Género fúngico de Loculoascomycetes mitospóricos, incluidos diversos patógenos de plantas y al menos una especie que produce un antibiótico altamente fitotóxico. Su teleomorfo es Lewia.
Infección fúngica oportunista por un miembro del género ALTERNARIA.
Compuestos tóxicos producidos por HONGOS.
Un grupo grande y heterogéneo de hongos cuya característica común es la ausencia de un estado sexual. Muchos de los hongos patógenos en los humanos pertenecen a este grupo.
3-Acetil-5-sec-butil-4-hidroxi-3-pirrolin-2-ona. Un metabolito encontrado en una cepa del hongo Alternaria tenuis Auct., que funciona como un antibiótico con propiedades antivirales y antineoplásicas y puede también actuar como una micotoxina.
Reino de organismos eucariónticos, heterotróficos que viven parasitamente como sáprobos, incluyendo las setas (AGARICALES), LEVADURAS, moho, etc. Se reproducen sexual o asexualmente, y tienen ciclos de vida que van desde los simples a los complejos. Los hongos filamentosos, habitualmente llamados mohos, se refieren a los que crecen como colonias multicelulares.
La presencia de bacterias, virus y hongos en el aire. Este término no está restringido a organismos patógenos.
Género fúngico de Loculoascomycetes mitospórico que incluye algunos parásitos de plantas que son económicamente importantes. Los teleomorfos incluyen Mycosphaerella y Venturia.
Enfermedades de las plantas.
Planta de la familia RUTACEAE. Produce los conocidos frutos cítricos incluyendo naranjas, pomelos, limones y limas. Existen muchos híbridos, lo que hace que la nomenclatura sea confusa.
Cuerpo reproductivo producido por hongos.
Propiedades, características y otros fenómenos atmosféricos especialmente relativos al TIEMPO (METEOROLOGÍA) y al CLIMA.
Sustancia antigénica capaz de producir hipersensibilidad inmediata (HIPERSENSIBILIDAD INMEDIATA).
Sustancias de origen micótico que tienen actividad antigénica.

"Alternaria" es un género de hongos que se encuentran ampliamente distribuidos en el medio ambiente. Estos hongos pueden crecer en una gran variedad de superficies y materiales, incluyendo plantas, frutas, verduras, suelos y ambientes interiores. Algunas especies de Alternaria son capaces de producir esporas que pueden causar alergias y otras reacciones adversas en los seres humanos y animales.

En la medicina, la infección por hongos Alternaria se conoce como "alternariasis" y puede afectar a diversas partes del cuerpo humano, incluyendo la piel, las vías respiratorias y los ojos. La infección suele ocurrir en individuos con sistemas inmunológicos debilitados o en personas que han estado expuestas a altas concentraciones de esporas de Alternaria.

Los síntomas de la alternariasis pueden variar dependiendo de la localización y la gravedad de la infección. En la piel, la infección puede causar erupciones cutáneas, ampollas y picazón. En las vías respiratorias, la infección puede provocar síntomas similares a los de un resfriado o una neumonía, como tos, dificultad para respirar, dolor de pecho y fiebre. En los ojos, la infección puede causar conjuntivitis, queratitis y otros trastornos oculares.

El tratamiento de la alternariasis depende de la localización y la gravedad de la infección. Puede incluir medicamentos antifúngicos, corticosteroides y otras terapias de apoyo. En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria para eliminar el tejido infectado. La prevención de la alternariasis implica evitar la exposición a altas concentraciones de esporas de Alternaria y mantener una buena higiene personal y ambiental.

La alternariosis es una infección micótica causada por hongos del género Alternaria. Estos hongos se encuentran comúnmente en el suelo, plantas y material vegetal en descomposición. Pueden causar infecciones en humanos y animales, aunque son más comunes en plantas.

En humanos, la alternariosis generalmente afecta la piel y las vías respiratorias. La infección de la piel, también conocida como dermatitis alternaria, puede causar lesiones cutáneas con picazón, erupciones y ampollas. Por otro lado, la infección de las vías respiratorias puede causar síntomas similares a los de un resfriado o neumonía, como tos, dificultad para respirar y fiebre.

Las personas con sistemas inmunes debilitados, como aquellas con VIH/SIDA, cáncer o trasplantes de órganos, corren un mayor riesgo de desarrollar alternariosis grave. El diagnóstico de la enfermedad generalmente se realiza mediante cultivos de muestras de tejido afectado o pruebas de detección de antígenos y antibióticos. El tratamiento puede incluir medicamentos antifúngicos, como itraconazol o voriconazol, dependiendo de la gravedad de la infección.

Las micotoxinas son compuestos tóxicos producidos naturalmente por ciertos tipos de hongos o mohos. Pueden crecer en una variedad de alimentos y forrajes, especialmente bajo condiciones favorables de humedad y temperatura. Algunas micotoxinas pueden causar una variedad de efectos adversos en la salud de humanos y animales que incluyen daño hepático y renal, supresión del sistema inmunológico e incluso cáncer. Es importante destacar que las micotoxinas pueden sobrevivir a procesos de cocción y pasteurización, lo que hace necesario un control cuidadoso en la producción y almacenamiento de alimentos.

Los hongos mitospóricos, también conocidos como hongos filamentosos mitospóricos o saprofíticos, son un grupo heterogéneo de hongos que producen esporas vegetativas asexuales llamadas conidios durante el proceso de mitosis. Estos hongos no forman estructuras reproductivas sexuales como ascos o basidios, y por lo tanto, no se clasifican en los phyla Ascomycota o Basidiomycota, respectivamente.

Los hongos mitospóricos son extremadamente diversos y abundantes en el medio ambiente, donde desempeñan un papel importante en la descomposición de materia orgánica muerta. Algunas especies pueden ser beneficiosas para los humanos, como los utilizados en la industria alimentaria para la fermentación y producción de various productos, como quesos, bebidas alcohólicas y medicamentos.

Sin embargo, otros hongos mitospóricos pueden ser patógenos o alérgenos para los humanos y los animales. Por ejemplo, algunas especies de hongos del género Aspergillus pueden causar infecciones invasivas en personas con sistemas inmunes debilitados, mientras que otras especies pueden producir micotoxinas que contaminan los alimentos y causan enfermedades. Otras especies comunes de hongos mitospóricos patógenos incluyen Fusarium, Penicillium, Alternaria y Cladosporium.

El diagnóstico y tratamiento de infecciones fúngicas causadas por hongos mitospóricos pueden ser desafiantes, ya que estas especies son difíciles de identificar en el laboratorio y a menudo requieren técnicas moleculares avanzadas para su diagnóstico. Además, la resistencia a los antifúngicos puede ser un problema importante en algunas especies de hongos mitospóricos.

El ácido tenuazónico es un compuesto tóxico producido por algunos hongos fitopatógenos, como Pyrenophora teres y Pyrenophora tritici-repentis, que causan enfermedades en las plantas de cebada y trigo. Este ácido es una micotoxina que puede contaminar los cultivos y representar un riesgo para la salud humana y animal si se consume granos contaminados con estos hongos.

El ácido tenuazónico es un potente inhibidor de la síntesis de proteínas en células eucariotas, lo que puede llevar a una variedad de efectos tóxicos, como daño hepático y renal, trastornos del sistema inmunológico y posiblemente cáncer. La exposición al ácido tenuazónico puede ocurrir a través de la ingesta de granos contaminados, el contacto dérmico o la inhalación de polvo contaminado.

Es importante destacar que los niveles permisibles de ácido tenuazónico en los alimentos están regulados por las autoridades sanitarias de muchos países para garantizar la seguridad del suministro alimentario.

Los hongos (singular: hongo), también conocidos como mohos y levaduras en ciertos contextos, son organismos unicelulares o pluricelulares que pertenecen al reino Fungi. A diferencia de las plantas y animales, los hongos no contienen clorofila y por lo tanto no pueden realizar fotosíntesis. En su lugar, obtienen nutrientes descomponiendo materia orgánica muerta o parasitando plantas y animales vivos, incluidos los humanos.

En el cuerpo humano, los hongos normalmente viven en áreas húmedas y cálidas como la boca, las uñas, la piel y el tracto digestivo más bajo sin causar ningún daño. Sin embargo, si el sistema inmunológico se debilita o el equilibrio normal de hongos en el cuerpo se altera, los hongos pueden multiplicarse rápidamente y causar una infección fúngica (micosis).

Ejemplos comunes de micosis incluyen la candidiasis (infección por el hongo Candida), la dermatofitosis (como pie de atleta, tiña del cuerpo e infecciones de las uñas) y las histoplasmosis (una enfermedad pulmonar causada por el hongo Histoplasma capsulatum). El tratamiento de estas infecciones generalmente implica medicamentos antifúngicos, que pueden administrarse tópicamente, oralmente o incluso intravenosamente, dependiendo de la gravedad y la ubicación de la infección.

La microbiología del aire es una subdisciplina de la microbiología que se ocupa del estudio de los microorganismos, como bacterias, hongos, virus y endospore, que se encuentran presentes en la atmósfera. Estos microorganismos pueden encontrarse suspendidos en el aire o asentados sobre diversas superficies. El análisis de la calidad microbiana del aire es importante en diversos campos, como la salud pública, la medicina, la industria alimentaria y farmacéutica, así como en la investigación científica.

Existen diferentes métodos para la recogida y cultivo de microorganismos del aire, incluyendo el uso de impactores, sedimentadores y ciclones. Una vez recolectados, los microorganismos se identifican y cuantifican mediante técnicas microbiológicas convencionales o por métodos moleculares más modernos, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).

El estudio de la microbiología del aire es relevante en el contexto de la salud humana y animal, ya que la exposición a ciertos microorganismos presentes en el aire puede causar enfermedades respiratorias e infecciones. Además, el análisis de la calidad microbiana del aire es importante en entornos controlados, como hospitales y laboratorios, para garantizar un ambiente seguro y estéril.

En resumen, la microbiología del aire se refiere al estudio científico de los microorganismos presentes en el aire y sus posibles efectos sobre la salud humana y animal, así como en diversas industrias y entornos controlados.

Cladosporium es un género de hongos que se encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza. Estos hongos son saprofitos, lo que significa que viven y crecen en materia orgánica muerta como plantas, frutas y vegetales en descomposición. También pueden ser agentes causantes de enfermedades en humanos y animales, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

Los hongos Cladosporium producen esporas que se dispersan fácilmente por el aire y pueden causar reacciones alérgicas en algunas personas. También pueden crecer en materiales húmedos como papel, telas y moquetas, lo que puede provocar daños y mal olor.

En medicina, la infección por Cladosporium se conoce como cladosporiosis. Las infecciones más comunes incluyen dermatitis (inflamación de la piel), onicomicosis (infección de las uñas) y sinusitis (inflamación de los senos paranasales). El tratamiento de estas infecciones suele incluir medicamentos antifúngicos, ya sea en forma tópica o sistémica.

Las enfermedades de las plantas se refieren a los trastornos o afecciones que dañan el crecimiento, la estructura o la supervivencia general de las plantas. Estas enfermedades pueden ser causadas por diversos factores, incluyendo patógenos vegetales (como bacterias, hongos, virus u oomycetes), condiciones ambientales adversas (temperatura extrema, humedad relativa baja o alta, deficiencia nutricional del suelo), ataques de plagas (insectos, ácaros, nematodos) y trastornos fisiológicos inducidos por estresores abióticos.

Los síntomas asociados con las enfermedades de las plantas varían ampliamente dependiendo del agente causal y la especie vegetal afectada. Algunos signos comunes incluyen manchas foliares, marchitez, clorosis (coloración amarillenta), necrosis (muerte de tejidos), crecimiento anormal, moho, mildiu, cancro y decoloración vascular.

El diagnóstico preciso de las enfermedades de las plantas requiere un examen cuidadoso de los síntomas y la identificación del agente causal mediante técnicas de laboratorio. El control y la prevención de estas enfermedades pueden implicar una variedad de estrategias, que incluyen la mejora de las condiciones culturales, el uso de resistentes o tolerantes a enfermedades variedades, la aplicación de fungicidas, bactericidas o virucidas apropiados, y la implementación de prácticas de manejo integrado de plagas (MIP).

La palabra "citrus" no es en realidad una definición médica, sino más bien un término taxonómico que se refiere a un género de plantas con flores en la familia Rutaceae. Las plantas de citrus son originarias de Asia tropical y subtropical y producen frutos cítricos comestibles como naranjas, limones, pomelos y limas.

Sin embargo, en un contexto médico, los cítricos a veces se mencionan en relación con alergias alimentarias o reacciones adversas a los alimentos. Algunas personas pueden experimentar una reacción alérgica después de comer frutas cítricas, aunque esto es relativamente raro.

También se ha sugerido que el consumo regular de cítricos puede tener beneficios para la salud, como reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, aunque se necesita más investigación para confirmar estos posibles beneficios.

Las esporas fúngicas son estructuras reproductivas microscópicas producidas por hongos. Son extremadamente pequeñas, típicamente medidas en micras, y pueden ser transportadas fácilmente por el aire, agua o animales. Existen varios tipos de esporas fúngicas, cada una con un propósito y mecanismo de dispersión específicos.

Las esporas fúngicas se clasifican generalmente en dos categorías: esporas asexuales (mitósporas) y esporas sexuales (meiosporas). Las mitósporas se producen asexualmente durante el crecimiento vegetativo del hongo, mientras que las meiosporas se forman después de la reproducción sexual.

Las esporas fúngicas juegan un papel crucial en la propagación y supervivencia de los hongos. Pueden sobrevivir durante largos períodos en condiciones adversas y germinar cuando encuentran condiciones favorables, como humedad y nutrientes adecuados, lo que resulta en el crecimiento del micelio (hifa) y la posterior colonización de nuevos hábitats.

Es importante mencionar que algunas esporas fúngicas pueden causar infecciones en humanos, animales e incluso plantas. Estas infecciones se conocen como micosis y varían en gravedad desde leves a potencialmente mortales, dependiendo del tipo de hongo y la salud del huésped.

No existe una definición médica específica para 'conceptos meteorológicos'. Sin embargo, en el campo de la medicina, los conceptos meteorológicos pueden hacer referencia a cómo ciertos fenómenos meteorológicos como la temperatura, la humedad, la presión barométrica y los patrones de lluvia pueden influir en la salud humana.

Por ejemplo, las bajas temperaturas pueden aumentar el riesgo de hipotermia y otras afecciones relacionadas con el frío, mientras que las altas temperaturas pueden desencadenar problemas de salud como el golpe de calor o la deshidratación. La humedad alta puede empeorar los síntomas del asma y otros problemas respiratorios, y los cambios en la presión barométrica pueden desencadenar migrañas y dolores articulares en algunas personas.

Es importante que los profesionales médicos tengan en cuenta estos factores meteorológicos al evaluar y tratar a los pacientes, especialmente a aquellos con afecciones crónicas o sensibilidades conocidas a los cambios climáticos.

Los alérgenos son sustancias o agentes que pueden causar una respuesta alérgica en individuos sensibilizados. Estas sustancias, cuando entran en contacto con el sistema inmunológico de una persona alérgica, desencadenan la producción de anticuerpos IgE específicos, los cuales se unen a los mastocitos y basófilos, provocando la liberación de mediadores químicos que causan los síntomas alérgicos. Los alérgenos pueden encontrarse en el ambiente, como el polen, los ácaros del polvo, los hongos y los mohos, o en alimentos, medicamentos y picaduras de insectos. La reacción alérgica puede variar desde síntomas leves hasta reacciones graves que ponen en peligro la vida, como el shock anafiláctico.

Los antígenos fúngicos son sustancias extrañas, generalmente proteínas o polisacáridos, que se encuentran en la pared celular de hongos y que pueden desencadenar una respuesta inmunitaria en un organismo huésped. Estos antígenos pueden ser utilizados por el sistema inmune para reconocer y combatir infecciones fúngicas. Algunos ejemplos de antígenos fúngicos incluyen la glucana, la manoproteína y la galactomanana, que se encuentran en hongos como Candida albicans, Aspergillus fumigatus y Cryptococcus neoformans. La detección de antígenos fúngicos en fluidos corporales puede ser útil en el diagnóstico y seguimiento de infecciones fúngicas invasivas.

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