generalmente la yugular interna). El LCR fluye hacia el corazón y se elimina posteriormente por los riñones.

3. Shunt lumboperitoneal (LPS): En este procedimiento, se inserta un catéter en el espacio subaracnoideo a nivel lumbar y se extiende hacia la cavidad abdominal. El LCR fluye desde el espacio subaracnoideo hacia el peritoneo, donde se absorbe.

4. Derivaciones cisterno-peritoneales: Estas derivaciones implican la inserción quirúrgica de un catéter desde una cisterna (por ejemplo, la cisterna magna) hasta la cavidad abdominal. El LCR fluye a través del catéter y se absorbe por el tejido peritoneal.

Las derivaciones pueden ser necesarias en diversas condiciones que causan un aumento de la presión intracraneal o una acumulación excesiva de líquido cefalorraquídeo, como hidrocefalia congénita o adquirida, tumores cerebrales, hemorragias subaracnoideas y meningitis. El objetivo principal de estos procedimientos es aliviar la presión intracraneal y prevenir daños en el tejido cerebral.

En realidad, "factores de tiempo" no es un término médico específico. Sin embargo, en un contexto más general o relacionado con la salud y el bienestar, los "factores de tiempo" podrían referirse a diversos aspectos temporales que pueden influir en la salud, las intervenciones terapéuticas o los resultados de los pacientes. Algunos ejemplos de estos factores de tiempo incluyen:

1. Duración del tratamiento: La duración óptima de un tratamiento específico puede influir en su eficacia y seguridad. Un tratamiento demasiado corto o excesivamente largo podría no producir los mejores resultados o incluso causar efectos adversos.

2. Momento de la intervención: El momento adecuado para iniciar un tratamiento o procedimiento puede ser crucial para garantizar una mejoría en el estado del paciente. Por ejemplo, tratar una enfermedad aguda lo antes posible puede ayudar a prevenir complicaciones y reducir la probabilidad de secuelas permanentes.

3. Intervalos entre dosis: La frecuencia y el momento en que se administran los medicamentos o tratamientos pueden influir en su eficacia y seguridad. Algunos medicamentos necesitan ser administrados a intervalos regulares para mantener niveles terapéuticos en el cuerpo, mientras que otros requieren un tiempo específico entre dosis para minimizar los efectos adversos.

4. Cronobiología: Se trata del estudio de los ritmos biológicos y su influencia en diversos procesos fisiológicos y patológicos. La cronobiología puede ayudar a determinar el momento óptimo para administrar tratamientos o realizar procedimientos médicos, teniendo en cuenta los patrones circadianos y ultradianos del cuerpo humano.

5. Historia natural de la enfermedad: La evolución temporal de una enfermedad sin intervención terapéutica puede proporcionar información valiosa sobre su pronóstico, así como sobre los mejores momentos para iniciar o modificar un tratamiento.

En definitiva, la dimensión temporal es fundamental en el campo de la medicina y la salud, ya que influye en diversos aspectos, desde la fisiología normal hasta la patogénesis y el tratamiento de las enfermedades.

La fosa craneal media es una depresión poco profunda en el cráneo situada entre la fosa craneal anterior y la fosa craneal posterior. Se encuentra en la parte central y posterior del cráneo y alberga varias estructuras importantes, como los lóbulos temporales del cerebro, el lóbulo occipital, el tallo cerebral, el hipotálamo, el tálamo y la glándula pituitaria. La fosa craneal media está limitada por varios huesos, incluyendo los huesos temporal, esfenoides y parietales. Es de vital importancia en el campo de la neurología y la neurocirugía debido a las estructuras críticas que contiene y su proximidad a ellas.

Los accidentes de tránsito, también conocidos como accidentes de tráfico o choques de vehículos, se definen como eventos involuntarios que ocurren cuando un vehículo en movimiento entra en contacto con otro objeto, persona, animal o incluso con el mismo vehículo, provocando lesiones corporales, discapacidad o incluso la muerte.

Estos accidentes pueden ser causados por una variedad de factores, incluyendo el comportamiento humano (como el exceso de velocidad, conducir bajo los efectos del alcohol o drogas, distracciones mientras se conduce), fallas mecánicas en el vehículo, malas condiciones climáticas o deficiencias en la infraestructura vial.

Los accidentes de tránsito son un problema de salud pública importante en todo el mundo y representan una causa significativa de morbilidad y mortalidad. Las consecuencias de estos accidentes no solo afectan a los involucrados directamente, sino también a sus familias, amigos y la sociedad en general. Por lo tanto, es fundamental tomar medidas preventivas para reducir la frecuencia e impacto de estos eventos.

El hueso occipital es un hueso pairs (existe en ambos lados del cuerpo) localizado en la parte posterior o posteroinferior del cráneo en humanos y otros vertebrados. Se encarga de cerrar la cavidad craneal en su extremo inferior y forma la base del neurocráneo.

En términos anatómicos, el hueso occipital se divide en cuatro regiones principales:

1. La **base**, que es la porción más grande e inferior del hueso, participa en la formación de la fosa craneal posterior y contiene varios agujeros importantes, como el foramen magnum (por donde pasa la médula espinal) y los agujeros jugulares (por donde salen las venas jugulares internas).

2. Las **láminas laterales**, que son dos placas aplanadas de hueso que se extienden desde la base hasta los lados del cráneo, forman parte de la pared lateral del neurocráneo y contienen el agujero auditivo interno.

3. El **condilo**, que es una prominencia ovalada en la parte posterior de la base del hueso occipital, se articula con las vértebras cervicales para formar la articulación atlantooccipital (la unión entre el cráneo y la columna vertebral).

4. El **squama**, que es la porción más superior del hueso occipital, forma la parte posterior y superior de la bóveda craneal. En su centro se encuentra el agujero supraoccipital, que permite el paso de vasos sanguíneos y nervios entre el cráneo y la médula espinal.

El hueso occipital es vital para la protección del tronco encefálico y el bulbo raquídeo, componentes inferiores del encéfalo, así como también para la estabilidad de la cabeza y el cuello.

La epilepsia parcial o focal se refiere a un tipo de epilepsia en la que los episodios convulsivos comienzan en una parte específica o lóbulo del cerebro. Durante una convulsión parcial, los síntomas pueden variar ampliamente dependiendo de la ubicación y el tamaño de la parte afectada del cerebro.

Los síntomas pueden incluir:

1. Movimientos musculares involuntarios en un lado del cuerpo, como sacudidas o rigidez.
2. Sensaciones anormales, como hormigueo, entumecimiento u hormigueo en una parte del cuerpo.
3. Alucinaciones visuales, auditivas o olfativas.
4. Cambios de humor o comportamiento repentinos e inexplicables.
5. Confusión o desorientación.
6. Pérdida parcial o total de la conciencia.

Las epilepsias parciales se clasifican además en simples y complejas, dependiendo de si la persona mantiene la conciencia durante el episodio. Las convulsiones parciales simples no afectan la conciencia, mientras que las convulsiones parciales complejas sí lo hacen.

El tratamiento suele incluir medicamentos antiepilépticos, y en algunos casos, cirugía para extirpar el tejido cerebral dañado o la estimulación del nervio vago. El pronóstico varía dependiendo de la causa subyacente y la respuesta al tratamiento.

Las neoplasias meníngeas se refieren a tumores que se originan en las meninges, las membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal. Estos tumores pueden ser benignos o malignos (cancerosos) y su crecimiento puede comprimir estructuras vitales del sistema nervioso central, lo que provoca una variedad de síntomas neurológicos.

Existen varios tipos de neoplasias meníngeas, incluyendo meningiomas, hemangioblastomas, neurinomas, sarcomas y linfomas, entre otros. El tratamiento dependerá del tipo y grado del tumor, así como de su localización y extensión. Puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.

Los anticoagulantes son medicamentos que se utilizan para prevenir la formación de coágulos sanguíneos o para evitar que los coágulos existentes aumenten de tamaño. Los coágulos sanguíneos pueden obstruir los vasos sanguíneos y bloquear el flujo de sangre, lo que puede causar daños graves en los tejidos y órganos del cuerpo.

Existen diferentes tipos de anticoagulantes, entre ellos:

1. Heparina y derivados: La heparina es un anticoagulante natural que se administra por vía intravenosa o subcutánea. Se utiliza en el tratamiento a corto plazo de la trombosis venosa profunda, la embolia pulmonar y otras condiciones en las que existe un riesgo elevado de formación de coágulos sanguíneos.
2. Warfarina: Es un anticoagulante oral que se utiliza para prevenir la formación de coágulos sanguíneos en personas con fibrilación auricular, válvulas cardíacas protésicas o antecedentes de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. La warfarina inhibe la acción de la vitamina K, necesaria para la coagulación sanguínea.
3. Dabigatrán, rivaroxabán y apixabán: Son anticoagulantes orales directos que inhiben la trombina o el factor Xa, dos enzimas clave en la cascada de coagulación sanguínea. Se utilizan para prevenir la formación de coágulos sanguíneos en personas con fibrilación auricular, trombosis venosa profunda o embolia pulmonar.

Es importante recordar que los anticoagulantes pueden aumentar el riesgo de hemorragias y su uso requiere un estricto control médico. Antes de iniciar un tratamiento con anticoagulantes, es necesario evaluar los beneficios y riesgos del tratamiento en cada caso particular.

Un aneurisma roto, también conocido como ruptura de aneurisma, es una situación médica de emergencia en la cual un aneurisma (una dilatación localizada y focal de una arteria) se ha roto o agrietado, lo que causa una hemorragia interna. La mayoría de los aneurismas rotos ocurren en el cerebro (aneurisma de la circulación cerebral), pero también pueden ocurrir en otras partes del cuerpo.

La ruptura de un aneurisma puede provocar una hemorragia masiva y una rápida disminución de la presión arterial, lo que puede llevar a un shock hipovolémico y potencialmente a la muerte si no se trata de inmediato. Los síntomas más comunes de un aneurisma roto incluyen dolor de cabeza intenso y repentino (conocido como "dolor de cabeza del peor momento de tu vida"), rigidez de cuello, vómitos, sensibilidad a la luz, convulsiones y pérdida de conocimiento.

El tratamiento de un aneurisma roto puede incluir cirugía para reparar o bloquear el vaso sanguíneo dañado, endovascular (un procedimiento mínimamente invasivo que utiliza catéteres y stents para bloquear el aneurisma), medicamentos para controlar la presión arterial y prevenir la formación de coágulos sanguíneos, y cuidados intensivos en un hospital. La tasa de mortalidad asociada con los aneurismas rotos es alta, especialmente si no se detectan y tratan a tiempo.

Un meningioma es un tipo específico de tumor cerebral que se origina en las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, conocidas como meninges. Más concretamente, este tipo de tumores suelen desarrollarse en las capas más externas de las meninges, llamadas aracnoides.

La mayoría de los meningiomas son benignos, lo que significa que no son cancerosos y crecen lentamente. Sin embargo, incluso los meningiomas benignos pueden causar problemas importantes si aumentan de tamaño y presionan estructuras vitales dentro del cráneo o la columna vertebral, como el cerebro, los nervios craneales o la médula espinal.

En algunos casos, los meningiomas pueden ser malignos (cancerosos) o presentar un comportamiento atípico, lo que significa que crecen y se diseminan más rápidamente en comparación con los meningiomas benignos. Estos tipos de meningiomas tienen un mayor riesgo de recurrencia después del tratamiento y pueden ser más difíciles de tratar.

Los síntomas asociados con los meningiomas varían ampliamente, dependiendo de su tamaño, ubicación y crecimiento. Algunos síntomas comunes incluyen dolores de cabeza, convulsiones, problemas de visión, pérdida de audición, déficits neurológicos (como debilidad o entumecimiento en los brazos o las piernas), cambios cognitivos y trastornos del equilibrio. El tratamiento puede incluir la observación cuidadosa, la cirugía para extirpar el tumor, la radioterapia o una combinación de estas opciones.

El espacio epidural, en términos médicos, se refiere al área situada entre la duramadre (la membrana externa más interna que rodea el sistema nervioso central) y el tejido conectivo fibroso que forma el revestimiento de la columna vertebral. Este espacio contiene grasa, vasos sanguíneos y nervios raquídeos. Es un espacio potencialmente utilizable para procedimientos médicos como anestesia epidural o inyecciones epidurales de esteroides, ya que los medicamentos administrados en este espacio pueden difundirse a lo largo del canal espinal y aliviar el dolor en áreas amplias del cuerpo.

La presión intracraneal (PIC) es la presión que existe dentro del cráneo en el espacio que contiene el cerebro, el líquido cefalorraquídeo (LCR) y los vasos sanguíneos. Bajo condiciones normales, esta presión se mantiene relativamente constante gracias a un sofisticado sistema de mecanismos reguladores. La PIC fisiológica normal varía con la edad, pero generalmente se considera que está entre 5-15 mmHg en reposo.

La PIC puede verse afectada por diversas condiciones médicas. Un aumento patológico de la PIC (llamado hipertensión intracraneal) puede ser causado por edema cerebral, hemorragia intracraneal, tumores cerebrales, infecciones como meningitis o abscesos cerebrales, hidrocefalia y otros trastornos. Los síntomas de una PIC alta pueden incluir dolores de cabeza, vómitos, alteraciones visuales, confusión, letargia e incluso coma en casos graves.

Por otro lado, una presión intracraneal baja (hipotensión intracraneal) también puede ser problemática y puede deberse a deshidratación, hemorragia subaracnoidea severa o por una disminución del volumen de líquido cefalorraquídeo. Los síntomas de una PIC baja pueden incluir letargia, rigidez de nuca, falta de coordinación, pupilas dilatadas e irreactivas y, en casos graves, parálisis o muerte.

El monitoreo de la PIC se realiza mediante diferentes métodos, como catéteres intraventriculares o sensores de fibra óptica, y es especialmente útil en el manejo de pacientes con traumatismos craneales graves, hemorragias subaracnoideas, meningitis, encefalitis, tumores cerebrales y otras afecciones neurológicas.

Un aneurisma intracraneal es una dilatación localizada y focal de un vaso sanguíneo en el cerebro, que se produce como consecuencia de una debilidad en la pared del vaso. Esta dilatación puede ir aumentando de tamaño con el paso del tiempo, lo que incrementa el riesgo de rotura y hemorragia cerebral. Los aneurismas intracraneales suelen presentarse en las arterias cerebrales situadas en la base del cerebro.

La ruptura de un aneurisma intracraneal puede dar lugar a una hemorragia subaracnoidea, que es una acumulación de sangre en el espacio entre las membranas que rodean el cerebro. Esta situación representa una emergencia médica y requiere tratamiento inmediato, ya que puede provocar graves daños cerebrales o incluso la muerte.

Los factores de riesgo asociados con el desarrollo de aneurismas intracraneales incluyen la hipertensión arterial, el tabaquismo, las enfermedades cardiovasculares, las lesiones craneanas y los antecedentes familiares de aneurismas. Algunos aneurismas pueden no presentar síntomas hasta que se rompen, mientras que otros pueden causar dolores de cabeza, visión doble o alteraciones en la consciencia. El diagnóstico se realiza mediante técnicas de imagen como la angiografía por resonancia magnética (ARM) o la angiografía por catéter.

El tratamiento de los aneurismas intracraneales puede incluir cirugía abierta para clipar el aneurisma y evitar que se rompa, o endovascular, mediante la colocación de un stent o espiral metálico dentro del vaso sanguíneo para reforzar su pared. La elección del tratamiento dependerá del tamaño, la localización y la forma del aneurisma, así como de las condiciones médicas generales del paciente.

La curvatura de la columna vertebral, también conocida como escoliosis o lordosis, se refiere a las desviaciones anormales en la alineación natural de la columna vertebral. Normalmente, la columna vertebral tiene curvas suaves en forma de S cuando se ve desde el costado, lo que ayuda a distribuir los golpes y mantener la estabilidad durante el movimiento.

Sin embargo, las curvaturas anormales pueden ocurrir en diferentes partes de la columna vertebral, lo que resulta en posturas viciosas y dolor de espalda. La escoliosis se refiere a una curvatura lateral (de lado a lado) de la columna vertebral, mientras que la lordosis se refiere a una excesiva curvatura hacia adelante en la región lumbar (parte inferior de la espalda). Otras condiciones, como la hipercifosis o cifosis, pueden causar una excesiva curvatura hacia adelante en la región torácica (pecho).

Estas curvaturas anormales pueden ser congénitas (presentes desde el nacimiento), idiopáticas (sin causa conocida) o adquiridas (resultado de una afección subyacente, como artritis o lesión). El tratamiento depende de la gravedad y la causa subyacente de las curvaturas anormales y puede incluir fisioterapia, uso de fajas ortopédicas o cirugía en casos graves.

El edema encefálico, también conocido como hinchazón cerebral, es una afección médica grave en la que se acumula líquido en los tejidos del cerebro. Esto hace que el volumen del cerebro aumente y provoque un aumento de la presión intracraneal. El edema encefálico puede ocurrir como resultado de una lesión cerebral traumática, infección, tumor cerebral, convulsiones, intoxicación por monóxido de carbono, falta de oxígeno, aumento rápido de la presión arterial y algunos otros trastornos.

Los síntomas del edema encefálico pueden variar dependiendo de su gravedad y la causa subyacente. Pueden incluir dolores de cabeza, vómitos, confusión, somnolencia, convulsiones, pérdida de la visión o del habla, problemas para caminar, debilidad en un lado del cuerpo y coma. El edema encefálico es una afección médica grave que requiere atención inmediata. El tratamiento generalmente implica el control de la presión intracraneal y el tratamiento de la causa subyacente.

La ventriculografía cerebral es un procedimiento de diagnóstico por imágenes que involucra la introducción de un medio de contraste en los ventrículos cerebrales, los espacios llenos de líquido dentro del cerebro. Esto permite obtener imágenes detalladas de estas estructuras y detectar cualquier anomalía o enfermedad asociada, como tumores, hidrocefalia o hemorragias.

El procedimiento generalmente se realiza mediante una punción lumbar, en la cual se inserta una aguja especial en el espacio entre las vértebras lumbares para acceder a los ventrículos cerebrales. Una vez que se introduce el medio de contraste, se toman radiografías o imágenes de resonancia magnética para observar su trayecto y la anatomía de los ventrículos.

Es importante señalar que este procedimiento se utiliza con menor frecuencia en la actualidad, ya que existen técnicas de imagenología menos invasivas y más seguras, como la tomografía computarizada y la resonancia magnética, que pueden proporcionar imágenes similares sin la necesidad de introducir un medio de contraste.

Las venas cerebrales son vasos sanguíneos que se encargan de drenar la sangre desoxigenada desde los tejidos del cerebro hacia el corazón. Existen diferentes sistemas de venas cerebrales, incluyendo las venas cerebrales internas, externas y las grandes venas cerebrales.

Las venas cerebrales internas drenan la sangre desde los lóbulos occipital, parietal, temporal y parte del lóbulo frontal del cerebro. Se unen con la vena basal de Rosenthal para formar el seno sagital superior, que corre a lo largo de la línea media del cráneo.

Las venas cerebrales externas drenan la sangre desde los tejidos supratentoriales exteriores y desembocan en el seno sagital superior o en el seno transverso.

Las grandes venas cerebrales incluyen el seno sagital superior, el seno transverso, el seno sigmoideo y la vena yugular interna. Estos vasos sanguíneos se unen para formar el sistema de drenaje venoso extracraneal.

Las venas cerebrales son importantes en el diagnóstico y tratamiento de diversas afecciones neurológicas, como la trombosis venosa cerebral, los accidentes cerebrovasculares y los tumores cerebrales.

Las células de la astá posterior, también conocidas como células de la zona marginal o células de la glía de Bergmann, son un tipo específico de células gliales encontradas en el cerebelo. Se localizan en la parte posterior del cerebelo, en una región llamada astá posterior.

Estas células tienen procesos citoplasmáticos que rodean los somas de los neuronios de Purkinje y forman una red que proporciona soporte estructural y protección a estas neuronas. Además, se cree que desempeñan un papel importante en la regulación del entorno químico alrededor de las neuronas de Purkinje, ya que pueden tomar potasio y cloro del espacio extracelular y mantener así un ambiente adecuado para la transmisión sináptica.

Las células de la astá posterior también están involucradas en la modulación de la actividad neuronal en el cerebelo, ya que pueden recibir señales desde los axones de las neuronas de Purkinje y transmitirlas a otras células gliales o neuronas cercanas. A pesar de su importancia en la función cerebelosa, aún queda mucho por aprender sobre las propiedades funcionales y moleculares de estas células.

La hipertensión intracraneal (HIC) se refiere a un aumento persistente o continuamente alto en la presión dentro del cráneo. La presión normal generalmente está por debajo de 15-20 mmHg. La HIC se diagnostica cuando la presión intracraneal (PIC) es superior a 20 mmHg y se mantiene alta durante al menos 5 minutos.

La HIC puede ser clasificada como:

1. Hipertensión Intracraneal Idiopática o Primaria: Esta es la forma más común de hipertensión intracraneal y se diagnostica después de excluir otras causas conocidas. Por lo general, afecta a personas jóvenes, especialmente mujeres en edad fértil.

2. Hipertensión Intracraneal Secundaria: Esta forma es menos común y ocurre como resultado directo de una lesión cerebral, infección, tumor, inflamación u otras afecciones médicas subyacentes.

Los síntomas más comunes de la hipertensión intracraneal incluyen dolores de cabeza severos y recurrentes, especialmente en la mañana; visión borrosa o doble; zumbido en los oídos (tinnitus); mareos; náuseas y vómitos; dificultad para concentrarse; pérdida de memoria a corto plazo; cambios de personalidad e irritabilidad.

El tratamiento depende de la causa subyacente. En casos de hipertensión intracraneal idiopática, el objetivo es reducir la presión cerebral y proteger la visión. Se pueden recetar medicamentos para disminuir la producción de líquido cefalorraquídeo o para ayudar a drenarlo. En algunos casos, se puede considerar una derivación lumbar permanente o un stent cerebral. La cirugía también puede ser necesaria si hay un tumor o una lesión que cause el aumento de la presión intracraneal.

El cráneo es la estructura ósea que forma el techo y los bordes de la cara del esqueleto de los vertebrados. En humanos, está compuesto por 22 huesos individuales: 8 huesos en la bóveda craneal (frontal, parietales, occipital, temporales y esfenoides), y 14 huesos en la cara (maxilares superiores, maxilares inferiores, nasales, lagrimales, palatinos, vómer, cornetes inferiores y mandíbula).

La bóveda craneal protege el encéfalo y los senos paranasales, mientras que la cara contiene los órganos de los sentidos (ojos, oídos, nariz y boca) y permite la masticación, la respiración y la fonación.

El cráneo también proporciona puntos de inserción para los músculos que controlan el movimiento de la cabeza y el cuello, y contiene varios agujeros y aberturas a través de los cuales pasan vasos sanguíneos y nervios importantes.

La forma y tamaño del cráneo pueden variar entre individuos y poblaciones, y se utilizan en antropología física y forense para determinar el sexo, la edad, la raza y la identidad individual de un esqueleto humano.

Un examen neurológico es un procedimiento clínico realizado por un profesional médico, como un neurólogo o un médico de atención primaria, para evaluar la integridad y el funcionamiento del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y periférico (nervios y músculos). El objetivo principal de este examen es identificar cualquier daño, enfermedad o disfunción en el sistema nervioso.

El examen neurológico generalmente consta de varias partes:

1. Historia clínica: El médico recopilará información sobre los síntomas del paciente, su historial médico y cualquier factor de riesgo conocido para enfermedades neurológicas.

2. Evaluación de la conciencia y cognición: Se evalúa el nivel de alerta y orientación del paciente, así como su memoria, atención, lenguaje y capacidad de resolución de problemas.

3. Examen de los reflejos: El médico comprobará la respuesta de los músculos a estímulos específicos, como el golpear un tendón con un martillo de reflejos.

4. Evaluación de la fuerza muscular: Se examinará la fuerza y la simetría de los músculos en todo el cuerpo.

5. Examen sensorial: El médico evaluará la capacidad del paciente para percibir diferentes tipos de estimulación, como tacto, temperatura, vibración y dolor.

6. Evaluación de la coordinación y equilibrio: Se realizarán pruebas para determinar la capacidad del paciente para mantener el equilibrio y realizar movimientos precisos.

7. Examen ocular: Se evaluará la función visual, incluidos los movimientos oculares, la agudeza visual y la respuesta pupilar a la luz.

8. Examen de la marcha y postura: El médico observará cómo el paciente se mueve y mantiene una postura erguida.

Los resultados de este examen ayudarán al médico a determinar si hay signos de enfermedad neurológica o lesión y, si es así, qué tipo de tratamiento podría ser beneficioso.

La epilepsia es una afección médica del sistema nervioso que involucra recurrentes y espontáneas descargas excesivas e intensificadas de neuronas en el cerebro, lo que resulta en convulsiones o episodios de comportamiento anormal, trastornos sensoriales (como ver luces parpadeantes, percibir un sabor extraño o experimentar una sensación extraña), pérdida de conciencia y/o rigidez muscular. Estas descargas neuronales pueden durar desde unos segundos hasta varios minutos.

La epilepsia se caracteriza por la aparición recurrente de estos episodios, conocidos como crisis o ataques epilépticos, que pueden variar mucho en tipo, gravedad y frecuencia. Algunas personas con epilepsia pueden experimentar una sola convulsión durante toda su vida y no desarrollarán más síntomas, mientras que otras pueden tener múltiples convulsiones al día.

Existen diferentes tipos de epilepsia clasificados según la parte del cerebro afectada y el tipo de descarga neuronal involucrada. Algunas formas comunes incluyen:

1. Epilepsia generalizada: Afecta a ambos lados del cerebro y puede causar convulsiones corporales completas o ausencias (pérdida repentina e inesperada de conciencia durante un breve período).

2. Epilepsia focal o parcial: Solo involucra una parte específica del cerebro y puede causar convulsiones que afectan solo una parte del cuerpo, trastornos sensoriales, cambios de humor o pensamientos anormales.

3. Epilepsia con brotes: Se caracteriza por episodios repetitivos de convulsiones seguidos de períodos sin actividad epiléptica.

4. Epilepsia no clasificada: No encaja en ninguna de las categorías anteriores y requiere una evaluación adicional para determinar el tipo y la causa.

La epilepsia puede ser causada por diversos factores, como lesiones cerebrales, infecciones, tumores cerebrales, trastornos genéticos o desconocidos. En algunos casos, la causa no se puede identificar. El tratamiento de la epilepsia generalmente implica medicamentos antiepilépticos para controlar las convulsiones y, en algunos casos, cirugía o terapias complementarias como la dieta cetogénica.

Los Trastornos de la Conciencia se refieren a un grupo de condiciones neurológicas graves que afectan la capacidad de una persona para mantener un estado de conciencia normal y alerta. La conciencia es definida como la percepción y la comprensión de su entorno y uno mismo.

Existen diferentes niveles de conciencia, desde estar completamente despierto y alerta, hasta estar en un coma profundo donde no hay respuesta a los estímulos externos. Los trastornos de la conciencia pueden hacer que una persona experimente alteraciones en estos niveles, lo que puede resultar en una variedad de síntomas.

Los dos tipos principales de trastornos de la conciencia son el coma y el estado vegetativo. Un coma es un estado de inconsciencia profunda en el que una persona no responde a los estímulos, ni siquiera al dolor. Por otro lado, el estado vegetativo se caracteriza por períodos de alerta ocular y algunas respuestas automáticas, pero sin ninguna conciencia o comprensión del entorno o sí mismo.

Estos trastornos pueden ser causados por una lesión cerebral traumática, un accidente cerebrovascular, una infección grave, intoxicación, falta de oxígeno al cerebro o enfermedades degenerativas del sistema nervioso central. El tratamiento y el pronóstico dependen de la causa subyacente y del grado de daño cerebral. Algunos pacientes pueden recuperarse completamente, mientras que otros pueden quedar con secuelas permanentes o incluso fallecer.

La meningocele es una afección congénita del sistema nervioso central donde una porción de las membranas que recubren el cerebro o la médula espinal (meninges) sobresale a través de un defecto en el cráneo o la columna vertebral. Esto crea una bolsa llena de líquido cefalorraquídeo bajo la piel. A diferencia de la espina bífida, que también es un trastorno del cierre del tubo neural, la meningocele no involucra las estructuras nerviosas mismas, aunque aún puede causar problemas neurológicos si el saco afecta los nervios circundantes. El tratamiento generalmente implica una cirugía para corregir el defecto y prevenir complicaciones como infecciones o daño nervioso adicional.

La paraparesia es un término médico que se refiere a una condición en la cual hay debilidad o pérdida parcial del control muscular en las piernas, aunque a veces también puede afectar los brazos. La palabra 'para' significa dos y 'paresia' se refiere a debilidad muscular. Por lo tanto, la paraparesia implica una debilidad en dos lados del cuerpo, generalmente en las extremidades inferiores.

Esta afección puede ser causada por varias condiciones médicas, como esclerosis múltiple, lesiones de la médula espinal, enfermedad de Parkinson, espondilosis o tumores medulares. Los síntomas pueden variar desde una leve debilidad hasta una parálisis completa y también pueden incluir problemas de equilibrio, espasticidad muscular, pérdida de reflejos, dolor neuropático o dificultad para controlar los movimientos intestinales y vesicales.

El tratamiento de la paraparesia depende directamente de la causa subyacente. Puede incluir fisioterapia, terapia ocupacional, medicamentos para aliviar los síntomas y, en algunos casos, cirugía. En casos graves, se pueden necesitar dispositivos de asistencia como sillas de ruedas o andadores.

Los accidentes por caídas se refieren a un evento en el que una persona tropieza, resbala o resbalona y luego cae, resultando en lesiones. Estos tipos de accidentes pueden ocurrir en cualquier lugar, ya sea en el hogar, en el trabajo, en las calles o en establecimientos públicos.

Las causas más comunes de los accidentes por caídas incluyen: superficies deslizantes o irregulares, falta de iluminación adecuada, obstáculos en el camino, escaleras mal mantenidas y cables sueltos. Las personas mayores y aquellas con discapacidades físicas corren un riesgo particularmente alto de sufrir lesiones graves como resultado de una caída.

Las lesiones por caídas pueden variar desde moretones y cortes leves hasta fracturas óseas, traumatismos craneales y lesiones en la médula espinal. En casos graves, incluso pueden ser fatales. Por lo tanto, es importante tomar medidas preventivas para reducir el riesgo de accidentes por caídas, como mantener las superficies limpias y secas, instalar pasamanos en escaleras y usar iluminación adecuada en áreas mal iluminadas.

La cuadriplejía es un término médico que se refiere a la parálisis o grave debilidad de los músculos en todas las extremidades y el tronco. Esta condición suele ser el resultado de una lesión en la médula espinal en el cuello, que afecta a los nervios que controlan los movimientos en ambos brazos y piernas. La gravedad de la cuadriplejía puede variar desde una leve debilidad hasta una parálisis completa.

La causa más común de cuadriplejía es una lesión traumática, como un accidente automovilístico o un golpe en el cuello. Otras posibles causas incluyen enfermedades degenerativas de la médula espinal, tumores, infecciones, anomalías congénitas y trastornos neuromusculares como la esclerosis múltiple o la distrofia muscular.

El tratamiento para la cuadriplejía depende de la causa subyacente y puede incluir fisioterapia, terapia ocupacional, medicamentos para controlar el espasmo muscular y los dolores neuropáticos, dispositivos de asistencia como sillas de ruedas y andadores, y en algunos casos, cirugía.

La cuadriplejía puede tener un impacto significativo en la vida diaria de una persona, afectando su capacidad para realizar actividades cotidianas, su independencia y su calidad de vida en general. Es importante que las personas con cuadriplejía reciban atención médica y de rehabilitación especializada para ayudarlas a maximizar su función y su independencia.

Las arterias meníngeas son vasos sanguíneos que suministran sangre a las membranas que envuelven y protegen el cerebro, conocidas como meninges. Hay varias arterias meníngeas que se originan en diferentes puntos de la circunferencia de la base del cráneo y se clasifican según su tamaño y ubicación.

Las principales arterias meníngeas son:

1. Arteria meningea media: Es la más grande de las arterias meníngeas y se origina en el tronco basilar. Se divide en dos ramas, la rama anterior y la rama posterior, que suministran sangre a las membranas externa e interna del cerebro, respectivamente.
2. Arteria meningea accesoria: Es una rama de la arteria auricular magna o directamente de la arteria carótida externa. Se distribuye en la duramadre y las membranas que rodean el agujero occipital y el conducto auditivo interno.
3. Arterias meníngeas anterior y posterior: Son pequeñas ramas de la arteria carótida interna que suministran sangre a las membranas internas del cerebro en la base del cráneo.

Las arterias meníngeas pueden verse afectadas por diversas patologías, como la aterosclerosis, la hipertensión arterial y las enfermedades autoinmunes, lo que puede provocar la formación de trombos o estenosis (estrechamiento) de los vasos sanguíneos. Estas condiciones pueden dar lugar a síntomas como dolores de cabeza, mareos, vértigos y, en casos graves, accidentes cerebrovasculares.

Las encefalopatías se definen como condiciones o trastornos que involucran cambios generalizados y globales en la estructura y función cerebrales. Estos cambios a menudo son reversibles si se tratan las causas subyacentes, pero en algunos casos pueden ser permanentes o incluso letales.

Las encefalopatías pueden resultar de diversas causas, que incluyen infecciones, falta de oxígeno (anoxia), trastornos metabólicos, exposición a toxinas y determinadas condiciones médicas subyacentes. Algunos ejemplos comunes de encefalopatías incluyen la encefalopatía hipóxica-isquémica (que puede ocurrir después de un paro cardíaco o ahogamiento), la encefalopatía hepática (asociada con enfermedad hepática grave), la encefalopatía hipertensiva (que puede ocurrir cuando la presión arterial se eleva drásticamente) y la encefalopatía Wernicke-Korsakoff (que está relacionada con el alcoholismo crónico).

Los síntomas de las encefalopatías varían ampliamente, dependiendo de la causa subyacente y la gravedad del daño cerebral. Pueden incluir confusión, desorientación, pérdida de memoria, cambios de personalidad, dificultad para hablar o tragar, movimientos musculares anormales e incluso coma. El tratamiento implica abordar la causa subyacente de la encefalopatía y proporcionar apoyo de soporte para mantener las funciones corporales mientras el cerebro se recupera.

El tercer ventrículo es una estructura cavitaria en el cerebro que forma parte del sistema ventricular cerebral. Se trata de una pequeña cavidad llena de líquido cefalorraquídeo (LCR) localizada en el diencéfalo, entre los thalami y debajo del quiasma óptico. Comunica con el ventrículo lateral a través del foramen de Monro y con el cuarto ventrículo mediante el acueducto cerebral (de Silvio).

El tercer ventrículo contiene varias estructuras importantes como la glándula pineal, el hipotálamo y la eminencia mediana. Estas áreas desempeñan funciones vitales en el control de las hormonas, el equilibrio hídrico y electrolítico, los ritmos circadianos y diversas respuestas homeostáticas.

La alteración en la anatomía o función del tercer ventrículo puede dar lugar a diferentes patologías, como hidrocefalia, hipertensión endocraneal o trastornos hormonales, entre otros.

La electroencefalografía (EEG) es un procedimiento médico no invasivo que registra la actividad eléctrica del cerebro mediante electrodos colocados en el cuero cabelludo. Es utilizada principalmente para ayudar en el diagnóstico de diversas condiciones neurológicas y patologías, como convulsiones, síndrome de muerte súbita del lactante, esclerosis múltiple, tumores cerebrales, enfermedad de Alzheimer, epilepsia, coma, estado de vigilia-sueño, sonambulismo y posibles lesiones cerebrales. También se utiliza durante la cirugía para monitorear el funcionamiento del cerebro y prevenir daños. La prueba es indolora y no implica ningún riesgo importante más allá de una leve irritación en la piel donde se colocan los electrodos.

Los trastornos de la pupila se refieren a una variedad de condiciones que afectan la forma, tamaño, reactividad o posición de las pupilas, los círculos negros en el centro del ojo a través de los cuales entra la luz. Las pupilas normalmente reaccionan al cambiar de tamaño en respuesta a diferentes niveles de iluminación y también se contraen o dilatan reflexivamente en respuesta a estímulos visuales y otros estímulos, como el sonido o la tos.

Algunos ejemplos de trastornos de la pupila incluyen:

1. Anisocoria: Este es un término médico que describe una diferencia notable en el tamaño de las pupilas entre los dos ojos. La anisocoria puede ser normal en algunas personas, especialmente si la diferencia de tamaño es pequeña y no cambia con el tiempo. Sin embargo, también puede ser un signo de varias condiciones médicas, como glaucoma, lesiones cerebrales o tumores cerebrales.

2. Pupila de Marcus Gunn: También conocida como pupila paradójica, es una afección en la que la pupila se dilata en lugar de contraerse cuando se estimula el ojo con luz brillante. Por lo general, afecta a un solo ojo y puede ser un signo de daño en el nervio óptico o en otras partes del sistema visual.

3. Pupila fija: Una pupila fija no se contrae ni dilata en respuesta a los cambios de iluminación o a los estímulos visuales y otros estímulos. Esto puede ser un signo de daño en el nervio ocular o en el cerebro, como resultado de una lesión traumática, un accidente cerebrovascular o una infección.

4. Pupilas divergentes: Las pupilas divergentes se abren hacia afuera y no se alinean correctamente con la mirada. Esto puede ser un signo de un problema en el sistema nervioso que controla los músculos del ojo, como una parálisis o una lesión cerebral.

5. Pupilas dilatadas: Las pupilas dilatadas son más grandes de lo normal y no se contraen en respuesta a la luz brillante. Esto puede ser un signo de varias condiciones médicas, como intoxicación por drogas, lesiones cerebrales o tumores cerebrales.

En general, las pupilas desempeñan un papel importante en el sistema visual y su comportamiento normal puede ayudar a diagnosticar y tratar diversas afecciones médicas. Si nota algún cambio inusual en sus pupilas o en las de alguien más, es importante buscar atención médica de inmediato.

Los coagulantes son sustancias que promueven la formación de un coágulo sólido en una líquida, como la sangre. En el contexto médico, los coágulanos se refieren a las proteínas especializadas en la sangre que interactúan entre sí para formar un coágulo durante el proceso de coagulación sanguínea. Estos coágulantes ayudan a detener el sangrado y promover la curación después de una lesión vascular.

El sistema de coagulación implica una serie compleja de reacciones químicas que involucran varios factores de coagulación, activadores y inhibidores. La cascada de coagulación se inicia cuando la superficie de un vaso sanguíneo dañado expone el tejido subyacente y los factores de coagulación contenidos en él.

Los factores de coagulación importantes incluyen:

1. Factor VII (siete)
2. Factor IX (nueve)
3. Factor X (diez)
4. Factor II (dos), también conocido como protrombina
5. Calcio (ionizado)
6. Fibrinógeno

El proceso de coagulación se puede dividir en tres fases principales:

1. Iniciación: La exposición del tejido subendotelial activa el factor VII, que a su vez activa el factor IX y el factor X. Estos factores interactúan con la superficie del vaso sanguíneo dañado y otros factores de coagulación para iniciar la cascada de coagulación.
2. Amplificación: La activación del factor X lleva a la formación del complejo protrombinasa, que convierte el factor II (protrombina) en trombina. La trombina es una enzima importante que desempeña un papel clave en la fase de propagación y maduración del coágulo.
3. Propagación y maduración: La trombina convierte el fibrinógeno en monómeros de fibrina, que se polimerizan para formar una red tridimensional estable. Esta red estabiliza el coágulo y previene la pérdida adicional de sangre.

La regulación adecuada del proceso de coagulación es crucial para mantener el equilibrio entre la hemostasia y la trombosis. Las enfermedades que involucran alteraciones en la coagulación, como la hemofilia y la trombofilia, pueden resultar en hemorragias excesivas o trombosis. El tratamiento de estas condiciones a menudo implica el uso de factores de coagulación recombinantes o derivados del plasma para restaurar el equilibrio hemostático.

La expresión "atrofias musculares espinales de la infancia" se refiere a un grupo de enfermedades genéticas que afectan el sistema nervioso y provocan debilidad y atrofia muscular progresiva. Estas condiciones se caracterizan por la degeneración y pérdida de las neuronas motoras en la médula espinal, que son células nerviosas responsables de controlar los músculos.

Existen varios tipos diferentes de atrofias musculares espinales de la infancia, cada una con sus propias características clínicas y genéticas específicas. Algunos de los tipos más comunes incluyen:

1. Atrofia Muscular Espinal (AME) tipo 1: También conocida como Werdnig-Hoffmann, es la forma más grave y rara de la enfermedad. Los bebés afectados presentan debilidad muscular severa desde el nacimiento o durante los primeros meses de vida. La mayoría de ellos no logran sentarse sin apoyo y fallecen antes de los dos años de edad.
2. AME tipo 2: Los niños afectados comienzan a mostrar síntomas entre los 6 y los 18 meses de vida. Pueden sentarse sin apoyo, pero no logran ponerse de pie o caminar sin ayuda. La expectativa de vida es variable, con algunos niños sobreviviendo hasta la adolescencia o más allá.
3. AME tipo 3: También llamada atrofia muscular espinal juvenil, los síntomas suelen comenzar entre los 18 meses y los 3 años de edad. Los niños afectados pueden caminar, pero pueden perder esa habilidad con el tiempo. La expectativa de vida suele ser normal o casi normal.
4. AME tipo 4: Es la forma más leve de la enfermedad y se presenta en adultos jóvenes. Los síntomas incluyen debilidad muscular progresiva, especialmente en las piernas, y dificultad para subir escaleras o levantarse desde una posición sentada.

La AME es causada por mutaciones en el gen SMN1 (supervivencia del motoneurona 1), que produce la proteína SMN necesaria para la supervivencia de las células nerviosas motoras. Las personas con AME tienen una copia defectuosa o ausente del gen SMN1 y, en algunos casos, una copia adicional del gen SMN2, que produce cantidades más bajas de la proteína SMN. La gravedad de los síntomas depende de la cantidad de proteína SMN producida por el gen SMN2.

El tratamiento para la AME se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Los fisioterapeutas pueden ayudar a mantener la movilidad y la fuerza muscular, mientras que los dispositivos de asistencia, como sillas de ruedas y andadores, pueden facilitar la movilidad. En algunos casos, se puede considerar la terapia con células madre o el trasplante de células nerviosas para reemplazar las células nerviosas motoras dañadas.

En 2016, la FDA aprobó un nuevo tratamiento para la AME llamado Spinraza (nusinersen), que es un antisentido que se administra directamente en el líquido cefalorraquídeo a través de una inyección lumbar. El medicamento funciona al unirse al ARN mensajero del gen SMN2 y aumentar la producción de proteínas SMN funcionales. Los estudios clínicos han demostrado que Spinraza puede mejorar la función motora y retrasar la progresión de la enfermedad en los pacientes con AME.

Otro tratamiento experimental para la AME es el fármaco Zolgensma (onasemnogene abeparvovec-xioi), que se administra mediante una sola inyección intravenosa. El medicamento utiliza un virus modificado genéticamente para entregar una copia funcional del gen SMN1 a las células nerviosas motoras. Los estudios clínicos han demostrado que Zolgensma puede mejorar significativamente la función motora y retrasar la progresión de la enfermedad en los pacientes con AME.

En conclusión, la atrofia muscular espinal es una enfermedad genética grave que afecta a las células nerviosas motoras y causa debilidad y parálisis muscular progresivas. Aunque no existe cura para la AME, los avances recientes en la terapia génica y otros tratamientos experimentales ofrecen esperanza para mejorar la función motora y retrasar la progresión de la enfermedad en los pacientes con AME.

Las fracturas de la columna vertebral se refieren a una rotura o quebradura en uno o más huesos de la columna vertebral. Estas lesiones pueden variar desde fracturas simples hasta condiciones graves y potencialmente discapacitantes, como las fracturas complejas o las fracturas vertebrales por compresión.

Las causas más comunes de las fracturas de la columna vertebral son lesiones traumáticas, como caídas, accidentes automovilísticos o deportivos. También pueden ser el resultado de afecciones médicas subyacentes que debilitan los huesos, como la osteoporosis, cáncer metastásico o enfermedades genéticas que afectan la integridad ósea.

Los síntomas asociados con las fracturas de la columna vertebral pueden incluir dolor de espalda agudo o sordo, rigidez, disminución de la altura corporal, pérdida de movilidad y, en casos graves, debilidad o parálisis de las extremidades inferiores. El tratamiento depende de la gravedad y la ubicación de la fractura, pero puede incluir inmovilización con un corsé ortopédico, cirugía para estabilizar la columna vertebral o terapias de rehabilitación para ayudar a restaurar la función.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una fractura de la columna vertebral, ya que el diagnóstado y tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir complicaciones graves y promover una mejor recuperación.

La recuperación de la función en un contexto médico se refiere al proceso por el cual un individuo restaura, parcial o totalmente, las capacidades físicas, cognitivas o psicológicas que fueron afectadas negativamente como resultado de una enfermedad, lesión o intervención quirúrgica. Este proceso puede involucrar diversos enfoques, incluyendo terapias físicas y ocupacionales, rehabilitación, medicamentos, cambios en el estilo de vida y otros tratamientos médicos. El objetivo principal de la recuperación de la función es ayudar al paciente a alcanzar el mayor nivel de independencia, autonomía y calidad de vida posible. La velocidad y éxito de la recuperación pueden variar ampliamente dependiendo de factores como la gravedad de la lesión o enfermedad, la edad y salud general del paciente, y su compromiso con el plan de tratamiento.

El maltrato a los niños, también conocido como abuso infantil, se refiere a cualquier forma de daño físico, sexual o emocional, descuido negligente o trato cruel y no justificado que sufren los niños por parte de sus padres, tutores u otras personas con las que están en contacto. Puede incluir cosas como lesiones intencionales, abuso sexual, exposición a la violencia doméstica, amenazas, humillaciones, explotación económica o privación de los cuidados y atención necesarios para su desarrollo físico, emocional y psicológico. Es importante destacar que el maltrato infantil es un problema grave y prevalente en la sociedad, que puede causar consecuencias graves y duraderas en el desarrollo y bienestar de los niños.

La craniectomía descompresiva es un procedimiento neuroquirúrgico en el que se extirpa temporalmente una parte del cráneo (generalmente una porción de hueso del tamaño de una mano) para aliviar la presión intracraneal causada por edema cerebral, hemorragia subaracnoidea o hematoma epidural/subdural. Esto permite que el tejido cerebral hinchado se expanda y evitar further daño secundario al aumento de la presión intracraneal. Una vez que la hinchazón cerebral ha disminuido, el hueso se puede reinsertar quirúrgicamente en su lugar.

Este procedimiento se utiliza a menudo en el tratamiento de lesiones traumáticas graves en la cabeza, aneurismas rotos y otras afecciones que pueden provocar un aumento repentino e importante de la presión dentro del cráneo. La craniectomía descompresiva puede ser una intervención salvavidas para prevenir daños adicionales al cerebro y salvar la vida del paciente. Sin embargo, también conlleva riesgos significativos, como infecciones, coágulos sanguíneos, hidrocefalia y deterioro neurológico. Por lo tanto, se debe considerar cuidadosamente en cada caso individual y solo se realiza cuando los beneficios potenciales superan los riesgos.

En términos médicos, el esquí no tiene una definición específica como especialidad o práctica clínica. Sin embargo, el esquí se refiere a un deporte de invierno que involucra deslizarse por una pendiente nevada usando esquís, equipamiento especial y botas con fijaciones.

Existen diferentes estilos y disciplinas de esquí, como el esquí alpino (o downhill), esquí de fondo, esquí cross-country, snowboard, freestyle, free ride, entre otros. Cada uno de ellos tiene sus propias técnicas y riesgos asociados.

El esquí puede estar relacionado con la medicina desde el punto de vista de las lesiones y traumatismos que pueden ocurrir durante su práctica, por lo que los profesionales médicos deben conocer las lesiones más comunes en este deporte para poder brindar atención adecuada y prevención. Algunas de las lesiones más frecuentes en el esquí son:

1. Lesiones de rodilla: La mayoría de las lesiones de rodilla en el esquí se deben a la torsión o hiperextensión, como esguinces de ligamentos y roturas de meniscos o ligamentos cruzados anteriores (LCA).
2. Lesiones de hombro: Las caídas pueden provocar luxaciones o fracturas en el hombro, especialmente en los principiantes.
3. Lesiones de codo: El codo también es una articulación vulnerable durante las caídas y puede sufrir esguinces, distensiones o incluso fracturas.
4. Lesiones de la columna vertebral: Las lesiones en la espalda pueden variar desde contusiones hasta fracturas vertebrales graves, especialmente en caídas con aterrizaje inadecuado o choques contra objetos sólidos.
5. Lesiones de cabeza y cuello: Los traumatismos craneoencefálicos y las lesiones cervicales pueden producirse por impactos en la cabeza, como colisiones con otros esquiadores o árboles.
6. Fracturas de muñeca: Las caídas sobre manos extendidas pueden provocar fracturas en los huesos de la muñeca.
7. Lesiones por aplastamiento de esquís: En algunos casos, las botas y los esquís no se desenganchan correctamente durante una caída, lo que puede causar lesiones graves en piernas o pies.

La prevención de lesiones en el esquí incluye el uso adecuado del equipo de protección, como cascos y protectores de espalda, además de tomar clases con instructores certificados para aprender las técnicas correctas y minimizar los riesgos. También es importante mantenerse en forma y realizar ejercicios específicos para el esquí antes de la temporada.

La cepa de rata Sprague-Dawley es una variedad comúnmente utilizada en la investigación médica y biológica. Fue desarrollada por los criadores de animales de laboratorio Sprague y Dawley en la década de 1920. Se trata de un tipo de rata albina, originaria de una cepa de Wistar, que se caracteriza por su crecimiento relativamente rápido, tamaño grande y longevidad moderada.

Las ratas Sprague-Dawley son conocidas por ser genéticamente diversas y relativamente libres de mutaciones espontáneas, lo que las hace adecuadas para un amplio espectro de estudios. Se utilizan en una variedad de campos, incluyendo la toxicología, farmacología, fisiología, nutrición y oncología, entre otros.

Es importante mencionar que, aunque sean comúnmente empleadas en investigación, las ratas Sprague-Dawley no son representativas de todas las ratas o de los seres humanos, por lo que los resultados obtenidos con ellas pueden no ser directamente aplicables a otras especies.

La cauda equina es un grupo de nervios sacros y coccígeos que se encuentran en la parte inferior de la médula espinal dentro del canal raquídeo. Estos nervios proveen función motora y sensorial a las áreas inferiores del cuerpo, incluyendo los músculos de la pelvis y los miembros inferiores, así como también a las áreas genitales y anal. La cauda equina es llamada así debido a su apariencia similar a una cola de caballo (en latín, "cauda equina" significa "cola de caballo"). Dañar o comprimir estos nervios puede causar diversos síntomas, como dolor, entumecimiento, debilidad o pérdida del control de la vejiga e intestinos. Las causas comunes de daño a la cauda equina incluyen hernias discales, tumores, infecciones y lesiones traumáticas.

El espacio retroperitoneal, en términos médicos, se refiere al área situada entre el peritoneo posterior (la membrana serosa que recubre la cara posterior del abdomen) y la pared abdominal posterior. Este espacio contiene varios órganos importantes como los riñones, glándulas suprarrenales, páncreas, duodeno parte superior y vasos sanguíneos grandes como la aorta y vena cava inferior.

Este espacio anatómico está subdividido en varios compartimentos más pequeños por septos fibrosos y músculos. La división principal es entre el espacio pararrenal, situado lateralmente y conteniendo los riñones y glándulas suprarrenales, y el espacio periaórtico-pericaval, ubicado medialmente y conteniendo la aorta y vena cava inferior junto con los vasos y nervios que se originan o se insertan en ellos.

Las patologías que afectan al espacio retroperitoneal pueden incluir infecciones, tumores benignos o malignos, hemorragias e inflamaciones. Debido a su proximidad a órganos vitales, cualquier problema de salud en esta zona puede ser grave y requerir atención médica inmediata.

La encefalocele es una malformación congénita del sistema nervioso central donde parte del tejido cerebral y los líquidos circundantes sobresalen a través de un defecto en el cráneo. Esta protuberancia se encuentra cubierta por membranas (meninges) y, a veces, por piel. La ubicación más común para este defecto es en la base del cráneo, especialmente en la frente, entre los ojos o en la parte posterior de la cabeza.

La gravedad de la afección puede variar según el tamaño del defecto y la cantidad de tejido cerebral afectado. Los síntomas pueden incluir anomalías faciales, discapacidades intelectuales, problemas visuales y parálisis en los músculos faciales. El tratamiento generalmente implica una intervención quirúrgica para corregir el defecto y colocar el tejido cerebral de vuelta en su posición correcta dentro del cráneo.

La hemorragia intracraneal hipertensiva, también conocida como hemorragia intraparenquimatosa hipertensiva, es un tipo específico de hemorragia cerebral que ocurre en individuos con antecedentes de hipertensión arterial no controlada. Se caracteriza por la ruptura de pequeños vasos sanguíneos (arteriolas y capilares) dentro del tejido cerebral, lo que resulta en la acumulación de sangre en el espacio intraparenquimatoso o dentro del propio tejido cerebral.

Este tipo de hemorragia suele presentarse en forma de pequeñas hemorragias múltiples, llamadas microhemorragias, o como una única lesión más grande. Las áreas afectadas con mayor frecuencia son los ganglios basales, el tronco cerebral y la región subcortical profunda del cerebro.

La hemorragia intracraneal hipertensiva puede causar diversos síntomas clínicos, como dolor de cabeza intenso, vómitos, alteraciones visuales, déficits neurológicos focales (como debilidad o entumecimiento en un lado del cuerpo) y cambios en el nivel de conciencia o confusión. En casos graves, puede llevar a edema cerebral, herniación cerebral e incluso la muerte.

El diagnóstico se realiza mediante estudios de neuroimagen, como tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM), que muestran las lesiones hemorrágicas dentro del tejido cerebral. El tratamiento inicial consiste en controlar la presión intracraneal y la hipertensión arterial, seguido de medidas para prevenir complicaciones y reducir el riesgo de recurrencia, como el control estricto de la presión arterial y la administración de antiagregantes o anticoagulantes en función de los factores de riesgo individuales.

La enfermedad iatrogénica se refiere a un trastorno o condición médica adversa que es causada involuntariamente por el tratamiento médico o intervención, ya sea por error u omisión. Esto puede incluir reacciones adversas a medicamentos, infecciones adquiridas en el hospital, lesiones durante procedimientos diagnósticos o quirúrgicos, y la negligencia médica. La iatrogenia es una consideración importante en la práctica médica, ya que los profesionales de la salud deben equilibrar los riesgos y beneficios de cualquier intervención terapéutica.

Los estudios prospectivos, también conocidos como estudios de cohortes, son un tipo de diseño de investigación epidemiológica en el que se selecciona una población en riesgo y se sigue durante un período de tiempo para observar la aparición de un resultado o evento de interés. A diferencia de los estudios retrospectivos, donde los datos se recopilan de registros existentes o por medio de entrevistas sobre eventos pasados, en los estudios prospectivos, los datos se recopilan proactivamente a medida que ocurren los eventos.

Este tipo de estudio permite la recogida de datos estandarizados y actualizados, minimiza los problemas de rememoración y mejora la precisión en la medición de variables de exposición e intermedias. Además, los estudios prospectivos pueden permitir la evaluación de múltiples factores de riesgo simultáneamente y proporcionar una mejor comprensión de la relación causal entre la exposición y el resultado. Sin embargo, requieren un seguimiento prolongado y costoso, y pueden estar sujetos a sesgos de selección y pérdida a follow-up.

La irrigación terapéutica es un procedimiento médico que consiste en la introducción de soluciones estériles o medicamentos en una cavidad corporal, tejido o órgano a través de un catéter o sonda con el fin de promover la curación, aliviar síntomas o prevenir complicaciones. Este método se utiliza comúnmente en el tratamiento de diversas condiciones, como infecciones del tracto urinario, úlceras cutáneas, inflamaciones o después de intervenciones quirúrgicas para garantizar la limpieza y desinfección de la zona afectada. La solución utilizada puede variar dependiendo del propósito terapéutico, pudiendo ser simplemente salina estéril para el lavado o incorporando antibióticos, antisépticos o analgésicos en su composición.

La regeneración de la médula espinal se refiere al proceso biológico en el que las células dañadas o destruidas de la médula espinal se reemplazan y restauran funcionalmente después de una lesión o enfermedad. Esto implica la activación de células progenitoras o stem cell, su posterior diferenciación en neuronas y glía, la formación de nuevas sinapsis y la reorganización de las vías neurales existentes. El objetivo final de la regeneración de la médula espinal es restaurar la función neurológica perdida, como el movimiento y la sensibilidad, después de una lesión o enfermedad de la médula espinal. Sin embargo, este proceso es complejo y aún no se ha logrado completamente en humanos. La investigación en regeneración de la médula espinal incluye el uso de células madre, factores de crecimiento, ingeniería de tejidos y terapias basadas en bioingeniería para promover y mejorar este proceso.

Las enfermedades del esófago se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan el esófago, el tubo muscular que se extiende desde la garganta hasta el estómago. Algunos de los trastornos más comunes incluyen:

1. Reflujo gastroesofágico (ERGE): Es el flujo retrógrado del contenido ácido del estómago hacia el esófago, causando acidez estomacal y a veces daño al revestimiento del esófago.

2. Enfermedad por reflujo gastroesofágico de Barrett (Barrett's Esophagus): Es una complicación a largo plazo de la ERGE en la que el revestimiento del esófago se daña y cambia a un tejido similar al estómago. Este trastorno puede aumentar el riesgo de cáncer de esófago.

3. Esofagitis eosinofílica: Una inflamación del esófago causada por una respuesta excesiva del sistema inmunológico a los alérgenos alimentarios.

4. Achalasia: Un trastorno en el que los músculos del esófago no se relajan correctamente, impidiendo que los alimentos y líquidos pasen al estómago.

5. Estenosis esofágica: Un estrechamiento anormal del esófago que puede dificultar el paso de los alimentos y líquidos. Puede ser causada por cicatrices, inflamación o crecimientos anormales (tumores).

6. Divertículos esofágicos: Sacos anormales que se forman en la pared del esófago, a menudo como resultado de presión prolongada.

7. Cáncer de esófago: Un crecimiento maligno (canceroso) en el revestimiento del esófago. Los factores de riesgo incluyen el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad y los reflujo ácido prolongados.

8. Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE): El reflujo del contenido del estómago hacia el esófago, lo que puede causar acidez estomacal y dañar el revestimiento del esófago.

9. Síndrome de Mallory-Weiss: Desgarros en la membrana mucosa (revestimiento) del esófago o del estómago, generalmente causados por vómitos violentos o tos crónica.

10. Hernia de hiato: Una condición en la que una parte del estómago sobresale a través de un área debilitada en el diafragma, permitiendo que el ácido del estómago fluya hacia el esófago y cause acidez estomacal.

La metahemoglobina es una forma oxidada de la hemoglobina en la que el hierro ferroso (Fe2+) normalmente presente en el grupo hemo se ha oxidado a hierro férrico (Fe3+). Esta conversión impide que la hemoglobina transporte eficazmente oxígeno a los tejidos del cuerpo. Bajo condiciones normales, menos del 1% del total de hemoglobina en la sangre se encuentra como metahemoglobina. Sin embargo, ciertas sustancias químicas y medicamentos pueden aumentar los niveles de metahemoglobina en la sangre, lo que puede provocar hipoxia y cianosis, especialmente en bebés y personas con deficiencias enzimáticas. El tratamiento generalmente implica la administración de un agente reductor, como la metileno azul, que ayuda a restaurar el hierro a su estado ferroso y restaura la capacidad de transporte de oxígeno de la hemoglobina.

La recurrencia, en el contexto médico, se refiere al retorno o reaparición de síntomas, signos clínicos o una enfermedad después de un periodo de mejoría o remisión. Esto sugiere que el tratamiento previamente administrado no logró eliminar por completo la afección y ésta ha vuelto a manifestarse. La recurrencia puede ocurrir en diversas condiciones médicas, especialmente en enfermedades crónicas o aquellas que tienen tendencia a reaparecer, como el cáncer. El término también se utiliza para describir la aparición de nuevos episodios en trastornos episódicos, como la migraña o la epilepsia. Es importante monitorizar y controlar a los pacientes con alto riesgo de recurrencia para garantizar un tratamiento oportuno y evitar complicaciones adicionales.

La definición médica generalmente aceptada de dolor es la siguiente: "El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con una lesión tisular real o potencial o descrita en términos de dicha lesión".

Esta definición proviene de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés). Es importante notar que el dolor es subjetivo y personal, lo que significa que solo puede ser experimentado por el individuo que lo siente. A menudo se describe en términos de intensidad (leve, moderado, severo) y calidad (agudo, crónico, sordo, agudo, punzante, etc.). El dolor puede servir como una función protectora al advertir sobre daños potenciales o reales en el cuerpo, pero a veces puede persistir más allá de su propósito útil y convertirse en un problema de salud en sí mismo.

Los Potenciales Evocados Somatosensoriales (PES) son respuestas eléctricas registradas en el sistema nervioso central en respuesta a estímulos somatosensores específicos. Estos estímulos pueden ser de naturaleza mecánica, térmica o electrológica y se aplican a diferentes partes del cuerpo, como extremidades, tronco o cara.

Los PES se utilizan principalmente en el campo de la neurología clínica para evaluar el funcionamiento del sistema nervioso periférico y central. La técnica implica la aplicación de un estímulo somatosensorial que activa las vías sensoriales correspondientes, lo que provoca una respuesta neuronal registrable en el cerebro o la médula espinal.

Existen diferentes tipos de PES, dependiendo del tipo de estímulo utilizado y de la localización de la respuesta neuronal registrada. Algunos de los más comunes son:

1. Potenciales Evocados Somatosensoriales Medios (PESM): también conocidos como potenciales evocados somatosensoriales corticales, se registran sobre el cuero cabelludo en respuesta a estímulos eléctricos aplicados en las extremidades. Los PESM pueden ayudar a evaluar la integridad de las vías sensoriales desde la periferia hasta el córtex somatosensorial primario.

2. Potenciales Evocados Somatosensoriales Faríngeos (PESF): se utilizan para evaluar el nervio vago y sus conexiones en el tronco cerebral, mediante la estimulación del reflejo de la deglución o tosiendo.

3. Potenciales Evocados Somatosensoriales Espinales (PESE): se registran sobre la columna vertebral en respuesta a estímulos somatosensores aplicados en las extremidades. Los PESE pueden ayudar a evaluar la integridad de las vías sensoriales desde la periferia hasta el sistema nervioso central.

Los potenciales evocados somatosensoriales son una herramienta útil en el diagnóstico y seguimiento de diversas patologías neurológicas, como neuropatías periféricas, lesiones medulares, esclerosis múltiple, tumores cerebrales y trastornos del sistema nervioso central. Además, pueden ayudar a evaluar el daño neurológico después de un evento agudo, como un accidente cerebrovascular o una lesión traumática en la cabeza.

Los estudios de seguimiento en el contexto médico se refieren a los procedimientos continuos y regulares para monitorear la salud, el progreso o la evolución de una condición médica, un tratamiento o una intervención en un paciente después de un período determinado. Estos estudios pueden incluir exámenes físicos, análisis de laboratorio, pruebas de diagnóstico por imágenes y cuestionarios de salud, entre otros, con el fin de evaluar la eficacia del tratamiento, detectar complicaciones tempranas, controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. La frecuencia y el alcance de estos estudios varían dependiendo de la afección médica y las recomendaciones del proveedor de atención médica. El objetivo principal es garantizar una atención médica continua, personalizada y oportuna para mejorar los resultados del paciente y promover la salud general.

Las heridas no penetrantes, también conocidas como contusiones o moretones, son lesiones en las que la piel no se rompe o perfora. Esto sucede cuando hay un fuerte golpe o trauma que hace que los pequeños vasos sanguíneos debajo de la superficie de la piel se rompan y el sangrado se acumule, causando moretones o hematomas. Aunque estas heridas no impliquen una ruptura en la piel, pueden implicar lesiones en los tejidos más profundos y pueden ser dolorosas. Es importante monitorear las heridas no penetrantes para asegurarse de que no haya signos de infección u otras complicaciones.

La warfarina es un anticoagulante oral que se utiliza para prevenir la formación de coágulos sanguíneos en diversas condiciones clínicas, como fibrilación auricular, tromboembolismo venoso y prótesis valvulares cardíacas. Funciona al inhibir la actividad de la vitamina K-dependiente carboxilasa, lo que resulta en la producción de factores de coagulación inactivos o deficientes. Esto conduce a un estado de anticoagulación y disminuye el riesgo de trombosis.

La warfarina se administra por vía oral y su efecto anticoagulante generalmente se observa dentro de las 24-72 horas posteriores a la dosis inicial. La dosis óptima varía entre los individuos y requiere un monitoreo cuidadoso mediante el seguimiento del tiempo de protrombina (PT) o el International Normalized Ratio (INR). El objetivo terapéutico generalmente se establece en un INR específico, dependiendo de la indicación clínica.

Aunque la warfarina es una herramienta eficaz para la prevención y el tratamiento de enfermedades tromboembólicas, también conlleva riesgos importantes, como un mayor riesgo de sangrado. Por lo tanto, se requiere un seguimiento cuidadoso y ajustes regulares de la dosis durante el tratamiento con warfarina. Además, es importante tener en cuenta las interacciones farmacológicas y dietéticas que pueden influir en la eficacia y seguridad de la warfarina.

  • En un adulto, los síntomas de un hematoma epidural pueden ser una pérdida inicial del conocimiento, recuperación posterior del mismo (intervalo lúcido) y finalmente un nuevo empeoramiento de los síntomas de presión sobre el cerebro, como somnolencia y pérdida de la sensibilidad o de la fuerza. (wikipedia.org)
  • Es posible que existan otras razones para que su proveedor de atención médica le recomiende una resonancia magnética de la columna vertebral o el cerebro. (nm.org)
  • La recolección de líquido cefalorraquídeo (LCR) es un examen para analizar el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. (medlineplus.gov)
  • clr="#1e73be"]La Cirugía Neurológica es la especialidad medica que se basa en el diagnóstico y tratamiento de pacientes con lesiones a, o enfermedades del cerebro, la espina o nervios periféricos. (nsadoctors.com)
  • este líquido rodea el cerebro y medula espinal para protegerlos de lesiones. (doctorespecialistas.com)
  • La patología neurológica comprende el conjunto de enfermedades que afectan al sistema nervioso central (el cerebro y la medula espinal) y el sistema nervioso periférico (los músculos y los nervios). (gva.es)
  • Esto puede provocar hematomas o lesiones graves en las paredes del cerebro. (abogadosdeconfianzacalifornia.com)
  • El edema papilar es una enfermedad en la cual el aumento de la presión dentro o alrededor del cerebro hace que una parte del nervio óptico en el ojo se inflame. (informacionopticas.com)
  • Se realiza una punción lumbar (pruebas en el cerebro, la médula espinal y las enfermedades nerviosas: punción lumbar) para medir la presión del líquido cefalorraquídeo a menos que se detecte algo por RM o OCT, lo cual indica que una punción lumbar no es segura. (informacionopticas.com)
  • La neurocirugía es un campo especializado enfocado en el tratamiento quirúrgico de patologías del cerebro, columna vertebral, médula espinal y nervios periféricos. (lecturio.com)
  • Este es un término muy amplio que describe un grupo de tumores unidos por su origen a partir de células «gliales» o de soporte del cerebro. (duvalmolina.com)
  • Las estimaciones de la ocurrencia de lesiones en el cerebro y la médula espinal indican que estas lesiones causan enormes pérdidas a individuos, familias y comunidades. (webneurotrauma.com)
  • En el caso del cerebro, es más frecuente que los aneurismas aparezcan en la división o bifurcación de una arteria principal, por tener mayor calibre y presión arterial. (neurorgs.net)
  • Compresión medular Distintas lesiones pueden comprimir la médula espinal y provocar déficits sensitivos, motores, reflejos y esfinterianos secundarios. (msdmanuals.com)
  • Lesiones de la cola de caballo Los traumatismos de la columna vertebral pueden producir lesiones que afecten la médula espinal y las vértebras. (msdmanuals.com)
  • el latigazo cervical es uno de los tipos más comunes de lesiones que se sienten en un accidente automovilístico. (abogadosdeconfianzacalifornia.com)
  • Un hematoma subdural o epidural espinal es una acumulación de sangre en el espacio subdural o epidural que puede comprimir mecánicamente la médula espinal. (msdmanuals.com)
  • El hematoma subdural o epidural espinal (habitualmente torácico o lumbar) es raro, pero puede ser el resultado de un traumatismo dorsal, terapia anticoagulante o trombolítica o, en los pacientes con diátesis hemorrágica, una punción lumbar. (msdmanuals.com)
  • El diagnóstico de un hematoma subdural o epidural espinal se realiza con una RM o, cuando no se encuentra fácilmente disponible, con una mielografía por TC. (msdmanuals.com)
  • El tratamiento de un hematoma subdural o epidural espinal es el drenaje quirúrgico inmediato. (msdmanuals.com)
  • Se sospecha un hematoma subdural o epidural en los pacientes con dolor localizado o dorsal radicular e hipersensibilidad a la percusión o con paresia súbita de la extremidad inferior de causa desconocido, en particular cuando se identifica una causa posible (p. ej. (msdmanuals.com)
  • Un hematoma epidural es una acumulación de sangre que ocurre entre la duramadre que es la capa que rodea al sistema nervioso central por fuera y al cráneo por dentro. (wikipedia.org)
  • 1]​ Debido a que la duramadre también recubre a la médula espinal, un sangrado epidural puede también presentarse en la columna. (wikipedia.org)
  • En la mayoría de los casos se deben a traumas físicos y produce un aumento en la presión intracraneal e incluso puede verse reflejado en desviación de la línea media de las estructuras cerebrales, y puede llegar a ser mortal, por lo tanto, un hematoma epidural es una emergencia médica. (wikipedia.org)
  • Hematoma epidural y subdural por un traumatismo. (informacionopticas.com)
  • La hipotensión craneal crónica puede asociarse a hematomas subdurales (ver HEMATOMA SUBDURAL) o higromas. (bvsalud.org)
  • Experiencias recientes han resaltado la importancia de las fuerzas de aceleraci n angulares y el efecto de arrastre resultante en la etiolog a de muchos tipos de lesi n cef licas, incluyendo hematomas subdurales (HSD) e intraparenquimales (HIP), contusiones, laceraciones, axonal difusa. (edu.pe)
  • Incluso, en un principio el dolor de cabeza puede ser leve, pero pudiese ser un signo que indique una lesión de mayor gravedad como lo es una lesión en la médula espinal o una cerebral traumática. (abogadosdeconfianzacalifornia.com)
  • un hematoma subdural se produce cuando se produce una lesión cerebral en un accidente. (abogadosdeconfianzacalifornia.com)
  • Por ejemplo, si la presión alta del líquido cefalorraquídeo es causada por un tumor cerebral, se pueden administrar corticosteroides, pero puede ser necesario extirpar el tumor mediante cirugía o reducir su tamaño por irradiación. (informacionopticas.com)
  • Este es el tipo más común de tumor cerebral primario y casi siempre requiere cirugía. (duvalmolina.com)
  • La isquemia cerebral, causada por la hipertensi n intracraneal, por una reducci n de la presi n de perfusi n cerebral o secundaria a agresi n sist mica, en la fase prehospitalaria (hipoxia, hipotensi n o anemia), es la lesi n secundaria de mayor prevalencia en los trauma-tismos craneoencef licos graves. (edu.pe)
  • demencia progresiva o hemorragia cerebral, ya sea subaracnoidea, subdural o intraparenquimatosa, usualmente debido a hipertensión venosa (Awad IA, et al 1990).Los hallazgos por imagen de tomografía y resonancia magnética incluyen la dilatación de venas corticales, representadas por estructuras tubulares que realzan con la administración de material de contraste o vacíos de flujo en los surcos corticales, sin evidencia de un nido intermediario. (neurowikia.es)
  • 4]​ Hemorragia subaracnoidea Hematoma subdural Natasha Richardson por MedlinePlus (julio de 2006). (wikipedia.org)
  • Descompresión de canal espinal (Laminectomia y Discectomia). (vithas.es)
  • Las vértebras forman el canal espinal, que alberga la médula espinal y los nervios espinales. (lecturio.com)
  • Su aspecto en las imágenes de Tomografía por Resonancia Magnética es muy parecido al que se observa en otras localizaciones a lo largo del canal espinal. (elbaulradiologico.com)
  • Aparecen como masas redondeadas o piriformes localizadas en el canal espinal o en el espacio paravertebral, cuando afectan a la porción extraforaminal de los nervios dorsales. (elbaulradiologico.com)
  • Reducción de la presión del LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO, que se caracteriza clínicamente por CEFALEA que es máxima en posición de pie y ocasionalmente por parálisis del nervio abducente (ver ENFERMEDADES DEL NERVIO ABDUCENTE), rigidez de nuca, SORDERA, NÁUSEAS y otros síntomas. (bvsalud.org)
  • El traumatismo cráneo-encefálico es la segunda causa de mortalidad por causas neurológicas, tras las enfermedades cerebrovasculares. (esheformacion.com)
  • Neurocirujano dedicado desde el año 2009 al tratamiento integral de las enfermedades de la columna espinal especializándose en abordajes mínimamente invasivos y navegación intraoperatoria. (vithas.es)
  • Existen distintos métodos de clasificación para las fístulas arteriovenosas, sin embargo el sistema de Congnard (Tabla 2) es el más detallado, especificando la dirección de flujo, ya sea anterogrado o retrogrado, la presencia o ausencia de reclutamiento venoso, así como el reconocimiento de drenaje venoso espinal perimedular (Cognard C. et al 1995). (neurowikia.es)
  • Una punción lumbar (punción raquídea) es el método más común. (medlineplus.gov)
  • La punción lumbar o punción espinal se realiza para diagnosticar trastornos del sistema nervioso central como la epilepsia, meningitis, esclerosis múltiple, entre otros. (doctorespecialistas.com)
  • se administra por vía oral si el tratamiento no es urgente. (msdmanuals.com)
  • Tesis doctoral en curso "Ventajas clínicas y económicas de la cirugía mínimamente invasiva y la navegación versus las técnicas tradicionales para el tratamiento de la patología degenerativa espinal" por la Universidad Autónoma de Madrid (2017 - actualidad). (vithas.es)
  • La Neurología es la especialidad médica que estudia la estructura, función y desarrollo del sistema nervioso (central, periférico y autónomo) y muscular en estado normal y patológico, utilizando todas las técnicas clínicas e instrumentales de estudio, diagnóstico y tratamiento actualmente en uso o que puedan desarrollarse en el futuro. (gva.es)
  • El problema principal que plantean los aneurismas es que su rotura , por debilitamiento de la pared o subida de la tensión, ocasiona una hemorragia intracraneal. (neurorgs.net)
  • Es excepcional que se detecten antes de producir una hemorragia. (neurorgs.net)
  • El otro problema que se plantea cuando un aneurisma se ha roto es que la presencia de sangre en el líquido cefalorraquídeo y el intento de la arteria por no sangrar ocasiona un vasoespasmo , es decir, una disminución del calibre de las arterias. (neurorgs.net)
  • Pero el otro lugar de mayor frecuencia es en las arterias cerebrales. (neurorgs.net)
  • En otras ocasiones pueden producirse además hematomas intracerebrales o hemorragias en los ventrículos cerebrales (Fig. 3). (neurorgs.net)
  • Generalidades sobre los trastornos medulares Los trastornos de la médula espinal pueden producir una discapacidad neurológica permanente. (msdmanuals.com)
  • Aproximadamente entre 15 y 20% de los pacientes con hematomas epidurales mueren como consecuencia del trauma. (wikipedia.org)
  • El contacto directo o la carga de impacto s lo es necesaria para que produzca fracturas y hematomas epidurales (HED). (edu.pe)
  • Cirugía para evacuar un hematoma subdural: ¿Cómo se realiza y qué cuidados se debe tener? (drandresmorales.com)
  • Si bien cada vez que hablamos de una cirugía en el cráneo nos ponemos nerviosos, la verdad que es una intervención de bajo riesgo que se realiza con frecuencia por médicos especialistas en neurocirugía, como es mi caso. (drandresmorales.com)
  • Se sospecha un hematoma en los pacientes con síntomas y signos de compresión aguda, no traumática de la médula espinal o una paresia súbita y no explicada de las extremidades inferiores, sobre todo cuando se presenta una causa posible (p. ej. (msdmanuals.com)
  • Es nuestra misión facilitar servicios especializados a los pacientes con quirúrgicos o medico-quirúrgicos, con la máxima calidad y eficiencia. (hospitaltorrecardenas.es)
  • Si esta reacción es excesiva, se puede llegar a producir un cierre que impida la circulación de la sangre, con el peligro de provocar una isquemia o un infarto que ocasione déficits neurológicos. (neurorgs.net)
  • Un hematoma subdural es una colección hemorrágica intracraneal que se acumula entre dos de las membranas meníngeas que tapizan la superfic. (elbaulradiologico.com)
  • Un aneurisma es una dilatación anómala de la pared de una arteria y se puede localizar en cualquier vaso del organismo. (neurorgs.net)
  • Sin embargo es necesario realizar estudios dinámicos de angiotomografía, angioresonancia o angiografía convencional (estándar de oro) para demostrar, la localización del cortocircuito, el llenado venoso temprano y las ramas de la arteria carótida externa (Sasikhan Geibprasert, et al 2010). (neurowikia.es)
  • La Universidad Isabel I es una institución educativa online y semipresencial, con una oferta académica con plena validez en el Espacio Europeo de Educación Superior (EES) . (formacionalcala.com)
  • El traumatismo craneoencef lico (TCE) es un problema de salud en el Per y en otras latitudes del mundo. (edu.pe)
  • Es por eso, que es importante contar con un abogado de accidentes automovilísticos de su lado para asegurarse de que obtenga una compensación por todos los padecimientos. (abogadosdeconfianzacalifornia.com)
  • En ocasiones, la resonancia magnética es suficiente para dar un diagnóstico seguro, pero por lo general es necesario tomar muestras de tejido en el momento de la cirugía. (duvalmolina.com)
  • 2]​ En la imagen por tomografía suele observarse una imagen biconvexa, a diferencia del hematoma subdural que muestra una imagen cóncava en su cara interna. (wikipedia.org)
  • La muestra es enviada al laboratorio para su análisis. (doctorespecialistas.com)
  • La universidad cuenta con un diseño tecno-pedagógico y una plataforma tecnológica propia, que sitúan a la institución a la vanguardia de la educación, y en la que el alumno se sitúa en el centro del proceso de aprendizaje y es quien decide cuándo, dónde y como quiere desarrollar su experiencia formativa. (formacionalcala.com)
  • Hospital, enriqueciéndome con su enorme experiencia y consejos en microcirugía espinal, participando en cirugías y en consultas clínicas. (neurosurgery.directory)
  • Debido a que el tumor es intrínseco y crece a lo largo de las fibras nerviosas, por lo general no es posible curarlo. (duvalmolina.com)