Afección causada por la exposición prolongada a un exceso de HORMONA DE CRECIMIENTO HUMANA en adultos. Se caracteriza por alargamiento óseo de la CARA, mandibula (PROGNATISMO), manos, PIE, CABEZA y TÓRAX. La etiologia mas común es un ADENOMA HIPOFISARIO SECRETOR DE HORMONA DEL CRECIMIENTO (Traducción libre del original: Joynt, Clinical Neurology, 1992, Ch36, pp79-80).
Hormona polipéptido 191 aminoácido segregada por la adenohipófisis humana (GLÁNDULA PITUITARIA ANTERIOR), también conocida como somatotropina. La hormona del crecimiento sintética, llamada somatropina, ha reemplazado a la forma natural en el tratamiento del enanismo en niños con deficiencia de hormona del crecimiento.
Tumor hipofisario que segrega HORMONA DEL CRECIMIENTO. En el hombre, el exceso de HORMONA DEL CRECIMIENTO da lugar a la ACROMEGALIA.
Neoplasias que surgen de o que metastizan a la HIPÓFISIS. La mayoría de las neoplasias hipofisarias son adenomas, los que se dividien en formas secretoras y no secretoras. Las formas productoras de hormonas se clasifican por el tipo de hormona que segregan. Los adenomas hipofisarios pueden caracterizarse también por sus propiedades a la tinción (ver ADENOMA, BASÓFILO; ADENOMA, ACIDÓFILO; y ADENOMA, CROMÓFOBO). Los tumores hipofisarios pueden comprimir a las estructuras adyacentes, entre las que se incluyen el HIPOTÁLAMO, varios NERVIOS CRANEALES, y el QUIASMA ÓPTICO. La compresión del quiasma puede producir HEMIANOPSIA bilateral.
Potente análogo sintético, de larga actividad del octapéptido de SOMATOSTATINA, que inhibe la secreción de la HORMONA DEL CRECIMIENTO y es utilizada en el tratamiento de tumores secretores de hormonas, DIABETES MELLITUS, HIPOTENSIÓN ORTOSTÁTICA, HIPERINSULINISMO, hipergastrinemia y las fístulas del intestino delgado.
Hormona polipeptídica producida en el hipotálamo y en otros tejidos y órganos. Inhibe la liberación de la hormona del crecimiento humano y también modula acciones fisiológicas importantes del riñón, páncreas y tracto gastrointestinal humano. Los receptores de la somatostatina están ampliamente extendidos en el cuerpo. La somatostatina también actúa como un neurotransmisor en los sistemas nervioso central y periférico.
Estado de CRECIMIENTO acelerado y excesivo del niño o el adolescente, que están expuestos a un exceso de HORMONA DE CRECIMIENTO HUMANA antes del cierre de la EPÍFISIS. Generalmente está causado por hiperplasia somatotrofa o ADENOMA HIPOFISARIO SECRETOR DE HORMONA DEL CRECIMIENTO. Estos pacientes son de estatura anormalmente elevada, mas de 3 desviaciones estándar por encima de la estatura media normal para la edad.
Péptido básico bien caracterizado que se considera que es secretado por el hígado y que circula en la sangre. Tiene actividades de regulación del crecimiento, similar a la insulina y mitogénica. Este factor de crecimiento tiene una dependencia fundamental, pero no absoluta, de la HORMONA DEL CRECIMIENTO. Se piensa que es principalmente activo en adultos, a diferencia del FACTOR II DEL CRECIMIENTO SIMILAR A LA INSULINA, que es un factor fundamental de crecimiento fetal.
Polipéptido que es secretada por la ADENOHIPÓFISIS. La hormona del crecimiento, también conocida como somatotropina, estimula la mitosis, la diferenciación celular y el crecimiento celular. Hormonas de crecimiento específicos para cada especie se han sintetizado.
Tumor epitelial benigno con organización glandular.
Un alcaloide semi-sintético de ergot que es un agonista del receptor D2 de la dopamina. Suprime la secreción de prolactina y es utilizado para tratar la amenorrea, la galactorrea y la infertilidad femenina y ha sido propuesto para la enfermedad de Parkinson.
En el sistema de clasificación antiguo de los adenomas hipofisiarios, adenoma cuyas células se tiñen con colorantes ácidos; la mayoría de los adenomas que segregan cantidades excesivas de hormona del crescimiento formaban parte de este grupo. (Dorland, 28a ed)
Péptido hipotalámico que regula la síntesis y secreción de la HORMONA DEL CRECIMIENTO en la hipófisis anterior.
Hormona tripéptida que se origina en el HIPOTÁLAMO y estimula la secreción de la TIROTROPINA de la HIPÓFISIS. En humanos, también actúa como un factor liberador de la prolactina. Es también un neurotransmisor en el sistema nervioso central.
Proteínas de la superficie celular que se unen con alta afinidad a la HORMONA DEL CRECIMIENTO y generan cambios intracelulares que influyen en el comportamiento celular. La activación de los receptores de la hormona del crecimiento regula el transporte de aminoácidos a través de las membranas celulares, la traducción del ARN de las proteínas, la transcripción del ADN y el catabolismo de proteínas y aminoácidos en muchos tipos celulares. Muchos de estos efectos son mediados indirectamente a través de la estimulación de la liberación de somatomedinas.
Una serie de alcaloides estructuralmente relacionados que contienen la estructura básica de la ergolina.
Péptidos cuyos extremos amino y carboxi están unidos mediante unión peptídica formando una cadena circular. Algunos de estos compuestos son AGENTES ANTIINFECCIOSOS. Algunos de ellos son de síntesis no ribosómica (BIOSÍNTESIS PEPTÍDICA NO RIBOSÓMICA).
Tumor benigno de la hipófisis anterior en el cual las células no se colorean con colorantes ácidos o básicos.
Adenoma hipofisario que segrega PROLACTINA, lo que produce HIPERPROLACTINEMIA. Las manifestaciones clínicas incluyen AMENORREA; GALACTORREA; IMPOTENCIA; CEFALEAS; trastornos visuales; y RINORREA DE LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO.
Niveles elevados de PROLACTINA en SANGRE, que pueden asociarse con AMENORREA y GALACTORREA. Entre las etiologías más comunes se incluyen el PROLACTINOMA, efecto de medicamentos, INSUFICIENCIA RENAL, enfermedades granulomatosas de la HIPÓFISIS y trastornos que interfieren con la inhibición hipotalámica de la liberación de prolactina. También puede darse la producción ectópica (no hipofisaria) de prolactina (Adaptación del original: Joynt, Clinical Neurology, 1992, Ch36, pp77-8).
Pequeña glándula impar situada en la SILLA TURCA. Está unida al HIPOTÁLAMO por un corto tallo que se llama infundíbulo (vea HIPÓFISIS).
Presencia de una lengua excesivamente grande, que puede ser congénita o que puede desarrollarse como resultado de un tumor o edema producido por la obstrucción de los vasos linfáticos, o puede producirse en asociación con un hiperpituitarismo o acromegalia. Puede asociarse también con mala oclusión debido a la presión de la lengua sobre los dientes.
Hueso irregular e impar situado en la BASE DEL CRÁNEO y acuñado entre los huesos frontales, temporales y occipitales (HUESO FRONTAL.
Sustancias químicas que poseen un efecto regulador específico sobre la actividad de determinado órgano u órganos. El término se aplicó originalmente a las sutancias segregadas por diversas GLÁNDULAS ENDOCRINAS y transportadas a través del torrente sanguíneo hacia los órganos diana. A veces se incluyen aquellas sustancias que no son producidas por las glándulas endocrinas pero que tienen efectos similares.
Atención regresiva de los dientes, caracterizada por un desarrollo excesivo del cemento secundario sobre la superficie dental; puede afectar a cualquier parte de la raíz, pero es más frecuente que afecte a los dos tercios apicales. (Dorland, 28a ed)
DISPLASIA FIBROSA ÓSEA que afecta varios huesos. Cuando se acompaña de pigmentación melanótica (MANCHAS CAFÉ CON LECHE) e hiperfunción endocrina múltiple se le conoce como síndrome de Albright.
Prueba para determinar la capacidad de un individuo de mantener la HOMEOSTASIS de la GLUCEMIA. Incluye la medida de los niveles de glucemia en estado de ayuna y en intervalos determinados, antes y después de la ingesta oral de glucosa (75 o 100 g) o la infusión intravenosa (0.5 g/kg).
Substancias químicas que inhiben la función de las glándulas endocrinas, la biosíntesis de las hormonas que éstas segregan, o la acción de las hormonas en sus sitios específicos.
Extirpación o destrucción quirúrgica de la hipófisis o glándula pituitaria. (Dorland, 28a ed)
Cirugías realizadas en cualquier glándula endocrina.

La acromegalia es un trastorno hormonal poco común que ocurre cuando el cuerpo produce demasiada hormona del crecimiento después de la edad adulta. La glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro, produce esta hormona.

La causa más común de acromegalia es un tumor benigno (no canceroso) en la glándula pituitaria llamado adenoma pituitario. Este tumor produce una cantidad excesiva de hormona del crecimiento, lo que provoca el crecimiento anormal de los huesos y tejidos en todo el cuerpo.

Los síntomas más comunes de la acromegalia incluyen:

* Cambios graduales en el tamaño y forma de las manos, pies y cara
* Dolor articular y muscular
* Agotamiento y fatiga
* Sudoración excesiva
* Problemas respiratorios durante el sueño (apnea del sueño)
* Cambios en la visión
* Irregularidades menstruales en las mujeres
* Disfunción eréctil en los hombres

El diagnóstico de acromegalia puede ser difícil, ya que los síntomas pueden desarrollarse gradualmente durante muchos años. El tratamiento temprano es importante para prevenir complicaciones graves, como diabetes, enfermedad cardiovascular y cáncer.

El tratamiento de la acromegalia generalmente implica cirugía para extirpar el tumor pituitario, seguida de radioterapia o medicamentos para reducir los niveles de hormona del crecimiento en el cuerpo. La terapia de reemplazo hormonal también puede ser necesaria después del tratamiento para mantener los niveles hormonales normales.

La Hormona de Crecimiento Humano (HGH), también conocida como Somatotropina, es una hormona peptídica que se produce en el cuerpo humano. Es producida por la glándula pituitaria anterior y desempeña un papel crucial en el crecimiento y desarrollo del cuerpo.

La HGH ayuda a regular diversas funciones corporales, incluyendo:

1. El crecimiento y desarrollo de los tejidos y órganos corporales.
2. La regulación del metabolismo de las grasas, azúcares y proteínas.
3. El fortalecimiento del sistema inmunológico.
4. El mantenimiento de la masa muscular y ósea.
5. El influir en el proceso de envejecimiento.

La producción de HGH alcanza su punto máximo durante la adolescencia y comienza a disminuir a medida que una persona envejece. Un déficit de esta hormona puede causar diversos problemas de salud, como el enanismo en los niños y la osteoporosis y la sarcopenia en los adultos. Por otro lado, un exceso de HGH puede dar lugar a diversas afecciones, como el gigantismo en los niños y el acromegalia en los adultos.

Un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento, también conocido como adenoma somatotropo, es un tipo específico de tumor benigno que se desarrolla en la glándula pituitaria, una pequeña glándula situada en la base del cerebro. Este tumor produce y secreta excesivamente la hormona del crecimiento (GH), lo que puede dar lugar a una serie de síntomas y complicaciones de salud.

La hormona del crecimiento desempeña un papel importante en el crecimiento y desarrollo normal de los tejidos y órganos del cuerpo, especialmente durante la infancia y la adolescencia. Sin embargo, cuando se produce en exceso, como ocurre con este tipo de adenoma hipofisario, puede provocar diversas anomalías y trastornos.

Algunos de los síntomas más comunes asociados con un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento incluyen:

* Acromegalia: Un trastorno que se caracteriza por el crecimiento excesivo de los huesos de la cara, las manos y los pies, así como por otros signos y síntomas, como sudoración excesiva, fatiga, dolores articulares y rigidez. La acromegalia suele desarrollarse en adultos y puede causar diversas complicaciones de salud graves, como diabetes, hipertensión arterial y problemas cardíacos, si no se trata adecuadamente.
* Gigantismo: Un trastorno que se produce cuando un niño produce excesivamente la hormona del crecimiento antes de alcanzar la pubertad. Esto puede dar lugar a un crecimiento excesivo y rápido de los huesos, lo que puede provocar una estatura anormalmente alta y diversas complicaciones de salud asociadas.
* Otros síntomas: Los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento también pueden causar diversos síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, visión doble o borrosa y problemas de equilibrio. Además, estos tumores pueden comprimir otras estructuras cercanas a la glándula pituitaria, lo que puede causar diversas complicaciones de salud graves.

El tratamiento de un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento depende de varios factores, como el tamaño y la localización del tumor, así como de los síntomas y las complicaciones asociadas. Los posibles tratamientos incluyen:

* Cirugía: La extirpación quirúrgica del tumor es el tratamiento preferido para la mayoría de los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento. La cirugía puede realizarse mediante diversas técnicas, como la transesfenoidal o la transcraneal, en función del tamaño y la localización del tumor.
* Radioterapia: La radioterapia se utiliza a menudo para tratar los adenomas hipofisarios secretores de hormona del crecimiento que no se pueden extirpar completamente mediante cirugía o que han recurrido después del tratamiento quirúrgico. La radioterapia puede administrarse mediante diversas técnicas, como la terapia de protones o la radiocirugía estereotáctica.
* Medicamentos: Los medicamentos pueden utilizarse para controlar los síntomas y las complicaciones asociadas con un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento. Los posibles medicamentos incluyen los agonistas de la dopamina, como el bromocriptina o el cabergolina, que pueden reducir la producción de hormona del crecimiento y aliviar los síntomas asociados con el hipersecreción de esta hormona. Además, se pueden utilizar diversos medicamentos para tratar los síntomas neurológicos asociados con estos tumores, como los analgésicos o los anticonvulsivantes.

En resumen, el tratamiento de un adenoma hipofisario secretor de hormona del crecimiento depende de diversos factores, como el tamaño y la localización del tumor, la edad y el estado de salud general del paciente y la presencia o ausencia de síntomas y complicaciones asociadas. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia y medicamentos, y se personaliza en función de las necesidades y preferencias de cada paciente.

Las neoplasias hipofisarias son tumores que se originan en la glándula pituitaria, una pequeña estructura situada en la base del cerebro. La glándula pituitaria es responsable de producir y regular varias hormonas importantes para el funcionamiento adecuado del cuerpo.

Existen dos tipos principales de neoplasias hipofisarias: los adenomas hipofisarios y los carcinomas hipofisarios. Los adenomas hipofisarios son tumores benignos que representan alrededor del 10-15% de todas las neoplasias intracraneales. Por otro lado, los carcinomas hipofisarios son extremadamente raros y se consideran malignos debido a su capacidad de diseminarse a otras partes del cuerpo (metástasis).

La mayoría de los adenomas hipofisarios son pequeños y no causan síntomas clínicos. Sin embargo, cuando crecen lo suficiente, pueden comprimir la glándula pituitaria y alterar la producción hormonal, lo que lleva a diversas manifestaciones clínicas dependiendo del tipo de hormona afectada. Los adenomas hipofisarios también pueden provocar dolores de cabeza, déficits visuales o, en casos más graves, hidrocefalia (acumulación excesiva de líquido cerebroespinal en el cráneo).

El tratamiento de las neoplasias hipofisarias depende del tipo, tamaño y localización del tumor, así como de la presencia o ausencia de síntomas clínicos. Las opciones terapéuticas incluyen la cirugía, la radioterapia y la terapia médica con fármacos que regulan la producción hormonal o inhiben el crecimiento del tumor.

El octreótido es un análogo sintético de la hormona somatostatina, que se utiliza en el tratamiento de diversas afecciones médicas. Es un octapéptido que inhibe la liberación de varias hormonas, incluyendo la gastrina, la insulina, el glucagón y la somatotropina o hormona del crecimiento.

En la práctica clínica, el octreótido se emplea en el manejo de diversos trastornos endocrinos y gastrointestinales. Algunas de sus indicaciones más comunes incluyen:

1. Tumores secretorios de hormonas: El octreótido es eficaz en el tratamiento de tumores neuroendocrinos que secretan excesivamente hormonas, como los tumores carcinoides y los glucagonomas. Al inhibir la liberación de estas hormonas, ayuda a controlar los síntomas asociados con estos trastornos, como diarrea, flushing o enrojecimiento cutáneo y dolor abdominal.

2. Enfermedad de Zollinger-Ellison: Esta es una afección poco frecuente en la que el estómago produce excesivamente ácido, lo que provoca úlceras gástricas y duodenales. El octreótido reduce la producción de ácido gástrico, contribuyendo al alivio de los síntomas y a la curación de las úlceras.

3. Prevención de hemorragias en varices esofágicas: En pacientes con cirrosis hepática, el octreótido puede utilizarse para prevenir o tratar las hemorragias debidas a la ruptura de varices esofágicas. El fármaco disminuye el flujo sanguíneo en los vasos dilatados y reduce el riesgo de sangrado.

4. Diarrea incontrolada: En algunas situaciones, el octreótido puede emplearse para tratar la diarrea rebelde a otros tratamientos. El fármaco disminuye la secreción intestinal y ralentiza el tránsito intestinal, contribuyendo al control de los síntomas.

5. Acromegalia: Esta es una enfermedad poco común causada por un tumor hipofisario que produce excesivamente hormona del crecimiento. El octreótido puede utilizarse para controlar los niveles de hormona del crecimiento y aliviar los síntomas asociados con la acromegalia, como sudoración excesiva, dolores articulares y cefaleas.

El octreótido se administra generalmente por vía intravenosa o subcutánea. Las dosis y la duración del tratamiento varían en función de la afección que se trate y de la respuesta individual al fármaco. Los efectos secundarios más comunes del octreótido incluyen náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, flatulencia, dolor abdominal y cambios en los niveles de glucosa en sangre. En raras ocasiones, el fármaco puede causar problemas hepáticos, cardiovasculares o renales. Es importante informar al médico de cualquier efecto secundario que se produzca durante el tratamiento con octreótido.

La somatostatina es una hormona inhibitoria que se sintetiza y secreta principalmente por células neuroendocrinas especializadas en el sistema gastrointestinal (principalmente en el intestino delgado) y en el páncreas (por células delta en los islotes de Langerhans). También se produce en menor medida en otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso central.

Tiene una función importante en la regulación de diversos procesos fisiológicos, especialmente en la inhibición de la secreción de varias hormonas, incluyendo la insulina, el glucagón, la gastrina, la secretina y la motilina. Además, también puede influir en la regulación de la presión arterial, el crecimiento celular y la respuesta inmunológica.

Existen dos formas principales de somatostatina, conocidas como SS-14 y SS-28, que difieren en su longitud y algunos de sus efectos biológicos. La forma más común, SS-14, tiene una vida media muy corta (aproximadamente 3 minutos) después de su liberación, lo que limita su alcance y duración de acción.

La somatostatina se utiliza en el tratamiento de diversas afecciones clínicas, como la diabetes mellitus, los tumores neuroendocrinos y las enfermedades gastrointestinales, entre otras. Sus efectos inhibitorios sobre la secreción hormonal y otros procesos fisiológicos pueden ayudar a controlar los síntomas y complicaciones de estas enfermedades.

El gigantismo es un trastorno hormonal poco frecuente que ocurre cuando la glándula pituitaria produce demasiada cantidad de hormona del crecimiento (GH) durante el período de crecimiento. Esto resulta en un crecimiento excesivo y rápido de los huesos y tejidos, lo que provoca una altura considerablemente mayor a la media.

La producción elevada de GH generalmente se debe a un tumor benigno (no canceroso) en la glándula pituitaria. A medida que el cuerpo crece demasiado rápido, los huesos pueden fortalecerse inadecuadamente, aumentando el riesgo de fracturas y dolores articulares. Además, el gigantismo puede causar otros síntomas como fatiga, sudoración excesiva, sensibilidad a la insulina, crecimiento anormal de las características faciales y del cuerpo, voz profunda y menstruaciones irregulares en mujeres.

El tratamiento suele implicar cirugía para extirpar el tumor o medicamentos para reducir la producción de GH. El pronóstico depende de la causa subyacente, pero en muchos casos, el tratamiento puede ayudar a controlar los síntomas y prevenir complicaciones adicionales.

El Factor de Crecimiento Similar a la Insulina 1 (IGF-1, por sus siglas en inglés) es una hormona peptídica que se parece estructural y funcionalmente a la insulina. Es producida principalmente por el hígado bajo la estimulación de la hormona del crecimiento (GH). El IGF-1 desempeña un papel crucial en el crecimiento y desarrollo durante la infancia y la adolescencia, promoviendo la proliferación celular, la diferenciación y la supervivencia celular.

Además de su papel en el crecimiento y desarrollo, el IGF-1 también participa en diversos procesos fisiológicos en adultos, como el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas, la neuroprotección, la cicatrización de heridas y la homeostasis de tejidos. Los niveles anormales de IGF-1 se han relacionado con diversas afecciones clínicas, como el enanismo y el gigantismo debido a trastornos en la producción o acción de la GH y el IGF-1, así como con diversas enfermedades crónicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y los cánceres.

En resumen, el Factor de Crecimiento Similar a la Insulina 1 es una hormona peptídica importante que media los efectos de la hormona del crecimiento en el crecimiento y desarrollo, así como en diversos procesos fisiológicos en adultos.

La hormona del crecimiento (GH) es una hormona peptídica que se sintetiza y secreta por las células somatotropas en el lóbulo anterior de la glándula pituitaria. También se conoce como somatotropina o hormona somatotrófica.

La GH desempeña un papel crucial en el crecimiento y desarrollo durante la infancia y la adolescencia, promoviendo el crecimiento y la división celular en los tejidos en crecimiento activo, especialmente en los huesos y los músculos. También ayuda a regular el metabolismo de las proteínas, los lípidos y los hidratos de carbono, influenciando así el balance energético del cuerpo.

La secreción de GH está controlada por un sistema complejo de retroalimentación negativa que involucra a otras hormonas, como la somatostatina y la grelina, y factores de liberación de la GH. La producción y secreción de GH se produce en respuesta a varios estímulos, como el sueño, el ejercicio físico, el ayuno y el estrés.

Los trastornos del eje hipotalámico-pituitario pueden causar un déficit o un exceso de GH, lo que puede dar lugar a diversas enfermedades y trastornos clínicos, como el enanismo y el gigantismo en los niños, y el acromegalia en los adultos.

Un adenoma es un tipo de tumor benigno (no canceroso) que se forma en las glándulas. Puede ocurrir en cualquier glándula del cuerpo, pero son más comunes en las glándulas situadas en el revestimiento del intestino delgado y en la próstata de los hombres.

Los adenomas suelen crecer muy lentamente y a menudo no causan ningún síntoma. Sin embargo, algunos tipos de adenomas pueden convertirse en cancerosos con el tiempo, especialmente si son grandes o si han existido durante mucho tiempo.

El tratamiento de un adenoma depende del tamaño y la ubicación del tumor. En algunos casos, se puede observar el crecimiento del tumor con exámenes regulares. En otros casos, se pueden necesitar cirugía o otras terapias para extirpar el tumor.

Es importante acudir al médico si se presentan síntomas como sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales o dolor abdominal inexplicable, ya que pueden ser señales de un adenoma o de otra afección médica grave.

La bromocriptina es un agonista de la dopamina que se utiliza en el tratamiento de diversas afecciones médicas, como el parkinsonismo, los trastornos hiperprolactinémicos y los tumores hipofisarios. Funciona almimeticando los efectos de la dopamina en el cuerpo.

En el tratamiento del parkinsonismo, la bromocriptina se utiliza para mejorar los síntomas motores, como la rigidez y el temblor. En los trastornos hiperprolactinémicos, se utiliza para reducir los niveles elevados de prolactina en la sangre, lo que puede causar problemas como irregularidades menstruales y disfunción sexual.

La bromocriptina también se utiliza en el tratamiento de tumores hipofisarios, como los prolactinomas y los acromegalias, ya que puede reducir el tamaño del tumor y controlar los niveles hormonales.

Los efectos secundarios comunes de la bromocriptina incluyen náuseas, vómitos, mareos, somnolencia y dolores de cabeza. En raras ocasiones, puede causar trastornos del ritmo cardíaco y psicosis. La dosis de bromocriptina debe ajustarse cuidadosamente para minimizar los efectos secundarios y maximizar los beneficios terapéuticos.

Un adenoma acidófilo, también conocido como adenoma hipofisario de células acidófilas o cromófobas, es un tipo específico de tumor benigno que se origina en la glándula pituitaria. Este tipo de tumor se compone de células que producen y secretan hormonas, llamadas células acidófilas o cromófobas, debido a su capacidad para absorber el colorante durante los procedimientos de tinción histológica.

Los adenomas acidófilos pueden causar diversos síntomas dependiendo de la hormona que produzcan y del tamaño del tumor. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

* Hiperprolactinemia (aumento de los niveles de prolactina en sangre), lo que puede causar irregularidades menstruales, disfunción sexual y producción excesiva de leche materna en mujeres no embarazadas o lactantes.
* Hipercortisolismo (aumento de los niveles de cortisol en sangre), también conocido como síndrome de Cushing, que se manifiesta con obesidad central, hipertensión arterial, diabetes mellitus, debilidad muscular, estrías cutáneas y cambios emocionales.
* Acromegalia (aumento del tamaño de los huesos y tejidos blandos), que se caracteriza por el engrosamiento de las manos y pies, aumento del tamaño de la mandíbula, frente prominente, voz ronca y otros signos relacionados con el crecimiento excesivo de los huesos y tejidos.
* Síntomas neurológicos, como dolores de cabeza, problemas de visión y déficits hormonales debido a la compresión del tumor sobre el tejido circundante.

El diagnóstico de un adenoma acidófilo se realiza mediante una combinación de técnicas de imagen, como la resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía computarizada (TC), y pruebas hormonales específicas. El tratamiento puede incluir cirugía, radioterapia o medicamentos, dependiendo del tipo y tamaño del tumor, así como de los síntomas asociados.

La hormona liberadora de hormona del crecimiento (GHRH, por sus siglas en inglés) es una hormona peptídica que se produce y secreta por el lóbulo anterior de la glándula hipófisis (una glándula endocrina localizada en el cerebro). Su función principal es estimular la producción y secreción de otra hormona, conocida como hormona del crecimiento (GH), también secretada por la hipófisis. La GHRH actúa sobre células específicas de la hipófisis llamadas somatotropos, induciendo su activación y desencadenando la producción e liberación de GH. A su vez, la hormona del crecimiento tiene un rol fundamental en diversos procesos fisiológicos, como el crecimiento y desarrollo durante la infancia y adolescencia, regulación del metabolismo energético, homeostasis glucídica y lipídica, entre otros. La GHRH es parte de un sistema complejo de retroalimentación negativa que regula la secreción de hormona del crecimiento, junto con otras hormonas y factores que modulan su acción, como la somatostatina y el factor de liberación de hormona del crecimiento (GHRF).

La Hormona Liberadora de Tirotropina (TRH, por sus siglas en inglés) es una hormona peptídica que consiste en tres aminoácidos: glutamina, histidina e isoleucina. Es producida y secretada por el hipotálamo, una parte del sistema nervioso central, y desempeña un papel fundamental en la regulación de la homeostasis de nuestro cuerpo.

Más específicamente, la TRH es responsable de estimular la producción y secreción de la hormona tirotropina (TSH) desde la glándula pituitaria anterior. La TSH a su vez regula la función de la glándula tiroides, promoviendo la liberación de las hormonas tiroideas triyodotironina (T3) y tetrayodotironina (T4). Estas hormonas tiroideas desempeñan un papel crucial en el metabolismo celular, el crecimiento y desarrollo, y la diferenciación de células en todo el cuerpo.

Por lo tanto, la TRH es una hormona clave en la regulación del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides, desempeñando un papel importante en la homeostasis endocrina y la salud general de un individuo.

Los receptores de somatotropina, también conocidos como receptores de hormona del crecimiento o receptores de GH, son proteínas transmembrana que se encuentran en la superficie celular. Se unen específicamente a la somatotropina o hormona del crecimiento (GH) secretada por la glándula pituitaria anterior.

La unión de la GH a sus receptores desencadena una cascada de eventos intracelulares que conducen a la activación de diversas vías de señalización, incluyendo la vía JAK-STAT (Janus kinase-signal transducer and activator of transcription) y las vías RAS/MAPK (mitogen-activated protein kinase).

La activación de estas vías conduce a una serie de respuestas fisiológicas, como el crecimiento y desarrollo en los niños, el metabolismo de proteínas, lípidos y carbohidratos, la regulación del equilibrio hídrico y electrolítico, y la función inmunitaria.

Los receptores de somatotropina se expresan en una variedad de tejidos, incluyendo el hígado, el músculo esquelético, el tejido adiposo, los tejidos óseos y el cerebro. Las mutaciones en el gen del receptor de somatotropina pueden dar lugar a trastornos del crecimiento y del metabolismo, como la deficiencia de hormona del crecimiento y el gigantismo.

Los ergolinas son una clase de compuestos químicos que derivan de la ergolina, un alcaloide presente en el cornezuelo del centeno y otros hongos. Estas sustancias tienen propiedades vasoconstrictoras y estimulantes del sistema nervioso central.

En medicina, los fármacos derivados de las ergolinas se utilizan principalmente en el tratamiento de trastornos neurológicos y psiquiátricos, como la migraña, el vértigo y las enfermedades de Parkinson. Algunos ejemplos de medicamentos ergolínicos son la dihidroergotoxina, la dihidropiridina y la metisergida.

Sin embargo, los fármacos ergolínicos también pueden tener efectos secundarios graves, como fibrosis retroperitoneal, valvulopatía cardíaca y trastornos psiquiátricos, especialmente si se utilizan en dosis altas o durante periodos prolongados. Por esta razón, su uso está restringido y se prefiere el empleo de fármacos no ergolínicos para el tratamiento de estas afecciones.

Los péptidos cíclicos son moléculas compuestas por aminoácidos enlazados entre sí mediante enlaces peptídicos, pero a diferencia de los péptidos y proteínas lineales, los extremos N-terminal y C-terminal de los péptidos cíclicos están unidos, formando un anillo. Esta estructura cíclica puede conferir a los péptidos cíclicos propiedades biológicas únicas, como mayor estabilidad y resistencia a la degradación enzimática, lo que ha despertado un gran interés en su uso en el desarrollo de fármacos y terapias.

Existen diferentes tipos de péptidos cíclicos, dependiendo del tipo de enlace que forma el anillo. Los más comunes son los lactamas, formados por un enlace entre el grupo carboxilo (-COOH) del C-terminal y el grupo amino (-NH2) del N-terminal; y los lactones, formados por un enlace entre el grupo carboxílico (-COOH) de un residuo de aminoácido y un grupo hidroxilo (-OH) de otro.

Los péptidos cíclicos se encuentran naturalmente en una variedad de organismos, desde bacterias hasta humanos, y desempeñan una amplia gama de funciones biológicas importantes, como la inhibición de enzimas, la modulación del sistema inmunológico y la actividad antimicrobiana. Además, los péptidos cíclicos también se han sintetizado artificialmente en el laboratorio para su uso en aplicaciones terapéuticas y diagnósticas.

Un adenoma cromófobo es un tipo raro de tumor ocre que se origina en la glándula pituitaria, ubicada en la base del cerebro. Este tipo de tumor se caracteriza por no producir melanina, una hormona que da color a los tejidos corporales, lo que le da el nombre de "cromófobo" (que significa "miedo al color").

Los adenomas cromófobos suelen ser benignos, pero pueden causar problemas de salud importantes debido a su proximidad a los nervios ópticos y al hipotálamo. Los síntomas más comunes incluyen dolores de cabeza, visión doble o borrosa, y trastornos hormonales que pueden afectar el crecimiento, la menstruación, el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo.

El tratamiento de los adenomas cromófobos puede incluir cirugía para extirpar el tumor, radioterapia o terapia médica con medicamentos que ayuden a controlar el crecimiento del tumor y los síntomas asociados. El pronóstico depende del tamaño y la localización del tumor, así como de la edad y la salud general del paciente.

Un prolactinoma es un tipo específico de tumor hipofisario, que se origina en la glándula pituitaria y produce una hormona llamada prolactina. Este tipo de tumor es benigno en la mayoría de los casos. La prolactina es responsable de la producción de leche materna durante el embarazo y después del parto, por lo que cuando un prolactinoma produce excesivas cantidades de esta hormona, puede causar una afección conocida como hiperprolactinemia.

Los síntomas en las mujeres pueden incluir irregularidades menstruales, falta de menstruación, producción excesiva de leche materna en ausencia de embarazo o lactancia (galactorrea), disminución del deseo sexual y fertilidad reducida. En los hombres, los síntomas pueden incluir disfunción eréctil, pérdida de libido, ginecomastia (crecimiento anormal de las glándulas mamarias en hombres), infertilidad y en raros casos, producción de leche materna.

El tamaño del prolactinoma también puede provocar síntomas relacionados con la presión sobre el nervio óptico, lo que podría dar lugar a problemas visuales como visión doble o borrosa, y dolores de cabeza. El tratamiento generalmente implica el uso de medicamentos que reducen los niveles de prolactina o, en algunos casos, cirugía para extirpar el tumor.

La hiperprolactinemia es un trastorno hormonal caracterizado por niveles séricos elevados de prolactina, la hormona hipofisaria que estimula la producción de leche materna. Normalmente, los niveles de prolactina en sangre son bajos en personas que no están embarazadas o lactando. Sin embargo, ciertos factores como el estrés, el ejercicio vigoroso o algunas comidas pueden desencadenar un ligero aumento temporal.

En la hiperprolactinemia, los niveles de prolactina permanecen crónicamente altos, lo que puede provocar diversos síntomas. En mujeres premenopáusicas, estos pueden incluir irregularidades menstruales, falta de ovulación, disminución de la libido, dolor en los pezones y flujo de leche espontáneo en ausencia de lactancia. Los hombres pueden experimentar disfunción eréctil, pérdida de libido, ginecomastia (crecimiento anormal de las mamas) y galactorrea (flujo de leche por el pezón).

La hiperprolactinemia puede ser causada por diversos factores, incluyendo tumores hipofisarios benignos llamados prolactinomas, enfermedades hipotálamo-hipofisarias, medicamentos que aumentan los niveles de prolactina (como algunos antipsicóticos y antidepresivos), cirugía hipofisaria previa o radiación, y trastornos renales y hepáticos graves. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre para medir los niveles de prolactina y, en algunos casos, imágenes de la glándula pituitaria. El tratamiento depende de la causa subyacente; puede incluir medicamentos que reduzcan la producción de prolactina o cirugía para extirpar tumores hipofisarios.

La hipófisis, también conocida como glándula pituitaria, es una glándula endocrina pequeña pero extremadamente importante ubicada en la base del cráneo dentro de la silla turca, que es un área especialmente adaptada en el hueso esfenoides. Se divide anatómicamente y funcionalmente en dos partes: la adenohipófisis (lóbulo anterior) y la neurohipófisis (lóbulo posterior).

La adenohipófisis produce y secreta varias hormonas importantes, incluyendo:
- La hormona del crecimiento (GH), que promueve el crecimiento y desarrollo en los niños y tiene efectos anabólicos en los adultos.
- La prolactina (PRL), que estimula la producción de leche materna después del parto.
- Las hormonas tiroideas estimulantes (TSH), que regulan la función de la glándula tiroides.
- La adrenocorticotropina (ACTH), que regula la producción de cortisol y otras hormonas esteroides por la corteza suprarrenal.
- La foliculoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH), que controlan la función reproductora en ambos sexos.
- La melanocitoestimulante (MSH) y la hormona inhibidora de la síntesis de melanina (HIMS), que participan en el control del color de la piel y el cabello.

La neurohipófisis almacena y libera dos hormonas producidas por el hipotálamo:
- La oxitocina, que desencadena la contracción uterina durante el parto y la eyección de leche materna durante la lactancia.
- La vasopresina o hormona antidiurética (ADH), que regula el equilibrio de agua en el cuerpo mediante el control de la reabsorción de agua a nivel renal.

La glándula pituitaria desempeña un papel fundamental en el control y coordinación del sistema endocrino, ya que regula la producción y secreción de otras hormonas en todo el cuerpo. Por lo tanto, cualquier trastorno o alteración en su función puede tener graves consecuencias para la salud.

La macroglosia es un término médico que se refiere al aumento del tamaño de la lengua. Puede variar en gravedad, desde una lengua ligeramente más grande de lo normal hasta una lengua excesivamente grande que interfiere con la función normal de habla, masticación, deglución y respiración. La macroglosia puede ser un rasgo distintivo de ciertas condiciones genéticas o adquiridas, como el síndrome de Down, el síndrome de Beckwith-Wiedemann, la amiloidosis y los tumores de la lengua. El tratamiento depende de la causa subyacente y puede incluir terapia del habla, cirugía o radioterapia.

El hueso esfenoides es un hueso central del cráneo que ayuda a formar el neurocráneo y parte del spláncrano. Tiene la forma de una mariposa y contribuye a formar los límites de las órbitas oculares, así como también forma parte del piso y laterales de la cavidad craneal. En su interior alberga los senos esfenoidales.

Está situado en la base del cráneo, entre el occipital, el temporal y los parietales. Tiene dos alas mayores, que se articulan con los parietales; dos alas menores, que forman parte de la órbita ocular; un cuerpo que forma parte del piso de la cavidad craneal y una apófisis basilar que desciende hacia la parte superior de la columna vertebral.

Lesiones o enfermedades en el hueso esfenoides pueden causar diversos síntomas, dependiendo de la ubicación y extensión de la lesión, incluyendo dolores de cabeza, problemas visuales, trastornos del olfato y del gusto, entre otros.

Las hormonas son compuestos químicos que actúan como mensajeros en el cuerpo y ayudan a regular diversas funciones y procesos, como el crecimiento y desarrollo, el metabolismo, el equilibrio salino, la respuesta al estrés, la reproducción y la función inmunológica. La mayoría de las hormonas se producen en glándulas endocrinas específicas, como la glándula pituitaria, el tiroides, las glándulas suprarrenales, los ovarios y los testículos, y luego se liberan directamente en el torrente sanguíneo para su difusión a células y tejidos diana en todo el cuerpo. Las hormonas pueden tener efectos estimulantes o inhibitorios sobre sus células diana, dependiendo de la naturaleza del mensajero químico y el tipo de receptor con el que interactúa. Un desequilibrio hormonal puede dar lugar a diversas afecciones y trastornos de salud.

La hipercementosis es un crecimiento excesivo benigno (no canceroso) del esmalte y la dentina en la raíz de un diente. Normalmente, el esmalte y la dentina solo cubren la corona del diente, que es la parte sobre el nivel de las encías. Sin embargo, en casos de hipercementosis, se depositan más esmalte y dentina en la raíz del diente por debajo del nivel de las encías.

Este proceso ocurre gradualmente con el tiempo y puede ser asintomático, lo que significa que no causa dolor ni incomodidad. La hipercementosis a menudo se descubre durante exámenes dentales de rutina o cuando se toman radiografías dentales. Aunque la causa exacta de la hipercementosis no está completamente clara, se cree que está relacionada con procesos inflamatorios crónicos en los tejidos de soporte del diente, como la periodontitis avanzada.

La hipercementosis en sí misma no es perjudicial y generalmente no requiere tratamiento, a menos que cause problemas estéticos o dificulte la limpieza dental, lo que podría aumentar el riesgo de caries dental y enfermedades de las encías. En tales casos, se pueden considerar opciones de tratamiento como el raspado y alisado radicular o, en última instancia, la extracción del diente si es necesario.

La displasia fibrosa poliostótica (DFP) es un trastorno poco frecuente del tejido conectivo que afecta el crecimiento y desarrollo de los huesos. Es una enfermedad benigna, aunque puede causar diversas complicaciones médicas. La DFP se caracteriza por la formación excesiva de tejido fibroso en lugar del tejido óseo normal durante el proceso de crecimiento y remodelación ósea. Esto puede llevar a una amplia gama de signos y síntomas, dependiendo de dónde y cuán extensamente se presente la displasia fibrosa.

La palabra "poliostótica" se refiere al patrón común de afectación en múltiples sitios óseos, aunque también existen formas monoostóticas (que afectan a un solo hueso). Los huesos largos, como los fémures, las tibias y los húmeros, son los más comúnmente afectados, pero cualquier hueso en el cuerpo puede verse involucrado. La displasia fibrosa puede causar lesiones óseas expansivas y líticas (disminución de la densidad mineral ósea), lo que lleva a una variedad de complicaciones, como fracturas espontáneas, deformidades óseas y dolor óseo.

La displasia fibrosa poliostótica puede presentarse en cualquier edad, pero generalmente se diagnostica durante la infancia o la adolescencia. Aproximadamente el 70% de los casos se diagnostican antes de los 30 años. La gravedad y el pronóstico de la DFP varían ampliamente, desde formas asintomáticas con lesiones óseas incidentales hasta formas más graves con afectación multisistémica y complicaciones significativas que pueden afectar la calidad de vida. El tratamiento suele ser multidisciplinario e implica el control de los síntomas, la prevención de las complicaciones y, en algunos casos, la intervención quirúrgica para corregir las deformidades óseas o estabilizar las fracturas.

La prueba de tolerancia a la glucosa (GTT, por sus siglas en inglés) es un examen médico que se utiliza para ayudar a diagnosticar prediabetes, diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina. La prueba mide cómo reacciona su cuerpo a una dosis específica de glucosa (azúcar en la sangre).

En esta prueba, se le pedirá que ayune durante la noche antes del examen. A continuación, se le administrará una bebida dulce que contiene una cantidad conocida de glucosa. Después de consumir la bebida, se tomarán muestras de su sangre cada 30 minutos durante un período de dos horas. Estas muestras se analizarán para medir los niveles de glucosa en la sangre en diferentes momentos después de ingerir la bebida dulce.

Si sus niveles de glucosa en la sangre son más altos de lo normal en dos o más de las muestras de sangre recolectadas durante el examen, es posible que tenga prediabetes o diabetes tipo 2. Los resultados de la prueba se interpretarán junto con otros factores, como su edad, peso, historial médico y síntomas, para hacer un diagnóstico preciso.

La prueba de tolerancia a la glucosa puede ser útil en situaciones en las que los niveles de glucosa en ayunas son normales pero se sospecha resistencia a la insulina o intolerancia a la glucosa. También se puede utilizar para monitorear el control de la glucosa en personas con diabetes tipo 1 y tipo 2.

Los antagonistas de hormonas son sustancias químicas que se unen a los receptores de una hormona específica y bloquean su acción en el cuerpo. Estos compuestos impiden que la hormona se una a su receptor, inhibiendo así la transducción de señales y la respuesta subsiguiente del tejido diana.

Los antagonistas de hormonas se utilizan a menudo en el tratamiento de diversas afecciones médicas. Por ejemplo, los antagonistas de los receptores de estrógenos, como el tamoxifeno y el fulvestrant, se emplean en el manejo del cáncer de mama positivo para receptores de estrógenos. Estos fármacos impiden que los estrógenos se unan a sus receptores, lo que inhibe el crecimiento y la proliferación de las células cancerosas.

Del mismo modo, los antagonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH), como la leuprolida y la goserelina, se utilizan en el tratamiento del cáncer de próstata avanzado. Al bloquear la acción de la GnRH, disminuyen los niveles de testosterona, lo que puede ayudar a ralentizar el crecimiento del tumor prostático.

En resumen, los antagonistas de hormonas son fármacos importantes en el tratamiento de diversas afecciones médicas, ya que interfieren con la unión de las hormonas a sus receptores y, por lo tanto, inhiben su acción en el cuerpo.

La hipofisectomía es un procedimiento quirúrgico en el que se extirpa total o parcial la glándula pituitaria (hipófisis), una glándula endocrina importante localizada en la base del cráneo dentro de la silla turca. La glándula pituitaria regula varias otras glándulas endocrinas y sus hormonas influyen en diversos procesos corporales, como el crecimiento, el metabolismo y la reproducción.

La hipofisectomía se realiza por diferentes razones, como tratar tumores hipofisarios que causan problemas de visión o déficit hormonales, controlar el crecimiento excesivo en personas con gigantismo o acromegalia, aliviar los síntomas de la hiperfunción hipofisaria y, en casos raros, como tratamiento paliativo para ciertos tipos de cáncer cerebral.

Existen diferentes técnicas quirúrgicas para llevar a cabo una hipofisectomía, incluyendo la vía transesfenoidal (a través del nasofoaringe) y la vía transcraneal (a través del cráneo). Cada método tiene sus propias indicaciones, ventajas y riesgos asociados. Después de la cirugía, los pacientes pueden necesitar monitoreo y tratamiento hormonal de reemplazo para mantener el equilibrio hormonal adecuado.

Los procedimientos quirúrgicos endocrinos se refieren a los diferentes tipos de cirugías realizadas en glándulas endocrinas y tejidos relacionados. Las glándulas endocrinas son parte del sistema endocrino, el cual regula diversas funciones del cuerpo mediante la producción y secreción de hormonas.

Algunos ejemplos comunes de procedimientos quirúrgicos endocrinos incluyen:

1. Tiroidectomía: extirpación parcial o total de la glándula tiroides, que puede ser realizada para tratar diversas afecciones como bocio, nódulos tiroideos o cáncer de tiroides.
2. Paratiroidectomía: extirpación de una o más glándulas paratiroides, generalmente indicada en casos de hiperparatiroidismo primario o tumores paratiroideos benignos o malignos.
3. Adrenalectomía: extirpación de una o ambas glándulas suprarrenales, que puede ser necesaria para tratar diversas afecciones como feocromocitoma, hiperplasia suprarrenal congénita o cáncer de glándula suprarrenal.
4. Pancreatectomía: extirpación parcial o total del páncreas, que puede ser necesaria en casos de pancreatitis crónica grave, tumores pancreáticos benignos o malignos, o insulinoma (tumor productor de insulina).
5. Extirpación de nódulos hipofisarios: extirpación quirúrgica de nódulos anormales en la glándula pituitaria, que pueden ser benignos o malignos y causar diversas afecciones hormonales.

Estos procedimientos requieren un alto grado de especialización y son generalmente realizados por cirujanos endocrinos con entrenamiento específico en el manejo quirúrgico de estas glándulas y órganos.

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