Ceguera transitoria monocular, parcial o completa, producida por isquemia retiniana. Esta puede ser ocasionada por ÉMBOLOS que provienen de la ARTERIA CARÓTIDA (usualmente asociados a ESTENOSIS CAROTÍDEA) y de otras localizaciones que entran a la ARTERIA CENTRAL DE LA RETINA.
Incapacidad de ver o pérdida o ausencia de la percepción de los estímulos visuales. Esta afección suele ser el resultado de ENFERMEDADES OCULARES, ENFERMEDADES DEL NERVIO ÓPTICO, enfermedades del QUIASMA ÓPTICO, o ENFERMEDADES CEREBRALES que afectan a las VÍAS VISUALES o al LÓBULO OCCIPITAL.
Rara enfermedad ocular hereditaria degenerativa que aparece en el nacimiento o en los primeros meses de vida y que conducen a una pérdida de la visión. No debe confundirse con NEUROPATÍA ÓPTICA HEREDITARIA DE LEBER, la enfermedad se cree que es causada por el desarrollo anormal de las CÉLULAS FOTORECEPTORAS en la RETINA, o por la degeneración extremadamente prematura de las células retinianas.
Afecciones que afectan a las ARTERIAS CARÓTIDAS, incluidas las arterias carótida común, interna y externa. La ATEROSCLEROSIS y los TRAUMATISMOS son causas relativamente frecuentes de patología de la arteria carótida.
Episodios breves y reversibles de disfunción focal, no-convulsiva e isquémica del cerebro que tiene una duración menor de 24 horas, y usualmente menor de una hora, que se origina por oclusión o estenosis transitoria trombótica o embólica de los vasos sanguíneos. Los eventos pueden clasificarse por la distribución arterial, el patrón temporal, o la etiología (ejemplo, embólica vs. trombótica).
ISQUEMIA súbita de la RETINA debida a bloqueo del flujo de sangre en la ARTERIA CENTRAL DE LA RETINA o de sus ramas, que lleva a una súbita pérdida de la visión completa o parcial, respectivamente, del ojo.
Rama de la arteria carótida común la cual abastece a la parte anterior del cerebro, los ojos y sus apéndices, la frente y la nariz.
Estrechamiento o constricción de cualquier parte de las ARTERIAS CARÓTIDAS, debido muy frecuentemente a la formación de placas ateroscleróticas. Se pueden producir úlceras en las placas ateroscleróticas e inducir la formación de un TROMBO. Pueden originarse émbolos de plaquetas o de colesterol a partir de las lesiones estenóticas carotídeas e inducir un ATAQUE ISQUÉMICO TRANSITORIO, ACCIDENTE CEREBROVASCULAR o ceguera temporal (AMAUROSIS FUGAX). (Traducción libre del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp822-3).
La extirpacion de la túnica íntima ateromatosa engrosada de una arteria carótida.
Enzimas que catalizan el reordenamiento de la geometría alrededor de los dobles enlaces. EC 5.2.
Extirpación quirúrgica, que se realiza bajo anestesia general, de la túnica íntima ateromatosa de una arteria. Cuando la reconstrucción de una arteria se realiza mediante procedimiento endovascular a través de un catéter, se denomina ATERECTOMIA.
Radiografía de los vasos sanguíneos luego de la inyección de un medio de contraste.
Arteria retiniana central y sus ramas. Se origina en la arteria oftálmica, atraviesa el nervio óptico y corre por su centro, penetra el ojo por el agujero óptico y se ramifica para irrigar la retina.
Afección en la que una estructura anatómica se estrecha más allá de sus dimensiones normales.
Disminución o la eliminación espontánea de una enfermedad en el tiempo, sin un tratamiento formal.
Trastorno genético de conexión materna que se manifiesta en la etapa media de la vida adulta como pérdida aguda o subaguda de la visión central que lleva a escotoma central o ceguera. Se ha asociado la enfermedad con mutaciones con cambio de nucleótidos en el ADNmt, en los genes de los polipéptidos de los Complejos I, III y IV, que pueden actuar de modo autónomo o asociados entre sí para causar la enfermedad. (Traducción libre del original: Online Mendelian Inheritance in Man, http://www.ncbi.nlm.nih.gov/Omim/, MIM#535000 (April 17, 2001))
Espectro de afecciones con trastorno de la irrigación cerebral. Pueden afectar a los vasos (ARTERIAS o VENAS) del CEREBRO, CEREBELO y TRONCO ENCEFÁLICO. Las principales categorías incluyen las MALFORMACIONES ARTERIOVENOSAS INTRACRANEALES, ISQUEMIA ENCEFÁLICA, HEMORRAGIA CEREBRAL y otras.
Cualquiera de las dos arterias principales a ambos lados del cuello que suministran la sangre hacia éste y la cabeza; cada una de éstas se subdivide en dos ramas, la arteria carótida interna y la arteria carótida externa.
Ultrasonografía que aplica el efecto Doppler combinado con imágenes en tiempo real. La imagen en tiempo real se crea por el movimiento rápido del haz de ultrasonido. Una poderosa ventaja de esta técnica es la capacidad de estimar la velocidad del flujo del cambio de la frecuencia Doppler.
Las proteínas oculares se refieren a las diversas proteínas presentes en los tejidos del ojo, como la córnea, el iris, la retina y el humor vitreo, que desempeñan varias funciones estructurales, reguladoras y enzimáticas esenciales para mantener la homeostasis y la función visual normal.
Enfermedades hereditarias que se caracterizan por pérdida visual progresiva en asociación con atrofia óptica. Las formas relativamente comunes incluyen la atrofia óptica dominante y la neuropatía óptica hereditaria de Leber. Esta última es un raro trastorno genético ligado a la madre que se caracteriza por degeneración bilateral progresiva del nervio óptico. Fundamentalmente se afectan los recién nacidos masculinos y desarrollan pérdida de la visión central en la segunda o tercera década de la vida. Las células ganglionares retineanas y los axones del nervio óptico que actúan en la visión central, se degeneran. La enfermedad se asocia con mutaciones sin sentido del ADN mitocondrial. En algunos árboles genealógicos esta condición se asocia con DISTONÍA, neuropatía sensorial, SÍNDROMES DE PRE-EXCITACIÓN, y otros trastornos.
Cambio patológico retrogresivo en la retina, puede ser focal o generalizado, ocasionado por defectos genéticos, inflamación, trauma, enfermedad vascular, o envejecimiento. La degeneración, que afecta fundamentalmente a la mácula lútea de la retina, es la DEGENERACIÓN MACULAR.
Desarrollos patológicos en la región del RECTO, del INTESTINO GRUESO.
Procesos patológicos que afectan a los pacientes después de un procedimiento quirúrgico. Pueden o no estar relacionados a la enfermedad por la cual se realiza la cirugía y pueden o no ser el resultado directo de la cirugía.
Degeneración hereditaria y progresiva del neuroepitelio de la retina que se caracteriza por ceguera nocturna y contracción progresiva del campo visual.
El puente entre los segmentos internos y externos de un bastón retiniano o una célula del fotorreceptor cono. A través de él, las proteínas sintetizadas en el segmento interno son transportadas hacia el segmento externo.
Grupo de desórdenes relacionados principalmente con la parte posterior del fondo ocular, debido a la degeneración de la capa sensorial de la RETINA; EPITELIO PIGMENTADO DE LA RETINA; MEMBRANA DE BRUCH; COROIDES o a una combinación de estos tejidos.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Registro de potenciales eléctricos en la retina luego de la estimulación por la luz.

La amaurosis fugax es un término médico que se refiere a una breve pero repentina pérdida temporal de la visión en uno o ambos ojos. Esta condición es causada generalmente por una interrupción temporal del flujo sanguíneo hacia la retina, la parte del ojo sensible a la luz que contiene los fotorreceptores necesarios para la visión.

La causa más común de amaurosis fugax es la formación de un coágulo sanguíneo en una arteria carótida, la arteria principal que suministra sangre al cerebro y al ojo. Cuando el coágulo se desprende y viaja hacia el ojo, puede bloquear temporalmente el flujo sanguíneo a la retina, lo que resulta en una pérdida repentina de visión.

Los síntomas de amaurosis fugax suelen durar solo unos minutos y pueden incluir:

* Una pérdida repentina e indolora de visión en uno o ambos ojos
* Visión borrosa o doble
* Manchas negras flotantes en el campo visual
* Sensación de ver a través de un telón o cortina oscura

La amaurosis fugax puede ser un signo temprano de enfermedad vascular cerebral o ataque cardíaco, especialmente si se repite con frecuencia. Por lo tanto, es importante buscar atención médica inmediata si experimenta estos síntomas.

El tratamiento de la amaurosis fugax generalmente implica controlar los factores de riesgo asociados con enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial, el colesterol alto y el tabaquismo. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para diluir la sangre y prevenir la formación de coágulos sanguíneos. La cirugía también puede ser una opción en casos graves o recurrentes.

La ceguera es una condición visual en la que una persona tiene una visión significativamente reducida o completamente ausente. La gravedad de la ceguera puede variar desde una disminución parcial de la agudeza visual hasta una pérdida total de la visión.

Existen diferentes grados y tipos de ceguera, dependiendo de la causa subyacente y del alcance de los daños en el sistema visual. Algunas personas pueden tener ceguera legal, lo que significa que su agudeza visual en el mejor ojo con corrección es inferior a 20/200, o que su campo visual se ha reducido a una amplitud de 20 grados o menos en el mejor campo visual.

La ceguera puede ser el resultado de diversas causas, incluyendo enfermedades oculares (como la degeneración macular, el glaucoma o la retinitis pigmentosa), lesiones oculares, trastornos neurológicos y defectos congénitos. En algunos casos, la ceguera puede ser reversible o mejorada con tratamientos médicos, cirugías u otros dispositivos de asistencia visual. Sin embargo, en otras situaciones, la pérdida de visión puede ser permanente e irreversible.

Las personas ciegas pueden enfrentar desafíos significativos en su vida diaria, pero con el apoyo adecuado y los recursos disponibles, muchas pueden llevar vidas plenas y productivas. La rehabilitación visual, la tecnología asistiva, el entrenamiento en movilidad y la orientación, y la educación especial pueden ayudar a las personas ciegas a desarrollar habilidades adaptativas y a maximizar su independencia y calidad de vida.

La amaurosis congénita de Leber es una enfermedad genética rara que afecta al desarrollo y funcionamiento del área central de la retina, llamada mácula. Esta condición se caracteriza por una disminución grave o ausencia total de la visión desde el nacimiento o durante los primeros meses de vida. La amaurosis congénita de Leber es causada por mutaciones en el gen RPE65 y afecta predominantemente a las células fotorreceptoras de la retina llamadas bastones y conos.

Las personas con esta afección pueden experimentar dificultad para ver los rostros, seguir objetos con la mirada, leer o distinguir colores. La visión periférica puede ser normal o casi normal, pero el campo visual central está severamente afectado. El progreso de la enfermedad varía entre los individuos, y algunos pueden experimentar una lenta pérdida adicional de la visión con el tiempo.

Actualmente, no existe un tratamiento curativo para la amaurosis congénita de Leber, pero las terapias génicas y celulares están siendo investigadas como posibles opciones de tratamiento. El diagnóstico se realiza mediante exámenes oftalmológicos especializados y pruebas genéticas. La detección temprana y el asesoramiento genético pueden ayudar a las familias a comprender la enfermedad y a planificar la atención médica y educativa adecuada para el niño afectado.

Las enfermedades de las arterias carótidas se refieren a condiciones médicas que involucran el estrechamiento o bloqueo de las arterias carótidas, las principales vías de suministro de sangre al cerebro. Estas arterias corren a lo largo de cada lado del cuello y se dividen en ramas más pequeñas que suministran sangre al rostro, el cuero cabelludo y el cerebro.

La causa más común de las enfermedades de las arterias carótidas es la aterosclerosis, un proceso en el cual se acumulan depósitos grasos, colesterol, calcio y otras sustancias en la pared interna de las arterias. Con el tiempo, estos depósitos, llamados placa, pueden endurecerse y engrosarse, reduciendo el flujo sanguíneo a través de la arteria o incluso bloqueándola por completo.

Existen dos enfermedades principales de las arterias carótidas: estenosis carotidea y disección carotidea.

1. Estenosis carotidea: Se trata del estrechamiento o bloqueo de la arteria carótida, generalmente causado por la aterosclerosis. La estenosis carotidea puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) o ataque isquémico transitorio (AIT), especialmente si partes importantes del cerebro no reciben suficiente sangre. Los síntomas de la estenosis carótida pueden incluir debilidad o entumecimiento en el rostro, los brazos o las piernas; dificultad para hablar o comprender el lenguaje; problemas de visión, como visión doble o pérdida de visión en un ojo; y dolores de cabeza.

2. Disección carotidea: Es una condición en la que se produce un desgarro en la capa interna de la arteria carótida, lo que permite que la sangre se acumule entre las capas internas y externas de la pared arterial. La disección carotidea puede restringir el flujo sanguíneo o incluso provocar un ACV. Los síntomas pueden incluir dolor de cuello intenso, mareos, desmayos, visión doble, dificultad para hablar o tragar, y entumecimiento o debilidad en la cara, los brazos o las piernas.

El tratamiento de las enfermedades de las arterias carótidas depende de su gravedad y del riesgo de accidente cerebrovascular. Puede incluir medicamentos para controlar los factores de riesgo, como la presión arterial alta y el colesterol alto, o procedimientos quirúrgicos, como endarterectomía carotidea o stenting carotideo, para abrir o mantener abierta la arteria. La rehabilitación y los cambios en el estilo de vida también pueden ser importantes para prevenir complicaciones y promover la salud cardiovascular general.

Un Ataque Isquémico Transitorio (AIT), también conocido como "mini-derrame cerebral" o "transitorio isquémico agudo", es un trastorno cerebrovascular breve e inofensivo que generalmente dura menos de una hora y no causa daño permanente en el cerebro.

Un AIT ocurre cuando se reduce temporalmente el flujo sanguíneo al cerebro, lo que priva a las células cerebrales del oxígeno y los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento. Esto puede deberse a la formación de un coágulo sanguíneo o a una disminución temporal del suministro de sangre al cerebro.

Los síntomas de un AIT pueden ser similares a los de un derrame cerebral y pueden incluir debilidad o entumecimiento repentinos en el rostro, brazo o pierna, especialmente en un lado del cuerpo; confusión, dificultad para hablar o comprender el lenguaje; problemas de visión en uno o ambos ojos; dolor de cabeza intenso y repentino sin causa conocida; pérdida de equilibrio o coordinación; y mareo o desmayo.

Aunque los síntomas de un AIT suelen desaparecer por completo en unas horas, es importante buscar atención médica inmediata si se experimentan algunos de ellos, ya que pueden ser una señal de advertencia de un derrame cerebral futuro. Un médico puede realizar pruebas para determinar la causa del AIT y recomendar tratamientos preventivos, como medicamentos para controlar los factores de riesgo cardiovascular o procedimientos quirúrgicos para eliminar los coágulos sanguíneos.

La oclusión de la arteria retiniana (OAR) es un trastorno ocular poco común pero grave en el que se bloquea el flujo sanguíneo a través de la arteria retiniana, una pequeña arteria que transporta sangre oxigenada desde el corazón hasta la retina. La retina es la capa delgada y sensible a la luz en la parte posterior del ojo que convierte los estímulos visuales en señales nerviosas que se envían al cerebro.

La OAR generalmente afecta a personas mayores de 60 años, aunque también puede ocurrir en individuos más jóvenes con factores de riesgo subyacentes, como diabetes, hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares. La causa más común de la OAR es un coágulo de sangre (trombo) que se forma en otra parte del cuerpo, como el corazón o las arterias del cuello, y viaja hasta la arteria retiniana, donde obstruye el flujo sanguíneo. En raras ocasiones, la OAR puede deberse a una embolia grasosa, que ocurre cuando se desprende una pequeña cantidad de grasa del tejido adiposo del cuerpo y viaja hasta la arteria retiniana, bloqueando el flujo sanguíneo.

Los síntomas de la OAR suelen aparecer repentinamente y pueden incluir:

1. Visión borrosa o disminuida en parte o todo el campo visual del ojo afectado.
2. Pérdida parcial o completa de visión en el ojo afectado.
3. Dolor de cabeza, mareos o náuseas (en casos graves).
4. Aparición de destellos de luz o moscas volantes (miodesopsias) en el campo visual del ojo afectado.
5. Enrojecimiento ocular y pupila dilatada en el ojo afectado.

El diagnóstico de la OAR generalmente se realiza mediante un examen oftalmológico completo, que incluye la evaluación del fondo del ojo y la detección de obstrucciones en las arterias retinianas. El tratamiento temprano es crucial para minimizar los daños en la retina y prevenir la pérdida permanente de visión. La terapia trombolítica con fármacos como la alteplasa puede ayudar a disolver el coágulo y restaurar el flujo sanguíneo, pero solo se recomienda en casos seleccionados y bajo estricta supervisión médica. Otras opciones de tratamiento pueden incluir la administración de oxígeno hiperbárico, la fotocoagulación con láser o la cirugía para eliminar el coágulo o la embolia grasosa.

La prevención de la OAR implica controlar los factores de riesgo asociados, como la hipertensión arterial, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el tabaquismo. Las personas con antecedentes familiares de enfermedades vasculares también pueden estar en mayor riesgo de desarrollar OAR y deben tomar medidas preventivas adicionales, como mantener una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y controlar su colesterol y presión arterial.

La arteria carótida interna es una arteria importante en el cuello y el cerebro. Se origina en la bifurcación de la arteria carótida común, que a su vez se deriva de la aorta archi-cerebral. La arteria carótida interna suministra sangre oxigenada al cerebro, el ojo y la glándula timo. Se divide en varias ramas que proporcionan irrigación sanguínea a diferentes partes del cerebro y la cabeza. La obstrucción o el estrechamiento de esta arteria pueden causar accidentes cerebrovasculares, lo que puede resultar en síntomas neurológicos graves o incluso la muerte.

La estenosis carotídea es un término médico que se refiere al estrechamiento o bloqueo del lumen (espacio interior) de la arteria carótida, que es una de las principales arterias que suministran sangre al cerebro. La causa más común de esta afección es la acumulación de placa en las paredes internas de la arteria, un proceso conocido como aterosclerosis.

La placa está compuesta por diversos componentes, como colesterol, grasas, calcio y tejidos celulares. A medida que la placa se acumula, el lumen de la arteria se estrecha, lo que puede disminuir el flujo sanguíneo hacia el cerebro. En casos graves, la placa puede desprenderse y formar un coágulo sanguíneo (trombo) que puede viajar al cerebro y causar un accidente cerebrovascular (ACV) o un ataque isquémico transitorio (AIT).

La estenosis carotídea suele ser asintomática en sus etapas iniciales, pero en estadios más avanzados puede presentarse con síntomas como debilidad o entumecimiento en la cara, el brazo o la pierna de un lado del cuerpo; dificultad para hablar o comprender el lenguaje; visión doble o pérdida de visión en un ojo; y dolores de cabeza intensos e inexplicables. El diagnóstico de estenosis carotídea generalmente se realiza mediante estudios de imagen, como ecografías, tomografías computarizadas (TC) o resonancias magnéticas (RM). El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos para controlar los factores de riesgo cardiovascular y procedimientos quirúrgicos, como la endarterectomía carotídea o la angioplastia con stenting.

La endarterectomía carotidea es un procedimiento quirúrgico en el que se elimina la placa acumulada (ateroma) dentro de la arteria carótida, que suministra sangre al cerebro. La acumulación de placa puede estrechar o bloquear completamente la arteria, lo que aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular.

Durante el procedimiento, el cirujano hace una incisión en el cuello para acceder a la arteria carótida. Luego, se realiza una incisión en la pared interna de la arteria para quitar la placa. Después de eliminar la placa, se cierra la incisión en la arteria y se sutura el sitio de la incisión en el cuello.

La endarterectomía carotidea se realiza con anestesia general o local y sedación. El procedimiento puede llevarse a cabo de manera tradicional o mediante un enfoque endovascular, que utiliza catéteres y stents para abrir la arteria y eliminar la placa. La elección del tipo de procedimiento depende de varios factores, como la ubicación y la gravedad de la obstrucción, la salud general del paciente y las preferencias del médico tratante.

Después de la cirugía, se pueden requerir medicamentos para prevenir la formación de coágulos sanguíneos y reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. También puede ser necesario un seguimiento médico regular para controlar los factores de riesgo cardiovascular y garantizar una recuperación adecuada.

Las cis-trans-isomerasas son enzimas que catalizan la conversión de cis- a trans- o de trans- a cis-isómeros de dobles enlaces carbono-carbono en moléculas orgánicas. Estas enzimas son importantes en diversos procesos metabólicos, como el metabolismo de ácidos grasos y aminoácidos. Un ejemplo bien conocido de cis-trans-isomerasa es la retinal isomerasa, que interviene en el proceso de visión al convertir el isómero 11-cis del retinal en su forma trans, lo que desencadena una cascada de reacciones que finalmente llevan a la percepción visual.

La endarterectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se elimina la placa acumulada (ateroma) y la capa interna engrosada (intima) de una arteria, lo que se conoce como endarterectomía. Esto se realiza generalmente para tratar las enfermedades arteriales periféricas o la enfermedad de las arterias carótidas, donde las placas de grasa pueden acumularse y endurecer las paredes de los vasos sanguíneos, restringiendo o bloqueando el flujo sanguíneo. La endarterectomía puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea y prevenir complicaciones como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares e isquemia aguda en los miembros.

Existen diferentes tipos de endarterectomías, dependiendo de la ubicación de la arteria afectada. Por ejemplo, una endarterectomía carotídea se realiza en las arterias carótidas del cuello, mientras que una endarterectomía de miembro inferior se realiza en las arterias de las piernas. El procedimiento generalmente implica hacer una incisión en la arteria, extraer la placa y las capas engrosadas, y luego suturar o grapar la arteria para cerrarla. La endarterectomía se puede realizar como un procedimiento abierto o con técnicas menos invasivas, según el caso clínico y las preferencias del cirujano.

La angiografía es un procedimiento diagnóstico que utiliza rayos X y una sustancia llamada medio de contraste para producir imágenes detalladas de los vasos sanguíneos. Durante el procedimiento, se inserta una aguja fina en una arteria o vena y se introduce un tubo flexible y delgado (catéter) a través de la aguja. El catéter se guía hasta el área que necesita ser examinada y se inyecta el medio de contraste. Luego, se toman una serie de radiografías para capturar imágenes de los vasos sanguíneos llenos de medio de contraste.

La angiografía puede utilizarse para diagnosticar y evaluar una variedad de condiciones, como enfermedades cardiovasculares, trastornos cerebrovasculares, cánceres y tumores, así como lesiones traumáticas en los vasos sanguíneos. También se puede utilizar para guiar procedimientos terapéuticos, como angioplastias y stents.

Existen diferentes tipos de angiografía, dependiendo de la parte del cuerpo que se vaya a examinar. Algunos ejemplos son:

* Angiografía coronaria: para examinar los vasos sanguíneos que suministran sangre al corazón.
* Angiografía cerebral: para examinar los vasos sanguíneos en el cerebro y el cuello.
* Angiografía pulmonar: para examinar los vasos sanguíneos en los pulmones.
* Angiografía renal: para examinar los vasos sanguíneos que suministran sangre a los riñones.
* Angiografía de miembros inferiores y superiores: para examinar los vasos sanguíneos en las extremidades.

La angiografía es un procedimiento invasivo que conlleva ciertos riesgos, como reacciones alérgicas al medio de contraste, sangrado, infección y daño a los vasos sanguíneos o tejidos circundantes. Sin embargo, cuando se realiza por un profesional capacitado y experimentado, los beneficios suelen superar los riesgos.

La arteria retiniana es una pequeña arteria que se origina en la parte interna del ojo y suministra sangre a la retina. Es una rama terminal de la arteria central de la retina, que a su vez se deriva de la arteria oftálmica, una rama de la carótida interna. La arteria retiniana corre hacia adelante a través del vitreo y se divide en dos ramas principales: superior e inferior, que se distribuyen por la superficie interna de la retina. Proporciona oxígeno y nutrientes esenciales para el mantenimiento de las funciones visuales normales. La evaluación de la arteria retiniana es importante en el diagnóstico y manejo de diversas enfermedades oculares, como la oclusión de la arteria retiniana, la hipertensión ocular y la retinopatía diabética.

La constriction patológica se refiere a una condición médica anormal en la cual existe un estrechamiento o apretamiento excesivo de los tejidos u órganos del cuerpo. Este estrechamiento puede ser causado por diversas razones, como cicatrización excesiva después de una lesión o cirugía, inflamación crónica, tumores o crecimientos anormales, entre otras.

La constriction patológica puede afectar a varias partes del cuerpo, incluyendo los vasos sanguíneos, los bronquios, el esófago, el intestino delgado y grueso, las arterias y las venas. Los síntomas de la constriction patológica dependen del órgano o tejido afectado y pueden incluir dolor, hinchazón, dificultad para respirar, náuseas, vómitos, estreñimiento o diarrea, entre otros.

El tratamiento de la constriction patológica depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapia física, cirugía u otras intervenciones médicas. En algunos casos, la constriction patológica puede ser reversible con el tratamiento adecuado, mientras que en otros casos puede ser permanente y requerir un manejo continuo para aliviar los síntomas.

La remisión espontánea, en términos médicos, se refiere a la resolución o desaparición de los síntomas de una enfermedad o condición sin tratamiento médico específico. Sucede por sí sola y puede ser temporal o permanente. Es más comúnmente observada en ciertas afecciones inflamatorias, infecciosas y algunos tipos de cáncer. Sin embargo, es importante señalar que aunque los síntomas hayan desaparecido, la enfermedad subyacente puede seguir existiendo, por lo que se recomienda continuar con los controles médicos regulares.

La atrofia óptica hereditaria de Leber (AOHL) es una enfermedad mitocondrial genética que afecta la visión. Se caracteriza por una pérdida progresiva y repentina de la agudeza visual, particularmente en ambos ojos, y puede causar ceguera completa. La AOHL es causada por mutaciones en el ADN mitocondrial, que se hereda de la madre y se presenta predominantamente en hombres jóvenes en sus veinte años. No existe cura para esta afección, pero los tratamientos pueden ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones adicionales.

Los trastornos cerebrovasculares se refieren a un grupo de condiciones que afectan el suministro de sangre al cerebro. Estos trastornos incluyen una variedad de enfermedades y afecciones, como accidentes cerebrovasculares (ictus), ataques isquémicos transitorios (AIT), aneurismas cerebrales, insuficiencia vascular cerebral y demencia vascular.

El término médico más preciso para esta categoría de condiciones es enfermedades cerebrovasculares (ECV). La ECV se produce cuando el flujo sanguíneo al cerebro se ve afectado, lo que puede resultar en daño celular y tejido cerebral. Esto puede ocurrir como resultado de una obstrucción arterial (como en un accidente cerebrovascular isquémico), ruptura de vasos sanguíneos (como en un accidente cerebrovascular hemorrágico) o una combinación de ambos.

Los síntomas de los trastornos cerebrovasculares pueden variar ampliamente, dependiendo de la gravedad del daño al cerebro y la ubicación específica donde ocurre el problema. Algunos síntomas comunes incluyen debilidad o parálisis repentina en la cara, brazo o pierna, dificultad para hablar o comprender el lenguaje, problemas de visión, dolor de cabeza intenso y repentino, mareos o pérdida del equilibrio.

El tratamiento de los trastornos cerebrovasculares dependerá del tipo y gravedad de la afección. Puede incluir medicamentos para disolver coágulos sanguíneos, cirugía para reparar vasos sanguíneos dañados o aneurismas, y terapias de rehabilitación para ayudar a las personas a recuperar habilidades perdidas. La prevención es clave en la reducción del riesgo de trastornos cerebrovasculares, lo que incluye controlar los factores de riesgo como la hipertensión arterial, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo y la obesidad.

Las arterias carótidas son vasos sanguíneos importantes que suministran sangre oxigenada al cerebro, el cuello y la cabeza. Hay dos arterias carótidas, cada una ubicada a cada lado del cuello: la arteria carótida interna y la arteria carótida externa.

La arteria carótida interna se divide en varias ramas que suministran sangre al cerebro, incluyendo el círculo de Willis, una estructura vascular crucial que garantiza un flujo sanguíneo constante al cerebro en caso de obstrucción o bloqueo de una arteria.

Por otro lado, la arteria carótida externa suministra sangre a los músculos del cuello y la cara, así como a la glándula tiroides y las glándulas salivales.

La obstrucción o el estrechamiento de las arterias carótidas pueden ser causados por diversos factores, como la acumulación de placa debido a la aterosclerosis, lesiones o enfermedades vasculares, lo que puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico. Por lo tanto, es importante mantener la salud cardiovascular y vascular para prevenir posibles complicaciones relacionadas con las arterias carótidas.

La ultrasonografía Doppler dúplex es una técnica de imagenología médica que combina la ecografía Doppler y la ecografía bidimensional (2D) para evaluar el flujo sanguíneo en los vasos sanguíneos. La ecografía Doppler utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para medir la velocidad y dirección del flujo sanguíneo, mientras que la ecografía bidimensional proporciona una imagen visual de la estructura anatómica del vaso sanguíneo.

La técnica dúplex permite a los médicos evaluar la velocidad y el patrón del flujo sanguíneo, lo que puede ayudar en el diagnóstico y monitoreo de una variedad de condiciones médicas, como la enfermedad arterial periférica, la trombosis venosa profunda, las anomalías congénitas vasculares y los aneurismas.

La ultrasonografía Doppler dúplex es una prueba no invasiva, segura y generalmente indolora que se puede realizar en una clínica o centro médico. El procedimiento implica la aplicación de un gel conductor en la piel sobre el área de interés y el uso de una sonda de ultrasonido para producir imágenes y mediciones del flujo sanguíneo. Los resultados de la prueba se interpretan por un radiólogo o especialista en medicina vascular capacitado.

En la terminología médica, no existe una categoría o concepto específico llamado "proteínas del ojo". Sin embargo, el ojo contiene varias proteínas importantes para su estructura y función. Algunas de ellas son:

1. Proteínas estructurales: Estas ayudan a dar forma al ojo y mantener su integridad, como las cristalinas (que forman parte del lente) y las colágenas (presentes en el tejido conectivo).

2. Proteínas enzimáticas: Ayudan en diversos procesos metabólicos dentro del ojo, como la catalasa, que descompone los peróxidos en agua y oxígeno, y la superóxido dismutasa, que protege al ojo de los daños causados por radicales libres.

3. Proteínas transportadoras: Ayudan a mover moléculas importantes dentro del ojo, como la opsina, una proteína que se une con el retinal en los bastones y conos para detectar luz.

4. Proteínas receptoras: Estas proteínas participan en la transducción de señales, como las rodopsinas en los bastones y los conopsinas en los conos, que desencadenan respuestas nerviosas cuando se exponen a la luz.

5. Proteínas inmunológicas: Ayudan a proteger el ojo de infecciones y lesiones, como las inmunoglobulinas (anticuerpos) y diversas citocinas proinflamatorias.

6. Otras proteínas funcionales: Existen otras proteínas con diferentes funciones importantes en el ojo, como la melanopsina, involucrada en la regulación del ciclo sueño-vigilia y la fototransducción no visual.

En resumen, las "proteínas del ojo" se refieren a un conjunto diverso de proteínas que desempeñan diversas funciones esenciales en el ojo, como la detección de luz, la transducción de señales, la inmunidad y la protección.

Las atrofias ópticas hereditarias son un grupo de enfermedades genéticas que afectan el nervio óptico y conducen a la pérdida progresiva de la visión. Estas condiciones se caracterizan por una degeneración progresiva del nervio óptico, lo que resulta en un deterioro de la capacidad visual, especialmente en términos de pérdida de agudeza visual y campo visual.

Existen varios tipos de atrofias ópticas hereditarias, cada una con diferentes patrones de herencia y manifestaciones clínicas. Algunos de los tipos más comunes incluyen:

1. Neuropatía óptica hereditaria de Leber (LHON): Esta es una forma autosómica dominante de atrofia óptica que afecta predominantemente a hombres jóvenes. Se caracteriza por la aparición aguda de pérdida de visión en ambos ojos, a menudo dentro de un período de semanas o meses. La causa genética se ha identificado en el cromosoma X y está asociada con mutaciones en los genes que codifican para componentes del sistema de respiración mitocondrial.
2. Neuropatía óptica hereditaria de Kjer (KAHON): Esta es una forma autosómica dominante de atrofia óptica que se caracteriza por una pérdida de visión gradual y progresiva, a menudo comenzando en la infancia o adolescencia. La causa genética se ha identificado en el cromosoma 22 y está asociada con mutaciones en el gen OPA1.
3. Atrofia óptica autosómica recesiva (AOAR): Esta es una forma rara de atrofia óptica que se hereda de manera autosómica recesiva, lo que significa que tanto el padre como la madre deben ser portadores del gen anormal para que un niño tenga la enfermedad. La causa genética se ha identificado en varios genes diferentes, y los síntomas pueden variar ampliamente entre las personas afectadas.
4. Otros tipos de atrofia óptica hereditaria: También existen otras formas más raras de atrofia óptica hereditaria, como la neuropatía óptica dominante progresiva (DOA), que se hereda de manera autosómica dominante y se caracteriza por una pérdida de visión gradual y progresiva que comienza en la infancia o adolescencia. La causa genética se ha identificado en el cromosoma 10 y está asociada con mutaciones en el gen OPTA1.

El diagnóstico de atrofia óptica hereditaria generalmente se realiza mediante una evaluación clínica completa, que incluye un examen oftalmológico completo, pruebas de campo visual y pruebas de imagenología avanzada del nervio óptico y la retina. También pueden ser útiles las pruebas genéticas para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo específico de atrofia óptica hereditaria.

El tratamiento de la atrofia óptica hereditaria depende del tipo específico de enfermedad y puede incluir medidas para mejorar los síntomas, como el uso de lentes especiales o dispositivos de baja visión, así como terapias de rehabilitación visual. En algunos casos, también pueden ser útiles los medicamentos o la cirugía.

En general, la atrofia óptica hereditaria es una enfermedad progresiva que puede causar pérdida de visión significativa a lo largo del tiempo. Sin embargo, con un diagnóstico y tratamiento precoces, es posible mantener una buena calidad de vida y minimizar el impacto de la enfermedad en las actividades diarias.

La degeneración retiniana es un término general que se refiere a un grupo de condiciones o enfermedades que involucran el daño y la muerte progresiva de las células fotorreceptoras en la retina, la parte posterior del ojo responsable de capturar la luz e iniciar el proceso visual. Existen dos tipos principales de células fotorreceptoras: los conos, que son responsables de la visión central y del color, y los bastones, que se encargan de la visión periférica y la visión nocturna.

La degeneración retiniana puede afectar a ambos tipos de células fotorreceptoras o solo a uno de ellos. La forma más común de degeneración retiniana es la enfermedad de déficit de vitamina A, también conocida como deficiencia de retinol, que afecta principalmente a los bastones y puede causar ceguera nocturna.

Sin embargo, el término "degeneración retiniana" se utiliza con mayor frecuencia para referirse a una enfermedad hereditaria progresiva llamada degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), que afecta principalmente a las personas mayores de 50 años. La DMAE se caracteriza por el daño y muerte de los fotorreceptores en una pequeña área de la retina llamada mácula, responsable de la visión central y detallada. Esto puede conducir a la pérdida progresiva de la visión central y la distorsión de las líneas rectas, lo que dificulta realizar tareas cotidianas como leer, conducir o reconocer rostros.

Otro tipo de degeneración retiniana es la neuropatía óptica hereditaria de Leber (NOHL), una enfermedad mitocondrial hereditaria que afecta principalmente a los jóvenes y provoca la pérdida repentina e irreversible de la visión central.

La degeneración retiniana puede ser causada por diversos factores, como mutaciones genéticas, envejecimiento, exposición a la luz azul o al humo del tabaco, y el tratamiento depende del tipo y gravedad de la enfermedad. En algunos casos, se pueden utilizar dispositivos de baja visión, terapia con células madre o trasplantes de retina para mejorar la visión.

Las enfermedades del recto se refieren a un grupo diverso de condiciones que afectan el recto, que es el último segmento del intestino grueso antes del ano. El recto desempeña un papel crucial en la defecación y almacenamiento temporal de heces.

Algunas enfermedades comunes del recto incluyen:

1. Proctitis: Es la inflamación del revestimiento del recto, que puede causar dolor abdominal, diarrea con sangre y una necesidad urgente de defecar. La proctitis puede ser causada por infecciones bacterianas, protozoarias o virales, enfermedades inflamatorias intestinales (EII) como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, radioterapia y otras afecciones médicas.

2. Hemorroides: Son venas hinchadas e inflamadas que se encuentran dentro o alrededor del ano y el recto. Las hemorroides pueden ser internas (dentro del recto) o externas (debajo de la piel alrededor del ano). Pueden causar dolor, picazón, sangrado y sensación de ardor en la región anal.

3. Fisura anal: Es una pequeña rotura o desgarro en el revestimiento del canal anal que puede causar dolor intenso, especialmente durante la defecación, y a veces puede sangrar. Las fisuras anales pueden ser causadas por esfuerzo excesivo durante las deposiciones, estreñimiento crónico, diarrea prolongada o enfermedades inflamatorias intestinales.

4. Absceso y fístula anal: Un absceso anal es una acumulación de pus que se forma en el tejido alrededor del ano como resultado de una infección. Una fístula anal es un conducto anormal que se forma entre el interior del ano y la superficie de la piel, a menudo como resultado de un absceso anal no tratado o infectado.

5. Prolapso rectal: Ocurre cuando una parte del revestimiento del recto sobresale a través del ano, especialmente después de defecar. El prolapso rectal puede causar síntomas como dolor, sangrado, secreción y sensación de evacuación incompleta.

6. Cáncer de colon y recto: Los pólipos y lesiones precancerosas en el revestimiento del colon y el recto pueden convertirse en cáncer si no se detectan y tratan a tiempo. El cáncer colorrectal es una de las principales causas de muerte por cáncer en todo el mundo.

El cuidado preventivo y la detección temprana son clave para mantener la salud del colon y el recto. Las recomendaciones generales incluyen:

- Llevar una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y fibra.
- Limitar el consumo de grasas saturadas, carnes rojas y procesadas.
- Hacer ejercicio regularmente.
- No fumar ni beber alcohol en exceso.
- Controlar el peso corporal y mantener un IMC saludable.
- Realizarse pruebas de detección regulares según las recomendaciones de su médico, especialmente a partir de los 50 años o antes si hay antecedentes familiares de cáncer colorrectal.

Las complicaciones posoperatorias se refieren a problemas o eventos adversos que surgen después de una cirugía y pueden estar relacionados con el procedimiento quirúrgico, la anestesia o los cuidados posoperatorios. Estas complicaciones pueden variar en gravedad y pueden incluir infecciones, reacciones a la anestesia, hemorragias, coágulos sanguíneos, neumonía, insuficiencia orgánica o incluso la muerte.

Las complicaciones posoperatorias pueden ser el resultado de una serie de factores, incluyendo la salud general del paciente antes de la cirugía, el tipo y la complejidad del procedimiento quirúrgico, la habilidad y experiencia del equipo quirúrgico, y los cuidados posoperatorios adecuados.

Algunas complicaciones posoperatorias pueden ser prevenidas o minimizadas mediante una evaluación preoperatoria exhaustiva, una técnica quirúrgica meticulosa, el uso apropiado de antibióticos y otros medicamentos, y la atención cuidadosa durante el período posoperatorio. Los pacientes también pueden tomar medidas para reducir su riesgo de complicaciones posoperatorias, como dejar de fumar, mantener una dieta saludable y hacer ejercicio regular antes de la cirugía.

Retinitis Pigmentosa es un grupo de enfermedades genéticas que afectan a las células fotorreceptoras (bastones y conos) en la retina, la parte luminosa del ojo que contiene células sensibles a la luz que transmiten señales al cerebro para ayudarlo a interpretar imágenes.

La característica distintiva de esta afección es la pérdida progresiva de visión periférica (visión lateral) y la capacidad de ver en condiciones de poca luz, conocidas como "noche ciega". Esto ocurre porque el tipo de células fotorreceptoras más afectadas son los bastones, que nos ayudan a ver en condiciones de poca luz.

La enfermedad generalmente comienza en la infancia o adolescencia y gradualmente empeora con el tiempo, aunque la velocidad de progresión puede variar mucho entre diferentes personas e incluso entre los dos ojos del mismo individuo. En etapas avanzadas, la pérdida de visión central también puede ocurrir, lo que puede conducir a la ceguera total en algunos casos.

Hasta ahora, no existe cura para la retinitis pigmentosa, pero los tratamientos pueden ayudar a retrasar su progresión y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Estos tratamientos incluyen dispositivos de bajo visionado, terapia con vitaminas A y posibles terapias génicas en investigación.

El cilio conectador de los fotorreceptores, también conocido como cono conectante o cone pedicle en inglés, es una estructura especializada en la retina del ojo que se encuentra asociada a los fotorreceptores de conos. Los conos son células especializadas en la percepción de la luz y desempeñan un papel crucial en la visión de alta resolución y en la percepción del color.

El cilio conector de los fotorreceptores es una prolongación citoplasmática que se extiende desde el extremo distal del cono y se conecta con las células horizontales, células bipolares y células amacrinas en la capa nuclear interna de la retina. Esta estructura está compuesta por una matriz de proteínas y contiene mitocondrias, vesículas y otros orgánulos celulares que desempeñan funciones importantes en el procesamiento y transmisión de señales visuales.

La función principal del cilio conector de los fotorreceptores es la de recibir las señales eléctricas generadas por los fotorreceptores en respuesta a la luz y transmitirlas a las células neuronales adyacentes en la retina. Este proceso es fundamental para la percepción visual y desempeña un papel clave en la capacidad del ojo para adaptarse a diferentes condiciones de iluminación.

La integridad estructural y funcional del cilio conector de los fotorreceptores es crucial para mantener una visión normal y saludable. La disfunción o daño en esta estructura se ha asociado con diversas afecciones oculares, como la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) y las distrofias retinianas hereditarias. Por lo tanto, el cilio conector de los fotorreceptores es un objetivo importante para el desarrollo de nuevas terapias dirigidas a tratar o prevenir estas enfermedades.

Las distrofias retinianas representan un grupo heterogéneo de enfermedades hereditarias que afectan predominantemente a las células fotorreceptoras de la retina, resultando en una progresiva pérdida de visión. Estas enfermedades se caracterizan por una degeneración progresiva de los fotorreceptores, especialmente los bastones y conos, que son responsables de la percepción de la luz y el color.

Existen diferentes tipos de distrofias retinianas, clasificadas según su patrón de herencia (autosómica dominante, autosómica recesiva o ligada al cromosoma X), el tipo de células afectadas (bastones, conos o ambos), la edad de inicio y la velocidad de progresión. Algunos de los tipos más comunes incluyen:

1. Retinitis Pigmentosa (RP): Es el tipo más frecuente de distrofia retiniana, que afecta aproximadamente a 1 en 4000 personas. La RP se caracteriza por la pérdida progresiva de los bastones y, en etapas más avanzadas, también de los conos. Los síntomas iniciales suelen incluir una disminución de la visión nocturna (nictalopía) y la presencia de pigmento en forma de "manchas oscuras" en el fondo de ojo. La enfermedad puede progressar a un estrechamiento del campo visual (túnel visual) y, finalmente, a una pérdida severa de la visión central.

2. Distrofia Macular Progresiva: Este tipo de distrofia retiniana afecta predominantemente a las células fotorreceptoras en la mácula, la zona de la retina responsable de la visión central y detallada. Los síntomas iniciales suelen incluir una disminución progresiva de la agudeza visual y distorsiones en la visión (metamorfopsias). La enfermedad puede progressar a una pérdida severa de la visión central, aunque el campo periférico generalmente se preserva.

3. Distrofia Retiniana de Usher: Este tipo de distrofia retiniana se asocia con sordera y se hereda como un trastorno autosómico recesivo. Existen dos tipos principales, Usher I y Usher II, que difieren en el grado y la edad de inicio de las manifestaciones auditivas y visuales. Las personas afectadas por distrofia retiniana de Usher suelen experimentar una pérdida progresiva de la visión debido a la degeneración de los bastones y, en menor medida, de los conos.

4. Amaurosis Congénita de Leber: Es una forma rara de distrofia retiniana que se caracteriza por una pérdida severa o ausencia completa de la visión al nacer o durante la infancia temprana. La enfermedad se asocia con mutaciones en el gen RPE65 y puede responder al tratamiento con terapia génica.

El diagnóstico de distrofias retinianas generalmente implica una evaluación clínica completa, incluidos exámenes oftalmológicos especializados como la electroretinografía (ERG) y la tomografía de coherencia óptica (OCT). En algunos casos, el diagnóstico molecular puede confirmar el tipo y el pronóstico de la enfermedad. El tratamiento actual se centra en la terapia de reemplazo génico, las terapias celulares y los dispositivos de asistencia visual para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por estas enfermedades.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

La electrorretinografía (ERG) es un procedimiento diagnóstico que mide la respuesta eléctrica de las células fotorreceptoras en la retina (los conos y bastones) cuando son expuestas a una variedad de estímulos luminosos. Esto proporciona información sobre el funcionamiento fisiológico de la retina y puede ayudar a diagnosticar y monitorear diversas condiciones o enfermedades oculares, como la retinopatía diabética, degeneración macular relacionada con la edad (DMAE), distrofias de los conos y bastones, y otras neuropatías ópticas.

Durante el procedimiento, se coloca un electrodo en el ojo del paciente (generalmente después de instilar gotas anestésicas) para registrar la actividad eléctrica generada por las células fotorreceptoras y otras células retinianas. Luego, se presentan diferentes patrones de luz a los ojos del paciente mientras se registra la respuesta eléctrica. Los resultados del ERG se analizan para evaluar la función visual y detectar posibles anomalías.

En definitiva, la electrorretinografía es una herramienta importante en el campo de la oftalmología para evaluar y comprender el funcionamiento de la retina y diagnosticar diversas afecciones oculares.

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Amaurosis Fugax: síntomas, causas y tratamiento Por Jose Carlos Sabaté 7 junio, 2023 Enfermedades 0 comentarios ... La Amaurosis Fugax es un trastorno que se caracteriza por la pérdida temporal de la visión de uno de los ojos, generalmente ...
NIÑA DE 2 MESES DE EDAD ES TRAÍDA A CONSULTA PORQUE LA MADRE PIENSA QUE TIENE ALTERACIONES VISUALES. LA PACIENTE PESÓ 1650 G Y NACIÓ A LAS 33 SDG PORQUE LA MADRE SUFRIÓ PREECLAMPSIA SEVERA, ESTUVO HOSPITALIZADA UN MES MIENTRAS MADURABAN LOS PULMONES, PERO NUNCA ESTUVO INESTABLE. A LA EXPLORACIÓN, LA PACIENTE CIERRA LOS OJOS AL ESTÍMULO LUMINOSO Y FIJA LA MIRADA CUANDO SE LE PRESENTA UN OBJETO, PERO ES INCAPAZ DE SEGUIRLO. OCASIONALMENTE SONRÍE CUANDO VE Y ESCUCHA A SU MADRE. EN LA OFTALMOSCOPÍA DIRECTA, SE OBSERVA CRECIMIENTO DE TEJIDO VASCULAR HACIA EL ESPACIO VÍTREO Y TORTUOSIDAD DE LOS VASOS EN EL POLO POSTERIOR.. ¿QUÉ LUGAR OCUPA LA PATOLOGÍA DEL PACIENTE RESPECTO A LAS CAUSAS DE DÉFICIT VISUAL MODERADA/SEVERA MÁS COMUNES EN MÉXICO?. ...
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  • Amaurosis fugaz (Latín fugax que significa fugaz, griego amaurosis que significa oscureciendo, oscuro, u obscuro) es una pérdida completa o parcial transitoria de la visión monocular debida a la isquemia de la retina, en otras palabras, es pérdida reversible de visión en un ojo. (wikipedia.org)
  • 5]​ En 1990, las causas de la amaurosis fugaz fueron mejor definidas por el grupo de estudio de la amaurosis fugaz. (wikipedia.org)
  • 8]​ Los émbolos más comunes que podrían llegar a causar la amaurosis fugaz se originan de una arteria carótida con ateroesclerosis. (wikipedia.org)
  • Arteria carótida con ateroesclerosis: La amaurosis fugaz se puede presentar como un tipo de ataque isquémico transitorio (TIA), durante el cual un émbolo obstruye unilateralmente el lumen de la arteria retinal o de la arteria oftálmica, causando una disminución del flujo sanguíneo a la retina ipsilateral. (wikipedia.org)
  • 9]​ Sin embargo, una arteria carótida ateroesclerótica también puede causar amaurosis fugaz debido a la estenosis en el flujo sanguíneo, produciendo isquemia cuando la retina es expuesta a la luz brillante. (wikipedia.org)
  • Vasoespasmo temporal: Provoca una disminución en el flujo sanguíneo que puede producir la amaurosis fugaz. (wikipedia.org)
  • Lo cual provoca una oclusión parcial o total, que deriva en una disminución del flujo sanguíneo que se manifiesta con la amaurosis fugaz. (wikipedia.org)
  • En este caso la amaurosis fugaz puede estar asociada con la claudicación mandibular y dolor de cabeza. (wikipedia.org)
  • 15]​ Una revisión encontró una incidencia del 2% al 19% de amaurosis fugaz entre estos pacientes. (wikipedia.org)
  • Los signos clínicos son CEFALEA, CONFUSIÓN, ceguera transitoria (AMAUROSIS FUGAZ), trastornos del habla y HEMIPARESIA. (bvsalud.org)
  • 5]​ En 1990, las causas de la amaurosis fugaz fueron mejor definidas por el grupo de estudio de la amaurosis fugaz. (wikipedia.org)
  • Cuáles son las principales causas de la amaurosis fugaz? (clinicabaviera.com)
  • También conocida como ceguera monocular temporal o transitoria, no es una enfermedad en sí misma, sino un signo o síntoma de otros trastornos que alerta de que algo no va bien. (clinicabaviera.com)
  • Dicha ceguera es transitoria o temporal, durando generalmente un intervalo de tiempo que va desde unos pocos segundos a algunos minutos, como máximo. (clinicabaviera.com)
  • Amaurosis fugax: Es la pérdida de la visión de manera transitoria. (ingles.com.pa)