El futuro de un pueblo, como el futuro de nuestro planeta, es de aquellos que lo habitan, pero también de los que los precedieron y de sus descendientes, por lo que exige responsabilidad, compromiso, y consenso social por parte de aquellos que gestionan su desarrollo, y también de su ciudadanía. La dignidad, la coherencia, y un sentido profundo de la
democracia, establecen que la suma de votos en el pleno no suponga otorgar un poder ilimitado a los partidos que gobiernan. Los responsables políticos tienen limitado su mandato por el poder de los ciudadanos, por su derecho a que no se comprometa su futuro, y a ser consultados cuando ha de decidirse sobre asuntos que trascienden definitivamente a los cuatro años para los que los responsables políticos fueron elegidos. En este caso, no hablamos solo del Plan de Ordenación Urbana, estamos hablando de algo que va más allá de las opciones políticas partidistas: hablamos del modelo de pueblo para el presente y para el futuro. Todos debemos ...