Componentes celulares del MÚSCULO ESTRIADO donde se anclan las MIOFIBRILLAS desde las bandas Z al SARCOLEMA y a la MATRIZ EXTRACELULAR. Las proteínas costaméricas incluyen las proteínas de las ADHERENCIAS FOCALES.
Proteína del citoesqueleto que se asocia con las interacciones célula-célula y célula-matriz. La secuencia de aminoácidos de la vinculina humana ha sido determinada. La proteína está constituida por 1066 residuos de aminoácidos y su gen se ha asignado al cromosoma 10.
Membrana plasmática excitable de las células musculares.(Glick, Glossary of Biochemistry and Molecular Biology, 1990)
Proteína fibrilar intermedia que se encuentra predominantemente en las células del tejido muscular liso, y múculo esquelético y cardíaco. Se localiza en la línea Z. Su PM que es de 50,000 a 55,000 depende de las especies.
Una proteína muscular localizada en las membranas de superficie que es el producto del gen de la distrofia muscular Duchenne/Becker. Los individuos con distrofia muscular Duchenne por lo general carecen totalmente de distrofina, mientras que aquellos con distrofia muscular Becker tienen una cantidad alterada de distrofina. Comparte las características de otras proteínas citoesqueléticas como la ESPECTRINA y la alfa-actitinina, pero la función precisa de la distrofina no está clara. Un posible rol podría ser preservar la integridad y alineamiento de la membrana plasmática a las miofibrilas durante la contracción y la relajación muscular. PM 400 kDa.
Organelos largos cilíndricos y contráctiles de las células del MÚSCULO ESTRIADO compuestos de FILAMENTOS DE ACTINA; filamentos de MIOSINA; y otras proteínas organizadas en arreglos de repetición de unidades llamados SARCÓMEROS.
Filamentos citoplasmáticos de diámetro intermedio (alrededor de 10 nanómetros) ubicados entre los microfilamentos y los microtúbulos. Pueden estar compuestos por alguna de las numerosas y diferentes proteínas y formar un anillo alrededor del núcleo celular.
Constituyentes protéicos de los músculos, de los que las ACTINAS y MIOSINAS son los principales. Existen más de una docena de proteínas adicionales, que incluyen la TROPONINA, TROPOMIOSINA y la DISTROFINA.
Subtipo de músculo estriado que se inserta mediante los TENDONES al ESQUELETO. Los músculos esqueléticos están inervados y sus movimientos pueden ser controlados de forma consciente. También se denominan músculos voluntarios.
Red de filamentos, túbulos y enlaces filamentosos que se interconectan para dar forma, estructura y organización al citoplasma.
Pruebas para el antígeno tisular que usa un método directo, por la conjugación de anticuerpos con colorantes fluorescentes (TÉCNICA DE ANTICUERPOS FLUORESCENTES, DIRECTA) o un método indirecto, por la formación antígeno-anticuerpo que entonces se marca con un conjugado anticuerpo, anti-inmunoglobulina marcada con fluoresceína (TÉCNICA DE ANTICUERPO FLUORESCENTE, INDIRECTA). El tejido es entonces examinado por un microscopio fluorescente.
Proteínas filamentosas que son el constituyente principal de los delgados filamentos de las fibras musculares. Los filamentos (conocidos como F-actina) pueden ser disociados en sus subunidades globulares; cada subunidad está compuesta por un solo polipéptido de 375 aminoácidos. Esto es conocido como actina globular o actina G. La actina, junto con la miosina, es la responsable de la contracción y relajación muscular.T.
Tejido muscular del CORAZÓN. Está compuesto por células musculares estriadas, involuntarias (MIOCITOS CARDIACOS) conectadas para formar la bomba contráctil que genera el flujo sanguíneo.

Las costameras son estructuras anatómicas especializadas que se encuentran en la interfaz entre los músculos y los huesos. Consisten en engrosamientos de la membrana basal del tejido conectivo que se encuentra entre las fibras musculares y el periostio del hueso, y contienen una alta densidad de receptores sensoriales y mecanorreceptores.

Las costameras desempeñan un papel importante en la transducción de fuerzas mecánicas en señales bioquímicas, lo que permite a los músculos adaptarse a las cargas y mantener la integridad estructural durante la contracción muscular. También pueden desempeñar un papel en el control del crecimiento y desarrollo musculoesquelético, así como en la respuesta al ejercicio y la sobrecarga mecánica.

La investigación sobre las costameras ha contribuido a nuestra comprensión de los procesos fisiológicos subyacentes a la adaptación muscular y la patología asociada con enfermedades neuromusculares y esqueléticas. Sin embargo, aún queda mucho por aprender sobre las funciones específicas y el mecanismo de acción de estas estructuras complejas.

La vinculina es una proteína intracelular que desempeña un papel importante en la formación y mantenimiento de los adherens junctions (uniones adherentes), estructuras especializadas en la membrana plasmática de las células que participan en el anclaje de las células entre sí y en la comunicación intercelular.

La vinculina se une a varias proteínas, incluyendo la catenina, actina y alfa-actinina, para formar un complejo proteico que conecta los filamentos de actina del citoesqueleto con las uniones adherentes. Esta conexión es crucial para mantener la integridad estructural y funcional de los tejidos.

La vinculina también se ha involucrado en la regulación de diversas vías de señalización celular, como la vía de Rho GTPasa, que está implicada en la reorganización del citoesqueleto y la migración celular. Los defectos en la expresión o función de la vinculina se han asociado con diversas patologías, incluyendo cáncer, enfermedades cardiovasculares y trastornos neurológicos.

El sarcolema es la membrana celular que rodea las fibras musculares esqueléticas individuales. Es una parte importante de la estructura del músculo esquelético y desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la integridad celular, la regulación del transporte de iones y la comunicación celular. El sarcolema está compuesto por dos capas de lípidos y proteínas, y está conectado a la membrana nuclear y los orgánulos intracelulares dentro de la fibra muscular. Las enfermedades del sarcolema pueden causar diversos trastornos neuromusculares, como distrofia muscular y miopatías.

La desmina es un tipo de proteína que se encuentra en el tejido muscular, específicamente en los sarcómeros, que son las estructuras responsables de la contracción muscular. La desmina forma parte del citoesqueleto y ayuda a mantener la integridad estructural de los músculos. También desempeña un papel importante en la señalización celular y el metabolismo energético.

La desmina está codificada por el gen DNM2, y las mutaciones en este gen se han asociado con varias afecciones musculares hereditarias, como la distrofia muscular de cinturas y la miopatía nemalínica. Estas mutaciones pueden causar una producción anormal o una falta completa de desmina, lo que puede conducir a debilidad muscular progresiva y otros síntomas relacionados con el tejido muscular.

En resumen, la desmina es una proteína importante en el tejido muscular que ayuda a mantener su estructura e integridad, y las mutaciones en el gen que codifica esta proteína se han asociado con varias afecciones musculares hereditarias.

La distrofina es una proteína grande y crucial que se encuentra en los músculos esqueléticos. Ayuda a mantener la integridad estructural de las fibras musculares y desempeña un papel importante en el proceso de reparación del tejido muscular después del daño.

La distrofina está codificada por el gen DMD, que se encuentra en el cromosoma X. Las mutaciones en este gen pueden dar lugar a una variedad de trastornos neuromusculares conocidos colectivamente como distrofinopatías. El más grave y común de estos es la distrofia muscular de Duchenne (DMD), una enfermedad progresiva que causa debilidad muscular severa y eventual fallo muscular. Otra afección relacionada es la distrofia muscular de Becker (BMD), que generalmente es menos grave y se desarrolla más lentamente que la DMD.

La proteína distrofina ayuda a unir el citoesqueleto interior del músculo, conocido como filamentos finos de actina, con la membrana celular exterior, o sarcolema. También desempeña un papel en la transducción de señales y puede interactuar con varias otras proteínas para ayudar a mantener la estabilidad y la salud del músculo esquelético.

En las distrofinopatías, como la DMD y la BMD, los niveles de distrofina son bajos o están ausentes en los músculos debido a mutaciones en el gen DMD. Esto puede conducir a una serie de problemas, incluyendo debilidad muscular, rigidez articular, contracturas y problemas cardíacos y respiratorios. El tratamiento para estas afecciones generalmente se centra en la gestión de los síntomas y el mantenimiento de la función muscular y la calidad de vida tanto como sea posible.

Las miofibrillas son estructuras intracelulares especializadas en las células musculares esqueléticas, cardíacas y lisas. Constituyen la unidad contráctil básica de los miocitos y son responsables de la generación de fuerza y movimiento a nivel celular.

Las miofibrillas se componen de dos tipos principales de filamentos proteicos: filamentos finos (actina) y filamentos gruesos (miosina). Estos filamentos se organizan en un patrón repetitivo a lo largo de la miofibrilla, formando bandas claras y oscuras alternas cuando se observan al microscopio.

Las bandas claras contienen principalmente filamentos finos de actina, mientras que las bandas oscuras contienen filamentos gruesos de miosina. La interacción entre los filamentos de actina y miosina durante la contracción muscular genera fuerza y deslizamiento de los filamentos, lo que resulta en el acortamiento de las miofibrillas y, por lo tanto, del miocito en su conjunto.

La organización y función de las miofibrillas son cruciales para la integridad estructural y funcional del tejido muscular, y su disfunción o daño puede conducir a diversas patologías musculares.

Los filamentos intermedios son estructuras proteicas helicoidales que se encuentran en el sarcomero, la unidad contráctil del músculo esquelético y cardíaco. Están formados principalmente por una clase de proteínas llamadas filaminas, que incluyen desmina, sinembra y vimentina. Los filamentos intermedios proporcionan estructura y resistencia a las células musculares, ayudando a mantener la integridad estructural del sarcomero durante la contracción muscular. También pueden actuar como vías de conducción para los impulsos eléctricos que coordinan la contracción muscular y desempeñar un papel en la organización de otras estructuras celulares, como el núcleo y las mitocondrias. Los defectos en los filamentos intermedios se han relacionado con varias afecciones musculoesqueléticas hereditarias, como la distrofia muscular desminopática y la miopatía nemalínica.

Las proteínas musculares son específicas proteínas que se encuentran en el tejido muscular y desempeñan un papel crucial en su estructura y función. La proteína más abundante en el músculo es la actina, seguida de la miosina, ambas involucradas en la contracción muscular. Otras proteínas musculares importantes incluyen las troponinas y la tropomiosina, que regulan la interacción entre la actina y la miosina, así como diversos componentes de la matriz extracelular que brindan soporte estructural al tejido muscular. La síntesis y degradación de proteínas musculares están cuidadosamente reguladas y desempeñan un papel importante en el crecimiento, reparación y mantenimiento del músculo esquelético. La disminución de la síntesis de proteínas musculares y el aumento de la degradación están asociados con diversas condiciones patológicas, como la sarcopenia (pérdida de masa muscular relacionada con la edad) y la cachexia (pérdida de peso y debilidad muscular asociadas con enfermedades graves).

El músculo esquelético, también conocido como striated muscle o musculus voluntarius, está compuesto por tejidos especializados en la generación de fuerza y movimiento. Estos músculos se unen a los huesos a través de tendones y su contracción provoca el movimiento articular.

A diferencia del músculo liso (presente en paredes vasculares, útero, intestinos) o el cardíaco, el esquelético se caracteriza por presentar unas bandas transversales llamadas estrías, visibles al microscopio óptico, que corresponden a la disposición de las miofibrillas, compuestas a su vez por filamentos proteicos (actina y miosina) responsables de la contracción muscular.

El control de la actividad del músculo esquelético es voluntario, es decir, está bajo el control consciente del sistema nervioso central, a través de las neuronas motoras somáticas que inervan cada fibra muscular y forman la unión neuromuscular.

La función principal de los músculos esqueléticos es la generación de fuerza y movimiento, pero también desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la postura, la estabilización articular, la respiración, la termorregulación y la protección de órganos internos.

El citoesqueleto es una estructura intracelular compuesta por filamentos proteicos que proporcionan forma, soporte y movilidad a las células. Está presente en todas las células y desempeña un papel crucial en una variedad de procesos celulares, incluyendo el mantenimiento de la integridad estructural, el transporte intracelular, la división celular y el movimiento celular.

El citoesqueleto está formado por tres tipos principales de filamentos proteicos: microfilamentos (hechos de actina), microtúbulos (hechos de tubulina) y filamentos intermedios (hechos de diferentes proteínas, como la queratina o la vimentina). Estos filamentos se organizan en redes complejas y se unen entre sí y con otras estructuras celulares mediante una variedad de proteínas asociadas.

La dinámica del citoesqueleto, es decir, la capacidad de ensamblar, desensamblar y reorganizar los filamentos, es fundamental para muchos procesos celulares. Por ejemplo, durante la división celular, el citoesqueleto se reorganiza para permitir la separación de los cromosomas y la formación de dos células hijas idénticas. Además, el citoesqueleto también desempeña un papel importante en el movimiento celular, ya que proporciona la fuerza necesaria para el desplazamiento y la migración celular.

En resumen, el citoesqueleto es una estructura compleja y dinámica que desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la integridad estructural y la funcionalidad de las células.

La Técnica del Anticuerpo Fluorescente, también conocida como Inmunofluorescencia (IF), es un método de laboratorio utilizado en el diagnóstico médico y la investigación biológica. Se basa en la capacidad de los anticuerpos marcados con fluorocromos para unirse específicamente a antígenos diana, produciendo señales detectables bajo un microscopio de fluorescencia.

El proceso implica tres pasos básicos:

1. Preparación de la muestra: La muestra se prepara colocándola sobre un portaobjetos y fijándola con agentes químicos para preservar su estructura y evitar la degradación.

2. Etiquetado con anticuerpos fluorescentes: Se añaden anticuerpos específicos contra el antígeno diana, los cuales han sido previamente marcados con moléculas fluorescentes como la rodaminia o la FITC (fluoresceína isotiocianato). Estos anticuerpos etiquetados se unen al antígeno en la muestra.

3. Visualización y análisis: La muestra se observa bajo un microscopio de fluorescencia, donde los anticuerpos marcados emiten luz visible de diferentes colores cuando son excitados por radiación ultravioleta o luz azul. Esto permite localizar y cuantificar la presencia del antígeno diana dentro de la muestra.

La técnica del anticuerpo fluorescente es ampliamente empleada en patología clínica para el diagnóstico de diversas enfermedades, especialmente aquellas de naturaleza infecciosa o autoinmunitaria. Además, tiene aplicaciones en la investigación biomédica y la citogenética.

Las actinas son proteínas fibrosas que forman parte del citoesqueleto de las células eucariotas. Están presentes en el citoplasma y desempeñan un papel importante en diversos procesos celulares, como la motilidad celular, el transporte intracelular y la división celular.

Existen varios tipos de actinas, siendo las más comunes la actina-alfa, beta y gamma. La actina-alfa es la forma más abundante en los músculos, donde se organiza en largas fibrillas para generar fuerza contráctil. Por otro lado, la actina-beta y gamma se encuentran en otras células y forman redes dinámicas que cambian constantemente de forma y orientación.

Las actinas pueden unirse a otras proteínas y formar complejos que desempeñan funciones específicas en la célula. Por ejemplo, la unión de actina con miosina permite la contracción muscular, mientras que su unión con espectrina ayuda a mantener la forma y rigidez de la célula.

En resumen, las actinas son proteínas estructurales vitales para el mantenimiento y funcionamiento normal de las células eucariotas.

El miocardio es el tejido muscular involucrado en la contracción del corazón para impulsar la sangre a través del cuerpo. Es la capa más gruesa y potente del músculo cardíaco, responsable de la función de bombeo del corazón. El miocardio se compone de células musculares especializadas llamadas cardiomiocitos, que están dispuestas en un patrón entrelazado para permitir la contracción sincronizada y eficiente del músculo cardíaco. Las enfermedades que dañan o debilitan el miocardio pueden provocar insuficiencia cardíaca, arritmias u otras afecciones cardiovasculares graves.

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Costameras - Concepto preferido UI del concepto. M0511694. Nota de alcance. Componentes celulares del MÚSCULO ESTRIADO donde se ... costameras. Nota de alcance:. Componentes de las células del MÚSCULO ESTRIADO que anclan las MIOFIBRILLAS desde las bandas Z al ...

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