Un péptido opiáceo endógeno derivado de la BETA-LIPOTROPINA del sistema pro-opiomelanocortina (POMC). Es la secuencia de 16 aminoácidos da extremidad N-terminal de la BETA-ENDORFINA, diferindo de la GAMA-ENDORFINA por un aminoácido (beta-endorfina 1-17).
Un péptido opiáceo endógeno derivado del péptido precursor pro-opiomelanocortina. Se diferencia de la ALFA-ENDORFINA en un aminoácido.
Uno de los tres grupos principales de péptidos opiáceos endógenos. Son grandes péptidos derivados del precursor de la PROOPIOMELANOCORTINA. Los miembros conocidos de este grupo son las endorfinas alfa, beta y gamma. El término endorfina también se usa a veces para referirse a todos los péptidos opiáceos, pero aquí se usa en el sentido más limitado; PÉPTIDOS OPIÁCEOS se emplea para el grupo más amplio.
Un péptido constituído por una secuencia de 61-91 aminoácidos de la hormona pituitaria endógena BETALIPOTROPINA. Los primeros cuatro aminoácidos muestran una secuencia tetrapéptida común con la ENCEFALINA METIONINA y la ENCEFALINA LEUCINA. El compuesto muestra una actividad similar a los opiáceos. La inyección de betaendorfina induce una analgesia profunda en todo el cuerpo durante varias horas. Esta acción se revierte después de la administración de naloxona.

La alfa-endorfina es una endorfinas, que son opioides naturales producidos en el cuerpo humano. Se sintetiza y almacena en la glándula pituitaria y se libera en respuesta a estrés, dolor intenso o durante un ejercicio vigoroso. La alfa-endorfina tiene propiedades analgésicas y puede producir una sensación de bienestar y relajación. También está involucrada en recompensa y refuerzo de comportamientos, como el consumo de alimentos y drogas adictivas. Los niveles elevados de alfa-endorfina se han asociado con una disminución en la percepción del dolor y un aumento en las sensaciones positivas.

La gamma-endorfina es un péptido opioide endógeno, que es producido naturalmente en el cuerpo humano. Se sintetiza a partir de la proopiomelanocortina (POMC), una proteína precursora grande, junto con otras hormonas y péptidos como la adrenocorticotropina (ACTH) y la beta-endorfina.

La gamma-endorfina se caracteriza por tener una estructura de ocho aminoácidos y actúa como un neurotransmisor en el sistema nervioso central. Se une a los receptores opioides en el cerebro, lo que lleva a efectos similares a los del opio, incluyendo la reducción del dolor, la disminución de la ansiedad y la inducción de sensaciones de bienestar y euforia.

La gamma-endorfina se libera en respuesta al estrés físico intenso, como el ejercicio vigoroso o el dolor, y también se cree que desempeña un papel en la regulación del apetito, el sueño y las emociones. Los niveles elevados de gamma-endorfina se han relacionado con estados de ánimo positivos y una mayor tolerancia al dolor.

Las endorfinas son neurotransmisores peptídicos que se producen naturalmente en el cuerpo humano y actúan como analgésicos naturales y potenciadores del estado de ánimo. Se sintetizan en el hipocampo y la glándula pituitaria y se liberan en respuesta a estímulos dolorosos, estrés emocional intenso o durante situaciones placenteras como el ejercicio, el sexo o el consumo de alimentos agradables. Las endorfinas interactúan con los receptores opioides en el cerebro para reducir el dolor y generar sensaciones de bienestar y euforia. También están involucradas en diversos procesos fisiológicos, como la modulación del sistema inmunológico y la regulación del sueño y el apetito.

La beta-endorfina es un tipo de endorfinas, que son opioides endógenos producidos naturalmente en el cuerpo humano. Se sintetiza a partir de la proopiomelanocortina (POMC), una proteína precursora que también da lugar a otras hormonas y neurotransmisores, como la adrenocorticotropina (ACTH) y la melanocortina.

La beta-endorfina se encuentra en varias partes del cuerpo, incluyendo el cerebro, la glándula pituitaria y el sistema nervioso periférico. Tiene propiedades analgésicas y eufóricas similares a los opiáceos, y desempeña un papel importante en la modulación del dolor, las emociones y la respuesta al estrés.

La liberación de beta-endorfina se produce en respuesta a diversos estímulos, como el ejercicio intenso, la estimulación del sistema nervioso simpático y el dolor agudo. También puede desencadenarse por factores psicológicos, como la expectativa de recompensa o el placer.

La beta-endorfina se une a los receptores opioides en el cerebro y el sistema nervioso periférico, lo que provoca una variedad de efectos fisiológicos y comportamentales, como la reducción del dolor, la disminución de la ansiedad y la mejora del estado de ánimo.

La investigación sobre la beta-endorfina y otras endorfinas ha contribuido a nuestra comprensión de los sistemas de recompensa y refuerzo del cerebro, así como de los mecanismos de control del dolor y las emociones. Sin embargo, aún queda mucho por aprender sobre el papel exacto de estas moléculas en la fisiología y la patología humanas.

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