Neoplasia maligna derivada de células cartilaginosas, más frecuente en los huesos de la pelvis o cerca de los extremos de los huesos largos, en personas maduras y ancianas; casi todos los condrosarcomas nacen de novo, pero algunos pueden desarrollarse en una lesión cartilaginosa preexistente benigna o en pacientes con ENCONDROMATOSIS. (Stedman, 25a ed)
Variante rara y agresiva de condrosarcoma, caracterizada por un patrón histológico bifásico de pequeñas células compactas mezcladas con islas de matriz cartilaginosa. Los condrosarcomas mesenquimatosos tienen predilección por los huesos planos; los huesos largos tubulares raramente se afectan. Ellos tienden a ocurrir en el grupo de menor edad y son altamente metastásicos.
Neoplasia benigna derivada de células mesodérmicas que forman cartílago. Puede permanecer dentro de la sustancia de un cartílago o del hueso (encondroma) o puede formarse en la superficie de un cartílago (condroma yuxtacortical). (Dorland, 28a ed; Stedman, 25a ed)
Tumores o cánceres localizados en el tejido óseo o en HUESOS específicos.
Crecimiento benigno de cartílagos en las metáfisis de varios huesos.
Tumor que se origina en los restos embrionarios de la notocorda, generalmente a lo largo de la silla turca o en la región sacrococcígea. Dícese también cordocarcinoma, cordoepitelioma y notocordoma. (Dorland, 28a ed)
Un sarcoma, por lo común un liposarcoma o un histiocitoma fibroso maligno, con abundante componente de tejido mixoide que se asemeja al mesénquima primitivo que contiene mucina de tejido conectivo. (Stedman, 25a ed)
Forma no vascular de tejido conjuntivo compuesta por CONDROCITOS. que se encuentra dentro de una matriz de SULFATOS DE CONDROITINA y varios tipos de COLÁGENOS FIBRILARES. Hay tres tipos principales: CARTÍLAGO HIALINO, FIBROCARTÍLAGO y CARTÍLAGO ELÁSTICO.
Neoplasias femorales se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células malignas o benignas en el fémur, que pueden ser tumores óseos primarios o secundarios.
Neoplasias específicas de la base del cráneo, diferenciadas de las neoplasias de sitios inespecíficos o de los huesos del cráneo (NEOPLASIAS DEL CRÁNEO).
Enfermedad hereditaria transmitida por un gen autosómico dominante y que se caracteriza por exostosis múltiples (osteocondromas múltiples) cercanas a los extremos de los huesos largos. La anomalía genética resulta en un defecto de la actividad osteoclástica en los extremos metafisarios de los huesos durante el proceso de remodelación en la niñez o en la adolescencia temprana. La metáfisis desarrolla protuberancias óseas benignas que a menudo están recubiertas por cartílagos. Un pequeño número sufre transformación neoplásica.
Neoplasias que se desarrollan a partir de alguna estructura del tejido conectivo y subcutáneo. El concepto no se refiere a las neoplasias localizadas en el tejido conectivo o blando.
El más común y maligno de los sarcomas óseos, nacido en células formadoras de hueso y que afecta principalmente a los extremos (epífisis) de los huesos largos; su mayor frecuencia se observa entre 10 y 25 años de vida. (Stedman, 25a ed)
Un conjunto de doce huesos curvos que se conectan posteriormente a la columna vertebral, y que terminan, en su porción anterior, en los cartílagos costales. Juntos, forman una jaula protectora alrededor de los órganos torácicos internos.
Los huesos que constituyen cada mitad de la cintura pélvica en los VERTEBRADOS, formado por la fusión del ILION; el ISQUION; el y HUESO PÚBICO.
Enzimas que catalizan la eliminación de residuos de glucuronato del condroitin A,B y C, o que catalizan la hidrólisis de grupos sulfato de las unidades de 2-acetamido-2-desoxi-D-galactosa 6-sulfato del condroitín sulfato. EC 4.2.2.-.
Metaplasia rara, benigna, crónica, progresiva en la que se forma cartílago en las membranas sinoviales de las articulaciones, vainas tendinosas, o bursa. Algunos de los focos metaplásicos pueden separarse produciendo cuerpos sueltos. Cuando los cuerpos sueltos sufren calcificación secundaria, la afección se conoce como osteocondromatosis sinovial.
Glicoproteínas que poseen alto contenido polisacárido.
Tumor benigno cubierto por cartílago que aparece a menudo como un pedículo sobre la superficie ósea. Probablemente es una malformación del desarrollo en lugar de una verdadera neoplasia, y usualmente se encuentra en la metáfisis del fémur distal, tibia proximal o húmero proximal. El osteocondroma es el más común de los tumores óseos benignos.
Cáncer o tumores del MAXILAR o mandíbula superior.

Un condrosarcoma es un tipo raro de cáncer que se desarrolla en el tejido cartilaginoso del cuerpo. El tejido cartilaginoso es un tipo de tejido conectivo flexible que se encuentra en varias partes del cuerpo, como en las articulaciones y en el extremo de los huesos.

Los condrosarcomas suelen afectar a personas mayores de 40 años y son más comunes en hombres que en mujeres. La causa exacta de este tipo de cáncer no se conoce, pero se ha asociado con la exposición a radiación y a ciertos tipos de quimioterapia previos.

Los síntomas del condrosarcoma pueden variar dependiendo de su localización en el cuerpo, pero algunos de los más comunes incluyen dolor, hinchazón o rigidez en la zona afectada, dificultad para moverse y fracturas óseas inexplicables.

El tratamiento del condrosarcoma depende del estadio y la localización del cáncer. Por lo general, implica la cirugía para extirpar el tumor y una parte del hueso o tejido circundante. La radioterapia y quimioterapia también pueden utilizarse en algunos casos.

Es importante buscar atención médica de inmediato si se sospecha la presencia de un condrosarcoma, ya que el tratamiento temprano puede mejorar las posibilidades de una recuperación completa.

Un condrosarcoma mesenquimal es un tipo raro y agresivo de cáncer de hueso que se origina en los tejidos conectivos blandos del cuerpo, conocidos como mesénquima. Este tipo de cáncer no se desarrolla a partir del cartílago, a diferencia de otros tipos de condrosarcomas.

El condrosarcoma mesenquimal suele afectar a adultos mayores y se presenta con mayor frecuencia en los huesos largos de las extremidades inferiores y superiores. Los síntomas pueden incluir dolor, hinchazón e impotencia funcional en el área afectada.

La causa exacta del condrosarcoma mesenquimal no se conoce, pero se ha asociado con ciertas anomalías genéticas y exposiciones ambientales, como la radiación ionizante. El diagnóstico se realiza mediante una biopsia y el tratamiento suele incluir cirugía para extirpar el tumor, seguida de radioterapia o quimioterapia en algunos casos.

El pronóstico del condrosarcoma mesenquimal depende del tamaño y la ubicación del tumor, así como del grado de diferenciación celular y la presencia de metástasis. Los pacientes con tumores grandes, de alto grado y con metástasis suelen tener un pronóstico más desfavorable que aquellos con tumores pequeños, de bajo grado y sin metástasis.

Un condroma es un tipo benigno y lento de crecimiento tumoral que se forma a partir del tejido cartilaginoso. Por lo general, se encuentra en los huesos o en las articulaciones de las manos, los pies, las rodillas o los hombros. Aunque es raro, un condroma también puede desarrollarse en los tejidos blandos cercanos a los huesos.

Los condromas suelen ser asintomáticos y se descubren accidentalmente durante exámenes de imagen realizados por otras razones. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar dolor, rigidez o sensibilidad en el área afectada, especialmente si el crecimiento comprime los tejidos circundantes o las estructuras nerviosas.

El tratamiento de un condroma generalmente implica la observación y la vigilancia médica, ya que estos tumores suelen crecer muy lentamente y rara vez se vuelven malignos. Sin embargo, si el crecimiento causa molestias o síntomas significativos, se puede considerar la extirpación quirúrgica del tumor.

Es importante tener en cuenta que un condroma no debe confundirse con un condrosarcoma, que es un tipo mucho más agresivo y canceroso de tumor que también se origina en el tejido cartilaginoso. Si se sospecha la presencia de un tumor óseo o articular, es importante buscar atención médica especializada para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Las neoplasias óseas se refieren a un crecimiento anormal o tumoración en el tejido óseo. Pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas). Las neoplasias óseas benignas suelen crecer lentamente y rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo, aunque pueden comprimir tejidos adyacentes y causar problemas. Por otro lado, las neoplasias óseas malignas tienen el potencial de invadir tejido circundante y diseminarse (metástasis) a otras partes del cuerpo, lo que las hace más graves y difíciles de tratar.

Existen diversos tipos de neoplasias óseas, cada una con características particulares en términos de localización, histología, comportamiento clínico y tratamiento. Algunos ejemplos comunes incluyen el osteoma (benigno), el condrosarcoma (maligno) y el mieloma múltiple (maligno). El diagnóstico y manejo de estas afecciones requieren la evaluación por parte de especialistas en medicina oncológica, ortopedia y radiología.

La encondromatosis es una afección esquelética benigna poco común en la que se forman tumores cartilaginosos llamados encondromas dentro de los huesos. Estos crecimientos suelen desarrollarse en el tejido cartilaginoso que sirve como plantilla para el crecimiento óseo (condrocitos). Con el tiempo, estos crecimientos pueden reemplazar parte del tejido normal dentro de los huesos, lo que puede provocar debilitamiento y deformidades óseas.

Existen dos tipos principales de encondromatosis: la forma dispersa o aislada (Ollier's disease) y la forma familiar generalizada (Maffucci's syndrome). La enfermedad de Ollier se caracteriza por el desarrollo de múltiples encondromas en uno o más huesos, especialmente en las extremidades superiores e inferiores. Por otro lado, el síndrome de Maffucci es una afección rara que implica la presencia simultánea de encondromas y hemangiomas (tumores benignos de los vasos sanguíneos).

Aunque la mayoría de los casos de encondromatosis son benignos, existe un pequeño riesgo de transformación maligna en un tipo de cáncer óseo agresivo llamado sarcoma. Este riesgo es particularmente alto en personas con síndrome de Maffucci y en aquellas con enfermedad de Ollier que afecte a ambos lados del cuerpo (bilateral).

El diagnóstico de la encondromatosis generalmente se realiza mediante radiografías, tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética nuclear (RMN), que pueden ayudar a identificar los crecimientos óseos anormales. La confirmación del diagnóstico y la diferenciación de otras afecciones óseas benignas o malignas pueden requerir una biopsia ósea, seguida de un examen histopatológico.

El tratamiento de la encondromatosis depende de la gravedad de los síntomas y del riesgo de transformación maligna. En casos leves, el seguimiento clínico y radiológico puede ser suficiente. Sin embargo, en casos más graves o cuando existe un alto riesgo de transformación maligna, se pueden considerar opciones terapéuticas adicionales, como la cirugía para extirpar los crecimientos óseos anormales y reconstruir el hueso dañado. La quimioterapia y la radioterapia también pueden utilizarse en casos de sarcoma asociado a la encondromatosis.

Un cordoma es un tipo raro y generalmente lento de crecimiento de cáncer que se origina en el tejido conectivo de la base de la columna vertebral (la región sacra) o en la parte inferior del cráneo. Los cordomas representan menos del 1% de todos los tumores primarios del sistema nervioso central y se diagnostican principalmente en adultos jóvenes y de mediana edad, con una ligera preferencia por el sexo masculino.

Los cordomas surgen de las células remanentes del notocordio, una estructura embrionaria que desempeña un papel importante en la formación de la columna vertebral durante el desarrollo fetal. Aunque generalmente se consideran tumores benignos, los cordomas pueden invadir localmente los tejidos circundantes y tienen una alta tendencia a recurrir después del tratamiento.

Los síntomas de un cordoma dependen de su ubicación. Los cordomas sacros pueden causar dolor pélvico o en las piernas, debilidad muscular, pérdida de control de la vejiga o los intestinos y problemas de movilidad. Los cordomas craneales pueden provocar dolores de cabeza, problemas visuales, dificultad para tragar y trastornos del equilibrio.

El diagnóstico de un cordoma generalmente se realiza mediante imágenes médicas, como resonancia magnética o tomografía computarizada, seguidas de una biopsia para confirmar el tipo de tejido canceroso. El tratamiento suele incluir cirugía para extirpar el tumor, con radioterapia adyuvante para ayudar a destruir las células cancerosas restantes y reducir el riesgo de recurrencia. En algunos casos, la quimioterapia también puede utilizarse como parte del plan de tratamiento.

La tasa de supervivencia a largo plazo para los pacientes con cordomas es relativamente baja, ya que estos tumores pueden ser difíciles de extirpar completamente y tienen una tendencia a recurrir. La detección y el tratamiento precoces son cruciales para mejorar las posibilidades de éxito del tratamiento y la calidad de vida del paciente.

El mixosarcoma es un tipo raro de cáncer que se forma en los tejidos conectivos del cuerpo, como los músculos, los tendones, los ligamentos, el tejido adiposo y los vasos sanguíneos. Se caracteriza por la presencia de células bothrídicas, que son células grandes y con forma de estrella con múltiples prolongaciones citoplasmáticas.

Los mixosarcomas pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero se encuentran más comúnmente en las extremidades inferiores, especialmente en la región de la pantorrilla. También pueden aparecer en el tronco, la cabeza y el cuello.

Los mixosarcomas suelen afectar a personas mayores de 50 años, y son más comunes en hombres que en mujeres. Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del tumor, pero pueden incluir dolor, hinchazón o sensibilidad en el área afectada, limitación del movimiento y formación de úlceras o llagas en la piel.

El tratamiento de los mixosarcomas puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia y quimioterapia. La elección del tratamiento depende del tipo y grado del tumor, su localización y la salud general del paciente. A pesar del tratamiento, los mixosarcomas pueden ser difíciles de curar y tienen una alta tasa de recurrencia.

El cartílago es un tejido conectivo flexible pero resistente que se encuentra en varias partes del cuerpo humano. Es avascular, lo que significa que no tiene suministro sanguíneo propio, y su principal componente estructural es la proteoglicana, una molécula formada por un complejo de proteínas y glúcidos unidos a grandes cantidades de agua.

Existen tres tipos principales de cartílago en el cuerpo humano:

1. Hialino: Es el tipo más común y se encuentra en las articulaciones, la tráquea, el tabique nasal y los extremos de los huesos largos. Tiene una matriz transparente y fibras colágenas finas que le dan resistencia y flexibilidad.
2. Elástico: Se encuentra en las orejas y la epiglotis, y tiene una mayor cantidad de fibras elásticas que permiten que se estire y regrese a su forma original.
3. Fibro: Es el menos flexible y más denso de los tres tipos, y se encuentra en los discos intervertebrales y entre las membranas que recubren los huesos del esqueleto. Tiene una mayor cantidad de fibras colágenas gruesas que le dan resistencia y soporte.

El cartílago desempeña varias funciones importantes en el cuerpo humano, como proporcionar estructura y soporte a las articulaciones, permitir el movimiento suave y la amortiguación de los impactos, y servir como tejido de crecimiento en los huesos largos durante el desarrollo fetal y la infancia.

Neoplasia femoral se refiere a un crecimiento anormal y descontrolado de células cancerosas en el hueso femoral. El fémur es el hueso más largo del cuerpo humano y forma parte del muslo. Las neoplasias femorales pueden ser benignas (no cancerosas) o malignas (cancerosas).

Las neoplasias benignas, como los osteomas y los condromas, suelen crecer lentamente y rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo. Por lo general, no representan una amenaza para la vida, aunque pueden causar problemas locales, como dolor, rigidez o fracturas.

Las neoplasias malignas, por otro lado, tienen el potencial de invadir los tejidos circundantes y diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis). Los tipos más comunes de cáncer de hueso en el fémur incluyen el osteosarcoma, el condrosarcoma y el sarcoma de Ewing.

El tratamiento de las neoplasias femorales depende del tipo y grado de la lesión, así como de su localización y extensión. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos enfoques. La rehabilitación después del tratamiento también es importante para ayudar a restaurar la función y la movilidad.

Las neoplasias de la base del cráneo se refieren a un grupo diverso de tumores que se originan en la región inferior y central del cráneo. Esta área contiene importantes estructuras como el tronco cerebral, la hipófisis, el hipocampo, los nervios craneales, los senos venosos y los vasos sanguíneos.

Estas neoplasias pueden ser benignas o malignas y su crecimiento puede comprimir estructuras vitales cercanas, lo que provoca una variedad de síntomas dependiendo de la ubicación y el tamaño del tumor. Los síntomas comunes incluyen dolores de cabeza, problemas visuales, trastornos auditivos, dificultad para tragar, debilidad en los músculos faciales y trastornos hormonales.

El tratamiento depende del tipo y la etapa del tumor, pero generalmente incluye una combinación de cirugía, radioterapia y quimioterapia. La extirpación completa del tumor puede ser desafiante debido a su proximidad a estructuras críticas, por lo que a menudo es necesario un enfoque multidisciplinario que involucre neurocirujanos, radiólogos, oncólogos y otros especialistas.

La Exostosis Múltiple Hereditaria, también conocida como Enfermedad de Multiple Exostoses o Diaphyseal Aclasis, es una afección genética que afecta el crecimiento de los huesos. Se caracteriza por el desarrollo de múltiples excrecencias óseas benignas (exostosis) sobre las superficies externas de los huesos largos, especialmente en los brazos y piernas. Estas excrecencias pueden crecer gradualmente y pueden causar diversos problemas, como dolor, limitación del rango de movimiento, deformidades óseas y, en algunos casos, complicaciones más graves como la compresión de nervios o vasos sanguíneos.

Esta afección es hereditaria y se asocia con mutaciones en los genes EXT1 o EXT2. El modo de herencia es autosómico dominante, lo que significa que una copia del gen anormal heredado de un padre es suficiente para causar la afección. Sin embargo, también pueden ocurrir nuevas mutaciones en estos genes, lo que significa que algunas personas con esta afección no tienen un historial familiar positivo de la enfermedad.

El diagnóstico generalmente se realiza mediante radiografías y, en algunos casos, se puede confirmar con pruebas genéticas. El tratamiento suele ser sintomático y puede incluir cirugía para eliminar las excrecencias óseas cuando causan problemas significativos. La fisioterapia también puede ayudar a mantener la movilidad articular y aliviar el dolor.

Las neoplasias de los tejidos conjuntivo y blando se refieren a un grupo heterogéneo de tumores que surgen en los tejidos conectivos y blandos del cuerpo humano. Estos tejidos incluyen el tejido adiposo (grasa), muscular liso, fibroso, vasculatura, neural y otros tejidos sueltos.

La palabra "neoplasia" significa crecimiento anormal de tejido, por lo que estas neoplasias se caracterizan por el crecimiento excesivo y descontrolado de células en los tejidos conjuntivos y blandos. Pueden ser benignas o malignas (cáncer).

Las neoplasias benignas suelen crecer lentamente, no invaden los tejidos circundantes y rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo. Por otro lado, las neoplasias malignas, también conocidas como sarcomas, tienen el potencial de invadir estructuras adyacentes y pueden diseminarse (metástasis) a otros órganos y tejidos a través del sistema circulatorio o linfático.

El tratamiento y pronóstico de estas neoplasias dependen del tipo específico, el grado de diferenciación celular, la localización, el tamaño y la extensión del tumor, así como de la edad y el estado general de salud del paciente. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

El osteosarcoma es un tipo de cáncer que se forma en los huesos, específicamente en los tejidos que producen hueso nuevo (osteoides). Es el tipo más común de cáncer óseo y generalmente afecta los huesos largos cerca de las articulaciones en los brazos y piernas.

Este tipo de cáncer se caracteriza por la producción de células anormales dentro del tejido óseo que eventualmente forman tumores malignos. Los osteosarcomas pueden diseminarse (metastatizar) a otras partes del cuerpo, especialmente los pulmones.

Los síntomas comunes incluyen dolor e hinchazón en el área afectada, dificultad para mover el miembro afectado y fracturas óseas inexplicables. El tratamiento generalmente implica una combinación de quimioterapia, cirugía para extirpar el tumor y posiblemente radioterapia. La tasa de supervivencia a cinco años para las personas con osteosarcoma ha mejorado significativamente en los últimos años gracias al avance en los tratamientos.

Las costillas son huesos largos y curvos que forman la caja torácica y protegen los órganos internos vitales del tórax, como el corazón y los pulmones. Hay 24 costillas en total en un ser humano promedio: doce pares, cada uno conectado a las vértebras torácicas en la parte posterior y al esternón en la parte anterior a través de el cartílago costal.

Las primeras siete pares de costillas se conocen como costillas verdaderas y están conectadas directamente al esternón por medio del cartílago costal. Las costillas del octavo al décimo par son las costillas falsas, ya que sus extremos inferiores no se conectan directamente al esternón sino que se articulan con la parte inferior de las costillas verdaderas adyacentes.

Las últimas dos pares de costillas, los llamados costilla flotante o costillas accesorias, no se articulan con el esternón en absoluto y solo están conectadas a las vértebras torácicas. Las costillas desempeñan un papel importante en la respiración, ya que su expansión y contracción permiten que los pulmones se expandan y se contraigan para tomar aire.

En términos médicos, las condiciones asociadas con las costillas pueden incluir fracturas, es decir, roturas de huesos; la costocondritis, una inflamación del cartílago que conecta las costillas al esternón; y el síndrome de Tietze, una afección que involucra hinchazón e inflamación de los músculos y tejidos blandos alrededor de las articulaciones costocondrales.

Los huesos pélvicos, también conocidos como la pelvis, son un grupo de seis huesos ligados fuertemente que protegen los órganos abdominales y del sistema reproductivo y proporcionan puntos de unión para los músculos del tronco y las extremidades inferiores. Está compuesto por dos coxales (huesos ilíacos, isquiones y pubis), sacro y cóccix. La pelvis se divide en dos partes: la pelvis mayor o falsa, que está más relacionada con la parte inferior del tronco y soporta el peso del cuerpo; y la pelvis menor o verdadera, donde se encuentra la cavidad pélvica propiamente dicha, que alberga los órganos reproductivos y urinarios e incluso parte del intestino. La forma y tamaño de la pelvis varían entre sexos, siendo más ancha y redondeada en las mujeres para permitir el parto.

Las condroitinases y las condroitin liasas son enzimas que desempeñan un papel importante en el metabolismo de los proteoglicanos, componentes clave del tejido conectivo y el cartílago. Estas enzimas catalizan la degradación de las moléculas de condroitina sulfato, uno de los principales glicosaminoglicanos (GAG) presentes en los proteoglicanos.

Las condroitinases son endoliasas que rompen los enlaces glucosídicos entre los residuos de D-glucurónico y N-acetil-D-galactosamina alfa (1→4) en el esqueleto de disacáridos del condroitín sulfato. Hay tres tipos principales de condroitinasas: A, B y C, cada una con diferentes especificidades de sustrato y patrones de degradación.

Las condroitin liasas, por otro lado, son enzimas que eliminan selectivamente los residuos de ácido glucurónico o idurónico del extremo no reductor de los GAG, produciendo oligosacáridos con cadenas laterales de sulfato de condroitina. Estas enzimas desempeñan un papel crucial en la remodelación y el reciclaje de los proteoglicanos, así como en la liberación de fragmentos de GAG con actividad biológica específica.

La actividad de las condroitinases y las condroitin liasas se ha relacionado con diversos procesos fisiológicos y patológicos, como el desarrollo embrionario, la cicatrización de heridas, la inflamación y la progresión del cáncer. Por lo tanto, el estudio de estas enzimas y su inhibición selectiva pueden tener importantes implicaciones terapéuticas en el tratamiento de diversas enfermedades.

La condromatosis sinovial es una afección benigna poco común en la que se forman múltiples nódulos de tejido cartilaginoso dentro de una articulación o en la membrana sinovial que recubre la articulación. Estos nódulos pueden causar dolor, rigidez y limitación del movimiento articular.

La condromatosis sinovial puede ser primaria, lo que significa que se desconoce la causa subyacente, o secundaria, lo que significa que está asociada con una enfermedad articulare subyacente, como la artritis reumatoide o la artrosis.

El tratamiento de la condromatosis sinovial puede incluir fisioterapia, medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación, y en algunos casos, cirugía para eliminar los nódulos cartilaginosos. Si no se trata, la condromatosis sinovial puede conducir a daños articulares graves y discapacidad.

Los proteoglicanos son grandes glucoproteínas complejas que se encuentran en la matriz extracelular y en algunas membranas celulares. Están formados por un núcleo de proteína alrededor del cual se unen largas cadenas de glicosaminoglicanos (GAG), que son polisacáridos sulfatados y altamente negativamente cargados.

Los proteoglicanos desempeñan un papel importante en la estructura y función de los tejidos conjuntivos, especialmente en el cartílago, donde ayudan a retener agua y dar resistencia al peso corporal. También participan en diversos procesos biológicos, como la señalización celular, la adhesión celular y el crecimiento celular.

Existen diferentes tipos de proteoglicanos, que varían en su composición de proteína y GAG. Algunos de los más comunes son la decorina, la biglicana, el versican y el agrecán. Las mutaciones en los genes que codifican para los proteoglicanos se han asociado con diversas enfermedades hereditarias, como la displasia espondiloepifisaria congénita y la condrodisplasia punctata.

El osteocondroma es el tipo más común de tumor benigno que se origina en el hueso. Se desarrolla a partir de tejido cartilaginoso que crece hacia afuera desde el extremo de un hueso, generalmente en las áreas donde los huesos largos se encuentran con la articulación, como la rodilla o el hombro. Este crecimiento adicional puede causar protuberancias dolorosas en el exterior del hueso y, a medida que el tumor crece, también puede comprimir los nervios y vasos sanguíneos cercanos, lo que provoca dolor, entumecimiento o debilidad.

Los osteocondromas suelen presentarse durante la infancia o adolescencia y a menudo se asocian con el crecimiento óseo rápido. La mayoría de los casos no causan síntomas y solo se descubren mediante radiografías realizadas por otras razones. Sin embargo, en algunos casos, los osteocondromas pueden volverse cancerosos y convertirse en un tipo raro de cáncer llamado sarcoma.

El tratamiento de los osteocondromas generalmente implica la observación cuidadosa y la cirugía solo si el tumor causa dolor, limitación funcional o compresión de estructuras vecinas. La extirpación quirúrgica completa del tumor es curativa en la mayoría de los casos.

Neoplasia maxilar se refiere a un crecimiento anormal de tejido en la región maxilar o los huesos que forman la mandíbula. Puede ser benigno (no canceroso) o maligno (canceroso). Las neoplasias maxilares pueden originarse en cualquiera de los tejidos que conforman la estructura ósea y de soporte blando, incluyendo el hueso, los dientes, los vasos sanguíneos, los nervios, los músculos o los tejidos conectivos.

Los síntomas más comunes de las neoplasias maxilares son dolor de mandíbula, hinchazón facial, dificultad para masticar o tragar, movimiento limitado de la mandíbula, úlceras en la encía que no cicatrizan, dientes flojos o protuberancias en la boca o la cara. El tratamiento depende del tipo y el estadio de la neoplasia maxilar y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.

Es importante mencionar que si bien este término se refiere a un crecimiento anormal en la región maxilar, existen diferentes tipos de neoplasias que pueden presentarse en esta zona, con características y comportamientos clínicos distintos. Por lo tanto, es fundamental una evaluación y diagnóstico preciso por parte de un profesional médico especializado en el área.

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Condrosarcoma mesenquimatoso: en este caso la proteína S-100 es positiva y los marcadores de los EFT son negativos. También ...

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