Codeína
Antitusígenos
Hidrocodona
Detección de Abuso de Sustancias
Narcóticos
Morfina
Cromatografía de Gases y Espectrometría de Masas
Nalorfina
Papaver
Analgésicos Opioides
Hidromorfona
Opio
Debrisoquina
Dextropropoxifeno
Citocromo P-450 CYP2D6
Etilmorfina
Oximorfona
Tos
Difenoxilato
Dextrometorfano
La codeína es un fármaco opioide utilizado para tratar el dolor moderado a severo y como antitusígeno (supresor de la tos). Es un derivado natural de la morfina, un alcaloide que se encuentra en el opio de la adormidera (Papaver somniferum).
La codeína funciona uniéndose a los receptores opioides en el cerebro y la médula espinal, lo que lleva a una disminución de la percepción del dolor y una respuesta reducida al dolor. También puede suprimir la tos al actuar sobre el centro de la tos en el bulbo raquídeo.
La codeína se administra por vía oral y generalmente comienza a funcionar dentro de los 30 a 60 minutos después de la ingesta. Los efectos secundarios pueden incluir somnolencia, mareos, estreñimiento, náuseas, vómitos y sudoración. La codeína tiene un potencial de abuso y se clasifica como una sustancia controlada en muchos países. El uso prolongado o inadecuado puede conducir a la tolerancia, la dependencia y el síndrome de abstinencia.
Debido a las preocupaciones sobre los efectos secundarios y el potencial de abuso, el uso de codeína en niños se restringe en algunos países. Además, el uso de codeína en combinación con otros medicamentos que inhiben el citocromo P450 isoenzima CYP2D6 puede aumentar los niveles séricos de codeína y provocar efectos adversos graves, como la depresión respiratoria.
Los antitusígenos son un grupo de medicamentos que se utilizan para suprimir la tos. La tos es una respuesta refleja natural del cuerpo a la irritación de las vías respiratorias, y puede ser útil para eliminar secreciones o partículas extrañas de los pulmones. Sin embargo, en algunos casos, la tos puede ser persistente, dolorosa o incluso incapacitante, lo que lleva a la necesidad de suprimirla con medicamentos.
Existen varios tipos de antitusígenos disponibles en el mercado, cada uno con diferentes mecanismos de acción. Algunos de los más comunes incluyen:
1. Opioides: Los opioides son derivados de la adormidera y se unen a receptores específicos en el cerebro y la médula espinal para suprimir la tos. La codeína es uno de los opioides más comúnmente utilizados como antitusígeno.
2. Antihistamínicos: Los antihistamínicos bloquean la acción de la histamina, una sustancia química que se libera en el cuerpo durante una reacción alérgica y puede desencadenar la tos. La difenhidramina es un ejemplo de antihistamínico utilizado como antitusígeno.
3. Bloqueadores de los canales del calcio: Los bloqueadores de los canales del calcio reducen la excitabilidad de las células nerviosas y musculares, lo que puede ayudar a suprimir la tos. La nifedipina es un ejemplo de bloqueador de los canales del calcio utilizado como antitusígeno.
4. Supresores de la tos centrales: Los supresores de la tos centrales actúan directamente en el centro de la tos en el cerebro para suprimirla. La dextrometorfano es un ejemplo de supresor de la tos central utilizado como antitusígeno.
Es importante tener en cuenta que los antitusígenos no siempre son necesarios y pueden tener efectos secundarios graves, especialmente en niños pequeños. Antes de utilizar un antitusígeno, es recomendable consultar con un médico o farmacéutico para determinar si es adecuado en cada caso particular.
Los derivados de la morfina son compuestos químicos que se crean a partir de la modificación estructural de la morfina, un alcaloide opioide natural que se encuentra en el opio, el jugo lechoso extraído del fruto maduro del adormidera poppy (Papaver somniferum). Estos derivados se diseñan y desarrollan con el objetivo de mejorar ciertas propiedades farmacológicas de la morfina original, como su potencia, duración de acción, absorción, distribución o eliminación. Algunos ejemplos bien conocidos de derivados de la morfina incluyen a la hidromorfona, oxicodona, y la heroína (diamorfina). Estos compuestos actúan como agonistas puros de los receptores opioides μ (mu) en el sistema nervioso central, desencadenando efectos analgésicos potentes, además de otros efectos secundarios indeseables como sedación, náuseas, estreñimiento, y depresión respiratoria. Debido a su alta potencia y potencial de abuso, los derivados de la morfina se clasifican generalmente como medicamentos controlados y su uso está restringido a indicaciones médicas específicas y bajo estricta supervisión médica.
La hidrocodona es un opioide semisintético derivado de la codeína, que se utiliza principalmente como analgésico para tratar el dolor moderado a severo. Es un agonista de los receptores mu (μ) de opioides en el sistema nervioso central y produce efectos analgésicos, sedantes y eufóricos.
La hidrocodona se comercializa generalmente en combinación con otros fármacos, como acetaminofén (paracetamol) o ibuprofeno, para aumentar su efecto analgésico y disminuir la dosis necesaria. Algunos de los nombres comerciales más comunes de hidrocodona incluyen Vicodin, Lortab y Norco.
Como opioide, la hidrocodona tiene un alto potencial de adicción y abuso, y su uso crónico puede conducir a tolerancia, dependencia física y síndrome de abstinencia al dejar de tomarlo. Además, el uso prolongado o inadecuado de hidrocodona puede aumentar el riesgo de efectos secundarios graves, como depresión respiratoria, somnolencia excesiva, estreñimiento y trastornos gastrointestinales.
Por lo tanto, la hidrocodona debe utilizarse solo bajo la supervisión cuidadosa de un profesional médico y con precaución en pacientes con antecedentes de trastornos respiratorios, trastornos gastrointestinales, trastornos del sistema nervioso central o historial de abuso de sustancias.
La detección de abuso de sustancias, en el contexto médico, se refiere al proceso de identificar el uso actual o histórico de drogas ilícitas, medicamentos recetados o alcohol en individuos. Esto generalmente se realiza mediante pruebas de detección, como análisis de orina, sangre, saliva o cabello. La detección puede ser parte de un examen médico regular, especialmente en situaciones donde el abuso de sustancias podría contribuir a problemas de salud, o puede ser solicitada por empleadores, tribunales u otras instituciones.
Los análisis de detección de abuso de sustancias pueden detectar la presencia de una sustancia específica o una variedad de drogas. Los resultados positivos generalmente indican que una persona ha utilizado una sustancia dentro de un período de tiempo específico, dependiendo del tipo de prueba y la sustancia involucrada. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los falsos positivos pueden ocurrir, por lo que se requieren métodos adicionales de confirmación para garantizar la precisión de los resultados.
Además de las pruebas fisiológicas, la detección de abuso de sustancias también puede implicar entrevistas clínicas y cuestionarios estándar para evaluar el comportamiento y los patrones de uso de sustancias. Estos métodos pueden ayudar a proporcionar un contexto más amplio para comprender los resultados de las pruebas y brindar información sobre la gravedad del problema y las necesidades de tratamiento.
Los narcóticos, en términos médicos, se definen como un tipo de analgésico muy potente que se utiliza generalmente para tratar dolor intenso, crónico o postoperatorio. Derivan de opiáceos naturales, semisintéticos o sintéticos y actúan uniendo los receptores específicos en el sistema nervioso central, provocando efectos sedantes, hipnóticos y analgésicos.
Ejemplos comunes de narcóticos incluyen la morfina, la codeína, la oxicodona y la hidrocodona. Estas drogas pueden ser muy eficaces para aliviar el dolor, pero también conllevan un riesgo significativo de adicción, tolerancia y dependencia física. Por lo tanto, su uso está estrictamente regulado y supervisado por profesionales médicos capacitados.
Aunque en el lenguaje coloquial a menudo se utiliza el término "narcótico" para referirse a cualquier droga ilegal o adictiva, en realidad, en la terminología médica, los narcóticos son una clase específica de fármacos con propiedades particulares y usos terapéuticos aprobados.
La morfina es un opioide potente, derivado del opio poppy (Papaver somniferum), que se utiliza principalmente para aliviar el dolor intenso y agudo. Es un agonista completo de los receptores mu (µ) opioides en el sistema nervioso central y produce efectos analgésicos, sedantes y respiratorios depresores.
Se administra por vía oral, sublingual, intravenosa, intramuscular o epidural, dependiendo de la gravedad del dolor y la preferencia clínica. Los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, vómitos, estreñimiento, sedación, sudoración y miosis (midriasis en dosis altas).
Debido a su potencial de abuso y adicción, la morfina está clasificada como una droga controlada de la Lista II en los Estados Unidos y se requiere una receta médica para obtenerla. Se utiliza con precaución en pacientes con antecedentes de trastornos respiratorios, hepáticos o renales, y en aquellos que toman inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO).
La morfina se metaboliza principalmente en el hígado y se excreta a través de los riñones. El metabolismo produce varios metabolitos activos, como la morfin-6-glucurónido y la morfin-3-glucurónido, que también contribuyen a sus efectos farmacológicos. La duración de acción de la morfina es generalmente de 2 a 4 horas después de una dosis única, pero puede prolongarse en pacientes con insuficiencia hepática o renal grave.
La cromatografía de gases (CG) y la espectrometría de masas (EM) son técnicas analíticas utilizadas en el campo de la medicina y la investigación científica para identificar y cuantificar sustancias químicas.
La cromatografía de gases es una técnica que separa mezclas complejas de compuestos volátiles o termoestables en función de sus diferencias de partición entre una fase móvil (generalmente un gas) y una fase estacionaria (un sólido o un líquido). La muestra se inyecta en la columna cromatográfica, donde el gas lleva las moléculas a través de la fase estacionaria. Las diferencias en las interacciones entre las moléculas y la fase estacionaria hacen que algunas moléculas se muevan más rápido que otras, lo que resulta en una separación de los componentes de la muestra.
La espectrometría de masas es una técnica que identifica y cuantifica sustancias químicas mediante la medida de las relaciones masa-carga de las moléculas ionizadas. La muestra se introduce en el espectrómetro de masas, donde se ioniza y fragmenta en moléculas más pequeñas. Las moléculas fragmentadas se aceleran y pasan a través de un campo electromagnético, lo que hace que las moléculas con diferentes relaciones masa-carga se desvíen en diferentes grados. La detección y medición de estos desvíos permite la identificación y cuantificación de los componentes de la muestra.
Cuando se combinan, la cromatografía de gases y la espectrometría de masas proporcionan una técnica analítica potente y sensible que puede detectar y medir cantidades muy pequeñas de sustancias químicas en una muestra. Esta técnica se utiliza a menudo en análisis forenses, medicina legal, control de drogas y estudios ambientales.
La nalorfina es un opioide antagonista parcial que se utiliza en algunos casos para revertir los efectos de las sobredosis con opiáceos. Es un fármaco que compite con otros opiáceos por los receptores cerebrales, pero no produce los mismos efectos eufóricos o analgésicos. En cambio, la nalorfina bloquea los efectos de los opiáceos y puede incluso revertir los síntomas de una sobredosis, como la depresión respiratoria.
Es importante mencionar que la nalorfina no es un antídoto específico para todas las sobredosis de opiáceos, sino que su uso está indicado en situaciones específicas y bajo la supervisión de profesionales médicos capacitados. Además, como cualquier fármaco, tiene efectos secundarios y riesgos asociados, por lo que debe utilizarse con precaución y solo cuando sea absolutamente necesario.
"Papaver" es el nombre científico de un género de plantas que incluye alrededor de 70-100 especies, entre las cuales se encuentra la amapola o papaver somniferum, famosa por ser la fuente natural del opio y sus derivados como la morfina, codeína y heroína.
Las semillas de algunas especies de Papaver son comestibles y utilizadas en gastronomía, pero es importante tener en cuenta que las partes aéreas de la planta, especialmente las cápsulas de semillas y látex, contienen alcaloides potencialmente tóxicos y adictivos. Por lo tanto, se requiere precaución en su manejo y consumo.
En un contexto médico, el término "Papaver" puede referirse específicamente a los fármacos derivados de la planta, como la morfina o codeína, que se utilizan comúnmente en el tratamiento del dolor agudo y crónico. Estos medicamentos actúan sobre los receptores opioides en el sistema nervioso central para producir analgesia, sedación y otros efectos farmacológicos. Sin embargo, su uso puede estar asociado con efectos secundarios significativos, como náuseas, estreñimiento, somnolencia y dependencia física.
La "remoción de radical alquilo" es un término utilizado en el campo de la farmacología y la bioquímica, especialmente en relación con los mecanismos de acción de ciertos fármacos y compuestos químicos. Se refiere a una reacción química específica en la que un radical alquilo (un átomo de carbono con uno o más átomos de hidrógeno unidos a él) es eliminado de una molécula.
Este proceso puede ocurrir como resultado de la exposición a ciertos agentes químicos, incluyendo algunos fármacos y compuestos utilizados en quimioterapia para el tratamiento del cáncer. La remoción de radical alquilo puede desactivar o alterar la función de moléculas importantes dentro de las células cancerosas, lo que puede ayudar a detener su crecimiento y propagación.
Sin embargo, es importante señalar que este proceso también puede tener efectos no deseados en células sanas, lo que puede conducir a efectos secundarios adversos. Por lo tanto, la remoción de radical alquilo es una herramienta terapéutica poderosa, pero debe ser utilizada con cuidado y precaución.
Los analgésicos opioides son un tipo de medicamento utilizado para aliviar el dolor intenso o moderado. Se derivan de la recolección de opio, una sustancia natural que se encuentra en el jugo lechoso del tallo y las cápsulas inmaduras de amapola blanca (Papaver somniferum). Algunos ejemplos comunes de analgésicos opioides incluyen la morfina, la codeína, la oxicodona y la hidrocodona.
Estos medicamentos funcionan uniéndose a los receptores específicos en el cerebro, la médula espinal y otros tejidos del cuerpo, lo que ayuda a reducir el sentido de dolor al interferir con las señales de dolor que se envían al cerebro. Además de sus efectos analgésicos, los opioides también pueden producir efectos secundarios como somnolencia, náuseas, estreñimiento, y en dosis altas, pueden disminuir la frecuencia respiratoria y causar sedación.
Debido a su potencial de adicción y abuso, los opioides se clasifican como sustancias controladas y solo están disponibles con receta médica. Su uso a largo plazo puede conducir al desarrollo de tolerancia y dependencia física, lo que significa que se necesitará una dosis más alta para lograr el mismo efecto y que pueden experimentar síntomas de abstinencia si se interrumpe bruscamente el tratamiento.
Es importante usarlos solo bajo la supervisión cuidadosa de un profesional médico capacitado, siguiendo las instrucciones de dosificación cuidadosamente y evitando compartirlos con otras personas.
La hidromorfona es un opioide potente utilizado principalmente para tratar el dolor moderado a severo. Es un derivado semisintético de la morfina y tiene propiedades similares, pero es aproximadamente de 5 a 8 veces más potente que la morfina.
Se utiliza generalmente en forma de hidromorfona hidrocloruro, que es una sal water-soluble de la hidromorfona. Se administra por vía oral, intravenosa, subcutánea o rectal.
La hidromorfona actúa uniéndose a los receptores opioides en el cerebro y la médula espinal, lo que reduce el sentido de dolor. Sin embargo, como otros opioides, también puede causar efectos secundarios como somnolencia, náuseas, estreñimiento e incluso dependencia y adicción. Por lo tanto, su uso está restringido generalmente a aquellos pacientes que tienen dolor crónico severo y no han respondido a otros tratamientos menos potentes.
Los opiáceos son un tipo de drogas que se derivan naturalmente de los jugos lechosos del opio, que a su vez se extrae del fruto maduro del adormidera (Papaver somniferum). La morfina y la codeína son dos ejemplos importantes de opiáceos. Estas sustancias se unen a los receptores de opioides en el cerebro y otros órganos para dar como resultado efectos analgésicos, sedantes y eufóricos. Los opiáceos también pueden causar depresión respiratoria, náuseas, estreñimiento, tolerancia y adicción. La heroína es un opiáceo ilegalmente fabricado que se inhala, fuma o inyecta para sus efectos intoxicantes. (Fuente: Institutos Nacionales de Salud de EE. UU.)
Nota: A veces, el término "opiáceo" se usa indistintamente con "opioide", pero los opioides pueden incluir tanto sustancias naturales como sintéticas que se unen a los receptores de opioides en el cuerpo.
DebrisoquinA (de-bris' oh kwin) es un fármaco antihipertensivo que pertenece a la clase química de las fenotiazinas. Se utilizó en el pasado para tratar la hipertensión, pero actualmente se utiliza principalmente en investigaciones farmacológicas y toxicológicas.
La debrisoquina actúa bloqueando los receptores adrenérgicos alfa-1, lo que provoca una relajación del músculo liso y, por lo tanto, una disminución de la resistencia vascular periférica y la presión arterial.
Debido a su capacidad para inhibir el citocromo P450 CYP2D6, un importante sistema enzimático hepático involucrado en el metabolismo de muchos fármacos, la debrisoquina se utiliza a menudo como sonda fenotípica para evaluar la actividad del citocromo P450 CYP2D6 en los pacientes. Los individuos con una deficiencia genética en el citocromo P450 CYP2D6 se consideran metabolizadores lentos y pueden experimentar efectos adversos más pronunciados cuando se exponen a fármacos que dependen de este sistema enzimático para su metabolismo.
Los efectos secundarios comunes asociados con la debrisoquina incluyen sequedad de boca, estreñimiento, mareos, somnolencia y visión borrosa. Los efectos adversos más graves pueden incluir arritmias cardíacas, convulsiones y reacciones alérgicas.
El dextropropoxifeno es un opioide semi-sintético que se utiliza como analgésico para tratar el dolor moderado a severo. Es el enantiómero dextrógiro del propoxifeno y tiene propiedades similares a la codeína. Se une a los receptores mu y kappa de opioides en el sistema nervioso central, lo que produce efectos analgésicos, sedantes y antitusivos.
El dextropropoxifeno se absorbe rápidamente después de su administración por vía oral y alcanza su concentración máxima plasmática en aproximadamente 1 a 2 horas. Se metaboliza principalmente en el hígado y se excreta principalmente por la orina.
Los efectos adversos comunes del dextropropoxifeno incluyen sedación, mareos, vértigo, náuseas, vómitos y estreñimiento. Los efectos secundarios más graves pueden incluir depresión respiratoria, convulsiones y reacciones alérgicas. El dextropropoxifeno también tiene un riesgo de abuso y adicción, por lo que se clasifica como una sustancia controlada en muchos países.
En la actualidad, el uso clínico del dextropropoxifeno ha disminuido en gran medida debido a preocupaciones sobre su seguridad y eficacia relativas a otros opioides más potentes y menos propensos a causar efectos secundarios.
El citocromo P-450 CYP2D6 es un subtipo específico del citocromo P-450, una enzima hepática involucrada en el metabolismo de una variedad de fármacos y otras sustancias endógenas. Esta enzima desempeña un papel importante en la activación o inactivación de ciertos medicamentos, lo que puede influir en su eficacia terapéutica y toxicidad.
El citocromo P-450 CYP2D6 está involucrado en el metabolismo de aproximadamente el 20-25% de los fármacos actualmente disponibles, incluyendo algunos antidepresivos, neurolépticos, betabloqueantes y opioides. Las variaciones genéticas en el gen que codifica para esta enzima pueden dar lugar a diferencias individuales en la capacidad de metabolizar ciertos fármacos, lo que puede conducir a reacciones adversas o una falta de eficacia terapéutica.
Las personas se clasifican comúnmente en cuatro fenotipos principales basados en su actividad CYP2D6: extensos metabolizadores, metabolizadores lentos, metabolizadores intermedios y ultrarápidos. Los metabolizadores lentos pueden experimentar niveles más altos de fármacos circulantes durante períodos más prolongados, aumentando el riesgo de efectos secundarios adversos. Por otro lado, los metabolizadores ultrarrápidos pueden eliminar rápidamente los fármacos, lo que puede resultar en una falta de eficacia terapéutica.
La evaluación del fenotipo CYP2D6 antes de la prescripción de medicamentos metabolizados por esta enzima puede ayudar a personalizar los regímenes de dosificación y minimizar el riesgo de reacciones adversas o falta de eficacia.
La etilmorfina es un opioide semi-sintético que se deriva del morfinano, un componente natural de la planta de amapola. Tiene efectos analgésicos similares a la morfina pero con una duración más corta y puede ser hasta dos veces más potente que la codeína. Se utiliza principalmente para tratar el dolor moderado a severo, tos y diarrea. También se puede recetar para su uso como anestésico preoperatorio.
El uso de etilmorfina está asociado con una serie de efectos secundarios potencialmente graves, incluyendo náuseas, vómitos, somnolencia, confusión, dificultad para respirar, y en dosis altas o con uso prolongado, puede conducir a la dependencia y abuso. Por estas razones, su uso está restringido y se controla cuidadosamente.
En términos médicos, la etilmorfina se clasifica como un agonista opioide puro, lo que significa que se une a los receptores opioides en el cerebro y la médula espinal para bloquear la transmisión de señales de dolor. También produce efectos sedantes y eufóricos, lo que lo hace vulnerable al abuso y la adicción.
La oximorfona es un opioide semisintético potente, derivado de la tebaína, utilizado principalmente para el alivio del dolor agudo moderado a severo. Es aproximadamente entre 8 y 10 veces más potente que la morfina. Se clasifica como una droga controlada de la Lista II en los Estados Unidos debido a su alto potencial de abuso y adicción.
Su mecanismo de acción implica unirse a los receptores opioides en el cerebro y la médula espinal, lo que lleva a una disminución percibida del dolor y efectos secundarios como euforia, sedación y depresión respiratoria.
Debido a su potente efecto, la oximorfona solo se debe usar bajo la estrecha supervisión de un profesional médico y cuando otros tratamientos para el dolor hayan resultado inadecuados. Los riesgos asociados con su uso incluyen tolerancia, dependencia, síndrome de abstinencia, sobredosis e incluso la muerte.
La tos es un acto reflejo natural del cuerpo destinado a proteger las vías respiratorias y eliminar cualquier irritante, fluido o cuerpo extraño. Es un mecanismo defensivo que involucra una contracción brusca y repentina de los músculos de la cavidad torácica, lo que provoca una rápida expulsión de aire desde los pulmones a través de la garganta.
La tos puede ser aguda o crónica dependiendo de su duración. La tos aguda generalmente dura menos de tres semanas y a menudo es el resultado de un resfriado, gripe, infección viral o bacteriana del tracto respiratorio superior o inferior, o la presencia de cuerpos extraños en las vías respiratorias.
Por otro lado, la tos crónica dura más de ocho semanas y puede ser el resultado de afecciones subyacentes como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), bronquitis crónica, enfisema, fibrosis quística, neumonía, tuberculosis, cáncer de pulmón o reflujo gastroesofágico (ERGE).
También existen diferentes tipos de tos según sus características, como la tos seca (sin producción de flema), la tos productiva (con producción de flema) y la tos paroxística (un episodio repentino e intenso de tos).
Es importante prestar atención a los síntomas asociados con la tos, como fiebre, dificultad para respirar, dolor en el pecho o hemoptisis (toser sangre), ya que pueden indicar una afección médica más grave que requiera tratamiento especializado.
El difenoxilato es un fármaco antidiarreico opioide que actúa sobre el sistema nervioso central para reducir los espasmos intestinales y, por lo tanto, aliviar la diarrea. Funciona similar a otros opioides al unirse a los receptores mu en el sistema nervioso central, disminuyendo la motilidad intestinal y aumentando la absorción de agua y electrolitos en el intestino delgado, lo que resulta en heces más firmes.
El difenoxilato se utiliza a menudo en combinación con atropina para disuadir su uso indebido, ya que la atropina produce efectos secundarios desagradables cuando se toma en dosis altas. Aunque el difenoxilato es un opioide, generalmente no produce los efectos eufóricos o adictivos asociados con otros opioides cuando se usa a dosis terapéuticas.
Sin embargo, el uso prolongado o inadecuado del difenoxilato puede conducir al desarrollo de tolerancia y dependencia, así como a una variedad de efectos secundarios potencialmente graves, como sedación excesiva, estreñimiento severo, confusión, visión borrosa, dificultad para orinar e incluso depresión respiratoria en dosis altas. Por lo tanto, el difenoxilato debe usarse solo bajo la supervisión cuidadosa de un médico y con precaución en pacientes con antecedentes de trastornos relacionados con el abuso de sustancias o enfermedades hepáticas o renales.
La oxicodona es un opioide semi-sintético fuertemente utilizado como analgésico en el tratamiento del dolor agudo y crónico moderado a severo. Es el componente activo principal de varios medicamentos recetados, incluyendo Percocet, OxyContin e Endone.
La oxicodona actúa uniendo los receptores opioides en el cerebro y la médula espinal, lo que lleva a una reducción del dolor percibido. También puede inducir efectos secundarios como somnolencia, euforia, estreñimiento y disminución de la respiración. El uso prolongado o inadecuado de este medicamento puede conducir al desarrollo de tolerancia, dependencia física y adicción.
Debido a su potencial alto para el abuso y los problemas relacionados con la salud pública que pueden surgir del uso indebido, la prescripción y distribución de medicamentos que contienen oxicodona están reguladas estrictamente en muchos países.
El Dextrometorfano (DMA) es un antitusígeno o supresor de la tos, que actúa directamente en el centro del cerebro donde se localiza el reflejo de la tos. Su mecanismo de acción se relaciona con su efecto como agonista no competitivo de los receptores N-metil-D-aspartato (NMDA), lo que lleva a una disminución de la actividad del sistema glutamatérgico y, en última instancia, a la supresión de la tos.
Se utiliza comúnmente en diversos medicamentos de venta libre para aliviar los síntomas de la tos asociados con resfriados, gripe y bronquitis. El Dextrometorfano generalmente se considera seguro cuando se usa a dosis recomendadas; sin embargo, el uso excesivo o recreativo puede causar efectos adversos graves, como confusión, somnolencia, náuseas, vómitos, mareos y, en casos extremos, convulsiones e incluso la muerte.
Es importante seguir las instrucciones de dosificación cuidadosamente y consultar a un profesional médico si los síntomas persisten durante más de una semana o empeoran. Además, se debe tener precaución al administrar Dextrometorfano en combinación con otros medicamentos que puedan interactuar y aumentar el riesgo de efectos secundarios adversos.