Las enfermedades maxilares se refieren a diversas condiciones patológicas que afectan los huesos maxilares, incluyendo infecciones, tumores, traumatismos y displasias.
Espacio de aire situado en el cuerpo del HUESO MAXILAR cerca de cada mejilla. Cada seno maxilar se comunica con el conducto medio (meato) de la CAVIDAD NASAL en el mismo lado.
Cualquiera del par de huesos de forma irregular que forman la mandíbula superior. El hueso maxilar proporciona los alveolos dentales para la fijación de la dentadura superior, forma parte de la ÓRBITA, y contiene el SENO MAXILAR.
Inflamación de la MUCOSA NASAL en el SENO MAXILAR. En muchos casos, es causada por una infección por las bacterias HAEMOPHILUS INFLUENZAE.
Tumores o cánceres del SENO MAXILAR. Ellos representan la mayoría de las neoplasias paranasales.
División sensitiva intermedia del nervio trigémino (5to par craneal). El nervio maxilar transporta los aferentes generales desde la región intermedia de la cara, esto incluye el párpado inferior, la nariz y el labio superior, los dientes y porciones alveolares.
Ramificación de la arteria carótida externa la cual irriga las estructuras profundas de la cara (maxilar interna) y hacia el borde de la cara y la nariz (maxilar externa).
Cáncer o tumores del MAXILAR o mandíbula superior.
Cualqueira de los ocho dientes frontales (cuatro maxilares y cuatro mandibulares) que tienen un borde cortante incisivo para cortar los alimentos y una sola raíz, que aparecen en el hombre tanto en los dientes deciduales como en los permanentes.
Método ortodóntico utilizado para corregir los arcos maxilares estrechos o colapsados y la mordida cruzada funcional.
Tercer diente a la izquierda y a la derecha de la línea media de cualquiera de las mandíbulas, situado entre el segundo DIENTE INCISIVO y el DIENTE PREMOLAR. (traducción libre del original: Jablonski, Dictionary of Dentistry, 1992, p817)
Curva formada por la fila de DIENTES en su posición normal en los MAXILARES. El arco dentario inferior está formado por los dientes de la mandíbula y el arco dental superior por los dientes maxilares.
Diente que tiene una posición posterior en cualquiera de las mandíbulas, son ocho en total en la dentición decidual (2 en cada lado, superior e inferior), y usualmente hay 12 en la dentición permanente (tres en cada lado, superior e inferior). Son dientes para triturar, tienen coronas grandes y superficies de masticación anchas. (Traducción libre del original: Jablonski, Dictionary of Dentistry, 1992, p821)
Diente al que no se le permite brotar por el uso de una barrera física, usualmente otro diente. El impacto puede producirse también a partir de la orientación del diente en otro sentido diferente al de la posición vertical en las estructuras periodontales.
Medida de las dimensiones de la CABEZA.
Anomalía en la dirección de una ERUPCIÓN DENTAL.
Uno de los ocho dientes permanentes, dos a cada lado en cada mandíbula, entre los colmillos (DIENTE CANINO) y las muelas (DIENTE MOLAR), que sirven para triturar y moler los alimentos. El superior tiene dos cúspides (bicúspide) pero el inferior tiene de una a tres. (Jablonski, Dictionary of Dentistry, 1992, p822)
Hueso mayor y más fuerte de la CARA que constituye el maxilar inferior. En el mismo se asientan los dientes inferiores.
Técnicas ortodónticas utilizadas para corregir la malposición de un sólo diente.
Enfermedades que afectan o en las que participan los SENOS PARANASALES y que generalmente manifiestan inflamación, abcesos, quistes o tumores.
Parte superior del diente, que se une a la parte inferior del diente (RAÍZ DEL DIENTE) en el cuello (CUELLO DEL DIENTE) en una línea llamada unión cemento-esmalte. Toda la superficie de la corona está cubierta por esmalte que es más grueso en la extremidad y se torna cada vez más fino hacia el cuello.
Maloclusión en la cual la mandíbula es anterior al maxilar como se refleja por la relación previa del primer molar permanente (mesioclusión).
Medición de las características de los dientes.
Dispositivos de representación usados para la educación del paciente y la formación técnica en odontología.
Porción del diente desde el cuello hasta la cúspide, que se encuentra dentro del proceso alveolar y que está cubierta por cemento. La raíz puede ser única o estar dividida en varias ramas, identificadas usualmente por su posición relativa, ejemplo, raíz lingual o raíz bucal. Los dientes con una sola raíz incluyen los primeros y segundos premolares mandibulares y el segundo diente premolar maxilar. El primer premolar maxilar tiene, en la mayoría de los casos, dos raíces. Los molares maxilares tienen tres raíces.
Estructura que forma el techo de la boca. Se consiste del paladar duro anterior (PALADAR DURO) y del paladar blando posterior (PALADAR BLANDO)
Parte más gruesa y esponjosa del maxilar y la mandíbula en la que existen cavidades profundas que alojan a los dientes.
Diente que no irrumpe en la secuencia normal o el intervalo de tiempo esperado para el tipo de diente, en un determinado género, edad o grupo poblacional.
Posición y contacto de los dientes maxilares y mandibulares que interfiere con la elevada eficiencia durante los movimientos excursivos de las mandíbulas que son esenciales para la masticación.
Aditamentos utilizados para influir sobre la posición de los dientes. Las aplicaciones ortodónticas pueden clasificarse como fijas, removibles, activas o retenedoras, e intra o extraorales.
La cirugía de la mandíbula superior que se realiza generalmente para corregir la desalineación superior e inferior de la mandíbula.
Planeamiento, cálculo, y creación de un equipo con el propósito de corregir la localización o el alineamiento de los dientes.
Aparatos extraorales para aplicar la fuerza a la dentición con el propósito de evitar algunos de los problemas en el control del anclaje que se enfrentan al usar una tracción intermaxilar y para aplicar las fuerzas en direcciones que de otra forma no serían posibles.
Fracturas del maxilar superior.
Esqueleto facial, constituido por los huesos situados entre la base del cráneo y la región mandibular. Mientras que algunos consideran que los huesos faciales comprenden al hioides (HUESO HIOIDES), palatino (PALADAR DURO), y zigomático (CIGOMA), MANDÍBULA y MAXILAR SUPERIOR, otros incluyen también los huesos lagrimales y nasales, la concha nasal inferior y el vomer pero excluyen al hueso hioides.(adaptado del original: Jablonski, Dictionary of Dentistry, 1992, p113.
Proceso de crecimiento y diferenciación de las mandíbulas y la cara.
La parte rígida anterior del PALADAR (HUESO)
Extirpación quirúrgica de un diente. (Dorland, 28a ed)
Dentadura completa que reemplaza todos los dientes naturales del maxilar y a las estructuras maxilares asociadas. Está sostenida completamente por el tejido oral y el hueso maxilar subyacente.
Maloclusión en la cual la mandíbula es posterior al maxilar como se refleja por la relación del primer molar permanente (distoclusión).
Extremo terminal de la raíz de un diente.
Radiografía de sección corporal extra-oral que retrata todo un maxilar, o ambos maxilar y mandíbula, en una sola película.
Espacio del diente rodeado por la dentina que contiene la pulpa dental. La porción de la cavidad situada dentro de la corona del diente es la cámara pulpar; la porción que se encuentra dentro de la raíz es el conducto pulpar o conducto radicular.
La aparición de un diente desde el interior de los folículos en el PROCESO ALVEOLAR del MAXILAR o la MANDIBULA en la BOCA. (Traducción libre del original: Boucher's Clinical Dental Terminology, 4th ed)
Longitud de la cara determinada por la distancia de separación del maxilar. La dimensión vertical oclusal (DVO) o dimensión vertical de contacto es la altura inferior de la cara con los dientes en oclusión céntrica. La dimensión vertical de reposo (DVR) es la altura inferior de la cara medida desde un punto de la barbilla hasta un punto justo debajo de la nariz, con la mandíbula en posición de reposo.
Fase de la ortodoncia que se encarga de corregir la maloclusión con aparatos apropiados y de la prevención de sus secuelas.
El complemento de dientes en las mandíbulas luego de la irrupción de algunos de los dientes permanentes pero antes de que se pierdan todos los dientes deciduales.
Aparatos ortodónticos, fijos o removibles, utilizados para mantener a los dientes en posición correcta durante el período de adaptación funcional que sigue al tratamiento corrector. Los mismos se utilizan también para mantener las posiciones de los dientes y mandíbulas logradas por procedimientos ortodónticos.
Ausencia total de dientes, tanto de la mandíbula como de la maxila, pero no de ambos. La ausencia total de los dientes en ambos es la BOCA EDÉNTULA. Ausencia parcial de dientes en una de ellas es la ARCADA PARCIALMENTE EDÉNTULA.
Fijación de los dispositivos y materiales ortodóncicos en la zona de la BOCA, para soportar y ejercer una fuerza contraria a las fuerzas ortodóncicas.
Sección transversal y reposicionamento del maxilar superior. Hay tres tipos: Osteotomía Le Fort I para avance maxilar o el tratamiento de fracturas maxilares; Osteotomía Le Fort II para el tratamiento de fracturas maxilares; Osteotomía Le Fort III para el tratamiento de fracturas maxilares con fractura de uno o más huesos faciales. Le Fort III es frecuentemente utilizada también para corregir disostosis craniofacial y anomalías faciales relacionadas.
Ya sea de un par de huesos que forman la parte más prominente de la mejilla y contribuyen a la órbita de cada lado del cráneo.
Ausencia congénita de dientes. Puede incluir todos los dientes (total) o sólo algunas piezas (parcial, hipodontia), y tanto a la dentición decídua como la permanente, o sólo a la permanente. (Dorland, 28a ed)
Tipo de resorción en la que las raices pierden cemento, dentina o ambas cosas, debido a actividad cementoclástica u osteoclástica en trastornos como traumatismos que producen mala oclusión o en casos de neoplasias (Dorland, 28a ed)

Las Enfermedades Maxilares se refieren a un grupo diverso de condiciones patológicas que afectan los huesos maxilares superior e inferior. Estos huesos forman parte importante del sistema esquelético facial y desempeñan funciones vitales como la masticación, la deglución, el habla y la respiración.

Las enfermedades maxilares pueden ser congénitas o adquiridas. Las causas incluyen infecciones, traumatismos, tumores benignos o malignos, displasias óseas, trastornos sistémicos y reacciones adversas a medicamentos.

Algunos ejemplos comunes de enfermedades maxilares son:

1. Periodontitis: Es una enfermedad infecciosa que daña el tejido que soporta los dientes, incluidos los maxilares superiores e inferiores.

2. Quiste dentígero: Es un tipo de quiste odontogénico que se desarrolla a partir de los tejidos del germen del diente. Su crecimiento puede destruir el hueso maxilar.

3. Ameloblastoma: Es un tumor benigno pero agresivo que se origina en los tejidos odontogénicos del maxilar. Aunque raramente se vuelve canceroso, requiere tratamiento debido a su potencial destructivo.

4. Osteonecrosis de la mandíbula: Es la muerte del tejido óseo en la mandíbula, generalmente como resultado de una interrupción en el suministro de sangre al hueso. Puede ocurrir después de un procedimiento dental invasivo o como efecto secundario de ciertos medicamentos, especialmente aquellos utilizados para tratar el cáncer y la osteoporosis.

5. Fracturas maxilares: Se producen cuando hay una ruptura en los huesos maxilares debido a un traumatismo. Las fracturas pueden ser simples, donde solo está involucrado el hueso, o complejas, donde también están involucrados los tejidos blandos circundantes.

6. Cáncer de cavidad oral: Puede afectar cualquier parte de la boca, incluyendo las encías, el paladar, la lengua y el revestimiento interno de las mejillas. El tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol son factores de riesgo importantes para este tipo de cáncer.

7. Enfermedad periodontal: Es una infección bacteriana que afecta los tejidos que soportan los dientes, incluyendo las encías y el hueso maxilar. Si no se trata, puede conducir a la pérdida de dientes y otros problemas de salud graves.

8. Tumores benignos del maxilar: Además de ameloblastomas, existen otros tumores benignos que pueden desarrollarse en el maxilar, como fibromas, mixomas y osteomas. Aunque no son cancerosos, pueden causar problemas funcionales y estéticos si crecen demasiado.

9. Quistes del maxilar: Son sacos llenos de líquido que se desarrollan en el hueso maxilar. La mayoría son benignos, pero algunos pueden convertirse en cáncer si no se tratan a tiempo.

10. Fracturas del maxilar facial: Las fracturas del maxilar facial pueden ocurrir como resultado de un traumatismo grave, como un accidente automovilístico o una pelea. Estas fracturas pueden ser complejas y requerir cirugía reconstructiva para repararlas correctamente.

El seno maxilar, también conocido como seno highmore, es el más grande de los senos paranasales. Se encuentra en la parte posterior de la cavidad nasal, dentro de los huesos maxilares de cada lado del rostro. Tiene forma de pirámide y se extiende hacia arriba hasta debajo de los ojos, hacia atrás hasta el oído y hacia abajo hasta la parte superior de la parte posterior de las cavidades nasales.

Su función principal es aliviar la presión en la cabeza y ayudar a humidificar y calentar el aire que inhalamos. También desempeña un papel en el sentido del olfato y produce moco que ayuda a limpiar y proteger las vías respiratorias superiores.

Los senos maxilares pueden causar problemas de salud cuando se infectan o inflaman, lo que puede resultar en sinusitis. Esta condición puede causar síntomas como congestión nasal, dolor de cabeza, fiebre y malestar general. En casos graves, la infección puede propagarse a otras partes del cuerpo y requerir tratamiento médico agresivo.

El maxilar es una parte fundamental del sistema esquelético y es considerado parte del esqueleto facial. Se trata de un hueso impar, medio y simétrico, que está presente en dos piezas en los seres humanos: el maxilar superior (maxilla) y el maxilar inferior (mandíbula).

El maxilar superior es parte de la cavidad nasal y bucal. Forma la bóveda palatina o techo duro del paladar, contribuye a formar las paredes laterales de las órbitas oculars (cavidades donde se encuentran los ojos) y participa en la formación del suelo de la cavidad orbitaria. Además, el maxilar superior tiene una serie de procesos y crestas que sirven como punto de unión para músculos y ligamentos faciales. También contiene las cuencas donde se alojan los dientes superiores.

El maxilar inferior, por otro lado, es la única parte del cráneo que puede moverse, ya que está articulado con el temporal a través del cóndilo y la cavidad glenoidea, permitiendo así la apertura y cierre de la boca, además de los movimientos laterales y protrusivos. El maxilar inferior también contiene las cuencas para los dientes inferiores y tiene una robusta sínfisis mentoniana en su parte anterior.

En resumen, el maxilar es un hueso fundamental del sistema esquelético que forma partes importantes de la cara y la cavidad oral, alojando los dientes y facilitando funciones como la masticación, la deglución y la fonación.

La sinusitis maxilar, también conocida como sinusitis del seno maxilar, es una inflamación o infección de los senos paranasales, específicamente el seno maxilar. Los senos paranasales son pequeñas cavidades huecas en los huesos alrededor de la nariz y los ojos. Cuando están sanos, los senos paranasales producen un moco que ayuda a humedecer las membranas nasales y a proteger contra el polvo, los gérmenes y otros contaminantes.

Sin embargo, cuando los senos paranasales se inflaman o se infectan (lo que comúnmente ocurre durante un resfriado o una alergia), pueden obstruirse, lo que impide que el moco drene normalmente. Esta acumulación de moco puede conducir a una infección bacteriana o fúngica en el seno maxilar.

Los síntomas comunes de la sinusitis maxilar incluyen:

* Dolor o presión facial, especialmente en los pómulos y debajo de los ojos
* Congestión nasal o secreción nasal
* Tos y dolor de garganta
* Mal aliento o sabor desagradable en la boca
* Dolores de cabeza o presión detrás de los ojos
* Fiebre leve
* Fatiga

El tratamiento para la sinusitis maxilar puede incluir medicamentos recetados o de venta libre, como descongestionantes, antihistamínicos y analgésicos. En algunos casos, el médico puede prescribir antibióticos si la infección es causada por bacterias. Si los síntomas son graves o persistentes, se pueden considerar procedimientos quirúrgicos para aliviar la obstrucción y drenar los senos paranasales.

Las neoplasias del seno maxilar, también conocidas como tumores del seno maxilar, se refieren a un crecimiento anormal de tejidos en la cavidad del seno maxilar. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los tumores benignos suelen crecer más lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Por otro lado, los tumores malignos tienen el potencial de invadir los tejidos circundantes y propagarse a distancia a través del sistema linfático o sanguíneo.

Los síntomas más comunes de las neoplasias del seno maxilar incluyen: congestión nasal, sangrado nasal, dolor facial, pérdida de sensibilidad en los dientes o encías, protuberancias en la cara o en el interior de la boca, y problemas para masticar o tragar.

El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden mejorar significativamente el pronóstico del paciente.

El nervio maxilar, también conocido como el segundo nervio trigémino o nervio V2, es un importante nervio sensorial y músculo del cráneo en el sistema nervioso periférico. Se origina en la parte inferior de la cavidad craneal desde el ganglio de Gasser y se extiende a través del foramen rotundo para ingresar al canal infraorbital en la cara.

El nervio maxilar proporciona inervación sensorial a una gran parte de la cara, incluyendo la piel de la frente, los párpados superiores, la nariz, las mejillas, el labio superior y la mayoría del paladar duro y blando. También desempeña un papel en la inervación sensorial de los dientes superiores anteriores y posteriores, así como de las mucosas de la cavidad oral asociada con estos dientes.

Además de sus funciones sensoriales, el nervio maxilar también contribuye a la innervación motora de algunos músculos de la masticación, como el músculo masetero y el temporal, a través de sus ramas motoras. Estas fibras motoras se unen al nervio trigémino principal antes de salir del cráneo a través del foramen oval.

El nervio maxilar desempeña un papel vital en la sensación facial y la función masticatoria, y cualquier disfunción o daño en este nervio puede provocar diversos síntomas, como pérdida de sensibilidad, dolor y debilidad muscular.

La arteria maxilar es una arteria importante en la cabeza y el cuello que se origina en la arteria carótida externa. Se encarga de suministrar sangre oxigenada a las estructuras faciales, los músculos de la masticación y los dientes.

La arteria maxilar se divide en tres porciones:

1. Porción temporal: sale de la arteria carótida externa y asciende hacia la sutura temporomandibular, donde emite ramas para el músculo pterigoideo lateral y el oído medio.
2. Porción pterigoidea: desciende entre los músculos pterigoideos medial y lateral y emite ramas para los músculos de la masticación, la glándula parótida y la cavidad bucal.
3. Porción alveolar: se curva hacia adelante y hacia abajo a lo largo del borde inferior del maxilar superior, donde emite ramas para los dientes superiores y las encías. También da origen a la arteria infraorbitaria, que suministra sangre a la frente, el párpado superior y la nariz.

La arteria maxilar es una estructura vital en la cabeza y el cuello, y su correcto funcionamiento es esencial para la salud de los tejidos que suministra.

Neoplasia maxilar se refiere a un crecimiento anormal de tejido en la región maxilar o los huesos que forman la mandíbula. Puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso). Las neoplasias maxilares pueden originarse en cualquiera de los tejidos que conforman la estructura ósea y de soporte blando, incluyendo el hueso, los dientes, los vasos sanguíneos, los nervios, los músculos o los tejidos conectivos.

Los síntomas más comunes de las neoplasias maxilares son dolor de mandíbula, hinchazón facial, dificultad para masticar o tragar, movimiento limitado de la mandíbula, úlceras en la encía que no cicatrizan, dientes flojos o protuberancias en la boca o la cara. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia maxilar y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

Es importante mencionar que si bien este término se refiere a un crecimiento anormal en la región maxilar, existen diferentes tipos de neoplasias que pueden presentarse en esta zona, con características y comportamientos clínicos distintos. Por lo tanto, es fundamental una evaluación y diagnóstico preciso por parte de un profesional médico especializado en el área.

Los incisivos se refieren a los dientes delanteros en la mandíbula y el maxilar superior, diseñados principalmente para cortar o morder alimentos. Suelen ser generalmente anchos y planos en la parte frontal con una punta afilada. Los humanos tienen ocho incisivos en total: cuatro en la mandíbula inferior (o inferior) y cuatro en la mandíbula superior (o superior). En medicina y odontología, la palabra "incisivo" se utiliza a menudo para describir procedimientos o condiciones relacionadas con estos dientes específicos.

La Técnica de Expansión Palatina (TEP) es un procedimiento ortodóncico que se utiliza para corregir problemas relacionados con el ancho y la forma del paladar. Consiste en expandir gradualmente el tejido óseo del paladar a través de la activación de un dispositivo ortodóncico, llamado expansor palatal. Este dispositivo consiste en dos partes unidas por un tornillo que se acciona diariamente con un pequeño key o llave, lo que provoca una separación controlada de los huesos palatinos y la consiguiente expansión del maxilar superior.

La TEP se indica principalmente en casos de mordida cruzada, apiñamiento dental severo, respiración bucal y problemas del habla relacionados con la forma y tamaño del paladar. El proceso de expansión puede tardar varias semanas o meses, dependiendo del grado de expansión necesario. Después de alcanzar el ancho deseado, el dispositivo permanece en su lugar durante un período adicional para permitir que los huesos se solidifiquen y mantengan la nueva forma y tamaño.

La Técnica de Expansión Palatina es un procedimiento relativamente sencillo y seguro, especialmente en comparación con otras opciones de tratamiento ortodóncico más invasivas. Sin embargo, como cualquier procedimiento médico o dental, tiene sus propios riesgos e inconvenientes, como la posibilidad de recidiva (reversión del crecimiento) y la aparición de diastemas (espacios entre los dientes). Es importante que esté supervisado por un profesional dental calificado para garantizar una expansión adecuada y segura.

Los dientes caninos, también conocidos como colmillos o dientes cuspídeos, son tipos específicos de dientes que encontramos en mamíferos. Desde un punto de vista estrictamente médico-dental, se definen como dientes con una sola punta y una forma generalmente convexa. Su función principal es la de desgarrar y desgastar los alimentos antes de ser swallowidos.

En humanos, cada maxilar superior e inferior tiene cuatro dientes caninos, dos a cada lado. Los primeros brotan generalmente entre los 16-20 años de edad en el maxilar inferior y entre los 12-16 años en el maxilar superior. Su cuidado es muy importante ya que, al igual que con todos los demás dientes, están sujetos a problemas como caries o enfermedades periodontales si no se mantienen adecuadamente.

El término "arco dental" se refiere a la forma curva natural que forman los dientes tanto en la mandíbula superior (maxilar) como en la inferior (mandíbula). Cada maxilar tiene un arco dental superior y cada mandíbula tiene un arco dental inferior. El arco dental está compuesto por los dentes, el hueso alveolar (el cual soporta los dientes), y los tejidos conectivos que unen todo esto.

La forma y la medida del arco dental son importantes para la función oral adecuada, como la masticación, la deglución y el habla. La maloclusión ocurre cuando los dientes superiores e inferiores no se alinean correctamente, lo que puede ser causado por un arco dental superior o inferior que es demasiado estrecho, ancho o irregular.

La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga del diagnóstico, prevención y tratamiento de las anomalías de forma, posición, relación y desarrollo de las estructuras dentomaxilofaciales. El objetivo del tratamiento ortodóncico es corregir la maloclusión y alinear adecuadamente los dientes en el arco dental, lo que puede mejorar la función oral, la salud bucal general y la estética facial.

Un diente molar, en terminología dental, se refiere a los grandes molares que se encuentran en las áreas posteriores o traseras de la boca, tanto en la mandíbula inferior como en la superior. Los humanos generalmente tienen doce molares en total durante su vida, incluidos los dientes de leche y los permanentes.

Los molares son los dientes más grandes y robustos en la boca. Su propósito principal es la masticación y el triturado de los alimentos gracias a sus superficies anchas y planas con múltiples cúspides o puntas. Estas cúspides ayudan a moler y desmenuzar los alimentos antes de ser swallowed.

Los molares se dividen en tres tipos: primeros molares, segundos molares y terceros molares, también conocidos como "muelas del juicio". Los terceros molares suelen erupcionar durante la adolescencia o incluso a veces en la edad adulta temprana, y a menudo no hay suficiente espacio en la boca para que lo hagan correctamente, lo que puede causar diversos problemas dentales.

Un diente impactado, en términos dentales, se refiere a un diente que no ha logrado erupcionar o salir a su posición correcta en la línea de las encías. Esto puede deberse a varias razones, como la falta de espacio en la mandíbula, la orientación incorrecta del diente o la presencia de tejidos duros o blandos que impidan su erupción. Los dientes impactados más comunes son los terceros molares, también conocidos como "muelas del juicio". Estos dientes a menudo causan dolor, infección e incluso daño a los dientes adyacentes si no se tratan. La extracción dental es el tratamiento más común para este tipo de dientes impactados.

La cefalometría es una técnica de diagnóstico radiológico utilizada en la odontología y la ORL (Otorrinolaringología) para evaluar el crecimiento y desarrollo facial, así como para planificar tratamientos ortodóncicos y maxilofaciales. Consiste en obtener una radiografía lateral de la cabeza del paciente, con una proyección específica que permite medir y analizar diferentes puntos, líneas y ángulos de la cara y cráneo.

Esta técnica ofrece información valiosa sobre la posición, tamaño y relación entre los huesos faciales, las estructuras dentomaxilares y el cráneo en general. Además, ayuda a evaluar la simetría facial y a detectar posibles desviaciones o asimetrías que puedan ser indicativas de problemas de crecimiento o desarrollo.

La cefalometría se utiliza principalmente en el campo de la ortodoncia para planificar tratamientos correctivos de maloclusiones y otros trastornos dentofaciales, como la mordida cruzada, la sobremordida o la mordida abierta. También se emplea en cirugía maxilofacial para la planificación de cirugías correctivas de deformidades craneofaciales y para evaluar los resultados postoperatorios.

La interpretación de las radiografías cefalométricas requiere conocimientos especializados y experiencia en análisis de las medidas y relaciones obtenidas, por lo que generalmente es realizada por profesionales capacitados, como ortodoncistas o cirujanos maxilofaciales.

La erupción ectópica de dientes es un término dental que se refiere a la situación en la que un diente no erupciona en su posición dental normal, sino que lo hace en una ubicación anormal o fuera de sitio. Esto puede ocurrir por diversas razones, como la falta de espacio en la línea de erupción, la presencia de tejidos dentales anómalos u otras estructuras que impidan el correcto proceso de erupción.

Los dientes más comúnmente afectados por esta condición suelen ser los premolares y caninos superiores, aunque cualquier diente puede verse afectado. En algunos casos, la erupción ectópica puede resultar en la ausencia total o parcial de un diente en la línea dental, mientras que en otros, el diente puede emerger en una posición tan anómala que interfiera con los dientes adyacentes o cause problemas en las encías y el tejido circundante.

El tratamiento de la erupción ectópica de dientes dependerá de la gravedad del caso y puede incluir desde la observación cuidadosa hasta la extracción quirúrgica del diente afectado, seguida de la colocación de un implante dental o un puente fijo para reemplazar el diente perdido. En cualquier caso, es importante buscar atención dental especializada si se sospecha de esta condición, ya que un tratamiento temprano y adecuado puede ayudar a prevenir complicaciones más graves en el futuro.

Los dientes premolares, también conocidos como bicúspides, son dientes situados justo por detrás de los caninos o colmillos en cada cuadrante de la dentadura humana. Hay un total de ocho premolares en la boca adulta, con dos en cada cuadrante. Cada premolar tiene generalmente dos puntas o cúspides, aunque a veces pueden tener una tercera cúspide accesoria. Su función principal es masticar y triturar los alimentos antes de ser tragados. Los premolares superiores e inferiores trabajan juntos para desgarrar y moler los alimentos en piezas más pequeñas, preparándolos para la digestión.

La mandíbula, también conocida como el maxilar inferior, es el hueso principal de la boca en los seres humanos y otros animales. Se trata de un hueso impar y simétrico que forma la parte inferior de la cara y se articula con el cráneo. La mandíbula contiene los dientes inferiores y participa en funciones como la masticación, el habla y el sueño. Es el único hueso del cráneo que es verdaderamente móvil y está unido al cráneo por la articulación temporomandibular.

El término "movimiento dentario" se refiere al movimiento o desplazamiento de los dientes en sus alveolos (los sockets o cavidades en los huesos maxilares donde están incrustados). Estos movimientos pueden ser el resultado de fuerzas fisiológicas naturales, como el crecimiento y desarrollo, o las fuerzas aplicadas intencionalmente en el contexto de la ortodoncia.

Existen tres tipos principales de movimientos dentarios:

1. **Translation**: Es el desplazamiento paralelo al hueso alveolar. Se produce cuando una fuerza se aplica directamente a la corona del diente, causando que el diente se mueva en la dirección de la fuerza sin rotación.

2. **Rotación**: Ocurre cuando un diente gira alrededor de su eje longitudinal. Esto puede suceder como resultado de una fuerza desequilibrada aplicada a diferentes partes del diente.

3. **Inclinación**: Es el movimiento en el que un diente cambia su ángulo respecto al hueso alveolar. Puede ocurrir tanto mesial (hacia adelante) como distal (hacia atrás).

Estos movimientos son esenciales en el tratamiento ortodóncico para lograr una correcta alineación y oclusión de los dientes. Sin embargo, también pueden desencadenar problemas periodontales si no se controlan adecuadamente, ya que excesivas fuerzas o movimientos inapropiados pueden dañar el tejido de soporte del diente (ligamento periodontal, cemento y hueso alveolar).

Las enfermedades de los senos paranasales se refieren a un grupo de condiciones médicas que afectan los senos paranasales, que son espacios huecos en los huesos alrededor de la nariz. Los senos paranasales producen moco y drenaje hacia la nariz. Las enfermedades comunes de los senos paranasales incluyen sinusitis, rinosinusitis, pólipos nasales y tumores benignos o malignos. Estas condiciones pueden causar congestión nasal, dolor de cabeza, secreción nasal, tos y dificultad para respirar por la nariz. El tratamiento puede incluir medicamentos, irrigación nasal, cirugía o radioterapia, dependiendo de la gravedad y el tipo de enfermedad.

La corona dental es la parte natural o artificial del diente que se encuentra encima de la línea gingival (encía) y está diseñada para soportar la masticación. La corona natural es la parte blanca y dura del diente, compuesta principalmente por dentina recubierta por esmalte dental en su superficie exterior.

Cuando una corona dental se daña o destruye significativamente debido a caries profundas, fracturas u otras razones, un dentista puede remover la parte dañada y reemplazarla con una corona artificial hecha de materiales como porcelana, cerámica, metal o resina. La corona artificial se adhiere al diente restante utilizando cemento dental, proporcionando así una restauración funcional y estética a la pieza dental dañada.

Existen diferentes tipos de coronas dentales según el material empleado:

1. Coronas metálicas: Se fabrican con aleaciones de oro, cromo, níquel o cobalto. Son resistentes y duraderas, pero su aspecto no es estético ya que presentan un color metálico. Por lo general, se utilizan en molares o premolares, donde la estética no es tan importante como la resistencia.
2. Coronas de porcelana sobre metal: Están formadas por una base metálica recubierta con porcelana. Ofrecen una buena relación entre resistencia y estética, aunque con el tiempo pueden presentar desgaste en la porcelana o mostrar un ligero tono grisáceo en la encía.
3. Coronas de circonio sobre metal: Similar a las coronas de porcelana sobre metal, pero utilizan una base de circonio en lugar de metal. El circonio es más biocompatible y resistente que el metal, además de proporcionar un aspecto más natural y estético.
4. Coronas de zirconio: Son coronas fabricadas completamente con zirconio. Ofrecen una excelente estética y son muy resistentes. Sin embargo, pueden ser menos duraderas que las coronas metálicas o de porcelana sobre metal.
5. Coronas de composite: Se elaboran con materiales compuestos y se utilizan principalmente en dientes anteriores, donde se requiere una buena estética. No son tan resistentes como otras opciones, pero su costo es menor.
6. Coronas de acrílico: Se emplean temporalmente mientras se espera la colocación definitiva de la corona permanente. Son económicas y fáciles de ajustar o modificar.

El odontólogo determinará cuál es la mejor opción para cada paciente en función de sus necesidades clínicas, preferencias estéticas y presupuesto.

La maloclusión de Angle Clase III es un tipo específico de discrepancia en la alineación de los dientes y los maxilares (huesos que forman el cráneo y contienen los dientes superiores e inferiores). Esta clasificación fue propuesta por Edward Angle, considerado el padre de la ortodoncia moderna.

En una maloclusión de Clase III, el maxilar inferior (mandíbula) está adelantado en relación con el maxilar superior (maxila), lo que resulta en una mordida cruzada anterior, donde los dientes inferiores están situados por delante de los superiores al morder. Esto puede causar problemas estéticos y funcionales, como desgaste irregular de los dientes, problemas articulatorios temporomandibulares (ATM), dificultad para masticar o morder correctamente, y alteraciones en el perfil facial. El tratamiento puede incluir ortodoncia, cirugía ortognática o una combinación de ambos, dependiendo de la gravedad del caso y la edad del paciente.

La odontometría es una técnica o método utilizado en odontología y antropología forense para determinar la edad aproximada de un individuo basándose en el análisis de las características de los dientes, especialmente el desgaste y las alteraciones de las superficies de masticación. Esto se hace mediante la comparación con tablas estandarizadas que relacionan el grado de desgaste con diferentes rangos etarios. Sin embargo, es importante señalar que esta técnica no proporciona una estimación de edad exacta y puede variar según factores como la dieta, la higiene bucal y otros factores individuales.

Los modelos dentales en odontología son réplicas tridimensionales precisas de los dientes y las estructuras maxilofaciales de un paciente, creadas generalmente a partir de impresiones o escaneos digitales de la boca. Se utilizan en diversas áreas del campo dental, como planificación de tratamientos, educación, investigación y documentación clínica.

Existen diferentes tipos de modelos dentales según su finalidad:

1. Modelos de diagnóstico: se crean a partir de las impresiones iniciales del paciente para evaluar la situación bucal, detectar posibles problemas y planificar el tratamiento más adecuado.

2. Modelos de trabajo: son utilizados durante el proceso terapéutico, ya sea para realizar prótesis dentales, ortodoncia o cirugía oral. Ayudan al odontólogo a diseñar y probar la restauración antes de su colocación en la boca del paciente.

3. Modelos de estudio: son réplicas exactas de los dientes y las encías que sirven como herramienta didáctica para estudiantes de odontología, permitiéndoles practicar técnicas clínicas sin risko alguno.

4. Modelos de seguimiento: se emplean para monitorear el progreso del tratamiento a lo largo del tiempo, comparando las diferencias entre modelos realizados en distintos momentos.

En resumen, los modelos dentales son una herramienta fundamental en la práctica odontológica, ya que permiten a los profesionales obtener información detallada sobre la anatomía bucal del paciente, planificar tratamientos personalizados y verificar la calidad de los procedimientos realizados.

La "raíz del diente" en términos médicos se refiere a la parte inferior y oculta de un diente que se encuentra dentro del alvéolo o socket del maxilar o mandíbula. La raíz es la porción de un diente que no sobresale en la boca y está firmemente unida al hueso mediante ligamentos periodontales.

Las raíces de los dientes suelen tener formas irregulares y curvadas, adaptándose a las irregularidades del hueso maxilar o mandibular. La mayoría de los dientes tienen una o más raíces, aunque algunos dientes anteriores (incisivos laterales superiores) pueden carecer por completo de raíz y tener solo una corona.

La raíz del diente está recubierta por cemento, un tejido conectivo duro que protege la dentina expuesta. Dentro de la raíz se encuentra el conducto radicular, que alberga los vasos sanguíneos y los nervios que suministran sangre y sensibilidad al diente.

La preservación de las raíces de los dientes es importante para mantener la salud bucal general, ya que desempeñan un papel crucial en el soporte estructural y funcional de los dientes. La pérdida o daño de las raíces del diente puede conducir a problemas como la movilidad dental, la pérdida ósea y la eventual pérdida del diente.

El proceso alveolar, en términos médicos, se refiere a la remodelación y el crecimiento de los espacios aéreos más pequeños en los pulmones conocidos como alvéolos. Este proceso es crucial para el desarrollo normal de los pulmones, particularmente durante el período prenatal y en la infancia.

El proceso alveolar involucra la multiplicación y diferenciación de células especializadas llamadas células alveolares tipo II, que producen una sustancia llamada surfactante. El surfactante reduce la tensión superficial en los alvéolos, permitiendo que se expandan y contraigan adecuadamente durante el proceso de respiración.

La disfunción en el proceso alveolar puede llevar a diversas condiciones pulmonares, como la displasia broncopulmonar y la fibrosis quística, que pueden causar dificultad para respirar y otros síntomas respiratorios. Por lo tanto, comprender el proceso alveolar y sus mecanismos subyacentes es fundamental para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades pulmonares relacionadas.

Un diente no erupcionado, también conocido como diente impactado o retenido, se refiere a un diente que no ha penetrado en la boca en el tiempo esperado durante el proceso de erupción dental. Normalmente, los dientes temporales comienzan a aparecer alrededor de los 6 meses de edad y continúan hasta los 2-3 años. Los dientes permanentes generalmente comienzan a erupcionar aproximadamente a los 6 u 8 años y el proceso continúa hasta la adolescencia.

Cuando un diente no logra erupcionar en su tiempo normal, podría deberse a varias razones. A veces, no hay suficiente espacio en la mandíbula para que el diente erupcione correctamente. Otras veces, los tejidos circundantes pueden obstruir el camino del diente. El diente también puede estar inclinado o torcido de tal manera que impide su erupción.

Los dientes no erupcionados pueden ser asintomáticos y descubiertos solo durante exámenes dentales de rutina. Sin embargo, en algunos casos, pueden causar dolor, infección o dañar los dientes adyacentes. El tratamiento depende de la gravedad de la situación y puede incluir extracción quirúrgica del diente no erupcionado o ayudarlo a erupcionar mediante procedimientos ortodóncicos.

Es importante mencionar que el término 'diente no erupcionado' es diferente al de 'dientes retenidos', que se refiere a los dientes temporales (de leche) que no se han caído en el momento en que deberían haberlo hecho, impidiendo así la erupción de los dientes permanentes.

La maloclusión es un término dental que se refiere a una mala alineación o contacto entre las piezas dentales superiores e inferiores cuando se muerden o están juntas. Esencialmente, significa que los dientes no encajan correctamente. Esto puede incluir sobreoclusión, donde los dientes superiores cubren excesivamente a los inferiores; suboclusión, donde los dientes inferiores sobresalen más allá de los superiores; o una mordida cruzada, donde los dientes superiores muerden por dentro de los dientes inferiores. La maloclusión puede causar problemas estéticos y funcionales, como dificultad para masticar, hablar o mantener una buena higiene oral. Puede ser el resultado de factores genéticos o ambientales, como hábitos orales perjudiciales durante la infancia. El tratamiento generalmente involucra ortodoncia para alinear correctamente los dientes y mejorar la oclusión.

Los aparatos ortodóncicos son dispositivos utilizados en la especialidad de la Ortodoncia, que se encarga del diagnóstico, prevención y tratamiento de las anomalías dentofaciales (de los dientes y de la cara). Estos aparatos tienen como objetivo principal corregir la posición dental inadecuada, mejorar la mordida y alinear los dientes, con el fin de obtener una oclusión funcional y estética adecuada.

Existen diferentes tipos de aparatos ortodóncicos, entre los que se incluyen:

1. Aparatos fijos: Son aquellos que no pueden ser retirados por el paciente, ya que están adheridos a los dientes mediante brackets o bandas metálicas o cerámicas. Dentro de este grupo se encuentran los brackets linguales, que se colocan en la cara interna de los dientes, y los brackets labiales, que van adheridos a la parte exterior del diente.
2. Aparatos removibles: Son aquellos que el paciente puede quitar y poner según sea necesario. Están indicados principalmente en el tratamiento de maloclusiones simples o durante etapas tempranas del desarrollo, como los alineadores transparentes (por ejemplo, Invisalign) o retenedores.
3. Disyuntores: Son aparatos que se utilizan para separar dientes que están muy juntos o soldados entre sí, y facilitar su correcta alineación.
4. Expansores: Se emplean para ensanchar la arcada dental y corregir problemas de apiñamiento o mordidas cruzadas. Pueden ser fijos o removibles.
5. Férulas de avance mandibular: Son aparatos removibles que se utilizan en el tratamiento del ronquido y el síndrome de apnea obstructiva del sueño, ya que ayudan a mantener la mandíbula adelantada durante la noche y evitar el cierre excesivo de las vías respiratorias.

El tipo de aparato utilizado dependerá del caso clínico específico y será determinado por el especialista en ortodoncia tras un exhaustivo estudio y diagnóstico.

La osteotomía maxilar es un procedimiento quirúrgico ortognático que implica el corte controlado de los huesos maxilares. Se realiza generalmente para corregir deformidades craneofaciales, dismorfias dentofaciales o problemas funcionales relacionados con la mordida, la respiración y el habla. Durante la cirugía, el hueso maxilar se divide en diferentes segmentos, los cuales son reposicionados y fijados en una nueva orientación deseada para mejorar la función y/o estética facial. La osteotomía maxilar puede ser unilateral o bilateral, dependiendo de la naturaleza y extensión del problema que se aborde. Tras la cirugía, generalmente es necesario un periodo de recuperación y rehabilitación, incluyendo fisioterapia y, en algunos casos, el uso de dispositivos ortodóncicos para estabilizar y alinear adecuadamente los dientes y huesos.

El término "Diseño de Aparato Ortodóncico" se refiere al proceso metódico y planificado en el campo de la Ortodoncia, que involucra la creación y diseño personalizado de dispositivos o aparatos ortodóncicos. Estos aparatos, como brackets, alineadores invisibles, bandas, resortes, etc., tienen por objeto corregir problemas dentales y maxilofaciales, como dientes apiñados, sobrebites, mordidas abiertas o cruzadas, entre otros.

El proceso de diseño del aparato ortodóncico comienza con una cuidadosa evaluación diagnóstica del paciente, que incluye radiografías, modelos de estudio de los dientes y una detallada exploración clínica. Luego, el especialista en Ortodoncia utiliza esta información para determinar el mejor curso de tratamiento y diseñar un aparato a medida que permita alinear adecuadamente los dientes y corregir las maloclusiones presentes.

El objetivo final del Diseño de Aparato Ortodóncico es lograr una oclusión funcional y estética adecuada, mejorando así la salud bucal, la masticación, la fonación y el aspecto general de la sonrisa del paciente.

Los aparatos de tracción extraoral son dispositivos ortodóncicos que se utilizan en el tratamiento de diversas anomalías dentofaciales, como mordidas abiertas, mordidas cruzadas y protrusiones dentales. Estos aparatos se colocan fuera de la boca, a diferencia de los aparatos convencionales de ortodoncia que van dentro de la boca.

Los aparatos de tracción extraoral generalmente consisten en un arco metálico que se une a una o más bandas colocadas alrededor de los dientes posteriores superiores o inferiores. El arco se conecta a un gancho, bucle o ganchos en un cojín o almohadilla que se adhiere a la cara del paciente, justo por encima o por debajo de la línea de la mandíbula.

La tracción se aplica gradualmente y con precisión mediante el ajuste de los tornillos o ganchos en el aparato, lo que permite mover los dientes y los huesos maxilares o mandibulares en la posición deseada. Los pacientes deben usar los aparatos de tracción extraoral durante varias horas al día o incluso continuamente durante un período prolongado, según lo determine el ortodoncista.

Aunque los aparatos de tracción extraoral pueden ser incómodos y antiestéticos, son eficaces en el tratamiento de diversas anomalías dentofaciales graves que no se pueden corregir únicamente con aparatos convencionales de ortodoncia. Además, los avances tecnológicos han llevado al desarrollo de aparatos más cómodos y menos visibles, lo que ha mejorado la aceptación y cumplimiento de los pacientes.

Las fracturas maxilares se refieren a las roturas o grietas en los huesos que forman la parte superior de la boca y el rostro, conocidos como el maxilar o maxilar superior. Estas fracturas pueden ocurrir en diferentes lugares, incluyendo el cuerpo del maxilar, los procesos alveolares (que contienen los dientes), las paredes laterales, la fosa canina, el paladar duro, y el piso de la órbita.

Las fracturas maxilares pueden ser causadas por diversos factores, como traumatismos directos en la cara, accidentes automovilísticos, caídas, peleas, deportes de contacto, y mordiscos fuertes o violentos. Los síntomas más comunes incluyen dolor, hinchazón, moretones, hemorragia, dientes flojos o desplazados, asimetría facial, y dificultad para masticar, hablar o deglutir.

El tratamiento de las fracturas maxilares depende del tipo y la gravedad de la lesión. Puede incluir medidas conservadoras, como el reposo, la aplicación de frío, los analgésicos y una dieta blanda. Sin embargo, en muchos casos, es necesaria la intervención quirúrgica para alinear y estabilizar los fragmentos óseos rotos. Esto se logra mediante la colocación de placas y tornillos metálicos que mantienen los huesos en su posición correcta mientras sanan.

La rehabilitación después del tratamiento suele incluir ejercicios de fisioterapia facial para ayudar a restaurar el movimiento normal y la función de la mandíbula. También puede ser necesario seguir una dieta líquida o blanda durante un período de tiempo hasta que los huesos hayan sanado por completo.

Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una fractura maxilar, ya que el retraso en el tratamiento puede conducir a complicaciones graves, como la pérdida de dientes, la infección y la alteración permanente de la función facial.

Los huesos faciales, en términos médicos, se refieren a los huesos que forman la estructura y la forma del rostro humano. Hay 14 huesos en total que constituyen los huesos faciales. Estos se dividen en dos categorías: huesos paired (pareados) y huesos unpaired (impares).

Los huesos paired incluyen:

1. Maxilla (malar o hueso maxilar superior): Son dos huesos que forman la mayor parte de la mandíbula superior, los pómulos y las órbitas oculares.
2. Zygomatico (hueso cigomático): También conocidos como huesos de la mejilla, son dos pequeños huesos que se articulan con el maxilar y el frontal, formando los pómulos.
3. Nasal (hueso nasal): Hay dos huesos nasales en la línea media de la cara, forman parte del puente de la nariz y las órbitas oculares.
4. Palatino (hueso palatino): Son dos huesos ubicados en el techo de la boca, formando parte del paladar duro y contribuyendo a la formación de las órbitas oculares.
5. Inferior (hueso inferior): También conocido como mandíbula, es el único hueso móvil en la cabeza; constituye la quijada y alberga los dientes inferiores.

Los huesos unpaired incluyen:

1. Frontal (hueso frontal): Es un hueso impar que forma la frente, la parte superior de las órbitas oculares y la cavidad craneal.
2. Lacrimal (hueso lagrimal): Es el hueso más pequeño de la cara, ubicado en la esquina interna de cada órbita ocular, drena las lágrimas en los conductos nasolacrimales.
3. Nasal (hueso nasal): Hay dos huesos nasales, pero solo uno cuenta como impar, ya que el otro se encuentra en la línea media de la cara.
4. Maxilla (hueso maxilar superior): Es un hueso impar que forma las mejillas, los pisos y las paredes laterales de las órbitas oculares, y alberga los dientes superiores.
5. Vomer (hueso vomer): Es un hueso impar ubicado en la línea media de la cara, forma parte del tabique nasal y el piso de la cavidad nasal.
6. Mandibular (hueso cigomático): También conocido como hueso malar o mejilla, es un hueso impar que forma la parte lateral de la cara y contribuye a la formación de las órbitas oculares.

El desarrollo maxilofacial se refiere al proceso gradual y complejo de crecimiento y desarrollo de los huesos maxilares (maxilla) y mandibulares (mandíbula), así como de los tejidos blandos circundantes, que incluyen músculos, ligamentos, glándulas salivales y dientes. Este proceso comienza durante la etapa embrionaria y continúa hasta la adolescencia o incluso más allá en algunos casos.

El desarrollo maxilofacial está influenciado por factores genéticos, hormonales y ambientales. Las irregularidades en este proceso pueden dar lugar a diversas condiciones y trastornos, como la displasia dentofacial, el prognatismo, la retrognatia o la maloclusión dental. Por lo tanto, el seguimiento y evaluación del desarrollo maxilofacial es una parte importante de la odontología y la medicina general, especialmente en niños y adolescentes en etapa de crecimiento.

El paladar duro, también conocido como el techo del medio de la boca, es la porción anterior y dura del paladar. Es una estructura ósea recubierta por una mucosa resistente y lisa. Se compone principalmente del hueso maxilar y forma el límite entre la cavidad oral y nasal. El paladar duro desempeña un papel importante en la función de la deglución, el habla y la respiración. En odontología, el paladar duro es una estructura clave para el diagnóstico y tratamiento de diversas afecciones dentales y maxilofaciales.

La extracción dental, también conocida como exodoncia, es un procedimiento médico-dental que implica la eliminación total del diente de su alvéolo óseo en la mandíbula o maxilar. Este procedimiento se realiza comúnmente cuando el diente está dañado más allá de la posibilidad de ser reparado, causando dolor o infección, o cuando hay sobrepoblación dental (como es el caso de los terceros molares o "muelas del juicio").

La extracción dental puede ser simple, donde el dentista suelta el diente con forceps y lo extrae, o quirúrgica, cuando se necesita cortar el diente en pedazos para eliminarlo. La elección entre estos dos métodos depende del estado y la localización del diente que debe ser extraído.

Después de la extracción dental, es normal experimentar cierto grado de dolor e hinchazón. Sin embargo, estos síntomas suelen aliviarse con medicamentos recetados por el dentista y cuidados en el hogar. Se recomienda seguir las instrucciones postoperatorias cuidadosamente para una rápida y cómoda recuperación.

La dentadura completa superior, también conocida como prótesis dental maxilar completa o placa dental superior completa, se refiere a un dispositivo protésico removible que reemplaza todos los dientes ausentes en la arcada superior del maxilar. Está compuesta normalmente por una base de resina acrílica de color parecido al tejido gingival y dientes de cerámica o plástico. Se diseña para ayudar a restaurar la función masticatoria, mejorar la estética facial y apoyar los labios y mejillas para mantener un aspecto juvenil. La adaptación precisa y el ajuste cómodo son cruciales para garantizar la comodidad del paciente y prevenir posibles problemas como úlceras o irritaciones en las encías.

La maloclusión de Angle Clase II es un tipo de discrepancia dental y esquelética en ortodoncia. Se caracteriza por una relación anormal entre las arcadas dentarias superior e inferior, donde el borde incisal de los dientes superiores se overjet (sobresalen) más allá del borde incisal de los dientes inferiores. Esto generalmente ocurre cuando la mandíbula está retrasada en relación con la maxila (hueso superior).

Este tipo de maloclusión se divide en tres subgrupos: Clase II Division 1, donde hay un mayor overjet y protrusión de los incisivos superiores; Clase II Division 2, donde los incisivos superiores están más inclinados hacia atrás y hay un menor overjet pero aún una mordida cruzada posterior; y Clase II esquelética, donde la discrepancia es principalmente esquelética en lugar de dental.

La maloclusión de Angle Clase II puede causar problemas estéticos y funcionales, como dificultad para masticar y morder adecuadamente, lengua bite, desgaste irregular de los dientes, y en casos graves, dolores de cabeza y trastornos temporomandibulares (ATM). El tratamiento puede incluir ortodoncia, extracciones dentales, o incluso cirugía ortognática en casos más severos.

El ápice del diente, en terminología dentaria, se refiere al extremo final o punta de la raíz de un diente. Es la parte más profunda de la estructura dental que se inserta en el hueso maxilar o mandibular y está rodeada por tejido periodontal. El ápice del diente es crucial en endodoncia, rama de la odontología que trata las enfermedades del tejido pulpar e infectado dentro del diente. Procedimientos como la terapia de conducto y el tratamiento del granuloma o absceso periapical se centran en este área. La salud del ápice del diente es vital para la integridad estructural y funcional del diente y su preservación ayuda a mantener una buena salud oral general.

Una radiografía panorámica, también conocida como panorámica dental o panorex, es un tipo de examen radiológico utilizado en la odontología y la medicina maxilofacial. Consiste en tomar una imagen radiográfica amplia y detallada de la boca, que incluye los dientes, las articulaciones temporomandibulares (ATM), el maxilar superior (maxila) y el inferior (mandíbula), así como los senos paranasales.

La radiografía panorámica se realiza mediante un equipo especializado que gira alrededor de la cabeza del paciente, capturando imágenes en dos dimensiones de toda la estructura oral y maxilofacial. Esta técnica permite obtener una vista global de la boca, facilitando la detección de diversas patologías y problemas dentales y maxilofaciales, como:

1. Caries profundas o entre los dientes que no se ven a simple vista.
2. Infecciones o quistes en los huesos maxilares.
3. Problemas de desarrollo dental en niños, como dientes retenidos o impactados.
4. Evaluación previa a la extracción de dientes del juicio u otros procedimientos quirúrgicos.
5. Detección temprana de cánceres y tumores en los tejidos blandos y duros de la boca.
6. Anomalías en las articulaciones temporomandibulares (ATM).
7. Evaluación del estado general de salud bucal y dental.

La radiografía panorámica es un procedimiento seguro y no invasivo, que expone al paciente a una dosis relativamente baja de radiación en comparación con otras pruebas radiológicas más extensas. Sin embargo, se recomienda limitar su uso a situaciones clínicas específicas y justificadas, siguiendo los principios de protección radiológica y optimización de dosis.

La cavidad pulpar, también conocida como cámara pulpar, se refiere a la parte central hueca del diente que contiene tejido conectivo suave y vasos sanguíneos. Está rodeada por la dentina, un tejido calcificado que forma la mayor parte del espesor del diente. La cavidad pulpar se extiende desde la corona del diente hasta la raíz y desempeña un papel importante en la formación y mantenimiento de la estructura dental, ya que proporciona nutrientes y sensibilidad al diente. La protección de la cavidad pulpar es crucial para mantener la salud dental, y cualquier daño o exposición a la cavidad pulpar puede resultar en dolor, infección o pérdida del diente.

La erupción dental, también conocida como dentición, se refiere al proceso por el cual los dientes afilados de un bebé, llamados dientes de leche, rompen la piel (encías) y sobresalen en la boca. Este proceso generalmente comienza alrededor de los 6 meses de edad, aunque puede variar considerablemente, y normalmente continúa hasta los 3 años.

Los primeros dientes en erupcionar suelen ser los incisivos inferiores, seguidos por los incisivos superiores. Luego vienen los molares, caninos y finalmente los segundos molares. Es común que un niño tenga su primer conjunto completo de dientes de leche a los 2 o 3 años de edad.

Durante este proceso, algunos bebés pueden experimentar irritabilidad, enrojecimiento de las encías, aumento de la salivación y el deseo de morder o masticar todo lo que encuentran a su alcance. Algunos también pueden tener fiebre leve y diarrea, aunque esto no es común. Los padres pueden aliviar las molestias mediante el uso de dedales fríos o paños limpios y húmedos sobre las encías inflamadas.

La "dimensión vertical" es un término usado en odontología y ciencias de la salud relacionadas, específicamente en el campo de la ergonomía y la postura. Se refiere a la distancia o altura entre dos puntos situados en una línea vertical u orientación respectiva.

En el contexto dental, la dimensión vertical se utiliza para describir la distancia entre los mordiscos incisales superiores e inferiores cuando los dientes están completamente juntos o en contacto. Esta medida es importante en el proceso de crear prótesis dentales y planificar tratamientos ortodóncicos, ya que ayuda a garantizar una mordida adecuada y cómoda para el paciente.

En términos generales, la dimensión vertical también se puede referir a la distancia entre diferentes estructuras corporales en la orientación vertical, como la altura del cuerpo o la distancia entre dos vértebras en la columna vertebral.

La Ortodoncia Correctiva es una especialidad odontológica que se encarga del diagnóstico, prevención y tratamiento de las anomalías del desarrollo, posición y erupción de los dientes y de los maxilares. Su objetivo principal es alinear adecuadamente los dientes y mejorar la mordida, es decir, la forma en que los dientes superiores e inferiores interactúan al morder o masticar.

Esto se logra mediante el uso de diferentes tipos de aparatos ortodóncicos, como brackets, alineadores invisibles, retenedores y otros dispositivos fijos o removibles. La Ortodoncia Correctiva también puede abordar problemas estéticos relacionados con la posición de los dientes y la mordida, lo que mejora notablemente la apariencia facial del paciente.

El tratamiento ortodóncico correctivo puede beneficiar a personas de todas las edades, aunque es más común en niños y adolescentes durante su crecimiento. Sin embargo, cada vez son más los adultos que buscan este tipo de tratamientos para corregir problemas de mordida o alineación dental que no fueron abordados previamente.

La Ortodoncia Correctiva ayuda a mejorar la función oral, promoviendo una mejor higiene bucal y disminuyendo el riesgo de caries, enfermedades periodontales y otros trastornos orales. Además, un correcto alineamiento dental puede contribuir a una mejor digestión, ya que facilita la masticación de los alimentos.

La dentición mixta, también conocida como dentición permanente temprana o dentición de transición, es un período en el desarrollo dental humano cuando los dientes temporales (de leche) comienzan a caerse y son reemplazados por dientes permanentes. Por lo general, esto sucede alrededor de los 6 a 12 años de edad. Durante este tiempo, una persona tiene tanto dientes temporales como dientes permanentes en la boca. Los primeros molares permanentes suelen ser los primeros en aparecer, seguidos por los incisivos centrales superiores e inferiores. La dentición mixta continúa hasta que todos los dientes temporales se han perdido y reemplazado por sus correspondientes dientes permanentes, lo que generalmente ocurre alrededor de los 12 a 14 años de edad, marcando el inicio de la dentición permanente completa.

Los retenedores ortodóncicos son dispositivos dentales removibles o fijos que se utilizan después del tratamiento con brackets o alineadores transparentes (como Invisalign) para mantener los dientes en su nueva posición. Su función principal es prevenir el movimiento de los dientes hacia atrás a su posición original, lo que podría ocurrir una vez finalizado el tratamiento activo de ortodoncia.

Existen dos tipos principales de retenedores ortodóncicos:

1. Fijos: generalmente se colocan detrás de los dientes, en la parte interna (lado lingual) de los dientes incisivos inferiores y/o superiores. Están hechos de alambre delgado adherido a las caras internas de los dientes con un cemento especial. Son casi invisibles y permanecen en su lugar durante todo el tiempo, por lo que no requieren cuidados especiales más allá de una buena higiene dental.

2. Removibles: suelen ser placas transparentes hechas a medida, similares a los alineadores transparentes usados durante el tratamiento activo de ortodoncia. Se utilizan principalmente por la noche y se retiran para comer y cepillarse los dientes. Estos retenedores pueden ser quitados y puestos por el paciente, pero su uso correcto y constante es fundamental para garantizar que los dientes no vuelvan a su posición original.

El tiempo de uso de los retenedores ortodóncicos varía según cada caso, aunque generalmente se recomienda usarlos durante varios meses o incluso años después del tratamiento activo de ortodoncia. El odontólogo o ortodoncista determinará la duración y tipo de retenedor más adecuado en función de las necesidades específicas de cada paciente.

La arcada edéntula es un término dental que se refiere a la ausencia completa de dientes en una o ambas arcadas maxilares o mandibulares. Esta condición puede ser congénita o adquirida, y puede causar problemas funcionales y estéticos para el paciente. El tratamiento más común para la arcada edéntula es el uso de prótesis dentales removibles o fijas, como las dentaduras postizas o los implantes dentales. La pérdida completa de dientes en una arcada puede tener consecuencias negativas en la salud bucal y general del paciente, por lo que es importante buscar tratamiento dental especializado en estos casos.

En Ortodoncia, los métodos de anclaje se refieren a técnicas y dispositivos utilizados para estabilizar y controlar los dientes o sectores dentarios durante el proceso de movimiento y alineación. Estos métodos ayudan a proporcionar un punto fijo y estable sobre el que se aplican las fuerzas ortodóncicas, lo que permite una mejor manipulación y control del movimiento dentario y óseo. Existen diversos tipos de métodos de anclaje en Ortodoncia, entre los que se incluyen:

1. Anclajes extraorales: Estos dispositivos se utilizan principalmente en adolescentes y adultos para corregir problemas dentofaciales graves, como mordidas abiertas o profundas. Se colocan fuera de la boca, generalmente detrás de las orejas o en la frente, y se conectan a los dientes mediante cables o ganchos. Algunos ejemplos son el headgear y el facemask.

2. Anclajes intrabucales: Estos dispositivos se colocan dentro de la boca y pueden ser fijos o removibles. Los anclajes fijos incluyen bandas y brackets soldados a los molares, mini-tornillos (miniscrews) y placas palatinas. Por otro lado, los anclajes removibles pueden ser retenidos por la fuerza de succión o con ganchos que se unen a los dientes. Algunos ejemplos son los alineadores transparentes y los retenedores removibles.

3. Anclajes híbridos: Estos métodos combinan técnicas extraorales e intrabucales para lograr un control adicional del movimiento dentario. Por ejemplo, se puede usar un headgear en conjunto con mini-tornillos o bandas soldadas a los molares.

El tipo de anclaje utilizado dependerá del caso clínico y las preferencias del ortodoncista. El objetivo principal es lograr una correcta alineación dental y una oclusión adecuada, manteniendo la estabilidad de los dientes durante y después del tratamiento.

La osteotomía de Le Fort es un procedimiento quirúrgico ortognático maxilofacial que consiste en realizar cortes controlados en los huesos faciales superiores (maxilar superior o maxila). Lleva el nombre del cirujano francés René Le Fort, quien describió los patrones de fractura de la base del cráneo y la cara en 1901.

Existen tres tipos principales de osteotomías de Le Fort, denominadas Le Fort I, Le Fort II y Le Fort III, que se diferencian por el patrón de corte óseo:

1. Osteotomía de Le Fort I: Este procedimiento implica un corte a través del maxilar superior, justo encima de los dientes superiores, y continúa hacia atrás a lo largo del paladar hasta la parte posterior de la cavidad nasal. La porción separada del maxilar se puede mover y fijar en una nueva posición para tratar diversas condiciones, como la displasia dentofacial o los traumatismos faciales graves.

2. Osteotomía de Le Fort II: El corte en este procedimiento comienza por encima de los dientes superiores y continúa hacia atrás a lo largo del borde inferior de la órbita ocular (la cavidad que contiene el ojo). La porción separada del maxilar se puede mover y fijar en una nueva posición para tratar condiciones como traumatismos graves, tumores faciales o desalineaciones severas de la mandíbula y los dientes.

3. Osteotomía de Le Fort III: Este procedimiento implica un corte a través del hueso que conecta el maxilar superior con los huesos nasales, las órbitas oculares y los huesos temporales. La porción separada del maxilar se puede mover y fijar en una nueva posición para tratar condiciones como traumatismos graves, tumores faciales o desalineaciones severas de la mandíbula y los dientes.

Después de cualquiera de estos procedimientos, se utiliza cirugía adicional para reconstruir los tejidos blandos y restaurar el aspecto normal de la cara. La recuperación puede llevar varias semanas o meses, según la gravedad del caso y la extensión del procedimiento quirúrgico.

El término "cigoma" no es un término médico ampliamente utilizado o reconocido en la anatomía o medicina modernas. Sin embargo, en algunos contextos históricos y literarios, el término "cigoma" se refería a una hinchazón o tumoración en la región occipital de la cabeza, específicamente en la protuberancia occipital.

En la anatomía moderna, esta área se conoce como el hueso occipital y forma la base y la parte posterior del cráneo. Cualquier tumoración o inflamación en esta región en la práctica médica moderna se describiría utilizando términos más específicos que reflejen su naturaleza subyacente, como un absceso, quiste, tumor u otra afección.

Es posible que el término "cigoma" se haya vuelto obsoleto o se use raramente en la medicina moderna. Si experimenta algún tipo de hinchazón o tumoración en la parte posterior de la cabeza, debe buscar atención médica y proporcionar una descripción precisa de sus síntomas para que un profesional médico pueda realizar un diagnóstico adecuado e informarle sobre el tratamiento apropiado.

Anodoncia es un término médico que se utiliza para describir la ausencia congénita o la falta congénita de uno o más dientes permanentes en las arcadas dentarias. Esta condición está presente desde el nacimiento y puede afectar a cualquier diente permanente, aunque es más común en los incisivos laterales superiores.

La anodoncia se produce cuando los folículos dentarios, que son las estructuras especializadas de tejido conectivo que dan lugar al desarrollo y crecimiento de los dientes, no se forman o no se desarrollan correctamente durante la embriogénesis. La causa exacta de esta afección es desconocida, pero se cree que puede estar relacionada con factores genéticos y ambientales.

La anodoncia puede presentarse en forma aislada o asociada con otras anomalías dentales o síndromes genéticos. En algunos casos, la ausencia de dientes permanentes puede causar problemas estéticos y funcionales, como dificultad para masticar y hablar, así como alteraciones en el desarrollo y alineación de los dientes restantes.

El tratamiento de la anodoncia depende de la gravedad y extensión de la afección. Puede incluir la colocación de implantes dentales, puentes fijos o prótesis removibles para reemplazar los dientes ausentes y restaurar la función y estética dental. En algunos casos, también puede ser necesario realizar un tratamiento ortodóncico para corregir la alineación de los dientes restantes.

La resorción radicular es un proceso en el que el tejido mineralizado del diente, específicamente la raíz, se descompone y se absorbe. Este fenómeno ocurre naturalmente durante el desarrollo de los dientes en los niños, donde las células conocidas como odontoblastos resorben la parte radicular de los dientes temporales (de leche) para permitir que los dientes permanentes erupcionen correctamente.

Sin embargo, en condiciones anormales, la resorción radicular puede ocurrir en dientes adultos, lo que puede llevar a la pérdida del diente. Esto puede ser causado por diversos factores, como traumatismos dentales, procesos inflamatorios de los tejidos periodontales (encía y hueso que soportan el diente), procedimientos dentales invasivos o tumores orales. La resorción radicular excesiva o patológica puede ser diagnosticada mediante radiografías dentales y, en algunos casos, requerir tratamiento especializado por parte de un endodoncista.

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