Alteración morfológica de pequeños LINFOCITOS B o LINFOCITOS T en cultivo que se convierten en grandes células blastoides capaz de sintetizar ADN y ARN y de dividirse mediante mitosis. Es inducida por INTERLEUCINAS; MITÓGENOS tales como las FITOHEMAGLUTININAS y ANTÍGENOS específicos. También puede ocurrir in vivo, como en el RECHAZO DE INJERTO.
Células sanguíneas blancas formadas en el tejido linfoide del cuerpo. El núcleo es redondo u ovoide con masas irregulares y gruesas de cromatina, mientras que el citoplasma es típicamente azul pálido con gránulos azurófilos (si existen). La mayoría de los linfocitos se pueden clasificar como T o B (con subpoblaciones en cada uno); o CÉLULAS ASESINAS NATURALES.
Linfocitos responsables de la inmunidad celular. Se han identificado dos tipos: citotóxico (LINFOCITOS T CITITÓXICOS)y linfocitos T auxiliares (LINFOCITOS T COLABORADORES-INDUCTORES). Se forman cuando los linfocitos circulan por el TIMO y se diferencian en timocitos. Cuando son expuestos a un antigeno, se dividen rápidamente y producen un gran número de nuevas células T sensibilizadas a este antigeno.
Células linfoides relacionadas con la inmunidad humoral. Son células de vida corta semejantes a los linfocitos derivados de la bursa de las aves en su producción de inmunoglobulinas al ser estimuladas adecuadamente.
Lectina que se une a la MANOSA/GLUCOSA aislada del frijol (Canavalia ensiformis). Es un potente mitógeno utilizado para estimular la proliferación celular en cultivos de linfocitos, principalmente de linfocitos T.
Antígenos de diferenciación que residen sobre los leucocitos de mamíferos. El CD (del inglés, "cluster of differentiation") representa un grupo de diferenciación, que se refiere a grupos de anticuerpos monoclonales que muestran una reactividad similar con ciertas subpoblaciones de antígenos de una línea celular particular o una etapa de diferenciación. Las subpoblaciones de antígenos también se conocen por la misma designación de CD.
Una clasificación de los linfocitos que se basa en diferencias estructurales o funcionales de las poblaciones de células.
Mucoproteínas aisladas de un tipo de frijol (Phaseolus vulgaris); algunos de ellos son mitogénicos a los linfocitos, otros aglutinan todos o ciertos tipos de eritrocitos o linfocitos. Se usan principalmente en el estudio de los mecanismos inmunes y en el cultivo celular.
Sustancia soluble elaborada por los LINFOCITOS T estimulados por antígenos o mitógenos que induce la síntesis de ADN en los linfocitos vírgenes (naive).
Conteo del número de LINFOCITOS por unidad de volúmen de SANGRE.
Complejo de al menos cinco polipéptidos unidos a la membrana en linfocitos T maduros que están asociados de manera no covalente entre si y con el receptor de las células T (RECEPTORES, ANTÍGENO, CÉLULA T). El complejo CD3 incluye las cadenas (subunidades) gamma, delta, epsilon, zeta, y eta. Cuando el antígeno se une al receptor de la célula T, el complejo CD3 transmite las señales de activación hacia el citoplasma de la célula T. Las cadenas (subunidades) CD3 gamma y delta se separan y no se relacionan con las cadenas gamma/delta del receptor de las células T (RECEPTORES, ANTÍGENO, CÉLULA T, GAMMA-DELTA).
Células que se propagan in vitro en un medio de cultivo especial para su crecimiento. Las células de cultivo se utilizan, entre otros, para estudiar el desarrollo, y los procesos metabólicos, fisiológicos y genéticos.
Sustancias que estimulan la mitosis y la transformación de linfocitos. Incluyen no sólo las sustancias asociadas a las LECTINAS sino también sustancias de los estreptococos (asociadas a estreptolisina S) y de cepas de estafilococos productores de alfa-toxina. (Adaptación del original: Stedman, 25a ed).
Órgano linfático encapsulado a través de filtros de sangre venosa.
Antígenos que se expresan sobre las membranas celulares de los linfocitos T durante la diferenciación, activación y la transformación normal y neoplásica. Su caracterización fenotípica es importante en el diagnóstico diferencial y en estudios de la ontogenia tímica y de la función de las células T.
Medida de histocompatibilidad en el locus HL-A. Los linfocitos de la sangre periférica de dos individuos se mezclan en un cultivo de tejidos por varios días. Los linfocitos de individuos incompatibles se estimularán mutuamente y proliferarán significativamente (medido por la captación de timidina tritiada) en tanto aquellos que pertenecen a individuos compatibles no lo harán. En la prueba MLC los linfocitos de uno de los individuos se inactivan (usualmente por tratamiento con MITOMICINA o radiación) permitiendo así que prolifere sólo la población de células no tratadas en respuesta a los antígenos de histocompatibilidad foráneos.
Subpoblación crítica de linfocitos T involucrados en la inducción de la mayoría de las funciones inmunológicas. El virus del HIV tiene un tropismo selectivo para las células T4 que expresan el marcador fenotípico CD4, un receptor para el HIV. De hecho, el elemento clave en la inmunosupresión profunda que se observa en la infección por el HIV es el agotamiento de este subconjunto de linfocitos T.
Receptores presentes sobre las células T y B activadas como un complejo constituido por un péptido de 55 kD, que reacciona con el anticuerpo monoclonal anti-Tac y con un péptido no-Tac de 75 kD unido a la interleucina-2. El receptor está presente en dos formas, una con afinidad muy alta y otra con afinidad baja para la IL-2. La forma con afinidad alta parece mediar exclusivamente la respuesta a IL-2 que estimula el crecimiento. El receptor está presente, en número elevado, en las células leucémicas VIRUS 1 LINFOTRÓPICO T HUMANO en reposo, pero no en células normales en reposo.
Moléculas qie se encuentran sobre la superficie de los linfocitos T que reconocen y se combinan con los antígenos. Los receptores están asociados de forma no covalente con complejos de varios polipéptidos que colectivamente se conocen como antígenos CD3 (ANTÍGENOS, CD3). El reconocmiento de antígenos extraños y del complejo principal de histocompatibilidad es realizado por una estructura dimérica única de antígeno-receptor, compuesta por cadenas alfa-beta (RECEPTORES, ANTÍGENO, CÉLULA T, ALFA-BETA) o gamma-delta (RECEPTORES, ANTÍGENO, CÉLULA T, GAMMA-DELTA).
Técnica que emplea un sistema instrumental para realizar, procesar y exhibir una o más mediciones de células individuales obtenidas de una suspensión celular. Las células generalmente son coloreadas con uno o más tintes fluorescentes específicos para los componentes celulares de interés, por ejemplo, el ADN, y la fluorescencia de cada célula se mide cuando atraviesa rápidamente el haz de excitación (láser o lámpara de arco de mercurio). La fluorescencia brinda una medición cuantitativa de varias propiedades bioquímicas y biofísicas de la célula como base para diferenciación celular. Otros parámetros ópticos mensurables incluyen la obsorción y la difusión de la luz, aplicándose esta última a la medición del tamaño, forma, densidad, granularidad de la célula y su absorción del colorante.
LINEA CELULAR derivada de la LEUCEMIA DE CÉLULA T humana y utilizada para determinar el mecanismo de susceptibilidad diferencial a medicamentos anticancerosos y a la irradiación.
Una clasificicación de los linfocitos T, en subconjuntos especializados, auxiliares / inductores, supresores / efectores y citotóxicos que se basa en diferencias estructurales o funcionales.
Linfocitos T inmunizados que pueden destruir directamente a las células diana apropiadas. Estos linfocitos citotóxicos pueden ser generados in vitro en cultivos de linfocitos mixtos (MLC, siglas en inglés), in vivo durante una reacción de trasplante-versus-hospedero (GVH, siglas en inglés), o después de la inmunización con un aloinjerto, o con células diana tumorales o transformadas químicamente o por virus. El fenómeno de lisis algunas veces se denomina linfolisis mediada por células (CML, siglas en inglés). Estas células CD8-positivas son diferentes de las CÉLULAS ASESINAS NATURALES y de las CÉLULAS T ASESINAS NATURALES. Existen dos fenotipos efectores: TC1 y TC2.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica C57BL.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente, para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica BALB C.
Los anticuerpos producidos por un solo clon de células.
Subpoblaciones críticas de linfocitos T reguladoresm implicados en las interacciones restringidas de clase I del CMH. Se incluyen los linfocitos T citotóxicos(LINFOCITOS T CITOTOXICOS) y los linfocitos T supresores(LINFOCITOS T,SUPRESORES-EFECTORES)
Fenómeno de la destrucción de células diana por células efectoras inmunológicamente activas. Puede desencadenarse directamente por linfocitos T sensibilizados o por células mieloides "asesinas", o puede ser mediado por anticuerpo citotóxico, factor citotóxico liberado por células linfoides o por complemento.
INMUNOGLOBULINAS de la superficie de los LINFOCITOS B. Su ARN MESANJERO contiene EXONAS con una membrana de expansión de secuencia, produciendo inmunoglobulinas en forma de proteínas transmembrana tipo I, en oposición a las inmunoglobulinas secretadas (ANTICUERPOS), que no contienen el segmento de expansión de la membrana.
Antígenos encontrados en la superficie de las células, inclusive en células infecciosas o extrañas o en virus. Usualmente son grupos que contienen proteínas que están sobre las membranas celulares o las paredes y que pueden ser aislados.
Cultivos celulares establecidos que tienen el potencial de multiplicarse indefinidamente.
Miembros glicoproteicos de la superfamilia inmunoglobulina que participan en la adhesión y activación de las células T. Se expresan en la mayoría de los linfocitos T periféricos, células asesinas naturales, y timocitos, y funcionan como co-receptores o moléculas accesorias en el complejo receptor de la célula T.
Subunidad múltiple de proteinas con función en la INMUNIDAD. Son producidas por los LINFOCITOS B desde los GENES DE INMUNOGLOBULINAS. Están compuestas de dos cadenas pesadas (CADENAS PESADAS DE INMUNOGLOBULINA) y dos ligeras (CADENAS LIGERAS DE INMUNOGLOBULINA), con cadenas de polipéptidos complementarias adicionales, dependiendo de sus isoformas. Las isoformas incluyen formas monoméricas y poliméricas y formas transmembrana (RECEPTORES DEL ANTÍGENO DE LA CÉLULA B)o formas secretadas (ANTICUERPOS). Según la secuencia de aminoácidos de sus cadenas pesadas se dividen en cinco clases (INMUNOGLOBULINA A, INMUNOGLOBULINA D, INMUNOGLOBULINA E, INMUNOGLOBULINA G e INMUNOGLOBULINA M) y varias subclases.
La transferencia de información intracelular (biológica activación / inhibición), a través de una vía de transducción de señal. En cada sistema de transducción de señal, una señal de activación / inhibición de una molécula biológicamente activa (hormona, neurotransmisor) es mediada por el acoplamiento de un receptor / enzima a un sistema de segundo mensajería o a un canal iónico. La transducción de señal desempeña un papel importante en la activación de funciones celulares, diferenciación celular y proliferación celular. Ejemplos de los sistemas de transducción de señal son el sistema del canal de íon calcio del receptor post sináptico ÁCIDO GAMMA-AMINOBUTÍRICO, la vía de activación de las células T mediada por receptor, y la activación de fosfolipases mediada por receptor. Estos, más la despolarización de la membrana o liberación intracelular de calcio incluyen activación de funciones citotóxicas en granulocitos y la potenciación sináptica de la activación de la proteína quinasa. Algunas vías de transducción de señales pueden ser parte de una vía más grande de transducción de señales.
Proteinas que tienen la característica común de unirse a los carbohidratos. Algunos ANTICUERPOS y proteinas matabolizadoras de carbohidratos (ENZIMAS)también se unen a los carbohidratos, aunque sin embargo no se consideran como lectinas. Las LECTINAS DE PLANTAS son proteinas unidas a carbohidratos que han sido primariamente identificadas por su actividad hemaglutinante (HEMAGLUTININAS). Sin embargo, en las especies animales hay una variedad de lectinas que tienen diversas funciones a partir del reconocimiento de carbohidratos específicos.
Principal interferón producido por LINFOCITOS estimulados mitogénica o antigénicamente. Es estructuralmente diferente del INTERFERON TIPO I y su principal actividad es la inmunoregulación. Se ha implicado en la expresión de los ANTÍGENOS CLASE II DE HISTOCOMPATIBILIDAD en células que normalmente no lo producen, lo que lleva a las ENFERMEDADES AUTOINMUNES.
Linfocitos derivados de la médula ósea que poseen propiedades citotóxicas, especialmente dirigida contra células transformadas e infectadas por virus. A diferencia de las CÉLULAS T y de las CÉLULAS B, las CÉLULAS NK no son específicas a antígenos. La citotoxicidad de las células asesinas naturales es determinada mediante la señalización conjunta de una serie de RECEPTORES DE SUPERFICIE CELULAR inhibitorios y estimulatorios. Un subconjunto de LINFOCITOS T denominados CÉLULAS T ASESINAS NATURALES comparte algunas de las propiedades de este tipo de células.
Linfocitos que muestran especificidad para las células tumorales autólogas. El aislamiento y el cultivo de los LIT con interleucina-2, seguido por la reinfusión al paciente es una forma de inmunoterapia que se utiliza en el cáncer.
Conteo del número de CÉLULAS BLANCAS DE LA SANGRE por unidad de volumen en la SANGRE venosa. El conteo diferencial de leucocitos mide el número relativo de los diferentes tipos de células blancas.
Cuerpos ovales o en forma de alubia (1-30 mm. de diámetro)localizados a lo largo del lsistema linfático.
Proteínas, que no son anticuerpos, segregadas por leucocitos inflamatorios y por algunas células no leucocitarias, y que actúan como mediadores intercelulares. Difieren de las hormonas clásicas en que son producidas por un número de tejidos o tipos de células en lugar de por glándulas especializadas. Generalmente actúan localmente en forma paracrina o autocrina y no en forma endocrina.
Descripciones de secuencias específicas de aminoácidos, carbohidratos o nucleótidos que han aparecido en lpublicaciones y/o están incluidas y actualizadas en bancos de datos como el GENBANK, el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), la Fundación Nacional de Investigación Biomédica (NBRF) u otros archivos de secuencias.
Manifestaciones de la respuesta inmune que son mediadas por linfocitos T sensibilizados por antígeno por vía de linfocinas o citotoxicidad directa. Esto ocurre en ausencia de anticuerpos circulantes o cuando el anticuerpo tiene un papel secundario.
Moléculas de la superficie celular del sistema inmune que unen específicamente moléculas o moléculas mensajeras, a la superficie y que generan cambios en el comportamiento de esas células. Aunque estos receptores se identificaron primero en el sistema inmune, muchos tienen funciones importantes en otras regiones.
Proceso de clasificación de células del sistema inmune basado en las diferencias estructurales y funcionales. El proceso se emplea comunmente para analizar y clasificar linfocitos T en subgrupos basados en antígenos CD mediante la técnica de citometría de flujo.
Integrina heterodimérica ampliamente presente en células de origen hematopoyético. El ANTÍGENO CD11A contiene la cadena alfa y el antígeno CD18 (ANTÍGENOS CD18) la cadena beta. El antigeno-1 asociado a función de linfocito es un importante receptor de las CÉLULAS T, CÉLULAS B y GRANULOCITOS. Es mediador de las reacciones de adhesión de los leucocitos que intervienen en la formación de conjugados citolíticos, interacciones de las células T auxiliares y la muerte celular dependiente de los anticuerpos por las CÉLULAS KILLER NATURALES y los granulocitos. La molécula 1 de adhesión intracelular se ha definido como un ligando para el antigeno-1 asociado a función de linfocito.
Un grupo de undecapéptidos cíclicos estrechamente relacionados de los hongos Trichoderma polysporum y Cylindocarpon lucidum. Tienen alguna acción antineoplásica y antifúngica e importantes efectos inmunosupresores. Las ciclosporinas han sido recomendadas en los trasplantes de órganos y tejidos para evitar el rechazo.
Glicoproteínas de alto peso molecular que se expresan excepcionalmente en la superficie de los LEUCOCITOS y de sus progenitores hematopoyéticos. Contienen una proteína citoplasmática con actividad tirosina-fosfatasa que interviene en la señalización intracelular a partir de los RECEPTORES DE SUPERFICIE CELULAR. Los antígenos CD45 tienen múltiples isoformas, resultantes de un corte y empalme alternativo del ARNm y uso diferencial de tres exones.
LINFOCITOS y MONOCITOS maduros transportados por la sangre hacia el espacio extravascular del cuerpo. Se distinguen morfológicamente de los leucocitos granulocíticos maduros por su gran núcleo no lobulado y la carencia de gránulos citoplasmáticos irregulares teñidos intensamente.
Transferencia de linfocitos de un donante al receptor o reinfusión al donante.
Clase de ratones en los que ciertos GENES de sus GENOMAS han sido alterados o "noqueados". Para producir noqueados, utilizando la tecnología del ADN RECOMBINANTE, se altera la secuencia normal de ADN del gen estudiado, para prevenir la sintesis de un producto génico normal. Las células en las que esta alteración del ADN tiene éxito se inyectan en el EMBRIÓN del ratón, produciendo ratones quiméricos. Estos ratones se aparean para producir una cepa en la que todas las células del ratón contienen el gen alterado. Los ratones noqueados se utilizan como MODELOS DE ANIMAL EXPERIMENTAL para enfermedades (MODELOS ANIMALES DE ENFERMEDAD)y para clarificar las funciones de los genes.
Glicoproteínas que se encuentran sobre las membranas o superficies de las células.
Timidina es un nucleósido natural formado por la unión de desoxirribosa y timina, componentes importantes del ADN.
Antígenos que existen en formas alternativas (alélicas) en una especie. Cuando un isoantígeno es encontrado por miembros de la especie que carecen de él, se produce una respuesta inmune. Isoantígenos típicos son los ANTÍGENOS DE GRUPOS SANGUÍNEOS.
Fallo específico de un individuo normalmente respondedor para producir una respuesta inmune a un antígeno conocido. Es consecuencia del contacto previo con el antígeno de un individuo inmunológicamente inmaduro (feto o recién nacido) o de un individuo adulto expuesto a una dosis de antígeno extremadamente alta o baja o por exposición a radiación, antimetabolitos, suero antilifocítico, etc.
Sustancias que son reconocidas por el sistema inmune y que inducen una reacción inmune.
Familia de factores de transcripción que se caracterizan por la presencia de y calcineurina-dominios altamente conservadas de unión al ADN. Proteínas NFAT se activan en el CITOPLASMA de la fosfatasa CALCINEURINA dependiente de calcio. Ellos transducen señales de calcio al núcleo donde pueden interactuar con FACTOR DE TRANSCRIPCIÓN AP-1 o FN-KAPPA B e iniciar la TRANSCRIPCIÓN GENÉTICA de genes implicados en la DIFERENCIACIÓN CELULAR y desarrollo. Proteínas NFAT estimulan la activación del LINFOCITO T a través de la inducción de GENES INMEDIATOS PRECOCES como la INTERLEUCINA-2.
Grupo heterogéneo de células inmunocompetentes que intervienen en la respuesta inmunitaria celular mediante el procesamiento y la presentación de antígenos a las células T. Las células presentadoras de antígeno clásicas son los MACRÓFAGOS, las CÉLULAS DENDRÍTICAS, las CÉLULAS DE LANGERHANS y los LINFOCITOS B. Las CÉLULAS DENDRÍTICAS FOLICULARES no son células presentadoras de antígeno tradicionales pero, como tienen el antígeno en su superficie celular en forma de COMPLEJO ANTÍGENO-ANTICUERPO para el reconocimiento de las células B, son consideradas como tales por algunos autores.
Fisión de las CÉLULAS. Incluye la CITOCINESIS, cuando se divide el CITOPLASMA de una célula y la DIVISIÓN CELULAR DEL NÚCLEO.
Proceso dependiente de energia que sigue a la formación de ligaduras cruzadas de los RECEPTORES DE ANTÍGENOS DE LINFOCITOS B por ligandos multivalentes (anti-anticuerpos bivalentes, LECTINAS o ANTÍGENOS) en la superficie de la célula B. Los complejos ligando-receptor del antígeno con ligaduras cruzadas reunen los trozos, que fluyen y se agregan a un polo de la célula para formar una masa grande, el capuchón. Los capuchones pueden ser endocitados o vertidos al ambiente.
Antígenos de 55 kDa que se encuentran en los LINFOCITOS T COLABORADORES-INDUCTORES y en una variedad de otros tipos de células inmunes. Los antígenos CD4 son miembros de la familia de supergenes de inmunoglobulinas y están implicadas como elementos de reconocimiento asociativos en el COMPLEJO MAYOR DE HISTOCOMPATIBILIDAD CLASE II restringido a respuestas inmunes. En los linfocitos T ellos definen el subconjunto ayudante / inductor. Antígenos CD4 también sirven como RECEPTORES DE INTERLEUCINA -15 y se ligan a los receptores de VIH, uniéndose directamente a la PROTEÍNA GP120 DE ENVOLTORIO DEL VIH.
Moléculas que se encuentran sobre la superficie de los linfocitosf B y T y que reconocen y se combinan con antígenos específicos.
Especie de MORBILLIVIRUS causante de moquillo en los perros, lobos, zorros, mapache y hurones. También se conocen pinípedos que contrajeron el virus del moquillo canino debido al contacto cnm perros domésticos.
El orden de los aminoácidos tal y como se presentan en una cadena polipeptídica. Se le conoce como la estructura primaria de las proteínas. Es de fundamental importancia para determinar la CONFORMACION PROTÉICA.
Individuos genéticamente idénticos desarrollados a partir del pareamiento, por veinte generaciones o más, de hermanos y hermanas, o por el pareamiento, con ciertas restricciones, de padres con hijos. Todos los animales de una camada retienen un rasgo común de los ancestros en la vigésima generación.
Leucocitos mononucleares fagocíticos de gran tamaño que se producen en la MEDULA OSEA de los vertebrados y liberados en la SANGRE; contienen un núcleo ovalado grande o algo mellado, rodeado por un citoplasma voluminoso y numerosos organelos.
Proteínas aisladas a partir de las raíces de la hierba carmín, Phytolacca americana, que aglutina a algunos eritrocitos, estimula la mitosis y la síntesis de anticuerpos en los linfocitos, e induce la activación de las células plasmáticas.
Especie típica de MORBILLIVIRUS y causa de una enfermedad altamente infecciosa en el humano, el sarampión, que afecta fundamentalmente a niños.
La separación celular es un proceso mitótico durante la división celular donde las células hijas se separan físicamente después de la citocinesis, involucrando mecanismos complejos que garantizan la integridad genética y citoplasmática.
Proceso mediante el cual el sistema inmune reacciona contra los tejidos del propio organismo. La autoinmunidad puede producir o es causada por las ENFERMEDADES AUTOINMUNES.
Antígenos que se expresan primariamente sobre las membranas de las células vivas durante las etapas secuenciales de maduración y diferenciación. Como los marcadores inmunológicos tienen alta especificidad de órganos y tejidos y son útiles como sondas en el estudio del desarrollo de células normales así como de la transformación neoplásica.
Tejidos especializados que forman parte del sistema linfático. Disponen de localizaciones fijas dentro del cuerpo, donde pueden formarse, madurar y multiplicarse distintos tipos de LINFOCITOS. Los tejidos linfoides están conectados con la red de VASOS LINFÁTICOS.
Receptores coestimulación de LINFOCITOS -T que tienen especificidad para el ANTÍGENO CD80 y ANTÍGENO CD86. La activación de este receptor resulta en un aumento de la proliferación de células T, producción de citoquinas y promoción de la T-célula de supervivencia.
Clase de inmunoglobulina que lleva cadenas mu (CADENAS MU DE INMUNOGLOBULINA). La IgM puede fijar las PROTEINAS DEL SISTEMA COMPLEMENTO. La designación IgM se escogió por su alto peso molecular y originalmente se llamaba macroglobulina.
Subpoblación de linfocitos CD4+ que colaboran con otros linfocitos (el T o el B) para iniciar una variedad de funciones inmunes. Por ejemplo, las células T colaboradoras-inductoras colaboran con las células B para producir anticuerpos a los antígenos dependientes del timo y con otras subpoblaciones de células T para iniciar una variedad de funciones inmunes mediadas por células.
Un ionóforo divalente de calcio que se emplea ampliamente como una herramienta para investigar el papel del calcio intracelular en los procesos celulares.
Células especializadas del sistema hematopoyético que poseen extensiones ramificadas. Se encuentran distribuidas en el sistema linfático y en tejidos no linfáticos como la PIEL, el epitelio intestinal, respiratorio y del aparato reproductor. Atrapan y procesan los ANTÍGENOS y los presentan a las CÉLULAS T, estimulando la INMUNIDAD MEDIADA POR CÉLULAS. Estas células son distintas de las CÉLULAS DENDRÍTICAS FOLICULARES, no hematopoyéticas, que tienen una morfología y función similares pero con respecto a la inmunidad humoral (PRODUCCIÓN DE ANTICUERPOS).
Secuencias de ARN que funcionan como molde para la síntesis de proteínas. Los ARNm bacterianos generalmente son transcriptos primarios ya que no requieren de procesamiento post-transcripcional. Los ARNm eucarioticos se sintetizan en el núcleo y deben exportarse hacia el citoplasma para la traducción. La mayoría de los ARNm de eucariotes tienen una secuencia de ácido poliadenílico en el extremo 3', conocida como el extremo poli(A). La función de este extremo no se conoce con exactitud, pero puede jugar un papel en la exportación del ARNm maduro desdel el núcleo así como ayuda a estabilizar algunas moléculas de ARNm al retardar su degradación en el citoplasma.
Clase de lectinas de animales que se unen a los carbohidratos de manera calcio-dependiente. Comparten un dominio de unión a carbohidratos que es estructuralmente diferente respecto de otra clase de lectinas.
Polímero de desoxirribonucleótidos que es el material genético primario de todas las células. Los organismos eucarióticos y procarióticos contienen normalmente ADN en forma de doble cadena, aunque en varios procesos biológicos importantes participan transitoriamente regiones de una sola cadena. El ADN, que consiste de un esqueleto de poliazúcar-fosfato posee proyecciones de purinas (adenina y guanina) y pirimidinas (timina y citosina), forma una doble hélice que se mantiene unida por puentes de hidrógeno entre estas purinas y pirimidinas (adenina a timina y guanina a citosina).
Familia de proteínas adaptadoras de la señalización intracelular que contienen dominios de activación y reclutamiento de caspasa. Las proteínas que contienen este dominio desempeñan un papel en la transducción de señales relacionadas con la APOPTOSIS al asociarse con otros miembros que contienen el dominio CARD y en la activación de CASPASAS INICIADORAS que contienen dominios CARD dentro de la región del prodominio N-terminal.
Linfocitos T positivos para CD4 que inhiben la inmunopatología o enfermedades autoinmunitarias in vivo. Estas células inhiben la respuesta inmunitaria por su influencia sobre la actividad de otros tipos de células. Los linfocitos T reguladores comprenden las células CD4+ y CD25+ naturales, las células Tr1 y Th3.
Células fagocíticas de los tejidos de los mamiferos, de relativa larga vida y que derivan de los MONOCITOS de la sangre. Los principales tipos son los MACRÓFAGOS PERITONEALES, MACRÓFAGOS ALVEOLARES, HISTIOCITOS, CÉLULAS DE KUPFFER del higado y OSTEOCLASTOS. A su vez, dentro de las lesiones inflamatorias crónicas, pueden diferenciarse en CÉLULAS EPITELIOIDES o pueden fusionarse para formar CÉLULAS GIGANTES DE CUERPO EXTRAÑO o CÉLULAS GIGANTES DE LANGHANS (Adaptación del original: The Dictionary of Cell Biology, Lackie and Dow, 3rd ed.).
Proteínas de la superficie celular que unen con alta afinidad a la célula moléculas externas señalizadoras y convierten este evento extracelular en una o más señales intracelulares que alteran el comportamiento de la célula diana. Los receptores de la superficie celular, a diferencia de las enzimas, no alteran químicamente a sus ligandos.
Conteo del número de LINFOCITOS T CD4-POSITIVOS por unidad de SANGRE. La determinación requiere el uso de un citómetro de flujo activado por fluorescencia.
Una subclase de los antígenos HLA-D que consiste en cadenas alfa y beta. La herencia de los antígenos HLA-DR difiere de la de los ANTÍGENOS HLA-DQ y HLA-DP.
Esta enzima es una tirosina quinasa de la familia src linfocito-específica, crítica para el desarrollo y activación de la célula T. Lck está asociada con los dominios citoplasmáticos de CD4, CD8 y con la cadena beta del receptor IL-2. Se piensa que interviene en las primeras etapas de la activación de la célula T mediada por TCR.
Adherencia de las células a superficies u otras células.
Secuencia de PURINAS y PIRIMIDINAS de ácidos nucléicos y polinucleótidos. También se le llama secuencia de nucleótidos.
Restricción progresiva del desarrollo potencial y la creciente especialización de la función que lleva a la formación de células, tejidos y órganos especializados.
Inmunosupresión por reducción de los linfocitos circulantes o por depleción de las células T de la médula ósea. Lo primero puede lograrse in vivo por el drenaje del conducto torácico o por la administración de suero antilinfocitos. Lo último es realizado ex vivo en la médula ósea antes de su trasplante.
Grupo de células genéticamente idénticas que descienden de una única célula ancestral común, producida por mitosis en eucariotas o por fisión binaria en procariotas. Las células clonales incluyen también poblaciones de moléculas de ADN recombinante portadores todas de la misma secuencia original. (King & Stansfield, Dictionary of Genetics, 4th ed; http://ec.europa.eu/translation/bulletins/puntoycoma/46/pyc465.htm; http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0716-58111997001000005&script=sci_arttext&tlng=en)
Uno de los mecanismos mediante los que tiene lugar la MUERTE CELULAR (distinguir de NECROSIS y AUTOFAGOCITOSIS). La apoptosis es el mecanismo responsable de la eliminación fisiológica de las células y parece estar intrínsicamente programada. Se caracteriza por cambios morfológicos evidentes en el núcleo y el citoplasma, fraccionamiento de la cromatina en sitios regularmente espaciados y fraccionamiento endonucleolítico del ADN genómico (FRAGMENTACION DE ADN) en sitios entre los nucleosomas. Esta forma de muerte celular sirve como equilibrio de la mitosis para regular el tamaño de los tejidos animales y mediar en los procesos patológicos asociados al crecimiento tumoral.
Principal clase de isotipo de inmunoglobulina en el suero humano normal. Existen algunas subclases del isotipo de IgG, como por ejemplo, IgG1, IgG2A e IgG2B.
Género de plantas de la familia ASTERACEAE, que contienen CAROTENOIDES, aceites esenciales (ACEITES, VOLÁTILES), flavonoides, mucílago, SAPONINAS y ESTEROLES. Se utilizan de forma tópica e internamente. El nombre común de clavelón también se usa para los TAGETES.
Molécula compuesta por la asociación no covalente del receptor del antígeno en las células T (RECEPTORES, ANTÍGENO, CÉLULA T) con el complejo CD3 (ANTÍGENOS, CD3). Esta asociación es necesaria para la expresión de superficie y para la función de ambos componentes. La molécula está formada por hasta 7 cadenas: las cadenas alfa/beta o gamma/delta del receptor de las células T, y cuatro o cinco cadenas en el complejo CD3.
La producción de ANTICUERPOS por la proliferación de los LINFOCITOS B diferenciados bajo la estimulación de los ANTÍGENOS.
Factor soluble producido por los linfocitos T activados que estimulan la proliferación de las células B. La interleucina-4 induce la expresión del complejo de histocompatibilidad principal II y los receptores Fc sobre las células B. También actúa sobre los linfocitos T, las líneas de mastocitos, y sobre otras líneas celulares hematopoyéticas incluidos los granulocitos, megacariocitos, y precursores eritroides, así como los macrófagos.
Glicoproteínas (alfa y beta) transmembranales grandes, unidas no covalentemente. Ambas cadenas pueden ser polimórficas aunque hay más variación estructural en las cadenas beta. Los antígenos de clase II en humanos se conocen como ANTÍGENOS HLA-D y se codifican por un gen en el cromosoma 6. En ratones, dos genes llamados IA e IE sobre el cromosoma 17 codifican para los antígenos H-2. Los antígenos se encuentran sobre los linfocitos B, macrófagos, células epidérmicas, y espermáticas y se piensa que median la competencia y la cooperación celular en la respuesta inmune. El término antígenos IA, usado para referirse sólo a las proteínas codificadas por los genes IA en los ratones, ahora se usa como un término genérico para cualquier antígeno de histocompatibilidad de clase II.
La tasa de la dinámica en los sistemas físicos o químicos.
Respuesta inmune específica producida en un organismo, tejido o célula por una dosis específica de una sustancia o célula inmunológicamente activa.
Glicoproteínas de la superficie celular que están sobre los linfocitos y otros leucocitos y que median en la adhesión a vasos sanguíneos especializados llamados vénulas endoteliales altas. Se han identificado varias clases diferentes de receptores que albergan los linfocitos, y parece que están dirigidos a diferentes moléculas de la superficie (adresinas) en las vénulas endoteliales altas en diferentes tejidos. La adhesión desempeña un rol crucial en el tráfico de los linfocitos.
Trastornos que se caracterizan por proliferación, general o inespecífica, del tejido linfoide.
Trastornos que se caracterizan por la producción de anticuerpos que reaccionan con los tejidos del hospedero o con las células efectoras inmunes que son autorreactivas a péptidos endógenos.
Aumento de la respuesta de las células B estimulado por las células T frente a antígenos timo dependientes .
Elementos de intervalos de tiempo limitados, que contribuyen a resultados o situaciones particulares.
Un éster de forbol ester que se encuentra en el ACEITE DE CROTON con actividad promotora de tumor muy eficaz. Estimula la síntesis del ADN y del ARN.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica C3H.
La formación in vitro de agregados constituídos por una célula (generalmente un linfocito) rodeada por células antigénicas o partículas portadoras de antígeno (usualmente eritrocitos, los cuales pueden estar o no revestidos por anticuerpo o por anticuerpo y complemento). La célula formadora de roseta puede ser una célula formadora de anticuerpo, una célula memoria, una célula T, una célula portadora de anticuerpos citofílicos de superficie, o un monocito poseedor de receptores Fc. La formación de roseta se puede usar para identificar poblaciones específicas de estas células.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica CBA.
Ratones de laboratorio que se han producido a partir de un HUEVO o EMBRIÓN DE MAMÍFERO, manipulado genéticamente.
Antígenos de diferenciación expresados en los linfocitos B y en los precursores de las células B. Ellos participan en la regulación de la proliferación de las células B.
Proteínas que se encuentran en las membranas celulares e intracelulares. Están formadas por dos tipos, las proteínas periféricas y las integrales. Incluyen la mayoría de las enzimas asociadas con la membrana, proteínas antigénicas, proteínas transportadoras, y receptores de drogas, hormonas y lectinas.
Fármacos que reducen la función inmunitaria mediante distintos mecanismos de acción. Los inmunosupresores citotóxicos clásicos actúan inhibiendo la síntesis de ADN. Otros pueden actuar activando los LINFOCITOS T o inhibiendo la activación de los LINFOCITOS T COLABORADORES-INDUCTORES. En el pasado, la inmunosupresión se llevaba a cabo principalmente para impedir el rechazo de los órganos trasplantados; hoy en día están apareciendo nuevas aplicaciones que implican la mediación de los efectos de las INTERLEUCINAS y de otras CITOCINAS.
Molécula de adhesión celular y antígeno CD que sirve como receptor para albergar los linfocitos en los nódulos linfáticos con vénulas endoteliales altas.
Cualquiera de los procesos por los cuales factores nucleares, citoplasmáticos o intercelulares influyen en el control diferencial (inducción o represión), de la acción de genes a nivel de transcripción o traducción.
Síndromes en los que hay deficiencia o defecto en los mecanismos de la inmunidad, tanto celular como humoral.
Organo linfoide bilateral simétrico situado en el mediastino anterior y superior. Cada uno de sus dos lóbulos consta de una zona externa, la corteza, relativamente rica en linfocitos (timocitos) y una zona interna, la médula, relativamente rica en células epiteliales. El timo es el lugar de producción de los linfocitos T. Este alcanza su máximo desarrollo alrededor de la pubertad y después experimenta un proceso gradual de involución que resulta en un lento descenso de la función inmune a lo largo de la vida adulta.(Dorland, 27th ed).
Citocina producida por los LINFOCITOS T activados que estimulan la migración de los LINFOCITO T CD-POSITIVOS y monocitos. Se ha reportado que suprime la replicación del VIH.
Cualquiera de las varias maneras en las cuales las células vivas de un organismo se comunican unas con otras, ya sea por contacto directo entre ellas o mediante señales químicas transportadas por sustancias neurotransmisoras, hormonas y AMP cíclico.
Compuesto de mercaptoetilamina que deriva endógenamente de la vía de degradación de la COENZIMA A. El hecho de que la cisteamina se transporta fácilmente en LISOSOMAS donde reacciona con la CISTINA para formar disulfuro cisteína-cisteamina y CISTEÍNA ha llevado su uso en DEPLETORES DE CISTINA para el tratamiento de la CISTINOSIS.
Estado alterado de la capacidad de respuesta inmunológica como consecuencia del contacto inicial con el antígeno, que permite que el individuo produzca anticuerpos más rápidamente y en mayor cantidad en respuesta a un estímulo antigénico secundario.
Demostración del efecto citotóxico sobre la célula diana de un linfocito, un mediador liberado por un linfocito sensibilizado, un anticuerpo o el complemento.
Una clasificación de los linfocitos B que se basa en diferencias estructurales o funcionales de las poblaciones de células.
Pruebas para el antígeno tisular que usa un método directo, por la conjugación de anticuerpos con colorantes fluorescentes (TÉCNICA DE ANTICUERPOS FLUORESCENTES, DIRECTA) o un método indirecto, por la formación antígeno-anticuerpo que entonces se marca con un conjugado anticuerpo, anti-inmunoglobulina marcada con fluoresceína (TÉCNICA DE ANTICUERPO FLUORESCENTE, INDIRECTA). El tejido es entonces examinado por un microscopio fluorescente.
Proceso que disminuye las interacciones ligando/receptor debido a una reducción en el número de receptores disponibles. Esto puede ser resultado de la introversión del complejo ligando/receptor o de una expresión reducida del receptor. Clásicamente el concepto se refiere a los receptores de hormonas, pero el uso contemporáneo incluye otros receptores de la superficie celular.
Antígenos de diferenciación expresados sobre distintas líneas celulares, incluidas las líneas mieloide y linfoblastoide. Son miembros de la superfamilia de receptores de necrosis tumoral, involucrada en la regulación de respuestas inmunes periféricas y APOPTOSIS.
Apariencia externa del individuo. Es producto de las interacciones entre genes y entre el GENOTIPO y el ambiente.
Células de la serie linfoide que pueden reaccionar con antígenos para crear productos celulares específicos denominados anticuerpos. Varias de estas subpoblaciones celulares, a menudo linfocitos-B, pueden clasificarse basándose en los diferentes tipos de inmunoglobulinas que sintetizan.
Antígenos de membrana asociados con las etapas de maduración de los linfocitos B, que a menudo se expresan en los tumores que se originan en las células B.
Número de CÉLULAS de un tipo específico, generalmente medidas por unidad de volumen o área de la muestra.
Células cultivadas in vitro a partir de tejido tumoral. Si pueden establecerse como una LINEA CELULAR TUMORAL, pueden propagarse indefinidamente en cultivos celulares.
Receptor del complemento expresado de modo ubicuo que fija el COMPLEMENTO C3B y el COMPLEMENTO C4B y sirve como cofactor para su inactivación. El CD46 interactúa también con una amplia variedad de patógenos e interviene en la respuesta inmunitaria.
Ligandos de superficie, usualmente glicoproteínas, que median la adhesión de célula a célula. Sus funciones incluyen el acoplamiento e interconexión de varios sistemas de vertebrados, así como del mantenimiento de la integración tisular, cicatrización de heridas, movimientos morfogénicos, migraciones celulares, y metástasis.
Prevención deliberada o disminución de la respuesta inmune del hospedero. Puede ser inespecífica, como la administración de agentes inmunosupresores (drogas o radiación) o por depleción de linfocitos, o pueden ser específicos como en la desensibilización o la administración simultánea de antígenos y drogas inmunosupresoras.
Moléculas de inmunoglobulinas que tienen una secuencia específica de aminoácidos en virtud de la que interactúan sólo con un antigeno (v. ANTÍGENOS), o algo muy similar, que induce su síntesis en las células de la serie linfoide (especialmente las CÉLULAS PLASMÁTICAS).
Membrana selectivamente permeable que contiene proteínas y lípidos y rodea el citoplasma de las células procariotas y eucariotas.
Inmunoglobulina que representa menos del 1 por ciento de las inmunoglobulinas plasmáticas. Se encuentra en la membrana de muchos LINFOCITOS B circulantes.
Trastorno multisistémico crónico, recidivante, inflamatorio y a menudo febril del tejido conectivo, que se caracteriza principalmente por la participación de la piel, articulaciones, riñones, y membranas serosas. Es de etiología desconocida, pero se piensa que representa un fallo de los mecanismos que regulan al sistema autoinmune. La enfermedad se caracteriza por una amplia gama de disfunciones sistémicas, una eritrosedimentación acelerada, y la formación de células LE en la sangre o médula ósea.
Anticuerpos que reaccionan con los determinantes individuales de la estructura (idiotopos) sobre la región variable de otros anticuerpos.
Movimiento de las células de un lugar a otro. Se distingue de la CITOCINESIS que es el proceso de división del CITOPLASMA de una célula.
Introducción de un grupo fosforilo en un compuesto mediante la formación de un enlace estérico entre el compuesto y un grupo fosfórico.
Células creadas artificialmente por la fusión de linfocitos activados con células neoplásicas. Las células híbridas resultantes se clonan y producen ANTICUERPOS MONOCLONALES o productos de células T idénticas a aquellas producidas por las células originales competentes inmunológicamente.
Sustancias que incrementan, estimulan, activan, potencian, o modulan la respuesta inmune tanto a nivel celular como humoral. Los agentes clásicos (adyuvante de Freund, BCG, Corynebacterium parvum, y cols.) contienen antígenos bacterianos. Algunos son endógenos (ejemplo, histamina, interferón, factor de transferencia, tuftsina, interleucina-1). Su modo de acción puede ser inespecífico, lo que genera un incremento en la respuesta inmune a una gran variedad de antígenos, o específica a antígenos, es decir, que afectan a un tipo restringido de la respuesta inmune frente a un pequeño grupo de antígenos. La eficacia terapéutica de muchos modificadores de la respuesta biológica se relaciona con lo específico que sea el inmunoadyuvante a los antígenos.
Nombre de varias enfermedades virales altamente contagiosas de animales, especialmente el distemper o moquillo canino. En perros, es causado por el virus del moquillo canino (VIRUS DEL MOQUILLO CANINO). Se caracteriza por una fiebre bifásica, leucopenia, inflamación gastrointestinal y respiratoria y en ocasiones, complicaciones neurológicas. En gatos se conoce como PANLEUCOPENIA FELINA.
Miembro de la superfamilia de receptores de factores de necrosis tumoral, que pueden tener un papel en la regulación de FN-KAPPA B y la APOPTOSIS. Normalmente se presentan in vivo en un pequeño número de células de los NÓDULOS LINFÁTICOS y de la TONSILA, pero que también son capaces de ser inducidos en un amplio rango de células in vitro. Son clínicamente útiles como marcadores tumorales para el linfoma Ki-1 (LINFOMA DE CÉLULAS GRANDES KI-1) y en algunos casos de PAPULOSIS LINFOMATOIDE, MICOSIS FUNGOIDE y ENFERMEDAD DE HODGKIN.
Componentes moleculares específicos de las células que son capaces de reconocer e interactuar con un virus, y que, luego de unirse a él, son capaces de generar alguna señal que inicia la cadena de eventos que genera la respuesta biológica.
Glicoproteína sérica producida por los MACRÓFAGOS activados y otros LEUCOCITOS MONONUCLEARES de mamíferos. Tiene actividad necrotizante contra las líneas de células tumorales e incrementa la capacidad de rechazar trasplantes de tumores. También es conocido como TNF-alfa y es solo un 30 por ciento homólogo de TNF-beta (LINFOTOXINA), pero comparten RECEPTORES DE TNF.
Leucemia asociada a HIPERPLASIA del tejido linfático e incremento del número de LINFOCITOS y linfoblastos malignos circulantes.
Nuevo miembro de la familia de receptores del factor de necrosis tumoral, que también puede mediar en la entrada en la célula del VIRUS DEL HERPES SIMPLE TIPO 1. Posee especificidad para el MIEMBRO 14 DE LA SUPERFAMILIA DE LIGANDOS DEL FACTOR DE NECROSIS TUMORAL y la forma isotrimérica de LINFOTOXINA-ALFA. Este receptor se expresa abundantemente en los LINFOCITOS-T y puede intervenir regulando la activación linfocítica. La señal del receptor se activa merced a su asociación con FACTORES ASOCIADOS AL RECEPTOR DE TNF.
Todos los procesos involucrados en el aumento del RECUENTO DE CELULAS. Estos procesos incluyen más que DIVISION CELULAR la cual es parte del CICLO CELULAR.
Método para la detección de cantidades muy pequeñas de anticuerpos en los que el complejo antígeno-anticuerpo-complemento se adhiere a las células indicadoras, usualmente eritrocitos de primates o plaquetas sanguíneas de no primates. La reacción depende del número de moléculas C3 unidas sobre los sitios receptores C3b de la célula indicadora.
Incorporación de ADN desnudo o purificado dentro de las CÉLULAS, usualmente eucariotas. Es similar a la TRANSFORMACION BACTERIANA y se utiliza de forma rutinaria en las TÉCNICAS DE TRANSFERENCIA DE GEN.
Fármacos que se unen a los RECEPTORES ADRENÉRGICOS sin activarlos. Los antagonistas adrenérgicos bloquean las acciones de los transmisores adrenérgicos endógenos EPINEFRINA y NOREPINEFRINA.
Molécula que se une a otra molécula. Se usa especialmente para referirse a una molécula pequeña que se une específicamente a una molécula grande, como p. ej., la unión de un antígeno a un anticuerpo, la unión de una hormona o un neurotransmisor a un receptor, o la unión de un sustrato o un efector alostérico a una enzima. Un ligando es también molécula que dona o acepta un par de electrones para formar un enlace covalente coordinado con el átomo metálico central de un complejo de coordinación. (Dorland, 28a ed)
Receptor inhibidor de CÉLULAS T que está estrechamente relacionado con el ANTÍGENO CD28. Tiene especificidad por el ANTÍGENO CD80 y el ANTÍGENO CD86 y actúa como regulador negativo de la función periférica de las células T. El antígeno CLA-4 se cree juega un rol en la inducción de TOLERANCIA PERIFÉRICA.
Efecto regulatorio positivo sobre procesos fisiológicos a nivel molecular, celular o sistémico. A nivel molecular, los lugares de regulación principales incluyen los receptores de membrana, genes (REGULACIÓN DE LA EXPRESIÓN GÉNICA)ARNm (ARN MENSAJERO)y proteinas.
Una clase de linfocitos caracterizados por la carencia de marcadores de superficie específicos para los linfocitos T o B.
Un undecapéptido cíclico extraído de un extracto de hongos del suelo. Es un poderoso inmunosupresor con una acción especifica sobre los linfocitos T. Se emplea para la profilaxis del rechazo del implante en los trasplantes de órganos y tejidos. (Traducción libre del original: Martindale, The Extra Pharmacopoeia, 30th ed)
Representaciones teóricas que simulan el comportamiento o actividad del sistema inmune, sus procesos o fenómenos. Comprenden el uso de ecuaciones matemáticas, computadoras y equipos eléctricos.
Un elemento básico que se encuentra en todos los tejidos organizados. Es un miembro de la familia de metales alcalinoterrosos que tiene por símbolo atómico Ca, número atómico 20 y peso atómico 40. El calcio es el mineral más abundante del cuerpo y se combina con el fósforo en los huesos y dientes. Es esencial para el funcionamiento normal de los nervios y músculos y desempeña un rol en la coagulación de la sangre (como factor IV) y en muchos procesos enzimáticos.
Línea de células eucariotas obtenidas en una fase estacionaria o de quiesencia que experimentan, en cultivo, una conversión a un estado de crecimiento no regulado semejante a un tumor in vitro. Esto ocurre espontáneamente o mediante la interacción con virus, oncogenes, radiaciones o drogas/productos químicos.
Proceso mediante el cual el antígeno es presentado al linfocito de manera que pueda reconocerlo. Esto lo realizan las células presentadoras de antígeno (CPA). Algunos antígenos requieren un procesamiento previo para poder ser reconocidos. El procesamiento del antígeno consiste en la ingestión y digestión parcial del antígeno por la CPA, seguido de la presentación de fragmentos en la superficie celular.
Combinaciones de sustancias diagnósticas o terapéuticas ligadas a sustancias inmunes específicas, como las INMUNOGLOBULINAS, ANTICUERPOS MONOCLONALES o ANTÍGENOS. A menudo, la sustancia diagnóstica o terapéutica es un radionucleido. Estos conjugados son herramientas útiles para el marcaje específico de MEDICAMENTOS y RADIOISÓTOPOS en la QUIMIOTERAPIA y RADIOINMUNOTERAPIA de ciertos cánceres.
Compuestos conjugados de proteína-carbohidrato que incluyen las mucinas, los mucoides y las glicoproteínas amiloides.
Activador transcripcional nuclear, ubicuo, inducible, que se une a los elementos activadores en muchos tipos celulares diferentes y se activa por estímulos patógenos. El complejo FN-kappa B es un heterodímero compuesto por dos subunidades que se unen al ADN: FN-kappa B1 y relA.
Proteínas preparadas por la tecnología del ADN recombinante.
Miembro de la superfamilia del receptor del factor de necrosis tumoral que se encuentra en la mayor parte de LINFOCITOS T. La activación del receptor por los resultados de ANTÍGENO CD70 en el aumento de LINFOCITOS T CD4-POSITIVOS y LINFOCITOS T CD8 POSITIVOS. La señalización por el receptor activado se produce a través de su asociación con los PÉPTIDOS Y PROTEÍNAS ASOCIADOS A RECEPTORES DE FACTORES DE NECROSIS TUMORAL.
Miembro de la superfamilia de receptores de factores de necrosis tumoral encontrado en LINFÓCITOS B maduros, en algunas CÉLULAS EPITELIALES y en CÉLULAS DENDRÍTICAS linfoides. Las evidencias sugieren que la activación de las células B dependientes del CD40 es importante en la generación de las células B de memoria dentro de los centros germinales.
Subserie de linfocitos T auxiliares-inductores que sintetizan y secretan interleucina-2, ganma interferón y la interleucina-12. Debido a su capacidad de matar células que presentan antígenos y su actividad efectora mediada por linfoquina, las células Th1 están asociadas con las reacciones vigorosas de hipersensibilidad del tipo retardadas.
Determinantes antigénicos reconocidos y que se unen por el receptor de las células T. Los epítopos reconocidos por el receptor de las células T se localizan a menudo en el lado interno, no expuesto, del antígeno, y se tornan accesibles a los receptores de las células T luego del procesamiento proteolítico del antígeno.
Ratones silvestres cruzados endogámicamente para obtener cientos de cepas en las que los hermanos son genéticamente idénticos y consanguíneos, que tienen una línea isogénica DBA.
Forma de inmunización pasiva donde agentes inmunológicos previamente sensibilizados (células o suero) son transferidos a receptores no inmunes. Cuando se usa la transferencia de células como terapia para el tratamiento de neoplasias, se llama inmunoterapia adoptiva (INMUNOTERAPIA ADOPTIVA).
Especie típica de LENTIVIRUS y agente etiológico del SIDA. Se caracteriza por su efecto citopático y afinidad por el linfocito T4.
Enzima bifuncional que cataliza la síntesis e HIDRÓLISIS de la ADP-RIBOSA CÍCLICA (cADPR) de NAD+ a ADP-RIBOSA. Es una molécula de la superficie celular que se expresa predominantemente en las CÉLULAS LINFOIDES Y CÉLULAS MIELOIDES.
Intervalo entre dos DIVISIONES CELULARES sucesivas, durante el cual los CROMOSOMAS no se distinguen individualmente. Se compone de las fases G (FASE G1, FASE G0 y FASE G2) y la FASE S (cuando se produce la replicación del ADN).
Proporción de LINFOCITOS T que expresan el ANTÍGENO CD4 y los que expresan el ANTÍGENO CD8. Este valor es normalmente evaluado en el diagnóstico y la determinación de las enfermedades que afectan al SISTEMA INMUNOLÓGICO, incluidas las INFECCIONES POR VIH.
Relación entre la dosis de una droga administrada y la respuesta del organismo a la misma.
Factor soluble producido por monocitos, macrófagos, y otras células que activan los linfocitos T y que potencian su respuesta a los mitógenos o a los antígenos. La IL-1 está constituida por dos formas distintas, IL-1 alfa e IL-1 beta las que realizan las mismas funciones pero que son proteínas diferentes. Los efectos biológicos de la IL-1 incluyen la capacidad de reemplazar los requerimientos de los macrófagos para la activación de las células T. El factor es diferente a la INTERLEUCINA-2.
Masas ovaladas de tejido linfoide incluidas en la pared lateral de la FARINGE. Hay una a cada lado de la orofaringe en las fauces entre los pilares anterior y posterior del PALADAR BLANDO.
Manifestación fenotípica de un gen o genes a través de los procesos de TRANSCRIPCIÓN GENÉTICA y .TRADUCCIÓN GENÉTICA.
Factores proteicos solubles generados por linfocitos activados y que afectan a otras células, principalmente a aquellas que participan en la inmunidad celular.
Glicoproteína de membrana y antígeno de diferenciación expresados en la superficie de células T. Lígase a CD40 (ANTIGENOS CD40) en células B, induciendo proliferación de células B. Mutación en esta proteína causa síndrome de hiper-IgM ligado al cromosoma X (HIPERGAMMAGLOBULINEMIA)
Lapso de viabilidad de una célula, caracterizado por la capacidad de realizar determinadas funciones tales como metabolismo, crecimiento, reproducción, alguna forma de respuesta y adaptabilidad.
Antígenos microbianos que tienen en común un efecto activador extremadamente potente sobre las células T que poseen una región variable específica. Los superantígenos tienen reacción cruzada con la región variable de las proteínas de la clase II MHC que es independiente de la unión en la zona receptora de la célula T. El resultado es la expansión transitoria y la posterior muerte y anergia de las células T que tienen las regiones variables apropiadas.
Inmmunoensayo que utiliza un anticuerpo marcado con una enzima marcadora como es la peroxidasa del rábano picante (horseradish peroxidase). Mientras la enzima o el anticuerpo están unidas a un sustrato inmunoadsorbente, ambas retienen su actividad biológica; el cambio en la actividad enzimática como resultado de la reacción enzima-anticuerpo-antígeno es proporcional a la concentración del antígeno y puede ser medida espectrofotométrica o visualmente. Se han desarrollado muchas variantes del método.
Variación de la técnica PCR en la que el cADN se hace del ARN mediante transcripción inversa. El cADN resultante se amplifica usando los protocolos PCR estándares.
Una técnica de cultivo de tipos de células mixtas in vitro para permitir que sus interacciones sinérgicas o antagonistas, como en la DIFERENCIACIÓN CELULAR o la APOPTOSIS. El cocultivo puede ser de diferentes tipos de células, tejidos u órganos en estados normales o en estado de enfermedad.
Sitios sobre un antígeno que interactuan con anticuerpos específicos.
Proteínas recombinantes que se producen por TRADUCCIÓN GENÉTICA de genes de fusión formados por la combinación de SECUENCIAS REGULADORAS DEL ÁCIDO NUCLEICO de uno o mas genes con la proteina que codifica secuencias de uno o mas genes.
Antígenos de diferenciación que se encuentran en los timocitos y en los linfocitos T supresores y citotóxicos. Los antígenos CD8 son miembros de la familia del supergen inmunoglobulina y son elementos de reconocimiento asociativo de las interacciones restringidas en el CMH (Complejo Mayor de Histocompatibilidad) de Clase I.
Enfermedades animales que se producen de manera natural o son inducidas experimentalmente, con procesos patológicos bastante similares a los de las enfermedades humanas. Se utilizan como modelos para el estudio de las enfermedades humanas.
Subserie de linfocitos T auxiliares-inductores que sintetizan y secretan las interleucinas IL-4, IL-5, IL-6 y la IL-10. Estas citoquinas influyen en el desarrollo de las células B y la producción de anticuerpos además de aumentar las respuestas humorales.
Un antibiótico poliéter, ionóforo, de Streptomyces chartreusensis. Se une y transporta cationes a través de las membranas y desacopla la fosforilación oxidativa mientras inhibe la ATPasa de la mitocondria hepática del ratón. Esta sustancia es utilizada principalmente como herramienta bioquímica para estudiar el papel de los cationes divalentes en varios sistemas biológicos.
Complejo de lípido y polisacárido. Componente principal de la pared celular de las bacterias gramnegativas; los lipopolisacáridos son endotoxinas e importantes antígenos específicos de grupo. La molécula de lipopolisácarido consta de tres partes. El LÍPIDO A, un glicolípido responsable de la actividad endotóxica, y la cadena específica de los ANTÍGENOS O. El lipopolisacárido de Escherichia coli es un mitógeno de células B frecuentemente empleado (activador policlonal) en el laboratorio de inmunología. (Dorland, 28a ed)
El mayor vaso linfático que discurre a través del tórax y drena en la VENA SUBCLAVIA.
Proteínas y péptidos que están involucrados en TRANSDUCCIÓN DE SEÑAL dentro de la célula. Aquí están imcluídos péptidos y proteínas que regulan la actividad de FACTORES DE TRANSCRIPCIÓN Y PROCESOS CELULARES en respuesta a señales de RECEPTORES DE SUPERFICIE CELULAR. Los péptidos de señalización intracelular y proteínas pueden ser parte de una cascada de señalización enzimática o actuar a través de enlace y modificando la acción de otros factores de señalización.
Parámetros biológicos medibles y cuantificables (ejemplo, concentración específica de enzimas, concentración específica de hormonas, distribución fenotípica de un gen específico en una población, presencia de sustancias biológicas) que sirven como índices para la evaluación relacionada con la salud y la fisiología, como son riesgos de enfermedades, trastornos psiquiátricos, exposición ambiental y sus efectos, diagnóstico de enfermedades, procesos metabólicos, abuso de sustancias, embarazo, desarrollo de líneas celulares, estudios epidemiológicos, etc.
Proteínas quinasas que catalizan la FOSFORILACIÓN de residuos de TIROSINA en las proteínas, con ATP u otros nucleótidos como donadores de fosfato.
Ligando de la superficie celular implicado en la adhesión de los leucocitos y en la inflamación. Su producción es inducida por el gamma-interferón y es necesario para la migración de los neutrófilos al tejido inflamado.
Proteínas que se unen al ADN. La familia incluye proteínas que se unen tanto al ADN de una o de dos cadenas y que incluyen también a proteínas que se unen específicamente al ADN en el suero las que pueden utilizarse como marcadores de enfermedades malignas.
Proceso mediante el cual las sustancias, ya sean endógenas o exógenas, se unen a proteínas, péptidos, enzimas, precursores de proteínas o compuestos relacionados. Las mediciones específicas de unión de proteína frecuentemente se utilizan en los ensayos para valoraciones diagnósticas.

La activación de linfocitos es un proceso fundamental del sistema inmunológico en el que se activan los linfocitos T y B para desencadenar una respuesta inmune específica contra agentes extraños, como virus, bacterias o sustancias extrañas.

Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos que juegan un papel clave en la respuesta inmunitaria adaptativa del cuerpo. Cuando un antígeno (una sustancia extraña) entra en el cuerpo, es capturado y presentado a los linfocitos T y B por células presentadoras de antígenos, como las células dendríticas.

Este proceso de presentación de antígenos desencadena la activación de los linfocitos T y B, lo que lleva a su proliferación y diferenciación en células efectoras especializadas. Las células T efectoras pueden destruir directamente las células infectadas o producir citocinas para ayudar a coordinar la respuesta inmunitaria. Por otro lado, las células B efectoras producen anticuerpos específicos que se unen al antígeno y lo neutralizan o marcan para su destrucción por otras células del sistema inmune.

La activación de linfocitos está regulada cuidadosamente para garantizar una respuesta inmunitaria adecuada y evitar la activación excesiva o no deseada, lo que podría conducir a enfermedades autoinmunes o inflamatorias.

Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos o leucocitos, que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario. Se encargan principalmente de la respuesta inmunitaria adaptativa, lo que significa que pueden adaptarse y formar memoria para reconocer y combatir mejor las sustancias extrañas o dañinas en el cuerpo.

Existen dos tipos principales de linfocitos:

1. Linfocitos T (o células T): se desarrollan en el timo y desempeñan funciones como la citotoxicidad, ayudando a matar células infectadas o cancerosas, y la regulación de la respuesta inmunológica.

2. Linfocitos B (o células B): se desarrollan en la médula ósea y producen anticuerpos para neutralizar o marcar patógenos invasores, facilitando su eliminación por otros componentes del sistema inmunitario.

Los linfocitos son parte importante de nuestra capacidad de combatir infecciones y enfermedades, y su número y función se mantienen bajo estricto control para evitar respuestas excesivas o inadecuadas que puedan causar daño al cuerpo.

Los linfocitos T, también conocidos como células T, son un tipo importante de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico adaptativo. Se originan y maduran en el timo antes de circular por todo el cuerpo a través de la sangre y los ganglios linfáticos.

Existen varios subconjuntos de linfocitos T, cada uno con diferentes funciones específicas:

1. Linfocitos T citotóxicos (CD8+): Estas células T pueden destruir directamente las células infectadas o cancerosas mediante la liberación de sustancias tóxicas.

2. Linfocitos T helper (CD4+): Ayudan a activar y regular otras células inmunes, como macrófagos, linfocitos B y otros linfocitos T. También desempeñan un papel importante en la respuesta inmune contra patógenos extracelulares.

3. Linfocitos T supresores o reguladores (Tregs): Estas células T ayudan a moderar y equilibrar la respuesta inmunológica, evitando así reacciones excesivas o daño autoinmune.

4. Linfocitos T de memoria: Después de que un organismo ha sido expuesto a un patógeno específico, algunos linfocitos T se convierten en células de memoria a largo plazo. Estas células pueden activarse rápidamente si el mismo patógeno vuelve a infectar al individuo, proporcionando inmunidad adaptativa.

En resumen, los linfocitos T son un componente esencial del sistema inmunológico adaptativo, responsables de la detección, destrucción y memoria de patógenos específicos, así como de la regulación de las respuestas inmunitarias.

Los linfocitos B son un tipo de glóbulos blancos, más específicamente, linfocitos del sistema inmune que desempeñan un papel crucial en la respuesta humoral del sistema inmunológico. Se originan en la médula ósea y se diferencian en el bazo y los ganglios linfáticos.

Una vez activados, los linfocitos B se convierten en células plasmáticas que producen y secretan anticuerpos (inmunoglobulinas) para neutralizar o marcar a los patógenos invasores, como bacterias y virus, para su eliminación por otras células inmunitarias. Los linfocitos B también pueden presentar antígenos y cooperar con los linfocitos T auxiliares en la respuesta inmunitaria adaptativa.

Concanavalina A es una proteína lectina que se encuentra en las semillas del frijol de jackbean (Canavalia ensiformis), una planta leguminosa originaria de América Central y del Sur. La concanavalina A tiene la capacidad de unirse específicamente a carbohidratos, lo que hace que tenga varias aplicaciones en el campo de la biología y la medicina.

En términos médicos, la concanavalina A se ha utilizado como marcador de superficie celular y como agente mitogénico en estudios de laboratorio. También se ha investigado su posible uso como inmunoterapia en el tratamiento del cáncer, aunque los resultados no han sido concluyentes y actualmente no se utiliza de forma rutinaria en la práctica clínica.

La concanavalina A puede tener efectos tóxicos en humanos y animales si se ingiere o inhala en grandes cantidades, por lo que su uso debe ser supervisado por profesionales médicos capacitados.

Los antígenos CD son marcadores proteicos encontrados en la superficie de las células T, un tipo importante de glóbulos blancos involucrados en el sistema inmunológico adaptativo. Estos antígenos ayudan a distinguir y clasificar los diferentes subconjuntos de células T según su función y fenotipo.

Existen varios tipos de antígenos CD, cada uno con un número asignado, como CD1, CD2, CD3, etc. Algunos de los más conocidos son:

* **CD4**: También llamada marca de helper/inductor, se encuentra en las células T colaboradoras o auxiliares (Th) y ayuda a regular la respuesta inmunológica.
* **CD8**: También conocida como marca de supresor/citotóxica, se encuentra en las células T citotóxicas (Tc) que destruyen células infectadas o cancerosas.
* **CD25**: Expresado en células T reguladoras y ayuda a suprimir la respuesta inmunológica excesiva.
* **CD3**: Es un complejo de proteínas asociadas con el receptor de células T y participa en la activación de las células T.

La identificación y caracterización de los antígenos CD han permitido una mejor comprensión de la biología de las células T y han contribuido al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas en el tratamiento de diversas enfermedades, como infecciones, cáncer e inflamación crónica.

Los subgrupos linfocitarios son categorías específicas de células inmunes llamadas linfocitos, que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Los linfocitos se dividen principalmente en dos tipos: linfocitos T y linfocitos B. Los linfocitos T se subdividen adicionalmente en varios subgrupos basados en su fenotipo y función, que incluyen:

1. Linfocitos T helper (Th): también llamados CD4+ T cells, desempeñan un papel importante en la activación y regulación de otras células inmunes. Se subdividen en varios subgrupos adicionales, como Th1, Th2, Th17 y Tfh, cada uno con funciones específicas.

2. Linfocitos T citotóxicos (Tc): también llamados CD8+ T cells, son responsables de destruir células infectadas o cancerosas directamente.

3. Linfocitos T supresores o reguladores: ayudan a moderar la respuesta inmunitaria y previenen la activación excesiva del sistema inmune.

4. Linfocitos T de memoria: después de una infección, algunos linfocitos T se convierten en células de memoria que pueden responder rápidamente a futuras exposiciones al mismo patógeno.

Los linfocitos B también tienen subgrupos basados en su función y fenotipo, como células B de memoria, células plasmáticas y células B reguladoras. La identificación y el análisis de estos subgrupos linfocitarios son importantes para comprender los mecanismos del sistema inmune y desarrollar terapias inmunológicas efectivas.

Las fitohemaglutininas son proteínas lectinas encontradas en algunos granos, como las habas y los cacahuetes. Estas proteínas tienen la capacidad de aglutinar glóbulos rojos y también pueden estimular la respuesta inmunitaria del cuerpo. En el contexto médico, a veces se utilizan en pruebas de laboratorio para determinar la compatibilidad de los tejidos antes de un trasplante de órganos. Sin embargo, si se consumen en grandes cantidades, las fitohemaglutininas pueden causar náuseas, vómitos y diarrea. Por esta razón, es importante cocinar adecuadamente los granos que contienen estas proteínas antes de comerlos.

La interleucina-2 (IL-2) es una citokina que desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmune, especialmente en la activación y proliferación de las células T, un tipo importante de glóbulos blancos involucrados en la respuesta inmunitaria. Es producida principalmente por las células T helper (Th) 1 activadas.

La IL-2 se une a su receptor específico, el complejo IL-2R, que está compuesto por tres subunidades: alfa (CD25), beta (CD122) y gamma (CD132). La unión de la IL-2 a este receptor desencadena una cascada de señalización que promueve la proliferación y diferenciación de las células T, así como también la activación y supervivencia de otros tipos de células inmunes, como los linfocitos NK (natural killers) y los linfocitos B.

La IL-2 también tiene propiedades antiinflamatorias y participa en la regulación de la tolerancia inmunológica, ayudando a prevenir reacciones autoinmunes excesivas. Sin embargo, un uso excesivo o inapropiado de la IL-2 puede contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes y procesos inflamatorios crónicos.

En medicina, la IL-2 se utiliza como terapia inmunológica en el tratamiento de algunos cánceres, especialmente del melanoma y el carcinoma renal metastásico. La administración de IL-2 puede estimular el sistema inmune para atacar y destruir las células cancerosas, aunque este tratamiento también puede causar efectos secundarios graves relacionados con la activación excesiva del sistema inmune.

El recuento de linfocitos es un término médico que se refiere al número total de glóbulos blancos llamados linfocitos que se encuentran en una muestra de sangre. Los linfocitos son un componente crucial del sistema inmunológico, ya que ayudan a combatir infecciones y enfermedades.

Un recuento normal de linfocitos varía dependiendo de la edad, el sexo y otros factores, pero generalmente se considera que está dentro del rango normal si es de 1.000 a 4.800 linfocitos por microlitro (μL) de sangre en adultos. Un recuento bajo de linfocitos se denomina linfopenia, mientras que un recuento alto se conoce como linfocitosis.

Un recuento de linfocitos puede realizarse como parte de un panel de hemogramas completo para evaluar la salud general de un individuo o para ayudar a diagnosticar y monitorear ciertas condiciones médicas, como infecciones, enfermedades autoinmunes, cánceres y trastornos del sistema inmunológico.

Los antígenos CD3 son un tipo de marcador proteico encontrado en la superficie de las células T maduras, que desempeñan un papel crucial en el sistema inmune adaptativo. Están compuestos por varias subunidades (CD3γ, CD3δ, CD3ε y CD3ζ) y se asocian con el receptor de células T (TCR) para formar el complejo TCR-CD3.

El complejo TCR-CD3 es responsable de la transducción de señales que ocurren después del reconocimiento de un antígeno presentado por una célula presentadora de antígenos (APC). Esta interacción desencadena una cascada de eventos que conducen a la activación de las células T y, en última instancia, a la respuesta inmunitaria adaptativa.

La detección de los antígenos CD3 se realiza mediante técnicas de inmunofenotipado, como citometría de flujo o inmunohistoquímica, y es útil en el diagnóstico y monitoreo de diversas afecciones, como enfermedades autoinmunitarias, infecciones y neoplasias malignas que involucran células T.

Las células cultivadas, también conocidas como células en cultivo o células in vitro, son células vivas que se han extraído de un organismo y se están propagando y criando en un entorno controlado, generalmente en un medio de crecimiento especializado en un plato de petri o una flaska de cultivo. Este proceso permite a los científicos estudiar las células individuales y su comportamiento en un ambiente controlado, libre de factores que puedan influir en el organismo completo. Las células cultivadas se utilizan ampliamente en una variedad de campos, como la investigación biomédica, la farmacología y la toxicología, ya que proporcionan un modelo simple y reproducible para estudiar los procesos fisiológicos y las respuestas a diversos estímulos. Además, las células cultivadas se utilizan en terapias celulares y regenerativas, donde se extraen células de un paciente, se les realizan modificaciones genéticas o se expanden en número antes de reintroducirlas en el cuerpo del mismo individuo para reemplazar células dañadas o moribundas.

Los mitógenos son sustancias químicas que tienen la capacidad de inducir la división celular omitiendo las etapas iniciales del ciclo celular y estimulando directamente a la fase S (fase de síntesis del ADN), en el que las células se replican. Los mitógenos más comúnmente estudiados son factores de crecimiento, como el factor de crecimiento derivado de plaquetas y el factor de crecimiento similar a la insulina.

Estos agentes suelen ser proteínas o glicoproteínas que se unen a receptores específicos en la superficie celular, activando una cascada de eventos intracelulares que conducen a la activación de genes involucrados en el ciclo celular y la proliferación. Los mitógenos desempeñan un papel importante en varios procesos fisiológicos, como la curación de heridas, la regeneración tisular y la respuesta inmunitaria. Sin embargo, también se sabe que contribuyen al desarrollo de ciertas afecciones patológicas, como el crecimiento celular descontrolado en cánceres y tumores.

En un contexto clínico, los mitógenos pueden utilizarse en diagnósticos y procedimientos de laboratorio para evaluar la función inmunitaria o la integridad funcional de las células. Por ejemplo, el linfocito transforma el ensayo mitogénico (MTT) es una prueba comúnmente utilizada para medir la respuesta de los linfocitos T y B a diferentes mitógenos, lo que puede ayudar a diagnosticar trastornos del sistema inmunológico o evaluar la eficacia de los tratamientos inmunosupresores.

El bazo es un órgano en forma de guisante localizado en la parte superior izquierda del abdomen, debajo del diafragma y junto al estómago. Es parte del sistema linfático y desempeña un papel importante en el funcionamiento del sistema inmunológico y en el mantenimiento de la salud general del cuerpo.

Las principales funciones del bazo incluyen:

1. Filtración de la sangre: El bazo ayuda a eliminar los desechos y las células dañadas, como los glóbulos rojos viejos o dañados, de la sangre.

2. Almacenamiento de células sanguíneas: El bazo almacena reservas de glóbulos rojos y plaquetas, que pueden liberarse en respuesta a una pérdida de sangre o durante un esfuerzo físico intenso.

3. Producción de linfocitos: El bazo produce linfocitos, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunológica del cuerpo a las infecciones y los patógenos.

4. Regulación del flujo sanguíneo: El bazo ayuda a regular el volumen y la velocidad del flujo sanguíneo, especialmente durante el ejercicio físico intenso o en respuesta a cambios posturales.

En caso de una lesión o enfermedad que dañe al bazo, puede ser necesaria su extirpación quirúrgica (esplenectomía). Sin embargo, la ausencia del bazo puede aumentar el riesgo de infecciones y otras complicaciones de salud.

Los antígenos de diferenciación de linfocitos T (TDL, por sus siglas en inglés) son un grupo de moléculas que se utilizan para caracterizar y diferenciar los diversos subconjuntos de linfocitos T en el sistema inmunitario. Los linfocitos T son un tipo importante de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria adaptativa del cuerpo.

Existen varios antígenos de diferenciación de linfocitos T, cada uno de los cuales se expresa en diferentes subconjuntos de linfocitos T en diversas etapas de su desarrollo y activación. Algunos de los antígenos de diferenciación de linfocitos T más comunes incluyen:

* CD4: También conocido como el marcador del helper T, se expresa en la superficie de los linfocitos T cooperadores que ayudan a otros glóbulos blancos a combatir las infecciones.
* CD8: También llamado marcador del linfocito T citotóxico, se expresa en la superficie de los linfocitos T citotóxicos que destruyen directamente las células infectadas o cancerosas.
* CD25: Un marcador de activación que se expresa en la superficie de los linfocitos T activados durante una respuesta inmunitaria.
* CD62L: También conocido como el ligando de selección de linfocitos, se expresa en la superficie de los linfocitos T naive y ayuda a regular su migración hacia los ganglios linfáticos.
* CD45RA y CD45RO: Dos isoformas de la proteína CD45 que se expresan en diferentes subconjuntos de linfocitos T. Los linfocitos T naive expresan CD45RA, mientras que los linfocitos T memoria expresan CD45RO.

Los marcadores de superficie de los linfocitos T se utilizan en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades, como las infecciones virales, los trastornos autoinmunes y los cánceres. También se utilizan en la terapia celular adoptiva, una técnica que implica la extracción, el cultivo y la reinfusión de linfocitos T específicos para combatir una enfermedad concreta.

La prueba de cultivo mixto de linfocitos (MCLT, por sus siglas en inglés) es un procedimiento de laboratorio utilizado en el campo de la inmunología y la medicina de trasplante para evaluar la respuesta de las células inmunes de un individuo a diferentes estímulos. Aunque no existe una definición médica específica de "prueba de cultivo mixto de linfocitos", el término se refiere generalmente al siguiente proceso:

1. Se obtienen muestras de sangre del paciente y de un donante (si es applicable, como en el caso de evaluaciones previas a un trasplante).
2. Los linfocitos (un tipo de glóbulos blancos) se aíslan de las muestras de sangre.
3. Se mezclan los linfocitos del paciente y del donante en una placa de Petri o un tubo de ensayo.
4. Se estimulan las células mezcladas con diferentes antígenos (sustancias que desencadenan una respuesta inmunológica) o mitógenos (agentes que promueven la división celular).
5. Después de un período de incubación, se evalúa la proliferación y actividad de los linfocitos en respuesta a los estímulos.

La prueba de cultivo mixto de linfocitos permite a los médicos y científicos medir la fuerza y especificidad de la respuesta inmunológica de un individuo contra diferentes antígenos, lo que puede ser útil en varias situaciones clínicas, como:

- Evaluar el riesgo de rechazo de un trasplante antes y después del procedimiento.
- Diagnosticar y monitorear enfermedades autoinmunes.
- Determinar la eficacia de los tratamientos inmunosupresores.
- Investigar posibles reacciones adversas a vacunas o fármacos.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la prueba de cultivo mixto de linfocitos tiene limitaciones y no siempre proporciona resultados claros o consistentes. Por lo tanto, se utiliza junto con otros métodos diagnósticos y clínicos para tomar decisiones informadas sobre el manejo del paciente.

Los linfocitos T CD4-positivos, también conocidos como células T helper o Th, son un tipo importante de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico adaptativo. Se llaman CD4 positivos porque expresan la proteína CD4 en su superficie celular.

Estas células T ayudan a coordinar y modular las respuestas inmunitarias específicas contra diversos patógenos, como virus, bacterias e incluso células cancerosas. Lo hacen mediante la activación y regulación de otras células inmunes, como los linfocitos B (que producen anticuerpos) y los linfocitos T citotóxicos (que destruyen directamente las células infectadas o anormales).

Cuando un linfocito T CD4 positivo se activa después de reconocer un antígeno presentado por una célula presentadora de antígenos (APC), se diferencia en varios subconjuntos de células T helper especializadas, como Th1, Th2, Th17 y Treg. Cada uno de estos subconjuntos tiene un perfil de citoquinas distintivo y funciones específicas en la respuesta inmunitaria.

Una disminución significativa en el número o función de los linfocitos T CD4 positivos puede debilitar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones e incluso conducir a enfermedades graves, como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).

Los receptores de interleucina-2 (IL-2R) son un tipo de receptor celular que se une a la citokina interleukina-2, una proteína que desempeña un papel crucial en la activación y proliferación de las células T, un tipo importante de glóbulos blancos involucrados en el sistema inmune. IL-2R está compuesto por tres subunidades distintas: alfa (CD25), beta (CD122) y gamma (CD132). La unión de la interleukina-2 a este receptor desencadena una cascada de eventos intracelulares que conducen a la activación de las células T y su multiplicación, lo que es fundamental para una respuesta inmune efectiva. Los receptores IL-2R también se expresan en otras células del sistema inmunológico, como las células asesinas naturales (NK) y los linfocitos B. La estimulación de estos receptores desempeña un papel importante en la regulación de las respuestas inmunitarias y la homeostasis del sistema inmunológico.

Los Receptores de Antígenos de Linfocitos T (TCR, por sus siglas en inglés) son proteínas transmembrana expresadas en la superficie de los linfocitos T que desempeñan un rol fundamental en el sistema inmune adaptativo. Estos receptores reconocen específicamente fragmentos de péptidos derivados de antígenos extraños presentados por moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC, por sus siglas en inglés) en la superficie de células presentadoras de antígeno.

Los TCR se unen a sus ligandos con alta especificidad y afinidad, lo que desencadena una cascada de señalización intracelular que activa al linfocito T y promueve la respuesta inmunitaria adaptativa. Existen dos grandes tipos de receptores de antígenos en los linfocitos T: el receptor αβ, expresado principalmente en los linfocitos T CD4+ y CD8+ convencionales, y el receptor γδ, expresado en una subpoblación minoritaria de linfocitos T.

La diversidad de los TCR se genera durante el desarrollo de los linfocitos T en el timo mediante procesos de recombinación somática y adición de nucleótidos, lo que resulta en una gran variedad de especificidades antigénicas y la capacidad de reconocer una amplia gama de patógenos.

La citometría de flujo es una técnica de laboratorio que permite analizar y clasificar células u otras partículas pequeñas en suspensión a medida que pasan a través de un haz de luz. Cada célula o partícula se caracteriza por su tamaño, forma y contenido de fluorescencia, lo que permite identificar y cuantificar diferentes poblaciones celulares y sus propiedades.

La citometría de flujo utiliza un haz de luz laser para iluminar las células en suspensión mientras pasan a través del detector. Los componentes celulares, como el ADN y las proteínas, pueden ser etiquetados con tintes fluorescentes específicos que emiten luz de diferentes longitudes de onda cuando se excitan por el haz de luz laser.

Esta técnica es ampliamente utilizada en la investigación y el diagnóstico clínico, especialmente en áreas como la hematología, la inmunología y la oncología. La citometría de flujo puede ser utilizada para identificar y contar diferentes tipos de células sanguíneas, detectar marcadores específicos de proteínas en células individuales, evaluar el ciclo celular y la apoptosis, y analizar la expresión génica y la activación de vías de señalización intracelular.

En resumen, la citometría de flujo es una técnica de análisis avanzada que permite caracterizar y clasificar células u otras partículas pequeñas en suspensión basándose en su tamaño, forma y contenido de fluorescencia. Es una herramienta poderosa en la investigación y el diagnóstico clínico, especialmente en áreas relacionadas con la hematología, la inmunología y la oncología.

Las células Jurkat son una línea celular humana continua derivada de un tumor de linfoma T agudo. Fueron aisladas por primera vez en 1976 y desde entonces se han utilizado ampliamente en la investigación científica, especialmente en el campo de la inmunología y la virología.

Las células Jurkat son células T CD4+ que expresan receptores de células T (TCR) y moléculas coestimuladoras como CD28. Son fácilmente cultivables en el laboratorio y pueden ser estimuladas por diversos agentes, como antígenos o citocinas, para activar su respuesta inmunitaria.

Debido a su naturaleza transformada, las células Jurkat son capaces de proliferar rápidamente y pueden sobrevivir durante largos períodos de tiempo en cultivo. Estas propiedades hacen de ellas un modelo celular útil para el estudio de diversos procesos biológicos, como la activación y señalización de células T, la replicación viral y la apoptosis.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las células Jurkat son células tumorales y no representan necesariamente el comportamiento fisiológico de las células T normales. Por lo tanto, los resultados obtenidos con estas células deben ser interpretados con precaución y validados en sistemas más cercanos a la fisiología humana.

Los subgrupos de linfocitos T, también conocidos como células T helper o supresoras, son subconjuntos especializados de linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos) que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Se diferencian en dos categorías principales: Linfocitos T colaboradores o ayudantes (Th) y linfocitos T supresores o reguladores (Ts).

1. Linfocitos T colaboradores o ayudantes (Th): Estas células T desempeñan un papel clave en la activación y dirección de otras células inmunes, como macrófagos, linfocitos B y otros linfocitos T. Se dividen en varios subgrupos según su perfil de expresión de citocinas y moléculas coestimuladoras, que incluyen:

a. Th1: Produce citocinas como IFN-γ e IL-2, involucradas en la respuesta inmunitaria contra patógenos intracelulares como virus y bacterias.

b. Th2: Secreta citocinas como IL-4, IL-5 e IL-13, desempeñando un papel importante en las respuestas de hipersensibilidad retardada y contra parásitos extracelulares.

c. Th17: Genera citocinas proinflamatorias como IL-17 y IL-22, implicadas en la protección frente a patógenos extracelulares, especialmente hongos y bacterias.

d. Tfh (Linfocitos T foliculares auxiliares): Ayuda a los linfocitos B en la producción de anticuerpos y su diferenciación en células plasmáticas efectoras.

e. Th9: Secreta citocinas como IL-9, involucrada en la respuesta inmunitaria contra parásitos y alergias.

f. Treg (Linfocitos T reguladores): Produce citocinas antiinflamatorias como IL-10 e IL-35, manteniendo la homeostasis del sistema inmune y previniendo enfermedades autoinmunes.

## Referencias

* Murphy KE, Travers P, Walport M, Janeway CA Jr. Janeway's Immunobiology. 8th edition. Garland Science; 2012.*
* Abbas AK, Lichtman AH, Pillai S. Cellular and Molecular Immunology. 8th edition. Saunders; 2014.*

Los linfocitos T citotóxicos, también conocidos como células T asesinas o linfocitos T CD8+, son un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Se desarrollan a partir de células precursoras en el timo y expresan receptores de células T (TCR) y CD8 moleculares en su superficie.

Los linfocitos T citotóxicos pueden reconocer y unirse a células infectadas por virus o células tumorales mediante la interacción entre sus receptores de células T y las proteínas presentadas en el complejo mayor de histocompatibilidad clase I (MHC-I) en la superficie de esas células. Una vez activados, los linfocitos T citotóxicos secretan diversas moléculas, como perforinas y granzimas, que crean poros en las membranas celulares objetivo y desencadenan la apoptosis (muerte celular programada) de esas células.

Además de su función citotóxica directa, los linfocitos T citotóxicos también pueden modular las respuestas inmunes al secretar citoquinas y otros mediadores inflamatorios. Un desequilibrio o disfunción en la población o función de los linfocitos T citotóxicos se ha relacionado con diversas afecciones patológicas, como infecciones virales crónicas, enfermedades autoinmunes y cáncer.

Los ratones consanguíneos C57BL, también conocidos como ratones de la cepa C57BL o C57BL/6, son una cepa inbred de ratones de laboratorio que se han utilizado ampliamente en la investigación biomédica. La designación "C57BL" se refiere al origen y los cruces genéticos específicos que se utilizaron para establecer esta cepa particular.

La letra "C" indica que el ratón es de la especie Mus musculus, mientras que "57" es un número de serie asignado por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) en los Estados Unidos. La "B" se refiere al laboratorio original donde se estableció la cepa, y "L" indica que fue el laboratorio de Little en la Universidad de Columbia.

Los ratones consanguíneos C57BL son genéticamente idénticos entre sí, lo que significa que tienen el mismo conjunto de genes en cada célula de su cuerpo. Esta uniformidad genética los hace ideales para la investigación biomédica, ya que reduce la variabilidad genética y facilita la comparación de resultados experimentales entre diferentes estudios.

Los ratones C57BL son conocidos por su resistencia a ciertas enfermedades y su susceptibilidad a otras, lo que los hace útiles para el estudio de diversas condiciones médicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y las enfermedades neurológicas. Además, se han utilizado ampliamente en estudios de genética del comportamiento y fisiología.

Los ratones consanguíneos BALB/c son una cepa inbred de ratones de laboratorio que se utilizan ampliamente en la investigación biomédica. La designación "consanguíneo" significa que estos ratones se han criado durante muchas generaciones mediante el apareamiento de padres genéticamente idénticos, lo que resulta en una población extremadamente homogénea con un genoma altamente predecible.

La cepa BALB/c, en particular, es conocida por su susceptibilidad a desarrollar tumores y otras enfermedades cuando se exponen a diversos agentes patógenos o estresores ambientales. Esto los convierte en un modelo ideal para estudiar la patogénesis de diversas enfermedades y probar nuevas terapias.

Los ratones BALB/c son originarios del Instituto Nacional de Investigación Médica (NIMR) en Mill Hill, Reino Unido, donde se estableció la cepa a principios del siglo XX. Desde entonces, se han distribuido ampliamente entre los investigadores de todo el mundo y se han convertido en uno de los ratones de laboratorio más utilizados en la actualidad.

Es importante tener en cuenta que, aunque los ratones consanguíneos como BALB/c son valiosos modelos animales para la investigación biomédica, no siempre recapitulan perfectamente las enfermedades humanas. Por lo tanto, los resultados obtenidos en estos animales deben interpretarse y extrapolarse con cautela a los seres humanos.

Los anticuerpos monoclonales son un tipo específico de proteínas producidas en laboratorio que se diseñan para reconocer y unirse a determinadas sustancias llamadas antígenos. Se crean mediante la fusión de células de un solo tipo, o clon, que provienen de una sola célula madre.

Este proceso permite que todos los anticuerpos producidos por esas células sean idénticos y reconozcan un único antígeno específico. Los anticuerpos monoclonales se utilizan en diversas aplicaciones médicas, como la detección y el tratamiento de enfermedades, incluyendo cánceres y trastornos autoinmunes.

En el contexto clínico, los anticuerpos monoclonales pueden administrarse como fármacos para unirse a las células cancerosas o a otras células objetivo y marcarlas para su destrucción por el sistema inmunitario del paciente. También se utilizan en pruebas diagnósticas para detectar la presencia de antígenos específicos en muestras de tejido o fluidos corporales, lo que puede ayudar a confirmar un diagnóstico médico.

Los linfocitos T CD8-positivos, también conocidos como células T citotóxicas o supresoras, son un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Se denominan CD8 positivos porque expresan el marcador de superficie CD8, lo que les permite identificarse y distinguirse de otros tipos de linfocitos T.

Estas células desempeñan un papel fundamental en la detección y eliminación de células infectadas por virus, bacterias intracelulares y células tumorales. Los linfocitos T CD8-positivos reconocen y se unen a las proteínas presentadas en el complejo mayor de histocompatibilidad clase I (CMH-I) en la superficie de las células diana. Una vez que se une, el linfocito T CD8 positivo puede liberar diversas moléculas citotóxicas, como perforinas y granzimas, que crean poros en la membrana celular de la célula diana y desencadenan su apoptosis o muerte programada.

Además de sus funciones citotóxicas, los linfocitos T CD8-positivos también pueden producir y secretar diversas citocinas inflamatorias y reguladoras, como el interferón gamma (IFN-γ) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), que ayudan a coordinar las respuestas inmunitarias adaptativas y a reclutar otros efectores inmunes.

Los linfocitos T CD8-positivos se desarrollan en el timo a partir de células progenitoras comunes de linfocitos T y luego circulan por todo el cuerpo en busca de células diana infectadas o anormales. Su función es fundamental para mantener la homeostasis del sistema inmunitario y proteger al organismo contra diversos patógenos y neoplasias malignas.

La citotoxicidad inmunológica es un proceso en el que las células del sistema inmune identifican y destruyen células específicas, como células infectadas por virus o tumorales. Esto se logra a través de la activación de linfocitos T citotóxicos (LTc) y linfocitos asesinos naturales (NK), que liberan sustancias tóxicas (como perforinas, granzimas y citocinas) para inducir la muerte celular programada o necrosis de las células diana. La citotoxicidad inmunológica es un mecanismo importante en la defensa del cuerpo contra infecciones y el crecimiento descontrolado de células cancerosas.

Los Receptores de Antígenos de Linfocitos B (BCR, por sus siglas en inglés) son complejos proteicos encontrados en la superficie de las células B del sistema inmunitario. Están compuestos por una región variable y una región constante. La región variable es única para cada célula B y puede reconocer y unirse a un antígeno específico, mientras que la región constante interactúa con moléculas del sistema inmune para activar la célula B y desencadenar una respuesta inmunitaria. Los BCR desempeñan un papel crucial en el reconocimiento y la unión a los antígenos extraños, lo que lleva a la activación de las células B y a la producción de anticuerpos específicos para esos antígenos.

Los antígenos de superficie son moléculas presentes en la membrana externa o pared celular de bacterias, virus y otros microorganismos que pueden ser reconocidos por el sistema inmune del huésped. Estos antígenos son específicos de cada tipo de microorganismo y desencadenan una respuesta inmunitaria cuando entran en contacto con el organismo.

En el caso de los virus, los antígenos de superficie se encuentran en la envoltura viral y desempeñan un papel importante en la adhesión del virus a las células huésped y en la activación de la respuesta inmunitaria. En bacterias, los antígenos de superficie pueden incluir proteínas, polisacáridos y lípidos que están involucrados en la interacción con el huésped y en la patogenicidad del microorganismo.

La identificación y caracterización de los antígenos de superficie son importantes para el desarrollo de vacunas y pruebas diagnósticas, ya que permiten la detección específica de microorganismos y la estimulación de una respuesta inmunitaria protectora.

Una línea celular es una población homogénea de células que se han originado a partir de una sola célula y que pueden dividirse indefinidamente en cultivo. Las líneas celulares se utilizan ampliamente en la investigación biomédica, ya que permiten a los científicos estudiar el comportamiento y las características de células específicas en un entorno controlado.

Las líneas celulares se suelen obtener a partir de tejidos o células normales o cancerosas, y se les da un nombre específico que indica su origen y sus características. Algunas líneas celulares son inmortales, lo que significa que pueden dividirse y multiplicarse indefinidamente sin mostrar signos de envejecimiento o senescencia. Otras líneas celulares, sin embargo, tienen un número limitado de divisiones antes de entrar en senescencia.

Es importante destacar que el uso de líneas celulares en la investigación tiene algunas limitaciones y riesgos potenciales. Por ejemplo, las células cultivadas pueden mutar o cambiar con el tiempo, lo que puede afectar a los resultados de los experimentos. Además, las líneas celulares cancerosas pueden no comportarse de la misma manera que las células normales, lo que puede dificultar la extrapolación de los resultados de los estudios in vitro a la situación en vivo. Por estas razones, es importante validar y verificar cuidadosamente los resultados obtenidos con líneas celulares antes de aplicarlos a la investigación clínica o al tratamiento de pacientes.

Los antígenos CD2, también conocidos como LFA-2 (Lymphocyte Function-Associated Antigen 2), son moléculas proteicas que se encuentran en la superficie de células T y algunas células NK (natural killer) en el sistema inmunitario. Forman parte de la familia de las moléculas de adhesión celular y desempeñan un papel importante en la activación y regulación de la respuesta inmunitaria.

La interacción entre los antígenos CD2 y sus ligandos (como el CD58 en células presentadoras de antígenos) ayuda a mediar el reconocimiento y la unión entre las células, lo que facilita la activación de las células T y la respuesta inmunitaria adaptativa. Además, los antígenos CD2 también pueden participar en la transmisión de señales intracelulares y desempeñar un papel en la migración y localización de las células T en el cuerpo.

Los antígenos CD2 se han utilizado como marcadores en investigaciones inmunológicas y también se han considerado como posibles objetivos terapéuticos en enfermedades donde la respuesta inmune está desregulada, como en algunos trastornos autoinmunes y enfermedades inflamatorias.

Las inmunoglobulinas, también conocidas como anticuerpos, son proteínas especializadas producidas por el sistema inmunitario en respuesta a la presencia de sustancias extrañas o antígenos, como bacterias, virus, hongos y toxinas. Están compuestas por cuatro cadenas polipeptídicas: dos cadenas pesadas (H) y dos ligeras (L), unidas por enlaces disulfuro para formar una molécula Y-shaped.

Existen cinco tipos principales de inmunoglobulinas, designadas IgA, IgD, IgE, IgG e IgM, cada una con funciones específicas en la respuesta inmune. Por ejemplo, la IgG es el anticuerpo más abundante en el suero sanguíneo y proporciona inmunidad humoral contra bacterias y virus; la IgA se encuentra principalmente en las secreciones de mucosas y ayuda a proteger los tejidos epiteliales; la IgE está involucrada en las reacciones alérgicas y la defensa contra parásitos; la IgD participa en la activación de células B y la respuesta inmune; y la IgM es el primer anticuerpo producido durante una respuesta primaria y se encarga de aglutinar y neutralizar patógenos.

Las inmunoglobulinas pueden administrarse terapéuticamente para tratar diversas afecciones, como déficits inmunitarios, enfermedades autoinmunes, intoxicaciones y algunos tipos de cáncer.

La transducción de señal en un contexto médico y biológico se refiere al proceso por el cual las células convierten un estímulo o señal externo en una respuesta bioquímica o fisiológica específica. Esto implica una serie de pasos complejos que involucran varios tipos de moléculas y vías de señalización.

El proceso generalmente comienza con la unión de una molécula señalizadora, como un neurotransmisor o una hormona, a un receptor específico en la membrana celular. Esta interacción provoca cambios conformacionales en el receptor que activan una cascada de eventos intracelulares.

Estos eventos pueden incluir la activación de enzimas, la producción de segundos mensajeros y la modificación de proteínas intracelulares. Finalmente, estos cambios llevan a una respuesta celular específica, como la contracción muscular, la secreción de hormonas o la activación de genes.

La transducción de señal es un proceso fundamental en muchas funciones corporales, incluyendo la comunicación entre células, la respuesta a estímulos externos e internos, y la coordinación de procesos fisiológicos complejos.

Lectinas, en términos médicos y bioquímicos, se definen como un grupo de proteínas o glucoproteínas que poseen la capacidad de reversiblemente y específicamente unirse a carbohidratos o glúcidos. Estas moléculas están ampliamente distribuidas en la naturaleza y se encuentran en una variedad de fuentes, incluyendo plantas, animales e incluso microorganismos.

Las lectinas tienen la habilidad de aglutinar células, como los eritrocitos, y precipitar polisacáridos, glicoproteínas o glucolípidos gracias a su unión con los carbohidratos. Su nombre proviene del latín "legere", que significa seleccionar, dado que literalmente "seleccionan" los carbohidratos con los que interactuar.

Existen diferentes tipos de lectinas clasificadas según su especificidad de unión a determinados azúcares y la estructura tridimensional de su sitio activo, como las manosa-específicas, galactosa-específicas, N-acetilglucosamina-específicas y fucosa-específicas.

En el campo médico, las lectinas han despertado interés por su potencial aplicación en diversas áreas, como la diagnosis de enfermedades, la terapia dirigida y el desarrollo de vacunas. No obstante, también se les ha relacionado con posibles efectos tóxicos e inmunogénicos, por lo que su uso requiere un cuidadoso estudio y análisis.

El interferón gamma (IFN-γ) es una citocina que pertenece a la familia de las interleucinas y es fundamental en la respuesta inmunitaria adaptativa. Es producido principalmente por los linfocitos T activados (CD4+ Th1 y CD8+), células NK y células NKT.

La función principal del IFN-γ es regular las respuestas inmunitarias, actuando como un potente mediador en la defensa contra virus, bacterias intracelulares y protozoos. Además, desempeña un papel crucial en la activación de macrófagos, aumentando su capacidad microbicida y fosforilando las proteínas asociadas a la presentación de antígenos, lo que mejora la presentación de péptidos a los linfocitos T.

El IFN-γ también participa en la regulación de la diferenciación y función de diversas células inmunes, como linfocitos B, monocitos, macrófagos y células dendríticas. Otras funciones importantes del IFN-γ incluyen la inducción de la apoptosis en células tumorales, inhibición de la replicación viral y modulación de la respuesta inflamatoria.

La disfunción o deficiencia en la producción o señalización de IFN-γ se ha relacionado con un mayor riesgo de infecciones recurrentes, especialmente por micobacterias y otros patógenos intracelulares, así como con un aumento en la susceptibilidad al desarrollo de cáncer y enfermedades autoinmunes.

Las Células Asesinas Naturales (Natural Killer, NK, cells en inglés) son un tipo de glóbulos blancos que juegan un papel crucial en el sistema inmunitario. A diferencia de los linfocitos T citotóxicos, que requieren la activación mediante la presentación de antígenos a través del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC), las células NK pueden reconocer y destruir células infectadas por virus o células tumorales sin necesidad de esta activación previa.

Las células NK utilizan una variedad de mecanismos para identificar células anormales, incluyendo la ausencia o disminución de la expresión de moléculas MHC de clase I en las superficies celulares y la detección de señales de estrés celular. Una vez activadas, las células NK liberan diversas sustancias citotóxicas, como perforinas y granzimas, que crean poros en la membrana plasmática de la célula diana y provocan su muerte.

Además de sus funciones citotóxicas directas, las células NK también pueden secretar diversas citoquinas y quimiocinas, como el interferón-gamma (IFN-γ) y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), que ayudan a coordinar y reforzar la respuesta inmune. Las células NK desempeñan un papel importante en la protección contra infecciones virales, la vigilancia contra el desarrollo de células tumorales y la regulación de la respuesta inmunitaria.

Los Linfocitos Infiltrantes de Tumor (LITs) se refieren a un grupo heterogéneo de leucocitos que se acumulan en el sitio de un tumor sólido. Estos linfocitos, principalmente linfocitos T y B, desempeñan un papel crucial en la respuesta inmune del huésped contra las células tumorales. Los LITs pueden ser clasificados como linfocitos citolíticos activados, linfocitos reguladores o linfocitos T helper, cada uno con diferentes funciones y efectos sobre la progresión del cáncer. Algunos estudios sugieren que una alta infiltración de linfocitos en el tumor se asocia con un pronóstico más favorable en varios tipos de cáncer, aunque este fenómeno puede ser dependentependiente del tipo y localización del tumor. Por lo tanto, la evaluación de los LITs puede tener implicaciones clínicas importantes en el diagnóstico, pronóstico e incluso en el tratamiento del cáncer.

El recuento de leucocitos, también conocido como cuenta de glóbulos blancos (WBC), es un examen de laboratorio que mide el número de glóbulos blancos en una muestra de sangre. Los glóbulos blancos son elementos celulares importantes del sistema inmunológico que ayudan a proteger al cuerpo contra infecciones y enfermedades.

Un recuento normal de leucocitos suele estar entre 4,500 y 11,000 células por microlitro (μL) de sangre en adultos. Sin embargo, este rango puede variar ligeramente según la edad, el sexo y la salud general del individuo.

Un recuento bajo de glóbulos blancos se denomina leucopenia, mientras que un recuento alto se conoce como leucocitosis. Ambas condiciones pueden ser indicativas de diversas afecciones médicas, desde infecciones y enfermedades inflamatorias hasta trastornos malignos del sistema hematopoyético, como la leucemia. Por lo tanto, es importante realizar un seguimiento cuidadoso de los resultados de las pruebas de recuento de leucocitos y discutirlos con un profesional médico capacitado para obtener una interpretación adecuada y un plan de manejo oportuno.

Los ganglios linfáticos son estructuras pequeñas, ovaladas o redondeadas que forman parte del sistema linfático. Se encuentran dispersos por todo el cuerpo, especialmente en concentraciones alrededor de las áreas donde los vasos linfáticos se unen con las venas, como el cuello, las axilas e ingles.

Su función principal es filtrar la linfa, un líquido transparente que drena de los tejidos corporales, antes de que regrese al torrente sanguíneo. Los ganglios linfáticos contienen células inmunes, como linfocitos y macrófagos, que ayudan a combatir las infecciones al destruir los gérmenes y otras sustancias extrañas que se encuentran en la linfa.

Cuando el sistema inmunitario está activado por una infección o inflamación, los ganglios linfáticos pueden aumentar de tamaño debido al incremento del número de células inmunes y vasos sanguíneos en respuesta a la invasión de patógenos. Este proceso es normal y desaparece una vez que el cuerpo ha combatido la infección o inflamación.

Las citocinas son moléculas de señalización que desempeñan un papel crucial en la comunicación celular y el modular de respuestas inmunitarias. Se producen principalmente por células del sistema inmunológico, como los leucocitos, aunque también pueden ser secretadas por otras células en respuesta a diversos estímulos.

Las citocinas pueden ser clasificadas en diferentes grupos según su estructura y función, entre los que se encuentran las interleuquinas (IL), factor de necrosis tumoral (TNF), interferones (IFN) e interacciones de moléculas del complemento.

Las citocinas desempeñan un papel fundamental en la regulación de la respuesta inmunitaria, incluyendo la activación y proliferación de células inmunes, la diferenciación celular, la quimiotaxis y la apoptosis (muerte celular programada). También están involucradas en la comunicación entre células del sistema inmune y otras células del organismo, como las células endoteliales y epiteliales.

Las citocinas pueden actuar de forma autocrina (sobre la misma célula que las produce), paracrina (sobre células cercanas) o endocrina (a distancia a través del torrente sanguíneo). Su acción se lleva a cabo mediante la unión a receptores específicos en la superficie celular, lo que desencadena una cascada de señalización intracelular y la activación de diversas vías metabólicas.

La producción y acción de citocinas están cuidadosamente reguladas para garantizar una respuesta inmunitaria adecuada y evitar reacciones excesivas o dañinas. Sin embargo, en algunas situaciones, como las infecciones graves o enfermedades autoinmunitarias, la producción de citocinas puede estar desregulada y contribuir al desarrollo de patologías.

Los Datos de Secuencia Molecular se refieren a la información detallada y ordenada sobre las unidades básicas que componen las moléculas biológicas, como ácidos nucleicos (ADN y ARN) y proteínas. Esta información está codificada en la secuencia de nucleótidos en el ADN o ARN, o en la secuencia de aminoácidos en las proteínas.

En el caso del ADN y ARN, los datos de secuencia molecular revelan el orden preciso de las cuatro bases nitrogenadas: adenina (A), timina/uracilo (T/U), guanina (G) y citosina (C). La secuencia completa de estas bases proporciona información genética crucial que determina la función y la estructura de genes y proteínas.

En el caso de las proteínas, los datos de secuencia molecular indican el orden lineal de los veinte aminoácidos diferentes que forman la cadena polipeptídica. La secuencia de aminoácidos influye en la estructura tridimensional y la función de las proteínas, por lo que es fundamental para comprender su papel en los procesos biológicos.

La obtención de datos de secuencia molecular se realiza mediante técnicas experimentales especializadas, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), la secuenciación de ADN y las técnicas de espectrometría de masas. Estos datos son esenciales para la investigación biomédica y biológica, ya que permiten el análisis de genes, genomas, proteínas y vías metabólicas en diversos organismos y sistemas.

La inmunidad celular es una forma de respuesta inmune adaptativa que involucra la activación de células T, también conocidas como linfocitos T, para destruir directa o indirectamente las células infectadas por patógenos o células cancerosas. La activación de estas células se produce en el timo (por eso el término "T" en células T) y luego migran a los tejidos periféricos donde pueden detectar células anormales.

Hay dos tipos principales de células T: las células T helper (Th) y las células citotóxicas (TC). Las células Th ayudan a activar otras células inmunes, como macrófagos y células B, mientras que las TC pueden destruir directamente las células infectadas o tumorales.

La inmunidad celular juega un papel crucial en la protección contra virus y bacterias intracelulares, así como en la lucha contra el cáncer. La memoria inmune también es una característica clave de la inmunidad celular, lo que significa que después de la exposición a un patógeno específico, el sistema inmune puede recordarlo y responder más rápida y eficazmente en futuras exposiciones.

Los receptores inmunológicos son moléculas especializadas que se encuentran en las células del sistema inmunitario. Su función principal es reconocer y responder a diversos estímulos, como antígenos (sustancias extrañas al cuerpo), señales químicas o células dañadas.

Existen diferentes tipos de receptores inmunológicos, entre los que se incluyen:

1. Receptores de reconocimiento de patrones (PRR, por sus siglas en inglés): Estos receptores están presentes principalmente en células del sistema innato, como neutrófilos, macrófagos y células dendríticas. Reconocen patrones moleculares conservados asociados a patógenos (PAMPs), que son característicos de microorganismos como bacterias, hongos y virus. Algunos ejemplos de PRR incluyen los receptores tipo Toll (TLR) y los receptores NOD-like (NLR).

2. Receptores de células T: Las células T son un componente clave del sistema inmune adaptativo. Existen dos tipos principales de receptores de células T: receptores de células T CD4+ (o ayudadores) y receptores de células T CD8+ (o citotóxicos). Estos receptores reconocen antígenos presentados por moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) en la superficie de células infectadas o dañadas. La unión de un receptor de célula T con su ligando desencadena una respuesta inmunitaria específica contra el antígeno correspondiente.

3. Receptores B: Las células B producen anticuerpos y desempeñan un papel crucial en la respuesta inmune adaptativa. Los receptores de células B se encuentran en la superficie de estas células y reconocen antígenos libres en circulación. Tras la activación, las células B pueden diferenciarse en células plasmáticas y secretar anticuerpos específicos para el antígeno reconocido.

4. Receptores de citocinas: Los receptores de citocinas son proteínas transmembrana que se unen a citocinas, moléculas señalizadoras importantes en la regulación de la respuesta inmunitaria. Algunos ejemplos de receptores de citocinas incluyen los receptores de interleucina-1 (IL-1), IL-2, IL-6, IL-10 y factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α). La unión de una citocina con su receptor desencadena una cascada de señalización intracelular que regula la expresión génica y la respuesta celular.

En conjunto, estos diferentes tipos de receptores inmunológicos desempeñan un papel fundamental en la detección, clasificación y eliminación de patógenos y células dañinas, así como en la regulación de la respuesta inmunitaria.

La inmunofenotipificación es una técnica de laboratorio utilizada en patología y hematología clínicas para identificar y caracterizar diferentes tipos de células inmunes, como los leucocitos (glóbulos blancos), mediante el análisis de sus marcadores celulares de superficie. Esta técnica se basa en la utilización de anticuerpos monoclonales marcados con moléculas fluorescentes, que se unen específicamente a los marcadores de superficie de las células.

La inmunofenotipificación permite determinar el fenotipo celular, es decir, el perfil de expresión de proteínas de membrana y citoplásmicas que identifican a cada tipo de célula inmunitaria. De esta manera, se pueden diferenciar y cuantificar los distintos subconjuntos de células inmunes presentes en una muestra, como por ejemplo, linfocitos T, linfocitos B, células NK, monocitos, macrófagos, eosinófilos, basófilos y neutrófilos.

Esta técnica es especialmente útil en el diagnóstico y seguimiento de enfermedades hematológicas y oncohematológicas, como leucemias y linfomas, ya que permite identificar las células neoplásicas y determinar su grado de madurez, diferenciación y proliferación. Además, también se utiliza en el estudio de enfermedades autoinmunes, infecciosas y alergias, así como en la evaluación de la respuesta a los tratamientos inmunoterápicos.

El término "antígeno-1 asociado a función de linfocito" (ALFA-1) se refiere específicamente al antígeno presente en los linfocitos T activados, que es un marcador de la activación inmunológica. El ALFA-1 está compuesto por dos proteínas, CD69 y CD71, que se expresan en la superficie de los linfocitos T después de su activación. La expresión de estos antígenos es una respuesta a estímulos inmunológicos como las infecciones o la vacunación.

La proteína CD69 se expresa rápidamente en la superficie de los linfocitos T después de su activación y desempeña un papel importante en la regulación de la respuesta inmunológica temprana. Por otro lado, la proteína CD71 se expresa más tarde durante el proceso de activación y está involucrada en el transporte de hierro y la proliferación celular.

En resumen, el término "antígeno-1 asociado a función de linfocito" se refiere a los marcadores proteicos CD69 y CD71 que se expresan en la superficie de los linfocitos T activados, lo que indica una respuesta inmunológica en curso.

La ciclosporina es un fármaco inmunosupresor que se utiliza para suprimir el sistema inmunitario del cuerpo. Se deriva de un hongo llamado Tolypocladium inflatum ganó popularidad en la década de 1980 como un tratamiento para prevenir el rechazo de órganos trasplantados, ya que inhibe la respuesta del cuerpo contra el tejido extraño.

Más recientemente, se ha descubierto que las ciclosporinas también pueden ser eficaces en el tratamiento de varias afecciones autoinmunes, como la artritis reumatoide, la psoriasis y el eccema severo. Funciona al interferir con la capacidad de las células T (un tipo particular de glóbulos blancos) para producir proteínas llamadas citocinas, que desencadenan respuestas inflamatorias en el cuerpo.

Aunque la ciclosporina ha demostrado ser una herramienta valiosa en el tratamiento de diversas afecciones médicas, su uso no está exento de riesgos. Los efectos secundarios comunes incluyen hipertensión arterial, aumento de peso, temblores y náuseas. El uso prolongado también puede dar lugar a problemas renales y hepáticos. Por lo tanto, los pacientes que toman ciclosporina requieren un seguimiento médico cuidadoso para minimizar estos riesgos.

Los antígenos CD45, también conocidos como proteínas de leucocitos comunes (LCA), son una clase de moléculas transmembrana altamente glicosiladas que se expresan en todos los leucocitos (glóbulos blancos) maduros. Están involucrados en la señalización y regulación de la actividad inmunológica.

Existen varias isoformas de CD45, dependiendo del tipo y estado de diferenciación de las células inmunes. La isoforma CD45RA se expresa predominantemente en células T naivas y células B maduras, mientras que la isoforma CD45RO se encuentra en células T activadas y memoria.

Los antígenos CD45 desempeñan un papel crucial en la activación de las células T mediante el proceso de fosforilación y desfosforilación de proteínas intracelulares, lo que regula la transducción de señales y la actividad celular.

La determinación de los niveles y patrones de expresión de CD45 puede ser útil en el diagnóstico y monitoreo de diversas enfermedades inmunológicas, como las neoplasias hematológicas y las enfermedades autoinmunes.

Los leucocitos mononucleares (LMCs) son un tipo de glóbulos blancos o leucocitos que incluyen linfocitos y monocitos. Estas células desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico, ayudando a proteger al cuerpo contra las infecciones y otras enfermedades.

Los linfocitos son células importantes en la respuesta inmune adaptativa y se dividen en dos categorías principales: linfocitos T (que desempeñan un papel importante en la respuesta inmunitaria celular) y linfocitos B (que producen anticuerpos como parte de la respuesta inmunitaria humoral).

Los monocitos, por otro lado, son células grandes con un núcleo irregular que desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico innato. Se diferencian en macrófagos y células dendríticas una vez que entran en los tejidos periféricos, donde ayudan a eliminar los patógenos y presentar antígenos a las células T helper para activar la respuesta inmunitaria adaptativa.

Los LMCs se pueden contar en una prueba de laboratorio llamada recuento diferencial de glóbulos blancos (WBC), que mide el número y el tipo de diferentes tipos de leucocitos en una muestra de sangre. Un aumento en el recuento de LMCs puede indicar diversas condiciones clínicas, como infecciones, inflamación o trastornos hematológicos.

La transfusión de linfocitos es un procedimiento médico en el que se transfunden linfocitos (un tipo de glóbulos blancos) de un donante a un receptor. Este procedimiento se utiliza principalmente en el contexto del tratamiento de ciertos trastornos del sistema inmunológico, como algunos tipos de déficits inmunitarios primarios o secundarios, enfermedades autoinmunes y ciertos tipos de cáncer, como la leucemia linfocítica.

Los linfocitos del donante se recolectan previamente a través de una técnica llamada aféresis, que consiste en separar los componentes sanguíneos mediante centrifugación y extraer el plasma rico en linfocitos. Luego, este plasma se filtra para eliminar cualquier célula contaminante y se introduce en el receptor.

El objetivo de la transfusión de linfocitos es restaurar o mejorar la función inmunológica del receptor, ya sea mediante la provisión de células inmunes funcionales adicionales o a través de la inducción de una respuesta inmune específica contra patógenos o células tumorales. Sin embargo, este procedimiento conlleva ciertos riesgos, como la posibilidad de reacciones adversas transfusionales, la transmisión de enfermedades infecciosas y el desarrollo de una respuesta inmunológica contra los linfocitos del donante. Por lo tanto, se requieren precauciones cuidadosas y un seguimiento estrecho después del procedimiento.

En toxicología y farmacología, la frase "ratones noqueados" (en inglés, "mice knocked out") se refiere a ratones genéticamente modificados que han tenido uno o más genes "apagados" o "noqueados", lo que significa que esos genes específicos ya no pueden expresarse. Esto se logra mediante la inserción de secuencias génicas específicas, como un gen marcador y un gen de resistencia a antibióticos, junto con una secuencia que perturba la expresión del gen objetivo. La interrupción puede ocurrir mediante diversos mecanismos, como la inserción en el medio de un gen objetivo, la eliminación de exones cruciales o la introducción de mutaciones específicas.

Los ratones noqueados se utilizan ampliamente en la investigación biomédica para estudiar las funciones y los roles fisiológicos de genes específicos en diversos procesos, como el desarrollo, el metabolismo, la respuesta inmunitaria y la patogénesis de enfermedades. Estos modelos ofrecen una forma poderosa de investigar las relaciones causales entre los genes y los fenotipos, lo que puede ayudar a identificar nuevas dianas terapéuticas y comprender mejor los mecanismos moleculares subyacentes a diversas enfermedades.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el proceso de creación de ratones noqueados puede ser complicado y costoso, y que la eliminación completa o parcial de un gen puede dar lugar a fenotipos complejos y potencialmente inesperados. Además, los ratones noqueados pueden tener diferentes respuestas fisiológicas en comparación con los organismos que expresan el gen de manera natural, lo que podría sesgar o limitar la interpretación de los resultados experimentales. Por lo tanto, es crucial considerar estas limitaciones y utilizar métodos complementarios, como las técnicas de edición génica y los estudios con organismos modelo alternativos, para validar y generalizar los hallazgos obtenidos en los ratones noqueados.

Las glicoproteínas de membrana son moléculas complejas formadas por un componente proteico y un componente glucídico (o azúcar). Se encuentran en la membrana plasmática de las células, donde desempeñan una variedad de funciones importantes.

La parte proteica de la glicoproteína se sintetiza en el retículo endoplásmico rugoso y el aparato de Golgi, mientras que los glúcidos se adicionan en el aparato de Golgi. La porción glucídica de la molécula está unida a la proteína mediante enlaces covalentes y puede estar compuesta por varios tipos diferentes de azúcares, como glucosa, galactosa, manosa, fucosa y ácido sialico.

Las glicoproteínas de membrana desempeñan un papel crucial en una variedad de procesos celulares, incluyendo la adhesión celular, la señalización celular, el transporte de moléculas a través de la membrana y la protección de la superficie celular. También pueden actuar como receptores para las hormonas, los factores de crecimiento y otros mensajeros químicos que se unen a ellas e inician una cascada de eventos intracelulares.

Algunas enfermedades están asociadas con defectos en la síntesis o el procesamiento de glicoproteínas de membrana, como la enfermedad de Pompe, la enfermedad de Tay-Sachs y la fibrosis quística. El estudio de las glicoproteínas de membrana es importante para comprender su función normal y los mecanismos patológicos que subyacen a estas enfermedades.

La timidina es un nucleósido natural que se forma mediante la unión de la base nitrogenada timina con la desoxirribosa, un azúcar pentosa. Es un componente fundamental de los ácidos nucleicos, como el ADN, donde desempeña un papel crucial en la replicación y transcripción del material genético. La timidina se sintetiza en el organismo a partir de la timina y la desoxirribosa, o se puede obtener a través de la dieta, especialmente de los alimentos ricos en ácidos nucleicos, como algunos tipos de pescado y lácteos. No tiene un rol específico en la medicina, pero su déficit o exceso pueden tener consecuencias negativas para el organismo, afectando procesos celulares vitales.

Los isoantígenos son antígenos que difieren entre individuos de la misma especie. Estos antígenos se encuentran comúnmente en los glóbulos rojos y otras células sanguíneas, y desencadenan una respuesta inmunitaria cuando son transferidos de un individuo a otro dentro de la misma especie. Los isoantígenos también se conocen como antígenos de histocompatibilidad o simplemente como "tipos sanguíneos". Las reacciones contra isoantígenos pueden causar complicaciones graves en trasplantes de órganos y transfusiones de sangre, a menos que el donante y el receptor sean compatibles en términos de estos antígenos.

La tolerancia inmunológica es un estado en el que el sistema inmunitario de un organismo reconoce y no responde a determinados antígenos, como los propios del cuerpo (autoantígenos) o aquellos presentes en sustancias benignas como los alimentos o las bacterias intestinales simbióticas. Esta es una condición fundamental para mantener la homeostasis y prevenir reacciones autoinmunes dañinas, alergias u otras respuestas excesivas del sistema inmunitario. La tolerancia inmunológica se desarrolla y mantiene mediante mecanismos complejos que involucran diversas células y moléculas especializadas en la regulación de las respuestas inmunes.

Los antígenos son sustancias extrañas al organismo que pueden ser detectadas por el sistema inmunitario, desencadenando una respuesta inmunitaria. Estas sustancias se encuentran normalmente en bacterias, virus, hongos y parásitos, pero también pueden provenir de células u tejidos propios del cuerpo en caso de enfermedades autoinmunitarias.

Los antígenos están compuestos por proteínas, carbohidratos o lípidos que se unen a anticuerpos específicos producidos por los linfocitos B, lo que lleva a la activación del sistema inmune y la producción de células efectoras como los linfocitos T citotóxicos y las células asesinas naturales.

La respuesta inmunitaria contra los antígenos puede ser humoral, mediante la producción de anticuerpos, o celular, mediante la activación de linfocitos T citotóxicos que destruyen células infectadas o cancerosas. La capacidad de un organismo para reconocer y responder a los antígenos es fundamental para su supervivencia y protección contra enfermedades infecciosas y otras patologías.

Los factores de transcripción NFATC (Nuclear Factor of Activated T-cells, Cytoplasmic) son una subfamilia de factores de transcripción que se activan en respuesta a diversos estímulos celulares, especialmente señales mitógeno-activadas y de calciom Movilización. Los miembros de esta familia, NFATC1 (también conocido como NFAT2), NFATC2, NFATC3 (también conocido como NFAT4) y NFATC4, contienen una región homóloga rica en arginina llamada región de repetición de dedos de zinc (ZnF-RR) que es responsable de su unión al DNA.

En condiciones basales, los factores de transcripción NFATC se localizan predominantemente en el citoplasma en un estado inactivo y fosforilado. Después de la activación celular, las vías de señalización desfosforilan a los factores de transcripción NFATC, lo que permite su translocación al núcleo y la unión a secuencias específicas de DNA en los promotores o enhancers de genes diana. Esto resulta en la regulación positiva o negativa de la expresión génica, desempeñando un papel crucial en diversos procesos biológicos, como el desarrollo y función inmunológica, la diferenciación celular y la proliferación y apoptosis celular.

Las mutaciones en los genes que codifican para los factores de transcripción NFATC se han relacionado con varias enfermedades humanas, como el síndrome de auto inmunidad adquirida ligada al cromosoma X (XLAI) y la enfermedad de injerto contra huésped (GvHD).

Las Células Presentadoras de Antígenos (CPA) son un tipo especializado de células inmunes que tienen el papel crucial de procesar y presentar antígenos (proteínas extrañas) a las células T del sistema inmune, activándolas para desencadenar una respuesta inmunitaria específica contra patógenos invasores como virus, bacterias o tumores. Existen dos tipos principales de CPA: las células dendríticas y los macrófagos, aunque también pueden actuar como CPA las células B y algunos linfocitos T.

El proceso de presentación de antígenos implica la internalización y el procesamiento de proteínas extrañas en fragmentos peptídicos, los cuales son cargados y expuestos en la superficie celular sobre moléculas especializadas llamadas Complejos Mayores de Histocompatibilidad (CMH) de clase I o II. Las células T reconocen estos fragmentos presentados por las CPA mediante sus receptores de antígeno, lo que desencadena su activación y la posterior respuesta inmunitaria adaptativa.

La división celular es un proceso biológico fundamental en los organismos vivos, donde una célula madre se divide en dos células hijas idénticas. Este mecanismo permite el crecimiento, la reparación y la reproducción de tejidos y organismos. Existen dos tipos principales de división celular: mitosis y meiosis.

En la mitosis, la célula madre duplica su ADN y divide su citoplasma para formar dos células hijas genéticamente idénticas. Este tipo de división celular es común en el crecimiento y reparación de tejidos en organismos multicelulares.

Por otro lado, la meiosis es un proceso más complejo que ocurre durante la producción de gametos (óvulos y espermatozoides) en organismos sexualmente reproductoras. Implica dos rondas sucesivas de división celular, resultando en cuatro células hijas haploides con la mitad del número de cromosomas que la célula madre diploide. Cada par de células hijas es genéticamente único debido a los procesos de recombinación y segregación aleatoria de cromosomas durante la meiosis.

En resumen, la división celular es un proceso fundamental en el que una célula se divide en dos o más células, manteniendo o reduciendo el número de cromosomas. Tiene un papel crucial en el crecimiento, desarrollo, reparación y reproducción de los organismos vivos.

El término "recubrimiento inmunológico" se utiliza en la medicina y la biología para describir un fenómeno donde la superficie de un tejido u órgano se recubre con proteínas inmunes, generalmente inmunoglobulinas o anticuerpos. Este proceso es una parte importante del sistema inmunitario y ayuda a proteger al cuerpo contra infecciones y enfermedades.

En condiciones normales, las células del sistema inmune, como los linfocitos B, producen anticuerpos en respuesta a la presencia de antígenos (sustancias extrañas que provocan una respuesta inmunitaria). Estos anticuerpos se unen a los antígenos para marcarlos para su destrucción por otras células inmunitarias. En el proceso de recubrimiento inmunológico, estos anticuerpos se unen a la superficie de las células u órganos, formando una capa protectora.

Este fenómeno es particularmente importante en el sistema digestivo, donde la mucosa intestinal está constantemente expuesta a una gran cantidad de antígenos procedentes de los alimentos y las bacterias. El recubrimiento inmunológico ayuda a mantener la integridad de la barrera intestinal y a prevenir la entrada de patógenos en el torrente sanguíneo.

Sin embargo, en algunas condiciones patológicas, como las enfermedades autoinmunitarias, el recubrimiento inmunológico puede desempeñar un papel perjudicial. En estas enfermedades, el sistema inmune produce anticuerpos contra los propios tejidos y órganos del cuerpo, lo que puede llevar a la inflamación y al daño tisular.

Los antígenos CD4, también conocidos como marcadores CD4 o moléculas de cluster de diferenciación 4, son proteínas que se encuentran en la superficie de ciertas células inmunes, específicamente los linfocitos T helper o Th. Estas proteínas desempeñan un papel crucial en la activación y regulación de la respuesta inmune adaptativa del organismo.

Los antígenos CD4 interactúan con las moléculas presentadoras de antígenos (MHC de clase II) ubicadas en la superficie de células presentadoras de antígenos, como las células dendríticas y macrófagos. Esta interacción permite que los linfocitos T CD4 reconozcan y respondan a diversos patógenos, como virus, bacterias y hongos.

La infección por el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) se caracteriza por una destrucción selectiva de los linfocitos T CD4, lo que conduce a un deterioro progresivo del sistema inmune y aumenta la susceptibilidad a diversas infecciones oportunistas y cánceres. Por esta razón, el recuento de células CD4 se utiliza como indicador del estado y la progresión de la infección por VIH en los pacientes infectados.

Los Receptores de Antígenos son estructuras proteicas presentes en la superficie de las células del sistema inmune, como los linfocitos B y T, que reconocen y se unen a moléculas extrañas o antígenos. Estos receptores desempeñan un papel crucial en la activación de respuestas inmunes específicas contra patógenos invasores, como bacterias y virus.

En los linfocitos B, el receptor de antígeno es un complejo proteico llamado receptor de células B (BCR), que consta de una región variable (que varía entre diferentes linajes de linfocitos B) y una región constante. Cuando un BCR se une a un antígeno específico, esto desencadena una cascada de señalización que conduce a la activación del linfocito B y al inicio de la producción de anticuerpos específicos contra ese antígeno.

En los linfocitos T, el receptor de antígeno es un complejo proteico llamado receptor de células T (TCR), que también consta de una región variable y una región constante. Sin embargo, a diferencia de los BCR, los TCR no reconocen directamente los antígenos; en su lugar, reconocen fragmentos de antígenos presentados en la superficie de células presentadoras de antígenos (APC) en combinación con moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC). Cuando un TCR se une a un complejo MHC-antígeno, esto desencadena una cascada de señalización que conduce a la activación del linfocito T y al inicio de la respuesta inmunitaria adaptativa.

En resumen, los receptores de antígenos son estructuras proteicas clave en el sistema inmune que desempeñan un papel fundamental en la detección y eliminación de patógenos y células dañadas.

El virus del moquillo canino, también conocido como parvovirus canino, es un patógeno que causa una enfermedad infecciosa grave en perros y otros cánidos. Es un virus resistente que se transmite a través del contacto directo o indirecto con heces infectadas.

El virus del moquillo canino afecta principalmente al sistema gastrointestinal, causando diarrea severa, vómitos y deshidratación. También puede afectar al sistema nervioso central, provocando síntomas neurológicos como temblores musculares, convulsiones e incluso parálisis en casos graves.

El virus es muy resistente en el medio ambiente y puede sobrevivir durante varios meses en superficies contaminadas. La enfermedad se previene mediante la vacunación regular de los perros, que se considera una de las vacunas más importantes para mantener la salud de los animales domésticos.

Los síntomas de la enfermedad suelen aparecer entre 3 y 10 días después del contagio y pueden incluir fiebre, letargia, pérdida de apetito, dolor abdominal, diarrea severa y vómitos. En casos graves, la deshidratación y el shock pueden ser fatales.

El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre o heces, que detectan la presencia del virus o sus anticuerpos. El tratamiento es principalmente de apoyo y consiste en rehidratar al animal, controlar los vómitos y la diarrea, y prevenir las infecciones secundarias. En casos graves, puede ser necesaria la hospitalización.

La secuencia de aminoácidos se refiere al orden específico en que los aminoácidos están unidos mediante enlaces peptídicos para formar una proteína. Cada proteína tiene su propia secuencia única, la cual es determinada por el orden de los codones (secuencias de tres nucleótidos) en el ARN mensajero (ARNm) que se transcribe a partir del ADN.

Las cadenas de aminoácidos pueden variar en longitud desde unos pocos aminoácidos hasta varios miles. El plegamiento de esta larga cadena polipeptídica y la interacción de diferentes regiones de la misma dan lugar a la estructura tridimensional compleja de las proteínas, la cual desempeña un papel crucial en su función biológica.

La secuencia de aminoácidos también puede proporcionar información sobre la evolución y la relación filogenética entre diferentes especies, ya que las regiones conservadas o similares en las secuencias pueden indicar una ascendencia común o una función similar.

Los ratones consanguíneos son un tipo especial de roedores que se utilizan en la investigación científica, particularmente en estudios relacionados con la genética y las enfermedades. Estos ratones se producen mediante el apareamiento de dos ratones que están estrechamente relacionados, generalmente hermanos, durante varias generaciones.

La consanguinidad prolongada conduce a una disminución de la diversidad genética, lo que resulta en una alta probabilidad de que los ratones de una misma camada hereden los mismos alelos (variantes de genes) de sus padres. Esto permite a los investigadores estudiar el efecto de un gen específico en un fondo genético uniforme, ya que otros factores genéticos que podrían influir en los resultados están controlados o minimizados.

Los ratones consanguíneos se utilizan ampliamente en modelos animales de enfermedades humanas, incluyendo cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y neurológicas, entre otras. Estos modelos ayudan a los científicos a entender mejor los mecanismos subyacentes de las enfermedades y probar nuevos tratamientos antes de llevar a cabo ensayos clínicos en humanos.

Los monocitos son glóbulos blancos (leucocitos) que forman parte del sistema inmunitario y desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria. Son producidos en la médula ósea y posteriormente circulan por el torrente sanguíneo, donde representan alrededor del 5-10% de los leucocitos totales.

Los monocitos tienen un tamaño relativamente grande (entre 12-20 micrómetros de diámetro) y presentan un núcleo irregularmente lobulado o reniforme. Carecen de gránulos específicos en su citoplasma, a diferencia de otros leucocitos como los neutrófilos o las eosinófilos.

Una vez que los monocitos entran en tejidos periféricos, se diferencian en macrófagos y células dendríticas, que desempeñan funciones importantes en la fagocitosis (ingestión y destrucción) de agentes patógenos, la presentación de antígenos a las células T y la regulación de respuestas inflamatorias.

En definitiva, los monocitos son un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel fundamental en el sistema inmunitario, participando en la eliminación de patógenos y en la modulación de respuestas inflamatorias.

No puedo encontrar una definición médica específica para "Mitógenos de la Hierba Carmin", ya que no es un término médico ampliamente utilizado o reconocido en la literatura médica o científica. Es posible que desee verificar si se trata de un término específico y menos conocido, o si hay algún error en la escritura o terminología.

Sin embargo, puedo proporcionarte información sobre los mitógenos y la hierba caramín por separado:

1. Mitógenos: Son sustancias que pueden estimular el crecimiento y división celular, particularmente en células del tejido conectivo como los linfocitos. Los mitógenos se utilizan a menudo en investigación médica y científica para estudiar la respuesta inmunológica y la proliferación celular. Un ejemplo común de un mitógeno es la proteína bacteriana llamada lipopolisacárido (LPS).

2. Hierba Caramín: También conocida como Anthoxanthum odoratum, es una especie de hierba perenne que se encuentra en Europa, Asia y partes del norte de África. A veces se la conoce como "hierba dulce" o "hierba violeta" debido a su aroma dulce y fragante. Tradicionalmente, se ha utilizado en la medicina popular para tratar diversas afecciones, como problemas digestivos e inflamación.

Si desea obtener información más precisa sobre los "Mitógenos de la Hierba Carmin", le recomiendo que consulte fuentes especializadas o se comunique con expertos en el campo de la botánica, farmacología o investigación médica.

El virus del sarampión, también conocido como morbillivirus de la especie *Morbillivirus del género Paramyxoviridae*, es un agente infeccioso que causa la enfermedad del sarampión en humanos. Es altamente contagioso y se propaga principalmente a través de gotitas en el aire que resultan de la tos y estornudos de personas infectadas.

El virus tiene un diámetro de aproximadamente 120-250 nanómetros y está compuesto por una envoltura lipídica exterior que contiene proteínas virales, incluida la hemaglutinina y la neuraminidasa, que son esenciales para la entrada y propagación del virus en las células huésped. El material genético del virus se encuentra dentro de una nucleocapside helicoidal compuesta por proteínas y ARN monocatenario de sentido negativo.

La infección por el virus del sarampión comienza en las vías respiratorias superiores y puede causar síntomas como fiebre alta, tos, coriza (nariz que moquea), conjuntivitis y manchas blancas en la parte posterior de la garganta (signo de Koplik). Después de un período de incubación de aproximadamente 10-14 días, aparece una erupción cutánea que comienza en la cara y el cuello y se extiende al resto del cuerpo.

El sarampión es una enfermedad prevenible por vacunación. La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) se administra generalmente en dos dosis y ofrece una protección eficaz contra la infección por el virus del sarampión.

La separación celular es un proceso en el que las células se dividen en dos células hijas distintas. Es un proceso fundamental en la biología y está involucrado en el crecimiento, la reparación de tejidos y la reproducción. El proceso implica la duplicación del ADN, la división del centrosoma, la mitosis (división del núcleo) y la citocinesis (división del citoplasma). La separación celular adecuada es crucial para el mantenimiento de la integridad del tejido y la homeostasis. Anomalías en este proceso pueden conducir a una variedad de condiciones médicas, como el cáncer.

La autoinmunidad es un estado anormal en el que el sistema inmunitario del cuerpo humano, que normalmente defiende al organismo contra los invasores externos como bacterias y virus, comienza a atacar y dañar células, tejidos y órganos propios. Esto ocurre cuando el sistema inmunitario identifica erróneamente a las proteínas y moléculas presentes en las células y tejidos del cuerpo como extraños y produce anticuerpos y células inmunes específicas para atacarlos.

Este trastorno puede causar una variedad de enfermedades autoinmunes, que varían en gravedad e impacto en la salud. Algunas de estas enfermedades son leves y solo afectan a un órgano específico, mientras que otras pueden ser sistémicas y dañar múltiples órganos y tejidos.

Algunos ejemplos comunes de enfermedades autoinmunes incluyen la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la esclerosis múltiple, la diabetes tipo 1, la enfermedad de Graves y la tiroiditis de Hashimoto. El tratamiento de las enfermedades autoinmunes generalmente implica la supresión del sistema inmunitario para controlar los síntomas y prevenir el daño adicional a los tejidos y órganos.

Los antígenos de diferenciación son marcadores proteicos específicos que se encuentran en la superficie o dentro de las células y ayudan a identificar y caracterizar su tipo, función y estado de diferenciación. En el contexto médico, particularmente en patología y oncología, los antígenos de diferenciación se utilizan como herramientas diagnósticas para clasificar y distinguir diferentes tipos de células normales y cancerosas.

En las células cancerosas, el proceso de diferenciación a menudo está alterado, lo que resulta en la expresión anormal o la pérdida de antígenos de diferenciación específicos. La evaluación de estos marcadores puede proporcionar información valiosa sobre el origen y el grado de malignidad del tumor, así como sobre su respuesta esperada a diversos tratamientos.

Un ejemplo bien conocido de antígenos de diferenciación en oncología son los marcadores de células neuroendocrinas, como la sinaptofisina, la cromogranina A y la proteína neuronal específica en (NSE). Estos antígenos se expresan en células neuroendocrinas normales y también en tumores neuroendocrinos malignos, lo que ayuda a los médicos a confirmar el diagnóstico y monitorear la progresión de la enfermedad.

En resumen, los antígenos de diferenciación son proteínas específicas que ayudan a identificar y caracterizar tipos y estados de células. En el contexto médico, desempeñan un papel crucial en el diagnóstico, la clasificación y el tratamiento de diversas enfermedades, especialmente los cánceres.

El tejido linfoide, también conocido como tejido linfático, es un tipo de tejido conjuntivo especializado que desempeña funciones importantes en el sistema inmunitario. Se compone de células inmunes, principalmente linfocitos (linfocitos B y T), así como células presentadoras de antígenos, macrófagos, fibroblastos y vasos sanguíneos y linfáticos.

El tejido linfoide se encuentra en todo el cuerpo, pero la mayor concentración se encuentra en los órganos linfoides primarios (médula ósea y timo) y secundarios (ganglios linfáticos, bazo, amígdalas y tejido linfoide asociado a mucosas).

Las funciones principales del tejido linfoide incluyen la producción de células inmunes, la presentación de antígenos, la activación y proliferación de linfocitos, y la eliminación de patógenos y células dañadas. Además, el tejido linfoide desempeña un papel importante en la respuesta inmunitaria adaptativa, lo que permite al cuerpo desarrollar una memoria inmune específica contra patógenos particulares.

Los antígenos CD28 son moléculas proteicas encontradas en la superficie de los linfocitos T, un tipo importante de glóbulos blancos del sistema inmunológico. La proteína CD28 se une a otras proteínas llamadas ligandos CD80 y CD86, que se encuentran en las células presentadoras de antígenos (APC), como las células dendríticas y los macrófagos.

La unión de la proteína CD28 con sus ligandos desempeña un papel crucial en la activación de los linfocitos T, ya que proporciona un importante estímulo coestimulatorio necesario para la activación completa y diferenciación de estas células. La estimulación a través del CD28 promueve la producción de citocinas, la expresión de moléculas de adhesión y la proliferación de linfocitos T, lo que contribuye a una respuesta inmunitaria eficaz contra patógenos invasores.

Sin embargo, la activación excesiva o no regulada de los linfocitos T también puede desempeñar un papel en el desarrollo de enfermedades autoinmunitarias y trastornos inflamatorios. Por lo tanto, los antígenos CD28 y su vía de señalización son objetivos importantes para la investigación y el desarrollo de terapias inmunomoduladoras y antiinflamatorias.

La Inmunoglobulina M (IgM) es un tipo de anticuerpo que desempeña un papel crucial en el sistema inmunitario humano. Es la primera línea de defensa del cuerpo contra las infecciones y actúa rápidamente después de que una sustancia extraña, como un virus o bacteria, ingresa al organismo.

Las IgM son grandes moléculas producidas por los linfocitos B (un tipo de glóbulo blanco) en respuesta a la presencia de antígenos, que son sustancias extrañas que desencadenan una respuesta inmunitaria. Las IgM se unen específicamente a los antígenos y ayudan a neutralizarlos o marcarlos para su destrucción por otras células del sistema inmunitario.

Las IgM están compuestas de cinco unidades idénticas de moléculas de inmunoglobulina, lo que les confiere una alta avidez (afinidad) por el antígeno y una gran capacidad para activar el sistema del complemento, una serie de proteínas plasmáticas que trabajan juntas para destruir las células infectadas.

Las IgM se encuentran principalmente en el plasma sanguíneo y los líquidos corporales, como la linfa y el líquido sinovial. Su producción aumenta rápidamente durante una infección aguda y luego disminuye a medida que otras clases de anticuerpos, como las IgG, toman el relevo en la defensa contra la infección.

En resumen, la Inmunoglobulina M es un tipo importante de anticuerpo que desempeña un papel fundamental en la detección y eliminación de sustancias extrañas y patógenos del cuerpo humano.

Los Linfocitos T colaboradores-inductores, también conocidos como Linfocitos T CD4+ o Linfocitos T auxiliares, son un tipo importante de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico adaptativo. Ayudan a regular las respuestas inmunitarias y a coordinar la actividad de otros tipos de células inmunes.

Los linfocitos T colaboradores-inductores son activados por las células presentadoras de antígeno (CPA) en los ganglios linfáticos, donde reconocen y se unen a un fragmento de proteína presentado en la superficie de una CPA en un complejo denominado Complejo Mayor de Histocompatibilidad Clase II (CMH-II). Una vez activados, los linfocitos T colaboradores-inductores pueden diferenciarse en varios subconjuntos especializados, como las células Th1, Th2, Th17 y Treg, cada una de las cuales tiene un papel distinto en la respuesta inmunitaria.

Las células Th1 son importantes para combatir las infecciones intracelulares causadas por virus y bacterias; las células Th2 desempeñan un papel crucial en la respuesta a los parásitos y alergias; las células Th17 están involucradas en la defensa contra hongos y algunas bacterias, pero también se asocian con enfermedades autoinmunes; y las células Treg ayudan a regular la respuesta inmunitaria y previenen el desarrollo de enfermedades autoinmunes.

En resumen, los linfocitos T colaboradores-inductores son un tipo importante de células inmunes que desempeñan un papel fundamental en la activación y regulación de las respuestas inmunitarias adaptativas contra patógenos y sustancias extrañas.

La ionomicina es un agente químico que se utiliza en investigación científica, particularmente en estudios relacionados con la biología celular. Se trata de un compuesto ionóforo que puede transportar iones a través de membranas celulares. Más específicamente, la ionomicina forma complejos con calcio (Ca2+) y facilita su transporte desde el exterior al interior de las células.

En un contexto médico o clínico, la ionomicina no se utiliza generalmente como un fármaco o terapia directa en pacientes. Sin embargo, sus propiedades de modulación del calcio pueden ser aprovechadas en investigaciones biomédicas para entender mejores los procesos celulares y las vías de señalización que involucran al calcio, lo que a su vez puede contribuir al desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas.

Es importante mencionar que el manejo y uso de la ionomicina deben ser realizados por personal capacitado y en un entorno controlado, dada su naturaleza potencialmente reactiva y tóxica para las células si no se utiliza adecuadamente.

Las células dendríticas son un tipo de células inmunes especializadas en la presentación de antígenos, que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Se originan a partir de los monocitos de la médula ósea y se encuentran en todo el cuerpo, particularmente en las áreas de contacto con el exterior, como la piel, los pulmones, el intestino y los tejidos linfoides.

Las células dendríticas tienen un aspecto distintivo, con procesos ramificados y extensiones que se asemejan a las ramas de un árbol, lo que les permite capturar eficazmente los antígenos del entorno. Una vez que han internalizado los antígenos, las células dendríticas los procesan y los presentan en su superficie celular mediante moléculas conocidas como complejos mayor de histocompatibilidad (CMH).

Esta presentación de antígenos permite que las células dendríticas activen y dirijan a otras células inmunes, como los linfocitos T y B, para que respondan específicamente al antígeno presentado. Las células dendríticas también producen y secretan una variedad de citokinas y quimiocinas que ayudan a regular y coordinar las respuestas inmunes.

Además de su papel en la activación del sistema inmunitario adaptativo, las células dendríticas también desempeñan un papel importante en la tolerancia inmunológica, ayudando a prevenir las respuestas autoinmunes excesivas y mantener el equilibrio homeostático del sistema inmunitario.

El ARN mensajero (ARNm) es una molécula de ARN que transporta información genética copiada del ADN a los ribosomas, las estructuras donde se producen las proteínas. El ARNm está formado por un extremo 5' y un extremo 3', una secuencia codificante que contiene la información para construir una cadena polipeptídica y una cola de ARN policitol, que se une al extremo 3'. La traducción del ARNm en proteínas es un proceso fundamental en la biología molecular y está regulado a niveles transcripcionales, postranscripcionales y de traducción.

Las lectinas tipo C son un tipo específico de proteínas que se encuentran en diversos organismos, incluyendo plantas y animales. En un sentido médico o bioquímico, las lectinas tipo C se definen como un grupo de lectinas que pueden unirse a carbohidratos específicos y desempeñan varios roles importantes en los procesos fisiológicos y patológicos.

Las lectinas tipo C tienen una estructura distintiva y se unen preferentemente a carbohidratos que contienen residuos de galactosa, como el disacárido galactosa-N-acetilglucosamina (Gal-GlcNAc). Estas lectinas desempeñan diversas funciones en los organismos, como la defensa contra patógenos, la interacción celular y la modulación del sistema inmunitario.

En el contexto médico, las lectinas tipo C han llamado la atención por su posible participación en diversas afecciones de salud. Por ejemplo, se ha sugerido que las lectinas tipo C presentes en algunos alimentos, como los frijoles y las legumbres, pueden desempeñar un papel en el desarrollo de síntomas gastrointestinales desagradables, como hinchazón, diarrea y flatulencia, cuando se consumen en grandes cantidades. Sin embargo, la evidencia al respecto es limitada y controversial.

En resumen, las lectinas tipo C son un grupo de proteínas que se unen a carbohidratos específicos y desempeñan diversas funciones en los organismos vivos. Aunque han surgido preocupaciones sobre su posible papel en ciertas afecciones de salud, es necesario realizar más investigaciones para comprender plenamente sus efectos y su importancia clínica.

La definición médica de ADN (Ácido Desoxirribonucleico) es el material genético que forma la base de la herencia biológica en todos los organismos vivos y algunos virus. El ADN se compone de dos cadenas de nucleótidos, formadas por una molécula de azúcar (desoxirribosa), un grupo fosfato y cuatro tipos diferentes de bases nitrogenadas: adenina (A), timina (T), guanina (G) y citosina (C). Las dos cadenas se enrollan entre sí para formar una doble hélice, con las bases emparejadas entre ellas mediante enlaces de hidrógeno: A siempre se empareja con T, y G siempre se empareja con C.

El ADN contiene los genes que codifican la mayoría de las proteínas del cuerpo humano, así como información adicional sobre su expresión y regulación. La secuencia específica de las bases en el ADN determina la estructura y función de las proteínas, lo que a su vez influye en los rasgos y características del organismo.

El ADN se replica antes de que una célula se divida, creando dos copias idénticas de cada cromosoma para la célula hija. También puede experimentar mutaciones, o cambios en su secuencia de bases, lo que puede dar lugar a variaciones genéticas y posibles trastornos hereditarios.

La investigación del ADN ha tenido un gran impacto en el campo médico, permitiendo la identificación de genes asociados con enfermedades específicas, el diagnóstico genético prenatal y el desarrollo de terapias génicas para tratar enfermedades hereditarias.

Las proteínas adaptadoras de señalización CARD son un tipo de proteínas que desempeñan un papel crucial en la transducción de señales y la activación de respuestas celulares específicas, especialmente en el contexto del sistema inmunitario.

CARD es una abreviatura de "Caspase Recruitment Domain" (Dominio de Reclutamiento de Caspasas), que se refiere a una región estructural dentro de la proteína que puede interactuar y unirse con otras proteínas que contienen dominios similares. Estos dominios CARD permiten la formación de complejos proteicos multiproteicos, lo que facilita la activación de diversas vías de señalización celular.

Las proteínas adaptadoras de señalización CARD están involucradas en la regulación de varias respuestas celulares, como la apoptosis (muerte celular programada), la inflammasoma activación y la respuesta inmunitaria. Un ejemplo bien conocido de una proteína adaptadora de señalización CARD es la proteína ASC (Apoptosis-associated Speck-like protein containing a CARD), que desempeña un papel fundamental en la activación del inflamasoma y la producción de citocinas proinflamatorias.

En resumen, las proteínas adaptadoras de señalización CARD son un tipo de proteínas que participan en la transducción de señales y la activación de respuestas celulares específicas, especialmente en el contexto del sistema inmunitario. Su función principal es facilitar la formación de complejos proteicos multiproteicos a través de sus dominios CARD, lo que permite la activación de diversas vías de señalización celular.

Los linfocitos T reguladores, también conocidos como células T reguladoras o células Treg, son un subconjunto especializado de células T CD4+ que desempeñan un papel crucial en la modulación y mantenimiento de la tolerancia inmunológica. Ayudan a prevenir respuestas autoinmunes excesivas, hipersensibilidad y procesos inflamatorios al suprimir o regular la actividad de otros linfocitos efectores.

Las células Treg expresan marcadores de superficie distintivos, como el receptor de moléculas CD25 (IL-2Rα) y la fosfoatasa transmembrana FoxP3, que desempeña un papel fundamental en su diferenciación y función supresora. Estas células pueden desarrollarse en el timo (células Treg thimus-dependientes) o inducirse en respuesta a antígenos en el tejido periférico (células Treg inducidas).

La supresión de las células Treg se lleva a cabo mediante diversos mecanismos, como la secreción de citocinas inhibitorias (como IL-10 e IL-35), el consumo de IL-2, el contacto celular directo y la inducción de apoptosis en células diana. La disfunción o alteración en el número y función de las células Treg se ha relacionado con diversas enfermedades autoinmunes, alergias e infecciones crónicas.

Los macrófagos son un tipo de glóbulo blanco (leucocito) que forma parte del sistema inmunitario. Su nombre proviene del griego, donde "macro" significa grande y "fago" significa comer. Los macrófagos literalmente se tragan (fagocitan) las células dañinas, los patógenos y los desechos celulares. Son capaces de detectar, engullir y destruir bacterias, virus, hongos, parásitos, células tumorales y otros desechos celulares.

Después de la fagocitosis, los macrófagos procesan las partes internas de las sustancias engullidas y las presentan en su superficie para que otras células inmunes, como los linfocitos T, puedan identificarlas e iniciar una respuesta inmune específica. Los macrófagos también producen varias citocinas y quimiocinas, que son moléculas de señalización que ayudan a regular la respuesta inmunitaria y a reclutar más células inmunes al sitio de la infección o lesión.

Los macrófagos se encuentran en todo el cuerpo, especialmente en los tejidos conectivos, los pulmones, el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos. Tienen diferentes nombres según su localización, como los histiocitos en la piel y los osteoclastos en los huesos. Además de su función inmunitaria, también desempeñan un papel importante en la remodelación de tejidos, la cicatrización de heridas y el mantenimiento del equilibrio homeostático del cuerpo.

Los Receptores de Superficie Celular son estructuras proteicas especializadas en la membrana plasmática de las células que reciben y transducen señales químicas del entorno externo al interior de la célula. Estos receptores interactúan con diversas moléculas señal, como hormonas, neurotransmisores, factores de crecimiento y anticuerpos, mediante un proceso conocido como unión ligando-receptor. La unión del ligando al receptor desencadena una cascada de eventos intracelulares que conducen a diversas respuestas celulares, como el crecimiento, diferenciación, movilidad y apoptosis (muerte celular programada). Los receptores de superficie celular se clasifican en varias categorías según su estructura y mecanismo de transducción de señales, que incluyen receptores tirosina quinasa, receptores con actividad tirosina quinasa intrínseca, receptores acoplados a proteínas G, receptores nucleares y receptores de canales iónicos. La comprensión de la estructura y función de los receptores de superficie celular es fundamental para entender los procesos fisiológicos y patológicos en el cuerpo humano y tiene importantes implicaciones en el desarrollo de terapias dirigidas a modular su actividad en diversas enfermedades, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos neurológicos.

El recuento de linfocitos CD4, también conocido como conteo de células T CD4 o prueba de recuento de células CD4, es un análisis de sangre que mide la cantidad de linfocitos CD4 en una muestra de sangre. Los linfocitos CD4, también llamados células T helper o células TH, son un tipo importante de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico y ayudan a combatir las infecciones.

Las personas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) necesitan realizar periódicamente este análisis, ya que el VIH destruye selectivamente los linfocitos CD4 y provoca un debilitamiento del sistema inmunitario. El recuento de linfocitos CD4 se utiliza como indicador del estado inmunológico de una persona con VIH y ayuda a monitorizar la eficacia del tratamiento antirretroviral (TAR).

Un recuento normal de linfocitos CD4 en adultos suele ser de entre 500 y 1.200 células por milímetro cúbico (mm³) de sangre. Cuando el recuento de linfocitos CD4 desciende por debajo de 200 células/mm³, la persona con VIH corre un mayor riesgo de desarrollar infecciones oportunistas y otras complicaciones relacionadas con el sistema inmunitario.

Los antígenos HLA-DR son un tipo de proteínas presentes en la superficie de las células humanas, específicamente en el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) de clase II. Forman parte del sistema inmunitario y desempeñan un papel crucial en la presentación de antígenos a los linfocitos T helper, una subpoblación de glóbulos blancos que juegan un rol central en la respuesta inmunitaria adaptativa.

Los antígenos HLA-DR son altamente polimórficos, lo que significa que existen muchas variaciones diferentes de estas proteínas en la población humana. Esta diversidad genética permite una mejor capacidad del sistema inmune para reconocer y responder a una amplia gama de patógenos.

La determinación de los antígenos HLA-DR es importante en el contexto de trasplantes de órganos y tejidos, ya que desempeñan un papel fundamental en la compatibilidad entre donante y receptor. La presencia de incompatibilidades entre los antígenos HLA-DR del donante y el receptor puede aumentar el riesgo de rechazo del injerto y disminuir la supervivencia del trasplante.

La adhesión celular es el proceso por el cual las células interactúan y se unen entre sí o con otras estructuras extrañas, a través de moléculas de adhesión específicas en la membrana plasmática. Este proceso desempeña un papel fundamental en una variedad de procesos biológicos, como el desarrollo embrionario, la homeostasis tisular, la reparación y regeneración de tejidos, así como en la patogénesis de diversas enfermedades, como la inflamación y el cáncer.

Las moléculas de adhesión celular pueden ser de dos tipos: selectinas y integrinas. Las selectinas son proteínas que se unen a carbohidratos específicos en la superficie de otras células o en proteoglicanos presentes en la matriz extracelular. Por otro lado, las integrinas son proteínas transmembrana que se unen a proteínas de la matriz extracelular, como el colágeno, la fibronectina y la laminina.

La adhesión celular está mediada por una serie de eventos moleculares complejos que involucran la interacción de las moléculas de adhesión con otras proteínas intracelulares y la reorganización del citoesqueleto. Este proceso permite a las células mantener su integridad estructural, migrar a través de diferentes tejidos, comunicarse entre sí y responder a diversos estímulos.

En resumen, la adhesión celular es un proceso fundamental en la biología celular que permite a las células interactuar y unirse entre sí o con otras estructuras, mediante la interacción de moléculas de adhesión específicas en la membrana plasmática.

La secuencia de bases, en el contexto de la genética y la biología molecular, se refiere al orden específico y lineal de los nucleótidos (adenina, timina, guanina y citosina) en una molécula de ADN. Cada tres nucleótidos representan un codón que especifica un aminoácido particular durante la traducción del ARN mensajero a proteínas. Por lo tanto, la secuencia de bases en el ADN determina la estructura y función de las proteínas en un organismo. La determinación de la secuencia de bases es una tarea central en la genómica y la biología molecular moderna.

La diferenciación celular es un proceso biológico en el que las células embrionarias inicialmente indiferenciadas se convierten y se especializan en tipos celulares específicos con conjuntos únicos de funciones y estructuras. Durante este proceso, las células experimentan cambios en su forma, tamaño, función y comportamiento, así como en el paquete y la expresión de sus genes. La diferenciación celular está controlada por factores epigenéticos, señalización intracelular y extracelular, y mecanismos genéticos complejos que conducen a la activación o desactivación de ciertos genes responsables de las características únicas de cada tipo celular. Los ejemplos de células diferenciadas incluyen neuronas, glóbulos rojos, células musculares y células epiteliales, entre otras. La diferenciación celular es un proceso fundamental en el desarrollo embrionario y también desempeña un papel importante en la reparación y regeneración de tejidos en organismos maduros.

La depleción linfocítica es un término médico que se refiere a una disminución anormal en el número de linfolocitos, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria del cuerpo. Los linfocitos incluyen linfolocitos B, que producen anticuerpos, y linfolocitos T, que ayudan a coordinar la respuesta inmune y destruyen células infectadas o cancerosas.

La depleción linfocítica puede ser causada por diversas condiciones médicas, como enfermedades infecciosas graves (como el VIH/SIDA), trastornos autoinmunes, cánceres que afectan la médula ósea o el sistema linfático (como la leucemia y el linfoma), y algunos tratamientos médicos, como la quimioterapia y la radioterapia.

Los síntomas de la depleción linfocítica pueden incluir infecciones recurrentes, fatiga, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre que miden el recuento de glóbulos blancos y la proporción de diferentes tipos de linfocitos. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir antibióticos, terapia inmunológica o trasplante de células madre.

Las células clonales se refieren a un grupo de células que son genéticamente idénticas y derivan de una sola célula original, lo que se conoce como clona. Este proceso es fundamental en el desarrollo y la homeostasis de los tejidos y órganos en todos los organismos multicelulares.

En el contexto médico, el término "células clonales" a menudo se utiliza en relación con trastornos hematológicos y del sistema inmunológico, como la leucemia y el linfoma. En estas enfermedades, las células cancerosas o anormales experimentan una proliferación clonal descontrolada y no regulada, lo que lleva a la acumulación de un gran número de células clonales anormales en la sangre o los tejidos linfoides.

El análisis de las células clonales puede ser útil en el diagnóstico y el seguimiento del tratamiento de estas enfermedades, ya que permite identificar y caracterizar las células cancerosas o anormales y evaluar la eficacia de los diferentes tratamientos. Además, el estudio de las células clonales puede proporcionar información importante sobre los mecanismos moleculares que subyacen al desarrollo y la progresión de estas enfermedades, lo que puede ayudar a identificar nuevas dianas terapéuticas y a desarrollar tratamientos más eficaces.

La apoptosis es un proceso programado de muerte celular que ocurre de manera natural en las células multicelulares. Es un mecanismo importante para el desarrollo, la homeostasis y la respuesta inmunitaria normal. La apoptosis se caracteriza por una serie de cambios citológicos controlados, incluyendo contracción celular, condensación nuclear, fragmentación del ADN y formación de vesículas membranosas que contienen los restos celulares, las cuales son posteriormente eliminadas por células especializadas sin desencadenar una respuesta inflamatoria. La apoptosis puede ser activada por diversos estímulos, como daño celular, falta de factores de supervivencia, activación de receptores de muerte y exposición a radiaciones o quimioterapia.

La Inmunoglobulina G (IgG) es un tipo de anticuerpo, una proteína involucrada en la respuesta inmune del cuerpo. Es el tipo más común de anticuerpos encontrados en el torrente sanguíneo y es producida por células B plasmáticas en respuesta a la presencia de antígenos (sustancias extrañas que provocan una respuesta inmunitaria).

La IgG se caracteriza por su pequeño tamaño, solubilidad y capacidad de cruzar la placenta. Esto último es particularmente importante porque proporciona inmunidad pasiva a los fetos y recién nacidos. La IgG desempeña un papel crucial en la neutralización de toxinas, la aglutinación de bacterias y virus, y la activación del complemento, un sistema de proteínas que ayuda a eliminar patógenos del cuerpo.

Hay cuatro subclases de IgG (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4) que difieren en su estructura y función específicas. Las infecciones bacterianas y virales suelen inducir respuestas de IgG, lo que hace que este tipo de anticuerpos sea particularmente importante en la protección contra enfermedades infecciosas.

La caléndula, cuyo nombre científico es Calendula officinalis, es una planta perteneciente a la familia de las asteráceas. También es conocida como "maravilla" o "flor de los médicos". Originaria de Europa meridional y oriental, se cultiva en jardines por sus hermosas flores anaranjadas o amarillas.

En el ámbito medicinal, las partes aéreas de la caléndula se utilizan para preparar diversos remedios. La infusión de flores y hojas se emplea como antiinflamatorio, antimicrobiano y cicatrizante en procesos dérmicos como quemaduras, úlceras o heridas. Además, puede tener propiedades analgésicas, vulnerarias y calmantes.

En dermatología, los extractos de caléndula se utilizan en cremas, ungüentos e incluso jabones para tratar afecciones cutáneas como eccemas, dermatitis o acné. También puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor en picaduras de insectos u otras irritaciones dérmicas.

Es importante recalcar que cualquier uso medicinal de la caléndula debe estar supervisado por un profesional sanitario, ya que pueden existir interacciones con otros fármacos o contraindicaciones en determinados casos.

El complejo receptor-CD3 del antígeno de linfocito T es una estructura proteica integral presente en la membrana plasmática de los linfocitos T, un tipo importante de glóbulos blancos involucrados en el sistema inmune adaptativo. Este complejo desempeña un papel crucial en la activación y regulación de la respuesta inmunológica celular mediada por linfocitos T.

El complejo receptor-CD3 del antígeno de linfocito T está formado por varias subunidades proteicas, incluidas CD3γ, CD3δ, CD3ε y CD3ζ, que se unen al receptor específico del antígeno de linfocitos T (TCR) para formar el complejo funcional. El TCR reconoce y se une a los péptidos presentados por las moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) en la superficie de las células presentadoras de antígenos, lo que desencadena una cascada de señales intracelulares para activar al linfocito T.

Las subunidades CD3 del complejo receptor-CD3 del antígeno de linfocito T contienen dominios ITAM (motivo de activación de la tirosina intracelular) que, una vez fosforilados por las cinasas dependientes de señales inmunorreceptoras (ITK), reclutan y activan otras proteínas adaptadoras y enzimas, lo que lleva a la activación del linfocito T. Este proceso desencadena una respuesta inmune específica contra células infectadas o neoplásicas, contribuyendo así a la defensa del organismo contra patógenos y enfermedades.

En resumen, el complejo receptor-CD3 del antígeno de linfocito T es una estructura proteica crucial en la activación de los linfocitos T, desempeñando un papel fundamental en la regulación y ejecución de las respuestas inmunes adaptativas.

La formación de anticuerpos, también conocida como respuesta humoral, es un proceso fundamental del sistema inmune adaptativo que involucra la producción de moléculas proteicas específicas llamadas anticuerpos o inmunoglobulinas. Estos anticuerpos son sintetizados por células B (linfocitos B) en respuesta a la presencia de un antígeno extraño, el cual puede ser una sustancia extraña que ingresa al cuerpo, como una bacteria, virus, toxina o proteína extraña.

El proceso de formación de anticuerpos comienza cuando un antígeno se une a un receptor específico en la superficie de una célula B. Esta interacción activa a la célula B, lo que resulta en su proliferación y diferenciación en dos tipos celulares distintos: células plasmáticas y células B de memoria. Las células plasmáticas son las encargadas de sintetizar y secretar grandes cantidades de anticuerpos idénticos al receptor que inicialmente se unió al antígeno. Por otro lado, las células B de memoria permanecen en el organismo durante largos periodos, listas para responder rápidamente si el mismo antígeno vuelve a entrar en contacto con el cuerpo.

Los anticuerpos secretados por las células plasmáticas tienen la capacidad de unirse específicamente al antígeno que indujo su producción, marcándolo para ser eliminado por otros componentes del sistema inmune, como los fagocitos. Además, los anticuerpos pueden neutralizar directamente a ciertos tipos de patógenos, impidiendo que se unan a las células diana o bloqueando su capacidad para infectar y dañar las células del huésped.

En resumen, la formación de anticuerpos es una parte crucial de la respuesta inmune adaptativa, ya que proporciona al organismo una memoria inmunológica que le permite reconocer y responder rápidamente a patógenos específicos que han infectado el cuerpo en el pasado.

La interleucina-4 (IL-4) es una citocina que desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico y se produce principalmente por células CD4+ Th2, mastocitos y eosinófilos. Es una proteína pequeña, secretada y codificada por el gen IL4 en humanos.

La interleucina-4 tiene varias funciones importantes:

1. Estimula la proliferación y diferenciación de células B, lo que conduce a la producción de anticuerpos, especialmente los de tipo IgE, desempeñando un papel central en las respuestas inmunitarias mediadas por hipersensibilidad.

2. Promueve la diferenciación de células T helper 2 (Th2) a partir de células T naivas y suprime la activación y proliferación de células Th1, lo que desempeña un papel en el equilibrio entre las respuestas inmunitarias Th1 y Th2.

3. Induce la producción de moléculas de adhesión y quimiocinas por macrófagos y células endoteliales, lo que facilita la migración y activación de células inflamatorias en los sitios de infección o lesión.

4. Estimula la producción de factores de crecimiento y diferenciación por fibroblastos y células epiteliales, desempeñando un papel en el crecimiento y reparación de tejidos.

Debido a su amplia gama de efectos, la interleucina-4 se ha involucrado en una variedad de procesos fisiológicos y patológicos, como la alergia, el asma, las enfermedades inflamatorias intestinales, los trastornos autoinmunes y el cáncer.

Los antígenos de histocompatibilidad de clase II son un tipo de proteínas encontradas en la superficie de células presentadoras de antígeno (APC) en humanos y otros vertebrados. Forman parte del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) y desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo al presentar fragmentos de proteínas extrañas a los linfocitos T helper (Th), lo que desencadena una respuesta inmunitaria específica.

Las moléculas de clase II MHC se expresan principalmente en células presentadoras de antígeno profesionales, como macrófagos, células dendríticas y linfocitos B. Están codificadas por genes del locus HLA (Human Leukocyte Antigen) en humanos, localizados en el cromosoma 6p21.3.

Los antígenos de histocompatibilidad de clase II están compuestos por dos cadenas polipeptídicas: la cadena alfa (α) y la cadena beta (β). Existen diferentes alelos para cada cadena, lo que da como resultado una gran diversidad de moléculas de clase II MHC en la población. Las cadenas α y β se unen para formar un heterodímero que sobresale de la membrana celular.

El proceso de presentación de antígenos por parte de las moléculas de clase II MHC implica la internalización de proteínas extrañas a través del proceso de endocitosis o fagocitosis. Dentro del endosoma o lisosoma, las proteínas se degradan en fragmentos peptídicos por la acción de las proteasas. Los fragmentos peptídicos se unen a las moléculas de clase II MHC dentro del compartimento intracelular denominado vesícula de presentación de antígenos (APC, por sus siglas en inglés). Posteriormente, la vesícula se fusiona con la membrana celular, y los complejos MHC-peptídico son expuestos en la superficie celular para su reconocimiento por parte de las células T CD4+ helper.

La presentación de antígenos a través de las moléculas de clase II MHC desempeña un papel crucial en la activación de las respuestas inmunes adaptativas, especialmente en la activación de las células T CD4+ helper y la inducción de la producción de anticuerpos por parte de las células B. Además, las moléculas de clase II MHC también pueden estar involucradas en la presentación de autoantígenos, lo que puede contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes.

La cinética en el contexto médico y farmacológico se refiere al estudio de la velocidad y las rutas de los procesos químicos y fisiológicos que ocurren en un organismo vivo. Más específicamente, la cinética de fármacos es el estudio de los cambios en las concentraciones de drogas en el cuerpo en función del tiempo después de su administración.

Este campo incluye el estudio de la absorción, distribución, metabolismo y excreción (conocido como ADME) de fármacos y otras sustancias en el cuerpo. La cinética de fármacos puede ayudar a determinar la dosis y la frecuencia óptimas de administración de un medicamento, así como a predecir los efectos adversos potenciales.

La cinética también se utiliza en el campo de la farmacodinámica, que es el estudio de cómo los fármacos interactúan con sus objetivos moleculares para producir un efecto terapéutico o adversos. Juntas, la cinética y la farmacodinámica proporcionan una comprensión más completa de cómo funciona un fármaco en el cuerpo y cómo se puede optimizar su uso clínico.

La relación dosis-respuesta inmunológica es un principio fundamental en la inmunología que describe la magnitud y la duración de una respuesta inmune generada por un estímulo antigénico específico, como una vacuna o un patógeno. Esta relación se utiliza a menudo para optimizar la eficacia y seguridad de las vacunas y otros tratamientos inmunes.

La dosis del antígeno es uno de los factores más importantes que influyen en la respuesta inmune. Una dosis demasiado baja puede no ser suficiente para desencadenar una respuesta inmune eficaz, mientras que una dosis demasiado alta puede resultar en una respuesta excesiva o incluso perjudicial.

La relación dosis-respuesta inmunológica se caracteriza por una curva de dosis-respuesta, que representa la magnitud de la respuesta inmune en función de la dosis del antígeno. La forma de esta curva puede variar dependiendo del tipo de antígeno y la ruta de administración, entre otros factores.

En general, una dosis más baja puede ser suficiente para desencadenar una respuesta inmune protectora contra algunos patógenos, mientras que otras situaciones pueden requerir dosis más altas para lograr la misma respuesta. Además, la frecuencia y el intervalo de las dosis también pueden afectar la respuesta inmunológica.

En resumen, la relación dosis-respuesta inmunológica es un concepto clave en la comprensión de cómo los antígenos desencadenan respuestas inmunitarias y cómo se pueden optimizar las vacunas y otros tratamientos inmunes.

Los Receptores Mensajeros de Linfocitos, también conocidos como receptores de antígenos en linfocitos T o B, son proteínas presentes en la superficie de las células inmunes (linfocitos T y B) que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Estos receptores tienen la capacidad de reconocer y unirse a moléculas extrañas o antígenos, lo que desencadena una respuesta inmunitaria específica para combatir infecciones o enfermedades.

Existen dos tipos principales de receptores mensajeros:

1. Receptores de células T (TCR, por sus siglas en inglés): Se encuentran en las células T y son responsables del reconocimiento de péptidos extraños presentados por moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) en la superficie de células presentadoras de antígenos.

2. Receptores de células B (BCR, por sus siglas en inglés): Se encuentran en las células B y son responsables del reconocimiento directo de antígenos enteros, como proteínas o polisacáridos, en su forma nativa.

La unión de estos receptores con sus respectivos antígenos desencadena una cascada de señalización intracelular que activa a las células T o B y promueve la producción de citoquinas, la proliferación celular y la diferenciación en subconjuntos funcionales especializados (como células asesinas naturales, linfocitos T helper o células plasmáticas). Estas respuestas contribuyen a la eliminación de patógenos y al mantenimiento de la homeostasis del sistema inmunitario.

Los trastornos linfoproliferativos (TLP) son un grupo de enfermedades que se caracterizan por una proliferación anormal o desregulada de células del sistema linfático, que incluyen linfocitos B, linfocitos T y células NK (natural killer). Estos trastornos pueden afectar a los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado, la médula ósea y otros órganos.

Los TLP se clasifican en diferentes categorías según su presentación clínica, histopatológica y genética. Algunas de las categorías incluyen:

1. Trastornos linfoides benignos: Estos trastornos son reversibles y no tienen potential oncogénico. Incluyen enfermedades como la reacción inflamatoria aguda, la hiperplasia reactiva y el linfoma linfocítico cutáneo benigno.
2. Trastornos linfoides preneoplásicos: Estos trastornos tienen un potencial oncogénico intermedio y pueden evolucionar a neoplasias linfoides. Incluyen enfermedades como la leucemia linfocítica crónica de células B, la enfermedad de Castleman y el síndrome de activación de Linfocitos T.
3. Trastornos linfoides malignos: Estos trastornos son neoplásicos y se caracterizan por una proliferación clonal de células linfoides. Incluyen enfermedades como el linfoma no Hodgkin, el linfoma de Hodgkin y la leucemia linfocítica aguda.

Los TLP pueden presentarse con una variedad de síntomas clínicos, dependiendo del tipo y la extensión de la enfermedad. Los síntomas más comunes incluyen ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso y fatiga. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de examen físico, análisis de sangre, estudios de imagen y biopsia de tejido. El tratamiento depende del tipo y la etapa de la enfermedad y puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida y trasplante de células madre.

Las enfermedades autoinmunes son condiciones médicas en las que el sistema inmunitario del cuerpo, que generalmente combate las infecciones y los agentes extraños, malinterpreta a sus propios tejidos como amenazas y desencadena una respuesta inmunitaria contra ellos. Esto puede conducir a una variedad de síntomas y complicaciones, dependiendo del tipo y la gravedad de la enfermedad autoinmune.

En una respuesta inmunitaria normal, el cuerpo produce anticuerpos para atacar y destruir los antígenos, que son sustancias extrañas como bacterias o virus. Sin embargo, en las enfermedades autoinmunes, el sistema inmunitario produce autoanticuerpos que atacan a los tejidos y células sanos del cuerpo.

Hay más de 80 tipos diferentes de enfermedades autoinmunes, incluyendo la artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, esclerosis múltiple, diabetes tipo 1, enfermedad inflamatoria intestinal y tiroiditis de Hashimoto, entre otros. Los síntomas y signos varían ampliamente dependiendo del tipo de enfermedad autoinmune, pero a menudo incluyen fatiga, fiebre, dolor articular o muscular, erupciones cutáneas, hinchazón y rigidez.

La causa exacta de las enfermedades autoinmunes sigue siendo desconocida, aunque se cree que pueden estar relacionadas con una combinación de factores genéticos y ambientales. El tratamiento generalmente implica la supresión del sistema inmunitario para controlar los síntomas y prevenir daños adicionales a los tejidos corporales. Esto puede incluir medicamentos como corticosteroides, inmunosupresores y fármacos biológicos.

La cooperación linfocítica es un proceso importante en el sistema inmunológico que involucra la interacción y comunicación entre diferentes tipos de células inmunitarias, especialmente los linfocitos T y B. Este proceso es crucial para la generación de respuestas inmunitarias adaptativas específicas contra patógenos invasores.

Existen dos tipos principales de cooperación linfocítica:

1. Cooperación entre células T auxiliares (Th) y células B: Las células Th ayudan a las células B a activarse, diferenciarse y producir anticuerpos específicos contra un antígeno particular. La activación de las células B requiere la estimulación por un antígeno y la interacción con una célula Th correspondiente. Durante esta interacción, la célula Th secreta citocinas que promueven la proliferación y diferenciación de las células B en células plasmáticas productoras de anticuerpos.
2. Cooperación entre células T citotóxicas (Tc) y células T helper 1 (Th1): Las células Th1 ayudan a las células Tc a activarse y diferenciarse en células efectoras capaces de destruir células infectadas por virus o tumores. La activación de las células Tc requiere la estimulación por un antígeno presentado en el contexto de moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) clase I y la interacción con una célula Th1 correspondiente. Durante esta interacción, la célula Th1 secreta citocinas que promueven la proliferación y diferenciación de las células Tc en células efectoras capaces de destruir células infectadas o tumorales.

En resumen, la cooperación linfocítica es un proceso fundamental en el sistema inmunológico que permite a los linfocitos T y B trabajar juntos para generar respuestas inmunitarias adaptativas específicas contra patógenos o células tumorales.

En realidad, "factores de tiempo" no es un término médico específico. Sin embargo, en un contexto más general o relacionado con la salud y el bienestar, los "factores de tiempo" podrían referirse a diversos aspectos temporales que pueden influir en la salud, las intervenciones terapéuticas o los resultados de los pacientes. Algunos ejemplos de estos factores de tiempo incluyen:

1. Duración del tratamiento: La duración óptima de un tratamiento específico puede influir en su eficacia y seguridad. Un tratamiento demasiado corto o excesivamente largo podría no producir los mejores resultados o incluso causar efectos adversos.

2. Momento de la intervención: El momento adecuado para iniciar un tratamiento o procedimiento puede ser crucial para garantizar una mejoría en el estado del paciente. Por ejemplo, tratar una enfermedad aguda lo antes posible puede ayudar a prevenir complicaciones y reducir la probabilidad de secuelas permanentes.

3. Intervalos entre dosis: La frecuencia y el momento en que se administran los medicamentos o tratamientos pueden influir en su eficacia y seguridad. Algunos medicamentos necesitan ser administrados a intervalos regulares para mantener niveles terapéuticos en el cuerpo, mientras que otros requieren un tiempo específico entre dosis para minimizar los efectos adversos.

4. Cronobiología: Se trata del estudio de los ritmos biológicos y su influencia en diversos procesos fisiológicos y patológicos. La cronobiología puede ayudar a determinar el momento óptimo para administrar tratamientos o realizar procedimientos médicos, teniendo en cuenta los patrones circadianos y ultradianos del cuerpo humano.

5. Historia natural de la enfermedad: La evolución temporal de una enfermedad sin intervención terapéutica puede proporcionar información valiosa sobre su pronóstico, así como sobre los mejores momentos para iniciar o modificar un tratamiento.

En definitiva, la dimensión temporal es fundamental en el campo de la medicina y la salud, ya que influye en diversos aspectos, desde la fisiología normal hasta la patogénesis y el tratamiento de las enfermedades.

El acetato de tetradecanoilforbol, también conocido como ácido tetradecanoylforbol-13-acetato (TPA), es un compuesto químico utilizado en investigación médica y científica como un estimulante de la actividad de las protein kinasas, una clase de enzimas que desempeñan un papel importante en la transducción de señales dentro de las células.

TPA se utiliza a menudo en estudios in vitro y en modelos animales para investigar los mecanismos moleculares implicados en el cáncer y la inflamación, ya que es un potente agonista del receptor de factor de crecimiento epidérmico (EGFR) y otros receptores tirosina quinasa.

TPA se ha asociado con una variedad de efectos biológicos adversos, incluyendo la promoción de tumores en animales y la activación de vías inflamatorias en humanos. Por lo tanto, su uso está restringido a fines de investigación y no está aprobado para el uso terapéutico en humanos.

Los ratones consanguíneos C3H son una cepa específica de ratones de laboratorio que se han inbread durante varias generaciones con un ancestro común, lo que resulta en una alta homocigosis y uniformidad genética. La letra "C" representa la cepa y los números "3H" hacen referencia a un laboratorio o investigador específico donde se estableció originalmente esta cepa.

Estos ratones son conocidos por su susceptibilidad a varios tipos de cáncer, especialmente sarcomas y linfomas, lo que los hace útiles en el estudio de la genética del cáncer y la investigación oncológica. Además, también se utilizan en estudios de inmunología, farmacología, toxicología y otros campos de la biomedicina.

Los ratones C3H tienen un fondo genético bastante uniforme, lo que facilita el estudio de los efectos de genes específicos o mutaciones en diversos procesos fisiológicos y patológicos. Sin embargo, como con cualquier modelo animal, es importante tener en cuenta las limitaciones y diferencias con respecto a los seres humanos al interpretar los resultados de los estudios con ratones C3H.

La formación de roseta es un término patológico que describe un hallazgo histopatológico específico en el tejido pulmonar. Se refiere a la agregación anormal y compacta de los conductos alveolares, arreglados alrededor de un espacio central fibroso, lo que crea una apariencia similar a una roseta floral.

Este patrón se observa con frecuencia en ciertos tipos de tumores pulmonares, particularmente el carcinoma de células escamosas bien diferenciado y el adenocarcinoma pulmonar con componente de células claras. La formación de roseta también puede observarse en otros tipos de cánceres, como los sarcomas y los tumores neuroectodérmicos primarios del pulmón.

La presencia de la formación de roseta en una biopsia o pieza quirúrgica puede ayudar a los patólogos a establecer un diagnóstico más preciso y a determinar el plan de tratamiento apropiado para el paciente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que este hallazgo no es exclusivo de ningún tipo particular de cáncer y puede observarse en otros procesos patológicos, como la inflamación crónica o las enfermedades reumatológicas.

Los ratones consanguíneos CBA son una cepa específica de ratones de laboratorio que se utilizan en investigaciones biomédicas. El término "consanguíneos" se refiere al hecho de que estos ratones han sido inbreeded durante muchas generaciones, lo que significa que comparten una gran proporción de sus genes y son genéticamente uniformes.

La cepa CBA es una de las cepas más antiguas y ampliamente utilizadas en la investigación biomédica. Los ratones CBA se han utilizado en una variedad de estudios, incluyendo aquellos que examinan el sistema inmunológico, el desarrollo del cáncer, la neurobiología y la genética.

Los ratones consanguíneos CBA son particularmente útiles en la investigación porque su uniformidad genética reduce la variabilidad en los resultados experimentales. Esto permite a los investigadores detectar diferencias más pequeñas entre los grupos de tratamiento y control, lo que puede ser especialmente importante en estudios que involucran fenotipos complejos o enfermedades multifactoriales.

Además, la cepa CBA tiene algunas características específicas que la hacen útil para ciertos tipos de investigación. Por ejemplo, los ratones CBA son conocidos por su susceptibilidad a ciertos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunes, lo que los hace adecuados para estudios relacionados con estas condiciones.

En resumen, los ratones consanguíneos CBA son una cepa específica de ratones de laboratorio que se utilizan en investigaciones biomédicas debido a su uniformidad genética y susceptibilidad a ciertas enfermedades.

Los ratones transgénicos son un tipo de roedor modificado geneticamente que incorpora un gen o secuencia de ADN exógeno (procedente de otro organismo) en su genoma. Este proceso se realiza mediante técnicas de biología molecular y permite la expresión de proteínas específicas, con el fin de estudiar sus funciones, interacciones y efectos sobre los procesos fisiológicos y patológicos.

La inserción del gen exógeno se lleva a cabo generalmente en el cigoto (óvulo fecundado) o en embriones tempranos, utilizando métodos como la microinyección, electroporación o virus vectoriales. Los ratones transgénicos resultantes pueden manifestar características particulares, como resistencia a enfermedades, alteraciones en el desarrollo, crecimiento o comportamiento, según el gen introducido y su nivel de expresión.

Estos modelos animales son ampliamente utilizados en la investigación biomédica para el estudio de diversas enfermedades humanas, como cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares, neurológicas y otras patologías, con el objetivo de desarrollar nuevas terapias y tratamientos más eficaces.

Los antígenos CD19 son moléculas proteicas que se encuentran en la superficie de las células B maduras y algunas células B inmaduras en el sistema inmunitario. Forman parte de un complejo conocido como receptor de células B (BCR) y desempeñan un papel importante en la activación y señalización de las células B.

La proteína CD19 es una glicoproteína de tipo I transmembrana que pertenece a la familia de las inmunoglobulinas. Se une a otras moléculas reguladoras, como CD21 y CD81, para formar el complejo CD19/CD21/CD81, que ayuda a transmitir señales desde el receptor de células B al interior de la célula.

Los antígenos CD19 son un objetivo común en la terapia inmunológica contra diversas enfermedades, como los linfomas y leucemias, ya que su eliminación o bloqueo puede inhibir la activación y proliferación de las células B anormales. Un ejemplo de este tipo de tratamiento es el uso de anticuerpos monoclonales anti-CD19, como el rituximab, para tratar enfermedades hematológicas malignas.

Las proteínas de membrana son tipos específicos de proteínas que se encuentran incrustadas en las membranas celulares o asociadas con ellas. Desempeñan un papel crucial en diversas funciones celulares, como el transporte de moléculas a través de la membrana, el reconocimiento y unión con otras células o moléculas, y la transducción de señales.

Existen tres tipos principales de proteínas de membrana: integrales, periféricas e intrínsecas. Las proteínas integrales se extienden completamente a través de la bicapa lipídica de la membrana y pueden ser permanentes (no covalentemente unidas a lípidos) o GPI-ancladas (unidas a un lipopolisacárido). Las proteínas periféricas se unen débilmente a los lípidos o a otras proteínas integrales en la superficie citoplásmica o extracelular de la membrana. Por último, las proteínas intrínsecas están incrustadas en la membrana mitocondrial o del cloroplasto.

Las proteínas de membrana desempeñan un papel vital en muchos procesos fisiológicos y patológicos, como el control del tráfico de vesículas, la comunicación celular, la homeostasis iónica y la señalización intracelular. Las alteraciones en su estructura o función pueden contribuir al desarrollo de diversas enfermedades, como las patologías neurodegenerativas, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Los inmunosupresores son fármacos, medicamentos o sustancias químicas que se utilizan para suprimir o reducir la respuesta del sistema inmunitario. Se emplean en diversas situaciones clínicas, pero especialmente después de un trasplante de órganos para prevenir el rechazo del injerto al disminuir la capacidad del cuerpo de montar una respuesta inmunitaria contra el tejido extraño. También se utilizan en el tratamiento de algunas enfermedades autoinmunitarias y procesos inflamatorios crónicos, donde el propio sistema inmune ataca los tejidos del cuerpo.

Los inmunosupresores actúan a diferentes niveles del sistema inmunitario, como la inhibición de la producción o función de células T y B, la disminución de la activación de macrófagos, la reducción de la secreción de citocinas o la interferencia con la respuesta humoral (inmunoglobulinas). Algunos ejemplos comunes de inmunosupresores incluyen glucocorticoides, ciclosporina, tacrolimús, micofenolato mofetilo, azatioprina y diversos agentes biológicos.

Debido a que los inmunosupresores disminuyen la capacidad del organismo de combatir infecciones y enfermedades, su uso conlleva un mayor riesgo de desarrollar complicaciones infecciosas y neoplásicas (cáncer). Por esta razón, se busca utilizar las dosis más bajas posibles y combinarlos con otros tratamientos cuando sea necesario.

La selecciona L, también conocida como L-selectina o CD62L, es una proteína de adhesión que se encuentra en la membrana plasmática de los leucocitos (un tipo de glóbulos blancos). Forma parte de la familia de las selectinas y desempeña un papel crucial en el proceso de inflamación aguda.

La selecciona L media el proceso inicial de adhesión de los leucocitos a las células endoteliales, que recubren la superficie interna de los vasos sanguíneos. Esto permite a los leucocitos migrar desde la circulación sanguínea hacia el tejido lesionado o infectado en respuesta a una señal química específica, como las citocinas inflamatorias.

La interacción entre la selecciona L y sus ligandos (moléculas que se unen específicamente a ella) facilita el deslizamiento de los leucocitos a lo largo del endotelio, seguido de su activación y posterior adhesión firme. Posteriormente, los leucocitos atraviesan la pared vascular y se dirigen al sitio de inflamación o infección para combatir el agente patógeno o reparar el tejido dañado.

La selecciona L es un marcador distintivo de los leucocitos activados y desempeña un papel importante en la respuesta inmunitaria innata. Sin embargo, su sobreactivación también puede contribuir a diversas patologías, como la aterosclerosis y algunas enfermedades autoinmunes.

La regulación de la expresión génica en términos médicos se refiere al proceso por el cual las células controlan la activación y desactivación de los genes para producir los productos genéticos deseados, como ARN mensajero (ARNm) y proteínas. Este proceso intrincado involucra una serie de mecanismos que regulan cada etapa de la expresión génica, desde la transcripción del ADN hasta la traducción del ARNm en proteínas. La complejidad de la regulación génica permite a las células responder a diversos estímulos y entornos, manteniendo así la homeostasis y adaptándose a diferentes condiciones.

La regulación de la expresión génica se lleva a cabo mediante varios mecanismos, que incluyen:

1. Modificaciones epigenéticas: Las modificaciones químicas en el ADN y las histonas, como la metilación del ADN y la acetilación de las histonas, pueden influir en la accesibilidad del gen al proceso de transcripción.

2. Control transcripcional: Los factores de transcripción son proteínas que se unen a secuencias específicas de ADN para regular la transcripción de los genes. La activación o represión de estos factores de transcripción puede controlar la expresión génica.

3. Interferencia de ARN: Los microARN (miARN) y otros pequeños ARN no codificantes pueden unirse a los ARNm complementarios, lo que resulta en su degradación o traducción inhibida, disminuyendo así la producción de proteínas.

4. Modulación postraduccional: Las modificaciones químicas y las interacciones proteína-proteína pueden regular la actividad y estabilidad de las proteínas después de su traducción, lo que influye en su función y localización celular.

5. Retroalimentación negativa: Los productos génicos pueden interactuar con sus propios promotores o factores reguladores para reprimir su propia expresión, manteniendo así un equilibrio homeostático en la célula.

El control de la expresión génica es fundamental para el desarrollo y la homeostasis de los organismos. Las alteraciones en este proceso pueden conducir a diversas enfermedades, como el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas. Por lo tanto, comprender los mecanismos que regulan la expresión génica es crucial para desarrollar estrategias terapéuticas efectivas para tratar estas afecciones.

Los síndromes de inmunodeficiencia se refieren a un grupo de trastornos en los que el sistema inmunitario está deprimido o ausente, lo que hace que una persona sea más susceptible a las infecciones. Estas enfermedades pueden ser presentes desde el nacimiento (congenitales) o adquiridas más tarde en la vida.

Los síndromes de inmunodeficiencia congénita incluyen, entre otros, el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), causado por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), y el déficit de adenosina desaminasa (ADA). El SIDA se caracteriza por una destrucción gradual del sistema inmunitario, haciendo que la persona sea vulnerable a diversas infecciones oportunistas y ciertos tipos de cáncer. El déficit de ADA es una enfermedad hereditaria que afecta la capacidad del cuerpo para producir glóbulos blancos normales, aumentando el riesgo de infección.

Los síndromes de inmunodeficiencia adquiridos pueden ser el resultado de diversas causas, como enfermedades, medicamentos o infecciones. Por ejemplo, algunos tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, pueden dañar las células del sistema inmunitario y debilitar su función. Algunas enfermedades, como la diabetes y la fibrosis quística, también pueden aumentar el riesgo de infección al afectar negativamente al sistema inmunológico.

En general, los síndromes de inmunodeficiencia se manifiestan con una mayor susceptibilidad a las infecciones, que pueden ser recurrentes o más graves de lo normal. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir antibióticos, terapia de reemplazo de células sanguíneas o medicamentos para estimular el sistema inmunitario.

El timo es un órgano importante del sistema inmunológico situado en la parte superior del tórax, debajo del esternón y justo por encima del corazón. Normalmente, el timo es más grande en los niños y disminuye de tamaño a medida que las personas envejecen.

La función principal del timo es producir linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico al ayudar a proteger el cuerpo contra infecciones y enfermedades. Los linfocitos T maduros se encargan de reconocer y destruir células extrañas o dañadas, como las células infectadas por virus o bacterias y las células cancerosas.

El timo también desempeña un papel en la tolerancia inmunológica, que es la capacidad del sistema inmunológico para distinguir entre las propias células y moléculas del cuerpo y los invasores extraños, como bacterias y virus. Esto ayuda a prevenir que el sistema inmunológico ataque a las células y tejidos sanos del propio cuerpo, lo que puede conducir a enfermedades autoinmunes.

Es importante tener un timo sano y funcional para mantener un sistema inmunológico fuerte y saludable. Algunas condiciones médicas, como la timomegalia (tamaño anormalmente grande del timo) o el timoma (un tipo de cáncer que afecta al timo), pueden afectar negativamente a la función del timo y debilitar el sistema inmunológico.

La interleucina-16 (IL-16) es una citoquina que se identificó originalmente como un factor activador de células T, ya que atrae y activa los linfocitos T CD4+. Sin embargo, más tarde se descubrió que IL-16 tiene una gama más amplia de actividades biológicas y funciona como un mediador importante en la respuesta inmunitaria e inflamatoria.

La IL-16 es producida por varios tipos de células, incluyendo linfocitos T CD8+, eosinófilos, mastocitos, células dendríticas y células epiteliales. La IL-16 se sintetiza como un precursor inactivo de alto peso molecular, que luego se procesa y cliva en formas maduras más pequeñas y activas.

La función principal de la IL-16 es atraer y activar los linfocitos T CD4+ al sitio de inflamación o lesión tisular. Además, también puede inducir la proliferación y diferenciación de células T, modular la actividad de macrófagos y participar en la regulación de la respuesta inmunitaria adaptativa.

La IL-16 ha sido implicada en diversas patologías, como las enfermedades inflamatorias intestinales, el asma, la artritis reumatoide y el VIH/SIDA. En particular, se ha observado que los niveles de IL-16 están elevados en suero y líquido sinovial de pacientes con artritis reumatoide, lo que sugiere un papel potencial de la IL-16 en el proceso patogénico de esta enfermedad.

En resumen, la interleucina-16 es una citoquina multifuncional que desempeña un papel importante en la regulación de la respuesta inmunitaria e inflamatoria y ha sido implicada en diversas patologías.

La comunicación celular es el proceso mediante el cual las células intercambian información y coordinan sus funciones. Esto se logra a través de una variedad de mecanismos, incluyendo la señalización celular y la transferencia de moléculas entre células.

La señalización celular implica la liberación y detección de moléculas mensajeras, como los neurotransmisores, las hormonas y los factores de crecimiento. Estas moléculas se unen a receptores específicos en la superficie de la célula objetivo, lo que desencadena una cascada de eventos dentro de la célula que pueden llevar a una respuesta fisiológica.

La transferencia de moléculas entre células puede ocurrir a través de diversos mecanismos, como los canales iónicos y las uniones gap. Los canales iónicos permiten el paso de iones a través de la membrana celular, mientras que las uniones gap permiten la transferencia directa de pequeñas moléculas entre células adyacentes.

La comunicación celular es fundamental para el desarrollo, el crecimiento y la homeostasis del organismo, y está involucrada en una variedad de procesos fisiológicos y patológicos.

La cisteamina es un agente reductor que se utiliza en medicina para tratar enfermedades genéticas poco frecuentes, como la cistinosis y la nefropatía oxalosis progresiva. La cisteamina ayuda a reducir las concentraciones de cistina, un aminoácido que se acumula en exceso en estas enfermedades, lo que puede provocar daño renal y otros problemas de salud graves.

En la cistinosis, una enfermedad hereditaria rara que afecta al riñón, la cisteamina se utiliza para reducir los niveles de cistina en las células del cuerpo y prevenir daños renales. La cisteamina funciona mediante la unión con la cistina para formar una molécula más soluble que puede ser eliminada fácilmente por el organismo.

La nefropatía oxalosis progresiva es otra enfermedad genética rara que afecta al riñón y otros órganos. En esta enfermedad, la cisteamina se utiliza para reducir los niveles de oxalato en el cuerpo y prevenir daños renales y otros problemas de salud graves.

La cisteamina se administra por vía oral en forma de tabletas o cápsulas, normalmente dos o tres veces al día. Los efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, vómitos y diarrea. En algunos casos, la cisteamina puede causar reacciones alérgicas o dañar el hígado. Por lo tanto, es importante que los pacientes sean monitorizados cuidadosamente durante el tratamiento con cisteamina.

La memoria inmunológica es un fenómeno en el sistema inmune donde las células inmunitarias conservan una "memoria" de los patógenos (como bacterias o virus) que el cuerpo ha enfrentado previamente. Esto permite al sistema inmunitario montar una respuesta más rápida y eficaz si el mismo patógeno es detectado nuevamente en el futuro.

Este proceso está mediado principalmente por dos tipos de glóbulos blancos: los linfocitos B y los linfocitos T. Después de la exposición inicial a un patógeno, algunas de estas células se convierten en células de memoria. Estas células de memoria pueden permanecer en el cuerpo durante períodos prolongados, incluso años.

Cuando una segunda exposición al mismo patógeno ocurre, las células de memoria pueden activarse rápidamente, dividirse y secretar anticuerpos específicos (en el caso de los linfocitos B) o destruir directamente las células infectadas (en el caso de los linfocitos T citotóxicos). Esta respuesta más rápida y eficaz es la base de la vacunación, donde se introduce una forma inofensiva del patógeno en el cuerpo para inducir la producción de células de memoria.

Es importante destacar que la memoria inmunológica también puede ser dañada o comprometida en algunas condiciones médicas, como las enfermedades autoinmunes y la inmunodeficiencia, lo que puede resultar en un sistema inmunitario menos capaz de combatir infecciones.

Las pruebas inmunológicas de citotoxicidad son métodos de laboratorio utilizados para evaluar la capacidad de las células del sistema inmunitario, especialmente los linfocitos T citotóxicos, para destruir células objetivo específicas, como células infectadas por virus o células cancerosas. Estas pruebas se basan en la medición de la cantidad de daño o muerte celular inducida por los linfocitos T activados.

Existen diferentes tipos de pruebas de citotoxicidad, pero dos de las más comunes son:

1. Prueba de Citotoxicidad de Microcultura (CTL): Esta prueba mide la capacidad de los linfocitos T citotóxicos para matar células diana específicas en un entorno de microcultivo. Se miden las cantidades de la enzima lactate deshydrogenase (LDH) liberada por las células dañadas o muertas, lo que indica el grado de citotoxicidad.

2. Prueba de Citometría de Flujo: Esta prueba utiliza tinciones fluorescentes para identificar y contar células diana vivas e inviables después del tratamiento con linfocitos T activados. La citometría de flujo permite el análisis de múltiples parámetros celulares simultáneamente, lo que proporciona información adicional sobre las interacciones entre los linfocitos T y las células diana.

Estas pruebas se utilizan en diversos campos, como la investigación oncológica, la inmunología y la virología, para evaluar la eficacia de los tratamientos inmunoterapéuticos, el estado del sistema inmunitario y la respuesta a las infecciones virales.

Los subgrupos de linfocitos B son diferentes categorías de linfocitos B, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico adaptativo. Los linfocitos B son responsables de producir anticuerpos para neutralizar o marcar patógenos invasores como bacterias y virus para su eliminación por otras células del sistema inmune.

Existen varios subgrupos de linfocitos B, cada uno con diferentes funciones y características distintivas. Algunos de los subgrupos más importantes de linfocitos B incluyen:

1. Linfocitos B virgenes o naives: Son células B inmaduras que se encuentran en el bazo, médula ósea y ganglios linfáticos. Aún no han sido expuestas a antígenos extraños y están listas para activarse y diferenciarse en células plasmáticas cuando entran en contacto con un patógeno desconocido.

2. Linfocitos B de memoria: Después de que una célula B ha sido expuesta e interactúa con un antígeno específico, se diferencia en una célula B de memoria. Estas células tienen una vida más larga y pueden sobrevivir durante años o incluso décadas. Cuando el mismo patógeno vuelve a infectar al organismo, las células B de memoria pueden activarse rápidamente y producir anticuerpos específicos para neutralizarlo, lo que proporciona inmunidad adquirida a largo plazo.

3. Linfocitos B plasmáticos: Son células B diferenciadas y especializadas en la producción de anticuerpos. Después de la activación y estimulación por un antígeno, las células B naives o de memoria se diferencian en linfocitos B plasmáticos, que secretan grandes cantidades de anticuerpos específicos del antígeno para neutralizarlo.

4. Linfocitos B reguladores: También conocidos como células B regulatorias o células B-2, desempeñan un papel importante en la modulación y el control de las respuestas inmunes. Pueden producir citocinas que ayudan a regular la activación y diferenciación de otras células inmunitarias, como los linfocitos T helper.

5. Linfocitos B B-1: Son un subconjunto de células B que se encuentran principalmente en el tejido linfoide asociado a la mucosa y desempeñan un papel importante en la protección contra las infecciones bacterianas. Pueden producir anticuerpos de baja afinidad pero con una amplia especificidad, lo que les permite reconocer y neutralizar una variedad de patógenos.

En resumen, los linfocitos B desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria adaptativa, ya que pueden diferenciarse en varios subconjuntos con funciones especializadas. Estas células son esenciales para la producción de anticuerpos y la modulación de las respuestas inmunes, lo que ayuda a proteger al organismo contra las infecciones y otras amenazas.

La Técnica del Anticuerpo Fluorescente, también conocida como Inmunofluorescencia (IF), es un método de laboratorio utilizado en el diagnóstico médico y la investigación biológica. Se basa en la capacidad de los anticuerpos marcados con fluorocromos para unirse específicamente a antígenos diana, produciendo señales detectables bajo un microscopio de fluorescencia.

El proceso implica tres pasos básicos:

1. Preparación de la muestra: La muestra se prepara colocándola sobre un portaobjetos y fijándola con agentes químicos para preservar su estructura y evitar la degradación.

2. Etiquetado con anticuerpos fluorescentes: Se añaden anticuerpos específicos contra el antígeno diana, los cuales han sido previamente marcados con moléculas fluorescentes como la rodaminia o la FITC (fluoresceína isotiocianato). Estos anticuerpos etiquetados se unen al antígeno en la muestra.

3. Visualización y análisis: La muestra se observa bajo un microscopio de fluorescencia, donde los anticuerpos marcados emiten luz visible de diferentes colores cuando son excitados por radiación ultravioleta o luz azul. Esto permite localizar y cuantificar la presencia del antígeno diana dentro de la muestra.

La técnica del anticuerpo fluorescente es ampliamente empleada en patología clínica para el diagnóstico de diversas enfermedades, especialmente aquellas de naturaleza infecciosa o autoinmunitaria. Además, tiene aplicaciones en la investigación biomédica y la citogenética.

La "regulación hacia abajo" en un contexto médico o bioquímico se refiere a los procesos o mecanismos que reducen, inhiben o controlan la actividad o expresión de genes, proteínas u otros componentes biológicos. Esto puede lograrse mediante diversos mecanismos, como la desactivación de genes, la degradación de proteínas, la modificación postraduccional de proteínas o el bloqueo de rutas de señalización. La regulación hacia abajo es un proceso fundamental en la homeostasis y la respuesta a estímulos internos y externos, ya que permite al organismo adaptarse a los cambios en su entorno y mantener el equilibrio interno. Un ejemplo común de regulación hacia abajo es la inhibición de la transcripción génica mediante la unión de factores de transcripción reprimidores o la metilación del ADN.

Los antígenos CD95, también conocidos como Fas o APO-1, son proteínas transmembrana pertenecientes a la superfamilia de receptores de muerte celular (DRs por sus siglas en inglés). Están involucrados en la regulación del ciclo celular y la apoptosis (muerte celular programada).

El CD95 se expresa en una variedad de tejidos, incluyendo células inmunes como linfocitos T y B. Cuando el ligando CD95L (FasL) se une al receptor CD95, induce la activación de una cascada de señalización que lleva a la apoptosis celular. Este proceso es importante para mantener la homeostasis del sistema inmunológico y prevenir la proliferación excesiva o descontrolada de células.

La disfunción en el sistema CD95/CD95L ha sido implicada en una variedad de enfermedades, incluyendo trastornos autoinmunitarios, cáncer y enfermedades neurodegenerativas.

El término 'fenotipo' se utiliza en genética y medicina para describir el conjunto de características observables y expresadas de un individuo, resultantes de la interacción entre sus genes (genotipo) y los factores ambientales. Estas características pueden incluir rasgos físicos, biológicos y comportamentales, como el color de ojos, estatura, resistencia a enfermedades, metabolismo, inteligencia e inclinaciones hacia ciertos comportamientos, entre otros. El fenotipo es la expresión tangible de los genes, y su manifestación puede variar según las influencias ambientales y las interacciones genéticas complejas.

Las células productoras de anticuerpos, también conocidas como células plasmáticas, son un tipo especializado de glóbulos blancos o leucocitos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario adaptativo. Estas células se derivan de los linfocitos B y secretan grandes cantidades de anticuerpos o inmunoglobulinas, que son proteínas especializadas involucradas en la respuesta inmune contra agentes extraños como bacterias, virus y toxinas.

Después de que un linfocito B se activa por un antígeno específico, se diferencia en una célula productora de anticuerpos. Esta célula se establece en los tejidos donde el antígeno está presente y comienza a producir y secretar anticuerpos que se unen al antígeno correspondiente. Estos anticuerpos marcan al antígeno para su destrucción por otras células inmunes o neutralizan directamente la actividad del antígeno.

Las células productoras de anticuerpos son esenciales para la inmunidad humoral y desempeñan un papel vital en la protección contra infecciones y en la respuesta inmune adaptativa.

Los antígenos de diferenciación de linfocitos B (ALDs) son marcadores proteicos específicos que se expresan en diferentes estadios del desarrollo y maduración de los linfocitos B, un tipo importante de glóbulos blancos involucrados en la respuesta inmunitaria adaptativa. Estos antígenos son útiles para caracterizar y determinar el linaje, estado de diferenciación y activación de las células B.

Algunos ejemplos comunes de ALDs incluyen:

1. CD19: se expresa en linfocitos B inmaduros y maduros, pero no en otras células sanguíneas.
2. CD20: presente en linfocitos B desde el estadio pre-B hasta justo antes de su diferenciación en plasmablastos o células plasmáticas.
3. CD22: un receptor de glucósidos ceramídicos que se expresa en la superficie de los linfocitos B inmaduros y maduros.
4. CD79a y CD79b: componentes del complejo de receptores de células B (BCR) que se expresan en linfocitos B inmaduros y maduros.
5. CD10 (CALLA): un marcador de células pre-B y algunos linfocitos B maduros.
6. CD38: un marcador de activación que se expresa en linfocitos B maduros y plasmablastos.
7. CD138 (sialo mucina): un marcador de células plasmáticas, exclusivo de los linfocitos B diferenciados completamente.

El análisis de estos antígenos de superficie celular se realiza mediante técnicas de inmunofenotipado, como citometría de flujo o inmunohistoquímica, y es útil en el diagnóstico y monitoreo de diversas enfermedades hematológicas, como leucemias y linfomas.

El término 'recuento de células' se refiere al proceso o resultado del contar y medir la cantidad de células presentes en una muestra específica, generalmente obtenida a través de un procedimiento de laboratorio como un frotis sanguíneo, aspiración de líquido cefalorraquídeo (LCR) o biopsia. Este recuento puede ser total, es decir, incluye todos los tipos de células presentes, o diferencial, en el que se identifican y cuentan separadamente diferentes tipos de células, como glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos), plaquetas (trombocitos) en una muestra de sangre periférica.

El recuento de células es una herramienta diagnóstica importante en medicina, ya que permite evaluar la salud general de un paciente y detectar condiciones patológicas, como anemia, infecciones, inflamación o trastornos hematológicos. Los valores de referencia para los recuentos celulares varían según la edad, el sexo y otros factores individuales, por lo que es fundamental comparar los resultados con los valores normales correspondientes al paciente.

Las "Células Tumorales Cultivadas" son células cancerosas que se han extraído de un tumor sólido o de la sangre (en el caso de leucemias) y se cultivan en un laboratorio para su estudio y análisis. Esto permite a los investigadores y médicos caracterizar las propiedades y comportamientos de las células cancerosas, como su respuesta a diferentes fármacos o tratamientos, su velocidad de crecimiento y la expresión de genes y proteínas específicas.

El cultivo de células tumorales puede ser útil en una variedad de contextos clínicos y de investigación, incluyendo el diagnóstico y pronóstico del cáncer, la personalización del tratamiento y el desarrollo de nuevos fármacos y terapias. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las células cultivadas en un laboratorio pueden no comportarse exactamente igual que las células cancerosas en el cuerpo humano, lo que puede limitar la validez y aplicabilidad de los resultados obtenidos en estudios in vitro.

Los antígenos CD46, también conocidos como membrane cofactor protein (MCP) o regulador de complemento proteico, son una clase de proteínas que se encuentran en la superficie de la mayoría de las células nucleadas del cuerpo humano. Forman parte del sistema de complemento y desempeñan un papel importante en la regulación de la activación del complemento y la prevención de daños autoinmunes.

La proteína CD46 está compuesta por cuatro dominios similares a las lectinas (denominados dominios Sushi) y un dominio tipo inmunoglobulina. Se une al componente C3b del sistema de complemento y actúa como cofactor para la enzima factor I, lo que resulta en la degradación de C3b y la inhibición de la activación de la vía alternativa del sistema de complemento.

La proteína CD46 también puede interactuar con otras moléculas del sistema inmune, como el receptor FcγR y el receptor de células T, lo que sugiere un papel más amplio en la modulación de las respuestas inmunes.

En medicina, los antígenos CD46 pueden utilizarse como marcadores diagnósticos o pronósticos en diversas enfermedades, como el cáncer y las enfermedades autoinmunes. Además, la proteína CD46 es un objetivo terapéutico potencial para el tratamiento de enfermedades inflamatorias y autoinmunes, ya que su inhibición puede ayudar a reducir la activación excesiva del sistema de complemento y la inflamación.

Las moléculas de adhesión celular (CAM, por sus siglas en inglés) son proteínas que se encuentran en la superficie de las células y desempeñan un papel crucial en la adhesión celular, es decir, el proceso mediante el cual las células se unen entre sí o con otras estructuras. Las CAM participan en una variedad de procesos biológicos importantes, como el desarrollo embrionario, la homeostasis tisular, la reparación y regeneración de tejidos, y la inflamación.

Las moléculas de adhesión celular se pueden clasificar en varias categorías según su estructura y función, incluyendo:

1. Selectinas: son proteínas de adhesión que medían la interacción entre las células sanguíneas y el endotelio vascular durante los procesos inflamatorios.
2. Integrinas: son proteínas transmembrana que se unen a los componentes extracelulares de la matriz, como el colágeno y la laminina, y desempeñan un papel importante en la adhesión celular y la señalización intracelular.
3. Cadherinas: son proteínas transmembrana que se unen a otras cadherinas en células adyacentes para mantener la integridad de los tejidos.
4. Inmunoglobulinas: son proteínas que contienen dominios similares a las inmunoglobulinas y participan en la interacción célula-célula y célula-matriz.

Las moléculas de adhesión celular desempeñan un papel fundamental en la regulación de una variedad de procesos biológicos, y su disfunción se ha relacionado con diversas enfermedades, como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y neurológicas.

La inmunosupresión es un estado médico en el que el sistema inmunitario de un individuo está significativamente debilitado o suprimido. Esto puede ocurrir como resultado de una enfermedad subyacente, como el SIDA, o debido al uso intencional de fármacos inmunosupresores para prevenir el rechazo de un órgano trasplantado. Durante este estado, la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, tumores y otras enfermedades se ve considerablemente reducida, lo que aumenta el riesgo de desarrollar complicaciones de salud graves.

Los medicamentos inmunosupresores funcionan inhibiendo la actividad del sistema inmunitario intencionalmente, con el fin de evitar que ataque a los tejidos trasplantados como si fueran extraños. Estos fármacos pueden afectar diferentes partes del sistema inmunitario, desde las células T y B hasta las moléculas responsables de la señalización y activación inmunológica. Aunque estos medicamentos son esenciales para el éxito de los trasplantes de órganos, también aumentan la susceptibilidad del paciente a las infecciones y ciertos tipos de cáncer.

Además de los efectos adversos asociados con los fármacos inmunosupresores, existen diversas causas de inmunosupresión adquirida o heredada. Algunas enfermedades genéticas, como el síndrome de DiGeorge y el déficit de complemento, pueden provocar una disfunción grave del sistema inmunitario desde el nacimiento. Otras afecciones, como la leucemia y el linfoma, pueden suprimir el sistema inmunológico como resultado directo de la enfermedad subyacente.

El tratamiento de la inmunosupresión depende de la causa subyacente. En los casos en que se deba a una enfermedad específica, el objetivo será controlar o eliminar la afección de base. Cuando la inmunosupresión sea consecuencia del uso de fármacos, el médico podría considerar la posibilidad de ajustar la dosis o cambiar al paciente a un medicamento alternativo con menos efectos secundarios sobre el sistema inmunitario. En cualquier caso, es fundamental que los pacientes con inmunosupresión reciban atención médica especializada y sigan estrictamente las recomendaciones de su equipo de cuidados de la salud para minimizar el riesgo de complicaciones.

Los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son proteínas especializadas producidas por el sistema inmunitario en respuesta a la presencia de sustancias extrañas o antígenos, como bacterias, virus, toxinas o incluso células cancerosas. Están diseñados para reconocer y unirse específicamente a estos antígenos, marcándolos para su destrucción por otras células inmunes.

Existen cinco tipos principales de anticuerpos en el cuerpo humano, designados IgA, IgD, IgE, IgG e IgM. Cada tipo tiene un papel específico en la respuesta inmune:

* IgG: Es el tipo más común de anticuerpo y proporciona inmunidad a largo plazo contra bacterias y virus. También cruza la placenta, brindando protección a los bebés no nacidos.
* IgM: Es el primer tipo de anticuerpo en producirse en respuesta a una nueva infección y actúa principalmente en la fase aguda de la enfermedad. También se une fuertemente al complemento, una proteína del plasma sanguíneo que puede destruir bacterias directamente o marcarlas para su destrucción por otras células inmunes.
* IgA: Se encuentra principalmente en las membranas mucosas, como la nariz, los pulmones, el tracto gastrointestinal y los genitourinarios. Ayuda a prevenir la entrada de patógenos en el cuerpo a través de estas vías.
* IgD: Se encuentra principalmente en la superficie de células B inmaduras y desempeña un papel en su activación y diferenciación en células plasmáticas, que producen anticuerpos.
* IgE: Desempeña un papel importante en las reacciones alérgicas y parasitarias. Se une fuertemente a los mastocitos y basófilos, dos tipos de células inmunes que liberan histamina e otras sustancias químicas inflamatorias cuando se activan.

En resumen, los anticuerpos son proteínas importantes del sistema inmunitario que ayudan a neutralizar y eliminar patógenos invasores, como bacterias y virus. Existen cinco tipos principales de anticuerpos (IgG, IgM, IgA, IgD e IgE), cada uno con funciones específicas en la respuesta inmunitaria.

La membrana celular, también conocida como la membrana plasmática, no tiene una definición específica en el campo de la medicina. Sin embargo, en biología celular, la ciencia que estudia las células y sus procesos, la membrana celular se define como una delgada capa que rodea todas las células vivas, separando el citoplasma de la célula del medio externo. Está compuesta principalmente por una bicapa lipídica con proteínas incrustadas y desempeña un papel crucial en el control del intercambio de sustancias entre el interior y el exterior de la célula, así como en la recepción y transmisión de señales.

En medicina, se hace referencia a la membrana celular en diversos contextos, como en patologías donde hay algún tipo de alteración o daño en esta estructura, pero no existe una definición médica específica para la misma.

La inmunoglobulina D (IgD) es un tipo de anticuerpo que se encuentra en pequeñas cantidades en la sangre y en los líquidos corporales. Es producida por células B, un tipo de glóbulo blanco que desempeña un papel clave en el sistema inmunológico.

La IgD es el menos abundante de los cinco tipos de anticuerpos (IgA, IgD, IgE, IgG, IgM) y se cree que desempeña un papel en la activación del sistema inmunológico y en la respuesta a las infecciones. Se une a los antígenos, sustancias extrañas que provocan una respuesta inmunitaria, en la superficie de las células B.

La IgD también se puede encontrar en la piel y en los tejidos que rodean los conductos respiratorios y digestivos, donde ayuda a proteger el cuerpo contra las infecciones. Aunque su función exacta no está completamente clara, se sabe que desempeña un papel importante en la regulación de la respuesta inmunitaria y en la activación de otras células del sistema inmunológico.

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica y sistémica, lo que significa que afecta a varios órganos y tejidos del cuerpo. Es causada por un funcionamiento anormal del sistema inmunológico, donde el cuerpo produce anticuerpos que atacan sus propios tejidos y órganos sanos en lugar de los invasores externos como bacterias o virus.

La enfermedad puede afectar a diversos órganos y sistemas corporales, incluyendo la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón, los pulmones, los vasos sanguíneos y el sistema nervioso central. Los síntomas pueden variar ampliamente entre los afectados, pero algunos de los más comunes incluyen:

1. Erupción cutánea en forma de mariposa en la cara
2. Dolores articulares y musculares
3. Fatiga extrema
4. Fotosensibilidad (sensibilidad a la luz solar)
5. Inflamación de los ganglios linfáticos
6. Anemia
7. Insuficiencia renal
8. Problemas cardiovasculares y pulmonares
9. Trastornos neurológicos y psiquiátricos

El diagnóstico del LES se realiza mediante una combinación de historial clínico, examen físico, análisis de sangre y orina, así como otras pruebas de diagnóstico por imágenes o biopsias según sea necesario. El tratamiento del LES generalmente implica una combinación de medicamentos inmunosupresores, antiinflamatorios y corticosteroides, así como terapias dirigidas a los síntomas específicos que presenta cada paciente. La enfermedad tiene períodos de exacerbaciones (brotes) y remisiones, y el manejo adecuado puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Los anticuerpos antiidiotípicos son un tipo especial de anticuerpos que se producen en el cuerpo como parte de la respuesta inmunológica. Se caracterizan por su capacidad de reconocer y unirse a las regiones específicas (conocidas como idiotipos) de otros anticuerpos.

La región idiotipo de un anticuerpo es única y específica para cada individuo, lo que significa que los anticuerpos antiidiotipos pueden utilizarse como marcadores de la respuesta inmunológica individual a un antígeno determinado.

Los anticuerpos antiidiotipos también pueden utilizarse en terapia, ya que pueden modular la actividad de otros anticuerpos y desempeñar un papel importante en la regulación de la respuesta inmunológica. Por ejemplo, los anticuerpos antiidiotipos se han utilizado en el tratamiento del cáncer y de enfermedades autoinmunitarias.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la producción de anticuerpos antiidiotipos también puede desempeñar un papel en la patogénesis de algunas enfermedades, como las enfermedades autoinmunitarias y los trastornos linfoproliferativos.

El movimiento celular, en el contexto de la biología y la medicina, se refiere al proceso por el cual las células vivas pueden desplazarse o migrar de un lugar a otro. Este fenómeno es fundamental para una variedad de procesos fisiológicos y patológicos, incluyendo el desarrollo embrionario, la cicatrización de heridas, la respuesta inmune y el crecimiento y propagación del cáncer.

Existen varios mecanismos diferentes que permiten a las células moverse, incluyendo:

1. Extensión de pseudópodos: Las células pueden extender protrusiones citoplasmáticas llamadas pseudópodos, que les permiten adherirse y deslizarse sobre superficies sólidas.
2. Contracción del actomiosina: Las células contienen un complejo proteico llamado actomiosina, que puede contraerse y relajarse para generar fuerzas que mueven el citoesqueleto y la membrana celular.
3. Cambios en la adhesión celular: Las células pueden cambiar su nivel de adhesión a otras células o a la matriz extracelular, lo que les permite desplazarse.
4. Flujo citoplasmático: El movimiento de los orgánulos y otros componentes citoplasmáticos puede ayudar a impulsar el movimiento celular.

El movimiento celular está regulado por una variedad de señales intracelulares y extracelulares, incluyendo factores de crecimiento, quimiocinas y integrinas. La disfunción en cualquiera de estos mecanismos puede contribuir al desarrollo de enfermedades, como el cáncer y la enfermedad inflamatoria crónica.

La fosforilación es un proceso bioquímico fundamental en las células vivas, donde se agrega un grupo fosfato a una molécula, típicamente a una proteína. Esto generalmente se realiza mediante la transferencia de un grupo fosfato desde una molécula donadora de alta energía, como el ATP (trifosfato de adenosina), a una molécula receptora. La fosforilación puede cambiar la estructura y la función de la proteína, y es un mecanismo clave en la transducción de señales y el metabolismo energético dentro de las células.

Existen dos tipos principales de fosforilación: la fosforilación oxidativa y la fosforilación subsidiaria. La fosforilación oxidativa ocurre en la membrana mitocondrial interna durante la respiración celular y es responsable de la generación de la mayor parte de la energía celular en forma de ATP. Por otro lado, la fosforilación subsidiaria es un proceso regulador que ocurre en el citoplasma y nucleoplasma de las células y está involucrada en la activación y desactivación de enzimas y otras proteínas.

La fosforilación es una reacción reversible, lo que significa que la molécula fosforilada puede ser desfosforilada por la eliminación del grupo fosfato. Esta reversibilidad permite que las células regulen rápidamente las vías metabólicas y señalizadoras en respuesta a los cambios en el entorno celular.

Los hibridomas son líneas celulares inmortales que se crean mediante la fusión de linfocitos B (un tipo de glóbulos blancos) de un animal donante con células tumorales. Este proceso permite que las células resultantes produzcan anticuerpos monoclonales, que son idénticos y consisten en un solo tipo de cadena ligera y una cadena pesada.

Los anticuerpos monoclonales son moléculas proteicas específicas que se unen a un antígeno particular, una sustancia extraña que desencadena una respuesta inmunitaria. La capacidad de producir grandes cantidades de anticuerpos monoclonales hace que los hibridomas sean útiles en la investigación científica y en el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades, incluyendo cánceres y trastornos autoinmunes.

La tecnología de hibridomas fue desarrollada por primera vez en la década de 1970 por los científicos Georges Köhler y César Milstein, quienes recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1984 por su trabajo.

Los adyuvantes inmunológicos son sustancias que se añaden a un antígeno (una sustancia que induce la producción de anticuerpos) para mejorar o potenciar la respuesta inmune del organismo frente a ese antígeno. Estos adyuvantes pueden estimular el sistema inmunológico de diferentes maneras, como proporcionando un estímulo adicional que atrae y activa células inmunes, o mediante la lenta liberación del antígeno para permitir una exposición más prolongada al sistema inmune.

Los adyuvantes inmunológicos se utilizan en vacunas para aumentar su eficacia y potenciar la respuesta inmunitaria contra patógenos específicos, como bacterias o virus. Algunos ejemplos de adyuvantes comunes incluyen el aluminio hidróxido, el fosfato de calcio y el aceite de parafina.

Es importante tener en cuenta que los adyuvantes inmunológicos pueden estar asociados con efectos secundarios, como inflamación local o fiebre leve, ya que aumentan la respuesta inmune del cuerpo. Sin embargo, estos efectos suelen ser temporales y desaparecen después de unos días.

El moquillo canino, también conocido como distemper canino, es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los perros, aunque puede infectar a otros animales como mapaches, zorros, hurones y morsas. La enfermedad es causada por el virus del moquillo canino (CDV), un morbillivirus de la familia Paramyxoviridae.

El CDV ataca el sistema inmunológico, el sistema nervioso central y otros órganos. Los síntomas más comunes incluyen descarga nasal y ocular, tos, fiebre, pérdida de apetito, vómitos y diarrea. A medida que la enfermedad avanza, pueden presentarse problemas neurológicos como temblores musculares, convulsiones y parálisis.

El moquillo canino no tiene cura y el tratamiento se basa en aliviar los síntomas. La prevención es la mejor estrategia y se realiza mediante la vacunación regular de acuerdo con el calendario recomendado por un veterinario.

Los antígenos CD30 son marcadores proteicos encontrados en la superficie de ciertas células del sistema inmune, específicamente los linfocitos. La proteína CD30 pertenece a la familia de receptores TNF (factor de necrosis tumoral) y desempeña un papel importante en la activación y proliferación de células T y B.

La expresión de CD30 está asociada con una variedad de procesos fisiológicos e inmunopatológicos, incluyendo respuestas inmunitarias agudas y crónicas, así como en diversos tipos de linfomas, especialmente el linfoma de Hodgkin y los linfomas cutáneos T CD30-positivos.

El análisis de la expresión de CD30 puede ser útil en el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del tratamiento de estas enfermedades. La detección de CD30 se realiza mediante inmunofenotipificación, una técnica que utiliza anticuerpos marcados fluorescentemente para identificar y cuantificar diferentes tipos de células y proteínas en muestras de tejido o sangre.

Los Receptores Virales son estructuras proteicas situadas en la membrana celular o dentro de la célula (en el citoplasma o en el núcleo) que un virus utiliza como punto de entrada para infectar a la célula. Estos receptores se unen específicamente a las moléculas presentes en la superficie del virus, lo que permite al virus interactuar e introducir su material genético dentro de la célula huésped. Este proceso es crucial para el ciclo de vida del virus y puede variar entre diferentes tipos de virus y células huésped. La identificación de estos receptores virales es importante en el estudio de las interacciones vírus-huésped y en el desarrollo de estrategias terapéuticas y preventivas para enfermedades infecciosas.

El Factor de Necrosis Tumoral alfa (TNF-α) es una citocina que pertenece a la familia de las necrosis tumoral (TNF). Es producido principalmente por macrófagos activados, aunque también puede ser secretado por otras células como linfocitos T helper 1 (Th1), neutrófilos y mast cells.

La TNF-α desempeña un papel crucial en la respuesta inmune innata y adaptativa, ya que participa en la activación de células inflamatorias, la inducción de apoptosis (muerte celular programada), la inhibición de la proliferación celular y la estimulación de la diferenciación celular.

La TNF-α se une a dos receptores distintos: el receptor de muerte (DR) y el receptor tipo 2 de factor de necrosis tumoral (TNFR2). La unión de la TNF-α al DR puede inducir apoptosis en células tumorales y otras células, mientras que la unión a TNFR2 está involucrada en la activación y proliferación de células inmunes.

La TNF-α también se ha relacionado con diversas patologías inflamatorias y autoinmunes, como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la psoriasis y el síndrome del shock tóxico. Además, se ha demostrado que la TNF-α desempeña un papel importante en la fisiopatología de la sepsis y el choque séptico.

La leucemia linfoide es un tipo de cáncer de la sangre que se origina en los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunológico. Existen dos principales tipos de linfocitos: los linfocitos B y los linfocitos T. La leucemia linfoide puede afectar a cualquiera de estos dos tipos de células, dando lugar a dos subtipos específicos: la leucemia linfocítica crónica (LLC), que se desarrolla a partir de los linfocitos B maduros, y la leucemia linfoblástica aguda (LLA), que se origina en los linfoblastos, células inmaduras que se convertirán en linfocitos T o B.

En la leucemia linfoide, las células cancerosas se multiplican de manera descontrolada en la médula ósea y pueden acumularse en el torrente sanguíneo, impidiendo así el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Estas células anormales también pueden propagarse a otros órganos y tejidos, como los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado o el sistema nervioso central, provocando diversas complicaciones de salud.

Los síntomas más comunes de la leucemia linfoide incluyen fatiga, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de apetito y peso, moretones y sangrados fáciles, infecciones recurrentes, palidez, hinchazón de los ganglios linfáticos y esplenomegalia (agrandamiento del bazo). El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre, biopsia de médula ósea y otros exámenes especializados, como citometría de flujo y estudios genéticos y citogenéticos. El tratamiento dependerá del tipo y estadio de la enfermedad, la edad y el estado de salud general del paciente, y puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida, trasplante de células madre y cuidados de soporte.

Los miembros 14 de los receptores del factor de necrosis tumoral (TNFRSF14, también conocido como HVEM o herpesvirus entry mediator) son una proteína que pertenece a la familia de los receptores del factor de necrosis tumoral (TNFR). Se expresa en varios tejidos, incluyendo linfocitos T y B, células naturales killer (NK), células dendríticas y células endoteliales.

La proteína TNFRSF14 consta de un dominio extracelular, un dominio transmembrana y un dominio citoplasmático. El dominio extracelular interactúa con varios ligandos, incluyendo LIGHT (TNFSF14), BTLA (B- and T-lymphocyte attenuator) y CD160. La interacción de TNFRSF14 con estos ligandos desencadena una variedad de respuestas celulares, incluyendo la activación, proliferación y supervivencia de las células T y B, así como la regulación de la respuesta inmune.

Las mutaciones en el gen TNFRSF14 se han asociado con diversas enfermedades autoinmunes, incluyendo artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico y esclerosis múltiple. Además, la proteína TNFRSF14 desempeña un papel importante en la infección por virus del herpes, ya que actúa como un co-receptor para la entrada de algunos virus del herpes en las células huésped.

La proliferación celular es un proceso biológico en el que las células se dividen y aumentan su número. Este proceso está regulado por factores de crecimiento y otras moléculas de señalización, y desempeña un papel crucial en procesos fisiológicos normales, como el desarrollo embrionario, la cicatrización de heridas y el crecimiento durante la infancia.

Sin embargo, la proliferación celular descontrolada también puede contribuir al crecimiento y propagación de tumores malignos o cancerosos. En tales casos, las células cancerosas evaden los mecanismos normales de control del crecimiento y continúan dividiéndose sin detenerse, lo que lleva a la formación de un tumor.

La capacidad de una célula para proliferar se mide a menudo mediante el conteo de células o por la determinación de la tasa de crecimiento celular, que se expresa como el número de células que se dividen en un período de tiempo determinado. Estas medidas pueden ser importantes en la investigación médica y clínica, ya que proporcionan información sobre los efectos de diferentes tratamientos o condiciones experimentales sobre el crecimiento celular.

La reacción de inmunoadherencia, también conocida como prueba de inmunoadherencia (IHA), es un método de diagnóstico utilizado para detectar la presencia de anticuerpos específicos en una muestra de sangre del paciente. Es especialmente útil en el diagnóstico de enfermedades infecciosas como la malaria, donde se pueden identificar los antígenos de la pareja de anticuerpos-antígenos en un soporte sólido.

En esta prueba, se mezclan una muestra de sangre del paciente con un antígeno específico en una placa revestida previamente con proteínas. Si el paciente tiene anticuerpos contra ese antígeno, se producirá una reacción inmunológica y los complejos antígeno-anticuerpo se unirán a la superficie de la placa. Estos complejos pueden luego ser visualizados y medidos, lo que indica la presencia de una infección o exposición previa a esa enfermedad específica.

Es importante señalar que esta prueba ha sido reemplazada en gran medida por métodos más modernos y sensibles, como las pruebas de ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay) o PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa). Sin embargo, aún se utiliza en algunos contextos clínicos específicos.

La transfección es un proceso de laboratorio en el que se introduce material genético exógeno (generalmente ADN o ARN) en células vivas. Esto se hace a menudo para estudiar la función y la expresión de genes específicos, o para introducir nueva información genética en las células con fines terapéuticos o de investigación.

El proceso de transfección puede realizarse mediante una variedad de métodos, incluyendo el uso de agentes químicos, electroporación, o virus ingenierados genéticamente que funcionan como vectores para transportar el material genético en las células.

Es importante destacar que la transfección se utiliza principalmente en cultivos celulares y no en seres humanos o animales enteros, aunque hay excepciones cuando se trata de terapias génicas experimentales. Los posibles riesgos asociados con la transfección incluyen la inserción aleatoria del material genético en el genoma de la célula, lo que podría desactivar genes importantes o incluso provocar la transformación cancerosa de las células.

Los antagonistas adrenérgicos son medicamentos que bloquean los efectos de las catecolaminas (como la adrenalina y noradrenalina) en el cuerpo. Se unen a los receptores adrenérgicos (proteínas en la superficie celular que se unen a las catecolaminas) sin activarlos, impidiendo así que las catecolaminas endógenas o exógenas se unan y desencadenen una respuesta.

Existen diferentes tipos de antagonistas adrenérgicos, clasificados según el tipo de receptor adrenérgico al que se unen:

1. Antagonistas beta-adrenérgicos: Se unen selectivamente a los receptores beta-adrenérgicos (β1, β2 y β3) en el corazón, pulmones, vasos sanguíneos y tejidos adiposos. Pueden ser selectivos para un subtipo de receptor beta o no selectivos, bloqueando así los efectos de las catecolaminas en múltiples órganos. Se utilizan en el tratamiento de diversas afecciones, como la hipertensión arterial, la angina de pecho, el glaucoma y la fibrilación auricular. Algunos ejemplos son el propanolol, metoprolol, atenolol y labetalol.
2. Antagonistas alfa-adrenérgicos: Se unen a los receptores alfa-adrenérgicos (α1 y α2) en los vasos sanguíneos y el sistema nervioso simpático, reduciendo la resistencia vascular periférica y la presión arterial. También se utilizan en diversas afecciones, como la hipertensión arterial, la fase aguda del infarto de miocardio y la hemorragia subaracnoidea. Algunos ejemplos son la fenoxibenzamina, la prazosina y la doxazosina.
3. Anticolinérgicos: Aunque no se unen directamente a los receptores adrenérgicos, los anticolinérgicos bloquean los efectos del sistema nervioso parasimpático, que actúa en oposición al sistema simpático. Pueden utilizarse en el tratamiento de diversas afecciones, como la enfermedad de Parkinson, la enuresis nocturna y la rinitis alérgica. Algunos ejemplos son la atropina, la escopolamina y la difenhidramina.
4. Antagonistas de los receptores adrenérgicos mixtos: Los antagonistas de los receptores adrenérgicos mixtos se unen a ambos receptores alfa y beta, bloqueando así los efectos simpáticos en múltiples órganos. Se utilizan en el tratamiento de diversas afecciones, como la hipertensión arterial y la fase aguda del infarto de miocardio. Algunos ejemplos son la labetalol y la carvedilol.

En resumen, los antagonistas de los receptores adrenérgicos se utilizan en el tratamiento de diversas afecciones, como la hipertensión arterial, la fase aguda del infarto de miocardio, la enfermedad de Parkinson y la rinitis alérgica. Existen diferentes tipos de antagonistas de los receptores adrenérgicos, como los antagonistas de los receptores beta, los antagonistas de los receptores alfa, los anticolinérgicos y los antagonistas de los receptores adrenérgicos mixtos. Cada tipo de antagonista de los receptores adrenérgicos tiene diferentes indicaciones y efectos secundarios, por lo que es importante seleccionar el tipo adecuado en función de las necesidades del paciente.

En bioquímica y farmacología, un ligando es una molécula que se une a otro tipo de molécula, generalmente un biomolécula como una proteína o un ácido nucléico (ADN o ARN), en una manera específica y con un grado variable de afinidad y reversibilidad. La unión ligando-proteína puede activar o inhibir la función de la proteína, lo que a su vez puede influir en diversos procesos celulares y fisiológicos.

Los ligandos pueden ser pequeñas moléculas químicas, iones, o incluso otras biomoléculas más grandes como las proteínas. Ejemplos de ligandos incluyen:

1. Neurotransmisores: moléculas que se utilizan para la comunicación entre células nerviosas (neuronas) en el sistema nervioso central y periférico. Un ejemplo es la dopamina, un neurotransmisor que se une a receptores de dopamina en el cerebro y desempeña un papel importante en el control del movimiento, el placer y la recompensa.

2. Hormonas: mensajeros químicos producidos por glándulas endocrinas que viajan a través del torrente sanguíneo para llegar a células diana específicas en todo el cuerpo. Un ejemplo es la insulina, una hormona producida por el páncreas que regula los niveles de glucosa en sangre al unirse a receptores de insulina en las células musculares y adiposas.

3. Fármacos: moléculas sintéticas o naturales que se diseñan para interactuar con proteínas específicas, como los receptores, enzimas o canales iónicos, con el fin de alterar su función y producir un efecto terapéutico deseado. Un ejemplo es la morfina, un analgésico opioide que se une a receptores de opioides en el sistema nervioso central para aliviar el dolor.

4. Inhibidores enzimáticos: moléculas que se unen a enzimas específicas y bloquean su actividad, alterando así los procesos metabólicos en los que están involucrados. Un ejemplo es el ácido acetilsalicílico (aspirina), un fármaco antiinflamatorio no esteroideo (AINE) que inhibe la ciclooxigenasa-2 (COX-2), una enzima involucrada en la síntesis de prostaglandinas, compuestos inflamatorios que desempeñan un papel importante en el desarrollo del dolor y la fiebre.

5. Ligandos: moléculas que se unen a proteínas específicas, como los receptores o las enzimas, con diferentes afinidades y estructuras químicas. Los ligandos pueden actuar como agonistas, activando la función de la proteína, o como antagonistas, bloqueando su actividad. Un ejemplo es el agonista parcial del receptor de serotonina 5-HT1D, sumatriptán, un fármaco utilizado para tratar las migrañas al activar los receptores de serotonina en las células vasculares cerebrales y reducir la dilatación de los vasos sanguíneos.

En resumen, los ligandos son moléculas que se unen a proteínas específicas, como los receptores o las enzimas, con diferentes afinidades y estructuras químicas. Los ligandos pueden actuar como agonistas, activando la función de la proteína, o como antagonistas, bloqueando su actividad. Estos compuestos son esenciales en el desarrollo de fármacos y terapias dirigidas a tratar diversas enfermedades y condiciones médicas.

El antígeno CTLA-4, también conocido como receptor de citocinas tipo 4 de la línea celular CD152, es una proteína que se encuentra en la superficie de las células T reguladoras y juega un papel importante en la modulación de la respuesta inmunológica.

La proteína CTLA-4 se une a moléculas CD80 y CD86 presentes en las células presentadoras de antígenos, lo que inhibe la activación de las células T y ayuda a prevenir una respuesta inmunológica excesiva o autoinmune.

El bloqueo del receptor CTLA-4 con anticuerpos monoclonales se ha utilizado como estrategia terapéutica en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, ya que puede aumentar la activación de las células T y mejorar la respuesta inmunitaria contra las células tumorales.

Sin embargo, este tipo de terapia también puede aumentar el riesgo de efectos secundarios autoinmunitarios, ya que elimina una importante vía de supresión del sistema inmunológico.

La "regulación hacia arriba" no es un término médico o científico específico. Sin embargo, en el contexto biomédico, la regulación general se refiere al proceso de controlar los niveles, actividades o funciones de genes, proteínas, células o sistemas corporales. La "regulación hacia arriba" podría interpretarse como un aumento en la expresión, actividad o función de algo.

Por ejemplo, en genética, la regulación hacia arriba puede referirse a un proceso que aumenta la transcripción de un gen, lo que conduce a niveles más altos de ARN mensajero (ARNm) y, en última instancia, a niveles más altos de proteínas codificadas por ese gen. Esto puede ocurrir mediante la unión de factores de transcripción u otras moléculas reguladoras a elementos reguladores en el ADN, como enhancers o silencers.

En farmacología y terapia génica, la "regulación hacia arriba" también se puede referir al uso de estrategias para aumentar la expresión de un gen específico con el fin de tratar una enfermedad o condición. Esto podría implicar el uso de moléculas pequeñas, como fármacos, o técnicas más sofisticadas, como la edición de genes, para aumentar los niveles de ARNm y proteínas deseados.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso del término "regulación hacia arriba" puede ser vago y dependerá del contexto específico en el que se use. Por lo tanto, siempre es recomendable buscar una definición más precisa y específica en el contexto dado.

Los linfocitos nulos son un tipo poco común de glóbulos blancos que carecen de marcadores de superficie celular específicos, como CD3, CD4, CD8 y CD19, que normalmente se encuentran en los linfocitos T y B maduros. Estas células no encajan completamente en las categorías convencionales de linfocitos T o B y su función y origen siguen siendo objeto de investigación. Algunos estudios sugieren que pueden representar una etapa temprana en la diferenciación de los linfocitos T o B, mientras que otros proponen que podrían constituir una línea celular distinta con propiedades inmunorreguladoras únicas. Los linfocitos nulos pueden desempeñar un papel en la respuesta inmune y se han relacionado con diversas afecciones clínicas, como infecciones virales, cánceres hematológicos y trastornos autoinmunes. Sin embargo, su papel exacto en la fisiopatología de estas enfermedades requiere una mejor comprensión y caracterización adicionales.

La ciclosporina es un fármaco inmunosupresor, derivado de una toxina producida por un hongo llamado Tolypocladium inflatum Gams. Se utiliza principalmente en el tratamiento de enfermedades autoinmunitarias y trasplantados de órganos para prevenir el rechazo agudo del injerto. La ciclosporina funciona inhibiendo la activación de los linfocitos T, células clave en la respuesta inmunitaria del organismo. Al hacerlo, reduce la capacidad del sistema inmune para atacar y dañar el tejido transplantado o propio, en caso de enfermedades autoinmunitarias.

Este medicamento se administra por vía oral o intravenosa y requiere un seguimiento cuidadoso de los niveles sanguíneos, ya que su eficacia y toxicidad están relacionadas con la concentración plasmática. Los efectos secundarios comunes incluyen hipertensión arterial, trastornos renales, aumento del riesgo de infecciones y algunos efectos adversos dermatológicos. El médico debe evaluar cuidadosamente los beneficios y riesgos antes de recetar ciclosporina y monitorear regularmente al paciente durante el tratamiento.

Los Modelos Inmunológicos son representaciones simplificadas o sistemas diseñados para imitar y estudiar los procesos y respuestas del sistema inmunitario en un entorno controlado. Estos modelos pueden ser experimentales, computacionales o teóricos.

1. Modelos Experimentales: involucran el uso de organismos vivos, células u órganos aislados para estudiar las interacciones y respuestas inmunológicas. Pueden ser in vivo (en un organismo vivo, como ratones transgénicos o congénitos) o in vitro (en un entorno de laboratorio, como cultivos de células).

2. Modelos Computacionales: son representaciones matemáticas y computacionales de procesos inmunológicos. Se utilizan para simular, analizar y predecir el comportamiento del sistema inmunitario en diversas condiciones. Pueden variar desde modelos a nivel molecular hasta sistemas completos.

3. Modelos Teóricos: implican la formulación de hipótesis y teorías sobre los mecanismos y procesos inmunológicos. Estos modelos se basan en observaciones empíricas, datos experimentales y principios bien establecidos de la inmunología.

Los modelos inmunológicos son esenciales para avanzar en nuestra comprensión de los procesos inmunológicos, desarrollar nuevas terapias y vacunas, y predecir el comportamiento del sistema inmunitario en diversas condiciones de salud y enfermedad.

El calcio es un mineral esencial para el organismo humano, siendo el ion calcium (Ca2+) el más abundante en el cuerpo. Se almacena principalmente en los huesos y dientes, donde mantiene su estructura y fuerza. El calcio también desempeña un papel crucial en varias funciones corporales importantes, como la transmisión de señales nerviosas, la contracción muscular, la coagulación sanguínea y la secreción hormonal.

La concentración normal de calcio en el plasma sanguíneo es estrictamente regulada por mecanismos hormonales y otros factores para mantener un equilibrio adecuado. La vitamina D, el parathormona (PTH) y la calcitonina son las hormonas principales involucradas en este proceso de regulación.

Una deficiencia de calcio puede conducir a diversos problemas de salud, como la osteoporosis, raquitismo, y convulsiones. Por otro lado, un exceso de calcio en la sangre (hipercalcemia) también puede ser perjudicial y causar síntomas como náuseas, vómitos, confusión y ritmo cardíaco anormal.

Las fuentes dietéticas de calcio incluyen lácteos, verduras de hoja verde, frutos secos, pescado con espinas (como el salmón enlatado), tofu y productos fortificados con calcio, como jugo de naranja y cereales. La absorción de calcio puede verse afectada por varios factores, como la edad, los niveles de vitamina D y la presencia de ciertas condiciones médicas o medicamentos.

Una línea celular transformada es una línea celular que ha experimentado un cambio fundamental en su estructura y función como resultado de la introducción de ADN exógeno, a menudo a través de la transfección o transducción con virus. Este proceso puede alterar el fenotipo celular y conducir a una proliferación celular ilimitada, lo que permite el cultivo continuo de estas células en laboratorio. Las líneas celulares transformadas se utilizan ampliamente en la investigación científica, particularmente en los estudios de biología molecular y de células tumorales. Sin embargo, también presentan limitaciones y riesgos, como la posibilidad de comportamientos anómalos y la pérdida de características fisiológicas relevantes, lo que puede afectar la validez y aplicabilidad de los resultados experimentales.

La presentación de antígeno es un proceso fundamental en el sistema inmune adaptativo, donde las células presentadoras de antígenos (APC) activan los linfocitos T para desencadenar una respuesta inmunitaria específica contra patógenos invasores o células cancerosas.

En la presentación de antígeno, las APC, como las células dendríticas, macrófagos y linfocitos B, capturan y procesan los antígenos (peptídicos o proteínicos) extraños o propios alterados. Los antígenos se procesan en pequeños fragmentos peptídicos dentro de las vesículas endosomales y luego se cargan sobre el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) clase I o II, dependiendo del tipo de célula APC y del destino de los antígenos.

Los complejos MHC-antígeno son luego transportados a la membrana celular y presentados a los linfocitos T CD8+ (citotóxicos) o CD4+ (auxiliares), respectivamente, en los ganglios linfáticos. La interacción entre el receptor de linfocitos T (TCR) y el complejo MHC-antígeno, junto con las moléculas coestimuladorias adicionales y citoquinas, desencadena la activación de los linfocitos T y su diferenciación en células efectoras o memoria.

La presentación de antígeno es crucial para el reconocimiento y eliminación de patógenos y células infectadas o dañadas, así como para el desarrollo de la tolerancia inmunológica a los autoantígenos propios.

Los inmunoconjugados son moléculas híbridas diseñadas mediante la unión de un agente terapéutico, generalmente un fármaco citotóxico o una sustancia radiactiva, a un anticuerpo monoclonal específico que reconoce y se une a determinados antígenos presentes en las células tumorales. Estos inmunoconjugados aprovechan la capacidad de los anticuerpos para localizar y unirse selectivamente a células diana, lo que permite entregar el agente terapéutico directamente al sitio del objetivo, aumentando su eficacia y reduciendo los efectos secundarios sistémicos no deseados. Los inmunoconjugados se utilizan en el tratamiento de diversos tipos de cáncer y enfermedades autoinmunitarias.

En resumen, un inmunoconjugado es una molécula híbrida formada por la combinación de un anticuerpo monoclonal y un agente terapéutico, que permite una entrega dirigida y selectiva del fármaco a células diana específicas.

Las glicoproteínas son moléculas complejas formadas por la unión de una proteína y un carbohidrato (o varios). Este tipo de moléculas se encuentran en casi todas las células vivas y desempeñan una variedad de funciones importantes en el organismo.

La parte proteica de la glicoproteína está formada por aminoácidos, mientras que la parte glucídica (también llamada "grupo glicano") está compuesta por uno o más azúcares simples, como glucosa, galactosa, manosa, fructosa, N-acetilglucosamina y ácido sialico.

La unión de la proteína con el carbohidrato se produce mediante enlaces covalentes, lo que confiere a las glicoproteínas una gran diversidad estructural y funcional. Algunas glicoproteínas pueden tener solo unos pocos residuos de azúcar unidos a ellas, mientras que otras pueden contener cadenas glucídicas complejas y largas.

Las glicoproteínas desempeñan diversas funciones en el organismo, como servir como receptores celulares para moléculas señalizadoras, participar en la respuesta inmunitaria, facilitar la adhesión celular y proporcionar protección mecánica a las células. También desempeñan un papel importante en el transporte de lípidos y otras moléculas a través de las membranas celulares.

En medicina, el estudio de las glicoproteínas puede ayudar a comprender diversos procesos patológicos, como la infección viral, la inflamación, el cáncer y otras enfermedades crónicas. Además, las glicoproteínas pueden utilizarse como marcadores diagnósticos o pronósticos de enfermedades específicas.

FN-κB (Factor nuclear kappa B) es una proteína que desempeña un papel crucial en la respuesta inmunológica y la inflamación. Se trata de un factor de transcripción que regula la expresión génica en respuesta a diversos estímulos, como las citocinas y los radicales libres.

El FN-κB se encuentra normalmente inactivo en el citoplasma de la célula, unido a su inhibidor, IκB (Inhibidor del factor nuclear kappa B). Cuando se activa, el IκB es fosforilado e hidrolizado por una proteasa específica, lo que permite la translocación del FN-κB al núcleo celular. Una vez allí, el FN-κB se une a secuencias específicas de ADN y regula la expresión génica.

El desequilibrio en la activación del FN-κB ha sido implicado en diversas enfermedades, como las enfermedades autoinmunes, el cáncer y la inflamación crónica. Por lo tanto, el control de la activación del FN-κB es un objetivo terapéutico importante en el tratamiento de estas enfermedades.

Las proteínas recombinantes son versiones artificiales de proteínas que se producen mediante la aplicación de tecnología de ADN recombinante. Este proceso implica la inserción del gen que codifica una proteína particular en un organismo huésped, como bacterias o levaduras, que pueden entonces producir grandes cantidades de la proteína.

Las proteínas recombinantes se utilizan ampliamente en la investigación científica y médica, así como en la industria farmacéutica. Por ejemplo, se pueden usar para estudiar la función y la estructura de las proteínas, o para producir vacunas y terapias enzimáticas.

La tecnología de proteínas recombinantes ha revolucionado muchos campos de la biología y la medicina, ya que permite a los científicos producir cantidades casi ilimitadas de proteínas puras y bien caracterizadas para su uso en una variedad de aplicaciones.

Sin embargo, también plantea algunos desafíos éticos y de seguridad, ya que el proceso de producción puede involucrar organismos genéticamente modificados y la proteína resultante puede tener diferencias menores pero significativas en su estructura y función en comparación con la proteína natural.

Los antígenos CD27 son marcadores proteicos encontrados en la superficie de células T y células B maduras. La proteína CD27 pertenece a la familia de las proteínas TNF-R (Tumor Necrosis Factor Receptor) y desempeña un papel importante en la activación y diferenciación de células inmunes.

La presencia del antígeno CD27 en células T indica que estas células son efectoras o de memoria, lo que significa que han sido expuestas previamente a un antígeno y pueden desencadenar una respuesta inmune específica. Por otro lado, la ausencia del antígeno CD27 en células T indica que se trata de células naivas o inmaduras.

En las células B, el antígeno CD27 se utiliza como un marcador para identificar células B de memoria y plasmablastos. Las células B de memoria son células B que han sido expuestas previamente a un antígeno y pueden responder rápidamente a una re-exposición al mismo antígeno. Los plasmablastos son células B diferenciadas que producen grandes cantidades de anticuerpos.

En resumen, los antígenos CD27 son proteínas importantes en la activación y diferenciación de células inmunes y se utilizan como marcadores para identificar diferentes subconjuntos de células T y B.

Los antígenos CD40 son moléculas proteicas que se encuentran en la superficie de células presentadoras de antígenos, como las células dendríticas y los linfocitos B. La proteína CD40 desempeña un papel crucial en la activación del sistema inmune adaptativo, particularmente en la activación de los linfocitos T helper (Th).

La interacción entre el ligando CD154 (también conocido como CD40L) en la superficie de los linfocitos T activados y el antígeno CD40 en las células presentadoras de antígenos desencadena una cascada de señalización que conduce a la activación de las células presentadoras de antígenos y la producción de citokinas, lo que ayuda a coordinar la respuesta inmune adaptativa.

Los antígenos CD40 también se han identificado en otras células, como células endoteliales y células epiteliales, y se ha sugerido que desempeñan un papel en la regulación de diversos procesos fisiológicos y patológicos, como la inflamación, la angiogénesis y el cáncer.

La estimulación de los antígenos CD40 se ha utilizado como estrategia terapéutica en el tratamiento de diversas enfermedades, incluyendo ciertos tipos de cáncer y trastornos autoinmunes.

Las células TH1 son un tipo de linfocitos T helper, que son glóbulos blancos del sistema inmunológico. Se diferencian de otras subpopulaciones de células T helper, como las células TH2 y TH17, en su función y los tipos de citokinas que producen.

Las células TH1 juegan un papel importante en la respuesta inmune adaptativa contra patógenos intracelulares, como virus y bacterias. Se activan en presencia de citokinas como la interleucina-12 (IL-12) y producen citokinas proinflamatorias, como el interferón gamma (IFN-γ), que ayudan a coordinar la respuesta inmune contra los patógenos.

Las citokinas producidas por las células TH1 también pueden contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes y crónicas inflamatorias, como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, cuando se activan en respuesta a autoantígenos o por una regulación inadecuada del sistema inmune.

Los epítopos de linfocitos T son regiones específicas y limitadas de un antígeno que pueden ser reconocidas por los receptores de linfocitos T (TCR, por sus siglas en inglés). Los linfocitos T desempeñan un papel crucial en el sistema inmune adaptativo, participando en la respuesta inmunitaria celular contra células infectadas o dañadas.

Los epítopos de linfocitos T se presentan a los linfocitos T en forma de péptidos restringidos por el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC, por sus siglas en inglés). Existen dos tipos principales de MHC: MHC de clase I y MHC de clase II. Los epítopos presentados por MHC de clase I generalmente provienen de proteínas citosólicas procesadas dentro del citoplasma celular, mientras que los epítopos presentados por MHC de clase II suelen provenir de proteínas extracelulares internalizadas por endocitosis o fagocitosis.

La unión entre el epítopo y el TCR desencadena la activación de los linfocitos T, lo que puede resultar en la eliminación de células infectadas o dañadas. La especificidad de este reconocimiento es fundamental para una respuesta inmunitaria eficaz y adaptativa.

Los ratones consanguíneos DBA (siglas en inglés para "Distinguished Beige A") son una cepa de ratones de laboratorio que se utilizan en investigación médica y biológica. Estos ratones tienen un fondo genético uniforme y comparten un conjunto específico de genes heredados de un antepasado común, lo que los hace genéticamente idénticos excepto por las mutaciones espontáneas que puedan ocurrir.

La cepa DBA/2 es una de las cepas más antiguas y ampliamente utilizadas en la investigación biomédica. Los ratones DBA/2 son propensos a desarrollar diversas enfermedades, como anemia hemolítica, diabetes, enfermedad cardiovascular y algunos tipos de cáncer, lo que los hace útiles para el estudio de estas enfermedades y la evaluación de posibles tratamientos.

Además, los ratones DBA/2 tienen una respuesta inmunológica distintiva a diversos estímulos, como infecciones o vacunas, lo que los hace útiles para el estudio del sistema inmunitario y la investigación de enfermedades autoinmunes.

En resumen, los ratones consanguíneos DBA son una cepa de ratones de laboratorio con un fondo genético uniforme y propensos a desarrollar diversas enfermedades, lo que los hace útiles para la investigación biomédica y el estudio del sistema inmunitario.

El término "traslado adoptivo" es usado en el campo de la inmunología y se refiere a un proceso experimental en el que las células inmunes productoras de una respuesta inmune específica, como las células T citotóxicas, son transferidas de un organismo donante a un receptor. Este método es utilizado en la investigación para estudiar diversos aspectos de la respuesta inmunitaria y desarrollar posibles estrategias terapéuticas.

En este procedimiento, las células T específicas se aíslan del donante, que ha sido previamente estimulado con un antígeno particular para inducir la producción de esas células. A continuación, estas células se transfieren al receptor, el cual puede ser un animal o un humano con un sistema inmunológico deficiente o suprimido. La transferencia permite que el receptor desarrolle una respuesta inmune adaptativa contra el antígeno específico utilizando las células T adoptivamente transferidas.

El traslado adoptivo se ha empleado en diversas áreas de investigación, incluyendo el cáncer y las enfermedades infecciosas, con el objetivo de evaluar su potencial como tratamiento para reforzar la respuesta inmunitaria contra patógenos o tumores. No obstante, a pesar de los prometedores resultados preclínicos, el traslado adoptivo todavía se encuentra en fases tempranas de desarrollo y presenta desafíos significativos que deben ser abordados antes de que pueda convertirse en una terapia clínica ampliamente aplicable.

El VIH-1 (Virus de Inmunodeficiencia Humana tipo 1) es un subtipo del virus de la inmunodeficiencia humana que causa la enfermedad conocida como SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). El VIH-1 se transmite a través del contacto con fluidos corporales infectados, como la sangre, el semen, los líquidos vaginales y la leche materna. Se trata de un retrovirus que ataca al sistema inmunológico, especialmente a los linfocitos CD4+ o células T helper, lo que resulta en una disminución progresiva de su número y, por ende, en la capacidad del organismo para combatir infecciones e incluso algunos tipos de cáncer. El VIH-1 se divide en diferentes subtipos o clados (designados con letras del alfabeto) y diversas variantes o circulating recombinant forms (CRFs), dependiendo de su origen geográfico y genético.

El diagnóstico del VIH-1 se realiza mediante pruebas serológicas que detectan la presencia de anticuerpos contra el virus en la sangre, aunque también existen pruebas moleculares más específicas, como la PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa), que identifican directamente el material genético del VIH-1. Actualmente, no existe cura para la infección por VIH-1, pero los tratamientos antirretrovirales combinados (TAR) han demostrado ser eficaces en controlar la replicación del virus y mejorar la calidad de vida y esperanza de vida de las personas infectadas.

Los antígenos CD38 son moléculas proteicas que se encuentran en la superficie de varias células del sistema inmune, incluyendo los linfocitos B y T. La proteína CD38 está involucrada en una variedad de procesos celulares, como el metabolismo de nutrientes y la señalización celular.

En el contexto médico, los antígenos CD38 pueden utilizarse como marcadores para identificar y caracterizar diferentes tipos de células inmunes en diagnósticos y estudios de investigación. Por ejemplo, los linfocitos B maduros y activados expresan altos niveles de CD38 en su superficie, lo que puede ayudar a distinguirlos de otros tipos de células.

Además, los antígenos CD38 también pueden ser un objetivo terapéutico en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer, como los linfomas y leucemias. Existen fármacos que se unen específicamente a la proteína CD38 y la bloquean, lo que puede ayudar a reducir la proliferación y supervivencia de las células cancerosas. Ejemplos de estos fármacos incluyen el daratumumab y el isatuximab.

En el contexto médico y científico, la interfase se refiere a la región o zona donde dos sistemas biológicos diferentes entran en contacto y pueden interactuar, como las superficies de células adyacentes, una célula y un virus, o una célula y un implante médico. La interfase es un área importante de estudio en disciplinas como la bioquímica, la biología celular y la virología, ya que los procesos que tienen lugar en esta zona pueden influir en la comunicación celular, la adhesión celular, la infección viral y la respuesta inmune, entre otros fenómenos.

En términos más específicos, la interfase puede referirse a la unión entre dos membranas celulares, como la membrana plasmática de una célula huésped y la membrana de un virus que está infectando a esa célula. En esta zona de contacto, las moléculas de las dos membranas pueden interactuar, intercambiar sustancias o incluso fusionarse, lo que puede desencadenar una serie de eventos bioquímicos y celulares importantes para la supervivencia y función de ambos sistemas.

La investigación de los procesos que tienen lugar en la interfase puede ayudar a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas y preventivas para una variedad de enfermedades, incluyendo infecciones virales, cáncer y enfermedades neurodegenerativas.

La relación CD4-CD8 es un parámetro utilizado en la medición del estado inmunológico, especialmente en el contexto de infecciones por VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana).

Las células CD4 y CD8 son dos tipos importantes de glóbulos blancos o linfocitos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario. Las células CD4, también conocidas como células T helper o linfocitos T colaboradores, ayudan a coordinar la respuesta inmunitaria al identificar y combatir diversas amenazas para el organismo. Por otro lado, las células CD8, también llamadas células citotóxicas o linfocitos T supresores, destruyen directamente las células infectadas o cancerosas.

La relación CD4-CD8 se calcula como el número de células CD4 dividido entre el número de células CD8 en una muestra de sangre. En individuos sanos, esta relación suele ser superior a 1, lo que indica un sistema inmunológico funcional y equilibrado. Sin embargo, durante la infección por VIH, el virus preferentemente infecta y destruye las células CD4, lo que lleva a una disminución de su número y, en consecuencia, a una relación CD4-CD8 desequilibrada o inferior a 1.

El seguimiento de la relación CD4-CD8 es útil para monitorizar el progreso de la infección por VIH y evaluar la eficacia del tratamiento antirretroviral (TAR). Una relación CD4-CD8 normalizada o aumentada puede indicar una respuesta favorable al tratamiento, mientras que una relación persistentemente baja puede sugerir la necesidad de ajustar el plan de tratamiento.

La relación dosis-respuesta a drogas es un concepto fundamental en farmacología que describe la magnitud de la respuesta de un organismo a diferentes dosis de una sustancia química, como un fármaco. La relación entre la dosis administrada y la respuesta biológica puede variar según el individuo, la vía de administración del fármaco, el tiempo de exposición y otros factores.

En general, a medida que aumenta la dosis de un fármaco, también lo hace su efecto sobre el organismo. Sin embargo, este efecto no siempre es lineal y puede alcanzar un punto máximo más allá del cual no se produce un aumento adicional en la respuesta, incluso con dosis más altas (plateau). Por otro lado, dosis muy bajas pueden no producir ningún efecto detectable.

La relación dosis-respuesta a drogas puede ser cuantificada mediante diferentes métodos experimentales, como estudios clínicos controlados o ensayos en animales. Estos estudios permiten determinar la dosis mínima efectiva (la dosis más baja que produce un efecto deseado), la dosis máxima tolerada (la dosis más alta que se puede administrar sin causar daño) y el rango terapéutico (el intervalo de dosis entre la dosis mínima efectiva y la dosis máxima tolerada).

La relación dosis-respuesta a drogas es importante en la práctica clínica porque permite a los médicos determinar la dosis óptima de un fármaco para lograr el efecto deseado con un mínimo riesgo de efectos adversos. Además, esta relación puede ser utilizada en la investigación farmacológica para desarrollar nuevos fármacos y mejorar los existentes.

La interleucina-1 (IL-1) es una citocina proinflamatoria que desempeña un papel crucial en la respuesta inmunitaria del cuerpo. Existen dos tipos principales de IL-1: IL-1α y IL-1β, ambas activan los mismos receptores y producen efectos similares.

La IL-1 se produce principalmente por macrófagos y células dendríticas, aunque también puede ser secretada por otras células como células endoteliales, células epiteliales y células B. La IL-1 es responsable de la activación de los linfocitos T y B, la proliferación celular y la diferenciación, así como de la estimulación de la producción de otras citocinas proinflamatorias.

La IL-1 desempeña un papel importante en la respuesta inmunitaria innata al activar la expresión de genes relacionados con la inflamación y la inmunidad, como las proteínas de fase aguda y las citocinas. También participa en la regulación de la respuesta adaptativa al aumentar la presentación de antígenos y promover la activación de linfocitos T.

La IL-1 ha sido implicada en una variedad de procesos fisiológicos y patológicos, incluyendo la fiebre, el dolor, la inflamación, la respuesta inmunitaria, la diferenciación ósea y el desarrollo del sistema nervioso central. La IL-1 también se ha asociado con enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y la psoriasis, así como con enfermedades inflamatorias como la septicemia y la enfermedad de Crohn.

La tonsila palatina, también conocida simplemente como tonsila, es un tejido linfoide ubicado en la parte posterior de la garganta, específicamente en la región nasofaríngea. Forma parte de las amígdalas de Waldeyer, un conjunto de tejidos linfoides que se encuentran en el tracto superior respiratorio y digestivo, y desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico.

Las tonsilas palatinas tienen forma ovalada y están compuestas por tejido linfoide rico en glóbulos blancos, como los linfocitos B y T, que ayudan a proteger al organismo contra infecciones y patógenos que ingresan al cuerpo a través de la boca y la nariz.

Aunque desempeñan un papel importante en el sistema inmunológico, las tonsilas palatinas también pueden ser susceptibles a infecciones e inflamaciones, lo que puede causar amigdalitis, faringitis o incluso abscesos en la región circundante. En algunos casos, cuando las infecciones son recurrentes o severas, se puede considerar la extirpación quirúrgica de las tonsilas palatinas, una intervención conocida como amigdalectomía.

La expresión génica es un proceso biológico fundamental en la biología molecular y la genética que describe la conversión de la información genética codificada en los genes en productos funcionales, como ARN y proteínas. Este proceso comprende varias etapas, incluyendo la transcripción, procesamiento del ARN, transporte del ARN y traducción. La expresión génica puede ser regulada a niveles variables en diferentes células y condiciones, lo que permite la diversidad y especificidad de las funciones celulares. La alteración de la expresión génica se ha relacionado con varias enfermedades humanas, incluyendo el cáncer y otras afecciones genéticas. Por lo tanto, comprender y regular la expresión génica es un área importante de investigación en biomedicina y ciencias de la vida.

Linfoquinas son citoquinas que se producen y secretan por células del sistema inmune, especialmente los linfocitos. Estas moléculas desempeñan un papel crucial en la modulación de las respuestas inmunes, ya sea estimulándolas o inhibiéndolas. Las linfoquinas más conocidas incluyen el interferón-γ, la interleuquina-2 y la interleuquina-4, entre otras. Ayudan en la comunicación celular, reclutamiento de células inmunes, activación de células efectoras y promoción de la supervivencia y proliferación de las células del sistema inmune.

El ligando de CD40, también conocido como CD154 o CD40L, es una proteína que se une al receptor CD40 y desempeña un papel importante en la regulación de las respuestas inmunes. El ligando de CD40 se expresa principalmente en las células T activadas y en los plaquetas, mientras que su receptor, CD40, se encuentra en una variedad de células, incluyendo células presentadoras de antígenos, células endoteliales y células tumorales.

La unión del ligando de CD40 al receptor CD40 desencadena una cascada de señalización que conduce a la activación de las células presentadoras de antígenos y la estimulación de las respuestas inmunes adaptativas. Por lo tanto, el ligando de CD40 juega un papel crucial en la activación de las respuestas inmunitarias específicas contra patógenos y células tumorales.

La interacción entre el ligando de CD40 y su receptor también desempeña un papel importante en la homeostasis de los vasos sanguíneos y la hemostasia, ya que la activación de las plaquetas a través del ligando de CD40 puede contribuir a la trombosis y la inflamación.

En resumen, el ligando de CD40 es una proteína importante en la regulación de las respuestas inmunes y la hemostasia, y su interacción con el receptor CD40 desempeña un papel crucial en la activación de las células presentadoras de antígenos y la estimulación de las respuestas inmunes adaptativas.

La supervivencia celular se refiere a la capacidad de las células para continuar viviendo y funcionando normalmente, incluso en condiciones adversas o estresantes. Esto puede incluir resistencia a fármacos citotóxicos, radiación u otros agentes dañinos. La supervivencia celular está regulada por una variedad de mecanismos, incluyendo la activación de rutas de reparación del ADN, la inhibición de apoptosis (muerte celular programada) y la promoción de la autofagia (un proceso de reciclaje celular). La supervivencia celular es un concepto importante en oncología, donde las células cancerosas a menudo desarrollan resistencia a los tratamientos contra el cáncer. También es relevante en el contexto de la medicina regenerativa y la terapia celular, donde el objetivo puede ser mantener la supervivencia y función de las células trasplantadas.

Los superantígenos son toxinas potentes producidas por ciertos tipos de bacterias. A diferencia de los antígenos regulares, que desencadenan respuestas inmunes específicas estimulando las células T con receptores complementarios, los superantígenos pueden activar una gran proporción (hasta un 20%) de todas las células T del organismo, lo que resulta en una respuesta inmune exagerada.

Esta activación masiva y no específica de las células T conduce al rápido aumento de los niveles séricos de citoquinas proinflamatorias, lo que a su vez provoca una serie de síntomas sistémicos graves, como fiebre alta, erupción cutánea, hipotensión y, en casos severos, shock tóxico y falla orgánica múltiple.

Algunos ejemplos comunes de bacterias que producen superantígenos incluyen estafilococos y estreptococos. Estas toxinas también se han asociado con enfermedades autoinmunes y alérgicas, como la artritis reumatoide y el asma.

El ensayo de inmunoadsorción enzimática (EIA), también conocido como ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), es un método de laboratorio utilizado para detectar y medir la presencia o ausencia de una sustancia específica, como un antígeno o un anticuerpo, en una muestra. Se basa en la unión específica entre un antígeno y un anticuerpo, y utiliza una enzima para producir una señal detectable.

En un EIA típico, la sustancia que se desea medir se adsorbe (se une firmemente) a una superficie sólida, como un pozo de plástico. La muestra que contiene la sustancia desconocida se agrega al pozo y, si la sustancia está presente, se unirá a los anticuerpos específicos que también están presentes en el pozo. Después de lavar el pozo para eliminar las sustancias no unidas, se agrega una solución que contiene un anticuerpo marcado con una enzima. Si la sustancia desconocida está presente y se ha unido a los anticuerpos específicos en el pozo, el anticuerpo marcado se unirá a la sustancia. Después de lavar nuevamente para eliminar las sustancias no unidas, se agrega un sustrato que reacciona con la enzima, produciendo una señal detectable, como un cambio de color o de luz.

Los EIA son ampliamente utilizados en diagnóstico médico, investigación y control de calidad alimentaria e industrial. Por ejemplo, se pueden utilizar para detectar la presencia de anticuerpos contra patógenos infecciosos en una muestra de sangre o para medir los niveles de hormonas en una muestra de suero.

La Reacción en Cadena de la Polimerasa de Transcriptasa Inversa, generalmente abreviada como "RT-PCR" o "PCR inversa", es una técnica de laboratorio utilizada en biología molecular para amplificar y detectar material genético, específicamente ARN. Es una combinación de dos procesos: la transcriptasa reversa, que convierte el ARN en ADN complementario (cDNA), y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que copia múltiples veces fragmentos específicos de ADN.

Esta técnica se utiliza ampliamente en diagnóstico médico, investigación biomédica y forense. En el campo médico, es especialmente útil para detectar y cuantificar patógenos (como virus o bacterias) en muestras clínicas, así como para estudiar la expresión génica en diversos tejidos y células.

La RT-PCR se realiza en tres etapas principales: 1) la transcripción inversa, donde se sintetiza cDNA a partir del ARN extraído usando una enzima transcriptasa reversa; 2) la denaturación y activación de la polimerasa, donde el cDNA se calienta para separar las hebras y se añade una mezcla que contiene la polimerasa termoestable; y 3) las etapas de amplificación, donde se repiten los ciclos de enfriamiento (para permitir la unión de los extremos de los cebadores al template) y calentamiento (para la extensión por parte de la polimerasa), lo que resulta en la exponencial multiplicación del fragmento deseado.

La especificidad de esta técnica se logra mediante el uso de cebadores, pequeños fragmentos de ADN complementarios a las secuencias terminales del fragmento deseado. Estos cebadores permiten la unión y amplificación selectiva del fragmento deseado, excluyendo otros fragmentos presentes en la muestra.

En la terminología médica, el término "técnicas de cocultivo" no se utiliza específicamente. Sin embargo, en el campo de la microbiología y la biología celular, el término "cocultivo" se refiere al proceso de cultivar dos o más tipos diferentes de células o microorganismos juntos en un solo medio de cultivo. Esto se hace con el objetivo de estudiar su interacción y crecimiento mutuo.

El cocultivo puede ayudar a los investigadores a entender cómo las bacterias, virus u otras células interactúan entre sí en un entorno controlado. Por ejemplo, el cocultivo se puede usar para estudiar la relación simbiótica o patógena entre diferentes microorganismos, o entre los microorganismos y las células del huésped.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que el crecimiento de diferentes tipos de células o microorganismos en un mismo medio puede ser desafiante, ya que cada uno tiene requisitos específicos de nutrientes y condiciones de crecimiento. Por lo tanto, se necesitan habilidades técnicas avanzadas y una cuidadosa planificación experimental para llevar a cabo un cocultivo exitoso.

Los epítopos, también conocidos como determinantes antigénicos, son regiones específicas de moléculas antigénicas que pueden ser reconocidas por sistemas inmunológicos, particularmente por anticuerpos o linfocitos T. Se definen como las partes de un antígeno que entran en contacto directo con los receptores de las células inmunitarias, desencadenando así una respuesta inmunitaria.

Estos epítopos pueden ser conformacionales, donde la estructura tridimensional del antígeno es crucial para el reconocimiento, o lineales, donde una secuencia continua de aminoácidos o nucleótidos en un péptido forma el sitio de unión. La identificación y caracterización de epítopos son importantes en el desarrollo de vacunas, diagnósticos y terapias inmunológicas.

Las proteínas recombinantes de fusión son moléculas proteicas creadas mediante la tecnología de ADN recombinante, donde dos o más secuencias de genes se combinan para producir una sola proteína que posee propiedades funcionales únicas de cada componente.

Este método implica la unión de regiones proteicas de interés de diferentes genes en un solo marco de lectura, lo que resulta en una proteína híbrida con características especiales. La fusión puede ocurrir en cualquier parte de las proteínas, ya sea en sus extremos N-terminal o C-terminal, dependiendo del objetivo deseado.

Las proteínas recombinantes de fusión se utilizan ampliamente en diversas aplicaciones biomédicas y de investigación, como la purificación y detección de proteínas, el estudio de interacciones proteína-proteína, el desarrollo de vacunas y terapias génicas, así como en la producción de anticuerpos monoclonales e inhibidores enzimáticos.

Algunos ejemplos notables de proteínas recombinantes de fusión incluyen la glucagón-like peptide-1 receptor agonist (GLP-1RA) semaglutida, utilizada en el tratamiento de la diabetes tipo 2, y la inhibidora de la proteasa anti-VIH enfuvirtida. Estas moléculas híbridas han demostrado ser valiosas herramientas terapéuticas y de investigación en diversos campos de la medicina y las ciencias biológicas.

Los antígenos CD8, también conocidos como marcadores de clase I de histocompatibilidad (MHC-I), son moléculas presentes en la superficie de células nucleadas (como células epiteliales, linfocitos y células endoteliales) que desempeñan un papel crucial en el sistema inmune adaptativo. Su función principal es mostrar pequeños fragmentos de proteínas intracelulares a los linfocitos T citotóxicos (CD8+), lo que permite la detección y eliminación de células infectadas por virus u otras patógenos intracelulares, así como células tumorales.

Las moléculas CD8 se componen de tres dominios: un dominio extracelular que une el antígeno, un dominio transmembrana y un dominio citoplasmático corto. El procesamiento del antígeno implica la degradación de proteínas intracelulares en pequeños fragmentos peptídicos por las proteasomas citoplásmicas. Estos péptidos se transportan al retículo endoplásmico (RE) y se unen a las moléculas MHC-I dentro del RE con la ayuda de otras proteínas auxiliares, como el transporter associated with antigen processing (TAP). La compleja MHC-I-péptido luego migra a la superficie celular y se presenta a los linfocitos T citotóxicos CD8+.

Cuando un linfocito T citotóxico CD8+ reconoce un antígeno presentado en una molécula MHC-I, se activa y secreta citocinas proinflamatorias, como el interferón gamma (IFN-γ) y el tumor necrosis factor alfa (TNF-α). Estas citocinas ayudan a reclutar otras células inmunes y promueven la inflamación en el sitio de la infección. Además, los linfocitos T citotóxicos CD8+ pueden liberar perforina y granzimas para inducir la apoptosis (muerte celular programada) de las células infectadas o cancerosas que presentan el antígeno.

En resumen, las moléculas MHC-I desempeñan un papel crucial en la presentación de antígenos a los linfocitos T citotóxicos CD8+ y en la activación de la inmunidad celular contra las infecciones virales y el cáncer.

Los Modelos Animales de Enfermedad son organismos no humanos, generalmente mamíferos o invertebrados, que han sido manipulados genéticamente o experimentalmente para desarrollar una afección o enfermedad específica, con el fin de investigar los mecanismos patofisiológicos subyacentes, probar nuevos tratamientos, evaluar la eficacia y seguridad de fármacos o procedimientos terapéuticos, estudiar la interacción gen-ambiente en el desarrollo de enfermedades complejas y entender los procesos básicos de biología de la enfermedad. Estos modelos son esenciales en la investigación médica y biológica, ya que permiten recrear condiciones clínicas controladas y realizar experimentos invasivos e in vivo que no serían éticamente posibles en humanos. Algunos ejemplos comunes incluyen ratones transgénicos con mutaciones específicas para modelar enfermedades neurodegenerativas, cánceres o trastornos metabólicos; y Drosophila melanogaster (moscas de la fruta) utilizadas en estudios genéticos de enfermedades humanas complejas.

Las células TH2 son un tipo de linfocitos T CD4+ que desempeñan un papel clave en la respuesta inmune adaptativa, especialmente en la respuesta mediada por anticuerpos y en la defensa contra los parásitos. Se diferencian de otras subpoblaciones de linfocitos T CD4+, como las células TH1, en su patrón distinto de citoquinas secretadas y en sus funciones específicas.

Las células TH2 producen y secretan citoquinas proinflamatorias, como la interleucina (IL)-4, IL-5, IL-9, IL-10 y IL-13, que desempeñan diversos papeles en la activación y regulación de las respuestas inmunes. Por ejemplo, la IL-4 estimula la producción de anticuerpos de clase IgE por parte de los linfocitos B, lo que puede ser útil para combatir parásitos extracelulares como los gusanos redondos. La IL-5, por su parte, ayuda a reclutar y activar eosinófilos, células efectoras importantes en la defensa contra los parásitos.

Sin embargo, un exceso de respuesta TH2 también se ha relacionado con diversas enfermedades alérgicas e inflamatorias, como el asma, la rinitis alérgica y la dermatitis atópica. En estos casos, la activación inadecuada o excesiva de las células TH2 puede conducir a una respuesta inflamatoria desregulada y dañina, con la producción de citoquinas que promueven la inflamación y el reclutamiento de células efectoras que pueden causar daño tisular.

En resumen, las células TH2 son un tipo importante de linfocitos T CD4+ que desempeñan un papel crucial en la defensa contra los parásitos y en diversas enfermedades alérgicas e inflamatorias. Su activación adecuada es necesaria para una respuesta inmunitaria saludable, pero un exceso o una activación inadecuada pueden conducir a enfermedades y daño tisular.

La calcimicina es un agente quelante que se une al ion calcio y reduce los niveles de calcio en la sangre. Se utiliza en investigación científica, particularmente en estudios de laboratorio con células, para controlar los niveles de calcio intracelular. No se utiliza generalmente como un medicamento en humanos o animales.

En un contexto médico, la calcimicina no es una definición común o un término clínico ampliamente utilizado. Si está buscando información sobre un medicamento específico o una afección médica, le recomiendo que consulte con un profesional médico o busque información en fuentes confiables y especializadas en salud.

Los lipopolisacáridos (LPS) son un tipo de molécula encontrada en la membrana externa de las bacterias gramnegativas. Están compuestos por un lipido A, que es responsable de su actividad endotóxica, y un polisacárido O, que varía en diferentes especies bacterianas y determina su antigenicidad. El lipopolisacárido desempeña un papel importante en la patogénesis de las infecciones bacterianas, ya que al entrar en el torrente sanguíneo pueden causar una respuesta inflamatoria sistémica grave, shock séptico y daño tisular.

El conducto torácico es una estructura anatómica importante que desempeña un papel clave en el sistema linfático. Se trata de un tubo delgado y flexible que se extiende desde el tórax hasta el cuello, transportando la linfa desde los miembros superiores, el tórax y la cabeza hacia el sistema venoso del cuello.

El conducto torácico comienza en la unión de los dos conductos linfáticos izquierdos, que drenan las linfas de los brazos y la parte superior del tórax. Desciende por detrás de la clavícula y el músculo escaleno anterior, atravesando el tórax a través del hiato esofágico en el diafragma.

Dentro del tórax, el conducto torácico se encuentra cerca de la arteria subclavia y la vena subclavia izquierda, y asciende por detrás de la vena yugular interna izquierda hasta alcanzar el ángulo formado por la unión de la vena yugular interna izquierda y la vena subclavia izquierda, donde se une con la linfa proveniente del lado derecho del cuerpo a través del conducto linfático derecho.

La linfa que fluye a través del conducto torácico contiene líquidos, glóbulos blancos y antígenos que han sido filtrados por los ganglios linfáticos y otros tejidos del cuerpo. El conducto torácico desempeña un papel crucial en la defensa del organismo contra las infecciones y otras enfermedades, ya que ayuda a eliminar los patógenos y los desechos celulares del cuerpo.

Es importante destacar que el conducto torácico puede verse afectado por diversas afecciones médicas, como inflamaciones, infecciones o tumores, lo que puede provocar su bloqueo y la acumulación de linfa en los tejidos circundantes, una condición conocida como linfedema. El tratamiento de estas afecciones puede incluir la administración de antibióticos, la cirugía o la fisioterapia.

Los péptidos y proteínas de señalización intracelular son moléculas que desempeñan un papel crucial en la comunicación y regulación de procesos celulares dentro de una célula. A diferencia de los mensajeros químicos que se utilizan para la comunicación entre células (como las hormonas y neurotransmisores), estos péptidos y proteínas actúan dentro de la célula para regular diversas funciones celulares, como el metabolismo, el crecimiento, la diferenciación y la apoptosis.

Los péptidos son cadenas cortas de aminoácidos, mientras que las proteínas están formadas por cadenas más largas de aminoácidos. En ambos casos, la secuencia específica de aminoácidos confiere a la molécula su actividad biológica y determina cómo interactúa con otras moléculas dentro de la célula.

La señalización intracelular implica una serie de eventos que comienzan cuando una proteína receptora en la membrana celular o en el citoplasma reconoce y se une a un ligando, como un péptido o una proteína. Esta interacción desencadena una cascada de eventos que involucran a diversas proteínas y enzimas, lo que finalmente conduce a la activación o inhibición de diversos procesos celulares.

Algunos ejemplos importantes de péptidos y proteínas de señalización intracelular incluyen:

1. Factores de transcripción: son proteínas que regulan la expresión génica al unirse al ADN y promover o inhibir la transcripción de genes específicos.
2. Segundos mensajeros: son moléculas pequeñas, como el AMP cíclico (cAMP) y el fosfoinositol trisfosfato (PIP3), que desempeñan un papel crucial en la transmisión de señales desde los receptores hacia el interior de la célula.
3. Quinasas: son enzimas que agreguen grupos fosfato a otras proteínas, modificando su actividad y participando en diversos procesos celulares, como la regulación del ciclo celular y la respuesta al estrés.
4. Proteínas de unión a GTP: son proteínas que se unen a nucleótidos de guanina y desempeñan un papel importante en la transducción de señales, especialmente en la vía de las proteínas Ras.
5. Inhibidores de proteasa: son péptidos que regulan la actividad de las proteasas, enzimas que descomponen otras proteínas y desempeñan un papel importante en diversos procesos celulares, como la apoptosis y la respuesta inmunitaria.

En general, los péptidos y proteínas desempeñan un papel crucial en la transducción de señales y la regulación de diversos procesos celulares. Su estudio y comprensión son esenciales para entender el funcionamiento de las células y desarrollar nuevas terapias y tratamientos para enfermedades como el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas y las infecciones virales.

Los marcadores biológicos, también conocidos como biomarcadores, se definen como objetivos cuantificables que se asocian específicamente con procesos biológicos, patológicos o farmacológicos y que pueden ser medidos en el cuerpo humano. Pueden ser cualquier tipo de molécula, genes o características fisiológicas que sirven para indicar normales o anormales procesos, condiciones o exposiciones.

En la medicina, los marcadores biológicos se utilizan a menudo en el diagnóstico, pronóstico y seguimiento de diversas enfermedades, especialmente enfermedades crónicas y complejas como el cáncer. Por ejemplo, un nivel alto de colesterol en sangre puede ser un marcador biológico de riesgo cardiovascular. Del mismo modo, la presencia de una proteína específica en una biopsia puede indicar la existencia de un cierto tipo de cáncer.

Los marcadores biológicos también se utilizan para evaluar la eficacia y seguridad de las intervenciones terapéuticas, como medicamentos o procedimientos quirúrgicos. Por ejemplo, una disminución en el nivel de un marcador tumoral después del tratamiento puede indicar que el tratamiento está funcionando.

En resumen, los marcadores biológicos son herramientas importantes en la medicina moderna para el diagnóstico, pronóstico y seguimiento de enfermedades, así como para evaluar la eficacia y seguridad de las intervenciones terapéuticas.

Las Proteínas Tirosina Quinasas (PTKs) son un tipo de enzimas que tienen la capacidad de transferir grupos fosfato desde ATP a residuos de tirosina en las proteínas, lo que lleva a su activación o desactivación y, por lo tanto, a la regulación de diversas vías celulares. Estas enzimas desempeñan un papel crucial en la transducción de señales dentro de las células y están involucradas en procesos como el crecimiento celular, diferenciación, apoptosis, adhesión celular, migración y metabolismo.

Las PTKs se clasifican en dos grupos principales: receptoras y no receptoras. Las PTKs receptoras son transmembrana y poseen un dominio intracelular tirosina quinasa que se activa cuando se une a su ligando específico en el medio extracelular. Por otro lado, las PTKs no receptoras se encuentran dentro de la célula y su actividad tirosina quinasa se regula por diversos mecanismos, como interacciones proteína-proteína o modificaciones postraduccionales.

La desregulación de las PTKs ha sido vinculada a varias enfermedades humanas, especialmente cánceres, donde mutaciones o sobrexpresión de estas enzimas pueden conducir a una proliferación celular descontrolada y resistencia a la apoptosis. Por lo tanto, las PTKs son objetivos importantes para el desarrollo de fármacos terapéuticos, como inhibidores de tirosina quinasa, que se utilizan en el tratamiento de diversos tipos de cáncer.

La molécula de adhesión intercelular-1 (ICAM-1, por sus siglas en inglés) es una proteína de superficie celular que pertenece a la familia de las Ig (inmunoglobulinas). ICAM-1 se expresa en diversos tipos de células, incluyendo células endoteliales, leucocitos y células presentadoras de antígeno.

La función principal de ICAM-1 es mediar la adhesión celular y el tránsito de leucocitos, especialmente durante procesos inflamatorios y respuestas inmunes. ICAM-1 se une a receptores integrinas presentes en los leucocitos, como la LFA-1 (Lymphocyte Function-associated Antigen 1) y la Mac-1 (Macrophage-1 Antigen), promoviendo su adhesión a las células endoteliales y su migración hacia los tejidos inflamados.

La expresión de ICAM-1 se regula por diversos factores, como citoquinas proinflamatorias (como el TNF-α, interleucina-1 y interferón-γ) y mediadores químicos liberados durante la respuesta inmune. La activación de ICAM-1 desempeña un papel crucial en la patogénesis de diversas enfermedades, como la artritis reumatoide, la enfermedad inflamatoria intestinal, el asma y las enfermedades cardiovasculares. Por lo tanto, ICAM-1 es un objetivo terapéutico potencial para una variedad de trastornos inflamatorios y autoinmunes.

Las proteínas de unión al ADN (DUA o DNA-binding proteins en inglés) son un tipo de proteínas que se unen específicamente a secuencias de nucleótidos particulares en el ácido desoxirribonucleico (ADN). Estas proteínas desempeñan funciones cruciales en la regulación y control de los procesos celulares, como la transcripción génica, la replicación del ADN, la reparación del ADN y el empaquetamiento del ADN en el núcleo celular.

Las DUA pueden unirse al ADN mediante interacciones no covalentes débiles, como enlaces de hidrógeno, interacciones electrostáticas y fuerzas de van der Waals. La especificidad de la unión entre las proteínas de unión al ADN y el ADN se determina principalmente por los aminoácidos básicos (como lisina y arginina) e hidrofóbicos (como fenilalanina, triptófano y tirosina) en la región de unión al ADN de las proteínas. Estos aminoácidos interactúan con los grupos fosfato negativamente cargados del esqueleto de azúcar-fosfato del ADN y las bases nitrogenadas, respectivamente.

Las proteínas de unión al ADN se clasifican en diferentes categorías según su estructura y función. Algunos ejemplos importantes de proteínas de unión al ADN incluyen los factores de transcripción, las nucleasas, las ligasas, las helicasas y las polimerasas. El mal funcionamiento o la alteración en la expresión de estas proteínas pueden dar lugar a diversas enfermedades genéticas y cánceres.

En la terminología médica y bioquímica, una "unión proteica" se refiere al enlace o vínculo entre dos o más moléculas de proteínas, o entre una molécula de proteína y otra molécula diferente (como un lípido, carbohidrato u otro tipo de ligando). Estas interacciones son cruciales para la estructura, función y regulación de las proteínas en los organismos vivos.

Existen varios tipos de uniones proteicas, incluyendo:

1. Enlaces covalentes: Son uniones fuertes y permanentes entre átomos de dos moléculas. En el contexto de las proteínas, los enlaces disulfuro (S-S) son ejemplos comunes de este tipo de unión, donde dos residuos de cisteína en diferentes cadenas polipeptídicas o regiones de la misma cadena se conectan a través de un puente sulfuro.

2. Interacciones no covalentes: Son uniones más débiles y reversibles que involucran fuerzas intermoleculares como las fuerzas de Van der Waals, puentes de hidrógeno, interacciones iónicas y efectos hidrofóbicos/hidrofílicos. Estas interacciones desempeñan un papel crucial en la formación de estructuras terciarias y cuaternarias de las proteínas, así como en sus interacciones con otras moléculas.

3. Uniones enzimáticas: Se refieren a la interacción entre una enzima y su sustrato, donde el sitio activo de la enzima se une al sustrato mediante enlaces no covalentes o covalentes temporales, lo que facilita la catálisis de reacciones químicas.

4. Interacciones proteína-proteína: Ocurren cuando dos o más moléculas de proteínas se unen entre sí a través de enlaces no covalentes o covalentes temporales, lo que puede dar lugar a la formación de complejos proteicos estables. Estas interacciones desempeñan un papel fundamental en diversos procesos celulares, como la señalización y el transporte de moléculas.

En resumen, las uniones entre proteínas pueden ser covalentes o no covalentes y desempeñan un papel crucial en la estructura, función y regulación de las proteínas. Estas interacciones son esenciales para una variedad de procesos celulares y contribuyen a la complejidad y diversidad de las funciones biológicas.

La subfamilia Cricetinae, también conocida como "hamsters verdaderos", pertenece a la familia Cricetidae en el orden Rodentia. Incluye varias especies de hamsters que son originarios de Europa y Asia. Algunas de las especies más comunes en esta subfamilia incluyen al hamster dorado (Mesocricetus auratus), el hamster sirio (Mesocricetus newtoni), y el hamster enano (Phodopus campbelli). Los miembros de Cricetinae tienen cuerpos compactos, orejas cortas y redondeadas, y bolsas en las mejillas para almacenar alimentos. También son conocidos por su comportamiento de acaparamiento de comida y su capacidad de almacenar grandes cantidades de grasa en su cuerpo como una reserva de energía.

La infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH, por sus siglas en inglés) es una afección médica causada por un virus que ataca al sistema inmunitario y gradualmente debilita su capacidad de combatir las infecciones y ciertos tipos de cáncer. El VIH se transmite mediante contacto con fluidos corporales infectados, como la sangre, el semen, los líquidos vaginales y la leche materna.

La infección avanza a través de tres etapas principales:

1. La fase aguda de infección por VIH: Durante este período, que ocurre aproximadamente un mes después de la exposición al virus, las personas pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, fatiga, dolores musculares y erupciones cutáneas. Sin embargo, algunas personas no presentan síntomas en absoluto.

2. La etapa clínica asintomática: Después de la fase aguda, el virus continúa multiplicándose pero a un ritmo más lento. Durante este tiempo, las personas infectadas con VIH pueden no mostrar ningún síntoma y sentirse bien durante muchos años. Sin embargo, el virus sigue destruyendo células CD4+ (glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico) y continúa debilitando el sistema inmunitario.

3. SIDA: El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es la etapa final y más avanzada de la infección por VIH. Se diagnostica cuando el recuento de células CD4+ disminuye a 200 células/mm3 o menos, o si se desarrollan ciertas infecciones o cánceres relacionados con el SIDA. En esta etapa, las personas infectadas con VIH corren un mayor riesgo de contraer enfermedades graves y potencialmente mortales.

El tratamiento antirretroviral altamente activo (TARAA) puede ayudar a controlar el virus y prevenir la progresión de la infección por VIH a SIDA. El TARAA implica tomar una combinación de medicamentos contra el VIH que funcionan juntos para reducir la cantidad del virus en el cuerpo, lo que permite que el sistema inmunológico se recupere y funcione mejor. Con un tratamiento adecuado y oportuno, las personas infectadas con VIH pueden vivir una vida larga y saludable.

Los proto-oncogenes son genes normales que, cuando sufren mutaciones o se activan inapropiadamente, pueden convertirse en oncogenes y desempeñar un papel importante en la transformación de células normales en cancerosas. Un ejemplo de proto-oncogén es c-fyn, que codifica para una proteína tirosina quinasa Src no recubierta (LCK) que participa en la activación y diferenciación de células inmunes T.

La proteína c-fyn/LCK desempeña un papel crucial en la transducción de señales intracelulares, especialmente en la vía de activación de células T, donde ayuda a activar los factores de transcripción necesarios para la expresión génica específica. Sin embargo, cuando se sobre-expresa o muta, puede contribuir al desarrollo de cánceres hematológicos y otros tipos de cáncer.

En resumen, los proto-oncogenes como c-fyn son genes importantes para la regulación normal de las células, pero cuando se alteran pueden desempeñar un papel en el desarrollo del cáncer.

En la medicina y biología, las lectinas de plantas se definen como un tipo de proteínas que se encuentran en diversos tejidos vegetales. Estas proteínas tienen la capacidad única de unirse específicamente a carbohidratos o glúcidos, lo que puede desencadenar varias respuestas bioquímicas y fisiológicas en células vivas.

Las lectinas se extraen a menudo de las semillas de las plantas, pero también se pueden encontrar en hojas, raíces, tubérculos y bulbos. Algunas de las lectinas más conocidas provienen de judías (frijoles) rojas, ricino, soja y trigo.

Aunque las lectinas desempeñan un papel importante en la defensa de las plantas contra los patógenos, también pueden tener efectos adversos sobre los seres humanos y otros animales. La ingesta de grandes cantidades de lectinas puede provocar diversos síntomas digestivos, como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Por esta razón, a menudo se recomienda cocinar bien los alimentos que contienen lectinas antes de consumirlos.

No obstante, en los últimos años han surgido investigaciones que sugieren que ciertas lectinas pueden tener propiedades beneficiosas para la salud humana, como actuar como antioxidantes, modular el sistema inmunológico y ayudar a prevenir el crecimiento de células cancerosas. Sin embargo, se necesita realizar más investigación antes de poder hacer recomendaciones definitivas sobre los posibles beneficios para la salud de las lectinas.

La Proteína Quinasa C (PKC) es un tipo de enzima perteneciente a la familia de las serina/treonina quinasas. Se encuentra involucrada en diversas funciones celulares, como la transducción de señales, el crecimiento celular, la diferenciación y la apoptosis.

Existen varios isoformas de PKC, que se clasifican en tres grupos principales: las convencionales (cPKC, con subtipos α, βI, βII y γ), las nuevas (nPKC, con subtipos δ, ε, η y θ) y las atípicas (aPKC, con subtipos ζ y λ/ι).

La PKC se activa en respuesta a diversos estímulos, como los diacilgliceroles (DAG) y el calcio intracelular. Una vez activada, la PKC fosforila y regula así la actividad de otras proteínas, lo que desencadena una cascada de eventos que conducen a la respuesta celular específica.

La disfunción o alteración en la regulación de la PKC se ha relacionado con diversas patologías, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

La ADP-ribosil ciclasa es una enzima que se encuentra involucrada en la regulación de diversas funciones celulares, como la reparación del DNA y el control del ciclo celular. Esta enzima cataliza la adición de grupos ADP-ribosa a proteínas específicas, un proceso conocido como ADP-ribosilación.

Existen varios tipos de ADP-ribosil ciclasas, y cada una de ellas puede modificar diferentes proteínas en respuesta a diversos estímulos celulares. Algunas ADP-ribosil ciclasas pueden ser activadas por factores de estrés, como la radiación o los agentes químicos, mientras que otras pueden ser activadas por señales de transducción intracelular.

La ADP-ribosilación desempeña un papel importante en la respuesta celular al daño del DNA y en la regulación de la apoptosis, o muerte celular programada. La inhibición de la actividad de las ADP-ribosil ciclasas se ha propuesto como un posible objetivo terapéutico para el tratamiento de diversos tipos de cáncer y otras enfermedades.

En resumen, la ADP-ribosil ciclasa es una enzima que cataliza la adición de grupos ADP-ribosa a proteínas específicas, desempeñando un papel importante en la regulación de diversas funciones celulares.

Los antígenos CD80, también conocidos como B7-1, son moléculas proteicas encontradas en la superficie de células presentadoras de antígenos (APC) como las células dendríticas y los linfocitos B. Estas moléculas desempeñan un papel crucial en la activación de las respuestas inmunes adaptativas, especialmente en la activación de los linfocitos T CD8+ citotóxicos.

Cuando una célula presentadora de antígenos procesa y presenta un antígeno a un linfocito T, el complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) clasico I o II se une al receptor del linfocito T. Además, la interacción entre los antígenos CD80 en la superficie de las células presentadoras de antígenos y el receptor CD28 en la superficie de los linfocitos T proporciona un segundo señal coestimulatorio necesario para la activación completa del linfocito T.

Este proceso desencadena una cascada de eventos que llevan a la activación, proliferación y diferenciación de los linfocitos T CD8+ citotóxicos, lo que resulta en la destrucción de células infectadas o neoplásicas. Por lo tanto, los antígenos CD80 son esenciales para una respuesta inmune adaptativa eficaz y equilibrada.

La inflamación es una respuesta fisiológica del sistema inmunitario a un estímulo dañino, como una infección, lesión o sustancia extraña. Implica la activación de mecanismos defensivos y reparadores en el cuerpo, caracterizados por una serie de cambios vasculares y celulares en el tejido afectado.

Los signos clásicos de inflamación se describen mediante la sigla latina "ROESI":
- Rubor (enrojecimiento): Dilatación de los vasos sanguíneos que conduce al aumento del flujo sanguíneo y la llegada de células inmunes, lo que provoca enrojecimiento en la zona afectada.
- Tumor (hinchazón): Aumento de la permeabilidad vascular y la extravasación de líquidos y proteínas hacia el tejido intersticial, causando hinchazón o edema.
- Calor: Aumento de la temperatura local debido al aumento del flujo sanguíneo y el metabolismo celular acelerado en el sitio inflamado.
- Dolor: Estimulación de los nervios sensoriales por diversos mediadores químicos liberados durante la respuesta inflamatoria, como las prostaglandinas y bradiquinina, que sensibilizan a los receptores del dolor (nociceptores).
- Functio laesa (disfunción o pérdida de función): Limitación funcional temporal o permanente del tejido inflamado como resultado directo del daño tisular y/o los efectos secundarios de la respuesta inflamatoria.

La inflamación desempeña un papel crucial en la protección del cuerpo contra agentes nocivos y en la promoción de la curación y la reparación tisular. Sin embargo, una respuesta inflamatoria excesiva o mal regulada también puede contribuir al desarrollo y la progresión de diversas enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la aterosclerosis y el cáncer.

Las proteínas adaptadoras transductoras de señales son un tipo de proteínas intracelulares que participan en la transducción y amplificación de señales bioquímicas desde el medio externo al interior de la célula. Se encargan de conectar receptores de membrana con diversos efectores intracelulares, como enzimas o factores de transcripción, mediante interacciones proteína-proteína y dominios estructurales específicos. Esto permite que las señales extracelulares activen una cascada de respuestas bioquímicas dentro de la célula, desencadenando diversos procesos fisiológicos como el crecimiento celular, diferenciación y apoptosis. Algunos ejemplos de proteínas adaptadoras transductoras de señales incluyen las proteínas Grb2, Shc y SOS1, que desempeñan un papel crucial en la vía de activación del factor de crecimiento epidérmico (EGFR).

Los antígenos Ly son una serie de marcadores que se encuentran en la superficie de los linfocitos T, un tipo importante de glóbulos blancos del sistema inmunológico. Estos antígenos ayudan a distinguir diferentes subconjuntos de linfocitos T y desempeñan un papel crucial en la regulación de las respuestas inmunitarias.

La designación "Ly" es una abreviatura de "linfocito", y los antígenos Ly se identificaron originalmente mediante técnicas de citometría de flujo y análisis serológico. Se han descubierto varios antígenos Ly diferentes, y cada uno tiene un patrón único de expresión en diferentes poblaciones de linfocitos T.

Algunos ejemplos de antígenos Ly incluyen:

* Ly-1 (CD5): se encuentra en la mayoría de los linfocitos T, así como en algunas células B y otras células del sistema inmunológico.
* Ly-2 (CD8): se expresa en células T citotóxicas y ayuda a distinguirlas de las células T helper.
* Ly-3 (CD4): se encuentra en células T helper y colabora con células presentadoras de antígenos para activar respuestas inmunitarias adaptativas.
* Ly-6: un grupo de antígenos relacionados que se expresan en varios subconjuntos de linfocitos T y otras células del sistema inmunológico.

La identificación y caracterización de los antígenos Ly han sido importantes para el avance de nuestra comprensión de la biología de los linfocitos T y su papel en la respuesta inmune. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los marcadores de superficie celular, como los antígenos Ly, pueden solaparse o mostrar patrones de expresión variables dependiendo del estado de activación o diferenciación de las células. Por lo tanto, la interpretación de los resultados debe hacerse con cautela y en el contexto de otros datos experimentales.

La inmunohistoquímica es una técnica de laboratorio utilizada en patología y ciencias biomédicas que combina los métodos de histología (el estudio de tejidos) e inmunología (el estudio de las respuestas inmunitarias del cuerpo). Consiste en utilizar anticuerpos marcados para identificar y localizar proteínas específicas en células y tejidos. Este método se utiliza a menudo en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades, incluyendo cánceres, para determinar el tipo y grado de una enfermedad, así como también para monitorizar la eficacia del tratamiento.

En este proceso, se utilizan anticuerpos específicos que reconocen y se unen a las proteínas diana en las células y tejidos. Estos anticuerpos están marcados con moléculas que permiten su detección, como por ejemplo enzimas o fluorocromos. Una vez que los anticuerpos se unen a sus proteínas diana, la presencia de la proteína se puede detectar y visualizar mediante el uso de reactivos apropiados que producen una señal visible, como un cambio de color o emisión de luz.

La inmunohistoquímica ofrece varias ventajas en comparación con otras técnicas de detección de proteínas. Algunas de estas ventajas incluyen:

1. Alta sensibilidad y especificidad: Los anticuerpos utilizados en esta técnica son altamente específicos para las proteínas diana, lo que permite una detección precisa y fiable de la presencia o ausencia de proteínas en tejidos.
2. Capacidad de localizar proteínas: La inmunohistoquímica no solo detecta la presencia de proteínas, sino que también permite determinar su localización dentro de las células y tejidos. Esto puede ser particularmente útil en el estudio de procesos celulares y patológicos.
3. Visualización directa: La inmunohistoquímica produce una señal visible directamente en el tejido, lo que facilita la interpretación de los resultados y reduce la necesidad de realizar análisis adicionales.
4. Compatibilidad con microscopía: Los métodos de detección utilizados en la inmunohistoquímica son compatibles con diferentes tipos de microscopía, como el microscopio óptico y el microscopio electrónico, lo que permite obtener imágenes detalladas de las estructuras celulares e intracelulares.
5. Aplicabilidad en investigación y diagnóstico: La inmunohistoquímica se utiliza tanto en la investigación básica como en el diagnóstico clínico, lo que la convierte en una técnica versátil y ampliamente aceptada en diversos campos de estudio.

Sin embargo, la inmunohistoquímica también presenta algunas limitaciones, como la necesidad de disponer de anticuerpos específicos y de alta calidad, la posibilidad de obtener resultados falsos positivos o negativos debido a reacciones no específicas, y la dificultad para cuantificar con precisión los niveles de expresión de las proteínas en el tejido. A pesar de estas limitaciones, la inmunohistoquímica sigue siendo una técnica poderosa y ampliamente utilizada en la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades.

La interleucina-10 (IL-10) es una citokina antiinflamatoria que juega un papel crucial en la modulación y regulación de las respuestas inmunitarias. Se produce naturalmente por células inmunes específicas, como los linfocitos T auxiliares (Th) 2, los linfocitos B, los macrófagos, las células dendríticas y las células asesinas naturales.

La IL-10 inhibe la producción de citocinas proinflamatorias, como la interleucina-1 (IL-1), el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y la interleucina-6 (IL-6), por parte de los macrófagos y otras células presentadoras de antígenos. Además, disminuye la expresión de moléculas de costimulación en la superficie de las células presentadoras de antígenos, lo que resulta en una inhibición de la activación de los linfocitos T.

La IL-10 desempeña un papel importante en la prevención de respuestas autoinmunes excesivas y en la limitación del daño tisular durante las respuestas inmunitarias. Sin embargo, un aumento excesivo en los niveles de IL-10 también puede suprimir la capacidad del sistema inmune para combatir infecciones y tumores. Por lo tanto, el equilibrio adecuado entre las citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias, incluida la IL-10, es fundamental para una respuesta inmunitaria eficaz y equilibrada.

La replicación viral es el proceso por el cual un virus produce copias de sí mismo dentro de las células huésped. Implica varias etapas, incluyendo la entrada del virus a la célula, la liberación de su material genético (que puede ser ARN o ADN), la síntesis de nuevas moléculas virales y la producción y liberación de nuevos virus. Este proceso es responsable de la propagación de infecciones virales en el cuerpo.

Los receptores de transferrina son proteínas que se encuentran en la membrana celular y desempeñan un papel crucial en el proceso de absorción de hierro en el cuerpo humano. La transferrina es una proteína plasmática que se une al hierro y lo transporta a través del torrente sanguíneo. Los receptores de transferrina reconocen y se unen a la transferrina con hierro unida, lo que resulta en la endocitosis de este complejo y, posteriormente, en la liberación de hierro dentro de la célula. Este mecanismo es especialmente importante en las células que requieren grandes cantidades de hierro, como las células responsables de la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. La regulación adecuada de los receptores de transferrina y la absorción de hierro son esenciales para mantener niveles adecuados de este nutriente en el cuerpo y prevenir trastornos relacionados con su deficiencia o exceso.

La transcripción genética es un proceso bioquímico fundamental en la biología, donde el ADN (ácido desoxirribonucleico), el material genético de un organismo, se utiliza como plantilla para crear una molécula complementaria de ARN (ácido ribonucleico). Este proceso es crucial porque el ARN producido puede servir como molde para la síntesis de proteínas en el proceso de traducción, o puede desempeñar otras funciones importantes dentro de la célula.

El proceso específico de la transcripción genética implica varias etapas: iniciación, elongación y terminación. Durante la iniciación, la ARN polimerasa, una enzima clave, se une a la secuencia promotora del ADN, un área específica del ADN que indica dónde comenzar la transcripción. La hélice de ADN se desenvuelve y se separa para permitir que la ARN polimerasa lea la secuencia de nucleótidos en la hebra de ADN y comience a construir una molécula complementaria de ARN.

En la etapa de elongación, la ARN polimerasa continúa agregando nucleótidos al extremo 3' de la molécula de ARN en crecimiento, usando la hebra de ADN como plantilla. La secuencia de nucleótidos en el ARN es complementaria a la hebra de ADN antisentido (la hebra que no se está transcripción), por lo que cada A en el ADN se empareja con un U en el ARN (en lugar del T encontrado en el ADN), mientras que los G, C y Ts del ADN se emparejan con las respectivas C, G y As en el ARN.

Finalmente, durante la terminación, la transcripción se detiene cuando la ARN polimerasa alcanza una secuencia específica de nucleótidos en el ADN que indica dónde terminar. La molécula recién sintetizada de ARN se libera y procesada adicionalmente, si es necesario, antes de ser utilizada en la traducción o cualquier otro proceso celular.

El Virus de la Inmunodeficiencia de los Simios (VIS) es un lentivirus que afecta a varias especies de primates, incluyendo monos africanos. Es similar al Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en su capacidad para causar un deterioro gradual del sistema inmunitario, lo que hace que el organismo sea más susceptible a diversas infecciones y ciertos tipos de cáncer.

El VIS se clasifica en diferentes serotipos según la especie de primate que infecta, como el VIS-SM (de monos macacos), VIS-MNE (de monos de Campbell) y VIS-AGM (de monos aulladores africanos verdes). A diferencia del VIH, el VIS no se considera una enfermedad zoonótica, lo que significa que no se transmite fácilmente de primates a humanos. Sin embargo, se han reportado casos excepcionales de infección accidental en laboratorios donde los científicos trabajan con estos virus.

El mecanismo de infección del VIS es similar al del VIH. El virus infecta principalmente a los glóbulos blancos, especialmente los linfocitos CD4+, que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmune. Una vez dentro de las células, el virus integra su material genético en el del huésped, lo que permite que el virus persista a largo plazo y cause daño al sistema inmunológico.

Aunque el VIS no representa una amenaza importante para la salud humana, su estudio es fundamental para comprender mejor los lentivirus en general y desarrollar estrategias de prevención y tratamiento contra el VIH.

La solubilidad es un término utilizado en farmacología y farmacia que se refiere a la capacidad de una sustancia, generalmente un fármaco o medicamento, para disolverse en un solvente, como el agua. Más específicamente, la solubilidad es la cantidad máxima de soluto que puede disolverse en un solvente a una temperatura determinada.

La solubilidad se mide en unidades de concentración, como por ejemplo en unidades de gramos por decilitro (g/dl), gramos por 100 mililitros (g/100 ml) o miligramos por litro (mg/l). La solubilidad depende de varios factores, incluyendo la naturaleza química del soluto y el solvente, la temperatura y la presión.

La solubilidad es una propiedad importante a considerar en la formulación de medicamentos, ya que afecta la biodisponibilidad del fármaco, es decir, la cantidad de fármaco que alcanza la circulación sistémica y está disponible para ejercer su efecto terapéutico. Si un fármaco no es lo suficientemente soluble en el tracto gastrointestinal, por ejemplo, puede no ser absorbido adecuadamente y por lo tanto no podrá ejercer su efecto terapéutico deseado.

Por otro lado, si un fármaco es demasiado soluble, puede alcanzar concentraciones tóxicas en el cuerpo. Por lo tanto, es importante encontrar un equilibrio adecuado de solubilidad para cada fármaco específico. Existen varias estrategias farmacéuticas para mejorar la solubilidad de los fármacos, como la utilización de vehículos o excipientes que aumenten la solubilidad del soluto en el solvente, o la modificación química del fármaco para aumentar su solubilidad.

Los autoanticuerpos son un tipo de anticuerpo que se produce en el cuerpo y ataca a los propios tejidos y órganos del organismo. Normalmente, el sistema inmunológico produce anticuerpos para ayudar a combatir y destruir las sustancias extrañas o agentes infecciosos que entran en el cuerpo. Sin embargo, en algunas condiciones, como enfermedades autoinmunitarias, el sistema inmunológico se vuelve defectuoso y produce autoanticuerpos que atacan a las proteínas y tejidos normales y saludables del cuerpo.

La presencia de autoanticuerpos puede indicar una enfermedad autoinmune, como lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, diabetes tipo 1, esclerosis múltiple o enfermedad tiroidea. Los niveles elevados de autoanticuerpos también pueden asociarse con ciertos trastornos infecciosos y neoplásicos.

La detección de autoanticuerpos puede ser útil en el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del tratamiento de las enfermedades autoinmunes. Sin embargo, la presencia de autoanticuerpos no siempre significa que una persona tiene una enfermedad autoinmune, ya que algunas personas pueden tener niveles bajos de autoanticuerpos sin síntomas o signos de enfermedad.

Los factores de transcripción son proteínas que regulan la transcripción genética, es decir, el proceso por el cual el ADN es transcrito en ARN. Estas proteínas se unen a secuencias específicas de ADN, llamadas sitios enhancer o silencer, cerca de los genes que van a ser activados o desactivados. La unión de los factores de transcripción a estos sitios puede aumentar (activadores) o disminuir (represores) la tasa de transcripción del gen adyacente.

Los factores de transcripción suelen estar compuestos por un dominio de unión al ADN y un dominio de activación o represión transcripcional. El dominio de unión al ADN reconoce y se une a la secuencia específica de ADN, mientras que el dominio de activación o represión interactúa con otras proteínas para regular la transcripción.

La regulación de la expresión génica por los factores de transcripción es un mecanismo fundamental en el control del desarrollo y la homeostasis de los organismos, y está involucrada en muchos procesos celulares, como la diferenciación celular, el crecimiento celular, la respuesta al estrés y la apoptosis.

Los antígenos de histocompatibilidad son un tipo de proteínas que se encuentran en la superficie de las células de los mamíferos. Su función principal es presentar pequeñas moléculas peptídicas al sistema inmune, lo que permite a este último identificar y atacar células infectadas por patógenos o células cancerosas.

Existen dos tipos principales de antígenos de histocompatibilidad: los del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) de clase I y los del CMH de clase II. Los antígenos de clase I se expresan en casi todas las células nucleadas del cuerpo, mientras que los de clase II se expresan principalmente en células del sistema inmune, como linfocitos T y células presentadoras de antígeno.

La importancia de los antígenos de histocompatibilidad radica en su papel en el rechazo de trasplantes. Debido a que cada individuo tiene un conjunto único de genes que codifican estas proteínas, el sistema inmune de un individuo puede reconocer y atacar células con antígenos de histocompatibilidad diferentes, lo que puede llevar al rechazo de un trasplante de órgano o tejido. Por esta razón, es importante realizar pruebas de compatibilidad entre donante y receptor antes de realizar un trasplante para minimizar el riesgo de rechazo.

Los antígenos CD44 son moléculas proteicas que se encuentran en la superficie de varias células del cuerpo humano, incluyendo los leucocitos (un tipo de glóbulo blanco). La proteína CD44 está involucrada en una variedad de procesos celulares, como el crecimiento, diferenciación y movimiento celular.

La proteína CD44 también desempeña un papel importante en la respuesta inmunológica del cuerpo. Se une a diversas moléculas presentes en el tejido conjuntivo y en la matriz extracelular, lo que permite a las células inmunes interactuar con su entorno y desplazarse hacia los sitios de inflamación o infección.

Además, la proteína CD44 puede unirse a diversos ligandos (moléculas que se unen específicamente a otras moléculas) presentes en células tumorales, lo que sugiere que podría desempeñar un papel en el crecimiento y progresión del cáncer. De hecho, los niveles elevados de CD44 se han asociado con un pronóstico más desfavorable en algunos tipos de cáncer, como el cáncer de mama y el cáncer de pulmón.

En resumen, los antígenos CD44 son moléculas proteicas importantes para la función inmunológica y celular normal, pero su sobreexpresión o alteración puede estar asociada con enfermedades como el cáncer.

La Reacción en Cadena de la Polimerasa, generalmente conocida como PCR (Polymerase Chain Reaction), es un método de bioquímica molecular que permite amplificar fragmentos específicos de DNA (ácido desoxirribonucleico). La técnica consiste en una serie de ciclos de temperatura controlada, donde se produce la separación de las hebras de DNA, seguida de la síntesis de nuevas hebras complementarias usando una polimerasa (enzima que sintetiza DNA) y pequeñas moléculas de DNA llamadas primers, específicas para la región a amplificar.

Este proceso permite obtener millones de copias de un fragmento de DNA en pocas horas, lo que resulta útil en diversos campos como la diagnóstica molecular, criminalística, genética forense, investigación genética y biotecnología. En el campo médico, se utiliza ampliamente en el diagnóstico de infecciones virales y bacterianas, detección de mutaciones asociadas a enfermedades genéticas, y en la monitorización de la respuesta terapéutica en diversos tratamientos.

La tirosina es un aminoácido aromático no esencial, lo que significa que el cuerpo puede sintetizarlo a partir de otro aminoácido llamado fenilalanina. La estructura química de la tirosina contiene un grupo funcional fenólico, que se deriva de la fenilalanina.

La tirosina juega un papel importante en la producción de neurotransmisores y otras moléculas importantes en el cuerpo. Por ejemplo, las enzimas convierten la tirosina en dopamina, un neurotransmisor que regula los movimientos musculares y los sentimientos de placer y recompensa. La dopamina también se puede convertir en noradrenalina (también conocida como norepinefrina), una hormona y neurotransmisor que desempeña un papel importante en la respuesta al estrés y la atención.

Además, la tirosina es un precursor de las hormonas tiroxina y triyodotironina, que son producidas por la glándula tiroides y desempeñan un papel importante en el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo.

En resumen, la tirosina es un aminoácido aromático no esencial que desempeña un papel importante en la producción de neurotransmisores y otras moléculas importantes en el cuerpo, como las hormonas tiroideas.

En la medicina y bioquímica, las proteínas portadoras se definen como tipos específicos de proteínas que transportan diversas moléculas, iones o incluso otras proteínas desde un lugar a otro dentro de un organismo vivo. Estas proteínas desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio y la homeostasis en el cuerpo. Un ejemplo comúnmente conocido es la hemoglobina, una proteína portadora de oxígeno presente en los glóbulos rojos de la sangre, que transporta oxígeno desde los pulmones a las células del cuerpo y ayuda a eliminar el dióxido de carbono. Otros ejemplos incluyen lipoproteínas, que transportan lípidos en el torrente sanguíneo, y proteínas de unión a oxígeno, que se unen reversiblemente al oxígeno en los tejidos periféricos y lo liberan en los tejidos que carecen de oxígeno.

CHO son las siglas en inglés de "Chinese Hamster Ovary", que se traduce al español como "Ovario de hurón chino". Las células CHO son células derivadas del ovario de un hurón chino y son ampliamente utilizadas en la investigación científica y biomédica, especialmente en el campo de la ingeniería de proteínas recombinantes.

Las células CHO fueron originalmente aisladas y cultivadas en 1957 por Theodore T. Puck y sus colegas en la Universidad de Colorado. Desde entonces, han sido ampliamente utilizadas como sistema de expresión para la producción de proteínas recombinantes debido a su capacidad de crecer en cultivo celular, estabilidad genética y facilidad de manipulación genética.

Las células CHO se utilizan en una variedad de aplicaciones, incluyendo la producción de vacunas, anticuerpos monoclonales, factores de coagulación sanguínea y otras proteínas terapéuticas. Además, las células CHO también se utilizan en la investigación básica para estudiar procesos celulares y moleculares, como la expresión génica, el tráfico intracelular y la señalización celular.

Los leucocitos, también conocidos como glóbulos blancos, son un tipo importante de células sanguíneas que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico del cuerpo. Su función principal es proteger al organismo contra las infecciones y los agentes extraños dañinos.

Existen varios tipos de leucocitos, incluyendo neutrófilos, linfocitos, monocitos, eosinófilos y basófilos. Cada uno de estos tipos tiene diferentes formas y funciones específicas, pero todos participan en la respuesta inmunitaria del cuerpo.

Los leucocitos se producen en la médula ósea y luego circulan por el torrente sanguíneo hasta los tejidos corporales. Cuando el cuerpo detecta una infección o un agente extraño, los leucocitos se mueven hacia el sitio de la infección o lesión, donde ayudan a combatir y destruir los patógenos invasores.

Un recuento de leucocitos anormalmente alto o bajo puede ser un indicador de diversas condiciones médicas, como infecciones, enfermedades inflamatorias, trastornos inmunológicos o cánceres de la sangre. Por lo tanto, el conteo de leucocitos es una prueba de laboratorio comúnmente solicitada para ayudar a diagnosticar y monitorear diversas enfermedades.

La linfopenia es un término médico que se refiere a una condición en la cual hay un recuento bajo de linfocitos (un tipo de glóbulos blancos) en la sangre. Los linfocitos desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico, ya que ayudan a proteger al cuerpo contra las infecciones y las enfermedades. Una persona se considera linfopenia cuando su recuento de linfocitos es inferior a 1.000 células por milímetro cúbico (mm3) de sangre, según los criterios del Laboratorio Nacional de Referencia de EE. UU. Sin embargo, los rangos de referencia pueden variar ligeramente según la edad, el sexo y el laboratorio específico.

La linfopenia puede ser causada por diversas afecciones, que incluyen infecciones virales (como el VIH o la mononucleosis), enfermedades autoinmunes, cáncer (como la leucemia o el linfoma), exposición a radiación o quimioterapia, y deficiencias inmunológicas congénitas. Los síntomas de la linfopenia pueden incluir aumento de la susceptibilidad a las infecciones, fatiga, fiebre y sudoración nocturna. El tratamiento de la linfopenia depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapias o cambios en el estilo de vida.

La activación enzimática es el proceso por el cual una enzima se activa para llevar a cabo su función biológica específica. Las enzimas son proteínas que actúan como catalizadores, acelerando reacciones químicas en el cuerpo. Sin embargo, muchas enzimas se producen inactivas y requieren de un proceso de activación para que puedan realizar su función.

Existen diferentes mecanismos de activación enzimática, pero uno de los más comunes es la fosforilación, que consiste en la adición de un grupo fosfato a la molécula de la enzima. Este proceso puede ser reversible y está regulado por otras proteínas llamadas quinasas y fosfatasas, que añaden o eliminan grupos fosfato, respectivamente.

Otro mecanismo de activación enzimática es la eliminación de un inhibidor natural o la unión de un activador específico a la molécula de la enzima. En algunos casos, la activación enzimática puede requerir de una combinación de diferentes mecanismos.

La activación enzimática es un proceso crucial en muchas vías metabólicas y señalizaciones celulares, y su regulación adecuada es esencial para el mantenimiento de la homeostasis y la salud celular. La disfunción en la activación enzimática se ha relacionado con diversas enfermedades, incluyendo cáncer, diabetes y enfermedades neurodegenerativas.

La Western blotting, también conocida como inmunoblotting, es una técnica de laboratorio utilizada en biología molecular y bioquímica para detectar y analizar proteínas específicas en una muestra compleja. Este método combina la electroforesis en gel de poliacrilamida (PAGE) con la transferencia de proteínas a una membrana sólida, seguida de la detección de proteínas objetivo mediante un anticuerpo específico etiquetado.

Los pasos básicos del Western blotting son:

1. Electroforesis en gel de poliacrilamida (PAGE): Las proteínas se desnaturalizan, reducen y separan según su tamaño molecular mediante la aplicación de una corriente eléctrica a través del gel de poliacrilamida.
2. Transferencia de proteínas: La proteína separada se transfiere desde el gel a una membrana sólida (generalmente nitrocelulosa o PVDF) mediante la aplicación de una corriente eléctrica constante. Esto permite que las proteínas estén disponibles para la interacción con anticuerpos.
3. Bloqueo: La membrana se bloquea con una solución que contiene leche en polvo o albumina séricade bovino (BSA) para evitar la unión no específica de anticuerpos a la membrana.
4. Incubación con anticuerpo primario: La membrana se incuba con un anticuerpo primario específico contra la proteína objetivo, lo que permite la unión del anticuerpo a la proteína en la membrana.
5. Lavado: Se lavan las membranas para eliminar el exceso de anticuerpos no unidos.
6. Incubación con anticuerpo secundario: La membrana se incuba con un anticuerpo secundario marcado, que reconoce y se une al anticuerpo primario. Esto permite la detección de la proteína objetivo.
7. Visualización: Las membranas se visualizan mediante una variedad de métodos, como quimioluminiscencia o colorimetría, para detectar la presencia y cantidad relativa de la proteína objetivo.

La inmunoblotting es una técnica sensible y específica que permite la detección y cuantificación de proteínas individuales en mezclas complejas. Es ampliamente utilizado en investigación básica y aplicada para estudiar la expresión, modificación postraduccional y localización de proteínas.

La cartilla de ADN, también conocida como el "registro de variantes del genoma" o "exámenes genéticos", es un informe detallado que proporciona información sobre la secuencia completa del ADN de una persona. Este informe identifica las variaciones únicas en el ADN de un individuo, incluidos los genes y los marcadores genéticos asociados con enfermedades hereditarias o propensión a ciertas condiciones médicas.

La cartilla de ADN se crea mediante la secuenciación del genoma completo de una persona, un proceso que analiza cada uno de los tres mil millones de pares de bases en el ADN humano. La información resultante se utiliza para identificar variantes genéticas específicas que pueden estar asociadas con riesgos para la salud o características particulares, como el color del cabello o los ojos.

Es importante tener en cuenta que la cartilla de ADN no puede diagnosticar enfermedades ni predecir con certeza si una persona desarrollará una afección específica. En cambio, proporciona información sobre la probabilidad relativa de que una persona desarrolle ciertas condiciones médicas basadas en su composición genética única.

La cartilla de ADN también puede utilizarse con fines no médicos, como determinar el parentesco o la ascendencia étnica. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los resultados de estos exámenes pueden tener implicaciones sociales y emocionales significativas y deben manejarse con cuidado y consideración.

En resumen, la cartilla de ADN es un informe detallado que proporciona información sobre las variantes únicas en el ADN de una persona, lo que puede ayudar a identificar los riesgos potenciales para la salud y otras características. Sin embargo, es importante interpretar los resultados con precaución y considerar todas las implicaciones antes de tomar decisiones importantes basadas en ellos.

El citoplasma es la parte interna y masa gelatinosa de una célula que se encuentra entre el núcleo celular y la membrana plasmática. Está compuesto principalmente de agua, sales inorgánicas disueltas y una gran variedad de orgánulos celulares especializados, como mitocondrias, ribosomas, retículo endoplásmico, aparato de Golgi y lisosomas, entre otros.

El citoplasma es el sitio donde se llevan a cabo la mayoría de los procesos metabólicos y funciones celulares importantes, como la respiración celular, la síntesis de proteínas, la replicación del ADN y la división celular. Además, el citoplasma también desempeña un papel importante en el transporte y la comunicación dentro y fuera de la célula.

El citoplasma se divide en dos regiones principales: la región periférica, que está cerca de la membrana plasmática y contiene una red de filamentos proteicos llamada citoesqueleto; y la región central, que es más viscosa y contiene los orgánulos celulares mencionados anteriormente.

En resumen, el citoplasma es un componente fundamental de las células vivas, donde se llevan a cabo numerosas funciones metabólicas y procesos celulares importantes.

Los antígenos de neoplasias son sustancias extrañas (generalmente proteínas) que se encuentran en las células cancerosas y que no están presentes o están presentes en cantidades mucho más pequeñas en células normales. Estos antígenos pueden ser producidos por el mismo tumor o por la reacción del cuerpo a la presencia del tumor.

Algunos antígenos de neoplasias son específicos de un tipo particular de cáncer, mientras que otros se encuentran en varios tipos diferentes de cáncer. Estos antígenos pueden ser detectados por el sistema inmunológico y desencadenar una respuesta inmune, lo que puede ayudar al cuerpo a combatir el crecimiento y la propagación del cáncer.

La detección de estos antígenos en sangre o tejidos puede ser útil en el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del tratamiento del cáncer. Sin embargo, no todos los cánceres producen antígenos detectables y su presencia no siempre indica la existencia de un cáncer activo o agresivo. Por lo tanto, la detección de antígenos de neoplasias debe ser interpretada junto con otros factores clínicos y diagnósticos.

La señalización del calcio es un mecanismo fundamental y complejo de comunicación celular que implica cambios en los niveles citosólicos de iones de calcio (Ca2+) para regular una variedad de procesos fisiológicos importantes, como la contracción muscular, la liberación de neurotransmisores, la expresión génica, el metabolismo celular y la apoptosis.

En condiciones basales, los niveles citosólicos de Ca2+ se mantienen bajos (aproximadamente 100 nanomolares) en relación con los niveles presentes en el espacio extracelular y en los orgánulos intracelulares, como el retículo sarcoplásmico o el retículo endoplasmático. La homeostasis del calcio está controlada por diversos mecanismos de transporte activo y pasivo que mantienen un gradiente de concentración a través de las membranas celulares y organelares.

La señalización del calcio se desencadena por estímulos externos o internos que activan diferentes tipos de canales iónicos dependientes y/o independientes de ligandos, lo que provoca un aumento rápido y transitorio en los niveles citosólicos de Ca2+. Estos canales incluyen receptores acoplados a proteínas G (GPCR), canales de liberación de calcio inositol trifosfato (IP3) y ryanodina ( RyR), y canales de entrada de calcio dependientes de voltaje (VDCC).

Una vez activados, los canales permiten que el Ca2+ fluya hacia el citosol desde el espacio extracelular o desde los depósitos intracelulares. El aumento en la concentración de Ca2+ citosólico desencadena una cascada de eventos que involucran a diversas proteínas reguladoras, como las calmodulinas, calcineurinas y cinasas dependientes de calcio (CaMK). Estas proteínas modifican la actividad de otros efectores celulares, como los canales iónicos, las bombas de calcio y las fosfolipasas, lo que resulta en una respuesta adaptativa adecuada al estímulo inicial.

La señalización del calcio desempeña un papel crucial en la regulación de diversos procesos fisiológicos, como la excitabilidad neuronal, la contracción muscular, la secreción hormonal, la proliferación y diferenciación celular, y la apoptosis. Por lo tanto, los defectos en la señalización del calcio se han asociado con varias enfermedades, como la epilepsia, la fibrosis quística, la diabetes, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas.

En resumen, la señalización del calcio es un mecanismo de comunicación intracelular altamente conservado que permite a las células detectar y responder a los cambios en su entorno. La comprensión de los principios moleculares y celulares que subyacen a este proceso ha proporcionado importantes insights sobre la fisiología y la patología humanas, y sigue siendo un área activa de investigación en la actualidad.

Los Receptores de Antígenos de Linfocitos T gamma-delta (TCRgamma-delta), también conocidos como receptores de células T gamma-delta, son tipos específicos de receptores encontrados en un subconjunto de las células T del sistema inmunológico. A diferencia de la mayoría de las células T, que expresan receptores de antígenos alpha-beta (TCRalpha-beta), las células T gamma-delta expresan receptores de antígenos distintivos compuestos por cadenas gamma y delta.

Estas células T gamma-delta desempeñan un papel crucial en la vigilancia inmunológica y participan en diversas funciones inmunitarias, como el reconocimiento directo de moléculas no proteicas, la activación del sistema inmune innato y adaptativo, y la respuesta a estresores y patógenos intracelulares. Además, se cree que desempeñan un papel importante en la homeostasis tisular y en la regulación de las respuestas inflamatorias.

La definición médica de TCRgamma-delta se refiere específicamente a estos receptores únicos encontrados en las células T gamma-delta, que desempeñan un papel vital en la detección y respuesta a diversos antígenos y estresores dentro del cuerpo humano.

En la medicina, los "sitios de unión" se refieren a las regiones específicas en las moléculas donde ocurre el proceso de unión, interacción o enlace entre dos or más moléculas o iones. Estos sitios son cruciales en varias funciones biológicas, como la formación de enlaces químicos durante reacciones enzimáticas, la unión de fármacos a sus respectivos receptores moleculares, la interacción antígeno-anticuerpo en el sistema inmunológico, entre otros.

La estructura y propiedades químicas de los sitios de unión determinan su especificidad y afinidad para las moléculas que se unen a ellos. Por ejemplo, en el caso de las enzimas, los sitios de unión son las regiones donde las moléculas substrato se unen y son procesadas por la enzima. Del mismo modo, en farmacología, los fármacos ejercen sus efectos terapéuticos al unirse a sitios de unión específicos en las proteínas diana o receptores celulares.

La identificación y el estudio de los sitios de unión son importantes en la investigación médica y biológica, ya que proporcionan información valiosa sobre los mecanismos moleculares involucrados en diversas funciones celulares y procesos patológicos. Esto puede ayudar al desarrollo de nuevos fármacos y terapias más eficaces, así como a una mejor comprensión de las interacciones moleculares que subyacen en varias enfermedades.

Los Receptores de Antígenos de Linfocitos T alfa-beta (TCRs, por sus siglas en inglés) son complejos proteicos encontrados en la superficie de los linfocitos T CD4+ y CD8+ que desempeñan un papel crucial en el sistema inmune adaptativo de vertebrados. Los TCRs alfa-beta se componen de dos cadenas polipeptídicas, alpha (α) y beta (β), cada una derivada de genes somáticos recombinados durante el desarrollo de los linfocitos T en el timo.

La diversidad génica de los TCRs alfa-beta permite a estas células reconocer y responder a una amplia gama de péptidos antigénicos presentados por moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) en la superficie de células somáticas. La unión del TCR con el complejo péptido-MHC desencadena la activación y diferenciación de los linfocitos T, lo que resulta en una respuesta inmunitaria adaptativa contra patógenos o células tumorales.

La estructura y función de los TCRs alfa-beta son análogas a los receptores B de células (BCR) en los linfocitos B, aunque con diferencias clave en su reconocimiento antigénico y señalización. Mientras que los BCRs reconocen directamente a los antígenos completos en forma nativa, los TCRs requieren la presentación de péptidos procesados por moléculas MHC. Además, los TCRs alfa-beta se unen débilmente a sus ligandos, lo que resulta en una interacción más transitoria y selectiva con las células presentadoras de antígenos.

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune sistémica, caracterizada por la inflamación crónica de las articulaciones sinoviales. Implica el ataque del sistema inmunológico a los tejidos corporales sanos, particularmente en las membranas sinoviales que recubren las articulaciones. Esta respuesta autoinmune provoca la inflamación, hinchazón y dolor articular.

La AR puede causar daño articular permanente si no se trata adecuadamente. Puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero generalmente afecta simétricamente a las articulaciones pequeñas de las manos y los pies. Además de los síntomas articulares, la artritis reumatoide puede afectar otros órganos y sistemas corporales, como el corazón, los pulmones, los ojos y los vasos sanguíneos.

La causa exacta de la AR sigue siendo desconocida, pero se cree que es el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales. No existe cura para la AR, pero los tratamientos pueden ayudar a controlar sus síntomas, reducir el daño articular y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Estos tratamientos pueden incluir medicamentos, terapia física y cambios en el estilo de vida.

"Macaca mulatta", también conocida como la mona Rhesus, es una especie de primate de la familia Cercopithecidae. Originaria de Asia, esta especie es comúnmente encontrada en zonas montañosas y forestales desde Afganistán hasta el norte de China. Los macacos Rhesus son omnívoros y se adaptan fácilmente a diversos hábitats.

Son conocidos por su comportamiento social complejo y sistema de dominio jerárquico. Su esperanza de vida en la naturaleza es de aproximadamente 25 años, pero pueden vivir hasta 40 años en cautiverio. Los macacos Rhesus tienen una importancia significativa en la investigación médica y biológica, particularmente en el campo del desarrollo de vacunas y estudios genéticos, ya que su genoma es muy similar al humano (93% de compatibilidad genética).

En términos médicos, los macacos Rhesus se utilizan a menudo como modelos animales en la investigación debido a sus sistemas inmunológico e neurológico similares a los humanos. Esto ha permitido avances en el estudio de diversas enfermedades, incluyendo el VIH/SIDA, hepatitis, cáncer y trastornos neuropsiquiátricos.

El ciclo celular es el proceso ordenado y regulado de crecimiento y división de una célula. Se compone de cuatro fases principales: fase G1, fase S, fase G2 y mitosis (que incluye la citocinesis). Durante la fase G1, la célula se prepara para syntetizar las proteínas y el ARN necesarios para la replicación del ADN en la fase S. En la fase S, el ADN se replica para asegurar que cada célula hija tenga una copia completa del genoma. Después de la fase S, la célula entra en la fase G2, donde continúa su crecimiento y syntetiza más proteínas y orgánulos necesarios para la división celular. La mitosis es la fase en la que el material genético se divide y se distribuye equitativamente entre las células hijas. Durante la citocinesis, que sigue a la mitosis, la célula se divide físicamente en dos células hijas. El ciclo celular está controlado por una serie de puntos de control y mecanismos de regulación que garantizan la integridad del genoma y la correcta división celular.

Los microdominios de membrana, también conocidos como "rafts" de lipidos, son pequeñas y altamente organizadas regiones de la membrana celular que están enriquecidas en esfingolípidos y colesterol. Estos dominios lípidicos forman una plataforma para la asociación y organización espacial de proteínas específicas, incluyendo receptores, canales iónicos y enzimas, lo que resulta en la compartimentación funcional de la membrana. Los microdominios de membrana participan en una variedad de procesos celulares, como la señalización celular, el tráfico intracelular y la infección viral. Sin embargo, su existencia y estructura aún son objeto de debate y requieren más investigación para ser plenamente comprendidos.

En la terminología médica, las proteínas se definen como complejas moléculas biológicas formadas por cadenas de aminoácidos. Estas moléculas desempeñan un papel crucial en casi todos los procesos celulares.

Las proteínas son esenciales para la estructura y función de los tejidos y órganos del cuerpo. Ayudan a construir y reparar tejidos, actúan como catalizadores en reacciones químicas, participan en el transporte de sustancias a través de las membranas celulares, regulan los procesos hormonales y ayudan al sistema inmunológico a combatir infecciones y enfermedades.

La secuencia específica de aminoácidos en una proteína determina su estructura tridimensional y, por lo tanto, su función particular. La genética dicta la secuencia de aminoácidos en las proteínas, ya que el ADN contiene los planos para construir cada proteína.

Es importante destacar que un aporte adecuado de proteínas en la dieta es fundamental para mantener una buena salud, ya que intervienen en numerosas funciones corporales vitales.

La hipersensibilidad retardada, también conocida como tipo IV hipersensibilidad o reacción de células T tardía, es un tipo de respuesta inmunitaria mediada por células que ocurre después de un período de latencia. Esto significa que los síntomas no aparecen inmediatamente después del contacto con el antígeno, sino que pueden demorar horas o incluso días en desarrollarse.

Este tipo de hipersensibilidad es desencadenado por la presentación de un antígeno a las células T CD4+ (linfocitos T helper) por parte de las células presentadoras de antígenos (APC), como los macrófagos. Después de la activación, las células T CD4+ secretan citokinas que reclutan y activan otras células inmunes, lo que lleva a una respuesta inflamatoria y daño tisular.

La hipersensibilidad retardada se asocia comúnmente con enfermedades como la tuberculosis, la lepra y la dermatitis de contacto. En estas condiciones, el sistema inmunológico reacciona exageradamente a los antígenos extraños o propios, lo que resulta en una respuesta inflamatoria dañina para el tejido.

En definitiva, la hipersensibilidad retardada es un tipo de respuesta inmunitaria mediada por células que se produce después de un período de latencia y está asociada con enfermedades como la tuberculosis y la dermatitis de contacto.

Las hemaglutininas virales son glicoproteínas presentes en la superficie de algunos virus, como el virus de la influenza (gripe). Las hemaglutininas desempeñan un papel crucial en la entrada del virus en las células huésped. Se unen al ácido siálico presente en los receptores de glucosa de la membrana celular, lo que resulta en la aglutinación de los eritrocitos y, posteriormente, en la fusión de la membrana viral con la membrana celular, permitiendo que el material genético del virus ingrese a la célula huésped.

Existen diferentes subtipos de hemaglutininas (H1-H18) que se clasifican según sus diferencias antigénicas. Las variaciones en las hemaglutininas son una de las razones por las que surgen nuevas cepas del virus de la influenza y por las que la vacuna contra la gripe debe actualizarse regularmente para mantenerse eficaz.

Las proteínas nucleares se refieren a un grupo diversificado de proteínas que se localizan en el núcleo de las células e interactúan directa o indirectamente con el ADN y/u otras moléculas de ARN. Estas proteínas desempeñan una variedad de funciones cruciales en la regulación de los procesos celulares, como la transcripción génica, la replicación del ADN, la reparación del ADN, el mantenimiento de la integridad del genoma y la organización de la cromatina.

Las proteínas nucleares se clasifican en diferentes categorías según su función y localización subnuclear. Algunos ejemplos de proteínas nucleares incluyen histonas, factores de transcripción, coactivadores y corepresores, helicasas, ligasas, polimerasas, condensinas y topoisomerasas.

La mayoría de las proteínas nucleares se sintetizan en el citoplasma y luego se importan al núcleo a través del complejo de poros nuclear (NPC) mediante un mecanismo de reconocimiento de señales de localización nuclear. Las proteínas nucleares suelen contener secuencias consenso específicas, como el dominio de unión a ADN o la secuencia de localización nuclear, que les permiten interactuar con sus socios moleculares y realizar sus funciones dentro del núcleo.

La disfunción o alteración en la expresión y función de las proteínas nucleares se ha relacionado con varias enfermedades humanas, como el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas y las miopatías. Por lo tanto, comprender la estructura, la función y la regulación de las proteínas nucleares es fundamental para avanzar en nuestra comprensión de los procesos celulares y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para tratar diversas afecciones médicas.

Los Receptores de Factor de Necrosis Tumoral (TNF, por sus siglas en inglés) son un tipo de receptores de superficie celular que pertenecen a la familia del receptor de muerte (DR, por sus siglas en inglés). Estos receptores se unen a su ligando, el Factor de Necrosis Tumoral (TNF), que es una citocina proinflamatoria involucrada en diversas respuestas inmunes y procesos celulares.

Existen dos tipos principales de receptores de TNF: TNFR1 (también conocido como CD120a) y TNFR2 (también conocido como CD120b). TNFR1 se expresa en la mayoría de los tejidos, mientras que TNFR2 tiene una distribución más restringida y se expresa principalmente en células del sistema inmune.

La unión del TNF a sus receptores desencadena una cascada de señalización intracelular que puede resultar en una variedad de respuestas celulares, incluyendo la activación de vías de supervivencia y muerte celular programada (apoptosis). La activación de estos receptores también puede desencadenar la producción de otras citocinas proinflamatorias y promover la activación y diferenciación de células inmunes.

La disregulación de los receptores de TNF se ha asociado con una variedad de enfermedades, incluyendo enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y la psoriasis, así como enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Por lo tanto, los fármacos que bloquean la actividad de los receptores de TNF se utilizan ampliamente en el tratamiento de estas enfermedades.

Los proto-oncogenes son normalmente genes que codifican para proteínas que desempeñan un papel crucial en la regulación del crecimiento, desarrollo y división celular. Estas proteínas pueden actuar como factores de transcripción, receptores de señales o participar en la transmisión de señales dentro de la célula.

Cuando un proto-oncogen está mutado o sobre-expresado, puede convertirse en un oncogen, el cual promueve el crecimiento y división celular descontrolada, lo que puede llevar al desarrollo de cáncer. Las mutaciones pueden ser heredadas o adquiridas durante la vida de un individuo, a menudo como resultado de exposición a carcinógenos ambientales o estilos de vida poco saludables.

Las proteínas proto-oncogénicas desempeñan diversas funciones importantes en la célula, incluyendo:

1. Transmisión de señales desde el exterior al interior de la célula.
2. Regulación del ciclo celular y promoción de la división celular.
3. Control de la apoptosis (muerte celular programada).
4. Síntesis y reparación del ADN.
5. Funciones inmunes y de respuesta al estrés.

Algunos ejemplos de proto-oncogenes incluyen los genes HER2/neu, src, ras y myc. Las mutaciones en estos genes se han relacionado con diversos tipos de cáncer, como el cáncer de mama, pulmón, colon y vejiga. El estudio de proto-oncogenes y oncogenes es fundamental para comprender los mecanismos moleculares del cáncer y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.

La tuberculina es una preparación estandarizada que se utiliza en las pruebas de detección de la tuberculosis. Se produce a partir de cultivos de Mycobacterium tuberculosis, la bacteria que causa la tuberculosis. La forma más común de tuberculina es el purificado protein derivative (PPD), que contiene varios antígenos de M. tuberculosis.

En una prueba de tuberculina, también conocida como prueba de Mantoux, se inyecta una pequeña cantidad de tuberculina just debajo de la piel. Después de 48-72 horas, se mide la reacción local en la piel. Una inflamación o endurecimiento significativo en el sitio de inyección puede indicar una infección previa o actual por M. tuberculosis. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los resultados no siempre son definitivos y pueden dar lugar a falsos positivos o falsos negativos. Por lo tanto, se necesita interpretar los resultados con cuidado, teniendo en cuenta factores como la exposición previa al BCG (vacuna contra la tuberculosis), las infecciones por otros tipos de micobacterias y otras condiciones de salud.

El Herpesvirus Humano 4, también conocido como Epstein-Barr Virus (EBV), es un tipo de virus herpes que causa la enfermedad del linfocito B infectada. Es parte de la familia Herpesviridae y el género Lymphocryptovirus.

La infección por EBV se produce más comúnmente durante la infancia y puede ser asintomática o causar una enfermedad leve similar a una mononucleosis infecciosa (conocida como "enfermedad del beso"). Sin embargo, cuando la infección se adquiere en la adolescencia o edad adulta, puede causar un cuadro más grave de mononucleosis infecciosa.

El EBV se transmite a través del contacto cercano con la saliva o fluidos corporales infectados, como por ejemplo mediante el intercambio de besos o el uso común de utensilios o vasos sucios. Una vez que una persona está infectada con EBV, el virus permanece inactivo (latente) en el cuerpo durante toda la vida y puede reactivarse en momentos de estrés o enfermedad, aunque generalmente no causa síntomas durante este estado latente.

El EBV se ha relacionado con varios tipos de cáncer, como el linfoma de Burkitt, el carcinoma nasofaríngeo y los linfomas de Hodgkin y no-Hodgkin. Además, se ha asociado con enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple y el lupus eritematoso sistémico.

La quimiotaxis de leucocitos es un proceso biológico en el que los leucocitos (un tipo de glóbulos blancos) se mueven siguiendo un gradiente de concentración de químicos, generalmente moléculas señalizadoras conocidas como quimiocinas. Este proceso desempeña un papel crucial en la respuesta inmune del cuerpo, ya que ayuda a los leucocitos a localizar y migrar hacia los sitios de inflamación o infección en el cuerpo.

Cuando una célula dañada, un patógeno u otra célula libera quimiocinas, se crea un gradiente de concentración con niveles más altos de quimiocinas cerca del sitio de la lesión o infección. Los leucocitos tienen receptores en su superficie que pueden detectar estas moléculas señalizadoras y responder a ellas mediante un proceso llamado transducción de señales, lo que hace que los leucocitos extiendan pseudópodos (proyecciones citoplasmáticas) hacia el gradiente químico y migren en esa dirección.

Este fenómeno es fundamental para la defensa del cuerpo contra las infecciones y lesiones, ya que permite a los leucocitos llegar al lugar donde se necesitan y desempeñar sus funciones, como fagocitar patógenos o eliminar células dañadas. Sin embargo, la quimiotaxis de leucocitos también puede desempeñar un papel en procesos patológicos, como las respuestas inflamatorias excesivas y las enfermedades autoinmunes.

La especificidad de la especie, en el contexto de la medicina y la biología, se refiere al fenómeno en el que ciertas sustancias, como fármacos o anticuerpos, interactúan de manera selectiva con objetivos moleculares que son únicos o altamente prevalentes en una especie determinada. Esto significa que esas sustancias tienen una alta probabilidad de unirse y producir efectos deseados en el organismo objetivo, mientras minimizan los efectos no deseados en otras especies.

La especificidad de la especie juega un papel crucial en el desarrollo y uso seguro de fármacos y vacunas. Por ejemplo, cuando se crea una vacuna contra una enfermedad infecciosa, los científicos a menudo utilizan como objetivo moléculares específicos del patógeno que causan la enfermedad, con el fin de inducir una respuesta inmunitaria protectora. Al mismo tiempo, es importante garantizar que estas vacunas no provoquen reacciones adversas graves o efectos no deseados en los huéspedes humanos.

Sin embargo, la especificidad de la especie no siempre es absoluta y pueden producirse excepciones. Algunos fármacos o anticuerpos pueden interactuar con objetivos moleculares similares en diferentes especies, lo que puede dar lugar a efectos adversos imprevistos o a una eficacia reducida. Por esta razón, es fundamental llevar a cabo rigurosas pruebas preclínicas y clínicas antes de introducir nuevos fármacos o vacunas en el mercado.

El suero antilinfocítico (ALS) es un tipo de suero que contiene anticuerpos contra los linfocitos, un tipo de glóbulos blancos que forman parte del sistema inmunológico. Este suero se obtiene de animales que han sido inmunizados con linfocitos humanos u otros animales. Cuando se inyecta en un individuo, el ALS puede provocar una disminución temporal en el número de linfocitos en la sangre, lo que se conoce como linfopenia.

Este fenómeno es útil en ciertas situaciones clínicas, como el tratamiento de enfermedades autoinmunes o trasplantes de órganos, donde se necesita suprimir la respuesta inmune para prevenir el rechazo del injerto u otros daños tisulares. Sin embargo, también conlleva riesgos, como una mayor susceptibilidad a infecciones y posibles efectos secundarios adversos. Por lo tanto, su uso debe ser cuidadosamente monitoreado y controlado por profesionales médicos.

Los fragmentos de péptidos son secuencias cortas de aminoácidos que resultan de la degradación o escisión de proteínas más grandes. A diferencia de los péptidos completos, que contienen un número específico y una secuencia completa de aminoácidos formados por la unión de dos o más aminoácidos, los fragmentos de péptidos pueden consistir en solo algunos aminoácidos de la cadena proteica original.

Estos fragmentos pueden producirse naturalmente dentro del cuerpo humano como resultado del metabolismo proteico normal o pueden generarse artificialmente en un laboratorio para su uso en diversas aplicaciones, como la investigación biomédica y el desarrollo de fármacos.

En algunos casos, los fragmentos de péptidos pueden tener propiedades biológicas activas y desempeñar funciones importantes en el organismo. Por ejemplo, algunos péptidos hormonales, como la insulina y la gastrina, se sintetizan a partir de precursores proteicos más grandes y se liberan al torrente sanguíneo en forma de fragmentos de péptidos activos.

En el contexto clínico y de investigación, los fragmentos de péptidos también pueden utilizarse como marcadores bioquímicos para ayudar a diagnosticar diversas condiciones médicas. Por ejemplo, los niveles elevados de determinados fragmentos de péptidos en la sangre o en otras muestras biológicas pueden indicar la presencia de ciertas enfermedades, como el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas.

La clonación molecular es un proceso de laboratorio que crea copias idénticas de fragmentos de ADN. Esto se logra mediante la utilización de una variedad de técnicas de biología molecular, incluyendo la restricción enzimática, ligación de enzimas y la replicación del ADN utilizando la polimerasa del ADN (PCR).

La clonación molecular se utiliza a menudo para crear múltiples copias de un gen o fragmento de interés, lo que permite a los científicos estudiar su función y estructura. También se puede utilizar para producir grandes cantidades de proteínas específicas para su uso en la investigación y aplicaciones terapéuticas.

El proceso implica la creación de un vector de clonación, que es un pequeño círculo de ADN que puede ser replicado fácilmente dentro de una célula huésped. El fragmento de ADN deseado se inserta en el vector de clonación utilizando enzimas de restricción y ligasa, y luego se introduce en una célula huésped, como una bacteria o levadura. La célula huésped entonces replica su propio ADN junto con el vector de clonación y el fragmento de ADN insertado, creando así copias idénticas del fragmento original.

La clonación molecular es una herramienta fundamental en la biología molecular y ha tenido un gran impacto en la investigación genética y biomédica.

La inmunoterapia adoptiva es una forma avanzada de terapia cancerígena que involucra la extracción de células inmunes del paciente, su modificación en el laboratorio para mejorar su capacidad de reconocer y atacar las células cancerosas, y luego su reinfusión al paciente. Este proceso permite que el sistema inmunitario del propio cuerpo se vuelva más eficaz en la lucha contra el cáncer.

Existen diferentes tipos de inmunoterapia adoptiva, incluyendo la terapia con linfocitos T citotóxicos (CTL) y la terapia con células dendríticas. La terapia CTL implica la extracción de linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos) del paciente, su activación y expansión en el laboratorio, y luego su reinfusión al paciente después de haber sido genéticamente modificados para reconocer y destruir las células cancerosas. Por otro lado, la terapia con células dendríticas implica la extracción de células dendríticas (otro tipo de glóbulos blancos) del paciente, su exposición a antígenos específicos del cáncer en el laboratorio, y luego su reinfusión al paciente para estimular una respuesta inmunitaria más fuerte contra las células cancerosas.

La inmunoterapia adoptiva ha demostrado ser prometedora en el tratamiento de varios tipos de cáncer, especialmente aquellos que no responden a los tratamientos convencionales como la quimioterapia y la radioterapia. Sin embargo, este tipo de terapia todavía se encuentra en fases tempranas de investigación y desarrollo clínico, y requiere más estudios para evaluar su eficacia y seguridad a largo plazo.

Una línea celular tumoral es una población homogénea y estable de células cancerosas que se han aislado de un tejido tumoral original y se cultivan en condiciones controladas en un laboratorio. Estas líneas celulares se utilizan ampliamente en la investigación oncológica para estudiar los procesos biológicos del cáncer, probar fármacos y desarrollar terapias antitumorales. Las células de una línea celular tumoral tienen la capacidad de dividirse indefinidamente en cultivo y mantener las características moleculares y fenotípicas del tumor original, lo que permite a los científicos realizar experimentos reproducibles y comparar resultados entre diferentes estudios. Las líneas celulares tumorales se obtienen mediante diversas técnicas, como la biopsia, la cirugía o la autopsia, y posteriormente se adaptan a las condiciones de cultivo en el laboratorio.

Las fosfoproteínas son proteínas que contienen uno o más grupos fosfato unidos covalentemente. Estos grupos fosfato se adicionan generalmente a los residuos de serina, treonina y tirosina en las proteínas, mediante un proceso conocido como fosforilación. La fosfoproteína resultante puede tener propiedades químicas y estructurales alteradas, lo que a su vez puede influir en su función biológica.

La fosfoproteína desempeña un papel importante en muchos procesos celulares, incluyendo la transducción de señales, la regulación de enzimas y la estabilización de estructuras proteicas. La adición y eliminación de grupos fosfato en las fosfoproteínas es un mecanismo común de control regulador en la célula.

La fosforilación y desfosforilación de proteínas son procesos dinámicos y reversibles, catalizados por enzimas específicas llamadas kinasas y fosfatasas, respectivamente. La fosfoproteína puede actuar como un interruptor molecular, ya que la presencia o ausencia de grupos fosfato puede activar o desactivar su función. Por lo tanto, el equilibrio entre la fosforilación y desfosforilación de una proteína dada es crucial para mantener la homeostasis celular y regular diversas vías de señalización.

Las proteínas de neoplasias son aquellas proteínas que se expresan anormalmente en las células cancerosas o neoplásicas. Estas proteínas pueden ser producidas por genes oncogénicos mutados, genes supresores de tumores inactivados o por alteraciones en la regulación génica y traduccional. Las proteínas de neoplasias pueden desempeñar un papel crucial en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento del cáncer.

Algunos ejemplos de proteínas de neoplasias incluyen la proteína del antígeno prostático específico (PSA) que se utiliza como marcador tumoral en el cáncer de próstata, la proteína HER2/neu que se overexpresa en algunos tipos de cáncer de mama y se puede tratar con terapias dirigidas, y la proteína p53 que es un supresor tumoral comúnmente mutado en muchos tipos de cáncer.

El estudio de las proteínas de neoplasias puede ayudar a los médicos a entender mejor los mecanismos moleculares del cáncer y a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas más efectivas y específicas para tratar diferentes tipos de cáncer.

No hay una definición médica específica para "conejos". Los conejos son animales pertenecientes a la familia Leporidae, que también incluye a los liebres. Aunque en ocasiones se utilizan como mascotas, no hay una definición médica asociada con ellos.

Sin embargo, en un contexto zoológico o veterinario, el término "conejos" podría referirse al estudio de su anatomía, fisiología, comportamiento y cuidados de salud. Algunos médicos especializados en animales exóticos pueden estar familiarizados con la atención médica de los conejos como mascotas. En este contexto, los problemas de salud comunes en los conejos incluyen enfermedades dentales, trastornos gastrointestinales y parásitos.

El linfoma es un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, que forma parte del sistema inmunológico del cuerpo. Se desarrolla cuando las células inmunitarias llamadas linfocitos se vuelven cancerosas y comienzan a multiplicarse de manera descontrolada. Estas células cancerosas pueden acumularse en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y otros órganos, formando tumores.

Existen dos tipos principales de linfoma: el linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin. El linfoma de Hodgkin se caracteriza por la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg, mientras que en el linfoma no Hodgkin no se encuentran estas células.

Los síntomas del linfoma pueden incluir ganglios linfáticos inflamados, fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso y fatiga. El tratamiento puede incluir quimioterapia, radioterapia, terapia dirigida o trasplante de células madre, dependiendo del tipo y etapa del linfoma.

La calcineurina es una proteína fosfatasa que desempeña un importante papel en la señalización celular y el metabolismo. En los sistemas biológicos, especialmente en el sistema inmunológico de mamíferos, la calcineurina ayuda a regular la activación de las células T al desfosforilar y activar a la proteína nuclear de factor de transcripción órgano específico 5 (NFAT), lo que conduce a la expresión génica y la producción de citocinas. La inhibición de la calcineurina se ha utilizado como un objetivo terapéutico en el tratamiento de enfermedades autoinmunes y de rechazo de trasplantes, ya que impide la activación de las células T y la respuesta inmune.

En términos médicos, la calcineurina se define como una proteína serina/treonina fosfatasa heterodimérica compuesta por un subunidad catalítica (calcineurina A) y un subunidad reguladora (calcineurina B). Se activa en respuesta a los aumentos de calcio intracelular y participa en varios procesos celulares, como la proliferación, diferenciación y apoptosis. La calcineurina también está involucrada en el desarrollo del músculo cardíaco y esquelético, así como en la función neuronal y cognitiva. Los inhibidores de la calcineurina, como ciclosporina A y tacrolimus, se utilizan clínicamente para tratar una variedad de afecciones, desde la enfermedad de injerto contra huésped después del trasplante hasta el tratamiento de la psoriasis.

Los estudios de casos y controles son un tipo de diseño de investigación epidemiológico que se utiliza a menudo para identificar y analizar posibles factores de riesgo asociados con una enfermedad o resultado de interés. En este tipo de estudio, los participantes se clasifican en dos grupos: casos (que tienen la enfermedad o el resultado de interés) y controles (que no tienen la enfermedad o el resultado).

La característica distintiva de este tipo de estudios es que los investigadores recopilan datos sobre exposiciones previas al desarrollo de la enfermedad o el resultado en ambos grupos. La comparación de las frecuencias de exposición entre los casos y los controles permite a los investigadores determinar si una determinada exposición está asociada con un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad o el resultado de interés.

Los estudios de casos y controles pueden ser retrospectivos, lo que significa que se recopilan datos sobre exposiciones previas después de que los participantes hayan desarrollado la enfermedad o el resultado de interés. También pueden ser prospectivos, lo que significa que se reclutan participantes antes de que ocurra el resultado de interés y se sigue a los participantes durante un período de tiempo para determinar quién desarrolla la enfermedad o el resultado.

Este tipo de estudios son útiles cuando es difícil o costoso realizar un seguimiento prospectivo de una gran cantidad de personas durante un largo período de tiempo. Sin embargo, los estudios de casos y controles también tienen limitaciones, como la posibilidad de sesgo de selección y recuerdo, lo que puede afectar la validez de los resultados.

En términos médicos, una mutación se refiere a un cambio permanente y hereditable en la secuencia de nucleótidos del ADN (ácido desoxirribonucleico) que puede ocurrir de forma natural o inducida. Esta alteración puede afectar a uno o más pares de bases, segmentos de DNA o incluso intercambios cromosómicos completos.

Las mutaciones pueden tener diversos efectos sobre la función y expresión de los genes, dependiendo de dónde se localicen y cómo afecten a las secuencias reguladoras o codificantes. Algunas mutaciones no producen ningún cambio fenotípico visible (silenciosas), mientras que otras pueden conducir a alteraciones en el desarrollo, enfermedades genéticas o incluso cancer.

Es importante destacar que existen diferentes tipos de mutaciones, como por ejemplo: puntuales (sustituciones de una base por otra), deletérreas (pérdida de parte del DNA), insercionales (adición de nuevas bases al DNA) o estructurales (reordenamientos más complejos del DNA). Todas ellas desempeñan un papel fundamental en la evolución y diversidad biológica.

Las pruebas de micronúcleos son un tipo de análisis citogenético que se utiliza para evaluar los daños en el ADN y la integridad del material genético en células. Esta prueba se basa en la observación de pequeñas estructuras llamadas micronúcleos, que se forman a partir de fragmentos o cromosomas intactos que no se incorporan correctamente al núcleo durante la división celular.

La prueba de micronúcleos generalmente implica el cultivo de células en un medio de crecimiento adecuado, seguido del tratamiento con un agente que cause daño al ADN, como un químico tóxico o radiación. Las células se dividen entonces y se tiñen para su observación al microscopio. Los micronúcleos se ven como pequeños cuerpos redondos fuera del núcleo principal de la célula.

El número y la apariencia de los micronúcleos pueden servir como indicadores cuantitativos y cualitativos del daño genético inducido por el agente examinado. Esta prueba se utiliza a menudo en estudios de toxicología, mutagénesis y carcinogénesis para evaluar los efectos adversos de diversas sustancias químicas y agentes físicos sobre el material genético. También se ha utilizado en la medicina humana y veterinaria para monitorear los efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia.

La perforina es una proteína citotóxica que se encuentra en los granulos de los células asesinas naturales (NK, por sus siglas en inglés) y los linfocitos T citotóxicos. Desempeña un papel crucial en la citotoxicidad mediada por células, un mecanismo importante del sistema inmune para eliminar células infectadas o cancerosas.

Después de que una célula NK o linfocito T citotóxico reconoce una célula objetivo, se produce la degranulación y la perforina se libera al espacio entre las dos células. La perforina forma poros en la membrana plasmática de la célula objetivo, lo que permite la entrada de moléculas citotóxicas adicionales, como la granzima B, y finalmente conduce a la apoptosis (muerte celular programada) de la célula objetivo.

La disfunción o deficiencia en la perforina puede asociarse con diversas enfermedades, como inmunodeficiencias primarias, autoinmunidad y susceptibilidad aumentada a ciertos tipos de cáncer.

En la medicina, el término "porcino" generalmente se refiere a algo relacionado con cerdos o similares a ellos. Un ejemplo podría ser un tipo de infección causada por un virus porcino que puede transmitirse a los humanos. Sin embargo, fuera del contexto médico, "porcino" generalmente se refiere simplemente a cosas relacionadas con cerdos.

Es importante tener en cuenta que el contacto cercano con cerdos y su entorno puede representar un riesgo de infección humana por varios virus y bacterias, como el virus de la gripe porcina, el meningococo y la estreptococosis. Por lo tanto, se recomienda tomar precauciones al interactuar con cerdos o visitar granjas porcinas.

La proteína ligando Fas, también conocida como FasL o CD95L, es una proteína que se une a la proteína receptora Fas (también llamada APO-1 o CD95) en la membrana celular. Esta interacción desencadena una cascada de eventos que conducen a la apoptosis o muerte celular programada. La activación del receptor Fas por el ligando Fas es un mecanismo importante para eliminar las células dañadas, infectadas o cancerosas en el cuerpo. La disfunción en este sistema de señalización se ha relacionado con varias enfermedades, incluyendo trastornos autoinmunes y cáncer.

La Interleucina-6 (IL-6) es una citocina proinflamatoria multifuncional que desempeña un papel crucial en la respuesta inmunitaria y la hematopoyesis. Es producida por una variedad de células, incluyendo macrófagos, fibroblastos, endoteliales y algunas células tumorales, en respuesta a diversos estímulos, como infecciones, traumatismos o procesos inflamatorios.

La IL-6 media una variedad de respuestas biológicas, incluyendo la activación del sistema inmune, la diferenciación y proliferación de células inmunes, la síntesis de proteínas de fase aguda y el metabolismo energético. También está involucrada en la patogénesis de diversas enfermedades, como artritis reumatoide, enfermedad de Crohn, sepsis y cáncer.

En condiciones fisiológicas, los niveles séricos de IL-6 son bajos, pero pueden aumentar significativamente en respuesta a estímulos patológicos. La medición de los niveles de IL-6 se utiliza como un biomarcador de inflamación y enfermedad en la práctica clínica.

La inmunización es un proceso mediante el cual se confiere protección contra una enfermedad infecciosa, a menudo mediante la administración de una vacuna. Una vacuna está compuesta por agentes que imitan una infección natural y estimulan al sistema inmunitario a desarrollar una respuesta inmunitaria específica sin causar la enfermedad real.

Este proceso de inmunización permite al cuerpo reconocer y combatir eficazmente el agente infeccioso si se está expuesto a él en el futuro. La inmunización no solo protege a la persona vacunada, sino que también ayuda a prevenir la propagación de enfermedades infecciosas y contribuye al desarrollo de la inmunidad de grupo o comunitaria.

Existen diferentes tipos de vacunas, como las vivas atenuadas, las inactivadas, las subunidades y los basados en ADN, cada uno con sus propias ventajas e indicaciones específicas. Las vacunas se consideran una intervención médica preventiva fundamental y están recomendadas durante todo el ciclo de vida para mantener a las personas sanas y protegidas contra enfermedades potencialmente graves o mortales.

Las Proteína-Tirosina Fosfatasas (PTPs) son enzimas que desempeñan un papel crucial en la regulación de varias vías de señalización celular en el cuerpo humano. Estas enzimas catalizan la eliminación de grupos fosfato del residuo de tirosina de las proteínas, lo que contrarresta la acción de las protein-tirosina quinasas y ayuda a mantener el equilibrio de la fosforilación de tirosina en la célula.

Las PTPs participan en una amplia gama de procesos fisiológicos, como el crecimiento celular, diferenciación, apoptosis (muerte celular programada), metabolismo y respuesta inmunitaria. También están involucradas en la patogénesis de varias enfermedades, incluyendo cáncer, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Las PTPs se clasifican en dos categorías principales: las PTPs transmembrana y las PTPs intracelulares. Las PTPs transmembrana, también conocidas como receptores tirosina fosfatasas (RTFs), poseen un dominio extracelular que participa en la interacción con ligandos y un dominio intracelular con actividad catalítica. Las PTPs intracelulares, por otro lado, carecen de un dominio extracelular y se encuentran distribuidas en el citoplasma.

Debido a su importancia en la regulación de las vías de señalización celular, las alteraciones en la actividad o expresión de las PTPs pueden tener consecuencias graves para la salud humana. Por lo tanto, el estudio y comprensión de las Proteínas-Tirosina Fosfatasas sigue siendo un área activa de investigación en la biología y medicina modernas.

Las células Vero son una línea celular continua derivada originalmente de células renales de un chimpancé adulto normal y sano. Fueron establecidas por primera vez en 1962 por Yasumura y Kawakita en el Instituto de Microbiología de la Universidad de Kioto, Japón. Las células Vero se han utilizado ampliamente en investigación científica, particularmente en estudios de virología, ya que son capaces de soportar la replicación de una amplia gama de virus y producir una citopatía visible, lo que facilita su uso en técnicas de detección y cuantificación virales.

Las células Vero se caracterizan por su capacidad de crecer en monocapa y formar colonias compactas con un aspecto fibroblástico. Son relativamente grandes, midiendo aproximadamente 15-20 micras de diámetro, y tienen un núcleo grande y redondo con uno o más nucléolos visibles. Las células Vero también son estables genéticamente y tienen un crecimiento relativamente rápido, lo que las hace adecuadas para su uso en cultivos celulares a gran escala.

En la actualidad, las células Vero siguen siendo una de las líneas celulares más utilizadas en investigación biomédica y se han utilizado en el desarrollo y producción de vacunas contra varias enfermedades infecciosas, como la viruela, la rabia y el COVID-19. Sin embargo, también hay preocupaciones sobre su uso en algunos contextos, ya que carecen de ciertos mecanismos de defensa naturales contra los virus y, por lo tanto, pueden ser más susceptibles a la infección y la transformación cancerosa que las células del cuerpo humano.

'Cercopithecus aethiops', comúnmente conocido como el mono verde, es una especie de primate que se encuentra en gran parte del África subsahariana. Estos monos son omnívoros y generalmente viven en grupos sociales grandes y complejos. Son conocidos por su pelaje verde oliva y sus colas largas y no prensiles. El término 'Cercopithecus aethiops' es utilizado en la medicina y la biología para referirse específicamente a esta especie de primate.

La linfocitosis es un término médico que se refiere a un conteo elevado de linfocitos en la sangre periférica. Los linfocitos son un tipo de glóbulos blancos (leucocitos) que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico, ya que ayudan a proteger al cuerpo contra las infecciones y las enfermedades.

Normalmente, los recuentos de linfocitos en la sangre periférica oscilan entre 1.000 y 4.800 células por microlitro (µL) en adultos sanos. Sin embargo, cuando el recuento de linfocitos supera los 5.000 células por µL, se considera linfocitosis.

La linfocitosis puede ser causada por diversas condiciones médicas, como infecciones virales (como la mononucleosis infecciosa o el VIH), enfermedades autoinmunes, leucemias y linfomas, entre otras. También puede ser el resultado de una reacción a ciertos medicamentos o vacunas.

Es importante tener en cuenta que un recuento elevado de linfocitos no siempre indica la presencia de una enfermedad subyacente grave, pero sí requiere una evaluación médica adicional para determinar la causa subyacente y establecer el tratamiento adecuado.

La fosfotirosina es el resultado de la fosforilación de un residuo de tirosina en una proteína, un proceso importante en la señalización celular. Este tipo de modificación postraduccional se produce cuando una protein kinase específica, como la tirosina quinasa, transfiere un grupo fosfato desde el ATP a un residuo de tirosina en una proteína diana. La fosfotirosina puede actuar como sitio de interacción para otras proteínas que contienen dominios de unión a fosfotirosina, lo que lleva a la activación o inhibición de diversos procesos celulares, como la proliferación y diferenciación celular, así como la apoptosis. El equilibrio entre la fosforilación y la desfosforilación de las proteínas es crucial para el correcto funcionamiento de la célula, y los desequilibrios en este proceso se han relacionado con diversas enfermedades, como el cáncer.

En resumen, la fosfotirosina es un importante intermediario en la señalización celular que resulta de la adición de un grupo fosfato a un residuo de tirosina en una proteína.

La mucosa intestinal es la membrana delicada y altamente vascularizada que reviste el interior del tracto gastrointestinal. Es la primera barrera entre el lumen intestinal y el tejido subyacente, y desempeña un papel crucial en la absorción de nutrientes, la secreción de electrolitos y líquidos, y la protección contra patógenos y toxinas.

La mucosa intestinal está compuesta por epitelio simple columnar, que forma una capa continua de células que recubren la superficie interna del intestino. Estas células están unidas entre sí por uniones estrechas, lo que ayuda a mantener la integridad de la barrera intestinal y a regular el paso de moléculas y iones a través de ella.

Además, la mucosa intestinal contiene glándulas especializadas, como las glándulas de Lieberkühn, que secretan mucus y enzimas digestivas para facilitar la absorción de nutrientes y proteger la mucosa contra el daño. La mucosa intestinal también alberga una gran cantidad de bacterias beneficiosas, conocidas como microbiota intestinal, que desempeñan un papel importante en la salud digestiva y general.

La integridad y la función adecuadas de la mucosa intestinal son esenciales para la salud digestiva y general, y su deterioro puede contribuir al desarrollo de diversas enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad celíaca, la síndrome del intestino irritable y algunos trastornos autoinmunes.

Los antígenos virales son sustancias proteicas o moleculas presentes en la superficie de los virus que pueden ser reconocidas por el sistema inmune como extrañas y desencadenar una respuesta inmunológica. Estos antígenos son capaces de activar las células inmunes, como los linfocitos T y B, para destruir o neutralizar al virus.

Los antígenos virales pueden variar en su estructura y función dependiendo del tipo de virus. Algunos virus tienen una sola proteína de superficie que actúa como antígeno, mientras que otros tienen varias proteínas que pueden servir como antígenos. Además, algunos virus pueden mutar rápidamente sus antígenos, lo que dificulta la respuesta inmunológica y puede llevar a enfermedades recurrentes o persistentes.

La identificación de los antígenos virales es importante en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades virales. Por ejemplo, las pruebas de detección de antígenos se utilizan comúnmente para diagnosticar infecciones por virus como la influenza, el VIH y el virus del herpes simple. También son importantes en el desarrollo de vacunas, ya que los antígenos virales pueden inducir una respuesta inmunológica protectora contra futuras infecciones por el mismo virus.

Las proteínas citotóxicas formadoras de poros son un tipo de proteína secretada por ciertas células inmunes, como los linfocitos citotóxicos T y los natural killers, que desempeñan un papel crucial en la defensa del organismo contra las células infectadas o tumorales. Estas proteínas se denominan formadoras de poros porque son capaces de penetrar en la membrana plasmática de la célula diana y crear una estructura transmembranal en forma de poro, lo que conduce a la muerte de la célula.

El proceso de formación del poro implica la unión de varias moléculas de proteínas citotóxicas para formar un complejo oligomérico. Este complejo se inserta en la membrana plasmática de la célula diana y forma un poro transmembranal que permite el flujo descontrolado de iones y moléculas a través de la membrana, lo que provoca una despolarización de la membrana y la activación de procesos que conducen a la muerte celular.

Existen varios tipos diferentes de proteínas citotóxicas formadoras de poros, cada una con su propio mecanismo específico de unión y formación del poro. Algunos ejemplos incluyen las perforinas, las granulisinas y las granzimas. Estas proteínas se secretan en forma de proproteínas inactivas y requieren ser procesadas por otras proteasas antes de poder unirse y formar los poros.

En resumen, las proteínas citotóxicas formadoras de poros son un importante mecanismo de defensa del sistema inmunológico que permite eliminar células infectadas o tumorales dañinas a través de la creación de poros transmembranales y la despolarización subsiguiente de la membrana celular.

La inhibición de migración celular se refiere a un proceso mediante el cual se previene, reduce o ralentiza el movimiento y desplazamiento de células vivas. Este término es ampliamente utilizado en el campo de la medicina y biología molecular, especialmente en oncología, donde el objetivo principal es inhibir la migración de células cancerosas para evitar su diseminación y metástasis a otros tejidos y órganos.

La migración celular está controlada por una serie de procesos complejos que involucran la reorganización del citoesqueleto, las interacciones entre células y el medio extracelular, y los cambios en la expresión génica. La inhibición de migración celular puede lograrse mediante diversas estrategias, como el bloqueo de receptores de superficie celular, la inactivación de factores de adhesión o la modulación de vías de señalización intracelular involucradas en el control del movimiento celular.

Existen varios fármacos y terapias experimentales que se han desarrollado con el objetivo de inhibir la migración celular, como los inhibidores de la proteína quinasa o los agentes que interfieren con la formación de estructuras del citoesqueleto. La investigación en este campo sigue siendo un área activa de desarrollo y descubrimiento, ya que se espera que las terapias dirigidas a inhibir la migración celular puedan mejorar significativamente los resultados clínicos en el tratamiento del cáncer y otras enfermedades.

La médula ósea es el tejido esponjoso y graso que se encuentra en el interior de la mayoría de los huesos largos del cuerpo humano. Es responsable de producir células sanguíneas rojas, blancas y plaquetas. La médula ósea contiene células madre hematopoyéticas, que son las células madre inmaduras capaces de diferenciarse en todos los tipos de células sanguíneas maduras.

Existen dos tipos principales de médula ósea: la médula ósea roja y la médula ósea amarilla. La médula ósea roja es el sitio activo de producción de células sanguíneas, mientras que la médula ósea amarilla está compuesta principalmente por tejido adiposo (grasa). En los recién nacidos y en los niños, la mayor parte del esqueleto contiene médula ósea roja. A medida que las personas envejecen, el cuerpo va reemplazando gradualmente la médula ósea roja con médula ósea amarilla, especialmente en los huesos largos y planos como las costillas, el cráneo y el esternón.

La médula ósea puede verse afectada por diversas condiciones médicas, como anemia, leucemia, linfoma y mieloma múltiple. También puede ser dañada por tratamientos médicos, como la quimioterapia y la radioterapia. En algunos casos, se pueden realizar trasplantes de médula ósea para reemplazar el tejido dañado y restaurar la producción normal de células sanguíneas.

Las granzimas son un grupo de enzimas serinas proteasas que se encuentran dentro de los granulos de las células citotóxicas naturales y los linfocitos T citotóxicos. Desempeñan un papel crucial en la citotoxicidad mediada por células, ya que ayudan a inducir la apoptosis o muerte celular programada en las células diana objetivo después de la unión y activación de estas células inmunes.

Existen dos tipos principales de granzimas: Granzima A y Granzima B. La granzima A es una endopeptidasa que activa el factor de necrosis tumoral α (TNF-α) y la caspasa, lo que conduce a la fragmentación del ADN y la muerte celular. Por otro lado, la granzima B es una serina proteasa que activa directamente las caspasas y también puede inducir la liberación de citocromo c desde las mitocondrias, lo que lleva a la activación del apoptósoma y la activación adicional de las caspasas.

Además de su papel en la citotoxicidad mediada por células, se ha demostrado que las granzimas desempeñan un papel en diversos procesos fisiológicos y patológicos, como la inflamación, la coagulación sanguínea, la remodelación tisular y el cáncer.

Los antígenos HLA, o antígenos del complejo mayor de histocompatibilidad, son un grupo de proteínas presentes en la superficie de las células de casi todos los mamíferos. Se les conoce como "antígenos" porque desencadenan una respuesta inmunitaria cuando son reconocidos por el sistema inmunitario.

Existen tres tipos principales de antígenos HLA en humanos: HLA-A, HLA-B y HLA-C, que se encuentran en casi todas las células nucleadas del cuerpo. También hay dos tipos adicionales llamados HLA-DP y HLA-DQ, que se encuentran principalmente en los glóbulos blancos y otras células del sistema inmunitario.

Los antígenos HLA desempeñan un papel crucial en la capacidad del sistema inmunológico para distinguir entre las propias células del cuerpo y las células extrañas, como las bacterias y los virus. Ayudan a presentar pequeños fragmentos de proteínas (peptidos) a los linfocitos T, un tipo de glóbulo blanco que desempeña un papel central en la respuesta inmunitaria. Los linfocitos T utilizan los antígenos HLA como marcadores para determinar si un peptido es parte de una célula propia o extraña, y si deben activarse para atacar a la célula.

Debido a que los antígenos HLA son tan diversos y específicos de cada individuo, desempeñan un papel importante en el rechazo de trasplantes de órganos y tejidos. Los pacientes que reciben un trasplante deben tomar medicamentos inmunosupresores para prevenir el rechazo del injerto, ya que su sistema inmunitario reconocerá los antígenos HLA del órgano o tejido trasplantado como extraños y atacará.

La electroforesis en gel de poliacrilamida (PAGE, por sus siglas en inglés) es un método analítico y de separación comúnmente utilizado en biología molecular y genética para separar ácidos nucleicos (ADN, ARN) o proteínas según su tamaño y carga.

En este proceso, el gel de poliacrilamida se prepara mezclando monómeros de acrilamida con un agente de cross-linking como el N,N'-metileno bisacrilamida. Una vez polimerizado, el gel resultante tiene una estructura tridimensional altamente cruzada que proporciona sitios para la interacción iónica y la migración selectiva de moléculas cargadas cuando se aplica un campo eléctrico.

El tamaño de las moléculas a ser separadas influye en su capacidad de migrar a través del gel de poliacrilamida. Las moléculas más pequeñas pueden moverse más rápidamente y se desplazarán más lejos desde el punto de origen en comparación con las moléculas más grandes, lo que resulta en una separación eficaz basada en el tamaño.

En el caso de ácidos nucleicos, la PAGE a menudo se realiza bajo condiciones desnaturalizantes (por ejemplo, en presencia de formaldehído y formamida) para garantizar que las moléculas de ácido nucleico mantengan una conformación lineal y se evite la separación basada en su forma. La detección de los ácidos nucleicos separados puede lograrse mediante tinción con colorantes como bromuro de etidio o mediante hibridación con sondas específicas de secuencia marcadas radiactivamente o fluorescentemente.

La PAGE es una técnica sensible y reproducible que se utiliza en diversas aplicaciones, como el análisis del tamaño de fragmentos de ADN y ARN, la detección de proteínas específicas y la evaluación de la pureza de las preparaciones de ácidos nucleicos.

La Reacción Injerto-Huésped (RIH) es un proceso en el que los tejidos del donante y del receptor entran en contacto, lo que desencadena una respuesta inmunitaria. La gravedad de esta reacción puede variar desde leve a severa, e incluso potencialmente letal en algunos casos.

La RIH se produce cuando el sistema inmunitario del receptor reconoce las células, los tejidos u otros componentes del injerto como sustancias extrañas o antígenos. Esto provoca la activación de los linfocitos T (un tipo de glóbulos blancos), que desencadenan una cascada de respuestas inmunes para destruir lo que perciben como cuerpos extraños.

Los síntomas más comunes de la RIH incluyen enrojecimiento, hinchazón e inflamación alrededor del sitio del injerto. También pueden ocurrir fiebre, dolor y la formación de costras. En casos graves, la RIH puede causar el rechazo total del injerto, daño tisular severo e incluso falla orgánica.

Para prevenir o tratar la RIH, se utilizan varias estrategias inmunosupresoras que suprimen la respuesta inmune del huésped. Estos tratamientos pueden incluir fármacos esteroides, medicamentos antimetabólicos o fármacos biológicos específicos contra el sistema inmunitario. Sin embargo, estas terapias también conllevan riesgos, ya que una supresión excesiva del sistema inmune puede dejar al paciente vulnerable a infecciones y otras complicaciones.

Las reacciones antígeno-anticuerpo, también conocidas como reacciones inmunes específicas, se refieren al proceso en el que un antígeno (una sustancia extraña o agente externo, como una bacteria, virus u otra sustancia) interactúa con un anticuerpo (una proteína producida por el sistema inmunitario para combatir sustancias extrañas).

Cuando un antígeno entra en el cuerpo, las células del sistema inmunológico, como los linfocitos B, lo reconocen y desencadenan la producción de anticuerpos específicos para ese antígeno. Estos anticuerpos se unen al antígeno, marcándolo para su destrucción por otras células inmunes. Esta unión de antígenos y anticuerpos desencadena una cascada de eventos que pueden llevar a la neutralización o eliminación del antígeno, ayudando así al cuerpo a combatir infecciones y enfermedades.

La unión entre el antígeno y el anticuerpo se produce mediante interacciones específicas entre regiones complementarias de ambas moléculas, conocidas como sitios de unión o paratopos. Estas interacciones están determinadas por la estructura tridimensional de los antígenos y los anticuerpos y su grado de compatibilidad o especificidad.

Las reacciones antígeno-anticuerpo son esenciales para el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico y desempeñan un papel clave en la protección contra enfermedades, pruebas diagnósticas y desarrollo de vacunas.

Las isoenzimas, también conocidas como isozimas o isoformas enzimáticas, se definen como diferentes formas de una enzima particular que tienen secuencias de aminoácidos distintas pero catalizan la misma reacción química. Estas isoenzimas son genéticamente variantes de la misma proteína que realizan funciones similares o idénticas en diferentes tejidos u órganos del cuerpo.

Las isoenzimas pueden ayudar en el diagnóstico y pronóstico médicos, ya que las variaciones en los niveles séricos de ciertas isoenzimas pueden indicar daño tisular o enfermedad específica. Por ejemplo, una prueba comúnmente utilizada para evaluar posibles daños cardíacos es la determinación de las isoenzimas de la creatina quinasa (CK-MB), que se encuentran principalmente en el músculo cardíaco. Si hay un aumento en los niveles séricos de CK-MB, esto puede sugerir una lesión reciente del miocardio, como un ataque al corazón.

Otro ejemplo es la determinación de las isoenzimas de la lactato deshidrogenasa (LDH), que se encuentran en varios tejidos y órganos, incluyendo el hígado, los glóbulos rojos, el corazón y el músculo esquelético. Los diferentes patrones de isoenzimas de LDH pueden ayudar a identificar la fuente del daño tisular. Por ejemplo, un patrón específico de isoenzimas de LDH puede sugerir una necrosis hepática aguda o anemia hemolítica.

En resumen, las isoenzimas son diferentes formas de la misma enzima que catalizan la misma reacción química pero se expresan y funcionan en diferentes tejidos y órganos. La determinación de los patrones de isoenzimas puede ayudar a identificar la fuente del daño tisular y proporcionar información valiosa sobre el diagnóstico y el tratamiento de diversas enfermedades.

Los antígenos de histocompatibilidad de clase I son un tipo de proteínas que se encuentran en la superficie de la mayoría de las células nucleadas del cuerpo humano. Forman parte del sistema inmunitario y desempeñan un papel crucial en la capacidad del cuerpo para distinguir entre células propias y células extrañas o infectadas.

Estos antígenos están codificados por genes del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) de clase I, que se encuentran en el cromosoma 6 humano. Existen tres tipos principales de antígenos de histocompatibilidad de clase I en humanos: HLA-A, HLA-B y HLA-C. Cada individuo hereda un conjunto específico de alelos de estos genes de sus padres, lo que da como resultado una variedad única de antígenos de histocompatibilidad de clase I en la superficie de sus células.

Los antígenos de histocompatibilidad de clase I interactúan con los linfocitos T citotóxicos, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel importante en la respuesta inmune contra las células infectadas o cancerosas. Al presentar pequeños fragmentos de proteínas propias y extrañas en su superficie, los antígenos de histocompatibilidad de clase I permiten que los linfocitos T citotóxicos reconozcan y ataquen las células que muestran moléculas extrañas o anormales.

Debido a su papel en la respuesta inmune, los antígenos de histocompatibilidad de clase I desempeñan un papel importante en el trasplante de órganos y tejidos. La compatibilidad entre los donantes y receptores en términos de antígenos de histocompatibilidad de clase I puede influir en el éxito o el fracaso del trasplante, ya que una mayor compatibilidad reduce la probabilidad de rechazo del injerto.

La timectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa todo o parte del tímo, que es una glándula situada detrás del esternón y entre los pulmones. El tímo forma parte del sistema inmunológico y produce células T, un tipo de glóbulos blancos que ayudan a combatir las infecciones.

La timectomía se realiza con mayor frecuencia para tratar el miastenia gravis, una enfermedad neuromuscular que causa debilidad y fatiga muscular. La extirpación del tímo puede ayudar a aliviar los síntomas de la miastenia gravis en algunos pacientes. También se puede realizar en casos raros de tumores timicos benignos o malignos.

El procedimiento quirúrgico implica una incisión en el pecho para acceder al tímo, y luego se extirpa la glándula. La timectomía puede realizarse mediante cirugía abierta o cirugía asistida por video (VATS). Después de la cirugía, los pacientes pueden necesitar medicamentos para ayudar a controlar los síntomas y prevenir complicaciones.

Es importante señalar que, como cualquier procedimiento quirúrgico, la timectomía conlleva riesgos y posibles complicaciones, como sangrado, infección, daño a los tejidos circundantes y reacciones adversas a la anestesia. Por lo tanto, es importante que los pacientes discutan los beneficios y riesgos de la cirugía con su médico antes de tomar una decisión sobre el tratamiento.

Los antígenos H-2 son un conjunto de moléculas proteicas que se encuentran en la superficie de las células de los mamíferos. Se les conoce también como complejos mayor de histocompatibilidad (CMH) de clase I en roedores. Estas moléculas desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario, ya que participan en la presentación de antígenos a los linfocitos T citotóxicos, una parte importante de la respuesta inmunitaria celular.

Los antígenos H-2 están codificados por un grupo de genes ubicados en el cromosoma 17 de ratones y en el cromosoma 6 de humanos. Existen diferentes tipos de moléculas H-2, cada una con su propia subclase y función específica. Las tres principales son H-2K, H-2D e H-2L.

La estructura de los antígenos H-2 consta de tres dominios: un dominio citoplasmático, un dominio transmembrana y un dominio extracelular. El dominio extracelular se une a péptidos antigénicos derivados de proteínas intracelulares, los cuales son procesados por enzimas especializadas dentro de la célula. Una vez unido al péptido, el complejo H-2/péptido es transportado a la superficie celular, donde puede ser reconocido por linfocitos T citotóxicos.

La importancia de los antígenos H-2 radica en su papel en la respuesta inmunitaria contra células infectadas o transformadas. Cuando una célula se infecta con un virus o se convierte en cancerosa, produce nuevos péptidos que pueden ser presentados por las moléculas H-2. Los linfocitos T citotóxicos reconocen estos complejos H-2/péptido y destruyen la célula infectada o cancerosa.

En resumen, los antígenos H-2 son proteínas de membrana expresadas en la superficie celular que desempeñan un papel crucial en la presentación de péptidos antigénicos a los linfocitos T citotóxicos. Su reconocimiento y destrucción de células infectadas o cancerosas son esenciales para mantener la homeostasis del sistema inmunológico y proteger al organismo contra enfermedades.

Un trasplante homólogo, en el contexto de la medicina y la cirugía, se refiere a un procedimiento en el que un órgano o tejido idéntico es transferido desde un donante vivo a un receptor. En este caso, el donante y el receptor suelen ser gemelos idénticos o monozigóticos, ya que comparten el mismo ADN y, por lo tanto, su sistema inmunológico no rechazará el tejido trasplantado.

Este tipo de trasplante es relativamente raro, dada la necesidad de un donante vivo idéntico. Sin embargo, cuando se realiza, puede eliminar la necesidad de medicamentos inmunosupresores potencialmente tóxicos que normalmente se utilizan para suprimir el sistema inmunitario y prevenir el rechazo del injerto en los trasplantes de órganos o tejidos de donantes no idénticos.

Ejemplos de trasplantes homólogos incluyen:

1. Trasplante de médula ósea entre gemelos idénticos
2. Trasplante de riñón entre gemelos idénticos
3. Trasplante de hígado entre gemelos idénticos

Aunque el riesgo de rechazo del injerto es mínimo en los trasplantes homólogos, aún existe la posibilidad de complicaciones relacionadas con la cirugía y la recuperación, así como el potencial riesgo de transmitir enfermedades genéticas o infecciosas del donante al receptor.

Los receptores Fc son proteínas que se encuentran en la superficie de varias células del sistema inmune, como los leucocitos (glóbulos blancos), y están diseñadas para unirse a la región Fc de anticuerpos específicos. La región Fc es la parte constante de un anticuerpo que se conserva entre diferentes subclases de anticuerpos y entre individuos de una misma especie.

Existen diversos tipos de receptores Fc, clasificados según el tipo de anticuerpo al que se unen: receptores Fcγ para IgG, receptores Fcµ para IgM, receptores Fcα/μ para IgA/IgM, y receptores Fcε para IgE. La unión de los receptores Fc con la región Fc de los anticuerpos desencadena una serie de respuestas inmunes, como la fagocitosis, la citotoxicidad mediada por células dependiente de anticuerpos (ADCC), y la liberación de mediadores químicos que participan en la inflamación y la respuesta inmune.

La interacción entre los receptores Fc y los anticuerpos es crucial para una eficaz respuesta inmunitaria, ya que permite a las células del sistema inmune reconocer y eliminar patógenos, células infectadas o células tumorales. Sin embargo, también puede desempeñar un papel en el desarrollo de enfermedades autoinmunes y alergias cuando la respuesta inmunitaria se vuelve excesiva o inapropiada.

El antígeno HLA-A2 es un tipo específico de proteína humana que se encuentra en la superficie de las células. Pertenece al sistema HLA (Human Leukocyte Antigen), también conocido como sistema principal de histocompatibilidad (MHC). Este sistema desempeña un papel crucial en el reconocimiento y respuesta inmunológica del cuerpo humano.

La proteína HLA-A2 se clasifica como una clase I del MHC y ayuda a presentar pequeños fragmentos de proteínas, provenientes tanto de células propias como extrañas, a los linfocitos T citotóxicos, un tipo de glóbulos blancos encargados de destruir células infectadas o anormales.

La presencia o ausencia del antígeno HLA-A2 puede ser relevante en diversos contextos médicos, como en los trasplantes de órganos y tejidos, donde el sistema HLA desempeña un papel fundamental en la compatibilidad entre donante y receptor. También tiene importancia en el campo de la investigación y el diagnóstico de diversas enfermedades autoinmunes, infecciosas y cánceres.

En resumen, el antígeno HLA-A2 es una proteína de clase I del sistema MHC que participa en la presentación de antígenos a los linfocitos T citotóxicos, desempeñando un papel importante en la respuesta inmunológica del cuerpo humano.

Los sueros inmunes, también conocidos como sueros antisépticos o sueros seroterápicos, se definen en el campo médico como preparaciones líquidas estériles que contienen anticuerpos protectores específicos contra ciertas enfermedades. Estos sueros se obtienen generalmente a partir de animales que han sido inmunizados con una vacuna específica o que han desarrollado naturalmente una respuesta inmune a un agente infeccioso.

Después de la extracción de sangre del animal, el suero se separa del coágulo sanguíneo y se purifica para eliminar células y otros componentes sanguíneos. El suero resultante contiene una alta concentración de anticuerpos contra el agente infeccioso al que fue expuesto el animal.

La administración de sueros inmunes en humanos puede proporcionar inmunidad pasiva, es decir, protección temporal contra una enfermedad infecciosa específica. Esta técnica se ha utilizado históricamente para prevenir y tratar diversas enfermedades, como la difteria, el tétanos y la viruela, antes de que estuvieran disponibles las vacunas modernas.

Sin embargo, el uso de sueros inmunes ha disminuido considerablemente con el desarrollo de vacunas eficaces y terapias de reemplazo enzimático. Además, el uso de sueros inmunes puede estar asociado con riesgos, como la transmisión de enfermedades infecciosas o reacciones alérgicas graves. Por lo tanto, actualmente se utiliza principalmente en situaciones especializadas y bajo estricta supervisión médica.

La estructura terciaria de una proteína se refiere a la disposición tridimensional de sus cadenas polipeptídicas, incluyendo las interacciones entre los diversos grupos químicos de los aminoácidos que la componen (como puentes de hidrógeno, fuerzas de Van der Waals, enlaces ionícos y fuerzas hidrofóbicas). Esta estructura es responsable de la función biológica de la proteína, ya que determina su actividad catalítica, reconocimiento de ligandos o interacciones con otras moléculas. La estructura terciaria se adquiere después de la formación de la estructura secundaria (alfa hélices y láminas beta) y puede ser stabilizada por enlaces covalentes, como los puentes disulfuro entre residuos de cisteína. La predicción y el análisis de la estructura terciaria de proteínas son importantes áreas de investigación en bioinformática y biología estructural.

En medicina o biología, el término "ovinos" se refiere específicamente a un grupo de animales mamíferos que pertenecen a la familia Bovidae y al género Ovis. Los ovinos son mejor conocidos por incluir a las ovejas domesticadas (Ovis aries), así como a varias especies salvajes relacionadas, como las argalis o los muflones.

Estos animales son rumiantes, lo que significa que tienen un estómago complejo dividido en cuatro cámaras y se alimentan principalmente de material vegetal. Las ovejas domésticas se crían por su lana, carne, leche y pieles, y desempeñan un papel importante en la agricultura y la ganadería en muchas partes del mundo.

Es importante no confundir el término "ovinos" con "caprinos", que se refiere a otro grupo de animales mamíferos relacionados, incluyendo cabras domésticas y varias especies salvajes de la familia Bovidae.

El melanoma es un tipo de cáncer que se origina en las células pigmentadas de la piel, conocidas como melanocitos. Es el tipo más grave de cáncer de piel y puede ser muy agresivo si no se detecta y trata a tiempo. El melanoma suele aparecer como un lunar o mancha en la piel que cambia de tamaño, forma, color o textura. También puede manifestarse como una nueva lesión en la piel.

Los factores de riesgo para desarrollar melanoma incluyen exposición excesiva al sol, quemaduras solares graves durante la infancia, piel clara, cabello rojo o rubio, pecas y lunares numerosos o irregulares, antecedentes familiares de melanoma y sistemas inmunes debilitados.

El tratamiento del melanoma depende del estadio en el que se diagnostique. Los tratamientos pueden incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia, terapia biológica o inmunoterapia. La detección y tratamiento tempranos son claves para mejorar el pronóstico del paciente con melanoma.

Los fragmentos Fc de inmunoglobulinas se refieren a la parte constante y común de las moléculas de inmunoglobulina (anticuerpos) que se une a receptores Fc o proteínas del sistema complemento. La porción Fc de un anticuerpo es responsable de su función efectora, como la activación del sistema complemento, el desencadenamiento de la citotoxicidad mediada por células dependiente de anticuerpos y la regulación inmunitaria.

La región Fc se encuentra en la parte terminal de las cadenas pesadas de las inmunoglobulinas y su secuencia varía según el tipo de isotipo de inmunoglobulina (IgG, IgA, IgM, IgD e IgE). Los fragmentos Fc se producen mediante la digestión enzimática de las moléculas de inmunoglobulina completas para obtener preparaciones terapéuticas que contienen solo los fragmentos Fc. Estos fragmentos Fc se utilizan en diversas aplicaciones clínicas, como la terapia de reemplazo de inmunoglobulinas y el tratamiento de enfermedades autoinmunes e inflamatorias.

Las células de la médula ósea se refieren a las células presentes en el tejido esponjoso de la médula ósea, que se encuentra dentro de los huesos largos y planos del cuerpo humano. La médula ósea es responsable de producir diferentes tipos de células sanguíneas, como glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.

Hay dos tipos principales de células en la médula ósea:

1. Células madre hematopoyéticas (HSC): también conocidas como células troncales hemáticas, son las células madre multipotentes que tienen la capacidad de diferenciarse y madurar en todos los tipos de células sanguíneas.
2. Células progenitoras: son células inmaduras que se derivan de las células madre hematopoyéticas y están en proceso de diferenciación hacia un tipo específico de célula sanguínea.

Las células de la médula ósea desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de la homeostasis del sistema hematopoyético, ya que producen constantemente nuevas células sanguíneas para reemplazar a las que mueren o se dañan. La disfunción o disminución en el número de células de la médula ósea puede dar lugar a diversos trastornos hematológicos, como anemia, leucemia y trombocitopenia.

Los sitios de unión de anticuerpos, también conocidos como paratopes, son regiones específicas en la molécula de anticuerpo que se unen a un antígeno específico. Los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria al reconocer y neutralizar agentes extraños, como bacterias y virus.

El sitio de unión del anticuerpo está compuesto principalmente por las regiones variables de las cadenas pesadas y ligeras del anticuerpo. Estas regiones variables son capaces de adoptar una gran diversidad de conformaciones, lo que les permite reconocer y unirse a una amplia gama de estructuras moleculares extrañas.

La unión entre el sitio de unión del anticuerpo y el antígeno es altamente específica e involucra interacciones no covalentes débiles, como enlaces de hidrógeno, fuerzas de Van der Waals e interacciones hidrofóbicas. La alta especificidad de esta unión permite que los anticuerpos neutralicen o marquen a las células infectadas para su destrucción por otras células inmunes.

La capacidad de los anticuerpos para unirse a antígenos específicos ha encontrado aplicaciones en diversas áreas, como la diagnosis y el tratamiento de enfermedades, así como en la investigación científica.

Los eritrocitos, también conocidos como glóbulos rojos, son células sanguíneas que en los humanos se producen en la médula ósea. Son las células más abundantes en la sangre y su función principal es transportar oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos y órganos del cuerpo, y CO2 (dióxido de carbono) desde los tejidos hacia los pulmones.

Los eritrocitos tienen una forma biconcava discoidal que les permite maximizar la superficie para intercambiar gases, y no contienen núcleo ni orgánulos internos, lo que les permite almacenar más hemoglobina, la proteína responsable del transporte de oxígeno y dióxido de carbono. La vida media de los eritrocitos es de aproximadamente 120 días.

La anemia es una afección común que ocurre cuando el número de eritrocitos o la cantidad de hemoglobina en la sangre es insuficiente, lo que puede causar fatiga, falta de aliento y otros síntomas. Por otro lado, las condiciones que provocan un aumento en la producción de eritrocitos pueden dar lugar a una afección llamada policitemia, que también puede tener consecuencias negativas para la salud.

Las actinas son proteínas fibrosas que forman parte del citoesqueleto de las células eucariotas. Están presentes en el citoplasma y desempeñan un papel importante en diversos procesos celulares, como la motilidad celular, el transporte intracelular y la división celular.

Existen varios tipos de actinas, siendo las más comunes la actina-alfa, beta y gamma. La actina-alfa es la forma más abundante en los músculos, donde se organiza en largas fibrillas para generar fuerza contráctil. Por otro lado, la actina-beta y gamma se encuentran en otras células y forman redes dinámicas que cambian constantemente de forma y orientación.

Las actinas pueden unirse a otras proteínas y formar complejos que desempeñan funciones específicas en la célula. Por ejemplo, la unión de actina con miosina permite la contracción muscular, mientras que su unión con espectrina ayuda a mantener la forma y rigidez de la célula.

En resumen, las actinas son proteínas estructurales vitales para el mantenimiento y funcionamiento normal de las células eucariotas.

Los ganglios linfáticos agregados, también conocidos como agregados de folículos o focos germinales, son acumulaciones benignas y transitorias de células del sistema inmunológico que se encuentran en los tejidos linfoides. Estos agregados se forman en respuesta a la exposición antigénica y desempeñan un papel crucial en la generación de respuestas inmunitarias adaptativas.

Los ganglios linfáticos agregados están compuestos principalmente por linfocitos B, que se organizan en estructuras especializadas llamadas folículos. Dentro de los folículos, las células B se diferencian y maduran en respuesta a la estimulación antigénica, proceso durante el cual pueden someterse a un proceso de hipermutación somática y selección clonal, lo que lleva a la producción de anticuerpos altamente específicos.

Además de los linfocitos B, los ganglios linfáticos agregados también contienen células T, macrófagos y células dendríticas, que desempeñan funciones importantes en la presentación de antígenos y la activación de las respuestas inmunitarias adaptativas.

Aunque los ganglios linfáticos agregados suelen ser benignos y transitorios, su presencia puede indicar una respuesta inmunitaria en curso a una infección o exposición antigénica. En algunos casos, la persistencia o el crecimiento anormal de los ganglios linfáticos agregados pueden estar asociados con trastornos benignos o malignos del sistema inmunológico.

La técnica de placa hemolítica, también conocida como prueba de compatibilidad cruzada o prueba de anticuerpos irregulares, es un procedimiento de laboratorio utilizado en la medicina transfusional para identificar la presencia de anticuerpos irregulares en el suero de un paciente y determinar su compatibilidad con diferentes tipos de glóbulos rojos antes de una transfusión sanguínea.

Este método implica mezclar una pequeña cantidad del suero del paciente con células sanguíneas de un donante en una placa de microtitulación. Luego, se incuba la mezcla a una temperatura específica para permitir que cualquier anticuerpo presente en el suero del paciente reaccione con los antígenos presentes en las células sanguíneas del donante. Si ocurre una reacción hemolítica, es decir, la lisis o ruptura de las células sanguíneas, se registra como un resultado positivo, lo que sugiere la presencia de anticuerpos irregulares en el suero del paciente que pueden ser incompatibles con los glóbulos rojos del donante.

La técnica de placa hemolítica es una herramienta importante para minimizar el riesgo de reacciones adversas y complicaciones transfusionales, como la enfermedad hemolítica del transfundido o la inmunización contra antígenos sanguíneos. Sin embargo, este método no detecta todos los anticuerpos irregulares y debe complementarse con otras pruebas y procedimientos para garantizar una transfusión segura y efectiva.

La frase "Ratas Consanguíneas Lew" se refiere a un linaje específico de ratas de laboratorio que han sido inbread durante muchas generaciones. Fueron inicialmente criadas por el Dr. N.L. "Brad" Bradford en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) en la década de 1960.

Las ratas consanguíneas Lew, a veces denominadas Lewis, se han utilizado ampliamente en la investigación médica y biológica debido a su genética relativamente simple y uniforme. Son particularmente útiles para el estudio de enfermedades donde la genética desempeña un papel importante, como la diabetes, la esquizofrenia y otras enfermedades mentales, así como en estudios inmunológicos y de trasplante de órganos.

Debido a su estrecha relación genética, las ratas consanguíneas Lew también se utilizan a menudo como controles en los experimentos, ya que sus reacciones predictibles pueden ayudar a iluminar las diferencias entre los grupos de prueba y control.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si bien las ratas consanguíneas Lew son genéticamente uniformes, siguen siendo organismos vivos complejos con una gran cantidad de variabilidad fenotípica y respuestas a diferentes estímulos. Por lo tanto, los resultados de los estudios con ratas consanguíneas Lew no siempre se pueden generalizar directamente a otros linajes de ratas o a humanos.

La perfilación de la expresión génica es un proceso de análisis molecular que mide la actividad o el nivel de expresión de genes específicos en un genoma. Este método se utiliza a menudo para investigar los patrones de expresión génica asociados con diversos estados fisiológicos o patológicos, como el crecimiento celular, la diferenciación, la apoptosis y la respuesta inmunitaria.

La perfilación de la expresión génica se realiza típicamente mediante la amplificación y detección de ARN mensajero (ARNm) utilizando técnicas como la hibridación de microarranjos o la secuenciación de alto rendimiento. Estos métodos permiten el análisis simultáneo de la expresión de miles de genes en muestras biológicas, lo que proporciona una visión integral del perfil de expresión génica de un tejido o célula en particular.

Los datos obtenidos de la perfilación de la expresión génica se pueden utilizar para identificar genes diferencialmente expresados entre diferentes grupos de muestras, como células sanas y enfermas, y para inferir procesos biológicos y redes de regulación genética que subyacen a los fenotipos observados. Esta información puede ser útil en la investigación básica y clínica, incluidos el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades.

Los micronúcleos con defecto cromosómico son estructuras pequeñas y redondeadas que se encuentran fuera del núcleo principal de una célula. Se forman durante la división celular cuando los cromosomas no se segregan correctamente o se dañan, lo que resulta en fragmentos cromosómicos adicionales que no se incorporan al núcleo principal de la célula hija.

Estos defectos cromosómicos pueden ser causados por diversos factores, como la exposición a radiación ionizante, productos químicos tóxicos o incluso procesos naturales de envejecimiento celular. La presencia de micronúcleos con defecto cromosómico se considera un indicador de daño genético y puede estar asociada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades genéticas o cáncer.

La observación de micronúcleos con defecto cromosómico es una técnica comúnmente utilizada en la citogenética y la genotoxicología para evaluar los efectos genotóxicos de diversas sustancias y agentes físicos. La detección de estos micronúcleos se realiza mediante tinciones especiales que permiten su visualización bajo un microscopio óptico.

Los antígenos CD5 son un tipo de marcador proteico encontrado en la superficie de células T y algunas células B maduras. También se les conoce como antígenos Leu-1 y T cell receptor-associated protein (TAP). Los antígenos CD5 desempeñan un papel importante en la activación y proliferación de las células T, así como en la modulación de la respuesta inmunológica.

En las células B, los niveles altos de expresión de antígenos CD5 se asocian con una subpoblación de células B autoreactivas que pueden producir autoanticuerpos y desempeñar un papel en el desarrollo de enfermedades autoinmunes.

La detección de los antígenos CD5 se realiza mediante técnicas de inmunofenotipado, como la citometría de flujo o la inmunohistoquímica, y se utiliza en el diagnóstico y seguimiento de diversas patologías hematológicas, como leucemias y linfomas.

El Complejo Mayor de Histocompatibilidad (CMH) es un grupo de genes que proporcionan instrucciones para crear proteínas en la superficie de las células del cuerpo humano. También se les conoce como antígenos humanos leucocitarios (HLA) porque fueron descubiertos originalmente en los glóbulos blancos (leucocitos).

El CMH desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico, ya que ayuda a distinguir entre células propias y células extrañas. Las proteínas del CMH presentan pequeños fragmentos de proteínas, tanto de las proteínas propias como de las proteínas de posibles patógenos (como bacterias o virus), en la superficie de la célula.

El sistema inmunológico puede entonces escanear estos fragmentos y determinar si la célula es propia o no. Si el sistema inmunológico reconoce los fragmentos como extraños, desencadena una respuesta inmune para destruir la célula.

Hay dos tipos principales de proteínas del CMH: las clase I y las clase II. Las proteínas del CMH de clase I se encuentran en casi todas las células del cuerpo, mientras que las proteínas del CMH de clase II se encuentran principalmente en células del sistema inmunológico, como los macrófagos y los linfocitos B.

La diversidad genética del CMH es extremadamente alta, lo que significa que hay muchas variaciones diferentes de las proteínas del CMH entre las personas. Esta diversidad puede ser beneficiosa porque hace que sea más probable que el sistema inmunológico reconozca y destruya una variedad de patógenos. Sin embargo, también puede dificultar la compatibilidad de los tejidos en los trasplantes de órganos, ya que las proteínas del CMH de donante y receptor a menudo no coinciden.

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento médico que involucra el uso de sustancias para ayudar a reforzar o restaurar las funciones del sistema inmunitario del cuerpo. El objetivo principal de la inmunoterapia es mejorar la capacidad del organismo para combatir enfermedades, especialmente los tumores cancerosos y diversas afecciones médicas como las alergias y las enfermedades autoinmunitarias.

En el contexto del cáncer, la inmunoterapia se utiliza a menudo para designar tratamientos que aprovechan el sistema inmunitario natural del cuerpo para identificar y destruir células cancerosas. Estos tratamientos pueden implicar la administración de anticuerpos monoclonales, vacunas contra el cáncer, fármacos que inhiben las vías reguladoras inmunes o terapias celulares como los linfocitos T adoptivamente transferidos.

En resumen, la inmunoterapia es una estrategia de tratamiento médico que aprovecha el poder del sistema inmunitario para combatir enfermedades y mejorar la salud de los pacientes.

La linfa es un fluido transparente e incoloro que circula a través de los vasos linfáticos y tejidos corporales. Se deriva principalmente del líquido intersticial que se filtra desde los capilares sanguíneos hacia el espacio extracelular. La linfa contiene células blancas de la sangre, como linfocitos y monocitos, así como también productos de desecho y nutrientes. Su función principal es desempeñar un rol importante en el sistema inmunológico, ya que ayuda a combatir infecciones e inflamaciones, además de facilitar la absorción de grasas y vitaminas liposolubles en el intestino delgado.

También desempeña un papel importante en el mantenimiento del equilibrio hídrico y químico en el cuerpo, drenando los excesos de líquido de los tejidos y devolviéndolo al torrente sanguíneo. Los ganglios linfáticos son estructuras importantes a lo largo del sistema linfático que filtran la linfa y ayudan a combatir las infecciones.

Las regiones promotoras genéticas, también conocidas como regiones reguladorias cis o elementos enhancer, son segmentos específicos del ADN que desempeñan un papel crucial en la regulación de la transcripción génica. Esencialmente, actúan como interruptores que controlan cuándo, dónde y en qué cantidad se produce un gen determinado.

Estas regiones contienen secuencias reconocidas por proteínas reguladoras, llamadas factores de transcripción, que se unen a ellas e interactúan con la maquinaria molecular necesaria para iniciar la transcripción del ADN en ARN mensajero (ARNm). Los cambios en la actividad o integridad de estas regiones promotoras pueden dar lugar a alteraciones en los niveles de expresión génica, lo que a su vez puede conducir a diversos fenotipos y posiblemente a enfermedades genéticas.

Es importante destacar que las mutaciones en las regiones promotoras genéticas pueden tener efectos más sutiles pero extendidos en comparación con las mutaciones en el propio gen, ya que afectan a la expresión de múltiples genes regulados por esa región promovedora particular. Por lo tanto, comprender las regiones promotoras y su regulación es fundamental para entender los mecanismos moleculares detrás de la expresión génica y las enfermedades asociadas con su disfunción.

Los Modelos Biológicos en el contexto médico se refieren a la representación fisiopatológica de un proceso o enfermedad particular utilizando sistemas vivos o componentes biológicos. Estos modelos pueden ser creados utilizando organismos enteros, tejidos, células, órganos o sistemas bioquímicos y moleculares. Se utilizan ampliamente en la investigación médica y biomédica para estudiar los mecanismos subyacentes de una enfermedad, probar nuevos tratamientos, desarrollar fármacos y comprender mejor los procesos fisiológicos normales.

Los modelos biológicos pueden ser categorizados en diferentes tipos:

1. Modelos animales: Se utilizan animales como ratones, ratas, peces zebra, gusanos nematodos y moscas de la fruta para entender diversas patologías y probar terapias. La similitud genética y fisiológica entre humanos y estos organismos facilita el estudio de enfermedades complejas.

2. Modelos celulares: Las líneas celulares aisladas de tejidos humanos o animales se utilizan para examinar los procesos moleculares y celulares específicos relacionados con una enfermedad. Estos modelos ayudan a evaluar la citotoxicidad, la farmacología y la eficacia de los fármacos.

3. Modelos in vitro: Son experimentos que se llevan a cabo fuera del cuerpo vivo, utilizando células o tejidos aislados en condiciones controladas en el laboratorio. Estos modelos permiten un estudio detallado de los procesos bioquímicos y moleculares.

4. Modelos exvivo: Implican el uso de tejidos u órganos extraídos del cuerpo humano o animal para su estudio en condiciones controladas en el laboratorio. Estos modelos preservan la arquitectura y las interacciones celulares presentes in vivo, lo que permite un análisis más preciso de los procesos fisiológicos y patológicos.

5. Modelos de ingeniería de tejidos: Involucran el crecimiento de células en matrices tridimensionales para imitar la estructura y función de un órgano o tejido específico. Estos modelos se utilizan para evaluar la eficacia y seguridad de los tratamientos farmacológicos y terapias celulares.

6. Modelos animales: Se utilizan diversas especies de animales, como ratones, peces zebra, gusanos y moscas de la fruta, para comprender mejor las enfermedades humanas y probar nuevos tratamientos. La elección de la especie depende del tipo de enfermedad y los objetivos de investigación.

Los modelos animales y celulares siguen siendo herramientas esenciales en la investigación biomédica, aunque cada vez se utilizan más modelos alternativos y complementarios, como los basados en células tridimensionales o los sistemas de cultivo orgánico. Estos nuevos enfoques pueden ayudar a reducir el uso de animales en la investigación y mejorar la predictividad de los resultados obtenidos in vitro para su posterior validación clínica.

La Agammaglobulinemia es una rara condición genética que afecta al sistema inmunológico. Se caracteriza por niveles muy bajos o ausentes de gammaproteínas (inmunoglobulinas) en la sangre, especialmente las inmunoglobulinas G (IgG), A (IgA) y M (IgM). Estas proteínas son esenciales para el funcionamiento normal del sistema inmunológico, ya que ayudan a combatir infecciones.

Existen dos tipos principales de agammaglobulinemia: la forma congénita o primaria, también conocida como agammaglobulinemia ligada al cromosoma X (XLA), y la forma adquirida o secundaria. La XLA es una enfermedad hereditaria que afecta predominantemente a los hombres y se debe a mutaciones en el gen BTK, que codifica para la proteína tirosina quinasa de Bruton. Por otro lado, la agammaglobulinemia adquirida puede ser el resultado de diversas condiciones médicas, como ciertos tipos de leucemia y linfoma, infecciones virales graves o la exposición a quimioterapia y radioterapia.

Los síntomas más comunes de la agammaglobulinemia incluyen infecciones recurrentes del tracto respiratorio superior e inferior, como sinusitis, bronquitis y neumonía, así como diarrea crónica y dermatitis. Estas infecciones suelen presentarse en los primeros meses de vida, una vez que el nivel de anticuerpos maternos ha disminuido. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre que muestren niveles muy bajos o indetectables de inmunoglobulinas séricas, especialmente IgG, IgA e IgM.

El tratamiento de la agammaglobulinemia consiste en la administración regular de inmunoglobulina intravenosa o subcutánea para reemplazar los anticuerpos faltantes y prevenir las infecciones recurrentes. Además, se pueden prescribir antibióticos profilácticos para reducir el riesgo de infecciones bacterianas. Aunque no existe una cura para la agammaglobulinemia, el tratamiento con inmunoglobulina y antibióticos puede ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Los neutrófilos son un tipo de glóbulos blancos o leucocitos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico. Forman parte del grupo de glóbulos blancos conocidos como granulocitos y se caracterizan por su núcleo polimorfonuclear con varias lóbulos conectados por finos filamentos y por sus gránulos citoplásmicos, que contienen enzimas y otros componentes activos.

Los neutrófilos desempeñan un papel fundamental en la defensa del organismo contra infecciones, especialmente bacterianas. Son capaces de moverse rápidamente hacia los sitios de inflamación o infección a través de los vasos sanguíneos y tejidos, gracias a su capacidad de quimiotaxis (movimiento dirigido por estímulos químicos).

Una vez en el lugar de la infección, los neutrófilos pueden ingerir y destruir microorganismos invasores mediante un proceso llamado fagocitosis. Además, liberan sustancias químicas tóxicas (como radicales libres y enzimas) para ayudar a eliminar los patógenos. Sin embargo, este intenso proceso de destrucción también puede causar daño colateral a los tejidos circundantes, lo que contribuye al desarrollo de la inflamación y posibles complicaciones asociadas.

Un recuento bajo de neutrófilos en la sangre se denomina neutropenia y aumenta el riesgo de infecciones, mientras que un recuento alto puede indicar una respuesta inflamatoria o infecciosa activa, así como ciertas condiciones médicas. Por lo tanto, los neutrófilos son esenciales para mantener la homeostasis del sistema inmunológico y proteger al organismo contra las infecciones.

La especificidad de anticuerpos en términos médicos se refiere a la capacidad de un anticuerpo para reconocer y unirse a un antígeno específico. Un anticuerpo es una proteína producida por el sistema inmunitario que puede identificar y neutralizar agentes extraños como bacterias, virus y toxinas. La parte del anticuerpo que se une al antígeno se denomina paratopo.

La especificidad de un anticuerpo significa que solo se unirá a un tipo particular o epítopo (región específica en la superficie del antígeno) de un antígeno. Esto es crucial para el funcionamiento adecuado del sistema inmunitario, ya que permite una respuesta inmunitaria adaptativa precisa y eficaz contra patógenos específicos.

Un bajo nivel de especificidad de anticuerpos puede resultar en reacciones cruzadas no deseadas con otras moléculas similares, lo que podría provocar respuestas autoinmunes o efectos secundarios adversos de las terapias basadas en anticuerpos. Por lo tanto, la alta especificidad es un factor importante a considerar en el desarrollo y uso de inmunoterapias y pruebas diagnósticas serológicas.

Los radioisótopos de cromo son formas inestables o radiactivas del elemento químico cromo (Cr), que emiten radiación durante su decaimiento. Un isótopo es una variedad de un elemento que tiene un número diferente de neutrones en el núcleo atómico, lo que resulta en diferentes propiedades de desintegración radiactiva.

El cromo naturalmente ocurre con cinco isótopos estables, pero también hay varios radioisótopos conocidos. Algunos ejemplos comunes de radioisótopos de cromo incluyen:

- Cromo-50 (Cr-50): Tiene un período de semidesintegración de 1.3 x 10^19 años y decae por emisión beta para formar el isótopo estable vanadio-50 (V-50).
- Cromo-51 (Cr-51): Tiene un período de semidesintegración de 27.7 días y decae por emisión gamma para formar el isótopo estable manganeso-51 (Mn-51).

Los radioisótopos de cromo se utilizan en diversas aplicaciones médicas, como la medicina nuclear. Por ejemplo, Cr-51 se utiliza en estudios de imágenes médicas para evaluar la función renal y el volumen sanguíneo. También se ha investigado su uso en terapias radiactivas para tratar ciertos tipos de cáncer.

Es importante tener en cuenta que los radioisótopos pueden ser peligrosos si no se manejan correctamente, ya que la radiación emitida puede dañar células y tejidos vivos. Por lo tanto, su uso requiere precauciones especiales y está regulado por agencias gubernamentales como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en los Estados Unidos.

SCID Ratones, que significa Inmunodeficiencia Severa Combinada en ratones, se refiere a una condición genética en ratones de laboratorio donde el sistema inmunitario está ausente o muy deprimido. Los ratones SCID carecen de funciones inmunes adaptativas debido a mutaciones en los genes que codifican las enzimas necesarias para la recombinación V(D)J durante el desarrollo de linfocitos T y B.

Esto conduce a una falta completa o casi completa de linfocitos T y B maduros en su sistema inmunológico, lo que hace que estos ratones sean propensos a infecciones oportunistas y tumores. Los ratones SCID son ampliamente utilizados en la investigación biomédica como modelos animales para estudiar diversas enfermedades humanas y para probar terapias experimentales, especialmente aquellas relacionadas con el sistema inmunológico y la terapia génica.

Los inhibidores enzimáticos son sustancias, generalmente moléculas orgánicas, que se unen a las enzimas y reducen su actividad funcional. Pueden hacerlo mediante diversos mecanismos, como bloquear el sitio activo de la enzima, alterar su estructura o prevenir su formación o maduración. Estos inhibidores desempeñan un papel crucial en la farmacología y la terapéutica, ya que muchos fármacos actúan como inhibidores enzimáticos para interferir con procesos bioquímicos específicos asociados con enfermedades. También se utilizan en la investigación biomédica para entender mejor los mecanismos moleculares de las reacciones enzimáticas y su regulación. Los inhibidores enzimáticos pueden ser reversibles o irreversibles, dependiendo de si la unión con la enzima es temporal o permanente.

La inmunización pasiva es un procedimiento mediante el cual se proporciona a un individuo inmediata protección contra una enfermedad infecciosa, introduciendo anticuerpos protectores directamente en su sistema circulatorio. Estos anticuerpos pueden provenir de dos fuentes:

1. Inmunoglobulina humana: Son anticuerpos preformados, recolectados de donantes humanos que han desarrollado una respuesta inmune a cierta enfermedad. Se administran por vía intramuscular o endovenosa.

2. Animales inmunizados: Se extraen anticuerpos de animales (como caballos) que han sido inmunizados con una vacuna específica. Luego, se procesan para eliminar componentes que puedan causar reacciones alérgicas y administrarse a humanos.

Este tipo de inmunización brinda protección rápida pero temporal, ya que los anticuerpos introducidos se degradan y desaparecen gradualmente con el tiempo, dejando al individuo vulnerable nuevamente a la enfermedad. Por lo general, se utiliza en situaciones de emergencia, como exposiciones conocidas o previsibles a enfermedades infecciosas peligrosas, como el tétanos o la rabia, o para brindar protección a personas con sistemas inmunológicos debilitados que no pueden producir suficientes anticuerpos por sí mismos.

La relación estructura-actividad (SAR, por sus siglas en inglés) es un concepto en farmacología y química medicinal que describe la relación entre las características químicas y estructurales de una molécula y su actividad biológica. La SAR se utiliza para estudiar y predecir cómo diferentes cambios en la estructura molecular pueden afectar la interacción de la molécula con su objetivo biológico, como un receptor o una enzima, y así influir en su actividad farmacológica.

La relación entre la estructura y la actividad se determina mediante la comparación de las propiedades químicas y estructurales de una serie de compuestos relacionados con sus efectos biológicos medidos en experimentos. Esto puede implicar modificaciones sistemáticas de grupos funcionales, cadenas laterales o anillos aromáticos en la molécula y la evaluación de cómo estos cambios afectan a su actividad biológica.

La información obtenida de los estudios SAR se puede utilizar para diseñar nuevos fármacos con propiedades deseables, como una mayor eficacia, selectividad o biodisponibilidad, al tiempo que se minimizan los efectos secundarios y la toxicidad. La relación estructura-actividad es un campo de investigación activo en el desarrollo de fármacos y tiene aplicaciones en áreas como la química medicinal, la farmacología y la biología estructural.

Las Técnicas Inmunológicas se refieren a los métodos y procedimientos utilizados en el campo de la inmunología para estudiar, medir o manipular sistemas inmunes, respuestas inmunitarias, antígenos, anticuerpos u otras moléculas involucradas en la respuesta inmunitaria. Estas técnicas pueden variar desde pruebas de laboratorio básicas hasta sofisticados análisis de vanguardia. Algunos ejemplos comunes incluyen:

1. Inmunofenotipificación: Es el análisis de las poblaciones celulares inmunitarias, especialmente los linfocitos, en la sangre u otros tejidos. Se utiliza para identificar y cuantificar diferentes subconjuntos de células basadas en sus marcadores de superficie.

2. ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay): Es un ensayo que detecta y mide la presencia de antígenos o anticuerpos específicos en una muestra. Se basa en la unión de un antígeno o anticuerpo a un sustrato sólido, seguida de la detección con una enzima marcada.

3. Inmunoprecipitación: Es un método para purificar y concentrar proteínas específicas a partir de una mezcla compleja. Implica la unión de anticuerpos a las proteínas diana, lo que permite su extracción del resto de las proteínas.

4. Western Blot: Es un método para detectar proteínas específicas en una muestra. Involucra la separación de proteínas por electroforesis, transferencia a un membrana y detección con anticuerpos etiquetados.

5. Citometría de flujo: Es una técnica que permite analizar y ordenar células individuales basadas en sus propiedades físicas y químicas. Generalmente implica la utilización de marcadores fluorescentes.

6. PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa): Aunque no es una técnica inmunológica, la PCR se utiliza a menudo en conjunto con métodos inmunológicos para amplificar ADN antes del análisis.

Estas son solo algunas de las muchas técnicas disponibles hoy en día en el campo de la inmunología. Cada una tiene sus propias ventajas y desventajas, y se utilizan dependiendo del tipo de muestra, el objetivo de la investigación y los recursos disponibles.

Los Receptores de Quimiocinas son un tipo de proteínas transmembrana que se encuentran en la superficie celular y desempeñan un papel crucial en la respuesta inmune y la inflamación. Estos receptores interactúan con las quimiocinas, un grupo de pequeñas moléculas señalizadoras involucradas en la comunicación celular.

La unión de una quimiocina a su respectivo receptor desencadena una cascada de eventos intracelulares que conducen a la activación de diversas vías de señalización, lo que resulta en una variedad de respuestas celulares, como el reclutamiento de células inmunes al sitio de inflamación o lesión, la regulación del crecimiento y diferenciación celular, y la inducción de la apoptosis (muerte celular programada).

Los receptores de quimiocinas se clasifican en dos grupos principales según su estructura y función: los receptores de quimiocinas CC (que interactúan con quimiocinas que contienen dos cisteínas consecutivas) y los receptores de quimiocinas CXC (que interactúan con quimiocinas que contienen cuatro aminoácidos, generalmente dos cisteínas, entre ellas).

La disfunción o alteración en la expresión de los receptores de quimiocinas se ha relacionado con diversas patologías, como enfermedades autoinmunes, cáncer y enfermedades infecciosas. Por lo tanto, el estudio de estos receptores y sus ligandos es de gran interés para el desarrollo de nuevas terapias dirigidas a tratar estas enfermedades.

Las células sanguíneas, también conocidas como elementos formes de la sangre, son componentes vivos de la sangre que incluyen glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos). Estas células desempeñan funciones vitales en el cuerpo humano, como transportar oxígeno a los tejidos, combatir infecciones y coagular la sangre para detener el sangrado. Las células sanguíneas se producen en la médula ósea y se mantienen en niveles equilibrados mediante mecanismos homeostáticos cuidadosamente regulados. Cualquier trastorno en la producción, maduración o destrucción de estas células puede dar lugar a diversas condiciones patológicas, como anemia, leucemia e inmunodeficiencias.

La leucemia linfocítica crónica de células B (LLC-B), también conocida como leucemia linfática crónica, es un tipo de cáncer en la sangre que origina en el tejido linfático. Comienza en las células madre sanguíneas que se encuentran en la médula ósea. Normalmente, las células madre sanguíneas maduran para convertirse en glóbulos blancos llamados linfocitos B. En la LLC-B, las células madre sanguíneas se convierten en linfocitos B anormales que no funcionan correctamente.

Estas células cancerosas se acumulan gradualmente con el tiempo. Al principio, la LLC-B puede no causar síntomas y puede diagnosticarse a través de exámenes de sangre rutinarios que muestran un recuento anormalmente alto de glóbulos blancos. Con el tiempo, los linfocitos B cancerosos pueden acumularse en la médula ósea, el bazo, los ganglios linfáticos y el torrente sanguíneo, lo que puede provocar complicaciones graves, como infecciones, anemia o hemorragias.

La LLC-B es un tipo de cáncer que generalmente progresa lentamente y afecta predominantemente a adultos mayores. No existe una cura conocida para la LLC-B, pero los tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas y prolongar la vida. El tratamiento puede incluir quimioterapia, terapia dirigida, inmunoterapia o trasplante de células madre.

El sistema inmunológico es el complejo sistema de defensa biológica de nuestro cuerpo que nos protege contra enfermedades, infecciones y afecciones causadas por patógenos como bacterias, virus, hongos y parásitos. Está compuesto por una red integrada de células, tejidos y órganos especializados que trabajan juntos para detectar, neutralizar o destruir cualquier sustancia dañina o extraña que ingrese al cuerpo.

Este sistema consta de dos ramas principales: la inmunidad innata (no específica) y la inmunidad adaptativa (específica). La inmunidad innata es la primera línea de defensa del cuerpo contra los patógenos invasores. Incluye barreras físicas como la piel y las membranas mucosas, así como sistemas de protección química y celular.

La inmunidad adaptativa, por otro lado, es específica para cada tipo de patógeno y proporciona una respuesta inmune más robusta y duradera. Implica la activación de células T y células B, que reconocen y atacan a los agentes extraños mediante la producción de anticuerpos y la eliminación directa de células infectadas.

El sistema inmunológico también desempeña un papel crucial en la regulación de nuestra salud general, ayudando a mantener el equilibrio homeostático dentro del cuerpo y contribuyendo al desarrollo y funcionamiento adecuado de otros sistemas corporales.

La citotoxicidad celular anticuerpo-dependiente (CDC) es un mecanismo del sistema inmune mediante el cual las células infectadas o anormales son destruidas. En este proceso, los anticuerpos se unen a la superficie de la célula diana y luego reclutan complemento, un grupo de proteínas plasmáticas que interactúan entre sí y forman membranas de ataque (MAC) en la membrana celular. Estas membranas formadas por el complemento crean poros en la membrana celular, lo que lleva a la muerte de la célula. La CDC es una forma importante en que el sistema inmune puede identificar y destruir patógenos o células dañinas en el cuerpo.

Las Células Asesinas Activadas por Linfoquinas, también conocidas como Lymphokine-Activated Killer cells (LAK) en inglés, son un tipo de células inmunes efectoras que se producen en el cuerpo humano. Se caracterizan por su capacidad de destruir células tumorales y células infectadas por virus, después de ser activadas por linfoquinas, un tipo de citocinas proinflamatorias.

Las LAK se producen in vitro mediante la incubación de linfocitos periféricos con interleucina-2 (IL-2), una potente linfoquina. Una vez activadas, las LAK pueden reconocer y destruir una amplia gama de células tumorales y células infectadas por virus, independientemente de su histocompatibilidad, lo que significa que no necesitan estar específicamente dirigidas a un antígeno particular en la superficie de las células diana.

La terapia con LAK ha sido investigada como un tratamiento potencial para el cáncer y otras enfermedades donde el sistema inmune necesita ser estimulado para destruir células anormales. Sin embargo, los resultados de los estudios clínicos han sido variados y la eficacia de esta terapia aún no se ha establecido de manera concluyente.

La homología de secuencia de aminoácidos es un concepto en bioinformática y biología molecular que se refiere al grado de similitud entre las secuencias de aminoácidos de dos o más proteínas. Cuando dos o más secuencias de proteínas tienen una alta similitud, especialmente en regiones largas y continuas, es probable que desciendan evolutivamente de un ancestro común y, por lo tanto, se dice que son homólogos.

La homología de secuencia se utiliza a menudo como una prueba para inferir la función evolutiva y estructural compartida entre proteínas. Cuando las secuencias de dos proteínas son homólogas, es probable que también tengan estructuras tridimensionales similares y funciones biológicas relacionadas. La homología de secuencia se puede determinar mediante el uso de algoritmos informáticos que comparan las secuencias y calculan una puntuación de similitud.

Es importante destacar que la homología de secuencia no implica necesariamente una identidad funcional o estructural completa entre proteínas. Incluso entre proteínas altamente homólogas, las diferencias en la secuencia pueden dar lugar a diferencias en la función o estructura. Además, la homología de secuencia no es evidencia definitiva de una relación evolutiva directa, ya que las secuencias similares también pueden surgir por procesos no relacionados con la descendencia común, como la convergencia evolutiva o la transferencia horizontal de genes.

El sistema del complemento es un conjunto de aproximadamente 30 proteínas solubles en suero, cada una con diferentes funciones pero que trabajan juntas para ayudar a eliminar patógenos invasores y desechos celulares. Las proteínas del sistema complemento se activan secuencialmente mediante una cascada enzimática, lo que resulta en la producción de moléculas con actividad biológica como las pequeñas proteínas citotóxicas C3b y C4b, el complejo de ataque a membrana (MAC) y los anafilatoxinas C3a y C5a. Estos productos promueven la inflamación, la fagocitosis y la lisis celular, desempeñando un papel crucial en la inmunidad innata y adaptativa. El sistema del complemento se puede activar a través de tres vías: la vía clásica, la vía alterna y la vía lectina. Cada vía involucra diferentes conjuntos de proteínas, pero todas conducen a la activación de la proteasa C3 convertasa, que desencadena la cascada enzimática y la producción de productos finales activados. Las proteínas del sistema complemento también pueden regularse a sí mismas para prevenir daños colaterales a las células sanas.

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano en términos de superficie y peso. Desde un punto de vista médico, la piel se define como un órgano complejo con múltiples capas y funciones vitales. Está compuesta por dos principales componentes: el tejido epitelial (epidermis) y el tejido conectivo (dermis). La epidermis proporciona una barrera protectora contra los patógenos, mientras que la dermis contiene glándulas sudoríparas, folículos pilosos, vasos sanguíinos y nervios.

La piel desempeña varias funciones importantes para la homeostasis y supervivencia del cuerpo humano:

1. Protección: La piel actúa como una barrera física contra los agentes externos dañinos, como bacterias, virus, hongos, toxinas y radiación ultravioleta (UV). También previene la pérdida excesiva de agua y electrolitos del cuerpo.

2. Termorregulación: La piel ayuda a regular la temperatura corporal mediante la sudoración y la vasodilatación o vasoconstricción de los vasos sanguíneos en la dermis.

3. Sensación: Los nervios en la piel permiten detectar estímulos táctiles, térmicos, dolorosos y propioceptivos, lo que nos ayuda a interactuar con nuestro entorno.

4. Immunidad: La piel desempeña un papel crucial en el sistema inmune al proporcionar una barrera contra los patógenos y al contener células inmunes que pueden detectar y destruir microorganismos invasores.

5. Síntesis de vitamina D: La piel contiene una forma de colesterol llamada 7-dehidrocolesterol, que se convierte en vitamina D3 cuando se expone a la luz solar UVB. La vitamina D es importante para la absorción de calcio y el mantenimiento de huesos y dientes saludables.

6. Excreción: Además de la sudoración, la piel también excreta pequeñas cantidades de desechos metabólicos a través de las glándulas sebáceas y sudoríparas apocrinas.

El transporte de proteínas en un contexto médico se refiere a las proteínas específicas que desempeñan un papel crucial en el proceso de transporte de diversas moléculas y iones a través de membranas celulares. Estas proteínas, también conocidas como proteínas de membrana o transportadoras, son responsables del movimiento facilitado de sustancias desde un compartimento celular a otro.

Existen diferentes tipos de transporte de proteínas, incluyendo:

1. Transportadores simportadores: estas proteínas transportan dos moléculas o iones en la misma dirección a través de una membrana celular.

2. Transportadores antiportadores: estas proteínas mueven dos moléculas o iones en direcciones opuestas a través de una membrana celular.

3. Canales iónicos y moleculares: estas proteínas forman canales en las membranas celulares que permiten el paso de moléculas o iones específicos. A diferencia de los transportadores, los canales no requieren energía para mover las sustancias a través de la membrana.

4. Proteínas de unión y transporte: estas proteínas se unen a moléculas hidrófilas (solubles en agua) y facilitan su paso a través de las membranas lipídicas, que son impermeables a dichas moléculas.

El transporte de proteínas desempeña un papel fundamental en diversos procesos fisiológicos, como el mantenimiento del equilibrio iónico y osmótico, la absorción y secreción de nutrientes y la comunicación celular. Los defectos en estas proteínas pueden dar lugar a diversas enfermedades, como los trastornos del transporte de iones y las enfermedades mitocondriales.

El pulmón es el órgano respiratorio primario en los seres humanos y muchos otros animales. Se encuentra dentro de la cavidad torácica protegida por la caja torácica y junto con el corazón, se sitúa dentro del mediastino. Cada pulmón está dividido en lóbulos, que están subdivididos en segmentos broncopulmonares. El propósito principal de los pulmones es facilitar el intercambio gaseoso entre el aire y la sangre, permitiendo así la oxigenación del torrente sanguíneo y la eliminación del dióxido de carbono.

La estructura del pulmón se compone principalmente de tejido conectivo, vasos sanguíneos y alvéolos, que son pequeños sacos huecos donde ocurre el intercambio gaseoso. Cuando una persona inhala, el aire llena los bronquios y se distribuye a través de los bronquiolos hasta llegar a los alvéolos. El oxígeno del aire se difunde pasivamente a través de la membrana alveolar hacia los capilares sanguíneos, donde se une a la hemoglobina en los glóbulos rojos para ser transportado a otras partes del cuerpo. Al mismo tiempo, el dióxido de carbono presente en la sangre se difunde desde los capilares hacia los alvéolos para ser expulsado durante la exhalación.

Es importante mencionar que cualquier condición médica que afecte la estructura o función normal de los pulmones puede dar lugar a diversas enfermedades pulmonares, como neumonía, enfisema, asma, fibrosis quística, cáncer de pulmón y muchas otras.

Las células plasmáticas son un tipo especializado de glóbulos blancos, también conocidos como leucocitos. Constituyen alrededor del 0.2-0.4% de los leucocitos en la sangre periférica normal. Su función principal es producir y secretar anticuerpos, que desempeñan un papel crucial en el sistema inmune adaptativo para neutralizar o eliminar patógenos invasores como bacterias y virus.

Después de que una célula B se activa por la exposición a un antígeno específico, se diferencia en una célula plasmática. Este proceso implica cambios significativos en la morfología y el fenotipo de las células B. Las células plasmáticas tienen un citoplasma abundante lleno de ribosomas, que son necesarios para sintetizar grandes cantidades de proteínas, particularmente inmunoglobulinas o anticuerpos.

Las células plasmáticas también carecen de la capacidad de dividirse y sobrevivir por un largo período de tiempo, a diferencia de las células B activadas que no se han diferenciado completamente. Sin embargo, algunas células plasmáticas pueden convertirse en células plasmáticas de memoria a largo plazo, capaces de sobrevivir durante años y proporcionar inmunidad protectora contra patógenos específicos.

En resumen, las células plasmáticas son glóbulos blancos que producen y secretan anticuerpos, jugando un papel vital en la respuesta inmune adaptativa del cuerpo a los patógenos invasores.

El intercambio de cromátides hermanas (ICH) es un proceso que ocurre durante la meiosis, específicamente durante la recombinación genética. Las cromátides hermanas son duplicados idénticos de cada cromosoma, formados durante la fase S de la interfase previa a la meiosis.

Durante la meiosis, las cromátides hermanas se separan en la anafase II, pero antes de eso, en la profase I, tienen lugar los eventos de recombinación genética. Los brazos de los cromosomas homólogos (no las cromátides hermanas) se acercan y cruzan sobre sí mismos en un proceso llamado crossing-over. Como resultado, se intercambian segmentos entre ellas, lo que lleva a la formación de nuevas combinaciones genéticas únicas en cada gameto (célula sexual).

Sin embargo, el término 'intercambio de cromátides hermanas' se refiere específicamente al intercambio de material genético entre las propias cromátides hermanas. Aunque este fenómeno puede ocurrir en raras ocasiones, generalmente se considera un error y puede dar lugar a aneuploidías (variaciones anormales en el número de cromosomas) o mutaciones genéticas. Por lo tanto, el intercambio de cromátides hermanas no es parte del proceso normal de recombinación durante la meiosis y se considera una desviación de este proceso.

La leucemia es un tipo de cáncer que se origina en el sistema de formación de células sanguíneas del cuerpo, que se encuentra dentro de los huesos largos. Es causada por una alteración genética en las células madre hematopoyéticas, lo que resulta en la producción excesiva y anormal de glóbulos blancos inmaduros o no funcionales.

Existen varios tipos de leucemia, clasificados según el tipo de glóbulo blanco afectado (linfocitos o granulocitos) y su velocidad de progresión (aguda o crónica). La leucemia aguda se desarrolla rápidamente, mientras que la leucemia crónica evoluciona más lentamente.

Los síntomas comunes de la leucemia incluyen fatiga, fiebre, infecciones recurrentes, moretones o sangrados fáciles, pérdida de peso y sudoración nocturna. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre completos, que revelan un recuento anormalmente alto de glóbulos blancos inmaduros o anormales. La confirmación del diagnóstico y el tipo específico de leucemia requieren estudios adicionales, como una biopsia de médula ósea.

El tratamiento de la leucemia depende del tipo y grado de avance de la enfermedad, así como de la edad y salud general del paciente. Puede incluir quimioterapia, radioterapia, trasplante de células madre o terapias dirigidas específicas para ciertos tipos de leucemia. El pronóstico varía ampliamente según el tipo y etapa de la enfermedad, pero muchos tipos de leucemia pueden ser tratados con éxito, especialmente si se detectan y tratan temprano.

Las técnicas de inmunoenzimas son métodos de laboratorio utilizados en diagnóstico clínico y investigación biomédica que aprovechan la unión específica entre un antígeno y un anticuerpo, combinada con la capacidad de las enzimas para producir reacciones químicas detectables.

En estas técnicas, los anticuerpos se marcan con enzimas específicas, como la peroxidasa o la fosfatasa alcalina. Cuando estos anticuerpos marcados se unen a su antígeno correspondiente, se forma un complejo inmunoenzimático. La introducción de un sustrato apropiado en este sistema dará como resultado una reacción enzimática que produce un producto visible y medible, generalmente un cambio de color.

La intensidad de esta respuesta visual o el grado de conversión del sustrato se correlaciona directamente con la cantidad de antígeno presente en la muestra, lo que permite su cuantificación. Ejemplos comunes de estas técnicas incluyen ELISA (Enzyme-Linked Immunosorbent Assay), Western blot y immunohistoquímica.

Estas técnicas son ampliamente utilizadas en la detección y medición de diversas sustancias biológicas, como proteínas, hormonas, drogas, virus e incluso células. Ofrecen alta sensibilidad, especificidad y reproducibilidad, lo que las convierte en herramientas invaluables en el campo del análisis clínico y de la investigación.

La sangre fetal se refiere a la sangre que circula dentro del cuerpo de un feto durante el desarrollo embrionario y fetal. Esta sangre se produce a través de la producción de células sanguíneas en el hígado y el bazo del feto, ya que el sistema de médula ósea no está completamente desarrollado hasta más tarde en el embarazo. La sangre fetal contiene niveles más altos de glóbulos rojos y una mayor capacidad de transportar oxígeno en comparación con la sangre del adulto, lo que ayuda a satisfacer las necesidades metabólicas del feto en crecimiento. También tiene diferencias en su composición en términos de grupos sanguíneos y proteínas, lo que puede ser importante en el contexto de la transfusión sanguínea entre el feto y la madre durante el embarazo o el parto.

Las quimiokinas CC, también conocidas como quimiocinas beta, son un subgrupo de quimiokinas, un tipo de moléculas de señalización celular pequeñas. Las quimiokinas son proteínas que participan en la comunicación celular y desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria y la inflamación.

Las quimiokinas CC se denominan así porque tienen una estructura característica con dos cisteínas adyacentes en la posición N-terminal followed by other amino acids before a third cysteine (hence, C-C). Este patrón de disposición de las cisteínas distingue a este subgrupo de quimiokinas de otros subgrupos, como los de quimiokinas CXC y CX3C.

Las quimiokinas CC desempeñan un papel importante en la activación y el reclutamiento de células inmunes, como leucocitos y macrófagos, hacia sitios de inflamación o infección. También están involucradas en la regulación de la proliferación celular, la diferenciación y la apoptosis. Algunos ejemplos de quimiokinas CC incluyen RANTES (Regulated upon Activation, Normal T Cell Expressed and Secreted), MIP-1α (Macrophage Inflammatory Protein-1α) y MCP-1 (Monocyte Chemoattractant Protein-1).

Las quimiokinas CC se unen e interactúan con receptores específicos de quimiocinas en la superficie de las células diana, lo que desencadena una cascada de eventos intracelulares que conducen a la activación y el reclutamiento de células inmunes. Los receptores de quimiokinas CC pertenecen a la familia de receptores acoplados a proteínas G (GPCR) y se designan como CCR1, CCR2, CCR3, etc. La disfunción o alteración en la expresión de quimiocinas y sus receptores se ha relacionado con diversas enfermedades inflamatorias y autoinmunes, como la artritis reumatoide, el asma y el VIH/SIDA.

Los "canales de calcio" son proteínas integrales de membrana que permiten el paso controlado de iones de calcio (Ca2+) a través de la membrana celular. Estos canales desempeñan un papel crucial en una variedad de procesos celulares, como la contracción muscular, la liberación de neurotransmisores, la secreción de hormonas y la regulación del crecimiento y diferenciación celular.

Existen varios tipos de canales de calcio, cada uno con características distintivas en términos de su estructura, mecanismo de activación y papel funcional. Algunos de los principales tipos de canales de calcio incluyen:

1. Canales de calcio voltaje-dependientes (VDCC): Estos canales se abren en respuesta a cambios en el potencial de membrana de la célula. Se clasifican en varias subfamilias, como L-, N-, P/Q- y R-tipo, cada una con diferentes propiedades de activación y desactivación.
2. Canales de calcio receptor-operados (ROCC): Estos canales se abren cuando se une un ligando a un receptor acoplado a proteínas G, como los receptores metabotrópicos de glutamato o los receptores muscarínicos de acetilcolina.
3. Canales de calcio operados por segundo mensajero (SMCC): Estos canales se abren en respuesta a la unión de segundos mensajeros intracelulares, como el IP3 (inositol trifosfato) o el DAG (diacilglicerol).
4. Canales de calcio dependientes de ligando (LDCC): Estos canales se abren cuando se une un ligando específico, como el Ca2+ o el Mg2+, a la subunidad reguladora del canal. Un ejemplo bien conocido es el receptor de ryanodina (RyR), que se encuentra en el retículo sarcoplásmico y media la liberación de calcio durante la contracción muscular.

La disfunción de los canales de calcio se ha relacionado con diversas enfermedades, como la epilepsia, la migraña, la hipertensión arterial, la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas. Por lo tanto, el estudio de los mecanismos moleculares que regulan su funcionamiento es crucial para comprender sus papeles fisiológicos y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas.

Las células madre hematopoyéticas (HSC, por sus siglas en inglés) son un tipo particular de células madre found in the bone marrow, responsible for producing all types of blood cells. These include red blood cells, which carry oxygen to the body's tissues; white blood cells, which are part of the immune system and help fight infection; and platelets, which help with blood clotting.

HSCs are self-renewing, meaning they can divide and create more HSCs. They also have the ability to differentiate into any type of blood cell when needed, a process known as potency. This makes them incredibly valuable in the field of medicine, particularly in the treatment of blood disorders, cancers, and immune system diseases.

Doctors can extract HSCs from a patient's bone marrow or blood, then manipulate them in a lab to produce specific types of cells needed for transplantation back into the patient. This process is known as stem cell transplantation, and it has been used successfully to treat conditions such as leukemia, lymphoma, sickle cell anemia, and immune deficiency disorders.

It's important to note that there are different types of HSCs, each with varying degrees of potency and self-renewal capacity. The two main types are long-term HSCs (LT-HSCs) and short-term HSCs (ST-HSCs). LT-HSCs have the greatest ability to self-renew and differentiate into all blood cell types, while ST-HSCs primarily differentiate into specific types of blood cells.

In summary, Células Madre Hematopoyéticas are a type of stem cell found in bone marrow responsible for producing all types of blood cells. They have the ability to self-renew and differentiate into any type of blood cell when needed, making them valuable in the treatment of various blood disorders, cancers, and immune system diseases.

Los granulocitos son un tipo de glóbulos blancos, también conocidos como leucocitos, que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico. Su nombre se deriva de la apariencia granular que tienen bajo un microscopio, lo que refleja la presencia de gránulos dentro de sus citoplasmas.

Existen tres tipos principales de granulocitos: neutrófilos, eosinófilos y basófilos. Cada uno tiene un tamaño y forma distintivos y desempeña diferentes funciones en la respuesta inmunitaria.

1. Neutrófilos: Son los granulocitos más comunes y representan alrededor del 55-70% de todos los leucocitos. Tienen un núcleo segmentado con varias lóbulos conectados por finos filamentos. Su función principal es combatir las infecciones bacterianas y fagocitar (ingerir y destruir) los patógenos invasores.

2. Eosinófilos: Representan alrededor del 1-3% de todos los leucocitos. Poseen un núcleo bi-lobulado o esférico con gránulos grandes y redondos en su citoplasma. Los eosinófilos desempeñan un papel importante en la respuesta a las infecciones parasitarias, especialmente helmintos (gusanos). También están involucrados en reacciones alérgicas y procesos inflamatorios.

3. Basófilos: Son el tipo menos común de granulocitos, representando solo alrededor del 0,5-1% de todos los leucocitos. Tienen un núcleo irregular con gránulos grandes y oscuros en su citoplasma. Los basófilos desempeñan un papel en la respuesta inmunitaria al liberar mediadores químicos, como histamina, durante reacciones alérgicas e inflamatorias.

En resumen, los granulocitos son células blancas de la sangre que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico. Cada tipo de granulocito (neutrófilos, eosinófilos y basófilos) tiene funciones específicas en la defensa contra patógenos invasores, reacciones alérgicas e inflamatorias.

La quimiocina CCL21, también conocida como SCYA21 o TCA-3, es una proteína que pertenece a la familia de las quimiokinas, moléculas de señalización que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria y el tráfico celular. La CCL21 está involucrada en la quimiotaxis de células inmunes específicas, como los linfocitos T y B, hacia los ganglios linfáticos, donde se activan y diferencian para ayudar a combatir las infecciones o las enfermedades.

La CCL21 se expresa principalmente en células endoteliales de alta endotelial venular (HEV) presentes en los ganglios linfáticos y la médula ósea. Esta quimiocina se une a receptores específicos, como el CCR7, localizados en la superficie de las células inmunes objetivo, lo que desencadena una cascada de señalización intracelular que conduce a la migración y activación de estas células.

La CCL21 juega un papel importante en la homeostasis del sistema inmune y en la respuesta inmunitaria adaptativa, y su disfunción ha sido asociada con diversas patologías, como enfermedades autoinmunes e inflamatorias.

Los antígenos HLA-A son un tipo de proteínas codificadas por genes del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) de clase I en humanos. Se encuentran en la superficie de casi todas las células nucleadas y desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico al presentar pequeños fragmentos de proteínas, como los producidos por patógenos invasores, a las células T CD8+ (linfocitos citotóxicos) para que puedan reconocer y destruir las células infectadas.

Cada individuo humano tiene un conjunto único de genes HLA-A, lo que significa que hay una gran diversidad en la población en términos de los antígenos HLA-A específicos que poseen. Esta diversidad genética proporciona una protección más eficaz contra una amplia gama de patógenos, ya que aumenta las posibilidades de que al menos algunas células presenten los antígenos extraños de manera que puedan ser reconocidos y atacados por el sistema inmunológico.

Los antígenos HLA-A también desempeñan un papel importante en los trasplantes de órganos y tejidos, ya que desencadenan respuestas inmunitarias contra células y tejidos no coincidentes. Por lo tanto, el emparejamiento de donantes y receptores con antígenos HLA-A compatibles puede ayudar a reducir el riesgo de rechazo de trasplante.

La Inmunoglobulina A (IgA) es un tipo de anticuerpo que desempeña un papel crucial en el sistema inmunitario. Se encuentra principalmente en las membranas mucosas que recubren los sistemas respiratorio, gastrointestinal y urogenital, así como en las lágrimas, la saliva y la leche materna.

Existen dos subclases principales de IgA: IgA1 e IgA2. La IgA1 es la más común y se encuentra predominantemente en las secreciones externas, mientras que la IgA2 es más abundante en el tejido linfoide asociado a las mucosas y en los fluidos corporales internos.

La función principal de la IgA es proteger al cuerpo contra las infecciones bacterianas y víricas que intentan invadir a través de las membranas mucosas. Lo hace mediante la aglutinación de los patógenos, impidiendo así su adhesión y penetración en las células epiteliales. Además, puede neutralizar toxinas y enzimas producidas por microorganismos nocivos.

La IgA también participa en la respuesta inmunitaria adaptativa, colaborando con los leucocitos (glóbulos blancos) para eliminar los patógenos del cuerpo. Cuando se produce una infección, las células B (linfocitos B) producen y secretan IgA en respuesta a la presencia de antígenos extraños. Esta respuesta específica proporciona protección localizada contra infecciones recurrentes o futuras por el mismo patógeno.

En definitiva, la Inmunoglobulina A es un componente vital del sistema inmunitario, desempeñando un papel fundamental en la defensa contra las infecciones y la protección de las membranas mucosas.

La inmunidad, en términos médicos, se refiere a la resistencia que desarrolla el organismo frente a las infecciones causadas por diversos agentes patógenos, como bacterias, virus, hongos y parásitos. Esta protección puede ser adquirida de forma natural, cuando una persona enferma se recupera y su sistema inmunitario aprende a combatir la enfermedad, o puede ser inducida artificialmente mediante vacunas.

Existen dos tipos principales de inmunidad:

1. Inmunidad innata o no específica: Es el primer mecanismo de defensa del cuerpo contra los patógenos invasores. Incluye barreras físicas, como la piel y las mucosas, y respuestas inmunitarias no específicas, como la inflamación, la fiebre y la producción de sustancias químicas antimicrobianas. La inmunidad innata es genéticamente determinada y proporciona una protección general contra una amplia gama de patógenos.

2. Inmunidad adquirida o específica: Es el segundo mecanismo de defensa del cuerpo, que se activa después de la exposición a un agente infeccioso particular. La inmunidad adquirida puede ser de dos tipos:

- Inmunidad activa: Se desarrolla cuando una persona está expuesta a un patógeno y su sistema inmunitario produce una respuesta inmunitaria específica contra él. Como resultado, el cuerpo genera anticuerpos y células T que reconocen y atacan al agente infeccioso en futuras exposiciones.

- Inmunidad pasiva: Se produce cuando un individuo recibe anticuerpos preformados de otro organismo, ya sea a través de la placenta durante el embarazo o mediante una inyección de suero con anticuerpos. Esta forma de inmunidad proporciona protección inmediata pero temporal contra enfermedades.

La inmunidad adquirida es específica para el agente infeccioso que desencadenó la respuesta inmunitaria y puede ser duradera, incluso durante toda la vida.

Los antígenos CD56, también conocidos como NCAM (Neural Cell Adhesion Molecule), son moléculas de adherencia de células neurales que se expresan en la superficie de ciertos tipos de glóbulos blancos, específicamente los linfocitos NK (natural killers) y algunos subconjuntos de linfocitos T.

Estas moléculas desempeñan un papel importante en la función inmunológica, ya que ayudan en la activación y el funcionamiento de los linfocitos NK y los linfocitos T citotóxicos, que son células responsables de destruir células infectadas o cancerosas.

La evaluación de la expresión de CD56 en análisis de laboratorio puede ser útil en el diagnóstico y monitoreo de ciertas afecciones médicas, como algunos tipos de cánceres y trastornos inmunológicos.

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es una afección médica grave y progresiva causada por la infección del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Este virus ataca al sistema inmunitario, destruyendo los glóbulos blancos llamados linfocitos CD4 o células T auxiliares, que son esenciales para proteger el cuerpo contra diversas infecciones y enfermedades.

La destrucción de estas células debilita progresivamente el sistema inmunitario, lo que hace que la persona infectada sea vulnerable a infecciones oportunistas y ciertos tipos de cáncer que normalmente no causarían problemas en personas con sistemas inmunológicos saludables.

El SIDA se diagnostica cuando la persona infectada por el VIH desarrolla una o más infecciones o cánceres definidos como "opportunistas", o cuando el recuento de células CD4 desciende por debajo de un umbral específico. Aunque actualmente no existe cura para el VIH/SIDA, los medicamentos antirretrovirales pueden controlar la replicación del virus y ralentizar el avance de la enfermedad, permitiendo a las personas con VIH vivir una vida larga y saludable.

El líquido del lavado bronquioalveolar (BAL, por sus siglas en inglés) es una técnica de diagnóstico utilizada en medicina para evaluar la salud de los pulmones. Se trata de un procedimiento en el que se introduce una solución salina estéril en una región específica del pulmón a través de un broncoscopio, y luego se aspira suavemente para recolectar células y líquido de la superficie de los alvéolos.

La muestra de BAL se analiza luego en el laboratorio para buscar signos de infección, inflamación o enfermedad pulmonar intersticial, como neumonía, fibrosis pulmonar, sarcoideosis o cáncer de pulmón. La técnica permite a los médicos obtener una muestra directa de las vías respiratorias más pequeñas y los alvéolos, lo que puede ayudar a determinar el tratamiento más apropiado para una enfermedad pulmonar específica.

El líquido del lavado bronquioalveolar contiene células inflamatorias, como neutrófilos, linfocitos y macrófagos, así como también células epiteliales y posiblemente agentes infecciosos, como bacterias, virus o hongos. El análisis de la muestra puede incluir un recuento de células, pruebas de sensibilidad a los antibióticos y pruebas de detección de patógenos específicos.

La Enfermedad de Hodgkin, también conocida como linfoma de Hodgkin, es un tipo de cáncer que se origina en los glóbulos blancos llamados linfocitos, que son parte del sistema inmunológico. La enfermedad afecta principalmente los ganglios linfáticos, aunque también puede involucrar otros órganos y tejidos.

La característica distintiva de esta enfermedad es la presencia de células anormales llamadas células de Reed-Sternberg. Estas células son grandes, con núcleos divididos y abundante citoplasma, y se pueden ver bajo el microscopio durante un examen de tejido linfático.

Los síntomas más comunes incluyen ganglios linfáticos inflamados e indoloros en el cuello, las axilas o la ingle; fiebre; sudoración nocturna; pérdida de peso involuntaria; fatiga y picazón en la piel.

El tratamiento puede incluir radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida o un trasplante de células madre. El pronóstico depende del tipo y estadio de la enfermedad, así como de la edad y salud general del paciente. Muchas personas con Enfermedad de Hodgkin pueden ser curadas con el tratamiento adecuado.

La interleucina-7 (IL-7) es una citokina pequeña, proteína no glicosilada que desempeña un papel crucial en el desarrollo y la homeostasis de los linfocitos T y B, que son tipos importantes de glóbulos blancos involucrados en el sistema inmunológico adaptativo. Es producida principalmente por células estromales en el tejido del timo y la médula ósea.

La IL-7 se une a su receptor específico, el complejo de IL-7Rα/γc, expresado en las células progenitoras hematopoyéticas tempranas y los linfocitos inmaduros. Esta unión activa varias vías de señalización intracelular, lo que resulta en la proliferación, supervivencia y diferenciación de los linfocitos T y B.

La IL-7 también juega un papel en la respuesta inmune a las infecciones al ayudar en la generación de memoria y la reconstitución de linfocitos después de un daño inmunológico, como la quimioterapia o la radiación. Los trastornos en la vía IL-7/IL-7R pueden contribuir a diversas enfermedades, como la inmunodeficiencia combinada severa y los trastornos linfoproliferativos.

Las quimiokinas son un tipo de citocinas, o moléculas de señalización celular, que desempeñan un papel crucial en la comunicación entre las células inmunes. Se caracterizan por su capacidad para atraer y activar células específicas, particularmente leucocitos (un tipo de glóbulos blancos), hacia sitios específicos en el cuerpo.

Las quimiokinas interactúan con receptores de quimiocinas ubicados en la superficie de las células objetivo. Esta interacción desencadena una cascada de eventos intracelulares que pueden resultar en la activación, proliferación, migración o diferenciación de las células inmunes.

Las quimiokinas se clasifican en cuatro grupos principales (CXC, CC, CX3C y C) según la posición de los dos primeros cisteínos conservados en su estructura proteica. Cada grupo tiene diferentes funciones y se asocia con diferentes respuestas inmunes.

En resumen, las quimiokinas son un tipo importante de moléculas de señalización que desempeñan un papel clave en la regulación del sistema inmunitario y la respuesta inflamatoria.

Las gammaglobulinas, también conocidas como inmunoglobulinas G (IgG), son un tipo específico de anticuerpos, proteínas involucradas en la respuesta inmune del cuerpo. Las gammaglobulinas se producen en los linfocitos B y desempeñan un papel crucial en la neutralización o eliminación de diversos patógenos, como bacterias y virus.

Las gammaglobulinas son las inmunoglobulinas más abundantes en la sangre y el líquido extracelular, representando alrededor del 75% al 80% de todas las inmunoglobulinas séricas. Son solubles y se encuentran principalmente en forma monomérica (una sola unidad de la proteína).

Las gammaglobulinas tienen varias funciones importantes:

1. Proporcionan inmunidad pasiva, transmitida de madre a hijo a través de la placenta, lo que ayuda a proteger al feto y al recién nacido contra enfermedades infecciosas hasta que su sistema inmunitario se desarrolle completamente.
2. Participan en la respuesta inmunitaria mediada por células humorales, uniendo y neutralizando antígenos (sustancias extrañas que provocan una respuesta inmunitaria) para prevenir su unión a las células del huésped.
3. Ayudan en la activación del complemento, un sistema de proteínas que trabaja junto con los anticuerpos para destruir células infectadas o cuerpos extraños.
4. Promueven la fagocitosis, el proceso por el cual las células inmunitarias llamadas fagocitos ingieren y destruyen microorganismos invasores y otras partículas extrañas.

Los niveles anormales de gammaglobulinas pueden indicar diversas afecciones, como trastornos autoinmunes, infecciones, cáncer o enfermedades hepáticas. Por lo tanto, el análisis de las gammaglobulinas es una prueba de diagnóstico útil en la evaluación y el seguimiento de estas condiciones.

Los haptenos son moléculas pequeñas, generalmente de bajo peso molecular, que por sí solas no pueden inducir una respuesta inmunitaria porque son demasiado pequeñas para ser reconocidas por el sistema inmunitario. Sin embargo, cuando se unen a proteínas portadoras más grandes, pueden desencadenar una respuesta inmunitaria específica. Los linfocitos B y T del sistema inmunitario reconocen y responden a los haptenos unidos a las proteínas portadoras, lo que lleva a la producción de anticuerpos contra estos complejos. Esta propiedad hace que los haptenos sean importantes en el desarrollo de vacunas y también en la patogénesis de algunas enfermedades alérgicas e inmunológicas.

El tritio es un isótopo radioactivo naturalmente presente del hidrógeno. Su núcleo contiene un protón y dos neutrones, en comparación con el isótopo más común de hidrógeno, el protio, que solo tiene un protón en su núcleo. El tritio es incoloro, inodoro, insípido e incombustible. Se descompone naturalmente mediante decaimiento beta con una vida media de aproximadamente 12,3 años, lo que resulta en helio-3 y un electrón de alta energía.

En el campo médico, el tritio a veces se utiliza en marcadores radioactivos para estudios de metabolismo y ensayos de unión a receptores. Sin embargo, dado que es radiactivo, su uso está regulado y limitado debido a los riesgos potenciales para la salud asociados con la exposición a la radiación.

Los antígenos bacterianos son sustancias extrañas o moléculas presentes en la superficie de las bacterias que pueden ser reconocidas por el sistema inmune del huésped. Estos antígenos desencadenan una respuesta inmunitaria específica, lo que lleva a la producción de anticuerpos y la activación de células inmunes como los linfocitos T.

Los antígenos bacterianos pueden ser proteínas, polisacáridos, lipopolisacáridos u otras moléculas presentes en la pared celular o membrana externa de las bacterias. Algunos antígenos son comunes a muchas especies de bacterias, mientras que otros son específicos de una sola especie o cepa.

La identificación y caracterización de los antígenos bacterianos es importante en la medicina y la microbiología, ya que pueden utilizarse para el diagnóstico y la clasificación de las bacterias, así como para el desarrollo de vacunas y terapias inmunes. Además, el estudio de los antígenos bacterianos puede ayudar a entender cómo interactúan las bacterias con su huésped y cómo evaden o modulan la respuesta inmune del huésped.

Los péptidos son pequeñas moléculas compuestas por cadenas cortas de aminoácidos, los bloques de construcción de las proteínas. Los péptidos se forman cuando dos o más aminoácidos se unen mediante enlaces peptídicos, que son enlaces covalentes formados a través de una reacción de condensación entre el grupo carboxilo (-COOH) de un aminoácido y el grupo amino (-NH2) del siguiente.

Los péptidos pueden variar en longitud, desde dipeptidos (que contienen dos aminoácidos) hasta oligopéptidos (que tienen entre 3 y 10 aminoácidos) y polipéptidos (con más de 10 aminoácidos). Los péptidos con longitudes específicas pueden tener funciones biológicas particulares, como actuar como neurotransmisores, hormonas o antimicrobianos.

La secuencia de aminoácidos en un péptido determina su estructura tridimensional y, por lo tanto, su función biológica. Los péptidos pueden sintetizarse naturalmente en el cuerpo humano o producirse artificialmente en laboratorios para diversas aplicaciones terapéuticas, nutricionales o de investigación científica.

La transformación celular viral es un proceso en el que un virus induce cambios fenotípicos en células huésped normales, convirtiéndolas en células tumorales malignas. Este proceso es causado por la integración del genoma viral en el genoma de la célula huésped, lo que resulta en la activación o inactivación de genes específicos relacionados con la regulación del crecimiento celular y la diferenciación.

Los virus oncogénicos, como el Virus del Papiloma Humano (VPH) y el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), son conocidos por su capacidad de inducir transformaciones celulares virales. Por ejemplo, algunas cepas de VPH contienen genes oncogénicos como E6 y E7, que interactúan con las proteínas supresoras de tumores p53 y Rb, respectivamente, lo que conduce a la inhibición de su función y a la activación del ciclo celular. Como resultado, las células se dividen sin control y pueden formar tumores malignos.

La transformación celular viral es un área importante de investigación en virología y oncología, ya que puede proporcionar información valiosa sobre los mecanismos moleculares del cáncer y posibles estrategias terapéuticas para tratar diversos tipos de cáncer.

La interleucina-15 (IL-15) es una citokina pequeña, de bajo peso molecular, que pertenece a la familia de las citokinas gamma-comunes. Se produce principalmente por células presentadoras de antígenos como macrófagos y células dendríticas, pero también se expresa en otras células, incluyendo fibroblastos y células endoteliales.

La IL-15 desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmune, especialmente en la activación y proliferación de células T y células asesinas naturales (NK). También contribuye al desarrollo y mantenimiento de la memoria de las células T. Además, se ha demostrado que la IL-15 tiene propiedades neuroprotectoras y participa en la homeostasis del tejido muscular esquelético.

La IL-15 se une a su receptor específico, el complejo formado por las subunidades IL-15Rα, IL-2Rβ e IL-15Rγ, lo que desencadena una cascada de señalización intracelular que conduce a la activación de diversas vías, incluyendo la vía JAK/STAT y la vía MAPK. Esto da como resultado la expresión de genes asociados con la proliferación, supervivencia y diferenciación celulares.

La IL-15 ha ganado interés en el campo de la medicina debido a sus posibles aplicaciones terapéuticas en diversas condiciones, como infecciones virales, cáncer y enfermedades autoinmunes. Sin embargo, también se han identificado efectos adversos potenciales asociados con su uso, lo que requiere un estudio más detallado de sus mecanismos de acción y la optimización de las estrategias de administración antes de su aplicación clínica generalizada.

Las quimiokinas CXC son un subgrupo de quimiokinas, un tipo de moléculas de señalización celular que desempeñan un papel crucial en la regulación de la respuesta inmune y la inflamación. Las quimiokinas se identifican y clasifican según la presencia y la posición de cuatro residuos de cisteína conservados en su estructura proteica.

Las quimiokinas CXC, también conocidas como quimiocinas α, contienen cuatro aminoácidos (un residuo de xilulina o cualquier otro aminoácido) entre los dos primeros residuos de cisteína. Esta subclase incluye varios miembros, como CXCL1 (GRO-α), CXCL8 (IL-8), CXCL9 (MIG), CXCL10 (IP-10) y CXCL12 (SDF-1).

Estas moléculas se unen e interactúan con receptores específicos de quimiokinas, que son proteínas G acopladas a la membrana celular. La activación de estos receptores desencadena una cascada de eventos intracelulares que resultan en la quimiotaxis o direccionamiento de células inmunes como neutrófilos, monocitos y linfocitos T hacia sitios de inflamación o tejidos lesionados.

Además de su función en la respuesta inmune y la inflamación, las quimiokinas CXC también desempeñan un papel importante en la angiogénesis (formación de vasos sanguíneos nuevos), el crecimiento y desarrollo celular, y la homeostasis tisular. Algunas quimiokinas CXC, como CXCL12, también están involucradas en la migración y supervivencia de células madre y progenitoras hematopoyéticas.

La disregulación o alteración de las vías de señalización de quimiokinas CXC se ha relacionado con diversas enfermedades, como cáncer, enfermedades autoinmunes, infecciones y trastornos neurológicos. Por lo tanto, comprender el papel de estas moléculas en la fisiología y patología humanas puede ayudar a desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para tratar diversas enfermedades.

La hemocianina es una proteína que contiene cobre y funciona como un transportador de oxígeno en algunos invertebrados y crustáceos. Es soluble en el plasma y se encuentra dentro de los espacios llamados hemocoel, donde circula el fluido corporal conocido como hemolinfa (que realiza funciones similares a la sangre en los mamíferos). Cuando el cobre en la hemocianina se oxida, se une reversiblemente al oxígeno. Esta unión-desunión es responsable del color azul que presenta este líquido corporal en muchos de estos organismos cuando está oxigenado.

A diferencia de la hemoglobina en los mamíferos, la hemocianina no forma parte de células sanguíneas específicas (como los glóbulos rojos), sino que se disuelve directamente en el líquido corporal. Además, a diferencia de la hemoglobina, la hemocianina transporta menos cantidad de oxígeno por molécula pero tiene una mayor capacidad total de transporte debido a su gran tamaño molecular y a que se presenta en altas concentraciones en el plasma.

También es importante mencionar que la hemocianina también puede actuar como un sistema inmune no específico en algunos artrópodos, ya que pueden unirse a diversos patógenos y marcarlos para su destrucción por células inmunes especializadas.

Las integrinas son un tipo de proteínas transmembrana que se encuentran en las células, especialmente en las células sanguíneas y del sistema inmunológico. Actúan como receptores para diversos ligandos extracelulares, incluyendo moléculas de adhesión celular como la fibronectina, el colágeno y la laminina.

Las integrinas desempeñan un papel crucial en la adhesión celular, la migración celular, la proliferación celular y la activación celular. También participan en la señalización celular y la regulación de la respuesta inmunitaria.

Las integrinas están compuestas por dos subunidades, una alpha y una beta, que se unen para formar un heterodímero. Existen diferentes tipos de subunidades alfa y beta, y la combinación de éstas da lugar a la formación de diferentes tipos de integrinas con diferentes especificidades de ligando.

La activación de las integrinas requiere un cambio conformacional que permite la unión del ligando. Este cambio puede ser inducido por diversos factores, como la tensión mecánica o la unión de ligandos intracelulares. Una vez activadas, las integrinas pueden transmitir señales desde el exterior al interior de la célula, lo que desencadena una serie de respuestas celulares.

La disfunción de las integrinas se ha relacionado con diversas enfermedades, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la artritis reumatoide y el cáncer.

La ovalbumina es la proteína más abundante en el huevo de gallina y se encuentra principalmente en el albumen o clara del huevo. Es una globulina alcalina que representa aproximadamente el 54% del total de las proteínas en la clara de huevo. Tiene un peso molecular de alrededor de 45 kDa y está compuesta por una sola cadena polipeptídica con 385 aminoácidos.

La ovalbumina es ampliamente utilizada en la investigación biomédica como antígeno para estudios inmunológicos y alergias. Es uno de los alérgenos alimentarios más comunes y puede causar reacciones alérgicas graves en personas sensibles. También se ha utilizado en aplicaciones industriales, como la producción de vacunas y adyuvantes inmunológicos.

En la medicina clínica, la detección de anticuerpos contra la ovalbumina puede ser útil en el diagnóstico de alergias alimentarias y en la evaluación del riesgo de reacciones adversas a las vacunas que contienen esta proteína como adyuvante.

El complejo antígeno-anticuerpo es una estructura molecular formada por la unión específica entre un antígeno y un anticuerpo. Los antígenos son sustancias extrañas al organismo que desencadenan una respuesta inmunitaria, mientras que los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario para reconocer y neutralizar a los antígenos.

Cuando un antígeno entra en contacto con un anticuerpo compatible, se produce una reacción química que hace que ambas moléculas se unan formando el complejo antígeno-anticuerpo. Esta unión se lleva a cabo mediante la interacción de las regiones variables de la cadena pesada y ligera del anticuerpo con determinadas zonas del antígeno, conocidas como epitopes o determinantes antigénicos.

Una vez formado el complejo antígeno-anticuerpo, puede ser reconocido por otras células del sistema inmunitario, como los fagocitos, que lo internalizan y lo destruyen, eliminando así la amenaza para el organismo. El proceso de formación de complejos antígeno-anticuerpo es fundamental en la respuesta inmunitaria adaptativa y desempeña un papel clave en la protección del cuerpo frente a infecciones y enfermedades.

Los Ratones Consanguíneos AKR (AKR, por sus siglas en inglés) son una cepa de ratones de laboratorio que se utilizan en la investigación médica y biológica. La designación "consanguíneos" significa que estos ratones están relacionados genéticamente entre sí, ya que han sido inbreeded durante muchas generaciones para mantener una línea genética pura.

La cepa AKR se originó en 1920 en el Instituto de Kioto de Investigación Primate en Japón y fue posteriormente desarrollada por investigadores estadounidenses. Los ratones AKR son conocidos por su susceptibilidad natural a varios tipos de cáncer, especialmente leucemia y linfoma.

La cepa AKR es portadora del gen viral endógeno (AKV) que produce virus retrovirales. Estos virus se integran en el genoma de los ratones y pueden causar diversas enfermedades, como leucemia y linfoma, cuando se activan. Los ratones AKR desarrollan estas enfermedades espontáneamente a medida que envejecen, lo que los convierte en un modelo útil para el estudio de la patogénesis del cáncer y la respuesta inmunológica.

Además de su uso en la investigación del cáncer, los ratones AKR también se utilizan en estudios sobre enfermedades autoinmunes, infecciones virales y otras áreas de la biomedicina.

El endotelio linfático se refiere a la capa de células endoteliales que recubre el interior de los vasos linfáticos. Los vasos linfáticos son conductos especializados que forman parte del sistema linfático y desempeñan un papel crucial en la recolección y transporte de la linfa, una fluido transparente que contiene proteínas, lípidos y glóbulos blancos.

Las células endoteliales son células planas y aplanadas que forman una barrera entre el lumen (la cavidad interna) de los vasos sanguíneos o linfáticos y el tejido circundante. En el caso del endotelio linfático, estas células tienen propiedades únicas que les permiten interactuar con las células inmunes y regular el tráfico de líquidos y solutos entre los tejidos y la linfa.

El endotelio linfático también participa en la absorción de grasas en el intestino delgado, ya que los vasos linfáticos especializados llamados vasos linfáticos lacteales recogen las grasas digeridas y transportan estos lípidos al sistema circulatorio.

Además, el endotelio linfático está involucrado en la respuesta inmunológica, ya que ayuda a capturar y presentar antígenos (sustancias extrañas) a las células inmunes, como los linfocitos T. Esto contribuye a la activación de las respuestas inmunitarias adaptativas y a la vigilancia del sistema inmunológico contra patógenos invasores y células cancerosas.

En resumen, el endotelio linfático es una capa de células endoteliales que recubre los vasos linfáticos y desempeña funciones importantes en la regulación del tráfico de líquidos y células, la absorción de grasas y la respuesta inmunológica.

La integrina alfa4beta1, también conocida como Very Late Antigen-4 (VLA-4), es un tipo de proteína de superficie celular que pertenece a la familia de las integrinas. Está compuesta por dos subunidades, alpha-4 y beta-1, que se unen para formar un heterodímero.

Esta integrina desempeña un papel importante en la adhesión celular, migración y señalización. Se expresa principalmente en células hematopoyéticas, como linfocitos T y B, monocitos y células dendríticas. La integrina alfa4beta1 se une específicamente a ligandos como la fibronectina y el VCAM-1 (Vascular Cell Adhesion Molecule 1), que se encuentran en el endotelio vascular y en otras células del sistema inmune.

La unión de la integrina alfa4beta1 a sus ligandos desencadena una serie de eventos intracelulares que conducen a la activación de las células inmunes, su adhesión a los vasos sanguíneos y su posterior extravasación hacia sitios de inflamación o tejidos linfoides. Por lo tanto, la integrina alfa4beta1 desempeña un papel crucial en el tráfico y la homeostasis de las células inmunes.

En medicina, los antagonistas de la integrina alfa4beta1 se utilizan como terapias inmunomoduladoras para tratar enfermedades autoinmunes e inflamatorias, como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide. Estos fármacos funcionan bloqueando la unión de la integrina alfa4beta1 a sus ligandos, lo que inhibe la activación y migración de las células inmunes hacia los tejidos inflamados.

Las pruebas cutáneas, en el contexto médico, se refieren a un grupo de procedimientos diagnósticos que implican la aplicación de diversas sustancias alérgenas a la piel del paciente, generalmente en el brazo o la espalda, con el fin de evaluar una posible reacción alérgica. La prueba más común es la prueba de pinchazo, donde se coloca una gota de extracto alérgeno sobre la piel y se introduce debajo de la superficie cutánea con una aguja estéril.

Después de un período de observación, generalmente de 15 a 20 minutos, se evalúa la reacción en la piel. Una respuesta positiva típicamente aparece como una pequeña elevación de la piel (pápula) rodeada por un área más amplia de enrojecimiento (eritema). La prueba se considera positiva si hay una roncha con un diámetro mayor o igual a 3 milímetros.

Las pruebas cutáneas son utilizadas principalmente para identificar alérgenos específicos que pueden estar causando síntomas como picazón en los ojos, secreción nasal, estornudos, sibilancias, urticaria o dificultad para respirar. Sin embargo, no se utilizan para detectar alergias a alimentos o medicamentos.

Es importante mencionar que las pruebas cutáneas deben ser realizadas por personal médico capacitado y entrenado, ya que existen riesgos asociados con su uso, como reacciones alérgicas graves o anafilaxis en casos raros. Además, los resultados de las pruebas cutáneas deben interpretarse junto con la historia clínica del paciente y sus síntomas actuales para establecer un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

La inmunidad innata, también conocida como inmunidad no específica, es el primer tipo de respuesta inmune que se activa cuando un agente extraño, como un virus o bacteria, invade el organismo. A diferencia de la inmunidad adaptativa (o adquirida), la inmunidad innata no está dirigida contra agentes específicos y no confiere inmunidad a largo plazo.

La inmunidad innata incluye una variedad de mecanismos defensivos, como:

1. Barreras físicas: piel, mucosas y membranas mucosas que impiden la entrada de patógenos en el cuerpo.
2. Mecanismos químicos: ácidos gástrico y genital, líquido lagrimal, sudor y saliva con propiedades antimicrobianas.
3. Fagocitosis: células inmunes como neutrófilos, macrófagos y células dendríticas que rodean y destruyen los patógenos invasores.
4. Inflamación: respuesta del sistema inmune a la presencia de un agente extraño, caracterizada por enrojecimiento, hinchazón, dolor y calor.
5. Interferones: proteínas secretadas por células infectadas que alertan a otras células sobre la presencia de un patógeno y activan su respuesta defensiva.
6. Complemento: sistema de proteínas del plasma sanguíneo que ayudan a destruir los patógenos y a eliminar las células infectadas.

La inmunidad innata es una respuesta rápida y no específica que se activa inmediatamente después de la exposición al agente extraño, lo que permite al organismo contener la infección hasta que la inmunidad adaptativa pueda desarrollar una respuesta más específica y duradera.

Un trasplante de médula ósea es un procedimiento médico en el que se extrae células madre sanguíneas (generalmente de la médula ósea) de un donante y se introducen en el cuerpo del receptor. Este proceso permite que el sistema inmunitario del receptor se reconstituya con células sanas.

Este procedimiento se utiliza a menudo para tratar enfermedades en las que el sistema inmunológico está deprimido o dañado, como la leucemia, el linfoma y algunos trastornos genéticos. El objetivo es reemplazar las células dañadas con células sanas del donante, lo que puede ayudar a combatir la enfermedad y mejorar la salud del paciente.

Es importante mencionar que existen diferentes tipos de trasplantes de médula ósea, dependiendo de quién sea el donante de las células madre sanguíneas. Pueden ser autólogos, cuando las propias células del paciente son recolectadas y almacenadas antes del tratamiento que dañará su sistema inmunológico, para luego reinfundirlas después del tratamiento; allelo-transplantes, cuando las células provienen de un donante genéticamente compatible, generalmente un hermano o hermana; y transplantes de médula ósea no relacionados, cuando las células provienen de un donante no familiar, generalmente seleccionado a través de un registro de donantes de médula ósea.

El proceso de trasplante de médula ósea puede ser complicado y conlleva riesgos, como reacciones adversas del sistema inmunológico, infecciones y otros problemas de salud. Sin embargo, en muchos casos, el beneficio potencial de tratar una enfermedad grave puede superar los riesgos asociados con el procedimiento.

Los bovinos son un grupo de mamíferos artiodáctilos que pertenecen a la familia Bovidae y incluyen a los toros, vacas, búfalos, bisontes y otras especies relacionadas. Los bovinos son conocidos principalmente por su importancia económica, ya que muchas especies se crían para la producción de carne, leche y cuero.

Los bovinos son rumiantes, lo que significa que tienen un estómago complejo dividido en cuatro cámaras (el rumen, el retículo, el omaso y el abomaso) que les permite digerir material vegetal fibroso. También tienen cuernos distintivos en la frente, aunque algunas especies pueden no desarrollarlos completamente o carecer de ellos por completo.

Los bovinos son originarios de África y Asia, pero ahora se encuentran ampliamente distribuidos en todo el mundo como resultado de la domesticación y la cría selectiva. Son animales sociales que viven en manadas y tienen una jerarquía social bien establecida. Los bovinos también son conocidos por su comportamiento de pastoreo, donde se mueven en grupos grandes para buscar alimentos.

El líquido ascítico es, en términos médicos, un tipo de fluido que se acumula en la cavidad peritoneal, que es el espacio entre los dos revestimientos del abdomen. Esta condición se conoce como ascitis. El líquido ascítico puede acumularse por diversas razones, como insuficiencia hepática, cáncer, infección o inflamación en el abdomen.

El líquido ascítico suele ser estéril y transudado, lo que significa que ha pasado a través de una membrana debido a la presión elevada o a una alteración en la permabilidad capilar. Sin embargo, cuando hay infección, el líquido puede volverse purulento (pus) y fétido.

El análisis del líquido ascítico puede proporcionar información valiosa sobre la causa subyacente de la acumulación de líquido. Por ejemplo, un alto nivel de proteínas en el líquido puede indicar cirrosis, mientras que un bajo nivel de albumina y un alto recuento de células blancas pueden sugerir infección.

El tratamiento del líquido ascítico depende de la causa subyacente. Puede incluir diuréticos para ayudar al cuerpo a eliminar el exceso de líquido, procedimientos como la paracentesis (extracción del líquido con una aguja) o intervenciones quirúrgicas en casos graves.

Las mucoproteínas son un tipo de glicoproteína que contiene altos niveles de carbohidratos (unidos en su mayoría como oligosacáridos) y se encuentran ampliamente distribuidas en los tejidos y fluidos corporales. Están presentes en la mucosidad, las glándulas, el plasma sanguíneo y otros lugares. Las mucoproteínas desempeñan un papel importante en la protección de las superficies epiteliales del cuerpo, como los revestimientos internos de nariz, boca, pulmones e intestinos, proporcionando una barrera contra los patógenos y ayudando a mantener la humedad. También están involucradas en varios procesos biológicos, como la respuesta inmunitaria y la coagulación sanguínea. Su composición y función pueden variar dependiendo del tipo y la ubicación en el cuerpo.

El rechazo de injerto, en términos médicos, se refiere a la respuesta del sistema inmunológico del cuerpo humano contra un órgano, tejido o célula trasplantados que son percibidos como extraños o foráneos. Este proceso ocurre cuando el sistema inmunitario detecta antígenos (proteínas presentes en la superficie de las células) distintos en el injerto, comparados con los del receptor del trasplante.

El grado y la velocidad del rechazo de injerto pueden variar dependiendo del tipo de tejido trasplantado, la compatibilidad entre donante y receptor, y la eficacia de la terapia inmunosupresora administrada para prevenir o controlar esta respuesta. Existen tres tipos principales de rechazo de injerto:

1. Rechazo agudo: Es la forma más común y ocurre rápidamente después del trasplante, generalmente dentro de los primeros meses. Se caracteriza por una respuesta inmunitaria intensa e inflamatoria que puede dañar el injerto y, en casos graves, llevar a su pérdida funcional o estructural.

2. Rechazo crónico: Este tipo de rechazo se desarrolla gradualmente con el tiempo, incluso años después del trasplante. Puede causar una disminución progresiva en la función del injerto y eventualmente conducir a su falla. El rechazo crónico es más difícil de tratar que el agudo y puede requerir múltiples terapias inmunosupresoras para controlarlo.

3. Rechazo hiperagudo: Es una forma rara pero grave de rechazo que ocurre inmediatamente después del trasplante, incluso dentro de los primeros minutos o horas. Está asociado con la activación rápida y extensa del sistema inmunológico, lo que resulta en un daño significativo al injerto y una alta tasa de fracaso.

El manejo del rechazo trasplantado implica el uso de fármacos inmunosupresores para suprimir la respuesta inmunitaria excesiva y proteger el injerto. La elección del tratamiento depende del tipo y gravedad del rechazo, así como de los factores individuales del paciente. En algunos casos, puede ser necesario realizar una biopsia del injerto para confirmar el diagnóstico y guiar la terapia. Además, se pueden considerar procedimientos adicionales, como la repetición del trasplante, en casos refractarios al tratamiento o con daño irreversible en el injerto.

Las vénulas son vasos sanguíneos pequeños que constituyen la porción más diminuta de la red venosa. Se encargan de transportar la sangre pobre en oxígeno desde los capilares hacia las venas de calibre mayor. Las paredes de las vénulas están formadas por endotelio y una delgada capa de músculo liso, lo que les permite contribuir al tono venoso y regular el flujo sanguíneo. Aunque su función principal es la de recolectar sangre de los tejidos periféricos, también desempeñan un papel importante en la inmunidad, ya que en su endotelio se producen procesos inflamatorios y de respuesta inmune.

La Inmunodeficiencia Combinada Grave (SCID, siglas en inglés) es un término general que se utiliza para describir un grupo de trastornos graves y congénitos del sistema inmunitario. Estas afecciones se caracterizan por una disminución significativa de la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, debido a niveles muy bajos o ausentes de glóbulos blancos llamados linfocitos.

SCID se denomina "combinada" porque afecta tanto a los linfocitos B como a los linfocitos T, dos tipos importantes de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunitario. Además, también suele verse afectado el sistema inmune innato, lo que hace que el individuo sea extremadamente vulnerable a las infecciones.

Existen varios tipos de SCID, cada uno con diferentes causas genéticas. Algunos bebés pueden nacer con SCID, mientras que otros pueden desarrollarla durante los primeros años de vida. Los síntomas suelen aparecer en los primeros meses de vida e incluyen infecciones recurrentes y graves, diarrea persistente, falta de crecimiento y pérdida de peso.

El tratamiento temprano es crucial para mejorar el pronóstico de los pacientes con SCID. La terapia de reemplazo de células madre hematopoyéticas (HCT) es el tratamiento estándar recomendado, en el que se transfieren células madre sanas a la médula ósea del paciente para restaurar la función inmunológica. Otras opciones de tratamiento incluyen terapias génicas y trasplantes de tejido linfoide. Sin tratamiento, los niños con SCID rara vez sobreviven más allá de su primer cumpleaños.

En la medicina y la biología, no existe un término específico como "quimera por radiación". Sin embargo, el término "quimera" se utiliza a menudo en genética y biología para describir un organismo que contiene células con dos o más diferentes genomas. Esto puede ocurrir naturalmente en algunos animales, como los gemelos siameses unidos, o puede ser el resultado de procedimientos médicos o científicos intencionales, como el trasplante de células madre.

En el contexto de la radiación, se podría hablar de "quimerismo inducido por radiación", que es un fenómeno raro pero conocido en la medicina y la biología. Se refiere a la situación en la que una persona o animal ha sido expuesto a dos o más dosis diferentes de radiación, lo que resulta en la presencia de células con diferentes respuestas genéticas a la radiación dentro del mismo organismo.

Este fenómeno puede observarse en pacientes que han recibido tratamientos de radioterapia para el cáncer, especialmente si se utilizan dosis no uniformes o diferentes tipos de radiación. También puede ocurrir en personas expuestas a accidentes nucleares o a pruebas de armas nucleares, donde las dosis y los tipos de radiación pueden variar significativamente.

El quimerismo inducido por radiación puede tener implicaciones importantes para la salud y el tratamiento médico, ya que las células con diferentes respuestas genéticas a la radiación pueden comportarse de manera diferente en términos de sensibilidad a la radiación, reparación del ADN y riesgo de cáncer. Por lo tanto, es importante tener en cuenta este fenómeno al planificar el tratamiento médico y monitorear la salud a largo plazo de los pacientes expuestos a la radiación.

El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo humano, localizado en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y por encima del estómago. Pesa aproximadamente 1,5 kilogramos y desempeña más de 500 funciones vitales para el organismo. Desde un punto de vista médico, algunas de las funciones principales del hígado son:

1. Metabolismo: El hígado desempeña un papel crucial en el metabolismo de proteínas, lípidos y carbohidratos. Ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, produce glucógeno para almacenar energía, sintetiza colesterol y ácidos biliares, participa en la descomposición de las hormonas y produce proteínas importantes como las albúminas y los factores de coagulación.

2. Desintoxicación: El hígado elimina toxinas y desechos del cuerpo, incluyendo drogas, alcohol, medicamentos y sustancias químicas presentes en el medio ambiente. También ayuda a neutralizar los radicales libres y previene el daño celular.

3. Almacenamiento: El hígado almacena glucógeno, vitaminas (como A, D, E, K y B12) y minerales (como hierro y cobre), que pueden ser liberados cuando el cuerpo los necesita.

4. Síntesis de bilis: El hígado produce bilis, una sustancia amarilla o verde que ayuda a descomponer las grasas en pequeñas gotas durante la digestión. La bilis se almacena en la vesícula biliar y se libera al intestino delgado cuando se consume alimentos ricos en grasas.

5. Inmunidad: El hígado contiene células inmunitarias que ayudan a combatir infecciones y enfermedades. También produce proteínas importantes para la coagulación sanguínea, como el factor VIII y el fibrinógeno.

6. Regulación hormonal: El hígado desempeña un papel importante en la regulación de los niveles hormonales, metabolizando y eliminando las hormonas excesivas o inactivas.

7. Sangre: El hígado produce aproximadamente el 50% del volumen total de plasma sanguíneo y ayuda a mantener la presión arterial y el flujo sanguíneo adecuados en todo el cuerpo.

Muromonab-CD3 es un medicamento antirrechazo, también conocido como monoclonal anti-CD3. Se trata de un anticuerpo monoclonal quimérico (es decir, una proteína fabricada en laboratorio que combina partes de dos especies diferentes) dirigido contra el antígeno CD3, que se encuentra en la superficie de los linfocitos T.

Este fármaco se utiliza en el tratamiento del rechazo agudo de trasplantes de órganos sólidos, especialmente en aquellos casos en los que otros fármacos inmunosupresores hayan resultado ineficaces. Su mecanismo de acción se basa en su capacidad para unirse a los linfocitos T activados y bloquear su función, reduciendo así la respuesta inmune del organismo contra el órgano trasplantado.

Los efectos secundarios más comunes de Muromonab-CD3 incluyen fiebre, náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, mareos y erupciones cutáneas. También puede aumentar el riesgo de infecciones y otras complicaciones debido a su efecto inmunosupresor. Por lo tanto, se utiliza con precaución y bajo estrecha supervisión médica.

La Enfermedad Injerto contra Huésped (EIH) es un proceso mediado por el sistema inmune en el que células y tejidos trasplantados son percibidos como extraños por el cuerpo receptor. Esto provoca una respuesta inmunitaria que puede dañar o destruir el injerto. La EIH es particularmente común en los trasplantes de órganos sólidos y médula ósea. Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo y gravedad de la EIH, pero generalmente incluyen fiebre, fatiga, erupciones cutáneas, dolor articular y dificultad para respirar. El tratamiento suele implicar medicamentos inmunosupresores para suprimir el sistema inmunitario del huésped y prevenir daños adicionales al injerto.

La interleucina-12 (IL-12) es una citocina heterodimérica formada por dos subunidades, IL-12p35 y IL-12p40. Es producida principalmente por células presentadoras de antígenos como macrófagos y células dendríticas en respuesta a estímulos infecciosos.

La IL-12 desempeña un papel crucial en la regulación de las respuestas inmunitarias celulares, especialmente en la diferenciación y activación de células T helper 1 (Th1). Estimula la producción de IFN-γ por parte de los linfocitos T y las células NK, lo que a su vez promueve la activación de macrófagos y la respuesta inmune contra patógenos intracelulares.

La IL-12 también juega un papel en la inducción de la diferenciación de células B en células plasmáticas que secretan anticuerpos de tipo IgG2a/IgG2c, lo que contribuye a la respuesta inmune humoral. Además, se ha demostrado que la IL-12 tiene propiedades antitumorales y puede inducir la apoptosis en células tumorales.

La disregulación de la producción de IL-12 se ha asociado con diversas enfermedades autoinmunes e inflamatorias, como la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide y la psoriasis. Por lo tanto, el equilibrio adecuado de la producción y señalización de IL-12 es fundamental para mantener una respuesta inmune saludable.

En medicina, las reacciones cruzadas se refieren a una respuesta adversa que ocurre cuando un individuo es expuesto a un antígeno (una sustancia que induce la producción de anticuerpos) al que previamente ha desarrollado una respuesta inmunológica, pero en este caso, el antígeno es diferente aunque estructuralmente similar al antígeno original. La exposición al nuevo antígeno provoca una respuesta inmune debido a las similitudes estructurales, lo que resulta en la activación de los anticuerpos o células T específicas del antígeno original.

Las reacciones cruzadas son comunes en alergias, donde un individuo sensibilizado a un alérgeno (un tipo de antígeno) puede experimentar una reacción alérgica cuando es expuesto a un alérgeno diferente pero relacionado. Por ejemplo, las personas alérgicas al polen de abedul pueden experimentar síntomas alérgicos cuando consumen manzanas, peras o almendras, debido a las proteínas similares presentes en estos alimentos y el polen de abedul.

Las reacciones cruzadas también pueden ocurrir en pruebas de diagnóstico serológicas, donde los anticuerpos desarrollados contra un patógeno específico pueden interactuar con antígenos similares presentes en otros patógenos, resultando en una respuesta falsa positiva. Por lo tanto, es crucial tener en cuenta las reacciones cruzadas al interpretar los resultados de pruebas diagnósticas y evaluar adecuadamente los síntomas del paciente.

Las aberraciones cromosómicas son anomalías estructurales o numéricas en los cromosomas que pueden ocurrir durante la división celular. Estas alteraciones pueden causar problemas genéticos y desarrollo anormal, dependiendo de la gravedad y el tipo de aberración.

Las aberraciones estructurales incluyen:

1. Translocaciones: intercambio de fragmentos entre dos cromosomas no homólogos.
2. Deleciones: pérdida de una parte de un cromosoma.
3. Duplicaciones: presencia adicional de una parte de un cromosoma.
4. Inversiones: rotación de un segmento de un cromosoma en sentido inverso.
5. Insertiones: inserción de un fragmento de un cromosoma en otro cromosoma no homólogo.

Las aberraciones numéricas incluyen:

1. Monosomía: presencia de solo un cromosoma de un par, en lugar de los dos normales (por ejemplo, Síndrome de Turner).
2. Trisomía: presencia de tres cromosomas de un par, en lugar de los dos normales (por ejemplo, Síndrome de Down).
3. Poliploidía: presencia de más de dos juegos completos de cromosomas en una célula (por ejemplo, Triploidia y Tetraploidia).

Estas aberraciones pueden ocurrir espontáneamente durante la división celular o pueden ser heredadas. La mayoría de las aberraciones cromosómicas se asocian con infertilidad, aborto espontáneo y enfermedades genéticas graves.

Los anticuerpos antivirales son inmunoglobulinas, es decir, proteínas producidas por el sistema inmunitario, que se unen específicamente a antígenos virales con el fin de neutralizarlos o marcarlos para su destrucción. Estos anticuerpos se producen en respuesta a una infección viral y pueden encontrarse en la sangre y otros fluidos corporales. Se unen a las proteínas de la cápside o envoltura del virus, impidiendo que infecte células sanas y facilitando su eliminación por parte de otras células inmunes, como los fagocitos. Los anticuerpos antivirales desempeñan un papel crucial en la inmunidad adaptativa y pueden utilizarse también en terapias pasivas para prevenir o tratar infecciones virales.

Los antígenos CD20 son marcadores proteicos encontrados en la superficie de ciertas células B maduras del sistema inmunitario. La proteína CD20 desempeña un papel importante en la activación y proliferación de estas células B.

La importancia clínica de los antígenos CD20 radica en su uso como objetivo para el tratamiento del cáncer de células B, como la leucemia linfocítica crónica y el linfoma no Hodgkin. Los fármacos monoclonales, como rituximab, ofatumumab y obinutuzumab, se unen a los antígenos CD20 en la superficie de las células B y desencadenan una respuesta inmunitaria que conduce a la destrucción de estas células.

Es importante señalar que los antígenos CD20 no se encuentran en todas las células del sistema inmunitario, como los linfocitos T o las células madre hematopoyéticas, lo que limita el impacto de la terapia dirigida a estos marcadores en otras partes del sistema inmunológico.

La inmunidad mucosa se refiere a la primera línea de defensa del sistema inmunitario contra patógenos que entran al cuerpo a través de las membranas mucosas. Las membranas mucosas revisten los conductos respiratorios, digestivos y urogenitales, y están constantemente expuestas a una gran variedad de microorganismos. La inmunidad mucosa se logra gracias a la acción coordinada de varios mecanismos, incluyendo:

1. Barrera física: La mucosidad, producida por células caliciformes, atrapa y elimina los patógenos.
2. Actividad antimicrobiana: Las glándulas de las membranas mucosas secretan sustancias como lisozima, lactoferrina e inmunoglobulinas A (IgA), que tienen actividad antimicrobiana directa.
3. Sistema inmunitario adaptativo: Las células presentadoras de antígenos, como los macrófagos y las células dendríticas, capturan y procesan antígenos en la mucosa, activando a los linfocitos T y B para que respondan específicamente al patógeno invasor.
4. Inmunidad innata: Los neutrófilos y células Natural Killer (NK) también desempeñan un papel importante en la inmunidad mucosa, eliminando los patógenos que han eludido otros mecanismos de defensa.

La inmunidad mucosa es crucial para mantener la homeostasis del huésped y prevenir infecciones recurrentes. La vacunación puede aprovechar este sistema, induciendo respuestas inmunitarias localizadas en las membranas mucosas y proporcionando protección contra enfermedades infecciosas.

El término "Ensayo Cometa" no es exactamente una definición médica reconocida generalmente. Sin embargo, en el contexto biomédico y farmacéutico, un ensayo cometa (también conocido como "ensayo de detección de daño del ADN en células individuales") es un tipo específico de asa de gel utilizada en la electroforesis en campo pulsado (EFCP) para evaluar y cuantificar el daño del ADN.

La técnica cometa implica exponer células a un agente químico o físico que cause daño al ADN, como un agente mutagénico o radiación. Las células se extraen y se incorporan en un gel de agarosa. Luego, se aplica una corriente eléctrica, lo que hace que el ADN migre hacia el polo negativo del campo eléctrico. El ADN dañado migra más rápido y más lejos que el ADN intacto, formando un patrón que se asemeja a una cometa con un núcleo pequeño (la célula) y una cola alargada (el ADN dañado).

La longitud y la intensidad de la cola pueden cuantificarse para determinar el grado de daño del ADN. Este tipo de ensayo se utiliza a menudo en estudios de genotoxicidad, citogenética y carcinogénesis, así como en investigaciones sobre los efectos de los tratamientos contra el cáncer y la exposición a contaminantes ambientales.

Los antígenos CD57 son marcadores proteicos encontrados en la superficie de algunas células inmunes, específicamente los linfocitos T citotóxicos y los linfocitos natural killer (NK). Los linfocitos T citotóxicos y los linfocitos NK son tipos importantes de glóbulos blancos que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria del cuerpo contra las células infectadas por virus y otras células anormales, como las células cancerosas.

La presencia de antígenos CD57 en estas células se utiliza a menudo como un marcador para identificarlas y analizarlas en diversas situaciones clínicas y de investigación. Por ejemplo, los niveles altos de linfocitos T con antígenos CD57 se han asociado con infecciones crónicas por virus como el VIH y la hepatitis C, así como con algunos tipos de cáncer.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la interpretación de los niveles de antígenos CD57 debe hacerse con cautela y en el contexto de otros factores clínicos y de laboratorio, ya que los niveles de estos marcadores pueden verse afectados por varias condiciones médicas y tratamientos. Además, la función y el significado clínico de los linfocitos con antígenos CD57 siguen siendo objeto de investigación activa y discusión en la comunidad científica.

La inmunología del trasplante es una subespecialidad de la medicina que se ocupa del estudio y la manipulación de las respuestas inmunitarias del huésped frente a un órgano, tejido o célula trasplantada. El objetivo principal de la inmunología del trasplante es evitar el rechazo agudo y crónico del injerto mientras se mantiene una respuesta inmune adecuada contra patógenos externos.

El rechazo del injerto ocurre cuando el sistema inmunológico del receptor reconoce al tejido trasplantado como extraño y desencadena una respuesta inmune para atacarlo. Para prevenir esto, se utilizan fármacos inmunosupresores que suprimen la actividad del sistema inmunitario. Sin embargo, este enfoque también aumenta el riesgo de infecciones y cánceres porque disminuye la capacidad del cuerpo para combatir estas amenazas.

La inmunología del trasplante implica comprender los mecanismos moleculares involucrados en la respuesta inmune, desarrollando nuevas estrategias para suprimirla selectivamente sin afectar negativamente la salud general del paciente, y monitoreando de cerca la condición del paciente después del trasplante para detectar signos tempranos de rechazo o efectos secundarios adversos de los fármacos inmunosupresores.

Las cadenas pesadas de inmunoglobulinas son proteínas que forman parte de la estructura de los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas. Existen diferentes tipos de cadenas pesadas, designadas como alfa (α), delta (δ), gamma (γ) y epsilon (ε), y cada tipo se asocia con un tipo específico de inmunoglobulina.

Las cadenas pesadas están compuestas por varios dominios, incluyendo un dominio variable (V) en el extremo N-terminal y uno o más dominios constantes (C) en el extremo C-terminal. El dominio variable es responsable de la especificidad de un anticuerpo para un antígeno particular, mientras que los dominios constantes determinan las funciones efectoras de la inmunoglobulina, como la activación del complemento o la unión a células presentadoras de antígenos.

Las mutaciones en los genes que codifican para las cadenas pesadas pueden dar lugar a la producción de inmunoglobulinas anormales, lo que puede desencadenar diversas patologías, como la gammapatía monoclonal de significado incierto (MGUS) o mieloma múltiple. Además, ciertos trastornos genéticos, como el síndrome de hiper IgM, pueden estar asociados con defectos en la expresión o función de las cadenas pesadas de inmunoglobulinas.

Las interleucinas (IL) son un tipo de citocina, o molécula señalizadora, que desempeñan un papel crucial en la comunicación celular del sistema inmunológico. Se nombran e identifican por números y actualmente hay más de 40 diferentes interleucinas identificadas.

Las interleucinas se producen naturalmente en diversos tipos de células, especialmente las células blancas de la sangre (leucocitos) como los linfocitos T y B, macrófagos y células dendríticas. Participan en la activación, proliferación y diferenciación de varios tipos de células inmunes, así como en la regulación de las respuestas inflamatorias.

Debido a su papel crucial en la modulación de las respuestas inmunitarias y la inflamación, las interleucinas se han involucrado en una amplia gama de procesos fisiológicos y patológicos. Han demostrado ser importantes en la defensa contra infecciones, el desarrollo de enfermedades autoinmunes, la cicatrización de heridas, el crecimiento tumoral y la metástasis, entre otros.

El estudio y manipulación de las interleucinas han proporcionado nuevas perspectivas terapéuticas en diversas áreas clínicas, como el tratamiento del cáncer, las enfermedades inflamatorias y autoinmunes.

Los isótopos de cromo son variedades del elemento químico cromo (Cr) que contienen diferentes números de neutrones en sus núcleos atómicos. El cromo natural consta de cuatro isótopos estables: Cr-50, Cr-52, Cr-53 y Cr-54. Sin embargo, también existen isótopos inestables o radiactivos del cromo, que se producen artificialmente y tienen números de masa que varían desde 43 hasta 67. Estos isótopos radiactivos se descomponen espontáneamente en otros elementos mediante procesos de decaimiento nuclear, como la desintegración beta o alpha.

Es importante mencionar que los isótopos no tienen aplicaciones médicas directas, pero algunos de ellos pueden utilizarse en investigación científica y tecnología, como marcadores isotópicos en estudios bioquímicos y medicinales. Además, la presencia natural o artificial de isótopos radiactivos puede tener implicaciones en salud pública y seguridad, especialmente en relación con la exposición a radiación ionizante y los riesgos asociados con ella.

Los ratones mutantes son animales de laboratorio que han sufrido alguna alteración en su genoma, provocando así una o más modificaciones en sus características y comportamiento. Estas modificaciones pueden ser espontáneas o inducidas intencionalmente por diversos métodos, como la exposición a radiaciones ionizantes, agentes químicos o mediante técnicas de manipulación genética directa, como el empleo de sistemas de recombinación homóloga o CRISPR-Cas9.

Los ratones mutantes se utilizan ampliamente en la investigación biomédica para entender los mecanismos moleculares y celulares implicados en diversas enfermedades, así como para probar nuevas terapias y fármacos. Un ejemplo clásico es el ratón "knockout", en el que se ha inactivado un gen específico para estudiar su función. De esta forma, los científicos pueden analizar los efectos de la pérdida o ganancia de determinadas funciones génicas en un organismo vivo y obtener información relevante sobre los procesos patológicos y fisiológicos en mamíferos.

En genética, un vector es un agente que transporta un fragmento de material genético, como una plásmido, un fago o un virus, a una célula huésped. El término "vectores genéticos" se utiliza a menudo en el contexto de la ingeniería genética, donde se refiere específicamente a los vehículos utilizados para introducir genes de interés en un organismo huésped con fines de investigación o terapéuticos.

En este sentido, un vector genético típico contiene al menos tres componentes: un marcador de selección, un origen de replicación y el gen de interés. El marcador de selección es una secuencia de ADN que confiere resistencia a un antibiótico específico o alguna otra característica distinguible, lo que permite identificar las células que han sido transfectadas con éxito. El origen de replicación es una secuencia de ADN que permite la replicación autónoma del vector dentro de la célula huésped. Por último, el gen de interés es el fragmento de ADN que se desea introducir en el genoma del huésped.

Es importante destacar que los vectores genéticos no solo se utilizan en la ingeniería genética de bacterias y células animales, sino también en plantas. En este último caso, se utilizan vectores basados en plásmidos o virus para transferir genes a las células vegetales, lo que permite la modificación genética de las plantas con fines agrícolas o industriales.

En resumen, un vector genético es un agente que transporta material genético a una célula huésped y se utiliza en la ingeniería genética para introducir genes de interés en organismos con fines de investigación o terapéuticos.

Los receptores CXCR3 son un tipo de receptores acoplados a proteínas G que se encuentran en la superficie celular. Se unen específicamente a ciertas quimiocinas, como la IP-10 (interferón gamma-inducible protein 10), I-TAC (interferon-inducible T-cell alpha chemoattractant) y MIG (monokine induced by interferon gamma).

Estos receptores desempeñan un papel importante en la respuesta inmune y la inflamación. Se expresan predominantemente en células T helper 1 (Th1), células T citotóxicas y células naturales killer (NK). La unión de las quimiocinas a los receptores CXCR3 desencadena una cascada de señalización que resulta en la activación y migración de estas células hacia sitios de inflamación o infección.

La activación de los receptores CXCR3 también se ha relacionado con el desarrollo de diversas enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide, lo que sugiere que pueden ser objetivos terapéuticos prometedores para tratar estas condiciones.

La mononucleosis infecciosa, también conocida como la "enfermedad del beso", es una enfermedad causada por el virus de Epstein-Barr, perteneciente a la familia de herpesvirus. Es una enfermedad contagiosa que se propaga principalmente a través de la saliva y los fluidos corporales, aunque también puede transmitirse a través del contacto cercano, como compartir vasos o cubiertos, o por vía sexual.

La mononucleosis infecciosa se caracteriza clínicamente por una combinación de síntomas, que incluyen fiebre alta, fatiga intensa, dolores de garganta persistentes y generalmente severos (faringitis), ganglios linfáticos inflamados (linfadenopatía) en cuello, axilas e ingle, y erupciones cutáneas. Además, los afectados pueden presentar esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo), hepatoesplenomegalia (aumento simultáneo del tamaño del hígado y el bazo) o hepatitis leve.

El diagnóstico de la mononucleosis infecciosa se realiza mediante una combinación de anamnesis, exploración física y pruebas de laboratorio. El recuento de glóbulos blancos en sangre suele mostrar un aumento en los linfocitos atípicos o reactivos, lo que da lugar al término "mononucleosis". Además, las pruebas serológicas, como la determinación del anticuerpo heterófilo y la detección de anticuerpos específicos contra el virus de Epstein-Barr, pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de la mononucleosis infecciosa es principalmente sintomático, ya que no existe un tratamiento antiviral específico para el virus de Epstein-Barr. Se recomienda descanso y reposo relativo, hidratación adecuada y medicamentos analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE) para aliviar los síntomas. En casos graves o complicados, puede ser necesaria la hospitalización y el tratamiento con corticosteroides o inmunoglobulinas.

La mononucleosis infecciosa es una enfermedad autolimitada, lo que significa que generalmente se resuelve por sí sola en unas pocas semanas o meses. Sin embargo, los síntomas pueden persistir durante varios meses en algunos casos. Las complicaciones graves son raras pero pueden incluir neumonía, pericarditis, miocarditis y encefalitis. La mononucleosis infecciosa también puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el linfoma de Hodgkin, en los años posteriores a la infección.

La prevención de la mononucleosis infecciosa se centra en evitar el contacto con las secreciones nasales y salivares de personas infectadas, especialmente durante los primeros días de la enfermedad. Esto puede incluir evitar compartir vasos, cubiertos, toallas y otros artículos personales con personas infectadas. También se recomienda practicar un buen higiene personal, como lavarse las manos regularmente y evitar tocarse la cara con las manos sucias.

En resumen, la mononucleosis infecciosa es una enfermedad viral causada por el virus de Epstein-Barr que se caracteriza por síntomas como fiebre, fatiga, dolor de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos. Aunque generalmente se resuelve por sí sola en unas pocas semanas o meses, puede causar complicaciones graves en algunos casos. La prevención se centra en evitar el contacto con las secreciones nasales y salivares de personas infectadas y practicar un buen higiene personal.

La microscopía electrónica es una técnica de microscopía que utiliza un haz electrónico en lugar de la luz visible para iluminar el espécimen y obtener imágenes ampliadas. Los electrones tienen longitudes de onda mucho más cortas que los fotones, permitiendo una resolución mucho mayor y, por lo tanto, la visualización de detalles más finos. Existen varios tipos de microscopía electrónica, incluyendo la microscopía electrónica de transmisión (TEM), la microscopía electrónica de barrido (SEM) y la microscopía electrónica de efecto de túnel (STM). Estos instrumentos se utilizan en diversas aplicaciones biomédicas, como la investigación celular y molecular, el análisis de tejidos y la caracterización de materiales biológicos.

Los antígenos CD43, también conocidos como Leu-19, son una clase de marcadores proteicos encontrados en la superficie de células T y células NK (natural killer) en el sistema inmunológico. La proteína CD43 está involucrada en la activación y proliferación de las células T y desempeña un papel importante en la migración y adhesión de las células inmunes.

La proteína CD43 es una glicoproteína transmembrana de alto peso molecular que se expresa en varios tipos de células hematopoyéticas, incluyendo linfocitos T, linfocitos B, monocitos y macrófagos. Sin embargo, la proteína CD43 es particularmente abundante en las células T y células NK, donde desempeña un papel crucial en la regulación de su actividad inmunológica.

La proteína CD43 se utiliza a menudo como un marcador de superficie celular para identificar y caracterizar las células T y células NK en estudios de investigación y diagnóstico clínico. La expresión y la función de la proteína CD43 pueden verse alteradas en diversas afecciones médicas, como enfermedades autoinmunes, cánceres hematológicos y trastornos inmunodeficientarios.

J Peña Martinez: InmunologíaOnlie.com (2003). «Activación linfocitos T». Tratado de Inmunología e Inmunopatología. Archivado ...
Inicialmente para su activación y expansión clonal las células vírgenes necesitan de la IL-2 y la IL-15 proporcionada por las ... Los linfocitos T de memoria son un subtipo de linfocitos T importantes en la respuesta inmunitaria adaptiva. Comparten ... Se produce la activación inicial y expansión clonal. Una vez diferenciadas, las células migran a los tejidos infectados donde ... Además tienen un umbral de respuesta más bajo que los linfocitos T vírgenes (que solo responden ante una gran cantidad de ...
Activación de los linfocitos. Diferenciación de las células específicas que están en reposo a activas. inactivación y ... La inmunidad adquirida derivada de los linfocitos T se denomina inmunidad mediada por células y la derivada de los linfocitos B ... incluyendo los linfocitos B de memoria y los linfocitos T de memoria, que son la clave de la inmunidad específica permanente.[6 ... La primera etapa consiste en la presentación del antígeno a un linfocito T. Este proceso ocurre en la paracorteza del nódulo ...
Activación de la inmunidad celular: macrófagos y linfocitos T efectores. Activación de la respuesta humoral por estimulación de ... las CPA proveen al linfocito estímulos a través de coestimuladores de membrana necesarios para la activación del linfocito T. ... CPA para linfocitos T CD8. Cualquier célula del organismo puede presentar antígeno a los Linfocitos T citotóxicos o CD8+ por ... Activación de linfocitos T vírgenes con expansión clonal y diferenciación en células efectoras, representadas por lo general ...
Los linfocitos Th están involucrados en la activación y dirección de otras células inmunitarias, y son particularmente ... Los linfocitos T CD4+, linfocitos T colaboradores, linfocitos T cooperadores, linfocitos T efectores o linfocitos Th (T helper ... los linfocitos Th progenitores se diferencian en linfocitos Th efectores, linfocitos Th de memoria, y linfocitos Th supresores ... Estas vías ahora activas son conocidas como Señalización 1 de la activación de linfocitos T, ya que es la primera y principal ...
Ramírez Muñoz R. (2017). Papel regulador de Slingshot-1 en la activación de linfocitos T (Tesis). Universidad Complutense de ... El linfocito T al generar la sinapsis inmunológica comienza emitiendo una protrusión alrededor de la célula antigénica, luego ... Los linfocitos del sistema inmunitario son células muy móviles, necesitan desplazarse en superficies en dos dimensiones como el ...
Tras la activación por antígeno, los linfocitos B comienzan a proliferar rápidamente. En estas células en rápida división, los ... La activación de los linfocitos B sigue al encuentro y unión de este con su antígeno, lo que estimula a la célula para que se ... desencadenando la activación del linfocito B.[23]​ El BCR se compone de anticuerpos IgD o IgM unidos a la superficie de ... El isotipo cambia durante el desarrollo y la activación de los linfocitos B. Antes de la maduración de estos últimos, cuando ...
... o linfocitos T supresores) son una subpoblación especializada de linfocitos T que actúa suprimiendo la activación del sistema ... Los linfocitos T reguladores suprimen efectivamente la activación del sistema inmunitario protegiendo así contra la ... En otras propiedades, bloquean la activación de linfocitos T y hacen a las células presentadoras de antígeno menos eficientes. ... Linfocitos Tr1 Son un tipo de linfocitos T cooperadores dependientes de la interleucina IL-10 para su diferenciación, y algunas ...
Este factor es un regulador de la activación de los linfocitos y su proliferación. Se encarga de corregir mutaciones que pueden ... El receptor de linfocitos T (TCR) o de linfocitos B (BCR) activan la cascada de proteínas tirosina quinasas (PTK) y proteínas ... además de la activación de las células T. Se inicia tras la activación del TCR, la cual induce la ubiquitinación de BCL10 ... Fosforilación: Se ha descubierto que en el momento de activarse los linfocitos T se induce la monofosforilación y ...
El mecanismo está mediado por los linfocitos T. Algún ejemplo de enfermedad es la dermatitis de contacto. El tóxico tiene como ... El mecanismo está mediado por IgG, IgM, activación del complemento y lisis celular. Algunos ejemplos de enfermedades son ... Ex vivo: Respuesta mitógena Ensayo en placa Producción de mediadores Recuento de células T y B: en linfocitos aislados. La ... Ensayo en placa: en linfocitos aislados. La variable de valoración es la reducción del número absoluto de células productoras ...
Activación de células T y de mecanismos efectores. Inducción de apoptosis. Inhibición de traducción de señal o de la activación ... Inmunodepresores: como el Rituximab, que produce la eliminación de los linfocitos B. Bloqueantes: actúan sobre linfocitos Treg ... Solamente pueden crecer en el medio de cultivo HAT las células que son producto de la fusión entre un linfocito y una célula de ... Primero se disgrega el bazo del ratón inmunizado, donde se acumulan los linfocitos B que tienen una escasa viabilidad en ...
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La rapamicina inhibe la respuesta a la Interleucina-2 (IL-2), bloqueando de esa forma la activación de los Linfocitos T y B. El ... Los inmunosupresores se dividen en 2 grandes familias: Inhiben la activación o la proliferación de los linfocitos, o bien los ... los linfocitos, impidiendo su activación o proliferación; la mayor parte de los inmunosupresores actúan a este nivel. ... al bloquear la activación de ciertos factores de transcripción (NFκβ y AP-1). - Disminuyen indirectamente la activación de la ...
Los linfocitos T cooperadores pueden promover la activación del linfocito T CD8+ por diversos mecanismos. Los linfocitos T ... La activación de este linfocito provoca la formación y proliferación de células de memoria y células activas. Las células T ... La activación completa de los linfocitos T CD8+ vírgenes y su diferenciación en CTL funcionales y células memoria puede exigir ... La activación de los linfocitos T CD8+ vírgenes requiere el reconocimiento del antígeno y segundas señales, pero la naturaleza ...
La activación de linfocitos T tiene dos consecuencias generales: En el ganglio linfático, la activación de los linfocitos T ... la activación de linfocitos T conduce a la erradicación del microorganismo del foco infeccioso. Para ello, los linfocitos deben ... encargados de la activación de macrófagos, linfocitos B y otras células- y linfocitos CD8 -las cuales eliminan ciertas «células ... Son células que se generan después de la activación de los linfocitos T, por exposición a un antígeno extraño (un patógeno). ...
La función de los receptores CD4 y CD8 en la activación de los linfocitos T; pag. 149. Datos: Q412587 (Genes del cromosoma 12, ... Está implicada también en la maduración tímica y en la transmisión de señales intracelulares durante la activación del HLA II. ...
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La BTK es una molécula especialmente crítica en la regulación de la activación de TLR9 en los linfocitos B del bazo. En la ruta ... pero juega un papel crucial en la maduración de los linfocitos B así como en la activación de los mastocitos a través del ... inicia una ruta de señalización que provoca la activación de los linfocitos B. Después de la unión del antígeno al BCR y la ... Los niños afectados tienen niveles normales de linfocitos pre-B en su médula ósea pero no tienen linfocitos B en circulación. ...
Promueve la activación de la inmunidad celular mediante la activación de los linfocitos T colaboradores tipo 1. Tiene un efecto ... La IL-12 media la potenciación de la actividad citotóxica de las células NK y los linfocitos T citotóxicos CD8 + . También ...
Para una activación total de los linfocitos se necesita además de la presentación del CMH-I la expresión de B7 en la membrana ... Si esto no es suficiente, hay una activación posterior de linfocitos T, teniendo lugar la presentación cruzada.[5]​ Se realiza ... de la célula dendrítica que interaccione con CD28 del linfocito. De forma alternativa también se puede estimular la activación ... la cual producía la aparición de una respuesta citotóxica mediada por linfocitos T CD8+.[2]​ Se denominó cruzado ya que se ...
Tras su activación por antígeno, estos linfocitos B proliferan y comienzan a producir altos niveles de anticuerpos. Si estos ... La conmutación de la clase tiene lugar tras la activación de un linfocito B maduro a través de su anticuerpo unido a membrana ( ... linfocitos B se activan por sus receptores de CD40 y de IL-4 (ambos modulados por los linfocitos T colaboradores), sufren la ... Los linfocitos B vírgenes producen tanto IgM como IgD, que son los dos primeros segmentos de la cadena pesada en el locus de la ...
Actúa inhibiendo la síntesis de purinas de novo (única vía en los linfocitos), por lo que inhibe exclusivamente la ... También conlleva una activación cada vez menor de fibras musculares por impulso sucesivo (fatiga miasténica). Estos mecanismos ... Al no atacar a los linfocitos preexistentes, la mejoría clínica tarda varios meses (hasta 12) en notarse. Su ventaja consiste ... Los anticuerpos son del tipo IgG dependientes de linfocitos T, por lo que el tratamiento inmunosupresor constituye una diana ...
Esa unión, célula B-linfocito cooperador, estimula la expansión clonal y diferenciación de los linfocitos B, los cuales: ... y la activación del complejo de ataque a la membrana. En la vía alternativa de activación del complemento, el componente C3 se ... la célula B no se activa hasta ser estimulada por una línea de linfocitos T llamados linfocitos T cooperadores. ... Cuando un linfocito T citotóxico reconoce C5a, provocará la lisis de la célula si lleva unido C3a. El hecho de requerir los dos ...
Activación de los linfocitos T Los linfocitos T se activan completamente bajo dos condiciones: Los linfocitos T deben reconocer ... Rechazo celular: linfocitos T CD4+ y CD8+, células NK Rechazo humoral - B-linfocitos Citocinas El tipo de rechazo humoral ( ... Si el linfocito T no recibe una señal coestimuladora, su activación falla y se vuelve anérgica.[19]​ La respuesta aloinmune ... también hay receptores de este tipo en los linfocitos T que causan la inhibición de la activación de las células T (por ejemplo ...
El nivel de actividad de AID en linfocitos B está estrechamente regulada a través de la modulación de la expresión AID. AID ... La Deaminasa de Citosina Inducida por Activación (también llamada AID o AICDA acrónimo del inglés "Activation Induced Cytosine ... Durante desarrollo de linfocitos B en el centro germinal, AID genera otros tipos de mutaciones, como C:G a A:T. El mecanismo ...
En linfocitos, esta vía no necesita ninguna señal activa secundaria a la activación de los receptores de muerte celular. La vía ... Esta vía de la apoptosis se llama muerte celular inducida por activación dado que se ve inducida por la activación receptor/ ... La activación de estas enzimas puede inducirse por dos vías distintas, una asociada a cambios en la permeabilidad mitocondrial ... La vía Fas/FasL no es exclusiva de la muerte celular inducida por activación. En alguna células no linfocícitas como los ...
... los linfocitos T pueden reconocer estos recortes y sufrir una transformación celular que resulta en su propia activación.[25]​ ... aumentar la activación de las células T y generar una mayor abundancia de linfocitos B utilizando adyuvantes convencionales ( ... aunque la activación de los TLR puede provocar un aumento de las respuestas de los anticuerpos, la activación de los TLR no es ... Tras la activación, los mastocitos liberan heparina e histamina para aumentar efectivamente el tráfico y sellar el sitio de ...
La activación de las células B ocurre en los órganos linfoides secundarios (SLO), como el bazo y los ganglios linfáticos.[1]​ ... Las células B, también conocidas como linfocitos B, son un tipo de glóbulo blanco del subtipo de linfocitos.[1]​ Funcionan en ... De los tres subconjuntos de células B, las células FO B se someten preferentemente a la activación dependiente de las células T ... Las células B, a diferencia de las otras dos clases de linfocitos, las células T y las células asesinas naturales, expresan ...
... que involucra mecanismos de activación de linfocitos Th1.[6]​ Las otras formas de conjuntivitis se clasifican como ... Cuando estas reacciones son mediadas por mecanismos inmunológicos, principalmente por linfocitos Th1, se denomina dermatitis ... mediada por IgE o por linfocitos, respectivamente). Los mecanismos inmunitarios de la alergia a medicamentos son en ocasiones ...
... y puede servir para controlar la activación y supresión de linfocitos. La IgD no se encuentra de manera soluble en el plasma. ... Se conoce por ser el mayor componente de la superficie de muchos linfocitos B en etapas de maduración. Su presencia sobre las ... Está presente en la superficie de la mayor parte de linfocitos B circulantes, indicando que las células B vírgenes están listas ...
Reconocimiento y activación del linfocito T. Autores/as. * Mauricio Rojas Universidad de Antioquia. ...
J Peña Martinez: InmunologíaOnlie.com (2003). «Activación linfocitos T». Tratado de Inmunología e Inmunopatología. Archivado ...
... inhibidores de la activación de linfocitos T (anti-CTLA4: abatacept); inhibidores de la interleuquina-1 (anakinra) e ...
FIGURA 1. Mecanismo de activación del linfocito T por un antígeno convencional y un superantígeno. Tabla 1. Superantígenos ... y son así presentados1 al linfocito T CD4. El receptor del linfocito T tiene una cadena a y una ß, cada una de ellas tiene los ... Hoy en día sabemos que los determinantes de estimulación de los linfocitos y el virus del tumor mamario del ratón son idénticos ... con la consiguiente activación de LT Vß específicos y producción desmedida de citoquinas inflamatorias. Síndrome de shock ...
APX005M provoca la activación de linfocitos B, monocitos y células dendríticas, y estimula la liberación de citocinas de los ... linfocitos y monocitos. APX005M media un efecto citotóxico directo en las células tumorales positivas para CD40. ...
La activación de los linfocitos B es uno de los mecanismos que participan en la fisiopatogenia de la esclerosis múltiple.. ...
"Para que la célula dendrítica pueda presentar antígenos a los linfocitos T, tiene que haber sido infectada también por el ... "Además, hemos podido comprobar la utilidad de compuestos químicos que bloquean la activación de SHP-1, como NSC-87877. Uno de ... es decir que nuestros linfocitos ataquen un tejido corporal sano. Por lo tanto, el parásito enmascararía su presencia activando ... pueden inducir una respuesta de linfocitos citotóxicos y proteger a los ratones frente a la infección", destaca Iborra. ...
"La causa de la activación de estas células es desconocida en la mayoría de los casos (espontánea)", indica la alergóloga. ... linfocitos T y B…). ... de mediadores inflamatorios por parte de la activación y ...
... véase figura Modelo de dos señales para la activación de linfocitos T Modelo de dos señales para la activación de linfocitos T ... Estas células expresan receptores de activación y e inhibición. Los receptores de activación en los linfocitos NK pueden ... Modelo de dos señales para la activación de linfocitos T. Las cadenas alfa (α) y beta (β) del receptor de las células T (TCR) ... Linfocitos Th1: en general, los Th1 estimulan la inmunidad mediada por célula a través de los linfocitos T citotóxicos y los ...
Allí tiene lugar el reconocimiento de los mismos por parte de los linfocitos T colaboradores. Seguidamente, los T generan ... linfoquinas para la activación de los B. Por esta razón, los macrófagos se consideran células presentadoras de antígenos ... Entre los glóbulos blancos encontramos macrófagos, basófilos, monocitos, neutrófilos, linfocitos y otras células. ...
Para prevernirlo se need un dx precoz con detemrinación de: Activación ss procoagulante, activación ss fibrinolítico. ... En linfocitos: reduce la captacion de glucosa, aumenta la lib de Aa e inhibie fosfolipasa A, reduciendo asi la sts de PG y Lt ... En las Reacciones anafilácticas, son atribuidas a la lib de mediadores por activacion de mecanismos inmunes, participa la IgE y ... Su sts y liberación es estimulada por productos derivados de la activación del complemento, IL1, IL2 e IFN y es inhibida por ...
... que recluta moléculas dentro del linfocito T que son responsables de la activación de dicho linfocito. Los linfocitos T ... del linfocito T colaborador deben quedar unidos a un MHC-antígeno para activar el linfocito, mientras que los linfocitos T ... La activación de un linfocito T colaborador en reposo hace que libere citoquinas que influyen en la actividad de muchos tipos ... Además, la activación de los linfocitos T colaboradores provoca un aumento de las moléculas que se expresan en la superficie ...
y la activación de linfocitos específicos del parásito. Objetivo: determinar los cambios fenotípicos ..." ... de los linfocitos es importante contar con técnicas que permitan evaluar la expresión y función de las moléculas ..." ... Caracterización de los linfocitos NKT invariantes en sangre periférica de pacientes con inmunodeficiencia común variable Lucía ... Transducción de señales generadas a partir del receptor antigénico de los linfocitos T Adriano Martínez Villarreal, Carlos ...
MVA-CoV-2-S genera una respuesta inmunitaria robusta con producción de anticuerpos neutralizantes y activación de linfocitos T ...
Y para finalizar, los investigadores midieron la proliferación y activación de linfocitos en los ganglios cercanos al tumor y ... O sea, que la Gal-1 les mataba los linfocitos T que producían la inflamación. Ese trabajo lo publicamos en el Journal of ... En la artritis, haría falta más Gal-1 para combatir el exceso de linfocitos que atacan los propios tejidos. Pero, como ... "Normalmente, cuando un microbio o un virus ingresa en el organismo, se produce el fenómeno de activación detalla el científico ...
Son profármacos que sufren una activación catalizada por la deoxicitidina quinasa a la forma trifosfato. Se distingue de otros ... agentes quimioterápicos que afectan al metabolismo de las purinas en que es citotóxico tanto para los linfocitos en división y ...
Los linfocitos T CD4 o helpers ( o Th denominados de esa manera por su colaboración en la activación de linfocitos B para ... Los linfocitos tipo T se diferencian según los CD expresados. Así tenemos por un lado los linfocitos T citotóxicos o CD8 que ... Los linfocitos T CD8 se encargan de la destrucción de las células infectadas o tumorales por mecanismos de citotoxicidad ... Según que citoquinas participen la respuesta inmune derivará hacia la inmunidad celular (en el caso de los linfocitos Th1) o ...
Inhibe la activación de las células T y la proliferación de los linfocitos B dependiente de las células T auxiliares, así como ... Su mecanismo de acción se basa en la inhibición de la activación de los linfocitos-T al unirse a la proteína intracelular ... El síndrome de activación de macrófagos (SAM) es un trastorno grave y potencialmente mortal que puede desarrollarse en ... Inhibe la síntesis de ADN por disminución de las reservas de nucleótidos en los linfocitos T y B. La eficacia terapéutica se ...
Activación y mecanismos efectores de las células natural killer. La activación de estas células está regulada por un balance ... linfocitos B; LT: linfocitos T; LTNP: progresores lentos. ... Sin embargo, la activación de las células NK también puede ... De otro lado, la activación de las células NK productoras de citocinas resulta en la secreción de IFN-γ, TNF-α, IL-17, IL-12, ... Sin embargo, aún no es claro el mecanismo de activación de las células NK estimuladas con péptidos del VIH-1, por lo que este ...
Los linfocitos T, las células NK y las células del sistema fagocítico mononuclear son componentes del sistema inmune ... Su grado de activación y proliferación determina la capacidad de respuesta inmunitaria frente a dichos antígenos infecciosos. ... Estudio de citoquinas producidas por linfocitos y monocitos. Las citoquinas son proteínas solubles que tienen un papel ... Prueba inmunológica que permite evaluar la capacidad de proliferación celular de linfocitos frente a mitógenos. ...
Objetivo: Las moléculas B7 son una familia de proteínas que coestimulan al linfocito T durante la activación inmunitaria, ...
Infiltración de linfocitos (TIL):. Tumores con predominio de linfocitos, definidos como más del 60% de infiltración estromal o ... La unión de PDL-1 a PD1 impide la activación de células T y, por ende su acción citotóxica sobre células neoplásicas (Figura 3 ... Tanto PDL-1, presente principalmente en células neoplásicas, como PD1 en linfocitos T, ayudan a mantener el equilibrio y ... Anticuerpos anti PD1 y PDL1 permiten acción antitumoral de linfocitos T CD8+ mediante la liberación de gránulos citotóxico. ...
Las células Th1 estimulan la actividad fagocítica y promueven la activación de los linfocitos T citotóxicos (LTc, también ...
La linagliptina no fue mutagénica o clastogénica con o sin activación metabólica en el ensayo de Ames de mutagenicidad ... bacteriana, la rueba de aberraciones cromosómicas en linfocitos humanos, y un ensayo in vivo de micronúcleos en el ratón. ...
Los antipalúdicos reducen la carga antigénica en el lisosoma e inhiben la activación del interferón por los ácidos nucleicos. ... Es un anticuerpo monoclonal completamente humano, recombinante (mAb) que bloquea la unión del estimulador de linfocitos B ... la activación del complemento, el depósito de inmunocomplejos y, en última instancia, la inflamación y el daño tisular. ... realiza una prueba de 2 niveles que emplea productos de activación del complemento unidos a células (CB-CAPs) como ...
Tenofovir alafenamida es permeable en las células y, debido a su mayor estabilidad plasmática y activación intracelular ... incluyendo linfocitos y otras células diana del VIH) y los macrófagos. Tenofovir intracelular se fosforila a continuación al ...
Estas células elaboran quimioquinas que producen una fuerte activación de células T, especialmente linfocitos CD8+, y ... importancia a los linfocitos T citotóxicos y macrófagos hallados en el intersticio como sintetizadores de citoquinas.19 Nuestra ... activación de ambas vías del complemento y reclutamiento de células inflamatorias, con liberación de citoquinas que causarían ... del filtrado glomerular por activación del reflejo glomerulotubular y por obstrucción tubular debido a restos celulares.18. ...
... no confunda con TRANSFORMACIÓN DEL BLASTO que es UP de ACTIVACIÓN DE LINFOCITOS; transformación del blasto en leucemia ... mielógena crónica es indizada aquí e no en ACTIVACIÓN DE LINFOCITOS. Calificadores permitidos:. BL sangre. CF líquido ...
Concise Medical Knowledge Los linfocitos B, también conocidos como células B, son componentes importantes del sistema ... Cómo es la activación de los linfocitos T?. Resumen La activación de los linfocitos T se inicia a través de la presentación de ... Linfocitos B: Tipos y Funciones , Concise Medical Knowledge. ¿Dónde se da la activacion de linfocitos B?. Los linfocitos B se ... Qué es activación de linfocitos?. Resumen La activación de los linfocitos T se inicia a través de la presentación de antígenos ...
... el TCR y BCR transmiten señales de activación que hacen que los linfocitos proliferen, se diferencien a linfocitos activados y ... TCR para los linfocitos T, BCR para los linfocitos B). Cuando los linfocitos T y B se encuentran con antígenos, ... Las señales producidas por TCR y BCR son por lo tanto fundamentales para la activación de los linfocitos, pero además TCR y BCR ... En linfocitos normales la actividad de TC21 está estrechamente controlada. Sin embargo, en este artículo también se describe ...
  • Los linfocitos T de memoria son un subtipo de linfocitos T importantes en la respuesta inmunitaria adaptiva. (wikipedia.org)
  • Esta enzima se activa cuando Leishmania secreta una molécula que es capaz de interaccionar con un receptor llamado Mincle en células dendríticas encargadas de presentar antígenos y ayudar a que los linfocitos T desencadenen una respuesta inmunitaria. (ucm.es)
  • Aunque algunos antígenos (Ag) pueden estimular la respuesta inmunitaria directamente, las respuestas inmunitarias adquiridas dependientes del linfocito T necesitan células presentadoras de antígeno (CPA, o por su sigla en inglés, APC) para presentar péptidos derivados del Ag dentro de moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH). (msdmanuals.com)
  • Las moléculas B7 son una familia de proteínas que coestimulan al linfocito T durante la activación inmunitaria, normalmente las células epiteliales corneales (CEC) no expresan estas moléculas en superficie. (isciii.es)
  • La activación independiente de los linfocitos T genera una respuesta inmunitaria de corta duración (a través de las células plasmáticas), y esto se observa con antígenos como los lipopolisacáridos bacterianos. (iesrusadir.es)
  • Después del cambio de clase, los linfocitos B se convierten en células plasmáticas (que producen anticuerpos) o linfocitos B de memoria (que establecen una respuesta inmunitaria secundaria robusta). (iesrusadir.es)
  • Hemos observado que el candidato vacunal MVA-CoV-2-S genera una respuesta inmunitaria robusta con producción de anticuerpos neutralizantes y activación de linfocitos T en ratones", valoraba el propio Esteban en enero. (elespanol.com)
  • En un trabajo previo el Dr. Sancho encontró un receptor llamado DNGR-1 (CLEC9A) en células dendríticas (DC) que detecta necrosis y promueve una respuesta inmune mediada por linfocitos T CD8+ citotóxicos. (cnic.es)
  • Esta superioridad funcional es debida en gran parte a cambios en el patrón de expresión inducidos por cambios epigenéticos (metilación de DNA, modificaciones de histonas o reorganización de la estructura de la cromatina) en algunas moléculas importantes en la respuesta inmune como la perforina. (wikipedia.org)
  • La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria, crónica y sistémica, dada por una alteración en el funcionamiento del sistema inmune. (sld.cu)
  • La PNIE es una compleja red integradora que exige una estrecha vinculación entre los sistemas de control psíquicos y nerviosos con el sistema inmune, donde intervienen las interleuquinas (IL), los neurotransmisores, las hormonas, los péptidos y otros factores en forma multidireccional. (intramed.net)
  • Es decir que el sistema nervioso es capaz de producir cambios inmunológicos, y el sistema inmune puede originar modificaciones nerviosas. (intramed.net)
  • La respuesta inmune específica requiere del reconocimiento del antígeno por el linfocito T. Para esto, una célula presentadora de antígenos, perteneciente al sistema macrofágico, procesa intracelularmente al mismo y lo expresa en su superficie junto a moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC), lo que permite el reconocimiento específico por parte de los linfocitos. (intramed.net)
  • El nuevo papel encontrado para DNGR-1 indica un nuevo nivel de control de la respuesta inmune adaptativa, la presentación antigénica, que es dependiente de las señales derivadas del huésped. (cnic.es)
  • Los linfocitos T reguladores tienen como misión controlar la actividad del resto de linfocitos y del sistema inmune, evitando una activación excesiva que podría conducir, por ejemplo, al desarrollo de enfermedades autoinmunes. (sevillaactualidad.com)
  • El desarrollo de esta complicación, de hecho, se ha relacionado en numerosos estudios con un número insuficiente o una función inadecuada de los linfocitos T reguladores después del trasplante, de manera que su infusión permite "equilibrar" nuevamente la respuesta inmune. (sevillaactualidad.com)
  • Utilizando anticuerpos monoclonales y antígenos microbianos, los científicos "activaron" linfocitos y pudieron comprobar que, cuando agregaban G-1 a esa preparación, en 24 a 48 horas destruían los linfocitos activados. (axxon.com.ar)
  • Estos clusters se definen como grupos de cúmulos de anticuerpos monoclonales que pueden ser marcadores de maduración o de activación celular, indicando así el momento evolutivo de la célula. (intramed.net)
  • El penfigoide ampolloso (PA) es una enfermedad ampollosa autoinmune causada por anticuerpos dirigidos contra componentes de la membrana basal. (actasdermo.org)
  • En las zonas de infección, los linfocitos T activados secretan citocinas (p. ej. (msdmanuals.com)
  • Enseguida se nos ocurrió que había que aplicarlo en alguna enfermedad donde hubiera muchos linfocitos activados. (axxon.com.ar)
  • Los linfocitos B activados luego proliferan en los centros germinales, pero no todas se convierten en linfocitos B efectores. (iesrusadir.es)
  • Los linfocitos reconocen la existencia de antígenos a través de sus receptores de membrana (TCR para los linfocitos T, BCR para los linfocitos B). Cuando los linfocitos T y B se encuentran con antígenos, el TCR y BCR transmiten señales de activación que hacen que los linfocitos proliferen, se diferencien a linfocitos activados y produzcan una activación del sistema inmunitario que llevará a la destrucción de los microorganismos portadores de antígenos. (dicyt.com)
  • Reconocimiento y activación del linfocito T. (udea.edu.co)
  • El reconocimiento de un antígeno convencional por parte de los LT es entonces muy específico porque debe existir el procesamiento intracelular del antígeno, el reconocimiento de un fragmento antigénico por determinadas moléculas clase II del sistema mayor de histocompatibilidad, y especialmente por la unión de la asociación péptido molécula HLA clase II con determinados LT CD4. (scielo.cl)
  • Allí tiene lugar el reconocimiento de los mismos por parte de los linfocitos T colaboradores . (definicion.de)
  • Los linfocitos son los responsables del reconocimiento de microorganismos patógenos, ya sean bacterias, parásitos ó virus a través de unas sustancias que llevan los microorganismos que se denominan antígenos. (dicyt.com)
  • El hospital sevillano ha realizado la primera infusión de linfocitos T reguladores de España para tratar la enfermedad injerto contra receptor que aparece tras un trasplante de médula. (sevillaactualidad.com)
  • La Unidad de Gestión Clínica de Hematología del Hospital Universitario Virgen del Rocío ha realizado con éxito la primera infusión de linfocitos T reguladores que se practica en España para el tratamiento de la enfermedad injerto contra receptor. (sevillaactualidad.com)
  • El procedimiento permite seleccionar específicamente una población de linfocitos, llamados linfocitos T reguladores, capaces de controlar esta complicación postrasplante. (sevillaactualidad.com)
  • Igualmente, tras un trasplante, los linfocitos T reguladores permiten controlar la actividad del sistema inmunológico evitando así la activación del resto de poblaciones linfocitarias que pueden generar daños en órganos sanos del paciente ocasionando la enfermedad injerto contra receptor. (sevillaactualidad.com)
  • Disminución de los linfocitos T reguladores. (openprepspace.com)
  • Esto se explica al saber que la inmunidad es quien informa mediante los diferentes mecanismos efectores (desde la periferia hacia las estructuras superiores) sobre los fenómenos antigénicos (aquellos no reconocidos como propios) ya sean de carácter internos y/o externos. (intramed.net)
  • El receptor del linfocito T tiene una cadena a y una ß, cada una de ellas tiene los llamados segmentos variables (V) y de unión (J), y la cadena ß, tiene además un segmento de diversidad (D). El complejo péptido antigénico-HLA II se une al receptor del LT en una zona específica 2 que tiene parte de cadena a y ß. (scielo.cl)
  • La molécula de Ig de superficie celular (una parte del receptor de linfocito B) debe expresarse. (iesrusadir.es)
  • El receptor de linfocitos B consiste en la molécula de Ig y la molécula de señalización:La Ig contiene 2 cadenas pesadas idénticas y 2 cadenas ligeras idénticas unidas por un puente disulfuro. (iesrusadir.es)
  • En los estadios iniciales que ocurren en la médula ósea, el objetivo es construir el receptor (que no requiere antígeno). (iesrusadir.es)
  • DNGR-1 (CLEC9A) es un receptor expresado selectivamente en células dendríticas (DC) que detecta necrosis. (cnic.es)
  • La médula ósea , el bazo y el timo son considerados órganos principales del sistema inmunitario, debido a que en ellos se producen las células que actúan en defensa del organismo, combatiendo de forma específica un agente patógeno por medio de una respuesta inmunológica dirigida, a través de la producción y activación de las proteínas que son capaces de sintetizar los linfocitos B y los T. (definicionabc.com)
  • Durante la reacción inflamatoria hiperinmune, la activación del complemento da lugar a formación de C3a y C5a, capaces de reclutar linfocitos, macrófagos, monocitos y neutrófilos, responsables a su vez de la liberación local masiva de citocinas proinflamatorias IL-1, IL-6, IL-8 e interferón-γ. (seth.es)
  • La activación de los linfocitos B es uno de los mecanismos que participan en la fisiopatogenia de la esclerosis múltiple. (siicsalud.com)
  • A través de la hipermutación somática, los linfocitos B se someten a mecanismos adicionales para aumentar la afinidad del anticuerpo por el antígeno. (iesrusadir.es)
  • Producen una polarización de los linfocitos T hacia TH2, probablemente por suprimir la producción de IFg, Mecanismos moleculares de acción de los corticoides. (openprepspace.com)
  • A nivel celular, este proceso es impulsado por interacciones entre los sistemas inmunitarios adaptativo e innatos que conducen a la regulación positiva de las citocinas, la activación del complemento, el depósito de inmunocomplejos y, en última instancia, la inflamación y el daño tisular. (intramed.net)
  • 4]​ Uno de los factores que contribuyen a su prolongada supervivencia es la expresión de grandes cantidades de proteínas antiapoptóticas como Bcl-2 y Bcl-XL que bloquean la muerte celular que tienen programada. (wikipedia.org)
  • El mecanismo de acción: inhiben la migración y activación de las células de la inflamación, disminuyen la producción y secre - ción de citoquinas, leucotrienos y prostaglandinas, estabilizan la membrana celular y potencian la respuesta de los receptores beta2 agonistas del músculo liso. (openprepspace.com)
  • Los niveles plasmáticos del atenuador de linfocitos B y T, los cúmulos de diferenciación CD137 y CD80, la proteína relacionada con factor de necrosis tumoral inducida por glucocorticoesteroide (GITR), el gen 3 de activación de linfocitos y el ligando 1 de muerte celular programada se asociaron con un aumento del índice de esteatosis hepática a largo plazo después del tratamiento exitoso contra el virus de la hepatitis C. (medscape.com)
  • Se observó una asociación directa entre niveles plasmáticos del atenuador de linfocitos B y T, CD137, CD80, GITR, gen 3 de activación de linfocitos y ligando 1 de muerte celular programada con el incremento del índice de esteatosis hepática. (medscape.com)
  • Pueden distinguirse de otras poblaciones de linfocitos T mediante los marcadores de membrana CD44 o CD45 y su actividad citotóxica en ensayos in vitro. (wikipedia.org)
  • la artritis reumatoide es la poliartritis inflamatoria más frecuente en el adulto y generalmente lleva a discapacidad funcional, lo cual impacta de manera dramática en la vida diaria de los individuos que la padecen. (sld.cu)
  • En la artritis se registra una cascada inflamatoria iniciada por un linfocito T activado que migra hacia la sinovia. (axxon.com.ar)
  • Entre los glóbulos blancos encontramos macrófagos , basófilos , monocitos , neutrófilos , linfocitos y otras células. (definicion.de)
  • Se distingue de otros agentes quimioterápicos que afectan al metabolismo de las purinas en que es citotóxico tanto para los linfocitos en división y quiescentes, como para los monocitos, y en que inhibe tanto la síntesis como la regeneración del ADN. (aeped.es)
  • La IL-6 es una citocina producida por diversos tipos celulares, como células T y B, monocitos y fibroblastos, que participa en numerosos procesos fisiológicos relacionados con la activación del sistema inmunológico y está implicada en la patogenia de enfermedades inflamatorias, osteoporosis y neoplasias. (aeped.es)
  • La cladribina es un antineoplásico y un potente inmunosupresor que puede provocar reacciones adversas tóxicas de importancia considerable, tales como una mielosupresión e inmunosupresión prolongada, con el riesgo de infecciones oportunistas y de desarrollo de segundas neoplasias. (aeped.es)
  • La Clínica Universidad de Navarra es pionera en el desarrollo de estrategias de Inmunoterapia para el tratamiento del cáncer y en los últimos años se trabaja también en estrategias para el tratamiento de enfermedades autoinmunes . (cun.es)
  • El Dr. José Luis Aguilar Olano merece ser reconocido por su tesón, dinamismo, y capacidad emprendedora al embarcarse al desarrollo de esta obra, que para aquellos que conocen, no es nada fácil de realizar. (soymedicina.com)
  • Tenofovir alafenamida es permeable en las células y, debido a su mayor estabilidad plasmática y activación intracelular mediante hidrólisis por la catepsina A, tenofovir alafenamida es más eficaz que tenofovir disoproxilo en cuanto a la carga de tenofovir en las células mononucleares de sangre periférica (PBMC, peripheral blood mononuclear cells) (incluyendo linfocitos y otras células diana del VIH) y los macrófagos. (vademecum.es)
  • Ante esta situación, su hermana, donante de los progenitores hematopoyéticos, se ha sometido a una nueva donación, en este caso de linfocitos de la sangre. (sevillaactualidad.com)
  • La especificidad es determinada por la presencia de receptores tanto en las células inmunes, como en todos los tejidos que tomen contacto con ellas Entre sus principales participantes se destacan los linfocitos T y B. (intramed.net)
  • Solo aquellos con receptores de linfocito B de alta afinidad avanzan posteriormente hacia la diferenciación terminal. (iesrusadir.es)
  • La excesiva activación de AP-1 es otro mecanismo de resistencia. (openprepspace.com)
  • 1]​ Inicialmente los linfocitos T vírgenes procedentes de los órganos linfoides primarios (médula ósea y timo) migran a los órganos linfáticos secundarios (ganglios linfáticos) donde se encuentran con los antígenos presentados por las células presentadoras. (wikipedia.org)
  • Uno de estos conceptos, es el mecanismo a través del cual los antígenos exógenos son presentados a los LT ( Figura 1 ). (scielo.cl)
  • Algunos fragmentos antigénicos se fijan en un surco de la cadena pesada de las moléculas de clase II, y son así presentados 1 al linfocito T CD4. (scielo.cl)
  • La fosa posterior es la región debajo de la tienda del cerebelo, que separa la corteza cerebral del cerebelo y, delimita la región que contiene el tronco encefálico, el cerebelo y el cuarto ventrículo. (cancer.gov)
  • Dolor, hipovolemia, acidosis y hipoxia estimulan el SNC, la información es procesada por elhipotálamo que aumenta la actividad del sistema simpático-adrenal, con liberación de ACTH y GH por la hipófisis anterior y de AVP por la hipófisis posterior. (rincondelvago.com)
  • Las células migran a los órganos linfoides secundarios para su activación y posterior maduración. (iesrusadir.es)
  • En la artritis, haría falta más Gal-1 para combatir el exceso de linfocitos que atacan los propios tejidos. (axxon.com.ar)
  • De estos estudios se deduce que un exceso de TC21 podría extender la supervivencia de linfocitos T y B en situaciones en las que estas células deberían morir, y dicho exceso puede ser uno de los factores clave en el proceso de su transformación en células cancerosas, según la información del Centro del Cáncer recogida por DiCYT. (dicyt.com)
  • Las células dendríticas de la piel actúan como CPA centinelas que captan el antígeno y después viajan hasta los gánglios linfáticos locales donde pueden activar a los linfocitos T. Las células dendríticas foliculares son una línea diferente, no expresan moléculas de MHC clase II y por lo tanto no presentan antígenos a los linfocitos Th. (msdmanuals.com)
  • Este proceso de inmunidad adquirida es la base de la vacunación. (wikibooks.org)
  • Sin embargo, los estudios en individuos que presentan resistencia natural al VIH-1 han mostrado que estas células intervienen en el control de la replicación viral, con efectos antivirales directos y con la activación de células dendríticas, otro componente de la inmunidad innata. (elsevier.es)
  • La vacunación es la administración de material antigénico de patógenos para conferir inmunidad contra un microorganismo específico. (jove.com)
  • Entender como se inicia la inmunidad es una cuestión básica en inmunología con gran relevancia para la obtención de mejores vacunas o para la prevención de la inflamación crónica y la autoinmunidad. (cnic.es)
  • Con todo respeto, es mi opinión que de igual forma en que la población es instruida sobre novedosos proyectos de fármacos en investigación y sus efectos sobre inmunidad y citoquinas, debe también conocer las bondades terapeúticas reales de la medicina intensiva y el límite de actuación que evite cruzar hacia la distanasia. (blogspot.com)
  • Así en personas mayores de 50 años la mitad o más de los linfocitos T circulantes pueden ser células memoria. (wikipedia.org)
  • Una de las capacidades de los macrófagos es la quimiotaxis , o sea que pueden ser atraídos y llevados hacia una ubicación en particular donde haya una concentración de determinadas sustancias químicas. (definicion.de)
  • Sus signos y síntomas pueden ser sutiles o marcados, afectar a un solo sistema de órganos o a varios y cambian con el tiempo, por lo que es una enfermedad difícil de diagnosticar. (intramed.net)
  • Uno de los resultados del estudio consiste en demostrar que la vacunación con células dendríticas tratadas con este inhibidor y a las que se le añaden lisados del parásito, pueden inducir una respuesta de linfocitos citotóxicos y proteger a los ratones frente a la infección", destaca Iborra. (ucm.es)
  • Es más, en experimentos en ratones y con tejidos humanos se pudo comprobar que cuanta más Gal-1 posea un tumor, mayor es su crecimiento, y viceversa. (axxon.com.ar)
  • Los investigadores han trabajado con ratones modificados genéticamente para que desarrollen una deficiencia en TC21, de manera que han comprobado que en este modelo animal se produce una drástica disminución del número de linfocitos. (dicyt.com)
  • Entre las enfermedades autoinmunes la más frecuente es la enfermedad tiroidea. (elperiodico.com)
  • Pero no solamente los síntomas, también es importante conocer si hay algún factor que haga empeorar estas molestias, "como determinados alimentos, medicaciones, enfermedades autoinmunes o infecciones crónicas, entre otras", indica la doctora. (elperiodico.com)
  • El sistema inmunitario es aquel conjunto de estructuras y procesos biológicos en el interior de un organismo que le protege contra enfermedades identificando y matando células patógenas y cancerosas. (wikibooks.org)
  • Son biomarcadores sensibles para la evaluación ante la sospecha de enfermedades reumáticas asociadas a ANA, entre las que el LES es más común, y la detección de ANA suele ser un requisito para participar en ensayos clínicos. (intramed.net)
  • Es un gran placer presentar la segunda edición de este libro, que nos ilustra los avances ocurridos desde la publicación original de esta obra dedicada a presentar los conceptos básicos y clínicos de una gran variedad de enfermedades autoinmunes. (soymedicina.com)
  • La primera sección se ocupa de describir y discutir de una manera clara, sucinta, y ordenada los conceptos básicos inmunológicos, la cual es seguida por una serie de capítulos relacionados con las enfermedades autoinmunes de mayor relevancia. (soymedicina.com)
  • Además de ayudar a controlar procesos fisiológicos de la célula, como el crecimiento o la proliferación, la recién descubierta función de SHP-1 presentada en Cell Reports , es la de limitar la capacidad de las células dendríticas para la presentación cruzada de antígenos y evitar así, trastornos autoinmunitarios, es decir que nuestros linfocitos ataquen un tejido corporal sano. (ucm.es)
  • En total , el proceso de fabricación de estos fármacos es de cuatro a seis semanas , un tiempo de procesos milimétricos que acaban mejorando la vida de pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES). (psiquiatria.com)
  • 5]​ Además, contrariamente a los linfocitos T vírgenes que están localizados prácticamente de forma exclusiva en los tejidos linfoides, pueden encontrarse en tejidos no linfoides (mucosas principalmente) para poder atacar al patógeno con mayor rapidez. (wikipedia.org)
  • Cuando se libera a los órganos linfoides secundarios, un antígeno (con o sin ayuda de linfocitos T) activará los linfocitos B para continuar el proceso de maduración. (iesrusadir.es)
  • En la médula ósea, las células madre hematopoyéticas pasan por una serie de pasos para convertirse en linfocitos B maduros vírgenes. (iesrusadir.es)
  • Luego, los linfocitos B pasan por un cambio de clase (de IgM a otra clase de Ig) bajo la influencia de las citoquinas. (iesrusadir.es)
  • Normalmente, cuando un microbio o un virus ingresa en el organismo, se produce el fenómeno de activación detalla el científico : los linfocitos que lo detectan preparan "la artillería", comienzan a producir citoquinas y otros elementos solubles para destruirlo. (axxon.com.ar)
  • Además, hemos podido comprobar la utilidad de compuestos químicos que bloquean la activación de SHP-1, como NSC-87877. (ucm.es)
  • Inicialmente para su activación y expansión clonal las células vírgenes necesitan de la IL-2 y la IL-15 proporcionada por las células dendríticas durante la presentación del antígeno. (wikipedia.org)
  • Se necesitan reordenamientos de genes (que unen diferentes segmentos de genes) dentro de los linfocitos B para ensamblar la molécula de Ig. (iesrusadir.es)
  • Con una estimulación corta durante la infección primaria se generan principalmente células efectoras, mientras que si este estímulo se repite o es más duradero se generan células de memoria. (wikipedia.org)
  • La clave estaba en que puesto que es una enfermedad erradicada, es imposible que la hayan sufrido y la memoria generada será una memoria verdadera y no una memoria generada por re-estimulación periódica con el antígeno. (wikipedia.org)
  • La activación dependiente de linfocitos T, por otro lado, produce tanto células plasmáticas como linfocitos B de memoria. (iesrusadir.es)
  • El cáncer de mama (CM) es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres chilenas. (conicyt.cl)
  • Existe el consenso de que los pacientes estables (referido a funciones vitales) no se benefician de sus servicios ni tampoco los pacientes con deterioro avanzado de funciones orgánicas en los que la muerte es inminente. (blogspot.com)
  • El volumen aparente de distribución medio en estado estacionariotras una dosis única de 5 mg de linagliptina intravenosa en individuos sanos es de aproximadamente 1.110 litros, lo que indica que la linagliptina se distribuye ampliamente en los tejidos. (iqb.es)
  • Un equipo de investigadores argentinos en su mayoría del Conicet parece haber logrado contestar esta pregunta que atormenta a los oncólogos desde hace décadas: descubrió que las células cancerosas producen una proteína, la galectina-1 (Gal-1), que aniquila los linfocitos T, los soldados encargados de protegernos. (axxon.com.ar)
  • El cáncer de pulmón es una enfermedad compleja que requiere una gran variedad de opciones de tratamiento. (roche.es)
  • Además es posible que se haya síntomas inespecíficos, como cambios conductuales y disminución del rendimiento escolar. (cancer.gov)
  • No es útil para monitorear la actividad de la enfermedad. (intramed.net)
  • En linfocitos normales la actividad de TC21 está estrechamente controlada. (dicyt.com)
  • Su experiencia en estos procedimientos es muy elevada dado que han practicado un total de 1.974 trasplantes de médula u otras fuentes de progenitores hematopoyéticos en los 30 años que llevan de actividad en el Hospital Universitario Virgen del Rocío. (sevillaactualidad.com)
  • Concise Medical Knowledge Los linfocitos B, también conocidos como células B, son componentes importantes del sistema inmunitario adaptativo. (iesrusadir.es)
  • La inmunonutrición es una de las partes más importantes del tratamiento nutricional en pacientes con cáncer. (revista-portalesmedicos.com)
  • El proceso implica la estimulación con antígenos, con o sin la ayuda de los linfocitos T. (iesrusadir.es)
  • Imposible encontrar un escenario más aséptico, tranquilo y limpio -todo es tan pulcro que se podría comer en el suelo-, no por aquello del orden y la quietud nórdica (que también), sino por tratarse de fármacos biológicos que requieren un control extraordinario de todo el proceso para evitar la contaminación. (psiquiatria.com)
  • Es un proceso complejo y un poco lento, pero en realidad esa persona está haciendo un valioso trabajo: entrenar a una inteligencia artificial que sigue todo el proceso y llegado el momento podrá inspeccionar hasta 400 viales por minuto. (psiquiatria.com)
  • Inmunología es una revista científica, de periodicidad trimestral, cuyo interés se centra en el estudio de los aspectos relacionados con la biología, la fisiología, la patología y la clínica del sistema inmunitario. (elsevier.es)
  • El IMpower130 es un estudio fase III, multicéntrico, abierto y aleatorizado que evalúa la eficacia y seguridad de Tecentriq® en combinación con carboplatino y nab -paclitaxel versus quimioterapia sola (carboplatino y nab -paclitaxel) en pacientes no tratados antes con quimioterapia con cáncer de pulmón no microcítico de tipo no escamoso en estadio IV. (roche.es)
  • Es motivo de orgullo el poder recomendar esta segunda edición, que nos informa de una manera completa y actualizada los adelantos ocurridos en el conocimiento de la inmunología básica y clínica, lo que permitirá que esta publicación se convierta en una referencia necesaria de gran utilidad para estudiantes y profesionales dedicados al estudio de los padecimientos clínicos autoinmunes. (soymedicina.com)
  • Por qué es importante este estudio? (medscape.com)
  • Entre las variadas estrategias que posee el parásito Leishmania para evadir la protección de nuestro sistema inmunitario, activar la proteína SHP-1 es uno de ellos, según acaba de demostrar una investigación liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). (ucm.es)
  • La detección es complicada, ya que los patógenos pueden evolucionar rápidamente, produciendo adaptaciones que evitan el sistema inmunitario y permiten a los patógenos infectar con éxito a sus huéspedes. (wikibooks.org)
  • La inmunodeficiencia ocurre cuando el sistema inmunitario es menos activo que lo normal, lo que favorece las infecciones recidivantes y con peligro para la vida. (wikibooks.org)
  • Sin embargo, si los agentes patógenos evaden la respuesta innata, los vertebrados poseen una tercera capa de protección, que es el sistema inmunitario adaptativo. (wikibooks.org)
  • Características del sistema inmunitario Sistema inmunitario innato Sistema inmunitario adaptativo La respuesta no es específica. (wikibooks.org)
  • Esta proteína se produce tan pronto como el virus penetra en la célula y es la que 'enseña' al sistema inmunitario cómo debe reconocer al coronavirus real y cómo debe eliminarlo. (heraldo.es)
  • La Nación , por Nora Bär) ¿Por qué el sistema inmunológico es incapaz de ver el cáncer y nos deja inermes contra ese enemigo que se apodera del organismo? (axxon.com.ar)
  • El sistema inmunitario, referido también como inmunológico, representa todo un conjunto de recursos fisiológicos, es decir, un trabajo en equipo entre órganos, células y sustancias químicas, que se encuentran dispuestos para la defensa de la vida en los animales vertebrados. (definicionabc.com)
  • Incorporada en el vehículo MVA, esta proteína se produce tan pronto como el virus penetra en la célula y es la que enseña al sistema inmunitario cómo debe reconocer al coronavirus real y cómo debe eliminarlo ", explicaba la institución. (elespanol.com)
  • Ése es el mismo sistema que llevo años reclamando para el cáncer , como expliqué en este artículo . (cancerintegral.com)
  • Es más frecuente en las mujeres , hasta el doble, frente a los hombres. (elperiodico.com)
  • El funcionamiento de la vacuna es complejo: el virus que llegado el momento se inocularía ha sido modificado para "expresar" la proteína S completa del SARS-CoV-2 , que es la llave que permite la entrada del coronavirus en las células humanas. (heraldo.es)
  • Se produce la activación inicial y expansión clonal. (wikipedia.org)
  • Una prueba de la trascendencia que se le adjudica al trabajo es que hoy se publica nada menos que en la tapa de Cancer Cell , una de las revistas del ámbito científico de mayor prestigio en el mundo. (axxon.com.ar)
  • Son profármacos que sufren una activación catalizada por la deoxicitidina quinasa a la forma trifosfato. (aeped.es)
  • Las señales producidas por TCR y BCR son por lo tanto fundamentales para la activación de los linfocitos, pero además TCR y BCR transmiten de forma continua señales de baja intensidad aún en ausencia de antígenos. (dicyt.com)
  • La vacuna confiere una protección del 100% contra el virus en un modelo de ratón humanizado susceptible a la infección por SARS-CoV-2, lo cual es muy importante", subrayó por su parte Arriaza. (heraldo.es)
  • Los roedores son el reservorio del virus, que es excretado por las heces, orina y saliva. (scielo.org.ar)
  • Es altamente deseable la identificación de pacientes con coinfección de virus de hepatitis C (VHC) y virus de inmunodeficiencia humana (VIH) que puedan beneficiarse de un monitoreo cercano después de la erradicación del virus de la hepatitis C a través de biomarcadores determinados que predigan la progresión de esteatosis. (medscape.com)
  • Dicho de otra manera, su respuesta ante la presencia de microorganismos es natural . (definicion.de)