Colorante riminofenazínico soluble en grasas utilizado en el tratamiento de la lepra. Ha sido utilizado en investigaciones en combinación con otras sustancias antibacterianas para tratar las infecciones por Mycobacterium avium en pacientes con SIDA. La Clofazimina también tiene un marcado efecto antiinflamatorio y se da para controlar la reacción leprosa, el eritema nodoso lepromatoso (Adaptación del original: AMA Drug Evaluations Annual, 1993, p1619).
Sustancias que eliminan a Mycobacterium leprae, mejoran las manifestaciones clínicas de la lepra o reducen la incidencia y severidad de las reacciones leprosas.
Una sulfona activa contra un amplio espectro de bacterias pero que se emplea principalmente por sus acciones contra el MYCOBACTERIUM LEPRAE. Su mecanismo de acción es probablemente similar al de las SULFONAMIDAS el cual involucra la inhibición de la síntesis de ácido fólico en organismos susceptibles. Es utilizado junto a la PIRIMETAMINA en el tratamiento de la malaria.
Forma de LEPRA que ha sido clasificada por la Organización Mundial de la Salud para propósito de su tratamiento, basándose en manifestaciones clínicas y resultados en frotis de piel. Los pacientes con lepra multibacilar tienen seis o más lesiones con o sin resultados positivos en frotis de piel para el agente causal MYCOBACTERIUM LEPRAE. La lepra multibacilar abarca la lepromatosa límite, mediolímite, y lepra lepromatosa.
Infección no tuberculosa cuando ocurre en hombres. Se caracteriza por enfermedad pulmonar, linfadenitis en niños, y enfermedad sistémica en pacientes con SIDA. La infección por Mycobacterium avium-intracellulare de aves y cerdos produce tuberculosis.
Complejo que incluye varias cepas de M. avium. El M. intracellulare no se distingue fácilmente del M. avium y por tanto se incluye en el complejo. Estos organismos se hallan más frecuentemente en secreciones pulmonares de personas con micobacteriosis semejante a la tuberculosis. Las cepas de este complejo también se han asociado con la linfadenitis infantil y el SIDA. El M. avium solo produce tuberculosis en una variedad de aves y de otros animales, incluidos los cerdos.
Infección granulomatosa crónica producida por el MYCOBACTERIUM LEPRAE. Las lesiones granulomatosas se manifiestan en la piel, las membranas mucosas y los nervios periféricos. Dos tipos polares o principales son lepromatosos y tuberculosos.
Fenazinas son compuestos heterocíclicos aromáticos que contienen un sistema de anillo dibenzofuranoxazina, utilizados en quimioterapia y como tintes y desinfectantes.
Agente antituberculoso que inhibe la transferencia de ácidos micólicos hacia la pared celular del bacilo tuberculoso. Inhibe también la síntesis de espermidina en la micobacteria. Su acción es usualmente bactericida y la droga puede penetrar las membranas de las células humanas para ejercer su efecto letal. (Traducción libre del original: Smith and Reynard, Textbook of Pharmacology, 1992, p863)
Antibiótico de amplio espectro que está siendo utilizado como profilaxis contra la infección compleja diseminada por Mycobacterium avium, en pacientes HIV-positivos.
Antibiótico semi-sintético producido a partir de Streptomyces mediterranei. Tiene un amplio espectro antibacteriano, incluída la actividad contra varias formas de Mycobacterium. En organismos susceptibles, inhibe la actividad del ARN polimerasa dependiente del ADN, formando un complejo estable con la enzima. De este modo, suprime la iniciación de la síntesis de ARN. La rifampina es bactericida, y actúa tanto en organismos intracelulares como extracelulares.
Los trastornos de la pigmentación se refieren a las condiciones médicas que involucran una producción anormal o distribución del pigmento melanina en la piel, causando hiperpigmentación, hipopigmentación o incluso afenacia (pérdida total de pigmento).
Antibiótico de amplio espectro derivado de la KANAMICINA. Es reno y ototóxico como otros antibióticos aminoglicósidos.
Fármacos que se utilizan en el tratamiento de la tuberculosis. Se dividen en dos clases principales: los fármacos de "primera-línea" son aquellos con mayor eficacia y el grado más aceptable de toxicidad y se usan satisfactoriamente en la gran mayoría de los casos, y los fármacos de "segunda-línea" utilizadas en casos de fármacorresistencia o en los que otra afección relacionada con el paciente ha reducido la eficacia del tratamiento primario.
Derivados semisintéticos de la eritromicina. Se concentra en los fagocitos humanos y es biactivo intracelularmente. Siendo la droga activa contra un amplio espectro de patógenos, es particularmente eficaz en el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio y genitourinario.
Erupción eritematosa que se asocia comúnmente con reacciones medicamentosas o infecciones y que se caracteriza por nódulos inflamatorios que usualmente son suaves, múltiples y bilaterales. Estos nódulos se localizan fundamentalmente en las canillas y con menor frecuencia en los muslos y antebrazos. Sufren cambios de coloración característicos que terminan en áreas temporales que semejan a contusiones. Esta afección usualmente desaparece en 3-6 semanas sin cicatrices o atrofia.
Materiales en un estado intermedio entre el sólido y el líquido.
Infección crónica y transmisible que es una forma principal o polar de LEPRA. Esta enfermedad es producida por la MYCOBACTERIUM LEPRAE y produce lesiones granulomatosas difusas de la piel en forma de nódulos, máculas o pápulas. Los nervios periféricos están afectados simétricamente y las secuelas neurológicas ocurren en etapas avanzadas.

La clofazimina es un fármaco antibiótico de uso principalmente en el tratamiento de la lepra, también conocida como hanseniasis. Es eficaz contra Mycobacterium leprae, la bacteria que causa esta enfermedad infecciosa. La clofazimina tiene propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas, lo que la hace útil para tratar los síntomas cutáneos e incluso neurológicos de la lepra.

El mecanismo de acción de la clofazimina se relaciona con su capacidad para inhibir la biosíntesis del ácido micólico en la pared celular de las micobacterias, lo que resulta en una interrupción de la integridad y función bacterianas. Además, como agente antiinflamatorio, puede ayudar a controlar la respuesta inmunitaria excesiva que contribuye a los síntomas de la lepra.

La clofazimina se administra por vía oral y generalmente se toma una vez al día o dos veces por semana, según las recomendaciones del médico. Los efectos secundarios pueden incluir náuseas, dolores de cabeza, erupciones cutáneas y cambios en la coloración de la piel y los tejidos (como una coloración roja-anaranjada en la piel, las mucosas y el sudor). Aunque raramente, se han informado casos de daño hepático.

A pesar de que la clofazimina es eficaz contra M. leprae, no se recomienda como tratamiento único para la enfermedad. Por lo general, se utiliza junto con otros antibióticos, como la dapsona y la rifampicina, en un régimen multimedicamentoso durante un período prolongado (hasta 24 meses) para garantizar una erradicación completa de la bacteria y prevenir recaídas.

En realidad, el término "leprostático" no tiene una definición médica específica. Sin embargo, se podría inferir a partir del término que se refiere a algo relacionado con la glándula prostática, ya que "-le" es un prefijo que significa relativo a y "prostático" se refiere a la glándula prostática. La glándula prostática es una glándula parte del sistema reproductor masculino que produce parte del líquido seminal.

Por lo tanto, cualquier cosa que termine en "-leprostático" probablemente signifique que está relacionado con la glándula prostática o su función. Por ejemplo, un medicamento "leprostático" podría ser un fármaco que actúa sobre la glándula prostática o trata afecciones de la próstata. Pero recuerda, este término no es una definición médica establecida y su uso puede variar.

La dapsona es un fármaco antibacteriano y antiprotozoario que se utiliza principalmente para tratar infecciones causadas por bacterias sensibles, como la neumonía por Pneumocystis jirovecii (anteriormente conocida como Pneumocystis carinii), y algunas infecciones protozoarias, como la dermatitis herpetiforme. Es un miembro de la clase de medicamentos llamados sulfonamidas, pero funciona de manera diferente a otras sulfonamidas. La dapsona inhibe la síntesis de proteínas bacterianas y protozoarias al interferir con la acción del enzima dihidropteroato sintetasa.

En un contexto médico, la dapsona se receta a menudo en forma de comprimidos para su administración por vía oral. Los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, vómitos, pérdida de apetito y erupciones cutáneas. Los efectos secundarios más graves pero menos frecuentes pueden incluir anemia hemolítica, neuropatía periférica y hepatotoxicidad. La dapsona no debe usarse durante el embarazo o la lactancia, a menos que sea absolutamente necesario, debido al riesgo potencial de efectos adversos en el feto o el lactante.

Es importante recordar que la dapsona solo debe recetarse y administrarse bajo la supervisión de un profesional médico capacitado, ya que tiene varias interacciones medicamentosas importantes y puede causar reacciones adversas graves en algunas personas.

La lepra multibacilar es una forma más grave y contagiosa de la enfermedad infecciosa conocida como lepra o hansenosis. Esta forma de la enfermedad se caracteriza por la presencia de múltiples bacilos de Mycobacterium leprae en las lesiones cutáneas y los sistemas nerviosos periféricos del paciente.

La infección con M. leprae puede causar daños graves a la piel, los nervios periféricos, los ojos, las membranas mucosas y otros órganos internos si no se trata a tiempo. En la lepra multibacilar, el sistema inmunológico del huésped tiene dificultades para combatir la infección, lo que resulta en un mayor número de bacilos en el cuerpo y una mayor probabilidad de complicaciones graves y discapacidades permanentes.

Los síntomas de la lepra multibacilar pueden incluir lesiones cutáneas anestésicas (sin sensación), pérdida de sensibilidad en las extremidades, debilidad muscular, úlceras, inflamación articular y daño ocular. El diagnóstico se realiza mediante la observación de los síntomas clínicos y la confirmación bacteriológica mediante pruebas de laboratorio, como el examen de muestras de tejido cutáneo para detectar la presencia de bacilos de M. leprae.

El tratamiento de la lepra multibacilar implica la administración de múltiples fármacos antimicrobianos durante un período prolongado, típicamente durante 12 a 24 meses. Los medicamentos utilizados en el tratamiento suelen incluir dapsona, rifampicina y clofazimina. El tratamiento oportuno y adecuado puede ayudar a prevenir la progresión de la enfermedad y reducir el riesgo de discapacidad permanente.

La infección por Mycobacterium avium-intracellulare (MAI) se refiere a una enfermedad causada por la bacteria Mycobacterium avium complex (MAC), que incluye las especies Mycobacterium avium e Mycobacterium intracellulare. Esta infección es comúnmente observada en personas con sistemas inmunológicos debilitados, particularmente aquellos con sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). La bacteria se encuentra en el medio ambiente, especialmente en agua y suelo, y puede ingresar al cuerpo a través de la inhalación o ingestión.

La MAI puede manifestarse como una infección pulmonar, gastrointestinal o disseminada. Los síntomas más comunes incluyen tos crónica, fatiga, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de apetito y pérdida de peso. La enfermedad pulmonar puede causar dificultad para respirar y dolor torácico. La afección gastrointestinal puede provocar diarrea, dolor abdominal y pérdida de peso. En los casos más graves, la infección puede diseminarse a otros órganos y causar una enfermedad sistémica grave.

El diagnóstico de MAI generalmente se realiza mediante cultivo de muestras de esputo, heces o tejidos afectados. La terapia recomendada suele incluir múltiples antibióticos, como claritromicina, azitromicina o rifabutina, durante un período prolongado, a menudo de 12 meses o más. El pronóstico depende de la gravedad de la enfermedad y del estado inmunológico del paciente. Las personas con sida y una cuenta de CD4 baja corren un mayor riesgo de desarrollar enfermedades graves y tienen peores resultados de tratamiento.

El complejo Mycobacterium avium (MAC) es un grupo de bacterias ambientales relacionadas con el Mycobacterium avium que se encuentran en el suelo, el agua y el polvo. Estas bacterias pueden causar infecciones pulmonares y disseminadas en personas con sistemas inmunes debilitados, como aquellos con VIH/SIDA.

Las infecciones por MAC a menudo son difíciles de tratar y requieren una combinación de antibióticos durante un período prolongado de tiempo. Los síntomas de la enfermedad pulmonar incluyen tos crónica, fatiga, pérdida de peso y fiebre. La enfermedad disseminada puede afectar varios órganos y sistemas corporales y puede causar una variedad de síntomas, según la gravedad e la ubicación de la infección.

El diagnóstico de las infecciones por MAC se realiza mediante cultivos de muestras de esputo, líquido pleural o tejidos afectados. El tratamiento suele incluir una combinación de antibióticos como la claritromicina, la rifabutina y la etambutol durante varios meses o incluso años. La prevención se centra en el mantenimiento de un sistema inmunológico saludable y la evitación de la exposición a fuentes ambientales de MAC.

La lepra, también conocida como enfermedad de Hansen, es una infección crónica causada por la bacteria Mycobacterium leprae o, más raramente, por Mycobacterium lepromatosis. Se caracteriza clínicamente por lesiones cutáneas hipopigmentadas o eritematosas, anestesia en las áreas afectadas, y, en algunos casos, daño nervioso que puede conducir a discapacidades.

Existen varios tipos de lepra, clasificados según la gravedad de la enfermedad y la respuesta inmunitaria del huésped. Los dos extremos son la lepra tuberculoide (TT), donde hay una buena respuesta inmune y menos bacterias, y la lepra lepromatosa (LL), donde la respuesta inmunitaria es deficiente y hay un gran número de bacterias.

La lepra se propaga principalmente a través de gotitas respiratorias que contienen las bacterias, aunque el contacto cercano y prolongado con una persona infectada es necesario para la transmisión. No es una enfermedad particularmente contagiosa; solo alrededor del 5% de las personas expuestas a M. leprae desarrollarán la enfermedad.

El tratamiento temprano y adecuado con múltiples fármacos antimicrobianos, como dapsona, rifampicina y clofazimina, puede curar la enfermedad y prevenir la discapacidad. La lepra es una enfermedad de declaración obligatoria a nivel mundial, lo que significa que los casos deben ser notificados a las autoridades sanitarias.

La fenazina es un compuesto heterocíclico que contiene un sistema de anillo de diazina fusionado con un benceno. No tiene un significado médico específico, pero algunos de sus derivados han sido estudiados y utilizados en aplicaciones médicas y biológicas.

Algunos derivados de fenazinas, como la azina neutra o las safraninas, tienen propiedades antisépticas y se han utilizado en diversas aplicaciones clínicas, como desinfectantes y para tratar infecciones bacterianas y fúngicas. También se han investigado como posibles agentes anticancerígenos y antibióticos.

Sin embargo, es importante señalar que el uso de fenazinas y sus derivados en aplicaciones médicas está sujeto a estrictas regulaciones y solo debe realizarse bajo la supervisión de profesionales médicos calificados.

La etambutol es un fármaco antituberculoso, específicamente un antibiótico bacteriostático, que se utiliza en el tratamiento de la tuberculosis. Funciona mediante la inhibición de la síntesis del ácido micólico en la pared celular de Mycobacterium tuberculosis, el agente causal de la tuberculosis. Esto lleva a una alteración de la permeabilidad y la integridad estructural de la bacteria, lo que eventualmente conduce a su muerte.

La etambutol se administra generalmente por vía oral y suele tomarse una vez al día. Los efectos secundarios comunes incluyen trastornos gastrointestinales leves, como náuseas y dolor abdominal. Un efecto secundario más grave y menos frecuente es la toxicidad ocular, que puede causar problemas de visión y alteraciones del campo visual, especialmente si se administra en dosis altas o durante periodos prolongados. Por esta razón, es importante controlar regularmente la función visual de los pacientes tratados con etambutol.

Es fundamental seguir las instrucciones y recomendaciones del médico o farmacéutico al tomar etambutol, ya que una dosis inadecuada o un uso incorrecto pueden reducir su eficacia o aumentar el riesgo de efectos secundarios. Además, como con cualquier medicamento, la etambutol debe almacenarse en condiciones adecuadas, lejos del alcance de los niños y fuera de la luz solar directa.

La rifabutina es un antibiótico que se utiliza para tratar y prevenir determinadas infecciones causadas por bacterias. Pertenece a la clase de medicamentos llamados antibacterianos antimicobacterianos. Funciona matando las bacterias o impidiendo su crecimiento.

La rifabutina se utiliza a menudo para tratar y prevenir la micobacteriosis, una infección causada por el microorganismo Mycobacterium avium complex (MAC). También puede utilizarse junto con otros medicamentos para tratar la tuberculosis.

Este fármaco se toma por vía oral, generalmente en forma de cápsula o suspensión. Los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza y cambios en el color de la orina, sudor o lágrimas (que pueden volverse rojos-naranja). La rifabutina puede disminuir la eficacia de otros medicamentos, como los anticonceptivos orales y algunos medicamentos para el VIH, por lo que es importante informar a su médico sobre todos los medicamentos que está tomando.

Es importante seguir las instrucciones cuidadosamente cuando se toma rifabutina, ya que saltarse dosis o dejar de tomar el medicamento antes de tiempo puede aumentar el riesgo de que la bacteria se vuelva resistente al tratamiento. Además, como con cualquier antibiótico, es importante terminar todo el curso del medicamento, incluso si los síntomas desaparecen antes.

Como con cualquier medicamento, la rifabutina debe utilizarse bajo la supervisión y dirección de un profesional médico capacitado.

La Rifampicina es un antibiótico antimicrobiano potente que se utiliza para tratar una variedad de infecciones bacterianas. Se clasifica como una rifamicina y funciona inhibiendo la RNA polimerasa bacteriana, lo que impide que el microorganismo infectante pueda transcribir RNA y, por lo tanto, sintetizar proteínas necesarias para su supervivencia y crecimiento.

La rifampicina se utiliza comúnmente en el tratamiento de infecciones como la tuberculosis, la lepra y la meningitis bacteriana. También puede utilizarse en el tratamiento de infecciones causadas por Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) y otras infecciones graves.

Este fármaco se administra generalmente por vía oral, aunque también está disponible en forma de inyección. La rifampicina tiene una buena penetración en los tejidos corporales, incluyendo el cerebro y los pulmones, lo que la hace útil en el tratamiento de infecciones diseminadas.

Es importante tener en cuenta que la rifampicina puede inducir ciertas enzimas hepáticas, lo que puede acelerar el metabolismo y reducir los niveles séricos de otros fármacos administrados simultáneamente. Por esta razón, se requiere precaución al coadministrar rifampicina con otros medicamentos. Además, la rifampicina puede causar efectos secundarios como ictericia, hepatitis y erupciones cutáneas en algunos pacientes.

Los trastornos de la pigmentación se refieren a condiciones médicas que afectan la producción, transporte o almacenamiento de melanina, el pigmento responsable del color de la piel, cabello y ojos. Estos trastornos pueden causar hiperpigmentación (piel más oscura de lo normal), hipopigmentación (piel más clara de lo normal) o una combinación de ambas.

La producción de melanina está controlada por un grupo de células conocidas como melanocitos. Los trastornos de la pigmentación pueden ser el resultado de anomalías en estas células, los genes que controlan su funcionamiento, o factores externos como la exposición a la luz solar, quemaduras o inflamaciones de la piel.

Ejemplos comunes de trastornos de la pigmentación incluyen el vitiligo, en el cual las áreas de la piel pierden melanocitos y se vuelven blancas; el melasma, que causa manchas oscuras en la cara y otras áreas expuestas al sol; y el albinismo, una condición genética que impide la producción de melanina.

El tratamiento de los trastornos de la pigmentación depende del tipo y gravedad de la afección. Puede incluir cremas despigmentantes, protectores solares, terapia con láser o, en casos graves, trasplante de piel.

Amikacina es un antibiótico potente perteneciente a la clase de los aminoglucósidos, que se utiliza para tratar una variedad de infecciones bacterianas graves. Se deriva de la kanamicina y es químicamente similar a la gentamicina y la tobramicina.

La amikacina es activa contra una amplia gama de bacterias gramnegativas, incluyendo muchas cepas resistentes a otros antibióticos aminoglucósidos. También tiene actividad contra algunas bacterias grampositivas, como estafilococos y enterococos.

El fármaco funciona inhibiendo la síntesis de proteínas bacterianas al unirse a la subunidad 30S del ribosoma bacteriano. Esto interfiere con la capacidad de la bacteria para producir proteínas necesarias para su crecimiento y supervivencia.

La amikacina se administra generalmente por inyección intramuscular o intravenosa y se utiliza típicamente en situaciones en las que otras opciones de antibióticos pueden no ser eficaces. Dado que los aminoglucósidos pueden dañar los tejidos auditivos y renales, la dosis y la duración del tratamiento con amikacina se controlan cuidadosamente para minimizar estos riesgos.

Al igual que otros antibióticos aminoglucósidos, la amikacina puede interactuar con otros medicamentos y aumentar el riesgo de efectos adversos. Por lo tanto, es importante informar a su proveedor de atención médica sobre todos los medicamentos que está tomando antes de comenzar el tratamiento con amikacina.

Los antituberculosos son un grupo de medicamentos utilizados para tratar y prevenir la tuberculosis (TB), una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Estos fármacos actúan inhibiendo el crecimiento y la multiplicación de las bacterias, lo que permite controlar la infección y prevenir su propagación a otras personas.

Existen varios tipos de antituberculosos, cada uno con diferentes mecanismos de acción y espectros de actividad. Algunos de los más comunes incluyen:

1. Isoniacida: inhibe la síntesis de ácido micólico en la pared bacteriana.
2. Rifampicina: se une a la subunidad beta de la ARN polimerasa, impidiendo la transcripción del ARNm.
3. Etambutol: inhibe la síntesis de arabinogalactán y lipoarabinomannano en la pared bacteriana.
4. Pirazinamida: interfiere con la síntesis de ácidos micólicos y disminuye el pH intracelular bacteriano.
5. Estreptomicina: se une a la subunidad 30S del ribosoma bacteriano, inhibiendo la síntesis de proteínas.
6. Amikacina: un antibiótico aminoglucósido que se une a la subunidad 30S del ribosoma bacteriano, impidiendo la síntesis de proteínas.
7. Capreomicina: un antibiótico polipeptídico que inhibe la síntesis de proteínas en las bacterias mycobacteriales.
8. Levofloxacino y moxifloxacino: inhiben la DNA girasa bacteriana, impidiendo la replicación del ADN bacteriano.

La tuberculosis es una enfermedad tratable y curable con el uso adecuado de combinaciones de antibióticos durante un período prolongado (generalmente 6 a 9 meses). El tratamiento de la tuberculosis requiere la prescripción y supervisión de un médico capacitado en el manejo de esta enfermedad. El incumplimiento del tratamiento puede conducir al desarrollo de cepas resistentes a los medicamentos, lo que dificulta el control y el tratamiento de la enfermedad.

La Roxitromicina es un antibiótico macrólido, derivado semisintético de la eritromicina, utilizado para tratar una variedad de infecciones bacterianas. Se une a la subunidad 50S de los ribosomas bacterianos, inhibiendo así la síntesis de proteínas y, por lo tanto, el crecimiento bacteriano.

Se utiliza en el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio superior e inferior, como bronquitis, neumonía y sinusitis, así como en infecciones de la piel y tejidos blandos, y algunas infecciones de transmisión sexual.

Al igual que otros macrólidos, la roxitromicina es bacteriostática frente a la mayoría de las bacterias, lo que significa que inhibe el crecimiento bacteriano en lugar de matarlas directamente. Sin embargo, algunas cepas bacterianas resistentes a otros macrólidos pueden ser susceptibles a la roxitromicina.

Los efectos secundarios comunes de la roxitromicina incluyen dolor abdominal, diarrea, náuseas y vómitos, y erupciones cutáneas. En raras ocasiones, puede causar problemas hepáticos graves y trastornos del ritmo cardíaco.

El Eritema Nudoso es una enfermedad dermatológica poco frecuente, pero bien documentada, que se caracteriza por la aparición de nódulos y placas eritematosas (enrojecidas) dolorosas, a menudo con vesículas o pústulas en su superficie. Estas lesiones cutáneas suelen aparecer en las partes distales de los miembros inferiores, especialmente sobre los antebrazos, muslos y espinillas, aunque también pueden presentarse en otras áreas del cuerpo como la cara, el tórax y los glúteos.

El término "eritema nudoso" se deriva del latín, donde "eritema" significa enrojecimiento de la piel y "nudoso" se refiere a las nódulos o protuberancias presentes. Esta afección cutánea es más común en adultos jóvenes y tiene una asociación bien establecida con diversas condiciones subyacentes, como infecciones (especialmente por Yersinia enterocolítica), enfermedades autoinmunes (como la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico) y algunos fármacos.

El diagnóstico del eritema nudoso se basa principalmente en los hallazgos clínicos y, a menudo, puede confirmarse mediante análisis de laboratorio que detecten marcadores inflamatorios elevados o la presencia de anticuerpos específicos asociados con las condiciones subyacentes. El tratamiento del eritema nudoso generalmente implica el control de los síntomas y la identificación y tratamiento de la causa subyacente, si es posible. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno o el naproxeno, a menudo se recetan para aliviar el dolor y reducir la inflamación asociada con esta afección. En casos graves o refractarios al tratamiento, pueden considerarse corticosteroides u otros fármacos inmunomoduladores.

Los cristales líquidos son un estado de la materia que presentan propiedades intermedias entre los sólidos cristalinos y los líquidos isotrópicos. Están compuestos por moléculas elipsoidales o discoidales con una alta relación longitud/anchura, y un sistema de enlaces débiles que permite a las moléculas rotar libremente alrededor de su eje longitudinal.

En los cristales líquidos, las moléculas se organizan en capas planas y paralelas, pero dentro de cada capa, las moléculas pueden moverse libremente y cambiar su orientación. Esta libertad de movimiento permite que el material fluya como un líquido, mientras que la alineación preferencial de las moléculas en direcciones específicas da lugar a propiedades ópticas anisotrópicas, similares a las de los cristales sólidos.

Existen varios tipos de fases de cristales líquidos, incluyendo la fase nemática, la fase smectica y la fase colestérica. Cada una de estas fases tiene diferentes grados de ordenamiento molecular y propiedades ópticas distintivas.

Los cristales líquidos se utilizan en una variedad de aplicaciones tecnológicas, incluyendo pantallas planas de televisión y monitores de computadora, termómetros digitales, relojes despertadores y otros dispositivos electrónicos.

La lepra lepromatosa es una forma grave y extensamente diseminada de la enfermedad infecciosa conocida como lepra o hansenosis, causada por la bacteria Mycobacterium leprae. Esta forma particular se caracteriza por un gran número de bacilos de Hansen (los agentes etiológicos) presentes en la piel y los tejidos profundos, lo que resulta en lesiones cutáneas multifocales, infiltración granulomatosa y afectación extensa de los sistemas nervioso periférico, respiratorio e ocular.

La lepra lepromatosa se clasifica como una enfermedad de tipo borderline-lepromatous (BL) o lepromatous leprosy (LL), dependiendo de la cantidad y la localización de las lesiones cutáneas, así como del grado de afectación del sistema inmunológico. Las personas con esta forma de la enfermedad presentan una respuesta inmune celular deficiente, lo que facilita la diseminación generalizada de los bacilos y dificulta el control de la infección.

Los síntomas clínicos de la lepra lepromatosa pueden incluir:

1. Lesiones cutáneas: Manchas, placas o nódulos hipopigmentados o eritematosos en la piel, que a menudo son asimétricas y se distribuyen ampliamente en el cuerpo. Estas lesiones pueden ser anestésicas (sin sensibilidad) debido a la afectación del sistema nervioso periférico.

2. Afección del sistema nervioso periférico: Inflamación y daño de los nervios periféricos, lo que puede causar entumecimiento, hormigueo, dolor o pérdida de sensibilidad en las extremidades afectadas. La afectación de los nervios faciales también es común, resultando en parálisis facial o blefarospasmo (contracciones involuntarias de los músculos que rodean el ojo).

3. Afección del sistema ocular: Inflamación y daño de los tejidos oculares, como la córnea y la conjuntiva, pueden causar sequedad ocular, fotofobia (sensibilidad a la luz) y, en casos graves, pérdida de visión.

4. Afección del sistema auditivo: Inflamación y daño del nervio auditivo puede provocar sordera o zumbidos en los oídos (tinnitus).

5. Linfadenopatía: Agrandamiento de los ganglios linfáticos, especialmente en la región cervical y axilar.

6. Síntomas sistémicos: Fatiga, fiebre, pérdida de apetito y pérdida de peso pueden ocurrir en casos avanzados de lepra lepromatosa.

El diagnóstico de la lepra se realiza mediante examen clínico y pruebas de laboratorio, como el examen microscópico de muestras de piel o biopsia de ganglios linfáticos. El tratamiento temprano es crucial para prevenir complicaciones y discapacidades a largo plazo. La Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de la combinación de fármacos multibacilar (CBM) para tratar la lepra, que incluye dapsona, rifampicina y clofazimina durante un período mínimo de 6 a 12 meses. La detección y el tratamiento precoces son esenciales para prevenir la propagación de la enfermedad y reducir las tasas de discapacidad y estigmatización asociadas con ella.

La clofazimina es un agente antimicrobiano que se utiliza asociado a otros fármacos como la rifampicina y la dapsona para el ...
Normalmente se necesita una combinación de dapsona, rifampicina y clofazimina (tratamiento recomendado por la OMS). Las ...
Otros medicamentos para la tuberculosis que pueden prolongar el intervalo QT incluyen fluoroquinolonas y clofazimina. ...
Si hay fiebre, granulocitopenia o ictericia, se interrumpe la DDS y se administra clofazimina 1 a 4 mg/kg por vía oral[cita ... rifampicina y clofazimina).[47]​ A principios del siglo XX se utilizó aceite de ginocardia (extraído de semillas del ...
Se basa en la cirugía, pues la enfermedad responde mal a los fármacos antimicóticos como clofazimina o itraconazol, que pueden ...
Los medicamentos empleados son conocidos: claritromicina (antibiótico de la familia de los macrólidos), y clofazimina y ...
Clofazimina Dapsona Rifampicina Amikacina * Ácido p-aminosalicílico * Capreomicina * Cicloserina * Etambutol Etionamida * ...
Bedaquilinaα Clofaziminaα Cicloserinaα Delamanidα Etionamidaα Levofloxacinoα Linezolidα Meropenemα Moxifloxacinoα Ácido ... Colistinaα Fosfomicinaα Linezolidα Polimixina Bα Clofazimina Dapsona Rifampicina Etambutol Isoniacida Isoniacida/Pirazinamida
La dapsona (diamino-difenil sulfona) es un antibiótico, más comúnmente usado en combinación con rifampicina y clofazimina como ... en combinación con rifampicina y clofazimina), la malaria (en combinación con pirimetamina)[3]​ y una amplia gama de entidades ...
... pudieron comprobar que el compuesto de Sulfota y Clofazimina podía fungir con gran efectividad en contra de este mal, lo que ...
Experiencia clínica en el uso de la Clofazimina en el tratamiento del eritema discromicoPerstans. Evaluación de la inmunidad ...
En los últimos años se reporta el éxito de la clofazimina en dosis 100 mg/día por 10 días disminuyéndolo luego a 200 a 400 mg/ ... Otros tratamientos reportados son los rayos X, solos o asociados a cirugía y una combinación de clofazimina y acupuntura de ...

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