Cistoadenoma
Cistoadenoma Mucinoso
Cistoadenoma Seroso
Cistadenocarcinoma
Mucocele
Neoplasias del Sistema Biliar
Quistes
Tumor de Células de Sertoli-Leydig
Conductos Biliares Intrahepáticos
Neoplasias Pancreáticas
Adenolinfoma
Cistadenocarcinoma Mucinoso
Conducto Hepático Común
Espermatocele
Neoplasias Ováricas
Aspermia
Seudomixoma Peritoneal
Quiste Pancreático
Neoplasias Primarias Múltiples
Neoplasias Retroperitoneales
Glándulas Salivales Menores
Tomografía Computarizada por Rayos X
Seudoquiste Pancreático
Pancreatocolangiografía por Resonancia Magnética
Conductos Biliares Extrahepáticos
Cistadenocarcinoma Seroso
Un cistoadenoma es un tipo de tumor que se desarrolla en las glándulas y está compuesto por células epiteliales que producen fluidos. Este tumor forma uno o más quistes llenos de líquido, y puede ser benigno o canceroso (maligno). Los cistoadenomas suelen ocurrir en las glándulas mamarias, los ovarios y el hígado. Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del tumor y pueden incluir dolor, hinchazón o un bulto palpable en la región afectada. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el tumor, especialmente si es canceroso o causa molestias significativas.
Un cistoadenoma mucinoso es un tipo específico de tumor que se forma en los órganos con revestimiento de mucosa, como el ovario, la glándula salival o el pulmón. Este tumor está compuesto por células que producen y secretan una sustancia viscosa y gelatinosa llamada mucina.
El cistoadenoma mucinoso se caracteriza por tener una estructura quística, con uno o varios sacos llenos de líquido mucinoso. La pared del quiste está formada por células epiteliales que producen y secretan mucina.
La mayoría de los cistoadenomas mucinosos son benignos, pero en algunos casos pueden ser cancerosos o tener el potencial de volverse cancerosos con el tiempo. Los síntomas más comunes asociados con este tipo de tumor incluyen dolor abdominal, hinchazón y alteraciones menstruales en las mujeres.
El tratamiento del cistoadenoma mucinoso depende del tamaño y localización del tumor, así como de si es benigno o canceroso. En la mayoría de los casos, el tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor.
Un cistoadenoma seroso es un tipo específico de tumor benigno que se desarrolla en las glándulas del cuerpo, más comúnmente en el ovario. Este tipo de tumor está lleno de un líquido claro y contiene múltiples compartimentos separados por tabiques finos.
La característica distintiva de un cistoadenoma seroso es la presencia de células productoras de líquido, llamadas células secretoras, en la superficie del tumor. Estas células secretoras producen un líquido similar al suero, lo que le da al tumor su nombre "seroso".
Aunque la mayoría de los cistoadenomas serosos son benignos y no cancerosos, en algunos casos pueden convertirse en malignos o cancerosos. Los síntomas asociados con este tipo de tumor pueden incluir dolor abdominal, hinchazón o distensión abdominal, y cambios en los hábitos intestinales o urinarios.
El diagnóstico de un cistoadenoma seroso generalmente se realiza mediante una combinación de exámenes físicos, análisis de sangre, estudios de imágenes y, en algunos casos, biopsia o extirpación quirúrgica del tumor. El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor, seguida de un seguimiento cuidadoso para detectar cualquier recurrencia o propagación del cáncer.
El cistoadenoma papilar es un tipo raro de tumor quístico que se desarrolla en los órganos reproductores femeninos, especialmente en el ovario. Este tumor está compuesto por células epiteliales con características both papillares (con proyecciones finger-like) and glandulares.
El cistoadenoma papilar se clasifica como un tumor benigno, lo que significa que no es canceroso y rara vez se disemina a otras partes del cuerpo. Sin embargo, en algunos casos, las células tumorales pueden volverse malignas (cancerosas) y convertirse en un tipo más agresivo de cáncer llamado carcinoma papilar seroso.
Los síntomas del cistoadenoma papilar pueden incluir dolor abdominal, hinchazón o distensión abdominal, y cambios en los hábitos intestinales o urinarios. En algunos casos, el tumor puede twisted (torsión), lo que puede cortar el suministro de sangre al ovario y causar dolor intenso e incluso la pérdida del ovario.
El diagnóstico del cistoadenoma papilar generalmente se realiza mediante una combinación de exámenes físicos, análisis de sangre, ecografías y otras pruebas de imagenología, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas. El tratamiento suele implicar la extirpación quirúrgica del tumor y el ovario afectado. En algunos casos, se puede realizar una histerectomía (extirpación quirúrgica del útero) si el tumor es grande o se ha extendido al útero.
Después del tratamiento, se recomienda un seguimiento regular con exámenes físicos y pruebas de imagenología para asegurarse de que no haya recurrencia del tumor. Aunque el cistoadenoma papilar es en general un tumor benigno, existe un pequeño riesgo de que se convierta en maligno (canceroso), especialmente si el tumor es grande o ha regresado después del tratamiento.
El cistadenocarcinoma es un tipo raro de cáncer que se forma en las glándulas del cuerpo. Por lo general, comienza como un tumor benigno llamado cistoadenoma, pero con el tiempo puede convertirse en maligno y transformarse en cistadenocarcinoma.
Este tipo de cáncer se puede desarrollar en cualquier glándula del cuerpo, aunque es más común en los ovarios y el páncreas. Los síntomas pueden variar dependiendo de la ubicación del cáncer, pero algunos síntomas comunes incluyen dolor abdominal, hinchazón, pérdida de apetito y pérdida de peso inexplicable.
El tratamiento para el cistadenocarcinoma puede incluir cirugía para extirpar el tumor, quimioterapia y radioterapia. El pronóstico depende del estadio y la ubicación del cáncer en el momento del diagnóstico, así como de la respuesta al tratamiento.
Es importante buscar atención médica si se experimentan síntomas inexplicables o persistentes, especialmente aquellos que afectan el sistema digestivo o reproductivo. Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden mejorar las posibilidades de un resultado favorable.
Las neoplasias del apéndice se refieren a crecimientos anormales y descontrolados de tejido en el apéndice, que puede ser benigno o maligno (cáncer). El tipo más común de neoplasia benigna es el tumor de hamartoma, mientras que los tumores carcinoides son los tumores malignos más frecuentes. Otros tipos de cáncer que pueden afectar al apéndice incluyen el adenocarcinoma, el sarcoma y el linfoma. Los síntomas de las neoplasias del apéndice pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de peso y sangre en las heces. El tratamiento depende del tipo y grado de la neoplasia y puede incluir cirugía, quimioterapia o radioterapia.
Un mucocele es un tipo de lesión o tumoración benigna que se forma en la boca como resultado de una acumulación de mucina, una sustancia similar al moco, dentro de un conducto salival o glándula salival. Esto generalmente ocurre cuando estos conductos se bloquean o dañan, lo que provoca la acumulación de mucina y la formación de una bolsa llena de líquido.
Los mucocele pueden variar en tamaño y apariencia, pero suelen presentarse como pequeños bultos blanquecinos o translúcidos en el interior de las mejillas, labios, suelo de la boca o paladar. A menudo son asintomáticos, aunque algunas personas pueden experimentar molestias leves, como sensación de ardor, picazón o dolor al tacto.
El tratamiento más común para los mucocele es la extirpación quirúrgica del saco lleno de líquido y, en algunos casos, la reparación del conducto salival dañado. En la mayoría de los casos, el pronóstico es bueno y no existe riesgo de recurrencia o transformación maligna. Sin embargo, si se sospecha que un mucocele ha cambiado de tamaño, forma o color, o está acompañado de otros síntomas, se recomienda una evaluación adicional por parte de un profesional médico.
Las neoplasias del sistema biliar se refieren a crecimientos anormales y no controlados de células en el sistema biliar. Este sistema consiste en una serie de tubos que transportan la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, desde el hígado hasta el intestino delgado.
Hay dos tipos principales de neoplasias del sistema biliar: benignas y malignas (cáncer).
1. Neoplasias Benignas: Estas son crecimientos no cancerosos que raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Incluyen tumores como el adenoma, el hemangioma y la hiperplasia nodular. Aunque no sean cancerosos, pueden causar problemas si crecen lo suficiente como para bloquear el flujo de bilis.
2. Neoplasias Malignas: También conocidos como cánceres del sistema biliar, son los crecimientos cancerosos que se diseminan a otras partes del cuerpo. Los tipos más comunes de cáncer del sistema biliar incluyen el carcinoma de la vía biliar (también llamado colangiocarcinoma), el carcinoma de células hepáticas y el carcinoma de las glándulas de mucina. Estos cánceres suelen ser agresivos y difíciles de tratar, especialmente en etapas avanzadas.
Los factores de riesgo para desarrollar neoplasias del sistema biliar incluyen la edad avanzada, ciertas afecciones médicas como la colangitis esclerosante primaria y la cirrosis biliar primaria, y la exposición a sustancias químicas tóxicas. Los síntomas pueden variar dependiendo del tipo y la ubicación de la neoplasia, pero pueden incluir ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, pérdida de apetito y peso, y fatiga. El diagnóstico generalmente se realiza mediante pruebas de imagenología como TC o RMN, seguidas de una biopsia para confirmar el tipo de neoplasia. El tratamiento puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia, dependiendo del tipo y la etapa de la neoplasia.
Las neoplasias de los conductos biliares se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en los conductos biliares, que son tubos delgados que conectan el hígado y la vesícula biliar con el intestino delgado. Estos conductos permiten que la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado, fluya hacia el intestino delgado para ayudar en la digestión de las grasas.
Existen dos tipos principales de neoplasias de los conductos biliares: tumores benignos y malignos (cáncer). Los tumores benignos, como los adenomas y los papilomas, suelen ser menos comunes y generalmente no representan un riesgo inmediato para la vida. Sin embargo, pueden causar problemas si crecen lo suficiente como para bloquear el flujo de bilis o causar hemorragias internas.
Por otro lado, los tumores malignos o cánceres de los conductos biliares son más graves y potencialmente letales. Estos se dividen en dos categorías: carcinoma intrahepático de los conductos biliares (CIHCB) y colangiocarcinoma extrahepático (CEC). El CIHCB se origina en los conductos biliares dentro del hígado, mientras que el CEC se desarrolla en los conductos biliares fuera del hígado.
El cáncer de los conductos biliares puede ser difícil de diagnosticar y tratar debido a su localización y a la falta de síntomas específicos en las etapas iniciales. El tratamiento dependerá del tipo y del estadio del cáncer, pero puede incluir cirugía, quimioterapia y radioterapia.
El apéndice es una pequeña estructura en forma de saco que se extiende desde el ciego, la primera parte del colon. Su función no es completamente clara, pero puede desempeñar un papel en la función inmunológica. El apéndice está lleno de tejido linfático y produce anticuerpos que ayudan a combatir las infecciones.
Aunque el apéndice no es esencial para la vida, su extirpación quirúrgica (apendicectomía) puede ser necesaria si se inflama o infecta, una afección conocida como apendicitis. La apendicitis suele causar dolor abdominal intenso y requiere atención médica inmediiata. Si no se trata, la inflamación del apéndice puede provocar ruptura y una peligrosa infección abdominal llamada peritonitis.
Un adenoma de los conductos biliares es un tipo raro de tumor benigno (no canceroso) que se desarrolla en los conductos biliares, que son pequeños tubos que conectan el hígado y la vesícula biliar y permiten que la bilis fluya desde el hígado hasta el intestino delgado. Este tipo de tumor está compuesto por células glandulares anormales que se multiplican de manera descontrolada y forman un crecimiento anormal en los conductos biliares.
Aunque la mayoría de los adenomas de los conductos biliares no causan síntomas, algunos pueden crecer lo suficiente como para bloquear el flujo de bilis, lo que puede provocar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. En casos raros, un adenoma de conducto biliar puede convertirse en canceroso si no se trata.
El diagnóstico de un adenoma de conducto biliar generalmente se realiza mediante una combinación de estudios de imágenes, como ecografías, tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y pruebas de función hepática. El tratamiento suele consistir en la extirpación quirúrgica del tumor y los conductos biliares afectados.
Un quiste es un saco pequeño lleno de líquido, aire u otra sustancia. Se forma alrededor de una estructura normal de tejidos u órganos del cuerpo. Los quistes pueden ocurrir en casi cualquier parte del cuerpo. Pueden crecer en la piel, los órganos internos como el hígado, riñones y ovarios, así como también en tejidos conjuntivos.
La mayoría de los quistes son benignos (no cancerosos), pero algunos pueden ser malignos (cancerosos). Su tamaño puede variar desde ser tan pequeños que no se puedan sentir, hasta ser lo suficientemente grandes como para desplazar los órganos cercanos.
Los quistes suelen desarrollarse sin causar ningún síntoma y a menudo se descubren durante exámenes médicos de rutina o por casualidad. Sin embargo, si un quiste se rompe, infecta o causa inflamación, entonces podría producir dolor o molestias. El tratamiento depende del tamaño, ubicación y tipo del quiste. Algunos quistes desaparecen sin tratamiento, mientras que otros pueden necesitar ser drenados o incluso extirpados quirúrgicamente.
El tumor de células de Sertoli-Leydig, también conocido como tumor androblástico mixto de ovario, es un tipo raro de tumor que se origina en los ovarios. Este tumor se compone de dos tipos diferentes de células: células de Sertoli y células de Leydig.
Las células de Sertoli son células que normalmente se encuentran en los testículos y desempeñan un papel importante en la producción de espermatozoides. Las células de Leydig, por otro lado, son células que producen hormonas andrógenas, como la testosterona.
Los tumores de células de Sertoli-Leydig pueden presentarse a cualquier edad, pero se diagnostican con mayor frecuencia en mujeres jóvenes y de mediana edad. Los síntomas más comunes incluyen irregularidades menstruales, hirsutismo (crecimiento excesivo del vello corporal), acné y voz más grave. En algunos casos, los tumores pueden producir cantidades significativas de hormonas andrógenas, lo que puede causar virilización, una afección en la que una mujer desarrolla características masculinas.
El tratamiento para el tumor de células de Sertoli-Leydig generalmente implica la extirpación quirúrgica del ovario afectado y los tejidos circundantes. La quimioterapia y la radioterapia también pueden ser recomendadas en algunos casos, especialmente si el tumor se ha diseminado más allá del ovario.
La tasa de supervivencia a largo plazo para las personas con tumores de células de Sertoli-Leydig es generalmente buena, especialmente si el tumor se detecta y se trata en una etapa temprana. Sin embargo, el pronóstico puede variar dependiendo del grado y la extensión del tumor.
Los conductos biliares intrahepáticos son pequeños tubos dentro del hígado que recolectan la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos. Estos conductos se unen para formar los conductos hepáticos derecho e izquierdo más grandes, los cuales luego se combinan para formar el conducto biliar común. La bilis fluye entonces a través del conducto biliar común y el duodeno (la primera parte del intestino delgado) donde ayuda en la digestión de las grasas. Los problemas con los conductos biliares intrahepáticos pueden causar ictericia, dolor abdominal y otros síntomas relacionados con la enfermedad del hígado o vías biliares.
Las neoplasias pancreáticas se refieren a crecimientos anormales y no controlados de células en el páncreas, que pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos no suelen ser mortales, pero si siguen creciendo, pueden causar problemas debido a la presión física que ejercen sobre los órganos cercanos.
Por otro lado, las neoplasias malignas, también conocidas como cáncer de páncreas, son muy graves y potencialmente letales. El cáncer de páncreas se divide en dos tipos principales: adenocarcinoma exocrino y tumores neuroendocrinos pancreáticos (TNE). El adenocarcinoma exocrino es el tipo más común y representa alrededor del 90% de todos los cánceres de páncreas. Se origina en las glándulas que producen los jugos digestivos. Los TNE, por otro lado, se desarrollan en las células productoras de hormonas del páncreas y suelen crecer más lentamente que el adenocarcinoma exocrino.
El cáncer de páncreas es una enfermedad muy agresiva y difícil de detectar en sus etapas iniciales, lo que hace que el pronóstico sea generalmente malo. Los factores de riesgo incluyen tabaquismo, obesidad, diabetes, edad avanzada y antecedentes familiares de cáncer de páncreas.
No existe una definición médica específica para "adenolinfoma" como un término médico aceptado. Es posible que se haya confundido con otros términos médicos relacionados con la medicina, como:
* Adenoma: es un tumor benigno que se origina en las glándulas y está compuesto de células epiteliales glandulares.
* Linfoma: es un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, el cual forma parte del sistema inmunológico del cuerpo. Los linfomas pueden ser de crecimiento lento (indolentes) o de crecimiento rápido (agresivos).
Si desea obtener información sobre alguna de estas condiciones médicas, por favor hágalo específicamente y con gusto le proporcionaremos la información que necesita.
El cistadenocarcinoma mucinoso es un tipo raro y agresivo de cáncer que se forma en las glándulas del cuerpo. Se caracteriza por la producción y acumulación de una sustancia llamada mucina, que está presente en el líquido sinovial y el moco. Esta afección generalmente afecta las glándulas endocrinas, como el páncreas y los ovarios, pero también se puede desarrollar en otras partes del cuerpo.
El crecimiento tumoral suele ser lento, pero tiene una alta tendencia a diseminarse o metastatizar a otros órganos, lo que dificulta su tratamiento y empeora el pronóstico. Los síntomas varían según la ubicación del tumor y pueden incluir dolor abdominal, náuseas, vómitos, pérdida de apetito y peso, y cambios en los hábitos intestinales o urinarios.
El diagnóstico se realiza mediante una combinación de pruebas de imagenología, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y análisis de tejidos obtenidos a través de biopsias. El tratamiento puede incluir cirugía para extirpar el tumor, quimioterapia y radioterapia para destruir las células cancerosas restantes. Sin embargo, debido a su naturaleza agresiva y propensión a la metástasis, el pronóstico para este tipo de cáncer es generalmente malo.
Las enfermedades del ciego, también conocidas como enfermedades del colon ciego, se refieren a un grupo de trastornos que afectan el ciego, una parte del intestino grueso donde ocurre la fermentación bacteriana y la absorción de nutrientes. El ciego es la primera porción del colon y está conectado al intestino delgado.
Las enfermedades más comunes que afectan el ciego incluyen:
1. Diverticulosis: Es una condición en la cual pequeñas bolsas (divertículos) se forman en las paredes del intestino grueso, generalmente en el ciego. La diverticulosis es común en personas mayores de 40 años y a menudo no presenta síntomas. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar dolor abdominal, estreñimiento o diarrea.
2. Diverticulitis: Ocurre cuando los divertículos se infectan o inflaman, lo que puede causar dolor abdominal intenso, fiebre, náuseas y vómitos. La diverticulitis es una complicación de la diverticulosis y requiere tratamiento médico inmediato.
3. Enfermedad inflamatoria intestinal (EII): La EII es un grupo de trastornos que causan inflamación en el sistema digestivo, incluyendo el ciego. Los dos tipos más comunes de EII son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Ambas condiciones pueden causar diarrea, dolor abdominal, fatiga y pérdida de peso.
4. Cáncer de colon y recto: El cáncer de colon y recto puede comenzar en el ciego. Los síntomas pueden incluir cambios en los hábitos intestinales, sangrado rectal, dolor abdominal y pérdida de peso inexplicable.
5. Síndrome del intestino irritable (SII): El SII es un trastorno funcional del intestino que puede causar síntomas como dolor abdominal, hinchazón, diarrea y estreñimiento. Aunque el SII no daña el tejido intestinal, puede ser incómodo y afectar la calidad de vida.
El tratamiento de estas condiciones depende de la gravedad y la causa subyacente. Puede incluir medicamentos, cambios en la dieta, terapia y, en algunos casos, cirugía. Si experimenta síntomas persistentes o preocupantes, es importante buscar atención médica.
El conducto hepático común es una estructura anatómica en el sistema digestivo. Es un tubo que drena la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. La bilis es un líquido producido por el hígado que ayuda a descomponer las grasas en los alimentos para que puedan ser absorbidos más fácilmente.
El conducto hepático común se forma cuando el conducto hepático derecho, que drena la bilis del lóbulo derecho del hígado y la vesícula biliar, se une con el conducto hepático izquierdo, que drena la bilis del lóbulo izquierdo del hígado. Después de la unión, el conducto hepático común continúa hacia abajo y se une al conducto cístico (que drena la vesícula biliar) para formar el conducto colédoco, que desemboca en el duodeno, la primera parte del intestino delgado.
Es importante mantener la permeabilidad y funcionalidad adecuadas del conducto hepático común, ya que cualquier obstrucción puede llevar a una acumulación de bilis en el hígado, lo que puede causar ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas y vómitos. Las causas comunes de obstrucción del conducto hepático común incluyen cálculos biliares, tumores o inflamación de los tejidos circundantes.
La espermatocele es un tipo de quiste que se forma en el epidídimo, el tubo donde los espermatozoides se almacenan y maduran después de producirse en el testículo. Este quiste contiene líquido lechoso con espermatozoides muertos o moribundos. Las espermatoceles suelen ser asintomáticas, pero a veces pueden causar dolor o molestias leves en la ingle, especialmente si se vuelven grandes. También pueden detectarse durante un examen físico de rutina. Aunque generalmente son benignas y no requieren tratamiento, en algunos casos pueden extirparse quirúrgicamente si causan dolor o incomodidad significativos, o si existe la preocupación de que puedan ser cancerosas.
Las neoplasias de las glándulas endocrinas se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de células en las glándulas endocrinas, que son parte del sistema endocrino y producen hormonas. Estos crecimientos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).
Las glándulas endocrinas más comunes afectadas por neoplasias incluyen:
1. Glándula tiroides: La glándula tiroidea produce hormonas que regulan el metabolismo, crecimiento y desarrollo. Los tumores en la glándula tiroides pueden ser foliculares, papilares, medulares o anaplásicos, y pueden ser benignos (adenomas) o malignos (carcinomas).
2. Glándulas suprarrenales: Las glándulas suprarrenales producen hormonas esteroides y catecolaminas. Los tumores en las glándulas suprarrenales pueden ser benignos (adenomas) o malignos (feocromocitomas).
3. Páncreas: El páncreas produce hormonas como insulina y glucagón, así como enzimas digestivas. Los tumores en el páncreas pueden ser benignos (islet cell adenoma) o malignos (insulinoma, glucagonoma, VIPoma).
4. Paratiroides: Las glándulas paratiroideas producen hormona paratiroidea, que regula los niveles de calcio en la sangre. Los tumores en las glándulas paratiroideas pueden ser benignos (adenomas) o malignos (carcinomas).
5. Hipófisis: La hipófisis produce varias hormonas, incluyendo la hormona del crecimiento, prolactina, tirotropina, corticotropina y gonadotropinas. Los tumores en la hipófisis pueden ser benignos (prolactinoma, acromegalia) o malignos (carcinomas).
6. Timo: El timo produce linfocitos T y otras hormonas. Los tumores en el timo pueden ser benignos (timoma) o malignos (carcinomas).
Los síntomas de los tumores endocrinos dependen del tipo de tumor y la glándula afectada. Algunos tumores no producen síntomas hasta que se han extendido, mientras que otros pueden causar síntomas graves incluso en etapas tempranas. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia dirigida.
La definición médica de 'Neoplasias Ováricas' se refiere al crecimiento anormal y desregulado de células en uno o ambos ovarios, lo que resulta en la formación de tumores. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las neoplasias ováricas pueden originarse directamente en los tejidos ováricos (tumores primarios) o spread a los ovarios desde otros órganos (tumores secundarios o metastásicos).
Existen varios tipos de neoplasias ováricas, incluyendo tumores epiteliales, tumores germinales y tumores del estroma. Los tumores epiteliales son el tipo más común y pueden ser benignos o malignos. Los tumores germinales se originan en las células que producen los óvulos y suelen presentarse en mujeres más jóvenes. Por último, los tumores del estroma surgen de las células que producen hormonas en el ovario.
El tratamiento de las neoplasias ováricas depende del tipo y grado de malignidad, así como del estadio de la enfermedad. La cirugía es a menudo el pilar del tratamiento, seguida de quimioterapia y/o radioterapia en los casos de neoplasias malignas. La detección temprana de estas neoplasias es crucial para mejorar el pronóstico y aumentar las posibilidades de éxito del tratamiento.
La aspermia es una afección en la que un hombre no puede eyacular o producir semen, aunque todavía pueda tener erecciones y experimentar eyaculación retrograda (cuando el semen fluye hacia la vejiga en lugar de salir por el pene). La aspermia puede ser causada por varios factores, incluyendo problemas con los nervios, las glándulas prostáticas o las vesículas seminales, así como también por ciertos medicamentos o cirugías. En algunos casos, la causa de la aspermia puede no ser clara. Es importante tener en cuenta que la ausencia de eyaculación no significa necesariamente que un hombre no pueda concebir un hijo, ya que aún pueden haber espermatozoides presentes en el semen. Sin embargo, si una persona experimenta aspermia y está tratando de concebir, se recomienda buscar atención médica para determinar la causa subyacente y recibir un tratamiento apropiado.
El seudomixoma peritoneal es un tipo raro de cáncer que se origina en el revestimiento del abdomen (peritoneo) y se caracteriza por el crecimiento lento y la producción de grandes cantidades de un líquido mucinoso. A menudo, está asociado con tumores benignos o malignos en el apéndice, aunque también puede originarse en el ovario, el intestino delgado o el colon.
La afección se caracteriza por la invasión local y la diseminación gradual de las células cancerosas en el líquido peritoneal, lo que resulta en la formación de múltiples nódulos y placas tumorales en la superficie del peritoneo. Estos tumores pueden comprimir los órganos abdominales y causar diversos síntomas, como dolor abdominal, distensión abdominal, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y cambios en el hábito intestinal.
El diagnóstico del seudomixoma peritoneal generalmente requiere una combinación de estudios de imágenes, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y análisis de líquido ascítico o tejidos obtenidos mediante biopsia. El tratamiento suele consistir en la cirugía para extirpar los tumores y el líquido acumulado, seguida a menudo de quimioterapia intraperitoneal para ayudar a destruir las células cancerosas restantes. A pesar del tratamiento, la enfermedad puede reaparecer y requerir más intervenciones quirúrgicas y terapias adicionales.
Las neoplasias de las glándulas salivales se refieren a un crecimiento anormal (tumor) en las glándulas salivales. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Las glándulas salivales principales se encuentran dentro y alrededor de la boca y la cara, incluyendo las glándulas parótidas, submandibulares y sublinguales. También hay pequeñas glándulas salivales en todo el revestimiento del tracto digestivo desde la boca hasta el intestino grueso.
Los tumores benignos suelen crecer lentamente y raramente se diseminan a otras partes del cuerpo. Sin embargo, pueden seguir creciendo y causar problemas locales, como dificultad para masticar o hablar, dolor o infección.
Por otro lado, los tumores malignos pueden invadir tejidos circundantes y diseminarse a otros órganos (metástasis). Los síntomas de un tumor maligno pueden incluir hinchazón, dolor, dificultad para tragar o movimiento facial anormal.
El tratamiento depende del tipo y el estadio del tumor. Puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos. El pronóstico también varía según el tipo y el estadio del tumor.
Un quiste pancreático es una saca llena de líquido que se forma en el páncreas. Puede ser pequeño y no causar síntomas, o puede crecer grande y causar dolor abdominal superior, náuseas, vómitos, pérdida de apetito o fiebre. Los quistes pueden ser simples, llenos de líquido claro, o complejos, con paredes gruesas o septos (tabiques dentro del quiste). Algunos quistes contienen material sólido y se llaman quistes quísticos sólidos.
Los quistes pancreáticos pueden ser congénitos (presentes desde el nacimiento) o adquiridos (desarrollados más tarde en la vida). Los quistes congénitos suelen ser asintomáticos y no requieren tratamiento, mientras que los quistes adquiridos pueden causar problemas y necesitar atención médica.
Los quistes pancreáticos adquiridos pueden ser resultado de una inflamación crónica del páncreas (pancreatitis crónica), traumatismos, infecciones o tumores benignos o malignos. Algunos quistes pancreáticos contienen líquido que contiene enzimas digestivas activas y pueden causar síntomas e incluso dañar los tejidos circundantes.
El tratamiento de los quistes pancreáticos depende de su tamaño, localización, causa y síntomas. El médico puede optar por vigilar el quiste con exámenes periódicos o pueden recomendar la extirpación quirúrgica del quiste si causa síntomas o existe un riesgo de malignidad. La endoscopia también se puede utilizar para drenar el líquido del quiste y aliviar los síntomas.
Los procedimientos quirúrgicos urológicos masculinos se refieren a los diferentes tipos de cirugías realizadas en el sistema urinario y los órganos reproductivos masculinos. Estos procedimientos pueden variar desde procesos mínimamente invasivos hasta intervenciones más extensas, dependiendo de la condición que se esté tratando.
Algunos ejemplos comunes de procedimientos quirúrgicos urológicos masculinos incluyen:
1. **Cirugía de Próstata**: Se realiza para tratar diversas afecciones de la glándula prostática, como hiperplasia benigna de próstata (HBP), cáncer de próstata o infecciones. La cirugía puede implicar resección transuretral de la próstata (RTUP), prostatectomía radical, o cirugía laparoscópica o robótica asistida.
2. **Cirugía Renal**: Se realiza para tratar diversas afecciones renales, como quistes renales, cáncer de riñón, o enfermedad renal poliquística. La cirugía puede incluir nefrectomía parcial o total, nefroureterectomía, o procedimientos más conservadores como la nefrolitotomía percutánea para tratar cálculos renales.
3. **Cirugía de Vejiga**: Se realiza para tratar diversas afecciones vesicales, como cáncer de vejiga o vejiga hiperactiva. La cirugía puede incluir resección transuretral de la vejiga (RTUV), cistectomía parcial o total, o la colocación de una prótesis para el control de la vejiga.
4. **Cirugía Uretral**: Se realiza para tratar diversas afecciones uretrales, como estenosis uretral o cáncer de uretra. La cirugía puede incluir uretroplastia, dilation, or endoscopic procedures.
5. **Cirugía Testicular / Scrotal**: Se realiza para tratar diversas afecciones testiculares / escrotales, como cáncer de testículo, hidrocele o varicocele. La cirugía puede incluir orquiectomía, hidrocelectomía, o varicocelectomía.
6. **Cirugía de Próstata**: Se realiza para tratar diversas afecciones prostáticas, como hiperplasia prostática benigna (HPB) o cáncer de próstata. La cirugía puede incluir resección transuretral de la próstata (RTUP), prostatectomía radical, o terapia de radiación.
7. **Cirugía Peniana**: Se realiza para tratar diversas afecciones penianas, como estenosis uretral, cáncer de pene o enfermedad de Peyronie. La cirugía puede incluir uretroplastia, circuncisión, o plicatura dorsal.
Neoplasias Primarias Múltiples (NPM) es un término médico que se refiere a la presencia simultánea o sucesiva de más de un cáncer primario en el organismo, es decir, dos o más tumores malignos independientes en diferentes localizaciones anatómicas, que no guardan relación entre sí y no son metástasis del mismo.
Las NPM pueden ser sincrónicas, cuando los tumores se diagnostican al mismo tiempo, o metacrónicas, cuando hay un intervalo de tiempo entre el diagnóstico de cada uno de ellos. Las NPM pueden deberse a diferentes factores de riesgo, como la predisposición genética, la exposición a radiaciones o determinados agentes químicos y ambientales, o hábitos tóxicos como el consumo de tabaco y alcohol.
El diagnóstico y tratamiento de las NPM requieren una evaluación multidisciplinar y un enfoque personalizado, ya que cada tumor puede presentar diferentes características biológicas y clínicas, y precisar de un tratamiento específico. Además, es importante establecer un seguimiento a largo plazo para detectar precozmente la aparición de nuevos tumores y mejorar el pronóstico y la supervivencia de los pacientes.
Las neoplasias retroperitoneales se refieren a un crecimiento anormal y descontrolado de tejidos en el espacio retroperitoneal, que es la zona detrás del peritoneo, la membrana serosa que recubre la pared abdominal y reviste los órganos intraabdominales. Este crecimiento puede originarse en cualquiera de los tejidos presentes en esta región, incluyendo glándulas, vasos sanguíneos, nervios, músculos o tejido conectivo.
Las neoplasias retroperitoneales pueden ser benignas o malignas (cáncer). Las malignas suelen invadir estructuras adyacentes y pueden diseminarse a distancia (metástasis). Algunos tipos comunes de cáncer retroperitoneal incluyen el linfoma, el sarcoma y los carcinomas de origen renal, pancreático o gastrointestinal.
Los síntomas de estas neoplasias pueden variar ampliamente dependiendo del tamaño del tumor y de su localización. Pueden causar dolor abdominal o de espalda, sensación de plenitud después de comer pequeñas cantidades de alimentos, trastornos intestinales o urinarios, y en etapas más avanzadas, síntomas sistémicos como pérdida de peso y fatiga. El diagnóstico generalmente se realiza mediante estudios de imagenología, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, y se confirma a menudo con una biopsia guiada por imagen. El tratamiento depende del tipo y estadio de la neoplasia y puede incluir cirugía, radioterapia, quimioterapia o una combinación de estos.
Las glándulas salivales menores, también conocidas como glándulas salivales extrapalatinas o glándulas labiales accesorias, son pequeñas glándulas exocrinas que se encuentran distribuidas por toda la mucosa de la boca. A diferencia de las glándulas salivales mayores (parótida, submandibular y sublingual), las glándulas salivales menores son multitudinarias y mucho más pequeñas en tamaño. Su función principal es secretar una pequeña cantidad de líquido salival constante que mantiene la lubricación de los tejidos orales, facilita el proceso de masticación, deglución y protege la cavidad oral contra agentes patógenos.
Las glándulas salivales menores se clasifican en dos tipos: glándulas seromucosas y glándulas mucosas. Las glándulas seromucosas, como las glándulas de von Ebner ubicadas en la lengua, secretan una saliva serosa rica en electrolitos; mientras que las glándulas mucosas producen una saliva más espesa y rica en mucina, encargada de mantener la lubricación de los tejidos.
Aunque las glándulas salivales menores desempeñan un papel importante en el proceso de digestión y protección de la cavidad oral, su pequeño tamaño hace que generalmente pasen desapercibidas y no presenten problemas de salud importantes. Sin embargo, en algunos casos pueden verse afectadas por diversas patologías, como infecciones, inflamaciones o cáncer, lo que puede causar síntomas como sequedad bucal, dolor, hinchazón o dificultad para hablar y comer.
La tomografía computarizada por rayos X, también conocida como TC o CAT (por sus siglas en inglés: Computerized Axial Tomography), es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza radiación para obtener detalladas vistas tridimensionales de las estructuras internas del cuerpo. Durante el procedimiento, el paciente se coloca sobre una mesa que se desliza dentro de un anillo hueco (túnel) donde se encuentran los emisores y receptores de rayos X. El equipo gira alrededor del paciente, tomando varias radiografías en diferentes ángulos.
Las imágenes obtenidas son procesadas por un ordenador, el cual las combina para crear "rebanadas" transversales del cuerpo, mostrando secciones del tejido blando, huesos y vasos sanguíneos en diferentes grados de claridad. Estas imágenes pueden ser visualizadas como rebanadas individuales o combinadas para formar una representación tridimensional completa del área escaneada.
La TC es particularmente útil para detectar tumores, sangrado interno, fracturas y otras lesiones; así como también para guiar procedimientos quirúrgicos o biopsias. Sin embargo, su uso está limitado en pacientes embarazadas debido al potencial riesgo de daño fetal asociado con la exposición a la radiación.
Un seudoquiste pancreático es un tipo de lesión quística que se forma alrededor del páncreas. A diferencia de los quistes verdaderos, que tienen una membrana epitelial verdadera, los seudoquistes están compuestos por tejido fibroso con líquido en su interior.
Los seudoquistes pancreáticos suelen desarrollarse como resultado de una lesión o inflamación del páncreas, como puede ocurrir en la pancreatitis aguda o crónica. Durante el proceso de curación de la inflamación, el tejido circundante se puede fibrosar y formar una cavidad llena de líquido.
Los síntomas de un seudoquiste pancreático pueden variar dependiendo del tamaño y la ubicación del mismo. Algunos pacientes pueden experimentar dolor abdominal, náuseas, vómitos o pérdida de apetito. En casos graves, los seudoquistes pueden infectarse o causar complicaciones como hemorragias internas o insuficiencia pancreática.
El diagnóstico de un seudoquiste pancreático puede realizarse mediante pruebas de imagenología, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear. El tratamiento puede incluir el drenaje del líquido acumulado en el seudoquiste o, en casos más graves, la extirpación quirúrgica del mismo.
Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido que se desarrollan en uno o ambos ovarios. La mayoría de los quistes ováricos son benignos (no cancerosos) y no presentan síntomas, especialmente si son pequeños. Sin embargo, algunos quistes ováricos pueden causar dolor leve al lado del abdomen donde se encuentra el quiste, molestias durante las relaciones sexuales o durante la menstruación, o un aumento en el flujo menstrual.
Los quistes ováricos pueden ser funcionales o no funcionales. Los quistes funcionales suelen desaparecer por sí solos después de uno o dos ciclos menstruales. Por otro lado, los quistes no funcionales pueden persistir y crecer más grandes, lo que puede aumentar el riesgo de torsión ovárica (giro del ovario), rotura del quiste o incluso cáncer de ovario en algunos casos.
El diagnóstico de quistes ováricos generalmente se realiza mediante una ecografía transvaginal o abdominal, que permite al médico ver el tamaño y la ubicación del quiste. En algunos casos, se pueden necesitar pruebas adicionales, como análisis de sangre o tomografías computarizadas, para determinar si el quiste es benigno o canceroso.
El tratamiento de los quistes ováricos depende del tamaño, la ubicación y el tipo de quiste, así como de la edad y la historia médica de la persona. Los quistes pequeños y asintomáticos pueden ser monitoreados con ecografías regulares para asegurarse de que no estén creciendo o cambiando. Si un quiste causa síntomas, como dolor o hinchazón abdominal, se puede considerar la extirpación quirúrgica del quiste.
En general, los quistes ováricos son comunes y suelen ser benignos. Sin embargo, si una persona experimenta síntomas persistentes o inexplicables, como dolor abdominal o cambios menstruales, debe buscar atención médica para determinar la causa subyacente y recibir un tratamiento adecuado.
La pancreatocolangiografía por resonancia magnética (MRCP, por sus siglas en inglés) es una técnica no invasiva de imagenología médica que utiliza ondas de radio y campos magnéticos para producir detalladas imágenes tridimensionales de los conductos pancreáticos y biliares. Esta prueba diagnóstica se realiza como una variante especial de la resonancia magnética abdominal y permite a los médicos evaluar condiciones que afectan al hígado, vesícula biliar, páncreas y vías biliares, como cálculos biliares, inflamación, infección o tumores. A diferencia de otras técnicas de imagenología, como la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) o la colangiografía percutánea transhepática (PTC), la MRCP no requiere la inserción de catéteres ni el uso de radiocontraste. Por lo tanto, es una opción menos invasiva y potencialmente más segura para los pacientes. Sin embargo, en algunos casos, puede ser necesario complementar la MRCP con procedimientos invasivos para obtener muestras de tejido o realizar intervenciones terapéuticas.
Las Enfermedades Pancreáticas se refieren a un grupo de trastornos que afectan el páncreas, una glándula ubicada en el abdomen detrás del estómago. El páncreas tiene dos funciones principales: producir jugos digestivos para ayudar en la digestión de los alimentos y fabricar hormonas, como la insulina y el glucagón, que regulan el metabolismo de la glucosa.
Las enfermedades pancreáticas pueden ser agudas o crónicas. Las enfermedades pancreáticas agudas suelen ser graves y requieren atención médica inmediata. Incluyen la pancreatitis aguda, que es una inflamación repentina e intensa del páncreas.
Por otro lado, las enfermedades pancreáticas crónicas son aquellas que persisten durante un largo período de tiempo y pueden causar daño permanente al páncreas. Algunos ejemplos son:
1. Pancreatitis crónica: una inflamación prolongada del páncreas que puede causar dolor abdominal intenso, diarrea y malabsorción de nutrientes.
2. Fibrosis quística: una enfermedad genética que afecta tanto al páncreas como a los pulmones. En el páncreas, la fibrosis quística puede causar obstrucción de los conductos pancreáticos y dificultades en la digestión de los alimentos.
3. Cáncer de páncreas: un tipo de cáncer que se desarrolla en el tejido del páncreas y puede ser difícil de detectar en sus etapas iniciales. El cáncer de páncreas es una enfermedad grave y a menudo tiene un pronóstico desfavorable.
4. Diabetes mellitus tipo 1: una enfermedad autoinmune que destruye las células productoras de insulina en el páncreas, lo que lleva a niveles altos de glucosa en la sangre y la necesidad de inyecciones diarias de insulina.
El tratamiento de estas enfermedades depende de su gravedad y puede incluir medicamentos, cambios en la dieta, cirugía o combinaciones de estos. Es importante buscar atención médica temprana si se sospecha alguna de estas afecciones para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Los conductos biliares extrahepáticos son parte del sistema biliar, que se encarga de transportar la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el intestino delgado. Estos conductos están situados fuera del hígado (de ahí su nombre "extrahepáticos") y desempeñan un papel crucial en la digestión de las grasas.
Existen dos conductos biliares extrahepáticos principales:
1. El conducto colédoco: Es el conducto más grande y transporta la bilis desde el hígado y la vesícula biliar hacia el duodeno, que es la primera parte del intestino delgado.
2. El conducto cístico: Es un conducto más pequeño que se conecta a la vesícula biliar, almacenando y concentrando la bilis antes de ser liberada hacia el conducto colédoco durante la digestión.
Ambos conductos se unen para formar el conducto hepatopancreático común, que desemboca en el duodeno a través del esfínter de Oddi, una válvula muscular que regula el flujo de bilis y jugos pancreáticos hacia el intestino delgado.
La disfunción o enfermedad de los conductos biliares extrahepáticos puede causar diversos problemas de salud, como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), dolor abdominal, náuseas, vómitos e incluso infecciones. Algunas condiciones que pueden afectar a estos conductos incluyen colelitiasis (piedras en la vesícula biliar), colangitis (inflamación de los conductos biliares), cáncer de vesícula biliar o cáncer de conducto biliar.
La apendicectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa el apéndice, una pequeña bolsa en forma de dedo que sobresale del intestino grueso. Este procedimiento generalmente se realiza como tratamiento para la apendicitis, una inflamación o infección del apéndice. La apendicectomía puede ser realizada mediante cirugía abierta o laparoscópica. Después de la cirugía, el paciente generalmente necesitará un período de recuperación en el hospital y luego en casa. Complicaciones graves pueden ocurrir si no se trata la apendicitis, incluyendo la ruptura del apéndice y la propagación de la infección en el abdomen, una afección potencialmente mortal llamada peritonitis.
La pancreatectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa total o parcial el páncreas. Existen diferentes tipos de pancreatectomías, dependiendo de la parte del órgano que necesite ser extirpada:
1. Pancreatectomía total: Es la extirpación completa del páncreas, el bazo, el duodeno y parte del estómago. Se realiza en casos de cáncer de páncreas en estadios avanzados.
2. Pancreatectomía distal: También conocida como 'pancreatectomía izquierda', implica la extirpación de la cola y el cuerpo del páncreas, dejando la cabeza intacta. Se realiza generalmente para tratar tumores benignos o malignos en la cola o el cuerpo del páncreas.
3. Pancreatectomía segmentaria: Es similar a la pancreatectomía distal, pero una porción intermedia adicional del páncreas también se extirpa.
4. Pancreatoduodenectomía o 'whipple': Este es el tipo más común de cirugía pancreática y consiste en la extirpación de la cabeza del páncreas, el duodeno, el lóbulo inferior del hígado, la vesícula biliar y los ganglios linfáticos cercanos. Luego, se reconstruye el sistema digestivo mediante la conexión del resto del intestino delgado al yeyuno y al conducto pancreático restante para permitir que las enzimas pancreáticas lleguen al intestino delgado. También se puede conectar el conducto biliar a la segunda porción del duodeno o al yeyuno para drenar la bilis del hígado.
La elección del tipo de pancreatectomía depende del diagnóstico, la ubicación y el tamaño del tumor, así como de la salud general del paciente.
El cistadenocarcinoma seroso es un tipo raro y agresivo de cáncer que se forma en las glándulas del sistema reproductivo femenino, específicamente en el ovario. Este tipo de cáncer comienza en las células epiteliales que recubren las glándulas mucinosas en la superficie del ovario y se caracteriza por la producción de un fluido similar al líquido séreo.
El cistadenocarcinoma seroso se clasifica como un carcinoma de células serosas, lo que significa que las células cancerosas tienen una apariencia similar a las células del revestimiento seroso de los órganos. Este tipo de cáncer tiene una alta tendencia a diseminarse (metástasis) a otras partes del cuerpo, especialmente en la cavidad abdominal y el hígado.
Los síntomas del cistadenocarcinoma seroso pueden incluir dolor abdominal o pélvico, hinchazón, sensación de plenitud, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y cambios en los hábitos intestinales o urinarios. El diagnóstico se realiza mediante una combinación de exámenes físicos, análisis de sangre, imágenes médicas y biopsias.
El tratamiento del cistadenocarcinoma seroso generalmente involucra la cirugía para extirpar el tumor y los tejidos circundantes afectados, seguida de quimioterapia o radioterapia para destruir las células cancerosas restantes. La tasa de supervivencia a largo plazo para este tipo de cáncer es relativamente baja, especialmente si se ha diseminado a otras partes del cuerpo.
El adenocarcinoma mucinoso es un tipo raro de cáncer que se forma en las glándulas y produce una sustancia llamada mucina. La mucina es un líquido similar al moco que se encuentra normalmente en las membranas mucosas, como la nariz, los pulmones y el estómago.
En un adenocarcinoma mucinoso, las células cancerosas producen una gran cantidad de mucina, lo que hace que el tumor sea blando y gelatinoso al tacto. Este tipo de cáncer puede ocurrir en varias partes del cuerpo, incluyendo los pulmones, el páncreas, el colon y el recto.
Los síntomas del adenocarcinoma mucinoso dependen del lugar donde se encuentre el tumor. Por ejemplo, si el cáncer está en el pulmón, los síntomas pueden incluir tos persistente, dificultad para respirar y dolor en el pecho. Si el cáncer está en el colon o el recto, los síntomas pueden incluir sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales y dolor abdominal.
El tratamiento del adenocarcinoma mucinoso depende del tamaño y la ubicación del tumor, así como de si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo. Los tratamientos pueden incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia o una combinación de estos. La supervivencia a largo plazo para las personas con adenocarcinoma mucinoso varía ampliamente y depende de varios factores, como el estadio del cáncer en el momento del diagnóstico y la respuesta al tratamiento.
Neoplasias quísticas del páncreas
Tumor mucinoso ovárico
Cistoadenoma
Cistoadenocarcinoma
Neoplasias quísticas del páncreas - Wikipedia
Dos tipos histológicos diferentes en un tumor de ovario. A propósito de un caso | Clínica e Investigación en Ginecología y...
Examen RM 2014A | PDF
BVS Paraguay
Revista Sociedad Hispanoamericana de Hernia - Arán Ediciones, S.L.
DeCS 2015 - Términos alterados
DeCS 2015 - Términos alterados
DeCS 2015 - Términos alterados
DeCS 2015 - Términos alterados
DeCS 2015 - Términos alterados
DeCS 2015 - Términos alterados
Números - Revista Médica Hondureña
José Manuel Septién González | Revista de Ginecología y Obstetricia de México
Búsqueda | Portal Regional de la BVS
Quiste Pancreático / Grupo de Estudio de Enfermedades Pancreáticas
Tratamiento del cáncer de glándulas salivales en adultos (PDQ®) (Health professionals) | OncoLink
Cáncer de páncreas - Trastornos gastrointestinales - Manual MSD versión para profesionales
Colon parte 2 001 - [PPTX Powerpoint]
Asociación de Tumor de Brenner y Tumor Mucionoso Benigno, Revisión de casos. Casos. - Patología ginecológica - Sociedad...
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QUÉ ES EL CISTOADENOMA OVÁRICO Y CÓMO TRATARLO? - Mi Fertilidad
Quistes de Páncreas - Gastro Mérida
Pósteres - Sociedad Española de Anatomía Patológica
Revista de Especialidades Medico-Quirurgicas - ISSN: 1665-7330
Pesquisa | Portal Regional da BVS
Gammagrafía Renal en Pacientes con Manejo Conservador de Trauma Renal en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social |...
Cáncer de páncreas - Trastornos gastrointestinales - Manual MSD versión para profesionales
Ovario1
- El cistoadenoma mucinoso y el tumor de Brenner benigno se originan ambos del epitelio celómico que recubre el ovario, por eso es poco frecuente encontrar estas 2 entidades en un mismo tumor. (elsevier.es)
Quistes3
- 12] El cistoadenoma mucinoso representa el 10% de los quistes pancreáticos y el 1% de las neoplasias pancreáticas. (wikipedia.org)
- El cistoadenoma mucinoso es una neoplasia epitelial que produce mucina, forma quistes que surgen del páncreas y puede progresar a carcinoma invasivo. (bvsalud.org)
- Antecedentes: El manejo de los quistes pancreáticos menores de 3 cm es un tema en controversia. (pancreas.com.ar)
Seroso2
- 9] Estas lesiones contienen líquido seroso negativo en la tinción para mucina y es bajo en CEA ( (wikipedia.org)
- Cistoadenoma seroso ovárico. (mifertilidad.es)
Tumores1
- 9] Pueden ser tumores benignos como el cistoadenoma mucinoso, "borderline" o malignos como el cistadenocarcinoma. (wikipedia.org)
Casos3
- 7][8][9] Es la lesión quística más frecuente del páncreas con cerca de 90% de los casos. (wikipedia.org)
- Por tanto, la asociación entre Tumor de Brenner y Cistoadenoma Mucinoso se encuentra en el 55% de los casos. (seap.es)
- La presencia de calcificaciones no psamomatosas características se identifican, con mayor o menor extensión, en el 100% de los casos de tumor Mixto Brenner-Mucinoso. (seap.es)