Entré, allí estabas tú, acechando a quien osaba entrar en esa sala, un sitio lúgubre donde solo se respiraba miedo y muerte, donde el vaho de la respiración creaba las siluetas de la parca, esa parca a la que todos tenemos y con la que todos luchamos, pero hoy no, hoy no tengo miedo, hoy te miro de frente y te digo «te venceré» porque mi deseo de vivir es mayor que tus deseos de matarme, hoy es el día, hoy me enfrento a ti con los ojos llorosos, pero sabiendo que saldremos de esta. ¡Voy a por ti, maldito Covid-19…! ...