Enfermedad hereditaria de las articulaciones de la cadera en perros. Los signos de la enfermedad pueden ser evidentes en cualquier momento después de las 4 semanas de edad.
Dislocación congénita de la cadera que incluye generalmente la subluxación de la cabeza del fémur, displasia acetabular, y dislocación completa de la cabeza del fémur del acetábulo verdadero. Esta enfermedad ocurre en aproximadamente 1 en 1000 nacidos vivos y es más común en mujeres que en hombres.
Unión que está formada por la cabeza del FÉMUR y el ACETÁBULO de la PELVIS.
Desplazamiento del fémur de su posición normal en la ARTICULACIÓN DE LA CADERA.
Parte de la pelvis que comprende la fosa pélvica donde la cabeza del FÉMUR se une para formar la ARTICULACIÓN DE LA CADERA (articulación acetabulofemoral).
Enfermedad degenerativa no inflamatoria de la articulación de la cadera que aparece usualmente tarde en la edad media o en ancianos. Se caracteriza por trastornos en el crecimiento o en la maduración del cuello y cabeza del fémur, así como por displasia acetabular. Un síntoma dominante es el dolor al cargar pesos o al movimiento.
'Enfermedades del Desarrollo Óseo' se refiere a un grupo diverso de trastornos que afectan el crecimiento y desarrollo normal de los huesos, resultando en anomalías estructurales o funcionales.
Corte quirúrgico de un hueso. (Dorland, 28a ed)
Parte que se proyecta a cada lado del cuerpo, formada por el lateral de la pelvis y la porción superior del fémur.
Sustitución de la articulación de la cadera.
Superfície articular hemisférica en el extremo superior del fémur o hueso femoral o del muslo. (Stedman, 25a ed)
El perro doméstico, Canis familiaris, comprende alrededor de 400 razas, de la familia carnívora CANIDAE. Están distribuidos por todo el mundo y viven en asociación con las personas (Adaptación del original: Walker's Mammals of the World, 5th ed, p1065).
Sustitución de la articulación de la cadera.
Los huesos que constituyen cada mitad de la cintura pélvica en los VERTEBRADOS, formado por la fusión del ILION; el ISQUION; el y HUESO PÚBICO.
Enfermedad de los huesos caracterizada por adelgazamiento de la corteza por tejido fibroso arenoso que contiene espículas óseas, lo que produce dolor, discapacidad y deformidad gradual creciente. Puede afectar a un solo hueso (DISPLASIA FIBROSA MONOSTÓTICA) o, posteriormente, a varios o muchos huesos (DISPLASIA FIBROSA POLIOSTÓTICA).
Fracturas de la CABEZA DEL FÉMUR, el CUELLO DEL FÉMUR (FRACTURAS DEL CUELLO FEMORAL), los trocánteres o la región inter o subtrocantérea. Excluye las fracturas del acetábulo y las del hueso femoral por debajo de la región subtrocantérea (FRACTURAS DEL FÉMUR).
Enfermedades del perro doméstico (Canis familiaris). Este término no incluye a enfermedades de los perros salvajes, LOBOS, ZORROS y otros Canidae para los que CARNIVOROS es usado.
Defecto congénito común de la fusión de la línea media de los arcos vertebrales sin protrusión de la médula espinal o las meninges. La lesión está cubierta también por piel. L5 y S1 son las vértebras más comúnmente afectadas. La afección puede asociarse con un área de piel hiperpigmentada que la recubre, un seno dérmico, o un parche de pelo anormal. La mayoría de los individuos con esta malformación son asintomáticos aunque hay un incremento en la incidencia del síndrome medular y de la ESPONDILOSIS lumbar. (Traducción libre del original: Joynt, Clinical Neurology, 1992, Ch55, p34)
Grupo de trastornos hereditarios en el que participan tejidos y estructuras derivadas del ectodermo embrionario. Se caracterizan por la presencia de anomalías al nacer y la participación tanto de la epidermis como de los apéndices cutáneos. Generalmente no son progresivos y son difusos. Existen varias formas, incluidas la displasia anhidrótica e hidrótica, HIPOPLASIA DÉRMICA FOCAL, y aplasia congénita del cutis.
Enfermedad pulmonar crónica que se desarrolla después de TERAPIA POR INHALACIÓN DE OXIGENO o VENTILACIÓN MECÁNICA en general en algunos lactantes prematuros (PREMATURO) o recién nacidos con SÍNDROME DISNEICO RESPIRATORIO DEL RECIÉN NACIDO. Histológicamente se caracteriza por anomalías no usuales de los bronquiolos, como METAPLASIA, disminución del número de alvéolos y formación de QUISTES.
Roentgenografía de una articulación, usualmente luego de la inyección de un medio de contraste positivo o negativo.
Enfermedad sistémica de almacenamiento lisosomal ocasionada por déficit de la alfa-L-iduronidasa (IDURONIDASA) y que se caracteriza por deterioro físico progresivo con excreción urinaria de DERMATÁN SULFATO y HEPARITINA SULFATO. Hay tres fenotipos reconocidos que representan un espectro de severidad clínica desde grave a leve: síndrome de Hurler, síndrome de Hurler-Scheie y síndrome de Scheie (anteriormente mucopolisacaridosis V). Los síntomas pueden incluir ENANISMO, hepatoesplenomegalia, rasgos faciales toscos con puente nasal bajo, opacidad corneal, complicaciones cardíacas y respiración ruidosa.
Hueso mayor y más largo del esqueleto, está situado entre la cadera y la rodilla.
La distancia y dirección a que una articulación ósea puede extenderse. El rango de movimiento es función de la condición de las articulaciones, músculos y tejidos conectivos involucrados. La flexibilidad puede ser mejorada a través de EJERCICIOS DE ESTIRAMIENTO MUSCULAR.
Lesiones generales o sin especificar que afectan a la cadera.
Desarrollo anormal de las CÉLULAS EPITELIALES escamosas inmaduras del CUELLO UTERINO; término usado para describir cambios citológicos premalignos en el EPITELIO cervical. Estas células atípicas no penetran en la MEMBRANA BASAL epitelial.
Enfermedad idiopática, segmentaria, no ateromatosa de la musculatura de las paredes arteriales, que produce ESTENOSIS de las arterias de pequeño y mediano calibre. Existe una verdadera proliferación de CÉLULAS MUSCULARES LISAS y de tejido fibroso. Las lesiones de la displasia fibromuscular consisten en suaves estenosis que aparecen con mayor frecuenca en las arterias carótida y renal, aunque tambien pueden aparecer en otras arterias periféricas de las estremidades.
La producción de descendencia por apareamiento selectivo o HIBRIDACIÓN GENÉTICA en animales o plantas.
Desarrollo anormal de cartílagos y huesos.
DISPLASIA FIBROSA DEL HUESO en la que participa sólo un hueso.
Estudios en los que individuos o poblaciones son seguidos para evaluar el resultado de exposiciones, procedimientos, o los efectos de una característica, por ejemplo, la aparición de una enfermedad.
DISPLASIA FIBROSA ÓSEA que afecta varios huesos. Cuando se acompaña de pigmentación melanótica (MANCHAS CAFÉ CON LECHE) e hiperfunción endocrina múltiple se le conoce como síndrome de Albright.
Regreso total o parcial a la actividad fisiológica normal o correcta de un órgano o parte después de una enfermedad o trauma.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Enfermedad articular progresiva y degenerativa, es la forma más común de artritis, especialmente en los ancianos. Se cree que la enfermedad es resultado, no del proceso de envejecimiento, sino de los cambios bioquímicos y del estrés biomecánico que afecta al cartílago articular. En la literatura foránea se conoce a menudo como osteoartritis deformante.
Síndrome autosómico dominante en el que hay un retraso en el cierre de las FONTANELAS CRANEALES; ausencia total o parcial de las clavículas; amplia SÍNFISIS PUBIANA; falanges medias cortas del quinto dedo; y anomalías dentales y vertebrales.
Anomalía retineana congénita, a menudo bilateral, que se caracteriza por el ordenamiento de las células retineanas nucleares exteriores en forma de un patrón empalizado o radiado que rodea al espacio ocular central. Este trastorno, en ocasiones, es hereditario.
Registro de descendencia o ascendencia en especial de una característica particular o rasgo, que indica cada miembro de la familia, su relación y su situación en relación a este rasgo o característica.
Una capa protectora de cartílago firme y flexible sobre la articulación en el extremos de los huesos. Proporciona una superficie lisa para el movimiento articular, protegiendo los extremos de los huesos largos de desgaste en los puntos de contacto.
Forma grave de enanismo neonatal con extremidades muy cortas. En todos los casos mueren al nacer o en el período neonatal.
Elementos de intervalos de tiempo limitados, que contribuyen a resultados o situaciones particulares.
Lactante durante el primer mes después del nacimiento.
Especie de MORBILLIVIRUS causante de moquillo en los perros, lobos, zorros, mapache y hurones. También se conocen pinípedos que contrajeron el virus del moquillo canino debido al contacto cnm perros domésticos.

La displasia pélvica canina (DPCC) es una enfermedad ortopédica degenerativa que afecta a los perros, particularmente a las razas grandes. Se caracteriza por un desarrollo anormal o una laxitud de la articulación de la cadera, lo que provoca dolor, cojera y, en etapas avanzadas, artritis degenerativa. La displasia pélvica canina es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales, como la dieta y el ejercicio excesivo en etapas tempranas de crecimiento. El diagnóstico se realiza mediante radiografías y la evaluación de la morfología y la gravedad del trastorno. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos para aliviar el dolor y, en casos severos, cirugía reconstructiva o reemplazo total de cadera.

La luxación congénita de la cadera, también conocida como displasia del desarrollo de la hancha o enfermedad de Legg-Calvé-Perthes, es una afección en la cual el extremo superior del fémur (hueso del muslo) no encaja correctamente en la cavidad de la pelvis (socket). En condiciones normales, el extremo del fémur se conecta perfectamente con la cavidad de la pelvis formando una articulación esférica. Sin embargo, en la luxación congénita de la cadera, esta articulación no se forma correctamente desde el nacimiento o durante los primeros meses de vida.

Esta afección puede causar que el niño camine con una cojera o mantenga una postura anormal. Si no se trata, la luxación congénita de la cadera puede provocar dolor y problemas de movilidad en la edad adulta. El tratamiento temprano es fundamental para prevenir complicaciones a largo plazo y garantizar un desarrollo normal del niño. Los métodos de tratamiento pueden incluir el uso de férulas, dispositivos ortopédicos o, en casos graves, cirugía.

La articulación de la cadera, también conocida como articulación coxofemoral, es una articulación esférica o sinartrosis en la que el extremo superior del fémur (cabeza femoral) se une con la cavidad acetabular de la pelvis. Esta articulación está compuesta por el cartílago articular, los ligamentos de refuerzo y la cápsula articular. La articulación de la cadera permite movimientos de flexión, extensión, abducción, aducción, rotación interna y externa, lo que facilita la marcha, la postura erguida y las actividades físicas. Es una de las articulaciones más importantes y más sometidas a desgaste en el cuerpo humano.

La luxación de cadera es una condición ortopédica en la cual el extremo superior del fémur (hueso del muslo) se desconecta de la cavidad acetabular (socket) de la pelvis. Normalmente, el extremo del fémur se conecta a la cavidad acetabular formando una articulación esférica, permitiendo un amplio rango de movimiento. Sin embargo, en una luxación de cadera, esta conexión se interrumpe, lo que hace que el fémur se desplace fuera de su posición normal.

Esta afección puede ocurrir como resultado de un trauma directo o indirecto, como por ejemplo, un accidente automovilístico, una caída o una dislocación congénita presente al nacer. Los síntomas pueden incluir dolor intenso en la articulación de la cadera, incapacidad para mover la pierna, moretones y hematomas visibles en el área afectada, y en algunos casos, la pierna puede aparecer más corta o rotada hacia afuera.

El tratamiento inmediato de una luxación de cadera suele requerir reducción, que implica manipular cuidadosamente el fémur de vuelta a su posición normal dentro de la cavidad acetabular. Después de la reducción, se puede necesitar inmovilizar la articulación con un yeso o una férula durante varias semanas para permitir que los tejidos dañados sanen correctamente. En algunos casos, la cirugía y la fisioterapia pueden ser necesarias para restaurar el movimiento y la función completa de la cadera.

El acetábulo es la cavidad o fosa de la pelvis donde se une el fémur para formar la articulación de la cadera. También se conoce como cotilo. La forma y profundidad del acetábulo permite un amplio rango de movimiento en la articulación de la cadera, incluyendo flexión, extensión, abducción, aducción, rotación interna y externa. La superficie articular del acetábulo está recubierta por cartílago hialino, el cual ayuda a reducir la fricción durante el movimiento de la articulación.

La osteoartritis de cadera, también conocida como artrosis de cadera, es una enfermedad degenerativa y progresiva de las articulaciones. Es el tipo más común de artritis y a menudo está asociada con la edad. La osteoartritis de cadera se produce cuando el cartílago que recubre las superficies articulares de la cadera se desgasta, lo que provoca dolor, rigidez e inflamación.

El cartílago es un tejido suave y resbaladizo que permite el movimiento fluido de las articulaciones. Cuando este cartílago se desgasta o daña, los huesos de la articulación pueden frotarse entre sí, causando dolor, hinchazón e incluso la formación de excrecencias óseas conocidas como espolones óseos.

Los factores de riesgo para el desarrollo de osteoartritis de cadera incluyen la edad avanzada, la obesidad, los antecedentes familiares de la afección, las lesiones previas en la articulación de la cadera y ciertas actividades repetitivas que ponen una tensión excesiva en la articulación.

El tratamiento de la osteoartritis de cadera puede incluir medidas de cuidado personal, como el descanso y la evitación de las actividades que causan dolor, fisioterapia, ejercicios de bajo impacto para mantener la fuerza y flexibilidad de la articulación, medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación, y en algunos casos, cirugía.

Las Enfermedades del Desarrollo Óseo (EDO) son un grupo de trastornos que afectan el crecimiento y desarrollo normal de los huesos. Estas condiciones pueden ser presentes desde el nacimiento o adquirirse más tarde en la vida, y pueden ser causadas por una variedad de factores, incluyendo genéticos, hormonales, nutricionales y ambientales.

Las EDO se caracterizan por anomalías en la forma, tamaño, densidad y fuerza de los huesos. Pueden afectar a uno o más huesos y pueden causar una variedad de síntomas, dependiendo de la gravedad y la ubicación de la afección. Algunos de los síntomas más comunes incluyen dolor óseo, deformidades esqueléticas, crecimiento anormal, fracturas espontáneas o repetidas, y discapacidad física.

Algunos ejemplos de EDO incluyen la enfermedad de Paget del hueso, la osteogénesis imperfecta, la displasia fibrosa poliestóptica, el síndrome de Marfan, y el síndrome de Hurler. El tratamiento de estas condiciones depende del tipo y la gravedad de la afección, pero puede incluir medicamentos, terapia física, cirugía ortopédica y cambios en el estilo de vida.

La osteotomía es un procedimiento quirúrgico ortopédico en el que se corta o se secciona un hueso en un punto específico. Esto se realiza con el objetivo de corregir deformidades óseas o alteraciones del alineamiento, como las producidas por artrosis, displasia de cadera o rodilla vara. Después de la osteotomía, el hueso se fija en la nueva posición deseada utilizando diferentes técnicas, como placas, clavos o tornillos, hasta que cicatriza y se solidifica (un proceso conocido como consolidadción). La osteotomía puede realizarse en diversas partes del esqueleto, dependiendo de la afección que se esté tratando.

La cadera es una articulación esférica (articulación sinovial) que conecta el fémur con el ilíaco, formando parte de la pelvis. Es la articulación más grande del cuerpo humano y desempeña un papel fundamental en la movilidad, soportando el peso corporal durante las actividades diarias como caminar, correr o sentarse.

La cabeza femoral se inserta en una cavidad poco profunda llamada cotilo del hueso coxal (ilíaco). Esta articulación está rodeada por un saco membranoso llamado cápsula articular y está reforzada por ligamentos fuertes que proporcionan estabilidad.

La cabeza femoral y el cotilo están recubiertos de cartílago hialino, lo que permite un movimiento suave y sin fricción entre los huesos. Los músculos que rodean la cadera permiten una amplia gama de movimientos, incluyendo flexión, extensión, abducción, aducción, rotación interna y externa.

Las afecciones comunes que pueden afectar a la articulación de la cadera incluyen la artrosis, la bursitis, la luxación o dislocación de la cadera, la displasia de la cadera (una malformación congénita) y los traumatismos. El dolor en la cadera puede ser un signo de algún problema subyacente y requerir atención médica especializada.

La artroplastia de reemplazo de cadera, también conocida como prótesis de cadera, es un procedimiento quirúrgico en el que se extrae la articulación dañada de la cadera y se reemplaza por una artificial. La articulación natural de la cadera está formada por la bola (extremo superior del fémur o muslo) y el zócalo (cavidad pélvica o acetábulo). En una artroplastia de reemplazo total de cadera, se extraen ambas partes dañadas y se sustituyen por un componente de metal o cerámica en la bola y una copa poco profunda con una superficie lisa en el zócalo. El objetivo del procedimiento es aliviar el dolor y restaurar la movilidad y función de la cadera dañada. Las artroplastias de reemplazo de cadera se realizan más comúnmente en personas mayores con osteoartritis avanzada, artritis reumatoide u otras afecciones que causan dolor e incapacidad en la articulación de la cadera.

La cabeza femoral se refiere a la porción esférica y más grande en la extremidad superior del fémur o hueso del muslo. Esta parte esférica encaja en la cavidad acetabular de la pelvis para formar la articulación de la cadera. La cabeza femoral está compuesta principalmente de tejido óseo y está recubierta por cartílago articular, el cual proporciona una superficie lisa y resistente al desgaste para el movimiento fluido de la articulación de la cadera.

Lo siento, parece que hubo un error en su pregunta. La palabra 'Perros' no está relacionada con ningún término médico específico. Si desea saber sobre el término "perro" desde un punto de vista zoológico o biológico, le informaría que los perros (Canis lupus familiaris) son mamíferos domésticos que pertenecen a la familia Canidae.

Sin embargo, en el campo médico, a veces se hace referencia al término "perro de caza" o "nariz" en relación con los entrenamientos de animales para detectar sustancias químicas, como explosivos o drogas, mediante su agudo sentido del olfato.

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Una prótesis de cadera es un dispositivo médico utilizado en la cirugía de reemplazo de cadera. Consiste generalmente en una bola (femorale head) y un vástago que se inserta en el hueso del muslo (femur), junto con una copa o cavidad acetabular que recubre la articulación de la cadera en el hueso del pélvis. Estos componentes pueden estar hechos de diferentes materiales, como metales, cerámicas o plásticos especiales. El objetivo de un reemplazo total de cadera es aliviar el dolor y restaurar la movilidad funcional en pacientes con afecciones articulares graves, como la artritis avanzada, las fracturas de cadera o la necrosis avascular.

La cirugía de reemplazo de cadera implica la extracción quirúrgica del cartílago dañado y los extremos superiores de los huesos de la articulación de la cadera, seguida de la inserción de los componentes protésicos. Existen diferentes tipos y técnicas de prótesis de cadera, como las prótesis cementadas (fijadas con cemento óseo) o no cementadas (fijadas mediante crecimiento del hueso en la superficie del implante), así como diseños anatómicos y de conservación de masa muscular que intentan replicar la biomecánica natural de la cadera.

Tras la cirugía, los pacientes necesitan seguir un programa de rehabilitación específico para fortalecer los músculos alrededor de la articulación y recuperar el rango de movimiento y la fuerza perdidos. Con el cuidado adecuado, las prótesis de cadera pueden durar muchos años y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.

Los huesos pélvicos, también conocidos como la pelvis, son un grupo de seis huesos ligados fuertemente que protegen los órganos abdominales y del sistema reproductivo y proporcionan puntos de unión para los músculos del tronco y las extremidades inferiores. Está compuesto por dos coxales (huesos ilíacos, isquiones y pubis), sacro y cóccix. La pelvis se divide en dos partes: la pelvis mayor o falsa, que está más relacionada con la parte inferior del tronco y soporta el peso del cuerpo; y la pelvis menor o verdadera, donde se encuentra la cavidad pélvica propiamente dicha, que alberga los órganos reproductivos y urinarios e incluso parte del intestino. La forma y tamaño de la pelvis varían entre sexos, siendo más ancha y redondeada en las mujeres para permitir el parto.

La displasia fibrosa ósea es un trastorno poco frecuente del tejido conectivo que afecta el crecimiento y desarrollo normal de los huesos. Esta afección se caracteriza por la formación excesiva de tejido fibroso en lugar del tejido óseo normal durante el proceso de crecimiento y reparación de los huesos. Esto puede llevar a una amplia gama de signos y síntomas, dependiendo de dónde y cuán extensamente se presente la displasia fibrosa ósea en el esqueleto.

Los síntomas más comunes incluyen dolor óseo, hinchazón o sensibilidad en las áreas afectadas, cojera, fracturas espontáneas y deformidades esqueléticas progresivas. En algunos casos, la displasia fibrosa ósea puede afectar la columna vertebral, resultando en una postura encorvada o joroba. También se han informado complicaciones más graves, como insuficiencia cardíaca y problemas respiratorios, cuando la displasia fibrosa ósea afecta los huesos que forman el tórax y restringen la capacidad pulmonar.

Aunque la causa exacta de la displasia fibrosa ósea sigue siendo desconocida, se sabe que está asociada con mutaciones en genes específicos, como GNAS1 y ACVR1. Estas mutaciones pueden heredarse o pueden ocurrir espontáneamente durante el desarrollo embrionario. El diagnóstico de displasia fibrosa ósea generalmente se realiza mediante radiografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas que muestran las características típicas de la enfermedad en los huesos afectados. El tratamiento suele ser multidisciplinario e incluye medicamentos para aliviar el dolor, fisioterapia y, en algunos casos, cirugía para corregir las deformidades óseas o extirpar tumores benignos asociados con la enfermedad.

Una fractura de cadera es una lesión común en adultos mayores, especialmente aquellos con osteoporosis. Se produce cuando hay un daño en la articulación de la cadera, que generalmente involucra el fémur (hueso del muslo) y la cavidad acetabular del hueso ilíaco. Las fracturas de cadera pueden ser causadas por una caída o trauma directo, pero también pueden ocurrir sin causa aparente en personas con osteoporosis severa.

Existen diferentes tipos de fracturas de cadera, incluyendo:

1. Fractura del cuello femoral: Es la más común y se produce en la unión entre el fémur y la cabeza femoral.
2. Fractura intertrocantérica: Se localiza por debajo del cuello femoral, en la región donde el fémur se ensancha para formar el trocánter mayor y menor.
3. Fracturas de la diáfisis femoral: Son fracturas que afectan al cuerpo principal del fémur.
4. Fracturas articulares o intraarticulares: Ocurren dentro de la articulación de la cadera y pueden involucrar la cabeza femoral y el acetábulo.

El tratamiento suele implicar cirugía para estabilizar la fractura, restaurir la longitud del fémur y permitir la movilización temprana del paciente. Los procedimientos quirúrgicos pueden incluir prótesis totales de cadera, clavijas y placas o tornillos intramedulares. El pronóstico depende de factores como la edad, salud general del paciente, tipo y localización de la fractura, y la capacidad funcional previa. Las complicaciones pueden incluir infección, trombosis venosa profunda, necrosis avascular de la cabeza femoral y artrosis postraumática.

No existe una sola definición médica específica para "Enfermedades de los Perros" ya que las enfermedades caninas pueden ser muy diversas y abarcan un amplio espectro de padecimientos. Sin embargo, podríamos definirlo como el conjunto de condiciones médicas que afectan a los perros y que requieren atención veterinaria.

Algunas categorías comunes de enfermedades en perros incluyen:

1. Enfermedades infecciosas: Estas son causadas por virus, bacterias, hongos o parásitos. Algunos ejemplos son la parvovirosis canina, el moquillo canino, la leptospirosis y la enfermedad de Lyme.

2. Enfermedades degenerativas: Estas se refieren a condiciones que involucran un deterioro progresivo de las estructuras corporales. La artrosis y la enfermedad degenerativa del disco son ejemplos comunes.

3. Enfermedades neoplásicas: También conocidas como cáncer, se refieren al crecimiento anormal y descontrolado de células. Algunos tipos comunes en perros incluyen el linfoma y el osteosarcoma.

4. Enfermedades hereditarias: Estas son condiciones que se transmiten genéticamente de padres a hijos. Ejemplos incluyen la displasia de cadera, la atrofia retinal degenerativa y la enfermedad de von Willebrand.

5. Enfermedades traumáticas: Estas son lesiones causadas por accidentes o eventos traumáticos, como fracturas óseas, luxaciones y contusiones.

6. Enfermedades autoinmunes: Se refieren a condiciones en las que el sistema inmunitario ataca los propios tejidos del cuerpo. El lupus eritematoso sistémico canino y la anemia hemolítica autoinmune son ejemplos.

7. Enfermedades infecciosas: Son enfermedades causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos. El parvovirus canino y la leptospirosis son ejemplos comunes.

La espina bífida oculta, también conocida como espina bífida occulta, es un defecto congénito menor del cierre de los arcos vertebrales posteriores en la columna vertebral. En este caso, las vértebras no se fusionan completamente y quedan una o más espinas neurales pequeñas adicionales (tagtes) por debajo del nivel de L5.

A diferencia de otros tipos de espina bífida, como la meningocele o la mielomeningocele, en la espina bífida oculta los tejidos neurales y la médula espinal no sobresalen a través de una abertura en la columna vertebral. De hecho, a menudo están cubiertos por músculos o ligamentos, lo que puede dificultar su detección y diagnóstico.

Aunque muchas personas con espina bífida oculta no presentan síntomas ni complicaciones, algunas pueden desarrollar problemas más adelante en la vida, como dolor de espalda, debilidad muscular, rigidez articular o trastornos de la vejiga e intestinos. El tratamiento generalmente se recomienda solo si hay signos o síntomas asociados con el defecto vertebral.

La displasia ectodérmica es un término general que se utiliza para describir un grupo heterogéneo de trastornos congénitos hereditarios que afectan el desarrollo y la diferenciación de las estructuras derivadas de la cresta neural y la ectodermis. Estos tejidos incluyen la piel, el pelo, las uñas, los dientes, las glándulas sudoríparas y algunas partes del sistema nervioso periférico.

Existen varios tipos de displasia ectodérmica, cada uno con diferentes conjuntos de síntomas y grados de gravedad. Algunos de los signos y síntomas comunes asociados con estas condiciones incluyen: piel seca o escamosa, falta de sudoración, uñas débiles o incurvadas, dientes anormales o ausentes, cabello fino, rizado o ausente, y anomalías del sistema nervioso periférico.

La displasia ectodérmica puede ser causada por mutaciones en varios genes diferentes, y hereda a menudo de forma autosómica dominante o recesiva. El tratamiento suele ser sintomático y depende de los síntomas específicos presentes en cada individuo.

La displasia broncopulmonar (DBP) es una afección pulmonar crónica que afecta principalmente a los bebés prematuros. Se caracteriza por una inflamación y un crecimiento anormal de los conductos bronquiales (vías respiratorias más grandes en los pulmones) y los alvéolos (sacos de aire pequeños en los pulmones donde ocurre el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono).

La DBP puede variar en gravedad desde formas leves que solo requieren oxígeno suplementario hasta formas más graves que pueden causar insuficiencia respiratoria crónica. Los síntomas más comunes incluyen dificultad para respirar, sibilancias, tos, infecciones pulmonares recurrentes y retraso del crecimiento.

La DBP es una enfermedad multifactorial que puede ser causada por una combinación de factores, como la prematuridad, la infección pulmonar, la exposición a oxígeno suplementario durante un largo período de tiempo y los daños causados por los ventiladores mecánicos. El tratamiento puede incluir oxígeno suplementario, broncodilatadores, corticosteroides y, en algunos casos, cirugía. La fisioterapia respiratoria y la nutrición adecuada también son importantes para el manejo de esta enfermedad.

La artrografía es una técnica de imagenología médica que consiste en la inyección de un contraste radiopaco dentro de una articulación con el fin de obtener imágenes detalladas de su estructura y función. Esto permite a los médicos diagnosticar lesiones, enfermedades o daños en los tejidos blandos de la articulación, como cartílagos, ligamentos, cápsulas articulares y músculos circundantes.

El procedimiento se realiza mediante la inyección del contraste en la articulación, seguido de la captura de imágenes mediante radiografías, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM). La artrografía puede ayudar a detectar y evaluar condiciones como la osteoartritis, la artritis reumatoide, lesiones deportivas, luxaciones, esguinces y otras patologías articulares.

Existen diferentes tipos de artrografía, entre los que se incluyen:

1. Artrografía simple o convencional: Se utiliza un contraste radiopaco para obtener imágenes de la articulación mediante radiografías.
2. Artrografía con tomografía computarizada (TC): Combina el uso del contraste radiopaco con las imágenes detalladas proporcionadas por la TC, lo que permite una evaluación más precisa de los tejidos articulares.
3. Artrografía con resonancia magnética (RM): Utiliza un contraste especial para la RM y aprovecha las ventajas de esta técnica para obtener imágenes detalladas de los tejidos blandos y estructuras óseas de la articulación.

La artrografía es una herramienta útil en el diagnóstico y planificación del tratamiento de diversas afecciones articulares, aunque conlleva algunos riesgos asociados al uso de contraste y la inyección en la articulación. Por lo tanto, se recomienda que sea realizada por profesionales capacitados y bajo estrictas medidas de seguridad.

La Mucopolisacaridosis Tipo I (MPS I) es un trastorno genético hereditario de almacenamiento lisosomal, también conocido como Síndrome de Hurler, Hurler-Scheie y Scheie en función de su gravedad. Es causado por la deficiencia de la enzima alfa-L-iduronidasa, la cual es necesaria para descomponer los mucopolisacáridos (también llamados glicosaminoglicanos) como el dermatán sulfato y heparán sulfato.

Cuando esta enzima falta o está ausente, los mucopolisacáridos no se pueden descomponer adecuadamente y se acumulan en las células del cuerpo, especialmente en los lisosomas. Esta acumulación daña gradualmente los tejidos y órganos, causando una variedad de problemas de salud graves que pueden afectar la apariencia física, el desarrollo cognitivo, las funciones corporales y la esperanza de vida.

Los síntomas de la MPS I varían en gravedad y pueden incluir rasgos faciales distintivos, problemas respiratorios y cardíacos, pérdida auditiva, problemas oculares, rigidez articular, crecimiento anormal y retraso mental. El tratamiento puede incluir terapia de reemplazo enzimático, trasplante de médula ósea y manejo de los síntomas específicos de la enfermedad. La detección y el tratamiento tempranos son importantes para mejorar los resultados y la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad rara.

El fémur es el hueso más largo y fuerte del cuerpo humano, que forma parte del miembro inferior o extremidad inferior. Se articula con la pelvis en su extremo superior (formando la cadera) y con la rodilla en su extremo inferior. El fémur presenta una cabeza femoral, un cuello, un cuerpo o diáfisis y dos extremos o epífisis: la epífisis superior o próximal y la epífisis inferior o distal. La cabeza femoral se articula con el acetábulo de la pelvis a través del ligamento redondo, mientras que las epífisis se unen a los huesos de la pierna (la tibia y el peroné) mediante las articulaciones de la rodilla. El fémur desempeña un papel crucial en la movilidad y soporte del cuerpo, ya que participa en movimientos como la flexión, extensión, rotación interna y externa e inclinación lateral de la pierna.

En términos médicos, el fémur se describe como un hueso largo, compuesto principalmente de tejido óseo denso y resistente, con una estructura interior esponjosa que contiene médula ósea roja (en la diáfisis) y amarilla (en las epífisis). El fémur también presenta varias líneas de crecimiento, márgenes y superficies distintas que permiten su identificación y descripción anatómica precisa. Además, el fémur está sujeto a diversas enfermedades y trastornos ortopédicos, como fracturas, luxaciones, displasia de cadera, osteoartritis, osteoporosis y cáncer óseo, entre otros.

El rango del movimiento articular, también conocido como amplitud de movimiento, se refiere a la máxima extensión y flexibilidad que permite una articulación o un segmento corporal en su conjunto para realizar movimientos en diferentes direcciones. Estos rangos varían según la articulación y el individuo, dependiendo de factores como la edad, el sexo, la actividad física y la presencia de patologías o lesiones.

La medición del rango de movimiento articular es una herramienta importante en la evaluación clínica, ya que puede ayudar a diagnosticar problemas musculoesqueléticos, medir el progreso terapéutico y determinar la eficacia de los tratamientos. Se mide en grados utilizando diferentes técnicas y equipos especializados, como los goniómetros, los podómetros o los sistemas de medición electrónicos.

Es importante mantener un rango adecuado de movimiento articular para preservar la funcionalidad, la independencia y la calidad de vida, especialmente en edades avanzadas o tras sufrir una lesión o cirugía. Realizar ejercicios de estiramiento y fortalecimiento regularmente, mantener una postura correcta y adoptar hábitos saludables contribuyen al mantenimiento y mejora del rango de movimiento articular.

Las lesiones de cadera se refieren a cualquier daño o trauma sufrido por la articulación de la cadera, los músculos, los ligamentos o los huesos circundantes. Estas lesiones pueden variar desde moretones y esguinces leves hasta fracturas y luxaciones graves.

La articulación de la cadera es una de las más grandes y complejas del cuerpo humano, formada por la intersección de la cabeza del fémur (hueso del muslo) con el acetábulo o cavidad cotiloidea de la pelvis. Está rodeada por poderosos músculos y ligamentos que proporcionan estabilidad y permiten un amplio rango de movimiento.

Algunas lesiones comunes de la cadera incluyen:

1. Contusiones: moretones en los tejidos blandos alrededor de la articulación de la cadera.
2. Esguinces: estiramiento o desgarro parcial de los ligamentos que mantienen unida la articulación de la cadera.
3. Distensiones: estiramiento o desgarro parcial de los músculos que rodean la articulación de la cadera.
4. Fracturas: rotura completa o parcial de uno o más huesos de la cadera, como el fémur o la pelvis.
5. Luxaciones: desalineación total de los extremos óseos de la articulación de la cadera.
6. Bursitis trocantérica: inflamación de la bursa, un pequeño saco lleno de líquido que amortigua el roce entre el hueso y los músculos o tendones.
7. Tendinitis: inflamación del tendón, el tejido fibroso que conecta el músculo con el hueso.

El tratamiento de las lesiones de cadera depende del tipo y gravedad de la lesión. Puede incluir descanso, hielo, compresión y elevación (RICE), medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación, fisioterapia, inmovilización con un yeso o férula, cirugía o rehabilitación.

La displasia del cuello del útero, también conocida como displasia cervical, es un trastorno precanceroso que afecta el revestimiento del cuello del útero. Se caracteriza por el crecimiento anormal y desorganizado de células en este área, el cual suele ser detectado mediante pruebas de detección como el Papanicolaou (Pap).

Existen diferentes grados de displasia cervical, clasificados según la gravedad del crecimiento celular anormal:

1. Displasia leve (CIN I): Las células anormales se encuentran únicamente en la capa más superficial del cuello del útero.
2. Displasia moderada (CIN II): El crecimiento celular anormal afecta a las capas intermedias del cuello del útero.
3. Displasia severa (CIN III) o carcinoma in situ: Las células anormales se extienden hasta la base del cuello del útero, pero no han invadido los tejidos circundantes.

La displasia del cuello del útero es generalmente causada por una infección persistente con el virus del papiloma humano (VPH), que se transmite sexualmente. Existen más de 100 tipos diferentes de VPH, y aproximadamente 13 de ellos están relacionados con el desarrollo de displasia cervical y cáncer cervical.

El tratamiento de la displasia del cuello del útero depende del grado de afección, la edad de la paciente, y otros factores. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

- Seguimiento cuidadoso con pruebas de Papanicolaou regulares
- Escisión o destrucción de las células anormales mediante procedimientos como la conización o la crioterapia
- Extirpación quirúrgica del útero (histerectomía) en casos más graves o recurrentes.

La prevención es fundamental para reducir el riesgo de desarrollar displasia cervical y cáncer cervical. Las medidas preventivas incluyen:

- Vacunación contra el VPH: Se recomienda la vacunación contra el VPH a las niñas y los niños entre los 11 y los 12 años de edad, aunque también se puede administrar hasta los 45 años. La vacuna protege contra los tipos más comunes del virus que causan el cáncer cervical y otras enfermedades relacionadas con el VPH.
- Uso de preservativos: El uso correcto y consistente de preservativos puede ayudar a reducir el riesgo de transmisión del VPH durante las relaciones sexuales, aunque no elimina por completo el riesgo.
- Pruebas de detección regulares: Las pruebas de Papanicolao pueden detectar cambios precancerosos en el cuello del útero, lo que permite un tratamiento temprano y evita la progresión a cáncer cervical. Se recomienda iniciar las pruebas de detección a los 21 años o dentro de los tres años posteriores al inicio de la actividad sexual, lo que ocurra primero. Las mujeres entre 25 y 65 años deben realizarse una prueba de Papanicolao cada tres a cinco años, dependiendo de su edad y resultados previos.

La displasia fibromuscular (DFM) es un trastorno que afecta principalmente a los vasos sanguíneos pequeños y medianos, especialmente las arterias renales y carótidas. Se caracteriza por el crecimiento anormal de células musculares y fibrosas en la pared de los vasos sanguíneos, lo que puede causar estrechamiento (estenosis), dilatación (aneurisma) o both de las arterias afectadas.

La DFM se clasifica en tres tipos principales según el patrón de afectación:

1. Tipo I (también conocido como tipo medial): Afecta predominantemente a la capa media de la pared arterial, con múltiples anillos de engrosamiento y estrechamiento alternando con áreas normales o dilatadas.
2. Tipo II (también conocido como tipo intimomedial): Afecta a las capas media e íntima de la pared arterial, causando un engrosamiento difuso y continuo de estas capas.
3. Tipo III (también conocido como tipo periférico): Se limita a la capa más externa de la pared arterial (la adventicia) y se caracteriza por engrosamientos irregulares y estrechamientos focales.

La displasia fibromuscular puede causar una variedad de síntomas, dependiendo de la gravedad y la ubicación de las lesiones arteriales. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

- Hipertensión arterial resistente al tratamiento
- Dolor de cabeza (especialmente dolores de cabeza en racimo o migrañas)
- Síncope (desmayos)
- Pulsos débiles o ausentes en las extremidades
- Claudicación intermitente (dolor en las piernas al caminar)
- Dolor torácico
- Insuficiencia renal crónica

El diagnóstico de la displasia fibromuscular generalmente se realiza mediante una combinación de estudios de imagen, como angiografía por resonancia magnética (ARM), tomografía computarizada (TC) o angiografía digital subtráctiva (DSA). El tratamiento puede incluir medicamentos para controlar la presión arterial y aliviar los síntomas, así como procedimientos quirúrgicos o endovasculares para reparar las lesiones arteriales.

En términos médicos, un "cruzamiento" se refiere al proceso de reproducción entre individuos de diferentes razas, linajes o variedades de organismos vivos, especialmente en plantas y animales domésticos, con el objetivo de combinar características deseables de ambos progenitores. Esto se realiza a menudo en la cría selectiva para mejorar las características genéticas de una especie o raza.

El resultado del cruzamiento es un híbrido, que tiene una combinación única de genes heredados de cada uno de los padres. El estudio y aplicación de este proceso en la mejora de las poblaciones vegetales y animales se conoce como genética de poblaciones o genética cuantitativa.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el cruzamiento también puede ocurrir naturalmente en la naturaleza, donde diferentes especies o variedades de organismos pueden reproducirse y dar lugar a nuevas formas de vida. Este proceso se conoce como hibridación y puede tener implicaciones importantes en la evolución y diversidad biológica.

Las osteocondrodisplasias son un grupo heterogéneo de trastornos esqueléticos congénitos que afectan el crecimiento y desarrollo del hueso y el cartílago. Estos trastornos están asociados con anomalías en la diferenciación y función de los condrocitos, las células responsables del crecimiento y mantenimiento del tejido cartilaginoso. La mayoría de las osteocondrodisplasias se heredan de forma autosómica dominante o recesiva.

Las manifestaciones clínicas de estas enfermedades varían desde leves a graves y pueden incluir displasia esquelética, disostosis (malformación ósea), enanismo, trastornos de la columna vertebral, luxaciones congénitas de caderas, deformidades articulares, y anomalías faciales y craneales. Algunos tipos de osteocondrodisplasias también pueden presentar problemas respiratorios, cardíacos o neurológicos.

Existen más de 450 tipos diferentes de osteocondrodisplasias, cada uno con características específicas y patrones hereditarios distintivos. Algunos ejemplos comunes incluyen la acondroplasia, el síndrome de Down, el síndrome de Turner, la displasia espondiloepifisaria congénita y la enfermedad de Morquio. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de examen físico, radiografías, pruebas genéticas y, en algunos casos, biopsia del tejido óseo o cartilaginoso.

El tratamiento de las osteocondrodisplasias depende del tipo específico y la gravedad de los síntomas. Puede incluir fisioterapia, ortopedia, cirugía correctiva y, en casos graves, cuidados paliativos. El pronóstico varía ampliamente según el tipo de osteocondrodisplasia; algunos tipos tienen un curso benigno con una esperanza de vida normal, mientras que otros pueden causar discapacidades graves y reducir la esperanza de vida.

La displasia fibrosa monostótica es una condición benigna y poco común que afecta el crecimiento y desarrollo del hueso. Se caracteriza por la formación de tejido fibroso en lugar del tejido óseo normal durante el proceso de crecimiento del hueso. Esta afección generalmente afecta a un solo hueso (de ahí el término "monostótica"), aunque en algunos casos puede involucrar múltiples huesos ("poliostótica").

La displasia fibrosa monostótica puede ocurrir en cualquier hueso del cuerpo, pero se observa con mayor frecuencia en los huesos largos como el fémur, el húmero y las costillas. La afección suele presentarse en la infancia o adolescencia, aunque también puede manifestarse en adultos jóvenes.

Los síntomas de la displasia fibrosa monostótica varían dependiendo del tamaño y la ubicación del crecimiento anormal del tejido fibroso dentro del hueso. Algunas personas con esta afección pueden no presentar ningún síntoma, mientras que otras pueden experimentar dolor, debilidad o fragilidad ósea, deformidades óseas y fracturas espontáneas.

El diagnóstico de displasia fibrosa monostótica generalmente se realiza mediante radiografías, tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM) que muestran la presencia de tejido fibroso anormal dentro del hueso. La confirmación del diagnóstico puede requerir una biopsia ósea para examinar el tejido afectado bajo un microscopio.

El tratamiento de displasia fibrosa monostótica depende de la gravedad y los síntomas de la afección. En algunos casos, no se requiere ningún tratamiento específico más allá del seguimiento regular con radiografías u otras pruebas de imagen para controlar el crecimiento del tejido fibroso anormal.

Sin embargo, si la afección causa dolor o fracturas recurrentes, se pueden considerar opciones de tratamiento adicionales, como el uso de medicamentos para aliviar el dolor y fortalecer los huesos, la cirugía para corregir las deformidades óseas o la radioterapia para reducir el crecimiento del tejido fibroso anormal.

En general, la displasia fibrosa monostótica es una afección benigna que rara vez pone en peligro la vida. Sin embargo, puede causar problemas significativos con la función y la forma de los huesos afectados, especialmente si no se diagnostica y trata adecuadamente.

Los estudios de seguimiento en el contexto médico se refieren a los procedimientos continuos y regulares para monitorear la salud, el progreso o la evolución de una condición médica, un tratamiento o una intervención en un paciente después de un período determinado. Estos estudios pueden incluir exámenes físicos, análisis de laboratorio, pruebas de diagnóstico por imágenes y cuestionarios de salud, entre otros, con el fin de evaluar la eficacia del tratamiento, detectar complicaciones tempranas, controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. La frecuencia y el alcance de estos estudios varían dependiendo de la afección médica y las recomendaciones del proveedor de atención médica. El objetivo principal es garantizar una atención médica continua, personalizada y oportuna para mejorar los resultados del paciente y promover la salud general.

La displasia fibrosa poliostótica (DFP) es un trastorno poco frecuente del tejido conectivo que afecta el crecimiento y desarrollo de los huesos. Es una enfermedad benigna, aunque puede causar diversas complicaciones médicas. La DFP se caracteriza por la formación excesiva de tejido fibroso en lugar del tejido óseo normal durante el proceso de crecimiento y remodelación ósea. Esto puede llevar a una amplia gama de signos y síntomas, dependiendo de dónde y cuán extensamente se presente la displasia fibrosa.

La palabra "poliostótica" se refiere al patrón común de afectación en múltiples sitios óseos, aunque también existen formas monoostóticas (que afectan a un solo hueso). Los huesos largos, como los fémures, las tibias y los húmeros, son los más comúnmente afectados, pero cualquier hueso en el cuerpo puede verse involucrado. La displasia fibrosa puede causar lesiones óseas expansivas y líticas (disminución de la densidad mineral ósea), lo que lleva a una variedad de complicaciones, como fracturas espontáneas, deformidades óseas y dolor óseo.

La displasia fibrosa poliostótica puede presentarse en cualquier edad, pero generalmente se diagnostica durante la infancia o la adolescencia. Aproximadamente el 70% de los casos se diagnostican antes de los 30 años. La gravedad y el pronóstico de la DFP varían ampliamente, desde formas asintomáticas con lesiones óseas incidentales hasta formas más graves con afectación multisistémica y complicaciones significativas que pueden afectar la calidad de vida. El tratamiento suele ser multidisciplinario e implica el control de los síntomas, la prevención de las complicaciones y, en algunos casos, la intervención quirúrgica para corregir las deformidades óseas o estabilizar las fracturas.

La recuperación de la función en un contexto médico se refiere al proceso por el cual un individuo restaura, parcial o totalmente, las capacidades físicas, cognitivas o psicológicas que fueron afectadas negativamente como resultado de una enfermedad, lesión o intervención quirúrgica. Este proceso puede involucrar diversos enfoques, incluyendo terapias físicas y ocupacionales, rehabilitación, medicamentos, cambios en el estilo de vida y otros tratamientos médicos. El objetivo principal de la recuperación de la función es ayudar al paciente a alcanzar el mayor nivel de independencia, autonomía y calidad de vida posible. La velocidad y éxito de la recuperación pueden variar ampliamente dependiendo de factores como la gravedad de la lesión o enfermedad, la edad y salud general del paciente, y su compromiso con el plan de tratamiento.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

La osteoartritis (OA) es la forma más común de artritis y se caracteriza por la degeneración progresiva del cartílago articular, lo que lleva a la pérdida de la articulación normal y su función. A menudo se describe como una enfermedad "de desgaste", ya que generalmente afecta las articulaciones que han sido utilizadas repetidamente durante muchos años, especialmente las articulaciones de las manos, rodillas, caderas y columna vertebral.

La degeneración del cartílago hace que los huesos en las articulaciones se froten entre sí, lo que puede causar dolor, rigidez, inflamación y pérdida de movilidad. En algunos casos, la osteoartritis también puede dar lugar a la formación de espolones óseos y protuberancias duras conocidas como "puntos gordos".

Aunque cualquiera puede desarrollar osteoartritis, ciertos factores aumentan su riesgo, incluyendo la edad avanzada, el sobrepeso u obesidad, los antecedentes familiares de la enfermedad, las lesiones articulares previas y la mala alineación o estructura anormal de las articulaciones.

El tratamiento de la osteoartritis se centra generalmente en el alivio de los síntomas y puede incluir medicamentos, terapia física, ejercicio, pérdida de peso y, en algunos casos, cirugía.

La displasia cleidocraneal es un trastorno genético que afecta el desarrollo normal del esqueleto. Se caracteriza por anomalías en la formación y fusión de los huesos, particularmente en el cráneo y el esternón (hueso en forma de corazón en el centro del pecho).

Las principales manifestaciones clínicas incluyen:

1. Cráneo: El crecimiento y desarrollo normal del cráneo se ven afectados, resultando en una fontanela anterior abierta (el "punto blando" en la parte superior de la cabeza) que puede permanecer presente hasta la edad adulta. También hay un retraso en la soldadura de los huesos craneales, lo que lleva a una cabeza más grande de lo normal (macrocefalia).

2. Cara: Los ojos pueden estar más separados de lo usual (hipertelorismo), y hay una frente prominente y protuberante.

3. Dientes: Hay anomalías dentales significativas, como retraso en la erupción de los dientes temporales y permanentes, dientes adicionales (supernumerarios) o ausencia congénita de algunos dientes.

4. Hombros: El esternón está hipoplásico (subdesarrollado), y los omóplatos (huesos de los hombros) no están unidos al esternón, lo que resulta en una movilidad excesiva de los hombros.

5. Extremidades: A menudo hay dedos cortos o fusionados (sindactilia), caderas anchas y pies planos.

6. Columna vertebral: Puede haber escoliosis o cifosis, que son curvaturas anormales de la columna vertebral.

Este trastorno es hereditario y se transmite con un patrón autosómico dominante, lo que significa que una copia del gen anormal heredado de uno de los padres es suficiente para causar la enfermedad. Sin embargo, aproximadamente el 20-30% de los casos son debidos a nuevas mutaciones y no tienen antecedentes familiares conocidos. El tratamiento incluye fisioterapia, ortopedia y cirugía dental, así como la corrección quirúrgica de las deformidades esqueléticas graves.

La displasia retiniana es una afección congénita del ojo que afecta el desarrollo y la función normal de la retina. Se trata de un grupo de enfermedades hereditarias raras que pueden causar ceguera parcial o completa.

La retina es una capa delgada y sensible a la luz en la parte posterior del ojo que contiene células fotorreceptoras llamadas bastones y conos, las cuales convierten la luz en señales eléctricas que se envían al cerebro a través del nervio óptico. En la displasia retiniana, estas células fotorreceptoras no se desarrollan o funcionan correctamente, lo que resulta en una visión disminuida o distorsionada.

Existen diferentes tipos de displasia retiniana, cada uno con diferentes grados de severidad y síntomas. Algunos afectan solo a pequeñas áreas de la retina, mientras que otros pueden involucrar toda la retina. Los síntomas más comunes incluyen visión borrosa o distorsionada, dificultad para ver en condiciones de poca luz, movimientos anormales de los ojos (nistagmo) y sensibilidad a la luz (fotofobia).

La displasia retiniana puede ser causada por mutaciones en varios genes diferentes, muchos de los cuales están involucrados en el desarrollo y mantenimiento de la retina. La mayoría de los casos se heredan de forma autosómica recesiva, lo que significa que una persona debe heredar dos copias del gen anormal (una de cada padre) para desarrollar la afección. Sin embargo, algunos tipos se heredan de forma dominante, lo que significa que solo es necesario heredar una copia del gen anormal para desarrollar la enfermedad.

No existe cura conocida para la displasia retiniana, y el tratamiento generalmente se centra en mejorar la visión y reducir los síntomas. Las opciones de tratamiento pueden incluir anteojos o lentes de contacto, cirugía para corregir problemas estructurales en el ojo, y terapia visual para ayudar a mejorar la visión. En algunos casos, se puede considerar un trasplante de córnea o retina, aunque estos procedimientos son experimentales y tienen riesgos significativos asociados.

En el contexto de la medicina y la biología, un linaje se refiere a una sucesión o serie de organismos relacionados genéticamente que descienden de un antepasado común más reciente. Puede hacer referencia a una secuencia particular de genes que se heredan a través de generaciones y que ayudan a determinar las características y rasgos de un organismo.

En la genética, el linaje mitocondrial se refiere a la línea de descendencia materna, ya que las mitocondrias, que contienen su propio ADN, se transmiten generalmente de madre a hijo. Por otro lado, el linaje del cromosoma Y sigue la línea paterna, ya que los cromosomas Y se heredan del padre y se mantienen intactos durante la meiosis, lo que permite rastrear la ascendencia masculina.

Estos linajes pueden ser útiles en la investigación genética y antropológica para estudiar la evolución y la migración de poblaciones humanas y otras especies.

El cartílago articular, también conocido como cartílago hialino, es un tejido conjuntivo especializado que recubre las superficies articulares de los huesos en las articulaciones sinoviales. Proporciona una superficie lisa y resistente al desgaste para el movimiento suave y la absorción de impactos entre los huesos. El cartílago articular está compuesto principalmente por células llamadas condrocitos, rodeadas por una matriz extracelular rica en colágeno y proteoglicanos. Esta matriz contiene altas concentraciones de agua y posee propiedades mecánicas únicas que permiten la amortiguación y la lubricación de las articulaciones. A diferencia de otros tejidos, el cartílago articular no tiene vasos sanguíinos ni nervios, lo que limita su capacidad de regenerarse y repararse después de un daño significativo.

La displasia tanatofórica es un término médico que se utiliza para describir una condición genética rara y letalmente grave que afecta el desarrollo normal de los huesos y otros tejidos en el cuerpo. Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de esqueletos anormalmente grandes o excesivamente pequeños, así como por una variedad de anomalías estructurales en los huesos y otras partes del cuerpo.

La displasia tanatofórica se puede presentar en dos formas principales: tipo I y tipo II. El tipo I se caracteriza por un esqueleto grande con extremidades cortas, una cabeza grande y prominente, y una columna vertebral anormalmente curvada. Por otro lado, el tipo II se distingue por un esqueleto pequeño con extremidades largas y delgadas, una caja torácica estrecha y deformada, y una cabeza grande y abultada.

Ambos tipos de displasia tanatofórica suelen ir acompañados de otras anomalías, como problemas cardíacos, renales y pulmonares, así como retraso mental y convulsiones. La enfermedad es letal y la mayoría de los niños con esta afección mueren antes de nacer o durante el primer año de vida.

La displasia tanatofórica se produce por mutaciones en genes específicos, como el gen FGFR3 (factor de crecimiento fibroblástico receptor 3) y el gen FGFR2 (factor de crecimiento fibroblástico receptor 2). Estas mutaciones causan una sobreactivación del receptor, lo que lleva a un crecimiento anormal de los huesos y otros tejidos.

El diagnóstico de displasia tanatofórica se realiza mediante estudios de imagenología, como radiografías y resonancias magnéticas, así como pruebas genéticas. No existe un tratamiento curativo para la enfermedad, aunque se pueden administrar medicamentos para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del niño.

En realidad, "factores de tiempo" no es un término médico específico. Sin embargo, en un contexto más general o relacionado con la salud y el bienestar, los "factores de tiempo" podrían referirse a diversos aspectos temporales que pueden influir en la salud, las intervenciones terapéuticas o los resultados de los pacientes. Algunos ejemplos de estos factores de tiempo incluyen:

1. Duración del tratamiento: La duración óptima de un tratamiento específico puede influir en su eficacia y seguridad. Un tratamiento demasiado corto o excesivamente largo podría no producir los mejores resultados o incluso causar efectos adversos.

2. Momento de la intervención: El momento adecuado para iniciar un tratamiento o procedimiento puede ser crucial para garantizar una mejoría en el estado del paciente. Por ejemplo, tratar una enfermedad aguda lo antes posible puede ayudar a prevenir complicaciones y reducir la probabilidad de secuelas permanentes.

3. Intervalos entre dosis: La frecuencia y el momento en que se administran los medicamentos o tratamientos pueden influir en su eficacia y seguridad. Algunos medicamentos necesitan ser administrados a intervalos regulares para mantener niveles terapéuticos en el cuerpo, mientras que otros requieren un tiempo específico entre dosis para minimizar los efectos adversos.

4. Cronobiología: Se trata del estudio de los ritmos biológicos y su influencia en diversos procesos fisiológicos y patológicos. La cronobiología puede ayudar a determinar el momento óptimo para administrar tratamientos o realizar procedimientos médicos, teniendo en cuenta los patrones circadianos y ultradianos del cuerpo humano.

5. Historia natural de la enfermedad: La evolución temporal de una enfermedad sin intervención terapéutica puede proporcionar información valiosa sobre su pronóstico, así como sobre los mejores momentos para iniciar o modificar un tratamiento.

En definitiva, la dimensión temporal es fundamental en el campo de la medicina y la salud, ya que influye en diversos aspectos, desde la fisiología normal hasta la patogénesis y el tratamiento de las enfermedades.

De acuerdo con la definición médica establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un recién nacido es un individuo que tiene hasta 28 días de vida. Este período comprende los primeros siete días después del nacimiento, que se conocen como "neonatos tempranos", y los siguientes 21 días, denominados "neonatos tardíos". Es una etapa crucial en el desarrollo humano, ya que durante este tiempo el bebé está adaptándose a la vida fuera del útero y es especialmente vulnerable a diversas condiciones de salud.

El virus del moquillo canino, también conocido como parvovirus canino, es un patógeno que causa una enfermedad infecciosa grave en perros y otros cánidos. Es un virus resistente que se transmite a través del contacto directo o indirecto con heces infectadas.

El virus del moquillo canino afecta principalmente al sistema gastrointestinal, causando diarrea severa, vómitos y deshidratación. También puede afectar al sistema nervioso central, provocando síntomas neurológicos como temblores musculares, convulsiones e incluso parálisis en casos graves.

El virus es muy resistente en el medio ambiente y puede sobrevivir durante varios meses en superficies contaminadas. La enfermedad se previene mediante la vacunación regular de los perros, que se considera una de las vacunas más importantes para mantener la salud de los animales domésticos.

Los síntomas de la enfermedad suelen aparecer entre 3 y 10 días después del contagio y pueden incluir fiebre, letargia, pérdida de apetito, dolor abdominal, diarrea severa y vómitos. En casos graves, la deshidratación y el shock pueden ser fatales.

El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre o heces, que detectan la presencia del virus o sus anticuerpos. El tratamiento es principalmente de apoyo y consiste en rehidratar al animal, controlar los vómitos y la diarrea, y prevenir las infecciones secundarias. En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización.

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