Una serie de pruebas para determinar si la parte del cerebro o el equilibrio del oído interno están causando mareos.
Procesos patológicos del LABERINTO VESTIBULAR que contiene parte del aparato del equilibrio. Los pacientes con enfermedades vestibulares muestran inestabilidad y se hallan en riesgo de frecuentes caídas.
Registro de nistagmo basado en cambios en el campo eléctrico que rodea al ojo producido por la diferencia en potenciales entre la córnea y la retina.
Una pequeña cámara ósea ovalada del oído interno, parte del laberinto óseo. Se continua con la CÓCLEA ósea anteriormente y con los CANALES SEMICIRCULARES posteriormente. Ell vestíbulo contiene dos sacos comunicados (el utrículo y el sáculo) que forman parte del aparato del sentido del equilibrio. En su pared lateral la ventana oval está ocupada por la base del ESTRIBO del OÍDO MEDIO.
Provocación de un nistagmo rotatorio por la estimulación de los canales semicirculares con agua o aire con temperatura superior o inferior a la del cuerpo. Con estimulación calórica tibia se desarrolla un nistagmo rotatorio que se desarrolla hacia el lado del oido estimulado; en frío, se aleja del lado estimulado. La ausencia de nistagmo indica que el laberinto no funciona.
Reflejo en el cual los impulsos son llevado desde las cúpulas de los CANALES SEMICIRCULARES y de la MEMBRANA OTOLÍTICA del SÁCULO y el UTRÍCULO a través de los NÚCLEOS VESTIBULARES del TALLO CEREBRAL y el fascículo medio longitudinal a los núcleos del NERVIO OCULOMOTOR. Funciona para mantener una imagen estable en la retina durante la rotación de la cabeza generando los MOVIMIENTOS OCULARES compensatorios apropiados.
Tres largos canales (anterior, posterior y lateral) del laberinto óseo. Están dispuestos en ángulo recto cada uno con respecto al otro y están situados en posición posterosuperior al vestíbulo del laberinto óseo (LABERINTO VESTIBULAR). Los canales semicirculares tienen cinco aberturas al vestíbulo, una de éstas compartida por los canales anterior y posterior. Dentro de estos canales están los CONDUCTOS SEMICIRCULARES.
Ilusión de movimiento, bien del mundo externo que se mueve alrededor del individuo o del individuo que se mueve en el espacio. El vértigo puede estar asociado con trastornos del OIDO INTERNO, NERVIO VESTIBULAR, TRONCO ENCEFÁLICO y CORTEZA CEREBRAL. Las lesiones en el LÓBULO TEMPORAL y el LÓBULO PARIETAL pueden asociarse con CONVULSIONES focales, que pueden ocasionar vértigo como manifestación ictal (Adaptación del original: Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, pp300-1).
Membrana gelatinosa que cubre la mácula acústica del SÁCULO Y UTRÍCULO. Contiene minúsculas particulas cristalinas (otolitos) de CARBONATO DE CALCIO y proteinas sobre su superficie externa. En respuesta al movimiento de la cabeza, los otolitos se desplazan, causando deformación de las células ciliadas vestibulares, que convierte las señales nerviosas del CEREBRO para la interpretación del equilibrio.
Procesos patológicos del oído interno (LABERINTO) que contiene el aparato esencial de la audición (CÓCLEA) y del equilibrio (CONDUCTOS SEMICIRCULARES).
Movimientos involuntarios del ojo que se dividen en dos tipos, periódico y pendular. El nistagmo periódico tiene una fase lenta en una dirección seguido por una fase correctora rápida en sentido opuesto, y usualmente es producido por una disfunción central o periférica vestibular. El nistagmo pendular se caracteriza por oscilaciones que son de igual velocidad en ambas direcciones y esta afección se asocia a menudo con la existencia de ceguera a edades tempranas de la vida.
Movimientos rítmicos involuntarios de los ojos en una persona normal. Estos pueden ocurrir naturalmente como en el nistagmo de posición final (posición final, etapa final o de desviación) inducido por el tímpano optocinético (NISTAGMO, OPTOCINÉTICO), prueba calórica o una silla giratoria.
Análisis de sangre que son usados para evaluar qué tan bien está funcionando el hígado de un paciente, así como para ayudar a diagnosticar enfermedades hepáticas.
Inflamación idiopática del NERVIO VESTIBULAR caracterizada clínicamente por un comienzo agudo o subagudo de VÉRTIGO, NÁUSEA y desequilibrio. El NERVIO COCLEAR está típicamente presevado y no suele haber HIPOACUSIA ni ACÚFENOS. Los síntomas suelen resolverse durante un período de días a semanas. (Adams et al., Principles of Neurology, 6th ed, p304)
Término impreciso que puede referirse a una sensación de desorientación espacial, movimiento del entorno, o sensación de mareo.
Áreas sensoriales de la pared vertical del sáculo y en el suelo del utrículo. Las células ciliadas de las máculas están inervadas por fibras del NERVIO VESTIBULAR.
Orgánulos mecanosensores de las células ciliadas que responden al movimiento o a los cambios de presión de los fluidos. Tienen varias funciones en diferentes animales, pero primariamente son usados en la audición.
Respuestas eléctricas reguistradas de los músculos, especialmente los músculos del cuello o los músculos alrededor de los ojos, siguientes a estimulación del VESTIBULO DEL OÍDO.
Evaluación de los diversos procesos que participan en el acto de la respiración: inspiración, expiración, intercambio de oxígeno y de dióxido de carbono, volumen y distensión pulmonar, etc.
Células sensoriales de la mácula acústica con sus ESTEREOCILIOS apicales están incrustados en una MEMBRANA OTOLÍTICA gelatinosa. Estas células ciliadas son estimuladas por el movimiento de la membrana otolítica, y los impulsos se transmiten a través del NERVIO VESTIBULAR al TRONCO ENCEFÁLICO. Las células ciliadas del sáculo y del utrículo son sensibles a la aceleración lineal vertical y horizontal, respectivamente.
Porción vestibular del 8vo nervio creaneal (NERVIO VESTIBULOCOCLEAR). Las fibras del nervio vestibular proceden de las neuronas del ganglio de Scarpa y se proyectan periféricamente hacia las células ciliadas vestibulares y centralmente hacia los NÚCLEOS VESTIBULARES del TRONCO ENCEFÁLICO (o tallo cerebral). Estas fibras intervienen en el sentido del equilibrio y la posición de la cabeza.
Trastornos hereditarios, autosómicos recesivos, caracterizados por PÉRDIDA AUDITIVA NEUROSENSORIAL y RETINITIS PIGMENTOSA. Las formas clínicas, genética y sintomáticamente heterogéneas, se clasifican en tipo I, tipo II y tipo III. La gravedad, la edad de comienzo de la retinitis pigmentosa y el grado de disfunción vestibular son variables.