Neoplasia derivada de vasos sanguíneos y caracterizada por numerosas células endoteliales prominentes solas, en agregados y como tapizado de cúmulos de tubos o canales vasculares. (Stedman, 25a ed)
Tumor de venas medianas a grandes, compuesto de células epiteliales rollizas a fusiformes que se proyectan hacia los espacios vasculares en forma semejante a una lápida. Estos tumores se cree que tienen agresión "limítrofe", donde un tercio desarrollan recurrencias locales, pero sólo raramente metástasis. No está claro si el hemangioendotelioma epitelioide es realmente una neoplasia o una reacción exuberante del tejido, no está claro si este es equivalente a la enfermedad de Kimura (ver HIPERPLASIA ANGIOLINFOIDE CON EOSINOFILIA). (Traducción libre del original: Segen, Dictionary of Modern Medicine, 1992)
Lesión vascular de rápido crecimiento a lo largo de la línea media del cuello, tronco superior y extremidades que es caracterizado por COAGULOPATÍA DE CONSUNCIÓN; TROMBOCITOPENIA; y ANEMIA HEMOLÍTICA. A menudo se asocia con HEMANGIOENDOTELIOMA Kaposiforme infantil y otros tumores vasculares como el ANGIOMA.
Neoplasia maligna rara caracterizada por células anaplásicas de proliferación rápida e infiltración difusa derivada de vasos sanguíneos, que tapizan espacios llenos de sangre. (Stedman, 25a ed)
Neoplasias compuestas por tejido vascular. Este concepto no se refiere a neoplasias localizadas en los vasos sanguíneos.
Neoplasias localizadas en el sistema vascular, como ARTERIAS y VENAS. Se diferencian de las NEOPLASIAS DE TEJIDO VASCULAR, como el ANGIOFIBROMA o HEMANGIOMA.
Anomalía vascular consistente en una proliferación de VASOS SANGUÍNEOS que forman una masa de tipo tumoral. Los tipos mas frecuentes están formados por CAPILARES y VENAS. Pueden localizarse en cualquier parte del organismo pero son más frecuentes en la PIEL y el TEJIDO SUBCUTÁNEO. (Stedman, 27th ed, 2000)
Huesos de la PIERNA. Incluye los HUESOS PÉLVICOS.
Cubierta celular contínua (intima) de los vasos linfáticos (e.g., el alto endotelio de las vénulas linfáticas). Es más permeable que el endotelio vascular, carece de la absorción selectiva y funciona principalmente, para retirar las proteínas plasmáticas que se han filtrado a través de los capilares hacia los espacios tisulares.
Procesos patológicos del oído interno (LABERINTO) que contiene el aparato esencial de la audición (CÓCLEA) y del equilibrio (CONDUCTOS SEMICIRCULARES).
Tumores o cánceres de cualquier parte de la audición y del sistema de equilibrio del cuerpo (el OÍDO EXTERNO, el OÍDO MEDIO y el OÍDO INTERNO).
Proliferación vascular neoplásica maligna y multicéntrica, caracterizada por el desarrollo de nódulos cutáneos rojo-azulados, por lo general en las extremidades inferiores y sobre todo en los dedos de las manos y los pies, y que crece lentamente en tamaño y número, extendiéndose hacia lugares más proximales. Los tumores tienen conductos revestidos de endotelio y espacios vasculares entremezclados con agregados de células fusiformes de tamaño variable; a menudo permanecen confinados en la piel y tejido subcutáneo, aunque puede producirse una afectación visceral difusa. El sarcoma de Kaposi se presenta de forma endémica en ciertas partes de Africa central y centro y este de Europa. Puede producirse una forma especialmente virulenta y diseminada en pacientes con síndrome de inmunodeficiencia adquirida. (Dorland, 28a ed)
Afección causada por un ateroembolismo recurrente en las extremidades inferiores. Se caracteriza por una coloración cianótica de los dedos de los pies, generalmente el primero, el cuarto y el quinto. Dicha coloración puede extenderse a la zona lateral del pie. A pesar de su aspecto gangrenoso, los dedos azules pueden responder a una terapia conservadora sin tener que recurrir a la amputación.
Tumores o cánceres de HÍGADO.
Tumores y cáncer localizados en la columna vertebral.
Muerte resultante de la presencia de una enfermedad en un individuo, tal y aparece en un reporte de un solo caso o un número limitado de pacientes. Debe diferenciarse de MUERTE, el cese fisiológico de la vida y de MORTALIDAD, un concepto epidemiológico o estadístico.
Un grupo de doce VERTEBRAS conectadas a las costillas que apoyan la región superior del tronco.

El hemangioendotelioma es un tipo raro de cáncer que se forma en los vasos sanguíneos o linfáticos. Se origina a partir de las células endoteliales, que recubren el interior de los vasos sanguíneos y linfáticos. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los hemangioendoteliomas malignos son agresivos y tienen el potencial de diseminarse a otras partes del cuerpo.

Los síntomas varían dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor. Pueden incluir dolor, hinchazón, sangrado o formación de úlceras en la piel, problemas visuales si el tumor está cerca del ojo, dificultad para respirar si el tumor está en el pulmón, o síntomas neurológicos si el tumor se encuentra en el cerebro.

El diagnóstico generalmente se realiza mediante una biopsia del tejido afectado y un examen microscópico. La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) también pueden ayudar a determinar la extensión del tumor.

El tratamiento depende del tipo y la etapa del tumor. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. La supervivencia a largo plazo varía ampliamente, desde meses hasta muchos años, dependiendo del tipo y la etapa del tumor en el momento del diagnóstico.

El hemangioendotelioma epitelioide es un tipo raro de tumor vascular que se origina en el endotelio, el revestimiento de los vasos sanguíneos. Este tipo de cáncer se caracteriza por células endoteliales atípicas que forman estructuras vasculares y crecen tanto de manera local como a distancia.

Aunque su origen y desarrollo no están completamente claros, los factores desencadenantes pueden incluir exposiciones químicas o radiactivas, infecciones virales y trastornos genéticos hereditarios.

El hemangioendotelioma epitelioide puede presentarse en diversas partes del cuerpo, como el pulmón, hígado, bazo, corazón, piel o tejidos blandos profundos. Los síntomas varían dependiendo de la localización y extensión del tumor, pero pueden incluir dolor, hinchazón, hemorragia o dificultad para respirar.

El diagnóstico se realiza mediante biopsia y análisis histopatológicos, en los que se observan células endoteliales atípicas con características epitelioides. La inmunohistoquímica también puede ser útil para confirmar el diagnóstico, ya que estos tumores suelen expresar marcadores específicos como CD31, CD34 y Factor VIII.

El tratamiento depende del estadio y la localización del tumor. Puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia o quimioterapia para destruir las células cancerosas restantes. En algunos casos, se pueden utilizar terapias dirigidas, como inhibidores de la angiogénesis, para reducir el crecimiento y diseminación del tumor.

A pesar del tratamiento, el pronóstico es variable y depende del estadio y la agresividad del tumor. Los pacientes con tumores localizados y de bajo grado suelen tener un mejor pronóstico que aquellos con tumores avanzados o de alto grado. La supervivencia a largo plazo es posible en algunos casos, pero se requiere un seguimiento cuidadoso y un tratamiento adicional si el tumor recurre.

El síndrome de Kasabach-Merritt es un trastorno raro pero grave que ocurre en bebés y niños pequeños, especialmente aquellos menores de 5 años. Se caracteriza por la combinación de una tumoración vascular (generalmente una hemangioma kaposiforme) y trombocitopenia severa (disminución del número de plaquetas en la sangre).

La lesión cutánea o subcutánea suele ser grande, profunda, de crecimiento lento y con una superficie cutánea azulada o púrpura. La trombocitopenia se debe a la activación intravascular de las plaquetas dentro del hemangioma kaposiforme, lo que provoca su destrucción y el consiguiente aumento del riesgo de sangrado.

El síndrome de Kasabach-Merritt puede ser potencialmente mortal si no se trata a tiempo. El tratamiento suele incluir corticosteroides, agentes quimioterapéuticos, radioterapia o intervención quirúrgica, dependiendo de la gravedad y la localización de la lesión. En algunos casos, el uso de fármacos dirigidos contra los receptores del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento de esta afección.

El hemangiosarcoma es un tipo raro pero agresivo de cáncer que se origina en los vasos sanguíneos. Por lo general, se forma en el revestimiento interior de los vasos sanguíneos (endotelio) y puede ser encontrado en diversas partes del cuerpo, aunque es más comúnmente desarrollado en la piel, el hígado o el corazón.

Este tipo de cáncer se caracteriza por la rápida formación de tumores benignos (hemangiomas) que pueden convertirse en malignos (hemangiosarcomas), invadiendo los tejidos circundantes y diseminándose a otras partes del cuerpo (metástasis).

Los factores de riesgo asociados con el desarrollo de hemangiosarcoma incluyen exposición a radiación, productos químicos como el cloruro de vinilo y la talidomida, así como enfermedades del tejido conectivo como el síndrome de Steinert y la esclerodermia.

El tratamiento para el hemangiosarcoma depende de su localización, tamaño y grado de diseminación. Puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia y quimioterapia para destruir las células cancerosas restantes. La esperanza de vida después del diagnóstico depende de la etapa en que se diagnostique y el tratamiento adecuado, pero generalmente es desfavorable, especialmente en los casos avanzados.

Neoplasia de tejido vascular es un término general que se utiliza para describir el crecimiento anormal y descontrolado de células en los vasos sanguíneos o linfáticos. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Las neoplasias benignas de tejido vascular incluyen hemangiomas, que son tumores formados por vasos sanguíneos, y linfangiomas, que se componen de vasos linfáticos. Estos tipos de tumores suelen crecer durante el desarrollo fetal o en la infancia, pero a veces pueden aparecer en adultos. La mayoría de los hemangiomas y linfangiomas no requieren tratamiento, ya que pueden desaparecer por sí solos con el tiempo. Sin embargo, algunos casos pueden causar problemas estéticos o funcionales y pueden necesitar ser tratados con cirugía, láser o medicamentos.

Las neoplasias malignas de tejido vascular se denominan angiosarcomas y sarcomas de los vasos linfáticos. Estos tumores son raros pero agresivos y pueden crecer rápidamente, invadir tejidos circundantes y diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis). El tratamiento suele incluir cirugía para extirpar el tumor, seguida de radioterapia o quimioterapia para destruir las células cancerosas restantes.

En general, las neoplasias de tejido vascular pueden causar síntomas como dolor, hinchazón, sangrado o cambios en la piel. Si se sospecha una neoplasia de tejido vascular, es importante buscar atención médica especializada para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Las neoplasias vasculares son crecimientos anormales y desregulados de tejido vascular. Pueden ser benignos o malignos (cáncer). Los tumores vasculares benignos más comunes son los angiomas, que se componen principalmente de vasos sanguíneos. Los hemangiomas son tumores vasculares benignos compuestos de células endoteliales que crecen rápidamente durante el primer año de vida y luego suelen involutionar (revertir a un estado normal) en la mayoría de los casos.

Los angiosarcomas son tumores vasculares malignos raros que se desarrollan a partir de las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos o linfáticos. Estos tumores pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en la piel, los senos, el hígado y los músculos esqueléticos. Su crecimiento es agresivo y tienden a metastatizar (diseminarse) rápidamente a otros órganos.

El tratamiento de las neoplasias vasculares depende del tipo, el tamaño, la localización y si son benignas o malignas. Pueden requerir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos tratamientos.

Un hemangioma es un crecimiento benigno (no canceroso) formado por células sanguíneas inmaduras (endoteliales) que se han acumulado en exceso para formar una masa. Se produce más comúnmente en la piel y los tejidos blandos, aunque también puede ocurrir en órganos internos como el hígado.

Hay dos tipos principales de hemangiomas: hemangiomas capilares y hemangiomas cavernosos. Los hemangiomas capilares son pequeños, rojos y planos al nacer o aparecen en los primeros meses de vida. Por lo general, crecen rápidamente durante los primeros 6 a 12 meses y luego comienzan a disminuir en tamaño y desaparecer por completo en la mayoría de los casos para los 5 a 9 años de edad.

Por otro lado, los hemangiomas cavernosos son más profundos, grandes y elevados sobre la piel. Suelen crecer lentamente durante un período de varios años y pueden dejar cicatrices o cambios en el color de la piel después de desaparecer.

En general, los hemangiomas son inofensivos y no requieren tratamiento a menos que causen problemas estéticos, funcionales o psicológicos significativos. Sin embargo, se recomienda monitorear su crecimiento y cambios con regularidad para garantizar una atención médica apropiada si es necesario.

Los huesos de la extremidad inferior en términos médicos se refieren al conjunto de huesos que forman el esqueleto inferior del cuerpo humano y participan en la locomoción. Están compuestos por el hueso coxal (formado por ilion, isquion y pubis), el fémur, la rodilla (que incluye las rótulas, los cóndilos femorales y las superficies articulares de las tibias y los peroné), la pierna (tibia y peroné) y el pie (talus, calcáneo, escafoides, cuboides, navicular, cuneiformes, metatarsianos y falanges). Todos estos huesos trabajan en conjunto para permitir movimientos como caminar, correr, saltar y mantener la postura erecta.

El endotelio linfático se refiere a la capa de células endoteliales que recubre el interior de los vasos linfáticos. Los vasos linfáticos son conductos especializados que forman parte del sistema linfático y desempeñan un papel crucial en la recolección y transporte de la linfa, una fluido transparente que contiene proteínas, lípidos y glóbulos blancos.

Las células endoteliales son células planas y aplanadas que forman una barrera entre el lumen (la cavidad interna) de los vasos sanguíneos o linfáticos y el tejido circundante. En el caso del endotelio linfático, estas células tienen propiedades únicas que les permiten interactuar con las células inmunes y regular el tráfico de líquidos y solutos entre los tejidos y la linfa.

El endotelio linfático también participa en la absorción de grasas en el intestino delgado, ya que los vasos linfáticos especializados llamados vasos linfáticos lacteales recogen las grasas digeridas y transportan estos lípidos al sistema circulatorio.

Además, el endotelio linfático está involucrado en la respuesta inmunológica, ya que ayuda a capturar y presentar antígenos (sustancias extrañas) a las células inmunes, como los linfocitos T. Esto contribuye a la activación de las respuestas inmunitarias adaptativas y a la vigilancia del sistema inmunológico contra patógenos invasores y células cancerosas.

En resumen, el endotelio linfático es una capa de células endoteliales que recubre los vasos linfáticos y desempeña funciones importantes en la regulación del tráfico de líquidos y células, la absorción de grasas y la respuesta inmunológica.

Las enfermedades del laberinto, también conocidas como enfermedades del oído interno, se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema vestibular y el sistema auditivo dentro del oído interno. El término "laberinto" se utiliza para describir la compleja estructura en forma de laberinto dentro del oído interno que contiene los canales semicirculares y el vestíbulo, responsables del equilibrio y la detección de movimientos.

Existen varias enfermedades que pueden afectar al laberinto, entre ellas se incluyen:

1. Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): Es el trastorno del oído interno más común y se caracteriza por episodios breves de vértigo (sensación de mareo o inestabilidad) desencadenados por cambios en la posición de la cabeza.

2. Enfermedad de Ménière: Es una afección del oído interno que provoca episodios recurrentes de vértigo, pérdida auditiva, zumbidos en los oídos (tinnitus) y sensación de plenitud o presión en el oído afectado.

3. Neuronitis vestibular: Es una inflamación del nervio vestibulococlear que causa repentinos y severos episodios de vértigo, náuseas, vómitos e inestabilidad, acompañados de pérdida auditiva temporal o permanente.

4. Laberintitis: Es una inflamación del laberinto causada por una infección viral o bacteriana que puede provocar vértigo, náuseas, vómitos, inestabilidad y pérdida auditiva.

5. Síndrome de superficie vestibular: Es un trastorno del sistema vestibular que se caracteriza por una disfunción en la detección de los movimientos de la cabeza y el cuerpo, lo que puede causar vértigo, inestabilidad y desequilibrio.

El tratamiento de estas afecciones dependerá de su causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapia física, cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, cirugía. Si experimenta síntomas como vértigo, inestabilidad, zumbidos en los oídos o pérdida auditiva, es importante que consulte a un especialista en otorrinolaringología (ORL) para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Las neoplasias del oído son tumores benignos o malignos que se desarrollan en cualquiera de las estructuras del oído. Pueden clasificarse según su localización como neoplasias del oído externo, medio o interno.

1. Neoplasias del oído externo: Son los tumores más frecuentes en esta región. La mayoría son benignos, como el mixedoma epidermoides y el adenoma ceruminoso. Los tumores malignos son raros e incluyen carcinomas de células escamosas, adenocarcinomas y melanomas.

2. Neoplasias del oído medio: Son poco frecuentes y pueden ser primarias (glomus jugular, glomus tympanicum) o secundarias a la extensión de un cáncer desde regiones vecinas. El glomus tympanicum es el tumor más común en esta localización, siendo benigno en su mayoría.

3. Neoplasias del oído interno: Son extremadamente raras y pueden ser primarias (schwannomas vestibulares, meningiomas) o metastásicas. El schwannoma vestibular, también conocido como neurinoma del acústico, es el tumor más frecuente en esta localización. Es un tumor benigno que se origina a partir de la vaina nerviosa del nervio auditivo y puede causar pérdida auditiva, vértigo e inestabilidad.

El tratamiento de las neoplasias del oído depende del tipo de tumor, su localización y extensión. Puede incluir cirugía, radioterapia o quimioterapia. La rehabilitación postoperatoria puede ser necesaria en algunos casos, especialmente si se ha dañado el nervio auditivo durante la intervención quirúrgica.

El sarcoma de Kaposi es un tipo raro de cáncer que afecta los tejidos conectivos del cuerpo, como el tejido graso, los músculos, los huesos, los vasos sanguíneos, y el sistema linfático. Se caracteriza por la formación de tumores debajo de la piel, en los órganos internos o ambos.

Existen cuatro subtipos principales del sarcoma de Kaposi: clásico, endémico, iatrogénico y epidémico (o relacionado con el VIH). El subtipo epidémico es el más común en los Estados Unidos y otros países desarrollados, y generalmente se presenta en personas infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el virus del herpes humano tipo 8 (VHH-8).

Los síntomas del sarcoma de Kaposi pueden variar dependiendo del subtipo y la ubicación de los tumores. Los moretones, las lesiones cutáneas, y los ganglios linfáticos inflamados son comunes en el sarcoma de Kaposi relacionado con el VIH. En casos más avanzados, el cáncer puede diseminarse a los órganos internos, lo que puede causar complicaciones graves y, en algunas ocasiones, la muerte.

El tratamiento del sarcoma de Kaposi depende del subtipo, la etapa del cáncer, y la salud general del paciente. Puede incluir radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia, o una combinación de estos tratamientos. La terapia antirretroviral altamente activa (TARAA) es una parte fundamental del tratamiento para el sarcoma de Kaposi relacionado con el VIH, ya que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a controlar la infección por VIH.

El síndrome del dedo azul, también conocido como cianosis digital, es un trastorno médico que causa la coloración azulada o morada de los dedos de las manos y a veces también de los pies. Esta decoloración se debe a la falta de oxígeno en la sangre que llega a estas extremidades. La cianosis es el término médico para la coloración azulada de la piel u otras membranas mucosas debido a este déficit de oxígeno.

La causa más común del síndrome del dedo azul es la exposición al frío, ya que el flujo sanguíneo se reduce en respuesta al frío para ayudar a conservar el calor corporal. Otras causas pueden incluir enfermedades cardiovasculares, problemas respiratorios o trastornos de la sangre que afectan la capacidad de transportar oxígeno. Algunas personas también pueden experimentar cianosis digital como un efecto secundario de ciertos medicamentos, particularmente aquellos que dilatan los vasos sanguíneos.

En la mayoría de los casos, el síndrome del dedo azul no es grave y desaparece una vez que se retira la exposición al frío o se trata la causa subyacente. Sin embargo, en algunas personas, particularmente aquellas con afecciones cardiovasculares subyacentes, el síndrome del dedo azul puede ser un signo de una enfermedad más grave y requerir atención médica inmediata.

Las neoplasias hepáticas se refieren a un crecimiento anormal o tumoración en el hígado. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias hepáticas benignas más comunes incluyen hemangiomas, que son tumores formados por vasos sanguíneos, y adenomas hepáticos, que se desarrollan a partir de células hepáticas. Estos tipos de tumores suelen ser asintomáticos y no representan un peligro inmediato para la salud, aunque en algunos casos pueden causar complicaciones si crecen demasiado o se rompen.

Por otro lado, las neoplasias hepáticas malignas más frecuentes son el carcinoma hepatocelular (CHC) y el colangiocarcinoma. El CHC se origina a partir de células hepáticas dañadas, especialmente en presencia de cirrosis o hepatitis viral crónica. El colangiocarcinoma se desarrolla en los conductos biliares dentro o fuera del hígado. Ambos tipos de cáncer son potencialmente letales y requieren tratamiento agresivo, que puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia.

La detección temprana de estas neoplasias es crucial para mejorar el pronóstico del paciente. Por lo tanto, se recomienda realizar exámenes periódicos, especialmente en personas con factores de riesgo como la infección por virus de la hepatitis B o C, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad y la exposición a sustancias químicas tóxicas.

Las neoplasias de la columna vertebral se refieren a crecimientos anormales y no controlados de tejido en la columna vertebral. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos raramente se diseminan a otras partes del cuerpo y su crecimiento suele ser más lento, mientras que los tumores malignos pueden invadir los tejidos circundantes y tienen una mayor probabilidad de diseminarse o metastatizar.

Las neoplasias de la columna vertebral se clasifican según su localización anatómica como extradurales (fuera del duramadre, la membrana más externa que rodea la médula espinal), intradurales-extramedulares (entre las meninges o membranas que rodean la médula espinal pero fuera de la sustancia gris y blanca de la médula espinal) e intramedulares (dentro de la sustancia gris y blanca de la médula espinal).

Los síntomas varían dependiendo de la localización y el tipo del tumor, pero pueden incluir dolor de espalda, debilidad muscular, rigidez, pérdida de sensibilidad, problemas de control de esfínteres o parálisis. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. La elección del tratamiento depende del tipo y la etapa del tumor, la edad y el estado de salud general del paciente.

En términos médicos, un "resultado fatal" se refiere a un desenlace desfavorable de un diagnóstico, condición de salud, procedimiento o tratamiento que resulta en la muerte del paciente. Es un término formal y objetivo utilizado para describir una situación en la cual los esfuerzos terapéuticos no han podido revertir el curso de una enfermedad grave o lesión, y desafortunadamente conduce al fallecimiento del individuo.

Es importante mencionar que este término se utiliza con precaución y respeto, dada la naturaleza delicada y sensible de la situación. La comunicación de un resultado fatal a los familiares o cuidadores del paciente suele ser una parte difícil del trabajo médico, y se realiza siempre con empatía y compasión.

Las vértebras torácicas son doce vértebras situadas en la parte media y superior de la columna vertebral, entre las vértebras cervicales y lumbares. Numeradas del T1 al T12, cada vértebra torácica tiene un cuerpo vertebral anterior, un arco neural posterior y varios procesos.

Las características distintivas de las vértebras torácicas incluyen:

1. Cuerpos vertebrales: Son los segmentos más grandes y robustos de cada vértebra. Su forma es ovalada, con el eje mayor orientado verticalmente. Los cuerpos vertebrales de las vértebras torácicas son más anchos que altos y presentan una superficie articular anterior y posterior para la unión con las vértebras adyacentes.

2. Arco neural: Es la parte posterior de cada vértebra, formada por varias partes óseas: el pedículo, el lámina, los procesos articulares superiores e inferiores y los processus spinosi.

- Pedículos: Son segmentos cortos y robustos que conectan el cuerpo vertebral con la lámina.

- Láminas: Se unen a los pedículos para formar el techo del canal espinal, donde se encuentran las meninges y la médula espinal.

- Processus articulares superiores e inferiores: Son pequeñas protuberancias que conectan las láminas y sirven como puntos de unión para los ligamentos y músculos circundantes. También participan en la formación de las articulaciones facetarias entre vértebras adyacentes.

- Processus spinosi: Son extensiones dorsales del arco neural, que se unen para formar una columna ósea central a lo largo de la columna vertebral. Los processus spinosi de las vértebras torácicas son generalmente cortos y bajos, mientras que los de las vértebras lumbares son más largos y prominentes.

- Foramen vertebrale: Es un orificio situado entre el pedículo y la lámina de cada lado del arco neural. A través de este foramen pasan las raíces nerviosas espinales y los vasos sanguíneos que irrigan los tejidos circundantes.

- Foramen intervertebrale: Es el espacio existente entre dos vértebras adyacentes, a través del cual discurre la raíz nerviosa espinal y los vasos sanguíneos correspondientes. Está limitado por los processus articulares superiores e inferiores de las vértebras y el ligamento amarillo, que previene su colapso durante la flexión y extensión de la columna vertebral.

Las vértebras torácicas tienen una forma distintiva, con un cuerpo vertebral más pequeño y plano en comparación con las vértebras lumbares o cervicales. Además, presentan dos apófisis costales a cada lado del cuerpo vertebral, que sirven como puntos de inserción para los músculos intercostales y ayudan a estabilizar la columna vertebral durante la respiración.

Las vértebras torácicas también tienen un proceso espinoso más corto y menos prominente que las vértebras lumbares, lo que les confiere una apariencia generalmente más pequeña y menos robusta. Estas características estructurales se adaptan a la función principal de la columna torácica, que es proporcionar soporte y protección a los órganos internos del tórax, como el corazón y los pulmones.

En resumen, las vértebras torácicas son un componente importante de la columna vertebral, que desempeñan un papel crucial en el soporte y la protección de los órganos internos del tórax. Su estructura única, con un cuerpo vertebral más pequeño, apófisis costales y procesos espinosos menos prominentes, se adapta a las demandas funcionales específicas de la región torácica del cuerpo.

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  • Nos enfocaremos en el hemangioma infantil, hemangiomas congénitos, granuloma piógeno, angioma en penacho y hemangioendotelioma kaposiforme. (actapediatrica.org.mx)
  • El angioma en penacho y el hemangioendotelioma kaposiforme, que algunos autores consideran espectros de una misma enfermedad, son tumores vasculares poco frecuentes que suelen aparecer en los primeros meses de vida y que se asocian con complicaciones hematológicas: fenómeno de Kasabach-Merritt, que puede poner en riesgo la vida del paciente. (actapediatrica.org.mx)
  • Hemangioendotelioma epitelioide de alta agresividad: Caso clínico. (bvsalud.org)
  • También se ha descrito hipoesplenismo en la amiloidosis sistémica, en enfermos con sida e infección granulomatosa esplénica por Mycobacterium avium complex, en enfermos con hemangioendotelioma epitelioide primario y tras el trasplante alogénico de médula ósea, principalmente en presencia de EICH crónica. (ecured.cu)
  • El hemangioma cavernoso y el hemangioendotelioma son las dos lesiones benignas más frecuentes. (fundhepa.org)
  • El hemangioma infantil es el tumor vascular más frecuente, aparece en las primeras 4 semanas de vida y crece con rapidez, para posteriormente involucionar en la etapa preescolar. (actapediatrica.org.mx)
  • Tumores vasculares como la hemangiomatosis y el hemangioendotelioma. (fundhepa.org)
  • La clasificación adecuada de los tumores vasculares es indispensable para la correcta comunicación entre las especialidades implicadas, con el fin de establecer el diagnóstico correcto y planificar el tratamiento. (actapediatrica.org.mx)
  • La Neurofibromatosis tipo 1 (NF1) es una enfermedad AD que asocia lesiones óseas entre las que se incluye la displasia de huesos largos, más frecuentemente la tibia, con o sin pseudoartrosis. (gob.ar)
  • hemangiomas, linfangiomas, hemangioendotelioma y lesiones sólidas como la hiperplasia nodular focal. (fundahigado.org)
  • Por otro lado, la prevención de lesiones bucales ante el primer síntoma es muy importante para evitar complicaciones. (circulomedicosn.com.ar)
  • Aunque clínicamente suele ser una lesión bastante típica, histológicamente debe diferenciarse del hemangioendotelioma retiforme, el tumor de Dabska y el linfnagioma progresivo (todas ellas lesiones más agresivas). (dermapixel.com)
  • Por suerte, el cáncer es poco frecuente en los niños y los adolescentes, aunque la incidencia general de cáncer infantil ha estado aumentando lentamente desde 1975. (blogspot.com)
  • Descripción clínica del Hemangioendotelioma Hepático Infantil. (uclave.org)
  • 3 ] En varios países asiáticos, la incidencia de carcinoma hepatocelular en los niños es 10 veces más alta que en América del Norte. (blogspot.com)
  • La mortalidad de las sepsis neumocócicas es muy alta, pues con frecuencia el curso es fulminante, con hipotensión arterial y coagulación intravascular diseminada (CID). (ecured.cu)
  • Un hemangioma hepático es el tipo de masa más común del hígado que no es causada por cáncer. (medlineplus.gov)
  • En los bebés se puede desarrollar un tipo de hemangioma hepático conocido como hemangioendotelioma infantil benigno. (medlineplus.gov)
  • La forma más frecuente es el hemangioma infantil, el cuál se diferencia de las malformaciones vasculares por su presentación clínica y sobre todo por su historia natural (Tabla 2). (fundacionpielsana.es)
  • El tratamiento para el hemangioendotelioma infantil depende del crecimiento y desarrollo del niño. (medlineplus.gov)
  • Hipotiroidismo: Los hemangiomas, si son muy grandes, y sobre todo los localizados a nivel hepático, pueden producir un ¨hipotiroidismo de consumo¨ que en etapas iniciales de la vida puede producir déficits intelectuales, por lo que es importante su detección precoz y su tratamiento, con dosis altas de corticoides así como con terapia sustitutiva. (fundacionpielsana.es)