Inflamación de la VESÍCULA BILIAR, generalmente causada por alteración del flujo de la BILIS, CÁLCULOS BILIARES en el TRACTO BILIAR, infecciones u otras enfermedades.
Inflamación aguda de la pared de la VESICULA BILIAR. Se caracteriza por la presencia de DOLOR ABDOMINAL; FIEBRE; y LEUCOCITOSIS. La obstrucción de los cálculos biliares del CONDUCTO QUISTICO está presente en aproximadamente el 90 por ciento de los casos.
Inflamación de la pared de la VESICULA BILIAR en ausencia de CALCULOS BILIARES.
Depósito de almacenamiento de la secreción de BILIS. La vesícula biliar permite la liberación de ácidos biliares con alta concentración y de manera controlada, a través del CONDUCTO QUÍSTICO al DUODENO, para la degradación de los lípidos de la ingesta.
Una variedad de la colecistitis aguda con inflamación de la VESICULA BILIAR que se caracteriza por bolsillos de gas en la pared de la vesícula biliar. Se debe a infección secundaria causada por organismos presentes en los gases y tiene un alto riesgo de perforación.
Extirpación quirúrgica de la VESÍCULA BILIAR.
Ejecución de una abertura en la vesícula biliar, bien sea para drenaje o para comunicación quirúrgica con otra parte del tracto digestivo, generalmente el duodeno o el yeyuno.
Extirpación de la vesícula biliar a través de una incisión utilizando un laparoscopio.
Iminoácidos son compuestos orgánicos que contienen un grupo funcional imina (-C=NH-) dentro de su estructura, formando parte de la cadena lateral de un aminoácido, como en la prolina y la hidroxiprolina.
Radiografía de la vesícula biliar luego de la ingestión de medio de contraste.
Enfermedades de la VESÍCULA BILIAR. Generalmente por alteraciones del flujo de la BILIS, CÁLCULOS BILIARES en la VÍA BILIAR, infecciones, neoplasias y otros procesos.
Lo siento, "Tokio" es la capital de Japán y no hay una definición médica asociada con este término. Una ciudad o lugar no puede ser definido desde una perspectiva médica, ya que las definiciones médicas se refieren generalmente a enfermedades, condiciones, procedimientos médicos o conceptos relacionados con la salud.
Tumores o cánceres de la vesícula biliar.
Un radiofármaco utilizado extensivamente en colecintilografía para la evaluación de enfermedades hepatobiliares.
Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en el TRACTO BILIAR, usualmente en la vesícula biliar (COLECISTOLITIASIS) o en el conducto biliar común (COLEDOCOLITIASIS).
Afección caracterizada por el desarrollo de xantomas generalizados, estructuras de tipo tumoral amarillas, llenas de depósitos de lípidos. Los xantomas pueden encontrarse en una variedad de tejidos, incluyendo la PIEL, los TENDONES; articulaciones de RODILLAS y CODOS. La xantomatosis se asocia con alteraciones del METABOLISMO LIPÍDICO y la formación de CÉLULAS ESPUMOSAS.
Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en la VESICULA BILIAR.
Precipitados cristalinos sólidos en el TRACTO BILIAR, generalmente formados en la VESICULA BILIAR que resultan en COLELITIASIS. Los cálculos biliares, derivados de la BILIS, consisten principalmente de calcio, colesterol, o bilirrubina.
Muerte y putrefacción de tejidos debida normalmente a pérdida de suministro sanguíneo.
Inflamación del sistema ductal biliar (CONDUCTOS BILIARES) intrahepático, extrahepático o ambos.
Enfermedad relativamente grave de corta duración.
Conducto conectado con la VESÍCULA BILIAR y permite el vaciamiento de la bilis en el CONDUCTO BILIAR COMÚN.
Hemorragia en o a través del TRACTO BILIAR, producida por traumatismo, inflamación, COLELITIASIS, enfermedad vascular o tumores.
Enfermedades en cualquier parte del TRACTO BILIAR, incluyendo los CONDUCTOS BILIARES y la VESÍCULA BILIAR.
Un radiofármaco no tóxico que es utilizado en CINTIGRAFÍA en la evaluación clínica de enfermedades hepatobiliares en humanos.
Cambio de un procedimiento operatorio de un procedimiento quirúrgico endoscópico a un enfrentamiento abierto durante el PERÍODO INTRAOPERATORIO.
Técnica diagnóstica incruenta para la visualización de los CONDUCTOS PANCREÁTICOS y los CONDUCTOS BILIARES, en la que no se utilizan MEDIOS DE CONTRASTE inyectados ni rayos X. La resonancia magnética detecta con gran sensibilidad la diltación de los conductos, la estrechez biliar y las anomalías intraductales.
Alteración de la motilidad, caracterizada por CÓLICO biliar, ausencia de CÁLCULOS BILIARES y una fracción de eyección de la VESÍCULA BILIAR anormal. Está causada por discinesia de la vesícula biliar y/o DISFUNCIÓN DEL ESFINTER DE ODDI.
Presencia o formación de CALCULOS BILIARES en el CONDUCTO BILIAR COMÚN.
Lesión inflamatoria nodular relativamente pequeña que contiene fagocitos mononucleares agrupados, producidos por agentes infecciosos y no infecciosos.
Compuestos orgánicos que contienen platino como parte integral de la molécula. estos compuestos son a menudo utilizados como agentes en cintilografía.
Prueba de diagnóstico por imagen del TRACTO BILIAR en la que se inyecta un medio de contraste (MEDIO RADIOOPACO) en el CONDUCTO BILIAR y se hacen radiografías.
Comunicación anormal entre cualquier órgano del tracto biliar o entre los órganos biliares y otros órganos.
Proceso mediante el cual la bilis pasa de la vesícula biliar al doudeno. El vaciamiento se produce tanto por la contracción de la vesícula como por la relajación del mecanismo del esfínter en el colédoco.
Extracción de líquidos o descargas desde el cuerpo, como desde una herida, úlcera o cavidad.
Endoscopía por fibra óptica diseñada para la observación y canulación duodenal de la AMPOLLA DE VATER, con el propósito de visualizar el sistema de conductos pancreáticos y biliares por la inyección retrógrada de medio de contraste. Durante este procedimiento puede realizarse la papilotomía endoscópica (Vater) (ESFINCTEROTOMIA ENDOSCÓPICA).
Estudios en los cuales los datos pertenecen a hechos del pasado.
Síndrome clínico con dolor abdominal intermitente caracterizado por inicio y fin repentinos, visto comúnmente en infantes. Ocurre usualmente asociado a obstrucción de los INTESTINOS, del CONDUCTO QUÍSTICO o del TRACTO URINARIO.
Desgarro o ruptura de un órgano, vaso u otra parte blanda del cuerpo, que ocurre en ausencia de una fuerza externa.
Sensación de malestar, molestia o agonía en la región abdominal.
El mayor conducto biliar. Formado por la unión del CONDUCTO QUÍSTICO y el CONDUCTO HEPÁTICO COMÚN.
Colecciones solitarias o múltiples de PUS dentro del hígado como resultado de infección por bacterias, protozoos u otros agentes.
Examen endoscópico, terapéutico o quirúrgico del tracto digestivo.
Masa de tejido histológicamente normal presente en una localización anormal.

La colecistitis es una inflamación de la vesícula biliar, que es un pequeño saco situado en el hígado donde se almacena la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos.

La colecistitis puede ser causada por una infección bacteriana o por un cálculo biliar (un pequeño cuerpo sólido que se forma en la vesícula biliar) que bloquea el flujo de bilis hacia el intestino delgado. Los síntomas más comunes incluyen dolor abdominal intenso y repentino en el lado superior derecho del abdomen, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y pérdida de apetito.

El tratamiento de la colecistitis depende de la gravedad de los síntomas y de la causa subyacente. En casos leves, el tratamiento puede incluir antibióticos para combatir la infección y una dieta líquida para descansar el sistema digestivo. Sin embargo, en casos más graves o si hay complicaciones, como un absceso o una perforación de la vesícula biliar, es posible que se necesite cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía).

La colecistitis aguda es una inflamación repentina y grave de la vesícula biliar. Esta afección generalmente ocurre cuando hay cálculos biliares que bloquean el flujo de bilis desde la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. Cuando la bilis se acumula y queda atrapada en la vesícula biliar, puede causar inflamación e infección.

Los síntomas más comunes de la colecistitis aguda incluyen dolor intenso en el lado superior derecho del abdomen, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El tratamiento suele implicar antibióticos para tratar la infección y cirugía para extraer la vesícula biliar (colecistectomía). Si no se trata, la colecistitis aguda puede provocar complicaciones graves, como una perforación de la vesícula biliar o un absceso.

La colecistitis alitiásica, también conocida como colecistitis acalculosa, es una inflamación de la vesícula biliar que ocurre en ausencia de cálculos biliares. Es una afección relativamente rara y representa solo del 5% al 10% de todos los casos de colecistitis aguda.

La causa subyacente de la colecistitis alitiásica es desconocida, pero se cree que está relacionada con una disfunción en el vaciado de la vesícula biliar o con lesiones isquémicas (falta de flujo sanguíneo) en la mucosa de la vejiga. Se asocia con diversas condiciones clínicas, como enfermedades cardiovascularas, diabetes, trastornos neurológicos y uso prolongado de catéteres venosos centrales.

Los síntomas de la colecistitis alitiásica son similares a los de la colecistitis calculosa, incluyendo dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, náuseas, vómitos y fiebre. Sin embargo, los pacientes con colecistitis alitiásica tienden a ser más ancianos y tienen un mayor riesgo de complicaciones graves, como perforación o isquemia intestinal.

El diagnóstico se realiza mediante estudios de imagen, como ecografías o tomografías computarizadas, que muestran engrosamiento de la pared de la vejiga y posible líquido perivesicular. La terapia consiste en el tratamiento de los síntomas y la eliminación de la causa subyacente, si es posible. En algunos casos, se puede considerar la extirpación quirúrgica de la vejiga (colecistectomía).

La vesícula biliar, en términos médicos, es un órgano pequeño, generally sac-like, ubicado debajo del hígado en el lado derecho del abdomen. Su principal función es almacenar y concentrar la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Después de una comida, específicamente aquellos que contienen grasas, la vesícula biliar se contrae y expulsa la bilis al duodeno a través del conducto colédoco para ayudar en la digestión de las grasas. La vesícula bílis está compuesta por pequeñas fibras musculares en su pared que le permiten contraerse y relajarse.

Es importante mencionar que aunque la vesícula biliar desempeña un rol crucial en el proceso digestivo, no es esencial para la vida humana. Algunas personas pueden vivir sin ella si se ha extirpado quirúrgicamente, una operación conocida como colecistectomía, ya sea de forma laparoscópica o abierta. Esto puede ser necesario en casos de cálculos biliares, inflamación de la vesícula biliar (colecistitis) u otros trastornos relacionados con este órgano.

La colecistitis enfisematosa es una complicación poco común pero grave de la colecistitis aguda, una inflamación de la vesícula biliar. En la colecistitis enfisematosa, se produce la acumulación de gas en la pared de la vesícula biliar y en su lumen (espacio interior). Este gas puede provenir de la descomposición de material necrótico (tejido muerto) dentro de la vesícula biliar o por la infección con bacterias que producen gas.

La colecistitis enfisematosa suele presentarse en personas mayores, especialmente aquellas con otras afecciones médicas subyacentes, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y trastornos del tejido conectivo. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso en el cuadrante superior derecho, náuseas, vómitos y fiebre. En casos graves, la colecistitis enfisematosa puede causar perforación de la vesícula biliar, sepsis y shock séptico, lo que puede poner en peligro la vida del paciente.

El diagnóstico de colecistitis enfisematosa generalmente se realiza mediante estudios de imagenología, como ecografías o tomografías computarizadas (TAC) del abdomen. El tratamiento suele requerir la intervención quirúrgica urgente para extirpar la vesícula biliar y drenar cualquier infección o acumulación de líquido en el área circundante. En algunos casos, se puede administrar antibióticos para tratar la infección subyacente.

La colecistectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado justo debajo del hígado que almacena y concentra la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Existen dos tipos principales de colecistectomía:

1. Colecistectomía laparoscópica: Esta es una cirugía mínimamente invasiva en la que el cirujano hace varias pequeñas incisiones en el abdomen y utiliza una cámara de video y herramientas especiales para extirpar la vesícula biliar.
2. Colecistectomía abierta: Esta es una cirugía más invasiva en la que se hace una incisión más grande en el abdomen para extirpar la vesícula biliar.

La colecistectomía se realiza con mayor frecuencia para tratar los cálculos biliares, que son pequeños depósitos duros de material que se forman en la bilis y pueden obstruir el flujo de bilis desde la vesícula biliar. También puede ser necesaria si la vesícula biliar está inflamada o infectada y no responde al tratamiento médico.

Después de una colecistectomía, se puede experimentar dolor abdominal leve y molestias durante varios días o semanas. También es posible que se presenten complicaciones como infección, sangrado o daño a los conductos biliares cercanos. Sin embargo, la mayoría de las personas se recuperan completamente de la cirugía y pueden llevar una vida normal sin vesícula biliar.

La colecistostomía es un procedimiento quirúrgico en el que se crea una abertura o comunicación entre la vejiga de la vesícula biliar (colecisto) y la pared abdominal. Esto permite que la bilis fluya desde la vesícula biliar al exterior del cuerpo, ayudando a aliviar la presión en la vesícula biliar y prevenir la acumulación de bilis, lo que puede causar inflamación e infección.

Este procedimiento se realiza comúnmente en pacientes con colecistitis aguda grave o complicada, especialmente en aquellos que no son candidatos adecuados para una cirugía más invasiva, como la colecistectomía (extirpación de la vesícula biliar). La colecistostomía puede ser temporal o permanente, dependiendo de las condiciones del paciente y su enfermedad.

Después de la cirugía, se coloca un tubo de drenaje a través de la abertura para permitir que la bilis drene continuamente al exterior del cuerpo. El tubo generalmente se retira después de unos pocos días o semanas, una vez que la inflamación y la infección hayan disminuido y el paciente esté estabilizado. En algunos casos, sin embargo, la colecistostomía puede ser permanente si el paciente no es un buen candidato para una cirugía adicional o si tiene otras afecciones médicas graves que aumentan el riesgo de complicaciones quirúrgicas.

La colecistectomía laparoscópica es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo utilizado para extirpar la vesícula biliar. Durante el procedimiento, el cirujano realiza varias pequeñas incisiones en el abdomen y inserta una laparoscopio, un tubo delgado con una cámara en su extremo, a través de una de las incisiones. El laparoscopio transmite imágenes de la vesícula biliar y los órganos circundantes al monitor de video del cirujano.

El cirujano utiliza estas imágenes como guía mientras inserta instrumentos quirúrgicos a través de las otras incisiones para extirpar la vesícula biliar. La colecistectomía laparoscópica generalmente se realiza como un procedimiento ambulatorio, lo que significa que el paciente puede irse a casa el mismo día del procedimiento.

La colecistectomía laparoscópica se utiliza comúnmente para tratar la enfermedad de vesícula biliar, como los cálculos biliares y la inflamación de la vesícula biliar (colecistitis). Los beneficios de este procedimiento incluyen una recuperación más rápida, menos dolor postoperatorio y menos complicaciones que la colecistectomía abierta tradicional. Sin embargo, como con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos asociados con la anestesia general, las lesiones de los tejidos circundantes y las infecciones.

Los iminoácidos son compuestos orgánicos que contienen un grupo funcional imina (-C=NH, también escrito como -C=N-). Aunque el término "iminoácido" a veces se use de manera más general para referirse a cualquier aminoácido con un grupo imina en su estructura, en la bioquímica y la fisiología, el término generalmente se refiere específicamente a una clase particular de aminoácidos modificados que desempeñan funciones importantes en los organismos vivos.

En este contexto más restringido, un iminoácido es un aminoácido normalmente no proteinogénico (no utilizado para sintetizar proteínas) que se forma por la modificación postraduccional de un residuo de lisina en una proteína. La formación del grupo imina involucra la reacción entre el grupo amino primario (-NH2) de la cadena lateral de la lisina y un grupo aldehído o cetona presente en otra molécula, como un azúcar reducido (aldosa) o una lipoproteína. Este proceso se conoce como "glicación" en el caso de los azúcares y "lipoxidación" en el caso de los lípidos.

La formación de iminoácidos es un proceso no enzimático e irreversible que puede alterar la estructura y función de las proteínas, contribuyendo a su desnaturalización y agregación. Estos cambios pueden ser perjudiciales para los organismos vivos y se han relacionado con el envejecimiento y varias enfermedades crónicas, como la diabetes, la aterosclerosis y las enfermedades neurodegenerativas.

Sin embargo, algunos iminoácidos también pueden desempeñar funciones beneficiosas en los organismos vivos. Por ejemplo, el ácido piperidínico, un derivado de la lisina, es un componente importante de varias moléculas bioactivas, como las alcaloides y los neurotransmisores. Además, algunos iminoácidos se utilizan en la industria alimentaria y farmacéutica como conservantes y estabilizadores.

La colecistografía es una prueba de diagnóstico por imágenes que se utiliza para evaluar el estado de la vesícula biliar y los conductos biliares. Consiste en la administración de un medio de contraste, generalmente a través de la ingesta oral, que se concentra en la bilis y permite visualizar la vesícula biliar y los conductos biliares en una radiografía o en una imagen de tomografía computarizada (TAC).

Existen dos tipos principales de colecistografía: la colecistografía oral y la colecistografía intravenosa. La colecistografía oral es el tipo más común y se realiza mediante la ingesta de un agente de contraste que contiene yodo, como el ioversol o el iopanoico, seguido de una serie de radiografías tomadas a intervalos regulares durante varias horas. La colecistografía intravenosa, por otro lado, implica la inyección del agente de contraste directamente en la vena y se utiliza con menor frecuencia que la colecistografía oral.

La colecistografía puede ayudar a diagnosticar diversas afecciones de la vesícula biliar, como la colelitiasis (presencia de cálculos biliares), la colangitis (inflamación de los conductos biliares) o el cáncer de vesícula biliar. Sin embargo, esta prueba ha sido parcialmente reemplazada por otras técnicas de imagen más modernas y menos invasivas, como la ecografía o la tomografía computarizada, que no requieren la administración de un medio de contraste y ofrecen imágenes más nítidas y precisas.

Las enfermedades de la vesícula biliar se refieren a un grupo de trastornos que afectan la vesícula biliar, un pequeño saco situado justo debajo del hígado que almacena y concentra la bilis, una sustancia producida por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas. Las enfermedades más comunes de la vesícula biliar incluyen:

1. Colelitiasis: Es la formación de cálculos o piedras en la vesícula biliar. Estas piedras pueden ser tan pequeñas como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf. La mayoría de las personas con colelitiasis no presentan síntomas, pero algunas desarrollan dolor abdominal intenso en la parte superior derecha del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos.

2. Colecistitis: Es la inflamación de la vesícula biliar, que generalmente ocurre como resultado de un bloqueo en el flujo de bilis hacia el intestino delgado. La colecistitis aguda puede causar dolor abdominal intenso, fiebre y náuseas. Si no se trata, puede provocar complicaciones graves, como infección o perforación de la vesícula biliar.

3. Colangitis: Es la inflamación de los conductos biliares, los tubos que transportan la bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar y el intestino delgado. La colangitis puede ocurrir como resultado de una infección o un bloqueo en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos y coloración oscura de la orina o las heces.

4. Quiste de vesícula biliar: Es una bolsa llena de líquido que se forma en la pared de la vesícula biliar. La mayoría de los quistes de vesícula biliar no causan síntomas, pero algunos pueden causar dolor abdominal o infección.

5. Cáncer de vesícula biliar: Es un cáncer raro que se desarrolla en la pared de la vesícula biliar. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), pérdida de apetito y pérdida de peso. El cáncer de vesícula biliar generalmente se diagnostica en etapas avanzadas y tiene un pronóstico desfavorable.

Lo siento por la confusión, pero "Tokio" es en realidad el nombre de la capital de Japón y no hay una definición médica asociada con él. Si está buscando información sobre una afección médica o un término relacionado con la medicina, estoy aquí para ayudarlo. Por favor, verifique el nombre o la ortografía del término que desea que defina.

Las neoplasias (tumores) de la vesícula biliar se refieren a crecimientos anormales en las células que recubren el interior de la vesícula biliar. La mayoría de estos tumores son adenomas, que son generalmente benignos (no cancerosos). Sin embargo, aproximadamente el 10-20% de los adenomas pueden convertirse en adenocarcinomas, un tipo de cáncer.

El adenocarcinoma es el tipo más común de cáncer de vesícula biliar. Comienza en las células glandulares que recubren el interior de la vesícula biliar. Otros tipos menos comunes de cáncer de vesícula biliar incluyen carcinoides, sarcomas y tumores mixtos.

Los síntomas de un tumor en la vesícula biliar pueden incluir dolor abdominal superior derecho, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), náuseas, vómitos y pérdida de apetito. El diagnóstico generalmente se realiza mediante pruebas de imagenología como ultrasonido, tomografía computada o resonancia magnética. La confirmación del diagnóstico y el tipo de cáncer suelen requerir una biopsia o un examen microscópico de tejidos extraídos durante la cirugía.

El tratamiento depende del tipo y estadio del tumor. Por lo general, implica la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar (colectomía) y posiblemente parte del hígado adyacente (hepatectomía). La radioterapia y la quimioterapia también pueden ser recomendadas en algunos casos. El pronóstico depende de la etapa del cáncer en el momento del diagnóstico; los cánceres diagnosticados en etapas más tempranas suelen tener mejores resultados.

La disofenina de tecnecio Tc 99m es un agente de diagnóstico utilizado en medicina nuclear. Es una forma radioactiva del tecnecio-99m, un isótopo del elemento tecnecio, unido a la disofenina, un fármaco que se excreta principalmente por vía biliar y se utiliza como agente de marcado en estudios hepatobiliares.

El Tc-99m emite rayos gamma de energía relativamente baja, lo que permite su detección fuera del cuerpo humano utilizando una cámara gamma o un escáner SPECT (tomografía computarizada por emisión de fotones monoenergéticos singles). Esto proporciona imágenes funcionales y anatómicas del hígado, vesícula biliar y conductos biliares, lo que ayuda en el diagnóstico de diversas afecciones hepatobiliares, como la colelitiasis (piedras en la vesícula biliar), colangitis (inflamación de los conductos biliares) y trastornos de la motilidad biliar.

La disofenina de tecnecio Tc 99m se administra por vía intravenosa, y sus radiaciones gamma permiten obtener imágenes del sistema hepatobiliar en diferentes fases después de su administración. La dosis y la duración de la exploración dependerán del protocolo específico del centro médico y de las directrices clínicas aplicables.

Como con cualquier procedimiento médico que involucre radiación, se deben evaluar los riesgos y beneficios antes de realizar el examen y se debe utilizar la dosis más baja posible de radiofármaco para obtener imágenes diagnósticas adecuadas.

La colelitiasis es una afección médica en la que se forman cálculos o piedras en la vesícula biliar. La vesícula biliar es un pequeño órgano situado bajo el hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Las piedras en la vesícula biliar pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. Algunas personas con colelitiasis no presentan síntomas y pueden desconocer que tienen piedras en la vesícula biliar hasta que se realizan pruebas de imagen por otras razones.

Sin embargo, otros pueden experimentar dolor intenso en el abdomen superior derecho o en el centro del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos. El dolor puede durar desde unos minutos hasta varias horas y a veces se irradia hacia el hombro derecho. Otras personas pueden experimentar síntomas como náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga o fiebre leve.

El tratamiento de la colelitiasis depende del tamaño y la ubicación de las piedras, así como de los síntomas experimentados por el paciente. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver las piedras o se puede recomendar una dieta baja en grasas. Sin embargo, si las piedras son grandes o causan complicaciones, como inflamación de la vesícula biliar o infección, es posible que sea necesaria una cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía).

La xantomatosis es una afección médica caracterizada por la presencia de depósitos de grasa amarillentos (xantomas) debajo de la piel, en los ojos o en otras partes del cuerpo. Estos crecimientos benignos suelen aparecer en las extremidades, especialmente en los codos, rodillas, manos y pies, así como alrededor de los ojos (xantelasma).

La xantomatosis está a menudo asociada con trastornos lipídicos hereditarios, como la hiperlipidemia familiar combinada, la hiperlipoproteinemia de tipo IIb y la enfermedad de Tangier. Estas condiciones conducen a niveles elevados de lípidos (grasas) en la sangre, lo que puede provocar la acumulación de éstos en los tejidos corporales.

Además de su aspecto distintivo, los xantomas por sí solos no suelen causar molestias ni dolor. Sin embargo, el trastorno subyacente de los lípidos en la sangre puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares graves, como ataques al corazón y accidentes cerebrovasculares. Por lo tanto, el tratamiento de la xantomatosis generalmente implica controlar los niveles de lípidos en la sangre mediante cambios en la dieta, ejercicio y, si es necesario, medicamentos hipolipemiantes.

La colecistolitiasis es una afección médica en la que se forman cálculos o piedras en la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado en el hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Las piedras en la vesícula pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. Algunas personas pueden tener una sola piedra, mientras que otras pueden tener varias. En muchos casos, las piedras en la vesícula no causan ningún síntoma y pasan desapercibidas. Sin embargo, en otros casos, las piedras pueden causar dolor abdominal intenso, especialmente después de comer alimentos grasos o picantes.

El dolor asociado con la colecistolitiasis a menudo se describe como un dolor agudo y súbito en el cuadrante superior derecho del abdomen que puede irradiarse hacia el hombro derecho o la espalda. El dolor suele ser más intenso después de comer y puede durar desde unos minutos hasta varias horas. Otras personas pueden experimentar síntomas como náuseas, vómitos, flatulencia y cambios en los hábitos intestinales.

El tratamiento de la colecistolitiasis depende del tamaño y la ubicación de las piedras, así como de la gravedad de los síntomas. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver las piedras o se puede recomendar una dieta baja en grasas para ayudar a prevenir ataques de dolor. Sin embargo, si las piedras son grandes o causan síntomas graves, la cirugía para extirpar la vesícula biliar (colecistectomía) puede ser necesaria.

Los cálculos biliares, también conocidos como piedras en la vesícula o colelitiasis, son pequeñas masas sólidas que se forman en la vesícula biliar a partir de sales y colesterol. La vesícula biliar es un órgano pequeño situado debajo del hígado que almacena y libera bilis, una sustancia líquida que ayuda a descomponer las grasas durante la digestión.

Los cálculos biliares pueden variar en tamaño, desde pequeños granos de arena hasta bolas del tamaño de una pelota de golf. La mayoría de las personas con cálculos biliares no presentan síntomas y los descubren durante exámenes médicos rutinarios o por otros problemas de salud. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar dolor intenso en el abdomen superior derecho o en la parte superior del abdomen, especialmente después de comer alimentos grasosos. El dolor puede durar desde unos minutos hasta varias horas y a veces se irradia hacia el hombro derecho.

Otros síntomas de cálculos biliares pueden incluir náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fiebre y escalofríos. En casos graves, los cálculos biliares pueden causar complicaciones como inflamación de la vesícula biliar (colecistitis), infección, pancreatitis y obstrucción del conducto biliar.

El tratamiento de los cálculos biliares depende del tamaño y la ubicación de los cálculos, así como de la gravedad de los síntomas. En algunos casos, se pueden administrar medicamentos para disolver los cálculos pequeños y blandos. Sin embargo, la mayoría de las personas con cálculos biliares requieren cirugía para extirpar la vesícula biliar y los cálculos. La cirugía más común es la colecistectomía laparoscópica, que se realiza mediante pequeñas incisiones en el abdomen.

La gangrena es una condición médica grave en la que se produce la muerte y descomposición del tejido corporal como resultado de una interrupción prolongada o severa del suministro de sangre. Esto puede ocurrir debido a varias razones, como infecciones graves, lesiones, falta de flujo sanguíneo (isquemia) o enfermedades vasculares subyacentes.

Existen diferentes tipos de gangrena, dependiendo de sus causas y características:

1. Gangrena seca: Se produce cuando el suministro de sangre al tejido se interrumpe completamente, lo que impide que llegue oxígeno y nutrientes vitales. Esto conduce a la muerte del tejido y su posterior necrosis (descomposición). La gangrena seca generalmente no es tan extensa como otros tipos de gangrena y puede presentarse sin dolor.
2. Gangrena húmeda: También conocida como gangrena infecciosa, es el resultado de una infección bacteriana que invade el tejido dañado o necrótico. Esta forma de gangrena se asocia con un fuerte olor desagradable y pus. Los gérmenes más comúnmente involucrados en la gangrena húmeda incluyen especies de bacterias anaeróbicas y aeróbicas, como el Clostridium perfringens y los estreptococos.
3. Gangrena gaseosa: Es una forma poco frecuente pero grave de gangrena húmeda causada principalmente por la bacteria Clostridium perfringens. La infección produce toxinas que dañan el tejido y causan la formación de burbujas de gas dentro del mismo, lo que le da un aspecto característico a la piel.
4. Gangrena de Fournier: Es una gangrena rápidamente progresiva que afecta los tejidos blandos de la región genital y perineal (la zona entre el ano y los órganos genitales). La gangrena de Fournier suele ser causada por infecciones polimicrobianas, incluidas bacterias anaeróbicas y aeróbicas.

El tratamiento de la gangrena depende de su tipo y gravedad. Los objetivos principales del tratamiento son eliminar el tejido necrótico, controlar la infección y prevenir complicaciones. Las opciones de tratamiento incluyen:

1. Cirugía: La extirpación quirúrgica del tejido necrótico (debridamiento) es el pilar del tratamiento de la gangrena. En algunos casos, se puede realizar una amputación para prevenir la propagación de la infección y salvar la vida del paciente.
2. Antibióticos: Se administran antibióticos de amplio espectro para tratar las infecciones bacterianas asociadas con la gangrena húmeda e infecciosa. Los antibióticos pueden administrarse por vía intravenosa o oral, según la gravedad de la infección.
3. Oxigenoterapia hiperbárica: La oxigenoterapia hiperbárica implica respirar oxígeno puro en una cámara presurizada. Esta terapia puede ayudar a mejorar el suministro de oxígeno a los tejidos y promover la curación.
4. Vaciamiento de úlceras: Si la gangrena está asociada con úlceras, se pueden realizar procedimientos para vaciarlas y ayudar a prevenir infecciones adicionales.
5. Cuidados de apoyo: Los pacientes con gangrena pueden necesitar cuidados de apoyo adicionales, como fluidos intravenosos, nutrición parenteral y manejo del dolor.
6. Tratamiento de causas subyacentes: Si la gangrena está asociada con una enfermedad subyacente, como diabetes o enfermedad vascular periférica, se debe tratar esa afección para ayudar a prevenir recurrencias.

La recuperación y el pronóstico dependen de la gravedad de la gangrena, la rapidez del tratamiento y la presencia de enfermedades subyacentes. En casos graves, la amputación puede ser necesaria para prevenir la propagación de la infección. Sin embargo, con un diagnóstico y tratamiento oportunos, muchas personas pueden recuperarse completamente de la gangrena.

La colangitis es una afección médica que se caracteriza por la inflamación de los conductos biliares, que son los pequeños tubos dentro y alrededor del hígado que transportan la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente.

La colangitis puede ocurrir como resultado de una infección, una lesión o una obstrucción en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. El tratamiento depende de la causa subyacente de la afección y puede incluir antibióticos para tratar una infección o procedimientos quirúrgicos para eliminar una obstrucción.

Existen diferentes tipos de colangitis, incluyendo:

* Colangitis aguda: se refiere a la inflamación repentina y grave de los conductos biliares. Puede ser causada por una infección o una obstrucción en los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal intenso, fiebre alta, escalofríos y confusión.
* Colangitis crónica: se refiere a la inflamación prolongada de los conductos biliares. Puede ser causada por una enfermedad subyacente como la cirrosis o la pancreatitis crónica. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, fatiga y coloración oscura de la orina o las heces.
* Colangitis esclerosante primaria: es una enfermedad rara que causa cicatrización y endurecimiento de los conductos biliares. Los síntomas pueden incluir picazón en la piel, fatiga, coloración oscura de la orina o las heces y dolor abdominal.
* Colangitis supurativa: es una complicación grave de la colangitis aguda que puede causar fiebre alta, escalofríos, confusión y shock séptico. Requiere tratamiento inmediato en un hospital.

La enfermedad aguda se refiere a un proceso de enfermedad que comienza repentinamente, evoluciona rápidamente y generalmente dura relativamente poco tiempo. Puede causar síntomas graves o molestias, pero tiende a desaparecer una vez que el cuerpo ha combatido la infección o se ha recuperado del daño tisular. La enfermedad aguda puede ser causada por una variedad de factores, como infecciones virales o bacterianas, lesiones traumáticas o reacciones alérgicas. A diferencia de las enfermedades crónicas, que pueden durar meses o años y requerir un tratamiento a largo plazo, la mayoría de las enfermedades agudas se resuelven con el tiempo y solo necesitan atención médica a corto plazo.

El conducto cístico es un término médico que se refiere a un pequeño tubo que conecta la vesícula biliar con el colédoco, que es el conducto más grande que drena la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado.

La bilis es una sustancia amarillenta y fluida producida por el hígado, que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se consumen. La vesícula biliar almacena la bilis hasta que el cuerpo la necesita para la digestión. Cuando se come, la vesícula biliar se contrae y expulsa la bilis hacia el intestino delgado a través del conducto cístico y el colédoco.

El conducto cístico es una parte importante del sistema digestivo y puede verse afectado en diversas condiciones médicas, como la colecistitis (inflamación de la vesícula biliar), los cálculos biliares y el cáncer de vesícula biliar o de conducto cístico.

La hemobilia es un término médico que se refiere a la presencia de sangre en la bilis, lo que puede resultar de diversas condiciones médicas o traumatismos. La bilis es un líquido digestivo producido por el hígado y almacenado en la vesícula biliar. Normalmente, no contiene sangre.

La hemobilia puede ocurrir cuando hay una lesión o rotura de los vasos sanguíneos cercanos a los conductos biliares, lo que resulta en la mezcla de sangre con la bilis. Las causas más comunes de hemobilia incluyen traumatismos abdominales, procedimientos quirúrgicos o endoscópicos en el tracto biliar, tumores hepáticos o pancreáticos, y trastornos de la coagulación sanguínea.

Los síntomas más comunes de hemobilia son dolor abdominal superior derecho, náuseas, vómitos con sangre (hematemesis), ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), y fiebre. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagen como ecografías, tomografías computarizadas o colangioresonancias. El tratamiento puede incluir medidas conservadoras, endoscopia o cirugía, dependiendo de la gravedad y la causa subyacente de la hemobilia.

Las enfermedades de las vías biliares se refieren a un grupo de trastornos que afectan el sistema de conductos que transportan la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para su absorción.

Estas enfermedades pueden causar inflamación, infección, obstrucción o daño a los conductos biliares y al tejido circundante. Algunas de las enfermedades de las vías biliares más comunes incluyen:

1. Colecistitis: Inflamación de la vesícula biliar, un órgano pequeño situado debajo del hígado que almacena y concentra la bilis. La colecistitis puede ser aguda o crónica y suele estar asociada a la presencia de cálculos biliares.

2. Coledocolitiasis: Presencia de cálculos en el conducto colédoco, el principal conducto que transporta la bilis desde el hígado y el páncreas hasta el intestino delgado. Los cálculos pueden causar obstrucción y provocar dolor abdominal intenso, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e infección.

3. Colangitis: Inflamación del conducto colédoco y los conductos biliares más pequeños que drenan la bilis desde el hígado. La colangitis puede ser causada por una infección, un cálculo o una obstrucción en los conductos biliares.

4. Cirrosis biliar primaria: Trastorno crónico y progresivo que daña los conductos biliares más pequeños en el hígado, lo que lleva a la acumulación de bilis en el hígado y la destrucción del tejido hepático. La cirrosis biliar primaria puede causar ictericia, fatiga, dolor abdominal y, finalmente, insuficiencia hepática.

5. Colangiocarcinoma: Cáncer que se desarrolla en el conducto colédoco o en los conductos biliares más pequeños. El colangiocarcinoma es una enfermedad rara pero agresiva que puede ser difícil de diagnosticar y tratar.

El tratamiento de las enfermedades del conducto biliar depende de la causa subyacente y puede incluir cirugía, terapia con medicamentos o procedimientos endoscópicos. En algunos casos, el trasplante de hígado puede ser una opción de tratamiento para las enfermedades avanzadas y graves del conducto biliar.

Tecnecio Tc 99m Lidofenina es un agente de diagnóstico utilizado en medicina nuclear. Se trata de una forma radioactiva de lidofenina, un fármaco que relaja los músculos lisos del tracto urinario. Cuando se inyecta en el cuerpo, el tecnecio Tc 99m Lidofenina se acumula en las células de los riñones y la vejiga, lo que permite a los médicos obtener imágenes detalladas del tracto urinario mediante escanografía. Estas imágenes pueden ayudar a diagnosticar y monitorizar una variedad de trastornos renales y del tracto urinario, como infecciones, tumores y obstrucciones. Debido a que el tecnecio Tc 99m es radioactivo, se descompone naturalmente en el cuerpo y se elimina a través de la orina y las heces.

La "conversión a cirugía abierta" es un término utilizado en medicina y cirugía que se refiere a la situación en la que una cirugía planificada inicialmente como laparoscópica o mínimamente invasiva, debe ser cambiada y convertida en una cirugía abierta más extensa durante el procedimiento.

Esto puede suceder por diversas razones, como la dificultad técnica para llevar a cabo la cirugía laparoscópica, la presencia de adherencias o tejido cicatricial que impidan una visión clara y un manejo seguro de los instrumentos quirúrgicos, la identificación de lesiones intraoperatorias que requieran reparación inmediata o la imposibilidad de completar el procedimiento planificado mediante técnicas mínimamente invasivas.

La conversión a cirugía abierta puede aumentar los riesgos y complicaciones asociadas con el procedimiento quirúrgico, como el sangrado, las infecciones y la formación de hernias, entre otros. Por lo tanto, es importante que la decisión de convertir una cirugía laparoscópica en una cirugía abierta sea tomada por un equipo quirúrgico experimentado y consciente de los riesgos y beneficios asociados con cada opción terapéutica.

La pancreatocolangiografía por resonancia magnética (MRCP, por sus siglas en inglés) es una técnica no invasiva de imagenología médica que utiliza ondas de radio y campos magnéticos para producir detalladas imágenes tridimensionales de los conductos pancreáticos y biliares. Esta prueba diagnóstica se realiza como una variante especial de la resonancia magnética abdominal y permite a los médicos evaluar condiciones que afectan al hígado, vesícula biliar, páncreas y vías biliares, como cálculos biliares, inflamación, infección o tumores. A diferencia de otras técnicas de imagenología, como la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) o la colangiografía percutánea transhepática (PTC), la MRCP no requiere la inserción de catéteres ni el uso de radiocontraste. Por lo tanto, es una opción menos invasiva y potencialmente más segura para los pacientes. Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario complementar la MRCP con procedimientos invasivos para obtener muestras de tejido o realizar intervenciones terapéuticas.

La discinesia biliar es un término médico que se utiliza para describir una afección en la cual el sistema de vías biliares, que transporta la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado, no funciona correctamente. La bilis es un líquido digestivo importante que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos.

En la discinesia biliar, el músculo esfínter de Oddi, una estructura muscular al final del conducto colédoco (el conducto que transporta la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hasta el intestino delgado), no se relaja apropiadamente para permitir que la bilis fluya hacia el intestino delgado. Esto puede provocar síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea después de comer.

La discinesia biliar se diagnostica a menudo mediante pruebas de función hepática y biliares, así como por medio de una prueba llamada manometría del esfínter de Oddi, que mide la presión en el músculo esfínter de Oddi. El tratamiento puede incluir medicamentos para relajar el músculo esfínter de Oddi y aliviar los síntomas, así como cambios en la dieta y estilo de vida. En casos graves o persistentes, se puede considerar la cirugía para dividir o eliminar el músculo esfínter de Oddi.

La coledocolitiasis es una afección médica en la que se encuentran cálculos o piedras en el colédoco, el conducto que conecta la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado (duodeno). Estas piedras pueden variar en tamaño y estar compuestas de sales de calcio, colesterol o bilis.

La presencia de estos cálculos puede obstruir parcial o completamente el flujo de bilis desde la vesícula biliar y el hígado hacia el intestino delgado, lo que puede provocar diversos síntomas como dolor abdominal intenso en la parte superior derecha (colecistitis), ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), náuseas, vómitos y fiebre.

El diagnóstico de coledocolitiasis generalmente se realiza mediante estudios de imagenología, como ecografías abdominales, tomografías computarizadas o colangioresonografías endoscópicas (ERCP). El tratamiento puede incluir procedimientos quirúrgicos para extraer las piedras y aliviar la obstrucción, como la colecistectomía laparoscópica o la ERCP con extracción de cálculos. En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos o litotricia extracorpórea por ondas de choque (ESWL) para disolver o fragmentar las piedras más pequeñas.

Un granuloma es una acumulación específica de células inflamatorias, principalmente macrófagos, en un proceso de reacción inflamatoria crónica. Estas células se agrupan juntas para aislar y neutralizar materiales extraños o sustancias nocivas que no pueden ser eliminadas fácilmente por los mecanismos normales del sistema inmunológico. Los granulomas suelen ocurrir en respuesta a bacterias persistentes, como la tuberculosis y la lepra, aunque también pueden formarse en respuesta a otros estímulos, como partículas extrañas, sustancias químicas tóxicas o incluso enfermedades autoinmunes. La apariencia histopatológica de un granuloma típicamente incluye una capa de macrófagos activados llamados células epitelioides rodeadas por linfocitos y células plasmáticas. En ocasiones, los granulomas pueden evolucionar hacia cicatrización y fibrosis.

Los compuestos de organotecnecio son aquellos que contienen un enlace covalente entre carbono y tecnecio. Estos compuestos han sido menos estudiados que otros compuestos organometálicos debido a la dificultad para su síntesis y manipulación, ya que el tecnecio es un elemento de vida media corta y radioactivo.

Se han sintetizado algunos compuestos de organotecnecio estables, como los complejos de ciclopentadienilo de tecnecio, que se utilizan en investigación médica como agentes de imagenología médica. Estos compuestos contienen un ion de tecnecio unido a un ligando organometálico, lo que permite su uso en estudios de resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones.

A pesar de las limitaciones en su síntesis y manipulación, los compuestos de organotecnecio siguen siendo un área activa de investigación en química inorgánica y medicina nuclear, con el potencial de desarrollar nuevos agentes terapéuticos y de diagnóstico.

La colangiografía es una prueba de diagnóstico por imágenes que se utiliza para visualizar el sistema biliar, que incluye los conductos biliares dentro y fuera del hígado (los conductos hepáticos intrahepáticos y extrahepáticos). Existen diferentes tipos de colangiografía, pero en general, implican la inyección de un medio de contraste en los conductos biliares para que puedan ser vistos y evaluados en una radiografía o tomografía computarizada.

Esta prueba puede ayudar a diagnosticar diversas condiciones que afectan al sistema biliar, como cálculos biliares, inflamación, infección, tumores o anomalías congénitas. La colangiografía retrógrada endoscópica (ERCP, por sus siglas en inglés) es un tipo común de colangiografía que se realiza durante una endoscopia. Durante este procedimiento, el médico inserta un endoscopio a través de la boca y el estómago hasta llegar al conducto biliar común, donde inyecta el medio de contraste y toma imágenes del sistema biliar.

La fístula biliar es un término médico que se refiere a una comunicación anormal entre la vesícula biliar y alguna otra estructura adyacente, como el intestino delgado o el hígado. Normalmente, la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, se almacena en la vesícula biliar y se libera en el intestino delgado a través del conducto biliar común para ayudar en la digestión de las grasas.

Sin embargo, cuando ocurre una fístula biliar, la bilis puede fluir hacia estructuras adyacentes fuera de su trayecto normal, lo que puede causar diversos síntomas y complicaciones, dependiendo de la ubicación y el tamaño de la fístula.

La causa más común de una fístula biliar es la cirugía abdominal, especialmente aquella que involucra la vesícula biliar o los conductos biliares. Otras posibles causas incluyen traumatismos abdominales graves, infecciones, inflamación crónica de la vesícula biliar (colecistitis) y cáncer en la región del hígado o el páncreas.

Los síntomas más comunes de una fístula biliar incluyen dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos) e hinchazón abdominal. El diagnóstico puede requerir pruebas de imagenología especializadas, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética nuclear, así como procedimientos invasivos, como una endoscopia o una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).

El tratamiento de una fístula biliar depende de su causa y gravedad. En algunos casos, puede cerrarse por sí sola sin necesidad de intervención médica. Sin embargo, en otros casos, puede requerir cirugía o procedimientos invasivos para corregirla. El pronóstico también varía según la causa y el tratamiento, pero generalmente es bueno si se detecta y trata a tiempo.

El vaciamiento vesicular, en términos médicos, se refiere al proceso por el cual la vesícula biliar evacua la bilis al interior del intestino delgado. Esto ocurre generalmente en respuesta a la estimulación hormonal después de consumir alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas. La contracción de la vesícula biliar fuerza la bilis, una sustancia amarillenta y fluida producida en el hígado, a ser liberada a través del conducto colédoco y hacia el duodeno, donde ayuda en la digestión de las grasas. La ausencia o alteración de este proceso puede llevar a problemas digestivos y acondiciones relacionadas con la vesícula biliar, como colelitiasis o colecistitis.

En el contexto médico, el término "drenaje" se refiere al proceso de eliminar líquidos o materiales extraños acumulados en un cuerpo humano, como ser pus, sangre, fluido seroso o linfa, de una cavidad, órgano o tejido dañado o infectado. Esto se realiza generalmente mediante la colocación de un catéter o tubo de drenaje para facilitar la salida del líquido no deseado y promover la curación.

El objetivo principal del drenaje es prevenir la acumulación de líquidos, que de otro modo podrían causar inflamación, infección o daño adicional a los tejidos circundantes. Además, el análisis del líquido drenado puede proporcionar información valiosa sobre la naturaleza y el grado de la lesión o enfermedad subyacente, guiando así el plan de tratamiento apropiado.

Existen diferentes tipos de procedimientos de drenaje, como el drenaje quirúrgico, que implica la incisión quirúrgica para eliminar los líquidos acumulados; drenaje percutáneo, que involucra la inserción de agujas finas o catéteres para drenar líquidos de cavidades corporales; y drenaje de fistula, donde se crea una conexión artificial entre un órgano o tejido hueco y la superficie de la piel para permitir que el líquido drene espontáneamente.

La pancreatocolangiografía retrógrada endoscópica (ERCP, por sus siglas en inglés) es un procedimiento médico combinado que incluye la endoscopia y la fluoroscopia. Se utiliza principalmente para diagnosticar y tratar condiciones relacionadas con el tracto biliar y pancreático.

Durante el procedimiento, se inserta un endoscopio flexible a través de la boca y se avanza hasta llegar al duodeno, que es la primera parte del intestino delgado. Luego, se introduce un catéter a través del endoscopio hasta alcanzar el conducto biliar o pancreático. A continuación, se inyecta un contraste de rayos X para permitir la visualización de estos conductos en la fluoroscopia.

La ERCP puede utilizarse para diagnosticar diversas afecciones, como cálculos biliares, inflamación del páncreas, tumores o estrechamiento de los conductos biliares o pancreáticos. Además, también se pueden realizar procedimientos terapéuticos durante la ERCP, como la extracción de cálculos biliares, el drenaje de líquidos infectados o la colocación de stents para mantener abiertos los conductos obstruidos.

Sin embargo, es importante señalar que la ERCP es un procedimiento invasivo y conlleva ciertos riesgos, como pancreatitis, infección, sangrado o perforación intestinal. Por lo tanto, generalmente se recomienda solo en situaciones en las que los beneficios potenciales del diagnóstico o el tratamiento superan los posibles riesgos.

Los estudios retrospectivos, también conocidos como estudios de cohortes retrospectivas o estudios de casos y controles, son un tipo de investigación médica o epidemiológica en la que se examina y analiza información previamente recopilada para investigar una hipótesis específica. En estos estudios, los investigadores revisan registros médicos, historiales clínicos, datos de laboratorio o cualquier otra fuente de información disponible para identificar y comparar grupos de pacientes que han experimentado un resultado de salud particular (cohorte de casos) con aquellos que no lo han hecho (cohorte de controles).

La diferencia entre los dos grupos se analiza en relación con diversas variables de exposición o factores de riesgo previamente identificados, con el objetivo de determinar si existe una asociación estadísticamente significativa entre esos factores y el resultado de salud en estudio. Los estudios retrospectivos pueden ser útiles para investigar eventos raros o poco frecuentes, evaluar la efectividad de intervenciones terapéuticas o preventivas y analizar tendencias temporales en la prevalencia y distribución de enfermedades.

Sin embargo, los estudios retrospectivos también presentan limitaciones inherentes, como la posibilidad de sesgos de selección, información y recuerdo, así como la dificultad para establecer causalidad debido a la naturaleza observacional de este tipo de investigación. Por lo tanto, los resultados de estudios retrospectivos suelen requerir validación adicional mediante estudios prospectivos adicionales antes de que se puedan extraer conclusiones firmes y definitivas sobre las relaciones causales entre los factores de riesgo y los resultados de salud en estudio.

El cólico es un tipo de dolor abdominal intenso y recurrente que a menudo se asocia con espasmos musculares en el tracto gastrointestinal. Se caracteriza por ser intermitente, agudo y generalmente dura menos de 3 horas. En bebés recién nacidos, el término "cólico del lactante" se utiliza para describir episodios prolongados e inexplicables de llanto e irritabilidad, especialmente durante las primeras semanas de vida.

En niños y adultos, los cólicos pueden ser un síntoma de diversas afecciones médicas, como enfermedad inflamatoria intestinal, obstrucción intestinal o infecciones gastrointestinales. También pueden estar relacionados con la ingesta de ciertos alimentos, bebidas o medicamentos que causan irritación o sensibilidad en el tracto digestivo.

El tratamiento del cólico depende de su causa subyacente. Puede incluir medidas de alivio sintomático, como calor local, masajes abdominales suaves y cambios en la dieta, así como medicamentos para aliviar el dolor y reducir los espasmos musculares. En casos graves o persistentes, se pueden requerir exámenes adicionales e intervenciones más especializadas.

La rotura espontánea, también conocida como ruptura espontánea de tendón o ligamento, se refiere a la condición médica en la cual un tendón o ligamento se rompe sin una lesión traumática previa. Esto puede ocurrir cuando el tejido se ha debilitado significativamente, ya sea por enfermedad, edad avanzada, uso excesivo o deficiencia nutricional. Los tendones más comúnmente afectados son los de la pantorrilla (tendón de Aquiles) y el manguito rotador del hombro. La rotura espontánea es una condición grave que puede causar dolor intenso, inflamación, moretones y dificultad para mover la articulación afectada. El tratamiento generalmente requiere de reposo, inmovilización, fisioterapia y en algunos casos, cirugía.

El término médico 'Dolor Abdominal' se refiere a una sensación desagradable o molesta en la cavidad abdominal. Puede variar en intensidad, desde un leve malestar hasta un dolor agudo y severo. El dolor abdominal puede ser crónico, persistiendo durante tres meses o más, o agudo, apareciendo repentinamente y durando solo unos momentos.

Este síntoma es común y generalmente no indica una afección grave, aunque en algunos casos puede ser un signo de problemas graves que requieren atención médica inmediata, como apendicitis, úlceras perforadas, obstrucción intestinal o enfermedades peligrosas como la pancreatitis aguda.

El dolor abdominal puede ser localizado, lo que significa que se siente en un área específica del abdomen, o difuso, extendiéndose a varias áreas. También puede ir acompañado de otros síntomas como náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, hinchazón, flatulencia o fiebre.

La evaluación del dolor abdominal incluye un examen físico y, en muchos casos, estudios de imágenes o análisis de sangre para determinar la causa subyacente. El tratamiento dependerá de la causa específica del dolor.

El conducto colédoco es un término médico que se refiere al tubo que transporta la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es una sustancia producida por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos que se ingieren.

El conducto colédoco se forma por la unión de dos conductos más pequeños: el conducto hepático común, que drena la bilis producida por el hígado, y el conducto cístico, que drena la bilis almacenada en la vesícula biliar. Después de la unión, el conducto colédoco se une con el conducto pancreático, que drena las enzimas digestivas producidas por el páncreas, antes de desembocar en el duodeno, la primera parte del intestino delgado.

La anormalidad o enfermedad del conducto colédoco puede causar problemas de salud graves, como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. Algunas de las afecciones que pueden afectar al conducto colédoco incluyen cálculos biliares, inflamación del páncreas (pancreatitis), infección y cáncer.

Un absceso hepático es una acumulación de pus en el hígado, generalmente como resultado de una infección. Puede ser causado por bacterias, parásitos o incluso por la propagación de una infección desde otra parte del cuerpo. Los síntomas pueden incluir dolor abdominal, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. El diagnóstico generalmente se realiza mediante análisis de sangre, ecografías o tomografías computarizadas. El tratamiento suele implicar antibióticos para combatir la infección y posiblemente drenaje quirúrgico del absceso. Es importante buscar atención médica si se sospecha un absceso hepático, ya que puede causar complicaciones graves si no se trata adecuadamente.

La endoscopia del sistema digestivo es un procedimiento diagnóstico y terapéutico que involucra el uso de un endoscopio, un tubo flexible iluminado con una cámara en su extremo. Este instrumento se inserta a través de la boca o el recto para permitir al médico visualizar directamente el interior del tracto gastrointestinal (esófago, estómago e intestino delgado) o el tracto digestivo inferior (colon e intestino grueso).

El propósito de esta técnica puede ser tanto diagnóstico como terapéutico. Desde un punto de vista diagnóstico, permite identificar condiciones como úlceras, inflamaciones, tumores, hemorragias, infecciones o malformaciones congénitas. Además, se pueden tomar biopsias (muestras de tejido) durante el procedimiento para su análisis posterior.

En cuanto a la faceta terapéutica, la endoscopia puede utilizarse para realizar intervenciones mínimamente invasivas, como el tratamiento de hemorragias digestivas, la eliminación de pólipos (crecimientos benignos) o la colocación de stents (dispositivos metálicos que mantienen abiertas las vías obstruidas).

Es importante mencionar que antes del procedimiento se suele administrar sedación consciente al paciente para garantizar su comodidad y facilitar la relajación muscular necesaria para el paso del endoscopio.

Un coristoma es un tumor benigno que consiste en tejido glandular normal encapsulado dentro de una lesión. Este tejido glandular se origina en el mismo lugar donde se desarrolla el tumor y continúa funcionando normalmente, a diferencia del hamartoma, que es un crecimiento benigno compuesto por un desorden mixto de células y tejidos que son normales para la región, pero crecen en cantidades excesivas.

El término "coristoma" se utiliza a veces como sinónimo de "hamartoma", aunque generalmente se reserva para aquellos casos en los que el tejido glandular es claramente funcional y encapsulado. Los coristomas son raros y pueden ocurrir en varias partes del cuerpo, incluyendo el pulmón, el hígado y el cerebro.

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