Polipéptidos producidos por los ADIPOCITOS. Incluyen LEPTINA, ADIPONECTINA, RESISTINA y muchas citocinas del sistema inmunitario, tales como el FACTOR DE NECROSIS TUMORAL ALFA, INTERLEUCINA-6 y FACTOR D DEL COMPLEMENTO (también conocido como ADIPSINA). Tienen importantes funciones autocrinas, paracrinas y endocrinas.
Hormona polipeptídica rica en cisteína, de 12 kDa, segregada por los ADIPOCITOS del TEJIDO ADIPOSO. Es el miembro fundador de la familia de hormonas similares a la resistina (RELM). La resistina inhibe la capacidad de la INSULINA para estimular la captación celular de GLUCOSA.
Proteína de 30 kDa, relacionada con la FRACCIÓN C1Q DEL COMPLEMENTO, el producto génico más abundante secregado por las CÉLULAS ADIPOSAS del TEJIDO ADIPOSO blanco. La adiponectina modula diversos procesos fisiológicos, como el metabolismo de la GLUCOSA y los ÁCIDOS GRASOS y las respuestas inmunitarias. La disminución de las concentraciones plasmáticas de adiponectina se asocia a RESISTENCIA A LA INSULINA, DIABETES MELLITUS DE TIPO 2, OBESIDAD y ARTERIOSCLEROSIS.
Enzima que cataliza la formación de nicotinamida mononucleótido (NMN) a partir de la nicotinamida y 5-fosforribosil-1-pirofosfato, la etapa limitante en la biosíntesis de la coenzima NAD. Se la conoce también como un factor de crecimiento para los LINFOCITOS B tempranos, o como una ADIPOCINA con efectos insulinomiméticos (visfatina).
Hormona peptídica de 16 kD segregada por los ADIPOCITOS BLANCOS. La leptina actúa como señal de retroalimentación entre los adipociitos y el SISTEMA NERVIOSO CENTRAL, regulando la ingesta de alimentos, el equilibrio energético y el almacenamiento de grasa.
Tejido conectivo especializado compuesto de ADIPOCITOS. Es el sitio de almacenamiento de GRASAS, generalmente en la forma de TRIGLICÉRIDOS. En los mamíferos, hay dos tipos de tejido adiposo, el TEJIDO ADIPOSO BLANCO y el TEJIDO ADIPOSO PARDO. Sus distribuciones relativas varían en diferentes especies con más predominancia del tejido adiposo blanco.
Estado en el que el PESO CORPORAL es superior a lo aceptable o deseable y generalmente se debe a una acumulación del exceso de GRASAS en el cuerpo. El estándar puede variar con la edad, sexo, genética o medio cultural. En el ÍNDICE DE MASA CORPORAL, un IMC superior a 30,0 kg/m2 se considera obeso y un IMC mayor a 40,0 kg/m2 se considera obeso mórbido (OBESIDAD MÓRBIDA).
Células del cuerpo que almacenan GRASAS, generalmente en la forma de TRIGLICÉRIDOS. Los ADIPOCITOS BLANCOS son los tipos encontrados, en la mayoría de las veces en la cavidad abdominal del tejido subcutáneo. Los ADIPOCITOS MARRONES son células termogénicas que pueden ser encontradas en recién nacidos de algunas especies de mamíferos que hibernan.
Proteínas de enlace al retinol que circulan en el PLASMA. Son miembros de la familia de proteínas lipocalinas y juegan un papel en el transporte del RETINOL del HÍGADO a los tejidos periféricos. Las proteínas se encuentran generalmente asociadas con TRANSTIRETINA.
Disminución de la efectividad de la INSULINA para reducir los niveles de azúcar en la sangre: se requiere de 200 unidades o más de insulina por día para prevenir la HIPERGLUCEMIA o la CETOSIS.
Cantidad de grasa o lípidos depositados en una zona u órgano del organismo, indicativa del grado de obesidad.
Grupo de factores de riesgo metabólico de ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES y DIABETES MELLITUS TIPO 2. Los principales componentes del síndrome X metabólico son: exceso de GRASA ABDOMINAL, DISLIPIDEMIAS aterogénicas, HIPERTENSIÓN, HIPERGLUCEMIA, RESISTENCIA A LA INSULINA, estado proinflamatorio y estado protrombótico (TROMBOSIS) (Adaptación del original: AHA/NHLBI/ADA Conference Proceedings, Circulation 2004; 109:551-556).
Tejido graso situado bajo la PIEL de todo el cuerpo.
Tejido adiposo compuesto por ADIPOCITOS BLANCOS que generalmente se encuentra directamente bajo la piel (GRASA SUBCUTÁNEA) y alrededor de los órganos internos (GRASA ABDOMINAL). Tiene menos vascularización y coloración que la GRASA MARRÓN. La grasa blanca proporciona aislamiento del calor, amortiguación mecánico y es una fuente de energía.
Receptores de la superficie celular para las ADIPOQUINAS, citocinas segregadas por los ADIPOCITOS.
Receptores de la superficie celular para la ADIPONECTINA, hormona antidiabética secretada por los ADIPOCITOS. Los receptores de adiponectina son proteínas de membrana con múltiples regiones citoplasmáticas y extracelulares. Poseen una masa de 43 kDa y son codificados por al menos dos genes, con diferentes afinidades para las adiponectinas globular y alargada.
Proceso patológico caracterizado por lesión o destrucción de tejidos causada por diversas reacciones citológicas y químicas. Se manifiesta usualmente por signos típicos de dolor, calor, rubor, edema y pérdida de función.
Línea celular continua que es un sustrato de CÉLULAS 3T3 SWISS desarrollada a través de aislación clonal. Las células de fibroblasto de ratón sufren una conversión similar a adiposa mientras se mueven a un estado confluente e inhibición de contacto.
Factor que estimula el crecimiento y la diferenciación de las células B y que es también un factor de crecimiento para los hibridomas y plasmocitomas. Es producido por muchas células diferentes entre las que se incluyen las células T, monocitos y fibroblastos.
Un indicador de la densidad corporal, tal como se determina por la relación del PESO CORPORAL con la ESTATURA. BMI=peso (kg/altura al cuadrado (m2). El BMI se relaciona con la grasa corporal (TEJIDO ADIPOSO). Su relación varía con la edad y género. Para los adultos, el BMI se sitúa en estas categorías: inferior a 18.5 (por debajo del peso normal); 30.0 y mas (obeso)(Adaptación del original: National Center for Health Statistics, Centers for Disease Control and Prevention).
Tejido graso localizado dentro de la CAVIDAD ABDOMINAL, incluida la grasa visceral y retroperitoneal. Es la grasa grasa metabólicamente más activa del organismo, fácilmente accesible a LIPÓLISIS. El incremento de la grasa visceral se asocia a las complicaciones metabólicas de la OBESIDAD.
Parámetros biológicos medibles y cuantificables (ejemplo, concentración específica de enzimas, concentración específica de hormonas, distribución fenotípica de un gen específico en una población, presencia de sustancias biológicas) que sirven como índices para la evaluación relacionada con la salud y la fisiología, como son riesgos de enfermedades, trastornos psiquiátricos, exposición ambiental y sus efectos, diagnóstico de enfermedades, procesos metabólicos, abuso de sustancias, embarazo, desarrollo de líneas celulares, estudios epidemiológicos, etc.
Compuestos endógenos que median la inflamación (AUTACOIDES) y compuestos exógenos relacionados entre los que se incluyen las prostaglandinas sintéticas (PROSTAGLANDINAS, SINTÉTICAS).
Desequilibrio del ESTADO NUTRICIONAL, producto de la excesiva ingesta de nutrientes. Generalmente, la hipernutrición genera un desequilibrio energético entre el consumo de alimentos y el gasto de energía que conduce a trastornos tales como la OBESIDAD.
Una proteína del plasma que circula en mayores cantidades durante la inflamación y después de la lesión de un tejido.
Glicoproteína sérica producida por los MACRÓFAGOS activados y otros LEUCOCITOS MONONUCLEARES de mamíferos. Tiene actividad necrotizante contra las líneas de células tumorales e incrementa la capacidad de rechazar trasplantes de tumores. También es conocido como TNF-alfa y es solo un 30 por ciento homólogo de TNF-beta (LINFOTOXINA), pero comparten RECEPTORES DE TNF.
Receptores de superficie celular para el factor de obesidad (LEPTINA), una hormona secretada por los ADIPOCITOS BLANCOS. Respecto de la interacción del receptor de leptina, la señal es mediada por via JAK2/STAT3 para regular el ingreso de alimentos, el balance energético y el almacenamiento de grasas.
Proteínas, que no son anticuerpos, segregadas por leucocitos inflamatorios y por algunas células no leucocitarias, y que actúan como mediadores intercelulares. Difieren de las hormonas clásicas en que son producidas por un número de tejidos o tipos de células en lugar de por glándulas especializadas. Generalmente actúan localmente en forma paracrina o autocrina y no en forma endocrina.
Hormonas liberadas por neoplasias o por otras células que no son las fuentes comunes de las hormonas. Esas hormonas pueden ser útiles como marcadores.
Hormona protéica segregada por las células beta del páncreas. La insulina desempeña un papel fundamental en la regulación del metabolismo de la glucosa, generalmente promoviendo la utilización celular de la glucosa. También es un regulador importante del metabolismo protéico y lipídico. La insulina se emplea para controlar la diabetes mellitus dependiente de insulina.
Pliegue de doble capa del peritoneo que une el ESTÓMAGO con otros órganos de la CAVIDAD ABDOMINAL.
Proteínas reguladoras y péptidos que son moléculas señalizadoras implicadas en el proceso de COMUNICACIÓN PARACRINA. Generalmente son considerados factores que son expresados por una célula y que son respondidos por medio de receptores en la superficie de otra célula cercana. Ellos son distinguidos de las HORMONAS porque sus acciones son locales más bien que distales.
Péptido acilado, orexigénico de 28 aminoácidos que es un ligando para los RECEPTORES SECRETAGOGOS DE LA HORMONA DEL CRECIMIENTO. La ghrelina se expresa ampliamente pero principalmente en el estómago de los adultos. La ghrelina actúa centralmente para estimular la secreción de la hormona del crecimiento y la ingesta de alimento, y periféricamente para regular la homeostasis de energía. Su gran proteína precursora, conocida como hormona reguladora del apetito o péptido relacionado con la motilina, contiene ghrelina y obestatina.
Hormonas sintetizadas de aminoácidos. Se distinguen de los PÉPTIDOS Y PROTEINAS DE SEÑALIZACIÓN INTERCELULAR en que sus acciones son sistémicas.
Familia de proteínas angiogénicas estructuralmente relacionadas, de aproximadamente 70 kD de tamaño. Tienen alta especificidad para miembros de los RECEPTORES TIE.
Familia variada de proteínas extracelulares que se unen a las pequeñas moléculas hidrofóbicas. Fueron caracterizadas originalmente como proteínas transportadoras, no obstante pueden tener papeles adicionales tales como participar en la formación de complejos macromoleculares con otras proteínas y de atadura a los RECEPTORES DE SUPERFICIE CELULAR.
Glucosa en la sangre.
Un miembro de la familia serpina de las proteínas. Inhibe tanto a los activadores de plasminógeno del tipo tisular como los del tipo uroquinasa.
Estudios que comienzan con la identificación de personas con una enfermedad de interés y um grupo control (comparación, de referencia) sin la enfermedad. La relación de una característica de la enfermedad es examinada por la comparación de personas enfermas y no enfermas cuanto a frecuencia o niveles de la característica en cada grupo.
Masa o cantidad de peso de un individuo. Se expresa en unidades de libras o kilogramos.

Las adipoquinas son un tipo de proteínas que se producen y secretan por las células adiposas, también conocidas como células de grasa. Estas proteínas desempeñan un papel importante en la comunicación entre el tejido adiposo y otros órganos y tejidos del cuerpo.

Las adipoquinas pueden tener efectos tanto locales como sistémicos y están involucradas en una variedad de procesos fisiológicos, incluyendo la regulación del metabolismo de la glucosa y los lípidos, la inflamación, la respuesta inmunitaria, la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos) y la diferenciación celular.

Algunas adipoquinas bien conocidas incluyen la leptina, la adiponectina, la resistina y la visfatina. Los niveles anormales de estas proteínas se han asociado con diversas afecciones médicas, como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovascularas y algunos tipos de cáncer.

La investigación sobre las adipoquinas y su papel en la fisiología y patología humanas está en curso y se espera que proporcione nuevas perspectivas sobre el desarrollo y el tratamiento de diversas enfermedades.

La resistina es una hormona peptídica que se encuentra en los mamíferos. Fue descubierta originalmente en el tejido adiposo de ratones y más tarde también se identificó en humanos. Es codificada por el gen AKRL325 y pertenece a una familia de proteínas relacionadas con la resistencia a la insulina.

En los humanos, la resistina se produce principalmente en el tejido adiposo, aunque también se ha encontrado en células del sistema inmunitario como macrófagos y linfocitos. La resistina se asocia con la resistencia a la insulina, una condición en la que las células del cuerpo no responden correctamente a la insulina, lo que puede conducir al desarrollo de diabetes tipo 2.

La resistina puede desempeñar un papel en la inflamación y el metabolismo de la glucosa y los lípidos. Se ha sugerido que la resistina puede interactuar con otras moléculas para influir en la señalización celular y contribuir a la patogénesis de enfermedades como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovascularas. Sin embargo, los mecanismos precisos por los cuales la resistina influye en estas condiciones siguen siendo objeto de investigación.

La adiponectina es una hormona proteica producida predominantemente por las células grasas (tejido adiposo). Es una citoquina que se encuentra en mayor concentración en el torrente sanguíneo que cualquier otra proteína hormonal producida por el tejido adiposo.

La adiponectina juega un papel importante en la regulación del metabolismo de la glucosa y los lípidos, aumentando la sensibilidad a la insulina, reduciendo la inflamación y protegiendo contra el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.

Las personas con sobrepeso u obesidad tienden a tener niveles más bajos de adiponectina en la sangre, lo que puede contribuir al desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2. Los niveles altos de adiponectina se asocian con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2.

La adiponectina también puede tener efectos neuroprotectores y antiinflamatorios, lo que sugiere que podría desempeñar un papel en la prevención o el tratamiento de enfermedades neurológicas como el Alzheimer y el Parkinson.

La Nicotinamida Fosforibosiltransferasa (NAMPT, por sus siglas en inglés), también conocida como Pre-B cell Colony-Enhancing Factor (PBEF) o Visfatin, es una enzima que participa en el metabolismo de la nicotinamida adenina dinucleótido (NAD+). La NAMPT cataliza la transferencia de un grupo fosforribosilo de la 5-fosfo-α-D-ribosil-1-pyrofosfato (PRPP) a la nicotinamida, produciendo nicotinamida mononucleótido (NMN), que luego se convierte en NAD+. Esta reacción desempeña un papel crucial en la biosíntesis del NAD+ y está involucrada en diversos procesos celulares, como el mantenimiento de la homeostasis energética, la regulación del ciclo celular, la respuesta al estrés oxidativo y la apoptosis. Los niveles alterados de NAMPT se han relacionado con diversas enfermedades, como la diabetes, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas.

La leptina es una hormona proteica producida principalmente por las células adiposas (grasa) en el tejido adiposo. Se considera una hormona importante en la regulación del equilibrio energético y el control del peso corporal. La leptina viaja a través del torrente sanguíneo hasta el cerebro, especialmente al hipotálamo, donde se une a receptores específicos y envía señales al sistema nervioso para regular el apetito, la saciedad y el gasto energético.

Entre sus funciones principales está la reducción del apetito, aumentando la sensación de saciedad después de comer, lo que lleva a consumir menos calorías; además, estimula el gasto energético al acelerar el metabolismo y aumentar la termogénesis (generación de calor). Todo esto contribuye a mantener un peso corporal saludable y equilibrado.

La leptina también participa en otros procesos fisiológicos, como la regulación de la glucosa sanguínea, la presión arterial, la función inmunológica y la reproducción. Los niveles bajos de leptina están asociados con el hambre excesivo y la obesidad, mientras que los niveles altos se relacionan con la pérdida de apetito y, en algunos casos, con trastornos como la anorexia nerviosa.

En definitiva, la leptina es una hormona clave en la comunicación entre el tejido adiposo y el cerebro, desempeñando un papel fundamental en el control del peso corporal y el equilibrio energético.

El tejido adiposo, también conocido como grasa corporal, es un tipo de tejido conjuntivo suelto compuesto por células grasas llamadas adipocitos. Existen dos tipos principales de tejido adiposo: blanco y pardo. El tejido adiposo blanco almacena energía en forma de lípidos, proporciona aislamiento térmico y actúa como una barrera protectora para órganos vitales. Por otro lado, el tejido adiposo pardo es más denso y contiene muchos mitocondrias, que lo hacen quemar rápidamente la grasa para producir calor y ayudar a regular la temperatura corporal. El tejido adiposo se encuentra en todo el cuerpo, especialmente alrededor de los órganos internos y debajo de la piel.

La obesidad es una afección médica en la que existe un exceso de grasa corporal que puede afectar negativamente la salud. Se diagnostica habitualmente mediante el cálculo del índice de masa corporal (IMC), que se obtiene dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su estatura en metros. Un IMC de 30 o más generalmente se considera obesidad.

La obesidad puede aumentar el riesgo de varias condiciones de salud graves, incluyendo diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, apnea del sueño, algunos cánceres y problemas articulares. También se asocia con un mayor riesgo de complicaciones y mortalidad por COVID-19.

La obesidad puede ser causada por una combinación de factores genéticos, ambientales y comportamentales. Una dieta rica en calorías, la falta de actividad física, el sedentarismo, el estrés, la falta de sueño y ciertas afecciones médicas pueden contribuir al desarrollo de la obesidad. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio regular, terapia conductual y, en algunos casos, medicamentos o cirugía bariátrica.

Los adipocitos son células especializadas que almacenan lípidos en el cuerpo humano. También se les conoce como células grasas y desempeñan un papel importante en la regulación del metabolismo y el equilibrio energético. Los adipocitos se encuentran principalmente en el tejido adiposo, que puede ser de dos tipos: blanco (que almacena energía en forma de grasa) y pardo (que genera calor y ayuda a regular la temperatura corporal). Las alteraciones en el número o tamaño de los adipocitos pueden contribuir al desarrollo de diversas condiciones de salud, como la obesidad y la diabetes.

Las proteínas plasmáticas de unión al retinol (RBP, por sus siglas en inglés) son proteínas específicas que se encuentran en el plasma sanguíneo y están encargadas de transportar el retinol (una forma de vitamina A alcohólica) y la provitamina A carotenoides a los tejidos diana en el cuerpo. La RBP es sintetizada principalmente en el hígado y se une específicamente al retinol con una gran afinidad, formando un complejo conocido como holo-RBP.

La RBP desempeña un papel crucial en la homeostasis de la vitamina A, ya que ayuda a mantener los niveles adecuados de retinol en el torrente sanguíneo y facilita su absorción y transporte a través de la membrana basal de las células endoteliales capilares hacia los tejidos diana. Además, la RBP actúa como un indicador sensible del estado nutricional de la vitamina A en el cuerpo, ya que sus niveles plasmáticos disminuyen en respuesta a las deficiencias de vitamina A.

La RBP es una proteína de bajo peso molecular y se encuentra en concentraciones relativamente bajas en el plasma sanguíneo en condiciones fisiológicas normales. Sin embargo, su importancia en la fisiología del retinol y la homeostasis de la vitamina A es fundamental para mantener la salud ocular, la integridad de las mucosas y la diferenciación celular adecuada en varios tejidos.

La resistencia a la insulina es un trastorno metabólico en el que las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina, una hormona producida por el páncreas que permite a las células absorber glucosa o azúcar en la sangre para ser utilizada como energía. En condiciones normales, cuando los niveles de glucosa en la sangre aumentan después de una comida, el páncreas secreta insulina para ayudar a las células a absorber y utilizar la glucosa. Sin embargo, en la resistencia a la insulina, las células no responden bien a la insulina, lo que hace que el páncreas produzca aún más insulina para mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango normal.

Este ciclo continuo puede conducir a un aumento gradual de la resistencia a la insulina y, finalmente, a la diabetes tipo 2 si no se trata. La resistencia a la insulina también se asocia con otros problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta y síndrome del ovario poliquístico.

La resistencia a la insulina puede ser causada por una combinación de factores genéticos y ambientales, como la obesidad, el sedentarismo, la dieta rica en grasas y azúcares refinados, y el estrés crónico. El tratamiento de la resistencia a la insulina generalmente implica hacer cambios en el estilo de vida, como perder peso, hacer ejercicio regularmente, comer una dieta saludable y equilibrada, y controlar el estrés. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de glucosa en la sangre.

La adiposidad se refiere al aumento excesivo de la grasa corporal en el cuerpo humano. Este término se utiliza a menudo para describir una condición en la que el porcentaje de tejido adiposo en el cuerpo es superior al rango normal y saludable. La acumulación excesiva de grasa puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero generalmente se observa en el abdomen, las caderas, los muslos y las nalgas.

La adiposidad puede ser causada por una combinación de factores genéticos, ambientales y comportamentales, como una dieta poco saludable, la falta de actividad física y el sedentarismo, el estrés y los trastornos del sueño. También puede estar asociada con ciertas afecciones médicas, como el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.

La adiposidad se mide comúnmente utilizando el índice de masa corporal (IMC), que es una relación entre el peso y la altura de una persona. Los valores de IMC superiores a 30 se consideran obesos, mientras que los valores entre 25 y 29,9 se consideran sobrepeso. Sin embargo, el IMC no siempre es una medida precisa de la adiposidad, especialmente en personas muy musculosas o de complexión grande.

El tratamiento de la adiposidad generalmente implica cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y equilibrada, aumento de la actividad física y reducción del tiempo sedentario. En algunos casos, la pérdida de peso puede requerir tratamientos más especializados, como terapias farmacológicas o intervenciones quirúrgicas.

El síndrome X metabólico, también conocido como síndrome metabólico, es un conjunto de condiciones que aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Es diagnosticado cuando al menos tres de los siguientes factores de riesgo se presentan juntos en una persona:

1. Obesidad abdominal (circunferencia de la cintura >102 cm en hombres y >88 cm en mujeres)
2. Hipertensión arterial (presión arterial sistólica ≥130 mmHg o presión arterial diastólica ≥85 mmHg)
3. Niveles altos de triglicéridos en la sangre (≥150 mg/dL)
4. Bajos niveles de lipoproteínas de alta densidad o "colesterol bueno" (

La grasa subcutánea, también conocida como tejido adiposo subcutáneo, es un tipo de tejido graso que se encuentra justo debajo de la piel (tejido dérmico) y encima del músculo esquelético. Es el depósito de grasa más grande en el cuerpo humano y actúa como una reserva de energía, proporcionando aislamiento térmico y protección mecánica a los órganos internos.

La grasa subcutánea está compuesta por células grasas llamadas adipocitos, que almacenan triglicéridos en su citoplasma. Estas células están organizadas en grupos o lóbulos, separados por tabiques fibrosos septos que contienen vasos sanguíneos y nervios. La cantidad y distribución de la grasa subcutánea pueden variar entre individuos y también en diferentes partes del cuerpo.

El grosor y la distribución de la grasa subcutánea se han relacionado con diversos factores de salud, como el riesgo de enfermedades cardiovasculars, diabetes tipo 2, y algunos tipos de cáncer. La evaluación de la grasa subcutánea puede realizarse mediante diferentes métodos, como la ecografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear.

El tejido adiposo blanco, también conocido como grasa blanca, es el tipo más común de tejido graso en el cuerpo humano. Está compuesto por células llamadas adipocitos, que almacenan energía en forma de lípidos o grasas. A diferencia del tejido adiposo pardo, que se encuentra en mayor proporción en la infancia y desempeña un papel importante en la termogénesis, el tejido adiposo blanco es el principal responsable del almacenamiento de energía y la homeostasis metabólica en el organismo.

Las células de tejido adiposo blanco contienen una gran gota central de lípidos rodeada por un pequeño núcleo y citoplasma. Cuando el cuerpo consume más calorías de las que necesita, esas grasas adicionales se convierten en moléculas de triglicéridos y se almacenan en estas células. Durante los períodos de ayuno o aumento de la demanda energética, las hormonas liberan ácidos grasos libres de los adipocitos para su uso como combustible por otros tejidos corporales.

El tejido adiposo blanco se distribuye principalmente debajo de la piel (tejido adiposo subcutáneo) y alrededor de los órganos internos (tejido adiposo visceral). El exceso de acumulación de tejido adiposo blanco, especialmente en el tejido adiposo visceral, se asocia con diversas afecciones de salud, como la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres.

Los receptores de adipoquina son proteínas que se encuentran en la superficie celular y se unen a las adipoquinas, un tipo de moléculas de señalización secretadas por el tejido adiposo. Uno de los receptores de adipoquina más estudiados es el receptor AdipoR1, que se une a la adipoquina Adiponectina. La unión de la adipoquina al receptor desencadena una cascada de señalización dentro de la célula, lo que lleva a una variedad de respuestas fisiológicas, como la regulación del metabolismo de la glucosa y los lípidos, la inflamación y la diferenciación celular. Los receptores de adipoquina desempeñan un papel importante en la comunicación entre el tejido adiposo y otros órganos y tejidos, y están involucrados en una variedad de procesos fisiológicos y patológicos, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Los receptores de adiponectina son proteínas que se encuentran en las membranas celulares y se unen a la adiponectina, una hormona secretada por el tejido adiposo. Existen dos tipos principales de receptores de adiponectina, conocidos como AdipoR1 y AdipoR2.

AdipoR1 se expresa principalmente en los músculos esqueléticos y el cerebro, mientras que AdipoR2 se encuentra sobre todo en el hígado. La unión de la adiponectina a estos receptores activa una serie de vías de señalización celular que desempeñan un papel importante en la regulación del metabolismo de la glucosa y los lípidos, la inflamación y la protección contra el daño oxidativo.

La estimulación de los receptores de adiponectina se ha asociado con una mejora en la sensibilidad a la insulina, la reducción del colesterol LDL y los triglicéridos séricos, y la prevención de la aterosclerosis y la diabetes tipo 2. Por lo tanto, los receptores de adiponectina son objetivos terapéuticos potenciales para el tratamiento de diversas enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

La inflamación es una respuesta fisiológica del sistema inmunitario a un estímulo dañino, como una infección, lesión o sustancia extraña. Implica la activación de mecanismos defensivos y reparadores en el cuerpo, caracterizados por una serie de cambios vasculares y celulares en el tejido afectado.

Los signos clásicos de inflamación se describen mediante la sigla latina "ROESI":
- Rubor (enrojecimiento): Dilatación de los vasos sanguíneos que conduce al aumento del flujo sanguíneo y la llegada de células inmunes, lo que provoca enrojecimiento en la zona afectada.
- Tumor (hinchazón): Aumento de la permeabilidad vascular y la extravasación de líquidos y proteínas hacia el tejido intersticial, causando hinchazón o edema.
- Calor: Aumento de la temperatura local debido al aumento del flujo sanguíneo y el metabolismo celular acelerado en el sitio inflamado.
- Dolor: Estimulación de los nervios sensoriales por diversos mediadores químicos liberados durante la respuesta inflamatoria, como las prostaglandinas y bradiquinina, que sensibilizan a los receptores del dolor (nociceptores).
- Functio laesa (disfunción o pérdida de función): Limitación funcional temporal o permanente del tejido inflamado como resultado directo del daño tisular y/o los efectos secundarios de la respuesta inflamatoria.

La inflamación desempeña un papel crucial en la protección del cuerpo contra agentes nocivos y en la promoción de la curación y la reparación tisular. Sin embargo, una respuesta inflamatoria excesiva o mal regulada también puede contribuir al desarrollo y la progresión de diversas enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la aterosclerosis y el cáncer.

Las células 3T3-L1 son una línea celular adipogénica derivada de fibroblastos embrionarios de ratón. Estas células se han utilizado ampliamente en la investigación biomédica como un modelo para estudiar la diferenciación y la homeostasis de las células grasas, también conocidas como adipocitos.

Bajo las condiciones adecuadas, las células 3T3-L1 pueden diferenciarse en adipocitos maduros que almacenan lípidos en forma de gotitas de lipoproteínas intracelulares. Este proceso de diferenciación se puede inducir mediante la adición de ciertos factores de crecimiento y otras moléculas señalizadoras, como la insulina, el glucocorticoide y el factor de crecimiento similar a la insulina.

Las células 3T3-L1 diferenciadas se utilizan a menudo para estudiar los mecanismos moleculares que subyacen a la regulación del metabolismo lipídico, la sensibilidad a la insulina y la homeostasis de la glucosa. También se han utilizado en estudios relacionados con la obesidad, la diabetes y otras enfermedades metabólicas.

Es importante tener en cuenta que, como cualquier modelo experimental, las células 3T3-L1 no representan perfectamente a las células grasas humanas y los resultados obtenidos con este modelo pueden no ser directamente aplicables al ser humano. Sin embargo, siguen siendo una herramienta valiosa para la investigación biomédica y han contribuido significativamente al avance de nuestra comprensión de los procesos fisiológicos y patológicos relacionados con el tejido adiposo.

La Interleucina-6 (IL-6) es una citocina proinflamatoria multifuncional que desempeña un papel crucial en la respuesta inmunitaria y la hematopoyesis. Es producida por una variedad de células, incluyendo macrófagos, fibroblastos, endoteliales y algunas células tumorales, en respuesta a diversos estímulos, como infecciones, traumatismos o procesos inflamatorios.

La IL-6 media una variedad de respuestas biológicas, incluyendo la activación del sistema inmune, la diferenciación y proliferación de células inmunes, la síntesis de proteínas de fase aguda y el metabolismo energético. También está involucrada en la patogénesis de diversas enfermedades, como artritis reumatoide, enfermedad de Crohn, sepsis y cáncer.

En condiciones fisiológicas, los niveles séricos de IL-6 son bajos, pero pueden aumentar significativamente en respuesta a estímulos patológicos. La medición de los niveles de IL-6 se utiliza como un biomarcador de inflamación y enfermedad en la práctica clínica.

El Índice de Masa Corporal (IMC) es un parámetro estandarizado que se utiliza en medicina y nutrición para evaluar el grado de adiposidad o gordura relacionado con la salud de los individuos. Se calcula como el cociente entre el cuadrado del peso (expresado en kilogramos) dividido por la talla alta expresada en metros cuadrados (Kg/m2).

Matemáticamente, se representa de la siguiente forma: IMC = peso/(talla)^2.

El IMC es una herramienta útil para identificar el riesgo de enfermedades no transmisibles asociadas al sobrepeso y la obesidad, como diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer. No obstante, cabe mencionar que el IMC tiene limitaciones y no es adecuado para evaluar la composición corporal o el estado nutricional en algunos grupos poblacionales específicos, como atletas, embarazadas, niños y ancianos.

La grasa intraabdominal, también conocida como grasa visceral, se refiere al tipo de grasa corporal que se acumula alrededor de los órganos internos en el área abdominal. Esta grasa está ubicada dentro de la cavidad abdominal, rodeando órganos como el hígado, los riñones y el páncreas.

La cantidad de grasa intraabdominal se puede medir mediante técnicas de imagenología especializadas, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética. Un exceso de grasa intraabdominal está asociado con un mayor riesgo de desarrollar diversas afecciones de salud, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer.

Es importante destacar que la grasa intraabdominal no es la misma que la grasa subcutánea, que se encuentra justo debajo de la piel y es la que generalmente podemos ver o sentir al tacto. Aunque ambos tipos de grasa pueden tener efectos negativos en la salud si están presentes en exceso, la grasa intraabdominal se considera más peligrosa debido a su proximidad a los órganos internos y su asociación con procesos inflamatorios y metabólicos que pueden dañar la salud.

Los marcadores biológicos, también conocidos como biomarcadores, se definen como objetivos cuantificables que se asocian específicamente con procesos biológicos, patológicos o farmacológicos y que pueden ser medidos en el cuerpo humano. Pueden ser cualquier tipo de molécula, genes o características fisiológicas que sirven para indicar normales o anormales procesos, condiciones o exposiciones.

En la medicina, los marcadores biológicos se utilizan a menudo en el diagnóstico, pronóstico y seguimiento de diversas enfermedades, especialmente enfermedades crónicas y complejas como el cáncer. Por ejemplo, un nivel alto de colesterol en sangre puede ser un marcador biológico de riesgo cardiovascular. Del mismo modo, la presencia de una proteína específica en una biopsia puede indicar la existencia de un cierto tipo de cáncer.

Los marcadores biológicos también se utilizan para evaluar la eficacia y seguridad de las intervenciones terapéuticas, como medicamentos o procedimientos quirúrgicos. Por ejemplo, una disminución en el nivel de un marcador tumoral después del tratamiento puede indicar que el tratamiento está funcionando.

En resumen, los marcadores biológicos son herramientas importantes en la medicina moderna para el diagnóstico, pronóstico y seguimiento de enfermedades, así como para evaluar la eficacia y seguridad de las intervenciones terapéuticas.

En la medicina y biología, los mediadores de inflamación se refieren a las moléculas que desempeñan un papel crucial en el proceso de inflamación. La inflamación es una respuesta fisiológica del sistema inmunológico a los estímulos dañinos, como lesiones tisulares, infecciones o sustancias extrañas. Los mediadores de la inflamación participan en la coordinación y regulación de las vías moleculares que conducen a los signos clásicos de inflamación, que incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor y calor local.

Existen varios tipos de moléculas que actúan como mediadores de la inflamación, entre ellas:

1. Eicosanoides: Estos son lípidos de bajo peso molecular derivados del ácido araquidónico y otras grasas insaturadas. Incluyen prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos, que desempeñan diversas funciones en la inflamación, como la vasodilatación, aumento de la permeabilidad vascular, quimiotaxis y activación de células inmunes.

2. Citocinas: Son proteínas pequeñas secretadas por varios tipos de células, como leucocitos, macrófagos, linfocitos y células endoteliales. Las citocinas pueden tener propiedades proinflamatorias o antiinflamatorias y desempeñan un papel importante en la comunicación celular durante la respuesta inflamatoria. Algunos ejemplos de citocinas proinflamatorias son el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), la interleucina-1β (IL-1β) y la interleucina-6 (IL-6). Las citocinas antiinflamatorias incluyen la interleucina-4 (IL-4), la interleucina-10 (IL-10) y la interleucina-13 (IL-13).

3. Quimiocinas: Son pequeñas proteínas que atraen y activan células inmunes, como neutrófilos, eosinófilos, basófilos y linfocitos. Las quimiocinas desempeñan un papel importante en la quimiotaxis, es decir, el proceso por el cual las células migran hacia los sitios de inflamación. Algunos ejemplos de quimiocinas son la interleucina-8 (IL-8), la proteína quimioatrayente de monocitos 1 alfa (MCP-1α) y la interferón inducible por lipopolisacáridos-10 (IP-10).

4. Complemento: Es un sistema enzimático del plasma sanguíneo que desempeña un papel importante en la respuesta inmunitaria innata y adaptativa. El sistema del complemento puede activarse durante la inflamación y contribuir a la eliminación de patógenos y células dañadas. El sistema del complemento consta de más de 30 proteínas, que se activan secuencialmente para formar complejos proteicos que participan en diversas reacciones bioquímicas.

5. Factores del crecimiento: Son moléculas que regulan el crecimiento y la diferenciación celular. Los factores del crecimiento desempeñan un papel importante en la respuesta inflamatoria, ya que pueden estimular la proliferación y activación de células inmunes. Algunos ejemplos de factores del crecimiento son el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), el interferón gamma (IFN-γ) y el factor de crecimiento transformante beta (TGF-β).

En resumen, la inflamación es un proceso complejo que implica la activación de diversas células y moléculas del sistema inmunológico. La respuesta inflamatoria está regulada por una serie de mediadores químicos, como las citocinas, los leucotrienos, las prostaglandinas y los factores del crecimiento. Estos mediadores desempeñan un papel importante en la activación y el reclutamiento de células inmunes al sitio de la lesión o la infección. La inflamación es un proceso necesario para la defensa del organismo contra patógenos y daños tisulares, pero si se prolonga o se vuelve crónica, puede causar daño tisular y contribuir al desarrollo de enfermedades.

La hypernutrition, o hiperalimentación, se refiere a un estado en el que un individuo recibe o ingiere una cantidad excesiva de nutrientes. Esto puede conducir a condiciones de salud adversas, como obesidad y diversas enfermedades crónicas relacionadas con la dieta, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres. La hipernutrición puede ocurrir como resultado de una ingesta excesiva deliberada o accidental de calorías y nutrientes, o debido a trastornos de la alimentación o problemas médicos subyacentes que afectan la absorción o metabolismo de los nutrientes.

Es importante tener en cuenta que mientras la malnutrición se refiere a un estado en el que un individuo no recibe suficientes nutrientes, la hipernutrición implica recibir demasiados. Ambos estados pueden ser perjudiciales para la salud y requieren atención médica apropiada.

Tenga en cuenta que si bien he proporcionado una definición general de hipernutrición, es posible que desee consultar recursos adicionales o hablar con un profesional médico para obtener información más específica y precisa sobre este tema.

La Proteína C-Reactiva (PCR) es una proteína de fase aguda producida por el hígado en respuesta a la inflamación o infección en el cuerpo. Es un marcador no específico que aumenta su nivel en la sangre dentro de las 6 a 12 horas después de un estímulo inflamatorio y puede permanecer elevada durante varios días.

La PCR se utiliza como un indicador general de la inflamación o infección, pero no identifica la fuente o localización de dicha condición. Los niveles altos de PCR pueden estar asociados con diversas afecciones médicas, que van desde infecciones virales leves hasta enfermedades graves como las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Es importante notar que la PCR por sí sola no se utiliza para diagnosticar una enfermedad específica, sino más bien se emplea junto con otros exámenes de diagnóstico y evaluaciones clínicas para ayudar a confirmar o descartar un diagnóstico.

El Factor de Necrosis Tumoral alfa (TNF-α) es una citocina que pertenece a la familia de las necrosis tumoral (TNF). Es producido principalmente por macrófagos activados, aunque también puede ser secretado por otras células como linfocitos T helper 1 (Th1), neutrófilos y mast cells.

La TNF-α desempeña un papel crucial en la respuesta inmune innata y adaptativa, ya que participa en la activación de células inflamatorias, la inducción de apoptosis (muerte celular programada), la inhibición de la proliferación celular y la estimulación de la diferenciación celular.

La TNF-α se une a dos receptores distintos: el receptor de muerte (DR) y el receptor tipo 2 de factor de necrosis tumoral (TNFR2). La unión de la TNF-α al DR puede inducir apoptosis en células tumorales y otras células, mientras que la unión a TNFR2 está involucrada en la activación y proliferación de células inmunes.

La TNF-α también se ha relacionado con diversas patologías inflamatorias y autoinmunes, como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la psoriasis y el síndrome del shock tóxico. Además, se ha demostrado que la TNF-α desempeña un papel importante en la fisiopatología de la sepsis y el choque séptico.

Los receptores de leptina son proteínas que se encuentran en la superficie celular y se unen a la leptina, una hormona peptídica producida por las células adiposas. La unión de la leptina a sus receptores desencadena una serie de respuestas celulares que regulan la homeostasis energética y el equilibrio alimentario.

Existen varios tipos de receptores de leptina, siendo el más estudiado el receptor Ob-R, que se expresa en diversos tejidos, incluyendo el hipotálamo, el sistema nervioso periférico, el corazón, los músculos esqueléticos y el tejido adiposo. La activación del receptor Ob-R por la leptina desencadena una cascada de señalización intracelular que involucra a las proteínas JAK2 y STAT3, lo que lleva a la modulación de la expresión génica y la regulación de diversos procesos fisiológicos, como el control del apetito, el gasto energético, la termogénesis y la reproducción.

Las mutaciones en los genes que codifican para los receptores de leptina o para la propia leptina pueden dar lugar a trastornos del equilibrio energético, como la obesidad y el síndrome de deficiencia de leptina, una enfermedad rara caracterizada por obesidad extrema, diabetes, hipogonadismo e inmunodeficiencia.

Las citocinas son moléculas de señalización que desempeñan un papel crucial en la comunicación celular y el modular de respuestas inmunitarias. Se producen principalmente por células del sistema inmunológico, como los leucocitos, aunque también pueden ser secretadas por otras células en respuesta a diversos estímulos.

Las citocinas pueden ser clasificadas en diferentes grupos según su estructura y función, entre los que se encuentran las interleuquinas (IL), factor de necrosis tumoral (TNF), interferones (IFN) e interacciones de moléculas del complemento.

Las citocinas desempeñan un papel fundamental en la regulación de la respuesta inmunitaria, incluyendo la activación y proliferación de células inmunes, la diferenciación celular, la quimiotaxis y la apoptosis (muerte celular programada). También están involucradas en la comunicación entre células del sistema inmune y otras células del organismo, como las células endoteliales y epiteliales.

Las citocinas pueden actuar de forma autocrina (sobre la misma célula que las produce), paracrina (sobre células cercanas) o endocrina (a distancia a través del torrente sanguíneo). Su acción se lleva a cabo mediante la unión a receptores específicos en la superficie celular, lo que desencadena una cascada de señalización intracelular y la activación de diversas vías metabólicas.

La producción y acción de citocinas están cuidadosamente reguladas para garantizar una respuesta inmunitaria adecuada y evitar reacciones excesivas o dañinas. Sin embargo, en algunas situaciones, como las infecciones graves o enfermedades autoinmunitarias, la producción de citocinas puede estar desregulada y contribuir al desarrollo de patologías.

Las hormonas ectópicas son hormonas que se producen en lugares atípicos o inesperados en el cuerpo, fuera de las glándulas endocrinas donde normalmente se sintetizan. Esto puede ocurrir cuando una neoplasia (tumor) u otra condición médica hace que células no endocrinas produzcan y secreten hormonas en cantidades excesivas.

Un ejemplo común de hormona ectópica es la hormona parathyroid (PTH) producida por tumores malignos o benignos fuera de las glándulas paratiroides, como los carcinomas pulmonares de células pequeñas. Otra situación clínica conocida es la producción de hormona adrenocorticotrópica (ACTH) por tumores no suprarrenales, como el síndrome de Cushing ectópico, donde los tumores neuroendocrinos o pulmonares secretan ACTH, resultando en un nivel elevado de cortisol sérico y los signos y síntomas asociados con el síndrome de Cushing.

Las hormonas ectópicas pueden causar diversos trastornos endocrinos y clínicos, dependiendo del tipo de hormona involucrada y la cantidad secretada. El diagnóstico y el tratamiento específicos varían según la causa subyacente y los síntomas presentados por el paciente.

La insulina es una hormona peptídica esencial producida por las células beta en los islotes de Langerhans del páncreas. Juega un papel fundamental en el metabolismo de la glucosa, permitiendo que las células absorban glucosa para obtener energía o almacenarla como glucógeno y lípidos. La insulina regula los niveles de glucosa en la sangre, promoviendo su absorción por el hígado, el tejido adiposo y el músculo esquelético. También inhibe la gluconeogénesis (el proceso de formación de glucosa a partir de precursores no glucídicos) en el hígado.

La deficiencia o resistencia a la insulina puede conducir a diversas condiciones médicas, como diabetes tipo 1 y tipo 2, síndrome metabólico y otras enfermedades relacionadas con la glucosa. La terapia de reemplazo de insulina es una forma común de tratamiento para las personas con diabetes que no producen suficiente insulina o cuyos cuerpos no responden adecuadamente a ella.

En resumen, la insulina es una hormona vital responsable de regular los niveles de glucosa en sangre y promover el uso y almacenamiento de energía en el cuerpo.

El epiplón, también conocido como omento, es una estructura anatómica en el cuerpo humano. Se trata de una doble capa de tejido graso y membranoso que desciende desde el estómago y se extiende sobre la mayor parte del intestino delgado. Existen dos partes principales: el epiplón menor o gastrocolón, que se extiende desde el estómago hasta el colon transverso, y el epiplón mayor o gastrocólico, que va desde el estómago hasta el colon ascendente y descendente.

El epiplón desempeña varias funciones importantes en el organismo, como proteger los órganos abdominales, ayudar en la contención de infecciones y actuar como una reserva de energía en forma de grasa. Además, puede participar en procesos inflamatorios o infecciosos, dando lugar a patologías como la apendicitis, la pancreatitis o el epiplópeteo (desplazamiento del epiplón).

Los péptidos y proteínas de señalización intercelular son moléculas que participan en la comunicación entre células, coordinando una variedad de procesos biológicos importantes. Estas moléculas se sintetizan y secretan por una célula (la célula emisora) y viajan a través del espacio extracelular hasta llegar a otra célula (la célula receptora).

Los péptidos son pequeñas cadenas de aminoácidos que se unen temporalmente para formar una molécula señalizadora. Una vez que el péptido se une a su receptor específico en la superficie de la célula receptora, desencadena una cascada de eventos intracelulares que pueden conducir a una respuesta fisiológica específica, como la activación de genes, el crecimiento celular o la diferenciación.

Las proteínas de señalización intercelular, por otro lado, son moléculas más grandes y complejas que pueden tener varias funciones en la comunicación entre células. Algunas proteínas de señalización intercelular actúan como factores de crecimiento o diferenciación, estimulando o inhibiendo el crecimiento y desarrollo celulares. Otras proteínas de señalización intercelular pueden regular la respuesta inmunológica o inflamatoria, mientras que otras desempeñan un papel en la comunicación sináptica entre neuronas.

En general, los péptidos y proteínas de señalización intercelular son cruciales para mantener la homeostasis y la integridad de los tejidos y órganos en todo el cuerpo humano. Los trastornos en la producción o función de estas moléculas pueden conducir a una variedad de enfermedades, incluyendo cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y neurológicas.

La ghrelina es un péptido hormonal que se sintetiza y secreta principalmente por las células endocrinas del fondo del estómago. Es conocida como la "hormona del hambre" porque su nivel en el torrente sanguíneo aumenta en ayunas y disminuye después de comer, lo que contribuye a regular la ingesta de alimentos y el equilibrio energético.

La ghrelina actúa en el cerebro, específicamente en el hipotálamo, donde se une a receptores de ghrelina y estimula la liberación de hormonas que aumentan el apetito y promueven la acumulación de grasa corporal. Además de su papel en la regulación del apetito y el metabolismo energético, la ghrelina también puede influir en otros procesos fisiológicos, como la liberación de hormonas de crecimiento, la función cardiovascular y la respuesta al estrés.

La investigación sobre la ghrelina y su papel en diversos procesos fisiológicos y patológicos sigue siendo un área activa de estudio en la actualidad, con posibles implicaciones en el tratamiento de trastornos relacionados con el peso y el metabolismo.

Las hormonas peptídicas son un tipo de hormonas que están compuestas por cadenas cortas o largas de aminoácidos, los building blocks de las proteínas. A diferencia de otras hormonas, como las hormonas esteroides, que son liposolubles, las hormonas peptídicas son solubles en agua y viajan a través del torrente sanguíneo unidas a proteínas portadoras.

Estas hormonas se sintetizan y secretan por glándulas endocrinas y otros tejidos especializados en el cuerpo. Una vez liberadas, viajan a través del torrente sanguíneo hasta alcanzar células diana específicas en las que producen una respuesta fisiológica. La unión de la hormona peptídica a su receptor específico desencadena una cascada de eventos intracelulares que conducen a la activación o inhibición de diversos procesos celulares, como el metabolismo, el crecimiento y la diferenciación celular.

Algunos ejemplos comunes de hormonas peptídicas incluyen:

1. Insulina: una hormona producida por el páncreas que regula los niveles de glucosa en la sangre.
2. Glucagón: otra hormona producida por el páncreas que trabaja en conjunto con la insulina para regular los niveles de glucosa en la sangre.
3. Gastrina: una hormona producida por el estómago que regula la secreción de ácido gástrico y la motilidad gastrointestinal.
4. Somatotropina o hormona del crecimiento: una hormona producida por la glándula pituitaria anterior que promueve el crecimiento y desarrollo en los humanos y otros animales.
5. Oxitocina: una hormona producida por la glándula pituitaria posterior que desempeña un papel importante en el parto, la lactancia y las relaciones sociales.
6. Vasopresina o hormona antidiurética: otra hormona producida por la glándula pituitaria posterior que regula la concentración de orina y la presión arterial.
7. Melanocortinas: un grupo de hormonas producidas por la glándula pituitaria anterior que desempeñan un papel en el control del apetito, el metabolismo y la pigmentación de la piel.

Las angiopoyetinas son un grupo de factores de crecimiento que desempeñan un papel importante en la angiogénesis, el proceso de formación de nuevos vasos sanguíneos. Se identificaron por primera vez en 1996 y actualmente se conocen cuatro miembros de esta familia: Ang-1, Ang-2, Ang-3 (conocida como Ang-4 en humanos) y Ang-5.

Ang-1 está involucrado en la estabilización y maduración de los vasos sanguíneos, mientras que Ang-2 actúa como un antagonista de Ang-1 y promueve la desestabilización y la destrucción de los vasos sanguíneos. Ang-3 y Ang-5 tienen propiedades similares a Ang-1 y Ang-2, respectivamente.

Las angiopoyetinas se unen a receptores tirosina quinasa, como Tie-1 y Tie-2, que están presentes en las células endoteliales de los vasos sanguíneos. La activación de estos receptores desencadena una serie de eventos intracelulares que conducen a la proliferación, migración y supervivencia de las células endoteliales, lo que finalmente conduce a la formación de nuevos vasos sanguíneos.

Las angiopoyetinas desempeñan un papel importante en varios procesos fisiológicos y patológicos, como el desarrollo embrionario, la cicatrización de heridas, la respuesta inflamatoria y el crecimiento tumoral. La disregulación de las angiopoyetinas se ha relacionado con varias enfermedades, como la enfermedad cardiovascular, la diabetes y el cáncer.

En resumen, las angiopoyetinas son un grupo de factores de crecimiento que desempeñan un papel crucial en la formación y mantenimiento de los vasos sanguíneos. Su disregulación se ha relacionado con varias enfermedades, lo que hace que sean un objetivo terapéutico prometedor para el tratamiento de diversas afecciones médicas.

Las lipocalinas son una familia de proteínas pequeñas (generalmente alrededor de 160-180 aminoácidos) que se caracterizan por tener un dominio estructural conocido como dominio de lipocalina. Este dominio está formado por una estructura de ocho antiparalelas giro beta (β-barril), y su función principal es la unión y el transporte de pequeñas moléculas hidrofóbicas, como lípidos, esteroides y retinoides.

Las lipocalinas se encuentran en una variedad de tejidos y fluidos corporales, incluyendo la leche, las lágrimas, el plasma sanguíneo y los pulmones. Algunas lipocalinas tienen funciones específicas importantes para la salud humana, como la actina-globulina, que se une a la actina en la sangre y ayuda a prevenir la coagulación, y la apolipoproteína D, que está involucrada en el transporte de lípidos en el cerebro.

Las lipocalinas también pueden desempeñar un papel importante en la respuesta inmunitaria del cuerpo, ya que algunas de ellas pueden unirse a moléculas extrañas y presentarlas a las células inmunitarias. Sin embargo, las lipocalinas también se han relacionado con varias enfermedades humanas, como el cáncer y la enfermedad de Alzheimer.

La glucemia es el nivel de glucosa (un tipo de azúcar) en la sangre. La glucosa es una fuente principal de energía para nuestras células y proviene principalmente de los alimentos que consumimos. El término 'glucemia' se refiere específicamente a la concentración de glucosa en el plasma sanguíneo.

El cuerpo regula los niveles de glucosa en sangre a través de un complejo sistema hormonal involucrando insulina y glucagón, entre otras hormonas. Después de consumir alimentos, especialmente carbohidratos, el nivel de glucosa en la sangre aumenta. La insulina, producida por el páncreas, facilita la absorción de esta glucosa por las células, reduciendo así su concentración en la sangre. Por otro lado, cuando los niveles de glucosa en sangre son bajos, el glucagón estimula la liberación de glucosa almacenada en el hígado para mantener los niveles adecuados.

Las alteraciones en los niveles de glucemia pueden indicar diversas condiciones de salud. Por ejemplo, una glucemia alta o hiperglucemia puede ser un signo de diabetes mellitus, mientras que una glucemia baja o hipoglucemia podría sugerir problemas como deficiencia de insulina, trastornos hepáticos u otras afecciones médicas.

Para medir los niveles de glucosa en sangre, se utiliza normalmente un análisis de sangre en ayunas. Los valores considerados dentro del rango normal suelen ser entre 70 y 100 mg/dL en ayunas. Sin embargo, estos rangos pueden variar ligeramente dependiendo del laboratorio o la fuente consultada.

El Inhibidor 1 de Activador Plasminogénico, también conocido como PAI-1 (del inglés Plasminogen Activator Inhibitor-1), es una proteína que regula la actividad de las serina proteasas, específicamente los activadores del plasminógeno, tales como el activador tisular del plasminógeno (tPA) y el activador uroquinasa del plasminógeno (uPA). La PAI-1 es sintetizada por diversos tipos de células, incluyendo los fibroblastos, las células endoteliales y los macrófagos.

La función principal de la PAI-1 es inhibir la conversión del plasminógeno en plasmina, una enzima que desempeña un papel crucial en la fisiológica degradación de los componentes de la matriz extracelular y en la disolución de los coágulos sanguíneos. Al regular la actividad del tPA y el uPA, la PAI-1 ayuda a mantener un equilibrio entre la formación y la disolución de los coágulos, evitando así tanto el sangrado excesivo como la trombosis.

Los niveles elevados de PAI-1 se han asociado con diversas condiciones patológicas, como la trombosis venosa profunda, el infarto agudo de miocardio y la diabetes mellitus tipo 2. Además, la PAI-1 ha demostrado desempeñar un papel en procesos fisiopatológicos tales como la fibrosis tisular, la inflamación y el cáncer.

Los estudios de casos y controles son un tipo de diseño de investigación epidemiológico que se utiliza a menudo para identificar y analizar posibles factores de riesgo asociados con una enfermedad o resultado de interés. En este tipo de estudio, los participantes se clasifican en dos grupos: casos (que tienen la enfermedad o el resultado de interés) y controles (que no tienen la enfermedad o el resultado).

La característica distintiva de este tipo de estudios es que los investigadores recopilan datos sobre exposiciones previas al desarrollo de la enfermedad o el resultado en ambos grupos. La comparación de las frecuencias de exposición entre los casos y los controles permite a los investigadores determinar si una determinada exposición está asociada con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad o el resultado de interés.

Los estudios de casos y controles pueden ser retrospectivos, lo que significa que se recopilan datos sobre exposiciones previas después de que los participantes hayan desarrollado la enfermedad o el resultado de interés. También pueden ser prospectivos, lo que significa que se reclutan participantes antes de que ocurra el resultado de interés y se sigue a los participantes durante un período de tiempo para determinar quién desarrolla la enfermedad o el resultado.

Este tipo de estudios son útiles cuando es difícil o costoso realizar un seguimiento prospectivo de una gran cantidad de personas durante un largo período de tiempo. Sin embargo, los estudios de casos y controles también tienen limitaciones, como la posibilidad de sesgo de selección y recuerdo, lo que puede afectar la validez de los resultados.

El peso corporal se define médicamente como la medida total de todo el peso del cuerpo, que incluye todos los tejidos corporales, los órganos, los huesos, los músculos, el contenido líquido y los fluidos corporales, así como cualquier alimento o bebida en el sistema digestivo en un momento dado. Se mide generalmente en kilogramos o libras utilizando una balanza médica o escala. Mantener un peso saludable es importante para la prevención de varias afecciones médicas, como enfermedades cardíacas, diabetes y presión arterial alta.

Las adipocinas[1]​ o adipoquinas (del griego adipo-, grasa; y -kinos, movimiento) son una serie de moléculas de señalización ...
Las adipoquinas en el Kindle. Nuestras fotos en Shutterstock. Suscríbete. Recibe ¡Cuánta Ciencia! en tu email:. ...
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... y adipoquinas (leptina y adiponectina) 17. Otros factores involucrados como generadores del proceso carcinogénico son la ...
El aumento de las adipoquinas proinflamatorias.. Señala la respuesta correcta. La prevalencia de osteoporosis es mayor en ...
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Se ha visto que los metabolitos de la vitamina D tienen influencia en la producción de adipoquinas y en la respuesta ...
Las adipoquinas secretadas en el tejido adiposo, se han mostrado como componentes fundamentales implicados en la activación de ... Además, la secreción de adipoquinas parece diferir entre los distintos tejidos adiposos, siendo en la grasa visceral donde en ...
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3- Adipoquinas y fisiopatología del disco intravertebral. Efectos de las adipoquinas sobre factores de transcripción relevantes ... En los últimos años, su grupo ha contribuido a múltiples aspectos de la investigación sobre el papel de las adipoquinas en la ... 2- Interacciones entre el sistema inmune innato y adaptativo y el tejido adiposo: papel de las adipoquinas en la modulación de ... Gualillo se centra en las señales moleculares inmunometabólicas desencadenadas por las adipoquinas y en las vías a través de ...
"Pero en estos primeros estadios de la vida la vitamina D también influye en la producción de adipoquinas inflamatorias. ...
Esto sugiere que las adipoquinas juegan un papel integral en el desarrollo del daño renal inducido por la obesidad. Así, ... En circunstancias normales, el tejido adiposo, que se acumula alrededor de los riñones, secreta adipoquinas, que están ...
Liberada exclusivamente por las células de grasa, la leptina es un tipo de hormona clasificada dentro de las adipoquinas. Su ...
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Los ácidos grasos libres elevados y los perfiles anormales de adipoquinas pueden resultar en resistencia a la insulina y ...
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  • Las adipoquinas secretadas en el tejido adiposo, se han mostrado como componentes fundamentales implicados en la activación de citoquinas proinflamatorias, factores angiogénicos y componentes de la matriz extracelular (3) . (secardiologia.es)
  • La resistina , es una de las decenas de adipoquinas que puede liberar el tejido adiposo y las células blancas de nuestro organismo cuando existe un sobrepeso importante. (elrincondelsano.com)
  • Asimismo, el tejido adiposo, ya reconocido como un órgano endrocrino más de gran relevancia, es capaz de liberar a la sangre cantidades significativas de resistina. (elrincondelsano.com)
  • Es el caso del tejido hepático, el páncreas, miocardio y el músculo estriado. (elrincondelsano.com)
  • La fascia lata o cintilla iliotibial, es un fuerte banda fibrosa que se encuentra en la zona lateral del muslo, está formada por tejido fascial de los músculos glúteos, tensor de la fascia lata y la musculatura del muslo especialmente el vasto lateral. (stopourstigmainc.com)
  • Estos fármacos también reducen el tejido adiposo epicárdico y alteran la señalización de las adipoquinas, lo que puede influir en la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo observada con la inhibición de SGLT2. (cardioteca.com)
  • Ya es conocido que la obesidad es un factor que está relacionado a la aparición de la resistencia a la insulina , ya que las grasas producen cantidades mucho más elevadas de adipoquinas, haciendo que el tejido se vuelva resistente a la insulina. (tuinfosalud.com)
  • El aumento en el tejido adiposo produce los problemas clínicos asociados con la obesidad, bien por el peso de la masa de la grasa extra o bien por el aumento de secreción de ácidos grasos libres, numerosos péptidos y otras adipoquinas por los adipocitos hipertrofiados. (clinicaperezvieco.com)
  • Este dato es importante y podría reflejar el hecho de que el perímetro abdominal cuantifica tanto la grasa visceral como subcutánea, que no ha mostrado asociarse a un incremento del riesgo. (secardiologia.es)
  • Además, la secreción de adipoquinas parece diferir entre los distintos tejidos adiposos, siendo en la grasa visceral donde en mayor medida se expresan los genes proinflamatorios y proangiogénicos en comparación con la grasa subcutánea (4) . (secardiologia.es)
  • Esa es una de las razones por las que los expertos no dejan de señalar la actividad física como un componente esencial a la hora tanto de quemar grasa como de mantener la línea. (nutridieta.com)
  • Liberada exclusivamente por las células de grasa, la leptina es un tipo de hormona clasificada dentro de las adipoquinas. (nutridieta.com)
  • La obesidad es en realidad un exceso de grasa corporal y es una patología crónica motivada por diversos factores. (ramondecangas.com)
  • A pesar de no tener aún una fuerte confirmación de que la resistina es una de las culpables de la insulinoresistencia , si que se ha comprobado que las personas obesas y con grandes porcentajes de grasa corporal presentan niveles más elevados de esta hormona. (elrincondelsano.com)
  • Es un grupo de factores de riesgo: presión arterial alta, nivel elevado de azúcar en sangre, niveles de colesterol no saludables y grasa abdominal. (fundacionrenequinton.org)
  • El incremento de algunas citoquinas que potencian el reposo y la atrofia muscular y con importantes repercusiones a nivel sistémico, estarían estrechamente relacionadas con la masa y calidad muscular [7, 8], así como con el aumento de los depósitos de grasa (donde se producen adipoquinas pro-inflamatorias) en cualquier edad, con el envejecimiento y con el establecimiento de un estado de inflamación sub-clínica [9]. (g-se.com)
  • Los ácidos grasos libres elevados y los perfiles anormales de adipoquinas pueden resultar en resistencia a la insulina y contribuir así a la patogénesis del síndrome metabólico. (fundacionrenequinton.org)
  • Esta hipertrofia e hiperplasia de los adipocitos es la lesión patológica característica de la obesidad. (clinicaperezvieco.com)
  • 1.Adipoquinas: nuevas dianas farmacológicas para prevenir el envejecimiento vascular. (fuam.es)
  • 2.Adipoquinas y envejecimiento vascular: mecanismos implicados y modulación farmacológica. (fuam.es)
  • Este estudio tuvo como objetivo investigar los efectos del ER de hipertrofia como una sola intervención en los niveles de glucemia, citoquinas y adipoquinas en hombres con factores de riesgo de SM. (archivosdemedicinadeldeporte.com)
  • De manera especial, la falta de actividad física suficiente es uno de los factores que se está comprobando que puede ser uno de los factores de riesgo para la aparición de ciertos tipos de cáncer. (rincondeldo.com)
  • Es conocido que una de las causas de la hipertensión arterial es debido a la limitación del flujo de sangre a través de venas y arterias, causada entre otros factores por la disminución en la elasticidad de las paredes arteriales o por su engrosamiento. (tuinfosalud.com)
  • También considero que es más oportuno hablar de estado nutricional de vitamina D que de niveles séricos, porque este dato puede resultar engañoso. (medscape.com)
  • Asimismo, expuso las cifras que ilustran esta evidencia: 88% tiene nivel de 25-hidroxivitamina D inferior a 30 ng/ml, 37% presenta niveles por debajo de 20 ng/ml y en 7% el nivel es inferior a 10 ng/ml. (medscape.com)
  • Todo esto provoca resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, hipertensión arterial, niveles reducidos de colesterol bueno, un incremento en los triglicéridos en el número de partículas de LDL pequeñas y densas… Es por ello por lo que debe tomarse en serio este problema ya que deriva en un importante incremento del riesgo de anterosclerosis y de enfermedad cardiovascular. (ramondecangas.com)
  • Lo que está claro es que el ejercicio, el control del peso y una buena gestión de los niveles de glucosa es clave para atenuar su actividad. (elrincondelsano.com)
  • Parece evidente que los mecanismos que justifican el efecto beneficioso del ejercicio sobre el riesgo de cáncer son complejos, y se considera que varios de ellos, actuando de manera interconectada, son los responsables de esta acción: la reducción de adiposidad y la disminucion de adipoquinas, el equilibrio energético, los niveles de insulina, los estrógenos y la función del sistema inmunitarios son algunos de los que se han estudiado. (rincondeldo.com)
  • El síndrome metabólico es definido por la OMS como una condición patológica caracterizada por obesidad abdominal, resistencia a la insulina, hipertensión e hiperlipidemia. (fundacionrenequinton.org)
  • La realización de ejercicio físico, junto con el seguimiento de una dieta equilibrada, aproximada al patrón mediterráneo, con bajo consumo de grasa y sal, serían de ayuda para mejorar la resistencia a la insulina y los niveles de adipoquinas en las personas con obesidad, ayudando así a mejorar su estado de salud a largo plazo. (isciii.es)
  • La resistencia a la insulina es una condición prevalente generalmente asociada a un estilo de vida no saludable. (elsevier.es)
  • Dicho aumento, junto con los altos niveles de adipoquinas que se producen en la obesidad, conducen a la aparición diferentes efectos adversos, entre los que se encuentran: aumento del estrés oxidativo, disfunción endotelial, aumento de la presión arterial y alteraciones del metabolismo lipoproteico, todos ellos perjudiciales para la salud. (isciii.es)
  • El objetivo del presente trabajo fue comparar los niveles de adipoquinas (adiponectina y leptina) y perfil lipídico en diferentes grupos de consumidores de vino tinto. (umaza.edu.ar)
  • Caracterizacion de nuevos estados proinflamatorios en el síndrome metabólico: interrelación entre las adipoquinas leptina y adiponectina y el sistema proaterogénico y proinflamatorio CD40/CD40L. (cun.es)
  • Efecto directo de adipoquinas y batoquinas liberadas por adipocitos blancos y pardos sobre la expresión génica insular. (cenexa.org)
  • Estas ADIPOQUINAS son capaces por una parte, de regular el metabolismo de los carbohidratos y de las grasas, y por otra, determinar ciertas alteraciones metabólicas propias de la obesidad. (annenutricion.es)
  • Además de la modificación de las concentraciones de adipoquinas, en el proceso inflamatorio crónico y de bajo grado relacionado con la obesidad y el síndrome metabólico también destaca el aumento de las concentraciones de MARCADORES INFLAMATORIOS (proteína C reactiva: PCR, selectinas, moléculas de adhesión). (annenutricion.es)
  • Es por tanto de vital importancia conocer cuáles son los nutrientes capaces de modular la inflamación y en qué cantidad se deben administrar para la prevención y TTO de la obesidad y sus comorbilidades. (annenutricion.es)
  • Bacterias lácticas con capacidad de modular la secreción de adipoquinas para tratar y/o prevenir la obesidad inducida por la dieta. (conicet.gov.ar)
  • Se analizaron los marcadores inflamatorios relacionados con el SM, la presencia de adipoquinas y la presencia de marcadores relacionados con la obesidad. (foroconvergia.com)
  • El origen fisiopatológico del síndrome metabólico sigue en discusión, se ha sugerido que la resistencia a insulina es el origen del conjunto de anormalidades que conforman el síndrome, pero, por otro lado, se ha planteado que la obesidad abdominal sería el más importante de los factores de riesgo y el que conllevaría al desencadenamiento de las demás anormalidades. (eticagenetica.com)

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