Incremento anormal de EOSINÓFILOS en la sangre, tejidos u órganos.
Afección caracterizada por infiltración de los pulmones con EOSINÓFILOS debido a inflamación y procesos de otras enfermedades. Las principales enfermedades pulmonares eosinófilas son las neumonías eosinófilas causadas por infecciones, alérgenos, o agentes tóxicos.
Leucocitos granulares con un núcleo que generalmente tiene dos lóbulos conectados por un delgado filamento de cromatina y un citoplasma que contiene gránulos redondos y rugosos de tamaño uniforme que se tiñen con eosina.
Nódulos cutáneos benignos, solitarios o múltiples, integrados por estructuras vasculares inmaduras y maduras entremezcladas con células endoteliales y un infiltrado variado de eosinófilos, histiocitos, linfocitos, y mastocitos.
Factores que estimulan la diferenciación de eosinófilos y la activación de la hematopoyesis. Ellos también actuán en la diferenciación terminal de las células B activadas en células secretoras de INMUNOGLOBULINAS.
Grupo heterogéneo de trastornos que tienen como característica común presentar eosinofilia prolongada de causa desconocida y que se asocia con disfunción de órganos sistémicos entre los que se incluyen el corazón, el sistema nervioso central, los riñones, pulmones, tracto gastrointestinal y la piel. Hay un incremento masivo en el número de EOSINÓFILOS en la sangre, semejante a la leucemia, y una extensa infiltración eosinofílica en diversos órganos.
Una albúmina obtenida de la clara del huevo. Es un miembro de la superfamilia de las serpinas.
Tendencia del músculo liso del árbol traqueobronquial a contraerse más intensamente como respuesta a un estímulo dado que lo que lo hace en la respuesta que se ve en los individuos normales. Esta afección está presente virtualmente en todos los pacientes con síntomas de asma. La manifestación más prominente de esta contracción del músculo liso es una disminución en el calibre de las vías aéreas que puede ser fácilmente medida en la función pulmonar en el laboratorio.
Quimiocina de tipo CC específica para los RECEPTORES CCR3. Es un poderoso quimiotáctico para los EOSINÓFILOS.
Citotaxinas liberadas por células normales o invasoras que atraen específicamente a los eosinófilos; pueden ser fragmentos del complemento, linfocinas, productos de neutrófilos, histamina u otras; la mejor conocida es el tetrapéptido ECF-A, liberado fundamentalmente por los mastocitos.
Infección por helmintos redondos del género TOXOCARA, se encuentra usualmente en gatos salvajes y domésticos y en perros y lobos, exceptuando la larva, que puede producir larva migrans visceral y ocular en hombres.
ESOFAGITIS crónica caracterizada por EOSINOFILIA de la mucosa esofágica. Es diagnosticada cuando un aumento de EOSINÓFILOS están presentes en todo el esófago. A diferencia de la ENFERMEDAD REFLUJO GASTROESOFÁGICA, los síntomas de reflujo no responden al tratamiento con INHIBIDORES DE LA BOMBA DE PROTONES. Los síntomas están asociados con hipersensibilidad mediada por IgE a los alérgenos alimentarios o a inhalantes.
Angeitis necrotizante difusa con granulomas. La participación pulmonar es frecuente. La evidencia de vasculitis puede estar precedida por asma u otra infección respiratoria. La eosinofilia y la participación pulmonar diferencian a esta enfermedad de la POLIARTERITIS NODOSA.
Inmunoglobulina asociada con MASTOCITOS. Una sobreexpresión ha sido asociada con hipersensibilidad alérgica (HIPERSENSIBILIDAD INMEDIATA).
Sustancia antigénica capaz de producir hipersensibilidad inmediata (HIPERSENSIBILIDAD INMEDIATA).
Conteo del número de CÉLULAS BLANCAS DE LA SANGRE por unidad de volumen en la SANGRE venosa. El conteo diferencial de leucocitos mide el número relativo de los diferentes tipos de células blancas.
Forma de trastorno bronquial asociada a la obstrucción de las vías aéreas, marcada por ataques recurrentes de disnea paroxística, con producción de silbido debido a la contracción espasmódica de los bronquios.
Forma de hipersensibilidad que afecta el tracto respiratorio. Incluye el ASMA y la RINITIS ALÉRGICA ESTACIONAL.
Líquido obtenido por la irrigación del pulmón, incluyendo los BRONQUIOS y los ALVÉOLOS PULMONARES. Se utiliza generalmente para evaluar es estado bioquímico, inflamatorio y los de infección del pulmón.
Especie de nemátodo parásito que se encuentra en los intestinos de perros. Las larvas que migran producen lesiones en cerebro, hígado, ojos, riñones y pulmones. En humanos, estas larvas no siguen los patrones normales y pueden producir larva migrans visceralis (LARVA MIGRANS, VISCERAL).
Subserie de linfocitos T auxiliares-inductores que sintetizan y secretan las interleucinas IL-4, IL-5, IL-6 y la IL-10. Estas citoquinas influyen en el desarrollo de las células B y la producción de anticuerpos además de aumentar las respuestas humorales.
Cualquiera de los dos órganos que ocupan la cavidad del tórax y llevan a cabo la aeración de la sangre.
Una peroxidasa 66-kDa encontrada en gránulos de EOSINOFILOS. Peroxidasa eosinofílica es una proteína catiónica con un pI de 10.8 y comprende una subunidad de cadena pesada y una subunidad de cadena liviana- Posee actividad citotóxica hacia BACTERIAS y otros organismos, lo cual se atribuye a su actividad peroxidasa.
Proteínas encontradas en gránulos EOSINOFILOS. Son primariamente proteínas básicas que juegan un rol en la defensa del huésped y en las acciones proinflamatorias de eosinófilos activados.
Reactividad alterada hacia un antígeno que puede dar por resultado reacciones patológicas ante exposiciones subsiguientes a ese antígeno en particular.
Quimiocina de tipo CC con especificidad para los RECEPTORES CCR3. Es un quimioatrayente para los EOSINÓFILOS.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente, para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica BALB C.
Reacción de hipersensibilidad (REACCIÓN ALÉRGICA) a el hongo ASPERGILLUS en una persona con ASMA BRONQUIAL de larga duración. Se caracteriza por la presencia de infiltrados pulmonares, EOSINOFILIA, niveles elevados de IgE sérica y reactividad cutánea inmediata al antígeno del Aspergillus.
Infecciones con nemátodos del orden STRONGYLIDA.
Infección por TRICHINELLA. Es causada por comer carne cruda o poco cocida que está infectada con larvas de gusanos nematodos del género TRICHINELLA. Todos los miembros del género TRICHINELLA pueden infectar a humanos, además de TRICHINELLA SPIRALIS, el agente etiológico tradicional. Se distribuye en gran parte del mundo y vuelve a aparecer en algunas partes como un peligro para la salud pública y un problema de seguridad alimentaria.
Citocina derivada de los linfocitos T que produce proliferación, cambio de isótopos de inmunoglobulinas, y producción de inmmunoglobulinas por los linfocitos B inmaduros. Parece que desempeña un rol en la regulación de las respuesta inmune e inflamatoria.
Reacciones adversas mediadas inmunológicamente a sustancias medicinales utilizadas legal o ilegalmente.
Grupo de quimiocinas con cisteinas adyacentes que químicamente son atrayentes para los linfocitos, monocitos, eosinófilos, basófilos pero no para los neutrófilos.
Infecciones con nematodos de la superfamilia FILARIOIDEA. La presencia de helmintos vivos en el cuerpo es esencialmente asintomática, pero la muerte de los helmintos adultos produce inflamación granulomatosa y fibrosis permanente. Los organismos del género Elaeophora infectan a alces salvajes y carneros domésticos produciendo necrosis isquémica del cerebro, ceguera y dermatosis de la cara.
Péptido catiónico de 19 kDa encontrado en gránulos de EOSINÓFILOS. La neurotoxina derivada de eosinófilo es una ribonucleasa (RIBONUCLEASAS) y puede tener una función como agente antiviral endógeno.
Infección con nemátodos del género STRONGYLOIDES. La presencia de larvas puede producir neumonitis y la presencia de helmintos adultos en el intestino puede producir diarrea de moderada a severa.
Proteínas, que no son anticuerpos, segregadas por leucocitos inflamatorios y por algunas células no leucocitarias, y que actúan como mediadores intercelulares. Difieren de las hormonas clásicas en que son producidas por un número de tejidos o tipos de células en lugar de por glándulas especializadas. Generalmente actúan localmente en forma paracrina o autocrina y no en forma endocrina.
Vacunas o vacunas candidatas usadas para prevenir infección con VIRUS SINCITIAL RESPIRATORIO.
Factor soluble producido por los linfocitos T activados que estimulan la proliferación de las células B. La interleucina-4 induce la expresión del complejo de histocompatibilidad principal II y los receptores Fc sobre las células B. También actúa sobre los linfocitos T, las líneas de mastocitos, y sobre otras líneas celulares hematopoyéticas incluidos los granulocitos, megacariocitos, y precursores eritroides, así como los macrófagos.
Inflamación de la fascia. Hay tres tipos principales: 1) Fascitis eosinofílica, reacción inflamatoria con eosinofilia que produce una piel dura engrosada, con la apariencia de una naranja pelada, que sugiere una esclerodermia y que es considerada por algunos como una variante de esta enfermedad; 2) FASCITIS NECROTIZANTE, infección fulminante grave (generalmente producida por un estreptococo beta hemolítico) causante de una nectrosis extensa de la fascia superficial; 3) Fascitis Nodular/Pseudosarcomatosa /Fascitis proliferativa, caracterizada por un rápido crecimiento de los fibroblastos con células inflamatorias mononucleares y capilares que proliferan en los tejidos blandos, a menudo en el antebrazo; no es maligna pero algunas veces se confunde con el fibrosarcoma.
Secreción viscosa de las membranas mucosas. Contiene mucina, leucocitos, agua, sales inorgánicas y células exfoliadas.
Síndrome sistémico complejo con componentes inflamatorio y autoinmune, que afecta la piel, fascia, músculos, nervios, vasos sanguíneos, pulmones y corazón. Las características diagnósticas incluyen generalmente EOSINOFILIA, mialgias lo bastante graves como para limitar las actividades habituales de la vida diaria y ausencia de infecciones coexistentes, estados autoinmunes o de otro tipo que puedan inducir eosinofilia. La biopsia de los tejidos afectados revela una microangiopatía asociada con inflamación difusa que afecta al tejido conjuntivo (Traducción libre del original: Spitzer et al., J Rheumatol Suppl 1996 Oct;46:73-9; Blackburn WD, Semin Arthritis Rheum 1997 Jun;26(6):788-93).
Infecciones de los pulmones con parásitos. Se producen más comúnmente por gusanos (HELMINTOS).
Infección fúngica oportunista por un miembro del género ALTERNARIA.
Reacciones cutáneas adversas producidas por la ingestión, uso parenteral, o aplicación local de medicamentos. Éstas pueden asumir varios patrones morfológicos y producen diversos tipos de lesiones.
Hinchazón que asienta en la DERMIS profunda, tejidos subcutáneos o submucosos, conformando un EDEMA localizado. El angioedema suele aparecer en la cara, los labios, la lengua y la laringe.
Género de nemátodos ascarídeos comúnmente parásitos de los intestinos de gatos y perros.
Infecciones por pneumovirus causadas por VIRUS SINCITIAL RESPIRATORIO. Los humanos y bovinos son los más afectados pero se han reportado infecciones en cabras y carneros.
Género de nemátodos parásitos ampliamente distribuido como parásito intestinal de los mamíferos.
Material expelido desde los pulmones y que se expectora a través de la bocA. Contiene MOCO, detritos celulares y microrganismos. Puede contener también sangre y pus.
Afección caracterizada por el engrosamiento del ENDOCARDIO ventricular y el subendocardio (MIOCARDIO), siendo más frecuente en niños y adultos jovenes en CLIMA TROPICAL. El tejido fibroso se extiende desde el vértice y a menudo incluye las VÁLVULAS CARDIACAS, provocando una restricción en el flujo sanguíneo en los respectivos ventrículos (CARDIOMIOPATÍA RESTRICTIVA).
Lavado de los pulmones con solución salina o con agentes mucolíticos con fines diagnóstico o terapéutico. Es muy útil en el diagnóstico de infiltrados pulmonares difusos en pacientes inmunosuprimidos.
Un antihelmíntico uyilizado primariamente en el tratamiento de la filariasis, particularmente infecciones con Wucheria bancrofti o Loa loa.
Administración de medicamentos a través de la mucosa nasal.
Género de nemátodos de la superfamilia ASCARIDOIDEA cuyas especies habitan usualmente en el intestino.
Enfermedades animales que se producen de manera natural o son inducidas experimentalmente, con procesos patológicos bastante similares a los de las enfermedades humanas. Se utilizan como modelos para el estudio de las enfermedades humanas.
Afección producida en hombres por la migración prolongada de larvas de nemátodos en tejidos extraintestinales diferentes a la piel; se caracteriza por hipereosinofilia persistente, hepatomegalia y frecuentemente neumonitis, producida comúnmente por el Toxocara canis y el Toxocara cati.
Infestación por TREMATODOS del género PARAGONIMUS.
Inmunoglobulinas producidas en una respuesta a ANTIGENOS HELMÍNTICOS.
Agente parasimpaticomimético de amonio cuaternario con las acciones muscarínicas de la ACETILCOLINA. Es hidrolisado por la ACETILCOLINESTERASA a una velocidad considerablemente menor que la ACETILCOLINA y es más resistente a la hidrolisis por COLINESTERASAS no específicas, de manera que sus acciones son más prolongadas. Es utilizado como agente broncoconstrictor parasimpáticomimético y como auxiliar diagnóstico en el asma bronquial (Adaptación del original: Martindale, The Extra Pharmacopoeia, 30th ed, p1116).
Glucocorticoide con las propiedades generales de los corticoides. Es la droga adecuada para todas las afecciones en las cuales está indicada la terapia corticoide sistémica, excepto en los estados de deficiencia suprarrenal.
Formación desordenada de varios tipos de leucocitos o acumulación anormal o deficiencia de estas células.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica C57BL.
Grupo heterogéneo de trastornos caracterizados por el incremento anormal de MASTOCITOS solamente en la piel (MASTOCITOSIS CUTÁNEA), en los tejidos extracutáneos que incluyen a múltiples órganos (MASTOCITOSIS SISTÉMICA) o en tumores sólidos (MASTOCITOMA).
Proceso patológico caracterizado por lesión o destrucción de tejidos causada por diversas reacciones citológicas y químicas. Se manifiesta usualmente por signos típicos de dolor, calor, rubor, edema y pérdida de función.
Bloqueo de un vaso sanguíneo por restos de depósitos ateromatosos ricos en COLESTEROL que suelen ubicarse en los puntos de paso de una arteria grande a ramas arteriales pequeñas. También se denomina embolización arterial-arterial o ateroembolismo, pudiendo ser espontáneo o yatrogénico. Los pacientes con ateroembolismo espontáneo suelen aquejar dolor y cianosis en los dedos, de aparición brusca.
Género de tenias, constituido por varias especies, que se encuentran como adultos en pájaros y mamíferos. Las larvas o el estado cisticercoide se desarrolla en invertebrados. Se ha reportado la infección en humanos y probablemente se adquiere al comer carne, inadecuadamente cocinada, de animales infectados con la segunda etapa larvaria conocida como tetrahythridium.
Complejo de síntomas característicos.
Género de nemátodo parásito intestinal que pertenece a la superfamilia HELIGMOSOMATOIDEA, se encuentra comúnmente en ratas pero que experimentalmente se ha transmitido a otros roedores y conejos. La infección usualmente se realiza a través de la piel.
Severa erupción medicamentosa caracterizada por fiebre alta, rash eritematoso e inflamación de los órganos internos.
Receptores CCR con especificidad para la QUIMIOCINA CCL11 y otras QUIMIOCINAS CC. Se expresan en grandes cantidades en los LINFOCITOS T, EOSINÓFILOS, BASÓFILOS y MASTOCITOS.
La forma más benigna y común de histiocitosis de células de Langerhans, que implica lesiones nodulares localizadas predominantemente de los huesos, pero también de la mucosa gástrica, intestino delgado, pulmones, o piel, con infiltración de eosinófilos.
Reacciones de hipersensibilidad que ocurren pocos minutos después de la exposición a antígenos provocadores y que se producen por la liberación de histamina que sigue a la reacción antígeno-anticuerpo y que desencadena contracción de los músculos lisos e incremento de la permeabilidad vascular.
Infecciones generales o inespecíficas por nemátodos.
Infecciones o infestaciones con organismos parásitos. A menudo se contraen a través del contacto con el vector intermediario, pero pueden ocurrir como resultado de la exposición directa.
Acumulación focal de EDEMA líquido en la MUCOSA NASAL acompañado de HIPERPLASIA del tejido conectivo submucoso. Los pólipos pueden ser TUMORES, focos de INFLAMACIÓN, lesiones degenerativas o malformaciones.
Agentes que destruyen las lombrices parasitarias. Se utilizan terapéuticamente en el tratamiento de las HELMINTIASIS en hombres y animales.
Anhídridos del ácido ftálico. Puede ser sustituído en cualquier átomo de carbono. Se utiliza extensivamente en la industria y como reactivo en la acilación de grupos amino e hidroxílicos.
Pruebas en las que existe inhalación de alergenos (nebulizados o en forma de polvo), soluciones nebulizadas farmacológicamente activas (ejemplo, histamina, metacolina), o soluciones de control, seguidas por la evaluación de la función respiratoria. Estas pruebas se utilizan en el diagnóstico del asma.
Clase de ratones en los que ciertos GENES de sus GENOMAS han sido alterados o "noqueados". Para producir noqueados, utilizando la tecnología del ADN RECOMBINANTE, se altera la secuencia normal de ADN del gen estudiado, para prevenir la sintesis de un producto génico normal. Las células en las que esta alteración del ADN tiene éxito se inyectan en el EMBRIÓN del ratón, produciendo ratones quiméricos. Estos ratones se aparean para producir una cepa en la que todas las células del ratón contienen el gen alterado. Los ratones noqueados se utilizan como MODELOS DE ANIMAL EXPERIMENTAL para enfermedades (MODELOS ANIMALES DE ENFERMEDAD)y para clarificar las funciones de los genes.
Reacción cutánea evanescente que ocurre cuando se inyectan anticuerpos en un área local de la piel y la inyección intravenosa posterior, conjuntamente con un colorante, de un antígeno . El colorante hace fácilmente visible la dilatación capilar y el incremento de la permeabilidad capilar pues sale en el sitio de reacción. La ACP es una reacción sensible para detectar cantidades muy pequeñas de anticuerpos y también es un método para estudiar los mecanismos de la hipersensibilidad inmediata.
Infección del hígada producida por gusanos parásitos del género FASCIOLA, como la FASCIOLA HEPATICA.
Los corticosteroides son un tipo de hormona esteroidea sintetizada a partir del colesterol, que se produce naturalmente en el córtex suprarrenal y tiene propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras.
Grupo de virus del género PNEUMOVIRUS causante de infecciones respiratorias en varios mamíferos. Los humanos y el ganado bovino son los más afectados pero también se han reportado infecciones en carneros y cabras.
Infecciones de los INTESTINOS por PARÁSITOS, comúnmente con GUSANOS PARÁSITOS. Las infecciones por lombrices (INFECCIONES POR NEMATODOS) y tenias (INFECCIONES POR CESTODOS) también se conocen como HELMINTIASIS.
La presencia de parásitos en alimentos y productos alimentários. Para la presencia de bacterias, virus y hongos en alimentos, MICROBIOLOGÍA DE ALIMENTOS está disponible.
Administración violenta en la cavidad peritoneal de un medicamento líquido, nutriente u otro líquido a través de una aguja hueca que penetra la pared abdominal.
Célula epitelial glandular o glándula unicelular. Las células claiciformes segregan MOCO. Están dispersas por el revestimiento epitelial de muchos órganos, especialmente el INTESTINO DELGADO y el SISTEMA RESPIRATORIO.
Anhídridos metilmaleicos.
INFLAMACIÓN de la PLEURA, membrana del PULMÓN. Cuando se implica la PLEURA parietal se produce DOLOR DE PECHO pleurítico.
Administración de fármacos por vía respiratoria. Incluye insuflación en el tracto respiratorio.
Género de nemátodos parásitos que se encuentran en mamíferos incluido el hombre. La infección en humanos se produce tanto por larvas que penetran la piel como por la ingestión de pescado no cocinado.
Infecciones por nematodos del género GNATHOSTOMA, superfamilia THELAZIOIDEA. La gnathostomiasis es una zoonosis de origen alimentario causada por el consumo de pescado crudo o carne mal cocida.
Especie de nemátodo parásito distribuido en las Islas del Pacífico que infesta los pulmones de las ratas domésticas. La infección humana, producida por el consumo de babosas crudas y de caracoles de la tierra, produce meningitis eosinofílica.
Especie típica de PNEUMOVIRUS y causa importante de enfermedad respiratoria baja en lactantes y niños. Se presenta con frecuencia con bronquitis y bronconeumonía y se caracteriza por fiebre, tos, disnea, palidez y respiración sibilante.
Síndrome de inmunodeficiencia primaria caracterizada por infecciones recurrentes e hiperinmunoglobulinemia E. La mayoría de los casos son esporádicos. De las raras formas familiares, el subtipo dominantemente heredado tiene un tejido conectivo adicional, el compromiso dental y del esqueleto que el tipo recesivo no comparte.
Fármacos que se usan para tratar las reacciones alérgicas. La mayoría actúa impidiendo la liberación de mediadores antiinflamatorios o inhibiendo las acciones de los mediadores liberados en sus células diana.
Factor que se piensa que es regulador de la hematopoyesis. Se ha demostrado que estimula el crecimiento de los mastocitos humanos y de las células megacarioblásticas leucémicas así como del clon de células t auxiliares murinas. La IL-9 es una glicoproteína con peso molecular de 32-39 que es derivado de las células T, y los mapas del cromosoma humano 5.
Sustancias que reducen o eliminan la INFLAMACIÓN.
Una de las varias proteínas básicas liberadas por los gránulos citoplásmicos EOSINOFILOS. La proteína eosinófila básica principal es un péptido citotóxico 14-kDa con un pI de 10.9. Además de sus efectos citotóxicos directos, estimula la liberación de varios MEDIADORES DE INFLAMACION.
Procesos patológicos que involucran cualquier parte del PULMÓN.
Superfamilia de nemátodos del orden ENOPLIDA. Sus organismos poseen intestino y recto bien desarrollados.
Leucocitos granulares caracterizados por una coloración relativamente pálida, núcleo lobulado y citoplasma que contiene gránulos irregulares de tamaño variable que se tiñen intensamente con colorantes básicos.
Infestaciones con lombrices parásitas de la clase helmintos.
INFLAMACIÓN,aguda o crónica, del ESÓFAGO causada por BACTERIA, sustancias químicas o TRAUMA.
Sustancias que son reconocidas por el sistema inmune y que inducen una reacción inmune.
Sustancias que producen el estrechamiento de la luz de los bronquios o bronquíolos.

La eosinofilia es un trastorno caracterizado por un conteo anormalmente elevado de eosinófilos, un tipo específico de glóbulos blancos, en la sangre. Aunque normalmente los niveles de eosinófilos oscilan entre 150 y 500 células por microlitro (μL) de sangre, una persona se considera con eosinofilia cuando los recuentos exceden los 500 μL. Los niveles particularmente altos, superiores a 1500 μL, pueden indicar una afección subyacente más grave.

La eosinofilia puede ser causada por diversas condiciones médicas, como alergias, asma, enfermedades autoinmunes, ciertos tipos de cáncer (como leucemia y linfoma), infecciones parasitarias y trastornos de la médula ósea. También puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos, como antibióticos, antiinflamatorios no esteroides y fármacos utilizados en el tratamiento del cáncer.

Los síntomas asociados con la eosinofilia varían dependiendo de la afección subyacente. En algunos casos, la eosinofilia puede no causar ningún síntoma y ser detectada solo durante un examen de rutina. Sin embargo, cuando los niveles de eosinófilos son particularmente altos, pueden ocurrir complicaciones como daño a tejidos corporales (por ejemplo, piel, corazón, pulmones e hígado), inflamación crónica y formación de grumos o nódulos bajo la piel.

El diagnóstico de eosinofilia generalmente implica un recuento sanguíneo completo para determinar el número de eosinófilos en la sangre. Si los niveles están elevados, se pueden realizar pruebas adicionales, como radiografías, tomografías computarizadas o biopsias, para identificar la causa subyacente y desarrollar un plan de tratamiento adecuado. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, interrupción del medicamento sospechoso o terapia dirigida a la afección subyacente.

La eosinofilia pulmonar es un trastorno caracterizado por un aumento anormal en el número de eosinófilos, un tipo específico de glóbulos blancos, en los pulmones. Esta afección puede presentarse como una enfermedad independiente o puede ser parte de otras enfermedades sistémicas que involucran al sistema inmunológico, como asma grave, enfermedad granulomatosa crónica o hipersensibilidad a drogas.

La eosinofilia pulmonar se diagnostica típicamente mediante una biopsia pulmonar o un análisis de esputo que muestre niveles elevados de eosinófilos. Los síntomas pueden incluir tos crónica, sibilancias, dificultad para respirar y opresión en el pecho. En algunos casos, la afección puede resolverse por sí sola, mientras que en otros puede requerir tratamiento con corticosteroides u otras terapias inmunosupresoras.

Es importante tener en cuenta que la eosinofilia pulmonar es una afección relativamente rara y que cualquier persona que experimente síntomas respiratorios crónicos debe buscar atención médica para determinar la causa subyacente y recibir un tratamiento adecuado.

Los eosinófilos son un tipo de glóbulos blancos o leucocitos, que desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico. Constituyen alrededor del 1-3% de los leucocitos totales en la sangre periférica normal.

Son llamados así porque contienen granos citoplasmáticos específicos que toman una coloración rosa brillante con el tinte de tinción especial, el eosina. Estos gránulos contienen varias proteínas, como la histamina, la lisozima y las peroxidasas, que desempeñan un papel en la respuesta inmunitaria contra los parásitos y también están involucradas en las reacciones alérgicas e inflamatorias.

La estimulación de los eosinófilos se produce en respuesta a diversos estímulos, como ciertos tipos de infecciones (especialmente por parásitos), alergias, enfermedades autoinmunes y algunos cánceres. Un recuento alto de eosinófilos en la sangre se denomina eosinofilia y puede ser un signo de diversas condiciones médicas.

Es importante notar que aunque los eosinófilos desempeñan un papel crucial en nuestro sistema inmunológico, un nivel excesivo o insuficiente puede indicar problemas de salud subyacentes y requerir atención médica.

La hiperplasia angiolinfoide con eosinofilia (HE) es un trastorno vascular raro y benigno que se caracteriza por el crecimiento anormal de los vasos sanguíneos, especialmente en la piel y las membranas mucosas. La afección se denomina así porque implica una proliferación excesiva de células endoteliales (lining the inner wall of blood vessels) y glóbulos blancos llamados eosinófilos.

La HE puede afectar a personas de todas las edades, pero es más común en adultos jóvenes y mujeres. La causa exacta de la enfermedad sigue siendo desconocida, aunque se ha sugerido que puede estar relacionada con una respuesta anormal del sistema inmunológico a un desencadenante desconocido.

Los síntomas más comunes de la HE incluyen lesiones cutáneas rojas, elevadas y pruriginosas (picazón), que a menudo se encuentran en el área de la boca, los labios, las encías, la lengua y otras membranas mucosas. Estas lesiones pueden crecer gradualmente y pueden sangrar fácilmente. Otras manifestaciones menos comunes de la enfermedad incluyen problemas gastrointestinales, respiratorios y cardiovasculares.

El diagnóstico de HE generalmente se realiza mediante una biopsia cutánea, que muestra características histopatológicas distintivas, como la proliferación de vasos sanguíneos anormales y un infiltrado inflamatorio rico en eosinófilos. El tratamiento de la HE puede ser desafiante y a menudo requiere una combinación de terapias, que incluyen corticosteroides, inmunomoduladores y agentes antiinflamatorios. En algunos casos, la extirpación quirúrgica de las lesiones puede ser beneficiosa.

La interleucina-5 (IL-5) es una citocina que desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico, especialmente en lo que respecta a las respuestas inmunitarias contra los parásitos y la homeostasis de los eosinófilos. Las interleucinas son moléculas de señalización que participan en la comunicación entre células inmunes.

La IL-5 se produce principalmente por células T auxiliares de tipo 2 (Th2), mastocitos y células NK (natural killer). Su función primordial es promover la diferenciación, activación, supervivencia y reciclaje de los eosinófilos, un tipo de glóbulos blancos que combaten las infecciones parasitarias y están implicados en reacciones alérgicas. Además, también contribuye a la movilización y migración de estas células hacia los tejidos periféricos.

La estimulación excesiva o no controlada de la producción de IL-5 puede conducir a un aumento en el número y actividad de eosinófilos, lo que resulta en patologías asociadas con inflamación crónica y daño tisular, como enfermedades alérgicas (como asma y rinitis alérgica) o enfermedades autoinmunes.

En resumen, la interleucina-5 es una citocina involucrada en la regulación de las respuestas inmunitarias contra los parásitos y el control de la homeostasis de los eosinófilos, pero un desequilibrio en su producción puede derivar en diversas afecciones patológicas.

El síndrome hipereosinofílico (HES) es un trastorno sanguíneo raro y crónico caracterizado por niveles persistentemente altos de eosinófilos en la sangre, que son un tipo de glóbulos blancos. Aunque normalmente los eosinófilos representan menos del 5-10% de los glóbulos blancos totales, en el HES este porcentaje aumenta significativamente, a menudo superando el 1,500 células por microlitro.

La causa exacta del síndrome hipereosinofílico no se conoce completamente, pero se cree que está relacionada con una producción anormal de eosinófilos en la médula ósea. Algunos casos están asociados con trastornos hematológicos subyacentes, como leucemia mieloide crónica o neoplasias mieloproliferativas. En otros casos, el HES puede ser idiopático, lo que significa que no hay una causa clara identificable.

Los síntomas del síndrome hipereosinofílico pueden variar ampliamente y dependen de la gravedad de la enfermedad y de los órganos afectados. Los eosinófilos desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico, pero cuando sus niveles están elevados durante un largo período pueden causar daño tisular y fibrosis progresiva en diversos órganos, como el corazón, los pulmones, la piel, el sistema nervioso y el hígado.

Algunos de los síntomas más comunes del HES incluyen:

- Fatiga
- Debilidad
- Pérdida de peso
- Fiebre
- Sudoración nocturna
- Tos crónica
- Dificultad para respirar
- Dolor torácico
- Erupciones cutáneas o lesiones en la piel
- Dolores articulares y musculares
- Náuseas, vómitos y diarrea
- Confusión o cambios cognitivos leves

El diagnóstico del síndrome hipereosinofílico se basa en los hallazgos clínicos, los resultados de laboratorio y la evaluación de imágenes médicas. Se requiere una biopsia de médula ósea para confirmar el diagnóstico y determinar si hay una neoplasia subyacente o un trastorno mieloproliferativo. El tratamiento del HES depende de la gravedad de la enfermedad y de los órganos afectados. Puede incluir corticosteroides, hidroxiurea, interferón alfa o quimioterapia dirigida contra células malignas, si están presentes. En casos graves, se puede considerar un trasplante de médula ósea. El pronóstico del síndrome hipereosinofílico varía ampliamente y depende de la causa subyacente y la respuesta al tratamiento.

La ovalbumina es la proteína más abundante en el huevo de gallina y se encuentra principalmente en el albumen o clara del huevo. Es una globulina alcalina que representa aproximadamente el 54% del total de las proteínas en la clara de huevo. Tiene un peso molecular de alrededor de 45 kDa y está compuesta por una sola cadena polipeptídica con 385 aminoácidos.

La ovalbumina es ampliamente utilizada en la investigación biomédica como antígeno para estudios inmunológicos y alergias. Es uno de los alérgenos alimentarios más comunes y puede causar reacciones alérgicas graves en personas sensibles. También se ha utilizado en aplicaciones industriales, como la producción de vacunas y adyuvantes inmunológicos.

En la medicina clínica, la detección de anticuerpos contra la ovalbumina puede ser útil en el diagnóstico de alergias alimentarias y en la evaluación del riesgo de reacciones adversas a las vacunas que contienen esta proteína como adyuvante.

La hiperreactividad bronquial se define en términos médicos como la excesiva contracción de los músculos lisos de las vías respiratorias (broncospasmo) en respuesta a diversos estímulos, tales como la inflamación, el frío, el ejercicio o ciertos químicos. Esta condición es comúnmente asociada con el asma y otras enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC). La hiperreactividad bronquial puede causar síntomas como tos, sibilancias, opresión en el pecho y dificultad para respirar, especialmente después de la exposición a los desencadenantes. Es importante destacar que la hiperreactividad bronquial no es una enfermedad en sí misma, sino más bien un signo o síntoma de una enfermedad subyacente.

La quimiocina CCL11, también conocida como eotaxina-1, es una pequeña proteína soluble que pertenece a la familia de las quimiokinas. Las quimiokinas son moléculas de señalización que desempeñan un papel crucial en la regulación del tráfico celular, especialmente en la respuesta inmunitaria y la inflamación.

La CCL11 se une e interactúa con los receptores chemokine (CC motif) receptor 2 (CCR2) y CCR3, que se expresan predominantemente en células inmunes como los eosinófilos, basófilos y linfocitos T helper 2. La unión de la CCL11 a estos receptores desencadena una cascada de señalización intracelular que resulta en la activación y migración de estas células inflamatorias hacia los sitios de lesión o infección.

La CCL11 se produce y secreta por diversos tipos de células, como las células endoteliales, fibroblastos y macrófagos, en respuesta a estimulos inflamatorios o al daño tisular. La CCL11 ha sido implicada en varios procesos fisiopatológicos, incluyendo el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las reacciones alérgicas y la neurodegeneración.

Los factores quimiotácticos eosinófilos son moléculas que atraen y desencadenan la migración de eosinófilos, un tipo específico de glóbulos blancos, desde los vasos sanguíneos hacia los tejidos periféricos. Estos factores pueden ser producidos por diversas células, incluyendo células endoteliales, macrófagos, linfocitos y células presentadoras de antígenos, en respuesta a una variedad de estímulos, como infecciones, alérgenos o inflamación. La quimiotaxis de eosinófilos desempeña un papel crucial en la defensa del huésped contra parásitos y también contribuye a la patogénesis de enfermedades alérgicas e inflamatorias. Ejemplos de factores quimiotácticos eosinófilos incluyen interleucina-5 (IL-5), eotaxina y leucotrieno B4.

La toxocariasis es una enfermedad parasitaria causada por la infección del sistema nervioso central o los tejidos corporales con las larvas de dos especies de nematodos (gusanos redondos) que pertenecen al género Toxocara: Toxocara canis, encontrado en el intestino del perro, y Toxocara cati, encontrado en el intestino del gato.

La infección generalmente ocurre cuando una persona ingiere accidentalmente los huevos de estos parásitos, que se encuentran en el suelo contaminado con heces fecales de perros o gatos infectados. Los niños pequeños son particularmente susceptibles a esta infección debido a sus hábitos de juego y comportamiento, como poner las manos sucias en la boca después de jugar al aire libre.

Existen dos formas principales de toxocariasis: la forma visceral y la forma ocular. La toxocariasis visceral, también conocida como larva migrans visceral (LVM), se produce cuando las larvas viajan a través de los tejidos corporales, como el hígado, los pulmones y el sistema nervioso central, lo que puede provocar una variedad de síntomas, como fiebre, tos, dolor abdominal, erupción cutánea y aumento de los glóbulos blancos en la sangre.

Por otro lado, la toxocariasis ocular, también conocida como larva migrans ocular (LMO), se produce cuando las larvas invaden el tejido del ojo, lo que puede provocar problemas de visión y, en casos graves, ceguera.

El diagnóstico de la toxocariasis generalmente se realiza mediante pruebas serológicas que detectan anticuerpos contra los parásitos en la sangre del paciente. El tratamiento suele incluir medicamentos antihelmínticos, como albendazol o mebendazol, que ayudan a eliminar las larvas de los tejidos corporales. En casos graves de toxocariasis ocular, la cirugía puede ser necesaria para extirpar las larvas del ojo.

La prevención de la toxocariasis implica el control de los gatos y perros infectados, especialmente en áreas donde los niños pequeños pueden estar expuestos a sus heces. La limpieza regular de las áreas al aire libre y el lavado frecuente de las manos después de jugar con animales domésticos o en el exterior también pueden ayudar a reducir el riesgo de infección.

La esofagitis eosinofílica es un trastorno inflamatorio del esófago, el tubo que conecta la garganta con el estómago, caracterizado por la infiltración anormal de un tipo particular de glóbulos blancos llamados eosinófilos. Normalmente, los eosinófilos se encuentran en bajas concentraciones en el esófago, pero en la esofagitis eosinofílica, hay una acumulación excesiva de estas células.

La causa exacta de esta afección no está del todo clara, aunque a menudo se asocia con alergias alimentarias y otras condiciones alérgicas como el asma y la rinitis alérgica. El contacto repetido con los alérgenos puede desencadenar una respuesta inflamatoria en el esófago, lo que conduce a la infiltración de eosinófilos.

Los síntomas más comunes de la esofagitis eosinofílica incluyen dificultad para tragar (disfagia), dolor al tragar (odinofagia), pirosis retroesternal (dolor o ardor en el pecho) y acidez estomacal. En casos graves, puede haber complicaciones como estenosis esofágica (estrechamiento del lumen esofágico) y dificultad para ingerir alimentos suficientes, lo que lleva a la malnutrición y la pérdida de peso.

El diagnóstico de la esofagitis eosinofílica generalmente se realiza mediante una endoscopia alta (esofagogastroduodenoscopia) con biopsias del esófago. El tratamiento puede incluir cambios en la dieta para evitar posibles alérgenos, medicamentos para controlar los síntomas y reducir la inflamación, como inhibidores de la bomba de protones e inmunomoduladores, y, en casos graves, dilataciones endoscópicas o cirugía.

El síndrome de Churg-Strauss, también conocido como granulomatosis eosinofílica con poliangeítis, es una forma rara de vasculitis sistémica, una inflamación de los vasos sanguíneos que puede afectar a varios órganos y sistemas corporales. Se caracteriza por la inflamación de los vasos sanguíneos pequeños y medianos, lo que lleva a una serie de complicaciones clínicas.

Este síndrome se asocia con frecuencia con antecedentes de asma alérgica y sinusalitis crónica. Los síntomas pueden variar ampliamente, dependiendo de los órganos afectados, e incluyen: dolor articular, erupciones cutáneas, neumonía eosinofílica, insuficiencia cardíaca congestiva, y daño renal.

El diagnóstico se realiza mediante una combinación de hallazgos clínicos, análisis de sangre que muestran eosinofilia (un aumento en el número de glóbulos blancos llamados eosinófilos), y pruebas de imagen o biopsias que revelan la inflamación de los vasos sanguíneos. El tratamiento generalmente implica el uso de corticosteroides y otros fármacos inmunosupresores para controlar la inflamación y prevenir daños adicionales a los órganos.

La Inmunoglobulina E (IgE) es un tipo de anticuerpo que desempeña un papel crucial en el sistema inmunitario, especialmente en la respuesta inmunitaria contra los parásitos y en las reacciones alérgicas. Las IgE se unen a los receptores Fcε en los mastocitos y basófilos, donde después de su activación, desencadenan una cascada de respuestas inflamatorias que incluyen la liberación de mediadores químicos como histaminas, leucotrienos y prostaglandinas. Estos mediadores causan los síntomas clásicos de las reacciones alérgicas, como enrojecimiento, hinchazón, picazón y secreción nasal. Las IgE también se han relacionado con ciertos trastornos inmunológicos y autoinmunitarios. Su producción está controlada por los linfocitos B activados bajo la influencia de las citocinas Th2.

Los alérgenos son sustancias o agentes que pueden causar una respuesta alérgica en individuos sensibilizados. Estas sustancias, cuando entran en contacto con el sistema inmunológico de una persona alérgica, desencadenan la producción de anticuerpos IgE específicos, los cuales se unen a los mastocitos y basófilos, provocando la liberación de mediadores químicos que causan los síntomas alérgicos. Los alérgenos pueden encontrarse en el ambiente, como el polen, los ácaros del polvo, los hongos y los mohos, o en alimentos, medicamentos y picaduras de insectos. La reacción alérgica puede variar desde síntomas leves hasta reacciones graves que ponen en peligro la vida, como el shock anafiláctico.

El recuento de leucocitos, también conocido como cuenta de glóbulos blancos (WBC), es un examen de laboratorio que mide el número de glóbulos blancos en una muestra de sangre. Los glóbulos blancos son elementos celulares importantes del sistema inmunológico que ayudan a proteger al cuerpo contra infecciones y enfermedades.

Un recuento normal de leucocitos suele estar entre 4,500 y 11,000 células por microlitro (μL) de sangre en adultos. Sin embargo, este rango puede variar ligeramente según la edad, el sexo y la salud general del individuo.

Un recuento bajo de glóbulos blancos se denomina leucopenia, mientras que un recuento alto se conoce como leucocitosis. Ambas condiciones pueden ser indicativas de diversas afecciones médicas, desde infecciones y enfermedades inflamatorias hasta trastornos malignos del sistema hematopoyético, como la leucemia. Por lo tanto, es importante realizar un seguimiento cuidadoso de los resultados de las pruebas de recuento de leucocitos y discutirlos con un profesional médico capacitado para obtener una interpretación adecuada y un plan de manejo oportuno.

La asma es una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias de los pulmones. Se caracteriza por la inflamación y el estrechamiento recurrentes de los bronquios (vías respiratorias), lo que provoca dificultad para respirar, sibilancias, opresión en el pecho y tos.

La inflamación hace que las vías respiratorias sean hipersensibles a diversos estímulos, como el polen, el moho, el humo del cigarrillo, los ácaros del polvo, el ejercicio o el frío, lo que puede desencadenar un ataque de asma.

Durante un ataque de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se contraen, haciendo que se estrechen y reduciendo aún más el flujo de aire. Además, la inflamación hace que las membranas que recubren las vías respiratorias produzcan más mucosidad, lo que también dificulta la respiración.

La asma se puede controlar con medicamentos preventivos y de alivio rápido, evitando los desencadenantes conocidos y manteniendo un estilo de vida saludable. En algunos casos, especialmente si no se diagnostica o trata adecuadamente, la asma puede ser grave o incluso potencialmente mortal.

La hipersensibilidad respiratoria, también conocida como sensibilización bronquial o asma inducida por ejercicio, es un tipo de respuesta exagerada del sistema inmunológico en los pulmones. Se caracteriza por una inflamación y constricción de los músculos lisos en las vías respiratorias, lo que resulta en dificultad para respirar, sibilancias, opresión en el pecho y tos. Esta respuesta suele desencadenarse por diversos factores como el ejercicio físico intenso, la exposición a alérgenos (como el polen, los ácaros del polvo o el moho), irritantes químicos o cambios bruscos de temperatura. Es importante tener en cuenta que esta condición puede variar en gravedad y manifestarse de forma aguda o crónica, afectando significativamente la calidad de vida de las personas que la padecen. El tratamiento suele incluir medicamentos broncodilatadores y corticosteroides inhalados, así como evitar los desencadenantes conocidos.

El líquido del lavado bronquioalveolar (BAL, por sus siglas en inglés) es una técnica de diagnóstico utilizada en medicina para evaluar la salud de los pulmones. Se trata de un procedimiento en el que se introduce una solución salina estéril en una región específica del pulmón a través de un broncoscopio, y luego se aspira suavemente para recolectar células y líquido de la superficie de los alvéolos.

La muestra de BAL se analiza luego en el laboratorio para buscar signos de infección, inflamación o enfermedad pulmonar intersticial, como neumonía, fibrosis pulmonar, sarcoideosis o cáncer de pulmón. La técnica permite a los médicos obtener una muestra directa de las vías respiratorias más pequeñas y los alvéolos, lo que puede ayudar a determinar el tratamiento más apropiado para una enfermedad pulmonar específica.

El líquido del lavado bronquioalveolar contiene células inflamatorias, como neutrófilos, linfocitos y macrófagos, así como también células epiteliales y posiblemente agentes infecciosos, como bacterias, virus o hongos. El análisis de la muestra puede incluir un recuento de células, pruebas de sensibilidad a los antibióticos y pruebas de detección de patógenos específicos.

"Toxocara canis" es un tipo de nematodo (gusano redondo) parasitario que infecta principalmente a los perros y otros cánidos. El parásito vive en el intestino del huésped y se reproduce allí, produciendo huevos que se eliminan con las heces del animal. Los huevos pueden ser ingeridos por otros animales o humanos, lo que puede dar lugar a una infección.

En los humanos, la infección por "Toxocara canis" se denomina toxocariasis y puede causar diversos síntomas según la localización de las larvas del parásito en el cuerpo humano. La forma más común es la toxocariasis visceral, que afecta principalmente al hígado, los pulmones y el sistema nervioso central, y puede causar síntomas como fiebre, dolor abdominal, tos y vómitos. También existe una forma ocular de la enfermedad, conocida como toxocariasis ocular, que puede causar problemas visuales e incluso ceguera si no se trata a tiempo.

La infección por "Toxocara canis" suele producirse al ingerir accidentalmente los huevos del parásito, lo que puede ocurrir al comer tierra contaminada o alimentos sin lavar, o al ponerse en contacto con objetos contaminados y luego llevárselos a la boca. Los niños pequeños son especialmente vulnerables a esta infección debido a sus hábitos de juego y a su tendencia a llevarse las manos sucias a la boca.

El diagnóstico de la toxocariasis se realiza mediante análisis de sangre que detectan anticuerpos contra el parásito, o mediante la identificación directa del parásito en muestras de tejido o líquido corporal. El tratamiento suele consistir en la administración de medicamentos antiparasitarios, como la albendazol o la mebendazol, que ayudan a eliminar el parásito del organismo. En casos graves de toxocariasis ocular, puede ser necesaria la cirugía para extirpar el parásito y prevenir daños permanentes en la vista.

Las células TH2 son un tipo de linfocitos T CD4+ que desempeñan un papel clave en la respuesta inmune adaptativa, especialmente en la respuesta mediada por anticuerpos y en la defensa contra los parásitos. Se diferencian de otras subpoblaciones de linfocitos T CD4+, como las células TH1, en su patrón distinto de citoquinas secretadas y en sus funciones específicas.

Las células TH2 producen y secretan citoquinas proinflamatorias, como la interleucina (IL)-4, IL-5, IL-9, IL-10 y IL-13, que desempeñan diversos papeles en la activación y regulación de las respuestas inmunes. Por ejemplo, la IL-4 estimula la producción de anticuerpos de clase IgE por parte de los linfocitos B, lo que puede ser útil para combatir parásitos extracelulares como los gusanos redondos. La IL-5, por su parte, ayuda a reclutar y activar eosinófilos, células efectoras importantes en la defensa contra los parásitos.

Sin embargo, un exceso de respuesta TH2 también se ha relacionado con diversas enfermedades alérgicas e inflamatorias, como el asma, la rinitis alérgica y la dermatitis atópica. En estos casos, la activación inadecuada o excesiva de las células TH2 puede conducir a una respuesta inflamatoria desregulada y dañina, con la producción de citoquinas que promueven la inflamación y el reclutamiento de células efectoras que pueden causar daño tisular.

En resumen, las células TH2 son un tipo importante de linfocitos T CD4+ que desempeñan un papel crucial en la defensa contra los parásitos y en diversas enfermedades alérgicas e inflamatorias. Su activación adecuada es necesaria para una respuesta inmunitaria saludable, pero un exceso o una activación inadecuada pueden conducir a enfermedades y daño tisular.

El pulmón es el órgano respiratorio primario en los seres humanos y muchos otros animales. Se encuentra dentro de la cavidad torácica protegida por la caja torácica y junto con el corazón, se sitúa dentro del mediastino. Cada pulmón está dividido en lóbulos, que están subdivididos en segmentos broncopulmonares. El propósito principal de los pulmones es facilitar el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre, permitiendo así la oxigenación del torrente sanguíneo y la eliminación del dióxido de carbono.

La estructura del pulmón se compone principalmente de tejido conectivo, vasos sanguíneos y alvéolos, que son pequeños sacos huecos donde ocurre el intercambio gaseoso. Cuando una persona inhala, el aire llena los bronquios y se distribuye a través de los bronquiolos hasta llegar a los alvéolos. El oxígeno del aire se difunde pasivamente a través de la membrana alveolar hacia los capilares sanguíneos, donde se une a la hemoglobina en los glóbulos rojos para ser transportado a otras partes del cuerpo. Al mismo tiempo, el dióxido de carbono presente en la sangre se difunde desde los capilares hacia los alvéolos para ser expulsado durante la exhalación.

Es importante mencionar que cualquier condición médica que afecte la estructura o función normal de los pulmones puede dar lugar a diversas enfermedades pulmonares, como neumonía, enfisema, asma, fibrosis quística, cáncer de pulmón y muchas otras.

La peroxidasa de eosinófilos (EPO) es una enzima heme-containing que se encuentra en los gránulos secretorios primarios (gránulos específicos) de los eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco. La EPO desempeña un papel importante en la función citotóxica de los eosinófilos y está involucrada en la defensa contra parásitos multicelulares y helmintos.

La peroxidasa de eosinófilos cataliza la oxidación de varios sustratos mediante el uso de peróxido de hidrógeno (H2O2) como agente oxidante. La reacción resultante produce especies reactivas del oxígeno (ROS), que pueden dañar directamente a los patógenos o contribuir a la activación de otras vías inmunes.

La EPO también se ha relacionado con diversos procesos fisiopatológicos, como el asma, las alergias y algunas enfermedades inflamatorias crónas. Su actividad puede contribuir a la patogénesis de estas condiciones aumentando la producción de ROS y promoviendo la inflamación y el daño tisular.

Los gránulos de eosinófilos son granulaciones presentes en las células sanguíneas llamadas eosinófilos, que forman parte del sistema inmunitario. Estos gránulos contienen una variedad de proteínas, la mayoría de las cuales están involucradas en process relacionados con la defensa contra parásitos y en procesos inflamatorios.

Las principales proteínas en los gránulos de eosinofilos incluyen:

1. Proteína básica mayor (MBP): Esta es una proteína altamente cargada que se une a las membranas y tiene actividad antimicrobiana. También desempeña un papel en la respuesta inmunitaria alérgica y puede contribuir al daño tisular durante los procesos inflamatorios.
2. Proteína de eosinofilo peroxidasa (EPO): Esta es una enzima que produce especies reactivas de oxígeno, las cuales desempeñan un papel importante en la eliminación de parásitos y también pueden contribuir al daño tisular durante los procesos inflamatorios.
3. Proteínas ricas en cisteína (CRP): Estas proteínas tienen actividad antimicrobiana y ayudan a regular la respuesta inmunitaria.
4. Neurotoxina: Esta es una proteína con actividad citotóxica que puede dañar las células y contribuir al daño tisular durante los procesos inflamatorios.
5. Glucosaminidasa: Esta es una enzima que descompone los glúcidos y puede ayudar a la eosinófilo a penetrar en los tejidos y eliminar parásitos.

En general, las proteínas en los gránulos de eosinófilos desempeñan un papel importante en la defensa contra parásitos y también pueden contribuir al daño tisular durante los procesos inflamatorios.

La hipersensibilidad es un término médico que se refiere a una respuesta exagerada del sistema inmunológico a sustancias generalmente inofensivas en el ambiente, llamadas antígenos o alérgenos. Esta reacción sobreactuada puede causar diversos síntomas, que varían dependiendo del tipo de hipersensibilidad y la parte del cuerpo afectada.

Existen cuatro tipos diferentes de hipersensibilidad, clasificados por el mecanismo inmunológico involucrado:

1. Hipersensibilidad de Tipo I (Inmediata): Esta forma es mediada por anticuerpos IgE específicos contra un alérgeno y desencadena una reacción rápida, dentro de minutos u horas después del contacto con el alérgeno. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, enrojecimiento, inflamación, urticaria, lagrimeo, secreción nasal, estornudos, dificultad para respirar y, en casos graves, shock anafiláctico.

2. Hipersensibilidad de Tipo II (Citotóxica): En este tipo, los anticuerpos IgG o IgM se unen a antígenos presentes en la superficie de las células y activan el sistema del complemento, lo que resulta en daño tisular y destrucción celular. Los ejemplos clínicos incluyen reacciones transfusionales adversas, anemia hemolítica autoinmune y algunas formas de dermatitis.

3. Hipersensibilidad de Tipo III (Inmunocomplejos): La formación de complejos inmunes entre antígenos y anticuerpos desencadena una respuesta inflamatoria que puede dañar los tejidos. Los síntomas pueden presentarse después de horas o días del contacto con el alérgeno y afectan múltiples órganos, como en la glomerulonefritis, artritis reactiva y vasculitis.

4. Hipersensibilidad de Tipo IV (Retardada o Celular): Este tipo se caracteriza por una respuesta mediada por células T CD4+ y macrófagos contra antígenos extraños, como en la tuberculosis, lepra y reacciones adversas a medicamentos. Los síntomas suelen aparecer después de varios días de exposición al alérgeno y pueden incluir inflamación, necrosis tisular y fibrosis.

El diagnóstico y manejo de las diferentes formas de hipersensibilidad requieren un enfoque multidisciplinario e incluyen la historia clínica detallada, pruebas cutáneas, inmunológicas y de imagen, así como el tratamiento con fármacos antiinflamatorios, inmunomoduladores o inmunosupresores, según sea necesario.

La quimiocina CCL24, también conocida como Eotaxina-3, es una proteína de señalización pequeña perteneciente a la familia de las citokinas. Las citokinas son moléculas que desempeñan un papel crucial en la comunicación celular y en la regulación de respuestas inmunitarias y procesos inflamatorios.

La CCL24 se une e interactúa con receptores específicos llamados CCR3, que se expresan predominantemente en células inmunes como los eosinófilos, basófilos y linfocitos T helper 2 (Th2). La unión de la CCL24 a su receptor CCR3 desencadena una serie de respuestas celulares que involucran el movimiento y migración de células inmunes hacia sitios específicos en el cuerpo.

La CCL24 juega un papel importante en la regulación de la inflamación y la respuesta inmune, especialmente en relación con los procesos alérgicos y las enfermedades asociadas con la participación de células Th2 y eosinófilos. La CCL24 se produce principalmente por células estructurales como fibroblastos, células endoteliales y células epiteliales en respuesta a diversos estímulos proinflamatorios.

En resumen, la quimiocina CCL24 es una proteína de señalización que regula la migración y activación de células inmunes, particularmente eosinófilos y linfocitos Th2, desempeñando un papel crucial en los procesos inflamatorios y alérgicos.

Los ratones consanguíneos BALB/c son una cepa inbred de ratones de laboratorio que se utilizan ampliamente en la investigación biomédica. La designación "consanguíneo" significa que estos ratones se han criado durante muchas generaciones mediante el apareamiento de padres genéticamente idénticos, lo que resulta en una población extremadamente homogénea con un genoma altamente predecible.

La cepa BALB/c, en particular, es conocida por su susceptibilidad a desarrollar tumores y otras enfermedades cuando se exponen a diversos agentes patógenos o estresores ambientales. Esto los convierte en un modelo ideal para estudiar la patogénesis de diversas enfermedades y probar nuevas terapias.

Los ratones BALB/c son originarios del Instituto Nacional de Investigación Médica (NIMR) en Mill Hill, Reino Unido, donde se estableció la cepa a principios del siglo XX. Desde entonces, se han distribuido ampliamente entre los investigadores de todo el mundo y se han convertido en uno de los ratones de laboratorio más utilizados en la actualidad.

Es importante tener en cuenta que, aunque los ratones consanguíneos como BALB/c son valiosos modelos animales para la investigación biomédica, no siempre recapitulan perfectamente las enfermedades humanas. Por lo tanto, los resultados obtenidos en estos animales deben interpretarse y extrapolarse con cautela a los seres humanos.

La aspergilosis broncopulmonar alérgica (ABPA) es una enfermedad pulmonar causada por una hipersensibilidad y respuesta inmunológica exagerada a la presencia del hongo Aspergillus fumigatus en los bronquios. Se trata de una complicación frecuente en pacientes con fibrosis quística o asma severo, aunque también puede darse en individuos sin antecedentes respiratorios previos.

La inhalación del hongo Aspergillus fumigatus desencadena una respuesta alérgica en el sistema inmunitario de algunas personas, provocando inflamación y la formación de mucosidades espesas en los bronquios. Esto puede conducir a la obstrucción de las vías respiratorias, tos crónica con expectoración, dificultad para respirar, sibilancias y dolor torácico.

La ABPA se diagnostica mediante una combinación de pruebas clínicas, radiológicas e inmunológicas. Entre las pruebas diagnósticas más comunes se encuentran:

1. Radiografía de tórax o tomografía computarizada (TC) de alta resolución para evaluar los cambios en el tejido pulmonar y la presencia de opacidades en vidrio esmerilado, nódulos y engrosamiento de las paredes bronquiales.
2. Pruebas cutáneas o inmunológicas específicas para detectar anticuerpos frente al hongo Aspergillus fumigatus en sangre.
3. Cultivos de esputo o pruebas de detección de ADN fúngico para confirmar la presencia del hongo en las vías respiratorias.
4. Pruebas funcionales respiratorias (PFR) para evaluar la capacidad pulmonar y la función ventilatoria.

El tratamiento de la ABPA se basa en el uso de corticosteroides orales, como la prednisona, para controlar la inflamación y reducir los síntomas. En algunos casos, se pueden utilizar antifúngicos, como itraconazol o voriconazol, para eliminar la infección por Aspergillus fumigatus. La duración del tratamiento depende de la gravedad de la enfermedad y de la respuesta al tratamiento.

La prevención de la ABPA se centra en el control de los factores desencadenantes, como la exposición a moho o hongos en el entorno doméstico o laboral, y el tratamiento oportuno de las enfermedades pulmonares subyacentes.

Las infecciones por Strongylida se refieren a un grupo de parasitosis causadas por nematodos (gusanos redondos) que pertenecen al orden Strongylida. Hay varios géneros importantes en este grupo que pueden causar enfermedades en los humanos, incluyendo Strongyloides stercoralis, Necator americanus y Ancylostoma duodenale.

Strongyloides stercoralis causa strongiloidiasis, una infección intestinal que puede ser asintomática o causar síntomas como diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. Lo preocupante de esta infección es su capacidad de autoreinfectarse, lo que significa que las larvas pueden madurar dentro del cuerpo humano y reinfectar continuamente al huésped, incluso después de que la persona haya abandonado el ambiente contaminado.

Necator americanus y Ancylostoma duodenale causan anquilostomasis, también conocida como uncinariasis o ankylostomiasis. Esta enfermedad es una infección del intestino delgado que se adquiere al caminar descalzo sobre suelo contaminado con heces humanas que contienen los huevos de estos parásitos. Las larvas penetran a través de la piel, viajan a los pulmones y son posteriormente expectoradas y engullidas, alcanzando el intestino delgado donde se convierten en adultos y se alimentan de la sangre del huésped. Los síntomas pueden incluir anemia ferropénica, dolor abdominal, diarrea, pérdida de peso y, en casos graves, insuficiencia cardíaca congestiva.

El tratamiento para las infecciones por Strongylida generalmente implica la administración de medicamentos antiparasitarios específicos, como mebendazol, albendazol o ivermectina, según el tipo de parásito y la gravedad de la enfermedad. La prevención se centra en mejorar las condiciones sanitarias y educar a las personas sobre los riesgos asociados con la defecación al aire libre y el contacto con suelos contaminados, así como promover el uso de calzado apropiado y el lavado regular de manos.

La triquineliosis es una enfermedad parasitaria causada por la ingestión de tejidos contaminados con larvas viables del gusano nematodo Trichinella spiralis u otras especies relacionadas. La infección puede ocurrir al consumir carne de cerdo, jabalí u osos insuficientemente cocidos o curados.

Después de la ingestión, las larvas se liberan en el tracto gastrointestinal, atraviesan la mucosa intestinal y entran en la circulación sanguínea. Luego, viajan a los músculos esqueléticos donde maduran en gusanos adultos, se aparean y producen larvas infectivas. Estas larvas se encapsulan dentro de fibras musculares y pueden permanecer viables durante años.

Los síntomas clínicos varían dependiendo del número de parásitos ingeridos y la localización de las larvas en el cuerpo. Los primeros signos y síntomas suelen aparecer entre 1 y 2 semanas después de la infección y pueden incluir diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal, fiebre, fatiga y malestar general. Posteriormente, cuando las larvas migran a los músculos, pueden causar dolor muscular, hinchazón facial y debilidad. En casos graves, la triquinelosis puede afectar al sistema cardiovascular, pulmonar o nervioso central, lo que podría conducir a complicaciones potencialmente mortales.

El diagnóstico se confirma mediante pruebas serológicas y, en algunos casos, por la identificación de larvas en muestras de tejido muscular obtenidas mediante biopsia. El tratamiento temprano con agentes anthelminticos como el mebendazol o el albendazol puede ayudar a reducir la gravedad de los síntomas y prevenir complicaciones. La prevención se basa en medidas higiénicas y alimentarias, como cocinar bien la carne y congelarla a temperaturas adecuadas antes de consumirla.

La interleucina-13 (IL-13) es una citocina de peso molecular medio que pertenece a la familia de las citocinas gamma-interferón inducibles. Se produce principalmente por células Th2 activadas, mastocitos, basófilos y eosinófilos. IL-13 desempeña un papel crucial en la respuesta inmunitaria tipo 2 y tiene efectos profundos en la homeostasis del tejido y la patología de varias enfermedades alérgicas e inflamatorias.

IL-13 media sus efectos mediante el enlace a receptores específicos de IL-13, incluidos el receptor de IL-4 (IL-4R) y el receptor de IL-13 alfa 1 (IL-13Rα1). Esto conduce a la activación de diversas vías de señalización intracelular, como la vía JAK-STAT y la vía MAPK, lo que resulta en una variedad de respuestas biológicas, como la síntesis de IgE, la contracción del músculo liso bronquial, la producción de moco y la estimulación de la fagocitosis y la presentación de antígenos.

En la patología humana, IL-13 se ha relacionado con una variedad de enfermedades alérgicas e inflamatorias, como el asma, la rinitis alérgica, la dermatitis atópica y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. La inhibición de IL-13 se ha investigado como un objetivo terapéutico potencial para estas afecciones.

La hipersensibilidad a las drogas, también conocida como reacciones adversas inmediatas a los fármacos (DIRA), se refiere a un grupo de reacciones alérgicas graves y potencialmente mortales que ocurren poco después de la exposición a un medicamento. Estas reacciones son mediadas por el sistema inmunológico y pueden involucrar varios órganos y sistemas corporales.

La hipersensibilidad a las drogas se clasifica en cuatro tipos principales, según el mecanismo inmunitario involucrado:

1. Tipo I: Reacciones de hipersensibilidad inmediatas que involucran la liberación de mediadores químicos del sistema inmunológico, como la histamina, después de la exposición a un medicamento. Estos tipos de reacciones pueden causar síntomas como picazón en la piel, enrojecimiento, urticaria, hinchazón y dificultad para respirar. En casos graves, pueden provocar anafilaxis, una emergencia médica que puede ser mortal si no se trata de inmediato.

2. Tipo II: Reacciones de hipersensibilidad citotóxicas que involucran la producción de anticuerpos contra un medicamento o sus metabolitos, lo que lleva a la destrucción de células y tejidos corporales. Estos tipos de reacciones pueden causar daño a los glóbulos rojos, plaquetas y otros componentes sanguíneos, así como a los órganos vitales como el hígado y el riñón.

3. Tipo III: Reacciones de hipersensibilidad inmunocompleja que involucran la formación de complejos antígeno-anticuerpo después de la exposición a un medicamento. Estos complejos pueden depositarse en los tejidos corporales y desencadenar una respuesta inflamatoria, lo que lleva a la hinchazón, dolor y daño tisular.

4. Tipo IV: Reacciones de hipersensibilidad retardada que involucran la activación de células T específicas del medicamento. Estas reacciones pueden ocurrir varios días después de la exposición al medicamento y pueden causar una variedad de síntomas, desde erupciones cutáneas leves hasta enfermedades graves como neumonitis intersticial y hepatitis.

La prevención y el tratamiento de las reacciones de hipersensibilidad a los medicamentos dependen del tipo y la gravedad de la reacción. En general, se recomienda evitar el medicamento que desencadenó la reacción y buscar alternativas terapéuticas seguras y efectivas. En casos graves, puede ser necesario un tratamiento de emergencia con epinefrina, corticosteroides y otros medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones.

Las quimiokinas CC, también conocidas como quimiocinas beta, son un subgrupo de quimiokinas, un tipo de moléculas de señalización celular pequeñas. Las quimiokinas son proteínas que participan en la comunicación celular y desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria y la inflamación.

Las quimiokinas CC se denominan así porque tienen una estructura característica con dos cisteínas adyacentes en la posición N-terminal followed by other amino acids before a third cysteine (hence, C-C). Este patrón de disposición de las cisteínas distingue a este subgrupo de quimiokinas de otros subgrupos, como los de quimiokinas CXC y CX3C.

Las quimiokinas CC desempeñan un papel importante en la activación y el reclutamiento de células inmunes, como leucocitos y macrófagos, hacia sitios de inflamación o infección. También están involucradas en la regulación de la proliferación celular, la diferenciación y la apoptosis. Algunos ejemplos de quimiokinas CC incluyen RANTES (Regulated upon Activation, Normal T Cell Expressed and Secreted), MIP-1α (Macrophage Inflammatory Protein-1α) y MCP-1 (Monocyte Chemoattractant Protein-1).

Las quimiokinas CC se unen e interactúan con receptores específicos de quimiocinas en la superficie de las células diana, lo que desencadena una cascada de eventos intracelulares que conducen a la activación y el reclutamiento de células inmunes. Los receptores de quimiokinas CC pertenecen a la familia de receptores acoplados a proteínas G (GPCR) y se designan como CCR1, CCR2, CCR3, etc. La disfunción o alteración en la expresión de quimiocinas y sus receptores se ha relacionado con diversas enfermedades inflamatorias y autoinmunes, como la artritis reumatoide, el asma y el VIH/SIDA.

La filariasis es una parasitosis tropical causada por varios nematodos (gusanos redondos) que pertenecen al género Wuchereria, Brugia y Loa. La especie más común es Wuchereria bancrofti. Estos gusanos se transmiten al ser humano a través de la picadura de mosquitos infectados. Las larvas migran hacia los tejidos subcutáneos y el sistema linfático, donde se desarrollan hasta convertirse en gusanos adultos.

La enfermedad puede causar diversos síntomas, dependiendo del tipo de filariasis y la localización de los parásitos. La forma más común, la filariasis linfática o elefantiasis, se caracteriza por hinchazón crónica y engrosamiento de los tejidos blandos, especialmente en las extremidades inferiores, los genitales y los mamas. Otras manifestaciones pueden incluir dermatitis aguda, inflamación de los ganglios linfáticos y fiebre.

El diagnóstico se realiza mediante la detección de antígenos o microfilarias en la sangre u otros fluidos corporales, así como por técnicas serológicas. El tratamiento consiste en la administración de medicamentos antiparasitarios, como ivermectina, diethylcarbamazine y albendazol, que matan las larvas y reducen la carga parasitaria. La prevención se basa en el control de los mosquitos vectoriales y en la administración periódica de medicamentos antiparasitarios a las poblaciones afectadas.

La neurotoxina derivada del eosinófilo, también conocida como EDN (Eosinophil-Derived Neurotoxin), es una proteína alergénica que se encuentra en los gránulos de las células eosinófilas, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico. La neurotoxina derivada del eosinófilo es liberada durante la activación y desgranulación de los eosinófilos, procesos que ocurren en respuesta a diversos estímulos, como las infecciones parasitarias o las reacciones alérgicas.

La EDN tiene propiedades neurotóxicas y citotóxicas, lo que significa que puede dañar o destruir células nerviosas y otras células del organismo. Se ha relacionado con diversas patologías, como el asma bronquial y las enfermedades alérgicas, aunque su papel preciso en el desarrollo de estas afecciones no está completamente esclarecido.

En un contexto médico, la neurotoxina derivada del eosinófilo se mide en la sangre o en los fluidos corporales como marcador de activación y desgranulación de los eosinófilos. Los niveles elevados de EDN pueden indicar una respuesta exagerada del sistema inmunológico o una enfermedad subyacente que requiera tratamiento.

La strongyloidiasis es una enfermedad parasitaria intestinal causada por la infección del nematodo (gusano redondo) llamado Strongyloides stercoralis. Este parásito se adquiere a través de contacto con suelo contaminado con heces que contienen larvas infectivas.

Después de la infección, las larvas penetran en la piel, viajan a los pulmones a través del torrente sanguíneo y se expectoran o tragan, llegando finalmente al intestino delgado donde se convierten en gusanos adultos. Los gusanos hembra adultos ponen huevos que eclosionan y liberan larvas infecciosas en el intestino, reiniciando así el ciclo de infección.

Los síntomas clínicos de la strongyloidiasis pueden variar desde asintomático hasta graves, dependiendo de la cantidad de parásitos presentes y la respuesta del sistema inmunológico del huésped. Los síntomas más comunes incluyen diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos, picazón en la piel (dermatitis larvaria) y tos seca. En casos graves o no tratados, particularmente en personas con sistemas inmunes debilitados, la strongyloidiasis puede causar complicaciones potencialmente mortales, como neumonía e infección disseminada del parásito en diversos órganos y tejidos (hiperinfección).

El diagnóstico de strongyloidiasis se realiza mediante el examen microscópico de heces, esputo o muestras de biopsia intestinal en busca de larvas de S. stercoralis. También existen pruebas serológicas (pruebas de anticuerpos) disponibles para ayudar en el diagnóstico. El tratamiento recomendado para la strongyloidiasis es ivermectina, un agente antiparasitario oral, administrado durante varios días o semanas, según la gravedad de la infección y la respuesta al tratamiento.

Las citocinas son moléculas de señalización que desempeñan un papel crucial en la comunicación celular y el modular de respuestas inmunitarias. Se producen principalmente por células del sistema inmunológico, como los leucocitos, aunque también pueden ser secretadas por otras células en respuesta a diversos estímulos.

Las citocinas pueden ser clasificadas en diferentes grupos según su estructura y función, entre los que se encuentran las interleuquinas (IL), factor de necrosis tumoral (TNF), interferones (IFN) e interacciones de moléculas del complemento.

Las citocinas desempeñan un papel fundamental en la regulación de la respuesta inmunitaria, incluyendo la activación y proliferación de células inmunes, la diferenciación celular, la quimiotaxis y la apoptosis (muerte celular programada). También están involucradas en la comunicación entre células del sistema inmune y otras células del organismo, como las células endoteliales y epiteliales.

Las citocinas pueden actuar de forma autocrina (sobre la misma célula que las produce), paracrina (sobre células cercanas) o endocrina (a distancia a través del torrente sanguíneo). Su acción se lleva a cabo mediante la unión a receptores específicos en la superficie celular, lo que desencadena una cascada de señalización intracelular y la activación de diversas vías metabólicas.

La producción y acción de citocinas están cuidadosamente reguladas para garantizar una respuesta inmunitaria adecuada y evitar reacciones excesivas o dañinas. Sin embargo, en algunas situaciones, como las infecciones graves o enfermedades autoinmunitarias, la producción de citocinas puede estar desregulada y contribuir al desarrollo de patologías.

La definición médica de "Vacunas contra Virus Sincitial Respiratorio" se refiere a los agentes biológicos creados mediante la aplicación de tecnologías avanzadas en biología molecular, cuyo objetivo es inducir una respuesta inmunitaria protectora específica contra el Virus Sincitial Respiratorio (VSR) en el organismo humano.

El VSR es un virus que causa infecciones respiratorias altas y, en ocasiones, inferiores en personas de todas las edades, especialmente en niños pequeños y adultos mayores. Las vacunas contra este virus están diseñadas para prevenir o mitigar la gravedad de la enfermedad, reduciendo así el riesgo de complicaciones y hospitalizaciones asociadas con la infección por VSR.

Actualmente, no existe una vacuna aprobada contra el Virus Sincitial Respiratorio, aunque diversos laboratorios e instituciones científicas trabajan en su desarrollo y evaluación clínica. Las principales dificultades en la creación de una vacuna efectiva contra este virus se deben a la capacidad del VSR para evadir la respuesta inmunitaria, así como a la falta de comprensión completa de los mecanismos que desencadenan la enfermedad.

Los candidatos a vacunas contra el Virus Sincitial Respiratorio incluyen vacunas de subunidades, vacunas vivas atenuadas y vacunas basadas en vectores virales. Estos agentes biológicos están diseñados para presentar antígenos específicos del VSR a las células inmunes, induciendo la producción de anticuerpos protectores y estimulando la respuesta celular mediada por linfocitos T.

Aunque el desarrollo de una vacuna contra el Virus Sincitial Respiratorio ha resultado ser un desafío científico, los avances en la comprensión de la biología del virus y la inmunidad humana han permitido a los investigadores optimizar sus estrategias de desarrollo de vacunas. Se espera que el éxito en el desarrollo de una vacuna eficaz contra este virus contribuya significativamente a la prevención y control de las infecciones respiratorias, especialmente en poblaciones vulnerables como los niños pequeños y los adultos mayores.

La interleucina-4 (IL-4) es una citocina que desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico y se produce principalmente por células CD4+ Th2, mastocitos y eosinófilos. Es una proteína pequeña, secretada y codificada por el gen IL4 en humanos.

La interleucina-4 tiene varias funciones importantes:

1. Estimula la proliferación y diferenciación de células B, lo que conduce a la producción de anticuerpos, especialmente los de tipo IgE, desempeñando un papel central en las respuestas inmunitarias mediadas por hipersensibilidad.

2. Promueve la diferenciación de células T helper 2 (Th2) a partir de células T naivas y suprime la activación y proliferación de células Th1, lo que desempeña un papel en el equilibrio entre las respuestas inmunitarias Th1 y Th2.

3. Induce la producción de moléculas de adhesión y quimiocinas por macrófagos y células endoteliales, lo que facilita la migración y activación de células inflamatorias en los sitios de infección o lesión.

4. Estimula la producción de factores de crecimiento y diferenciación por fibroblastos y células epiteliales, desempeñando un papel en el crecimiento y reparación de tejidos.

Debido a su amplia gama de efectos, la interleucina-4 se ha involucrado en una variedad de procesos fisiológicos y patológicos, como la alergia, el asma, las enfermedades inflamatorias intestinales, los trastornos autoinmunes y el cáncer.

La fascitis es una afección médica que se caracteriza por la inflamación de la fascia, una capa de tejido conectivo fibroso que rodea los músculos, los tendones y los huesos. La fascia ayuda a absorber los golpes y a proteger los músculos y los huesos del cuerpo.

La fascitis puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo donde haya fascia, pero es más común en las plantas de los pies (fascitis plantar) y en la parte inferior de las pantorrillas (fascitis de la pantorrilla). La fascitis también puede afectar a la fascia que rodea el tórax (fascitis torácica) o el abdomen (fascitis abdominal).

La causa más común de la fascitis es el sobreuso o la tensión repetitiva en los músculos y los tendones, lo que puede dañar la fascia y causar inflamación. Otras posibles causas incluyen traumatismos, infecciones, trastornos autoinmunitarios y enfermedades sistémicas como la diabetes.

Los síntomas de la fascitis pueden incluir dolor y rigidez en la zona afectada, especialmente al principio del día o después de periodos de inactividad. El dolor también puede empeorar después de hacer ejercicio o realizar actividades que impliquen el uso de los músculos afectados. En casos graves, la fascitis puede causar dificultad para caminar o incluso para ponerse de pie.

El tratamiento de la fascitis suele incluir descanso, hielo, compresión y elevación (los llamados "cuatro principios básicos" de la atención temprana de lesiones agudas). También pueden recetarse antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar el dolor y la inflamación. En casos más graves, puede ser necesario realizar fisioterapia o cirugía.

El moco, también conocido como flema o expectoración, es una sustancia viscosa y pegajosa producida por las glándulas mucosas que recubren los conductos respiratorios desde la nariz hasta los pulmones. Está compuesto principalmente por agua, sales, células muertas de la membrana mucosa y diversas proteínas, incluyendo una llamada mucina.

El moco desempeña un papel importante en la protección del sistema respiratorio al atrapar partículas extrañas, como polvo, bacterias y virus, antes de que puedan penetrar más profundamente en los pulmones. Las células ciliadas presentes en el revestimiento de los conductos respiratorios mueven constantemente el moco hacia arriba, donde es expulsado por la tos o la acción de las membranas mucocilia en la nariz.

Sin embargo, cuando hay una infección o irritación en el sistema respiratorio, la producción de moco puede aumentar y volverse más espeso y difícil de eliminar, lo que puede conducir a congestión nasal, dolor de garganta y tos crónica.

El síndrome de eosinofilia-mialgia es un cuadro clínico raro pero grave, caracterizado por dolores musculares (mialgias) intensos y persistentes, inflamación de los tejidos conectivos y una marcada elevación en el número de eosinófilos, un tipo de glóbulos blancos, en la sangre.

Este síndrome ha sido asociado más comúnmente con la exposición a ciertos lotes contaminados del suplemento dietético L-triptófano y sus metabolitos. La patogénesis implica una reacción de hipersensibilidad con activación del sistema inmune y liberación de citocinas proinflamatorias, lo que conduce a la inflamación y daño tisular.

Los síntomas adicionales pueden incluir fiebre, erupciones cutáneas, fatiga, dolores articulares y disfunción orgánica en casos graves. El diagnóstico se basa en los hallazgos clínicos, pruebas de laboratorio que muestran eosinofilia marcada y una biopsia muscular o de tejido conectivo que puede mostrar inflamación y daño tisular. El tratamiento generalmente implica la interrupción de la exposición al agente desencadenante, si se identifica, el control de los síntomas con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) o corticosteroides, y fisioterapia para ayudar a managear el dolor muscular.

Las Enfermedades Pulmonares Parasitarias se refieren a un grupo de afecciones causadas por parásitos que infectan los pulmones y provocan diversos síntomas, desde tos y dificultad para respirar hasta neumonía y fibrosis pulmonar. Estos parásitos pueden llegar a los pulmones después de penetrar la piel, ser ingeridos o viajar a través del torrente sanguíneo desde otros órganos donde se establecieron previamente.

Algunos ejemplos comunes de parásitos que causan enfermedades pulmonares incluyen:

1. Ascaris lumbricoides (lombriz intestinal): Las larvas de este gusano pueden migrar a los pulmones, provocando neumonitis aguda (inflamación de los tejidos pulmonares).

2. Toxocara canis (gusanos redondos del perro): Los humanos pueden infectarse al ingerir huevos de estos gusanos presentes en el suelo contaminado con heces de perro. Las larvas viajan a través del torrente sanguíneo y se alojan en diversos órganos, incluyendo los pulmones.

3. Paragonimus westermani (gusano lung fluke): Este parásito causa la enfermedad conocida como paragonimiasis pulmonar o "enfermedad del langostino". La infección se adquiere al consumir crustáceos crudos o mal cocidos que contienen metacercarias (larvas) de este gusano.

4. Echinococcus granulosus (tenia del perro): La infección por esta tenia puede causar quistes hidatídicos en los pulmones, que crecen lentamente y pueden comprimir el tejido pulmonar circundante.

5. Strongyloides stercoralis (gusano del estrongilo): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

6. Schistosoma spp. (trematodos de la esquistosomiasis): La infección por estos tremátodos puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

7. Toxocara canis y Toxocara cati (gusanos del perro y gato): La infección por estos nemátodos puede causar larva migrans visceral, que afecta principalmente al hígado pero también puede involucrar los pulmones.

8. Ascaris lumbricoides (gusano del intestino): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

9. Capillaria aerophila (nemátodo de la pulmonar): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

10. Dirofilaria immitis (gusano del corazón canino): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

11. Gnathostoma spinigerum (nemátodo de la gnatostomiasis): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

12. Angiostrongylus cantonensis (gusano del pulmón de los roedores): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

13. Paragonimus westermani (gusano del pulmón de los gatos): La infección por este tremátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

14. Echinococcus granulosus (gusano del quiste hidatídico): La infección por este cestodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

15. Taenia solium (gusano del quiste cerebral): La infección por este cestodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

16. Toxocara canis (gusano redondo del perro): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en niños pequeños y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

17. Ascaris lumbricoides (gusano redondo del cerdo): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en niños pequeños y personas con sistemas inmunológicos debilitados.

18. Strongyloides stercoralis (gusano redondo del suelo): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

19. Capillaria philippinensis (gusano redondo del arroz): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

20. Ancylostoma duodenale (gusano redondo del perro): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

21. Necator americanus (gusano redondo del cerdo): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

22. Trichuris trichiura (gusano redondo del suelo): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

23. Enterobius vermicularis (gusano redondo del suelo): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

24. Toxocara canis (gusano redondo del perro): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

25. Toxocara cati (gusano redondo del gato): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

26. Baylisascaris procyonis (gusano redondo del mapache): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

27. Ascaris lumbricoides (gusano redondo del suelo): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

28. Ancylostoma duodenale (gusano redondo del suelo): La infección por este nemátodo puede causar neumonitis aguda o crónica, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados y ancianos.

29. Necator americanus (

La alternariosis es una infección micótica causada por hongos del género Alternaria. Estos hongos se encuentran comúnmente en el suelo, plantas y material vegetal en descomposición. Pueden causar infecciones en humanos y animales, aunque son más comunes en plantas.

En humanos, la alternariosis generalmente afecta la piel y las vías respiratorias. La infección de la piel, también conocida como dermatitis alternaria, puede causar lesiones cutáneas con picazón, erupciones y ampollas. Por otro lado, la infección de las vías respiratorias puede causar síntomas similares a los de un resfriado o neumonía, como tos, dificultad para respirar y fiebre.

Las personas con sistemas inmunes debilitados, como aquellas con VIH/SIDA, cáncer o trasplantes de órganos, corren un mayor riesgo de desarrollar alternariosis grave. El diagnóstico de la enfermedad generalmente se realiza mediante cultivos de muestras de tejido afectado o pruebas de detección de antígenos y antibióticos. El tratamiento puede incluir medicamentos antifúngicos, como itraconazol o voriconazol, dependiendo de la gravedad de la infección.

Las erupciones por medicamentos, también conocidas como reacciones cutáneas adversas a medicamentos (RCAM), se definen como el desarrollo de síntomas cutáneos y mucocutáneos desagradables que ocurren como resultado de la administración de fármacos. Estas reacciones pueden variar en gravedad, desde leves erupciones cutáneas hasta reacciones potencialmente mortales como el síndrome de Stevens-Johnson y la necrólisis epidérmica tóxica.

Las erupciones por medicamentos pueden presentarse en diferentes formas, incluyendo pero no limitadas a:

1. Erupción maculopapular: manchas planas rojas con pequeñas elevaciones que se distribuyen predominantemente en el tronco y las extremidades.
2. Urticaria: ronchas transitorias, pruriginosas y edematosas que varían en tamaño y aparecen en diferentes partes del cuerpo.
3. Eritema multiforme: lesiones cutáneas bien circunscritas con diversos patrones, como manchas targetoides o placas eritematosas.
4. Síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica: reacciones graves que involucran la muerte de células epiteliales en la piel y las membranas mucosas, lo que resulta en ampollas y descamación de la piel.

El mecanismo preciso por el cual los medicamentos desencadenan estas reacciones aún no está completamente claro, pero se cree que implican una respuesta inmunitaria alterada o efectos tóxicos directos sobre la piel y las membranas mucosas. Los fármacos más comúnmente asociados con erupciones por medicamentos incluyen antibióticos, anticonvulsivos, antiinflamatorios no esteroides y agentes citotóxicos.

El diagnóstico de las erupciones por medicamentos generalmente se realiza mediante un examen físico cuidadoso, una historia clínica detallada y, en algunos casos, pruebas adicionales, como biopsias cutáneas o análisis de sangre. El tratamiento puede incluir la interrupción del medicamento sospechoso, el uso de medicamentos antipruriginosos, corticosteroides tópicos o sistémicos y, en casos graves, hospitalización e inmunoglobulinas intravenosas.

La prevención de las erupciones por medicamentos implica la identificación temprana de los pacientes en riesgo, el uso cuidadoso de medicamentos y la monitoración regular de los pacientes durante el tratamiento. Los profesionales médicos deben estar atentos a los signos y síntomas de las erupciones por medicamentos y tomar medidas apropiadas para minimizar el riesgo de reacciones adversas.

El angioedema es una afección médica que se caracteriza por hinchazón rápida y repentina de las capas profundas de la piel, tejidos subcutáneos y mucosas. Esta hinchazón puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero es más comúnmente vista en áreas como la cara, labios, lengua, garganta y extremidades.

El angioedema se produce cuando hay una acumulación de líquido en los tejidos debido a la fuga de pequeños vasos sanguíneos (capilares). Esto puede ser causado por diversas razones, incluyendo reacciones alérgicas, exposición a temperaturas extremas, infecciones, factores genéticos o ciertos medicamentos.

En algunos casos, el angioedema puede ser una emergencia médica, especialmente si afecta las vías respiratorias y dificulta la respiración. Los síntomas asociados con el angioedema grave pueden incluir dificultad para hablar, tragar o respirar, opresión en el pecho y mareo o desmayo.

El tratamiento del angioedema depende de la causa subyacente. Los antihistamínicos y corticosteroides pueden ayudar a aliviar los síntomas leves asociados con reacciones alérgicas. En casos graves, se pueden administrar epinefrina y otros medicamentos para estabilizar las vías respiratorias y prevenir una reacción anafiláctica grave. Si el angioedema es causado por un trastorno genético, se pueden recetar medicamentos específicos para controlar los síntomas.

Toxocara es un género de nematodos parasitarios que pertenecen a la familia de los Ascáridaes. Dos especies en particular, Toxocara canis (que infecta a los perros) y Toxocara cati (que infecta a los gatos), son conocidas por su potencial de causar enfermedades en humanos.

La infección en humanos ocurre cuando las larvas de estos parásitos, presentes en las heces de animales infectados, contaminan el suelo o la comida. Los niños son particularmente susceptibles a esta infección ya que tienen tendencia a jugar en el suelo y a poner los dedos sucios en la boca.

La enfermedad en humanos se conoce como toxocariasis y puede presentarse de dos formas principales: la forma visceral, donde las larvas migran a diversos órganos como el hígado, los pulmones o el cerebro, causando una variedad de síntomas dependiendo del órgano afectado; y la forma ocular, donde las larvas se alojan en el ojo, pudiendo causar problemas visuales e incluso ceguera en casos graves.

La toxocariasis generalmente se diagnostica mediante pruebas serológicas que detectan anticuerpos contra el parásito en la sangre del paciente. El tratamiento suele implicar el uso de medicamentos anthelminticos como la albendazol o la mebendazol, que ayudan a eliminar las larvas del cuerpo. La prevención incluye medidas como el lavado regular de manos después de jugar al aire libre, especialmente en áreas donde se sabe que hay perros o gatos infectados, y evitar comer tierra o alimentos crudos que puedan estar contaminados con las larvas del parásito.

Las Infecciones por Virus Sincitial Respiratorio (VSR) se definen como infecciones del tracto respiratorio inferior causadas por el virus sincitial respiratorio. Este virus es la causa más común de bronquiolitis y neumonía en bebés y niños pequeños, aunque los adultos también pueden infectarse. Los síntomas suelen ser leves y similares a los del resfriado común, como tos, estornudos, congestión nasal y fiebre. Sin embargo, en algunos casos, especialmente en bebés prematuros o niños con sistemas inmunológicos debilitados, la infección puede ser más grave y requerir hospitalización. El virus se propaga a través del contacto cercano con una persona infectada, por ejemplo, al toser o estornudar, o al tocar superficies contaminadas.

Strongyloides es un género de nematodos parasitarios que incluye dos especies importantes en términos de salud pública: Strongyloides stercoralis y Strongyloides fuelleborni. Estos parásitos suelen infectar a los humanos y otros mamíferos, causando una infección conocida como strongyloidiasis.

La especie Strongyloides stercoralis es la más prevalente en los seres humanos y puede causar una enfermedad intestinal crónica y grave si no se trata adecuadamente. Las larvas de estos nematodos penetran en la piel, especialmente en las regiones donde la piel está en contacto con el suelo contaminado, como los pies descalzos. Una vez dentro del cuerpo humano, las larvas viajan a través de los vasos linfáticos y sanguíneos hasta llegar a los pulmones, donde se transforman en formas adultas. Posteriormente, se expectoran, se degluten y maduran en el intestino delgado, donde las hembras adultas ponen huevos.

Los huevos eclosionan y producen larvas que pueden seguir dos rutas diferentes: la vía normal o la vía autoinfecciosa. En la vía normal, las larvas son excretadas con las heces y, en condiciones adecuadas de humedad y temperatura, se desarrollan hasta convertirse en larvas infectivas que pueden volver a infestar al huésped o infectar a otros individuos. En la vía autoinfecciosa, las larvas se convierten directamente en formas filariformes infectivas dentro del intestino del huésped, atravesando la pared intestinal y reiniciando el ciclo de vida del parásito.

La strongyloidiasis puede causar diversos síntomas, como diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos, tos, fiebre y erupciones cutáneas. En algunos casos, la enfermedad puede ser grave o incluso fatal, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellas que padecen HIV/SIDA, cáncer o que están siendo tratadas con corticosteroides u otros fármacos inmunosupresores. El diagnóstico de la strongyloidiasis se realiza mediante la detección de larvas en las heces u otras muestras clínicas, como el esputo o el líquido cefalorraquídeo. El tratamiento suele implicar el uso de agentes antiparasitarios, como ivermectina o tioxidona, que eliminan las larvas y los parásitos adultos del huésped.

El esputo, en términos médicos, se refiere a la materia expelida desde los pulmones, tráquea o bronquios, y expectorada (expulsada) por la boca durante la tos. Puede contener mucosidad, células muertas, bacterias u otros agentes infecciosos, y su análisis puede ayudar en el diagnóstico de diversas afecciones respiratorias, como neumonía, bronquitis o fibrosis quística. El color, la consistencia y la cantidad del esputo pueden variar dependiendo de la causa subyacente de la tos y otros síntomas asociados.

La fibrosis endomiocárdica es una afección médica caracterizada por la formación excesiva y anormal de tejido cicatricial (fibroso) en el endocardio, que es el revestimiento interno del corazón. Este proceso puede ocurrir en respuesta a diversos estímulos, como infecciones, traumas o enfermedades autoinmunes. La fibrosis endomiocárdica puede afectar la capacidad del corazón para funcionar correctamente, lo que podría conducir a complicaciones graves, como insuficiencia cardíaca congestiva.

Los síntomas de la fibrosis endomiocárdica pueden variar dependiendo de la gravedad y la ubicación de la afección. Algunos pacientes pueden no presentar ningún síntoma, mientras que otros pueden experimentar fatiga, dificultad para respirar, palpitaciones cardíacas e hinchazón en las piernas y los pies. El diagnóstico de fibrosis endomiocárdica generalmente se realiza mediante una evaluación clínica y pruebas de imagen, como ecocardiogramas o resonancias magnéticas cardíacas.

El tratamiento de la fibrosis endomiocárdica depende de la causa subyacente de la afección. En algunos casos, el tratamiento puede implicar medicamentos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones. En otros casos, se pueden considerar procedimientos quirúrgicos o intervencionistas para eliminar o reducir la cantidad de tejido cicatricial en el corazón. La fisioterapia y los cambios en el estilo de vida también pueden ser recomendados para ayudar a mejorar la función cardíaca y prevenir futuras complicaciones.

El lavado broncoalveolar (BAL, por sus siglas en inglés) es un procedimiento diagnóstico utilizado en medicina respiratoria para evaluar la salud de los pulmones. Consiste en instilar una solución salina estéril en una región específica del pulmón a través de un broncoscopio, y luego recolectar y analizar la muestra resultante de líquido lavado.

Este procedimiento permite obtener células y fluidos del espacio alveolar (los sacos de aire en los pulmones donde ocurre el intercambio de gases), lo que puede ayudar a diagnosticar diversas afecciones pulmonares, como neumonía, fibrosis pulmonar, enfermedad pulmonar intersticial, sarcoideo y otras enfermedades pulmonares infiltrativas difusas.

El análisis de la muestra puede incluir el recuento y tipificación de células, examen citológico, cultivo bacteriano y detección de antígenos o marcadores tumorales, según lo requiera el caso clínico específico. El lavado broncoalveolar es una técnica mínimamente invasiva que proporciona información valiosa sobre la salud pulmonar y ayuda en la toma de decisiones terapéuticas.

La dietilcarbamazina (DEC) es un antihelmíntico utilizado en el tratamiento de varios tipos de infecciones parasitarias, especialmente aquellas causadas por nematodos (gusanos redondos). Es un agente amplio espectro que se utiliza para tratar filariasis linfática (causada por Wuchereria bancrofti y Brugia malayi), oncocercosis (causada por el gusano de los ojos, Onchocerca volvulus) y strongiloidiasis (causada por Strongyloides stercoralis).

DEC funciona mediante la interferencia con la maduración y la reproducción de los parásitos. Perturba el sistema nervioso de los gusanos, lo que lleva a su parálisis y posterior eliminación del cuerpo. Aunque su mecanismo de acción no es completamente comprendido, se sabe que inhibe la actividad de certaines enzimas (como la acetilcolinesterasa) en los gusanos, lo que resulta en su muerte.

DEC está disponible en forma de tabletas y suele administrarse por vía oral. Los efectos secundarios pueden incluir náuseas, vómitos, dolor abdominal, diarrea, mareos, erupciones cutáneas y reacciones alérgicas graves en algunos casos. El tratamiento con dietilcarbamazina debe ser supervisado por un profesional médico capacitado, ya que se requiere un ajuste cuidadoso de la dosis según el tipo y la gravedad de la infección, así como el peso y la edad del paciente.

La administración intranasal se refiere al proceso de introducir un medicamento o sustancia dentro del conducto nasal, es decir, dentro de la nariz. Esta ruta ofrece varias ventajas, como la facilidad de autoadministración y la rápida absorción a través de la mucosa nasal, lo que permite una acción más veloz del fármaco en el organismo.

Este método es comúnmente utilizado para la administración de medicamentos como descongestionantes, analgésicos, antihistamínicos y vacunas contra la influenza. Sin embargo, también puede implicar riesgos, especialmente si no se realiza correctamente, ya que el medicamento podría ingresar al sistema respiratorio o digestivo de forma involuntaria, causando efectos adversos.

Es importante seguir las instrucciones específicas del profesional de la salud y del prospecto del medicamento para garantizar una administración adecuada e inofensiva.

Ascaris es un género de nematodos parasitarios que incluye dos especies importantes en medicina humana: Ascaris lumbricoides y Ascaris suum. Estos gusanos redondos son parásitos intestinales que pueden causar una infección llamada ascariasis en humanos.

Ascaris lumbricoides es el principal responsable de la ascariasis humana, mientras que Ascaris suum generalmente infecta a los cerdos, aunque ocasionalmente también puede infectar a los humanos. Las infecciones por Ascaris ocurren cuando las larvas del gusano eclosionan en el intestino delgado después de que una persona ingiera huevos infectados, típicamente a través de la contaminación fecal-oral del agua o los alimentos.

Los síntomas de la ascariasis pueden variar desde leves hasta graves y dependen de la cantidad de gusanos presentes en el intestino. Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea. En casos severos, los gusanos pueden migrar a otros órganos, como los pulmones, lo que puede provocar neumonía e incluso obstrucción intestinal en casos extremadamente graves.

El tratamiento de la ascariasis generalmente implica el uso de medicamentos antiparasitarios específicos, como mebendazol o albendazol, que matan los gusanos y permiten que el cuerpo elimine los parásitos. La prevención se centra en mejorar las condiciones sanitarias y de saneamiento, así como en la educación sobre prácticas adecuadas de higiene personal, como lavarse las manos con frecuencia y cocinar adecuadamente los alimentos.

Los Modelos Animales de Enfermedad son organismos no humanos, generalmente mamíferos o invertebrados, que han sido manipulados genéticamente o experimentalmente para desarrollar una afección o enfermedad específica, con el fin de investigar los mecanismos patofisiológicos subyacentes, probar nuevos tratamientos, evaluar la eficacia y seguridad de fármacos o procedimientos terapéuticos, estudiar la interacción gen-ambiente en el desarrollo de enfermedades complejas y entender los procesos básicos de biología de la enfermedad. Estos modelos son esenciales en la investigación médica y biológica, ya que permiten recrear condiciones clínicas controladas y realizar experimentos invasivos e in vivo que no serían éticamente posibles en humanos. Algunos ejemplos comunes incluyen ratones transgénicos con mutaciones específicas para modelar enfermedades neurodegenerativas, cánceres o trastornos metabólicos; y Drosophila melanogaster (moscas de la fruta) utilizadas en estudios genéticos de enfermedades humanas complejas.

La larva migrans visceral, también conocida como "enfermedad del gusano del hilo" o "angiostrongiliasis", es una infección parasitaria causada por la ingestión accidental de los huevos o larvas del nematodo (gusano redondo) llamado Angiostrongylus cantonensis. Este parásito se encuentra comúnmente en ciertos tipos de caracoles y babosas, así como en algunos animales que se alimentan de ellos, como los camarones y langostinos.

Después de la ingestión, las larvas del gusano pueden penetrar en la pared intestinal y viajar a través del torrente sanguíneo hasta llegar a diversos órganos vitales, como el hígado, los pulmones o el cerebro. Aquí, las larvas se desarrollan parcialmente pero no pueden madurar completamente en humanos, lo que resulta en una reacción inflamatoria y la formación de granulomas alrededor de ellas.

Los síntomas de la larva migrans visceral varían ampliamente, dependiendo del órgano afectado. En general, los pacientes pueden experimentar fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómitos, tos y dificultad para respirar. Si las larvas alcanzan el sistema nervioso central (cerebro o médula espinal), pueden causar meningitis eosinofílica, una inflamación del tejido cerebral caracterizada por un aumento en el número de glóbulos blancos llamados eosinófilos.

El diagnóstico de la larva migrans visceral se realiza mediante pruebas serológicas, como la detección de anticuerpos contra Angiostrongylus cantonensis en sangre o líquido cefalorraquídeo. La imagenología, como la resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía computarizada (TC), también pueden ayudar a identificar los granulomas asociados con la infección.

El tratamiento de la larva migrans visceral se basa en el alivio de los síntomas y la reducción de la inflamación. Los corticosteroides, como la prednisona, a menudo se recetan para controlar la respuesta inmunológica del cuerpo a las larvas. Los medicamentos antiparasitarios, como la albendazol y la mebendazol, también pueden administrarse para eliminar las larvas, aunque su eficacia es limitada y puede aumentar el riesgo de reacciones adversas neurológicas.

La prevención de la larva migrans visceral implica evitar comer caracoles y babosas crudos o mal cocidos, especialmente en áreas donde la infección es endémica. Además, se recomienda lavarse las manos después de manipular el suelo o los vegetales que puedan estar en contacto con estos moluscos.

La paragonimiasis es una enfermedad parasitaria causada por la infección del pulmón con tremátodos del género Paragonimus. Estos gusanos se transmiten al ser humano a través de la ingesta de mariscos o crustáceos dulceacuícolas crudos o mal cocidos que contienen las metacercarias infectivas. Después de la ingestión, las metacercarias se excistan en el estómago e intestino delgado, atraviesan la pared intestinal y migran a los pulmones a través del diafragma y la cavidad pleural, donde se desarrollan en adultos.

Los síntomas clínicos más comunes de la paragonimiasis son tos crónica con expectoración sanguinolenta (hemoptisis), dolor torácico y disnea. En casos graves, puede haber insuficiencia respiratoria y neumotórax. Ocasionalmente, los gusanos pueden migrar fuera de los pulmones y causar lesiones en otros órganos, como el cerebro o el hígado, lo que resulta en síntomas neurológicos o hepáticos.

El diagnóstico se realiza mediante la detección de huevos de Paragonimus en las muestras de esputo, líquido pleural o heces. También se pueden utilizar pruebas serológicas y técnicas moleculares para confirmar el diagnóstico. El tratamiento recomendado es la administración de praziquantel durante un período de 2-3 días.

Los anticuerpos antihelmínticos son aquellos anticuerpos producidos por el sistema inmune del huésped en respuesta a la infección por helmintos, también conocidos como gusanos parasitarios. Estos anticuerpos se unen específicamente a los antígenos de la superficie del gusano o a sus productos metabólicos y desempeñan un papel importante en la respuesta inmune protectora contra estos parásitos.

La producción de anticuerpos antihelmínticos se puede detectar mediante pruebas serológicas, como las pruebas de ELISA o Western blot, que pueden ayudar en el diagnóstico y monitoreo de infecciones por helmintos. Además, algunos anticuerpos antihelmínticos pueden tener propiedades directamente citotóxicas o facilitar la eliminación del parásito a través de mecanismos celulares mediados por células efectoras como los macrófagos y los eosinófilos.

La investigación en el campo de los anticuerpos antihelmínticos también ha llevado al desarrollo de vacunas y terapias inmunomoduladoras para tratar las infecciones por helmintos, aunque aún queda mucho por entender sobre la compleja interacción entre el sistema inmune del huésped y los parásitos.

El cloruro de metacolina es un fármaco parasimpaticomimético, el cual significa que imita los efectos del sistema nervioso parasimpático en el cuerpo. Este sistema es responsable de regular varias funciones corporales, incluyendo la dilatación de los vasos sanguíneos y la estimulación de las glándulas salivales y sudoríparas.

El cloruro de metacolina se utiliza a menudo en pruebas diagnósticas para evaluar la función pulmonar y la capacidad de los bronquios para dilatarse (broncodilatación). Cuando se administra el medicamento, si los bronquios no se relajan adecuadamente, esto puede indicar la presencia de enfermedades pulmonares restrictivas o obstrucciones, como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Es importante mencionar que el uso del cloruro de metacolina está disminuyendo debido al desarrollo de otros fármacos más seguros y eficaces para realizar pruebas diagnósticas. Además, su uso puede causar efectos secundarios desagradables, como sudoración excesiva, aumento de la salivación, náuseas, vómitos, y dolores abdominales.

En resumen, el cloruro de metacolina es un fármaco parasimpaticomimético que se utiliza en pruebas diagnósticas para evaluar la función pulmonar y la capacidad de los bronquios para dilatarse. Sin embargo, su uso está disminuyendo debido al desarrollo de otros fármacos más seguros y eficaces.

La prednisolona es un glucocorticoide sintético, un tipo de corticosteroide, que se utiliza comúnmente en el tratamiento de diversas afecciones médicas. Tiene propiedades antiinflamatorias y también puede suprimir la respuesta inmune del cuerpo.

Se utiliza para tratar una variedad de condiciones, como asma, enfermedades inflamatorias intestinales, artritis reumatoide, esclerosis múltiple, psoriasis y otras afecciones dermatológicas, enfermedades del tejido conectivo, trastornos endocrinos, ciertos tipos de cáncer y trasplantados de órganos para prevenir el rechazo.

La prednisolona actúa imitando las hormonas naturales producidas por las glándulas suprarrenales (como el cortisol), reduciendo la inflamación y suprimiento del sistema inmunológico. Sin embargo, su uso a largo plazo o en dosis altas puede dar lugar a efectos secundarios graves, como aumento de peso, presión arterial alta, diabetes, osteoporosis, glaucoma y cataratas, entre otros. Por lo tanto, su uso debe ser supervisado cuidadosamente por un profesional médico.

Los trastornos leucocíticos se refieren a condiciones médicas que involucran un conteo anormal de glóbulos blancos (leucocitos) en la sangre. Existen dos tipos principales de trastornos leucocíticos:

1. Leucopenia: Es el recuento bajo de glóbulos blancos en la sangre, por debajo de 4,000 a 5,000 células por microlitro. Puede ser causado por diversas condiciones, como infecciones virales, algunos medicamentos, quimioterapia, radioterapia, enfermedades autoinmunes y trastornos de la médula ósea.

2. Leucocitosis: Es el recuento alto de glóbulos blancos en la sangre, por encima de 11,000 a 12,000 células por microlitro. Puede ser causada por infecciones bacterianas o fúngicas, inflamación, anemia, trauma, ejercicio extenuante, estrés emocional, algunos medicamentos y trastornos de la médula ósea, como leucemia.

Los glóbulos blancos desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico al proteger al cuerpo contra las infecciones y los agentes extraños. Por lo tanto, un recuento anormal de glóbulos blancos puede aumentar el riesgo de infecciones o indicar la presencia de una afección subyacente grave.

Los ratones consanguíneos C57BL, también conocidos como ratones de la cepa C57BL o C57BL/6, son una cepa inbred de ratones de laboratorio que se han utilizado ampliamente en la investigación biomédica. La designación "C57BL" se refiere al origen y los cruces genéticos específicos que se utilizaron para establecer esta cepa particular.

La letra "C" indica que el ratón es de la especie Mus musculus, mientras que "57" es un número de serie asignado por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) en los Estados Unidos. La "B" se refiere al laboratorio original donde se estableció la cepa, y "L" indica que fue el laboratorio de Little en la Universidad de Columbia.

Los ratones consanguíneos C57BL son genéticamente idénticos entre sí, lo que significa que tienen el mismo conjunto de genes en cada célula de su cuerpo. Esta uniformidad genética los hace ideales para la investigación biomédica, ya que reduce la variabilidad genética y facilita la comparación de resultados experimentales entre diferentes estudios.

Los ratones C57BL son conocidos por su resistencia a ciertas enfermedades y su susceptibilidad a otras, lo que los hace útiles para el estudio de diversas condiciones médicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades neurológicas. Además, se han utilizado ampliamente en estudios de genética del comportamiento y fisiología.

La mastocitosis es un trastorno poco común en el que se acumulan excesivamente las células llamadas mastocitos en la piel, los tejidos conectivos o ambos. Los mastocitos son glóbulos blancos que desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico y en las respuestas alérgicas. Cuando se activan, liberan una variedad de sustancias químicas, como la histamina, que pueden causar síntomas que afectan a varios órganos.

Existen diferentes tipos de mastocitosis, dependiendo de dónde se encuentren las concentraciones anormales de mastocitos. La forma más común es la mastocitosis cutánea, en la que los síntomas se limitan principalmente a la piel y suelen ser leves o asintomáticos. Otras formas menos comunes incluyen la mastocitosis sistémica, en la que los mastocitos se encuentran en órganos internos como el hígado, el bazo y los huesos, y pueden causar una variedad de síntomas graves.

Los síntomas de la mastocitosis varían ampliamente, dependiendo del tipo y la extensión de la enfermedad. Los síntomas cutáneos pueden incluir picazón intensa, enrojecimiento de la piel, erupciones cutáneas y ampollas. Los síntomas sistémicos pueden incluir diarrea, dolores abdominales, fatiga, anemia, presión arterial baja, ritmo cardíaco rápido y dificultad para respirar.

El diagnóstico de mastocitosis generalmente se realiza mediante una biopsia cutánea o de médula ósea, que permite examinar las células bajo un microscopio y buscar signos de acumulación anormal de mastocitos. También se pueden utilizar pruebas de laboratorio para medir los niveles de mediadores químicos liberados por los mastocitos, como la histamina.

El tratamiento de la mastocitosis depende del tipo y la gravedad de la enfermedad. Los tratamientos pueden incluir antihistamínicos para aliviar la picazón y otros síntomas cutáneos, inhibidores de la tirosina quinasa para reducir la proliferación de mastocitos y corticosteroides para reducir la inflamación. En casos graves, se pueden considerar opciones de tratamiento adicionales, como la terapia dirigida o el trasplante de células madre.

La inflamación es una respuesta fisiológica del sistema inmunitario a un estímulo dañino, como una infección, lesión o sustancia extraña. Implica la activación de mecanismos defensivos y reparadores en el cuerpo, caracterizados por una serie de cambios vasculares y celulares en el tejido afectado.

Los signos clásicos de inflamación se describen mediante la sigla latina "ROESI":
- Rubor (enrojecimiento): Dilatación de los vasos sanguíneos que conduce al aumento del flujo sanguíneo y la llegada de células inmunes, lo que provoca enrojecimiento en la zona afectada.
- Tumor (hinchazón): Aumento de la permeabilidad vascular y la extravasación de líquidos y proteínas hacia el tejido intersticial, causando hinchazón o edema.
- Calor: Aumento de la temperatura local debido al aumento del flujo sanguíneo y el metabolismo celular acelerado en el sitio inflamado.
- Dolor: Estimulación de los nervios sensoriales por diversos mediadores químicos liberados durante la respuesta inflamatoria, como las prostaglandinas y bradiquinina, que sensibilizan a los receptores del dolor (nociceptores).
- Functio laesa (disfunción o pérdida de función): Limitación funcional temporal o permanente del tejido inflamado como resultado directo del daño tisular y/o los efectos secundarios de la respuesta inflamatoria.

La inflamación desempeña un papel crucial en la protección del cuerpo contra agentes nocivos y en la promoción de la curación y la reparación tisular. Sin embargo, una respuesta inflamatoria excesiva o mal regulada también puede contribuir al desarrollo y la progresión de diversas enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la aterosclerosis y el cáncer.

La embolia por colesterol, también conocida como enfermedad de la embolia de cristales de colesterol o síndrome de cristales de colesterol, es una afección poco común pero potencialmente grave. Se caracteriza por la formación y el desprendimiento de cristales de colesterol de las placas ateroscleróticas en las paredes de las arterias, que luego viajan a través del torrente sanguíneo y bloquean los vasos más pequeños en otras partes del cuerpo. Este proceso puede provocar una variedad de síntomas, dependiendo de dónde se alojen los cristales, y puede conducir a complicaciones como la necrosis tisular, la pérdida de funciones y, en casos graves, la muerte.

Aunque la embolia por colesterol puede afectar a personas de cualquier edad, es más común en adultos mayores con factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo y niveles elevados de colesterol LDL ("malo"). A menudo, la afección se diagnostica mediante angiografía, tomografía computarizada o resonancia magnética, y el tratamiento puede incluir medicamentos para disolver los coágulos, cirugía para extraer los cristales o procedimientos para eliminar las placas ateroscleróticas que causan la formación de cristales. La prevención se centra en el control de los factores de riesgo cardiovascular y el mantenimiento de un estilo de vida saludable.

Mesocestoides es un género de tapeworms (cestodos) que son parásitos intestinales comunes en varios animales, incluyendo perros, gatos y humanos. La infección por estas tenias se conoce como mesocestoidosis.

Las especies de Mesocestoides tienen ciclos de vida complejos que involucran a varios huéspedes intermedios y definitivos. El huésped definitivo, generalmente un carnívoro, se infecta al ingerir el huésped intermediario, que contiene las larvas del parásito. Una vez dentro del huésped definitivo, las larvas se desarrollan en adultos y producen segmentos llenos de huevos (proglótides) que se eliminan con las heces.

Los huéspedes intermedios pueden infectarse al ingerir los huevos, que eclosionan en el tracto digestivo y liberan oncosferas, las formas larvarias móviles del parásito. Las oncosferas penetran en la pared intestinal y viajan a través del torrente sanguíneo hasta diversos órganos, donde se desarrollan en larvas. Los animales herbívoros suelen actuar como huéspedes intermedios accidentales.

La mesocestoidosis en humanos es rara y generalmente ocurre después de la ingestión accidental de las larvas al consumir carne cruda o mal cocida de un huésped intermediario infectado. Los síntomas pueden variar desde náuseas, vómitos y dolor abdominal hasta complicaciones más graves, como perforación intestinal o pancreatitis. El diagnóstico se realiza mediante la identificación de los huevos o proglótides en las heces u otros fluidos corporales. El tratamiento generalmente implica la administración de medicamentos antiparasitarios, como el albendazol o el mebendazol.

En términos médicos, un síndrome se refiere a un conjunto de signos y síntomas que ocurren juntos y pueden indicar una condición particular o enfermedad. Los síndromes no son enfermedades específicas por sí mismos, sino más bien una descripción de un grupo de características clínicas.

Un síndrome puede involucrar a varios órganos y sistemas corporales, y generalmente es el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales o adquiridos. Algunos ejemplos comunes de síndromes incluyen el síndrome de Down, que se caracteriza por retraso mental, rasgos faciales distintivos y problemas de salud congénitos; y el síndrome metabólico, que implica una serie de factores de riesgo cardiovascular como obesidad, diabetes, presión arterial alta e hiperlipidemia.

La identificación de un síndrome a menudo ayuda a los médicos a hacer un diagnóstico más preciso y a desarrollar un plan de tratamiento apropiado para el paciente.

Nippostrongylus es un género de nematodos parasitarios que pertenecen a la familia de los strongilidae. Estos gusanos redondos pueden infectar el sistema digestivo de varios mamíferos, incluyendo roedores y primates. Uno de los miembros más conocidos de este género es Nippostrongylus brasiliensis, que es un parásito común en ratones de laboratorio.

La infección por Nippostrongylus generalmente ocurre cuando las larvas del gusano, encontradas en el suelo contaminado con heces de animales infectados, penetran la piel del huésped. Una vez dentro del cuerpo, las larvas viajan a los pulmones, donde se desarrollan y multiplican antes de ser expulsadas por la tos y engullidas. Después de esto, los gusanos adultos se instalan en el intestino delgado, donde se alimentan de la sangre y las células del revestimiento intestinal, lo que puede causar diarrea, pérdida de peso y anemia en el huésped.

Aunque Nippostrongylus es más comúnmente asociado con animales de laboratorio, también se han reportado casos de infección en humanos, especialmente en áreas donde las prácticas sanitarias son deficientes. Sin embargo, esto es raro y la mayoría de los casos pueden prevenirse mediante medidas de higiene adecuadas, como el lavado regular de manos y la cocción adecuada de los alimentos.

El Síndrome de Hipersensibilidad a Medicamentos (Drug Hypersensitivity Syndrome, DHS) es una reacción adversa a medicamentos que involucra mecanismos inmunológicos y no inmunológicos. También se conoce como Síndrome de Hipersensibilidad Retardada de Tipo IV o Reacciones Medicamentosas con Eosinofilia y Síntomas Sistémicos (Drug Reaction with Eosinophilia and Systemic Symptoms, DRESS).

Es una reacción grave y potencialmente mortal que se caracteriza por erupciones cutáneas, fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos y diversos síntomas orgánicos. Puede afectar a varios órganos y sistemas corporales, incluyendo el hígado, riñones, corazón y pulmones. Los medicamentos más comúnmente asociados con este síndrome son los anticonvulsivantes, antibióticos sulfamidas, algunos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los alopurinoles.

La patogénesis del DHS implica la activación de linfocitos T citotóxicos y la liberación de mediadores inflamatorios, lo que conduce a la lesión tisular y la disfunción orgánica. El diagnóstico se basa en los criterios clínicos, los resultados de las pruebas de laboratorio y la historia de exposición al medicamento desencadenante. El tratamiento incluye la interrupción inmediata del fármaco sospechoso, el control de los síntomas y, en algunos casos, la administración de corticosteroides sistémicos. La prevención se centra en la identificación de pacientes de alto riesgo y la evitación de medicamentos desencadenantes.

Los receptores CCR3 (receptores de quimiocinas 3) son un tipo de receptores acoplados a proteínas G que se encuentran en la superficie celular. Forman parte de la familia de receptores de quimiocinas, los cuales están involucrados en la respuesta inmunitaria y la inflamación.

Los receptores CCR3 se unen específicamente a ciertas quimiocinas, como la eotaxina-1, -2 y -3, que desempeñan un papel importante en el reclutamiento y activación de células inmunes, especialmente los eosinófilos. Estos receptores también se expresan en otras células, como basófilos, linfocitos T helper 2 y mastocitos.

La activación de los receptores CCR3 por las quimiocinas conduce a una serie de respuestas celulares, incluyendo la migración y activación de células inmunes, lo que puede desempeñar un papel en procesos fisiológicos normales, así como en diversas patologías, como el asma, la rinitis alérgica y las enfermedades inflamatorias intestinales.

El granuloma eosinofílico es un tipo raro de lesión inflamatoria que se caracteriza por la presencia de granulomas, que son agregados de células inflamatorias, predominantemente linfocitos y eosinófilos. Los eosinófilos son un tipo particular de glóbulos blancos que desempeñan un papel importante en las respuestas inmunes del cuerpo, especialmente en relación con los parásitos y otras sustancias extrañas.

Los granulomas eosinofílicos suelen presentarse como nódulos o masas bien circunscritas en la piel o en los tejidos blandos subyacentes. Aunque la causa exacta de esta afección sigue siendo desconocida, se cree que puede estar relacionada con reacciones alérgicas o hipersensibilidad a sustancias extrañas, como medicamentos, infecciones o materiales extraños.

En términos médicos, el granuloma eosinofílico se define como una lesión inflamatoria crónica caracterizada por la presencia de granulomas formados principalmente por linfocitos y eosinófilos. La afección puede presentarse en forma de nódulos o masas bien circunscritas en la piel o en los tejidos blandos subyacentes, y se cree que está relacionada con reacciones alérgicas o hipersensibilidad a sustancias extrañas.

La hipersensibilidad inmediata, también conocida como tipo I de hipersensibilidad o reacción alérgica aguda, es una forma de respuesta exagerada del sistema inmunológico a sustancias extrañas (llamadas alérgenos) que generalmente son inofensivas para la mayoría de las personas. Esta reacción se desencadena cuando los anticuerpos IgE, producidos por el sistema inmunitario en respuesta previa al contacto con el alérgeno, se unen a mastocitos y basófilos, liberando mediadores químicos como histamina, leucotrienos y prostaglandinas.

Estos mediadores causan una variedad de síntomas que pueden afectar la piel (comezón, enrojecimiento, urticaria), las vías respiratorias (congestión nasal, sibilancias, dificultad para respirar), el tracto gastrointestinal (náuseas, vómitos, diarrea) y el sistema cardiovascular (hipotensión, taquicardia). Los ejemplos comunes de hipersensibilidad inmediata incluyen la fiebre del heno, las alergias alimentarias, las picaduras de insectos y el shock anafiláctico.

La hipersensibilidad inmediata puede ser potencialmente grave o incluso mortal si no se trata a tiempo, especialmente en casos de shock anafiláctico. El tratamiento suele incluir la administración de medicamentos antihistamínicos, corticosteroides y adrenalina, según sea necesario, así como la eliminación del alérgeno desencadenante. La prevención implica evitar el contacto con los alérgenos conocidos y, en algunos casos, puede requerir terapias de inmunoterapia específicas para esos alérgenos.

Las infecciones por nematodos, también conocidas como helmintiasis, son infecciones causadas por gusanos redondos o nematodos. Estos parásitos pueden infectar varios órganos y tejidos del cuerpo humano, dependiendo de la especie particular. Algunas infecciones comunes incluyen ascariasis (causada por Ascaris lumbricoides), anquilostomiasis (causada por Ancylostoma duodenale o Necator americanus) y trichuriasis (causada por Trichuris trichiura).

La transmisión generalmente ocurre a través de la ingestión de huevos de nematodos presentes en el suelo contaminado con heces, especialmente en áreas donde las prácticas deficientes de saneamiento e higiene son comunes. Algunas especies de nematodos pueden penetrar directamente en la piel, mientras que otras se transmiten a través del consumo de alimentos o agua contaminados.

Los síntomas varían según la gravedad de la infección y el tipo de nematodo involucrado. Pueden incluir dolor abdominal, diarrea, náuseas, pérdida de apetito, anemia y, en casos graves, obstrucción intestinal o insuficiencia orgánica. El tratamiento generalmente implica el uso de fármacos antiparasitarios específicos para eliminar los nematodos del cuerpo. Además, es fundamental mejorar las condiciones sanitarias y promover prácticas adecuadas de saneamiento e higiene para prevenir nuevas infecciones.

Las enfermedades parasitarias son condiciones médicas que ocurren cuando un organismo, conocido como parásito, infecta a otro organismo, el huésped, y se nutre o vive a su costa, causando daño o interfiriendo con las funciones normales del cuerpo. Los parásitos pueden ser bacterias, virus, hongos u otros organismos como protozoarios, gusanos y ectoparásitos (como ácaros y garrapatas).

Estas enfermedades pueden transmitirse de diversas formas, incluyendo el contacto directo con un huésped infectado o su entorno contaminado, la ingesta de alimentos o agua contaminados, o incluso a través de insectos vectores como mosquitos y garrapatas.

Los síntomas de las enfermedades parasitarias varían ampliamente dependiendo del tipo de parásito involucrado y la localización de la infección dentro del cuerpo. Algunos síntomas comunes pueden incluir diarrea, dolor abdominal, náuseas, fatiga, pérdida de peso, erupciones cutáneas e incluso problemas más graves como daño en órganos o sistemas.

El tratamiento de las enfermedades parasitarias generalmente implica la administración de medicamentos antiparásitos específicos para eliminar el parásito del cuerpo. En algunos casos, también pueden ser necesarios cuidados de soporte y manejo de los síntomas asociados. La prevención es clave en el control de estas enfermedades, mediante medidas como una buena higiene personal y alimentaria, uso adecuado del agua potable, uso de repelentes contra insectos y vacunación cuando esté disponible.

Los pólipos nasales son crecimientos benignos (no cancerosos) que se desarrollan en la mucosa de los revestimientos de las fosas nasales o los senos paranasales. Su aspecto es similar al de un pequeño saco de tejido blando y gelatinoso. A menudo, no causan síntomas, especialmente si son pequeños, pero si se desarrollan en números grandes o de tamaño considerable, pueden causar obstrucción nasal, rinorrea (flujo nasal), pérdida del sentido del olfato y, a veces, sinusitis crónica. La causa más común de los pólipos nasales es la inflamación crónica de la mucosa nasal, que a menudo se asocia con enfermedades alérgicas o infecciosas recurrentes. El tratamiento puede incluir medicamentos para reducir la hinchazón y, en algunos casos, una intervención quirúrgica para extirparlos.

Los antihelmínticos son un grupo de fármacos utilizados para el tratamiento de las infecciones causadas por parásitos conocidos como gusanos intestinales o helmintos. Estos medicamentos funcionan mediante la paralización o eliminación de los parásitos, lo que permite su expulsión del organismo.

Existen diferentes tipos de antihelmínticos, cada uno con una acción específica contra determinados tipos de gusanos intestinales. Algunos ejemplos incluyen:

* Mebendazol y albendazol: se utilizan para tratar infecciones causadas por nematodos como ascárides, anquilostomas, tricocéfalos y enterobios.
* Praziquantel: es eficaz contra trematodos como la schistosoma y otros flatworms.
* Ivermectina: se utiliza para tratar infecciones causadas por nematodos como la strongyloides y la onchocerca.

La elección del antihelmíntico específico depende del tipo de parásito que esté infectando al paciente, el cual puede ser determinado mediante exámenes de heces o pruebas serológicas. Es importante seguir las recomendaciones del médico en cuanto a la dosis y duración del tratamiento para garantizar su eficacia y prevenir recaídas.

Los anhídridos ftálicos son compuestos químicos que consisten en dos grupos funcionales de ácido ftálico unidos por un átomo de oxígeno. Se trata de compuestos altamente tóxicos y reactivos, utilizados a menudo como intermedios en la síntesis de otros químicos.

En el contexto médico, los anhídridos ftálicos pueden causar irritación severa en los ojos, la piel y las vías respiratorias. La exposición prolongada o repetida puede conducir a efectos más graves, como daño pulmonar y enfermedades sistémicas.

Si se sospecha una exposición a anhídridos ftálicos, es importante buscar atención médica inmediata. El tratamiento puede incluir la eliminación del agente tóxico, el lavado de ojos y piel, y el suministro de oxígeno suplementario en caso de dificultad respiratoria. En casos graves, se pueden requerir medidas de soporte vital adicionales.

Prevención es la clave para minimizar los riesgos asociados con los anhídridos ftálicos. Se recomienda el uso adecuado de equipos de protección personal, como guantes, gafas y respiradores, cuando se trabaja con estos compuestos. También es importante garantizar una buena ventilación en el lugar de trabajo y seguir las pautas de manipulación y almacenamiento seguro de químicos.

Las pruebas de provocación bronquial son un tipo de examen diagnóstico utilizado en medicina respiratoria para evaluar la función pulmonar y determinar la presencia o ausencia de asma o hipersensibilidad bronquial. Este procedimiento mide la respuesta de las vías respiratorias a diversos estimulantes, como el metacolina o histamina, que se administran en dosis crecientes para provocar una reacción en los bronquios.

El proceso generalmente implica la inhalación de un aerosol que contiene el agente estimulante, y luego se mide la capacidad vital forzada (FEV1) o la resistencia de las vías respiratorias antes y después de cada dosis. Si los valores de FEV1 disminuyen más de un 20% con respecto al valor basal, esto indica una respuesta bronquial positiva y sugiere la existencia de asma o hipersensibilidad bronquial.

Este tipo de pruebas se realizan bajo supervisión médica y en un entorno controlado, ya que pueden desencadenar síntomas respiratorios como sibilancias, tos y opresión torácica. Además, es importante tener en cuenta que existen contraindicaciones para realizar las pruebas de provocación bronquial, como la presencia de enfermedades cardiovasculares graves o un historial de reacciones adversas a los estimulantes utilizados.

En toxicología y farmacología, la frase "ratones noqueados" (en inglés, "mice knocked out") se refiere a ratones genéticamente modificados que han tenido uno o más genes "apagados" o "noqueados", lo que significa que esos genes específicos ya no pueden expresarse. Esto se logra mediante la inserción de secuencias génicas específicas, como un gen marcador y un gen de resistencia a antibióticos, junto con una secuencia que perturba la expresión del gen objetivo. La interrupción puede ocurrir mediante diversos mecanismos, como la inserción en el medio de un gen objetivo, la eliminación de exones cruciales o la introducción de mutaciones específicas.

Los ratones noqueados se utilizan ampliamente en la investigación biomédica para estudiar las funciones y los roles fisiológicos de genes específicos en diversos procesos, como el desarrollo, el metabolismo, la respuesta inmunitaria y la patogénesis de enfermedades. Estos modelos ofrecen una forma poderosa de investigar las relaciones causales entre los genes y los fenotipos, lo que puede ayudar a identificar nuevas dianas terapéuticas y comprender mejor los mecanismos moleculares subyacentes a diversas enfermedades.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el proceso de creación de ratones noqueados puede ser complicado y costoso, y que la eliminación completa o parcial de un gen puede dar lugar a fenotipos complejos y potencialmente inesperados. Además, los ratones noqueados pueden tener diferentes respuestas fisiológicas en comparación con los organismos que expresan el gen de manera natural, lo que podría sesgar o limitar la interpretación de los resultados experimentales. Por lo tanto, es crucial considerar estas limitaciones y utilizar métodos complementarios, como las técnicas de edición génica y los estudios con organismos modelo alternativos, para validar y generalizar los hallazgos obtenidos en los ratones noqueados.

La anafilaxia cutánea pasiva es una reacción alérgica inusual que ocurre cuando los anticuerpos IgE (inmunoglobulina E) se transfieren de una persona sensibilizada a otra través de la sangre, plasma u otro tejido. Los anticuerpos IgE se unen a mastocitos en la piel de la persona receptora, lo que provoca la liberación de mediadores químicos inflamatorios como histamina.

Esto puede causar una erupción cutánea o urticaria en la piel del individuo receptor, incluso si no ha estado expuesto previamente al alérgeno desencadenante. A diferencia de la anafilaxia clásica, esta forma pasiva no involucra una respuesta inmune completa y generalmente no presenta síntomas sistémicos graves como dificultad para respirar o hipotensión.

Es importante tener en cuenta que la anafilaxia cutánea pasiva es un evento raro y suele ocurrir en situaciones específicas, como trasfusiones de sangre o plasma, o en mujeres embarazadas con alergias alimentarias graves. En tales casos, los anticuerpos IgE de la madre pueden cruzar la placenta y sensibilizar al feto, lo que puede provocar una reacción alérgica cutánea después del nacimiento.

En resumen, la anafilaxis cutánea pasiva es una forma atípica de reacción alérgica que involucra la transferencia de anticuerpos IgE activados a otra persona, lo que resulta en una erupción cutánea localizada.

La fascioliasis es una helmintiasis (infección parasitaria) causada por tremátodos planos (gusanos plano) del género Fasciola, principalmente Fasciola hepatica y menos comúnmente Fasciola gigantica. Estos parásitos suelen encontrarse en animales como ovejas, ganado y caballos, pero también pueden infectar a los humanos.

El ciclo de vida de estos parásitos implica un huésped intermedio, usualmente un caracol de agua dulce. Los humanos se infectan al ingerir vegetales o agua contaminados con metacercarias, la forma infectante del parásito, que se adhieren a las plantas después de ser excretadas por el caracol intermedio.

Después de la ingestión, las metacercarias se excavan a través de la pared intestinal y viajan hacia el hígado, donde se convierten en adultos y comienzan a producir huevos después de aproximadamente 3 meses. Los huevos son eliminados del cuerpo a través de las heces y eclosionan en el agua, liberando miracidios que infectan a los caracoles intermedios, completando así el ciclo de vida del parásito.

Los síntomas de la fascioliasis pueden variar dependiendo del estadio de la infección. Durante las primeras semanas o meses después de la infección, los individuos pueden experimentar dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea y fiebre. A medida que la infección avanza, los síntomas pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), hepatoesplenomegalia (agrandamiento del hígado y el bazo) e inflamación de los conductos biliares. En casos graves, la infección puede causar insuficiencia hepática y cirrosis.

El diagnóstico de la fascioliasis se realiza mediante la identificación de los huevos del parásito en las heces o en el líquido biliar obtenido durante una endoscopia. El tratamiento recomendado es la administración de triclabendazole, un medicamento anthelmíntico que mata a los gusanos adultos y juveniles. La prevención de la fascioliasis implica evitar el consumo de agua o alimentos contaminados con los miracidios u huevos del parásito, así como reducir la exposición al agua contaminada durante actividades recreativas o laborales.

Los corticosteroides son una clase de esteroides que imitan las acciones de hormonas esteroides producidas naturalmente en el cuerpo humano por la glándula suprarrenal. Las hormonas corticosteroides más importantes son el cortisol y la aldosterona.

Los corticosteroides se utilizan en medicina para reducir la inflamación y suprimir el sistema inmunológico. Se recetan a menudo para tratar una variedad de condiciones, como asma, artritis reumatoide, enfermedades inflamatorias del intestino, psoriasis, dermatitis y otras afecciones autoinmunes o alérgicas.

Los corticosteroides pueden administrarse de varias maneras, incluyendo oralmente, inhalados, inyectados, tópicamente en la piel o por vía intravenosa. Los efectos secundarios de los corticosteroides pueden variar dependiendo de la dosis, duración del tratamiento y ruta de administración. Algunos de los efectos secundarios comunes incluyen aumento de apetito, acné, incremento de peso, debilidad muscular, insomnio, cambios de humor y presión arterial alta.

Aunque los corticosteroides pueden ser muy eficaces en el tratamiento de diversas afecciones, su uso a largo plazo puede causar efectos secundarios graves, como osteoporosis, diabetes, glaucoma y aumento del riesgo de infecciones. Por lo tanto, los médicos suelen recetar la dosis más baja posible durante el menor tiempo posible para minimizar los riesgos asociados con su uso.

Los Virus Sincitiales Respiratorios (VSR) se definen como un tipo común de virus que causan infecciones respiratorias. Pertenecen al género Orthopneumovirus de la familia Pneumoviridae. Hay varios serotipos de VSR, siendo el más frecuente el serotype A y B.

El VSR se transmite principalmente a través de gotitas en el aire que se producen cuando una persona infectada tose o estornuda, y también puede propagarse al tocar superficies contaminadas con el virus y luego tocarse la nariz, los ojos o la boca.

Los síntomas del VSR pueden variar desde leves a graves e incluyen secreción nasal, tos, estornudos, dolor de garganta, dolor de cabeza y fiebre. En bebés y niños pequeños, el VSR puede causar bronquiolitis y neumonía, lo que puede requerir hospitalización.

El VSR es una causa importante de morbilidad y mortalidad en los grupos de riesgo, especialmente en bebés prematuros, niños menores de 2 años con enfermedades cardiacas o pulmonares crónicas, adultos mayores y personas inmunodeprimidas. No existe un tratamiento específico para el VSR, pero se pueden administrar cuidados de apoyo y medidas de soporte para aliviar los síntomas. También hay vacunas en desarrollo que podrían ayudar a prevenir la infección por VSR en el futuro.

La parasitosis intestinal se refiere a la infección o infestación del sistema gastrointestinal por parásitos, organismos que viven y se alimentan en el cuerpo humano a expensas de su huésped. Estos parásitos pueden ser protozoarios (como Giardia, Cryptosporidium, Entamoeba histolytica) o helmintos (como Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura, Ancylostoma duodenale, Necator americanus, Schistosoma mansoni).

La parasitosis intestinal puede causar una variedad de síntomas, que incluyen diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, pérdida de peso y fatiga. En algunos casos, los parásitos pueden invadir tejidos extraintestinales y causar complicaciones más graves.

La transmisión de estos parásitos puede ocurrir a través del consumo de agua o alimentos contaminados, contacto directo con personas infectadas o mediante vectores (como moscas, cucarachas y lombrices de tierra). El diagnóstico se realiza mediante el examen de heces para detectar huevos, quistes u otros rastros de parásitos. El tratamiento suele implicar la administración de medicamentos antiparasitarios específicos para eliminar los parásitos del cuerpo.

La parasitología de alimentos es una subdisciplina específica tanto de la parasitología, que es el estudio de los parásitos y sus efectos sobre los organismos huéspedes, como de la ciencia de los alimentos, que se ocupa del estudio de los alimentos, su procesamiento, empaque, almacenamiento, distribución y preparación.

En este contexto, la parasitología de alimentos se enfoca en el estudio de los parásitos que pueden transmitirse a través de los alimentos o del medio ambiente alimentario, lo que incluye los parásitos que se encuentran en los alimentos mismos, como también aquellos que infectan a los animales productores de alimentos y a los humanos que manipulan estos alimentos.

El objetivo principal de la parasitología de alimentos es identificar, controlar y prevenir las infecciones y enfermedades causadas por parásitos en el contexto de la producción, procesamiento, distribución y consumo de alimentos. Esto implica el estudio de los ciclos vitales de los parásitos, sus hábitats, su ecología, su epidemiología y su patogénesis, así como también el desarrollo y evaluación de métodos para detectar y controlar la contaminación parasitaria en los alimentos.

La parasitología de alimentos es una disciplina importante en la salud pública y en la seguridad alimentaria, ya que las infecciones parasitarias transmitidas por los alimentos pueden causar graves problemas de salud, especialmente en poblaciones vulnerables como niños, ancianos, personas con sistemas inmunológicos debilitados y viajeros internacionales.

Una inyección intraperitoneal es un procedimiento médico en el que una sustancia, como un fármaco o una solución, se introduce directamente en la cavidad peritoneal. La cavidad peritoneal es el espacio situado entre la pared abdominal y los órganos internos del abdomen, que está revestido por el peritoneo, una membrana serosa.

Este tipo de inyección se realiza mediante la introducción de una aguja hipodérmica a través de la pared abdominal y del tejido subcutáneo hasta alcanzar la cavidad peritoneal. La sustancia inyectada puede distribuirse por la cavidad peritoneal y llegar a los órganos abdominales, como el hígado, el bazo, el estómago, los intestinos y los ovarios.

Las inyecciones intraperitoneales se utilizan en diversos contextos clínicos, como en la administración de quimioterapia para tratar ciertos tipos de cáncer, en la investigación experimental y en modelos animales de enfermedad. Sin embargo, este tipo de inyección también conlleva riesgos, como la posibilidad de producir dolor, inflamación o infección en el sitio de inyección, así como la perforación accidental de los órganos abdominales. Por esta razón, las inyecciones intraperitoneales suelen ser realizadas por personal médico entrenado y bajo estrictas condiciones de esterilidad y precaución.

Las células caliciformes, también conocidas como células de mucina o células de Goblet, son un tipo de célula epitelial que secretora de mucinas. Se encuentran en los epitelios que recubren el tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal. Estas células tienen la forma de un saco o copa invertida, lo que les da su nombre de "caliciformes".

La función principal de las células caliciformes es secretar mucina, un tipo de glucoproteína rica en carbohidratos que forma parte del moco. El moco ayuda a proteger y lubricar la superficie de los tejidos, atrapando partículas extrañas, microorganismos y otros contaminantes para que puedan ser eliminados del cuerpo.

En el tracto gastrointestinal, las células caliciformes se encuentran en mayor número en el intestino grueso y el colon, donde ayudan a mantener la humedad y proteger la mucosa intestinal de los ácidos digestivos y otras sustancias agresivas. En el tracto respiratorio, las células caliciformes secretan moco que atrapa partículas inhaladas y ayuda a mantener las vías respiratorias húmedas y limpias.

Las enfermedades que afectan a las células caliciformes pueden causar problemas como la sequedad de boca, nariz y garganta, así como trastornos digestivos y respiratorios. Algunas condiciones que involucran a estas células incluyen la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la fibrosis quística, el síndrome de Sjögren y diversas enfermedades inflamatorias intestinales.

Los anhídridos citracónicos son compuestos químicos que se forman mediante la reacción de un ácido dicarboxílico con un alcohol y eliminación de una molécula de agua. En el contexto médico, los anhídridos citracónicos suelen referirse específicamente a los derivados del ácido cítrico, que se utilizan en diversas aplicaciones clínicas y terapéuticas.

El anhídrido cítrico más común es el citrato de metiltetrahidrofurfano (MTHF-CA), un éster del ácido cítrico y el alcohol tetrahidrofurfánico. El MTHF-CA se ha investigado como un posible agente terapéutico para una variedad de enfermedades, incluyendo la osteoartritis, la enfermedad renal crónica y la diabetes.

En general, los anhídridos citracónicos tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que sugiere que pueden tener aplicaciones terapéuticas en el tratamiento de diversas enfermedades inflamatorias y degenerativas. Sin embargo, se necesita realizar más investigación para determinar su eficacia y seguridad en humanos.

La palabra "pleuresia" no es un término médico ampliamente utilizado o reconocido en la medicina moderna. A menudo, se confunde con pleuritis, que es la inflamación de la membrana que recubre los pulmones (pleura). La pleuritis puede causar dolor en el pecho y dificultad para respirar. Es importante consultar a un profesional médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

La administración por inhalación es una vía de suministro de medicamentos en la que se convierte el fármaco en un aerosol o gas, permitiendo que sea inhalado profundamente en los pulmones. Este método permite que los medicamentos lleguen directamente a los tejidos pulmonares y se absorban rápidamente en la sangre, evitando el paso por el sistema digestivo y el hígado, lo que puede disminuir su efectividad.

Este método de administración es comúnmente utilizado en el tratamiento de afecciones respiratorias como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la bronquitis y la neumonía. Algunos ejemplos de medicamentos que se administran por inhalación incluyen los broncodilatadores, corticosteroides, anticolinérgicos y antibióticos.

Existen diferentes dispositivos para la administración por inhalación, como los inhaladores de polvo seco, los nebulizadores y las cámaras de inhalación. Cada uno de ellos tiene sus propias ventajas e indicaciones, y su uso adecuado es importante para garantizar la eficacia del tratamiento y minimizar los efectos secundarios.

Gnathostoma es un género de nematodos parasitarios que pertenecen al grupo de los gusanos redondos. Las infecciones por estos parásitos se conocen como gnathostomiasis. Los huéspedes definitivos de Gnathostoma suelen ser animales carnívoros, incluidos felinos, caninos y humanos, que se infectan al ingerir larvas presentes en tejidos de segundos huéspedes intermedios o paraténicos como peces, anfibios, reptiles o pequeños mamíferos.

Los seres humanos pueden adquirir la infección al consumir alimentos mal cocidos o crudos que contienen las larvas infectivas, como pescado, mariscos o carne de cerdo. Después de la ingestión, las larvas penetran en la pared del intestino y viajan a través de los tejidos corporales, causando diversos síntomas clínicos dependiendo de la localización de las larvas. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, fiebre y erupciones cutáneas migratorias. En casos graves, las larvas pueden invadir órganos vitales como el ojo o el sistema nervioso central, lo que puede provocar ceguera o discapacidades neurológicas permanentes.

El diagnóstico de la gnathostomiasis se realiza mediante pruebas serológicas y la identificación del parásito en biopsias o fluidos corporales. El tratamiento recomendado es el uso de anthelminticos como albendazol o tiabendazol, aunque el éxito puede variar dependiendo de la etapa del ciclo vital del parásito y la gravedad de la infección. La prevención se centra en evitar el consumo de alimentos crudos o mal cocidos que puedan estar infectados con larvas de Gnathostoma spp.

La gnathostomiasis es una enfermedad parasitaria zoonótica causada por la infección de los nematodos del género Gnathostoma. Los humanos se infectan generalmente al consumir carne cruda o mal cocida de animales intermediarios como peces, ranas, anfibios o reptiles que contienen las larvas infectivas. La enfermedad es endémica en partes de Asia, América Central y del Sur, y algunos países africanos.

Los síntomas clínicos pueden variar dependiendo del estadio y la localización de las larvas en el cuerpo humano. La forma aguda temprana puede causar síntomas gastrointestinales leves, como dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea. Sin embargo, la fase más grave y crónica de la enfermedad se produce cuando las larvas migran a través de los tejidos blandos, lo que puede provocar lesiones cutáneas pruriginosas, urticaria, eosinofilia, y posiblemente complicaciones más graves como meningitis eosinofílica o neuritis.

El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos, la historia de exposición a posibles fuentes de infección y el hallazgo de larvas en tejidos o líquidos corporales. El tratamiento recomendado es la administración de anthelminthics como albendazol o mebendazol, aunque la cirugía puede ser necesaria en casos graves con complicaciones neurológicas. La prevención se centra en evitar el consumo de carne cruda o mal cocida y tomar medidas de higiene adecuadas al manipular y cocinar los alimentos.

Angiostrongylus cantonensis es un tipo de nematodo (gusano redondo) que causa una infección parasitaria llamada angiostrongiliasis. Este parásito se encuentra generalmente en los roedores, especialmente ratas, y se transmite a los humanos al ingerir alimentos o bebidas contaminadas con larvas del gusano.

Los huéspedes intermediarios más comunes de A. cantonensis son caracoles y babosas terrestres, aunque también puede infectar a otros moluscos y crustáceos. Los humanos pueden infectarse al ingerir accidentalmente larvas del parásito presentes en estos animales o en verduras y frutas contaminadas con las heces de los roedores huéspedes definitivos o con agua contaminada.

La infección por A. cantonensis puede causar una variedad de síntomas, dependiendo del estadio de desarrollo del parásito en el cuerpo humano. Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza, náuseas, vómitos, fiebre y rigidez del cuello. En casos graves, la infección puede provocar meningitis e inflamación del cerebro (encefalitis).

El diagnóstico de angiostrongiliasis se realiza mediante pruebas de laboratorio que detectan la presencia del parásito o sus antígenos en muestras de sangre, líquido cefalorraquídeo u otras muestras clínicas. El tratamiento suele incluir medicamentos antihelmínticos para eliminar el parásito y analgésicos para aliviar los síntomas. En casos graves de meningitis o encefalitis, puede ser necesaria la hospitalización y la administración de corticosteroides para reducir la inflamación cerebral.

La prevención de la infección por A. cantonensis implica evitar el consumo de alimentos crudos o mal cocidos, especialmente los que contienen caracoles o babosas. También es importante lavarse las manos con frecuencia y mantener una buena higiene personal al manipular alimentos y bebidas. Además, se recomienda evitar nadar en aguas estancadas donde puedan vivir los caracoles intermediarios del parásito.

El Virus Sincitial Respiratorio Humano (VSR) es un tipo de virus que causa infecciones respiratorias tanto en niños como en adultos. Sin embargo, los niños menores de 5 años, especialmente aquellos que asisten a la guardería o tienen hermanos mayores en edad escolar, son más susceptibles a contraer esta infección.

El VSR se identifica como un virus ARN de la familia Paramyxoviridae y del género Pneumovirus. Existen dos principales serotipos, el Virus Sincitial Respiratorio Humano A y B, que causan la mayoría de las infecciones en humanos.

La transmisión del VSR generalmente ocurre a través del contacto directo con secreciones respiratorias infectadas, como gotitas de tos o estornudos, o por contacto con superficies contaminadas y luego tocarse la boca, la nariz u ojos.

Los síntomas más comunes del VSR incluyen congestión nasal, tos, estornudos, dolor de garganta y fiebre leve. En algunos casos, especialmente en bebés prematuros, niños menores de 2 años y personas mayores o inmunodeprimidas, el VSR puede causar infecciones más graves, como bronquiolitis (inflamación e irritación de los conductos bronquiolos en los pulmones) o neumonía.

El diagnóstico del VSR se realiza mediante pruebas de laboratorio, como la detección de antígenos virales en muestras respiratorias o el análisis de ARN viral por reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

El tratamiento del VSR es principalmente de apoyo y sintomático, ya que no existe un antiviral específico para tratar esta infección. Los medicamentos para aliviar los síntomas, como los descongestionantes nasales o los analgésicos, pueden ayudar a controlar la fiebre y el dolor. En casos graves, especialmente en bebés prematuros o personas inmunodeprimidas, puede ser necesaria la hospitalización para recibir oxígeno suplementario, fluidoterapia o ventilación mecánica.

La prevención del VSR se centra en el lavado de manos frecuente y el uso adecuado de los pañuelos desechables, así como en evitar el contacto cercano con personas infectadas y mantener un ambiente limpio y ventilado. Los niños menores de 6 meses no deben recibir la vacuna contra la influenza, ya que puede aumentar su riesgo de desarrollar síntomas graves del VSR.

El síndrome de Job, también conocido como dermatitis por estrés o neurodérmatitis, es un término utilizado para describir una afección cutánea que ocurre como resultado del estrés emocional o psicológico severo y prolongado. La condición recibe su nombre de Job, un personaje bíblico conocido por su paciencia frente a las adversidades y los sufrimientos.

Aunque no es una afección médica ampliamente reconocida o diagnosticada, el síndrome de Job se caracteriza por una erupción cutánea pruriginosa (picazón) que puede afectar diferentes partes del cuerpo. La piel afectada puede volverse roja, escamosa e incluso supurativa en algunos casos.

El mecanismo subyacente detrás de esta condición no está completamente claro, pero se cree que el estrés emocional desencadena una respuesta inflamatoria en la piel, lo que lleva a los síntomas cutáneos. El tratamiento del síndrome de Job generalmente implica la reducción del estrés y el uso de terapias tópicas o sistémicas para controlar los síntomas cutáneos.

Los antialérgicos son un grupo de medicamentos que se utilizan para tratar los síntomas causados por reacciones alérgicas. Estas reacciones ocurren cuando el sistema inmunológico del cuerpo sobre-reacciona a una sustancia inofensiva, como el polen, el moho o el polvo, a la que se es alérgico. Los antialérgicos trabajan bloqueando los efectos de las sustancias químicas liberadas por el cuerpo durante una reacción alérgica, lo que ayuda a aliviar los síntomas.

Existen diferentes tipos de antialérgicos, entre ellos:

1. Antihistamínicos: bloquean la acción de la histamina, una sustancia química liberada durante una reacción alérgica que causa síntomas como picazón en los ojos y la nariz, estornudos y lagrimeo.
2. Corticosteroides: reducen la inflamación y el enrojecimiento asociados con las reacciones alérgicas.
3. Inhibidores de leucotrienios: bloquean los efectos de los leucotrienios, sustancias químicas que contribuyen a la inflamación y la constricción de los bronquios durante una reacción alérgica.
4. Descongestionantes: reducen el hinchazón de las membranas mucosas nasales y ayudan a despejar las vías respiratorias.

Los antialérgicos se pueden administrar por vía oral, inhalada, intravenosa o tópica, dependiendo del tipo de reacción alérgica y de la gravedad de los síntomas. Es importante seguir las instrucciones del médico o farmacéutico sobre cómo tomar estos medicamentos y estar atento a cualquier efecto secundario que pueda producirse.

La interleucina-9 (IL-9) es una citocina, específicamente un tipo de proteína que actúa como un agente de comunicación entre las células inmunes. Es producida principalmente por los tipos 2 de las células T helper (Th2), aunque también puede ser secretada por otras células inmunes como los mast cells, eosinophils y grupos innatos de linfocitos like B (ILCs).

La IL-9 desempeña un papel importante en la respuesta inmune, especialmente en la defensa contra los parásitos. También está involucrada en la patogénesis de varias condiciones inflamatorias y alérgicas, como el asma, la dermatitis atópica y las enfermedades inflamatorias intestinales.

Además, la IL-9 puede promover el crecimiento y la supervivencia de células inmunes específicas, como los mast cells y eosinophils, lo que lleva a una respuesta inflamatoria excesiva en estas condiciones. Sin embargo, su papel exacto en la fisiología y patología humanas sigue siendo objeto de investigación activa.

Los antiinflamatorios son un tipo de medicamento que se utiliza para reducir la inflamación, el dolor y la fiebre. Existen diferentes tipos de antiinflamatorios, pero la mayoría funciona inhibiendo la acción de enzimas llamadas ciclooxigenasa-1 y ciclooxigenasa-2, que desempeñan un papel importante en el proceso inflamatorio del organismo.

Algunos ejemplos comunes de antiinflamatorios incluyen el ibuprofeno, el naproxeno y el diclofenaco. Estos medicamentos suelen recetarse para tratar una variedad de afecciones, como la artritis reumatoide, la osteoartritis, la tendinitis, la bursitis y otras enfermedades inflamatorias.

Es importante tener en cuenta que los antiinflamatorios pueden tener efectos secundarios graves si se utilizan durante un período prolongado o en dosis altas. Algunos de estos efectos secundarios incluyen úlceras gástricas, sangrado estomacal, daño renal y aumento del riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Por esta razón, es importante utilizarlos solo bajo la supervisión de un médico y seguir cuidadosamente las instrucciones de dosificación.

La Proteína Mayor Básica del Eosinófilo, también conocida como EPX o EBP (de sus siglas en inglés), es una proteína abundante en gránulos de eosinófilos, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria. Esta proteína está compuesta por cuatro cadenas polipeptídicas idénticas y tiene un peso molecular aproximado de 42 kDa.

EPX es una proteína altamente básica, lo que significa que contiene muchos residuos de aminoácidos con carga positiva, como la lisina y la arginina. Es liberada durante la activación y desgranulación de los eosinófilos, proceso que ocurre en respuesta a diversos estímulos, incluyendo alérgenos, parásitos y algunos tipos de células tumorales.

Una vez liberada, EPX puede desempeñar varias funciones importantes en la respuesta inmunitaria. Por ejemplo, puede dañar directamente a los patógenos, interferir con sus membranas celulares o incluso actuar como citotoxina contra células tumorales. Además, EPX también se ha relacionado con la inflamación y la remodelación tisular, procesos que pueden contribuir al desarrollo de enfermedades alérgicas y autoinmunes.

Es importante destacar que el nivel de EPX en sangre o tejidos se ha utilizado como un biomarcador para evaluar la actividad eosinofílica en diversas condiciones clínicas, incluyendo asma, rinitis alérgica y algunos tipos de dermatitis. Sin embargo, aún queda mucho por investigar sobre las funciones exactas y los mecanismos de acción de esta proteína en la fisiología y patología humanas.

Las Enfermedades Pulmonares se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan los pulmones y pueden causar síntomas como tos, sibilancias, opresión en el pecho, dificultad para respirar o falta de aliento. Algunas enfermedades pulmonares comunes incluyen:

1. Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC): Esta es una enfermedad progresiva que hace que los pulmones sean más difíciles de vaciar, lo que provoca falta de aire. La EPOC incluye bronquitis crónica y enfisema.

2. Asma: Es una enfermedad inflamatoria crónica de los bronquios que se caracteriza por episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión torácica y tos, particularmente durante la noche o al amanecer.

3. Fibrosis Quística: Es una enfermedad hereditaria que afecta los pulmones y el sistema digestivo, haciendo que las glándulas produzcan moco espeso y pegajoso.

4. Neumonía: Es una infección de los espacios alveolares (sacos de aire) en uno o ambos pulmones. Puede ser causada por bacterias, virus u hongos.

5. Tuberculosis: Es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis que generalmente afecta los pulmones.

6. Cáncer de Pulmón: Es el crecimiento descontrolado de células cancerosas que comienza en los pulmones y puede spread (extenderse) a otras partes del cuerpo.

7. Enfisema: Una afección pulmonar en la que los alvéolos (los pequeños sacos de aire en los pulmones) se dañan, causando dificultad para respirar.

8. Bronquitis: Inflamación e irritación de los revestimientos de las vías respiratorias (bronquios), lo que provoca tos y producción excesiva de moco.

9. Asma: Una enfermedad pulmonar crónica que inflama y estrecha las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración.

10. EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica): Es una enfermedad pulmonar progresiva (que empeora con el tiempo) que hace que sea difícil respirar. La mayoría de los casos se deben al tabaquismo.

Trichuroidea es un superfamilia de nematodos, o gusanos redondos, que incluye varios géneros y especies parasitarias importantes en medicina humana y veterinaria. Los miembros más conocidos de esta superfamilia son Trichuris spp., que causan la tricurosis (enfermedad por infección con estos parásitos).

La especie humana más relevante es Trichuris trichiura, también conocida como lombriz intestinal o gusano del hilo, ya que su forma adulta habita en el ciego y colon de los humanos. La infección se adquiere al ingerir los huevos del parásito presentes en el suelo contaminado con heces humanas, especialmente en condiciones deficitarias de saneamiento básico e higiene personal.

Los síntomas clínicos de la tricurosis dependen de la carga parasitaria y pueden variar desde asintomáticos hasta diarrea crónica, dolor abdominal, anemia y retraso del crecimiento en niños. El diagnóstico se realiza mediante el examen microscópico de las heces para detectar los huevos de Trichuris. El tratamiento recomendado es la administración de antihelmínticos como mebendazol o albendazol.

Los basófilos son un tipo de glóbulos blancos, más específicamente granulocitos, que desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico y en la respuesta inflamatoria del cuerpo. Son producidos en la médula ósea y luego circulan por el torrente sanguíneo.

Los basófilos son relativamente escasos, representando solo alrededor del 1% de los glóbulos blancos totales en una muestra de sangre normal. Sin embargo, desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria al liberar mediadores químicos como histamina y heparina, que ayudan a regular la inflamación y la coagulación sanguínea.

Además, los basófilos también están involucrados en las reacciones alérgicas, ya que se activan en presencia de anticuerpos IgE específicos y liberan más mediadores químicos que desencadenan la respuesta alérgica.

Es importante destacar que un recuento anormalmente alto o bajo de basófilos en la sangre puede ser un indicador de diversas condiciones médicas, como infecciones, trastornos mieloproliferativos, enfermedades autoinmunes y reacciones alérgicas graves.

La helmintiasis es una infección parasitaria causada por la presencia y crecimiento de gusanos parásitos conocidos como helmintos en el cuerpo humano. Estos gusanos pueden ser lombrices redondas (nematodos), como Ascaris, Trichuris y Enterobius, o gusanos planos (platelmintos), como tenias, solitarias y esquistosomas.

La infección puede ocurrir al entrar en contacto con suelos, aguas o alimentos contaminados con huevos o larvas de estos parásitos. Los síntomas varían dependiendo del tipo de gusano y la localización de la infección, pero pueden incluir dolor abdominal, diarrea, náuseas, pérdida de peso y anemia. En casos graves, la helmintiasis puede causar complicaciones como obstrucción intestinal o daño a órganos vitales. El tratamiento generalmente implica el uso de fármacos antiparasitarios específicos para eliminar los gusanos del cuerpo. La prevención se centra en la mejora de las condiciones sanitarias y la educación sobre prácticas adecuadas de higiene personal y alimentaria.

La esofagitis es un término médico que se refiere a la inflamación de la mucosa del esófago, el tubo muscular que conecta la garganta con el estómago. Puede ser causada por varios factores, incluyendo reflujo gastroesofágico (el retroceso del ácido estomacal hacia el esófago), infecciones, alergias alimentarias, traumatismos y enfermedades autoinmunes. Los síntomas más comunes de la esofagitis son dolor al tragar, dificultad para tragar, acidez estomacal y dolor torácico. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos para reducir la acidez estomacal, antibióticos o cambios en los hábitos alimenticios y de estilo de vida. En casos graves, puede ser necesaria una intervención quirúrgica.

Los antígenos son sustancias extrañas al organismo que pueden ser detectadas por el sistema inmunitario, desencadenando una respuesta inmunitaria. Estas sustancias se encuentran normalmente en bacterias, virus, hongos y parásitos, pero también pueden provenir de células u tejidos propios del cuerpo en caso de enfermedades autoinmunitarias.

Los antígenos están compuestos por proteínas, carbohidratos o lípidos que se unen a anticuerpos específicos producidos por los linfocitos B, lo que lleva a la activación del sistema inmune y la producción de células efectoras como los linfocitos T citotóxicos y las células asesinas naturales.

La respuesta inmunitaria contra los antígenos puede ser humoral, mediante la producción de anticuerpos, o celular, mediante la activación de linfocitos T citotóxicos que destruyen células infectadas o cancerosas. La capacidad de un organismo para reconocer y responder a los antígenos es fundamental para su supervivencia y protección contra enfermedades infecciosas y otras patologías.

Los broncoconstrictores son medicamentos que estrechan o contraen los músculos lisos de las vías respiratorias, lo que puede provocar un estrechamiento (constricción) de las mismas. Este estrechamiento puede dificultar la respiración y empeorar los síntomas del asma y otras afecciones pulmonares.

Los broncoconstrictores se utilizan a veces para tratar el asma grave o el enfisema, pero su uso está disminuyendo debido al desarrollo de nuevos medicamentos que relajan los músculos lisos en lugar de contraerlos. Algunos ejemplos de broncoconstrictores incluyen la fenilefrina y la metilergometrina.

Es importante tener en cuenta que estos medicamentos no se utilizan habitualmente para tratar el asma o las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC) como primera opción, ya que pueden empeorar los síntomas y provocar efectos secundarios graves. Los broncodilatadores, que relajan los músculos lisos de las vías respiratorias y mejoran el flujo de aire, suelen ser la opción preferida para tratar estas afecciones.

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Palabras clave : Toxocariasis; toxocara; ceguera; eosinofilia; asma. · resumen en Inglés · texto en Español · Español ( pdf ) ...
Eosinofilia en esputo versus óxido nítrico en aire exhalado: aplicación clínica en el asma M.J. Alvarez Puebla, M.P. Uribe San ...
Eosinofilia inducida por medicamentos. por evidenciaterapeutica.com. Eosinofilia inducida por medicamentos.. ...
Los eosinófilos altos, o eosinofilia, pueden ser causados por diversas razones, como alergias, enfermedades parasitarias, ... Rothenberg, M. E., & Hogan, S. P. (2006). La eosinofilia. Revista de Inmunología Clínica, 24(2), 147-174. ... Rothenberg, M. E. (1998). Eosinofilia. Revista de Medicina de Nueva Inglaterra, 338(22), 1592-1600. ...
Eosinofilia : Eosinofilia ,10% en conteo diferencial de glóbulos blancos. *Mono- or polineuropatía: Desarrollo de ...
... de Eosinofilia. La eosinofilia se presentó en los 25 pacientes (100%), mientras que el examen parasitológico de las heces, el ... Eosinofilia: todo paciente con conteo absoluto de eosinófilos de igual o mayor de 350x 10/ L -. Leucocitosis: todo paciente con ... La tabla 4 relaciona todos los exámenes de laboratorio indicados a cada uno de los pacientes, la eosinofilia se presentó en el ... Nótese en la tabla 3 que el principal diagnóstico al ingreso fue el síndrome febril prolongado con eosinofilia en 12 pacientes ...
Los cánceres que causan eosinofilia son el linfoma de Hodgkin Linfoma de Hodgkin El linfoma de Hodgkin es un cáncer de un tipo ... El diagnóstico se confirma al determinar que la causa de la eosinofilia no es una infección parasitaria, una reacción alérgica ... Aunque esta... obtenga más información , particularmente los que invaden los tejidos, causan eosinofilia. ... Las causas más comunes de un número elevado de eosinófilos (llamado eosinofilia o hipereosinofilia) son ...
Eosinofilia.. Cutáneas:. - Hipercutáneas.. - Dermatomiositis.. - Hiperpigmentación.. Otros:. - Sindrome nefrótico.. - Anorexia ...
... exantema y eosinofilia. Su ausencia no la excluye. ...
Como hallazgo de laboratorio se puede encontrar eosinofilia, con lo que podría ser catalogado como un asma bronquial (3,9,11). ... El clásico síndrome de LMV es una forma grave y sistémica de toxocarosis que se caracteriza por alta eosinofilia, ... El hallazgo de una eosinofilia periférica no debe ser catalogado como una característica patognomónica de la toxocarosis ... Entre las posibles consecuencias de una prolongada eosinofilia están la fibrosis pulmonar (13) y la miocarditis eosinofílica ( ...
Eosinofilia. Leucocitopenia. 2-20%. Raramente. 2-8%. Raramente. 2-50%. Raramente. Dermatológicas:. Exantema+prurito. 2-10%. 1-4 ...
... linfadenopatía y posible eosinofilia o neutrofilia. La mayoría de estas reacciones se produjeron dentro de las 4 semanas tras ... y Reacción a Medicamentos con Eosinofilia y Síntomas Sistémicos (DRESS) que pueden poner en peligro la vida o ser mortales. Las ... y erupción medicamentosa con eosinofilia y síntomas sistémicos (DRESS), relacionada con el tratamiento con quetiapina. ...
se caracteriza por presentar células apocrinas de gran tamaño e intensa eosinofilia del. citoplasma. Con frecuencia, su ...
Datos analíticos frecuentes son una IgE total elevada y una eosinofilia en sangre periférica. ...
Eosinofilia, que es la presencia en un número anormalmente alto de unas células de la sangre llamadas eosinófilos. ...
La neutrofilia (desviación a la izquierda del recuento diferencial de linfocitos), la basofilia y la eosinofilia son comunes. ... El frotis de sangre periférica (por lo general muestra los granulocitos inmaduros, basofilia y eosinofilia) ayuda a distinguir ... En la leucemia mieloide crónica, el frotis periférico muestra a menudo granulocitos inmaduros y eosinofilia y basofilia ...
Como en cualquier otra condición inflamatoria, estos pacientes presentan habitualmente leucocitosis, eosinofilia y ...

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