Efusión Subdural
Hematoma Subdural
Empiema Subdural
Hipotensión Intracraneal
Hematoma Subdural Crónico
Derrame Pleural
Hematoma Subdural Agudo
Derrame Pericárdico
Derrame Pleural Maligno
Otitis Media con Derrame
Enciclopedias como Asunto
Angina Inestable
Angina Pectoris Variable
Angina de Pecho
Bocio Subesternal
Cardiopatías
La efusión subdural es un término médico que se refiere a la acumulación anormal de líquido en el espacio subdural, que es el pequeño espacio entre la duramadre (la membrana externa que recubre el cerebro) y la dura mater interna (una capa delgada y flexible entre la duramadre y el cerebro). Este líquido puede ser sangre (hematoma subdural), pus (absceso subdural) o líquido cefalorraquídeo (hidrocefalia o hipertensión intracraneal).
La efusión subdural puede ocurrir como resultado de una lesión traumática en la cabeza, infección, tumores cerebrales, complicaciones durante la cirugía craneal o trastornos hemorrágicos. Los síntomas pueden variar dependiendo de la causa y la cantidad de líquido acumulado, pero generalmente incluyen dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, convulsiones, debilidad o entumecimiento en los brazos o las piernas, cambios en el estado mental o nivel de conciencia, y trastornos del habla o visión. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagenología, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética nuclear (RMN). El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, medicamentos o reposo en cama.
El espacio subdural es un espacio potencialmente existente entre la duramadre, la membrana exterior más dura que rodea el cerebro y la médula espinal, y la aracnoides, la membrana intermedia. Normalmente, este espacio es muy pequeño y contiene solo una pequeña cantidad de líquido. Sin embargo, cuando se produce un trauma craneal o ciertas condiciones médicas, como hemorragias o infecciones, el espacio subdural puede llenarse con sangre (hematoma subdural), pus (absceso subdural) o líquido cerebroespinal (hidrocefalia subdural), lo que puede comprimir el cerebro y causar diversos síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, convulsiones, déficits cognitivos o incluso coma e incluso la muerte en casos graves. La cirugía puede ser necesaria para aliviar la presión y tratar la afección subyacente.
Un hematoma subdural es una acumulación de sangre entre la duramadre, que es la membrana externa más interna del cráneo, y la superficie del cerebro. Este espacio se denomina espacio subdural. Los hematomas subdurales suelen ser el resultado de lesiones en la cabeza que causan roturas en los vasos sanguíneos. La sangre se acumula lentamente y puede comprimir el cerebro, lo que provoca diversos síntomas neurológicos, como dolor de cabeza, confusión, convulsiones o incluso coma e incluso la muerte en casos graves. El tratamiento puede incluir cirugía para aliviar la presión sobre el cerebro y detener la hemorragia.
El empiema subdural es una afección médica que involucra la acumulación de pus en el espacio subdural, que es el área entre la duramadre (la membrana externa que recubre el cerebro) y la dura mater (la membrana interna). Esta condición generalmente ocurre como complicación de una infección craneal, como meningitis o absceso cerebral, o después de un traumatismo craneal severo que cause una rotura en el espacio subdural.
Los síntomas del empiema subdural pueden incluir dolor de cabeza, rigidez de cuello, confusión, debilidad muscular, convulsiones y, en casos graves, coma. El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagenología, como tomografía computarizada o resonancia magnética, que pueden mostrar la presencia de líquido infeccioso en el espacio subdural.
El tratamiento del empiema subdural generalmente implica cirugía para drenar el pus acumulado y administración de antibióticos para tratar la infección subyacente. En algunos casos, se puede requerir un procedimiento de lavado quirúrgico repetido para asegurarse de que todo el pus se haya drenado completamente. La recuperación depende de la gravedad de la infección y del estado general de salud del paciente.
La hipotensión intracraneal (HI) se define como una presión de líquido cefalorraquídeo (LCR) inferior a 70 mm de H2O en adultos y 18 cm de agua en niños, medida generalmente en posición decúbito supino. La presión intracraneal normalmente varía entre 10-15 mm de Hg en reposo.
La HI es una afección clínica que puede presentar síntomas como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, convulsiones, alteraciones visuales y neurológicas. Puede ser causada por diversos factores, incluyendo deshidratación, pérdida de sangre, meningitis, enfermedades que afectan la producción o reabsorción del LCR, o el uso de medicamentos que disminuyen la presión intracraneal.
Es importante distinguir la HI de otras condiciones que pueden presentar síntomas similares, como la hipertensión endocraneal, por lo que se requiere un examen clínico cuidadoso y, en ocasiones, estudios diagnósticos adicionales, como resonancia magnética nuclear o punción lumbar. El tratamiento de la HI depende de su causa subyacente y puede incluir hidratación, administración de medicamentos o cirugía.
Un hematoma subdural crónico es una acumulación de sangre (hematoma) en el espacio entre la duramadre, que es la membrana externa que recubre el cerebro, y el cerebro mismo. Este espacio se denomina espacio subdural. La palabra "crónico" se refiere a un proceso que ha estado ocurriendo durante un período de tiempo prolongado, en este caso, generalmente se define como más de 21 días.
Los hematomas subdurales crónicos suelen ser el resultado de lesiones cerebrales traumáticas menores, especialmente en personas mayores o individuos con problemas de coagulación sanguínea. Después de la lesión, se produce una pequeña cantidad de sangrado entre la duramadre y el cerebro. A medida que la sangre se descompone, puede formarse tejido cicatricial (membrana) alrededor del hematoma. Con el tiempo, esta membrana puede comenzar a producir líquido cerebroespinal, lo que hace que el hematoma aumente de tamaño lentamente y provoque una presión adicional sobre el cerebro.
Los síntomas de un hematoma subdural crónico pueden variar ampliamente, dependiendo del tamaño y la ubicación del hematoma. Pueden incluir dolores de cabeza persistentes, mareos, confusión, debilidad en un lado del cuerpo, convulsiones, problemas de equilibrio, cambios en el comportamiento o personalidad, y, en casos graves, coma o incluso la muerte. El tratamiento puede incluir cirugía para drenar el hematoma y aliviar la presión sobre el cerebro, seguida de rehabilitación para ayudar a restaurar las funciones neurológicas perdidas.
Un derrame pleural, también conocido como hidrotórax o empiema, se refiere a la acumulación anormal de líquido en el espacio pleural, que es el revestimiento delgado que rodea los pulmones y recubre los lados internos de la cavidad torácica. Normalmente, este espacio contiene una pequeña cantidad de líquido lubricante para permitir que los pulmones se muevan suavemente durante la respiración.
Sin embargo, cuando se produce un derrame pleural, el exceso de líquido se acumula en este espacio, lo que puede comprimir el pulmón y dificultar la respiración. Las causas comunes de un derrame pleural incluyen infecciones, traumatismos, tumores malignos o benignos, enfermedades autoinmunes y trastornos del corazón y los vasos sanguíneos.
El diagnóstico de un derrame pleural generalmente se realiza mediante una toracocentesis, una procedimiento en el que se inserta una aguja hueca en el espacio pleural para extraer una muestra del líquido acumulado. La muestra se analiza luego en un laboratorio para determinar la causa subyacente del derrame y guiar el tratamiento adecuado. El tratamiento puede incluir antibióticos, drenaje del líquido acumulado o cirugía en casos graves.
Un hematoma subdural agudo es una acumulación de sangre entre la duramadre (la membrana externa que recubre el cerebro) y el cerebro, dentro del espacio subdural. Se produce como resultado de un trauma craneal grave que causa la rotura de vasos sanguíneos. La sangre se acumula rápidamente en este espacio, lo que puede comprimir el cerebro y provocar diversos síntomas neurológicos, como dolor de cabeza, confusión, convulsiones, déficits neurológicos focales o coma. Este tipo de hematoma es una emergencia médica y requiere un tratamiento inmediato, que puede incluir cirugía para aliviar la presión en el cerebro.
Un derrame pericárdico es la acumulación anormal de líquido en el espacio entre las membranas que recubren el corazón, conocidas como el pericardio. Normalmente, este espacio contiene una pequeña cantidad de líquido lubricante para reducir la fricción entre las membranas durante los latidos cardíacos. Sin embargo, cuando se produce un exceso de líquido, se forma un derrame pericárdico.
Este líquido puede acumularse debido a diversas causas, como infecciones virales, bacterianas o fúngicas; enfermedades inflamatorias del tejido conectivo, como el lupus eritematoso sistémico o la artritis reumatoide; insuficiencia cardíaca congestiva; traumatismos torácicos; cánceres primarios o metastásicos en el corazón o en los tejidos adyacentes; y uso de determinados medicamentos.
Los derrames pericárdicos pueden clasificarse en tres categorías según su tamaño: pequeños (menos de 100 ml), moderados (entre 100 y 500 ml) y grandes o masivos (más de 500 ml). Los derrames pericárdicos graves pueden comprimir el corazón y alterar su capacidad para llenarse y bombear sangre adecuadamente, lo que puede provocar síntomas como dolor torácico, dificultad para respirar, tos seca y fatiga. En casos graves, un derrame pericárdico no tratado puede ser potencialmente mortal debido a la insuficiencia cardíaca o a una complicación llamada tamponade cardíaco, en la que la presión del líquido comprime el corazón y reduce drásticamente el flujo sanguíneo. El tratamiento de un derrame pericárdico depende de su causa subyacente y puede incluir medicamentos, drenaje quirúrgico o cirugía para eliminar parcial o completamente la membrana que recubre el corazón (pericardiectomía).
Un derrame pleural maligno, también conocido como neoplasia pleural o hidrotórax maligno, se refiere a la acumulación anormal de líquido en el espacio pleural (el receso entre los pulmones y la pared torácica) como resultado de la diseminación metastásica del cáncer desde sus sitios primarios u otros lugares del cuerpo. Este tipo de derrame pleural es secundario a la invasión directa del tejido pleural por células cancerosas o como consecuencia de una reacción inflamatoria a la presencia de tumores en el tórax.
El líquido presente en un derrame pleural maligno suele ser exudado, lo que significa que está compuesto por proteínas y células sanguíneas en altas concentraciones. La presencia de este tipo de derrame pleural es a menudo indicativa de una enfermedad avanzada o disseminada del cáncer y puede causar diversos síntomas, como disnea (dificultad para respirar), dolor torácico y tos. El diagnóstico se realiza mediante la evaluación citológica y química del líquido pleural drenado y, en ocasiones, con pruebas de imagenología adicionales, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas.
Un hematoma subdural espinal es un tipo específico de sangrado en el espacio entre la duramadre (la membrana externa que rodea el sistema nervioso central) y la aracnoides (una membrana interna más delicada) en la médula espinal. Este espacio se conoce como el espacio subdural.
Este tipo de hematoma puede ocurrir después de una lesión traumática, como un accidente o una caída severa, que cause daño a los vasos sanguíneos en este área. La sangre se acumula en el espacio subdural y forma un coágulo, lo que puede comprimir la médula espinal y causar diversos síntomas neurológicos, dependiendo de la ubicación y el tamaño del hematoma.
Los síntomas pueden incluir dolor de espalda, debilidad o entumecimiento en las extremidades, problemas con la función intestinal o vesical, e incluso parálisis en casos graves. El diagnóstico generalmente se realiza mediante imágenes médicas, como una resonancia magnética o una tomografía computarizada de la columna vertebral. El tratamiento puede incluir cirugía para aliviar la presión sobre la médula espinal y detener el sangrado.
La otitis media con derrame, también conocida como otitis media aguda con efusión o otitis media secretora, es una afección del oído medio donde se acumula líquido (efusión) detrás del tímpano después de que una infección del oído medio haya sido tratada o haya desaparecido por sí sola. Este líquido puede persistir durante semanas o incluso meses después de la infección, y a menudo no causa dolor ni fiebre, aunque puede estar asociado con pérdida auditiva leve a moderada. La otitis media con derrame se diagnostica mediante una exploración del oído con un otoscopio, que permite ver el tímpano y detectar la presencia de líquido en el oído medio. El tratamiento puede incluir observación y seguimiento, o la colocación de tubos de ventilación para drenar el líquido acumulado.
No existe una definición médica específica para "Enciclopedias como Asunto" ya que esta frase parece ser una expresión coloquial o un título en lugar de un término médico. Sin embargo, si nos referimos al término "enciclopedia" desde un punto de vista educativo o del conocimiento, podríamos decir que se trata de una obra de consulta que contiene información sistemática sobre diversas áreas del conocimiento, organizadas alfabética o temáticamente.
Si "Enciclopedias como Asunto" se refiere a un asunto médico en particular, podría interpretarse como el estudio o la investigación de diferentes aspectos relacionados con las enciclopedias médicas, como su historia, desarrollo, contenido, estructura, impacto en la práctica clínica y la educación médica, entre otros.
Sin un contexto más específico, es difícil proporcionar una definición médica precisa de "Enciclopedias como Asunto".
La angina inestable es un tipo específico de dolor en el pecho que ocurre cuando hay un flujo sanguíneo reducido al músculo cardiaco (miocardio). Se caracteriza por ser:
1. **Nueva**: Es la primera manifestación de enfermedad coronaria en un individuo previamente asintomático.
2. **Aumentada**: Se presenta en pacientes con angina preexistente, pero de intensidad, duración o frecuencia mayores.
3. **Con características prodrómicas**: Dolor que despierta al paciente durante la noche o se presenta en reposo.
La angina inestable es un síntoma de alerta temprana de un infarto agudo de miocardio inminente, especialmente si el dolor persiste o empeora con el tiempo. Es una condición médica grave que requiere atención inmediata y hospitalización. El tratamiento generalmente incluye medicamentos para aliviar el dolor y mejorar el flujo sanguíneo, así como procedimientos como angioplastia o bypass coronario para abrir las arterias bloqueadas.
La angina pectoris variable, también conocida como angina de Prinzmetal o angina variante, es un tipo de angina de pecho (dolor en el pecho) que se produce debido a la espasmos inexplicables y repentinos de las arterias coronarias, que suministran sangre al músculo cardíaco. Estos espasmos pueden reducir o incluso detener temporalmente el flujo sanguíneo hacia el corazón, causando dolor en el pecho y otros síntomas relacionados con el corazón.
La angina de Prinzmetal es menos común que la angina estable y a menudo ocurre en reposo o durante la noche, cuando el cuerpo está más relajado. Los espasmos coronarios pueden durar varios minutos y causar síntomas graves, como dolor intenso en el pecho, falta de aliento, náuseas, sudoración y mareo.
La causa exacta de la angina pectoris variable no se conoce completamente, pero se cree que está relacionada con factores como el tabaquismo, el uso de cocaína, las enfermedades vasculares y los trastornos hormonales. El tratamiento puede incluir medicamentos para dilatar las arterias coronarias, como la nitroglicerina, o medicamentos para relajar los músculos lisos de las arterias, como los bloqueadores de canales de calcio. En algunos casos, se puede considerar la cirugía para tratar el problema subyacente.
Es importante buscar atención médica inmediata si experimenta síntomas de angina pectoris variable, ya que estos espasmos coronarios pueden aumentar el riesgo de un ataque cardíaco o muerte súbita cardiaca.
La angina de pecho, también conocida como angina pectoris, es una afección cardiovascular que se caracteriza por la aparición de dolor o malestar en el pecho debido a una inadecuada irrigación sanguínea del músculo cardiaco (miocardio). Este déficit de riego suele ser causado por un estrechamiento o bloqueo parcial de las arterias coronarias, que son las encargadas de suministrar sangre al corazón.
La angina de pecho puede manifestarse como un dolor opresivo, quemante o constrictivo en el centro del pecho, a menudo irradiado hacia el brazo izquierdo, cuello, mandíbula, espalda o zona abdominal superior. El episodio doloroso suele desencadenarse por esfuerzos físicos, emociones intensas, exposición al frío o después de consumir alimentos copiosos, aunque en algunos casos puede presentarse en reposo (angina de Prinzmetal).
Existen dos tipos principales de angina de pecho:
1. Angina estable: Se trata del tipo más común y se produce como resultado del aumento de la demanda de oxígeno del miocardio durante situaciones de esfuerzo o estrés emocional. Los síntomas suelen ser predecibles y desaparecen con el reposo o mediante el uso de nitratos, que son fármacos vasodilatadores que ayudan a mejorar el flujo sanguíneo coronario.
2. Angina inestable: Es un tipo más grave y menos predecible de angina de pecho, que puede evolucionar hacia un infarto agudo de miocardio (IAM). Se produce cuando una placa aterosclerótica se rompe o se ulcera, lo que provoca la formación de un trombo que reduce aún más el flujo sanguíneo en las arterias coronarias. Los síntomas pueden ser persistentes y no responden al tratamiento habitual con nitratos o reposo.
El diagnóstico de la angina de pecho se basa en los síntomas descritos por el paciente, los resultados de las pruebas de esfuerzo y, en algunos casos, estudios de imagen como la ecocardiografía o la resonancia magnética cardiaca. El tratamiento incluye medidas preventivas para reducir los factores de riesgo cardiovascular, como el control del colesterol, la presión arterial y el tabaquismo, así como la administración de fármacos antiagregantes, betabloqueantes, calcioantagonistas e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de los receptores de angiotensina II (ARAII). En casos graves o refractarios al tratamiento médico, se puede considerar la realización de un procedimiento de revascularización coronaria, como la angioplastia con stent o el bypass coronario.
El bocio subesternal, también conocido como bocio retrosternal, es un tipo de agrandamiento de la glándula tiroides que se extiende por debajo del esternón o hueso del pecho. Normalmente, la glándula tiroides se encuentra en la parte frontal del cuello y puede palparse como una pequeña protuberancia. Sin embargo, cuando la glándula tiroides se agranda y desciende por debajo del esternón, se denomina bocio subesternal.
Este tipo de bocio puede causar diversos síntomas, dependiendo de su tamaño y localización. Algunas personas con bocio subesternal pueden experimentar dificultad para respirar, especialmente cuando se acuesta boca arriba o durante la actividad física intensa. También pueden experimentar dolor en el pecho, tos crónica y ronquera.
El bocio subesternal puede ser causado por diversas afecciones, como la deficiencia de yodo, las enfermedades autoinmunes de la tiroides y los tumores benignos o malignos de la glándula tiroides. El diagnóstico del bocio subesternal suele realizarse mediante una exploración física, análisis de sangre y estudios de imágenes, como la ecografía o la tomografía computarizada.
El tratamiento del bocio subesternal depende de su causa subyacente. Si el bocio es causado por una deficiencia de yodo, se puede tratar con suplementos de yodo. Si el bocio es causado por una enfermedad autoinmune de la tiroides, se pueden recetar medicamentos para regular la función tiroidea. En casos graves o cuando el bocio comprime estructuras cercanas, como los vasos sanguíneos o el esófago, puede ser necesaria una cirugía para extirpar parte o toda la glándula tiroides.
Las cardiopatías se refieren a diversas condiciones que afectan el corazón y su funcionamiento. Esto puede incluir problemas con la estructura del corazón, como los vasos sanguíneos, las válvulas cardíacas o el músculo cardíaco. Algunos ejemplos de cardiopatías son:
* Enfermedad coronaria: se refiere a la acumulación de placa en las arterias que suministran sangre al corazón, lo que puede reducir el flujo sanguíneo y provocar un ataque cardíaco.
* Insuficiencia cardíaca: ocurre cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo.
* Hipertensión arterial: es una afección en la que la presión arterial se mantiene altamente elevada, lo que puede dañar el corazón y los vasos sanguíneos.
* Enfermedad de las válvulas cardíacas: se refiere a problemas con las válvulas que regulan el flujo de sangre dentro y fuera del corazón, como estenosis o insuficiencia valvular.
* Cardiomiopatía: es una enfermedad del músculo cardíaco que puede debilitarlo y hacer que se agrande, lo que dificulta que el corazón funcione correctamente.
* Arritmias: son trastornos del ritmo cardíaco que pueden causar latidos demasiado rápidos, demasiado lentos o irregulares.
Las cardiopatías pueden tener diversas causas, como factores genéticos, enfermedades, estilos de vida poco saludables y el envejecimiento. El tratamiento depende del tipo y gravedad de la afección cardíaca y puede incluir medicamentos, procedimientos médicos o cirugía.
La angina estable, también conocida como angina de esfuerzo, es una afección cardíaca en la cual una persona experimenta dolor o malestar en el pecho debido a una inadecuada circulación de sangre y oxígeno al músculo cardíaco. Este problema suele presentarse durante situaciones de esfuerzo físico o estrés emocional, ya que en esos momentos el corazón necesita más flujo sanguíneo para funcionar correctamente.
La angina estable se produce como consecuencia de la acumulación de placa en las arterias coronarias, las encargadas de abastecer de sangre al músculo cardíaco. La placa está compuesta por grasas, colesterol, calcio y otras sustancias que se depositan en las paredes internas de las arterias, estrechándolas y dificultando el flujo sanguíneo.
Los síntomas más comunes de la angina estable incluyen:
1. Dolor o malestar en el pecho, que puede describirse como opresión, ardor, quemazón o pesadez. El dolor generalmente se localiza detrás del esternón, pero también puede irradiarse hacia los brazos (especialmente el izquierdo), cuello, mandíbula, espalda o estómago.
2. Sensación de falta de aire o ahogo.
3. Náuseas o vómitos.
4. Sudoración excesiva.
5. Mareo o desmayo.
6. Ansiedad o sensación de miedo.
Estos síntomas suelen desaparecer en reposo o después de tomar medicamentos que dilatan las arterias y mejoran el flujo sanguíneo, como los nitratos. Si una persona experimenta dolor de pecho nuevo, intenso, prolongado o que no desaparece con el reposo o la toma de nitratos, debe buscar atención médica inmediata, ya que esto podría indicar un infarto agudo de miocardio (IAM) u otra afección grave.
El tratamiento de la angina estable suele incluir:
1. Medicamentos para aliviar los síntomas y prevenir los ataques, como nitratos, betabloqueantes, calcioantagonistas e inhibidores de la ECA.
2. Cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, seguir una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y controlar los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto.
3. Procedimientos invasivos, como la angioplastia coronaria o el bypass coronario, en casos graves o cuando los medicamentos y los cambios en el estilo de vida no son suficientes para controlar los síntomas.
Enfermedades del sistema circulatorio
DeCS
DeCS 2020 - versión 23 de junio de 2020
DeCS 2019 - versión 12 de junio de 2019
Neurologia
DeCS 2017 - versión 04 de julio de 2017
DeCS 2018 - versión 31 de julio de 2018
Otitis media aguda paulina castillo robledo | PPT
Enfermedades del sistema circulatorio - Wikipedia
Choose The Best Answer. ¿Quién Está Muy Confundida? Yolanda Es Muy Confundida. Yolanda Estoy Muy Confundida. Yolanda Esté Muy...
DeCS 2019 - versión 12 de junio de 2019
HIDROCEFALIA1
- Se puede asociar a HIDROCEFALIA, DERRAME SUBDURAL y QUISTES ARACNOIDEOS o formar parte de un afección genética (p. ej. (bvsalud.org)