Enfermedades del CONDUCTO COLÉDOCO, incluyendo la AMPOLLA HEPATOPANCREÁTICA (o AMPOLLA DE VATER) y el ESFINTER DE LA AMPOLLA HEPATOPANCREÁTICA (o ESFINTER DE ODDI).
Enfermedades en cualquier parte del sistema ductal del TRACTO BILIAR, desde los más pequeños CANALÍCULOS BILIARES hasta el más grande CONDUCTO COLÉDOCO.
El mayor conducto biliar. Formado por la unión del CONDUCTO QUÍSTICO y el CONDUCTO HEPÁTICO COMÚN.
Canales que recogen y transportan la secreción biliar desde los CANALÍCULOS BILIARES, la rama más pequeña del TRACTO BILIAR en el HIGADO, a través de los pequeñoa conductos biliares, los conductos biliares fuera del higado y la VESÍCULA BILIAR para su almacenamiento.
Precipitados cristalinos sólidos en el TRACTO BILIAR, generalmente formados en la VESICULA BILIAR que resultan en COLELITIASIS. Los cálculos biliares, derivados de la BILIS, consisten principalmente de calcio, colesterol, o bilirrubina.
Tumores del CONDUCTO COLÉDOCO, incluyendo la AMPOLLA HEPATOPANCREÁTICA (o AMPOLLA DE VATER) y el ESFINTER DE LA AMPOLLA HEPATOPANCREÁTICA (o ESFINTER DE ODDI).
Endoscopía por fibra óptica diseñada para la observación y canulación duodenal de la AMPOLLA DE VATER, con el propósito de visualizar el sistema de conductos pancreáticos y biliares por la inyección retrógrada de medio de contraste. Durante este procedimiento puede realizarse la papilotomía endoscópica (Vater) (ESFINCTEROTOMIA ENDOSCÓPICA).
Prueba de diagnóstico por imagen del TRACTO BILIAR en la que se inyecta un medio de contraste (MEDIO RADIOOPACO) en el CONDUCTO BILIAR y se hacen radiografías.
Agente emulsificante producido en el HÍGADO y que se segrega en el DUODENO. Su composición incluye ÁCIDOS Y SALES BILIARES, COLESTEROL y ELECTROLITOS. Ayuda a la DIGESTIÓN de las grasas en el duodeno.
Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en el CONDUCTO BILIAR COMÚN.
Vías externas hacia el higado para el transporte de las bilis. Estas incluyen el CONDUCTO BILIAR COMÚN y el CONDUCTO HEPÁTICO COMÚN.
Trastorno del flujo biliar debido a obstrucción de los conductos biliares pequeños (COLESTASIS INTRAHEPÁTICA)u obstrucción en los conductos biliares grandes (COLESTASIS EXTRAHEPÁTICA).
Tumores o cánceres de los CONDUCTOS BILIARES.
Alteración del flujo de bilis a través de los grandes CONDUCTOS BILIARES por obstrucción mecánica o estrechez debida a procesos benignos o malignos.
Extirpación de la vesícula biliar a través de una incisión utilizando un laparoscopio.
Extirpación quirúrgica de la VESÍCULA BILIAR.
Incision del esfínter de Oddi o ampolla de Vater que se realiza insertando un esfinterótomo a través de un endoscopio (DUODENOSCOPIO) a lo cual con frecuencia le sigue una colangiografía retrógrada (COLANGIOPANCREATOGRAFIA RETROGRADA ENDOSCOPICA). El tratamiento endoscópico mediante la esfinterectomía es el método preferido para pacientes con cálculos retenidos o recurrentes en el conducto biliar posteriores a la colecistectomía, y para pacientes de poco riesgo quirúrgico que todavía tienen vesícula biliar.
Acidos y sales esteroideas. Los ácidos biliares primarios son derivados del colesterol en el hígado y generalmente conjugados con glicina o taurina. Los ácidos biliares secundarios son más tarde modificados por bacterias en el intestino. Desempeñan un papel importante en la digestión y absorción de las grasas. También han sido empleados farmacológicamente, especialmente en el tratamiento de los cálculos biliares.
Conductos dentro del hígado que transportan la bilis. Incluye los canales hepáticos derecho e izquierdo aunque éstos podrían unirse fuera del hígado para conformar el canal hepático común.
Ictericia, la afección con coloración amarillenta de la piel y las membranas mucosas, que se debe al flujo irregular de BILIS en el SISTEMA BILIAR, como en la COLESTASIS INTRAHEPÁTICA, o la COLESTASIS EXTRAHEPÁTICA.
Técnica diagnóstica incruenta para la visualización de los CONDUCTOS PANCREÁTICOS y los CONDUCTOS BILIARES, en la que no se utilizan MEDIOS DE CONTRASTE inyectados ni rayos X. La resonancia magnética detecta con gran sensibilidad la diltación de los conductos, la estrechez biliar y las anomalías intraductales.
Esfínter situado dentro de la papila duodenal de la ampolla hepatopancreática. A través de este esfínter pasan los conductos COLÉDOCO y pancreático principal.
Inflamación del sistema ductal biliar (CONDUCTOS BILIARES) intrahepático, extrahepático o ambos.
Conducto conectado con la VESÍCULA BILIAR y permite el vaciamiento de la bilis en el CONDUCTO BILIAR COMÚN.
Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en el TRACTO BILIAR, usualmente en la vesícula biliar (COLECISTOLITIASIS) o en el conducto biliar común (COLEDOCOLITIASIS).
Dilatación de la papila duodenal que es la abertura hacia la luz del duodeno de la unión del conducto COLÉDOCO y del CONDUCTO PANCREÁTICO PRINCIPAL, también conocida como ampolla de Vater.
Enfermedades en cualquier parte del TRACTO BILIAR, incluyendo los CONDUCTOS BILIARES y la VESÍCULA BILIAR.
Conductos que recogen JUGO PANCREATICO del PANCREAS y que lo proveen al DUODENO.
Conducto biliar predominantemente extrahepático que está formado por la unión de los conductos hepáticos derecho e izquierdo los cuales son predominantemente intrahepáticos y que a su vez se unen al conducto cístico para formar un conducto biliar común.
Los CONDUCTOS BILIARES y la VESÍCULA BILIAR.
Aplicación de una ligadura para atar un vaso o estrangular una parte.
Depósito de almacenamiento de la secreción de BILIS. La vesícula biliar permite la liberación de ácidos biliares con alta concentración y de manera controlada, a través del CONDUCTO QUÍSTICO al DUODENO, para la degradación de los lípidos de la ingesta.
INFLAMACIÓN del PÁNCREAS. La pancreatitis se clasifica como aguda a menos que existan hallazgos de tomografía computarizada o de colangiopancreatografía endoscópica retrógrada de PANCREATITIS CRÓNICA (Adaptación del original: International Symposium on Acute Pancreatitis, Atlanta, 1992). Las dos formas mas comunes de pancreatitis aguda son la PANCREATITIS ALCOHÓLICA y la pancreatitis con cálculo biliar.
Cirugía del esfínter de músculo liso de la ampolla hepatopancreática para aliviar conductos biliares o pancreáticos bloqueados.
Malformación anatómica congénita de un conducto biliar, incluyendo la dilatación quística del conducto biliar extrahepático o del intrahepático. La clasificación se basa en el lugar y tipo de dilatación. El tipo I es el más común.
Comunicación anormal entre cualquier órgano del tracto biliar o entre los órganos biliares y otros órganos.
Cualquier procedimiento quirúrgico realizado en el sistema biliar.
Formación quirúrgica de una abertura (estoma) en el CONDUCTO BILIAR COMÚN para drenaje o comunicación directa con un lugar en el intestino delgado, principalmente el DUODENO o el YEYUNO.
Tumor benigno de los conductos biliares intrahepáticos.
Extracción de líquidos o descargas desde el cuerpo, como desde una herida, úlcera o cavidad.
Instrumentos utilizados para el examen visual de las estructuras internas del cuerpo. Existen endoscopios rígidos y flexibles de fibra óptica para distintos tipos de visualizazión en ENDOSCOPIA.
Examen endoscópico, terapéutico o quirúrgico de la superficie luminal del duodeno.
Inflamación de la VESÍCULA BILIAR, generalmente causada por alteración del flujo de la BILIS, CÁLCULOS BILIARES en el TRACTO BILIAR, infecciones u otras enfermedades.
Iminoácidos son compuestos orgánicos que contienen un grupo funcional imina (-C=NH-) dentro de su estructura, formando parte de la cadena lateral de un aminoácido, como en la prolina y la hidroxiprolina.
Enfermedades de la VESÍCULA BILIAR. Generalmente por alteraciones del flujo de la BILIS, CÁLCULOS BILIARES en la VÍA BILIAR, infecciones, neoplasias y otros procesos.
Manifestación clínica de HIPERBILIRRUBINEMIA, caracterizada por la coloración amarillenta de la PIEL, MEMBRANA MUCOSA y ESCLERA. La ictericia clínica generalmente es un signo de disfunción del HIGADO.
Destrucción de un cálculo renal, del uréter, vejiga o vesícula por fuerzas físicas, entre las que se incluyen la destrucción con un litotritor a través de un catéter. Puede usarse ultrasonido percutáneo focalizado y choque hidráulico focalizado sin cirugía. La litotripsia no incluye la disolución de cálculos por ácidos o litolisis. Para litotripsia con láser utilice LITOTRIPSIA POR LÁSER.
Neoplasia benigna del músculo (usualmente el músculo liso) con elementos glandulares; ocurre más frecuentemente en el útero y en los ligamentos uterinos. (Stedman, 25a ed)
Un radiofármaco utilizado extensivamente en colecintilografía para la evaluación de enfermedades hepatobiliares.
Afección en la que una estructura anatómica que se dilata más allá de sus dimensiones normales.
Examen endoscópico, terapéutico o quirúrgico del tracto digestivo.
Procedimientos de la aplicación de ENDOSCOPIOS para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. La endoscopia involucra pasar un instrumento óptico a través de una pequeña incisión en la piel, es decir, percutánea, o bien a través de un orificio natural y a lo largo de las vías naturales del cuerpo, tales como el tracto digestivo, y o a través de una incisión en la pared de una estructura tubular o de órganos, es decir, transluminal, examinar o realizar cirugía en las partes interiores del cuerpo.
Tumores o cánceres de la vesícula biliar.
Trastorno del flujo biliar debido a daño de los HEPATOCITOS, los CANALÍCULOS BILIARES o los CONDUCTOS BILIARES INTRAHEPÁTICOS.
Inflamación aguda de la pared de la VESICULA BILIAR. Se caracteriza por la presencia de DOLOR ABDOMINAL; FIEBRE; y LEUCOCITOSIS. La obstrucción de los cálculos biliares del CONDUCTO QUISTICO está presente en aproximadamente el 90 por ciento de los casos.
Extirpación de la cabeza del páncreas y del asa que envuelve el duodeno a la cual está conectado.
Desorden orgánico o funcional de la motilidad que incluye el ESFÍNTER DE ODDI asociado a CÓLICO biliar. Los cambios patológicos se consideran a menudo posible en el esfínter del CONDUCTO BILIAR COMÚN, y menos comúnmente en el esfínter del CONDUCTO PANCREÁTICO.
Creación mediante cirugía de una abertura en el YEYUNO a través de la PARED ABDOMINAL, generalmente para realizar la hiperalimentación enteral.
Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en la VESICULA BILIAR.
Un pigmento biliar que es un producto de degradación de HEME.
La porción más corta y ancha del INTESTINO DELGADO, adyacente al PÍLORO del ESTOMAGO. Es llamado así por tener una longitud aproximadamente igual a la amplitud de 12 dedos.
Procesos patológicos del PÁNCREAS.
Período que transcurre durante una operación quirúrgica.
Un gran órgano glandular lobulada en el abdomen de los vertebrados que es responsable de la desintoxicación, el metabolismo, la síntesis y el almacenamiento de varias sustancias.
Procesos patológicos que afectan a los pacientes después de un procedimiento quirúrgico. Pueden o no estar relacionados a la enfermedad por la cual se realiza la cirugía y pueden o no ser el resultado directo de la cirugía.
Ejecución de una abertura en la vesícula biliar, bien sea para drenaje o para comunicación quirúrgica con otra parte del tracto digestivo, generalmente el duodeno o el yeyuno.
Flujo biliar retrógrado. El reflujo de la bilis puede darse desde el duodeno al estomago (REFLUJO DUODENOGÁSTRICO), al esofago (REFLUJO GASTROESOFÁGICO) o al PÁNCREAS.
Ultrasonografía de los órganos internos utilizando un transductor de ultrasonido que en ocasiones está montado en un endoscopio de fibra óptica. En la endosonografía el transductor convierte las señales electrónicas en pulsos acústicos o en ondas continuas y actúa también como receptor para detectar los pulsos reflejados desde el interior de los órganos. Una interface audiovisual-electrónica convierte las señales de eco detectadas o procesadas, que pasa a través de la electrónica del instrumento, en una forma que el tecnólogo puede evaluar. El procedimiento no puede confundirse con la ENDOSCOPÍA la cual emplea un instrumento especial llamado endoscopio. El prefijo "endo-" de endosonografía se refiere al examen del tejido dentro de órganos huecos, con referencia al procedimiento de ultrasonografía usual que se realiza externamente o por vía transcutánea.
Lesiones crónicas inducidas experimentalmente de las células del parénquima hepático para establecer un modelo de CIRROSIS HEPÁTICA.
Fragmentación de CÁLCULOS, sobre todo renales o biliares, mediante LÁSER.
Afección en la que una estructura anatómica se estrecha más allá de sus dimensiones normales.
Procedimientos de atención a pacientes realizados durante la operación y que son auxiliares a la verdadera cirugía. Incluyen el monitoreo, el tratamiento con líquidos, medicación, transfusión, anestesia, radiografías, y pruebas de laboratorio.
Uso o inserción de un dispositivo tubular en un conducto, vaso sanguíneo, órgano hueco, o cavidad corporal para inyectar o extraer líquidos para fines diagnóstico o terapéutico. Difiere de la INTUBACIÓN en que el tubo se usa aquí para restaurar o mantener la viabilidad en las obstrucciones.
Análisis de sangre que son usados para evaluar qué tan bien está funcionando el hígado de un paciente, así como para ayudar a diagnosticar enfermedades hepáticas.
Enfermedades en la región del DUODENO del INTESTINO DELGADO.
Tumor maligno surgido desde el epitelio de los CONDUCTOS BILIARES.
Tumores o cánceres del DUODENO.
El mayor vaso linfático que discurre a través del tórax y drena en la VENA SUBCLAVIA.
Concreción anormal que ocurre fundamentalmente en los tractos urinarios y biliar, compuestos usualmente de sales minerales. Se conocen también como piedras.
FIBROSIS del parénquima hepático debida a obstrucción del flujo de la BILIS (COLESTASIS)en los CONDUCTOS BILIARES INTRAHEPÁTICOS o los CONDUCTOS BILIARES EXTRAHEPÁTICOS. La cirrosis biliar primaria supone la destrucción de los conductos biliares intrahepáticos pequeños y la secreción de bilis. La cirrosis bibliar secundaria es producida por una obstrucción prolongada de los grandes conductos biliares intrahepáticos o extrahepáticos, por distintas causas.
Orden de nemátodos de la subclase SECERNENTEA. Sus organismos poseen dos o tres pares de papilas caudales dorsolaterales.
Herramientas o implementos accionados por las manos utilizados por los profesionales de la salud para la realización de tareas quirúrgicas.
Evaluación que se hace para medir los resultados o consecuencias del manejo y procedimientos utilizados en la lucha contra la enfermedad con el fin de determinar la eficacia, efectividad, seguridad y viabilidad de estas intervenciones en casos individuales o en series.
Afección caracterizada por la formación de CALCULOS y concresiones en los órganos huecos o conductos del cuerpo. Aparecen con más frecuencia en la vesícula biliar, riñón y tracto urinario bajo.
Síndrome caracterizado por una triada clínica de enfermedad hepática crónica avanzada, dilataciones vasculares pulmonares y oxigenación arterial reducida (HIPOXEMIA) en ausencia de enfermedad cardiopulmonar intrínseca. Este sindrome es común en los pacientes con CIRROSIS HEPÁTICA o HIPERTENSIÓN PORTAL.
Síndrome clínico con dolor abdominal intermitente caracterizado por inicio y fin repentinos, visto comúnmente en infantes. Ocurre usualmente asociado a obstrucción de los INTESTINOS, del CONDUCTO QUÍSTICO o del TRACTO URINARIO.
Complicaciones que afectan a los pacientes durante la cirugía. Pueden o no estar asociadas a la enfermedad por la cual la cirugía es realizada o dentro del mismo procedimiento quirúrgico.
Órgano nodular en el ABDOMEN que contiene una mezcla de GLÁNDULAS ENDOCRINAS y GLÁNDULAS EXOCRINAS.La pequeña parte endocrina está constituida por los ISLOTES DE LANGERHANS,secretoras de distintas hormonas en la corriente sanguínea. La amplia parte exocrina (PÁNCREAS EXOCRINO) es una glándula acinar compleja que segrega distintas enzimas digestivas en el sistema ductal pancreático que desemboca en el DUODENO.
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Procedimiento en el que un laparoscopio (LAPAROSCOPIOS) es insertado mediante una pequeña incisión cerca del ombligo para examinar los órganos abdominales y pélvicos de la CAVIDAD PERITONEAL. Si está indicado, puede llevarse a cabo una biopsia o cirugia durante la laparoscopia.
Epímero del ácido quenodesoxicólico. Es un ácido biliar de mamífero encontrado primeramente en osos y, aparentemente, es un precursor o un producto del quenodesoxicolato. Su administración altera la composición de la bilis y puede disover cálculos biliares. Se usa como colagogo y colerético.
Tomografía que utiliza transmisión de rayos x y un algoritmo de computador para reconstruir la imagen.
INFLAMACIÓN del PÁNCREAS que se caracteriza por DOLOR ABDOMINAL recurrente o persistente, con o sin ESTEATORREA o DIABETES MELLITUS. Consiste en la destrucción irregular del parénquima pancreático, de forma focal, segmentaria o difusa.
Una anastomosis quirúrgica en forma de Y de cualquier parte del sistema digestivo, el cual incluye el intestino delgado como el sitio eventual de drenaje..
Una bolsa o saco desarrollado a partir de un órgano tubular o sacular, como el TRACTO GASTROINTESTINAL.
Adenoma papilar del intestino grueso; usualmente, un tumor solitario, sésil, con frecuencia grande, de la mucosa colónica, compuesto de epitelio mucinoso que cubre delicadas proyecciones vasculares; por lo general aparecen hipersecreción y cambios malignos. (Stedman, 25a ed)
Radiografía de la vesícula biliar luego de la ingestión de medio de contraste.
Diminutos conductos intercelulares que existen entre las células del hígado y transportan la bilis hacia los canales biliares interlobulares. También son denominados capilares biliares.
Unión quirúrgica o canal entre conductos, tubos o vasos. Puede ser extremo con extremo, extremo con borde, borde con extremo o borde con borde.
Agentes gastrointestinales que estimulan el flujo de bilis hacia el duodeno (colagogos) o que estimulan la producción de bilis por el hígado (coleréticos).
Sintomas abdominales posteriores a la extirpación de la VESICULA BILIAR. A menudo, los sintomas comúnes postoperatorios son los mismos que están presentes antes de la operación, como CÓLICO, hinchazón, NÁUSEAS y VÓMITOS. Hay dolor a la palpación del cuadrante superior derecho y en ocasiones ICTERICIA. A menudo, es usado el término, de manera incorrecta, para describir tales síntomas postoperatorios no debidos a la extirpación de la vesicula biliar.
Adenocarcinoma que contiene procesos digitiformes de tejido conectivo vascular cubierto por un epitelio neoplásico, que se proyecta dentro de los quistes o de la cavidades de glándulas o folículos; aparece más frecuentemente en el ovario y en el tiroides. (Stedman, 25a ed)
Infección del hígada producida por gusanos parásitos del género FASCIOLA, como la FASCIOLA HEPATICA.
Procesos patológicos del HÍGADO.
Cuidados que se dan durante el período previo a sufrir una cirugía cuando se realiza la preparación psicológica y física de acuerdo a las necesidades especiales de un paciente individual. Este período comprende el tiempo entre al admisión al hospital y el tiempo en que comienza la operación quirúrgica.
Cualquiera de los conductos que transportan la saliva. Los conductos salivares incluyen el conducto de la parótida, los conductos sublinguales mayor y menor, y el conducto submandibular.

El conducto colédoco es el tubo que transporta la bilis desde la vesícula biliar y el hígado hasta el intestino delgado. Las enfermedades del conducto colédoco pueden causar obstrucción o inflamación, lo que puede dar lugar a diversos síntomas y complicaciones.

Algunas de las enfermedades más comunes del conducto colédoco incluyen:

1. Colelitiasis: La formación de cálculos biliares en el conducto colédoco puede causar obstrucción y dolor abdominal intenso, náuseas y vómitos.
2. Colangitis: La inflamación del conducto colédoco puede ser causada por una infección bacteriana, que a su vez puede ser el resultado de una obstrucción del conducto. Los síntomas pueden incluir fiebre, escalofríos, dolor abdominal y coloración oscura de la orina y las heces.
3. Coledocolitiasis: La presencia de cálculos en el conducto colédoco puede causar inflamación e infección del mismo. Los síntomas pueden ser similares a los de la colelitiasis y la colangitis.
4. Cáncer del conducto colédoco: El cáncer del conducto colédoco es una enfermedad rara, pero potencialmente grave. Los síntomas pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, pérdida de apetito y peso inexplicable.
5. Quiste del conducto colédoco: Un quiste del conducto colédoco es una bolsa llena de líquido que se forma en el conducto. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, ictericia y náuseas.

El tratamiento de las enfermedades del conducto colédoco depende de la causa subyacente. En algunos casos, puede ser necesaria una cirugía para extirpar el conducto o parte de él. En otros casos, se pueden utilizar medicamentos o procedimientos menos invasivos para aliviar los síntomas y tratar la enfermedad.

Las enfermedades de los conductos biliares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema biliar, que es responsable del transporte y almacenamiento de la bilis, una sustancia digestiva producida por el hígado. La bilis ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente por el cuerpo.

Las enfermedades de los conductos biliares pueden incluir:

1. Colelitiasis: La formación de cálculos o piedras en la vesícula biliar, un órgano pequeño en forma de pera que almacena la bilis.
2. Coledocolitiasis: La presencia de cálculos en el conducto colédoco, el conducto que conecta la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado.
3. Colangitis: La inflamación del conducto colédoco, a menudo causada por una infección.
4. Quiste de los conductos biliares: Un saco lleno de líquido que se forma en los conductos biliares.
5. Estenosis de los conductos biliares: El estrechamiento anormal de los conductos biliares, lo que puede obstruir el flujo de bilis.
6. Cáncer de los conductos biliares: Un crecimiento canceroso en los conductos biliares.

Estas enfermedades pueden causar síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), fiebre y pérdida de apetito. El tratamiento depende del tipo y la gravedad de la enfermedad y puede incluir medicamentos, procedimientos endoscópicos, cirugía o quimioterapia.

El conducto colédoco es un término médico que se refiere al tubo que transporta la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se ingieren.

El conducto colédoco se forma por la unión de dos conductos más pequeños: el conducto hepático común, que drena la bilis producida por el hígado, y el conducto cístico, que drena la bilis almacenada en la vesícula biliar. Después de la unión, el conducto colédoco se une con el conducto pancreático, que drena las enzimas digestivas producidas por el páncreas, antes de desembocar en el duodeno, la primera parte del intestino delgado.

La anormalidad o enfermedad del conducto colédoco puede causar problemas de salud graves, como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. Algunas de las afecciones que pueden afectar al conducto colédoco incluyen cálculos biliares, inflamación del páncreas (pancreatitis), infección y cáncer.

Los conductos biliares son tubos que conectan la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado. Su función principal es transportar la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se consumen.

Hay dos tipos principales de conductos biliares:

1. El conducto biliar común: Es el conducto más grande y transporta la bilis desde la vesícula biliar y el conducto colédoco hasta el intestino delgado.
2. El conducto colédoco: Es un conducto más pequeño que se une al conducto biliar común y transporta la bilis desde el hígado hasta el conducto biliar común.

La bilis contiene sales biliares, colesterol, fosfolipidos, pigmentos biliares y otras sustancias. Cuando la bilis llega al intestino delgado, las sales biliares ayudan a descomponer las grasas en pequeñas gotitas que pueden ser absorbidas fácilmente por el cuerpo. Los pigmentos biliares dan a las heces su color característico marrón.

Si los conductos biliares se bloquean o se dañan, puede causar problemas de salud como colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), coledocolitiasis (piedras en el conducto colédoco), pancreatitis (inflamación del páncreas) o ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).

Los cálculos biliares, también conocidos como piedras en la vesícula o colelitiasis, son pequeñas masas sólidas que se forman en la vesícula biliar a partir de sales y colesterol. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado debajo del hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Los cálculos biliares pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. La mayoría de las personas con cálculos biliares no presentan síntomas y los descubren durante exámenes médicos rutinarios o por otros problemas de salud. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar dolor intenso en el abdomen superior derecho o en la parte superior del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos. El dolor puede durar desde unos minutos hasta varias horas y a veces se irradia hacia el hombro derecho.

Otros síntomas de cálculos biliares pueden incluir náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fiebre y escalofríos. En casos graves, los cálculos biliares pueden causar complicaciones como inflamación de la vesícula biliar (colecistitis), infección, pancreatitis y obstrucción del conducto biliar.

El tratamiento de los cálculos biliares depende del tamaño y la ubicación de los cálculos, así como de la gravedad de los síntomas. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver los cálculos pequeños y blandos. Sin embargo, la mayoría de las personas con cálculos biliares requieren cirugía para extirpar la vesícula biliar y los cálculos. La cirugía más común es la colecistectomía laparoscópica, que se realiza mediante pequeñas incisiones en el abdomen.

Las neoplasias del conducto colédoco se refieren a los crecimientos anormales y descontrolados de células en el conducto colédoco, que es el tubo que conecta la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado. Este tipo de neoplasias pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias benignas más comunes del conducto colédoco incluyen los adenomas, que son crecimientos no cancerosos de glándulas. Por otro lado, las neoplasias malignas del conducto colédoco se denominan colangiocarcinomas y representan alrededor del 10-20% de todos los cánceres primarios del tracto biliar. Estos tumores suelen ser agresivos y difíciles de tratar, ya que a menudo se diagnostican en etapas avanzadas.

Los síntomas de las neoplasias del conducto colédoco pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito y peso. El tratamiento depende del tipo y del estadio de la neoplasia, pero puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia.

La pancreatocolangiografía retrógrada endoscópica (ERCP, por sus siglas en inglés) es un procedimiento médico combinado que incluye la endoscopia y la fluoroscopia. Se utiliza principalmente para diagnosticar y tratar condiciones relacionadas con el tracto biliar y pancreático.

Durante el procedimiento, se inserta un endoscopio flexible a través de la boca y se avanza hasta llegar al duodeno, que es la primera parte del intestino delgado. Luego, se introduce un catéter a través del endoscopio hasta alcanzar el conducto biliar o pancreático. A continuación, se inyecta un contraste de rayos X para permitir la visualización de estos conductos en la fluoroscopia.

La ERCP puede utilizarse para diagnosticar diversas afecciones, como cálculos biliares, inflamación del páncreas, tumores o estrechamiento de los conductos biliares o pancreáticos. Además, también se pueden realizar procedimientos terapéuticos durante la ERCP, como la extracción de cálculos biliares, el drenaje de líquidos infectados o la colocación de stents para mantener abiertos los conductos obstruidos.

Sin embargo, es importante señalar que la ERCP es un procedimiento invasivo y conlleva ciertos riesgos, como pancreatitis, infección, sangrado o perforación intestinal. Por lo tanto, generalmente se recomienda solo en situaciones en las que los beneficios potenciales del diagnóstico o el tratamiento superan los posibles riesgos.

La colangiografía es una prueba de diagnóstico por imágenes que se utiliza para visualizar el sistema biliar, que incluye los conductos biliares dentro y fuera del hígado (los conductos hepáticos intrahepáticos y extrahepáticos). Existen diferentes tipos de colangiografía, pero en general, implican la inyección de un medio de contraste en los conductos biliares para que puedan ser vistos y evaluados en una radiografía o tomografía computarizada.

Esta prueba puede ayudar a diagnosticar diversas condiciones que afectan al sistema biliar, como cálculos biliares, inflamación, infección, tumores o anomalías congénitas. La colangiografía retrógrada endoscópica (ERCP, por sus siglas en inglés) es un tipo común de colangiografía que se realiza durante una endoscopia. Durante este procedimiento, el médico inserta un endoscopio a través de la boca y el estómago hasta llegar al conducto biliar común, donde inyecta el medio de contraste y toma imágenes del sistema biliar.

La bilis es una sustancia digestiva de color amarillo-verdoso, verde o marrón que produce el hígado y almacena en la vesícula biliar. Ayuda a descomponer las grasas y eliminar los desechos del cuerpo durante la digestión. La bilis consiste en agua, sales, fosfolipidos, colesterol y pigmentos biliares (bilirrubina y biliverdina). Cuando se libera de la vesícula biliar en el intestino delgado, la bilis descompone los lípidos en pequeñas gotitas, lo que facilita su absorción. La bilirrubina es un pigmento amarillo-marrón formado a partir de la hemoglobina descompuesta y se elimina del cuerpo a través de las heces después de ser procesada por el hígado.

La coledocolitiasis es una afección médica en la que se encuentran cálculos o piedras en el colédoco, el conducto que conecta la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado (duodeno). Estas piedras pueden variar en tamaño y estar compuestas de sales de calcio, colesterol o bilis.

La presencia de estos cálculos puede obstruir parcial o completamente el flujo de bilis desde la vesícula biliar y el hígado hacia el intestino delgado, lo que puede provocar diversos síntomas como dolor abdominal intenso en la parte superior derecha (colecistitis), ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), náuseas, vómitos y fiebre.

El diagnóstico de coledocolitiasis generalmente se realiza mediante estudios de imagenología, como ecografías abdominales, tomografías computarizadas o colangioresonografías endoscópicas (ERCP). El tratamiento puede incluir procedimientos quirúrgicos para extraer las piedras y aliviar la obstrucción, como la colecistectomía laparoscópica o la ERCP con extracción de cálculos. En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos o litotricia extracorpórea por ondas de choque (ESWL) para disolver o fragmentar las piedras más pequeñas.

Los conductos biliares extrahepáticos son parte del sistema biliar, que se encarga de transportar la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. Estos conductos están situados fuera del hígado (de ahí su nombre "extrahepáticos") y desempeñan un papel crucial en la digestión de las grasas.

Existen dos conductos biliares extrahepáticos principales:

1. El conducto colédoco: Es el conducto más grande y transporta la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el duodeno, que es la primera parte del intestino delgado.
2. El conducto cístico: Es un conducto más pequeño que se conecta a la vesícula biliar, almacenando y concentrando la bilis antes de ser liberada hacia el conducto colédoco durante la digestión.

Ambos conductos se unen para formar el conducto hepatopancreático común, que desemboca en el duodeno a través del esfínter de Oddi, una válvula muscular que regula el flujo de bilis y jugos pancreáticos hacia el intestino delgado.

La disfunción o enfermedad de los conductos biliares extrahepáticos puede causar diversos problemas de salud, como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas, vómitos e incluso infecciones. Algunas condiciones que pueden afectar a estos conductos incluyen colelitiasis (piedras en la vesícula biliar), colangitis (inflamación de los conductos biliares), cáncer de vesícula biliar o cáncer de conducto biliar.

La colestasis es una afección médica en la que se produce una disminución o interrupción del flujo de bilis desde la vesícula biliar y el hígado al intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que consumimos. Contiene ácidos biliares, colesterol, pigmentos y otras sustancias.

Cuando la salida de bilis se ve obstruida o disminuida, los ácidos biliares pueden acumularse en el hígado, dañándolo e incluso provocando su fallo hepático si no se trata a tiempo. La colestasis también puede causar picazón intensa en la piel (prurito) y un aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre, lo que hace que la piel y el blanco de los ojos adquieran un tono amarillento (ictericia).

La colestasis puede ser causada por diversos factores, como enfermedades hepáticas, infecciones, medicamentos, cálculos biliares u otros trastornos que afecten al flujo de bilis. Existen dos tipos principales de colestasis: la colestasis intrahépatica y la colestasis extrahépatica.

La colestasis intrahépatica se produce cuando el problema está dentro del hígado, mientras que la colestasis extrahépatica se debe a una obstrucción fuera del hígado, como un tumor o cálculos biliares. El tratamiento de la colestasis dependerá de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, cambios en el estilo de vida o cirugía en casos graves.

Las neoplasias de los conductos biliares se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los conductos biliares, que son tubos delgados que conectan el hígado y la vesícula biliar con el intestino delgado. Estos conductos permiten que la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, fluya hacia el intestino delgado para ayudar en la digestión de las grasas.

Existen dos tipos principales de neoplasias de los conductos biliares: tumores benignos y malignos (cáncer). Los tumores benignos, como los adenomas y los papilomas, suelen ser menos comunes y generalmente no representan un riesgo inmediato para la vida. Sin embargo, pueden causar problemas si crecen lo suficiente como para bloquear el flujo de bilis o causar hemorragias internas.

Por otro lado, los tumores malignos o cánceres de los conductos biliares son más graves y potencialmente letales. Estos se dividen en dos categorías: carcinoma intrahepático de los conductos biliares (CIHCB) y colangiocarcinoma extrahepático (CEC). El CIHCB se origina en los conductos biliares dentro del hígado, mientras que el CEC se desarrolla en los conductos biliares fuera del hígado.

El cáncer de los conductos biliares puede ser difícil de diagnosticar y tratar debido a su localización y a la falta de síntomas específicos en las etapas iniciales. El tratamiento dependerá del tipo y del estadio del cáncer, pero puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia.

La colestasis extrahepática es una afección médica en la que se produce una interrupción o reducción del flujo de bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos y eliminar los desechos del cuerpo. Cuando la bilis no puede fluir correctamente desde el hígado, se acumula en el hígado, lo que puede causar daño hepático y una serie de síntomas.

La colestasis extrahepática puede ser causada por varias afecciones diferentes, incluyendo enfermedades del conducto biliar (como la estenosis o la obstrucción), tumores, quistes o inflamación de los tejidos circundantes. También puede ser un efecto secundario de ciertos medicamentos o procedimientos médicos.

Los síntomas de la colestasis extrahepática pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, heces claras o de color arcilla, prurito (picazón intensa en la piel), dolor abdominal, náuseas y vómitos. El tratamiento de la colestasis extrahepática depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos para aliviar los síntomas, procedimientos quirúrgicos para eliminar las obstrucciones o enfermedades del conducto biliar, o terapia de reemplazo hepático en casos graves.

La colecistectomía laparoscópica es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo utilizado para extirpar la vesícula biliar. Durante el procedimiento, el cirujano realiza varias pequeñas incisiones en el abdomen y inserta una laparoscopio, un tubo delgado con una cámara en su extremo, a través de una de las incisiones. El laparoscopio transmite imágenes de la vesícula biliar y los órganos circundantes al monitor de video del cirujano.

El cirujano utiliza estas imágenes como guía mientras inserta instrumentos quirúrgicos a través de las otras incisiones para extirpar la vesícula biliar. La colecistectomía laparoscópica generalmente se realiza como un procedimiento ambulatorio, lo que significa que el paciente puede irse a casa el mismo día del procedimiento.

La colecistectomía laparoscópica se utiliza comúnmente para tratar la enfermedad de vesícula biliar, como los cálculos biliares y la inflamación de la vesícula biliar (colecistitis). Los beneficios de este procedimiento incluyen una recuperación más rápida, menos dolor postoperatorio y menos complicaciones que la colecistectomía abierta tradicional. Sin embargo, como con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos asociados con la anestesia general, las lesiones de los tejidos circundantes y las infecciones.

La colecistectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado justo debajo del hígado que almacena y concentra la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Existen dos tipos principales de colecistectomía:

1. Colecistectomía laparoscópica: Esta es una cirugía mínimamente invasiva en la que el cirujano hace varias pequeñas incisiones en el abdomen y utiliza una cámara de video y herramientas especiales para extirpar la vesícula biliar.
2. Colecistectomía abierta: Esta es una cirugía más invasiva en la que se hace una incisión más grande en el abdomen para extirpar la vesícula biliar.

La colecistectomía se realiza con mayor frecuencia para tratar los cálculos biliares, que son pequeños depósitos duros de material que se forman en la bilis y pueden obstruir el flujo de bilis desde la vesícula biliar. También puede ser necesaria si la vesícula biliar está inflamada o infectada y no responde al tratamiento médico.

Después de una colecistectomía, se puede experimentar dolor abdominal leve y molestias durante varios días o semanas. También es posible que se presenten complicaciones como infección, sangrado o daño a los conductos biliares cercanos. Sin embargo, la mayoría de las personas se recuperan completamente de la cirugía y pueden llevar una vida normal sin vesícula biliar.

La esfinterotomía endoscópica es un procedimiento médico que se realiza utilizando un endoscopio, un tubo delgado y flexible con una cámara en el extremo, para alcanzar el esfínter anal (el músculo circular alrededor del ano que controla la defecación). La esfinterotomía implica cortar parcialmente este músculo para ensanchar el canal anal y tratar problemas como el estrechamiento anormal del conducto, conocido como estenosis anal. Este procedimiento se realiza comúnmente en pacientes con enfermedad de Crohn o después de la extracción de hemorroides internas. La esfinterotomía endoscópica permite que el procedimiento sea menos invasivo, con una recuperación más rápida y menos complicaciones en comparación con la cirugía abierta tradicional.

Los ácidos biliares y las sales biliares son componentes importantes de la bilis, una sustancia digestiva producida por el hígado y almacenada en la vesícula biliar. La bilis se libera en el intestino delgado durante la digestión para ayudar a descomponer las grasas en pequeñas gotitas que puedan ser absorbidas por el cuerpo.

Los ácidos biliares son derivados del colesterol y se producen en el hígado. Se almacenan en la vesícula biliar como sales biliares, que son formas iónicas de los ácidos biliares que se han combinado con sodio, potasio o calcio. Cuando se libera la bilis en el intestino delgado, las sales biliares se convierten de nuevo en ácidos biliares para desempeñar su función digestiva.

Los ácidos biliares ayudan a descomponer las grasas al actuar como emulsionantes, es decir, reducen la tensión superficial entre el agua y las gotitas de grasa, lo que permite que las enzimas lipásicas accedan más fácilmente a las moléculas de grasa y las descompongan en ácidos grasos más pequeños y glicerol.

Después de la digestión, la mayoría de los ácidos biliares se reabsorben en el intestino delgado y vuelven al hígado a través del torrente sanguíneo para su reciclaje. Este proceso se conoce como circulación enterohepática de los ácidos biliares. Algunos ácidos biliares, sin embargo, pueden perderse en las heces y ser reemplazados por la producción de nuevos ácidos biliares en el hígado.

Las sales biliares desempeñan un papel importante en la absorción de las vitaminas liposolubles A, D, E y K, así como en la eliminación de colesterol y otras sustancias no deseadas del cuerpo a través de las heces.

Los trastornos del sistema digestivo, como la enfermedad inflamatoria intestinal, la cirrosis hepática o la enfermedad celíaca, pueden alterar la composición y el equilibrio de los ácidos biliares y las sales biliares, lo que puede dar lugar a síntomas como diarrea, dolor abdominal, flatulencia y malabsorción de nutrientes.

Los conductos biliares intrahepáticos son pequeños tubos dentro del hígado que recolectan la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos. Estos conductos se unen para formar los conductos hepáticos derecho e izquierdo más grandes, los cuales luego se combinan para formar el conducto biliar común. La bilis fluye entonces a través del conducto biliar común y el duodeno (la primera parte del intestino delgado) donde ayuda en la digestión de las grasas. Los problemas con los conductos biliares intrahepáticos pueden causar ictericia, dolor abdominal y otros síntomas relacionados con la enfermedad del hígado o vías biliares.

La ictericia obstructiva es un tipo de ictericia (coloración amarillenta de la piel, mucosas y conjuntivas) que ocurre como resultado de una obstrucción en el flujo de bilis desde la vesícula biliar o los conductos biliares hacia el intestino delgado. La bilis contiene pigmentos como la bilirrubina, que se convierte en ictericia cuando se acumula en la sangre.

La causa más común de ictericia obstructiva es un cálculo biliar (piedra en la vesícula biliar) que obstruye el conducto biliar común. Otras causas pueden incluir tumores, inflamación o estenosis (estrechamiento) de los conductos biliares.

Los síntomas adicionales de ictericia obstructiva pueden incluir dolor abdominal, orina oscura, heces pálidas o arcillosas, picazón en la piel y pérdida de apetito. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio y estudios de imágenes, como ecografías o tomografías computarizadas. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía para eliminar la obstrucción.

La pancreatocolangiografía por resonancia magnética (MRCP, por sus siglas en inglés) es una técnica no invasiva de imagenología médica que utiliza ondas de radio y campos magnéticos para producir detalladas imágenes tridimensionales de los conductos pancreáticos y biliares. Esta prueba diagnóstica se realiza como una variante especial de la resonancia magnética abdominal y permite a los médicos evaluar condiciones que afectan al hígado, vesícula biliar, páncreas y vías biliares, como cálculos biliares, inflamación, infección o tumores. A diferencia de otras técnicas de imagenología, como la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) o la colangiografía percutánea transhepática (PTC), la MRCP no requiere la inserción de catéteres ni el uso de radiocontraste. Por lo tanto, es una opción menos invasiva y potencialmente más segura para los pacientes. Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario complementar la MRCP con procedimientos invasivos para obtener muestras de tejido o realizar intervenciones terapéuticas.

El esfínter de la ampolla hepatopancreática, también conocido como esfínter de Oddi, es un músculo liso que controla el flujo de bilis y jugos pancreáticos desde el hígado y el páncreas hacia el duodeno (la primera parte del intestino delgado). Esta estructura anatómica se encuentra en la confluencia de los conductos hepático y pancreático, formando un conducto común antes de desembocar en el duodeno. El esfínter de Oddi se relaja para permitir que la bilis y los jugos pancreáticos fluyan hacia el intestino delgado durante la digestión, y se contrae para evitar el reflujo de contenido intestinal hacia los conductos. La disfunción del esfínter de Oddi puede causar dolor abdominal recurrente y otros síntomas gastrointestinales.

La colangitis es una afección médica que se caracteriza por la inflamación de los conductos biliares, que son los pequeños tubos dentro y alrededor del hígado que transportan la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente.

La colangitis puede ocurrir como resultado de una infección, una lesión o una obstrucción en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. El tratamiento depende de la causa subyacente de la afección y puede incluir antibióticos para tratar una infección o procedimientos quirúrgicos para eliminar una obstrucción.

Existen diferentes tipos de colangitis, incluyendo:

* Colangitis aguda: se refiere a la inflamación repentina y grave de los conductos biliares. Puede ser causada por una infección o una obstrucción en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, fiebre alta, escalofríos y confusión.
* Colangitis crónica: se refiere a la inflamación prolongada de los conductos biliares. Puede ser causada por una enfermedad subyacente como la cirrosis o la pancreatitis crónica. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, fatiga y coloración oscura de la orina o las heces.
* Colangitis esclerosante primaria: es una enfermedad rara que causa cicatrización y endurecimiento de los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, fatiga, coloración oscura de la orina o las heces y dolor abdominal.
* Colangitis supurativa: es una complicación grave de la colangitis aguda que puede causar fiebre alta, escalofríos, confusión y shock séptico. Requiere tratamiento inmediato en un hospital.

El conducto cístico es un término médico que se refiere a un pequeño tubo que conecta la vesícula biliar con el colédoco, que es el conducto más grande que drena la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado.

La bilis es una sustancia amarillenta y fluida producida por el hígado, que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se consumen. La vesícula biliar almacena la bilis hasta que el cuerpo la necesita para la digestión. Cuando se come, la vesícula biliar se contrae y expulsa la bilis hacia el intestino delgado a través del conducto cístico y el colédoco.

El conducto cístico es una parte importante del sistema digestivo y puede verse afectado en diversas condiciones médicas, como la colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), los cálculos biliares y el cáncer de vesícula biliar o de conducto cístico.

La colelitiasis es una afección médica en la que se forman cálculos o piedras en la vesícula biliar. La vesícula biliar es un pequeño órgano situado bajo el hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Las piedras en la vesícula biliar pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. Algunas personas con colelitiasis no presentan síntomas y pueden desconocer que tienen piedras en la vesícula biliar hasta que se realizan pruebas de imagen por otras razones.

Sin embargo, otros pueden experimentar dolor intenso en el abdomen superior derecho o en el centro del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos. El dolor puede durar desde unos minutos hasta varias horas y a veces se irradia hacia el hombro derecho. Otras personas pueden experimentar síntomas como náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga o fiebre leve.

El tratamiento de la colelitiasis depende del tamaño y la ubicación de las piedras, así como de los síntomas experimentados por el paciente. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver las piedras o se puede recomendar una dieta baja en grasas. Sin embargo, si las piedras son grandes o causan complicaciones, como inflamación de la vesícula biliar o infección, es posible que sea necesaria una cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía).

La ampolla hepatopancreática es una estructura presente en algunos invertebrados, como los crustáceos y los moluscos. No se encuentra en seres humanos ni en otros mamíferos, por lo que no hay una definición médica específica para este término en el contexto de la medicina humana.

La ampolla hepatopancreática es parte del sistema digestivo y desempeña funciones importantes en la digestión y absorción de nutrientes. Está compuesta por células secretoras que producen enzimas digestivas y también contiene tejido adiposo y glándulas que segregan moco y otras sustancias.

En resumen, la ampolla hepatopancreática es una estructura anatómica y fisiológica importante en algunos invertebrados, pero no hay una definición médica específica para esta estructura en el contexto de la medicina humana.

Las enfermedades de las vías biliares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema de conductos que transportan la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para su absorción.

Estas enfermedades pueden causar inflamación, infección, obstrucción o daño a los conductos biliares y al tejido circundante. Algunas de las enfermedades de las vías biliares más comunes incluyen:

1. Colecistitis: Inflamación de la vesícula biliar, un órgano pequeño situado debajo del hígado que almacena y concentra la bilis. La colecistitis puede ser aguda o crónica y suele estar asociada a la presencia de cálculos biliares.

2. Coledocolitiasis: Presencia de cálculos en el conducto colédoco, el principal conducto que transporta la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. Los cálculos pueden causar obstrucción y provocar dolor abdominal intenso, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e infección.

3. Colangitis: Inflamación del conducto colédoco y los conductos biliares más pequeños que drenan la bilis desde el hígado. La colangitis puede ser causada por una infección, un cálculo o una obstrucción en los conductos biliares.

4. Cirrosis biliar primaria: Trastorno crónico y progresivo que daña los conductos biliares más pequeños en el hígado, lo que lleva a la acumulación de bilis en el hígado y la destrucción del tejido hepático. La cirrosis biliar primaria puede causar ictericia, fatiga, dolor abdominal y, finalmente, insuficiencia hepática.

5. Colangiocarcinoma: Cáncer que se desarrolla en el conducto colédoco o en los conductos biliares más pequeños. El colangiocarcinoma es una enfermedad rara pero agresiva que puede ser difícil de diagnosticar y tratar.

El tratamiento de las enfermedades del conducto biliar depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, terapia con medicamentos o procedimientos endoscópicos. En algunos casos, el trasplante de hígado puede ser una opción de tratamiento para las enfermedades avanzadas y graves del conducto biliar.

Los conductos pancreáticos son tubos pequeños dentro del páncreas que desempeñan un papel importante en la digestión. El páncreas es una glándula situada detrás del estómago que produce jugos digestivos y hormonas.

Existen dos tipos principales de conductos pancreáticos: el conducto principal de Wirsung y el conducto accesorio de Santorini. El conducto principal de Wirsung es mucho más grande y transporta la mayor parte del jugo pancreático desde el páncreas hasta el duodeno, la primera parte del intestino delgado. El conducto accesorio de Santorini es más pequeño y se une al conducto principal de Wirsung antes de desembocar en el duodeno. Normalmente, solo produce jugo pancreático durante la infancia o después de una comida muy grande.

El jugo pancreático contiene enzimas que ayudan a descomponer los nutrientes en los alimentos, como las proteínas, los carbohidratos y las grasas. Cuando comes, el conducto principal de Wirsung se dilata y permite que el jugo pancreático fluya hacia el duodeno para ayudar en la digestión.

Si los conductos pancreáticos se bloquean o dañan, pueden producirse problemas de salud como inflamación del páncreas (pancreatitis), infecciones y cálculos biliares. El tratamiento puede incluir medicamentos, procedimientos médicos o cirugía para aliviar el bloqueo o eliminar los tejidos dañados.

El conducto hepático común es una estructura anatómica en el sistema digestivo. Es un tubo que drena la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente.

El conducto hepático común se forma cuando el conducto hepático derecho, que drena la bilis del lóbulo derecho del hígado y la vesícula biliar, se une con el conducto hepático izquierdo, que drena la bilis del lóbulo izquierdo del hígado. Después de la unión, el conducto hepático común continúa hacia abajo y se une al conducto cístico (que drena la vesícula biliar) para formar el conducto colédoco, que desemboca en el duodeno, la primera parte del intestino delgado.

Es importante mantener la permeabilidad y funcionalidad adecuadas del conducto hepático común, ya que cualquier obstrucción puede llevar a una acumulación de bilis en el hígado, lo que puede causar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. Las causas comunes de obstrucción del conducto hepático común incluyen cálculos biliares, tumores o inflamación de los tejidos circundantes.

El sistema biliar es un sistema excretor en el cuerpo humano que desempeña un papel crucial en la digestión de las grasas. Se compone del hígado, los conductos hepáticos, la vesícula biliar y los conductos biliares.

El hígado produce la bilis, una sustancia fluida amarillenta o verde que contiene agua, sales, pigmentos, colesterol y ácidos biliares. La bilis ayuda a descomponer las grasas en pequeñas gotitas llamadas micelas, lo que facilita su absorción en el intestino delgado.

Los conductos hepáticos son tubos diminutos que transportan la bilis desde los lóbulos del hígado hasta la vesícula biliar, donde se almacena y concentra antes de ser liberada en el intestino delgado. La vesícula biliar es un pequeño saco muscular situado justo debajo del hígado.

Los conductos biliares son tubos que conectan la vesícula biliar y los conductos hepáticos con el duodeno, la primera parte del intestino delgado. Cuando comemos alimentos ricos en grasas, la vesícula biliar se contrae y libera la bilis alintestino delgado a través de estos conductos, donde ayuda a descomponer las grasas para su absorción.

La ligadura es un procedimiento quirúrgico en el que se atan o cortan los vasos sanguíneos o los conductos glandulares para detener el flujo de fluidos o para bloquear una vía de circulación. También se puede utilizar para fijar órganos en su lugar. En el campo de la ginecología y planificación familiar, la ligadura de trompas es un método permanente de esterilización femenina que consiste en cortar, cauterizar, o bloquear las trompas de Falopio para prevenir los óvulos fecundados de viajar desde los ovarios hacia el útero.

Es importante mencionar que la ligadura de trompas es una decisión médica importante y permanente, y se requiere el consentimiento informado del paciente antes de llevar a cabo este procedimiento.

La vesícula biliar, en términos médicos, es un órgano pequeño, generally sac-like, ubicado debajo del hígado en el lado derecho del abdomen. Su principal función es almacenar y concentrar la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Después de una comida, específicamente aquellos que contienen grasas, la vesícula biliar se contrae y expulsa la bilis al duodeno a través del conducto colédoco para ayudar en la digestión de las grasas. La vesícula bílis está compuesta por pequeñas fibras musculares en su pared que le permiten contraerse y relajarse.

Es importante mencionar que aunque la vesícula biliar desempeña un rol crucial en el proceso digestivo, no es esencial para la vida humana. Algunas personas pueden vivir sin ella si se ha extirpado quirúrgicamente, una operación conocida como colecistectomía, ya sea de forma laparoscópica o abierta. Esto puede ser necesario en casos de cálculos biliares, inflamación de la vesícula biliar (colecistitis) u otros trastornos relacionados con este órgano.

La pancreatitis es un trastorno médico en el que el páncreas, una glándula importante situada en la parte posterior del abdomen, se inflama y se irrita. Esto puede ocurrir como resultado de una lesión o por consumir alimentos y bebidas que irritan el páncreas. La forma más común de pancreatitis es la intoxicación alcohólica aguda y la pancreatitis crónica, que a menudo está asociada con el consumo prolongado de alcohol.

La pancreatitis puede ser aguda (de corta duración) o crónica (a largo plazo). La pancreatitis aguda es una inflamación repentina y grave del páncreas que generalmente desaparece en unos días a una semana si recibe el tratamiento adecuado. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos, fiebre y aumento de la frecuencia cardíaca.

La pancreatitis crónica es una enfermedad progresiva que causa daño permanente al páncreas y puede provocar complicaciones graves, como diabetes, deficiencias nutricionales y, en algunos casos, cáncer de páncreas. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal persistente, diarrea, pérdida de peso y heces grasosas.

El tratamiento de la pancreatitis depende de su gravedad y causa subyacente. El tratamiento puede incluir reposo en cama, líquidos intravenosos, medicamentos para el dolor y, en casos graves, cirugía. La abstinencia del alcohol es fundamental para las personas con pancreatitis alcohólica. Una dieta baja en grasas también puede ayudar a prevenir los ataques de pancreatitis.

La esfinterotomía transhepática es un procedimiento médico invasivo que se realiza en el hígado para aliviar la obstrucción del flujo biliar. Implica el uso de un endoscopio especial (un tipo de tubo delgado con una cámara en el extremo) que se inserta a través de la piel y los tejidos hasta llegar al hígado. Luego, se realiza un corte quirúrgico en el esfínter de Oddi, un músculo que controla el flujo de bilis desde el hígado y el páncreas hacia el intestino delgado.

Este procedimiento se utiliza a menudo para tratar la colangitis ascendente, una infección grave del sistema biliar, o para aliviar la obstrucción causada por cálculos biliares u otros trastornos que impidan el flujo normal de bilis. La esfinterotomía transhepática se realiza bajo anestesia general y conlleva algunos riesgos, como hemorragia, infección o daño a los tejidos circundantes. Sin embargo, en muchos casos, este procedimiento puede ser una forma efectiva de aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes con trastornos del sistema biliar.

Un quiste del colédoco, también conocido como quiste de la vía biliar, es una saca llena de líquido que se forma en el conducto colédoco. El conducto colédoco es un tubo que transporta la bilis desde el hígado y el conducto pancreático hasta la segunda parte del duodeno (una porción del intestino delgado) donde la bilis ayuda en la digestión de las grasas.

Los quistes del colédoco pueden ser congénitos (presentes desde el nacimiento) o adquiridos (desarrollados más tarde en la vida). Los quistes congénitos son raros y generalmente no causan síntomas hasta la edad adulta. Por otro lado, los quistes adquiridos pueden desarrollarse como resultado de una infección, inflamación o trauma en el conducto colédoco.

Los síntomas de un quiste del colédoco pueden incluir dolor abdominal superior derecho, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), náuseas, vómitos, fiebre y pérdida de apetito. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagen como ecografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas. El tratamiento generalmente implica la extirpación quirúrgica del quiste.

La fístula biliar es un término médico que se refiere a una comunicación anormal entre la vesícula biliar y alguna otra estructura adyacente, como el intestino delgado o el hígado. Normalmente, la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, se almacena en la vesícula biliar y se libera en el intestino delgado a través del conducto biliar común para ayudar en la digestión de las grasas.

Sin embargo, cuando ocurre una fístula biliar, la bilis puede fluir hacia estructuras adyacentes fuera de su trayecto normal, lo que puede causar diversos síntomas y complicaciones, dependiendo de la ubicación y el tamaño de la fístula.

La causa más común de una fístula biliar es la cirugía abdominal, especialmente aquella que involucra la vesícula biliar o los conductos biliares. Otras posibles causas incluyen traumatismos abdominales graves, infecciones, inflamación crónica de la vesícula biliar (colecistitis) y cáncer en la región del hígado o el páncreas.

Los síntomas más comunes de una fístula biliar incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e hinchazón abdominal. El diagnóstico puede requerir pruebas de imagenología especializadas, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética nuclear, así como procedimientos invasivos, como una endoscopia o una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).

El tratamiento de una fístula biliar depende de su causa y gravedad. En algunos casos, puede cerrarse por sí sola sin necesidad de intervención médica. Sin embargo, en otros casos, puede requerir cirugía o procedimientos invasivos para corregirla. El pronóstico también varía según la causa y el tratamiento, pero generalmente es bueno si se detecta y trata a tiempo.

Los procedimientos quirúrgicos del sistema biliar se refieren a diversos tipos de intervenciones quirúrgicas que se realizan en el sistema biliar, que es un conjunto de órganos y conductos que participan en la producción, almacenamiento y transporte de la bilis, una sustancia digestiva importante.

Algunos de los procedimientos quirúrgicos más comunes del sistema biliar incluyen:

1. Colangiografía retrógrada endoscópica (CRE): Es un procedimiento mínimamente invasivo que se utiliza para diagnosticar y tratar problemas en el conducto biliar. Durante la CRE, un endoscopio flexible se inserta a través de la boca y se avanza hasta el conducto biliar para inyectar un tinte y tomar imágenes del sistema biliar.
2. Litotripsia extracorpórea por ondas de choque (LEOC): Se utiliza para tratar cálculos biliares grandes que no pueden ser eliminados mediante procedimientos menos invasivos. Durante la LEOC, ondas de choque son utilizadas para romper los cálculos en fragmentos más pequeños que puedan ser posteriormente eliminados del cuerpo.
3. Cirugía laparoscópica de vesícula biliar (colecistectomía): Es una cirugía mínimamente invasiva para extirpar la vesícula biliar, que es el órgano donde se almacena la bilis. Durante la cirugía, pequeñas incisiones son hechas en el abdomen y una cámara y herramientas quirúrgicas especiales son insertadas a través de ellas para extirpar la vesícula biliar.
4. Colangiojojunostomía: Es un procedimiento quirúrgico que se utiliza para crear una conexión directa entre el conducto biliar y el intestino delgado, lo que permite que la bilis fluya directamente al intestino en lugar de acumularse en la vesícula biliar.
5. Drenaje percutáneo: Se utiliza para drenar líquidos o pus que se han acumulado en el hígado o en los conductos biliares. Durante el procedimiento, una aguja fina es insertada a través de la piel y guiada hacia el área afectada para drenar el líquido o el pus.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos procedimientos y cirugías que se pueden realizar para tratar enfermedades y afecciones relacionadas con la vesícula biliar, los conductos biliares y el hígado. El tratamiento específico que se recomienda dependerá de la gravedad de la afección y de otros factores como la edad y el estado de salud general del paciente.

La coledocostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una conexión (anastomosis) entre el colédoco (la parte más distal del conducto biliar principal) y el estómago o el duodeno. Esta cirugía se realiza a menudo para tratar problemas relacionados con la vesícula biliar, los conductos biliares o el hígado, como una obstrucción completa o parcial del colédoco, colecistitis aguda severa, cálculos en el colédoco o cáncer de vesícula biliar o conductos biliares.

La coledocostomía permite que la bilis fluya directamente desde los conductos biliares al estómago o al duodeno, ayudando a prevenir la acumulación de bilis y posibles infecciones en el hígado. Después de la cirugía, los pacientes pueden experimentar cambios en sus hábitos intestinales y dietéticos, ya que la presencia de bilis en el estómago o duodeno puede afectar la digestión y la absorción de nutrientes. Es importante seguir las recomendaciones del equipo médico para garantizar una recuperación adecuada y minimizar los riesgos asociados con este procedimiento quirúrgico.

Un adenoma de los conductos biliares es un tipo raro de tumor benigno (no canceroso) que se desarrolla en los conductos biliares, que son pequeños tubos que conectan el hígado y la vesícula biliar y permiten que la bilis fluya desde el hígado hasta el intestino delgado. Este tipo de tumor está compuesto por células glandulares anormales que se multiplican de manera descontrolada y forman un crecimiento anormal en los conductos biliares.

Aunque la mayoría de los adenomas de los conductos biliares no causan síntomas, algunos pueden crecer lo suficiente como para bloquear el flujo de bilis, lo que puede provocar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. En casos raros, un adenoma de conducto biliar puede convertirse en canceroso si no se trata.

El diagnóstico de un adenoma de conducto biliar generalmente se realiza mediante una combinación de estudios de imágenes, como ecografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y pruebas de función hepática. El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor y los conductos biliares afectados.

En el contexto médico, el término "drenaje" se refiere al proceso de eliminar líquidos o materiales extraños acumulados en un cuerpo humano, como ser pus, sangre, fluido seroso o linfa, de una cavidad, órgano o tejido dañado o infectado. Esto se realiza generalmente mediante la colocación de un catéter o tubo de drenaje para facilitar la salida del líquido no deseado y promover la curación.

El objetivo principal del drenaje es prevenir la acumulación de líquidos, que de otro modo podrían causar inflamación, infección o daño adicional a los tejidos circundantes. Además, el análisis del líquido drenado puede proporcionar información valiosa sobre la naturaleza y el grado de la lesión o enfermedad subyacente, guiando así el plan de tratamiento apropiado.

Existen diferentes tipos de procedimientos de drenaje, como el drenaje quirúrgico, que implica la incisión quirúrgica para eliminar los líquidos acumulados; drenaje percutáneo, que involucra la inserción de agujas finas o catéteres para drenar líquidos de cavidades corporales; y drenaje de fistula, donde se crea una conexión artificial entre un órgano o tejido hueco y la superficie de la piel para permitir que el líquido drene espontáneamente.

Los endoscopios son instrumentos médicos utilizados en el campo de la endoscopia, que permite la visualización directa del interior de los conductos y órganos huecos del cuerpo humano. Están compuestos por un sistema de iluminación y una cámara conectada a un tubo flexible o rígido, el cual es introducido en el cuerpo a través de pequeñas incisiones o naturalmente por orificios corporales como la boca, nariz o recto.

Existen diferentes tipos de endoscopios adaptados a cada órgano específico, tales como el gastroscopio para explorar el estómago e intestino delgado, el colonoscopio para inspeccionar el colon y recto, o el broncoscopio para examinar las vías respiratorias. Estos dispositivos médicos han revolucionado el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades, permitiendo la detección temprana de lesiones precancerosas, biopsias, extracciones de cuerpos extraños, o intervenciones terapéuticas mínimamente invasivas.

La duodenoscopia es un procedimiento diagnóstico y terapéutico en gastroenterología. Implica la introducción de un endoscopio flexible, equipado con una lente y una fuente de luz, a través de la boca y el esófago hasta el duodeno, que es la primera sección del intestino delgado. Este procedimiento permite al médico examinar directamente la mucosa duodenal, detectar cualquier irregularidad (como úlceras, inflamación, tumores o signos de enfermedad celíaca) y tomar biopsias si es necesario. Además, el duodenoscopio se puede utilizar para realizar procedimientos terapéuticos, como la extracción de cálculos biliares o la colocación de stents en el tracto gastrointestinal.

La colecistitis es una inflamación de la vesícula biliar, que es un pequeño saco situado en el hígado donde se almacena la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos.

La colecistitis puede ser causada por una infección bacteriana o por un cálculo biliar (un pequeño cuerpo sólido que se forma en la vesícula biliar) que bloquea el flujo de bilis hacia el intestino delgado. Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal intenso y repentino en el lado superior derecho del abdomen, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y pérdida de apetito.

El tratamiento de la colecistitis depende de la gravedad de los síntomas y de la causa subyacente. En casos leves, el tratamiento puede incluir antibióticos para combatir la infección y una dieta líquida para descansar el sistema digestivo. Sin embargo, en casos más graves o si hay complicaciones, como un absceso o una perforación de la vesícula biliar, es posible que se necesite cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía).

Los iminoácidos son compuestos orgánicos que contienen un grupo funcional imina (-C=NH, también escrito como -C=N-). Aunque el término "iminoácido" a veces se use de manera más general para referirse a cualquier aminoácido con un grupo imina en su estructura, en la bioquímica y la fisiología, el término generalmente se refiere específicamente a una clase particular de aminoácidos modificados que desempeñan funciones importantes en los organismos vivos.

En este contexto más restringido, un iminoácido es un aminoácido normalmente no proteinogénico (no utilizado para sintetizar proteínas) que se forma por la modificación postraduccional de un residuo de lisina en una proteína. La formación del grupo imina involucra la reacción entre el grupo amino primario (-NH2) de la cadena lateral de la lisina y un grupo aldehído o cetona presente en otra molécula, como un azúcar reducido (aldosa) o una lipoproteína. Este proceso se conoce como "glicación" en el caso de los azúcares y "lipoxidación" en el caso de los lípidos.

La formación de iminoácidos es un proceso no enzimático e irreversible que puede alterar la estructura y función de las proteínas, contribuyendo a su desnaturalización y agregación. Estos cambios pueden ser perjudiciales para los organismos vivos y se han relacionado con el envejecimiento y varias enfermedades crónicas, como la diabetes, la aterosclerosis y las enfermedades neurodegenerativas.

Sin embargo, algunos iminoácidos también pueden desempeñar funciones beneficiosas en los organismos vivos. Por ejemplo, el ácido piperidínico, un derivado de la lisina, es un componente importante de varias moléculas bioactivas, como las alcaloides y los neurotransmisores. Además, algunos iminoácidos se utilizan en la industria alimentaria y farmacéutica como conservantes y estabilizadores.

Las enfermedades de la vesícula biliar se refieren a un grupo de trastornos que afectan la vesícula biliar, un pequeño saco situado justo debajo del hígado que almacena y concentra la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. Las enfermedades más comunes de la vesícula biliar incluyen:

1. Colelitiasis: Es la formación de cálculos o piedras en la vesícula biliar. Estas piedras pueden ser tan pequeñas como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf. La mayoría de las personas con colelitiasis no presentan síntomas, pero algunas desarrollan dolor abdominal intenso en la parte superior derecha del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos.

2. Colecistitis: Es la inflamación de la vesícula biliar, que generalmente ocurre como resultado de un bloqueo en el flujo de bilis hacia el intestino delgado. La colecistitis aguda puede causar dolor abdominal intenso, fiebre y náuseas. Si no se trata, puede provocar complicaciones graves, como infección o perforación de la vesícula biliar.

3. Colangitis: Es la inflamación de los conductos biliares, los tubos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar y el intestino delgado. La colangitis puede ocurrir como resultado de una infección o un bloqueo en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos y coloración oscura de la orina o las heces.

4. Quiste de vesícula biliar: Es una bolsa llena de líquido que se forma en la pared de la vesícula biliar. La mayoría de los quistes de vesícula biliar no causan síntomas, pero algunos pueden causar dolor abdominal o infección.

5. Cáncer de vesícula biliar: Es un cáncer raro que se desarrolla en la pared de la vesícula biliar. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), pérdida de apetito y pérdida de peso. El cáncer de vesícula biliar generalmente se diagnostica en etapas avanzadas y tiene un pronóstico desfavorable.

La ictericia es un síntoma médico que se caracteriza por el enrojecimiento amarillento de la piel, las membranas mucosas y la esclerótica (la parte blanca del ojo). Esta coloración anormal se debe a la acumulación de bilirrubina, un subproducto de la descomposición natural de los glóbulos rojos. La bilirrubina normalmente se procesa en el hígado y se elimina del cuerpo a través de las heces. Sin embargo, cuando hay una interrupción en este proceso, ya sea por un problema con la producción o excreción de bilirrubina, los niveles de esta sustancia en la sangre aumentan, causando ictericia.

Existen diversas causas de ictericia, entre las que se incluyen:

1. Hepatitis: una inflamación del hígado que puede ser causada por varios virus o por intoxicación con sustancias tóxicas.
2. Cirrosis: una cicatrización y endurecimiento progresivo del tejido hepático, generalmente como resultado del consumo excesivo de alcohol o de infecciones crónicas.
3. Colestasis: un bloqueo en los conductos biliares que impide el flujo normal de bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. Esto puede ser causado por cálculos biliares, tumores o inflamación de los conductos biliares.
4. Hemólisis: un aumento en la destrucción de glóbulos rojos, lo que lleva a niveles elevados de bilirrubina no conjugada en la sangre. Esto puede ser causado por diversas condiciones, como anemia hemolítica, reacciones transfusionales adversas o enfermedades hemorrágicas.
5. Infecciones: algunas infecciones bacterianas o parasitarias pueden provocar ictericia, especialmente cuando afectan al hígado o a los conductos biliares.
6. Medicamentos: ciertos fármacos pueden causar daño hepático o colestasis, lo que resulta en ictericia. Algunos ejemplos incluyen antibióticos, anticonvulsivantes y medicamentos contra el cáncer.
7. Otras causas: determinadas enfermedades raras, como la hepatitis autoinmune o la deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD), también pueden provocar ictericia.

Es importante buscar atención médica si se presenta ictericia para determinar la causa subyacente y recibir un tratamiento adecuado.

La litotricia es un procedimiento médico que se utiliza para desintegrar o destruir cálculos (conocidos como litos) en el cuerpo, especialmente en el sistema urinario. El término proviene del griego 'lithos', que significa piedra, y 'tric', que significa romper o pulverizar.

El tipo más común de litotricia es la litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC), en la cual se utilizan ondas de choque acústicas para desintegrar los cálculos renales o de vejiga sin necesidad de cirugía invasiva. Durante el procedimiento, el paciente se coloca sobre una mesa especial y se introduce un catalizador (como gel) entre la piel y el transductor que produce las ondas de choque. Estas ondas viajan a través del cuerpo hasta llegar al cálculo, donde causan su fragmentación en piezas más pequeñas que pueden ser posteriormente expulsadas del organismo de forma natural a través de la orina.

La litotricia también puede implicar el uso de láser o energía ultrasónica para destruir cálculos en otros órganos, como la vesícula biliar o los conductos biliares. Estos procedimientos suelen ser más invasivos y requieren anestesia general o sedación profunda.

Aunque la litotricia es un tratamiento eficaz para la mayoría de los cálculos renales y de vejiga, no está exenta de riesgos y complicaciones potenciales, como dolor intenso, sangrado, infección o daño en los tejidos circundantes. Por lo tanto, es importante que el procedimiento sea realizado por un especialista capacitado y experimentado, y que se evalúen cuidadosamente los beneficios y riesgos antes de tomar una decisión sobre el tratamiento.

Adenomioma es un término médico que se utiliza para describir un crecimiento benigno (no canceroso) en la pared del útero. Más específicamente, se trata de un tipo de adenomiosis, una afección en la que el tejido endometrial (el revestimiento interior del útero) crece hacia la capa muscular del útero (miometrio).

En el caso de un adenomioma, este crecimiento forma un tumor benigno distinto. Los adenomiomas pueden variar en tamaño y pueden causar síntomas como menstruaciones abundantes, dolores menstruales intensos, relaciones sexuales dolorosas (dispareunia) o infertilidad.

El diagnóstico de un adenomioma puede realizarse mediante ecografía, resonancia magnética o histeroscopia. El tratamiento puede incluir medicamentos para aliviar los síntomas o cirugía para extirpar el tumor. En algunos casos, si la paciente desea quedar embarazada, se puede considerar una histerectomía (extirpación del útero) como último recurso si otros tratamientos no han sido efectivos.

La disofenina de tecnecio Tc 99m es un agente de diagnóstico utilizado en medicina nuclear. Es una forma radioactiva del tecnecio-99m, un isótopo del elemento tecnecio, unido a la disofenina, un fármaco que se excreta principalmente por vía biliar y se utiliza como agente de marcado en estudios hepatobiliares.

El Tc-99m emite rayos gamma de energía relativamente baja, lo que permite su detección fuera del cuerpo humano utilizando una cámara gamma o un escáner SPECT (tomografía computarizada por emisión de fotones monoenergéticos singles). Esto proporciona imágenes funcionales y anatómicas del hígado, vesícula biliar y conductos biliares, lo que ayuda en el diagnóstico de diversas afecciones hepatobiliares, como la colelitiasis (piedras en la vesícula biliar), colangitis (inflamación de los conductos biliares) y trastornos de la motilidad biliar.

La disofenina de tecnecio Tc 99m se administra por vía intravenosa, y sus radiaciones gamma permiten obtener imágenes del sistema hepatobiliar en diferentes fases después de su administración. La dosis y la duración de la exploración dependerán del protocolo específico del centro médico y de las directrices clínicas aplicables.

Como con cualquier procedimiento médico que involucre radiación, se deben evaluar los riesgos y beneficios antes de realizar el examen y se debe utilizar la dosis más baja posible de radiofármaco para obtener imágenes diagnósticas adecuadas.

La dilatación patológica se refiere a un abultamiento o ensanchamiento anormal de una estructura corporal, generalmente un conducto o lumen, como el resultado de una enfermedad o trastorno. Este término se utiliza a menudo en contextos médicos para describir situaciones en las que el diámetro normal de un conducto o cavidad se ha aumentado significativamente más allá de sus límites fisiológicos.

Ejemplos comunes de dilatación patológica incluyen la dilatación de los bronquios en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la dilatación del estómago en el reflujo gastroesofágico o la dilatación de los vasos sanguíneos en algunas afecciones cardiovasculares. La dilatación patológica puede ser causada por diversos factores, como la inflamación, infección, trauma, tumores u otras enfermedades subyacentes.

El tratamiento de la dilatación patológica depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, procedimientos o cirugías para aliviar los síntomas y abordar la afección subyacente.

La endoscopia del sistema digestivo es un procedimiento diagnóstico y terapéutico que involucra el uso de un endoscopio, un tubo flexible iluminado con una cámara en su extremo. Este instrumento se inserta a través de la boca o el recto para permitir al médico visualizar directamente el interior del tracto gastrointestinal (esófago, estómago e intestino delgado) o el tracto digestivo inferior (colon e intestino grueso).

El propósito de esta técnica puede ser tanto diagnóstico como terapéutico. Desde un punto de vista diagnóstico, permite identificar condiciones como úlceras, inflamaciones, tumores, hemorragias, infecciones o malformaciones congénitas. Además, se pueden tomar biopsias (muestras de tejido) durante el procedimiento para su análisis posterior.

En cuanto a la faceta terapéutica, la endoscopia puede utilizarse para realizar intervenciones mínimamente invasivas, como el tratamiento de hemorragias digestivas, la eliminación de pólipos (crecimientos benignos) o la colocación de stents (dispositivos metálicos que mantienen abiertas las vías obstruidas).

Es importante mencionar que antes del procedimiento se suele administrar sedación consciente al paciente para garantizar su comodidad y facilitar la relajación muscular necesaria para el paso del endoscopio.

La endoscopia es un procedimiento médico que involucra el uso de un endoscopio, un tubo delgado y flexible con una luz y una cámara en su extremo. Bajo la guía visual proporcionada por la cámara, el endoscopio se inserta a través de una abertura natural del cuerpo (como la boca o el recto) para examinar los órganos internos o las cavidades del cuerpo. También puede utilizarse para realizar procedimientos terapéuticos, como la extracción de pólipos o tejidos para biopsia, el control del sangrado o la dilatación de estrechos luminales. Es una técnica no invasiva que permite a los médicos diagnosticar y tratar una variedad de condiciones gastrointestinales y pulmonares, entre otras.

Las neoplasias (tumores) de la vesícula biliar se refieren a crecimientos anormales en las células que recubren el interior de la vesícula biliar. La mayoría de estos tumores son adenomas, que son generalmente benignos (no cancerosos). Sin embargo, aproximadamente el 10-20% de los adenomas pueden convertirse en adenocarcinomas, un tipo de cáncer.

El adenocarcinoma es el tipo más común de cáncer de vesícula biliar. Comienza en las células glandulares que recubren el interior de la vesícula biliar. Otros tipos menos comunes de cáncer de vesícula biliar incluyen carcinoides, sarcomas y tumores mixtos.

Los síntomas de un tumor en la vesícula biliar pueden incluir dolor abdominal superior derecho, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El diagnóstico generalmente se realiza mediante pruebas de imagenología como ultrasonido, tomografía computada o resonancia magnética. La confirmación del diagnóstico y el tipo de cáncer suelen requerir una biopsia o un examen microscópico de tejidos extraídos durante la cirugía.

El tratamiento depende del tipo y estadio del tumor. Por lo general, implica la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar (colectomía) y posiblemente parte del hígado adyacente (hepatectomía). La radioterapia y la quimioterapia también pueden ser recomendadas en algunos casos. El pronóstico depende de la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico; los cánceres diagnosticados en etapas más tempranas suelen tener mejores resultados.

La colestasis intrahepática es una afección en la que se produce una disminución o bloqueo del flujo de bilis desde la vesícula biliar hasta el intestino delgado, lo que provoca una acumulación de bilirrubina y otros productos de desecho en el hígado. Esta afección puede ser causada por diversas condiciones, como enfermedades hepáticas, medicamentos, infecciones o trastornos genéticos.

Los síntomas de la colestasis intrahepática pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, heces de color claro, prurito (picazón intensa en la piel), fatiga y dolor abdominal. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre, ecografías y otras pruebas de imagen, así como biopsias hepáticas en algunos casos.

El tratamiento de la colestasis intrahepática depende de la causa subyacente. Puede incluir medicamentos para aliviar los síntomas y mejorar el flujo de bilis, cambios en la dieta y, en casos graves, trasplante hepático. Es importante recibir atención médica temprana si se sospecha colestasis intrahepática, ya que una detección y tratamiento precoces pueden ayudar a prevenir daños hepáticos irreversibles y mejorar los resultados generales.

La colecistitis aguda es una inflamación repentina y grave de la vesícula biliar. Esta afección generalmente ocurre cuando hay cálculos biliares que bloquean el flujo de bilis desde la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. Cuando la bilis se acumula y queda atrapada en la vesícula biliar, puede causar inflamación e infección.

Los síntomas más comunes de la colecistitis aguda incluyen dolor intenso en el lado superior derecho del abdomen, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El tratamiento suele implicar antibióticos para tratar la infección y cirugía para extraer la vesícula biliar (colecistectomía). Si no se trata, la colecistitis aguda puede provocar complicaciones graves, como una perforación de la vesícula biliar o un absceso.

La pancreaticoduodenectomía, también conocida como procedimiento de Whipple, es una cirugía compleja utilizada para tratar diversas afecciones del área head (cabeza) del páncreas, incluyendo cáncer de páncreas, cáncer de duodeno y cáncer de vesícula biliar. La operación implica la extirpación de la cabeza del páncreas, el duodeno inicial (el primer segmento del intestino delgado), la vesícula biliar y el conducto biliar común. Además, se extirpa parte del estómago (antro gástrico) en la mayoría de los casos.

Después de la extirpación, los tejidos restantes se reconectan para permitir que los jugos digestivos y la bilis fluyan hacia el intestino delgado. Por lo general, esto implica conectar el conducto pancreático restante al conducto colédoco (el conducto que drena la bilis desde el hígado) y luego conectarlos al yeyuno (una parte más distal del intestino delgado). El extremo remanente del estómago se une al yeyuno también, creando una nueva unión o anastomosis gastrointestinal.

La pancreaticoduodenectomía es una cirugía mayor con riesgos significativos y una larga recuperación. Sin embargo, en las manos adecuadas de profesionales médicos experimentados, puede ser una opción efectiva para tratar ciertas condiciones pancreáticas y biliares.

La disfunción del esfínter de la ampolla hepatopancreática, también conocida como disfunción del esfínter de Oddi, se refiere a un problema con el funcionamiento del músculo esfintero que controla el flujo de bilis y jugos pancreáticos desde el páncreas y la vesícula biliar hacia el duodeno (la primera parte del intestino delgado).

Cuando este músculo no se relaja apropiadamente, puede causar dolor abdominal superior o incluso obstrucción en los conductos biliares y pancreáticos. Esta condición puede ser primaria, cuando el esfínter no funciona correctamente sin una causa aparente, o secundaria, cuando está asociada con otras afecciones como cálculos en la vesícula biliar, pancreatitis crónica o cirugía previa en el área.

Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal recurrente e intenso, especialmente después de comer, náuseas, vómitos y, en algunos casos, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos). El diagnóstico generalmente se realiza mediante pruebas como manometría del esfínter de Oddi, ERCP (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica) o TC (tomografía computarizada). El tratamiento puede involver medicamentos para relajar el músculo esfintero, procedimientos como la dilatación del esfínter o, en casos graves, cirugía.

La yeyunostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una abertura (estoma) en el intestino delgado, específicamente en el yeyuno. Esto permite la alimentación directa al intestino delgado, evitando así el estómago e íleon. Se utiliza generalmente en pacientes con problemas gastrointestinales graves que impiden la alimentación normal, como obstrucciones, úlceras pépticas graves o enfermedades inflamatorias intestinales. La nutrición puede administrarse a través del estoma mediante una sonda de alimentación. Es importante tener en cuenta que esta es una definición médica y el término puede ser usado en diferentes contextos clínicos.

La colecistolitiasis es una afección médica en la que se forman cálculos o piedras en la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado en el hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Las piedras en la vesícula pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. Algunas personas pueden tener una sola piedra, mientras que otras pueden tener varias. En muchos casos, las piedras en la vesícula no causan ningún síntoma y pasan desapercibidas. Sin embargo, en otros casos, las piedras pueden causar dolor abdominal intenso, especialmente después de comer alimentos grasos o picantes.

El dolor asociado con la colecistolitiasis a menudo se describe como un dolor agudo y súbito en el cuadrante superior derecho del abdomen que puede irradiarse hacia el hombro derecho o la espalda. El dolor suele ser más intenso después de comer y puede durar desde unos minutos hasta varias horas. Otras personas pueden experimentar síntomas como náuseas, vómitos, flatulencia y cambios en los hábitos intestinales.

El tratamiento de la colecistolitiasis depende del tamaño y la ubicación de las piedras, así como de la gravedad de los síntomas. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver las piedras o se puede recomendar una dieta baja en grasas para ayudar a prevenir ataques de dolor. Sin embargo, si las piedras son grandes o causan síntomas graves, la cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía) puede ser necesaria.

La bilirrubina es un pigmento amarillo-anaranjado que se produce cuando el hígado descompone la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos viejos o dañados. Existen dos tipos principales de bilirrubina: indirecta (no conjugada) y directa (conjugada).

La bilirrubina indirecta es la forma no conjugada que se encuentra en la sangre, unida a la albúmina. Cuando esta bilirrubina llega al hígado, se convierte en bilirrubina directa o conjugada mediante un proceso de conjugación con ácidos biliares. La bilirrubina directa es soluble en agua y, por lo tanto, puede excretarse a través de la bilis hacia el intestino delgado.

En condiciones normales, los niveles séricos de bilirrubina total suelen ser inferiores a 1 mg/dL (17,1 µmol/L). Los valores elevados de bilirrubina pueden indicar diversas afecciones hepáticas o biliares, como ictericia, hepatitis, cirrosis, insuficiencia hepática o colestasis.

La ictericia es una afección que se caracteriza por un aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre y la piel, lo que provoca un color amarillento en la piel y las membranas mucosas. La ictericia puede ser causada por diversas condiciones, como trastornos hepáticos, infecciones, obstrucción de los conductos biliares o hemólisis (destrucción excesiva de glóbulos rojos).

En resumen, la bilirrubina es un pigmento amarillo-anaranjado que se produce cuando el hígado descompone la hemoglobina. Los niveles elevados de bilirrubina pueden indicar diversas afecciones hepáticas o biliares y provocar ictericia, una condición que se caracteriza por un color amarillento en la piel y las membranas mucosas.

El duodeno es la primera parte del intestino delgado, que se conecta al estómago y mide aproximadamente 10 a 12 pulgadas de largo. Su nombre proviene de el hecho de que se extiende aproximadamente unos 12 dígitos más allá de la salida del estómago (es decir, el píloro). El duodeno desempeña un papel importante en la digestión de los alimentos.

Aquí hay una definición médica más formal:

El duodeno es la porción proximal y más ancha del intestino delgado, que se extiende desde el píloro hasta la flexura duodenoyeyunal. Se divide en cuatro partes: superior, descendente, horizontal e inferior. El duodeno es responsable de la mayor parte de la digestión de los nutrientes debido a las importantes secreciones enzimáticas liberadas por el páncreas y el intestino delgado. También participa en la regulación del equilibrio ácido-base y del volumen de líquidos corporales mediante la secreción de bicarbonato y la absorción de agua y electrolitos.

Las Enfermedades Pancreáticas se refieren a un grupo de trastornos que afectan el páncreas, una glándula ubicada en el abdomen detrás del estómago. El páncreas tiene dos funciones principales: producir jugos digestivos para ayudar en la digestión de los alimentos y fabricar hormonas, como la insulina y el glucagón, que regulan el metabolismo de la glucosa.

Las enfermedades pancreáticas pueden ser agudas o crónicas. Las enfermedades pancreáticas agudas suelen ser graves y requieren atención médica inmediata. Incluyen la pancreatitis aguda, que es una inflamación repentina e intensa del páncreas.

Por otro lado, las enfermedades pancreáticas crónicas son aquellas que persisten durante un largo período de tiempo y pueden causar daño permanente al páncreas. Algunos ejemplos son:

1. Pancreatitis crónica: una inflamación prolongada del páncreas que puede causar dolor abdominal intenso, diarrea y malabsorción de nutrientes.
2. Fibrosis quística: una enfermedad genética que afecta tanto al páncreas como a los pulmones. En el páncreas, la fibrosis quística puede causar obstrucción de los conductos pancreáticos y dificultades en la digestión de los alimentos.
3. Cáncer de páncreas: un tipo de cáncer que se desarrolla en el tejido del páncreas y puede ser difícil de detectar en sus etapas iniciales. El cáncer de páncreas es una enfermedad grave y a menudo tiene un pronóstico desfavorable.
4. Diabetes mellitus tipo 1: una enfermedad autoinmune que destruye las células productoras de insulina en el páncreas, lo que lleva a niveles altos de glucosa en la sangre y la necesidad de inyecciones diarias de insulina.

El tratamiento de estas enfermedades depende de su gravedad y puede incluir medicamentos, cambios en la dieta, cirugía o combinaciones de estos. Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha alguna de estas afecciones para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

El período intraoperatorio, también conocido como tiempo quirúrgico o fase quirúrgica, se refiere al lapso de tiempo durante el cual se está llevando a cabo un procedimiento quirúrgico en un paciente. Comienza cuando el cirujano hace la primera incisión para acceder al área que será operada y termina una vez que se han cerrado las últimas heridas y se ha completado la cirugía.

Este período es crucial ya que durante él, el equipo médico debe trabajar con extrema precisión y cuidado para garantizar la seguridad del paciente y lograr los objetivos deseados en la intervención quirúrgica. Además, se deben monitorear constantemente los signos vitales del paciente y ajustar los parámetros anestésicos si es necesario para mantener su estabilidad hemodinámica y evitar complicaciones.

El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo humano, localizado en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma y por encima del estómago. Pesa aproximadamente 1,5 kilogramos y desempeña más de 500 funciones vitales para el organismo. Desde un punto de vista médico, algunas de las funciones principales del hígado son:

1. Metabolismo: El hígado desempeña un papel crucial en el metabolismo de proteínas, lípidos y carbohidratos. Ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, produce glucógeno para almacenar energía, sintetiza colesterol y ácidos biliares, participa en la descomposición de las hormonas y produce proteínas importantes como las albúminas y los factores de coagulación.

2. Desintoxicación: El hígado elimina toxinas y desechos del cuerpo, incluyendo drogas, alcohol, medicamentos y sustancias químicas presentes en el medio ambiente. También ayuda a neutralizar los radicales libres y previene el daño celular.

3. Almacenamiento: El hígado almacena glucógeno, vitaminas (como A, D, E, K y B12) y minerales (como hierro y cobre), que pueden ser liberados cuando el cuerpo los necesita.

4. Síntesis de bilis: El hígado produce bilis, una sustancia amarilla o verde que ayuda a descomponer las grasas en pequeñas gotas durante la digestión. La bilis se almacena en la vesícula biliar y se libera al intestino delgado cuando se consume alimentos ricos en grasas.

5. Inmunidad: El hígado contiene células inmunitarias que ayudan a combatir infecciones y enfermedades. También produce proteínas importantes para la coagulación sanguínea, como el factor VIII y el fibrinógeno.

6. Regulación hormonal: El hígado desempeña un papel importante en la regulación de los niveles hormonales, metabolizando y eliminando las hormonas excesivas o inactivas.

7. Sangre: El hígado produce aproximadamente el 50% del volumen total de plasma sanguíneo y ayuda a mantener la presión arterial y el flujo sanguíneo adecuados en todo el cuerpo.

Las complicaciones posoperatorias se refieren a problemas o eventos adversos que surgen después de una cirugía y pueden estar relacionados con el procedimiento quirúrgico, la anestesia o los cuidados posoperatorios. Estas complicaciones pueden variar en gravedad y pueden incluir infecciones, reacciones a la anestesia, hemorragias, coágulos sanguíneos, neumonía, insuficiencia orgánica o incluso la muerte.

Las complicaciones posoperatorias pueden ser el resultado de una serie de factores, incluyendo la salud general del paciente antes de la cirugía, el tipo y la complejidad del procedimiento quirúrgico, la habilidad y experiencia del equipo quirúrgico, y los cuidados posoperatorios adecuados.

Algunas complicaciones posoperatorias pueden ser prevenidas o minimizadas mediante una evaluación preoperatoria exhaustiva, una técnica quirúrgica meticulosa, el uso apropiado de antibióticos y otros medicamentos, y la atención cuidadosa durante el período posoperatorio. Los pacientes también pueden tomar medidas para reducir su riesgo de complicaciones posoperatorias, como dejar de fumar, mantener una dieta saludable y hacer ejercicio regular antes de la cirugía.

La colecistostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una abertura o comunicación entre la vejiga de la vesícula biliar (colecisto) y la pared abdominal. Esto permite que la bilis fluya desde la vesícula biliar al exterior del cuerpo, ayudando a aliviar la presión en la vesícula biliar y prevenir la acumulación de bilis, lo que puede causar inflamación e infección.

Este procedimiento se realiza comúnmente en pacientes con colecistitis aguda grave o complicada, especialmente en aquellos que no son candidatos adecuados para una cirugía más invasiva, como la colecistectomía (extirpación de la vesícula biliar). La colecistostomía puede ser temporal o permanente, dependiendo de las condiciones del paciente y su enfermedad.

Después de la cirugía, se coloca un tubo de drenaje a través de la abertura para permitir que la bilis drene continuamente al exterior del cuerpo. El tubo generalmente se retira después de unos pocos días o semanas, una vez que la inflamación y la infección hayan disminuido y el paciente esté estabilizado. En algunos casos, sin embargo, la colecistostomía puede ser permanente si el paciente no es un buen candidato para una cirugía adicional o si tiene otras afecciones médicas graves que aumentan el riesgo de complicaciones quirúrgicas.

El reflujo biliar, también conocido como regurgitación biliar o síndrome de reflujo biliar, es un trastorno en el que el contenido ácido de la vesícula biliar fluye hacia atrás o "refluja" hacia el estómago e incluso hasta el esófago. Normalmente, la vesícula bílis se almacena en la vesícula biliar y se libera en el intestino delgado para ayudar en la digestión de las grasas. Sin embargo, ciertos factores pueden hacer que la válvula que separa el estómago del duodeno (la primera parte del intestino delgado) se relaje inapropiadamente, permitiendo que la bilis fluya hacia atrás.

Los síntomas más comunes del reflujo biliar incluyen dolor abdominal superior derecho, indigestión, náuseas, eructos y en ocasiones vómitos con bilis amarilla o verde. A diferencia del reflujo gastroesofágico, que generalmente se acompaña de acidez estomacal, el reflujo biliar rara vez causa acidez estomacal porque la bilis no es ácida. Sin embargo, la exposición prolongada de la mucosa del esófago a la bilis puede causar inflamación y daño, lo que lleva a síntomas como dolor torácico, tos crónica e incluso sangrado.

El reflujo biliar puede ocurrir en personas sanas ocasionalmente, especialmente después de comer alimentos grasosos. Sin embargo, cuando los síntomas son frecuentes o graves, pueden indicar un problema subyacente que requiere atención médica. Las causas comunes del reflujo biliar incluyen cirugía gástrica previa, úlceras pépticas, enfermedad del hígado, colecistectomía (extirpación de la vesícula biliar) y trastornos de motilidad gastrointestinal. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, como evitar alimentos grasosos, perder peso y dejar de fumar, así como medicamentos para reducir la producción de ácido estomacal o neutralizar el ácido existente. En casos graves, se puede considerar la cirugía para corregir el problema subyacente.

La endosonografía, también conocida como ecografía endoscópica, es un procedimiento diagnóstico que combina la endoscopia (un proceso en el que se inserta un tubo delgado con una cámara y una luz en el cuerpo) y la ecografía (un método de imagenología que utiliza ondas sonoras para crear imágenes de los órganos y tejidos internos).

Durante la endosonografía, un endoscopio especial con un transductor de ultrasonido en su punta se introduce en el cuerpo. El transductor produce ondas sonoras de alta frecuencia que viajan a través del tejido y rebotan, creando ecos que son captados por el transductor. Estos ecos se convierten en imágenes en tiempo real que pueden mostrar lesiones, tumores o cambios en los órganos internos.

La endosonografía se utiliza a menudo para evaluar problemas gastrointestinales, como la inflamación o el crecimiento anormal del tejido en el esófago, el estómago o el intestino delgado. También puede utilizarse para guiar biopsias y otras intervenciones terapéuticas.

La cirrosis hepática experimental se refiere a un proceso de cicatrización y daño avanzado en el hígado, que es intencionalmente inducido en animales de laboratorio, como ratas o conejos, mediante diversas técnicas y sustancias tóxicas. El objetivo de este procedimiento es estudiar los mecanismos y efectos de la cirrosis hepática en un entorno controlado, con el fin de desarrollar nuevas estrategias terapéuticas y mejorar el conocimiento sobre esta enfermedad en humanos.

La cirrosis hepática experimental puede ser inducida por diversos medios, como la administración repetida de sustancias tóxicas (como el tetracloruro de carbono o la dietilnitrosamina), la infección con ciertos virus (como el virus de la hepatitis C), la obstrucción de los conductos biliares o la dieta rica en grasas y deficiente en proteínas.

El proceso de cirrosis hepática experimental se caracteriza por la destrucción progresiva del tejido hepático normal, la inflamación crónica y la formación de cicatrices fibrosas (conocidas como septos), que alteran la arquitectura normal del hígado y comprometen su función. Los síntomas y signos clínicos de la cirrosis hepática experimental son similares a los observados en humanos, incluyendo ictericia, ascitis, hemorragia digestiva y disfunción hepática.

Es importante destacar que la cirrosis hepática experimental es un modelo animal que no replica perfectamente la enfermedad en humanos, pero puede proporcionar información valiosa sobre los mecanismos patológicos y las posibles intervenciones terapéuticas.

La litotripsia por láser es un procedimiento médico no invasivo que se utiliza para tratar los cálculos renales y en la vesícula biliar. Implica el uso de un láser especializado, llamado litotripter de láser, para descomponer los cálculos en fragmentos más pequeños que puedan pasar fácilmente a través del sistema urinario o digestivo.

Durante el procedimiento, se introduce un endoscopio flexible a través de la uretra hasta llegar al riñón o la vesícula biliar, dependiendo de dónde se encuentre el cálculo. El litotripter de láser se introduce a través del endoscopio y se dirige hacia el cálculo. Luego, se activa el láser para emitir pulsos de energía concentrada que fragmentan el cálculo en pequeños trozos.

La litotripsia por láser es una opción terapéutica efectiva para aquellos pacientes que tienen cálculos renales o en la vesícula biliar demasiado grandes para pasar por sí solos y que no responden a otros tratamientos, como la medicación o la litotripsia extracorpórea de ondas de choque (ESWL). Sin embargo, este procedimiento conlleva ciertos riesgos, como infección, sangrado y daño en los tejidos circundantes. Por lo tanto, es importante que la litotripsia por láser solo se realice bajo la supervisión de un médico experimentado y en un entorno hospitalario adecuado.

La constriction patológica se refiere a una condición médica anormal en la cual existe un estrechamiento o apretamiento excesivo de los tejidos u órganos del cuerpo. Este estrechamiento puede ser causado por diversas razones, como cicatrización excesiva después de una lesión o cirugía, inflamación crónica, tumores o crecimientos anormales, entre otras.

La constriction patológica puede afectar a varias partes del cuerpo, incluyendo los vasos sanguíneos, los bronquios, el esófago, el intestino delgado y grueso, las arterias y las venas. Los síntomas de la constriction patológica dependen del órgano o tejido afectado y pueden incluir dolor, hinchazón, dificultad para respirar, náuseas, vómitos, estreñimiento o diarrea, entre otros.

El tratamiento de la constriction patológica depende de la causa subyacente y puede incluir medicamentos, terapia física, cirugía u otras intervenciones médicas. En algunos casos, la constriction patológica puede ser reversible con el tratamiento adecuado, mientras que en otros casos puede ser permanente y requerir un manejo continuo para aliviar los síntomas.

Los cuidados intraoperatorios, también conocidos como atención quirúrgica o cuidados durante la cirugía, se refieren al conjunto de procedimientos y técnicas médicas aplicadas en el quirófano durante una intervención quirúrgica. Estos cuidados comienzan una vez que el paciente es ingresado al quirófano y finalizan cuando es trasladado a la unidad de recuperación o sala de vigilancia postoperatoria.

Los cuidados intraoperatorios incluyen, entre otros:

1. Monitorización: Se controlan constantemente los signos vitales del paciente (frecuencia cardíaca, presión arterial, saturación de oxígeno y temperatura corporal) durante toda la intervención quirúrgica.

2. Anestesia: La administración de anestésicos generales o locales para mantener al paciente en un estado de inconsciencia e insensibilidad al dolor durante la cirugía.

3. Posicionamiento: Colocación adecuada del paciente sobre la mesa quirúrgica, considerando las zonas a operar y garantizando su comodidad y prevención de lesiones.

4. Higiene y antisepsia: Se toman medidas para mantener un ambiente estéril en el quirófano y prevenir infecciones, como el uso de prendas quirúrgicas, cubrebocas, gorros y guantes desechables, así como la esterilización del instrumental quirúrgico.

5. Cirugía: El equipo médico realiza la intervención quirúrgica según el plan establecido previamente, considerando las técnicas adecuadas y los cuidados específicos de cada procedimiento.

6. Hemodinámica: Se controla y mantiene la estabilidad hemodinámica del paciente mediante la administración de líquidos, medicamentos y transfusiones sanguíneas si es necesario.

7. Monitorización: Durante la cirugía, se vigila constantemente el estado del paciente mediante la utilización de equipos de monitorización, como electrocardiogramas, oxímetros de pulso y presión arterial no invasiva o invasiva.

8. Anestesia: Se administra y controla la anestesia general o regional según las necesidades del paciente y el tipo de cirugía.

9. Vigilancia postoperatoria: Después de la cirugía, se vigila al paciente en la unidad de cuidados intensivos o en una sala de recuperación, controlando su estado vital y administrando los cuidados necesarios para garantizar una adecuada evolución.

10. Alta: Una vez que el paciente se encuentra estable y sus condiciones clínicas son satisfactorias, se procede a su alta hospitalaria y se programan las consultas de seguimiento con el especialista correspondiente.

El cateterismo es un procedimiento médico en el que se introduce un catéter, que es un tubo flexible y delgado, en una vena, arteria o cavidad corporal. El propósito del cateterismo puede variar dependiendo de la parte del cuerpo donde se realice. Algunos de los usos comunes del cateterismo incluyen:

* Cateterismo cardíaco: se utiliza para diagnosticar y tratar problemas cardíacos. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en una vena o arteria y se guía hasta el corazón. Luego, se pueden realizar diversas pruebas, como la angiografía coronaria, para evaluar el flujo sanguíneo y la función cardíaca.
* Cateterismo vascular: se utiliza para diagnosticar y tratar problemas vasculares, como la enfermedad arterial periférica o los aneurismas. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en una arteria o vena y se guía hasta la zona afectada. Luego, se pueden realizar diversas pruebas o tratamientos, como la angioplastia y el stenting.
* Cateterismo urinario: se utiliza para drenar la vejiga o el riñón cuando hay obstrucción o retención de orina. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en la vejiga a través de la uretra. Luego, la orina puede fluir hacia afuera del cuerpo a través del catéter.
* Cateterismo de las vías biliares: se utiliza para drenar la bilis cuando hay obstrucción o inflamación de los conductos biliares. Durante el procedimiento, se inserta un catéter en el conducto biliar a través de la piel del abdomen. Luego, la bilis puede fluir hacia afuera del cuerpo a través del catéter.

El cateterismo se realiza bajo anestesia local o sedación consciente, y generalmente dura entre 30 minutos y una hora. Después del procedimiento, es posible que sea necesario mantener el catéter en su lugar durante un tiempo determinado para garantizar el drenaje continuo. El médico le dará instrucciones específicas sobre cómo cuidar el catéter y qué hacer si hay problemas.

Las pruebas de función hepática (PFT) son análisis de sangre que se utilizan para evaluar la salud y el funcionamiento general del hígado. Estos exámenes miden diferentes sustancias en la sangre, como enzimas, proteínas y desechos, que pueden indicar si hay algún daño o disfunción en el hígado.

Algunas de las pruebas más comunes que se incluyen en un panel de PFT son:

1. Alanina aminotransferasa (ALT): Esta enzima se encuentra principalmente en el hígado y puede aumentar en niveles si hay inflamación o daño en el tejido hepático.

2. Aspartato aminotransferasa (AST): Esta enzima también se encuentra en el hígado, así como en otros órganos como el corazón y los músculos. Los niveles altos de AST pueden indicar daño en cualquiera de estos tejidos.

3. Bilirrubina: La bilirrubina es un pigmento amarillo que se produce cuando el hígado descompone la hemoglobina de los glóbulos rojos viejos. Los niveles altos de bilirrubina pueden indicar problemas con la capacidad del hígado para procesarla, lo que puede causar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).

4. Albumina: La albumina es una proteína producida por el hígado. Los niveles bajos de albumina pueden indicar problemas con la capacidad del hígado para sintetizar proteínas.

5. Fósforo alcalino (ALP): La ALP es una enzima que se encuentra en varios tejidos, incluyendo el hígado. Los niveles altos de ALP pueden indicar problemas con el flujo biliar o enfermedad hepática.

6. Gamma-glutamil transferasa (GGT): La GGT es una enzima que se encuentra en varios tejidos, incluyendo el hígado. Los niveles altos de GGT pueden indicar problemas con el flujo biliar o enfermedad hepática.

Un análisis de sangre de función hepática puede ayudar a diagnosticar y monitorizar diversas afecciones hepáticas, como la hepatitis, la cirrosis y la insuficiencia hepática. Los resultados deben interpretarse junto con los síntomas clínicos y otros exámenes complementarios para establecer un diagnóstico preciso.

Las enfermedades duodenales se refieren a diversas condiciones y trastornos que afectan el duodeno, la primera parte del intestino delgado adyacente al estómago. El duodeno desempeña un papel crucial en la digestión de los alimentos, ya que es donde comienza la absorción de nutrientes. Algunas enfermedades duodenales comunes incluyen:

1. Duodenitis: Es la inflamación del revestimiento del duodeno, a menudo causada por una infección bacteriana o el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos y pérdida de apetito.

2. Enfermedad de Crohn: Es una enfermedad inflamatoria intestinal que puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, incluido el duodeno. Los síntomas pueden variar desde diarrea crónica, dolor abdominal, fatiga y pérdida de peso hasta complicaciones más graves como obstrucción intestinal o fístulas.

3. Úlcera duodenal: Se refiere a una lesión abierta en el revestimiento del duodeno, generalmente causada por una infección bacteriana por Helicobacter pylori o el uso prolongado de AINE. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos y sangrado gastrointestinal.

4. Tumores duodenales: Pueden ser benignos o malignos (cáncer) y causar diversos síntomas dependiendo de su tamaño y localización. Los tumores duodenales pueden provocar obstrucción intestinal, sangrado gastrointestinal o perforación del duodeno.

5. Síndrome de Zollinger-Ellison: Es una enfermedad rara caracterizada por la producción excesiva de ácido gástrico debido a un tumor (gastrinoma) que secreta gastrina, una hormona que estimula la producción de ácido. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, diarrea crónica y úlceras gástricas o duodenales recurrentes.

6. Enfermedad celíaca: Una afección autoinmune en la que el consumo de gluten desencadena una respuesta inmunitaria exagerada que daña el revestimiento del intestino delgado, incluyendo el duodeno. Los síntomas pueden variar desde diarrea crónica, dolor abdominal y distensión hasta anemia, fatiga y pérdida de peso.

7. Diverticulosis duodenal: Es una afección en la que se forman pequeñas bolsas (divertículos) en el revestimiento del duodeno. La mayoría de las personas con diverticulosis no presentan síntomas, pero algunas pueden desarrollar complicaciones como inflamación o infección (diverticulitis).

8. Síndrome de Zollinger-Ellison: Una enfermedad rara caracterizada por la producción excesiva de ácido gástrico debido a un tumor (gastrinoma) que secreta gastrina, una hormona que estimula la producción de ácido. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, diarrea crónica y úlceras gástricas o duodenales recurrentes.

9. Duodenitis: Inflamación del revestimiento del duodeno que puede causar dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea. La duodenitis puede ser causada por infecciones bacterianas, como Helicobacter pylori, o por el uso prolongado de antiinflamatorios no esteroideos (AINE).

10. Neoplasias duodenales: Tumores benignos o malignos que se desarrollan en el revestimiento del duodeno. Los tumores benignos, como los pólipos adenomatosos, suelen ser asintomáticos, pero pueden causar sangrado intestinal o obstrucción intestinal si crecen demasiado. Los tumores malignos, como el cáncer de duodeno, suelen causar dolor abdominal, pérdida de peso y sangrado intestinal.

Colangiocarcinoma es un tipo de cáncer que se forma en los conductos biliares, que son tubos delgados que conectan el hígado y la vesícula biliar con el intestino delgado. Los conductos biliares dentro del hígado se llaman conductos biliares intrahepáticos, y los que están fuera del hígado se llaman conductos biliares extrahepáticos. El colangiocarcinoma puede ocurrir en cualquiera de estas ubicaciones, pero la mayoría de los casos se encuentran en los conductos biliares fuera del hígado.

Los síntomas del colangiocarcinoma pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, pérdida de apetito, pérdida de peso y fatiga. El diagnóstico puede ser difícil ya que los síntomas pueden ser similares a los de otras enfermedades hepáticas y biliares. Se pueden utilizar varias pruebas para diagnosticar el colangiocarcinoma, como análisis de sangre, ecografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas.

El tratamiento del colangiocarcinoma depende de la ubicación y la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico. Las opciones de tratamiento pueden incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de estos. En algunos casos, cuando el cáncer no se puede extirpar mediante cirugía, se pueden utilizar procedimientos como la colocación de stents para mantener abiertos los conductos biliares y aliviar los síntomas.

El pronóstico del colangiocarcinoma depende de varios factores, como la ubicación y etapa del cáncer en el momento del diagnóstico, la edad y el estado general de salud del paciente. En general, el colangiocarcinoma es una enfermedad grave con un pronóstico relativamente pobre, especialmente si se diagnostica en etapas avanzadas. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar una remisión prolongada después del tratamiento.

Las neoplasias duodenales se refieren a las condiciones en las que se forman crecimientos anormales (tumores) en el duodeno, que es la primera parte del intestino delgado. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).

Los tumores benignos comunes en el duodeno incluyen pólipos adenomatosos, leiomiomas y lipomas. Por otro lado, los tipos más comunes de cáncer que se desarrollan en el duodeno son el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma.

Los factores de riesgo para el desarrollo de neoplasias duodenales incluyen la edad avanzada, la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística, la poliposis adenomatosa familiar y ciertos trastornos genéticos.

El diagnóstico de las neoplasias duodenales se realiza mediante una variedad de pruebas, como la endoscopia digestiva alta, la tomografía computarizada o la resonancia magnética. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia y puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia.

El conducto torácico es una estructura anatómica importante que desempeña un papel clave en el sistema linfático. Se trata de un tubo delgado y flexible que se extiende desde el tórax hasta el cuello, transportando la linfa desde los miembros superiores, el tórax y la cabeza hacia el sistema venoso del cuello.

El conducto torácico comienza en la unión de los dos conductos linfáticos izquierdos, que drenan las linfas de los brazos y la parte superior del tórax. Desciende por detrás de la clavícula y el músculo escaleno anterior, atravesando el tórax a través del hiato esofágico en el diafragma.

Dentro del tórax, el conducto torácico se encuentra cerca de la arteria subclavia y la vena subclavia izquierda, y asciende por detrás de la vena yugular interna izquierda hasta alcanzar el ángulo formado por la unión de la vena yugular interna izquierda y la vena subclavia izquierda, donde se une con la linfa proveniente del lado derecho del cuerpo a través del conducto linfático derecho.

La linfa que fluye a través del conducto torácico contiene líquidos, glóbulos blancos y antígenos que han sido filtrados por los ganglios linfáticos y otros tejidos del cuerpo. El conducto torácico desempeña un papel crucial en la defensa del organismo contra las infecciones y otras enfermedades, ya que ayuda a eliminar los patógenos y los desechos celulares del cuerpo.

Es importante destacar que el conducto torácico puede verse afectado por diversas afecciones médicas, como inflamaciones, infecciones o tumores, lo que puede provocar su bloqueo y la acumulación de linfa en los tejidos circundantes, una condición conocida como linfedema. El tratamiento de estas afecciones puede incluir la administración de antibióticos, la cirugía o la fisioterapia.

En la medicina, los cálculos son depósitos sólidos y generalmente pequeños de minerales y sales que se forman en los tejidos y fluidos del cuerpo. También se les conoce como "piedras" o "concreciones". Se pueden desarrollar en varios órganos, incluyendo los riñones (cálculos renales), la vejiga (cálculos vesicales), las vías biliares (cálculos biliares) y la vesícula biliar (cálculos vesiculares).

La formación de cálculos puede ocurrir como resultado de una variedad de factores, incluyendo desequilibrios químicos en el cuerpo, infecciones, dieta inadecuada, estilo de vida sedentario y anomalías congénitas. Los síntomas asociados con los cálculos pueden variar dependiendo del tamaño y la ubicación del cálculo, pero generalmente incluyen dolor intenso e intermitente en el costado o la parte inferior del abdomen, náuseas, vómitos y micciones frecuentes o dolorosas.

El tratamiento de los cálculos depende del tamaño, la ubicación y los síntomas asociados con ellos. Los cálculos más pequeños pueden pasar naturalmente a través del sistema urinario o digestivo sin causar daño. Sin embargo, los cálculos más grandes o problemáticos pueden requerir procedimientos médicos invasivos, como la litotripsia (ondas de choque que se utilizan para descomponer el cálculo en fragmentos más pequeños) o la cirugía.

La prevención de los cálculos puede implicar cambios en la dieta y el estilo de vida, como beber mucha agua, limitar el consumo de alimentos altos en oxalatos (como las espinacas y las nueces), reducir el consumo de sal y grasas saturadas y aumentar la actividad física.

La cirrosis hepática biliar, también conocida como cirrosis biliar primaria, es una enfermedad hepática crónica y progresiva que da lugar a la formación de tejido cicatricial (fibrosis) y la destrucción de las células hepáticas (hepatocitos). A diferencia de otras formas de cirrosis, esta condición se caracteriza por una destrucción selectiva de los conductos biliares pequeños en el hígado, lo que lleva a la acumulación de bilis y la inflamación crónica.

La causa exacta de la cirrosis hepática biliar es desconocida, pero se cree que está relacionada con una combinación de factores genéticos y ambientales. Algunos estudios sugieren que ciertos genes pueden hacer a las personas más susceptibles a la enfermedad, mientras que otros factores, como infecciones virales o exposición a tóxicos, pueden desencadenar su aparición.

Los síntomas de la cirrosis hepática biliar pueden variar ampliamente y dependen del grado de daño hepático. Al principio, los pacientes pueden experimentar fatiga, picazón en la piel, dolor abdominal y coloración oscura de la orina. A medida que la enfermedad avanza, pueden desarrollarse complicaciones más graves, como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), ascitis (acumulación de líquido en el abdomen), encefalopatía hepática (daño cerebral causado por la acumulación de toxinas) y aumento del riesgo de infecciones y cáncer de hígado.

El diagnóstico de cirrosis hepática biliar se basa en una combinación de historial clínico, examen físico, análisis de sangre y estudios de imagen, como ecografías o biopsias hepáticas. El tratamiento suele ser sintomático y dirigido a prevenir complicaciones y ralentizar la progresión de la enfermedad. Puede incluir medicamentos para aliviar los síntomas, como antihistamínicos para la picazón o laxantes para la encefalopatía hepática, así como cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y la abstención del alcohol. En algunos casos, se pueden considerar tratamientos más agresivos, como trasplante de hígado.

Ascarídidos es el término utilizado para referirse a una familia de nematodos (gusanos redondos) parásitos que incluye varias especies que pueden infectar a los seres humanos y otros animales. La especie más común que infecta a los humanos es Ascaris lumbricoides, también conocida como "lombriz intestinal".

La infección por ascárides ocurre cuando las personas ingieren huevos de estos parásitos, generalmente a través de la contaminación fecal-oral del agua o los alimentos. Una vez dentro del cuerpo, los huevos eclosionan y las larvas migran a través de los tejidos hasta alcanzar el sistema circulatorio. Luego, viajan hacia los pulmones, donde se desarrollan durante unas semanas antes de ser expulsadas por la tos y engullidas nuevamente. Una vez dentro del tracto digestivo, las larvas maduran en gusanos adultos que pueden medir hasta 20 cm de largo.

Los ascárides adultos se alimentan de los nutrientes presentes en el intestino delgado, lo que puede provocar deficiencias nutricionales en las personas infectadas, especialmente en niños. Además, la presencia de un gran número de gusanos en el intestino puede causar obstrucciones y otros problemas graves. Los síntomas más comunes de una infección por ascárides incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, y tos.

El tratamiento de las infecciones por ascárides suele implicar la administración de medicamentos antiparasitarios específicos, como el mebendazol o el albendazol. En algunos casos, puede ser necesario realizar un lavado intestinal para eliminar los gusanos del cuerpo. La prevención de la infección por ascárides implica medidas básicas de higiene, como lavarse las manos con frecuencia y cocinar adecuadamente los alimentos.

Los instrumentos quirúrgicos son dispositivos especialmente diseñados y fabricados que se utilizan durante procedimientos quirúrgicos para realizar diversas funciones, como cortar, coagular, grasping (sujeción), retracción (apertura de espacios), desoclusión (despejar obstrucciones), dilatación (ampliación de orificios) y disección (separación de tejidos). Estos instrumentos son esenciales en la práctica de la cirugía y están fabricados con materiales que permiten su esterilización, como el acero inoxidable. Algunos ejemplos comunes incluyen bisturíes, tijeras, pinzas, expandidores, especulums y catéteres. El uso adecuado de los instrumentos quirúrgicos requiere entrenamiento y habilidad especializados para garantizar la seguridad y el éxito del procedimiento quirúrgico.

El término 'Resultado del Tratamiento' se refiere al desenlace o consecuencia que experimenta un paciente luego de recibir algún tipo de intervención médica, cirugía o terapia. Puede ser medido en términos de mejoras clínicas, reducción de síntomas, ausencia de efectos adversos, necesidad de nuevas intervenciones o fallecimiento. Es un concepto fundamental en la evaluación de la eficacia y calidad de los cuidados de salud provistos a los pacientes. La medición de los resultados del tratamiento puede involucrar diversos parámetros como la supervivencia, la calidad de vida relacionada con la salud, la función física o mental, y la satisfacción del paciente. Estos resultados pueden ser evaluados a corto, mediano o largo plazo.

Litiasis es un término médico que se refiere a la formación de cálculos o piedras en los órganos huecos del cuerpo. Estos cálculos generalmente se forman cuando las sustancias presentes en los líquidos corporales, como el oxalato de calcio, fosfato y uratos, se concentran y solidifican. Las piedras o cálculos pueden desarrollarse en varios órganos, incluyendo los riñones (nefrolitiasis), vesícula biliar (colelitiasis), páncreas (pancreatolitiasis) y vejiga urinaria (vesiculitis).

Los síntomas de la litiasis varían dependiendo del tamaño y ubicación de los cálculos. Algunos cálculos pequeños pueden pasar sin causar dolor o incomodidad, mientras que otros más grandes pueden bloquear el flujo de líquidos corporales, lo que provoca cólicos nefríticos (dolor intenso en la parte inferior de la espalda), náuseas, vómitos y fiebre. El tratamiento depende del tamaño, número y localización de los cálculos, y puede incluir medidas conservadoras, como hidratación y medicamentos para aliviar el dolor, o procedimientos médicos invasivos, como la litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC) o la cirugía.

El síndrome hepatopulmonar es una afección rara pero grave que generalmente se observa en niños con enfermedad hepática grave, particularmente aquellos con cirrosis biliar primaria o derivada del síndrome de Alagille. La afección se caracteriza por una tríada de hipoxemia (niveles bajos de oxígeno en la sangre), hipertensión pulmonar (presión arterial alta en los vasos sanguíneos que van del corazón a los pulmones) e infiltrados pulmonares (anormalidades en los tejidos pulmonares).

La hipoxemia se produce como resultado de la shunt intrapulmonar, donde la sangre con bajo oxígeno pasa directamente desde los vasos sanguíneos pulmonares a los alvéolos sin recoger oxígeno. Esto es causado por las anomalías en los capilares pulmonares y el tejido intersticial.

La hipertensión pulmonar se debe a la vasoconstricción (estrechamiento) de los vasos sanguíneos pulmonares, lo que aumenta la resistencia vascular pulmonar. Además, factores como las endotoxinas bacterianas y las citocinas proinflamatorias también contribuyen a esta condición.

El tratamiento del síndrome hepatopulmonar generalmente implica el manejo de la enfermedad hepática subyacente, así como medidas para mejorar la oxigenación y reducir la hipertensión pulmonar. Esto puede incluir oxígenoterapia, ventilación mecánica, medicamentos vasodilatadores y terapias de soporte. En algunos casos, una trasplante de hígado puede ser considerado como una opción de tratamiento.

El cólico es un tipo de dolor abdominal intenso y recurrente que a menudo se asocia con espasmos musculares en el tracto gastrointestinal. Se caracteriza por ser intermitente, agudo y generalmente dura menos de 3 horas. En bebés recién nacidos, el término "cólico del lactante" se utiliza para describir episodios prolongados e inexplicables de llanto e irritabilidad, especialmente durante las primeras semanas de vida.

En niños y adultos, los cólicos pueden ser un síntoma de diversas afecciones médicas, como enfermedad inflamatoria intestinal, obstrucción intestinal o infecciones gastrointestinales. También pueden estar relacionados con la ingesta de ciertos alimentos, bebidas o medicamentos que causan irritación o sensibilidad en el tracto digestivo.

El tratamiento del cólico depende de su causa subyacente. Puede incluir medidas de alivio sintomático, como calor local, masajes abdominales suaves y cambios en la dieta, así como medicamentos para aliviar el dolor y reducir los espasmos musculares. En casos graves o persistentes, se pueden requerir exámenes adicionales e intervenciones más especializadas.

Las complicaciones intraoperatorias son eventos adversos que ocurren durante una cirugía y pueden poner en riesgo la vida del paciente o causar daño a los tejidos circundantes. Estas complicaciones pueden ser el resultado de una variedad de factores, incluyendo la complejidad del procedimiento quirúrgico, la salud general del paciente y las habilidades técnicas del cirujano.

Algunos ejemplos comunes de complicaciones intraoperatorias incluyen:

1. Hemorragia: La pérdida excesiva de sangre durante la cirugía puede llevar a una disminución en la presión arterial y una reducción en el suministro de oxígeno al cerebro y otros órganos vitales.
2. Infección: La contaminación del sitio quirúrgico o la introducción de bacterias durante la cirugía pueden llevar a una infección, lo que puede causar inflamación, dolor y otros síntomas.
3. Lesión nerviosa: Durante algunos procedimientos quirúrgicos, los nervios cercanos al sitio de la cirugía pueden ser dañados accidentalmente, lo que puede llevar a debilidad o pérdida de sensibilidad en las áreas controladas por el nervio.
4. Trombosis: Durante la cirugía, los coágulos sanguíneos pueden formarse en las venas y arterias, lo que puede obstruir el flujo sanguíneo y causar daño a los tejidos circundantes.
5. Reacciones adversas a los medicamentos: Durante la cirugía, se administran varios medicamentos para ayudar a controlar el dolor, prevenir infecciones y mantener la anestesia. Las reacciones adversas a estos medicamentos pueden causar una variedad de síntomas, desde náuseas y vómitos hasta problemas cardíacos y respiratorios.

Es importante que los pacientes sean informados sobre los riesgos asociados con la cirugía y trabajen en colaboración con sus médicos para minimizar estos riesgos. La planificación cuidadosa, el uso de técnicas quirúrgicas avanzadas y la atención postoperatoria adecuada pueden ayudar a garantizar los mejores resultados posibles para los pacientes.

El páncreas es un órgano glandular bothropejo ubicado en la parte posterior del estómago, que desempeña un papel fundamental en la digestión y el metabolismo de los hidratos de carbono. Tiene aproximadamente 12 a 15 centímetros de largo y tiene forma de pera.

La glándula pancreática se compone de dos partes principales: la parte exócrina y la parte endócrina.

La parte exócrina del páncreas produce enzimas digestivas, como la amilasa, lipasa y tripsina, que se secretan en el intestino delgado a través del conducto pancreático para ayudar en la descomposición de los nutrientes en los alimentos.

La parte endócrina del páncreas está compuesta por células llamadas islotes de Langerhans, que producen y secretan hormonas importantes, como insulina y glucagón, directamente en la sangre. La insulina regula el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas, promoviendo la absorción de glucosa por las células y disminuyendo los niveles de glucosa en la sangre. El glucagón, por otro lado, aumenta los niveles de glucosa en la sangre al estimular la descomposición del glucógeno hepático en glucosa.

El páncreas juega un papel crucial en el mantenimiento de la homeostasis metabólica y la digestión adecuada de los nutrientes. Las disfunciones en el páncreas, como la pancreatitis o la diabetes mellitus, pueden tener graves consecuencias para la salud.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

La laparoscopia es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que utiliza una técnica de visualización directa para inspeccionar y operar en el abdomen o la pelvis. Es realizada por cirujanos especialistas en diferentes campos, como cirugía general, ginecología, urología y otras especialidades.

En una laparoscopia, se hace una pequeña incisión (generalmente de aproximadamente 1 cm) cerca del ombligo, a través de la cual se inserta un tubo delgado y flexible con una cámara diminuta en su extremo, llamada laparoscopio. El laparoscopio transmite imágenes a un monitor, lo que permite al cirujano ver los órganos y tejidos internos en detalle.

Se pueden realizar otras incisiones adicionales (generalmente de 5-10 mm) para insertar instrumentos quirúrgicos especializados que ayuden al cirujano a realizar diversos procedimientos, como biopsias, resecciones de tejidos, ligaduras y desvíos vasculares, o incluso extirpaciones completas de órganos.

La laparoscopia ofrece varias ventajas en comparación con la cirugía abierta tradicional, como una menor pérdida de sangre, menos dolor postoperatorio, reducción del riesgo de infección, cicatrices más pequeñas y una recuperación más rápida. Sin embargo, también tiene limitaciones y desafíos técnicos que requieren entrenamiento especializado y experiencia en su práctica clínica.

El ácido ursodesoxicólico (UDCA) es un ácido biliar natural que se encuentra en pequeñas cantidades en la bilis humana. Se utiliza en medicina como un agente terapéutico para tratar diversas afecciones hepatobiliares, especialmente la cirrosis biliar primaria y la colangitis esclerosante primaria.

La UDCA funciona al disminuir la producción de líquido biliar y reducir la concentración de colesterol en la bilis, lo que puede ayudar a prevenir la formación de cálculos biliares y disolver los que ya están presentes. También tiene propiedades antiinflamatorias y citoprotectoras, lo que significa que puede ayudar a proteger las células del hígado contra daños.

La UDCA generalmente se toma por vía oral en forma de cápsulas o tabletas y su dosis varía dependiendo de la afección tratada. Los efectos secundarios son generalmente leves y pueden incluir diarrea, náuseas y dolores abdominales. En raras ocasiones, se han informado reacciones alérgicas graves.

Como con cualquier medicamento, el ácido ursodesoxicólico debe utilizarse bajo la supervisión de un profesional médico capacitado y autorizado para garantizar su uso seguro y efectivo.

La tomografía computarizada por rayos X, también conocida como TC o CAT (por sus siglas en inglés: Computerized Axial Tomography), es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza radiación para obtener detalladas vistas tridimensionales de las estructuras internas del cuerpo. Durante el procedimiento, el paciente se coloca sobre una mesa que se desliza dentro de un anillo hueco (túnel) donde se encuentran los emisores y receptores de rayos X. El equipo gira alrededor del paciente, tomando varias radiografías en diferentes ángulos.

Las imágenes obtenidas son procesadas por un ordenador, el cual las combina para crear "rebanadas" transversales del cuerpo, mostrando secciones del tejido blando, huesos y vasos sanguíneos en diferentes grados de claridad. Estas imágenes pueden ser visualizadas como rebanadas individuales o combinadas para formar una representación tridimensional completa del área escaneada.

La TC es particularmente útil para detectar tumores, sangrado interno, fracturas y otras lesiones; así como también para guiar procedimientos quirúrgicos o biopsias. Sin embargo, su uso está limitado en pacientes embarazadas debido al potencial riesgo de daño fetal asociado con la exposición a la radiación.

La pancreatitis crónica es una enfermedad inflamatoria prolongada del páncreas, un órgano glandular importante localizado detrás del estómago. La función principal del páncreas es la producción de enzimas digestivas y hormonas como la insulina y el glucagón. En la pancreatitis crónica, el tejido pancreático sufre daño y las glándulas que producen los jugos digestivos se destruyen gradualmente, lo que lleva a una disminución de la función exocrina del páncreas.

Esta afección se caracteriza por ataques recurrentes de inflamación severa y progresiva del páncreas, los cuales pueden causar dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. Con el tiempo, la pancreatitis crónica puede dar lugar a complicaciones graves, como diabetes, deficiencias nutricionales, insuficiencia renal e incluso insuficiencia hepática.

La causa más común de pancreatitis crónica es el consumo excesivo y prolongado de alcohol, aunque también puede ser resultado de anomalías genéticas o de padecer cálculos biliares. El tratamiento suele incluir medidas para aliviar los síntomas, como el control del dolor y la administración de enzimas pancreáticas suplementarias, así como cambios en el estilo de vida, como evitar el consumo de alcohol y seguir una dieta saludable. En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para aliviar las complicaciones o extirpar parte del tejido pancreático dañado.

La anastomosis en Y de Roux es una técnica quirúrgica utilizada en diversos procedimientos, como la gastrojejunostomía o la duodenojejunostomía. Consiste en la creación de una configuración en forma de "Y" al unir el extremo distal del intestino delgado (yeyuno) con el extremo proximal del intestino delgado o con el estómago, después de haber dividido previamente el intestino delgado.

Este tipo de anastomosis se realiza mediante la sutura o grapado de los extremos intestinales o gástricos, formando una unión en forma de "Y". La rama más corta de la "Y" se une al estómago o al yeyuno proximal, mientras que las ramas más largas se unen entre sí.

La anastomosis en Y de Roux se utiliza con frecuencia en cirugías bariátricas para tratar la obesidad mórbida, ya que desvía el flujo del alimento y restringe su volumen, lo que contribuye a la pérdida de peso. También se emplea en la cirugía oncológica para tratar ciertos tipos de cáncer gastrointestinales, como el cáncer gástrico o el cáncer duodenal, con el fin de interrumpir la continuidad del tracto gastrointestinal y evitar la propagación del tumor.

En definitiva, la anastomosis en Y de Roux es una técnica quirúrgica que permite la unión de dos extremos intestinales o gástricos, creando una configuración en forma de "Y". Tiene diversas aplicaciones clínicas y se utiliza principalmente en cirugías bariátricas y oncológicas.

Un divertículo es una saculación anormal o protrusión que se forma en la pared de un órgano hueco, típicamente en el intestino grueso (colon), pero también pueden ocurrir en el estómago y el esófago. Estas saculaciones suelen ser pequeñas, alrededor de 5 a 10 milímetros de diámetro, aunque pueden crecer y volverse más grandes con el tiempo. Los divertículos se forman donde los vasos sanguíneos penetran la pared del intestino, creando puntos débiles que son susceptibles a la formación de estas protuberancias.

La condición en la que se presentan estos divertículos se denomina diverticulosis. La mayoría de las personas con diverticulosis no experimentan síntomas y muchos ni siquiera saben que los tienen. Sin embargo, algunas personas pueden desarrollar complicaciones, como inflamación (diverticulitis), infección, úlceras, fístulas o sangrado intestinal, lo que puede causar dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, estreñimiento o diarrea.

La causa exacta de la formación de los divertículos no está del todo clara, pero se cree que está relacionada con una combinación de factores, como el aumento de la presión intraabdominal, la edad avanzada y una dieta baja en fibra. El tratamiento generalmente implica cambios en la dieta, medicamentos y, en casos graves o recurrentes, cirugía.

El adenoma velloso, también conocido como adenoma papilaro-velloso o adenoma de Warthin, es un tipo raro de tumor benigno que se desarrolla en las glándulas salivales accesorias, ubicadas principalmente en la región de la boca y la garganta.

Este tumor está compuesto por células epiteliales con características similares a las de las glándulas salivales normales, rodeadas por una cápsula fibrosa. Las células del adenoma velloso presentan proyecciones similares a pelos o "vellosidades", lo que le da su nombre.

Aunque el adenoma velloso es benigno, en algunos casos puede crecer y causar molestias, como dolor o dificultad para tragar. En raras ocasiones, un adenoma velloso puede transformarse en maligno (carcinoma adenoide quístico). Por lo general, el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor.

La colecistografía es una prueba de diagnóstico por imágenes que se utiliza para evaluar el estado de la vesícula biliar y los conductos biliares. Consiste en la administración de un medio de contraste, generalmente a través de la ingesta oral, que se concentra en la bilis y permite visualizar la vesícula biliar y los conductos biliares en una radiografía o en una imagen de tomografía computarizada (TAC).

Existen dos tipos principales de colecistografía: la colecistografía oral y la colecistografía intravenosa. La colecistografía oral es el tipo más común y se realiza mediante la ingesta de un agente de contraste que contiene yodo, como el ioversol o el iopanoico, seguido de una serie de radiografías tomadas a intervalos regulares durante varias horas. La colecistografía intravenosa, por otro lado, implica la inyección del agente de contraste directamente en la vena y se utiliza con menor frecuencia que la colecistografía oral.

La colecistografía puede ayudar a diagnosticar diversas afecciones de la vesícula biliar, como la colelitiasis (presencia de cálculos biliares), la colangitis (inflamación de los conductos biliares) o el cáncer de vesícula biliar. Sin embargo, esta prueba ha sido parcialmente reemplazada por otras técnicas de imagen más modernas y menos invasivas, como la ecografía o la tomografía computarizada, que no requieren la administración de un medio de contraste y ofrecen imágenes más nítidas y precisas.

Los canalículos biliares son pequeños conductos que se encuentran dentro del hígado y desempeñan un papel importante en el sistema biliar. Se forman por la unión de los conductos biliares más pequeños, llamados conductos biliares interlobulares, que drenan la bilis producida por las células hepáticas (hepatocitos).

Estos canalículos biliares se unen para formar los conductos hepáticos derecho e izquierdo. A su vez, estos conductos se fusionan para dar lugar al conducto hepático común, el cual se une con el conducto cístico (que drena la bilis desde la vesícula biliar) para formar el conducto colédoco. El conducto colédoco desemboca en el duodeno, donde la bilis ayuda a la digestión de las grasas.

La bilis es una sustancia amarillenta y espesa que contiene sales biliares, colesterol, fosfolípidos, pigmentos biliares (como la bilirrubina) y otras sustancias. Ayuda a la digestión al neutralizar los ácidos gástricos y emulsionar las grasas en pequeñas gotas, facilitando su absorción en el intestino delgado. Además, la bilis también desempeña un papel importante en la eliminación de desechos, como el exceso de colesterol y pigmentos biliares, del organismo.

La disfunción o enfermedad de los canalículos biliares puede dar lugar a diversas afecciones, como la colestasis (interrupción del flujo de bilis), la cirrosis biliar primaria y el daño hepático. Estas condiciones pueden requerir tratamiento médico y, en algunos casos, intervención quirúrgica.

La anastomosis quirúrgica es el proceso de unir mecánicamente los extremos de dos conductos huecos o tubulares, como vasos sanguíneos, intestinos o bronquios, para crear una vía continua. Esto se realiza durante una cirugía para restaurar la continuidad y la función normal después de una resección o extirpación parcial de un órgano. La anastomosis se puede lograr mediante suturas, grapas quirúrgicas u otros dispositivos médicos especializados. El proceso requiere habilidades técnicas sofisticadas y cuidado para minimizar el riesgo de complicaciones, como fugas o estenosis anastomóticas.

Los colagogos y coleréticos son términos utilizados en medicina para describir sustancias que estimulan la producción y secreción de bilis desde el hígado y su liberación desde la vesícula biliar al intestino delgado.

Los colagogos aumentan la cantidad de bilis secretada por el hígado, mientras que los coleréticos aumentan el volumen y fluidez de la bilis secretada por la vesícula biliar. La bilis es una sustancia amarilla-verdosa producida en el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos durante el proceso de digestión.

Algunos ejemplos de colagogos y coleréticos incluyen:

* Colagogos: café, alcohol, menta, jengibre, diente de león, boldo, artemisa, manzanilla y raíz de angélica.
* Coleréticos: ácido cítrico, vitamina C, fenólicos, taninos y saponinas.

Estas sustancias se utilizan a menudo en la medicina tradicional y alternativa para tratar problemas digestivos como la dispepsia o los trastornos de la vesícula biliar. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso excesivo o inadecuado de colagogos y coleréticos puede causar efectos secundarios adversos, como diarrea, cólicos abdominales y náuseas. Por lo tanto, siempre se recomienda consultar a un profesional médico antes de tomar cualquier suplemento o medicamento que contenga colagogos o coleréticos.

El síndrome poscolecistectomía se refiere a un conjunto de síntomas que algunas personas experimentan después de haberse realizado una cirugía para extirpar la vesícula biliar, conocida como colecistectomía. Aunque la mayoría de las personas no presentan complicaciones luego de la operación, aproximadamente entre el 5% y el 40% de los pacientes pueden experimentar síntomas persistentes o nuevos después de la cirugía.

Los síntomas más comunes del síndrome poscolecistectomía incluyen:

1. Dolor abdominal: Este es el síntoma más frecuente y puede variar en intensidad y localización. Puede ser un dolor sordo, agudo o cólico en la parte superior del abdomen, a menudo en el lado derecho, donde se encontraba la vesícula biliar.

2. Discomfort gastrointestinal: Se puede experimentar hinchazón, flatulencia, distensión abdominal y náuseas después de comer.

3. Trastornos digestivos: Algunas personas pueden experimentar diarrea crónica, estreñimiento o ambos, conocido como síndrome del intestino irritable (SII).

4. Aftas orales recurrentes: La aparición frecuente de úlceras dolorosas en la boca puede ser un síntoma asociado con el síndrome poscolecistectomía.

5. Depresión y ansiedad: Algunos estudios han sugerido que las personas con síndrome poscolecistectomía pueden tener un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad.

La causa exacta del síndrome poscolecistectomía no está completamente clara, pero se cree que puede deberse a una combinación de factores, incluyendo cambios en el sistema nervioso, disfunción motora gastrointestinal y alteraciones en la microbiota intestinal. El tratamiento generalmente implica una combinación de modificaciones en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio regular, y medicamentos para aliviar los síntomas específicos. En algunos casos, se puede considerar la cirugía para corregir problemas anatómicos o funcionales subyacentes.

El adenocarcinoma papilar es un tipo específico de cáncer que se forma en las glándulas del tejido. Más comúnmente, este tipo de cáncer se desarrolla en los pulmones, pero también puede ocurrir en otros órganos como la tiroides y el colon.

En el caso del adenocarcinoma papilar de pulmón, las células cancerosas tienden a crecer en forma de dedo o papila, lo que lleva al nombre de este tipo de cáncer. Los síntomas pueden incluir tos persistente, dificultad para respirar, dolor en el pecho y sibilancias.

El adenocarcinoma papilar de tiroides, por otro lado, es el segundo tipo más común de cáncer de tiroides y a menudo se presenta como un bulto o nódulo en el cuello. Los síntomas pueden incluir hinchazón en el cuello, dificultad para tragar y cambios en la voz.

El tratamiento para el adenocarcinoma papilar depende del tipo y la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia dirigida. Es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha la presencia de este tipo de cáncer.

La fascioliasis es una helmintiasis (infección parasitaria) causada por tremátodos planos (gusanos plano) del género Fasciola, principalmente Fasciola hepatica y menos comúnmente Fasciola gigantica. Estos parásitos suelen encontrarse en animales como ovejas, ganado y caballos, pero también pueden infectar a los humanos.

El ciclo de vida de estos parásitos implica un huésped intermedio, usualmente un caracol de agua dulce. Los humanos se infectan al ingerir vegetales o agua contaminados con metacercarias, la forma infectante del parásito, que se adhieren a las plantas después de ser excretadas por el caracol intermedio.

Después de la ingestión, las metacercarias se excavan a través de la pared intestinal y viajan hacia el hígado, donde se convierten en adultos y comienzan a producir huevos después de aproximadamente 3 meses. Los huevos son eliminados del cuerpo a través de las heces y eclosionan en el agua, liberando miracidios que infectan a los caracoles intermedios, completando así el ciclo de vida del parásito.

Los síntomas de la fascioliasis pueden variar dependiendo del estadio de la infección. Durante las primeras semanas o meses después de la infección, los individuos pueden experimentar dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea y fiebre. A medida que la infección avanza, los síntomas pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), hepatoesplenomegalia (agrandamiento del hígado y el bazo) e inflamación de los conductos biliares. En casos graves, la infección puede causar insuficiencia hepática y cirrosis.

El diagnóstico de la fascioliasis se realiza mediante la identificación de los huevos del parásito en las heces o en el líquido biliar obtenido durante una endoscopia. El tratamiento recomendado es la administración de triclabendazole, un medicamento anthelmíntico que mata a los gusanos adultos y juveniles. La prevención de la fascioliasis implica evitar el consumo de agua o alimentos contaminados con los miracidios u huevos del parásito, así como reducir la exposición al agua contaminada durante actividades recreativas o laborales.

Las hepatopatías se refieren a enfermedades o trastornos del hígado. Este término general abarca un amplio espectro de condiciones que pueden causar inflamación, daño o disfunción hepática. Esto puede incluir enfermedades infecciosas como la hepatitis viral, enfermedades metabólicas como la enfermedad de Wilson o la hemocromatosis, enfermedades inmunitarias como la cirrosis biliar primaria, y enfermedades tóxicas causadas por el consumo excesivo de alcohol o exposición a ciertos medicamentos o toxinas. Los síntomas pueden variar desde leves hasta graves e incluyen fatiga, ictericia, dolor abdominal, náuseas, vómitos y cambios en la función cognitiva. El tratamiento depende de la causa subyacente de la afección hepática.

Los cuidados preoperatorios se refieren al conjunto de procedimientos y acciones realizadas antes de una intervención quirúrgica, con el objetivo principal de garantizar la seguridad del paciente, optimizar su condición física y psicológica, minimizar los riesgos y complicaciones durante y después de la cirugía, y preparar adecuadamente el entorno quirúrgico.

Estos cuidados pueden incluir:

1. Evaluación preanestésica: Consiste en una evaluación integral del paciente por parte del equipo médico y de enfermería, con el fin de determinar su estado de salud actual, identificar factores de riesgo potenciales, y planificar la anestesia y el manejo perioperatorio adecuados.

2. Consentimiento informado: El paciente debe recibir información clara y completa sobre los beneficios, riesgos, complicaciones y alternativas del procedimiento quirúrgico, así como los cuidados postoperatorios necesarios. Después de haber comprendido esta información, el paciente debe firmar un documento de consentimiento informado.

3. Preparación física: El equipo médico y de enfermería trabajan en conjunto para optimizar la condición física del paciente antes de la cirugía. Esto puede incluir la administración de medicamentos, la corrección de desequilibrios electrolíticos o fluidos, el control de enfermedades crónicas y la implementación de medidas preventivas para reducir el riesgo de infecciones.

4. Preparación psicológica: Se proporciona apoyo emocional al paciente y a su familia, abordando sus preocupaciones e inquietudes sobre la cirugía y brindándoles información clara y oportuna sobre lo que pueden esperar antes, durante y después de la intervención.

5. Marcación quirúrgica: Se realiza una marca visible en el sitio donde se llevará a cabo la cirugía, utilizando un rotulador especial o un clip metálico, para garantizar que se realice el procedimiento correcto y en el lugar adecuado.

6. Higiene y esterilización: Todos los equipos, instrumentos y materiales utilizados durante la cirugía deben estar limpios y esterilizados, siguiendo estrictos protocolos de control de infecciones para minimizar el riesgo de complicaciones.

7. Verificación de identidad: Se verifica la identidad del paciente y se confirma el procedimiento quirúrgico planificado antes de administrar anestesia y comenzar la cirugía, evitando así errores de procedimientos o intervenciones en el sitio equivocado.

8. Orden de procedimientos: Se establece un orden específico para llevar a cabo los diferentes pasos del procedimiento quirúrgico, siguiendo una lista de verificación y garantizando que se realice de manera sistemática y segura.

9. Monitoreo continuo: Durante la cirugía, el paciente es constantemente monitoreado para controlar su estado vital, como frecuencia cardíaca, presión arterial, saturación de oxígeno y nivel de conciencia, asegurando una intervención segura.

10. Comunicación efectiva: Todos los miembros del equipo quirúrgico deben mantener una comunicación clara y abierta durante todo el procedimiento, compartiendo información relevante y trabajando en conjunto para garantizar la mejor atención posible al paciente.

Los conductos salivales son pequeños tubos o canalículos que transportan la saliva desde las glándulas salivales hasta la boca. Existen varios tipos de glándulas salivales en el cuerpo humano, como las glándulas parótidas, submandibulares y sublinguales, cada una con sus propios conductos respectivos.

La glándula parótida produce la mayor parte de la saliva y desemboca en la boca a través del conducto de Stensen o conducto parotideo. Este conducto se abre directamente en la cavidad oral, cerca de la mejilla y los molares superiores.

La glándula submandibular produce aproximadamente un tercio de la saliva y drena a través del conducto de Wharton o conducto submandibular. Este conducto desemboca en el piso de la boca, justo detrás de los incisivos inferiores.

Por último, las glándulas sublinguales producen una pequeña cantidad de saliva y drenan a través de varios conductos pequeños llamados conductos de Rivinus o conductos de Bartholin. Estos conductos desembocan en la parte inferior de la boca, debajo de la lengua.

Las glándulas salivales y sus conductos desempeñan un papel importante en la digestión, ya que ayudan a mantener la boca húmeda y facilitan el proceso de masticación, tragado y digestión de los alimentos.

... el conducto hepático común, el conducto cístico y el colédoco. El conducto que posee mayor susceptibilidad a dilatarse como ... Esto se da en casos de enfermedades malignas o benignas como quistes hepáticos difusos o conductos biliares intrahepáticos no ... Los conductos biliares extrahepáticos están constituidos por los conductos hepáticos derecho e izquierdo, ... Es causada generalmente por una infección bacteriana que se da cuanto el conducto biliar está bloqueado por una masa (tumor) o ...
Quiste del colédoco (Q44.5) Otras malformaciones congénitas de los conductos biliares (Q44.6) Enfermedad quística del hígado ( ... Atresia del conducto deferente (Q55.4) Otras malformaciones congénitas de los conductos deferentes, del epidídimo, de las ... Atresia de los conductos biliares (Q44.3) Estrechez y estenosis congénita de los conductos biliares (Q44.4) ... Otras enfermedades renales quísticas (Q61.9) Enfermedad quística del riñón, no especificada (Q62) Defectos obstructivos ...
... se caracteriza por inflamación del conducto biliar común, o colédoco.[19]​ Algunas investigaciones han concluido que las ... Cuando existen enfermedades hepáticas o hematológicas, en las que hay una mayor producción de bilirrubina, el sistema de ... Las condiciones que ocasionan un aumento de los niveles de urobilinógeno en la orina y en las heces suelen ser enfermedades con ...
La bilirrubina conjugada[11]​ se excreta del hígado a través de los conductos biliares y císticos como parte de la bilis. En el ... La ictericia posthepática se debe a la obstrucción del colédoco, lo que provoca una disminución de la velocidad de tránsito de ... Algunos ejemplos son la cirrosis hepática, la hepatitis viral aguda, la hepatitis crónica, la enfermedad de Wilson y el ... La ictericia por sí misma no es una enfermedad, sino un signo clínico externo de un proceso patológico subyacente que ocurre en ...
Una elevación de las enzimas pancreáticas sugiere que la enfermedad es causada por cálculo(s) en el conducto biliar, con o sin ... La enfermedad mejora con el movimiento temporal del cálculo en el colédoco, puede presentar complicaciones como cirrosis, ... Puede ayudar a diferenciar ambas enfermedades. La ultrasonografía puede mostrar la existencia de un colédoco inflamado o de ... La colangitis es causada por la obstrucción del conducto biliar común (colédoco), que conduce a la estasis biliar, aumento de ...
... se introduce en el intestino delgado un tubo flexible que se pasa al conducto biliar; seguidamente se inyecta en los conductos ... Enfermedad celíaca, especialmente en personas sin diagnosticar ni tratar con la dieta sin gluten o que han sufrido largos ... Método de elección para detectar cálculos en el colédoco. Cuando se emplea la técnica llamada CPT (colangiografía percutánea ... Enfermedad de Crohn. Nutrición parenteral. Puede ser asintomática como ocurre en la mayoría de los pacientes, o presentar ...
El conducto hepático común se une al conducto cístico de la vesícula biliar para formar el conducto colédoco. La mucosa de la ... Pancreatitis por cálculos biliares es una complicación grave de enfermedad biliar en la cual la obstrucción del conducto ... Las venas y los conductos biliares (arteria cística y conducto cístico) se deben cortar y se extrae la vesícula. El colédoco ( ... Daño al conducto biliar durante la colecistectomía generalmente ocurre cuando se confunde el conducto biliar con el conducto ...
Cálculos en el conducto colédoco Pancreatitis Tumores o seudoquistes pancreáticos Presión sobre las vías biliares debido a una ... Este prurito puede ser sumamente incapacitante, y requerir tratamiento per se además del propio de la enfermedad causante; los ... Enfermedades hepáticas y biliares, Hepatología, Términos médicos). ...
A medida que la enfermedad empeora, el neonato presenta retraso del crecimiento y desarrolla hipertensión portal. Los conductos ... También es muy sugerente de atresia de vías biliares extrahepáticas la ausencia de colédoco con vesícula visible por ecografía ... Enfermedades pediátricas, Enfermedades raras, Enfermedades congénitas del sistema digestivo, Malformaciones congénitas). ... En la ecografía nunca podremos ver los conductos biliares intrahepáticos dilatados. Finalmente, el diagnóstico definitivo se ...
Una de las teorías más aceptadas es que se debe a una alteración en la unión entre el colédoco y el conducto pancreático, ... 2008). Diagnóstico y tratamiento de los quistes de colédoco. Presentación de 10 nuevos casos. Revista Española de Enfermedades ... Los quistes del colédoco son un tipo de patología congénita muy infrecuente que consiste en una o varias dilataciones de la vía ... Diferente a la Enfermedad de Caroli en la que hay dilataciones en la vía biliar intrahepática). La incidencia del quiste de ...
Colédoco: conducto biliar común, formado por la unión de los conductos hepático y cístico, que vierte la bilis en el duodeno. ... Enfermedad rara: una enfermedad rara, también llamada enfermedad huérfana, es cualquier enfermedad que afecta a un pequeño ... Conducto cístico: conducto que parte de la vesícula biliar y lleva la bilis hasta el conducto hepático común. Conducto hepático ... Diagnóstico: el arte de distinguir una enfermedad de otra o de determinar la naturaleza de la enfermedad. Lo habitual es que se ...
Se conecta con el intestino delgado (duodeno) por la vía biliar común o conducto colédoco. Su función es la acumulación de ... Las situaciones que retrasan u obstruyen el flujo de la bilis provocan enfermedades de la vesícula biliar.[cita requerida] La ... se entrecruza con el conducto colédoco y la arteria hepática, formando el triángulo de Calot.[cita requerida] La vesícula ... La arteria cística es una arteria que irriga la vesícula biliar y el conducto cístico. Se origina como rama terminal derecha de ...
Fundación para la Investigación en Enfermedades del Aparato Digestivo. Yusuf t.e., Harewood g.c., Clain j.e., Levy m.j. (enero ... Este hecho puede provocar la obstrucción del drenaje que comparten el hígado y el páncreas (colédoco) que puede llevar a causar ... sonda o endoscopio con ultrasonido se utiliza para localizar los cálculos biliares que pueden haber migrado hacia el conducto ...
synd/3587 en Who Named It? Mirizzi PL: Syndrome del conducto hepatico. J Int de Chir 1948; 8: 731-77 SAMANIEGO A, Castor; ... Datos: Q212726 Multimedia: Mirizzi's syndrome / Q212726 (Síndromes, Gastroenterología, Enfermedades epónimas). ... entre la vesícula y el colédoco. Esta concepción de los mecanismos patológicos dio paso a la clasificaciones propuestas años ... dar paso a la desaparición progresiva de las paredes del conducto cístico, que es destruido progresivamente hasta quedar ...
La enfermedad se agrupa, según su desarrollo, en las siguientes etapas o estadios:[11]​ Estadio I: el tumor está limitado al ... Para ello, se extirpa el duodeno, la vesícula biliar y el conducto secretor. Se deja parte del páncreas para que pueda seguir ... en 1898 de un tumor pancreático adherente a duodeno que incluye además una resección en bloc del estómago distal y del colédoco ... Se cree que el proceso se inicia por una alteración de las células de los conductos pancreáticos. Los carcinógenos alcanzarían ...
Enfermedades epónimas, Enfermedades hepáticas y biliares, Síndromes, Signos clínicos, Gastroenterología diagnóstica). ... La llamada "ley de Courvoisier", que dice que "la dilatación de la vesícula biliar es rara en la obstrucción del colédoco por ... ampolla de Vater provocada por neoplasia de esta o de la cabeza del páncreas o por la existencia de un cálculo en el conducto ...
... descubridor del colédoco (conducto de desembocadura de la bilis en el intestino delgado) y del sistema de circulación portal ( ... enfermedad de los franceses), y más tarde como "enfermedad del amor". El Renacimiento también es la época de despegue de la ... la enfermedad de Graves Basedow, la enfermedad de Addison, doctrina de la neurona,... la lista de médicos insignes se hace ... el conducto de Wharton es el de excreción de la glándula salival submandibular), Nicolás Stenon (conducto de Stenon: excretor ...
Estos últimos progresivamente se ensamblan para crear el conducto hepático común y el conducto colédoco. A continuación la ... Fisiopatología de la enfermedad: Una introducción a la medicina clínica (6ta Edición). Miranda, C. (2012) Drenaje percutáneo de ... a través del conducto cístico hacia el conducto colédoco hasta llegar al duodeno después de pasar el esfínter de anus (3). "Los ... Rara vez se observan biliomas subcapsulares hepáticos espontáneos (5). El sitio y el porcentaje de fuga en el conducto biliar, ...
... y por lo tanto no se la considera una más de las muchas enfermedades derivadas de los quistes de colédoco.[1]​ Jacques Caroli, ... Se utilizan antibióticos para tratar la inflamación del conducto biliar y prevenir infecciones, y ácido ursodesoxicólico para ... La enfermedad de Caroli se encuentra además asociada a fallo hepático y enfermedad poliquística renal. Esta enfermedad afecta ... La enfermedad de Caroli frecuentemente se presenta acompañada de otras enfermedades, tales como la enfermedad poliquística de ...
El virus se excreta en las heces desde 2 semanas antes hasta 1 semana después del comienzo de la enfermedad, por lo que se ... donde causa alteración en la arquitectura del lobulillo hepático y proliferación del mesénquima y de los conductos biliares que ... se deben descartar quistes del colédoco y carotenemia, en el lactante; síndrome urémico hemolítico, síndrome de Reye, paludismo ... La vacuna contra la hepatitis A[1]​ es, a la fecha, la mejor protección contra la enfermedad.[4]​ Ya en la antigüedad se ...
... los conductos colédoco y conductos pancreáticos.[3]​ En 1724 Giovani Domenico Santorini (1681-1737; Venecia, Italia) un ... Revista Española de Enfermedades Digestivas 104 (2). ,fechaacceso= requiere ,url= (ayuda) Espinosa, Sergio (2015). Patología de ... El conducto de Wirsung se compone por la parte distal del conducto pancreático dorsal y todo el conducto pancreático ventral. A ... el conducto pancreático accesorio actúa como afluente del Conducto de Wirsung. Aunque es poco frecuente, el conducto de ...
Los conductos biliares se dilatan y esclerosan, con reacción inflamatoria crónica en la periferia de los conductos. Cuando el ... Es importante tomar en consideración el período de la enfermedad, ya que en la inicial no se podrían observar los parásitos ni ... colédoco, vesícula biliar, ampolla de Vater. En raras ocasiones los parásitos juveniles no siguen el camino habitual y se ... Los huevos son depositados en los conductos biliares. Miden de 130 a 150 micras de longitud por 60 a 90 micras de ancho; tienen ...
Otro médico notable de la escuela alejandrina fue Erasístrato de Ceos, descubridor del colédoco (conducto de desembocadura de ... El modelo de salud-enfermedad entre los sumerios se basaba en una concepción sobrenatural de la enfermedad: esta era un castigo ... enfermedad de Little) o Sir James Paget (1814-1899) (enfermedad de Paget). En realidad la lista es interminable y se extiende ... la coexistencia de un modelo de salud-enfermedad basado en un paradigma ambientalista o integral: la enfermedad es el resultado ...
De la reunión de los conductos císticos y el hepático común se forma el colédoco que desemboca en el duodeno junto con el ... Agrupa varias enfermedades, principalmente la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.[38]​ Intolerancia a la lactosa: es el ... El conducto hepático común, recibe un conducto más fino, el conducto cístico, que proviene de la vesícula biliar. ... Normalmente los conductos hepáticos derecho e izquierdo confluyen entre sí formando el conducto hepático común. ...
En la porción inferior de la cabeza se une al conducto colédoco acabando en la ampolla hepatopancreática o de Vater que se ... Es una enfermedad grave que puede ser mortal si no se trata de inmediato. Los síntomas, aunque muy dolorosos, no son muy claros ... Conducto pancreático principal o Conducto de Wirsung: empieza en la cola dirigiéndose a la derecha por el cuerpo. En la cabeza ... En ocasiones existe un conducto pancreático accesorio o secundario llamado conducto de Santorini.[11]​ El páncreas humano ...
La unión del conducto colédoco con el conducto pancreático principal formando una dilatación, denominada ampolla de Vater, ... las saturadas aumentan los niveles plasmáticos de colesterol y con ello el riesgo a padecer enfermedades vasculares; mientras ... La porción distal del conducto pancreático dorsal se une con el conducto pancreático ventral, y forman el conducto pancreático ... al conducto hepático se le une el conducto cístico, continuación directa de la vesícula biliar, y se forma entonces el conducto ...
Desemboca en el conducto cístico (que al unirse con el conducto hepático da lugar al colédoco), que mide entre 2-5 cm, con un ... Enfermedades hepáticas y biliares, Inflamaciones, Urgencias médicas, Términos médicos). ... que terminan ocluyendo el conducto cístico, que desemboca en el colédoco. La vesícula biliar es un reservorio o bolsa que se ... crónica obedece en su gran mayoría a la presencia de un cálculo incapaz por su tamaño de impactar contra el conducto. Se abre ...
El pronóstico de la persona depende de la enfermedad que causa la afección. Los cálculos en el conducto colédoco generalmente ... Se pueden colocar endoprótesis (stents) para abrir áreas del conducto colédoco que se han estrechado o bloqueado por cánceres. ...
... el conducto hepático común, el conducto cístico y el colédoco. El conducto que posee mayor susceptibilidad a dilatarse como ... Esto se da en casos de enfermedades malignas o benignas como quistes hepáticos difusos o conductos biliares intrahepáticos no ... Los conductos biliares extrahepáticos están constituidos por los conductos hepáticos derecho e izquierdo, ... Es causada generalmente por una infección bacteriana que se da cuanto el conducto biliar está bloqueado por una masa (tumor) o ...
podría mostrar cálculos en la vesícula biliar y, en ocasiones, en el conducto colédoco (menos precisa). El conducto colédoco ... Si los conductos no revelan dilatación en un período inicial de la enfermedad (p. ej., el primer día), es probable que los ... La mayoría (85%) de los casos es secundaria a cálculos en el conducto colédoco, pero la obstrucción del conducto biliar puede ... de los cálculos en el conducto colédoco se forman en la vesícula y migran hacia los conductos biliares; la mayoría son cálculos ...
Enfermedades del Conducto Colédoco Término(s) alternativo(s). Coledocopatías Enfermedades del Colédoco Enfermedades del ... enfermedades del colédoco enfermedades del conducto biliar común Nota de alcance:. Enfermedades del COLÉDOCO, incluyendo la ... Enfermedades del Conducto Colédoco - Concepto preferido UI del concepto. M0004862. Nota de alcance. Enfermedades del CONDUCTO ... enfermedad inflamatoria = COLANGITIS (como primario) + ENFERMEDADES DEL CONDUCTO COLÉDOCO (como primario); cálculos = CÁLCULOS ...
La enfermedad de Caroli y el síndrome de caroli son raros trastornos congénitos de los conductos biliares intrahepáticos, con ... Las Malformaciones del colédoco se clasifican en cinco tipos según la clasificación de Todani. ... El término enfermedad de Caroli se aplica si la enfermedad está limitada a ectasia o segmentaria dilatación de los grandes ... Hasta 1984, 162 casos de la enfermedad de Caroli había sido divulgado. La enfermedad es menos común que el Síndrome de Caroli, ...
tiene depresión u otras enfermedades que se tratan con antidepresivos.. El uso de estos medicamentos junto con Zubsolv puede ... vesícula biliar, conducto colédoco). *. es una persona de edad avanzada. *. está debilitado ... Este medicamento puede enmascarar síntomas de dolor que podrían ayudar en el diagnóstico de algunas enfermedades. No olvide ... ha sufrido recientemente una lesión en la cabeza o una enfermedad en el cerebro ...
La vesícula biliar drena en el conducto cístico y este a su vez en el colédoco, que se vacía en la primera porción del ... Los signos de perros y gatos con enfermedades quirúrgicas de las vías biliares y la vesícula biliar son inespecíficos y se ... Hay un colelito (cálculo) en el conducto cístico con ensombrecimiento acústico mínimo y se ve una distensión del conducto ... En los perros y los gatos, la bilis (una secreción elaborada en el hígado) fluye desde los canalículos biliares (conductos muy ...
Este conducto se encuentra normalmente con el conducto colédoco justamente al entrar al intestino delgado. Algunas personas ... no significa que la persona padecerá la enfermedad. Además, muchas personas que adquieren la enfermedad pueden tener pocos o ... Los quistes coledocales son sacos llenos de bilis que están a lo largo del conducto colédoco, el conducto que transporta la ... Anomalías de los conductos biliares. El páncreas es otro órgano que libera líquidos a través de un conducto hasta el intestino ...
... que a su vez incluyen los conductos cístico y colédoco, y la vesícula biliar. En los canalículos se produce la bilis, ... La principal causa de enfermedad biliar es la formación de cálculos. En torno al 20% de las mujeres y el 8% de los hombres ... el nacimiento del conducto cístico o el extremo distal del colédoco2. ... Las vías biliares comprenden los canalículos biliares hepáticos, los conductos biliares intra y extrahepáticos, ...
De la reunión de los conductos cístico y el hepático se forma el colédoco, que desciende al duodeno, en la que desemboca junto ... Enfermedades del aparato digestivo. El aparato digestivo es un sistema fundamental dentro del cuerpo, ya que con base en este ... que confluyen entre sí formando un conducto único. El conducto hepático, recibe un conducto más fino, el conducto cístico, que ... Las enfermedades en el sistema digestivo (incluso el cáncer), por lo general, son producto de factores externos, tales como la ...
Hay dos tipos principales de conductos biliares: el conducto hepático común y el conducto colédoco. El conducto hepático común ... Enfermedades de las vías biliares y la vesícula biliar:. Las enfermedades más comunes de las vías biliares y la vesícula biliar ... Conducto colédoco: Es el conducto que transporta la bilis desde el conducto hepático común hasta el intestino delgado. ... Las vías biliares están formadas por varios conductos, entre ellos:. *Conducto hepático común: Es el conducto principal que ...
Enfermedad de Hirschsprung: descenso transanal de Swenson. Ano imperforado -- Cloaca -- Atresia biliar -- Quistes del colédoco ... Acceso vascular -- Canulación para oxigenación por membrana extracorpórea -- Cabeza y cuello -- Quistes del conducto tirogloso ... 617.63 Enfermedades dentales. 617.632 Enfermedades de las encías y alvéolos dentales. 617.6342 Enfermedades de la pulpa dental ... Enfermedad meconial -- Enfermedad de Hirschsprung: descenso endorrectal transanal -- Enfermedad de Hirschsprung: Técnica de ...
El conducto colédoco del hígado nuevo se conecta a su conducto colédoco o intestino. El médico termina la cirugía cerrándole la ... Manténgase alejado de cualquier persona que pueda tener una infección o una enfermedad como el resfriado o la gripe. Es posible ... Lentamente con el correr del tiempo, el hígado podría dejar de funcionar (enfermedad hepática crónica). El tejido normal del ... A veces, el hígado deja de funcionar de repente (enfermedad hepática aguda). Esto puede ocurrir por una infección como ...
Sus paredes están formadas por músculos que se contraen para liberar la bilis en un conducto llamado colédoco. Esto ocurre ... Las personas con enfermedades de la vesícula biliar pueden experimentar un intenso dolor abdominal.. El síntoma más común de la ... Si padece una enfermedad de la vesícula biliar, es importante que sepa que existen muchas opciones de tratamiento para su ... La enfermedad de la vesícula biliar puede ser una experiencia dolorosa y aterradora para los pacientes. Sin embargo, si ...
Cálculo de conducto biliar sin colangitis ni colecistitis.. *Cálculo biliar (impactado) del colédoco, no especificado o sin ... Quedan incluidas las siguientes enfermedades y los sinónimos que las designen en la terminología médica habitual:. *Cálculo de ... Cálculo (impactado) del conducto cístico, no especificado o sin colecistitis.. *Cálculo (impactado) de la vesícula biliar no ... Cálculo biliar (impactado) de conducto biliar sai, no especificado o sin colangitis o sin colecistitis. ...
Cirugía para extirpar la vesícula y, si es necesario porque se ha diseminado, extraer parte del hígado y conductos biliares. ... Haber desarrollado quistes en el colédoco. - Tener pólipos en la vesícula, especialmente cuando crecen o son más de uno. ...
El coleo en medicina se refiere al colédoco, que es un conducto biliar vital en el sistema digestivo. El colédoco conecta la ... lo que a su vez reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio o el accidente cerebrovascular. ... El colédoco es esencial para el correcto funcionamiento del sistema digestivo. La bilis que fluye a través de este conducto es ...
La operación de Kasai es un tipo de cirugía para extirpar los conductos biliares enfermos hasta la base del hígado y ... La atresia biliar es una afección que afecta las vías biliares de un bebé, los conductos que transportan el fluido digestivo ... Se espera que esta conexión restablezca el drenaje de bilis hacia el intestino, revirtiendo los efectos de la enfermedad. ... Schindel incluyen la cirugía congénita del recién nacido, como por ejemplo atresia biliar, quistes de colédoco, defectos de la ...
Cuáles son los síntomas de los cálculos biliares? - Cuando los cálculos biliares obstruyen los conductos biliares, la bilis se ... Inflamación del conducto colédoco. Si usted está muy enfermo, se puede colocar una sonda a través de su vientre hasta la ... Sin embargo, en ocasiones, esta se obstruye o inflamada dando lugar a enfermedades como la colecistitis (inflamación de la ... Para hacer este examen, se inyecta un tinte dentro del conducto colédoco y se toma una radiografía. El tinte ayuda a encontrar ...
Cuáles son los síntomas de los cálculos biliares? - Cuando los cálculos biliares obstruyen los conductos biliares, la bilis se ... Para hacer este examen, se inyecta un tinte dentro del conducto colédoco y se toma una radiografía. El tinte ayuda a encontrar ... Sin embargo, en ocasiones, esta se obstruye o inflamada dando lugar a enfermedades como la colecistitis (inflamación de la ... Para hacer este examen, se inyecta un tinte dentro del conducto colédoco y se toma una radiografía. El tinte ayuda a encontrar ...
... obstrucción del colédoco, o del conducto de Wirsung, etc.) o por infecciones masivas en niños (obstrucción intestinal, vólvulo ... Conteo de linfocitos T CD4+ Presentación clínica , 200/mm3 Enfermedad asintomática , 100/mm3 Enfermedad crónica , 50/mm3 ... Acción mecánica: puede ser por obstáculo, ya que se introducen en el colédoco y dan origen a cuadros de obstrucción biliar. ... liberándose los trofozoitos que se localizan en la mucosa del intestino delgado proximal produciendo la enfermedad y dando ...
... que no realiza la acción de contraerse en su totalidad la vesícula y el conducto colédoco siendo esta la más frecuencia y la ... en casos más severos y persistente la cirugía por laparoscopia resuelve definitivamente la enfermedad, que consiste en la ... es cuando se contraen la vesícula y el conducto colédoco con demasiada frecuencia, causando dolores, cólicos hepáticos, nauseas ... Dolor agudo en el tracto del conducto biliar, localizado en parte superior derecha, manifestándose en la vesícula como cólico, ...
... dL junto con un conducto colédoco dilatado que se definió como el diámetro mayor a 6 mm con vesícula biliar intacta o , 8 mm en ... La colelitiasis es una enfermedad endémica que afecta hasta el 20% de la población, tanto en países orientales como ... debido al paso del cálculo desde la vesícula biliar al colédoco a través del conducto cístico. Objetivo: Determinar la ... debido al paso del cálculo desde la vesícula biliar al colédoco a través del conducto cístico.1 ...
Los conductos pancreáticos pequeños se vacían en el conducto pancreático principal. El conducto colédoco y el conducto ... El contenido de esta publicación es proporcionado como un servicio del Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades ... Qué son los conductos biliares y pancreáticos?. Los conductos biliares son tubos que transportan la bilis desde el hígado hasta ... perforación en los conductos biliares o pancreáticos, o en el duodeno cerca de la abertura donde se vacían los conductos ...
La colecistectomía laparoscópica subtotal es una opción segura para el tratamiento de la enfermedad litiásica vesicular cuando ... En un paciente octogenario, un pequeño cálculo impactado en la unión del conducto cístico con el colédoco fue dejado in situ, ... La colecistectomía laparoscópica subtotal es una opción segura para el tratamiento de la enfermedad litiásica vesicular cuando ... El conducto cístico o el muños de la bolsa de Hartmann fueron cerrados mediante la aplicación de endo-loops en 34 pacientes (65 ...
Enfermedad de Caroli,. -Colangitis secundaria,. -Quiste de Colédoco,. -Fibrosis hepática congénita,. -Litiasis biliar ... El sistema para drenar la bilis, incluye los conductos o vías extrahepático, conductos biliares intra y la vesícula biliar. ... enfermedad hereditaria vitamina c medicamentos gripe obesidad estrés enfermedades del corazón antioxidantes enfermedades ... Esta enfermedad, los pacientes con un Colangiocarcinoma de la vesícula biliar, no sienten o no suelen tener síntomas, en la ...
En el abordaje de enfermedades en niños es necesario tener en cuenta el crecimiento posterior de los tejidos intervenidos. ... Anomalías del conducto onfalomesentérico. *Duplicaciones del tubo digestivo. *Invaginación intestinal. *Apendicectomía: ... Quiste de colédoco. *Esplenectomía. *Cirugía Urología *Circuncisión. *Abordaje laparoscópico y retroperitoneoscópico del riñón ...
... el conducto colédoco (o hepatocístico) formando un nuevo conducto llamado ampolla hepatopancreática (ampolla de Vater). ... La diabetes, es una enfermedad del páncreas cuyo síntomas es la desnivelación de los niveles de azúcar en el cuerpo. ... El conducto pancreático denominado también conducto de Wirsung es el más largo de los dos, a él se une -antes de llegar al ... Por otro lado, el conducto accesorio (conducto de Santorini), sale del páncreas y desemboca en el duodeno a unos 2,5 cm por ...
Cirugía del conducto de stenon Sin especificar Cirugía de quiste tiroideo Sin especificar ... Cirugía de quiste de colédoco Sin especificar Cirugía de megacolón Sin especificar ...
De todo lo expuesto se deduce igualmente: que la inflamación de los conductos hepático, cístico y colédoco y de la vegiguilla ... Hay una enfermedad que diezma horriblemente á los recien na- cidos en nuestro país; esta enfermedad es el tétano, impropiamente ... Esta enfermedad para la que rara vez se exigen los auxilios fa- cultativos, y por la que, mas rara vez aun, buscan los enfermos ... Nuestras enfer- medades, nuestra terapéutica, todo en fin cuanto se relacionacon el ar- te de curar en el Plata, es ...

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