La exhalación constante nos va a proporcionar, por un lado, un mejor equilibrio horizontal en el agua ya que al ir más ligeros de aire en nuestros pulmones -boya flotante natural-, la parte torácica de nuestro cuerpo no tenderá a flotar tanto haciendo que las piernas bajen más que la línea de flotación, con lo que conseguiremos menos arrastre y menos resistencia hidrodinámica al avance. Por otro lado, el echar aire constantemente mientras la cara está sumergida nos va a dar una sensación de comodidad porque entonces no estaremos agobiados y desesperados con la necesidad imperiosa de inspirar oxígeno. Está demostrado que la continencia respiratoria después de la
inhalación da lugar a un aumento de CO2 en el torrente sanguíneo, que hace que necesitemos más frecuentemente la introducción de oxígeno en nuestros pulmones. Por lo tanto, expirad constantemente para deshaceros todo lo posible del CO2 de vuestros pulmones ...