Sarah, que vino solo para traerle un poco de comida se quedó con ella toda la tarde para darle apoyo. Y así decidió que tenía que empezar a dejarse ayudar. No tenía por qué ser madre ella sola. Su marido había empezado ya a trabajar, y ella sola no lograba salir adelante. Llamó a Rachel, para que le ayudara a dar el pecho a su bebé. La necesitaba. Llamó a Shell, para que le dijera que su bebé estaba bien. La necesitaba. Y allí empezó a crear su círculo de mujeres alrededor de su
parto y su posparto, alrededor de su bebé y su cuidado. Mujeres que le echaran una mano, cada una desde su experiencia y sus buenas intenciones para que ella no cayera, que le ayudaran a salir adelante ...