Proteinas que se unen a partículas y células, para aumentar la susceptibilidad a la FAGOCITOSIS, especialmente ANTICUERPOS unidos a EPITOPES que se unen a RECEPTORES FC. También puede participar el COMPLEMENTO C3B.
El engullimineto y degradación de los microorganismos; otras células que están muertas, moribundas, o patogénicas y partículas extrañas por las células fagocíticas (FAGOCITOSIS).
Leucocitos granulares que tienen un núcleo con tres y hasta cinco lóbulos conectados por delgados filamentos de cromatina y un citoplasma que contiene una granulación fina y discreta que toma coloración con tintes neutrales.
Células mononucleadas con pronunciada capacidad fagogítica que se encuentran ampliamente distribuidas en los tejidos linfoides y otros órganos. Comprende los MACRÓFAGOS y sus precursores; FAGOCITOS; CÉLULAS DE KUPFFER; HISTIOCITOS; CÉLULAS DENDRÍTICAS, CÉLULAS DE LANGERHANS y MICROGLÍA. El término sistema mononuclear fagocítico ha sido sustituído por sistema reticuloendotelial, que también incluye células con menor actividad fagocítica como los fibroblastos y las células endoteliales. (Desde Illustrated Dictionary of Immunology, 2d ed.)
Glicoproteínas séricas que participan en los mecanismos de ACTIVACIÓN DE COMPLEMENTO de defensa del huesped, que crean el COMPLEJO DE ATAQUE A MEMBRANA DE COMPLEMENTO. Están incluidas glicoproteínas en las distintas vías de activación de complemento (VÍA CLÁSICA DEL COMPLEMENTO, VÍA ALTERNATIVA DEL COMPLEMENTO y VÍA DE COMPLEMENTO DE LECTINA).
Propiedad bactericida natural de la SANGRE debida a sustancias antibacterianas que se dan normalmente, como beta lisina, leucina, etc. Es necesario distinguir esta actividad de la actividad bactericida que se da en el suero de un paciente como resultado de terapia antimicrobiana, que se mide por el PRUEBA BACTERICIDA DE SUERO.
Cualquier elemento forme de la sangre especialmente en los invertebrados.
Género fúngico de Tremellales mitospóricos cuyas especies generalmente poseen una cápsula y no forman pseudomicelio. Los teleomorfos incluyen Filobasidiella y Fidobasidium.
Técnicas utilizadas para determinar los valores de los parámetros fotométricos de la luz como resultado de LUMINISCENCIA.
Clase de lectinas de tipo C cuyo objetivo son las estructuras de los carbohidratos que se encuentran en patógenos invasores. La unión de las colectinas a microorganismos da lugar a su aglutinación y aumento del aclaramiento. Las colectinas forman trimeros que pueden unirse en grandes oligómeros. Cada cadena polipeptídica de colectina contiene cuatro regiones: una relativamente corta región N-terminal, una región similar a coágeno, una región alfa-hélice coiled-coil y una región de unión a carbohidrato.
Infección del ENDOCARDIO causada generalmente por STREPTOCOCCUS. La emdocarditis bacteriana subaguda evoluciona durante semanas y meses con moderada toxicidad y con poca frecuencia produce focos metastásicos.
El fragmento más grande generada a partir de la escisión del COMPLEMENTO C3 por CONVERTASA. Es un componente de C3 CONVERTASA DE LA VÍA ALTERNATIVA DEL COMPLEMENTO (C3bBb) y CONVERTASAS DEL COMPLEMENTO C5 en ambas la vía clásica (C4b2a3b) y la vía alternativa (C3bBb3b). C3b participa en la REACCIÓN DE INMUNOADHERENCIA y mejora la FAGOCITOSIS. Puede ser inactivado (iC3b) o escindido por diversas proteasas para producir fragmentos como COMPLEMENTO C3c, COMPLEMENTO C3d; C3e; C3f y C3g.
Activación del complemento iniciada por la interacción de ANTÍGENOS microbianos con el COMPLEMENTO C3B. Cuando el FACTOR B DE COMPLEMENTO se une al C3b unido a membrana, el FACTOR D DE COMPLEMENTO lo separa para formar Convertasa C3 alternativa (CONVERTASAS DEL COMPLEMENTO C3-C5)que, estabilizada por el FACTOR P DE COMPLEMENTO, consigue separar múltiples COMPLEMENTO C3 para formar Convertasa C5 alternativa (CONVERTASAS DEL COMPLEMENTO C3-C5), llevando a la separación del COMPLEMENTO C5 y al montaje del COMPLEJO DE ATAQUE A MEMBRANA DE COMPLEMENTO.
Familia de tremátodos sanguíneos de la clase Trematoda que se encuentran en animales y en el hombre. Incluye los géneros Heterobilharzia, Schistosomatium, Schistosoma, Ornithobilharzia, Bilharziella, Trichobilharzia, Pseudobilharzia, y Austrobilharzia.
Activación secuencial de PROTEÍNAS DE COMPLEMENTO del suero para crear el COMPLEJO DE ATAQUE A MEMBRANA DE COMPLEMENTO. Los factores que inician la activación de complemento incluyen el COMPLEJO ANTÍGENO-ANTICUERPO, ANTÍGENOS microbianos o los POLISACÁRIDOS de la superficie celular.
Zymosan es un polisacárido insoluble derivado de la cáscara de levadura, utilizado experimentalmente para inducir respuestas inflamatorias agudas en estudios de investigación médica.
Gran aumento en la captación de oxígeno por los neutrófilos y la mayoría de los tipos de macrófagos tisulares mediante la activación de una oxidasa NADPH-citocromo b dependiente, que reduce el oxígeno a un superóxido. Los individuos que heredan un defecto en el cual la oxidasa que reduce el oxígeno a superóxido se encuentra disminuida o ausente (ENFERMEDAD GRANULOMATOSA, CRONICA) frecuentemente mueren por infecciones bacterianas recurrentes.
Células que pueden realizar el proceso de la FAGOCITOSIS.
Miembro de la familia de las lectinas que se une especificamente a la manosa. Se une a los grupos carbohidrato de los patógenos invasores, y desempeña un papel fundamental en la VÍA DEL COMPLEMENTO DE LECTINA DE UNIÓN A MANOSA.
Células fagocíticas de los tejidos de los mamiferos, de relativa larga vida y que derivan de los MONOCITOS de la sangre. Los principales tipos son los MACRÓFAGOS PERITONEALES, MACRÓFAGOS ALVEOLARES, HISTIOCITOS, CÉLULAS DE KUPFFER del higado y OSTEOCLASTOS. A su vez, dentro de las lesiones inflamatorias crónicas, pueden diferenciarse en CÉLULAS EPITELIOIDES o pueden fusionarse para formar CÉLULAS GIGANTES DE CUERPO EXTRAÑO o CÉLULAS GIGANTES DE LANGHANS (Adaptación del original: The Dictionary of Cell Biology, Lackie and Dow, 3rd ed.).
Activación del complemento iniciada por la unión del COMPLEMENTO C1 al COMPLEJO ANTÍGENO-ANTICUERPO en la subunidad del COMPLEMENTO C1Q. esto lleva a la activación secuencial de las subunidades del COMPLEMENTO C1R y COMPLEMENTO C1S. El C1s activado parte el COMPLEMENTO C4 y el COMPLEMENTO C2 formando una Convertasa C3 clásica(CONVERTASAS DEL COMPLEMENTO C3-C5)unida a membrana y la subsiguiente Convertasa C5(CONVERTASAS DEL COMPLEMENTO C3-C5) que lleva a la partición del COMPLEMENTO C5 y el montaje del COMPLEJO DE ATAQUE A MEMBRANA DE COMPLEMENTO.
Especie de hongos CRYPTOCOCCUS. Su teleomorfo es Filobasidiella neoformans.
Inmunoglobulinas producidas en una respuesta a ANTIGENOS BACTERIANOS.
Subcomponente del complemento C1, compuesto por seis copias de tres cadenas de polipéptidos (A, B y C), cada una codificada por un gen diferente (C1QA, C1QB, C1QC). Este complejo está ordenado en nueve subunidades (seis disulfuro unidas a dímeros de A y B y tres disulfuro unidas a biodímeros de C. C1q tiene sitios de unión para anticuerpos (la cadena pesada de la INMUNOGLOBULINA G o de la INMUNOGLOBULINA M). La interacción de C1q y la inmunoglobulina activa las dos proenzimas COMPLEMENTO C1R y COMPLEMENTO C1S, iniciando la cascada de la ACTIVACIÓN DE COMPLEMENTO mediante la VÍA CLÁSICA DEL COMPLEMENTO.
Principal clase de isotipo de inmunoglobulina en el suero humano normal. Existen algunas subclases del isotipo de IgG, como por ejemplo, IgG1, IgG2A e IgG2B.
Células sanguíneas blancas. Estas incluyen a los leucocitos granulares (BASOFILOS, EOSINOFILOS y NEUTROFILOS) así como a los leucocitos no granulares (LINFOCITOS y MONOCITOS).
Moléculas que están en la superficie de algunos linfocitos B y macrófagos, ellas reconocen y se combinan con los componentes del complemento C3b, C3d, C1q, y C4b.
Glicoproteina importante en la activación de la VÍA CLÁSICA DEL COMPLEMENTO. C4 es partida por el COMPLEMENTO C1S activado a COMPLEMENTO C4A y COMPLEMENTO C4B.
Especie de BACTERIAS aerobias gramnegativas. Solo es comensal y patógeno en humanos y puede estar presente de manera asintomática en la NASOFARINGE, Cuando se encuentra en el líquido cefalorraquídeo es causa de la meningitis cerebroespinal (MENINGITIS MENINGOCÓCICA). También se encuentra en las secreciones venéreas y en la sangre. Al menos existen 13 serogrupos basados en diferencias antigénicas en los polisacáridos capsulares; los únicos que causan la mayoría de las meningitis son la A, B, C, Y y W-135. Cada serogrupo puede a su vez ser clasificado por serotipo, serosubtipo e inmunotipo.
Polisacáridos que se encuentran en las bacterias y en cápsulas de los mismos.
Infecciones producidas por bacterias de la especie NEISSERIA MENINGITIDIS.
Polisacáridos constituídos por unidades de manosa.
Bacterias potencialmente patógenas que se encuentran en las membranas nasales, piel, folículos pilosos y periné de animales de sangre caliente. Pueden causar un amplio rango de infecciones e intoxicaciones.
Sueros que contienen anticuerpos. Se obtienen a partir de un animal que ha sido inmunizado por la inyección de ANTÍGENOS o por la infección con microorganismos que contienen el antígeno.
Heterodímero de la superficie de la membrana que estimula la adhesión de los leucocitos. La subunidad alfa está constituida por el antígeno CD11b (ANTÍGENOS CD11B)y la subunidad beta por el antígeno CD18 (ANTÍGENOS CD18). El antígeno, que es una integrina, funciona como receptor del complemento 3 y en las interacciones de adherencia célula-célula y célula-sustrato.
Glicoproteina pequeña, no fibrilar, que se encuentra en el suero normal y en todos los depósitos amiloides. Tiene una estructura pentagonal (pentaxina). Actúa como una proteína de fase aguda, modula las respuestas inmunológicas,inhibe la ELASTASA y se ha propuesto como un indicador de las HEPATOPATÍAS.
Presencia de calor o calentamiento o de una temperatura notablemente superior a una norma acostumbrada.
Especie de bacteria gramnegativa que crece preferiblemente en las vacuolas de las células hospedero. Es el agente etiológico de la FIEBRE Q.
Proteinas que tienen la característica común de unirse a los carbohidratos. Algunos ANTICUERPOS y proteinas matabolizadoras de carbohidratos (ENZIMAS)también se unen a los carbohidratos, aunque sin embargo no se consideran como lectinas. Las LECTINAS DE PLANTAS son proteinas unidas a carbohidratos que han sido primariamente identificadas por su actividad hemaglutinante (HEMAGLUTININAS). Sin embargo, en las especies animales hay una variedad de lectinas que tienen diversas funciones a partir del reconocimiento de carbohidratos específicos.
Sitios moleculares que se encuentran sobre o dentro de algunos linfocitos B y macrófagos, que reconocen y se combinan con el COMPLEMENTO C3B. La estructua primaria de estos receptores revela que contienen dominios transmembranales y citoplasmáticos, con su porción extracelular compuesta totalmente de treinta consensos cortos repetidos, cada uno con 60 a 70 aminoácidos.
Inmunoglobulinas producidas en una respuesta a ANTIGENOS FÚNGICOS.
Organismos grampositivos que se encuentran en el tracto respiratorio superior, los exudados inflamatorios y diversos fluídos corporales de humanos normales y/o enfermos y, raramente, de animales domésticos.
Bacteria que causa mastitis en el ganado vacuno y ocasionalmente en el hombre.
Liquido corporal que circula por el sistema vascular (VASOS SANGUÍNEOS). La sangre total incluye el PLASMA y las CÉLULAS SANGUÍNEAS.
Enfermedad infecciosa aguda causada por la COXIELLA BURNETII. Se caracteriza por comienzo brusco con FIEBRE, CEFALEA, malestar general y decaimiento. En humanos, se contrae comúnmente por la inhalación de polvo infectado a partir de ANIMALES DOMÉSTICOS infectados.
Glicoproteínas que se encuentran en la superficie de las células, particularmente en las estructuras fibrilares. Las proteínas se pierden o reducen cuando estas células sufren transformaciones virales o químicas. Son altamente susceptibles a la proteolisis y son sustratos para el factor VIII activado de la coagulación. Las formas presentes en el plasma se llaman globulinas insolubles en frío.
Especie de bacteria aerobia gram negativa en forma de bastoncillo que comúnmente se aisla de muestras clínicas (heridas, quemaduras e infecciones del tracto urinario). Se encuentra también ampliamente disminuida en el suelo y el agua. La P. aeruginosa es un agente importante de las infecciones nosocomiales.
Un género de bacterias cocoides Grampositivas, facultativamente anaerobias. Sus organismos se presentan solos, en parejas y en tétradas y se dividen típicamente en más de un plano para formar grupos irregulares. Las poblaciones naturales de Staphylococcus se encuentran en la piel y las membranas mucosas de animales de sangre caliente. Algunas especies son patógenos oportunistas de humanos y animales.
Sitios moleculares específicos sobre la superficie de varias células, incluidos los linfocitos B y los macrófagos, que se combinan con las IgGs. Existen tres subclases: Fc gamma RI (el antígeno CD64, receptor de baja afinidad), Fc gamma RII (el antígeno CD32, receptor de alta afinidad), y Fc gamma RIII (el antígeno CD16, receptor de baja afinidad).
Moléculas que se encuentran sobre la superficie de algunos, pero no de todos, los linfocitos B, linfocitos T, y de los macrófagos, que reconocen y se combinan con la porción Fc (cristalizable) de las moléculas de inmunoglobulinas.
Moléculas de inmunoglobulinas que tienen una secuencia específica de aminoácidos en virtud de la que interactúan sólo con un antigeno (v. ANTÍGENOS), o algo muy similar, que induce su síntesis en las células de la serie linfoide (especialmente las CÉLULAS PLASMÁTICAS).
Complejo formado por la unión de moléculas de antígeno y anticuerpo. La deposición de grandes complejos antígeno-anticuerpo produce daño tisular y genera ENFERMEDADES DE INMUNOCOMPLEJOS.
Moléculas de la superficie celular del sistema inmune que unen específicamente moléculas o moléculas mensajeras, a la superficie y que generan cambios en el comportamiento de esas células. Aunque estos receptores se identificaron primero en el sistema inmune, muchos tienen funciones importantes en otras regiones.
Especie Oryctolagus cuniculus, de la familia Leporidae, orden LAGOMORPHA. Los conejos nacen en las conejeras, sin pelo y con los ojos y los oídos cerrados. En contraste con las LIEBRES, los conejos tienen 22 pares de cromosomas.
Propiedades físicoquímicas de las bacterias fimbriadas (FIMBRIAS BACTERIANAS) y no fimbriadas de adherirse a células, tejido y superficies no biológicas. Es un factor que interviene en la colonización y la patogenicidad bacterianas.
Especie de BACILOS GRAMNEGATIVOS ANEROBIOS FACULTATIVOS que suelen encontrarse en la parte distal del intestino de los animales de sangre caliente. Por lo general no son patógenos, pero algunas cepas producen DIARREA e infecciones piógenas. Las cepas patógenos (viriotipos) se clasifican según sus mecanismos patógenos específicos, como toxinas (ESCHERICHIA COLI ENTEROTOXÍGENA).
Clase de inmunoglobulina que lleva cadenas mu (CADENAS MU DE INMUNOGLOBULINA). La IgM puede fijar las PROTEINAS DEL SISTEMA COMPLEMENTO. La designación IgM se escogió por su alto peso molecular y originalmente se llamaba macroglobulina.
Proteínas de transporte que trasladan sustancias específicas en la sangre o a través de las membranas celulares.
Leucocitos mononucleares fagocíticos de gran tamaño que se producen en la MEDULA OSEA de los vertebrados y liberados en la SANGRE; contienen un núcleo ovalado grande o algo mellado, rodeado por un citoplasma voluminoso y numerosos organelos.
Sustancias elaboradas por bacterias que tienen actividad antigénica.
Capacidad de un organismo normal de no ser afectado por microorganismos y sus toxinas. Es el resultado de la presencia natural de AGENTES ANTIINFECIOSOS, factores constitucionales, tales como la TEMPERATURA CORPORAL y de células inmunitarias que actúan de inmediato como las CÉLULAS NATURALES ASESINAS.
Células que se propagan in vitro en un medio de cultivo especial para su crecimiento. Las células de cultivo se utilizan, entre otros, para estudiar el desarrollo, y los procesos metabólicos, fisiológicos y genéticos.

Las proteínas opsoninas son proteínas presentes en el suero sanguíneo y otros fluidos corporales que se adhieren a los antígenos (como bacterias u otras partículas extrañas) e incrementan su visibilidad para el sistema inmunitario, particularmente los fagocitos. Esto facilita la fagocitosis, un proceso en el cual las células inmunes engullen y destruyen los patógenos invasores. Las proteínas opsoninas más comunes incluyen los anticuerpos (inmunoglobulinas) y la proteína C-reactiva (CRP).

La fagocitosis es un proceso fundamental del sistema inmunológico que involucra la ingestión y destrucción de agentes patógenos u otras partículas extrañas por células especializadas llamadas fagocitos. Los fagocitos, como los neutrófilos y macrófagos, tienen la capacidad de extender sus pseudópodos (proyecciones citoplasmáticas) para rodear y engullir partículas grandes, incluidos bacterias, virus, hongos, células tumorales y detritus celulares.

Una vez que la partícula ha sido internalizada dentro del fagocito, forma una vesícula intracelular llamada fagosoma. Posteriormente, los lisosomas, que contienen enzimas hidrolíticas, se fusionan con la fagosoma para formar un complejo denominado fagolisosoma. Dentro del fagolisosoma, las enzimas digieren y destruyen efectivamente la partícula extraña, permitiendo que el fagocito presente fragmentos de esta a otras células inmunes para generar una respuesta inmune adaptativa.

La eficiencia de la fagocitosis es crucial en la capacidad del organismo para combatir infecciones y mantener la homeostasis tisular. La activación, quimiotaxis y migración de los fagocitos hacia el sitio de la infección están reguladas por diversas moléculas químicas, como las citocinas, complementos y factores quimiotácticos.

Los neutrófilos son un tipo de glóbulos blancos o leucocitos que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico. Forman parte del grupo de glóbulos blancos conocidos como granulocitos y se caracterizan por su núcleo polimorfonuclear con varias lóbulos conectados por finos filamentos y por sus gránulos citoplásmicos, que contienen enzimas y otros componentes activos.

Los neutrófilos desempeñan un papel fundamental en la defensa del organismo contra infecciones, especialmente bacterianas. Son capaces de moverse rápidamente hacia los sitios de inflamación o infección a través de los vasos sanguíneos y tejidos, gracias a su capacidad de quimiotaxis (movimiento dirigido por estímulos químicos).

Una vez en el lugar de la infección, los neutrófilos pueden ingerir y destruir microorganismos invasores mediante un proceso llamado fagocitosis. Además, liberan sustancias químicas tóxicas (como radicales libres y enzimas) para ayudar a eliminar los patógenos. Sin embargo, este intenso proceso de destrucción también puede causar daño colateral a los tejidos circundantes, lo que contribuye al desarrollo de la inflamación y posibles complicaciones asociadas.

Un recuento bajo de neutrófilos en la sangre se denomina neutropenia y aumenta el riesgo de infecciones, mientras que un recuento alto puede indicar una respuesta inflamatoria o infecciosa activa, así como ciertas condiciones médicas. Por lo tanto, los neutrófilos son esenciales para mantener la homeostasis del sistema inmunológico y proteger al organismo contra las infecciones.

El Sistema Mononuclear Fagocítico (SMF) es un componente importante del sistema inmune adaptativo y consta de células fagocíticas especializadas, principalmente monocitos, macrófagos y células dendríticas. Estas células tienen la capacidad de engullir y destruir microorganismos invasores y otras partículas extrañas, así como desempeñar un papel crucial en la presentación de antígenos a las células T, lo que desencadena respuestas inmunitarias adaptativas.

Los monocitos se producen en la médula ósea y circulan por el torrente sanguíneo hasta que maduran en macrófagos o células dendríticas en los tejidos periféricos. Los macrófagos son células grandes y especializadas que desempeñan un papel importante en la eliminación de patógenos y el mantenimiento de la homeostasis tisular. Las células dendríticas son células presentadoras de antígenos que activan las respuestas inmunitarias adaptativas mediante la presentación de antígenos a las células T.

El SMF desempeña un papel crucial en la defensa del cuerpo contra los patógenos y en el mantenimiento de la homeostasis tisular. La activación y regulación adecuadas del SMF son esenciales para una respuesta inmunitaria eficaz y equilibrada, y su disfunción se ha relacionado con diversas enfermedades, como infecciones, cáncer y enfermedades autoinmunitarias.

El sistema del complemento es un conjunto de aproximadamente 30 proteínas solubles en suero, cada una con diferentes funciones pero que trabajan juntas para ayudar a eliminar patógenos invasores y desechos celulares. Las proteínas del sistema complemento se activan secuencialmente mediante una cascada enzimática, lo que resulta en la producción de moléculas con actividad biológica como las pequeñas proteínas citotóxicas C3b y C4b, el complejo de ataque a membrana (MAC) y los anafilatoxinas C3a y C5a. Estos productos promueven la inflamación, la fagocitosis y la lisis celular, desempeñando un papel crucial en la inmunidad innata y adaptativa. El sistema del complemento se puede activar a través de tres vías: la vía clásica, la vía alterna y la vía lectina. Cada vía involucra diferentes conjuntos de proteínas, pero todas conducen a la activación de la proteasa C3 convertasa, que desencadena la cascada enzimática y la producción de productos finales activados. Las proteínas del sistema complemento también pueden regularse a sí mismas para prevenir daños colaterales a las células sanas.

La actividad bactericida de la sangre, también conocida como bactericidia sérica, se refiere a la capacidad del sistema inmunitario y los antimicrobianos presentes en la sangre para matar o inhibir el crecimiento de bacterias. Este término se utiliza a menudo en el contexto de la medicina clínica y la microbiología, particularmente en relación con la evaluación de la eficacia de los antibióticos y otros agentes antimicrobianos.

La actividad bactericida se mide mediante ensayos de laboratorio en los que se incuba sangre del paciente con una suspensión de bacterias viables durante un período determinado. Después del período de incubación, se determina la cantidad de bacterias viables restantes y se compara con la cantidad inicial. Si la cantidad de bacterias viables ha disminuido en más del 99,9%, se considera que hay una actividad bactericida.

La actividad bactericida es importante porque ayuda a prevenir la diseminación de la infección y reduce el riesgo de complicaciones graves, como la sepsis y el choque séptico. La evaluación de la actividad bactericida puede ser útil en la selección de antibióticos apropiados para tratar infecciones bacterianas, particularmente aquellas causadas por patógenos resistentes a los antibióticos.

Los "hemocitos" es un término general que se refiere a las células sanguíneas, que incluyen glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos). Estas células desempeñan diversas funciones vitales en el cuerpo humano. Los glóbulos rojos transportan oxígeno a los tejidos, mientras que los glóbulos blancos desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico, ayudando a combatir las infecciones y las enfermedades. Las plaquetas, por otro lado, son importantes para la coagulación sanguínea y la prevención de hemorragias excesivas.

Es importante destacar que el término "hemocitos" no es ampliamente utilizado en la medicina moderna y se considera desactualizado o poco preciso. En su lugar, los profesionales médicos y científicos prefieren utilizar los términos específicos "eritrocitos", "leucocitos" y "trombocitos" para referirse a estas células sanguíneas individualmente.

"Cryptococcus" es un género de levaduras que se encuentran en el medio ambiente, particularmente en el suelo y en las heces de las palomas. La especie más común y clínicamente relevante es Cryptococcus neoformans. Estas levaduras pueden causar infecciones en humanos y otros animales, sobre todo en personas con sistemas inmunes debilitados, como aquellas con sida/VIH, pero también en individuos sanos en raras ocasiones. Las infecciones por Cryptococcus suelen afectar al sistema respiratorio y, en casos graves, pueden diseminarse a otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso central, causando meningitis cryptocócica. Los síntomas más comunes de las infecciones por Cryptococcus incluyen tos, fiebre, dificultad para respirar y dolores de cabeza. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio que identifican la presencia del hongo en muestras clínicas, como esputo o líquido cefalorraquídeo. El tratamiento suele implicar el uso de antifúngicos específicos, como la anfotericina B y el fluconazol.

La medición luminiscente es un método de medición que involucra la emisión de luz después de la exposición a una fuente de energía externa, como radiación ionizante. Este proceso se conoce a menudo como luminescencia. La cantidad de luz emitida se puede medir y utilizar para determinar la cantidad de energía absorbida o la concentración de un material luminescente.

En el contexto médico, las mediciones luminiscentes a menudo se utilizan en dispositivos de detección de radiación, como los dosímetros luminiscentes. Estos dispositivos contienen materiales que sufren luminescencia cuando se exponen a la radiación ionizante. La cantidad de luz emitida se puede medir y correlacionar con la cantidad de radiación recibida.

Es importante tener en cuenta que las mediciones luminiscentes solo proporcionan una estimación aproximada de la dosis de radiación. Otras técnicas, como los dosímetros electrónicos, suelen ser más precisas para medir la exposición a la radiación.

No he encontrado ninguna definición médica específica para el término "colectinas". Sin embargo, en biología y bioquímica, las colectinas son un grupo de proteínas que se unen a carbohidratos y desempeñan diversas funciones en el organismo. Algunas colectinas participan en la respuesta inmunitaria, como por ejemplo, ayudando a identificar y eliminar patógenos. Otras pueden estar involucradas en procesos como la inflamación o la reparación tisular.

Si está buscando información sobre un término médico específico que empieza por "colecti-", le sugiero consultar recursos médicos especializados para obtener una definición precisa y detallada del concepto en cuestión.

La endocarditis bacteriana subaguda es una inflamación del revestimiento interno del corazón (endocardio) y las válvulas cardíacas, causada por una infección bacteriana. Se distingue de la endocarditis aguda por su progresión más lenta y sus síntomas menos graves al principio. Los síntomas pueden incluir fiebre, fatiga, dolores musculares y articulares, y cambios en el ritmo cardíaco. La afección suele desarrollarse en personas con problemas cardíacos preexistentes, como válvulas cardíacas dañadas o prótesis valvulares. El tratamiento generalmente implica antibióticos de administración prolongada para eliminar la infección y, en algunos casos, cirugía para reparar o reemplazar las válvulas cardíacas dañadas.

El complemento C3b es una proteína importante del sistema inmune que desempeña un papel crucial en la respuesta inmunitaria humoral. Es el fragmento resultante de la división de la proteína C3 por la acción de las proteínas C3 convertasas, que se forman durante la activación del sistema del complemento.

La proteína C3b puede unirse a varias superficies, como bacterias y células infectadas, marcándolas para su destrucción por células fagocíticas. También desempeña un papel en la activación de otras moléculas del sistema del complemento y en la regulación de la respuesta inmunitaria.

La deficiencia o disfunción del complemento C3b se ha relacionado con un mayor riesgo de infecciones recurrentes, especialmente por bacterias encapsuladas, y con algunas enfermedades autoinmunitarias. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la comprensión actual de la función del complemento C3b y su papel en la salud y la enfermedad sigue siendo un área activa de investigación.

La vía alternativa del complemento, también conocida como ruta de activación del lectina de unión al manosa (MBL) o vía de activación de la proteína asociada a los lípidos (LPS), es una vía de activación del sistema del complemento que no involucra al componente C1, a diferencia de la vía clásica. En cambio, se inicia cuando el reconocimiento de patrones moleculares asociados a patógenos (PAMPs) por parte de las proteínas de fase aguda como la lectina de unión al manosa (MBL), las ficolinas o las proteínas de unión a los lípidos bacterianos (LLP) desencadena la formación del complejo de ataque de la membrana (MAC). Esto conduce a la activación de la vía terminal del sistema complemento, resultando en la producción de especies reactivas de oxígeno y la lisis celular. La vía alternativa del complemento desempeña un papel importante en la defensa inmunitaria contra los patógenos invasores y también está involucrada en la inflamación y la respuesta inmune adaptativa.

Schistosomatidae es una familia de platelmintos tremátodos parásitos, también conocidos como sangre-flukes. Los miembros más notables de esta familia son los géneros Schistosoma y Trichobilharzia. Estos gusanos causan enfermedades importantes en humanos y animales domésticos en regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo.

En humanos, las especies más comunes son Schistosoma mansoni, S. haematobium y S. japonicum, que causan la esquistosomiasis (también conocida como bilharzia), una enfermedad tropical de importancia global. La infección ocurre cuando los humanos entran en contacto con agua dulce contaminada con las formas larvarias del parásito, llamadas cercarias. Las cercarias penetran en la piel, viajan a los vasos sanguíneos y se convierten en adultos en los vasos sanguíneos de los órganos hístilos (como el hígado o la vejiga), donde las hembras producen cientos a miles de huevos por día. Los huevos abandonan el cuerpo a través de la orina o las heces y eclosionan en el agua, infectando a los caracoles de agua dulce intermediarios. Después de un período de desarrollo en el caracol, se producen formas larvarias infectivas que se liberan al agua y buscan un huésped definitivo humano para continuar su ciclo vital.

Los síntomas de la esquistosomiasis varían según la gravedad y la ubicación de la infección. Los síntomas tempranos pueden incluir fiebre, erupción cutánea, tos y dolor abdominal. La enfermedad crónica puede causar daño a los órganos, como fibrosis periportal hepática, hipertensión portal y cicatrización de la vejiga, lo que lleva a sangrado y anemia. En algunos casos, la esquistosomiasis puede causar insuficiencia renal o hepática.

El diagnóstico de la esquistosomiasis se realiza mediante el examen microscópico de muestras de orina, heces o biopsia tisular para detectar huevos de Schistosoma. También se pueden utilizar pruebas serológicas para detectar anticuerpos contra Schistosoma. El tratamiento recomendado es la praziquantel, un medicamento antilarvario y antiesquistosomal que mata a los parásitos en el cuerpo humano. La prevención de la infección implica evitar nadar o bañarse en aguas contaminadas con esquistosomas y controlar las poblaciones de caracoles intermediarios.

La activación del complemento es un proceso enzimático en cascada que forma parte del sistema inmune innato y adaptativo. Consiste en la activación secuencial de una serie de proteínas plasmáticas, conocidas como el sistema del complemento, las cuales desempeñan un papel crucial en la defensa contra patógenos y en la eliminación de células dañinas o apoptóticas.

Existen tres vías principales de activación del complemento: la vía clásica, la vía alternativa y la vía lectina. Cada vía se inicia por mecanismos diferentes, pero todas confluyen en un tronco común que involucra la activación de la proteasa C3 convertasa, la cual escinde a la proteína C3 en sus fragmentos C3a y C3b. El fragmento C3b se une covalentemente a las superficies de los patógenos o células diana, marcándolas para su destrucción.

La activación del complemento desencadena una serie de reacciones inflamatorias y citotóxicas, como la producción de anafilotoxinas (C3a y C5a), que promueven la quimiotaxis y activación de células inmunes; la formación del complejo de ataque a membrana (MAC, por sus siglas en inglés), que induce la lisis celular; y la opsonización, mediante la cual los fragmentos C3b y C4b unidos a las superficies diana facilitan su fagocitosis por células presentadoras de antígeno.

La activación del complemento debe estar regulada cuidadosamente para evitar daños colaterales en tejidos sanos. Diversas proteínas reguladoras, como la proteína de unión al fragmento C1 (C1-INH), la proteasa factor I y las membrana cofactor proteínas, ayudan a mantener el equilibrio entre la activación del complemento y su inhibición. Las disfunciones en estos mecanismos reguladores pueden contribuir al desarrollo de diversas enfermedades autoinmunes e inflamatorias.

Zymosan es un término médico que se refiere a un polisacárido insoluble derivado de la cáscara de levadura de cerveza, Saccharomyces cerevisiae. En el campo de la investigación biomédica, zymosan se utiliza a menudo como agente estimulante del sistema inmune en experimentos de laboratorio.

Cuando se administra a animales de laboratorio o se incuba con células inmunes en cultivo, zymosan induce una respuesta inflamatoria caracterizada por la activación de células inmunes como neutrófilos y macrófagos. Esto sucede porque zymosan contiene componentes moleculares que se reconocen como patógenos, lo que desencadena una respuesta inmune para combatir la infección.

Sin embargo, como zymosan no es un patógeno real, sino solo un componente molecular aislado, se puede utilizar de manera segura y ética en experimentos de laboratorio para estudiar los mecanismos de la inflamación y la respuesta inmune. Además, zymosan también se ha utilizado como agente de modelado en la investigación de enfermedades inflamatorias crónas, como la artritis reumatoide y la enfermedad inflamatoria intestinal.

Un estallido respiratorio, en términos médicos, se refiere a una situación aguda y potencialmente peligrosa para la vida en la que ocurre una súbita disminución grave en la presión de oxígeno en la sangre (hipoxemia) debido a problemas respiratorios graves. Esto puede ser causado por varias condiciones, como neumonía severa, síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), insuficiencia cardíaca congestiva grave, o una embolia pulmonar masiva.

El estallido respiratorio se caracteriza por una rápida aparición de dificultad para respirar (disnea), taquipnea (aumento de la frecuencia respiratoria), cianosis (coloración azulada de la piel y las membranas mucosas debido a la falta de oxígeno), hipoxemia severa y, en algunos casos, hipertensión pulmonar. Requiere un tratamiento inmediato y agresivo, que puede incluir oxigenoterapia suplementaria, ventilación mecánica y medicamentos para apoyar la función respiratoria y cardiovascular.

Los fagocitos son un tipo específico de glóbulos blancos o leucocitos, que desempeñan un papel crucial en los sistemas inmunitarios de animales y humanos. Su nombre proviene del griego 'fagein', que significa comer o devorar, y 'kytos', que significa célula.

La función principal de los fagocitos es detectar, perseguir, engullir y destruir bacterias, hongos, virus, células muertas u otras sustancias extrañas o dañinas que invaden el cuerpo. Esto ayuda a proteger al organismo de infecciones y enfermedades.

Existen varios tipos de fagocitos, siendo los más comunes los neutrófilos, monócitos y macrófagos. Los neutrófilos son los fagocitos más abundantes en la sangre y suelen ser los primeros en responder a una infección. Los monócitos, por otro lado, son células sanguíneas grandes que se diferencian en el torrente sanguíneo y luego migran a los tejidos corporales donde se convierten en macrófagos. Los macrófagos son fagocitos especializados con una gran capacidad de fagocitosis y longevidad, desempeñando un papel importante en la presentación de antígenos y la activación del sistema inmune adaptativo.

En resumen, los fagocitos son células esenciales del sistema inmunológico que contribuyen a la defensa del cuerpo contra patógenos y otras sustancias nocivas mediante su capacidad de detectar, engullir y destruir estos elementos extraños.

La lectina de unión a manosa (MAL, por sus siglas en inglés) es un tipo de proteína que se une específicamente a los carbohidratos con grupos manosil (manosa) en su estructura. Las lectinas MAL se encuentran en una variedad de organismos, incluyendo plantas, hongos y algunos animales.

En la medicina, las lectinas MAL han despertado interés como posibles agentes terapéuticos en el tratamiento de diversas enfermedades, especialmente aquellas infecciosas y neoplásicas (cáncer). Por ejemplo, se ha demostrado que la lectina MAL extraída del rizoma de la planta Galanthus nivalis (lectina GNA) tiene propiedades antimicrobianas y antitumorales.

Sin embargo, también hay preocupación por los posibles efectos adversos de las lectinas MAL en el cuerpo humano, ya que pueden interactuar con células humanas y desencadenar reacciones inflamatorias o citotóxicas. Por lo tanto, se necesita más investigación para evaluar su seguridad y eficacia como terapias médicas.

Los macrófagos son un tipo de glóbulo blanco (leucocito) que forma parte del sistema inmunitario. Su nombre proviene del griego, donde "macro" significa grande y "fago" significa comer. Los macrófagos literalmente se tragan (fagocitan) las células dañinas, los patógenos y los desechos celulares. Son capaces de detectar, engullir y destruir bacterias, virus, hongos, parásitos, células tumorales y otros desechos celulares.

Después de la fagocitosis, los macrófagos procesan las partes internas de las sustancias engullidas y las presentan en su superficie para que otras células inmunes, como los linfocitos T, puedan identificarlas e iniciar una respuesta inmune específica. Los macrófagos también producen varias citocinas y quimiocinas, que son moléculas de señalización que ayudan a regular la respuesta inmunitaria y a reclutar más células inmunes al sitio de la infección o lesión.

Los macrófagos se encuentran en todo el cuerpo, especialmente en los tejidos conectivos, los pulmones, el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos. Tienen diferentes nombres según su localización, como los histiocitos en la piel y los osteoclastos en los huesos. Además de su función inmunitaria, también desempeñan un papel importante en la remodelación de tejidos, la cicatrización de heridas y el mantenimiento del equilibrio homeostático del cuerpo.

La vía clásica del complemento es un importante sistema efector de la respuesta inmune adaptativa, que se activa principalmente por la unión de anticuerpos (inmunoglobulinas) a antígenos. Es una ruta secuencial en cascada que involucra a más de 30 proteínas plasmáticas y membranales, agrupadas en nueve componentes del complemento (C1 al C9).

La activación de la vía clásica comienza cuando el complejo C1 (formado por las subunidades C1q, C1r y C1s) se une a un anticuerpo unido al antígeno en su forma activa. La unión desencadena una serie de eventos proteolíticos que conducen a la activación de los componentes C4 y C2, formando el complejo de ataque a la membrana (MAC) o membrane attack complex (C3bBb), responsable de la lisis celular.

La vía clásica del complemento desempeña un papel crucial en la fagocitosis, inflamación y eliminación de patógenos, así como también en la regulación de las respuestas inmunes adaptativas. La deficiencia o disfunción de los componentes de esta vía puede predisponer a diversas enfermedades autoinmunitarias e infecciosas.

"Cryptococcus neoformans" es un hongo encapsulado que se encuentra predominantemente en el suelo, especialmente en excrementos de aves y madera en descomposición. Es un patógeno oportunista importante que causa cryptococosis, una infección sistémica grave, particularmente en individuos inmunodeprimidos, como aquellos con sida/VIH. Se transmite al ser humano a través de la inhalación de propagules (generalmente basidiosporas) del hongo. La neumonía y la meningitis criptocócicas son las formas clínicas más comunes de cryptococosis. El hongo también puede diseminarse desde los pulmones a otros órganos, lo que provoca lesiones en diversos tejidos y sistemas corporales. La identificación y el diagnóstico de "Cryptococcus neoformans" se realizan mediante técnicas microbiológicas, como la tinción con coloración especial (como la tinción de Gridley o India ink), cultivos en medios de cultivo específicos y pruebas bioquímicas. El tratamiento de las infecciones por "Cryptococcus neoformans" generalmente implica el uso de antifúngicos, como la anfotericina B y los derivados del fluconazol, dependiendo de la gravedad y la localización de la infección.

Los anticuerpos antibacterianos son inmunoglobulinas producidas por el sistema inmune en respuesta a la presencia de una bacteria específica. Estos anticuerpos se unen a los antígenos bacterianos, como proteínas o polisacáridos presentes en la superficie de la bacteria, lo que desencadena una serie de eventos que pueden llevar a la destrucción y eliminación de la bacteria invasora.

Existen diferentes tipos de anticuerpos antibacterianos, incluyendo IgA, IgM e IgG, cada uno con funciones específicas en la respuesta inmunitaria. Por ejemplo, los anticuerpos IgA se encuentran principalmente en las secreciones corporales como la saliva y las lágrimas, mientras que los anticuerpos IgM son los primeros en aparecer durante una infección bacteriana y activan el sistema del complemento. Los anticuerpos IgG, por otro lado, son los más abundantes en el torrente sanguíneo y pueden neutralizar toxinas bacterianas y facilitar la fagocitosis de las bacterias por células inmunes como los neutrófilos y los macrófagos.

La producción de anticuerpos antibacterianos es un componente importante de la respuesta adaptativa del sistema inmune, lo que permite al cuerpo desarrollar una memoria inmunológica específica contra patógenos particulares y proporcionar protección a largo plazo contra futuras infecciones.

El complemento C1q es una proteína del sistema inmunitario que desempeña un papel crucial en la activación de la vía clásica del sistema del complemento. El sistema del complemento es un conjunto de proteínas plasmáticas y membrana-unidas que trabajan juntas para eliminar patógenos invasores y desechos celulares.

La proteína C1q está formada por seis subunidades idénticas, cada una con un extremo globular en la parte superior y un tallo largo y flexible en la parte inferior. Los extremos globulares pueden unirse a anticuerpos IgG o IgM que se han unido a un patógeno extraño. Cuando esto sucede, el tallo de C1q cambia su conformación y activa las proteínas C1r y C1s adyacentes, lo que lleva a la activación de la vía clásica del sistema del complemento.

La activación de la vía clásica desencadena una serie de reacciones enzimáticas que resultan en la producción de moléculas más pequeñas y reactivas, como el C3b y el C4b, que se unen a las superficies de los patógenos. Estas moléculas pueden marcar al patógeno para su destrucción por células fagocíticas o unirse a otras proteínas del complemento para formar complejos membranolíticos que perforan la membrana celular y causan la lisis de la célula.

La deficiencia congénita en el complemento C1q se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso sistémico (LES), y trastornos recurrentes de infecciones.

La Inmunoglobulina G (IgG) es un tipo de anticuerpo, una proteína involucrada en la respuesta inmune del cuerpo. Es el tipo más común de anticuerpos encontrados en el torrente sanguíneo y es producida por células B plasmáticas en respuesta a la presencia de antígenos (sustancias extrañas que provocan una respuesta inmunitaria).

La IgG se caracteriza por su pequeño tamaño, solubilidad y capacidad de cruzar la placenta. Esto último es particularmente importante porque proporciona inmunidad pasiva a los fetos y recién nacidos. La IgG desempeña un papel crucial en la neutralización de toxinas, la aglutinación de bacterias y virus, y la activación del complemento, un sistema de proteínas que ayuda a eliminar patógenos del cuerpo.

Hay cuatro subclases de IgG (IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4) que difieren en su estructura y función específicas. Las infecciones bacterianas y virales suelen inducir respuestas de IgG, lo que hace que este tipo de anticuerpos sea particularmente importante en la protección contra enfermedades infecciosas.

Los leucocitos, también conocidos como glóbulos blancos, son un tipo importante de células sanguíneas que desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico del cuerpo. Su función principal es proteger al organismo contra las infecciones y los agentes extraños dañinos.

Existen varios tipos de leucocitos, incluyendo neutrófilos, linfocitos, monocitos, eosinófilos y basófilos. Cada uno de estos tipos tiene diferentes formas y funciones específicas, pero todos participan en la respuesta inmunitaria del cuerpo.

Los leucocitos se producen en la médula ósea y luego circulan por el torrente sanguíneo hasta los tejidos corporales. Cuando el cuerpo detecta una infección o un agente extraño, los leucocitos se mueven hacia el sitio de la infección o lesión, donde ayudan a combatir y destruir los patógenos invasores.

Un recuento de leucocitos anormalmente alto o bajo puede ser un indicador de diversas condiciones médicas, como infecciones, enfermedades inflamatorias, trastornos inmunológicos o cánceres de la sangre. Por lo tanto, el conteo de leucocitos es una prueba de laboratorio comúnmente solicitada para ayudar a diagnosticar y monitorear diversas enfermedades.

Los receptores de complemento son proteínas que se encuentran en la superficie de varias células del sistema inmunitario y en otras células del cuerpo. Estos receptores pueden unirse a las moléculas del sistema complemento, que es un conjunto de proteínas plasmáticas y membranales que desempeñan un papel crucial en la respuesta inmune innata y adaptativa.

Existen diferentes tipos de receptores de complemento, cada uno con funciones específicas. Algunos de ellos participan en la activación del sistema complemento, mientras que otros contribuyen a su regulación o desencadenan respuestas celulares específicas una vez que se une el complejo complemento.

La unión de las moléculas del sistema complemento a los receptores de complemento puede desencadenar diversos procesos celulares, como la fagocitosis, la liberación de mediadores químicos inflamatorios o la activación del sistema inmune adaptativo. Por lo tanto, los receptores de complemento desempeñan un papel fundamental en la detección y eliminación de patógenos y en la regulación de las respuestas inmunes.

El complemento C4 es una proteína importante del sistema inmune que ayuda en la respuesta inmunitaria y en la lucha contra las infecciones. Forma parte del camino clásico de activación del complemento, el cual es un conjunto de más de 20 proteínas presentes en la sangre y otros líquidos corporales.

Cuando una sustancia extraña o patógena (como un virus o bacteria) entra en el cuerpo, el sistema inmune reconoce esa sustancia como extraña y activa el camino clásico del complemento. La proteína C4 se activa y se divide en dos fragmentos: C4a y C4b. El fragmento C4b se adhiere a la superficie de la sustancia extraña, marcándola para su destrucción. Luego, otras proteínas del complemento se unen al C4b y forman un complejo que crea poros en la membrana de la sustancia extraña, lo que lleva a su lisis (destrucción).

La deficiencia congénita del complemento C4 se asocia con un mayor riesgo de desarrollar ciertas enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso sistémico. Además, los niveles bajos de C4 pueden ser indicativos de una activación excesiva del sistema inmune, lo que puede ocurrir en diversas condiciones clínicas, como infecciones, inflamaciones y cánceres.

Neisseria meningitidis, comúnmente conocida como meningococo, es un tipo de bacteria gram-negativa diplocócica que puede causar infecciones graves en humanos. Normalmente habita en la parte posterior de la garganta y las vías respiratorias superiores de aproximadamente el 10-20% de la población sin causar ningún síntoma o enfermedad. Sin embargo, bajo ciertas circunstancias, como un sistema inmunológico debilitado o durante la colonización masiva, estas bacterias pueden invadir el torrente sanguíneo y provocar una serie de afecciones potencialmente mortales, entre las que se incluyen meningitis (inflamación de las membranas protectoras que rodean el cerebro y la médula espinal) y septicemia (infección generalizada de la sangre).

Neisseria meningitidis se clasifica en 13 serogrupos diferentes basándose en las variaciones antigénicas de su polisacárido capsular. Los serogrupos más comunes asociados a enfermedades en humanos son: A, B, C, Y, W e X. La transmisión de la infección suele producirse a través de gotitas de fluido respiratorio procedentes de personas infectadas que tosen o estornudan. El contacto cercano y prolongado con un portador o una persona enferma aumenta el riesgo de adquirir la infección.

El diagnóstico de Neisseria meningitidis se realiza mediante cultivo bacteriano a partir de muestras clínicas, como líquido cefalorraquídeo (LCR), sangre o hisopados faríngeos. El tratamiento temprano con antibióticos apropiados, como la ceftriaxona o la penicilina G, es crucial para prevenir complicaciones y reducir el riesgo de propagación de la infección. Las vacunas contra los serogrupos A, C, Y, W e X están disponibles y se recomiendan como parte de los programas de inmunización rutinarios en muchos países. La vacuna contra el serogrupo B es más reciente y solo está autorizada en algunos países. Las medidas de salud pública, como la detección precoz, el aislamiento y el tratamiento de los casos y el rastreo de contactos, también desempeñan un papel importante en el control de las epidemias de Neisseria meningitidis.

Los polisacáridos bacterianos son largas cadenas de azúcares (carbohidratos) que se encuentran en la pared celular y la capa externa (cápsula) de muchas bacterias. Estos polisacáridos desempeñan un papel importante en la patogenia bacteriana, ya que contribuyen a la virulencia de las bacterias y ayudan a protegerlas de las defensas inmunológicas del huésped.

La composición química de los polisacáridos bacterianos varía entre diferentes especies de bacterias, lo que puede ser utilizado en su identificación y clasificación. Algunos ejemplos de polisacáridos bacterianos incluyen el peptidoglucano, lipopolisacáridos (LPS) y lipooligosacáridos (LOS).

El peptidoglucano es un tipo de polisacárido que se encuentra en la pared celular de las bacterias gram-positivas y algunas bacterias gram-negativas. Está compuesto por cadenas alternas de azúcares (glucosa) y aminoácidos, y proporciona rigidez a la pared celular bacteriana.

Los lipopolisacáridos (LPS) son otro tipo de polisacárido que se encuentra en la membrana externa de las bacterias gram-negativas. Están compuestos por un lipídeo (lipid A), un núcleo oligosacárido y una cadena lateral polisacárida. Los LPS son responsables de la endotoxicidad de las bacterias gram-negativas y desencadenan una respuesta inflamatoria en el huésped.

Los lipooligosacáridos (LOS) son similares a los LPS, pero contienen cadenas laterales más cortas y menos complejas. Se encuentran en la membrana externa de algunas bacterias gram-negativas y desempeñan un papel importante en la patogenia de estas bacterias.

Las infecciones meningocócicas son infecciones bacterianas graves causadas por la bacteria Neisseria meningitidis, también conocida como meningococo. Estas infecciones pueden manifestarse de dos maneras principales: meningitis meningocócica y septicemia meningocócica.

La meningitis meningocócica es una inflamación del revestimiento protector (meninges) que rodea el cerebro y la médula espinal. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor de cabeza severo, rigidez en el cuello, náuseas, vómitos, fotofobia (sensibilidad a la luz), confusión o letargo, y, en casos más graves, convulsiones.

La septicemia meningocócica, por otro lado, es una infección sanguínea grave que puede causar shock séptico y daño generalizado a los tejidos corporales. Los síntomas pueden incluir fiebre, erupción cutánea (púrpura), dolor articular, dolor abdominal, y choque séptico con presión arterial baja, taquicardia y confusión.

Ambas formas de infección pueden ocurrir simultáneamente en el mismo individuo. Las infecciones meningocócicas son contagiosas y se propagan a través de las gotitas de la tos y los estornudos, así como por contacto cercano y prolongado con una persona infectada. El tratamiento temprano con antibióticos es crucial para prevenir complicaciones graves y la muerte. La vacunación también es una herramienta importante para prevenir la enfermedad.

La palabra "mananos" no parece tener una definición médica directa. Sin embargo, los mananos son un tipo de carbohidratos complejos llamados oligosacáridos que se encuentran en algunos alimentos y también se utilizan en la industria farmacéutica e industrial.

En el contexto médico, los mananos pueden ser relevantes en relación con la nutrición clínica y la terapia enzimática sustitutiva. Algunas personas pueden tener déficits de enzimas que les impiden descomponer y absorber adecuadamente los mananos y otros carbohidratos complejos, lo que puede llevar a problemas digestivos y nutricionales.

En la terapia enzimática sustitutiva, se han desarrollado enzimas que pueden ayudar a descomponer los mananos y otros oligosacáridos para personas con déficits de enzimas específicas. Además, algunos estudios han sugerido que los mananos pueden tener propiedades antimicrobianas y pueden utilizarse en la formulación de productos farmacéuticos y cosméticos.

En resumen, aunque "mananos" no es una definición médica directa, son un tipo de carbohidratos complejos que pueden ser relevantes en el contexto de la nutrición clínica, la terapia enzimática sustitutiva y la formulación de productos farmacéuticos e industriales.

'Staphylococcus aureus' es un tipo de bacteria gram positiva, comúnmente encontrada en la piel y las membranas mucosas de los seres humanos y animales domésticos. Puede causar una variedad de infecciones en humanos, que van desde infecciones cutáneas superficiales hasta enfermedades más graves como neumonía, meningitis, endocarditis e intoxicaciones alimentarias.

Es resistente a muchos antibióticos comunes y puede formar una capa protectora de biofilm alrededor de sí mismo, lo que dificulta aún más su eliminación. Alrededor del 30% de la población humana es portadora asintomática de S. aureus en la nariz o en la piel. Las infecciones por S. aureus se vuelven particularmente problemáticas cuando el microorganismo adquiere resistencia a los antibióticos, como en el caso del MRSA (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina).

Los sueros inmunes, también conocidos como sueros antisépticos o sueros seroterápicos, se definen en el campo médico como preparaciones líquidas estériles que contienen anticuerpos protectores específicos contra ciertas enfermedades. Estos sueros se obtienen generalmente a partir de animales que han sido inmunizados con una vacuna específica o que han desarrollado naturalmente una respuesta inmune a un agente infeccioso.

Después de la extracción de sangre del animal, el suero se separa del coágulo sanguíneo y se purifica para eliminar células y otros componentes sanguíneos. El suero resultante contiene una alta concentración de anticuerpos contra el agente infeccioso al que fue expuesto el animal.

La administración de sueros inmunes en humanos puede proporcionar inmunidad pasiva, es decir, protección temporal contra una enfermedad infecciosa específica. Esta técnica se ha utilizado históricamente para prevenir y tratar diversas enfermedades, como la difteria, el tétanos y la viruela, antes de que estuvieran disponibles las vacunas modernas.

Sin embargo, el uso de sueros inmunes ha disminuido considerablemente con el desarrollo de vacunas eficaces y terapias de reemplazo enzimático. Además, el uso de sueros inmunes puede estar asociado con riesgos, como la transmisión de enfermedades infecciosas o reacciones alérgicas graves. Por lo tanto, actualmente se utiliza principalmente en situaciones especializadas y bajo estricta supervisión médica.

El antígeno de macrófago-1, también conocido como "antígeno CD14" o "mCD14", es una proteína que se encuentra en la superficie de células inmunes específicas llamadas macrófagos. Es un co-receptor para el complejo lipopolisacárido (LPS) y desempeña un papel importante en la activación de la respuesta inmune del cuerpo frente a las bacterias gramnegativas.

El CD14 es una glucoproteína de tipo I que se une al LPS y lo transmite al receptor toll-like 4 (TLR4), lo que lleva a la activación de la vía de señalización intracelular y la producción de citocinas proinflamatorias. El CD14 también puede unirse a otras moléculas bacterianas y fungicidas, como los lipoteicoicos ácidos (LTA) y los mananos, lo que sugiere que desempeña un papel más amplio en la respuesta inmune.

La deficiencia de CD14 se ha asociado con un mayor riesgo de infecciones bacterianas graves, especialmente en poblaciones vulnerables como los recién nacidos y los pacientes ancianos o inmunodeprimidos. Por otro lado, niveles elevados de CD14 se han relacionado con una mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades inflamatorias crónicas, como la aterosclerosis y la enfermedad de Alzheimer.

En resumen, el antígeno de macrófago-1 es una proteína importante en la activación de la respuesta inmune frente a las bacterias gramnegativas y otras moléculas microbianas. Su nivel y actividad están relacionados con el riesgo de infecciones y enfermedades inflamatorias crónicas.

La proteína sérica amiloide A (SAA, por sus siglas en inglés) es una proteína de fase aguda producida principalmente en el hígado como respuesta a la inflamación. Cuando la SAA se acumula y no es completamente degradada, puede formar depósitos insolubles y anormales llamados componentes amiloides P (AP, por sus siglas en inglés). La amiloide P se asocia con una variedad de trastornos inflamatorios crónicos y enfermedades autoinmunes.

La acumulación de AP puede causar daño a los órganos y tejidos, lo que lleva a complicaciones graves y potencialmente fatales. Las manifestaciones clínicas de la amiloidosis por componentes P dependen del tipo y la ubicación de los depósitos amiloides. Los síntomas pueden incluir hinchazón, insuficiencia cardíaca, disfunción renal, neuropatía periférica e infiltración hepática.

El diagnóstico de la enfermedad por componentes amiloide P se realiza mediante una biopsia y el examen histológico del tejido afectado. El componente amiloide P puede identificarse mediante tinción con rojo congo o inmunohistoquímica específica para SAA. La evaluación de la carga de amiloides y la extensión de los depósitos se realiza mediante técnicas de imagen como la resonancia magnética nuclear o la tomografía computarizada.

El tratamiento de la enfermedad por componentes amiloide P implica el control de la inflamación subyacente y la prevención de la acumulación adicional de depósitos amiloides. Los medicamentos antiinflamatorios, como los corticosteroides, se utilizan a menudo para tratar la inflamación asociada con la enfermedad por componentes P. En algunos casos, se pueden considerar terapias específicas dirigidas contra el componente amiloide P, como la colestiramina o los anticuerpos monoclonales.

La prognosis de la enfermedad por componentes amiloide P depende de la extensión y la localización de los depósitos amiloides, así como del grado de disfunción orgánica asociada. La enfermedad puede ser progresiva y potencialmente mortal, especialmente si afecta al corazón o a los riñones. Sin embargo, con un diagnóstico temprano y un tratamiento apropiado, es posible controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.

La definición médica de 'calor' se refiere al aumento de la temperatura corporal o a la sensación percibida de calidez en el cuerpo. También puede referirse al método de transferencia de energía térmica entre dos cuerpos diferentes o entre diferentes partes del mismo cuerpo, lo que puede ocurrir por conducción, convección o radiación. El calor es una forma importante de energía que desempeña un papel crucial en muchos procesos fisiológicos y patológicos en el cuerpo humano.

En medicina, la fiebre se define como una elevación de la temperatura corporal por encima de los límites normales, generalmente por encima de los 37,5-38°C (99,5-100,4°F), y puede ser un signo de infección o inflamación en el cuerpo. Por otro lado, la hipotermia se refiere a una temperatura corporal anormalmente baja, por debajo de los 35°C (95°F), lo que puede ser peligroso y potencialmente mortal si no se trata a tiempo.

En términos de transferencia de energía térmica, el calor fluye desde un cuerpo más caliente a uno más frío hasta que alcanzan el equilibrio térmico. La conducción ocurre cuando dos objetos en contacto directo transfieren calor entre sí, mientras que la convección involucra la transferencia de calor a través del movimiento de fluidos. La radiación es la transferencia de energía térmica a través de ondas electromagnéticas sin necesidad de un medio físico de contacto directo.

Coxiella burnetii es una bacteria gramnegativa intracelular obligada que causa la fiebre Q, una zoonosis mundial. La enfermedad se transmite generalmente a través de la inhalación de polvo contaminado con heces secas de garrapatas o partículas séricas de animales infectados, especialmente de ganado y ovejas. Los síntomas pueden variar desde una enfermedad leve similar a la gripe hasta una forma grave que afecta principalmente al sistema cardiovascular y pulmonar. En casos graves, puede causar endocarditis, meningitis y otras complicaciones. La bacteria es resistente al calor seco y a los desinfectantes comunes, lo que dificulta su eliminación del medio ambiente. El diagnóstico requiere pruebas de laboratorio especializadas, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o el cultivo de muestras clínicas. El tratamiento suele incluir antibióticos como doxiciclina o fluoroquinolonas durante un período prolongado. La prevención implica medidas de control de garrapatas y la vacunación de animales en áreas de riesgo. Las personas que trabajan con animales o en laboratorios que manipulan muestras de Coxiella burnetii deben tomar precauciones especiales para evitar la exposición.

Lectinas, en términos médicos y bioquímicos, se definen como un grupo de proteínas o glucoproteínas que poseen la capacidad de reversiblemente y específicamente unirse a carbohidratos o glúcidos. Estas moléculas están ampliamente distribuidas en la naturaleza y se encuentran en una variedad de fuentes, incluyendo plantas, animales e incluso microorganismos.

Las lectinas tienen la habilidad de aglutinar células, como los eritrocitos, y precipitar polisacáridos, glicoproteínas o glucolípidos gracias a su unión con los carbohidratos. Su nombre proviene del latín "legere", que significa seleccionar, dado que literalmente "seleccionan" los carbohidratos con los que interactuar.

Existen diferentes tipos de lectinas clasificadas según su especificidad de unión a determinados azúcares y la estructura tridimensional de su sitio activo, como las manosa-específicas, galactosa-específicas, N-acetilglucosamina-específicas y fucosa-específicas.

En el campo médico, las lectinas han despertado interés por su potencial aplicación en diversas áreas, como la diagnosis de enfermedades, la terapia dirigida y el desarrollo de vacunas. No obstante, también se les ha relacionado con posibles efectos tóxicos e inmunogénicos, por lo que su uso requiere un cuidadoso estudio y análisis.

Los receptores de complemento 3b (CR3 o CD11b/CD18) son un tipo de receptor de superficie celular que pertenece a la familia de integrinas. Están compuestos por dos subunidades, CD11b y CD18, y se encuentran principalmente en los leucocitos, incluyendo neutrófilos, monocitos y macrófagos.

El complemento 3b (C3b) es un fragmento de proteína activada del sistema del complemento que puede unirse al CR3. La unión de C3b al CR3 desencadena una serie de respuestas celulares, incluyendo la fagocitosis, la activación y la migración de células inmunes.

La activación del CR3 por C3b es importante en la respuesta inmune innata y adaptativa, ya que ayuda a las células inmunes a identificar y destruir patógenos invasores. Además, el CR3 también desempeña un papel en la regulación de la inflamación y la homeostasis tisular.

Los anticuerpos antifúngicos son inmunoglobulinas producidas por el sistema inmune en respuesta a la presencia de hongos (fungos) en el cuerpo. Estos anticuerpos se unen específicamente a los antígenos fungicos, marcándolos para ser destruidos por otras células del sistema inmune. La detección de anticuerpos antifúngicos en la sangre o otros fluidos corporales puede indicar una infección fúngica actual o previa. Sin embargo, también pueden estar presentes en individuos sanos sin infección fungica conocida. Por lo tanto, su presencia debe interpretarse junto con otros hallazgos clínicos y de laboratorio.

'Streptococcus pneumoniae', a menudo referido simplemente como "pneumococo", es un tipo de bacteria gram-positiva esférica o en forma de cocos. Se agrupan juntas y forman cadenas cortas, lo que los distingue de otras especies de estreptococos que forman pares (diplococos) o largas cadenas.

Este patógeno es la causa más común de neumonía adquirida en la comunidad, especialmente en niños pequeños, personas mayores y aquellos con sistemas inmunes debilitados. También puede causar otras infecciones graves como meningitis, sinusitis, otitis media y bacteriemia.

El 'Streptococcus pneumoniae' es parte de la flora normal del nasofaringe en aproximadamente el 5-10% de los adultos sanos y hasta un 60% de los niños en edad preescolar. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, estas bacterias pueden invadir tejidos esteriles y causar enfermedades.

El diagnóstico se realiza típicamente aislando el organismo a partir de muestras clínicas y confirmando su identidad mediante pruebas bioquímicas o PCR. El tratamiento generalmente implica antibióticos, especialmente penicilina o ceftriaxona, aunque la resistencia a los antibióticos es un creciente problema de salud pública.

La vacunación es una estrategia importante para prevenir las enfermedades causadas por 'Streptococcus pneumoniae'. Existen dos tipos principales de vacunas disponibles: la vacuna conjugada contra el neumococo (PCV) y la vacuna polisacárida contra el neumococo (PPV). Estas vacunas protegen contra diferentes serotipos del patógeno.

'Streptococcus agalactiae', también conocido como estreptococo del grupo B (GBS), es un tipo de bacteria gram positiva que normalmente vive en la flora microbiana del tracto digestivo y genitourinario de humanos y animales de sangre caliente. En humanos, puede causar infecciones graves, especialmente en recién nacidos, mujeres embarazadas y personas mayores o inmunodeprimidas.

En recién nacidos, la infección por GBS puede manifestarse como septicemia, meningitis, neumonía o infecciones de piel y tejidos blandos. En mujeres embarazadas, una infección durante el parto puede transmitirse al bebé y causar enfermedad grave. También se ha relacionado con infecciones del tracto urinario, amnionitis, endometritis y mastitis en mujeres embarazadas o postparto.

En adultos mayores y personas con sistemas inmunes debilitados, el GBS puede causar neumonía, bacteriemia, artritis séptica, endocarditis e infecciones de piel y tejidos blandos. El diagnóstico se realiza mediante cultivo bacteriano de muestras clínicas, como sangre, líquido cefalorraquídeo o secreciones. El tratamiento recomendado es con antibióticos apropiados, como penicilina o ampicilina.

La sangre es un tejido conectivo fluido, que desempeña un papel fundamental en el transporte de oxígeno y dióxido de carbono, nutrientes y desechos metabólicos dentro del cuerpo. Constituye alrededor del 7-8% del peso corporal total en los seres humanos. La sangre se compone de dos componentes principales: células sanguíneas (elementos formes) y plasma sanguíneo (componente líquido).

Los elementos formes de la sangre incluyen glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos). Los glóbulos rojos, que son los más abundantes, contienen hemoglobina, una proteína que permite la unión y transporte de oxígeno desde los pulmones a las células del cuerpo, así como el transporte de dióxido de carbono desde las células hacia los pulmones para su eliminación.

Los glóbulos blancos desempeñan un papel crucial en el sistema inmunológico, ya que ayudan a combatir infecciones y enfermedades al destruir microorganismos invasores y células dañadas o anormales. Existen varios tipos de glóbulos blancos, como neutrófilos, linfocitos, monocitos, eosinófilos y basófilos, cada uno con diferentes funciones específicas en la respuesta inmunitaria.

Las plaquetas son fragmentos celulares derivados de megacariocitos found in the bone marrow. Su función principal es participar en la coagulación sanguínea, un proceso que ayuda a detener el sangrado y promover la curación de heridas mediante la formación de coágulos sanguíneos.

El plasma sanguíneo es el componente líquido de la sangre, constituido principalmente por agua, proteínas, electrolitos, nutrientes, gases y desechos metabólicos. Las proteínas plasmáticas más importantes son albumina, globulinas (alfa, beta y gamma) y fibrinógeno. La albumina ayuda a mantener la presión osmótica y transportar diversas moléculas, como hormonas y fármacos, a través del torrente sanguíneo. Las globulinas incluyen anticuerpos, que desempeñan un papel fundamental en la respuesta inmunitaria. El fibrinógeno es una proteína clave en la coagulación sanguínea, ya que se convierte en fibrina durante este proceso, formando parte del coágulo sanguíneo.

En resumen, la sangre es un tejido conectivo líquido compuesto por glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas suspendidos en plasma. Cada componente desempeña funciones vitales en el cuerpo humano, como el transporte de oxígeno y nutrientes, la protección contra infecciones y enfermedades, y la coagulación sanguínea para detener el sangrado.

La Fiebre Q, también conocida como Coxiella burnetii, es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Coxiella burnetii. Se caracteriza generalmente por fiebre, dolores musculares y fatiga. Es una zoonosis, lo que significa que se transmite de animales a humanos, a menudo a través del aire después de que un animal infectado como ovejas, ganado o cabras haya excretado la bacteria en su orina, heces o leche. Los granjeros, veterinarios y procesadores de carne corren un mayor riesgo de exposición. El tratamiento suele implicar la administración de antibióticos como la doxiciclina. Si no se trata, puede causar graves complicaciones, especialmente en personas con sistemas inmunes debilitados. La prevención incluye medidas para reducir la exposición a los animales infectados y sus productos.

Las fibronectinas son proteínas glicosiladas grandes y diméricas que se encuentran en tejidos conectivos, fluido extracelular, plasma sanguíneo y membranas celulares. Están compuestas por dos subunidades idénticas unidas por puentes disulfuro, cada una de las cuales contiene tres dominios repetitivos: tipo I, tipo II y tipo III.

Las fibronectinas desempeñan un papel importante en la adhesión celular, migración y proliferación, así como en la regulación de la respuesta inflamatoria y la cicatrización de heridas. Interactúan con varios ligandos, incluidos colágeno, heparina, fibrina y diversas integrinas, formando redes complejas que soportan la estructura y función del tejido.

La disfunción o alteración de las fibronectinas se ha relacionado con varias enfermedades, como la aterosclerosis, la fibrosis y el cáncer. Por lo tanto, su estudio es relevante para comprender los procesos fisiopatológicos subyacentes y desarrollar posibles estrategias terapéuticas.

'Pseudomonas aeruginosa' es un tipo de bacteria gramnegativa, aerobia y ubiquitaria, capaz de sobrevivir en una gran variedad de ambientes debido a su resistencia a diversos factores estresantes. Es un patógeno oportunista común que puede causar infecciones nosocomiales y community-acquired en humanos, especialmente en individuos inmunodeprimidos o con sistemas de defensa alterados.

Las infecciones por 'Pseudomonas aeruginosa' pueden manifestarse en diversas partes del cuerpo, incluyendo el tracto respiratorio, la piel, los oídos, los ojos y el tracto urinario. También es una causa importante de neumonía asociada a ventiladores y bacteriemia. La bacteria produce una variedad de virulencia factors, como exotoxinas A y S, lipopolisacáridos y proteasas, que contribuyen a su patogenicidad y capacidad para evadir el sistema inmune.

Además, 'Pseudomonas aeruginosa' es conocida por su resistencia a una amplia gama de antibióticos, lo que dificulta su tratamiento clínico. La detección y el control de la propagación de esta bacteria en entornos hospitalarios son cruciales para prevenir infecciones nosocomiales graves y potencialmente mortales.

Staphylococcus es un género de bacterias gram positivas esféricas, también conocidas como cocos. Se agrupan en racimos irregulares que parecen uvas, de ahí su nombre derivado del griego 'staphyle' que significa racimo de uvas y 'kokkos' que significa grano o baya.

Estas bacterias son comensales normales en la piel y las mucosas de humanos y animales de sangre caliente. Sin embargo, algunas especies y cepas de Staphylococcus pueden causar infecciones graves en humanos y animales. El más notorio es Staphylococcus aureus, que a menudo se encuentra en la nariz, la garganta y la piel, y puede causar una variedad de infecciones que van desde lesiones cutáneas hasta enfermedades sistémicas potencialmente letales.

Otra especie importante es Staphylococcus epidermidis, que generalmente es menos patógena pero puede causar infecciones nosocomiales, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados o en presencia de dispositivos médicos invasivos. Las infecciones por Staphylococcus a menudo se tratan con antibióticos, pero el desarrollo de resistencia antimicrobiana, especialmente la resistencia a la meticilina (MRSA), ha planteado desafíos importantes en el manejo clínico.

Los receptores de IgG, también conocidos como receptores Fcγ, son proteínas presentes en la membrana de varias células del sistema inmune, como los leucocitos (glóbulos blancos), que se unen a los fragmentos cristalizables (Fc) de las moléculas de inmunoglobulina G (IgG).

La unión de los receptores de IgG con los Fc de las IgG desempeña un papel crucial en la activación y regulación de respuestas inmunitarias adaptativas. Esto incluye procesos como la fagocitosis, la citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos, la desgranulación de los basófilos y los mastocitos, y la activación de células presentadoras de antígenos.

Existen diferentes subclases de receptores de IgG (FcγRI, FcγRII, y FcγRIII) que se expresan en diversos tipos de células y que desencadenan diferentes respuestas celulares una vez que se unen a las IgG. La interacción entre los receptores de IgG y las IgG es un mecanismo fundamental para la neutralización y eliminación de patógenos, así como para la modulación de respuestas inflamatorias.

Los receptores Fc son proteínas que se encuentran en la superficie de varias células del sistema inmune, como los leucocitos (glóbulos blancos), y están diseñadas para unirse a la región Fc de anticuerpos específicos. La región Fc es la parte constante de un anticuerpo que se conserva entre diferentes subclases de anticuerpos y entre individuos de una misma especie.

Existen diversos tipos de receptores Fc, clasificados según el tipo de anticuerpo al que se unen: receptores Fcγ para IgG, receptores Fcµ para IgM, receptores Fcα/μ para IgA/IgM, y receptores Fcε para IgE. La unión de los receptores Fc con la región Fc de los anticuerpos desencadena una serie de respuestas inmunes, como la fagocitosis, la citotoxicidad mediada por células dependiente de anticuerpos (ADCC), y la liberación de mediadores químicos que participan en la inflamación y la respuesta inmune.

La interacción entre los receptores Fc y los anticuerpos es crucial para una eficaz respuesta inmunitaria, ya que permite a las células del sistema inmune reconocer y eliminar patógenos, células infectadas o células tumorales. Sin embargo, también puede desempeñar un papel en el desarrollo de enfermedades autoinmunes y alergias cuando la respuesta inmunitaria se vuelve excesiva o inapropiada.

Los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son proteínas especializadas producidas por el sistema inmunitario en respuesta a la presencia de sustancias extrañas o antígenos, como bacterias, virus, toxinas o incluso células cancerosas. Están diseñados para reconocer y unirse específicamente a estos antígenos, marcándolos para su destrucción por otras células inmunes.

Existen cinco tipos principales de anticuerpos en el cuerpo humano, designados IgA, IgD, IgE, IgG e IgM. Cada tipo tiene un papel específico en la respuesta inmune:

* IgG: Es el tipo más común de anticuerpo y proporciona inmunidad a largo plazo contra bacterias y virus. También cruza la placenta, brindando protección a los bebés no nacidos.
* IgM: Es el primer tipo de anticuerpo en producirse en respuesta a una nueva infección y actúa principalmente en la fase aguda de la enfermedad. También se une fuertemente al complemento, una proteína del plasma sanguíneo que puede destruir bacterias directamente o marcarlas para su destrucción por otras células inmunes.
* IgA: Se encuentra principalmente en las membranas mucosas, como la nariz, los pulmones, el tracto gastrointestinal y los genitourinarios. Ayuda a prevenir la entrada de patógenos en el cuerpo a través de estas vías.
* IgD: Se encuentra principalmente en la superficie de células B inmaduras y desempeña un papel en su activación y diferenciación en células plasmáticas, que producen anticuerpos.
* IgE: Desempeña un papel importante en las reacciones alérgicas y parasitarias. Se une fuertemente a los mastocitos y basófilos, dos tipos de células inmunes que liberan histamina e otras sustancias químicas inflamatorias cuando se activan.

En resumen, los anticuerpos son proteínas importantes del sistema inmunitario que ayudan a neutralizar y eliminar patógenos invasores, como bacterias y virus. Existen cinco tipos principales de anticuerpos (IgG, IgM, IgA, IgD e IgE), cada uno con funciones específicas en la respuesta inmunitaria.

El complejo antígeno-anticuerpo es una estructura molecular formada por la unión específica entre un antígeno y un anticuerpo. Los antígenos son sustancias extrañas al organismo que desencadenan una respuesta inmunitaria, mientras que los anticuerpos son proteínas producidas por el sistema inmunitario para reconocer y neutralizar a los antígenos.

Cuando un antígeno entra en contacto con un anticuerpo compatible, se produce una reacción química que hace que ambas moléculas se unan formando el complejo antígeno-anticuerpo. Esta unión se lleva a cabo mediante la interacción de las regiones variables de la cadena pesada y ligera del anticuerpo con determinadas zonas del antígeno, conocidas como epitopes o determinantes antigénicos.

Una vez formado el complejo antígeno-anticuerpo, puede ser reconocido por otras células del sistema inmunitario, como los fagocitos, que lo internalizan y lo destruyen, eliminando así la amenaza para el organismo. El proceso de formación de complejos antígeno-anticuerpo es fundamental en la respuesta inmunitaria adaptativa y desempeña un papel clave en la protección del cuerpo frente a infecciones y enfermedades.

Los receptores inmunológicos son moléculas especializadas que se encuentran en las células del sistema inmunitario. Su función principal es reconocer y responder a diversos estímulos, como antígenos (sustancias extrañas al cuerpo), señales químicas o células dañadas.

Existen diferentes tipos de receptores inmunológicos, entre los que se incluyen:

1. Receptores de reconocimiento de patrones (PRR, por sus siglas en inglés): Estos receptores están presentes principalmente en células del sistema innato, como neutrófilos, macrófagos y células dendríticas. Reconocen patrones moleculares conservados asociados a patógenos (PAMPs), que son característicos de microorganismos como bacterias, hongos y virus. Algunos ejemplos de PRR incluyen los receptores tipo Toll (TLR) y los receptores NOD-like (NLR).

2. Receptores de células T: Las células T son un componente clave del sistema inmune adaptativo. Existen dos tipos principales de receptores de células T: receptores de células T CD4+ (o ayudadores) y receptores de células T CD8+ (o citotóxicos). Estos receptores reconocen antígenos presentados por moléculas del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) en la superficie de células infectadas o dañadas. La unión de un receptor de célula T con su ligando desencadena una respuesta inmunitaria específica contra el antígeno correspondiente.

3. Receptores B: Las células B producen anticuerpos y desempeñan un papel crucial en la respuesta inmune adaptativa. Los receptores de células B se encuentran en la superficie de estas células y reconocen antígenos libres en circulación. Tras la activación, las células B pueden diferenciarse en células plasmáticas y secretar anticuerpos específicos para el antígeno reconocido.

4. Receptores de citocinas: Los receptores de citocinas son proteínas transmembrana que se unen a citocinas, moléculas señalizadoras importantes en la regulación de la respuesta inmunitaria. Algunos ejemplos de receptores de citocinas incluyen los receptores de interleucina-1 (IL-1), IL-2, IL-6, IL-10 y factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α). La unión de una citocina con su receptor desencadena una cascada de señalización intracelular que regula la expresión génica y la respuesta celular.

En conjunto, estos diferentes tipos de receptores inmunológicos desempeñan un papel fundamental en la detección, clasificación y eliminación de patógenos y células dañinas, así como en la regulación de la respuesta inmunitaria.

No hay una definición médica específica para "conejos". Los conejos son animales pertenecientes a la familia Leporidae, que también incluye a los liebres. Aunque en ocasiones se utilizan como mascotas, no hay una definición médica asociada con ellos.

Sin embargo, en un contexto zoológico o veterinario, el término "conejos" podría referirse al estudio de su anatomía, fisiología, comportamiento y cuidados de salud. Algunos médicos especializados en animales exóticos pueden estar familiarizados con la atención médica de los conejos como mascotas. En este contexto, los problemas de salud comunes en los conejos incluyen enfermedades dentales, trastornos gastrointestinales y parásitos.

La adhesión bacteriana es el proceso por el cual las bacterias se unen a una superficie, como tejidos vivos o dispositivos médicos inertes. Este es un paso crucial en la patogénesis de muchas infecciones, ya que permite que las bacterias se establezcan y colonicen en un huésped.

La adhesión bacteriana generalmente involucra interacciones específicas entre moléculas de superficie bacterianas y receptores de la superficie del huésped. Las bacterias a menudo producen moléculas adhesivas llamadas "adhesinas" que se unen a los receptores correspondientes en el huésped, como proteínas o glucanos.

Después de la adhesión inicial, las bacterias pueden multiplicarse y formar una biofilm, una comunidad multicelular incrustada en una matriz de polímeros extracelulares producidos por las propias bacterias. Los biofilms pueden proteger a las bacterias de los ataques del sistema inmunológico del huésped y hacer que sean más resistentes a los antibióticos, lo que dificulta su eliminación.

La adhesión bacteriana es un proceso complejo que está influenciado por varios factores, como las propiedades de la superficie bacteriana y del huésped, las condiciones ambientales y el estado del sistema inmunológico del huésped. El estudio de la adhesión bacteriana es importante para comprender la patogénesis de las infecciones bacterianas y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas para prevenirlas y tratarlas.

"Escherichia coli" (abreviado a menudo como "E. coli") es una especie de bacterias gram-negativas, anaerobias facultativas, en forma de bastón, perteneciente a la familia Enterobacteriaceae. Es parte de la flora normal del intestino grueso humano y de muchos animales de sangre caliente. Sin embargo, ciertas cepas de E. coli pueden causar diversas infecciones en humanos y otros mamíferos, especialmente si ingresan a otras partes del cuerpo donde no pertenecen, como el sistema urinario o la sangre. Las cepas patógenas más comunes de E. coli causan gastroenteritis, una forma de intoxicación alimentaria. La cepa O157:H7 es bien conocida por provocar enfermedades graves, incluidas insuficiencia renal y anemia hemolítica microangiopática. Las infecciones por E. coli se pueden tratar con antibióticos, pero las cepas resistentes a los medicamentos están aumentando en frecuencia. La prevención generalmente implica prácticas de higiene adecuadas, como lavarse las manos y cocinar bien la carne.

La Inmunoglobulina M (IgM) es un tipo de anticuerpo que desempeña un papel crucial en el sistema inmunitario humano. Es la primera línea de defensa del cuerpo contra las infecciones y actúa rápidamente después de que una sustancia extraña, como un virus o bacteria, ingresa al organismo.

Las IgM son grandes moléculas producidas por los linfocitos B (un tipo de glóbulo blanco) en respuesta a la presencia de antígenos, que son sustancias extrañas que desencadenan una respuesta inmunitaria. Las IgM se unen específicamente a los antígenos y ayudan a neutralizarlos o marcarlos para su destrucción por otras células del sistema inmunitario.

Las IgM están compuestas de cinco unidades idénticas de moléculas de inmunoglobulina, lo que les confiere una alta avidez (afinidad) por el antígeno y una gran capacidad para activar el sistema del complemento, una serie de proteínas plasmáticas que trabajan juntas para destruir las células infectadas.

Las IgM se encuentran principalmente en el plasma sanguíneo y los líquidos corporales, como la linfa y el líquido sinovial. Su producción aumenta rápidamente durante una infección aguda y luego disminuye a medida que otras clases de anticuerpos, como las IgG, toman el relevo en la defensa contra la infección.

En resumen, la Inmunoglobulina M es un tipo importante de anticuerpo que desempeña un papel fundamental en la detección y eliminación de sustancias extrañas y patógenos del cuerpo humano.

En la medicina y bioquímica, las proteínas portadoras se definen como tipos específicos de proteínas que transportan diversas moléculas, iones o incluso otras proteínas desde un lugar a otro dentro de un organismo vivo. Estas proteínas desempeñan un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio y la homeostasis en el cuerpo. Un ejemplo comúnmente conocido es la hemoglobina, una proteína portadora de oxígeno presente en los glóbulos rojos de la sangre, que transporta oxígeno desde los pulmones a las células del cuerpo y ayuda a eliminar el dióxido de carbono. Otros ejemplos incluyen lipoproteínas, que transportan lípidos en el torrente sanguíneo, y proteínas de unión a oxígeno, que se unen reversiblemente al oxígeno en los tejidos periféricos y lo liberan en los tejidos que carecen de oxígeno.

Los monocitos son glóbulos blancos (leucocitos) que forman parte del sistema inmunitario y desempeñan un papel crucial en la respuesta inmunitaria. Son producidos en la médula ósea y posteriormente circulan por el torrente sanguíneo, donde representan alrededor del 5-10% de los leucocitos totales.

Los monocitos tienen un tamaño relativamente grande (entre 12-20 micrómetros de diámetro) y presentan un núcleo irregularmente lobulado o reniforme. Carecen de gránulos específicos en su citoplasma, a diferencia de otros leucocitos como los neutrófilos o las eosinófilos.

Una vez que los monocitos entran en tejidos periféricos, se diferencian en macrófagos y células dendríticas, que desempeñan funciones importantes en la fagocitosis (ingestión y destrucción) de agentes patógenos, la presentación de antígenos a las células T y la regulación de respuestas inflamatorias.

En definitiva, los monocitos son un tipo de glóbulos blancos que desempeñan un papel fundamental en el sistema inmunitario, participando en la eliminación de patógenos y en la modulación de respuestas inflamatorias.

Los antígenos bacterianos son sustancias extrañas o moléculas presentes en la superficie de las bacterias que pueden ser reconocidas por el sistema inmune del huésped. Estos antígenos desencadenan una respuesta inmunitaria específica, lo que lleva a la producción de anticuerpos y la activación de células inmunes como los linfocitos T.

Los antígenos bacterianos pueden ser proteínas, polisacáridos, lipopolisacáridos u otras moléculas presentes en la pared celular o membrana externa de las bacterias. Algunos antígenos son comunes a muchas especies de bacterias, mientras que otros son específicos de una sola especie o cepa.

La identificación y caracterización de los antígenos bacterianos es importante en la medicina y la microbiología, ya que pueden utilizarse para el diagnóstico y la clasificación de las bacterias, así como para el desarrollo de vacunas y terapias inmunes. Además, el estudio de los antígenos bacterianos puede ayudar a entender cómo interactúan las bacterias con su huésped y cómo evaden o modulan la respuesta inmune del huésped.

La inmunidad innata, también conocida como inmunidad no específica, es el primer tipo de respuesta inmune que se activa cuando un agente extraño, como un virus o bacteria, invade el organismo. A diferencia de la inmunidad adaptativa (o adquirida), la inmunidad innata no está dirigida contra agentes específicos y no confiere inmunidad a largo plazo.

La inmunidad innata incluye una variedad de mecanismos defensivos, como:

1. Barreras físicas: piel, mucosas y membranas mucosas que impiden la entrada de patógenos en el cuerpo.
2. Mecanismos químicos: ácidos gástrico y genital, líquido lagrimal, sudor y saliva con propiedades antimicrobianas.
3. Fagocitosis: células inmunes como neutrófilos, macrófagos y células dendríticas que rodean y destruyen los patógenos invasores.
4. Inflamación: respuesta del sistema inmune a la presencia de un agente extraño, caracterizada por enrojecimiento, hinchazón, dolor y calor.
5. Interferones: proteínas secretadas por células infectadas que alertan a otras células sobre la presencia de un patógeno y activan su respuesta defensiva.
6. Complemento: sistema de proteínas del plasma sanguíneo que ayudan a destruir los patógenos y a eliminar las células infectadas.

La inmunidad innata es una respuesta rápida y no específica que se activa inmediatamente después de la exposición al agente extraño, lo que permite al organismo contener la infección hasta que la inmunidad adaptativa pueda desarrollar una respuesta más específica y duradera.

Las células cultivadas, también conocidas como células en cultivo o células in vitro, son células vivas que se han extraído de un organismo y se están propagando y criando en un entorno controlado, generalmente en un medio de crecimiento especializado en un plato de petri o una flaska de cultivo. Este proceso permite a los científicos estudiar las células individuales y su comportamiento en un ambiente controlado, libre de factores que puedan influir en el organismo completo. Las células cultivadas se utilizan ampliamente en una variedad de campos, como la investigación biomédica, la farmacología y la toxicología, ya que proporcionan un modelo simple y reproducible para estudiar los procesos fisiológicos y las respuestas a diversos estímulos. Además, las células cultivadas se utilizan en terapias celulares y regenerativas, donde se extraen células de un paciente, se les realizan modificaciones genéticas o se expanden en número antes de reintroducirlas en el cuerpo del mismo individuo para reemplazar células dañadas o moribundas.

Algunas proteínas obstaculizan la fagocitosis mediada por opsoninas; Staphylococcus aureus produce proteína A para bloquear ... y los estreptococos del grupo A de Lansfield producen proteínas como por ejemplo la proteína M o proteínas de las fimbrias para ... Las opsoninas activan la fagocitosis de bacterias recubiertas de Ig G o mediante proteínas del complemento (las cuales se ... El primero utiliza proteínas con carga eléctrica que dañan la membrana bacteriana. El segundo utiliza lisozimas; estas enzimas ...
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