Preparación de insulina que es diseñada para proporcionar un control glucémico inmediato y de largo plazo en una sola dosis. Generalmente la insulina bifásica está compuesta por INSULINA REGULAR o INSULINA DE ACCIÓN CORTA combinada con una INSULINA DE ACCIÓN PROLONGADA.
Insulina que ha sido modificada para contener ÁCIDO ASPÁRTICO en lugar de una PROLINA en la posición 38 de la cadena B.
Preparación de INSULINA de acción intermedia con un tiempo aproximado de inicio de 2 horas y una duración de 24 horas. Se produce mediante la cristalización de la insulina protamina zinc en un pH 7 neutro. Es así llamada protamina neutra de Hagedorn debido a su inventor, Hans Christian Hagedorn.
Hormona protéica segregada por las células beta del páncreas. La insulina desempeña un papel fundamental en la regulación del metabolismo de la glucosa, generalmente promoviendo la utilización celular de la glucosa. También es un regulador importante del metabolismo protéico y lipídico. La insulina se emplea para controlar la diabetes mellitus dependiente de insulina.
Sustancias que reducen los niveles de glucosa en la sangre.
D-Glucosa. Una fuente primaria de energía para los organismos vivientes. Se presenta en estado natural y se halla en estado libre en las frutas y otras partes de las plantas. Se usa terapéuticamente en la reposición de fluídos y nutrientes.
Estructuras microscópicas irregulares, consistentes en cuerdas de células endocrinas que están dispersas por todo el PÁNCREAS, entre los acinos exocrinos. Cada islote está rodeado de fibras de tejido conjuntivo y penetrado por una red de capilares. Hay cuatro tipos principales de células. Las mas abundantes son las células beta (50-80 por ciento), que segregan INSULINA. Las células alfa (5-20 por ciento) segregan GLUCAGÓN. Las células PP (10-35 por ciento) segregan POLIPÉPTIDO PANCREÁTICO. Las células delta (aproximadamente 5 por ciento) segregan SOMATOSTATINA.
Receptor de la superficie celular para la INSULINA. Comprende un tetrámetro de dos subunidades alfa y dos beta, que se derivan de la ruptura de una única proteína precursora. El receptor contiene un dominio intrínseco de TIROSINA QUINASA que está localizado dentro de la subunidad beta. La activación del receptor por la INSULINA da lugar a numerosos cambios metabólicos, incluído el incremento de la captación de GLUCOSA en el hígado,músculos, y TEJIDO ADIPOSO.
Vesículas derivadas del APARATO DE GOLGI que contienen material a ser liberado en la superficie celular.
Subclase de DIABETES MELLITUS que no es sensible o dependiente de la INSULINA (DMNID). Se caracteriza inicialmente por la RESISTENCIA A LA INSULINA e HIPERINSULINISMO y en ocasiones por INTOLERANCIA A LA GLUCOSA, HIPERGLICEMIA y diabetes evidente. La Diabetes Mellitus Tipo 2 ya no se considera una enfermedad exclusiva de los adultos. Los pacientes raramente desarrollan CETOSIS pero a menudo presentan OBESIDAD.
Tipo de células pancreáticas que representan el 50-80 por ciento de las células de los islotes. Las células beta segregan INSULINA.
Liberación celular de material dentro de vesículas limitadas por membranas mediante fusión de las vesículas con la MEMBRANA CELULAR.
Componentes secundarios de la hemoglobina de los eritrocitos humanos designados A1a, A1b, y A1c. La hemoglobina A1c es la más importante, dado que su molécula de azúcar es la glucosa covalentemente enlazada al terminal amino de la cadena beta. Como las concentraciones normales de glucohemoglobina excluyen marcadas fluctuaciones de la glucosa sanguínea durante las 3 o 4 semanas precedentes, la concentración de hemoglobina A glucosilada representa el índice más confiable de la media de la glucosa sanguínea durante un largo período de tiempo.
Disminución de la efectividad de la INSULINA para reducir los niveles de azúcar en la sangre: se requiere de 200 unidades o más de insulina por día para prevenir la HIPERGLUCEMIA o la CETOSIS.
Programa de tiempo para la administración de un medicamento para lograr la efectividad y conveniencia óptimas.
Un grupo de proteínas de señalización estructuralmente relacionadas que son fosforiladas por la PROTEÍNA TIROSINA QUINASA RECEPTORA DE INSULINA. Las proteínas comparten en común un dominio de enlace FOSFOLÍPIDO N-terminal, un dominio de enlace fosforotirosina que interactúa con el RECEPTOR DE INSULINA fosforilado, y un dominio C-terminal rico en TIROSINA. Tras la fosforilación de las tirosinas de las proteínas sustrato receptoras de insulina, interactúan con proteínas específicas que contienen DOMINIO SH2, que participan en la señalización del receptor de insulina.
Formulaciones de insulina que contienen sustancias que retardan la absorción para así extender el periodo de acción.
Anticuerpos específicos contra la INSULINA.
Compuestos que inhiben o antagonizan la biosíntesis o la acción de la insulina.

Las insulinas bifásicas, también conocidas como insulinas combinadas o insulinas premezcladas, son formulaciones de insulina que contienen dos tipos diferentes de insulina: una porción de insulina de acción rápida y otra porción de insulina de acción intermedia. Estas insulinas están diseñadas para proporcionar un control glucémico a corto y largo plazo, ya que la insulina de acción rápida comienza a actuar en aproximadamente 30 minutos y alcanza su peak entre las 1-3 horas posteriores a la inyección, mientras que la insulina de acción intermedia generalmente comienza a actuar después de 2-4 horas y continúa trabajando durante un período de 12-16 horas.

Las proporciones de insulina de acción rápida e insulina de acción intermedia varían entre los diferentes tipos de insulinas bifásicas, pero una formulación común es la insulina 70/30, que contiene un 70% de insulina de acción intermedia y un 30% de insulina de acción rápida. Otras formulaciones incluyen la insulina 50/50, 60/40 y 80/20.

Las insulinas bifásicas se utilizan principalmente en el tratamiento de la diabetes tipo 1 y en algunos casos de diabetes tipo 2 que requieren dos inyecciones diarias de insulina. Estas formulaciones pueden ayudar a simplificar el régimen de dosis de insulina, ya que solo se necesita una inyección para proporcionar cobertura tanto a corto como a largo plazo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada persona puede responder de manera diferente a las diferentes formulaciones de insulina, por lo que el médico trabajará con el paciente para determinar la mejor opción de tratamiento.

La insulina asparta es un análogo de la insulina humana, rápidamente absorbible, diseñado para uso en el tratamiento del diabetes mellitus. Es una insulina analoga con un cambio en la estructura de la molécula de insulina humana regular, donde un grupo ácido aspártico reemplaza a la glicina en posición B30. Esto le confiere una velocidad de absorción más rápida y una acción más breve en comparación con la insulina humana regular.

La insulina asparta se utiliza en el control de la glucemia posprandial (después de las comidas) al administrarse inmediatamente antes o después de las comidas. Está disponible en forma de solución inyectable y se puede usar con plumas de insulina o bombas de insulina para su administración.

Los efectos secundarios potenciales de la insulina asparta incluyen hipoglucemia (bajos niveles de glucosa en sangre), reacciones en el lugar de la inyección, como enrojecimiento, hinchazón o dolor, y en raras ocasiones, alergias a la insulina. Es importante monitorear estrechamente los niveles de glucosa en sangre mientras se usa este medicamento para minimizar el riesgo de hipoglucemia.

La insulina isófana se refiere a un tipo de insulina que tiene una duración intermedia en el cuerpo, generalmente entre 10-16 horas. Es una mezcla de diferentes tipos de insulina, incluyendo insulina de acción rápida y de acción prolongada. La insulina isófana se utiliza para controlar los niveles de glucosa en la sangre en personas con diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2.

La palabra "isófana" significa "igual tiempo de acción" en griego, lo que indica que los diferentes tipos de insulina en la mezcla alcanzan su pico de actividad aproximadamente al mismo tiempo. Esto permite un control más uniforme y predecible de los niveles de glucosa en la sangre durante el día y la noche.

La insulina isófana se administra generalmente una o dos veces al día, dependiendo de las necesidades individuales de cada persona con diabetes. Es importante seguir cuidadosamente las recomendaciones del médico o profesional de la salud en cuanto a la dosis y el horario de administración para obtener los mejores resultados y minimizar el riesgo de hipoglucemia (bajos niveles de glucosa en la sangre) o hiperglucemia (altos niveles de glucosa en la sangre).

La insulina es una hormona peptídica esencial producida por las células beta en los islotes de Langerhans del páncreas. Juega un papel fundamental en el metabolismo de la glucosa, permitiendo que las células absorban glucosa para obtener energía o almacenarla como glucógeno y lípidos. La insulina regula los niveles de glucosa en la sangre, promoviendo su absorción por el hígado, el tejido adiposo y el músculo esquelético. También inhibe la gluconeogénesis (el proceso de formación de glucosa a partir de precursores no glucídicos) en el hígado.

La deficiencia o resistencia a la insulina puede conducir a diversas condiciones médicas, como diabetes tipo 1 y tipo 2, síndrome metabólico y otras enfermedades relacionadas con la glucosa. La terapia de reemplazo de insulina es una forma común de tratamiento para las personas con diabetes que no producen suficiente insulina o cuyos cuerpos no responden adecuadamente a ella.

En resumen, la insulina es una hormona vital responsable de regular los niveles de glucosa en sangre y promover el uso y almacenamiento de energía en el cuerpo.

Los hipoglucemiantes son medicamentos que se utilizan en el tratamiento de la diabetes para ayudar a reducir los niveles altos de glucosa en la sangre. Funcionan promoviendo la liberación de insulina desde el páncreas, aumentando la sensibilidad del cuerpo a la insulina o disminuyendo la producción de glucosa en el hígado. Algunos ejemplos comunes de hipoglucemiantes incluyen metformina, sulfonilureas, meglitinidas y inhibidores de la DPP-4. Es importante usarlos correctamente y bajo la supervisión de un profesional médico, ya que un uso inadecuado puede provocar hipoglucemia o niveles bajos de glucosa en la sangre.

La glucosa es un monosacárido, específicamente una hexosa, que desempeña un papel vital en la biología de los organismos vivos, especialmente para los seres humanos y otros mamíferos, ya que constituye una fuente primaria de energía. Es fundamental en el metabolismo y se deriva principalmente de la dieta, donde se encuentra en forma de almidón y azúcares simples como la sacarosa (azúcar de mesa).

En términos médicos, la glucosa es un componente crucial del ciclo de Krebs y la respiración celular, procesos metabólicos que producen energía en forma de ATP (adenosín trifosfato). La glucosa también está involucrada en la síntesis de otras moléculas importantes, como los lípidos y las proteínas.

La homeostasis de la glucosa se mantiene cuidadosamente dentro de un rango estrecho en el cuerpo humano. El sistema endocrino regula los niveles de glucosa en sangre a través de hormonas como la insulina y el glucagón, secretadas por el páncreas. La diabetes mellitus es una condición médica común que se caracteriza por niveles altos de glucosa en sangre (hiperglucemia), lo que puede provocar complicaciones graves a largo plazo, como daño renal, ceguera y enfermedades cardiovasculares.

En resumen, la glucosa es un azúcar simple fundamental para el metabolismo energético y otras funciones celulares importantes en los seres humanos y otros mamíferos. El mantenimiento de niveles adecuados de glucosa en sangre es crucial para la salud general y el bienestar.

Los islotes pancreáticos, también conocidos como islotes de Langerhans, son grupos de células endocrinas dentro del páncreas. Este órgano digerivo tiene tanto una función exocrina (liberando enzimas para ayudar en la digestión) como una función endocrina (liberando hormonas directamente en la sangre). Los islotes pancreáticos son responsables de la función endocrina del páncreas.

Estos islotes están compuestos por varios tipos de células, las más comunes son las células beta, las cuales producen y secretan insulina, una hormona que ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre. Otras células importantes en los islotes pancreáticos incluyen las células alfa, que producen y secretan glucagón, una hormona que aumenta los niveles de glucosa en la sangre; las células delta, que producen y secretan somatostatina, una hormona que inhibe la liberación de otras hormonas; y las células PP, que producen y secretan péptido pancreático, una hormona que regula la secreción de insulina y glucagón.

La disfunción o destrucción de los islotes pancreáticos y las células beta en su interior puede conducir a diversas condiciones médicas, como la diabetes mellitus tipo 1, en la que el cuerpo no produce suficiente insulina para regular los niveles de glucosa en la sangre.

El receptor de insulina es un tipo de proteína transmembrana que se encuentra en la superficie de las células, principalmente en los tejidos periféricos como el hígado, el músculo esquelético y el tejido adiposo. Es responsable de la captación y trasducción de la señal de la hormona insulina, lo que desencadena una serie de respuestas metabólicas en el cuerpo.

La insulina se une al receptor de insulina, lo que provoca un cambio conformacional en el receptor y activa una cascada de eventos intracelulares que involucran la fosforilación y desfosforilación de diversas proteínas. Esto conduce a la activación de varias vías de señalización, incluyendo la vía PI3K/AKT, que promueve la absorción de glucosa en las células, el almacenamiento de glucógeno y la síntesis de lípidos y proteínas.

Las mutaciones en el gen del receptor de insulina o alteraciones en su expresión y función pueden dar lugar a diversas enfermedades metabólicas, como la diabetes mellitus tipo 2 y el síndrome de resistencia a la insulina. Además, los defectos en el receptor de insulina también se han asociado con diversas condiciones clínicas, como el síndrome de Laron, la obesidad y el cáncer.

Las vesículas secretoras son estructuras membranosas presentes en células especializadas que participan en el proceso de secreción. Estas vesículas contienen diversos componentes, como enzimas, proteínas, mucopolisacáridos y otros productos metabólicos que necesitan ser secretorados al exterior de la célula o dentro del mismo organismo.

Una vez sintetizados estos componentes en el retículo endoplásmico y modificados en el aparato de Golgi, son empacados en vesículas de membrana que se forman a partir del complejo de Golgi. Luego, mediante un proceso conocido como exocitosis, las vesículas secretoras se fusionan con la membrana plasmática y liberan su contenido al espacio extracelular o a los conductos secretorios.

Un ejemplo común de células que contienen vesículas secretoras son las glándulas exocrinas, como las glándulas salivales y sudoríparas, así como también las células endocrinas que producen hormonas. En resumen, las vesículas secretoras desempeñan un papel fundamental en la regulación de diversos procesos fisiológicos mediante la secreción controlada de sustancias específicas.

La diabetes mellitus tipo 2, también conocida como diabetes no insulinodependiente, es una enfermedad metabólica caracterizada por niveles elevados de glucosa en la sangre (hiperglucemia) resultante de la resistencia a la insulina y/o deficiencia relativa en la secreción de insulina. La insulina es una hormona producida por el páncreas que permite que las células utilicen la glucosa como fuente de energía. En la diabetes mellitus tipo 2, el cuerpo no puede usar eficazmente la insulina, lo que hace que los niveles de glucosa en la sangre se eleven.

Esta forma de diabetes suele desarrollarse en adultos y es a menudo asociada con factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo, la edad avanzada y los antecedentes familiares de diabetes. Los síntomas iniciales pueden ser leves o incluso ausentes, pero con el tiempo pueden incluir aumento de la sed (polidipsia), micción frecuente (poliuria) y aumento del hambre (polifagia). La diabetes mellitus tipo 2 también puede causar complicaciones a largo plazo, como enfermedades cardiovasculares, daño renal, daño nervioso y ceguera. El tratamiento generalmente implica cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio regular, junto con medicamentos para controlar los niveles de glucosa en la sangre.

Las células secretoras de insulina, también conocidas como células beta, son un tipo de célula que se encuentra en los islotes de Langerhans del páncreas. Estas células son responsables de producir y secretar insulina, una hormona crucial para el metabolismo de la glucosa en el cuerpo.

La insulina permite que las células utilicen la glucosa como fuente de energía, por lo que es especialmente importante después de comer, cuando los niveles de glucosa en la sangre aumentan. La deficiencia o resistencia a la insulina pueden conducir al desarrollo de diabetes, una enfermedad metabólica grave que afecta a millones de personas en todo el mundo.

Las células secretoras de insulina son un objetivo importante de la investigación y el tratamiento de la diabetes, ya que su funcionamiento adecuado es esencial para mantener los niveles normales de glucosa en la sangre.

La exocitosis es un proceso mediado por membranas en las células vivas donde las vesículas membranosas interiores, llenas de moléculas particularmente destinadas a ser secretadas, se fusionan con la membrana celular y liberan su contenido al exterior del espacio extracelular. Este mecanismo es fundamental para diversos procesos fisiológicos como el lanzamiento de neurotransmisores en las neuronas, la liberación de hormonas en las glándulas endocrinas, o la eliminación de materiales no deseados y superávit de membrana celular. Es un proceso activo que requiere energía (ATP) y está controlado por una serie de proteínas especializadas llamadas SNAREs (proteínas solubles N-etilmaleimida sensible receptores).

La hemoglobina A1c, también conocida como hemoglobina glucosilada, es una forma de hemoglobina que se une a la glucosa. La medición de la hemoglobina A1c proporciona un indicador del promedio del nivel de azúcar en sangre durante los últimos 2 a 3 meses.

Más específicamente, la hemoglobina A1c representa el porcentaje de glucosa que se encuentra unida a las moléculas de hemoglobina en los glóbulos rojos. Cuanto más alto sea el nivel promedio de azúcar en sangre, mayor será la cantidad de glucosa unida a la hemoglobina A.

La prueba de hemoglobina A1c se utiliza como una herramienta importante para el diagnóstico y el seguimiento del control del azúcar en sangre en personas con diabetes. Los objetivos terapéuticos recomendados suelen ser mantener los niveles de hemoglobina A1c por debajo del 7% en la mayoría de las personas con diabetes, aunque este objetivo puede variar dependiendo de las circunstancias individuales de cada persona.

La resistencia a la insulina es un trastorno metabólico en el que las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina, una hormona producida por el páncreas que permite a las células absorber glucosa o azúcar en la sangre para ser utilizada como energía. En condiciones normales, cuando los niveles de glucosa en la sangre aumentan después de una comida, el páncreas secreta insulina para ayudar a las células a absorber y utilizar la glucosa. Sin embargo, en la resistencia a la insulina, las células no responden bien a la insulina, lo que hace que el páncreas produzca aún más insulina para mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango normal.

Este ciclo continuo puede conducir a un aumento gradual de la resistencia a la insulina y, finalmente, a la diabetes tipo 2 si no se trata. La resistencia a la insulina también se asocia con otros problemas de salud, como enfermedades cardiovasculares, presión arterial alta y síndrome del ovario poliquístico.

La resistencia a la insulina puede ser causada por una combinación de factores genéticos y ambientales, como la obesidad, el sedentarismo, la dieta rica en grasas y azúcares refinados, y el estrés crónico. El tratamiento de la resistencia a la insulina generalmente implica hacer cambios en el estilo de vida, como perder peso, hacer ejercicio regularmente, comer una dieta saludable y equilibrada, y controlar el estrés. En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar los niveles de glucosa en la sangre.

Un esquema de medicación, también conocido como plan de medicación o régimen de dosificación, es un documento detallado que especifica los medicamentos prescritos, la dosis, la frecuencia y la duración del tratamiento para un paciente. Incluye información sobre el nombre del medicamento, la forma farmacéutica (como tabletas, cápsulas, líquidos), la dosis en unidades medidas (por ejemplo, miligramos o mililitros), la frecuencia de administración (por ejemplo, tres veces al día) y la duración total del tratamiento.

El esquema de medicación puede ser creado por un médico, enfermero u otro profesional sanitario y se utiliza para garantizar que el paciente reciba los medicamentos adecuados en las dosis correctas y en el momento oportuno. Es especialmente importante en situaciones en las que el paciente toma varios medicamentos al mismo tiempo, tiene condiciones médicas crónicas o es vulnerable a efectos adversos de los medicamentos.

El esquema de medicación se revisa y actualiza periódicamente para reflejar los cambios en el estado de salud del paciente, las respuestas al tratamiento o la aparición de nuevos medicamentos disponibles. Además, es una herramienta importante para la comunicación entre profesionales sanitarios y pacientes, ya que ayuda a garantizar una comprensión clara y precisa del tratamiento médico.

Los receptores de insulina son proteínas transmembrana que desempeñan un papel clave en la fisiología de la insulina, una hormona peptídica importante en la regulación del metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas. Una vez que la insulina se une a su receptor, induce una cascada de señalización intracelular que promueve la absorción y el almacenamiento de glucosa en células como las hepatocitos, miocitos y adipocitos.

Las proteínas sustrato del receptor de insulina (IRS) son un grupo de proteínas citoplasmáticas que desempeñan un papel crucial en la transmisión de señales desde el receptor de insulina a diversos efectores intracelulares. Cuando la insulina se une al receptor, induce la fosforilación de los residuos de tirosina en los dominios citoplasmáticos del receptor, lo que provoca la activación y posterior fosforilación de las proteínas IRS. Esto da como resultado la activación de diversas vías de señalización, incluidas las vías PI3K/AKT y MAPK, que desencadenan una serie de respuestas celulares, como la absorción de glucosa, el metabolismo de lípidos y la síntesis de proteínas.

En resumen, las proteínas sustrato del receptor de insulina son proteínas citoplasmáticas que desempeñan un papel importante en la transmisión de señales desde el receptor de insulina a diversos efectores intracelulares. Su activación conduce a una serie de respuestas celulares importantes para el metabolismo y el crecimiento celular.

La insulina de acción prolongada, también conocida como insulina de acción intermedia o de acción ultralenta, es un tipo de insulina que se utiliza en el tratamiento de la diabetes mellitus. Esta insulina está diseñada para proporcionar un efecto más duradero y constante en el control de los niveles de glucosa en sangre durante un período de tiempo más largo, en comparación con la insulina de acción rápida o regular.

La insulina de acción prolongada se absorbe lentamente después de su inyección y alcanza su peak de actividad entre las 4 a 12 horas posteriores a la administración, dependiendo del tipo específico de insulina utilizada. Su efecto puede durar hasta 24 horas o más, lo que la hace adecuada para su uso en el tratamiento basal de la diabetes, es decir, para mantener los niveles de glucosa estables durante todo el día y la noche.

Algunos ejemplos comunes de insulinas de acción prolongada incluyen la insulina NPH (Neutral Protamine Hagedorn), la insulina detemir y la insulina glargina. Estas insulinas se administran generalmente una o dos veces al día, dependiendo de las necesidades individuales de cada persona con diabetes.

Los anticuerpos antiinsulina son inmunoglobulinas producidas por el sistema inmunitario que están dirigidas contra la insulina. Normalmente, el sistema inmunitario produce anticuerpos para combatir y eliminar los agentes extraños, como bacterias y virus. Sin embargo, en algunas condiciones, el sistema inmunitario puede producir anticuerpos contra sustancias propias del cuerpo, como la insulina, lo que se conoce como autoinmunidad.

La presencia de anticuerpos antiinsulina se asocia más comúnmente con el síndrome de resistencia a la insulina y la diabetes mellitus tipo 1. En la diabetes tipo 1, el sistema inmunitario ataca y destruye las células beta del páncreas que producen insulina, lo que resulta en niveles bajos de insulina y niveles altos de glucosa en sangre. La presencia de anticuerpos antiinsulina puede ser un marcador temprano de la diabetes tipo 1 y se utiliza a veces para ayudar a diagnosticar la enfermedad.

También se han descrito casos de personas que desarrollan anticuerpos antiinsulina después de recibir tratamiento con insulina, especialmente si la insulina se administra por vía subcutánea. Esto se denomina a veces "anticuerpos inducir por insulina" y puede causar resistencia a la insulina y dificultad en el control de la glucosa en sangre.

En resumen, los anticuerpos antiinsulina son inmunoglobulinas producidas por el sistema inmunitario que están dirigidas contra la insulina. La presencia de anticuerpos antiinsulina se asocia con el síndrome de resistencia a la insulina y la diabetes mellitus tipo 1, y puede ser un marcador temprano de la enfermedad o desarrollarse como resultado del tratamiento con insulina.

Los antagonistas de insulina son sustancias o fármacos que bloquean o inhiben los efectos de la insulina en el cuerpo. Normalmente, la insulina es una hormona producida por el páncreas que permite a las células del cuerpo absorber la glucosa (azúcar) del torrente sanguíneo y utilizarla como energía.

Sin embargo, en algunas condiciones médicas, como el diabetes tipo 2, el cuerpo puede no producir suficiente insulina o las células pueden volverse resistentes a sus efectos. En estos casos, se pueden recetar medicamentos para ayudar a controlar los niveles de glucosa en la sangre.

Algunos fármacos antidiabéticos, como las sulfonilureas y las meglitinidas, aumentan la producción de insulina en el páncreas o mejoran su liberación. Sin embargo, estos medicamentos también pueden provocar una excesiva producción de insulina, lo que puede dar lugar a hipoglucemia (bajos niveles de glucosa en la sangre).

Los antagonistas de insulina, por otro lado, reducen los efectos de la insulina en el cuerpo y, por tanto, disminuyen el riesgo de hipoglucemia. Algunos ejemplos de antagonistas de insulina incluyen:

1. Inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (DPP-4): Estos medicamentos impiden la degradación de las hormonas incretinas, que aumentan la producción de insulina y reducen la liberación de glucagón (una hormona que eleva los niveles de glucosa en la sangre).
2. Inhibidores del receptor de glucagon-like peptide-1 (GLP-1): Estos fármacos imitan los efectos de las incretinas y aumentan la producción de insulina, disminuyen la liberación de glucagón y ralentizan el vaciado gástrico.
3. Agonistas del receptor de hormona tiroidea (TZD): Estos medicamentos mejoran la sensibilidad a la insulina en los tejidos periféricos, lo que reduce la necesidad de insulina.
4. Sulfonilureas: Aunque no son estrictamente antagonistas de insulina, estos fármacos aumentan la liberación de insulina estimulando las células beta del páncreas. Sin embargo, también pueden provocar hipoglucemia en algunos casos.

En resumen, los antagonistas de insulina son medicamentos que reducen los efectos de la insulina en el cuerpo y, por tanto, ayudan a controlar los niveles de glucosa en la sangre. Estos fármacos incluyen inhibidores de DPP-4, inhibidores del receptor GLP-1, agonistas del receptor TZD y sulfonilureas.

Estos cultivos requieren el uso de técnicas en cámaras bifásicas, un sustrato de gel de colágeno con la suficiente profundidad ... insulina, y hormonas esteroideas para la diferenciación de las células mucosas, y la adición de antibióticos.[27]​[28]​[29]​[30 ...
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Insulinas Bifásicas - Concepto preferido UI del concepto. M0556906. Nota de alcance. Preparación de insulina que es diseñada ... Generalmente la insulina bifásica está compuesta por INSULINA REGULAR o INSULINA DE ACCIÓN CORTA combinada con una INSULINA DE ... Generalmente la insulina bifásica está compuesta por INSULINA REGULAR o INSULINA DE ACCIÓN CORTA combinada con una INSULINA DE ... Generalmente la insulina bifásica está compuesta por INSULINA REGULAR o INSULINA DE ACCIÓN CORTA combinada con una INSULINA DE ...
Esta respuesta adaptativa inducida por sustancias estresantes a niveles bajos de características bifásicas, desencadenada por ... control de nuestro nivel de insulina… Controlando cuando tomamos antioxidantes, ya que pueden favorecer la aparición de tumores ... activan reacciones adaptativas celulares ante el estrés de características bifásicas, la hormesis, mecanismo de la plasticidad ... desarrolla un mecanismo común que activa reacciones adaptativas celulares ante el estrés de características bifásicas, la ...
Insulinas Bifásicas * Combinación Tartrato de Brimonidina y Maleato de Timolol [D26.310.312] ...
insulina), enzimas (p. ej. estreptocinasa), sueros (p. ej. antitetánico), preparados de alérgenos usados en el diagnóstico in ... También se pueden encontrar reacciones tardías o bifásicas, cuyas manifestaciones progresan o vuelven a intensificarse después ...

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