Mi cabeza crea largos discursos en los que digo que no quiero volver a verte jamás porque me volverás a lastimar -está en tu naturleza, me lo advertiste hace no mucho- y no lo debo permitir (de nuevo). Y por un momento la vergüenza me invadió porque ya te perdoné (¿tan fácil?)... todo por aquel recuerdo de la persona que soy a tu lado, porque abrazarnos nos sale tan bien. Porque saberte cerca me hace sentir segura, porque hay tantos libros y tan poco tiempo -y entre los dos parece pudiéramos abarcar más- porque hablar contigo me libera y porque los silencios nunca lo son. Pero sobretodo, porque todo este tiempo sin tí me hizo falta un pedazo de alma... Algún día dije: contigo siempre y nunca he querido que sea de otro modo... por eso y porque hasta puedo volver a quererte. Porque Preferiría tu sonrisa a toda la verdad y porque siguen habiendo razones para estar y no para irme. Por ti venga la ruleta rusa. Por nosotros. Por nuestra Amistad, va mi resto. ...